Miércoles 5 de Agosto de 2020


I Acuerdos y desacuerdos en un mundo desigual


Dios y el infierno y nosotros aquí en este mundo … peregrinos de una historia de imaginados purgatorios de pecados que ni entendemos hemos cometido … Quizá y el único cierto, sea no haber intentado vivir como quisimos ...


(…) la idea es mensurar los tiempos históricos con algo más de inteligencia y restar impacto a los análisis que se restringen a las últimas semanas.


Es deficiente tomar las definiciones que hace pocas horas planteó un dirigente determinado y a partir de allí intentar describir el conjunto de la trayectoria de esta creación de larga data, relanzada con una intensidad significativa por el peronismo.


Desde poco antes de la eclosión popular del 2001, este espacio empleó su experiencia para dar a luz instancias referenciadas en las dificultades inmediatas y tangibles. Así surgieron las organizaciones sociales, las empresas recuperadas, las nuevas cooperativas.


El movimiento obrero organizado, en tanto, siguió existiendo. Y logró acrecentar su vigor y su influencia social entre el 2003 y la actualidad.


(...)

Prepárese unos mates y apréstese a pensar en factores que, habitualmente, el análisis político desdeña.


INDIVIDUO Y PUEBLO.


La lectura de los pasos seguidos recluyéndolos en la emergencia sólo permite una valoración objetiva si esas soluciones parciales son englobadas por el conocimiento del origen y la admisión del entorno que los definió y los inspiró.


Fíjese. Hay una conciencia individual y una colectiva. Eso es lo verdaderamente extraño y asombroso del ser humano. Ambas se desarrollan en el marco de la vida en general, fenómeno más raro aún, envuelto a su vez por la existencia del Todo, sorprendente trascendencia.


La percepción y el pensamiento pueden analizarse y conocerse –con dificultades-. Pero la conciencia es inasible y la ciencia no ha logrado explicarla, salvo mediante definiciones negativas, excluyentes. De allí que la aproximación más importante sea la concepción de alma.


La ciencia puede explicar lo acaecido físicamente desde el big bang hacia el presente, pero no logra desentrañar, tras afirmar que nada se crea de la nada, cómo es posible que esa creación haya ocurrido.


La Tierra parece haber sido configurada a través del tiempo y colocada justo en el lugar que habilita la vida. Un poco más al borde del sistema solar, se congelaría; un poco más al centro –apenas unos kilómetros- se encendería. En cualquier caso, la vida no sería posible.


DIOS.


En esa realidad no sólo surgió un crisol de vida, sino también lo imposible: la mismidad, en definición macedónica, y la colectividad. La combinación de ambas conciencias sólo calza en la humanidad, llamativa obra que no logra explicarse por el estudio de la materia gris ni la conexión de neuronas.


Llegado este punto, es preciso señalar que la creación del Universo y la existencia de la conciencia – alma, pueden explicarse admitiendo la existencia de Dios. Pues no hay forma de encerrar los procesos que confluyeron apenas narrando una secuencia de acciones físicas y químicas.


Es interesante observar que, con el correr de los siglos, una región minúscula de ese Universo, situada en la Tierra, combinó intereses y culturas, pero también conciencias. Eso ocurrió en América latina y logró un potente desarrollo en su zona sur.


Aquí no se trata de delinear una historia que nos presente superiores a nadie –está más o menos claro que no lo somos, si los resultados prácticos son comparados- pero sí que ese trayecto se concretó y dio a luz un pueblo que ha sabido relacionar dinámicamente lo individual y lo colectivo.


EXPERIENCIA Y CONCIENCIA.


Esa experiencia acumulada es intangible. No hay computadora –inteligencia artificial- que pueda comprender ironías o sarcasmos, ni aprehender el doble sentido en el empleo de una palabra. Del mismo modo, no hay conglomerados de artefactos que puedan sentirse unidos por una economía o un ideario en común.


Es intangible pero está. Nadie ha logrado desentrañar lo que no se ve, los científicos apenas lograron certificar lo evidente. Perciben el mundo microscópico y las galaxias lejanas, pero no alcanzan a describir la potentísima experiencia de sentirse uno mismo, y de saberse parte de un grupo humano determinado.


