Entre el control y el caos

 

Vidas que se siembran

En estos tiempos tan exageradamente individuales, uno no puede menos que remarcar aquellas experiencias con individuos que marcan las pequeñas diferencias tanto en sus vidas como después que han dejado de caminar junto a nosotros. En el andar por el camino de los “Derechos Humanos” y la defensa de la vida y los valores que la dignifican: Justicia, Solidaridad, amor, Libertad,; siendo estos, si humanos, tan individuales como comunitarios, las vidas individuales que nos dejan, son semillas que germinan en quienes, junto a ellos, aprendimos, compartimos y recibimos el legado de lo que significa vivir una vida sin sentido o vivir la vida, amando, haciendo justicia, ejercitando la solidaridad y eligiendo en libertad el humano camino de la construcción común de una realidad que, en el pueblo y en lo de todos, encuentra el sentido genuino de “humanidad”.
 
Marcelo Trivelli, Presidente de Fundación Semilla y Miembro de la Red Regional de Educación para la Ciudadanía Mundial de América Latina y el Caribe, escribe en InternationalPress Agency (Pressenza)

El legado de Desmond Tutu y Roberto Garretón

El año 2021 termina con el fallecimiento de dos grandes personas en la defensa de los derechos humanos y de la justicia social de la época contemporánea: Desmond Tutu y Roberto Garretón. Ambos vivieron una vida plena, no exenta de controversias e incomprensiones. Tuvieron que enfrentar sistemas donde la justicia era desigual y funcional a la ideología predominante en sus respectivos países: Sudáfrica y Chile. Ambos, desde sus diversos orígenes y disciplinas optaron por la defensa no violenta de quienes no tenían voz y eran víctimas de humillaciones y abusos.

Desmond Tutu, fue arzobispo de la Iglesia Anglicana en Ciudad del Cabo. Era una persona negra, en una sociedad en que ellas eran segregadas por la minoría blanca, y provenía de una familia que vivía en pobreza. Fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1984.

No se puede resumir su vida y obra en una sola frase, sin embargo, destaco aquella que hace un llamado a la movilización y a terminar con la pasividad y la indiferencia: “Si eres neutral en situaciones de injusticia, has escogido el lado del opresor”.

Por su parte, Roberto Garretón, provenía de una familia de la élite chilena. Estudió Derecho en la Universidad de Chile y se tituló de abogado en 1967. Muy pronto, en 1973 se incorporó al equipo del Comité Pro Paz y posteriormente a su continuadora, la Vicaría de la Solidaridad, dependiente del arzobispado de Santiago. En el ámbito internacional, fue parte del sistema de Naciones Unidas para la defensa de los derechos humanos. Recibió el Premio Nacional de los Derechos Humanos en el año 2020.

Para Roberto Garretón, era importante lograr justicia y el fin de las violaciones a los derechos humanos, pero su mirada siempre estuvo puesta en que estas situaciones de vulneración no se volvieran a repetir y por ello destaco su afirmación: “Lo peor para un país es no tener memoria”.

Ambas afirmaciones tienen un trasfondo común, el cual es un llamado a la acción sobre la base de la razón. Un diálogo para escuchar, aprender, comprender y resolver y no para imponer, ni menos por la fuerza. Por ello es tan frustrante para quienes promovemos la razón en las instancias de participación -entendida como una nueva convivencia y una nueva ciudadanía-, el constatar que una escalada de violencia lleve a la razón, después de haber dejado tras de sí a víctimas que buscaban rebelarse contra el opresor o que prefirieron tomar una posición de neutralidad.

Las vidas de Desmond Tutu y Roberto Garretón, quienes ahora son parte de la historia, nos llaman a no olvidar lo que hicieron por sus congéneres y nos refuerzan en nuestra propuesta para una nueva Constitución de Chile el reemplazo del lema nacional que hoy está en nuestro Escudo Nacional “Por la razón o la fuerza”, por uno mucho más empático y a la altura de nuestros tiempos: “Por la fuerza de la razón”.

Genero y Diversidad

Silvina Molina, editora de Género y Diversidades, de la Agencia TELAM, produjo el siguiente reportaje a la ministra “de las Mujeres, Géneros y Diversidad”, Elizabeth Gomez Alcorta

La ministra analiza los desafíos para su tercer año de gestión y destaca: "cuanto menos capacidad tengamos de alcanzar autonomía e independencia económica, habrá más desigualdad y violencia".

La ley de aborto, que cumple un año el 30 de diciembre, el cupo laboral travesti trans y los programas estatales de apoyo inmediato ante situaciones de violencia de género son los logros que destaca la primera ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad de Argentina, Elizabeth Gómez Alcorta, quien también analiza los desafíos para su tercer año de gestión.

Además de las políticas mencionadas y en el marco del ciclo de entrevistas que la agencia Télam viene realizando a integrantes del Gabinete Nacional para conocer las metas 2022 del gobierno, Gómez Alcorta ponderó: "Logramos algo muy importante: poner en agenda la organización social de los cuidados".

- Télam: ¿Cuáles son los tres logros que destaca de los primeros dos años al frente del Ministerio?

-
Elizabeth Gómez Alcorta: Aborto. Es sin dudas la conquista más histórica que vamos a tener por su contundencia e importancia. También el cupo laboral travesti trans porque implica dar un paso importante para modificar una realidad vinculada a una población que tiene 40 años de expectativa de vida en pleno siglo XXI. Y el programa Acompañar, a partir del cual terminamos este año con más de 105.000 mujeres siendo acompañadas por seis meses con un salario mínimo, vital y móvil. Para el primer año (de su puesta en vigencia) ha superado las expectativas (oficiales). Cada mujer que ingresó al Acompañar es una mujer que está en riesgo y que el Estado acompaña para salir de ese riesgo de violencia extrema.

