Todo tiene que ver con todo. Todo tiene que ver con el dólar.

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Jeanna Smialek escribe sobre la Reserva Federal y la economía para The New York Times. Anteriormente cubrió economía en Bloomberg News.

Los formuladores de políticas de la Reserva Federal entraron en modo de lucha contra la inflación el miércoles, diciendo que recortarían más rápidamente su estímulo de la era de la pandemia en un momento de de aumento los precios y un fuerte crecimiento económico, culminando un año desafiante con un cambio de política que podría generar un mayor interés. tarifas en 2022.

La del banco central declaración de política estableció un final más rápido para el programa mensual de compra de bonos que la Fed ha estado utilizando durante la pandemia para mantener el dinero en los mercados y para impulsar el crecimiento. Un nuevo conjunto de proyecciones económicas publicadas el miércoles mostró que los funcionarios esperan subir las tasas de interés, que ahora se establecen cerca de cero, tres veces el próximo año.

"Los desarrollos económicos y los cambios en las perspectivas justifican esta evolución", dijo Jerome H. Powell, presidente de la Fed, sobre la decisión de retirar más rápidamente las compras de bonos.

Al reducir su compra de bonos más rápido, la Fed está haciendo menos para estimular la economía con cada mes que pasa y encaminando el programa para terminar completamente en marzo.

Eso colocaría a los responsables de la formulación de políticas de la Fed en condiciones de aumentar las tasas de interés, su herramienta más tradicional y poderosa, antes. La Fed ha dejado en claro que quiere poner fin a su programa de compra de bonos antes de que suba las tasas, lo que enfriaría la demanda al hacer que sea más caro pedir prestado para una casa, un automóvil o expandir un negocio. Eso, a su vez, afectaría el crecimiento y, eventualmente, las ganancias de precios. Las nuevas proyecciones económicas de la Fed sugirieron que las tasas, que han estado en niveles mínimos desde marzo de 2020, podrían subir al 2,1 por ciento para fines de 2024.

La última reunión de la Fed del año completó su cambio decisivo, pasando de brindar un apoyo total a la economía a protegerse contra el riesgo de una inflación rápida y duradera. Si bien los funcionarios pasaron gran parte del año trazando un camino paciente para desviar la economía del apoyo pandémico de la Fed, se han preocupado más de que una explosión de precios este año pueda persistir, lo que resultará en una postura más proactiva.

Los funcionarios del banco central, que supuestamente deben mantener la estabilidad de precios y fomentar el pleno empleo, también se han visto alentados por el fortalecimiento del mercado laboral.

"En mi opinión, estamos avanzando rápidamente hacia el máximo empleo", dijo Powell en sus comentarios. Los funcionarios de la Fed estimaron en sus nuevas proyecciones económicas que la tasa de desempleo volvería a su nivel previo a la pandemia del 3,5 por ciento para fines de 2022, antes de lo que habían pronosticado anteriormente.

Aún así, la inflación ha sido más alta y más amplia y ha durado más de lo que habían anticipado las autoridades. Los precios al consumidor subieron un 6,8 por ciento en noviembre con respecto al año anterior, el ritmo de aumento más rápido desde 1982. El la Fed indicador de inflación preferido por ha mostrado ganancias ligeramente más lentas, pero también ha aumentado bruscamente.

Algunos economistas han advertido que la nueva variante Omicron del coronavirus podría permitir que persista una inflación elevada si interrumpe aún más las cadenas de suministro y hace que las fábricas cierren por períodos de tiempo. Powell reconoció el miércoles que la propagación del virus era un riesgo que contribuía a la incertidumbre económica.

"El aumento de los casos de Covid en las últimas semanas, junto con la aparición de la variante Omicron, plantean riesgos para las perspectivas", dijo.

El presidente de la Fed dijo que una conclusión más rápida de la compra de bonos, que los funcionarios primero anunciaron que reducirían después de su reunión de noviembre, pondría a los responsables de la formulación de políticas en condiciones de reaccionar ante una variedad de posibles resultados económicos el próximo año. Y cuando se le preguntó si habría una gran brecha entre el momento en que terminó la compra de bonos y el comienzo de los aumentos de tasas, como ocurrió durante el último repunte económico , Powell dijo que la situación era diferente esta vez.

"La economía es mucho más fuerte ahora", dijo Powell, y luego agregó que "no habría necesidad de ese tipo de demora".

El cambio público de Powell para sonar más preocupado por la inflación se produjo poco después de que el presidente Biden anunciara el 22 de noviembre que lo nombraría para un segundo mandato como presidente, diciendo que creía que Powell se centraría tanto en la necesidad de controlar la inflación como en fomentar una economía fuerte que crea puestos de trabajo y eleva los salarios.

Ese momento alimentó las especulaciones sobre si Powell se inclinó hacia la lucha contra la inflación y le dio menos importancia a mantener los préstamos baratos una vez que obtuvo la reelección, o que su reelección le dio un nuevo mandato para actuar con más valentía, sabiendo que estaría cerca para llevar a cabo el cargo. plan. 

Pero Powell rechazó esa idea el miércoles, brindando una mirada detallada a su propia evolución al pensar en la inflación y los datos que lo convencieron de que la Fed necesitaba acelerar sus planes.

"No tuvo nada que ver con eso", dijo sobre la reelección, y señaló que otros funcionarios de la Fed ya estaban estableciendo el cambio de política antes de que se anunciara la decisión de Biden. "Mis colegas estaban hablando de una puesta a punto más rápida, y eso no sucede por accidente".