Esto tampoco se puede simplificar en el concepto de un Ser Nacional que deriva en posiciones circunstanciales, aunque esa caracterización sirvió para aproximarse a la idea. La cuestión parece estar situada en el sentido profundo y estratégico de una Comunidad Organizada que anhela hilvanar sus componentes sin que los mismos dejen de ser únicos.


Ahora bien, resulta necesario entonces señalar que la plasmación de esas dos conciencias, individual y colectiva, exige la introspección; otra actividad bien humana que se relaciona con el pensamiento aunque incluye los sentimientos.


La autoconciencia.


SABERSE UNO, SABERSE PARTE.


La palabra es de por sí compleja pues toda conciencia incluye, en cierto modo, el saberse, el sentirse un ser. La utilizamos, a falta de mejores expresiones, para transmitir la noción de valor para fijar y desplegar los méritos alcanzados, aceptarlos y volver a lanzarlos para operar sobre las nuevas realidades.


Es decir, la conciencia individual es un primer movimiento, la conciencia social un segundo movimiento y la autoconciencia un tercero, que engloba, conjuga y despliega a los anteriores.


La historia argentina es tremendamente educativa en ese sentido y la historia del sector laboral de nuestro pueblo también. De allí que las acciones destinadas a transfigurar la primera y devaluar la segunda sigan siendo afanosas y persistentes por parte de quienes, en base a otros intereses, han gestado otro tipo de conciencia; adversa al desarrollo humano.


Esto explica también porqué hemos evaluado las actividades historiográficas y formativas, así como comunicacionales, importantes para apuntalar el tercer movimiento de la conciencia. E insistimos en que el lugar desde el cual se impulsan es decisivo, pues necesitan surgir del mismo sector considerado aquí.

El re conocimiento de lo actuado (de lo pensado, de lo sufrido, de lo disfrutado, de lo sentido, de lo percibido, y de nuevo, de lo actuado) permite mejorar el diseño de lo porvenir en tanto la reacción automática, por así decir, se vincula con la razón. La razón es pensamiento y sentimiento ligados en continuidad.

Vale considerar la importancia de ese movimiento (la autoconciencia) al observar otros pueblos. La experiencia histórica no habita en Brasil, en Italia, en España o en Sudán con la misma intensidad con que pervive en la Argentina y zonas cercanas. Ese dato pone de relieve lo afirmado sobre las derivaciones que las luchas populares han tenido y poseen en nuestra Patria.


Semejante vinculación de saberes no puede restringirse a las definiciones tradicionales de conciencia de clase, pese a que, refrendamos, son acercamientos lógicos efectuados por personas que intentaron dar cuenta del fenómeno. Es más aproximado hablar de conciencia nacional. En los dos casos se trata de subrayados contemporáneos para intentar asir algo que supera las palabras.


LA AUTOCONCIENCIA.


Lo cierto es que comprender por qué actuamos como lo hacemos y qué bagaje nos acompaña es clave para su defensa, desarrollo y profundización. Así como en vez de todo un Universo, si nos atenemos a las reglas científicas, podría haber Nada, en lugar de un espacio de Conciencia imbricado y pertinaz, bullente y vigoroso, podría existir un montón de individuos sin registro de sí mismos, ni de los otros.


De allí que pensemos: no es lo mismo saber nuestro decurso que ignorarlo. Si las percepciones y la aquilatación de conocimientos origina resultados parecidos, podemos coincidir, de todos modos, que no han de ser iguales. La lucidez implica una mirada abarcativa sin negación del sujeto particular.


La relación entre ambas ha tenido explosiones significativas que operaron como estimuladores de las mismas. Por sintetizar digamos: el 17 de Octubre, El Cordobazo, el 2001. Todo taller de Forja parece un mundo que se derrumba. La continuidad, en cada caso, se reveló en nuevas vertebraciones, en otras capacidades organizativas.


Esas dos conciencias enlazadas nos permiten Vivir. El pensarlas y sentirlas hasta tornarlas autoconciencia, quizás nos facilite la construcción de un mejor futuro. Dejar de lado este proceso de comprensión integral en beneficio de un puñado de cuentas puede empequeñecer la dimensión humana aunque las conclusiones resulten, en lo cercano, correctas.