- T: ¿Usted considera que este es el programa que hizo que la cifra de femicidios se estabilice?

- EGA: Es posible pero es muy difícil poder dar alguna respuesta categórica porque los fenómenos de los femicidios y travesticidios son muy complejos. No tenemos dudas que en un momento tan particular como la pandemia, donde en la Argentina y en todo el mundo aumentaron las violencias por motivos de género, nuestro país pudo sostener las tasas de femicidio. Eso habla del trabajo, no solo del Ministerio, de todas las provincias, de muchos municipios. En ese contexto, el Presidente (Alberto Fernández) resolvió crear el Acompañar, que implica una inversión muy grande del Estado.

- T: Se necesita dinero para gestionar estas políticas preventivas. ¿Con qué presupuesto cuenta el Ministerio y cómo lo ejecuta?

- EGA: Ejecutamos íntegramente el presupuesto inicial que se nos asignó. Pedimos una segunda y una tercera ampliación. Para pedir ampliaciones hay que tener ejecutado el presupuesto, quiere decir que estamos al día. Del presupuesto inicial se ejecutó el 183%. Por eso se necesitaron las ampliaciones. Esto también marca la voluntad política del Gobierno. Estimamos que vamos a terminar el año por arriba del 90% (considerando las ampliaciones). La principal diferencia en términos del presupuesto inicial y del de ahora está vinculado a la cantidad de mujeres que necesitaron el Acompañar y el Estado respondió. Nunca se detuvieron los ingresos, no hubo cupo.

- T: ¿Va a continuar el Acompañar?

- EGA: Va a seguir. No tiene plazos. Una de las principales demandas del movimiento de mujeres en Argentina era que el Estado provea de asistencia económica a quien está en situación de violencia de género. Porque sabemos que entre las muchas necesidades que tiene para poder salir de esa situación, una de las principales es la asistencia económica. Para poner en marcha el Acompañar ya firmamos convenios con 618 de los 2.300 gobiernos locales que hay en el país.

También estamos trabajando en cómo se hace el acompañamiento psicosocial en esos municipios para ver cuáles son las salidas que pueden dar entre provincia y municipio a esa mujer.

- T: Después del Acompañar, ¿cuáles son las salidas que ofrece el Estado a estas mujeres?

- EGA: Pusimos en marcha el programa Producir, de asistencia económica y técnica para fortalecer o para crear unidades comerciales, emprendimientos productivos de los más variados. Hay de todo: panadería, cooperativa, cuidado personal, hilados, construcción, estética, estampado, gestión menstrual ecológica, arte y medios y mucho más. Todos están en marcha.

En cada uno de esos emprendimientos tienen que estar incluidas mujeres que hayan estado o estén en situación de violencia de género. El trabajo tiene que ser coordinado con los municipios y con las provincias porque estamos con un volumen muy grande de ingreso. Hay un trabajo muy importante con empresarias y empresarios para empezar a asegurar cupos para personas que hayan estado en situaciones de violencia de género. La idea es el año que viene ir por más, porque además por cada unidad productiva hay 5, 10, 15, 20 personas que están trabajando.

- T: ¿Cuántos emprendimientos están incluidos en el Producir?

- EGA: Son 183 en todo el país. También trabajamos una línea específica del programa Potenciar Trabajo, que administra el Ministerio de Desarrollo Social, para mujeres en situación de violencia de género. Allí había 11.700 (beneficiarias) hasta noviembre y hay más de 6.000 personas trans.

El Ministerio de Producción también viene llevando adelante una política muy activa para incentivar la contratación de mujeres y personas trans. Los sectores más difíciles para la recuperación son los más feminizados. Viene creciendo Argentina, hay reactivación continua, sobre todo en la industria y la construcción que son dos sectores masculinizados. En este contexto, destaco el rol del programa Registradas, que incentiva la contratación, la formalización y la bancarización de un sector con 98% de (participación laboral de) mujeres, el de las trabajadoras de casa particular.

Vinculo todas esas iniciativas porque cuanto menos capacidad tengamos de alcanzar autonomía e independencia económica, habrá más desigualdad y violencia. Este caminito hay que hacerlo porque es un camino que ayuda a pensar porqué hay que generar igualdad, porque eso hace que bajen las violencias.

- T: Y también en este contexto entran como políticas públicas el cuidado de la niñez, de las personas mayores, de quienes tienen alguna discapacidad. ¿Es así?

- EGA: Los cuidados son clave. Logramos algo muy importante: poner en agenda la organización social de los cuidados. La pandemia lo puso sobre la mesa, lo dejó al descubierto. Hubo una crisis de cuidados. Tenemos que reorganizarlos con una lógica de igualdad de género. Si no hay servicios públicos para una persona que tiene discapacidad o persona mayor o para niños, el cuidado recae en las mujeres. Entonces se requiere un Estado motorizando, creando esos servicios de cuidado, creando infraestructura. El ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, es un aliado en ese sentido. El Ministerio de Desarrollo está trabajando en la creación de 300 Centros de Desarrollo Infantil.

Por otra parte, estamos trabajando (desde la cartera de Mujeres, Géneros y Diversidad) en un anteproyecto de ley, que brindará el marco normativo para pensar todo esto como una política de Estado.

- T: Cuidados será entonces una de las prioridades para iniciar el tercer año de gestión. ¿Algún otro eje pendiente para el año que viene?

