Llenar significados para vaciar el poder de los poderosos

 

Significantes vacíos: La retórica neoliberal.

Cuándo las palabras significan tantas cosas, lo que se dice no es el decir de alguien sino la interpretación libre que se hace de ese decir. Esa interpretación (Libre de cualquier intento por entender lo que el otro dice. Libre para entender lo que quiero oir de ese otro), produce confusión y se aleja del sentido, no solo de ese decir, sino de la intención o voluntad de cualquier decir que intente conocimiento y nombrar algo respecto de la realidad, mas allá de intereses, deseos, sesgos y “egos”.

El texto de la historia no es un texto donde
hable una voz (el Logos), sino la inaudible e
inagotable anotación de los efectos de una
estructura de estructuras.
L. Althusser
Pues la función del lenguaje no es informar,
sino evocar.
J. Lacan

Introducción


En “El espectro de la ideología” Žižek define la Teoría de la Argumentación en la Lengua de Oswald Ducrot como la versión “ más elaborada” dentro de los abordajes discursivos que se proponen desnaturalizar los sentidos ideológicos sacando a la luz “los procedimientos discursivos que engendran la evidencia del Sentido” (2003: 18). La superposición e indiferenciación de los niveles descriptivo y argumentativo, así como la noción de topos en tanto lugar común naturalizado y “automático” hacen que esta teoría posea, según Žižek, un “potencial ideológico-crítico [...] enorme” (18 -19). Sin embargo, el autor no avanza en el análisis de los posibles vínculos entre la teoría semántica de Ducrot y las teorías contemporáneas de la ideología. En efecto, pocos estudios se han abocado a interpretar el corpus teórico ducrotiano a la luz de las teorías posestructuralistas recientes. Pero este constituye, por cierto, un campo sumamente fértil y aun inexplorado para pensar los procesos de significación y constitución de los sentidos políticos. 

En esa línea, este trabajo se propone dar cuenta de la utilidad del enfoque polifónico-argumentativo desarrollado por Ducrot para abordar fenómenos relativos a las luchas discursivas por los sentidos políticos. En particular, intentaré trazar un posible vínculo teórico entre esa teoría lingüística y la noción de significante vacío elaborada por Laclau.

Los significantes vacíos son términos polisémicos que pueden inscribirse en proyectos hegemónicos distintos –incluso opuestos - y en pugna. Pero ¿con qué criterio semántico es posible describir el sentido de esos significantes, cuando ellos participan a la vez de dos o más formaciones discursivas en tensión? Mi hipótesis es que es posible realizar una descripción semántica del funcionamiento de esos significantes desde un enfoque argumentativo y polifónico, especialmente a partir de la noción de topos, tal como fue abordada por la semántica argumentativa (Anscombre y Ducrot, 1983; Ducrot, 1984; Anscombre, 1995a). Dado que los topos constituyen principios ideológicos que funcionan como puntos de apoyo y garantes
tanto de los enunciados como del sentido de las palabras mismas, considero que este enfoque permite dar cuenta, desde la lingüística, de la lógica argumentativa que funciona como soporte de los significantes vacíos en particular, y de la ideología en general. 

Si la lingüística es una cantera de la cual el estructuralismo y el postestructuralismo extraen su principal acervo conceptual, considero que la teoría de los significantes vacíos puede enriquecerse notablemente mediante la reconsideración de esa teoría lingüística.

El trabajo se organiza del siguiente modo : en primer lugar revisamos brevemente las categorías de significante vacío y flotante; en segundo lugar, luego de un sintético recorrido por las principales hipótesis de la teoría ducrotiana, mostramos los puntos de contacto que pueden establecerse con el enfoque postestructuralista.
Finalmente, problematizamos la noción de significante vacío a la luz de la teoría de los topos.

Significantes vacíos y flotantes

Trazar una posible genealogía de los conceptos de significante vacío y flotante implicaría remontarse a la noción de significante cero que Lévi -Strauss acuña en su “Introducción a la obra de Marcel Mauss” (1951), al estudio de los significantes míticos que Barthes realiza en Mytologies (1957), y a la categoría de point de capiton de Lacan, todos ellos antecedentes teóricos de la propuesta de Laclau.

A partir de la deconstrucción del concepto saussureano de signo lingüístico, en Hegemonía y estrategia socialista ([1985] 2004, HES) Laclau y Mouffe introducen la noción de “significante flotante”. Destinados a dar cuenta de la lógica que rige en todo proceso de articulación hegemónica, los significantes flotantes se vinculan
inicialmente con los intentos por “dominar el campo de la discursividad” en torno a “puntos nodales”, en un campo sobredeterminado en el que ninguna identidad es fija ni estable. Se trata de “elementos” ( En HES se denomina “elementos” a las diferencias que no se articulan discursivamente, en oposición
a los “momentos” o posiciones diferenciales (2004: 143). Los significantes flotantes son aquí denominados “elementos” porque estos no han sido todavía articulados en una cadena significante.) discursivos privilegiados que fijan parcialmente el sentido de la cadena significante, constituidos en el interior de “una intertextualidad que los desborda” y cuya principal característica es su naturaleza ambigua y polisémica:
si aceptamos el carácter incompleto de toda formación discursiva y, al mismo tiempo, afirmamos el carácter relacional de toda identidad, en ese caso el carácter ambiguo del significante, su no fijación a ningún significado, sólo puede existir en la medida en que hay proliferación de significados.

 

No es la pobreza de significados, sino al contrario, la polisemia,
la que desarticula una estructura discursiva. La práctica de la
articulación consiste, por lo tanto, en la construcción de puntos
nodales que fijan parcialmente el sentido (2004: 154).
El carácter “flotante” de los elementos, es decir, su no fijación estable, es una de las condiciones indispensables de toda operación hegemónica. La segunda de esas condiciones consiste en la demarcación de una frontera antagónica, de un proyecto
hegemónico rival que tensione y haga límite a la propia formación discursiva.

Capaces de condensar la lucha política –que es una disputa discursiva – estos significantes no están fijados a ningún significado, y por esa razón pueden ser “articulados a campos opuestos” y constantemente redefinidos (ídem: 179).

Si en HES la “flotación” de estos términos tiene un lugar central, en Nuevas reflexiones sobre la revolución de nuestro tiempo ([1990] 2000, NR), se acentuará en cambio su carácter “tendencialmente vacío” y no literal. Refiriéndose al proceso de constitución de identidades e imaginarios colectivos, allí Laclau señala que
Por un lado, ningún imaginario colectivo aparece esencialmente
ligado a un contenido literal. Por el hecho de representar la
forma misma de la ‘plenitud’ ésta última puede ser ‘encarnada’
en los contenidos más diversos; los significantes imaginarios que
constituyen el horizonte de la comunidad son, en tal sent ido,
tendencialmente vacíos y esencialmente ambiguos. Pero, por otro
lado, sería fundamentalmente incorrecto suponer que esta
ambigüedad del imaginario tendría su contrapartida en la
literalidad de las reivindicaciones sociales que, en cada
coyuntura histórica, dotarían al imaginario de cierto contenido
(2000: 80-81, yo subrayo).
Nuevamente, la ambigüedad aparece como una característica central de estos “significantes imaginarios”, que ahora son definidos como “tendencialmente vacíos” en la medida en que son “pura forma” y no encarnan un contenido literal. Al vaciarse de su literalidad, cualquier discurso, símbolo o valor puede constituir una “materia prima ideológica”, una superficie discursiva en la que pueden inscribirse nuevas reivindicaciones y antagonismos ( ídem: 95). El carácter formal de estos “símbolos” implica su necesario vaciamiento de contenidos concretos, con los cuales mantienen una relación hegemónica, es decir, una relación que se juega en la lucha política. De esto se deriva que toda fijación de sentido es parcial, inestable y relativa.