(http://laseñalmedios.com.ar/2020/08/02/la-conciencia-una-primera-aproximacion/ )


Si hay algo incuestionable que nos deja como enseñanza esta crisis pandemica global, es la comprobación de cuales son las actividades humanas esenciales sobre las cuales descansa la vida y la salud de las personas en el planeta … Como el sistema monta toda una estructura imaginaria alrededor de estas para apropiarse de esos esfuerzos y ponerlos en la base de una piramide profundamente injusta y donde unos pocos resuelven y disfrutan sobre la vida y el esfuerzo de muchos.


La artillería del PRO y asociados, cañonea sin parar la difícil realidad argentina, sin reparar en los daños que le causa al país.


Han encontrado su lugar al lado de las grandes fortunas y son los pertenecientes al núcleo duro de la oposición antiperonista, los que, además, son esponsorizados.


Aquellos ricos representan como su mayor aspiración ligarse a las corporaciones extranjeras norteamericanas para crecer aún más de lo que son hoy. Es que quieren jugar en las grandes ligas y se han engañado al creer que pueden llegar a influir en el devenir empresario multinacional.


Así como se ve que EEUU quiere dominar cada rincón del mundo, ellos quieren estar en ese gran club aunque aún juegan en segunda, pero quieren llegar a primera saqueando al país donde finalmente viven, hasta deconstruirlo y mostrar sus restos a las élites como prueba de su eficacia. Pero aún no son invitados al club que Daniel Estulin llama de los “billonarios inmortales”, el Club Bilderberg. Desde allí se planifica para el mundo, según Estulin. Algo así como el subproducto que justifica la creciente acumulación y concentración de la riqueza.


Un ejemplo de lo dicho: el impuesto a la riqueza es rechazado no tanto por el valor de su carga impositiva sino como una estrategia de poder y resistencia de las grandes corporaciones, frente al gobierno popular de los Fernández, porque deben mostrar a sus pares a los que quieren parecerse y pertenecer, su capacidad de poder, el hecho de ser más que la democracia que encarna el gobierno popular, ser más que la autoridad, que el pronunciamiento popular que llevó al poder político a los “plebeyos” Fernández.


A esa estructura que todavía los desconoce quieren pertenecer los Magneto, los Rocca y otros gerontes. De allí han montado su ejército de periodistas, espías ilegales y magistrados que actúan con la perseverancia de un ataque aéreo a una población civil: bombardeando sin descanso, días y días con el tributo de un daño difícil de calcular (vg. la vertiginosa y gigantesca deuda externa contraída por el gobierno de Macri en poco más de dos años).

El caos es su caldo de cultivo, la motivación salvadora que le da argumentos para actuar impunemente, como actuaron en Bolivia y como están tratando de actuar en la lucha contra la pandemia que ha encarado el gobierno popular de la Argentina. Enarbolando la bandera nefasta de la anticuarentena y anteponiendo la falsa dicotomía Economía versus Vida.


Son esas manos y esas voces las que hoy esmerilan la figura de nuestro presidente Fernández, el que solo salvará su mandato si logra hacerse explícito el apoyo popular en las urnas. Y si se advierte que el ataque de la artillería ya cumple con su objetivo destructor sin haber desplegado aún todo su poder de fuego.

( http://vaconfirma.com.ar/?articulos/id_11770/impuesto-a-la-riqueza-estrategia-de-poder )


¿Y que de nosotros? ¿Que de quienes decimos estar del lado de los débiles o ser parte del pueblo y de un Proyecto Nacional y popular que les tenga como actores principales y no como meros espectadores, actores de reparto o en la segunda línea de las acciones y decisiones?