- EGA: Sí, la reactivación económica con igualdad es fundamental. Pensar de modo más estratégico la recuperación.

- T:¿Qué hace que su Ministerio sea distinto a los demás?

- EGA: Primero es un Ministerio que tiene legitimidad porque nace de una lucha, entonces hay un vínculo dialéctico entre el movimiento de mujeres y el Estado. La gente lo siente como propio. Genera mucha expectativa y porque el movimiento de mujeres es el actor colectivo más dinámico y más transformador que tiene la Argentina, Latinoamérica. Eso quiere decir que hay una demanda hacia el Estado muy fuerte. Queremos generar suficiente institucionalidad para que el Ministerio se quede como un pilar de las políticas de Estado. Por ejemplo, el Acompañar es de las mujeres. Hay una lógica distinta que es un desafío muy grande.

La entrevista en video completa puede verse en este enlace

Ante el aumento de casos de covid

En línea con lo definido por el Gobierno nacional, el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, anunció que se reducirán los tiempos de aislamiento y además se adelantará la aplicación de la dosis de refuerzo a cuatro meses en el marco de la tercera ola de la pandemia de coronavirus en el país.

En conferencia de prensa, el alcalde porteño expresó que lleva adelante una estrategia basada en dos ejes centrales: "el testeo inteligente y el avance del Plan de Vacunación contra el Covid". "Los testeos son una herramienta fundamental, todos los distritos tenemos que testear mas", consideró.

Para acelerar la aplicación de las vacunas, en coincidencia con lo establecido por las autoridades sanitarias de las distintas jurisdicciones, se reducirá de cinco a cuatro meses el intervalo de la dosis de refuerzo respecto de la segunda dosis. 

De acuerdo a lo decidido por el Gobierno nacional, Larreta informó que se reducirán los tiempos de aislamiento obligatorio para los contactos estrechos y los casos confirmados leves de COVID-19 que se encuentran vacunados contra el virus. "Desde ahora serán de 5 y 7 días respectivamente. Las personas que no hayan recibido dos componentes deberán cumplir con los 10 días", indicó. 


Por otro lado, el mandatario porteño comunicó que garantizará la atención durante las fiestas de fin de año: los centros de testeo permanecerán abiertos el 31 de diciembre y el 1º de enero. Además, la Ciudad suma un nuevo centro en Parque Roca que en los próximos días podrá brindar hasta 6 mil turnos diarios y se incorporarán 4 Unidades Móviles que brindarán apoyo a las Unidades Febriles de Urgencia (UFU´s) con mayor demanda. 

Por su parte, el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, dijo que "cada día que pasa, la variante Ómicron va a tomar más proporción". “La información internacional y la nuestra indican que estas olas de Delta combinada con Ómicron provocan un nivel de gravedad menor y requieren un nivel de internación significativamente menor”, agregó.

Medidas anunciadas:

  • Reducción del tiempo de aislamiento para casos positivos y contactos estrechos vacunados

  • Se acorta de cinco a cuatro meses el intervalo de la dosis de refuerzo respecto de la segunda dosis. 

  • Apertura de un nuevo centro de testeo en Parque Roca

  • Incorporación de 4 Unidades Móviles

Reducción en los tiempos de aislamiento

La decisión de reducir los plazos de aislamiento para los casos confirmados leves y los contactos estrechos que se encuentren vacunados fue tomada por el Ministerio de Salud de la Nación y el Consenso Federal. 

Personas vacunadas:

  • Casos confirmados con un cuadro leve: se reduce de 10 a 7 días el aislamiento obligatorio. 

  • Casos confirmados con un cuadro moderado o grave: 10 días de aislamiento obligatorio.

  • Contactos estrechos asintomáticos: se reduce de 10 a 5 días el aislamiento obligatorio y otros 5 días de cuidados especiales (uso de tapaboca; evitar reuniones en espacios cerrados y lugares con aglomeraciones de personas; higienización de manos; etc.)

Personas sin vacunas:

  • Casos confirmados con un cuadro leve: 10 días de aislamiento obligatorio.

  • Casos confirmados con un cuadro moderado o grave: 10 días de aislamiento obligatorio.

  • Contactos estrechos asintomáticos: se debe testear al séptimo día y obtener un resultado negativo o cumplir con un aislamiento obligatorio de 10 días. 

A Nivel Nacional

El Ministerio de Salud reportó este miércoles 42.032 casos de coronavirus en las últimas 24 horas en la Argentina, una cifra récord desde que inició la pandemia en marzo del año pasado. Además, fueron notificadas 26 muertes, con lo que suman 117.111 los fallecidos registrados oficialmente a nivel nacional y 5.556.239 los contagiados desde el inicio de la pandemia, respectivamente.

La curva de contagios continúa creciendo exponencialmente desde hace un par de semanas. Tal es el aumento que la cifra de este miércoles superó el récord de 41.080 casos que se marcó el 27 de mayo de este año. En tanto, este lunes se reportaron 20.263 casos mientras que el martes hubo 33.902 en 24 horas.

Respecto a la tercera ola, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, admitió que "podemos decir que Argentina evitó una ola, ese es un logro de todo el país, y en este momento (atravesamos) la tercera ola". En esa misma línea, la funcionaria diferenció la situación de Argentina con la de otras regiones del mundo que "ya están atravesando la cuarta ola como Estados Unidos y muchos países de Europa. La mayoría de las regiones están transitando su cuarta ola y Sudamérica está empezando su tercera ola".

