20 años no es nada

 

Las semanas mas trágicas de la democracia

Iván Schargrodsky, Director de CENITAL, Presenta un dossier especial que produce el medio mencionado referido a los acontecimientos del 2001, que iremos compartiendo en este y los días sucesivos, junto a otras notas de interés y reflexiones de otros medios en torno a la realidad Nacional, continental y global.

Dos décadas después de las jornadas del 19 y 20 de diciembre, de la Plaza, de la represión y de los muertos, la salida de Fernando de la Rúa puede ser leída de maneras muy diversas. Una victoria de la movilización popular. Un fracaso rotundo del sistema de representación. La extensión de un programa como la convertibilidad (mucho) más allá de su marco de posibilidad. Una muestra de la resiliencia del sistema político, que gestionó desde el Congreso y con el interinato de Duhalde una situación que, muchos se ilusionaron, traería una revolución.

Para quienes rondamos los treinta, y las y los más jóvenes, fue el punto de partida para la configuración del único sistema político que conocimos en la vida adulta. Los grandes protagonistas de las últimas dos décadas. De Néstor y Cristina Kirchner a Mauricio Macri y Elisa Carrió, quienes son los protagonistas nacionales, lo son en gran medida porque fueron intérpretes de aquella crisis. Coaliciones más ideológicas en sus planteos, políticos consagrados por el contacto directo con sus bases de apoyo -a través de la palabra en los medios o las redes sociales que por el cursus honorum de la política partidaria que consagró a Alfonsín o a Menem-, la lucha por los relatos y el cuestionamiento al periodismo y los medios de comunicación -el actor más prestigioso de la etapa anterior- son todas señales de un tiempo político muy duradero e incomprensible sin aquellas jornadas.

El aniversario nos encuentra en una nueva crisis política, social y económica. Los paralelismos son inevitables y es incluso inútil pensar aquella crisis sin que sea también un ejercicio para pensar la actual. Las diferencias son lo primero que luce. Donde había asambleas, culto a la espontaneidad y un Estado ausente o en frente, hoy encontramos organizaciones funcionando, partidos que, ciertamente con problemas, representan a su base y un Estado que, a veces mal y quizá tarde, atiende urgencias alimentarias, reclamos sociales y demandas diversas. En contraste con los años de tensión y movilizaciones con represión y fallecidos, la relativa calma de hoy está contenida en organización social. Sindicatos, comisiones internas, organizaciones barriales encolumnan, contienen y vehiculizan tensiones y reclamos. Ya nadie impugna al sistema político con una feta de salame. El voto por Javier Milei o Nicolás del Caño contiene, además de una impugnación, una referencia. Donde había una percibida unidad del “pueblo” contra “los políticos”, hoy está la mentada grieta, con sus políticos y sus pueblos.

Por detrás de las distancias, una crisis persistente que se agrava por capítulos hace ya demasiado tiempo. Un estancamiento de una década que devino en recesión en 2018. Un deterioro sostenido en el nivel de vida y, aún más importante, en las expectativas de la población que, cada vez más, descree de la capacidad de la política y de los consensos de la época para solucionar sus problemas y hasta cuestiones apremiantes que creíamos que, ya aprendidas de sobra, no volveríamos a padecer -como el endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional- contienen un aire familiar que funciona como advertencia sobre la durabilidad y sostenibilidad de la relativa calma con la que el país enfrenta sus grandes encrucijadas.

Tal vez la lección más importante de las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001 se encuentre en la creatividad con la que fueron enfrentadas situaciones inéditas. La capacidad de nuestro pueblo para innovar en las formas de organización, en la gestión de la economía, la asistencia estatal a las grandes urgencias, la formación de redes ciudadanas, la protesta y hasta la canalización de la caída de un Presidente sin vice por medios democráticos y preservando las instituciones fue tal que, de una situación que parecía terminal, dio origen al período de crecimiento económico consecutivo más prolongado de nuestra historia y un sistema político que alcanzó las dos décadas. Hacia el futuro, recuperar aquella creatividad será indispensable para, todos juntos, salir del pantano y seguir preservando una democracia cuya crisis hoy alcanza a todo occidente.

Reportaje

Eduardo Basualdo: “El 19 y 20 de diciembre estalló un patrón de acumulación de valorización financiera y fuga de capitales”

Tomas Aguerre politólogo de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y director de la agencia de comunicación Monteagudo. Coeditor del sitio Artepolítica. Nacído en Olavarría, provincia de Buenos Aires. Escribe en Cenital.

Doctor en Historia, economista, investigador principal y coordinador del Área de Economía de FLACSO. En agosto de 2001 publicó “Modelo de acumulación y sistema político en la Argentina. Notas sobre el transformismo argentino durante la valorización financiera”, un libro de referencia para entender la crisis del 2001.

¿Dónde estabas el 19 y 20 de diciembre de 2001?

El 19 tenía programada la presentación de mi libro Modelo de acumulación y sistema político en la Argentina. Notas sobre el transformismo argentino durante la valorización financiera que se iba a hacer a las seis de la tarde. Cuando De la Rúa declara el Estado de sitio dije "bueh, olvidémonos de la presentación" y empecé a mandar mails avisando que se suspendía la presentación. Me tuve que quedar hasta las siete de la tarde acá (N.del.E: en la puerta de FLACSO) a esperar a la gente y decirle que no se podía hacer en esas condiciones. Y nunca se hizo. Era una lástima porque iban a venir Guillermo O'Donnell, Horacio Verbitsky y, más que por el libro, para escucharlos a ellos. 

¿Y el 20?

Poco antes de esos días estuvo el plebiscito que organizó la CTA contra el hambre y la desocupación. Nosotros participamos desde el área y ese día teníamos reuniones con todo ese grupo por el tema, así que me perdí lo de Plaza de Mayo también. Fue en la zona de Congreso, que era zona de desastre. Después me enteré por mis hijos, que estuvieron en Plaza de Mayo, el quilombo que fue eso, ciertamente trágico.

¿Por qué estalló la Argentina el 19 y 20 de diciembre? Son dos preguntas: por qué estalló y por qué esos días en particular. 

Que iba a estallar, iba a estallar. Si no se quería hablar, está bien. Pero si vos miras en el libro “Sistema político y modelo de acumulación en Argentina” está implícito. 

¿Fue una crisis del modelo de acumulación?

Sí, por eso hay que ir hasta su origen para entenderla. La última dictadura cívico-militar en Argentina abrió un nuevo patrón de acumulación, entendiéndolo no solamente como el comportamiento de variables económicas sino un tipo de Estado, un tipo de conflicto social contrapuesto al patrón de acumulación anterior, que es la segunda etapa de sustitución de importaciones que culminó con el tercer peronismo. A partir de ahí el núcleo de la cuestión -sobre todo a partir del año 79 con el enfoque monetario de balanza de pagos- está en la consolidación de la deuda y la fuga de capitales como las variables centrales de este nuevo patrón de acumulación que llevaron adelante las fuerzas armadas, el partido militar. Pero la fracción colorada del partido militar, que se enfrentó con los denominados azules y perdió durante el ciclo anterior de dictaduras, planteaba no fracturar al peronismo sino aniquilarlo. 