Como se ve, hasta aquí las categorías de significante flotante y vacío se superponen y resultan, en cierto punto, indistinguibles de la de punto nodal: se trata fundamentalmente de significantes imaginarios, discursos, símbolos o valores ambiguos que conforman una materia prima ideológica. La categoría de significante vacío será definida en el ensayo “¿Por qué los significantes vacíos son tan importantes para la política?” (1996). Elementos vaciados de todo v ínculo con significados particulares que asumen el papel de “representar el puro ser del sistema”, estos son “término[s] que en un cierto contexto pasa[n] a ser el significante de la falta”:
Esta relación por la que un contenido particular pasa a ser el
significante de la plenitud comunitaria ausente, es exactamente
lo que llamamos relación hegemónica. La presencia de significantes vacíos [...] es la condición misma de la hegemonía (1996: 82).

Si en una primera instancia el ensayo describe la lógica de funcionamiento de esos significantes en un contexto que no contempla más de una cadena de equivalencias, luego este escenario se complejizará con la introducción de diferentes “proyectos o voluntades” que “competirán en su intento de hegemonizar los
significantes vacíos de la comunidad ausente” (1996: 86). Así, lejos de postular la “sutura” del sistema como el posible acceso a una totalidad cerrada y sin fallas, la idea de que todo significante vacío funciona en un escenario de lucha por la hegemonía permite en cambio concebir la precariedad propia de toda identificación:
en este contexto, la intervención del significante vacío es inestable, precaria y –por su polisemia- reversible, en la medida en que está sometido a distintas fuerzas en pugna.

Pero es en La razón populista (2005) donde Laclau hace explícita la distinción entre los significantes vacíos y los flotantes. Los primeros son entonces definidos como elementos particulares (“palabras o imágenes”, “términos privilegiados”) que refieren a la cadena equivalencial como un todo (2005: 125): dado que esa totalidad es
inconmensurable con ellos, estos tienden a vaciarse de sus propios contenidos particulares. En segundo lugar, Laclau señala que su rol semántico no es aludir a o expresar un contenido conceptual o literal sino “nombrar” o representar una plenitud ausente: “En tanto nombra una plenitud indiferenciada no constituye un
término abstracto sino, en el sentido más estricto, vacío” (ídem: 126). Es por ello que el significante vacío no tiene un fundamento lógico o referencial sino que descansa en un proceso discursivo, que es a la vez afectivo y preformativo. En tercer lugar, los significantes vacíos son términos que tienen un rol condensador y articulador. Lo que ellos condensan es “un campo antagónico”, es decir que representan tanto la cadena equivalencial como sus fronteras. Finalmente, Lacau indica que su emergencia en la
superficie discursiva es contingente, en la medida en que depende de la “historia” y el “contexto”: significantes privilegiados que condensan en torno de sí mismos la significación de todo un campo antagónico (el ‘régimen’, la ‘oligarquía’, los ‘grupos dominantes’, etcétera, para el enemigo; el ‘pueblo’, la ‘nación’, la ‘mayoría silenciosa’, etcétera, para los oprimidos -cuáles de estos significantes van a adquirir este rol articulador va a depender, obviamente, de una historia contextual-) (ídem: 114).
Sin embargo, esta lógica de condensación, articulación, investidura y atribución performativa no se produce en un contexto estable de fronteras fijas. Por el contrario, en muchos casos ellas son móviles y se desplazan, dando como resultado que, ante el surgimiento de cadenas equivalenciales “alternativas”, algunos discursos o símbolos ya articulados a una cadena “reciben la presión estructural de proyectos hegemónicos rivales”, lo que genera cierta “autonomía de los significantes populares” (ídem: 164). De donde surge la definición de los significantes flotantes: las categorías de significantes ‘vacíos’ y ‘flotantes’ son estructuralmente diferentes. La primera tiene que ver con la construcción de una identidad popular una vez que la presencia de una frontera estable se da por sentada; la segunda intenta aprehender conceptualmente la lógica de los desplazamientos de esa frontera. En la práctica, sin embargo, la distancia entre ambas no es tan grande. Las dos son operaciones hegemónicas y, lo más importante, los referentes en gran medida se
superponen (ídem: 167).

Como Laclau señalara en Misticismo, retórica y política , “el flotamiento de un término y su vaciamiento son las dos caras de la misma operación discursiva” (2002: 27): por un lado, para flotar en el campo discursivo, un significante debe estar necesariamente desvinculado de un significado unívoco; al mismo tiempo, este sólo
puede aparecer “fenoménicamente” bajo la forma de un significante flotante.

Queda de este modo delineada la distinción analítica entre los significantes vacíos y los flotantes: mientras los segundos dan cuenta de las luchas políticas y semánticas por hegemonizar un espacio político-discursivo, los primeros aluden a los momentos de estabilización, siempre precaria, de los sentidos políticos. Por su naturaleza eminentemente polisémica, estos términos ambiguos e inherentemente móviles extraen su sentido de la cadena discursiva en la que se inscriben.

A partir de este recorrido se plantean algunos interrogantes: ¿cuál es el grado de restricción en torno a los posibles significados de los significantes vacíos? ¿Cómo se materializan las luchas ideológicas en esos términos polivalentes, y cómo pensar su inscripción en distintas cadenas equivalenciales, encadenamientos argumentativos o proyectos ideológicos? ¿Cómo se dirimen los sentidos posibles en los casos de polisemia? ¿Qué puede aportar la categoría de topos, en tanto discurso argumentativo constitutivamente inscripto en el sentido de las palabras, para abordar estas cuestiones?

Algunas conclusiones

(…) La semántica argumentativa elaborada por Ducrot tiene la
ventaja de proveer un anclaje material y estructural a la descripción del sentido, escapando tanto a la perspectiva referencialista como al textualismo que en ocasiones signa al postestructuralismo. Anclados en la lengua en tanto estructura relativamente autónoma, los discursos que se ponen en juego en toda disputa hegemónica están en gran medida determinados por ese sistema en el que necesariamente nos sustentamos para crear y reactualizar sentidos: se trata de una estructura “sui -referencial” que permanentemente hace alusión a la enunciación, un sistema ciertamente fallado, permeado por el “afuera”, articulado como un entramado polifónico de “huellas de huellas” y que se organiza en torno a principios y orientaciones argumentativas. Asimismo, avanzar en esta línea de investigación puede dar pie para repensar la cuestión de la sobredeterminación y de la causalidad estructural que, abordada estrictamente en términos de falta o contingencia radical, no da cabalmente cuenta de la función productiva de la estructura y de la materialidad lingüística que atraviesa todo proceso de construcción de sentidos.

Para finalizar, y a la luz de los comentarios de Žižek citados al inicio,considero que esta línea de reflexión abre un camino alentador para abordar el estudio de las ideologías y los sentidos políticos que se nos presentan como evidentes, incuestionables y autofundados desde una perspectiva argumentativa: si coincidimos con Ducrot en que nuestras palabras están siempre mediadas por una dimensión argumentativa, subjetiva y polifónica (porque no hay sentidos literales ni referenciales), entonces podemos decir que la ideología –ámbito por excelencia de construcción, producción y reproducción de sentidos y evidencias- opera, significa y circula de manera argumentativa Significantes vacíos y disputas por el sentido en el discurso político:un enfoque argumentativo Ana Soledad Montero, Universidad de Buenos Aires - CONICET. E-mail: solmontero@hotmail.com. Algunas secciones de este trabajo fueron previamente presentadas en el IX Congreso de Ciencia Política de la SAAP (2009).

ID E N T I D A D E S ( núm . 3 | año 2 | dic. 2012)

Del significante vacío y flotante en el concepto de Libertad

Siguiendo la argumentación del texto escrito ayer, el asunto con el significante vacío “Libertad” refiere precisamente a esa policémia de significados que el concepto permite. 