La cartera sanitaria indicó que son 977 los internados con coronavirus en unidades de terapia intensiva, con un porcentaje de ocupación de camas de adultos en el sector público y privado, para todas las patologías, de 34,9% en el país y del 36,3% en la Área Metropolitana Buenos Aires.

Vizzotti además anunció este miércoles una reducción de los días de aislamiento a cumplir por las personas contagiadas de coronavirus y contactos estrechos que tengan el esquema de vacunación completo, en una medida que comenzará a regir a partir de este jueves y que fue consensuada con todas las provincias en el ámbito del Consejo Federal de Salud (Cofesa).

La ministra señaló en una conferencia de prensa realizada en la Casa de Gobierno que acordó con sus pares provinciales bajar de 10 a 5 días el aislamiento para contactos estrechos de casos positivos asintomáticos, siempre que tengan el esquema completo de vacunación, mientras que aquellos que sean positivos con síntomas leves deberán resguardarse durante 7 días.

La funcionaria detalló que para aquellas personas que sean contactos estrechos asintomáticos sin vacunarse o con el esquema incompleto, el aislamiento se reducirá a 7 días con un test PCR negativo o, si no se cuenta con el examen, se mantendrán los actuales 10 días, al igual que para aquellos que resulten positivo y no se hayan vacunado.

La tasa de positividad de los testeos sigue en alza, con el 30,98%, muy por encima del 10% fijado como referencia por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Del total de contagiados, 5.556.239 recibieron el alta y 155.218 son casos confirmados activos.

Según el Monitor Público de Vacunación, el total de inoculados asciende a 75.644.660, de los cuales 38.036.381 recibieron una dosis, 32.587.409 las dos, 2.436.423 una adicional y 2.584.447 una de refuerzo, mientras que las vacunas distribuidas a las jurisdicciones llegan a 93.954.966.

El Ministerio indicó además que se realizaron en las últimas 24 horas 135.645 testeos y desde el inicio del brote ascienden a 27.790.142 las pruebas diagnósticas para esta enfermedad.

Fuentes: Diario Perfil y Diario Ambito Financiero

El terrorismo de la guerra contra el terrorismo

El Congreso de Estados Unidos acaba de aprobar la construcción de un Memorial de la Guerra contra el Terrorismo a construirse no muy lejos del monumento a Lincoln, “para honrar aquellos que sirvieron en el conflicto más largo de la historia de la Nación”.

Escribe Jorge Majfud, escritor uruguayo, nacido en Tacuarembó, en 1969. Estudió arquitectura graduándose en la Universidad de la República. En la actualidad se dedica íntegramente a la literatura y a sus artículos en diferentes medios de comunicación. Enseña Literatura Latinoamericana en The University of Georgia, Estados Unidos.

Su texto fué publicado en Indymedia y tomado de “Revista Rebelión”

No será el primero, ya que existe el Global War on Terrorism Memorial en Georgia, para que las nuevas generaciones nunca olviden el sacrificio de «El país de las leye»s que, como Superman, lucha “por la libertad y la justicia” en el mundo. Narrativa para niños educados en Disney World y para adultos que valoran la fé sobre la razón: el mundo se reduce a la lucha del Bien contra el Mal y nosotros somos los guardianes del Bien, del Destino manifiesto.

Como siempre, los mitos están recargados de olvidos estratégicos. Ni siquiera se trató del conflicto más largo, ya que sólo la guerra de despojo, no de la tribu sino de la Nación Seminole se extendió desde 1816 hasta mediados del siglo XIX. Antes de convertirse en mascota de un equipo de fútbol, los seminoles fueron verdaderos héroes en una verdadera guerra de defensa contra el despojo de su territorio en Florida y contra una abismal diferencia de poder militar. Al igual que otros pueblos despojados y masacrados por el fanatismo anglosajón, fueron considerados salvajes (terroristas) que, según el discurso de la Unión del presidente Andrew “Mata Indios” Jackson de 1832,  “nos atacaron primero sin que nosotros los provocásemos”.

El 31 de agosto de 2021, el presidente Joe Biden anunció el “fin de la guerra contra el terrorismo”. (Naturalmente, como escribimos hace veinte años, el negocio de la guerra se desplazará al Extremo Oriente. Habrá una Segunda Guerra Fría en el ciberespacio, no sin los fuegos de la primera.) Como ningún presidente estadounidense puede hablar de amor sino de guerra, el bueno de Biden, con un estilo muy Obama, ha advertido: “permítanme dejarlo bien claro: si buscas hacerle daño a Estados Unidos… debes saber que nunca te perdonaremos. No lo olvidaremos. Te perseguiremos hasta los confines de la Tierra y pagarás por tu ofensa”. Una copia literal de las advertencias de recordar y castigar las defensas y ofensas ajenas que se leen por miles en los anales de la historia de los últimos doscientos años.

Sólo la “Guerra contra el terrorismo” oculta las raíces del problema de la misma forma que la “Guerra contra las drogas”, diseñada, según sus autores, para criminalizar a negros y latinos. (También Pekin ha usado ese ideoléxico de “Guerra contra el terrorismo” para justificar la violación de los derechos humanos del pueblo Uighur.) El nombre “Guerra contra el terrorismo” y la obligación de no olvidar ocultan un olvido sistemático, como la destrucción de democracias en Oriente Medio (como la de Irán en 1953), la desestabilización de gobiernos seculares (como el de Afganistán en los años 70), la  creación de milicias descontroladas (como los Muyahidín o los Contras en los 80), las Guerras perdidas y genocidas (como Vietnam en los 60 o Irak en los 2000). Como los más recientes bombardeos indiscriminados en Siria e Irak, filtrados por accidente pero probados como recurso sistematico. (Luego, mejor criminalizar a quienes nos descubrieron matando, como es el caso de Julian Assange.) Como la detención indefinida de sospechosos derivada de la Ley Patriota de 2003, la cual se ha extendido de forma obscena a los inmigrantes pobres. Porque los pobres son siempre sospechosos. Porque este es El país de las leyes, como les gusta repetir a los pobres que logran pasar y hacerse de papeles y papelitos.