¿Que es, luego, el proyecto de la dictadura cívico-militar de 1976?

Hay un giro copernicano en términos de la evolución económica y la dinámica social. No sólo con un componente represivo inédito de desaparición, tortura, asesinatos y la activa colaboración de un sector muy importante de capital privado. Todavía estamos debatiendo estas cuestiones en Argentina. Hace poco hubo un fallo emblemático respecto a los funcionarios de la Ford y sus condenas. Este es el núcleo y es un patrón de acumulación que tiene distintas fases. 

¿Cuáles son esas fases? 

La década de los 90, es decir (Carlos) Menem, es la etapa superior de la valorización financiera. Es el proceso de endeudamiento, valorización y fuga por parte del sector privado y un Estado que construye las condiciones para que esto ocurra. Entre otras cosas porque es el que provee las divisas para que haya fuga de capitales. A partir de los primeros años de la década del 80, durante la dictadura, se pone en marcha la transferencia de la deuda privada al sector público, a través de los seguros de cambio. Con lo cual, no solamente el sector privado que fugó tenía sus fondos en el exterior, sino que sus deudas se las transfirió al Estado. Perfeccionan, de esa manera, la fuga. Recuerdo que, cuando Martínez de Hoz termina su ministerio a principios de 1981, por el agotamiento de la tablita, dice: "no sé cuál es el problema que plantean con lo de la deuda porque la Argentina tiene tantas divisas como deuda". Lo que no aclaraba era que la deuda la tenía el Estado y las divisas estaban afuera y las tenía la cúpula empresarial argentina. Este fue el modus operandi

¿Qué le agrega la década del 90 a ese patrón de acumulación? 

Le agrega las exigencias de los acreedores. Primero el Plan Brady a mediados de los 80, cuyo núcleo era que Argentina y América Latina tenían que pagar sus deudas y no había divisas ni siquiera para pagar los intereses de la deuda. Por lo tanto, había que pagar con activos. Este es el origen de la privatización de lo más valioso que tenía el Estado argentino, que eran sus empresas públicas. Durante toda la etapa del radicalismo con (Raúl) Alfonsín no hubo privatizaciones significativas, más allá de algún intento de (Rodolfo) Terragno que fracasó por la oposición del peronismo. Pero no ocurre lo mismo en la década del 90, cuando empiezan las privatizaciones con una velocidad inédita a nivel mundial. Ahí se conforma una comunidad de negocios entre los grupos económicos, que es una de las fracciones de capital en Argentina, y capitales extranjeros que eran operadores del servicio a nivel internacional.

¿Y qué efectos produce la profundización de la valorización financiera a través de las privatizaciones? 

En la valorización financiera todo activo físico, productivo, se convierte en un activo financiero. Entonces, los grupos económicos, en el marco de la convertibilidad, evalúan que tiene activos fijos con valores notablemente elevados respecto a cualquier comparación internacional. Y comienzan a vender, parcialmente, sus participaciones en capital de sus empresas. Incluso, venden el grupo económico entero. 

¿Por ejemplo? 

El caso paradigmático es Astra, que vende a Repsol todas sus empresas. Pero también lo hace parcialmente Pérez Companc, entre otros. Se hacen múltiples operaciones de ventas de activos fijos al capital extranjero.

¿Por qué compra empresas argentinas el capital extranjero, cuál era el negocio?

La rentabilidad relativa de los servicios era muy significativa a nivel internacional. Esto, en realidad, es la sentencia de muerte porque se rompe esa comunidad de negocios que se había instituido desde el Estado, ya que el Estado es el actor fundamental por el cual puede funcionar la valorización financiera. 

¿Por qué?

Porque, entre otras razones, la reforma financiera del '77 cambia el funcionamiento del sector financiero. Y el aspecto que me importa destacar es que el Banco Central no va a financiar más el déficit del sector público. Pero el sector público es el mayor tomador de crédito de la economía argentina. Además de sus deudas externas, es tomador de crédito interno, lo cual implica una rigidez en la tasa de interés. Esto es clave para la valorización financiera, porque la tasa de interés interna tiene que superar a la tasa de interés internacional y, en realidad, todo el enfoque de la balanza de pagos lo que dice es "vamos a tener una convergencia de la tasa de interés interna con la internacional y no van a haber problemas". 

¿Y eso ocurrió?

Nunca. Porque si hubiera ocurrido habría cesado la valorización financiera. Hay una política del Estado entre 1976 y 2001 que es básica para que esto ocurra. Pero en esos años se rompe la comunidad de negocios que había conformado y en 1998 irrumpe la crisis asiática, lo que implica un severo golpe interno que comienza un proceso recesivo que va a culminar en 2002.  

¿Esos dos factores permiten explicar en parte la crisis de diciembre de 2001?

Estábamos en una crisis interna con epicentro en la crisis del sector externo. Había insolvencia. La crisis no podía ocurrir después. Porque viene todo este proceso acompañado además, bueno es decirlo, de una enorme fuga de capitales, la mayor desde 1976 hasta ese momento. No es que cambió internamente el destino de ese excedente: se fugó al exterior. 

¿Hubo fuga de capitales en 2001? 

El 2001 es un año de una impresionante fuga. Hay un estudio poco conocido, que llevó a cabo una comisión especial en la Cámara de Diputados, presidida por el diputado Eduardo Di Cola, que comprueba que en 2001 se fugaron prácticamente 30 mil millones de dólares. Si uno lo compara con endeudamiento de Macri, esa fuga es el 75% de esa deuda. 

¿Y quién la lleva a cabo? 

El capital concentrado de la Argentina, extranjeros y grupos locales. Los nombres están en el libro que publicó Siglo XXI sobre la base de la investigación del Congreso. Más del 90 % de los bancos tuvieron que responder, incluso con intimaciones judiciales. Hay sociedades, la mayoría, pero también personas que son accionistas de las empresas y fugan a nivel personal.

En definitiva, ¿por qué estalló ese patrón de acumulación el 19 y 20? 

Porque se agota lo que hoy sabemos que fue la primera modalidad de la valorización financiera. Donde la conducción del Estado, ocupada por intelectuales orgánicos, respondían en última instancia a los grupos económicos, no al capital financiero internacional. Eso ocurrirá con Macri durante su presidencia. 

¿Es otra modalidad de valorización financiera?