Powell, sus colegas y muchos economistas inicialmente habían esperado que las rápidas ganancias de precios se desvanecieran con bastante rapidez a medida que la economía atravesaba un período de reapertura accidentado después de cierres destinados a contener la pandemia.

Pero Powell dijo que su cambio comenzó después del Día del Trabajo, ya que el mercado laboral mostró signos de fortalecimiento y las lecturas de inflación se mantuvieron elevadas. Justo antes de la última reunión de la Fed del 2 y 3 de noviembre, los salarios subieron bruscamente en el índice de costos de empleo , que rastrea cuánto están gastando los empleadores en sus trabajadores.

"Obtuvimos la lectura de ECI en la víspera de la reunión de noviembre y fue muy alta", dijo Powell, y agregó que el índice estaba tan elevado que consideró brevemente anunciar un final más rápido de la compra de bonos de lo que finalmente anunciaron los legisladores.

"Pensé por un segundo si deberíamos aumentar nuestra puesta a punto", dijo. Luego, aparecieron datos adicionales, que mostraban signos de una inflación rápida que se estaba ampliando a categorías que no estaban simplemente sacudidas por la pandemia: los alquileres estaban aumentando, por ejemplo. El progreso del mercado laboral también demostró ser "mucho más rápido", lo que provocó el cambio de tono y enfoque.

Muchos legisladores todavía tienen la esperanza de que la inflación se desvanezca hacia el objetivo promedio anual del 2 por ciento de la Fed a medida que las rutas de envío globales se despejen a través de los atrasos, la producción de las fábricas aumente para satisfacer la demanda y los consumidores cambien hacia patrones de gasto más normales después de luchar para comprar equipos de césped y artículos de papelería. bicicletas durante la pandemia.

El fuerte mercado laboral parece haber facilitado el cambio de tono y enfoque de la Fed. Debido a que el mercado laboral se está recuperando tan rápidamente, los funcionarios pueden estar menos preocupados por desacelerarlo a medida que se mueven para controlar los precios.

La tasa de desempleo ha caído al 4,2 por ciento, muy por debajo de los niveles de dos dígitos que alcanzó al principio de la pandemia. Aún así, muchas personas permanecen fuera del mercado laboral, algunas porque se han jubilado, pero otras por temor a los virus o por falta de cuidado infantil. Eso hace que juzgar qué tan cerca está la economía del objetivo de la Fed de " máximo empleo " sea una tarea más complicada.

Dicho esto, "con cada aparición, el presidente parece tener menos esperanzas de que la participación de la fuerza laboral se recupere pronto", escribió Michael Feroli, economista jefe de JP Morgan para Estados Unidos, en una nota de investigación después del anuncio. "En cambio, el énfasis se ha vuelto hacia la tasa de desempleo tradicional".

Powell sugirió el miércoles que el regreso a una tasa de participación más alta podría llevar tiempo, porque la pandemia había interrumpido la vida laboral de las personas de manera significativa. E insinuó que una menor participación en la fuerza laboral no evitaría que la Fed subiera las tasas de interés.

Dijo que convencer a las personas de que vuelvan al mercado laboral requeriría una expansión prolongada.

"Para que eso suceda, debemos asegurarnos de mantener la estabilidad de precios", dijo Powell.

(The New York Times)

Los Impactos en la economía Argentina y Globalizada

Quienes no están atentos a las cuestiones de la economía macro y micro, a sus debates y a como funcionan los procesos que se estudian e intentan explicar en las ciencias económicas, probablemente el texto anterior solo los remita a las ideas instaladas en los medios de comunicación respecto de la inflación producida por el deficit fiscal y la emisión monetaria. Esa visión parcial, tendenciosa y sostenida como única razón verdadera, es parte de la misma estrategia de aquellos sectores que, en la economía, concentran capital y alimentan la maquinaria fraudulenta de la economía especulativa alejada del trabajo y la producción que es la que genera riqueza. (Ninguna idea por mas genial que sea puede generar riqueza sino se aplica y produce “algo” tangible en el proceso de producción en alguno de los eslabones de su cadena). Los medios de comunicación (cuya producción precisamente es “el relato” en tanto “dato” “información” “interpretación” “divulgación”), deberían intentar parcialidad o al menos buscar un trato igualitario a las ideas e interpretaciones distintas que se producen en torno a hechos, decisiones y como se entiende el funcionamiento de las sociedades actuales en las diferentes geografías del planeta. 

Es difícil encontrar en los medios masivos de comunicación, en las redes sociales y en los portales audiovisuales que se encargan de la tárea periodística o de divulgación e información, comentarios o artículos que expliquen como las políticas de la Reserva Federal norteamericana (FED) impactan en el resto de las economías del planeta. En especial, en cuánto a como, el aumento de las tasas de interés, aumentan los costos de Deuda de los paises endeudados en moneda extranjera y ese mecanismo es el que Estados Unidos tiene mas aceitado para transferir sus problemas domésticos (Deuda Estatal bimillonaria y altos níveles de inflación), pero que diluye en esas políticas transfiriendo costos a los paises dolarizados o endeudados en dólares.