El discurso dominante impuso, desde hace veinte años, el uso del términomundialización (a veces escrito en “franglés”, “globalisation”) para designar,de manera general, los fenómenos de interdependencia a escala mundial de las sociedades contemporáneas. El término nunca es relacionado con las lógicas de expansión del capitalismo, y menos aún con las dimensiones imperialistas de su despliegue. Esta falta de precisión deja entender que se trata de una fatalidad, que es independiente de la naturaleza de los sistemas sociales -la mundialización se impondría a todos los países de la misma forma, sea cual sea su opción de principio, capitalista o socialista-, y que actúa entonces como una ley de la naturaleza producida por el estrechamiento del espacio planetario. Me propongo demostrar que este tipo de discurso es un discurso ideológico destinado a legitimar las estrategias del capital imperialista dominante en la actual fase. Por lo tanto, los límites objetivos de la mundialización pueden ser reconsiderados a la luz de políticas diferentes a las que hoy son presentadas como las únicas posibles y cuyos contenidos y efectos sociales también serían diferentes. La forma de la mundialización depende entonces, en definitiva, de la lucha de clases.

1.La mundialización no es un fenómeno nuevo, y la interacción de las sociedades es sin duda tan antigua como la historia de la humanidad (Arrighi, 1994; Bai-roch, 1994; Braudel, 1979; Gunder Frank, 1978; Szentes, 1985; Wallerstein, 1989). Desde hace por lo menos dos milenios las “rutas de la seda” vehiculizaron no sola-mente las mercaderías sino que también permitieron las transferencias de conocimientos científicos y técnicos, y de las creencias religiosas que marcaron -por lo menos en parte- la evolución de todas las regiones del mundo antiguo, asiático, africano y europeo. Las formas de estas interacciones y sus impactos eran sin embargo diferentes a las de los tiempos modernos -los del capitalismo. La mundialización no es separable de la lógica de los sistemas que vehiculizan su despliegue. Los sistemas sociales anteriores al capitalismo, que califiqué en su momento de tributarios, estaban fundados en lógicas de sumisión de la vida económica a los imperativos de la reproducción del orden político-ideológico, en oposición a la lógica del capitalismo que invirtió los términos (en los sistemas antiguos el poder es la fuente de riqueza, en el capitalismo la riqueza funda el poder, escribí en relación a esto). Este contraste entre los sistemas sociales antiguos y modernos establece una diferencia mayor entre los mecanismos y los efectos de la mundialización en la antigüedad y aquellos propios del capitalismo. La mundialización de los tiempos antiguos ofrecía “oportunidades” a las regiones más atrasadas para que éstas pudieran acercarse a los niveles de desarrollo de las más avanzadas (Amin, 1996). Estas posibilidades fueron o no aprovechadas según los casos. Pero esto dependía exclusivamente de determinaciones internas propias de las sociedades en cuestión, sobre todo en cuanto a las reacciones de sus sistemas políticos, ideológicos y culturales a los desafíos que representaban las regiones más avanzadas. El ejemplo más ilustrativo del notable éxito de este orden es provisto por la historia europea, región periférica y atrasada hasta bien entrada la Edad Media en comparación con los centros del sistema tributario (China, India y el mundo islámico). Europa recuperó su atraso en un período breve -entre 1200 y 1500- para afirmarse, a partir del Renacimiento, como un centro de nuevo tipo, potencialmente más poderoso y portador de nuevas y decisivas evoluciones respecto a todos sus predecesores. Atribuí esta ventaja a la mayor flexibilidad del sistema feudal europeo, precisamente, porque era una forma periférica del mundo tributario.