Sí, esa es la segunda modalidad. Que pone de manifiesto algo que me parece muy importante: que la ruptura de ese bloque de poder que instauró esa primera modalidad de la valorización financiera nunca se suturó. De hecho, si uno mira los acontecimientos del 2015 lo que va a ver es que hubo ofertas por parte de los intelectuales orgánicos -las expresiones políticas de los grupos- para hacer una alianza con el PRO e ir unificados con Macri, cosa que no se aceptó. Son dos modalidades que implican distintos comportamientos sociales y funciones del Estado. Esto es lo que ocurrió el 19 y 20 de diciembre: estalló en el marco de una crisis internacional, por crisis en el sector externo, y se abrieron dos proyectos. 

¿Cuáles son esos dos proyectos? 

En términos económicos, lo que hacen los grupos económicos locales es una alianza política con el peronismo y la parte del radicalismo que impulsa la devaluación. Que se expresa en la alianza de Duhalde y Alfonsín. Por un lado, desde el punto de vista económico, para los grupos económicos locales era multiplicar los recursos que tenían en el exterior. Por otro lado, era multiplicar algo que está siempre implícito en el proyecto de ese sector: la prioridad por las exportaciones. Como había devaluación de por medio, eso multiplicaba, en términos de pesos, la apropiación de excedente. Esta es la razón de esta alianza política y social del peronismo y el radicalismo. Como ocurre generalmente en las crisis, los grupos económicos se presentan no como parte de los sectores dominantes, sino como integrantes de la burguesía nacional. Que es un componente anhelado en el peronismo. Forma parte del imaginario peronista, sin duda. 

¿Y el otro proyecto? 

Es el de los capitales externos que impulsan la dolarización. El problema del capital extranjero, especialmente del financiero, es que no tenían una alianza política interna. Sus representantes políticos eran los organismos internacionales. 

¿Por qué impulsan la propuesta de dolarizar la economía? 

Porque una devaluación implicaba la evaporación de buena parte del valor del capital fijo en términos de divisas. Tenían, en cálculos de la época, más de 100 mil millones invertidos en capital fijo por parte del capital financiero. Es interesante porque los grupos locales lo que dicen es "a las privatizadas les tendría que interesar la devaluación porque van a compensar lo que van a perder en capital fijo con exportaciones de servicios y bienes". Como intento de ruptura del bloque tuvo pocos resultados, pero lo intentaron. La cuestión es que, si uno lo mira estrictamente desde el punto de vista del poder relativo de una fracción y otra, uno tendría que partir de la base de que se tendría que imponer la dolarización.

¿Por qué?

Porque los grupos económicos, respecto al capital extranjero, son prácticamente equivalentes a las PyMEs. No hay punto de comparación. Me acuerdo de artículos de los japoneses, cuando llega una asociación con capitales locales con Pérez Companc, y hablaban de una pequeña PyME argentina. Lo que uno veía como enorme acá, a nivel internacional era insignificante. Sin embargo, y ese es el arte de la política, se da a la inversa como todos sabemos. Gana el proyecto devaluador, por mucho. 

¿Cuál es la explicación, entonces, de que, en esa disputa de unos gigantes con ese sector tan chiquito de la burguesía argentina, ganen los devaluadores?

Ese es el arte de la política. Hay un frente nacional, que se va a prolongar con el primer gobierno del kirchnerismo, que enfrenta al capital extranjero, sea financiero o de servicios, y lo derrota políticamente. Esa es la explicación, me parece. 

Describiste los dos proyectos en términos económicos. ¿Y en términos políticos qué significaba cada uno? 

Por ejemplo, en términos de inserción internacional expresaban dos proyectos. Los organismos internacionales, como representantes políticos del capital financiero y extranjero en general, propugnaban el ALCA. La otra fracción, el MERCOSUR. Y privilegiando sobre todo la vinculación con Brasil que, luego, va a perfeccionar y mucho el primer kirchnerismo. También había una cuestión muy importante, que plantea el Banco Mundial, que se empezó a aplicar y es la regionalización de la Argentina. 

¿Se plantea el paso de provincias a regiones como forma de administración?

Es un reformateo en términos económicos y políticos de la Argentina, de pasar del sistema de provincias a regiones. De hecho, se llega a aprobar lo que iba a ser la capital, el centro administrativo en la Patagonia. La misión siempre de los organismos internacionales, sobre todo del FMI, pero también del Banco Mundial, es ajustar los presupuestos provinciales. Pero implica además un reformateo político, porque las representaciones en Diputados y, sobre todo, en el Senado, tienen que ver con las provincias. Entonces, hay un reformateo implícito que se ponía en marcha si hubiese ganado esa opción. No por nada se está volviendo a escuchar la propuesta de dolarización en la crisis actual.

No es sólo un planteo económico.

No. Es un reformateo político, de la forma de hegemonía, porque los grupos iban a defender el transformismo. 

¿A qué te referís con transformismo? 

Es un concepto de (Antonio) Gramsci que hace referencia a una forma de hegemonía que se construye a partir de cooptar las conducciones de los sectores populares, pero sin aceptar las reivindicaciones. Para ver esta etapa de Argentina, Gramsci es muy interesante. 

¿Y respecto a la contención de la pobreza cuál es el proyecto? 

También hay una disputa entre estos dos proyectos. Los organismos internacionales, como representantes políticos del capital extranjero y financiero, tienen una serie de programas que establecen que de la cuestión social se tienen que encargar las ONGs y que no puede ser indiscriminado el subsidio para los sectores postergados, sino que hay que focalizar. Esto fue muy claro en los años 90, con los programas que “bajaba” el Banco Mundial. 

Te quería preguntar por algunos actores en particular de la crisis de 2001. Hablabas del Banco Mundial y todos tenemos más presente el recuerdo del Fondo Monetario Internacional asociado a ese momento. 

El FMI impulsa obviamente el mismo enfoque que el Banco Mundial. Pero como no es un enfoque únicamente coyuntural o de distribución, sino estructural, el Banco Mundial tiene varias propuestas. Por ejemplo: estos programas focalizados de combate a la pobreza e indigencia tienen que ver con eso. Por supuesto que el FMI defiende la misma visión sobre el ALCA, la regionalización. Pero son representaciones políticas que tienen propuestas diferenciadas en distintos campos. 

Hay otro actor que aparece como relevante en ese momento que es el movimiento piquetero. 

El lugar del movimiento piquetero me sirve para intentar explicar qué es un patrón de acumulación. Porque no es, solamente, el comportamiento de las variables económicas. Implica un tipo de Estado y un tipo de conflictos sociales por la redistribución del ingreso entre los sectores populares y los sectores dominantes. En esta etapa superior de la valorización financiera, en los '90, lo que se ve es la irrupción de nuevas formas de enfrentamiento social: los piqueteros. El patrón de acumulación de la segunda sustitución de importaciones tuvo sus formas específicas en términos de la resistencia social, incluyendo a las organizaciones armadas enfrentando a la dictadura. En esta etapa de valorización financiera comienza la mayor transferencia de capital fijo por parte del Estado. Un hecho estructural de enorme trascendencia que estamos pagando hasta la actualidad, que fue más importante incluso que la estatización de los servicios públicos de los primeros gobiernos peronistas. Los piqueteros son una forma estrechamente vinculada a la naturaleza del patrón de acumulación que estaba en marcha y que intentó ponerle coto a algo que va a irrumpir en el segundo quinquenio de los 90, que es una fenomenal desocupación donde intervienen las privatizaciones, pero no únicamente, sino también la expulsión de mano de obra por parte del sector privado.