Sin embargo, su uso por parte de las ideologías que intentan plasmar un discurso hegemónico de derecha no apela tanto a esa policemia, sino mas bien al carácter de su “flotabilidad” según el aporte “Ducrotiano” en tanto esas fluctuaciones entre sus conceptualizaciones como “algo perdido” “algo que se tiene y debe defenderse” “algo que debe ser alcanzado porque falta, se nos ha quitado o privado de su ejercicio”. Para el poder hegemónico en su intención de consolidarse, se trata entonces de lo que se tiene y debe defenderse. El nudo problemático allí es que eso que se tiene, en tanto imaginario, se percibe en peligro por el mero hecho de ser cuestionado. De allí que cualquier denuncia a los privilegios ya consolidados es visto como “peligro” a la “libertad” de su “ejercicio” por mas que esa libertad sea dependiente de la “falta de libertad” respecto de otros en relaciones que se niegan o minimizan en el discurso y se plantean como “individuales”. La libertad “individual” es la de poder. El poder disfrutar los privilegios que el Capitalismo institucionaliza, legaliza y estructura en un sistema de producción en el que la libertad de unos se produce en detrimento del sometimiento de muchos.

Una cuestión práctica.

Las reflexiones que intentan sostener el método científico en cualquiera de sus formas posibles chocan con una realidad que, al menos en la práctica, produce efectos que precisamente no son los que se buscan. Si un estudio determina con una metodología fiable la concentración de riquezas en pocos sectores de las sociedades globalizadas, ¿Porque no existen grupos y Estados que se propongan terminar con tamañas desigualdades de formas efectivas? 

Precisamente porque el ejercicio del poder no es científico y el apego a los propios privilegios impide la observancia en el conocimiento de aquello que atenta con mi propia posición en el sistema. Si como dijimos, estadísticamente se puede comprobar que el 50% de la población mundial se reparte el 1% de la riqueza generada y que solo el 10% concentra para si el 88% de esa producción, existe un 40% que se reparte el 11% restante. El poder provoca una división ficticia, polarizada, manipulada y totalmente arbitraria sobre el 90% de la población que se reparte ese 12% de riqueza de modo igualmente injusto. El 50% solo ve al 40% que obtiene el 11% de riqueza. Y entonces atribuye a la política, los políticos y los sectores medios altos que se reparten o pujan por ese 11% la culpa de todo … En esa división, Estados vs Pueblos … El sector que se lleva el 88% no aparece mas que en los “relatos de izquierda” “ideologizados” y “violentos” que atentan contra las formas democráticas y civilizadas de occidente. Por lo tanto, el enfrentamiento real entre tres termina reducido y orientado a un enfrentamiento entre dos donde el verdadero poder queda al margen y sigue acrecentando poder, privilegios y riqueza.

Lamentablemente el ideal del conocimiento se ve así reducido a su posibilidad permitida por el poder que además es el que financia los proyectos de investigación y decide que se publica con carácter de ciencia y que no.

Primero el Presupuesto 2022 y luego, el plan plurianual

Guzmán va el lunes al Congreso y buscarán darle media sanción a la ley de leyes el jueves. La intención oficial es, después, enviar el “Plan Económico Plurianual” que funcionará como carta de intención para negociar con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Para la próxima semana, el Gobierno espera darle media sanción en la Cámara de Diputados al proyecto de Presupuesto 2022, en lo que será la primera sesión con la nueva composición del cuerpo legislativo, que asumirá el viernes. La intención oficial es apurar la votación para, después, enviar al Congreso el “Plan Económico Plurianual” que funcionará como carta de intención para negociar con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Fuentes de la bancada oficialista señalaron a El Economista que el esquema de trabajo contempla que el lunes 13 concurra el ministro de Economía, Martín Guzmán, para detallar el proyecto de ley de gastos y recursos a la comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara Baja. La “ley de leyes” será analizada por la comisión el martes y miércoles, donde podrían haber modificaciones, para el jueves ser tratada en una sesión especial.

En su exposición, Guzmán hará un informe del proyecto girado por el Gobierno el 15 de  septiembre último, y explicará otros aspectos sobre las negociaciones con el FMI y otros puntos vinculados con el Presupuesto, señalaron fuentes parlamentarias.

En términos generales, el proyecto prevé para 2022 un crecimiento del 4% del PIB, una inflación del 33% y un dólar de $131,1 hacia finales de año. Asimismo, no contempla el pago de vencimientos de capital al FMI, con el objetivo de incrementar el gasto social en términos reales y se espera una reducción de los subsidios energéticos.

El debate en el recinto de sesiones se realizará con la nueva composición de la cámara que asumirá el viernes -tras la jura que se realizó ayer en Diputados- donde hay una paridad entre el Frente de Todos, que cuenta con 118 legisladores y Juntos por el Cambio (JxC), con 116.

Tendrán influencia el interbloque Provincias Unidas, que tiene cinco integrantes de Río Negro, Misiones y Neuquén y el interbloque Federal, integrado de ocho miembros por Identidad Bonaerense, Córdoba Federal y los socialistas.

Previo a la reunión del lunes, el presidente del cuerpo, Sergio Massa, deberá conformar la comisión de Presupuesto, donde sería reelecto Carlos Heller, y que tendrá una fuerte paridad entre el FdT y JxC, según señalaron fuentes parlamentarias.

Negociaciones contrarreloj

La exposición de Guzmán del Presupuesto se dará en el marco de las negociaciones con el FMI por la deuda de US$ 45.000 millones contraída durante 2018 y 2019. Esta semana hay funcionarios de Economía y del Banco Central (BCRA) trabajando en detalles técnicos con el organismo.

Desde el Gobierno buscan un acuerdo que no implique un ajuste, o por lo menos que este sea lo más “discreto” posible.

El Presupuesto enviado al Congreso por Economía no contempla pagos de capital al organismo multilateral de crédito. Para 2022 y 2023, de no llegar a un entendimiento, nuestro país debería pagar más de US$ 19.000 millones por año. "Si este proyecto de Presupuesto previera el pago de la totalidad de los vencimientos del principal en el marco del Acuerdo del 2018 con el Fondo Monetario Internacional, se colocaría al Estado Nacional en una grave situación", consignó el mensaje del proyecto.

Lo cierto es que las negociaciones se dan “contrarreloj” debido a la falta de divisas para afrontar vencimientos, y otras oblligaciones. La incertidumbre generó en los últimos meses, con mayor magnitud cerca de las elecciones, ruidos en los mercados con subas en los tipos de cambio paralelos.

Un informe de ACM destacó que las reservas netas del BCRA medidas bajo la metodología del FMI cerraron noviembre en torno a los US$ 4.637 millones, mientras que los vencimientos en moneda extranjera hasta el 22 de marzo de 2022 (inclusive) totalizan US$ 6.761 millones.

También aclararon que para el 31 de marzo caería el vencimiento con el Club de París por US$ 2.000 millones. En este sentido, el trabajo afirmó que en el escenario más optimista “se llegaría al vencimiento del 22 de marzo sin reservas netas suficientes para hacer frente al desembolso (aun incluyendo el oro)”.

Intenciones oficiales

El Gobierno mantiene la premisa de que “el rol del Estado será fundamental”, e intentará mantener un nivel de gasto en partidas que consideran clave. La intención también es sostener la recuperación de la economía, que según las proyecciones oficiales y del mercado será del 10%.

Así, para 2022 se plantea un déficit primario del 3,3% y un resultado financiero del 4,9% del PIB.

Este presupuesto con un rojo del 4,9% se financiará con una combinación del crédito y financiamiento del BCRA (1,8% de PIB), en tanto que los títulos públicos aportarán 2% del PIB. “Se le dará mucha importancia al mercado de deuda en pesos”, confiaron desde Hacienda.

Un consenso dentro de la coalición gobernante es que habrá una reducción del gasto por el lado de los subsidios a las tarifas de energía que en 2021 representarían cerca de US$ 10.000 millones. El mecanismo a utilizar será el de la segmentación, aunque todavía no hay detalles de una medida muy difícil de aplicar.

(Agustín Mazza en “El Economista”)

El FMI debe tomar conciencia de que metió la pata hasta el cuadril"

Gustavo Veiga, Periodista y docente. Autor de Deporte, desaparecidos y dictadura, Fúltbol [sic] limpio, negocios turbios y Donde manda la patota: barrabravas, poder y política, Diálogo sobre el presente de Latinoamérica en un mundo nuevo, con Pepe Mujica, ex-presidente de Uruguay.

El texto es publicado en Página 12 hoy.