12 tipos sentados a una mesa. Las decisiones sobre política monetaria en EE UU las toma el llamado Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés), formado por 12 miembros que se reúne ocho veces año durante dos días. Además de otras medidas, este ente fija el “precio oficial” del dinero: influye en lo que a los bancos les cuesta financiarse y por tanto acaba repercutiendo en los productos financieros finales, desde los préstamos al consumo a las hipotecas. La Reserva Federal es el mayor banco central del mundo y el dólar, sobre el que influye directamente, la gran divisa de referencia global.” (Amanda Mars Corresponsal jefe de EL PAÍS en EE UU. Comenzó su carrera en 2001 en Europa Press, pasó por La Gaceta de los Negocios y en 2006 se incorporó a EL PAÍS, donde fue subjefa de Economía y corresponsal en Nueva York. Desde 2017 vive en Washington. Ha cubierto dos elecciones presidenciales, unas legislativas, dos impeachment y un asalto al Capitolio. Artículo citado: “¿Y a mí en qué me afecta lo que haga la Reserva Federal de Estados Unidos?en “El País”, España 16/12/2015)

La FED nació en 1913 con la Ley de Reserva Federal con el fin de contrarrestar el clima de inestabilidad financiera que atravesaba el país por entonces. La entidad equivalente a nivel europeo sería el Banco Central Europeo (BCE), sistema con el que guarda muchas similitudes y ciertas diferencias en cuanto a su naturaleza y funcionamiento.

Dentro de sus funciones más importantes, la Reserva Federal protege el sistema bancario y los derechos crediticios de los ciudadanos. Además, también suele postularse como un prestamista para otras instituciones de ámbito internacional.

Además, puede a veces proveer de depósitos a entidades financieras o al gobierno estadounidense.

Objetivo de la FED

Generalmente la FED actúa dentro de un marco establecido por el Gobierno, que delimita los objetivos en materia económica que debe seguir este banco central que, no obstante, opera de manera independiente.

Según establece la Ley de Reserva Federal, los principales objetivos de esta institución deben ser el máximo empleo, la estabilidad en los precios y los moderados tipos de interés a largo plazo.

Para poder alcanzar estas metas, la Reserva Federal dispone de diferentes instrumentos o herramientas propias de la política monetaria:

  • Operaciones de Mercado Abierto. La FED se encarga de controlar el dinero en circulación gracias a la compra y venta de instrumentos financieros.

  • Coeficiente de reservas. A través del control de las reservas por parte de los bancos es posible controlar la cantidad de dinero que estos prestan y, por tanto, el volumen de créditos concedidos en la economía.

  • Tipos de Descuento. Son los tipos de interés a corto plazo que la FED establece en sus préstamos a los bancos miembros.

Herramientas

Para sus fines dispone de tres herramientas principales de política monetaria, 1) las operaciones de mercado abierto (OMA), 2) la tasa de descuento (TD) y 3) los encajes.

En condiciones "normales" del ciclo económico, los bancos centrales en general y la Fed en particular realizan su política monetaria con base en el control de la tasa de interés nominal de corto plazo. La Fed influye en el curso de la economía mediante alzas y descensos de la (iff ), teniendo el objetivo dual de estabilidad de precios (inflación baja y estable) y máximo empleo. El marco general de la política monetaria convencional es el de metas de inflación y el instrumento que regula los precios es la tasa de interés iff con base en la cual la Fed ofrece fondos "overnight" al mercado interbancario o a los bancos.

Requisito de reserva

El requisito de reserva se refiere a la cantidad de depósito que un banco debe mantener en reserva en una sucursal de la Reserva Federal. El 30 de diciembre de 2010, la Reserva Federal lo estableció en el 10 % de todos los pasivos bancarios superiores a $ 58.8 millones de dólares. Cuanto más bajo es este requisito, más puede prestar un banco, estimula el crecimiento económico al poner más dinero en circulación. Este es un requisito alto especialmente difícil para los bancos pequeños, ya que no tienen tanto para prestar en primer lugar. Por esa razón, no existe un requisito para los bancos con pasivos por debajo de $ 10.7 millones, el requisito es solo del 3% para pasivos entre $ 10.7 millones y $ 58.8 millones.

La FED rara vez cambia el requisito de reserva. Por un lado, es muy costoso para los bancos cambiar sus políticas y procedimientos para cumplir con un nuevo requisito, más importante aún, el ajuste de la tasa de fondos federales logra el mismo resultado con menos interrupciones y costos.

Si un banco no tiene suficiente a mano para cumplir con el requisito de reserva, tomará prestado de otros bancos. La tasa de fondos federales es el interés que los bancos se cobran entre sí por estos préstamos a un día. La cantidad prestada y prestada se llama fondos federales. El Comité Federal de Mercado Abierto apunta a un nivel particular para la tasa actual de fondos federales en una de sus ocho reuniones programadas regularmente. 

Intereses en reservas

En 2008, la Reserva Federal acordó pagar intereses sobre el requisito de reserva y cualquier exceso de reservas. Ahora puede usar esta tasa para cambiar la tasa de fondos federales. Los bancos no prestarán fondos federales por menos de lo que reciben de la Reserva Federal para sus reservas.

 

Repos inversa

En 2013, la Reserva Federal comenzó a emitir repos revertidos a los bancos. La FED "presta" dinero de los bancos durante la noche, les paga intereses por este "préstamo". Utiliza sus tenencias de bonos del Tesoro de los Estados Unidos como garantía, como todos los acuerdos de recompra, los bancos no lo registran como préstamo, el interés que paga respaldará la tasa de fondos federales a medida que la FED la aumente gradualmente.

Requisitos de margen

El 12 de noviembre de 2015, los bancos centrales del mundo acordaron desarrollar requisitos de margen en sintonía con la FED. Cualquier empresa financiera que preste dinero para que los inversionistas compren valores debe requerir un porcentaje, o margen, para ser retenido como garantía. Por ejemplo, si un comerciante quiere pedir prestado $ 100 por un día, el banco le pedirá prestado $ 105. Los cinco dólares adicionales son el margen. 