¿Qué pasa con los sindicatos en ese proceso?

Empieza un nuevo fenómeno que es el sindicalismo empresario. Es un cambio cualitativo respecto a la burocracia sindical de la sustitución de importaciones. Es el nuevo fenómeno vinculado, también, a este punto culminante de esta modalidad. El sindicalismo empresario continúa hasta la actualidad en muchos aspectos.

Y que tiene que ver con el patrón de acumulación, también.

Con eso y con el surgimiento de nuevas centrales sindicales. La CTA se materializa en la década de los 90 como contraposición a ese sindicalismo que está siendo remodelado. No todo, sino que son procesos fragmentarios. Por eso menciono lo de la CTA, donde va a estar ATE, SUTEBA, los docentes universitarios, va a haber sectores industriales, como el sindicato de neumáticos con Pedro Wasiejko que fue su secretario general durante mucho tiempo. Este es otro fenómeno basado en el transformismo, que se inicia en la postdictadura con el primer gobierno constitucional del radicalismo.

¿Ahí comienza lo que vos denominás transformismo argentino?

Sí, porque hay un rediseño del sistema político ahí, de las representaciones políticas. Hay un relegamiento de todo lo que alude a la militancia, empiezan los operadores, hay otra dinámica interna en las representaciones políticas. Esto funciona, también, en el peronismo. Por un lado, como mencionaba, en el sindicalismo, pero por otro lado en la estructura política. Hay varias rupturas en el peronismo. Es novedoso este acuerdo -hablando del 19 y 20 de diciembre- entre el radicalismo, entre Alfonsín y Duhalde. 

En ese marco, ¿cuál es tu diagnóstico sobre el rol de la Alianza? ¿Qué quiso hacer?

Me parece que la Alianza, primero, intentó estabilizar lo que había inútilmente. Pero ante esa división dentro de los sectores dominantes, y este es el papel de Cavallo, se movió crecientemente hacia la dolarización. 

¿Cavallo es la expresión de ese proyecto?

Lo tenés hoy expresando lo mismo. Ese era el desfiladero por el cual corría el gobierno de la Alianza. Es lo que produce, como causa profunda, la ruptura entre el presidente y el vicepresidente, además de la reforma laboral. Tenía que ver con una profundización del proyecto en marcha. El 98 produce una ruptura en la que se bifurcan las propuestas políticas: por un lado la devaluación y por otro la dolarización. Y la Alianza se enfocó en el camino que buscaba evitar la devaluación. El poder extranjero se lo planteó. 

¿Te referís a la reunión el mismo 19 de diciembre, en Cáritas, donde el peronismo le plantea la necesidad de la salida de Cavallo y del esquema de convertibilidad? 

De la Rúa dice que no y, luego del no, la debacle. El momento tan temido durante la década de los 90 llega a su conclusión última. Lo que hace el fracaso de la Alianza es consolidar este acuerdo entre el peronismo y el radicalismo contra el capital extranjero en su conjunto. De ahí la moratoria de la deuda. Cosa que llegó a prolongarse, redefiniéndose, en el primer gobierno del kirchnerismo. 

¿Se producen cambios al interior de los grupos económicos después del 2001? 

Siguen las generales de la ley. El kirchnerismo, mal que le pese a Cambiemos, implicó una etapa de expansión económica y distribución del ingreso. Una distribución que no alcanza los niveles de la segunda sustitución, pero que es muy significativa. Y es muy significativa en inclusión, sobre todo, en la etapa de Cristina Fernández de Kirchner aunque también en la de Néstor Kirchner, de nuevas reivindicaciones populares. Los grupos participan del crecimiento. Es una etapa que le atribuyen mucho al viento de cola, el precio de la soja y toda esa narrativa. Lo cual existió. Pero además es una etapa de mucha inversión, una cuestión no reivindicada suficientemente por el kirchnerismo. Hay acumulación de capital. No solamente durante el gobierno de Néstor sino también en el de Cristina. Por supuesto que, si uno compara las tasas, primero creció enormemente porque veníamos del fondo del abismo. Pero sigue siendo muy importante después, porque no hay crecimiento sin inversión. El consumo es muy importante, efectivamente, es el 70% de la demanda agregada pero la inversión es un factor relevante en términos de acumulación de capital, para asegurar crecimiento y por lo tanto el crecimiento con equidad durante esos años. 

Y en ese contexto, ¿los grupos económicos locales crecen?

Los grupos se expanden nuevamente. Pero lo que se observa, si uno mira la cúpula económica que FLACSO lleva desde 1975, sobre las 200 empresas de mayores ventas en base a la información de los balances, se percibe una desconcentración de la propiedad. Además de lo que mencionaba anteriormente. 

¿Por qué se produce eso? 

YPF es definitoria. No digo que haya caídas espectaculares pero hay desconcentración luego de un proceso que venía en ascenso, se estabiliza y empieza a decrecer. Y otra característica notable de este período posterior al 2001 es que durante el kirchnerismo hay una fuga de capitales significativa. Lo cual habla de un proceso de expansión económica que tuvo tal consistencia que fue suficiente para crecer, primero, para redistribuir, después y finalmente para bancarse la fuga de capitales al exterior que no pudo detener. 

Pasaron 20 años del 19 y 20 de diciembre. Hay muchas cosas que ya no se discuten, pero hay algunas palabras de las que seguimos hablando: pobreza, deuda, FMI, fuga. ¿Qué rupturas y continuidades ves desde aquel momento? 

Primero las diferencias. El patrón de valorización financiera se vino desplegando, con intervalos y con fracturas, desde el 76 hasta ahora. Son procesos de largo plazo. Son procesos donde, como decía antes, uno no puede analizarlos únicamente por el comportamiento de las variables económicas sino de las transformaciones sociales y políticas. 

¿Cuáles fueron esas transformaciones? 

Las transformaciones en los sectores dominantes te hablan de una ruptura dentro del bloque de poder que no cesa hasta hoy. Sigue presente y se va a expresar, desde mi punto de vista, en las dos opciones que se están abriendo dentro de la oposición a este gobierno, de Juntos por el Cambio, que es la oposición mayoritaria. Es una división entre un sector que intenta conjugar el 70% de los votos y otro que propone, lisa y llanamente, una profundización de los cuatro años de Macri. La autocrítica de este último sector es no haber hecho lo suficiente. No dicen “nos equivocamos” dicen “nos faltó hacer más de lo mismo”. 