El Pepe Mujica tiene “una vida suprema” en el documental de Emir Kusturica. Una vida pastoril en su chacra al norte de Montevideo. Una vida donde se reconoce en la filosofía estoica. Una vida al lado de su inseparable compañera Lucía Topolansky. Una vida como guerrillero tupamaro preso y torturado en la realidad primero y en la ficción después (La noche de 12 años, de Álvaro Brechner).

La vida del expresidente uruguayo es una vida de película y quiere vivirla haciéndole un corte de mangas a su vejez. Todavía le quedan varias cosas por hacer. Una la cumplió en su último viaje a Buenos Aires para asistir a la fiesta de la Democracia y los Derechos Humanos. “Me dije a mí mismo. Tengo que darle un abrazo a viejos compañeros”. Se refiere al presidente Alberto Fernández, la vicepresidenta Cristina Kirchner, y el expresidente brasilero Lula Da Silva. Acaso lo habrá pensado con cierta nostalgia por esas ocurrencias que suele tener sobre la parca. “Soy un veterano de 86 años. En cualquier momento me tocan pito”, comentó después de recibir un aplauso cerrado en el estudio principal de IP.

Había ingresado al edificio de Canal 9 caminando despacio y a la par de su compañera, la senadora en ejercicio. Con esa parsimonia que lo caracteriza y rodeado de una escenografía a medida, parecida a un desfiladero de cristal. Lo guiaron por un largo pasillo, saludó extendiendo la mano derecha o el puño y devolvió el afecto recibido en dosis parecidas. “No los abrazo a todos porque tengo una enfermedad inmunológica”, se excusó. Salió del estudio con su camisa blanca, campera negra y vestido de jeans, se sentó en otra sala con Página/12 y empezó a compartir sus pensamientos con la lucidez de una mirada orgullosamente rioplatense y latinoamericana.

-¿Cómo ve la relación bilateral de Argentina con Uruguay?

- Tengo un gran afecto por su país. Los uruguayos, los orientales, no somos hermanos de los argentinos, somos más, nacimos de la misma placenta. Somos hijos del mismo conflicto, tenemos ciertas identidades y aprendí a saber que cuando a la Argentina le va bien, nos favorece también a nosotros. No deja der ser algo interesado. Ahora bien, la democracia, institucionalmente, es lo mejor que hemos podido inventar los seres humanos hasta ahora. Ni por asomo es perfecta y no puede ser perfecta porque es un invento humano y los humanos estamos muy lejos de ser perfectos. Somos perfectibles, somos mejorables. Hay mucha injusticia en la democracia. Estamos muy lejos de ser iguales, parecidos. Hay algunos que son mucho más iguales. Pero hay una enorme deuda y de todas maneras hay que defenderla porque no tenemos un mejor instrumento. 

-Usted dijo en 2020 que observó a la Argentina caer más de una vez, pero también que después salió a flote. ¿Cree que podrá recuperarse de la deuda de 53 mil millones de dólares que contrajo el gobierno de Mauricio Macri con el FMI?

- Sí, sí, pero le va a dejar una raya, una marca dura, ese es el problema. Vivieron crisis que parecen catastróficas y espectáculos que son irrepetibles. El país ha tenido tres o cuatro presidentes en cuestión de quince días... ¡Una locura! Está metido en el ADN de la Argentina. Parecería que tienen una deuda con el mundo… El FMI debe tomar conciencia de que metió la pata hasta el cuadril, ¡nunca se vio tanta generosidad junta!

-¿Qué espera de Lula en 2022, cuando seguramente enfrente a Bolsonaro para definir en la segunda vuelta esos comicios claves para América Latina?

- Desearía que Lula sea el nuevo presidente de Brasil y no porque sea una changa, sino para el pueblo brasileño que lo espera. Tengo muy claro que cuando Lula fue presidente de Brasil, América Latina adquirió otra presencia en el plano internacional. Es decir, Lula supo utilizar el poder y lo que representa en el concierto internacional y nos favoreció a todos los pueblos latinoamericanos. Ahora estamos en un momento… yo diría de depresión política del peso latinoamericano en el mundo. No existimos.

- ¿América Latina soporta otro Bolsonaro en el continente si ganara José Antonio Kast en Chile el 19 de diciembre?

- Yo no tengo la bola de cristal. Estamos acostumbrados a decir nunca más y todas esas cosas, a tansformar nuestros deseos en razonamientos. Pero la historia a veces nos depara algo distinto. Cuando estuve preso aprendí una cosa. Me pasaban de cuartel a cuartel y advertí que siempre se puede estar peor. Voy a cerrar con una imagen de un escritor e historiador uruguayo desaparecido, Carlos Machado, que murió hace un par de años. Cuando leo la historia soy pesimista, cuando leo otra historia soy optimista. Al fin y al cabo creo en el hombre.

-¿ Cómo ve a Estados Unidos en relación a América Latina en este presente turbulento? Al irse Trump parecería que algo ha cambiado, pero la experiencia histórica para el continente siempre indica lo contrario.

- Seguramente que desde el punto de vista de la sociedad norteamericana y de los más débiles debe ser una situación mejor que la de Trump, una gestión mejor que la de Trump. Pero parecería que cada vez hay menos poder en la presidencia de Estados Unidos. El poder está en otro lado. Es de los que no tienen bandera, no tienen himno, pero pesan. Segundo: me descorazonan las fricciones que se dan con China. No podemos volver a tiempos de la Guerra Fría. Porque sería como volver a levantar el monumento de la estupidez humana. Es enorme la responsabilidad que tienen. Se está perdiendo la capacidad de tolerancia. Dicen que el mundo es liberal y que son todos liberales. Lo que yo no puedo entender es por qué los liberales son intolerantes. Ahora sacan un método democrático para medir cuáles son democracias y cuáles no. Lo que significa meterse en casa ajena y desafiar al vecino.

-Si de meterse en casa ajena se trata, el bloqueo a Cuba por parte de EE.UU. que ya lleva más de sesenta años. ¿Qué piensa de eso?

- Digo yo: ¿Nadie tiene derecho a pensar distinto? Por lo visto, no. Y eso nos lleva a confrontaciones inevitables. Lo que precisa el mundo es paz, tranquilidad. Estamos yendo por un camino donde es muy peligroso ese coqueteo con la confrontación. Es muy peligroso por los medios que tiene el Sapiens hoy. No augura nada bueno. Y lo peor, que temo mucho, es que esa farra la terminemos pagando los que estamos afuera de ese círculo.

-Cuando surgen casos como los Panamá Papers o los Pandora Papers, políticos con cuentas offshore en distintos paraísos fiscales, ¿qué despierta la noticia en usted?

- Recuerdo a Quevedo: Poderoso caballero es don dinero… Capaz de transformar el oro en bosta y la bosta en oro. Porque es eso (se ríe). Y ahora una personalidad norteamericana dice que Estados Unidos tiene cinco o seis paraísos fiscales adentro. Entonces, ¿a qué jugamos?

- Uruguay volvió a entrar en la “lista gris” de la Unión Europea. ¿Qué piensa cuando se lo menciona como un paraíso fiscal, un país que permite cierta opacidad para el inversor extranjero?

- Uruguay lo fue. Pero a partir de 2006 todo eso cambió. Desde ese momento tuvo un banco centralista fuerte, no quebró más ningún banco y no fue porque éramos correctos o generosos, porque para nosotros era un clavo remachado poner el sistema financiero nuestro como una ventosa colocada entre los vecinos. Porque cuando a los vecinos les venía un resfrío a nosotros nos agarraba una gripe mortal. La crisis del 2002 se la atribuían a la Argentina y ¡no! Nosotros nos comimos flor de crisis y no porque la culpa fuera de la Argentina, si no por culpa de que nuestro sistema financiero tenía los garfios metidos, sacaba recursos que salían de Argentina, pasaban por allá y se iban para otro lado. Y veíamos la rentabilidad del servicio. Entonces no es la culpa del chancho, si no del que le rasca el lomo. Ese modelo no puede caminar. Pero hay gente que lo sigue soñando. Al punto de que en Uruguay las transacciones de más de diez mil dólares tienen que dar cuenta de dónde vienen con su dinero.