El préstamo bancario para valores es un mercado de $ 4.4 billones de dólares. El margen se aplicaría a préstamos para repos, acciones, bonos y otros valores de riesgo. No se aplicaría a los préstamos para comprar bonos del Tesoro u otros valores seguros, estos constituyen dos tercios del mercado de préstamos de valores.

La Reserva Federal tiene esta autoridad de la Ley de Bolsa de Valores de 1934, pero no la ha usado desde la década de 1970. La FED está reviviendo este poder para reducir el tipo de riesgo expuesto por la crisis financiera de 2008 . Los críticos dicen que también puede disminuir el número de comerciantes. Eso aumentaría la volatilidad de los precios si no hay suficientes empresas financieras para ayudar a los comerciantes a comprar y vender en un colapso del mercado

Operaciones de mercado abierto

 Las operaciones de mercado abierto es la herramienta con la que la Reserva Federal se asegura de que los bancos presten a su tasa de fondos federales. La FED la usa cuando compra o vende valores de los bancos miembros, es más probable que compre notas del tesorovalores respaldados por hipotecas 

Comprar o vender valores es lo mismo que eliminarlos o agregarlos al mercado abierto. La FED comprará valores de los bancos cuando quiera que bajen la tasa de fondos federales para cumplir con su objetivo. Lo harán porque ahora tienen más dinero disponible y deben bajar las tasas para prestar todo el capital adicional. Cuando la Reserva Federal quiere que las tasas aumenten, hace lo contrario. Vende valores a los bancos, reduciendo su capital. Como hay menos para prestar, pueden elevar cómodamente la tasa de fondos federales al objetivo de la Reserva Federal.

Ventana de descuento

La Reserva Federal usa la ventana de descuento para prestar dinero a los bancos a la tasa de descuento de la FED para cumplir con el requisito de reserva. La tasa de descuento de la Reserva Federal es más alta que la tasa de fondos federales. Los bancos usualmente solo usan la ventana de descuento cuando no pueden obtener préstamos a un día de otros bancos. Por esa razón, la Fed generalmente solo usa esta herramienta en una emergencia. Los ejemplos incluyen el susto Y2K, después del 11 de septiembre, y la Gran Recesión. La línea de tiempo de la crisis financiera detalla cuándo los federales usaron esta herramienta.

Tasa de descuento 

La tasa de descuento es la tasa que la Reserva Federal le cobra a los bancos para pedir prestado en su ventana de descuento. Suele estar un punto porcentual por encima de la tasa de fondos federales. Eso es porque la FED quiere desalentar los préstamos excesivos.

Oferta de dinero

La oferta monetaria es la cantidad total de moneda que tiene el público. La FED lo informa semanalmente como:

  •  M1, que es depósitos en efectivo y cheques

  • M2, que incluye M1 más fondos del mercado monetario, certificados de depósito y cuentas de ahorro.

La Reserva Federal aumenta la oferta de dinero al reducir la tasa de fondos federales, lo que reduce el costo de los bancos de mantener los requisitos de reserva. Esto les da más dinero para prestar, lo que les da a los consumidores más dinero en sus bolsillos.

Sopa de letras del FED

La Reserva Federal creó muchos programas nuevos e innovadores para combatir la crisis financiera. Fueron creados rápidamente, por lo que los nombres describieron exactamente lo que hicieron en términos técnicos. Tenía mucho sentido para los banqueros, pero muy pocos.

Los acrónimos dieron como resultado una sopa alfabética de programas, como MMIF, TAF, CPPF, ABCP y MMF Liquidity Facility. Aunque estas herramientas funcionaron bien, confundieron al público en general. Como resultado, la gente no confiaba en las intenciones y acciones de la FED. Ahora que la crisis ha terminado, estas herramientas han sido descontinuadas. 

  •  Servicio de financiación de inversores del mercado monetario (MMIF)

  • Plazo de subasta a plazo (TAF)

  • Servicio de financiación de papel comercial (CPPF)

  • Facilidad de préstamos de subasta a plazo (TALF)

  • Línea de liquidez de fondos de inversión del mercado de papel moneda comercial respaldada por activos (ABCP)

  • Línea de crédito del concesionario primario.

Lo Que sucedió durante la pandemia

Una avalancha de dólares en la principal economía del mundo. Así podríamos imaginarnos qué es exactamente lo que ha ocurrido en Estados Unidos en el último año.

Los estímulos puestos en marcha por el gobierno de Donald Trump para paliar los efectos de la crisis económica provocada por el coronavirus incluyó el envío de sustanciosos cheques a los trabajadores o generosos créditos a empresas.

A este gasto fiscal de las arcas públicas se sumaron los esfuerzos de la Reserva Federal para mantener la liquidez del sistema bancario y que las entidades pudieran seguir prestando.

Pero ese dinero no salió de una caja acorazada. Se creó de propio para poder afrontar la situación. 

Gobierno y banco central imprimieron dinero a una velocidad sin precedentes en la historia reciente de Estados Unidos.

Tanto que solo de enero a noviembre de este año la oferta monetaria de Estados Unidos ha crecido casi un 24%.

Según datos de la Fed, el volumen de dólares ha pasado de US$15,33 billones a fines de 2019 a US$19,1 billones a finales de noviembre.

Así que este crecimiento del dinero, que suele ser un proceso lento y constante, se ha desbocado en 2020.

"En mi opinión, el dólar está atravesando una fase cíclica de debilidad, similar a la depresión relativa durante la década de los 70, inicios de los 90 y la gran crisis financiera a finales de los 2000", explica Olivia Álvarez, analista de la firma Monex Europe.