¿A qué se refieren con hacer más?

Profundizar todo esto: la reforma laboral, impositiva, lo que están planteando los organismos internacionales en la mesa de negociación con el gobierno actual. Entre esas dos variantes de Juntos por el Cambio están las dos modalidades de la valorización financiera hasta el momento. 

¿Y cuál es la propuesta del otro sector, los que apuntan a buscar el 70%?

Para juntar el 70% tiene que romper el peronismo. Es interesante, porque Gramsci habla de dos momentos en el transformismo italiano. Por un lado, un primer momento que es la atracción o cooptación de lo que él llama molecular, que son dirigentes emblemáticos o representativos de algo. Y una segunda etapa que es una consolidación del transformismo, donde no es sólo molecular, no es de ciertos representantes o dirigentes de los sectores populares antes enfrentados con el régimen, sino de bloques enteros. Esto ocurrió. 

¿Cuándo?

El radicalismo adentro de Juntos por el Cambio es un ejemplo de ello. Quedó absorbido. Cuando preguntan: “¿dónde quedó Alfonsín?” Quedó en el recuerdo. Hubo una ruptura ideológica, política y de referencias de identidad. Pero no es suficiente. Los sectores dominantes vuelven al origen del derrocamiento de los primeros gobiernos peronistas. Hay que fracturar al peronismo. Habrá que ver la consistencia y la identidad del peronismo para resistir los cantos de sirena en la actualidad. Pero, pensando en 2001, yo no veo un estado de rebelión popular. 

¿Por qué?

Lo que parece es que las dos pandemias (Macri y el Covid) implicaron un golpe severo en muchos de los instrumentos de los sectores populares para disputar la distribución del ingreso. Uno central fue la inmovilización popular. Durante la pandemia, quizás, hubo más movilización de la oposición que de los sectores populares. El espacio público es vital, es un factor insoslayable para forjar la identidad popular. Por otro lado, hay incertidumbre. Creo que, en eso, Cristina Fernández de Kirchner tiene razón. Ha habido una política de un frente popular, un frente nacional, por lo menos hasta ahora, muy tenue, muy poco profunda, que no apela a una construcción política unificada, a recrear la identidad, ni a la movilización popular, que es vital para esos procesos. 

Canasta Básica 

El costo de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) aumentó 2,6% en noviembre, por lo que una familia tipo (una pareja y dos hijos) necesitó ingresos por $31.724 para no caer en situación de indigencia, informó ayer el INDEC. 

La Canasta Básica Total subió 2,1% en octubre, por lo que una familia tipo necesitó $73.917 para no caer bajo la línea de la pobreza. Ambas quedaron por debajo de la inflación general del mismo período.

De esa manera, en lo que va del año la CBA aumentó 39,9% y la CBT un 36,4%. El informe completo se puede leer aquí

Presupuesto 2022

El oficialismo consiguió dictamen de mayoría para su proyecto de presupuesto, con la firma de los 23 legisladores del FdT más la de un miembro del interbloque Provincias Unidas. De esa manera, el proyecto quedó listo para tratarse. Comenzó ayer en la sesión que inició a las 12 del mediodía  

Se realizaron cerca de 20 modificaciones en comisión sobre el dictamen original: entre ellos, aumento del 70% al subsidio al transporte de pasajeros en el interior del país, como solicitaron diputados del FdT, JxC y mandatarios provinciales. 

El oficialismo cuenta con sus votos propios (118) y hasta ahora cinco diputados más lo que dejaría al proyecto con 123. En caso de no aprobarse el proyecto de Presupuesto se prorroga el presupuesto del año pasado.

La Bancaria

Sergio Palazzo fue reelecto por cuatro años al frente del gremio La Bancaria, que agrupa a trabajadores del sector. El dirigente, actual diputado por el Frente de Todos, fue elegido por el 94% de los votos al frente de una lista única (Lista 1 Celeste y Blanca). 

La participación de los afiliados alcanzó el 70%. 

Tasa de interés

La Reserva Federal de EEUU que aumentará la tasa de interés en tres oportunidades el año que viene. La tasa de interés entre el 0 y el 0,25% lleva sin variación desde marzo de 2020 y será una de las herramientas de la FED para controlar la inflación. Buscan de esa manera desacelerar la demanda y el crecimiento, aumentando el costo del endeudamiento de hipotecas y préstamos comerciales, en el marco de un aumento de la inflación. 

Además, se anunció que comenzará a poner fin a los programas de estímulo a la economía. El presidente de la institución, Jerome Powell, dijo que la economía está lo suficientemente fuerte como para no necesitar ese apoyo monetario. 

Chubut

La legislatura provincial aprobó el proyecto de ley de zonificación minera que permitirá la actividad en la Meseta Central. El proyecto prevé realizar una zonificación minera en los departamentos Telsen y Gastre. Había sido enviado por el gobierno provincial el año pasado y contaba con dictamen de comisión pero no se había tratado en el recinto.

Ayer, fue aprobado por 14 votos positivos contra 11 negativos. La zonificación minera estaba contemplada en la ley ex 5001 que prohibía la actividad con uso de cianuro y a cielo abierto en el resto de la provincia, pero el mapa de la actividad no se había concretado y se aprobó después de 18 años. De esta forma, se delimita a ambos departamentos como lugares a desarrollar la actividad minera sin utilización de cianuro. 

Los Cuatro Supremos


Como era de esperarse, los Cuatro Supremos por unanimidad, fallaron en contra de las reformas que impuso Cristina en 2006 sobre el funcionamiento del Consejo de la Magistratura con el que se nombran a los jueces.

El fallo fue firmado por unanimidad

La Corte Suprema declaró inconstitucional la actual composición del Consejo de la Magistratura

Semanas atrás, desde el máximo tribunal, dejaron trascender que trabajaban en un fallo sobre la composición del Consejo de la Magistratura y que una resolución adversa al gobierno de Alberto Fernández podría conocerse este jueves, como efectivamente sucedió.

La Corte Suprema  declaró inconstitucional la actual composición del Consejo de la Magistratura, el órgano encargado de la selección y remoción de los jueces y juezas. El máximo tribunal exhortó al Congreso a dictar una nueva ley. En caso contrario, en un plazo máximo de cuatro meses, el Consejo debería volver a su integración anterior de 20 miembros con el presidente de la Corte a la cabeza de ese organismo. El fallo fue firmado por Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti --que incorporó una disidencia parcial--. 

La Corte se zambulle, en este contexto, en un tema que tiene poco de novedoso. El Consejo de la Magistratura tiene trece miembros desde 2006, cuando se aprobó la ley que rige actualmente. Esa ley había sido promovida por Cristina Fernández de Kirchner cuando era senadora.

Con el fallo que se conoció este jueves, ahora la Corte le da un plazo de 120 días al Consejo de la Magistratura para volver a su composición anterior, que era de 20 miembros, y exhorta al Congreso a que vote una nueva ley. 