-Su país va a vivir el referéndum del 27 de marzo por la Ley de Urgente Consideración. Su fuerza, el Frente Amplio, la impugnó en 135 artículos. ¿Qué espera de la votación?

- Es importante porque es una disputa, pero no es tan decisiva como parece. Hemos tenido plebiscitos más importantes, a mi juicio. Como cuando salvamos a las empresas públicas. No nos olvidemos que estaba Menem acá, que estaba de moda y con un plebiscito en Uruguay logramos salvar las joyas de la abuela, que eran las empresas del Estado. Yo creo que en Uruguay el gobierno actual le está dando al referéndum una importancia desubicada. Trataron de ignorarlo en la primera etapa, pero como se juntaron las firmas ahora se fueron para el otro lado. Parecería que estuvieran por jugarse el poder.

- El Frente Amplio se fundó el 5 de febrero de 1971. ¿Cómo se encuentra en su 50° aniversario esta referencia de unidad para la izquierda de América Latina que más tiempo gobernó en un país?

- Acaba de hacer una elección interna para su presidencia y estoy seguro de que va a salir elegido un dirigente sindical de la Central de Trabajadores PIT CNT, lo que es una definición de orden político. Sería la primera vez que tenemos como presidente a un dirigente de los trabajadores (Fernando Pereira). Es bastante simbólico. Nosotros lo apoyamos, estamos en un proceso de renovación dentro del Frente. Y expectantes, desde luego.

-¿Cómo hizo el Frente Amplio para sostenerse en el tiempo, convertido en una expresión política que gobernó quince años y donde conviven sectores de la socialdemocracia de Danilo Astori, los partidos comunista y socialista, el Movimiento de Participación Popular de ex Tupamaros, entre otras fuerzas?

- Nosotros discutimos un programa posible para una etapa y tratamos de ponernos de acuerdo para ese programa. No queremos ponernos de acuerdo hasta el juicio final porque eso es imposible. Entonces, y según ha pasado el tiempo, hemos tenido éxito y empezamos a ser una fuerza tradicional. Ahora nos empieza a cementar la historia y el que se va, pierde. Hemos logrado construir un capital subjetivo que se llama Frente Amplio. Y aunque tenemos identidades distintas, sabemos perfectamente que el que se dispara de ese corral, queda afuera.

- El uruguayo promedio es reconocido en el mundo por su civilidad. ¿Hay límites políticos posibles en esa convivencia democrática, como por ejemplo Cabildo Abierto, la fuerza ultraderechista del general Guido Manini Ríos?

- Cabildo Abierto es un combo. Estoy seguro que tiene gente que sirve y tiene otros que son para vomitar. Hay que tener cuidado con los análisis en blanco y negro. Nunca expresan la realidad real. Es más complicada la cosa. Ojalá fuera en blanco y negro.

- ¿Qué es ser de izquierda para usted hoy y qué era serlo en los años 60 y 70, durante su etapa de militancia y de larga prisión durante la dictadura cívico-militar?

- Hoy en ese espacio de izquierda se perfila una batalla cultural. Mi generación, todavía muy embebida en la ideología, desde Robespierre para acá, pensábamos que cambiando las relaciones de producción podíamos construir el hombre nuevo. Pero el hombre no solo está condicionado por una relación económica y otras cosas. El hombre es una criatura terriblemente emocional, subjetiva y que tiene una parte racional. Yo creo que estamos en el medio de una batalla cultural que va a ser muy larga (hace una pausa y repite uno de sus extensos silencios). O cambia la mentalidad del Sapiens y el Sapiens logra dominarse, o vamos a hacer pelota la vida en la tierra. El mercado es ciego. Es ciego…

-¿Cómo analizó el comportamiento social durante la pandemia?

- Amenazamos siempre con no aprender nada. El señor Biden dijo al inicio de su mandato que estaba de acuerdo con colectivizar las patentes, es decir, el conocimiento para que se fabricaran las vacunas. Lo dijo una vez y después se calló la boca. Es como para pensar que este señor está en el trono pero el poder no está en el trono, está detrás del trono. Y la humanidad está precisando decisiones mundiales. Sabemos lo que hay que hacer y no se toman. Y ese va ser el canto del cisne de la generación de los jóvenes. Porque el cambio climático no viene del suelo, porque la solidificación del mar no viene del cielo, porque la biodiversidad no es un regalo de los dioses, es decir, la humanidad es incapaz de tomar decisiones colectivas. Sabe lo que tiene que hacer pero no lo puede hacer. No es la ciencia la que falla. Es la política.

-¿Y usted cómo atravesó la pandemia?

- En la chacra, dando vueltas, hablando con las hormigas, porque las hormigas... ¡la pucha que son socialistas! (despierta risas espontáneas a su alrededor). Salgo y salí muy poco y trato de conversar conmigo o con el que está conmigo.

- ¿Qué significado tiene en su modo de vivir la coherencia entre el pensar y el hacer?

- El vivir como se piensa es porque si tú no vives como piensas, terminarás pensando como vives. No puedo pelear por la falta de igualdad en este mundo aprovechando mientras tanto la desigualdad, para lucrar con ella. No puedo pelear por el equilibrio ecológico, y estar en la cultura del despilfarro. La coherencia es toda una visión global de la vida. No puedo amar la libertad y no tener claro que si quisiera multiplicar al infinito mis necesidades materiales, se acaba mi libertad, porque tengo que vivir trabajando para cubrir mis necesidades materiales. Entonces, porque soy sobrio, dicen que soy pobre. Pobre es el que precisa mucho. Estas frases son viejas. Soy de un pensamiento filosófico, algo así como un neoestoico. 

Tuve una relación muy profunda con Galeano”

En un bache de la entrevista con Mujica apareció el duende de su compatriota, Eduardo Galeano. Sus expresiones costumbristas, como misceláneas, por momentos remiten a la prosa didáctica del gran escritor uruguayo. La pregunta espontánea fue casi un pedido que el autor de esta entrevista asume como una pulsión. Pretendía entender su fraseo casi musical y sus silencios. Lo que dice y lo que sugiere al no decir.

-Por sus expresiones, a menudo bien rioplatenses, parecería que recibió influencias de los textos de Galeano, ¿es así?

- La cultura se hereda también. Tuve una relación muy profunda con él.

-¿Mantuvieron muchas conversaciones?

- No, muchas no, pero tuve algunas muy buenas en la última etapa de su vida, cuando ya estaba enfermo.

-¿Qué piensa en perspectiva de Las venas abiertas de América Latina?

- Es un legado histórico interpretar la deuda con nuestra América.

El referente según lo ve su discípulo

Alejandro Pacha Sánchez es “un león joven” según su referente, José Mujica. Cuando reemplazó en 2020 en su banca del Senado al expresidente uruguayo tenía 40 años. Nació el 24 de abril del ’80, mientras el Pepe todavía estaba encarcelado en condiciones infrahumanas y luchando contra la locura (saldría recién en 1985). Desde Montevideo, Sánchez cuenta qué representa en la cultura política uruguaya ese hombre campechano de las frases telúricas y hablar pausado.

Pepe es un referente político y un militante de la vida, como le gusta definirse a sí mismo. Ha transitado su vida con coherencia y la puso al servicio de sus ideas sin importar las consecuencias. Es uno de los políticos más auténticos y lo más importante aún es que hace lo que piensa. Y eso me parece que es algo muy valioso. Claro que tiene defectos, y él los reconoce y los asume como tales. El viejo siempre ha impulsado la cercanía permanente con la gente y tiene, además de un olfato político muy grande, unas orejas para escuchar, para recorrer…", halaga. 