2. En contraste, la mundialización de los tiempos modernos asociada al capitalismo es por naturaleza polarizante (Amin, 1997). Con esto quiero decir que la propia lógica de la expansión mundial del capitalismo produce una desigualdad creciente entre quienes participan del sistema. Es decir, que esta forma de mundialización no ofrece una posibilidad de rattrapage ( El término rattrapage en francés refiere a la posibilidad de recuperar, de “reatrapar”, el atraso respecto a cierto fenómeno o proceso en curso. En este caso, el término hace referencia a la imposibilidad de los países periféricos de alcanzar niveles de desarrollo similares a los de los países centrales. Esto se debe a que, según explica el autor, a diferencia de lo que sucedía en la antigüedad, la lógica actual de la mundialización no otorga estas oportunidades a los países periféricos.) que será aprovechada o no según las condiciones in-ternas propias de los países en cuestión. El rattrapage de los atrasos requiere siempre la implementación de políticas voluntaristas que entran en conflicto con las lógicas unilaterales de la expansión capitalista; políticas que, en función de esto, deben ser calificadas de “políticas antisistémicas de desconexión”. Este último término que he propuesto no es sinónimo de autarquía o un absurdo intento de “salir de la historia”. Desconectar significa someter los vínculos con el exterior a las prioridades del desarrollo interno. Por lo tanto, este concepto es antagónico al que es preconizado y que llama a “ajustarse” a las tendencias mundialmente dominantes, ya que este ajuste unilateral se traduce para los más débiles en una acentuación de su “periferización”. Desconectar significa transformarse en un agente activo que contribuye a moldear la mundialización, obligando a ésta a ajustarse a las exigencias del desarrollo propio. La demostración de esta tesis reposa en la distinción que propongo realizar entre el mecanismo general a través del cual se expresa la dominación de la ley del valor, propia del capitalismo, y la forma mundializada de esta ley. En el capitalismo lo económico se emancipa de la sumisión a lo político y se transforma en la instancia directamente dominante que comanda la reproducción y la evolución de la sociedad. De esta forma, la lógica de la mundialización capitalista es, ante todo, la del despliegue de esta dimensión económica a escala mundial y la sumisión de las instancias políticas e ideológicas a sus exigencias. Por lo tanto, la ley del valor mundializada que comanda este proceso no puede ser reducida a la ley del valor que opera a nivel mundial tal como ella opera en el plano abstracto del concepto de modo de producción capitalista. La ley del valor, analizada a ese nivel, supone la integración de los mercados a escala mundial solamente en las dos primeras de sus dimensiones: los mercados de productos y de capital tienden a ser mundializados, mientras que los mercados de trabajo permanecen segmentados. En este contraste se expresa la articulación,característica del mundo moderno, entre por un lado una economía cada vez más mundializada, y por el otro la permanencia de las sociedades políticas (Estados independientes o no) diferenciadas. Este contraste por sí mismo genera la polarización mundial: la segmentación de los mercados de trabajo produce necesariamente el agravamiento de las desigualdades en la economía mundial. La mundialización capitalista es polarizante por naturaleza.



3. La polarización que caracteriza a la mundialización capitalista revistió formas asociadas a las características principales de las fases de la expansión capitalista, que se expresan en formas apropiadas de la ley del valor mundializada. Estas son producidas, por un lado, por la articulación de las leyes del mercado trunco (como consecuencia de la segmentación del mercado de trabajo) y, por el otro, por las políticas de Estado dominantes, que se asignan el objetivo de organizar este mercado trunco en sus formas apropiadas. Separar lo político de lo económico no tiene aquí ningún sentido; no hay capitalismo sin Estados capitalistas, salvo en la imaginación de los ideó-logos de la economía burguesa. Estas formas políticas apropiadas articulan los modos de dominación social internos propios a las sociedades del sistema y sus modos de inserción en el sistema mundial, ya sea como formaciones dominantes (centrales) o do-minadas (periféricas).En la fase mercantilista (1500-1800) que precede a la revolución industrial -y que por esta razón podemos considerar como una transición del feudalismo al capitalismo acabado- encontramos la conjunción entre formas políticas apropiadas -la monarquía absolutista del Antiguo Régimen, fundada sobre el compromiso social feudalidad/burguesía mercantil- y las políticas de implementación de las primeras formas de polarización: la protección militar y naval de los monopolios del gran comercio, la conquista de las Américas y su modelado como periferias del sistema de la época (que se “especializa” en producciones particulares útiles a la acumulación del capital mercantil), y la trata de negros que se encuentra asociada a ésta (Braudel,1979; Gunder Frank, 1978; Wallerstein, 1989).De la Revolución Industrial a los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial(1800-1950) se extiende una segunda fase de la mundialización capitalista fundada en el contraste entre centros industrializados/periferias a las que se les niega la posibilidad de la industrialización (Arrighi, 1994; Bairoch, 1994). Este contraste, que de-fine una nueva forma de la ley del valor mundializada, no es un producto natural delas “ventajas comparativas” invocadas por la economía burguesa. Este contraste toma forma a través de la implementación de medios que revisten tanto dimensiones económicas (el “libre cambio” impuesto a los partenairesde la nueva periferia en formación) como políticas (las alianzas con las clases dominantes tradicionales de la nueva periferia, su inserción en el sistema mundial, la intervención de las cañoneras y, por último, la conquista colonial). Estas formas de la mundialización se articulan en base a sistemas políticos propios de los centros industriales, nacidos ya sea de las revoluciones burguesas (Inglaterra, Francia, Estados Unidos), o de unificaciones nacionales que substituyen a éstas en la constitución de los mercados nacionales (Alemania,Italia), o, por último, de modernizaciones “despóticas iluminadas” (Rusia, Austria-Hungría, Japón). La variedad de las alianzas sociales hegemónicas propias de estas formas no debe hacernos olvidar su denominador común: todas estas formas apuntan a aislar a la clase obrera. Determinan igualmente las formas y los límites de la democracia burguesa de la época.