Siguiendo estos lineamientos, el Consejo de la Magistratura debería incorporar siete integrantes más, si antes no logra aprobarse una nueva ley: un académico, dos jueces, dos abogados y dos representantes del Congreso. La novedad es que el presidente de la Corte --de acuerdo a la ley 24.939-- debería también presidir el Consejo de la Magistratura.

Los argumentos

Para los supremos, la actual composición del Consejo es inconstitucional porque hay un predominio del estamento político por sobre el resto de los sectores que deben estar representados allí (abogados, jueces y académicos).

"Cualquiera que fuera la opinión que en abstracto se tuviera sobre la conveniencia de esta arquitectura institucional, es claro que ella no respeta el mandato constitucional de procurar una integración equilibrada entre los representantes de los distintos sectores que el constituyente creyó necesario integrar al Consejo. Tampoco contribuye a despolitizar parcialmente el proceso de designación y remoción de jueces ni a aumentar el ―umbral de garantía de independencia judicial, objetivos que, como se dijo, fueron expresamente perseguidos por los constituyentes de 1994 mediante la creación del Consejo de la Magistratura y que se ven frustrados por las normas analizadas", escribieron los integrantes del máximo tribunal.

El remedio para Rosatti, Maqueda y Rosenkrantz es volver a la ley que se aprobó en 1997. Sin embargo, Lorenzetti critica fuertemente esa solución. "Una ley derogada no puede ser restituida en su vigencia y es lo que se enseña en los primeros cursos de las Facultades de Derecho", les responde a sus colegas.

La composición

Desde que se aprobó la ley actual en 2006, el Consejo de la Magistratura está integrado por trece miembros:

  • Tres jueces

  • Tres diputados

  • Tres senadores

  • Dos abogados

  • Un académico

  • Un representante del Poder Ejecutivo

En la actualidad, el estamento de los jueces está representado por Alberto Lugones (Lista Celeste), Ricardo Recondo (Lista Bordó) y Juan Manuel Culotta (Compromiso Judicial).

Los diputados que representan a la Cámara Baja en este órgano son Vanesa Siley (FdT), Graciela Camaño (Identidad bonaerense) y Pablo Tonelli (PRO- JxC). Los senadores son Mariano Recalde y María Pilatti Vergara (FdT) y Silvia Giacoppo (UCR- JxC).

Diego Marías y Carlos Matterson representan a los abogados mientras que Diego Molea, actual presidente del Consejo, ocupa la banca destinada a las universidades.

El representante del Ejecutivo en el Consejo es Gerónimo Ustarroz.

Si se vuelve a la composición que ordena la Corte, el Consejo de la Magistratura debería estar integrado de la siguiente manera:

- Cinco jueces (con el presidente de la Corte a la cabeza del Consejo de la Magistratura)

- Ocho legisladores

-Cuatro abogados

- Dos académicos

- Un representante del Ejecutivo

Génesis

La Corte maduró este fallo por años y se conoce después de que dejara el máximo tribunal Elena Highton de Nolasco. 

En noviembre de 2015, la Sala II de la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal declaró inconstitucional la ley 26.080, que en 2006 había reducido el número de integrantes del Consejo de la Magistratura de 20 a trece. La demanda que dio pie a esa resolución fue presentada por el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires, una entidad conservadora que nuclea a los estudios de la City porteña. El Colegio de la calle Montevideo funcionó como ariete del macrismo para poner en discusión, entre otras cosas, cómo podía ser removida la entonces procuradora Alejandra Gils Carbó.

La Corte tiene hace seis años la cuestión en estudio, pero decidió sacarla ahora. Durante el gobierno de Mauricio Macri, existieron conversaciones para que el fallo no saliera. El entonces jefe de Gabinete Marcos Peña se había comprometido a reformar la composición por ley, algo que no sucedió.

Las respuestas

Cuando se conoció que la Corte trabajaba en este fallo, el gobierno articuló dos respuestas. Por un lado, anunció que iba a presentar un proyecto de ley para cambiar la composición del Consejo de la Magistratura. Esa iniciativa ya se presentó y lleva el número de integrantes del organismo de trece a 17. De esta forma, los jueces y los académicos ganarían un representante más mientras que los abogados duplicarían su representación.


Por otro lado, el ministro de Justicia, Martín Soria, concertó una cita con los supremos, algo que había postergado desde su asunción. La reunión fue tensa. Soria habló de una crisis de legitimidad del Poder Judicial –que después fue refutada desde la Asociación de Magistrados–, del lawfare y de las amistades con Fabián “Pepín” Rodríguez Simón, el operador judicial de Mauricio Macri que está prófugo en Uruguay.

Soria no mencionó el asunto del Consejo de la Magistratura, pero una vez que dejó el Palacio de la calle Talcahuano el abogado que representa al Estado nacional en el pleito por el Consejo de la Magistratura presentó formalmente el proyecto que el Ejecutivo había girado al Congreso horas antes.

En el cierre del Consejo Económico y Social, el Presidente llamó este miércoles a mejorar el diseño de la Corte Suprema, algo que habrá encendido los ánimos en las cuatro vocalías del máximo tribunal. “Las demoras en el servicio de justicia, junto a elementos que no hacen a su aceitado funcionamiento, imponen revisar sus mecanismos de trabajo, número de integrantes y división de tareas en el máximo tribunal”, sostuvo Fernández en la víspera del fallo de la Corte.

Zaffaroni: la inconstitucionalidad de la reforma del Consejo "es un manotazo" de la Corte

Tras criticar el fallo de la Corte Suprema que declara inconstitucional la reforma del Consejo de la Magistratura, el exministro de la Corte Suprema de Justicia consideró "antirrepublicano y peligroso" que "tres ministros de la Corte concentren todo ese poder".

El exministro de la Corte Suprema de Justicia, Eugenio Zaffaroni, definió al fallo de la Corte Suprema que declara inconstitucional la reforma del Consejo de la Magistratura como "un manotazo", y consideró "antirrepublicano y peligroso" que "tres ministros de la Corte concentren todo ese poder".
"Es un manotazo de la Corte para retomar la presidencia del Consejo de la Magistratura", dijo Zaffaroni este jueves en diálogo con El Destape Radio, y agregó: "Es antirrepublicano y peligroso que tres ministros de la Corte concentren todo ese poder".
Por unanimidad, el máximo tribunal definió quince años después que la composición no respeta el "equilibrio" de los sectores en el organismo que selecciona, sanciona y remueve magistrados, y dispuso que el Congreso Nacional acuerde una nueva composición.
El jurista explicó que "el desastre empieza desde la Reforma Constitucional de 1994" donde "la creación del Consejo de la Magistratura fue nebulosa" y "nosotros advertimos en su momento que iba a ser una fuente de conflicto en el futuro, como cuando se crea una institución y no se dice cómo se organiza".
A partir de entonces, "la Corte decidía naturalmente el Consejo, que no tuvo una vocación política de empoderamiento" pero ahora "esta segunda ley la declara inconstitucional y, en consecuencia, volvería la Corte a tener la presidencia del Consejo", siguió Zaffaroni.
A su vez agregó que "la Corte crea la confrontación con el Presidente al sacar del cajón este planteo que tenía hace muchos años" y destacó: "Yo creo que el Presidente de la Nación tiene herramientas para reformar la Corte".