Efectos en la economía

El primer efecto de esta nueva masa monetaria en circulación es que podría generar inflación en Estados Unidos.

El segundo es una acelerada devaluación del dólar contra muchas divisas, que según varios analistas consultados por BBC Mundo, ofrecerá un inesperado respiro a las economías de América Latina, devastadas por los efectos de la pandemia de covid-19.

En algunos países de la región los efectos se notarán con fuerza; otros tienen tantos desafíos encima, dicen los expertos, que una bajada del dólar de entre el 10% y el 15% contra sus divisas no va a tener impacto alguno.

"Las monedas latinoamericanas son por lo general amplios beneficiarios de la depreciación del dólar. Este efecto es particularmente relevante para países altamente endeudados como Argentina", añade Álvarez.

Coincide con ella Keith Wade, economista jefe de la gestora Schroders.

"Se benefician especialmente a través de un financiación más fácil que reduce la presión sobre sus monedas. Esto permite políticas monetarias internas más flexibles y también reduce la carga de la deuda externa denominada en dólares", dice Wade.

Argentina y el dólar

Uno de los factores que mantiene la economía argentina bajo el yugo es su excesiva dependencia del dólar y el volumen de deuda pública emitido en esa divisa, en lugar de en pesos.

Cuando el tipo de cambio peso/dólar subía, la carga de esas obligaciones era cada vez mayor.

Ahora que el dólar cae es fácil plantearse cómo puede afectar esto a la parte de su deuda denominada en moneda fuerte.

"Si nos fijamos en los desafíos que tiene Argentina en este momento, que son bastante grandes, un debilitamiento del dólar de entre el 10% y 15%, para ser honesta, no supondrá un cambio importante, afirma Claudia Calich, especialista en mercados emergentes de M&G Investments.

El país aún tiene que seguir negociando la reestructuración de la deuda con el FMI y el estado de sus finanzas tiene muy poco margen de maniobra para hacer frente a los estragos de la covid-19.

"Un dólar débil ayuda a Argentina hasta cierto punto", opina Joseph Mouawad, gestor de renta fija emergente de Carmignac, pero "aún faltan la combinación de políticas y de credibilidad para que se dé una recuperación sostenible".

Felipe Villarroel, gestor de TwentyFour AM, explica los limitados beneficios para Argentina de otra manera:

"Argentina es un país que exporta mucho agro y en este caso el impacto de una depreciación del dólar es menos importante. Va a ayudar un poco, pero hay otros factores como tener una mala cosecha que va a hacer que el año sea horrible independientemente de la divisa".

El resultado es obvio, Dólares a cambio de Materias primas agroexportadoras. Como manejan las tasas de interés, al aumentar la tasa la presión sobre la necesidad de mas dólares produce o el aumento de precios de los productos agro-ganaderos exportables o la derivación hacia la exportación de mayor volumen encareciendo los precios de mercado interno. En general la especulación y la avaricia de estos sectores llevan a que ambos mecanismos no esten conectados como propone el ideal de la doctrina económica en tanto se exporte mas o menos los precios internos siguen al dólar.

Efecto Malvinas

(Martín Kanenguiser (Buenos Aires, 1968), periodista, con una maestría en Relaciones Internacionales de FLACSO. Publicó los libros La dama (1995), La maldita herencia (2003) y El fin de la ilusión (2011). Escribió para Infobae este interesante artículo el 13 de Junio de 2020)

La guerra de Malvinas, que culminó hace 38 años, dejó muchas secuelas para el país. La primera y más grave, los 650 soldados argentinos que murieron en el campo de batalla y en el territorio continental. La segunda fue la profundización de una crisis económica que se había desatado en 1981, cuando el gobierno militar tuvo que abandonar el esquema de la “Tablita” cambiaria y generó una aceleración inflacionaria y una crisis en el frente externo, a tono con la crisis que empezó en toda la región. ¿Fue la guerra la respuesta desesperada a ese desgaste socioconómico y político?

De hecho, algunos veteranos banqueros de Wall Street aseguraron que la ola de default latinoamericanos no empezó con la cesación de pagos de México de agosto, sino con la decisión del gobierno de Leopoldo Galtieri de suspender los pagos externos, aprovechando el marco de la guerra, en un contexto sin recursos públicos.

El historiador Roberto Cortés Conde escribió: “el fracaso de los ajustes de 1981 provocó una serie de devaluaciones para adelantarse a los precios cada vez mayores. Fue una carrera de incrementos inéditos en los tipos de cambios y los precios. La inflación fue del 104% en 1981, del 165% en 1982 y del 344% en 1983”.

A su vez, el PBI cayó 5,4% en 1981 y 3,2% en 1982, para recuperarse 4,1% en 1983. Además, tras el shock devaluatorio de 1981, el Estado asumió gran parte del endeudamiento externo, “reemplazándola con obligaciones en pesos que, al ser ajustadas por una tasa más baja que la inflación, terminó actuando como un subsidio para los deudores”, agregó Cortés Conde.

Los intentos de normalizar la situación fiscal con un ajuste ortodoxo por parte del ministro Roberto Alemann, designado por Galtieri, tuvieron un éxito muy efímero. “El objetivo de su política se centraba en el control de la indomable inflación por medio de una política monetaria activa. Además, se unificó el mercado cambiario y se intentó reducir el déficit de las cuentas públicas con un refuerzo de la presión tributaria, suba de las tarifas públicas y congelamiento de los salarios del sector público, recordó Mario Rapoport. Ese ajuste fue el que provocó las primeras movilizaciones en plena dictadura, como la que llenó la Plaza de Mayo el 30 de marzo, dos días antes del anuncio del inicio de la guerra.