No es posible hablar de terrorismo en Medio Oriente sin considerar el rol de los imperios Noroccidentales. No es posible hablar del rol de los imperios sin los intereses corporativos. Mientras éstos existan, existirá el imperialismo y existirán las sangrientas “guerras de defensa”. En 1933, Smedley Butler, el general más condecorado de su generación y héroe de las Guerras bananeras, se puso a pensar y reconoció: “he sido el músculo de Wall Street, un mafioso del capitalismo”. En 1961 otro general, el presidente Eisenhower, antes de ser acusado de comunista advirtió de la injerencia del Complejo Industrial Militar en el gobierno. La última “Guerra contra el terrorismo” costó 8.000.000.000.000 dólares (dos veces la economía de todos los paises de América latina juntos), causó la muerte de más de un millón de personas y el desplazamiento de otros 38 millones. ¿Cuántos grupos terroristas se necesitan para alcanzar alguna de estas cifras?

Pues, entonces, ¿por qué es posible este absurdo universal? La injusta muerte de un ciudadano estadounidense por motivos raciales puede movilizar a millones de indignados, pero cuando se filtra una matanza oculta de cincuenta niños en Medio Oriente, pasa desapercibida. No existe.

¿Acaso no es el imperialismo la mayor expresión de racismo? La vergonzosa cárcel de Guantanamo, el centro de violación de los Derechos Humanos en Cuba, ha sobrevivido dos décadas de vanas promesas porque hasta los psicólogos han hecho fortunas asesorando a torturadores. Al igual que los barcos-prisión de la CIA, Guantánamo no es territorio estadounidense sino territorio ocupado, y, por lo tanto, no se aplican sus leyes humanitarias. Incluso cientos de inocentes torturados por años, muchos liberados como esponjas secas, nunca lograrán indemnización alguna sino estigmatización del resto del mundo. Lo mismo las decenas de cárceles secretas e ilegales que mantiene la CIA alrededor del mundo (black sites) como si fuesen agujeros negros de todos los derechos humanos, esos gobiernos paralelos que Washington mantiene al tiempo que da lecciones de Derechos Humanos.

Aparte de sus propias raíces, la “Guerra contra el terrorismo” ha logrado ocultar los problemas reales del presente. Los países continúan su absurdo incremento del gasto militar, incrementando la pobreza y la violencia de las naciones. La pandemia los ha desnudado en toda su inutilidad pero, por otro lado, ha contenido masivas protestas sociales en los países “civilizados”, peligro creciente que antes había llevado a la militarización de la policía. (Con la previsible excepcion del asalto al Congreso de Estados Unidos del 6 de enero de 2021, donde la policía enfrentó a la turba de banderas confederadas con palitos y palabras de consolación.)

¿De verdad quieres servir a tu país? Pues, déjate de masturbaciones patrióticas y empieza a decir la verdad, sobre todo esa verdad que los pueblos no quieren escuchar. Eso requiere más valor que apretar botones y suprimir decenas de inocentes a distancia, como si se tratase de un videojuego. Eso no es heroísmo. Es un crímen mayor. Pero más condenable que esos soldados adoctrinados por una maquinaria trillonaria es el silencio de los ciudadanos, distraídos en apasionados debates sobre fuegos artificiales.

Para terminar, Biden agregó: “La obligación fundamental de un presidente es defender y proteger a Estados Unidos, no contra las amenazas de 2001, sino contra las amenazas de 2021… Gracias, que Dios proteja a nuestras tropas”.

Sr. presidente, la solución es bastante simple y no requiere más gastos sino menos: deje de considerar que Dios tiene un pasaporte y una bandera colgada a la entrada de su casa. Deje de considerar que las invasiones preventivas son actos de defensa y comience a cumplir con las leyes internacionales. Salvará usted no sólo a su país y la vida de sus soldados, sino millones de otras vidas humanas.

Claro que eso no será un buen negocio para los Señores de la Guerra, pero, en fin, alguien siempre tiene que perder algo.

Soicedades del control

Uno de los textos postumos de Gilles Deleuze, nacido en París, 18 de enero de 1925- y fallecido un 4 de noviembre de 1995, filósofo francés, considerado entre los más importantes e influyentes del siglo XX, fue “Post-scriptum sobre las sociedades de control”, cuyo original en francés apareció en L ‘Autre Joumal Nº 1, mayo de 1990 y fue reproducido en el libro Qu’est-ce que la philosophie ? Ed. Minuit. París. 1991.

Historia

  • *  Traducción del texto francés que apareció en L ‘Autre Joumal Nº 1, mayo de 1990 y fue reproducido (...)