En este sentido, remarcó que "la Corte debería ir a un mínimo de 15 miembros, dividida en 5 salas" donde "para las cuestiones de constitucionalidad voten los 15 y para las cuestiones de arbitrariedad voten las salas".
Siguiendo el planteo consideró que "habiendo 15 ministros hay forma de negociar con la oposición sus designaciones" y responsabilizó a la oposición por "obstaculizar" el proyecto de reforma Judicial.
"Lo que vemos en la oposición es una obstaculización total", insistió el juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y señaló que "sería importante por lo menos mandar el proyecto aunque no salga" para que "la opinión pública vea que hay una intención y para dónde va la intención".
"Habría que mandar una señal a la opinión pública diciendo que el camino es este y que son ellos lo que lo están impidiendo", declaró.

El juez insistió con que, para hacer "una Corte racional, dentro del marco constitucional que tenemos" va a ser necesario "una reestructuración formal del Poder Judicial".
"La opinión pública tiene que tener en claro el escándalo y la irregularidad institucional que implica la situación de la Corte Suprema. Hemos tocado fondo", calificó Zaffaroni.
Finalmente aseveró que hay "un problema estructural y ese problema se tiene que arreglar con leyes del Congreso".
El jurista resaltó que "hay una estructura que está fallando y, como resultado de la falla de la estructura, aparecen los defectos personales" y concluyó diciendo que, "si hay que agrandar la Corte o unificar los fueros, se tiene que hacer por ley".

Más allá de los límites del Estado: la ciudadanía perfecta

Teresa Pérez R., Profesora de Tiempo Completo adscrita al Centro de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM., realiza la siguiente reseña respecto de la obra “La ciudadanía perfecta: una aproximación hermenéutica desde el derecho internacional “ escrita por Carmelo Cattafi (2019), Profesor Asociado del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales - Director del Doctorado en Ciencias Sociales en Tecnológico de Monterrey - Perteneciente al SNI, publicada por Editorial Porrúa México.

El concepto de ciudadanía nos remite a los griegos, a las polis y por ende a la vinculación entre los individuos con respecto a su ciudad. En dicho concepto, podríamos encontrar tanto obligaciones de los ciudadanos para con la polis como derechos, entre los cuales estaría la participación en la toma de decisiones. Por lo tanto, dicho término revela la vinculación entre el individuo y su lugar de residencia y el lugar en el que desarrolla su vida productiva y social. En este punto, encontramos una correlación y una limitación, en tanto que el ciudadano de Atenas no se reconoce ni desarrolla compromisos con la ciudad de Esparta. Pero hoy nos encontramos muy lejos de la experiencia de las polis griegas. La organización política y social
actual se ha transformado y por ende requerimos de nuevas formas para entender la relación del individuo con el mundo que le rodea.

¿Cuáles son sus compromisos con la ciudad o el Estado en el que nació o en el que vive? En un contexto en el que la migración, haya sido forzada o por decisión propia, es cada vez más frecuente; en un mundo en el que los traslados, la intercomunicación y la misma dinámica económica facilitan el cambio de residencia de un país a otro, se empiezan a plantear nuevas preguntas sobre la pertenencia de los individuos a un Estado u otro. 

Este mismo contexto ha presentado retos y problemáticas que no
existían en las ciudades griegas de antaño, entre los cuales se encuentran la contaminación, el calentamiento global, el crimen organizado internacional, la seguridad internacional, el dinamismo económico que se vivió en las últimas décadas, las interconexiones y un cúmulo de temas más. Estos nos obligan a pensarnos no solo como ciudadanos de una pequeña localidad o un extenso Estado, sino que nos fuerza a reconocernos como “ciudadanos del mundo”. Esto conlleva, a su vez, obligaciones con este planeta manifestadas en acciones de concientización y cuidado del medio ambiente y de los recursos que aún existen a nuestra disposición. Sin embargo, en cuestión de los derechos como ciudadanos de este mundo, no parece fácil definir a quién le corresponde asegurar los derechos para quienes habitamos este planeta. Un ejemplo de esto ha sido el tratamiento que se le ha dado a la pandemia causada por el COVID-19 a inicios de 2020, durante la cual los organismos internacionales no lograron dar una respuesta e ficiente y los Estados establecieron medidas particulares, diferenciadas y en función de sus intereses, lo que afectó a los individuos ante las restricciones de movilidad impuestas, el desempleo y las afectaciones económicas.
 


En su obra, Cattafi nos invita a considerar la posibilidad de crear y
hacer efectivo un concepto de “ciudadanía perfecta” que proporcione y
asegure “...los derechos que toda persona puede ostentar por el solo hecho de existir”. Para ello, es necesario reconocer una comunidad internacional conformada por individuos en igualdad de condiciones ante organismos que están más allá del Estado y de las naciones; organismos que sean capaces de asegurar los derechos elementales de cada uno en dondequiera que se encuentren. Por supuesto que esto implica una revisión del actual concepto de ciudadano, ya que este se encuentra vinculado a un Estado.


Cattafi profundiza el análisis al invitarnos a re flexionar sobre las
diferencias que existen entre el concepto de ciudadanía, nacionalidad
y etnia, al llevarnos por un recorrido sobre el desarrollo histórico del
concepto de ciudadano en los diferentes contextos de la sociedad europea. Para ello, recupera a pensadores yfilósofos que han explicado el desarrollo del pensamiento político y social. Sin embargo, resalta la idea de que la “ciudadanía perfecta” no podría surgir si no existieran condiciones, tanto de intercambio entre los individuos sin importar su localización o nacionalidad, como de estructuras que posibiliten y aseguren el respeto de los derechos de los individuos independientemente de su ubicación.


Por ello, Cattafi no solo hace mención de instituciones y organismos de
capacidad internacional como las Naciones Unidas, sino también parte de la experiencia europea en la que italianos, españoles, alemanes, franceses y cualquiera que cuente con la nacionalidad, ya sea por nacimiento o naturalización, de uno de los países miembros de la Unión Europea, es un ciudadano europeo y cuenta con derechos y obligaciones que son asegurados en cualquiera de los 27 países miembros.