Antes de la guerra, Roberto Alemann debió utilizar su prestigio personal en el mercado para pedir USD 500 millones ante la escasez de reservas en el Banco Central. Con urgencia para obtener dólares, el ministro había viajado a la reunión anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Cartagena de Indias para acordar la refinanciación de los compromisos de la deuda soberana de 1982.

La estrategia consistía en obtener USD 3.500 millones en créditos sindicados a largo plazo y renovar otros USD 7.200 millones. Como contrapartida, el ministro prometió bajar el déficit fiscal en un 2% del PBI ese año.

Mientras Alemann volvía de un largo viaje con varias escalas desde Colombia, su secretario de Hacienda, Manuel Solanet, le sugirió al presidente del Banco Central, Egidio Ianella, que sacara las reservas internacionales del Banco Central que estaban depositadas en el Banco Central de Inglaterra y en los bancos comerciales de los Estados Unidos. El nuevo destino sería el Banco Internacional de Pagos de Basilea, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Reserva Federal de Nueva York, lejos del alcance del embargo británico.

Durante la guerra, Alemann limitó la compra de divisas para evitar la fuga de capitales, el mercado cambiario volvería a desdoblarse, el peso se devaluaría, crecerían las retenciones a la exportación y se adoptarían otros cambios impositivos para enfrentar el crecimiento de los recursos militares, que consumieron USD 450 millones de gasto corriente, más los fondos destinados a la compra de aviones.

Como resultado de la desconfianza generada por el enfrentamiento militar, los depósitos del sector privado bajaron 4% solamente en la primera semana de abril. Por su parte, con el respaldo de sus aliados de la OTAN y de la Comunidad Económica Europea, Gran Bretaña congeló los fondos argentinos y embargo los recursos de las importaciones de origen nacional.

En la Argentina el sector más duro de la junta militar pidió como represalia la confiscación de los bienes británicos. Y si bien Alemann no accedió, sí suspendió el pago de los vencimientos de capital de la deuda externa para preservar el nivel de reservas del Banco Central, lo que redobló los nervios en el mercado internacional.

El ministro juró que se trataba de una suspensión transitoria que no afectaría el pago de intereses, salvo a los bancos ingleses. El “detalle” era que el Lloyds Bank del Reino Unido era el principal acreedor individual del país.

Por otra parte, el Gobierno había logrado una buena parte de sus créditos a través de préstamos sindicados, que todos los bancos cobraban a través de una sola ventanilla. Por lo tanto, si no cobraba uno, no cobraba nadie.

Para reducir el pánico, en medio de la guerra Alemann viajó a una cumbre del Fondo Monetario Internacional en Helsinki, donde el 12 de mayo intentó sin demasiado éxito obtener el respaldo del titular del organismo, el francés Jacques de Larosiére, para un programa de asistencia.

Sin lograr resultado alguno, inició una gira por Zúrich, París y Nueva York para ofrecerles a los bancos no británicos la posibilidad de cumplir en forma efectiva con los vencimientos del pago de intereses a través de una cuenta en la Unión de Bancos Suizos (UBS). Además, la intención era abrir una escrow account para dejar asentado los compromisos con los bancos ingleses sin pagarles, hasta que Londres levantara las sanciones contra el país. La propuesta de pagos parciales finalmente fue aceptada por los acreedores no británicos, pero luego del final de la guerra, el país acumulaba unos USD 2.000 millones de atrasos en el pago de la deuda que debió empezar a renegociar al día siguiente de la rendición en el Atlántico Sur. El país siguió formalmente en default hasta 1993, cuando renegoció su deuda en el marco del plan Brady.

Apenas renunciaron Galtieri y Alemann, el peso se devaluó más del 200% en pocos días. El nuevo equipo económico, con un régimen completamente desgastado por la derrota militar, el malestar socioeconómico y la presión por la reapertura política, poco pudo hacer con una deuda de unos USD 40.000 millones, una recesión de casi 10 años, dos millones de desempleados (casi el 8% de la población) y el 60% de la capacidad industrial ociosa.

En julio de 1983 el FMI le concedió al gobierno USD 320 millones, como parte de un programa stand by, que fue aprobado por la negociación secreta entre el presidente del Banco Central, Julio González del Solar, y su par británico, Gordon Richardson, según recordó James Boughton en su libro sobre la historia del organismo multilateral. El encuentro sirvió para limar asperezas porque todavía se mantenían las restricciones para girar fondos al país europeo.

Pero de poco sirvió esa pax diplomática, ya que el 8 de septiembre el juez Federico Pinto Kramer dictó la prisión de González del Solar por aceptar negociar con acreedores extranjeros bajo otra jurisdicción, tal como lo marcaban los contratos de la deuda. Aunque a los pocos días fue liberado, ya no pudo recomponer la relación con los acreedores.

En aquellos tiempos en los que el FMI y los bancos tenían una relación muy fluida, el director gerente del organismo le reclamó al presidente del comité de acreedores, William Rhodes, que firmara un acuerdo para renegociar la deuda, pero en Wall Street no querían dar ningún paso hasta después de las elecciones del 30 de octubre de 1983.

Mientras Raúl Alfonsín festejaba su victoria, el equipo del ministro Jorge Webhe negoció contrarreloj la extensión de dicho préstamo con el Citi y los otros bancos.