1 Foucault situó las sociedades disciplinarias en los siglos XVII y XIX*, y estas sociedades alcanzan su apogeo a principios del siglo XX. Operan mediante la organización de grandes centros de encierro. El individuo pasa sucesivamente de un círculo cerrado a otro, cada uno con sus propias leyes: primero la familia, después la escuela (“ya no estas en la casa”), después el cuartel (“ya no estas en la escuela’’), a continuación la fábrica, cada cierto tiempo el hospital, y a veces la cárcel, el centro de encierro por excelencia. La cárcel sirve como modelo analógico: la heroína de Europa 51 exclama, cuando ve a los obreros: «creí ver a unos condenados». Foucault ha analizado a la perfección el proyecto ideal de los centros de encierro, especialmente visible en las fábricas: concentrar, repartir en el espacio, ordenar en el tiempo, componer en el espacio-tiempo una fuerza productiva cuyo efecto debe superar la suma de las fuerzas componentes. Pero Foucault conocía también la escasa duración de este modelo: fue el sucesor de las sociedades de soberanía, cuyos fines y funciones eran completamente distintos: gravar la producción más que organizarla, decidir la muerte más que administrar la vida; la transición fue progresiva. Napoleón parece ser quien realizó la transformación de una sociedad en otra. Pero, también las disciplinas entraron en crisis en provecho de nuevas fuerzas que iban produciendo lentamente, y que se precipitaron después de la segunda guerra mundial: las sociedades disciplinarias son nuestro pasado inmediato, lo que estamos dejando de ser.

2 Todos los centros de encierro atraviesan una crisis generalizada: cárcel, hospital, fábrica, escuela, familia. La familia es un (espacio) “interior” en crisis, como lo son los demás (espacios) interiores (el escolar, el profesional, etc.). Los ministros competentes anuncian constantemente las supuestamente necesarias reformas. Reformar la escuela, reformar la industria, reformar el hospital, el ejército, la cárcel; pero todos saben que, a un plazo más o menos largo, estas instituciones están acabadas. Solamente se pretende gestionar su agonía y mantener a la gente ocupada mientras se instalan esas nuevas fuerzas que están llamando a nuestras puertas. Se trata de las sociedades de control, que están sustituyendo a las disciplinarias. “Control” es el nombre propuesto por Burroughs para designar al nuevo monstruo que Foucault reconoció como nuestro futuro inmediato. También Paul Virilio ha analizado continuamente las formas ultrarrápidas que adopta el control “al aire libre” y que reemplazan a las antiguas disciplinas que actuaban en el período de los sistemas cerrados. No cabe responsabilizar de ellas a la producción farmacéutica, a los enclaves nucleares o a las manipulaciones genéticas, aunque tales cosas estén destinadas a intervenir en el nuevo proceso. No cabe comparar para decidir cuál de los dos regímenes es más duro o más tolerable, ya que tanto las liberaciones como las sumisiones han de ser afrontadas en cada uno de ellos a su modo. Así, por ejemplo, en la crisis del hospital como medio de encierro, es posible que la sectorialización, los hospitales de día o la asistencia domiciliaria hayan supuesto en un principio nuevas libertades; no obstante, participan igualmente de mecanismos de control que no tienen nada que envidiar a los más terribles encierros. No hay lugar para el temor ni para la esperanza, sólo cabe buscar nuevas armas.

Lógica

3 Los diferentes internados o centros de encierro por los que va pasando el individuo son variables independientes: se sobreentiende en cada ocasión un comienzo desde cero, y, aunque existiese un lenguaje común a todos los centros de encierro, es un lenguaje analógico. En cambio, los diferentes “controladores” son variantes inseparables que constituyen un sistema de geometría variable cuyo lenguaje es numérico (lo que no siempre significa que sea binario). Los encierros son moldes o moldeados diferentes, mientras que los controles constituyen una modulación, como una suerte de molde autodeformante que cambia constantemente y a cada instante, como un tamiz cuya malla varía en cada punto. Se puede apreciar sin dificultad en los problemas de los salarios: la fábrica era un cuerpo cuyas fuerzas interiores debían alcanzar un punto de equilibrio, lo más alto posible para la producción, lo más bajo posible para los salarios; en una sociedad de control, la fábrica es sustituida por la empresa, y la empresa es un alma, es etérea.

4 Es cierto que ya la fábrica utilizaba el sistema de las primas y los incentivos, pero la empresa se esfuerza con mayor profundidad en imponer una modulación de cada salario, en estados siempre metaestables que admiten confrontaciones, concursos y premios extremadamente cómicos. El éxito de los concursos televisivos más estúpidos se debe a que expresan adecuadamente la situación de las empresas. La fábrica hacía de los individuos un cuerpo, con la doble ventaje de que, de este modo, el patrono podía vigilar cada uno de los elementos que formaban la masa y los sindicatos podían movilizar a toda una masa de resistentes. La empresa, en cambio, instituye entre los individuos una rivalidad interminable a modo de sana competición, como una motivación excelente que contrapone unos individuos a otros y atraviesa a cada uno de ellos, dividiéndole interiormente. El principio modulador de que los salarios deben corresponderse con los méritos tienta incluso a la enseñanza pública: de hecho, igual que la empresa toma el relevo de la fábrica, la formación permanente tiende a sustituir al examen. Lo que es el medio más seguro para poner la escuela en manos de la empresa.