El texto de Cattafi nos plantea la pregunta de si hemos evolucionado
lo su ficiente como para crear las estructuras y la conciencia que nos
permitan trascender los límites del Estado. Esta cuestión se postula en un momento en el que los populismos y los movimientos nacionalistas han vuelto a adquirir fuerza en diferentes países, los cuales refuerzan, a su vez, ideas de separación. Sin embargo, la riqueza de la propuesta del autor radica en el reconocimiento de los derechos de las personas por el hecho de ser, dondequiera que se encuentren. De esta manera, La ciudadanía perfecta resulta un texto innovador porque su argumentación se sustenta en el cosmopolitismo, el cual reconoce que la sociedad está conformada por individuos que, sin importar el lugar en el que se encuentren, tienen inquietudes similares y pueden compartir ideas, sueños y, sobre todo, derecho a contar con una vida digna.
 

La ciudadanía perfecta es un texto en el que podemos encontrar una
revisión histórica sobre el concepto del ciudadano y su evolución hasta
el planteamiento actual del autor. El autor enriquece su análisis con
la sociología, el derecho internacional y la revisión de la estructura de
organismos internacionales. Entre estos últimos, analiza el desarrollo
del proceso de integración de la Unión Europea y sus instituciones hasta la creación de la ciudadanía europea, al tomarla como ejemplo para la viabilidad de la ciudadanía perfecta. La estructura del libro nos lleva de manera lógica a considerar la viabilidad e importancia de crear un concepto de ciudadanía universal que asegure los derechos de las personas.
 

Sin duda un texto que presenta muchas de las interrogantes e
inquietudes que nos hemos estado planteando en los últimos años y
que serán objeto de estudio de las próximas generaciones, a pesar de los movimientos de resistencia que puedan surgir.

(Revista Confines año 16, número 30 | enero-mayo 2020 | pp. 109-111 Reseñas ISSN: 1870-3569)

La utilización política y las “Causalidades”

Esteban Bullrich renunció a su banca en el Senado a casi ocho meses de haber sorprendido a propios y extraños al revelar que padecía Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). Es que, a fines de 2020, cuando comenzaron a notarse algunas dificultades para hablar en el ex ministro de Educación, este mismo había explicado que padecía disartria, "una enfermedad que se le había manifestado por el estrés", según precisó. 

Bullrich detalló en aquel momento que se trataba de "un trastorno nervioso que dificulta el uso de los músculos de la boca, la lengua y de las cuerdas vocales, y por esa razón se lo escuchaba hablar raro".

Finalmente el miércoles 28 de abril difundió un comunicado en el que dio a conocer la dura noticia. "Después de varios meses consultando médicos y haciéndome todos los estudios necesarios, finalmente dimos con un diagnóstico definitivo sobre mi condición. Tengo Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), una enfermedad que provoca parálisis muscular y que es lo que me afecta el habla", explicó.

El Jueves pasado renunció a su banca. "Quisiera no tener que escribirte este mensaje pero la realidad me dice que tengo que renunciar a mi banca de senador. Para dedicarme a mi familia y la ELA, la mía y la de todos los que la sufren", expresó primero a través de una carta que se conoció el miércoles anterior (El Cronista Comercial)

Los medios nacionales dieron amplia cobertura al asunto. En Estados Unidos, una rara coincidencia con otra figura del establishment de aquellos lares.


Hoy tenemos noticias difíciles de comunicar. Dan Doctoroff, que dirige los laboratorios Sidewalk Labs de Alphabet y que ha sido una fuerza importante en el desarrollo económico de la ciudad de Nueva York durante décadas, le dice a DealBook que recientemente se enteró de que probablemente tiene esclerosis lateral amiotrófica , también conocida como enfermedad de Lou Gehrig. La enfermedad neurodegenerativa progresiva generalmente resulta en la muerte dentro de los tres a cinco años posteriores a la aparición de los síntomas. Su padre y su tío murieron de ELA

"Todavía estoy procesando", dijo Doctoroff, de 63 años, quien dijo que el diagnóstico ha cambiado la forma en que piensa sobre sus prioridades:

La "única excepción", dijo, es su objetivo de promover la investigación de la ELA, y tiene grandes planes

"Voy a dedicar mi vida a luchar contra esta enfermedad", dijo Doctoroff, describiendo el diagnóstico e informando a su familia como "brutal". En 2010, inició una fundación para financiar dicha investigación, Target ALS . Espera "ampliarlo drásticamente", dijo, y recaudar 250 millones de dólares. "Sé exactamente lo que hace la enfermedad", dijo, y "es horrible". Añadió:

Creo que es razonable tener un mundo dentro de 10 años donde nadie muera de ELA. Obviamente, eso puede ser demasiado tarde para mí. Pero esta es una enfermedad que está afectando a mi familia ampliada, pero más que eso, hay 5,000 personas solo en los EE. UU. Que contraen la enfermedad. Nunca ha habido una cura para eso ".

Doctoroff, quien trabajó como teniente de alcalde para el desarrollo económico del alcalde Michael Bloomberg y luego fue jefe de Bloomberg LP, planea anunciar hoy que dejará el cargo de director ejecutivo de Sidewalk Labs, que se centra en la planificación urbana y la infraestructura. Fue contratado para iniciar la división en 2015 por Larry Page, cofundador de Google. La unidad está planeando incluirse dentro de los esfuerzos de productos de sostenibilidad urbana de Google.

Doctoroff comenzó su carrera en Wall Street trabajando en Lehman Brothers y más tarde en Oak Hill Capital Partners. Saltó a la fama cuando lideró las candidaturas de la ciudad de Nueva York para los Juegos Olímpicos. Si bien sus esfuerzos no tuvieron éxito, la planificación condujo a la creación de Hudson Yards y la extensión de la línea de metro No. 7. Como teniente de alcalde, supervisó el desarrollo de High Line, Brooklyn Bridge Park y Governors Island.

Doctoroff dijo que no tenía dolor y solo tenía síntomas menores que los demás no notan. Dice que hay un 20 por ciento de probabilidades de que sus síntomas no se conviertan en ELA.

Siempre he sido optimista”, dijo. "Aun lo estoy."

(Andrew Ross Sorkin "DealBook" The New York Times)

A modo de “hasta mañana” ...

En esto de construir ciudadanía deberíamos separar “la paja del trigo”. En otros tiempos se hablaron de “cajones vacíos” y “muertos veraneando” en playas tropicales y paraísos fiscales.

Otros “encarcelaron” a un ex-ministro que padecía un Cáncer Terminal por una causa que hoy resulta que se cierra por “falta de merito” y “ausencia de delito”.

Los ejemplos se pueden seguir encontrando. La realidad es que tanto “judicializar” la política, como utilizar desgracias familiares, como pueden ser enfermedades terminales o incurables y fallecimientos, en aras de sensibilizar a la ciudadanía para tornarla mas permeable a determinadas posiciones políticas e ideológicas, intentando colocar a los adversarios en roles “deshumanizantes” o “insensibles” deberían ser vistos y comprendidos como burdos intentos inconducentes. Sin embargo tienen mas impacto de lo que se suele creer.

Daniel Távora Mac Cormack

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