( CAPITALISMO,IMPERIALISMO,MUNDIALIZACIÓN *Samir Amin http://www.ehu.eus/Jarriola/Docencia/EcoInt/Lecturas/Samir%20Amin_capitalismo%20imperialismo%20mundializacion.pdf

Smir Amín fue un economista, geopolítico, científico y escritor egipcio. Fue uno de los pensadores marxistas más importantes de su generación, pese a que él no se consideraba neomarxista e incluso criticaba a este movimiento, su pensamiento intentaba actualizaciones críticas desde el Marxismo, buscando construir alternativas al capitalismo vigente.


La cita es parte de un escrito que presenta una síntesis articulada de una serie de temas abordados más en detalle en los siguientes cuatro libros del autor: Itinéraire intellectuel. Regards sur le demi-siècle, 1945-1990. París, L’Har-mattan, 1993; La gestion capitaliste de la crise. París, L’Harmattan, 1995;L’ethnie à l’assaut des nations. Pa-rís, L’Harmattan, 1994; Les défis de la mondialisation. París, L’Harmattan, 1996.


Publicado por “RESISTENCIAS MUNDIALES [De Seattle a Porto Alegre] José Seoane - Emilio Taddei Compiladores

CLACSO - Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales.


El presidente Alberto Fernández destacó el acuerdo alcanzado con los acreedores internacionales que permitirá reestructurar 66 mil millones de dólares de deuda, al momento de anunciar el relanzamiento del plan Procrear  para la construcción, refacción y ampliación de viviendas. Vinculó ambos acontecimientos, al asegurar que la reestructuruación alcanzada permitirá que la Argentina pueda destinar más recursos a este tipo de programas y a la producción "sin los enormes condicionantes de la deuda".



"Mi mayor satisfacción es que con el acuerdo logrado con los bonistas y con el lanzamiento el mismo día casualmente del maravilloso programa que Cristina creó y que se llamó Progresar estamos dando un símbolo de lo que la Argentina debe hacer en el futuro", subrayó el mandatario, quien enfatizó: "Hemos recuperado autonomia de decisión y de definir qué país queremos”.


Al comienzo de la presentación de las líneas de construcción para nuevas viviendas y refacciones para el hogar, Fernández hizo alusión al acuerdo alcanzado con los acreedores internacionales: “Hoy es un día especial para todos nosotros. No de felicidad, un día más de tranquilidad, donde sentimos que avanzamos. Avanzamos de muchos modos”. Y agregó: “Algunos dicen que todo tiempo pasado fue peor, y hay quienes creemos que en verdad el mejor tiempo es el que podemos construir a partir de hoy”.


En relación a la fecha de presentación, el Presidente destacó la importancia de que el plan se anunciara el mismo día del acuerdo por la deuda. “Una de las preocupaciones que tenía y muchas veces hablé con esta maravillosa joven que es Fernanda Raverta, es ver cómo hacer para que el Procrear funcionara como funcionaba con Cristina; y siempre aparecía el impedimento de la deuda”, contó.

El mandatario reveló que la presentación del Procrear estaba programada desde antes de que pudieran alcanzar el pacto con los bonistas, "acreedores que creyeron en Argentina y la realidad hizo que Argentina encontrara dificultades para pagarle”, según definió Fernández.


En otra parte del discurso, remarcó que, si bien no quería hablar tanto del pasado, se trató “de una deuda cuantiosa que nos abrumó a todos” y confesó: “No sabíamos si seríamos capaces de encontrar una respuesta, aunque estábamos seguros de los límites que nos habíamos impuesto para encontrar una solución al problema”.