"Pepe llegó a la Cámara de Diputados y sistemáticamente se tomaba el ómnibus para ir a Cerro Largo a 300 o 400 kilómetros y hablar en un programa de radio que salía a las 6 de la mañana y luego volver", recuerda. "Cuando tuvimos que defender las empresas públicas se puso un cartón adelante y otro atrás para transformarse en hombre sándwich y salió a hablar así en los ómnibus de Montevideo. Hizo mateadas con un micrófono a la salida de la Cana para hacerse su autocrítica con el pueblo y no para escribir un libro o en un documento. Siempre está preocupado por el futuro y mira lo que va a pasar después, que en definitiva es un acto de entrega militante porque ese futuro no lo va a ver. Ha incluido la agenda de las futuras generaciones”.

EL PRESUPUESTO NACIONAL Y EL FMI

Horacio Rovelli es Licenciado en Economía por la Universidad de Buenos Aires. Profesor a cargo de la asignatura Política Económica de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA), y de Instituciones Monetarias e Integración Financiera Regional en la Facultad de Ciencias Económicas (UBA). Miembro de la Comisión de Economía de la Fundación Estado, Trabajo y Producción (FETyP).  Vocal de la revista Realidad Económica. Fue Director Nacional de Programación Macroeconómica en el Ministerio de Economía y Finanzas de la Nación. Autor de numerosos trabajos publicados sobre los temas económicos y financieros. Escribe en “El Cohete a la Luna

El FMI quiere a la Argentina como proveedora de materias primas y alimentos.

El Ministro de Economía de la Nación, Martín Guzmán, tras realizar el sinceramiento de los gastos estatales sostuvo que, finalmente, el déficit fiscal total del año 2021 estará en torno al 3,5% del PIB,  significando un ahorro (no ejecución del gasto) del 2,3% del producto bruto interno con respecto a lo planificado en la Ley 27.591 de Presupuesto de la Administración Nacional del corriente año 2021. en que, a su vez, el gobierno estima el PIB en el equivalente a 416.111 millones de dólares. Por ende, el ahorro fiscal significa unos 9.570 millones de dólares.


Si lo ponderamos al tipo de cambio oficial es más de un billón de pesos que deberían haberse usado para mejorar las jubilaciones y pensiones, realizar las obras públicas por el 2,5% del PIB como estaba establecido en la ley 27.591 y que no se cumplió, y desarrollar otros gastos públicos para asistir a la población y a las provincias, máxime en medio de la pandemia.

Si en lugar de incumplir la ley 27.591 de Presupuesto Nacional 2021, lo comparamos con el déficit fiscal del año 2020 que fue del 8,5% del PIB, el ajuste de las cuentas públicas nacionales del corriente año representa el 5% del producto bruto interno, suma que actualizada al día de hoy ronda los 2,25 billones de pesos, cuando el gasto total ejecutado para todo el año será de  unos 10 billones de pesos.

Cuando el gobierno envió el Proyecto de ley de Presupuesto 2022 tenía otros números de cómo “cerraba” el año 2021 y como se proyectaba el año 2022, que ahora debe cambiar (debe modificar todo el proyecto de presupuesto para el año 2022)  ante el plan de facilidades extendidas que acuerda con el FMI.

Obviamente y con independencia de los valores nominales, la ejecución presupuestaria de este año 2021 va a ser menor en términos reales que la volcada como proyección en el Mensaje del Proyecto de Ley de Presupuesto de la Administración Nacional 2022, de allí que plantea una reducción del déficit fiscal para que sea en torno del 3,5% del PIB en lugar del 5,8% que establece la ley.

 

¿Por qué lo llaman de Facilidades?

El programa que delinearon Martín Guzmán y la Directora General del FMI, Kristalina Georgieva, y que contra reloj acordó en Washington la delegación encabezada por el representante argentino ante el FMI, Sergio Chodos; el Secretario de Hacienda, Raúl Rigo, y el Vicepresidente del BCRA, Jorge Carreras  establece un sendero de reducción del déficit fiscal, una restricción creciente a la asistencia monetaria del Banco Central al Tesoro, y una meta de reducción de la brecha entre el dólar oficial y los paralelos, devaluando el tipo de cambio oficial.

Esto es, acuerdan un programa a diez años de plazo para que la Administración Nacional pase de tener un déficit fiscal del 3,5% del PIB como es ahora,  a un superávit que le permita comprar las divisas para pagar los intereses de la deuda por tres o cuatro años y luego, en siete o seis años restantes amortizar el capital adeudado de 32.200 millones de DEG[Los DEG – Derechos Especiales de Giro -son la moneda de cuenta del FMI y actualmente es equivalente a 1,41 dólares] (unos 45. 400 millones de dólares).

En los cálculos que presenta el gobierno en una planilla excel proyecta un crecimiento exponencial de nuestras exportaciones para los próximos 10 años, incluso mayor a lo que ha sido este año 2021 que es récord para lo que va de este siglo XXI,  estimándose que el superávit va a superar los 15.000 millones de dólares, con exportaciones por 73.000 millones de dólares e importaciones por 58.000 millones de dólares.

Los problemas son varios:

  1. la primarización de la economía donde el 65% de las ventas al exterior son productos primarios y a lo sumo manufacturas de origen agropecuario que generan poco trabajo. Nos preguntamos: ¿cuántas horas hombres implica producir y exportar una tonelada de soja, máxime con el grado de mecanización que se tiene?

  2. el grado de concentración. Si se habla de petróleo, gas y sus derivados se trata de un puñado de empresas encabezadas por YPF SA (donde el Estado Nacional tiene el 51% del paquete accionario, pero Blackrock posee el 6%); por Pan American Energy S.L (de Bulgheroni, pero la petrolera Británica  British Petroleum es el accionista principal  y explota nuestro petróleo en Malvinas); Vista Oil & Gas Argentina (liderada por el ingeniero Miguel Galuccio, ex CEO de YPF);  Tecpetrol S.A. (Techint); Total Austral; Petrobras;  Pluspetrol; LF Company; Apache; Chevron; Pampa Energía; etc.  Nunca se informa cuál es el costo de extracción (producción) del petróleo y del gas, pero se aceptan como referencia los precios internacionales determinados por el alto costo de extracción del Mar del Norte.  Si se trata de granos, pellets, harinas, aceite y biocombustible, son nueve empresas las que exportan el 90% (ADM; Bunge; Cargill; Cofco; Glencore; Louis Dreyfus; Aceitera General Deheza; ACA; Molinos Agro de los Pérez Companc). Y e los primeros 16 frigoríficos exportadores de carne concentran el 66% de las ventas y, todos ellos conforman el Consorcio ABC,  que además controla las ventas por Cuota Hilton y Cuota 481 a Europa.

  3. Todos ellos aparecen en el listado de compradores de dólares del BCRA en los cuatro años de gestión de Cambiemos[Mercado de cambios, deuda y formación de activos externos, 2015-2019”, que publicó el Banco Central en mayo de 2020], y es más,  el BCRA les vende a precio oficial los dólares para que ellos paguen supuestas deudas que tienen en el exterior. En efecto, de los 80.237 millones de dólares de deuda de empresas privadas argentinas con el exterior al 30 de junio de 2021 que publica el BCRA, en más de 33.400 millones el acreedor es una empresa del exterior del mismo grupo económico, la mayor parte de las veces, su casa matriz.  Es decir, se trata de un pago de intereses «intragrupo», de la filial local a la casa matriz, u otra sucursal de la misma, en el exterior.

Es más, la economista Felisa Miceli sostiene que la deuda del sector privado es uno de los principales componentes de la demanda de divisas. Distintas estimaciones indican que entre 2020 y 2021 se han asignado a este fin entre 10.000 y 12.000 millones de dólares.

Por esa deuda supuesta en la más amplia mayoría de los casos, el BCRA le vendió al tipo de cambio oficial (hoy a $ 107,26)  los dólares a las empresas sin límite alguno y, recién a mediados de setiembre de 2020, y ante el deterioro de las reservas internacionales, dispuso que solo les vendería divisas al tipo de cambio oficial a las empresas endeudadas por el 40% del total de la deuda que declaren. El  60% restante deberá ser reestructurado o abonado con fondos que tengan en el mercado internacional.