El nuevo gobierno constitucional asumiría con pocas reservas, una situación desastrosa en la economía real y una deuda cercana a los 45.000 millones de dólares.

El regreso de la democracia no cambió el crítico cuadro económico: el país no pudo escapar de la “Década pérdida” que afectó a toda América latina en los 80. Luego de tres hiperinflaciones, a fines de los 80 y principios de los 90, hubo una período de estabilidad entre 1991 y 2001, con alto crecimiento económico y baja inflación, pero alto desempleo.

Lo que no cambió fue la debilidad del frente externo: después de 1994, con el efecto Tequila, la situación volvió a complicarse y el electrocardiograma se alteró en 1997 con la crisis de Asia, en 1998 con la de Rusia y en 1999 con la de Brasil. Los últimos dos años, la convertibilidad sobrevivió por el apoyo del “blindaje” del FMI y de los bancos internacionales, hasta que todo estalló.

El resto, desde 2002, es historia casi repetida, con alta inflación, pobreza y desempleo, picos de euforia y recesión y 14 años de default. La ilusión de ver reformas fiscales desde 2016 duró poco y, cuando parecía que el gobierno de Mauricio Macri estaba en su mejor momento, cayó en otro pozo ante el corte del financiamiento voluntario en los mercados externos desde 2018 que perdura hasta la actualidad, cuando confluyen el recuerdo de aquellas insensatas muertes en el Atlántico Sur y la sensación de que las crisis económicas en el país solo se toman una pausa pero nunca terminan.

Soberanía Insular y Recursos Marítimos

Argentina restableció relaciones con el Reino Unido en 1989 a través de la Declaración Conjunta de Madrid, siete años después de la guerra. En 1998, Carlos Menem hizo una visita de Estado a Reino Unido, el príncipe de Gales después le hizo una visita al país sudamericano. En 1999, los dos países aceptaron normalizar los vuelos directos a las Islas Malvinas, que estaban bloqueados desde el año 1982. Los realiza la empresa chilena LAN Airlines, desde Punta Arenas con escala mensual en Río Gallegos.

En octubre de 1989 y en febrero de 1990, se suscribieron entre la Argentina y el Reino Unido dos Acuerdos (Madrid I y Madrid II) que regularon las relaciones políticas, económicas, diplomáticas y militares entre las dos naciones luego de la Guerra Nacional de Malvinas.

Mucho se ha hablado sobre la necesidad de desechar los Acuerdos de Madrid I (19/10/1989) y II (15/2/1990) y la llamada Declaración Conjunta de Foradori-Duncan del 12/9/1916 que los perfeccionó en favor del Reino Unido. Algunos entienden que no afectan a la soberanía nacional o han caído en abstracto porque no afectarían al interés de la Nación y todos o casi todos sus efectos no estarían en vigor y, hasta hay, quién opinan que son favorables a Argentina. Conviene entonces agregar luz al respecto.

Los Dr. Eduardo Barcesat. Abogado Constitucionalista. Dr. César A. Lerena. Experto en Atlántico Sur y Pesca, se refirieron a estos asuntos en este artículo publicado por Perfil el 12-07-2021

Empecemos por decir, que ninguna de estas Declaraciones (o Tratados) fueron aprobados por el Congreso de la Nación como bien lo indica el proyecto (Eduardo Barcesat) de Declaración que elaboráramos para ser sancionada por el Poder Legislativo de la Provincia de Tierra del Fuego, donde en los artículo 1º y 2º refiere a «desechar los Tratados de Madrid I y II, y la Declaración de Foradori-Duncan, por no haber sido sometidos al Congreso de la Nación, y ser lesivos a la soberanía territorial argentina y el orden público constitucional (Cláusula Transitoria Primera y art. 27, C.N.), así como del deber de obediencia a la supremacía de la Constitución Nacional (art. 36) y declarar inaplicables en todo el territorio de Tierra del Fuego, las disposiciones de los tratados internacionales inconclusos, conforme la normativa invocada en el Art. 1º de esta ley, y lo dispuesto por el art. 105, incisos 6, 7, 25, 27 y 37 de la Constitución de la Provincia de Tierra del Fuego» y la reciente Resolución (AS Nº 412-21), con igual asesoramiento, de la citada Legislatura donde «en sus articulados se invita a los legisladores nacionales de Tierra del Fuego en los términos del art. 105º inc. 6 de la Constitución Provincial y el art. 1° de la Ley Provincial N° 98 y, con el debido debate, a desechar los Acuerdos de Madrid I y II dando cumplimiento a la Disposición Transitoria Primera de la Constitución Nacional, la Resolución 2065 (XX) de las Naciones Unidas y la Declaración de Ushuaia. Del mismo modo, a la derogación de la Ley Nacional N° 25.290 del 13/6/2000 con el objeto de para hacer caer definitivamente el Tratado de Nueva York del 4/12/1995 e igualmente, con el debido debate, en torno a las consecuencias de la vigencia y aplicación del Comunicado Conjunto del 13/9/2016, a desechar el llamado Pacto de "Foradori-Duncan”».

Como hemos dicho, las razones de esta Resolución se fundan, en primer lugar, en el incumplimiento de lo prescripto en la Constitución Nacional y en la Res. 2065 (XX) y, la 31/49 entre otras de las Naciones Unidas. También es conocido, -y puede recurrirse a las actas taquigráficas- que la entonces Canciller Malcorra recibió el rechazo de estos instrumentos en la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de la Nación y, tampoco que estas “Declaraciones” contaron con la debida consulta y aprobación de la Legislatura de la Provincia de Tierra del Fuego que es parte necesaria en las cuestiones de los archipiélagos.