5 En las sociedades disciplinarias siempre había que volver a empezar (terminada la escuela, empieza el cuartel, después de éste viene la fábrica), mientras que en las sociedades de control nunca se termina nada: la empresa, la formación o el servicio son los estados metaestables y coexistentes de una misma modulación, una especie de deformador universal. Kafka, que se hallaba a caballo entre estos dos tipos de sociedad, describió en El proceso sus formas jurídicas más temibles: la absolución aparente (entre dos encierros), típica de las sociedades disciplinarias, y el aplazamiento ilimitado (en continua variación) de las sociedades de control son dos formas de vida jurídicamente muy distintas, y si el derecho actual es un derecho en crisis, vacilante, ello sucede porque estamos abandonando unas formas y transitando hacia otras. Las sociedades disciplinarias presentan dos polos: la marca que identifica al individuo y el número o la matrícula que índica su posición en la masa. Para las disciplinas, nunca hubo incompatibilidad entre ambos, el poder es al mismo tiempo masificador e individuante, es decir, forma un cuerpo con aquellos sobre quienes se ejerce al mismo tiempo que moldea la individualidad de cada uno de los miembros (Foucault, encontraba el origen de este doble objetivo en el poder pastoral del sacerdote -el rebaño y cada una de las ovejas-, si bien el poder civil se habría convertido, por su parte y con otros medios, en un “pastor” laico).

6 En cambio, en las sociedades de control, lo esencial ya no es una marca ni un número, sino una cifra: la cifra es una contraseña [mot de passe], en tanto que las sociedades disciplinarias están reguladas mediante consignas [mots et ordre), tanto desde el punto de vista de la integración como desde el punto de vista de la resistencia a la integración. El lenguaje numérico de control se compone de cifras que marcan o prohíben el acceso a la información. Ya no estamos ante el dualismo «individuo-masa». Los individuos han devenido “dividuales” y las masas se han convertido en indicadores, datos, mercados o “bancos’’. Quizá es el dinero lo que mejor expresa la distinción entre estos dos tipos de sociedad, ya que la disciplina se ha remitido siempre a monedas acuñadas que contenían una cantidad del patrón oro, mientras que el control remite a intercambios fluctuantes, modulaciones en las que interviene una cifra: un porcentaje de diferentes monedas tomadas como muestras. El viejo topo monetario es el animal de los centros de encierro, mientras que la serpiente monetaria lo es de las sociedades de control. Hemos pasado de un animal a otro, del topo a la serpiente, tanto el régimen en el que vivimos como en nuestra manera de vivir y en nuestras relaciones con los demás. El hombre de la disciplina era un productor discontinuo de energía, pero el hombre de control es más bien ondulatorio, permanece en órbita, suspendido sobre una onda continua. El surf desplaza en todo lugar a los antiguos deportes.

7 Es sencillo buscar correspondencias entre tipos de sociedad y tipos de máquinas, no porque las máquinas sean determinantes, sino porque expresan las formaciones sociales que las han originado y que las utilizan. Las antiguas sociedades de soberanía operaban con máquinas simples, palancas, poleas, relojes; las sociedades disciplinarias posteriores se equiparon con máquinas energéticas, con el riesgo pasivo de la entropía y el riesgo activo del sabotaje; las sociedades de control actúan mediante máquinas de un tercer tipo, máquinas informáticas y ordenadores cuyo riesgo pasivo son las interferencias y cuyo riesgo activo son la piratería y la inoculación de virus. No es solamente una evolución tecnológica, es una profunda mutación del capitalismo. Una mutación ya bien conocida y que puede resumirse de este modo: el capitalismo del siglo XIX es un capitalismo de concentración, tanto en cuanto a la producción como en cuanto a la propiedad. Erige, pues, la fábrica como centro de encierro, ya que el capitalista no es sólo propietario de los medios de producción, sino también, en algunos casos, el propietario de otros centros concebidos analógicamente (las casas donde viven los obreros, las escuelas). En cuanto al mercado, su conquista procede tanto por especialización como por colonización, o bien mediante al abaratamiento de los costos de producción.

8 Sin embargo, en la actual situación, el capitalismo ya no se concentra en la producción, a menudo relegada a la periferia tercermundista, incluso en la compleja forma de producción textil, metalúrgica o petrolífera. Es un capitalismo de superproducción. Ya no compra materias primas ni vende productos terminados o procede al montaje de piezas sueltas. Lo que intenta vender son servicios, lo que quiere comprar son acciones. No es un capitalismo de producción sino de productos, es decir de ventas o de mercados. Por eso es especialmente disperso, por eso la empresa ha ocupado el lugar de la fábrica. La familia, la escuela, el ejército, la fábrica ya no son medios analógicos distintos que convergen en un mismo propietario, ya sea el Estado o la iniciativa privada, sino que se han convertido en figuras cifradas, deformables y transformables, de una misma empresa que sólo tiene administradores. Incluso el arte ha abandonado los círculos cerrados para introducirse en los circuitos abiertos de la banca.

9 Un mercado se conquista cuando se adquiere su control, no mediante la formación de una disciplina; se conquista cuando se puede fijar los precios, no cuando se abaratan los costos de producción; se conquista mediante la transformación de los productos, no mediante la especialización de la producción. La corrupción se eleva entonces a una nueva potencia. El departamento de ventas se ha convertido en el centro, en el “alma”, lo que supone una de las noticias más terribles del mundo. Ahora, el instrumento de control social es el marketing, y en él se forma la raza descarada de nuestros dueños. El control se ejerce a corto plazo y mediante una rotación rápida, aunque también de forma continua e ilimitada, mientras que la disciplina tenía una larga duración, infinita y discontinua. El hombre ya no está encerrado sino endeudado. Sin duda, una constante del capitalismo sigue siendo la extrema miseria de las tres cuartes partes de la humanidad, demasiado pobres para endeudarlas, demasiado numerosas para encerrarlas: el control no tendrá que afrontar únicamente la cuestión de la difuminación de las fronteras, sino también la de !os disturbios en los suburbios y guetos.