El papel que jugó Guzmán en la negociación


Asimismo, el Presidente destacó el rol del ministro de Economía, Martín Guzmán, a quien invitó al país para que lo “ayudara” con la deuda. En ese sentido, recordó una de las primeras conversaciones que mantuvieron sobre el tema. “Le dije: ´tenemos que arreglar el problema de una deuda que se ha tomado en gran cantidad y des pagarla en muy poco tiempo'", relató.


Sin embargo, remarcó que desde el primer momento había dejado en claro que no iba  a permitir "que por esa deuda posterguemos una vez más las necesidades de los argentinos que ya son muchas", en un contexto en el que se venía de "dos años de caída de la economía, de 25 mil empresas cerradas y una pobreza que rozaba el 40 %”.


En ese marco, ponderó que “Martin interpretó mejor que nadie el objetivo”. “Hoy con tranquilidad podemos decir que el objetivo que nos fijamos lo hemos logrado”, celebró a continuación. 

El ahorro que significó el acuerdo para el Estado

Alberto Fernández reveló que el acuerdo significó para el país “37.700 millones de dólares menos que deberemos pagar en los próximos 10 años”, mientras que en relación a lo que Argentina se había comprometido a pagar en los próximos 5 años, representa "un alivio de 42.500 millones de dólares".


Esto significa que hemos recuperado autonomía para poder destinar recursos para que muchos argentinos puedan tener su vivienda, para que empresarios puedan acceder al crédito e impulsar la producción, para que impulsando la producción podamos recuperar el empleo. "Hemos recuperado autonomía de decisión y de definir qué país queremos. Y el país es este que queremos poniendo en marcha el Procrear. Donde el Estado se una al sector privado para desarrollar viviendas. Que el crédito no esté ligado a la variación del dólar”, remarcó.


Estamos volviendo y siendo mejores de lo que fuimos"

Por otro lado, se refirió a los bonistas que aceptaron la propuesta del país: “Agradezco la comprensión de los acreedores que entendieron que la Argentina estaba haciendo un enorme esfuerzo. Nunca fuimos a una pelea, fuimos a resolver un problema y lo estamos resolviendo. Y gracias por la comprensión”. En este pasaje de su discurso también agradeció a los organismos internacionales, a los 150 economistas que respaldaron la propuesta argentina y a la comunidad del derecho.


Lo que estamos haciendo es lo que dijimos que íbamos a hacer. Queríamos volver y ser mejores. Estamos volviendo y siendo mejores de lo que fuimos. Todos aprendimos en el camino, todos somos necesario en la reconstrucción de esta argentina”, manifestó.


Y concluyó: “Hoy más que nunca, todos unidos. Hoy más que nunca, a trabajar todos juntos. Hoy más que nunca a no olvidar que tenemos una pandemia que sigue enfermando y llevándose argentinos. Hagamos todo con responsabilidad. Es el modo”.


Sus primeras declaraciones tras el acuerdo


Resolvimos una deuda imposible en la mayor crisis económica que se recuerde y en el medio de una pandemia. Ahora tenemos despejado el horizonte”, Había dicho el mandatario más temprano, en declaraciones radiales.

( https://www.pagina12.com.ar/282851-alberto-fernandez-tras-el-acuerdo-por-la-deuda-hemos-recuper)


Las complejas dimensiones de la realidad en el intento de una visión de conjunto. Desde la biopolítica y la subjetividad hasta la realización concreta de las ideas y utopías existe la distancia que pudiere crearse entre la imaginación y la posibilidad, entre las aspiraciones y los deseos y los resultados concretos que se obtienen después del trabajo y el esfuerzo, entre las ideas y las practicas y entre la voluntad individual y la voluntad colectiva.


Tantas distancias en una realidad única que motiva a la alegría en esos pequeños logros … no el acordar con los deudores que hacen sus negocios sino en el hecho de que,a pesar de ellos, se puede generar trabajo y vivienda para muchos argentines que vivirán mejor sus vidas y que eso, de diversas maneras, también mejoran las nuestras.


Daniel Roberto Távora Mac Cormack


Imágenes:
Lino Enea Spilimbergo








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