Para dar un ejemplo concreto, el Grupo ARCOR, liderado por Luis Pagani y familia, importante empresa con 16 filiales en el exterior, principal productora de caramelos, galletas y dulces del país, con participación en el capital accionario de “La Serenísima” líder en el rubro lácteos, etc., en la gestión de Macri tomó una deuda  por 552.815.000 dólares en una obligación negociable. El BCRA le ha vendido y vende dólares al precio oficial, cuando el mismo BCRA en su Informe “Mercado de cambios, deuda y formación de activos externos, 2015-2019”, sabe que compró divisas por medio de ARCOR SAIC: U$s 255.016.559.- y por  Bagley Argentina SA: U$s 105.700.041.-

Los accionistas del Grupo Arcor poseen empresas financieras en el exterior, todas ellas fueron conformadas por la sociedad intermediaria HOSLYND SA. de Uruguay[Se trata de la intermediaria en Uruguay que más empresas fantasmas ha creado según los Panamá Papers.].

Dicha empresa pertenece a una escribanía llamada “Hordeñana y Asociados Corredor de Bolsa SA”. Su dirección es Juncal 1205, en piso 13, de la ciudad de Montevideo[El striptease del poder y Revista Conteiner en  https://www.revistacontainer.com.ar/los-dulces-negocios-offshore-de-arcor-y-sus-accionistas/].

A través de la firma Hoslynd S.A., Luis Alejandro Pagani y su esposa María Eugenia Novoa crearon en 2012 la firma Roquel Properties Ltd. y la empresa LI Atlantic Investment LLC,  ambas en las Islas Vírgenes Británicas.

Y el BCRA le vende dólares al tipo de cambio oficial y al común de los mortales solo hasta 200 dólares por mes, más impuestos.

Máxime si se tiene en cuenta que además de presionar por la devaluación de nuestra moneda cuando no se tiene necesidad alguna ante el superávit comercial con el principal objetivo de acumular divisas para pagar la deuda, también presiona para subir las tasas de interés, y en ese caso el principal perjudicado es el BCRA que les pagó a los bancos la suma de 135 mil millones de pesos en el mes de octubre y, 141 mil millones de pesos en noviembre 2021 por las inmovilizaciones por Leliq y por pases pasivos [Leliq – Letras de Liquidez del BCRA y pases pasivos, son instrumentos financieros para “esterilizar” pesos que primero se emiten y luego, se retiran del sistema económico y se le paga un interés a los bancos por ello, funcionan como un encaje remunerado por el BCRA  para no prestar y a su vez, se ha convertido en la principal causa de la emisión monetaria] que conforman un pasivo financiero de 4,2 billones de pesos.

Eso sí, para el FMI es pecado que el BCRA asista al Tesoro de la Nación, incluso dentro de las severas  restricciones impuestas por la ley 24.144 de Carta Orgánica del BCRA.

Con alto tipo de cambio y con intereses reales positivos, lo único que se obtiene es encarecimiento de los alimentos y del resto de los componentes del costo de vida y, una  recesión generalizada por encarecimiento del poco crédito que se destina al mercado interno.

Con la política fiscal, monetaria y cambiaria acordada y supeditada por el FMI, se habla de tasas de crecimiento del PIB, cuando lo único que le interesa a los que están detrás del organismo internacional, es asegurar la inserción de la Argentina como mera proveedora de materias primas y alimentos al mundo desarrollado.

Cuando el tiempo vaya pasando, no se cumplan las metas y el descontento de la población aumente, el FMI dirá como otras veces, que la receta es buena pero que el  gobierno argentino no la supo ejecutar.

Cuando el problema real es que le imponen a la población una deuda que benefició a una minoría parásita y rentística que no alcanza a ser el 2% de la misma, en lugar de investigar y sancionar a esa minoría por comprar las divisas con dinero en negro e incluso, a los bancos que se la vendieron incumpliendo la Ley 25.246 de lavado de activos, que exige el origen de esos fondos.

En la pandemia los ricos se hicieron más ricos y los pobres, más pobres

Un mundo mucho mas desigual

Alfredo Zaiat en página 12

La pandemia del coronavirus es la peor crisis económica, social, laboral y sanitaria de, por lo menos, los últimos cien años. Uno de los saldos más impactante de semejante debacle es que aumentó la desigualdad en un contexto de inmensos sufrimientos personales de la mayoría de la población en el mundo.

En estos dos años de dramas económicos y humanitarios, los ricos se hicieron más ricos y los pobres más pobres, además de que la miseria alcanzó a muchos millones más. El primer año de la pandemia marcó el aumento más pronunciado en la participación de los multimillonarios en la riqueza del mundo.

El panorama de Argentina

Argentina no estuvo ajena a esta tendencia global. En 2021, el 10 por ciento superior retuvo alrededor del 40 por ciento del ingreso nacional total. En términos relativos, se encuentra por debajo del promedio de América latina que subió a poco más del 55 por ciento.

La iniciativa de equidad redistributiva del Aporte de las Grandes Fortunas, impulsada por el gobierno de Alberto Fernández, que no se ha replicado en otros países de la región, colaboró para no profundizar aún más la desigualdad.

Ingresos y riquezas

El mundo se ha vuelto más desigual en ingresos y en riqueza durante los últimos 40 años, y la pandemia la agudizó. Esto surge del último Informe sobre desigualdad mundial 2022, elaborado por el World Inequality Lab (WIL), dirigido por el economista francés Thomas Piketty y un grupo de más de 100 investigadores de todo el mundo. El reporte tiene los datos más actualizados y completos sobre las diversas facetas de la desigualdad en el mundo: riqueza global, ingresos, género y desigualdad ecológica.

El informe construido a partir de la Base de Datos de Desigualdad Mundial del WIL, coordinado por el mencionado Piketty y Lucas Chancel, Emmanuel Saez, Gabriel Zucman, ofrece las siguientes cifras:

* El 10 por ciento más rico de la población mundial recibe actualmente el 52 por ciento del ingreso mundial, mientras que la mitad más pobre de la población gana el 8,5 por ciento.

  • Las desigualdades mundiales de riqueza son incluso más pronunciadas que las desigualdades de ingresos. La mitad más pobre de la población mundial apenas posee el 2 por ciento del total de la riqueza. En contraste, el 10 por ciento más rico de la población mundial posee el 76 por ciento de toda la riqueza.

  • En lo que va del siglo, la desigualdad de la riqueza ha aumentado significativamente. La riqueza de las 50 personas más ricas del mundo aumentó 9 por ciento anual entre 1995 y 2001, y la riqueza de las 500 personas más ricas se incrementó 7 por ciento anual.

  • La riqueza media creció menos de la mitad de esa tasa, 3,2 por ciento durante el mismo período.

  • Desde 1995, el 1 por ciento superior se llevó el 38 por ciento de toda la riqueza global adicional en los últimos 25 años, mientras que el 50 por ciento inferior capturó sólo el 2 por ciento.

El panorama de Argentina

El reporte analiza además la situación de desigualdad de cada país en cada una de las categorías definidas en la investigación global. Para la Argentina entrega este panorama:

  1. Desigualdad de ingresos. Mientras que el 50 por ciento de la pirámide gana 368.050 pesos anuales, el 10 por ciento superior gana en promedio 13 veces más (4.850.920 de pesos). "Aunque las desigualdades en Argentina son más bajas que el promedio de América latina, siguen siendo, en general, particularmente altas", menciona el documento. Como se indicó al comienzo, en 2021, el 10 por ciento superior capturó alrededor del 40 por ciento del ingreso nacional total. Es un porcentaje más bajo que en Brasil y Chile (59 por ciento) pero mayor que en países europeos (30-35 por ciento).

  2. Desigualdad a largo plazo. Las estimaciones disponibles sugieren que la desigualdad disminuyó durante la segunda mitad del siglo XX, por debajo de niveles extremos: el 10 por ciento de la parte superior de la pirámide se apropiaba del 55 por ciento del ingreso entre 1900 y 1960, hoy está cerca del 40 por ciento. "Durante las últimas cuatro décadas, se observan dos movimientos: una reducción en la participación del ingreso del 10 por ciento superior en la década de 2000, seguida de un aumento desde principios de la década de 2010 en el contexto de una caída generalizada de los ingresos", indica.