Programa

10 No es preciso apelar a la ficción científica para concebir un mecanismo de control capaz de proporcionar a cada instante la posición de un elemento en un medio abierto, ya sea un animal dentro de una reserva o un hombre en una empresa (collares electrónicos). Félix Guattari imaginaba una ciudad en la que cada uno podía salir de su apartamento, de su casa o de su barrio gracias a su tarjeta electrónica (dividual) mediante la que iba levantando barreras; pero podría haber días u horas en los que la tarjeta fuera rechazada; lo que importa no es la barrera, sino el ordenador que señala la posición, lícita o ilícita, y produce una modulación universal.

11 El estudio socio-técnico de los mecanismos de control que ahora están en sus comienzos debería ser un estudio categorial capaz de describir eso que ahora se está instalando en el lugar de los centros de encierro disciplinario, cuya crisis está en boca de todos. Es posible que, tras las adaptaciones correspondientes, reaparezcan algunos mecanismos tomados de las antiguas sociedades de soberanía. Lo importante es que nos hallamos en el inicio de algo. En el régimen carcelario, la búsqueda de “penas sustitutivas”, al menos para los delitos menores, y la utilización de collares electrónicos que imponen al condenado la permanencia en su domicilio durante ciertas horas. En el régimen escolar, las formas de control continuo y la acción de la formación permanente sobre la escuela, el correspondiente abandono de toda investigación en el seno de la Universidad, la introducción de la empresa en todos los niveles de escolaridad. En el régimen hospitalario, la nueva medicina «sin médicos ni enfermos» que localiza enfermos potenciales y grupos de riesgo, y que en absoluto indica un progreso en la individuación como a menudo se dice, sino que sustituye el cuerpo individual o numérico por una materia “dividual” cifrada que es preciso controlar. 

12 Asimismo, en el régimen empresarial, los nuevos modos de tratar el dinero, de tratar los productos y de tratar a los hombres ya no pasa por la antigua forma de la fábrica. Son ejemplos mínimos, pero que nos permiten comprender mejor lo que hay que entender por «crisis de las instituciones», es decir, la instalación progresiva y dispersa de un nuevo régimen de dominación. Una de las cuestiones más importantes es la inadaptación de los sindicatos a esta situación: ligados históricamente a la lucha contra las disciplinas y a los centros de encierro, ¿cómo podrían adaptarse o dejar paso a nuevas formas de resistencia contra las sociedades de control? ¿Puede hallarse ya un esbozo de estas formas futuras, capaces de contrarrestar las delicias del marketing? ¿No es extraño que tantos jóvenes reclamen una “motivación”, que exijan cursillos y formación permanente? Son ellos quienes tienen que descubrir para qué les servirán tales cosas, como sus antepasados descubrieron, penosamente, la finalidad de las disciplinas. Los anillos de las serpientes son aún más complicados que los orificios de una madriguera de topo.

(Gilles Deleuze, «Post-scriptum sobre las sociedades de control», Polis [En línea], 13 | 2006, Publicado el 14 agosto 2012, consultado el 30 diciembre 2021. URL: http://journals.openedition.org/polis/5509) Tomado de Polis Revista Latinoamericana Nº13 Edición del 2006

Una nuevo centro de aislamiento

Mas allá del debate en torno a la utilidad/necesidad de los “aislamientos” preventivos u obligatorios en estos días de la peste, no deja de tornarse un nuevo símbolo de la mentalidad de época. Un nueva métafora de estos tiempos. 

El exagerado individualismo y las formas que llevan al suicidio de “lo humano” al pretenderlo constituido en el “yo” aislado y separado de sus relaciones afectivas, culturales y sociales, llevan a que, en tiempos de desconciertos e incertidumbres (como gustan repetir por estos días), la seguridad se encuentra en el “hogar”. Un intento por retornar a aquello de que “la familia” constituía la célula de la sociedad, hecho que evidentemente ha perdido relevancia a la hora de tanto formato familiar y tanto individualismo que impide la concreción de estructuras fuertes y capaces de sostenerse en el tiempo tanto en las relaciones maritales y de pareja como en la contención, educación, cuidado y legado a los hijos de los principios y valores que constituyen tanto el núcleo familiar como el contexto social en el que la familia resulta su “célula”.

Hoy se piensa en sociedad “liquidas”, por tanto en familias “liquidas”, sin forma, que se adaptan a la forma que le propone el recipiente y no adquiere una “identidad” o un “formato” que le sea propio. Por tanto, las células desprovistas de su función como tejido u órgano, enferman al organismo. Si cada célula actuase de forma independiente y produjese lo que quisiese y no lo que el órgano o tejido del que forma parte necesita, todo el organismo se resiente y enferma. Es una de las teorías que hoy explican el porque de las formaciones tumorales y de la enfermedad o síntoma que se conoce como Cáncer.

Resultado de las relaciones

Lo que se explica fuera del organismo, se explica dentro. Como se ve a si misma una sociedad, se ven a si mismos los individuos que la componen. La realidad es hoy anarquica y caótica. Cada célula quiere actuar por su cuenta. La actividad del organismo se resiente. Aparecen nuevas enfermedades y todo pierde su forma conocida.

El Hogar se propone hoy como un nuevo espacio de disciplinamiento, pero hace tiempo que ha perdido su forma, por tanto tan difícil como inútil intentar recomponer lo que se ha deformado. En tanto líquido, no hay vaso que contenga el caudal de un río, por tanto no hay forma de disciplinar lo que ha perdido su cauce y mucho menos si se pretende encerrarlo en vasos resquebrajados y agrietados. Nadie se salva solo. Que cada quién haga su parte.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack

Comentarios

Entradas populares de este blog