  3. Desigualdad de la riqueza. Esta desigualdad se mantiene en niveles extremos. La riqueza promedio de los hogares se ha más que duplicado desde 1995 y la desigualdad se ha mantenido en niveles muy elevados, con un 10 por ciento de la población que tiene de 60 a 70 por ciento. "La desigualdad de riqueza en Argentina es ligeramente menor que en el resto de América latina, pero sigue siendo muy alta desde un punto de vista internacional", apunta.

  4. Desigualdad de género. La participación del trabajo femenino en el ingreso es de 37 por ciento. Este porcentaje sitúa a Argentina ligeramente por encima del promedio latinoamericano (35 por ciento). La participación de la mano de obra femenina en los ingresos se acerca a los niveles de Europa occidental (38 por ciento), más baja que la de Europa del Este (41 por ciento) pero más alta que en Asia (21 por ciento sin incluir China) o África subsahariana (28 por ciento).

  5. Desigualdad de carbono. La huella de gases de efecto invernadero per cápita promedio es igual a 6,5 tCO2e. El 50 por ciento inferior, el 40 por ciento medio y el 10 por ciento superior de la pirámide de ingresos fueron, en promedio, responsables de 3,5, 7,0 y 19,0 tCO2e/cápita, respectivamente, en 2019. O sea, los ricos emiten más gases de efecto invernadero.

Igual que a principios del siglo XX

El informe muestra cómo en 2021 "después de tres décadas de globalización comercial y financiera, las desigualdades globales siguen siendo extremadamente pronunciadas... casi tan grandes hoy como lo fueron en la cúspide del imperialismo occidental a principios del siglo XX".

Aunque el informe encontró que las desigualdades entre las naciones habían disminuido desde el final de la Guerra Fría (principalmente debido a la mejora en el nivel de vida en China), había aumentado en la mayoría de los países y se había vuelto más pronunciada como resultado de la situación global de pandemia en los últimos dos años.

Las desigualdades de ingresos y riqueza han ido en aumento desde la década de 1980, tras una serie de políticas económicas de desregulación y liberalización que adoptaron diferentes formas en diferentes países.

El incremento no ha sido uniforme: algunos países han experimentado importantes alzas de la desigualdad (Estados Unidos, Rusia e India) mientras que otros (países europeos y China) han registrado variaciones relativamente menores. "Estas diferencias confirman que la desigualdad no es inevitable, es una elección política", sentencia.

Incremento de la brecha de ingresos

Los datos y análisis presentados en el informe se basan en el trabajo de más de 100 investigadores durante cuatro años, ubicados en todos los continentes Esta vasta red colabora con instituciones estadísticas, autoridades fiscales, universidades y organizaciones internacionales para armonizar, analizar y difundir datos internacionales comparables sobre desigualdad.

De este modo el informe presenta la síntesis más actualizada de los esfuerzos investigativos internacionales para rastrear las desigualdades globales.

Uno de los resultados de la investigación fue que la brecha entre los ingresos promedio del 10 por ciento superior y el 50 por ciento inferior de las personas dentro de los países casi se ha duplicado, de 8,5 a 15 veces.

Reiteran que las desigualdades globales parecen ser tan grandes hoy como lo fueron en el pico del imperialismo occidental a principios del siglo XX. De hecho, la proporción de ingresos que capta actualmente la mitad más pobre de la población mundial es aproximadamente la mitad de lo que era en 1820, antes de la gran divergencia entre los países occidentales y sus colonias. 

Los investigadores afirman que aún queda un largo camino por recorrer para deshacer las desigualdades económicas globales heredadas de la alta desigualdad en la organización de la producción mundial entre mediados del siglo XIX y mediados del XX.

Riqueza neta de los gobiernos y del sector privado

El reporte invita a entender estas desigualdades centrándose en la brecha entre la riqueza neta de los gobiernos y la riqueza neta del sector privado. Explica que durante los últimos 40 años, los países se han vuelto significativamente más ricos, pero sus gobiernos se han vuelto más pobres.

Calcula que la participación de la riqueza en manos de los actores públicos es cercana a cero o negativa en los países ricos, lo que significa que la totalidad de la riqueza está en manos privadas. Esta tendencia se ha visto magnificada por la crisis de la covid-19, durante la cual los gobiernos tomaron prestado el equivalente de 10 a 20 por ciento del PIB, esencialmente del sector privado.

La escasa riqueza actual de los gobiernos tiene importantes implicaciones para las capacidades estatales de abordar la desigualdad en el futuro, así como los desafíos clave del siglo XXI como el cambio climático.

El aumento de la riqueza privada también ha sido desigual dentro de los países y a nivel mundial. Los multimillonarios mundiales han capturado una parte desproporcionada del crecimiento de la riqueza global durante las últimas décadas: el 1 por ciento superior se llevó el 38 por ciento de toda la riqueza adicional acumulada desde mediados de la década de 1990, mientras que el 50 por ciento inferior capturó sólo el 2 por ciento.

Multimillonarios en la pandemia y los impuestos

Esta desigualdad se debe a una profunda desigualdad en las tasas de crecimiento entre los segmentos superior e inferior de la distribución de la riqueza. La riqueza de las personas más ricas del mundo ha avanzado entre 7 y 9 por ciento anual desde 1995, mientras que la riqueza promedio ha aumentado 3,2 por ciento anual.

Desde 1995, la participación de la riqueza mundial en manos del 0,01 por ciento más rico creció de 7 a 11 por ciento. La participación de la riqueza en poder de multimillonarios también se disparó durante este período (de 1 al 3 por ciento) y este aumento se exacerbó durante la pandemia. "De hecho, 2020 marcó el aumento más pronunciado registrado en la participación de los multimillonarios en la riqueza del mundo", apunta el informe.

A partir de estos datos, los autores del reporte analizan varias opciones de políticas para redistribuir la riqueza. Proponen un modesto impuesto progresivo sobre el patrimonio de los multimillonarios globales. Estiman que dada la intensa concentración de la riqueza, ese impuesto puede generar ingresos importantes para los gobiernos de cerca el 1,6 por ciento de sus recursos globales, dinero que podría derivarse a gastos en educación, salud y transición ecológica.

Argentina, en el gobierno de Alberto Fernández, es de los pocos países que en la pandemia avanzó en este tipo de tributo progresivo.

En 2021, había 62,2 millones de personas en el mundo que poseían más de 1 millón de dólares, con una riqueza promedio de 2,8 millones de dólares, lo que representa un total de 174 billones de dólares.

Picketty y su equipo de investigadores mencionan que "destacamos desde el principio que abordar los desafíos del siglo XXI no es factible sin una redistribución significativa de los ingresos y riqueza".

Recuerda que el surgimiento de los Estados de Bienestar modernos en el siglo XX estuvo asociado con un tremendo progreso en salud, educación y oportunidades para todos, y pudo sostenerse con el aumento de tasas impositivas progresivas y elevadas. 

Para concluir que "esto jugó un papel fundamental para garantizar la aceptabilidad social y política del alza de los impuestos y la socialización de la riqueza. Será necesaria una evolución similar para abordar los desafíos del siglo XXI".

Tomar Decisiones

El gobierno de Alberto Fernandez tiene dos años por delante para comenzar a signarle contenido a los significantes vacíos, vaciados por el neoliberañlismo en su afán por sostener los privilegios sostenidos por la acumulación financiera como resultado de la estafa sistémica que perpetro Estados Unidos al decidir salirse del “patrón oro” y erigirse a si mismo como moneda de referencia planetaria, logrando así transferir sus problemas a toda la economía globalizada. Funcionó al principio y los mecanismos de deuda solventaron buena parte de la inflación propia de una economía desbordada. Hoy el desmadre es global y si se persiste en estas formas difícilmente algún Estado, Banco Central, Banco Privado o Capital Concentrado, salga ileso. Lo saben ellos y juegan desesperados la carta de la ignorancia de los muchos que es la única que les sostiene en el poder. Nadie se salva solo. Que cada quién haga su parte.


Daniel Roberto Távora Mac Cormack



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