Se justifica plenamente y se necesita desechar los Acuerdos de Madrid I y II donde, por una lamentable claudicación de los gestores y firmantes del P.E.N. se incluyen por primera vez en éstos a las Islas Georgias del Sur y Sándwich del Sur con una evidente mala fe del Reino Unido y la ingenuidad o sometimiento del gobierno argentino; cuestión nunca tratada previamente ni estuvieron en disputa en las Res. 2065 (XX), 1514 (XV), 31/49 y otras de la ONU y, los distintos intercambios entre la Argentina y el Reino Unido.

Además de ello, la Constitución Nacional en la Disposición Transitoria Primera refiere con certeza a los espacios marítimos “correspondientes” y no “circundantes” que podría entenderse que circundan o rodea a los archipiélagos, cuestión que se incluye en el Acuerdo de Madrid I, por lo que es absolutamente contrario este término a lo que se estableció en 1994 con precisión en la Constitución, lo que algunos funcionarios (civiles, militares o de fuerzas de seguridad) erróneamente repiten, como si se tratara de una cuestión de innecesaria estrictez en los límites que ponen en juego millones de km2 marítimos argentinos.  

No puede dejar de tenerse en cuenta la gravedad de la militarización británica existente en Malvinas, residual de la guerra de 1982 y la firma de los Acuerdos de Madrid, donde se regulan además cuestiones relativas al control de la navegación y comunicación en el Acuerdo de Madrid II que son absolutamente contrarias el compromiso expresado por el Reino Unido de respetar plenamente los principios de la Carta de las Naciones Unidas, ya que mantiene una base misilística y otros medios militares y navales en Malvinas en evidente violación a la “Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur” (Res. 41/11 del 27/10/1986 de la ONU) que agravian a la Argentina y, son contrarias a lo previsto (Madrid I, 6, Madrid II, 4) de «crear confianza y evitar incidentes en la esfera militar», además de otras cláusulas lesivas a la soberanía nacional al indicar que el Reino Unido «Eliminaría el actual requisito para que los buques mercantes argentinos entren a la zona de protección y, hacer coincidir los límites de la zona de protección con los de la zona de conservación», en una evidente inamisible acción de administración británica de los territorios argentinos.

Se ejecuta formalmente un evidente “cambio de figuritas” (Madrid I, inc. 7 y 8) donde «el gobierno británico conviene en facilitar el restablecimiento de vínculos de cooperación entre la Argentina y la Comunidad Europea», etc. Una vergüenza este escrito mercantilista, cuando están en juego cuestiones soberanas tan sensibles al pueblo argentino y un acto de humillación y sumisión de los firmantes que enloda a la Argentina. Por muchos menos, muchos pueblos han sobrevivido en la pobreza sufriendo el boicot de otras naciones.   

A todo ello, se agregó (Madrid II, inc. 5, A, B, C, D y sus Anexos) una dependencia de las fuerzas armadas argentinas (en el Acuerdo los británicos, incluso, excluyeron al Ejército Argentino) que se deja de manifiesto en el «Sistema Transitorio de Información y Consulta Recíprocas sobre los movimientos de las unidades de sus Fuerzas Armadas en áreas del Atlántico Sudoccidental», sobre espacios que alcanzan a gran parte del Atlántico Sur y, no solo al área ocupada por el Reino Unido en 1982; el «Sistema de Comunicación Directa entre las Islas Malvinas y el territorio continental con el objetivo de reducir la posibilidad de incidentes, limitar sus consecuencias si ocurrieran actividades y aumentar el conocimiento reciproco de los militares en el Atlántico Sudoccidental» y «Acordar un conjunto de reglas de comportamiento reciproco para las unidades de sus respectivas fuerzas navales y aéreas que operen en proximidad» y «establecer un sistema de intercambio de información sobre seguridad y control de la navegación marítima y aérea». Es decir, administrar nuestros espacios. Sin referirnos el vigente veto del Reino Unido a la compra de armas por parte de la Argentina que, nos impide defender el territorio.  

A todo lo acordado se agregó la aceptación lisa y llana de la explotación pesquera británica de los recursos argentinos, como se desprende de los Acuerdos (Madrid I, inc. 10; Madrid II, inc. 7 y 14) que llevaría a que el gobierno ilegal británico en Malvinas capturara, por vía del otorgamiento de licencias pesqueras ilegales a buques extranjeros, un promedio anual de 250 mil toneladas, equivalentes a mil millones de dólares/año; es decir que desde 1989 al firmarse los Acuerdos, a la fecha, los británicos han extraído recursos pesqueros argentinos por valor de 32 mil millones de dólares y lo han hecho comprometiendo el ecosistema, como la propia Consultora Británica MacAlister, Elliot & partners Limited en 2020, especializada en pesca sustentable (Penguin News, Agenda Malvinas, 10/6/2021) lo considera, es decir que la actividad está comprometiendo el ambiente, que era una cuestión que el Acuerdo refería a la necesidad de cuidar.     

Como consecuencia de este Acuerdo (Madrid II, inc. 12) la Argentina aprobaría luego la Ley Nº 24.184 de “Protección y Promoción de Inversiones del Reino Unido”, con condiciones muy ventajosas sobre las generales. La palabra “protección” lo dice todo y, se contrapone con la apropiación que los británicos hacen de nuestros recursos. Poco serio.

En el mismo acto de desechar los Acuerdos debería renegociarse una fecha de vencimiento perentorio de la denominada fórmula de paraguas (Madrid I, ítem 2) que congela las cuestiones relativas a la soberanía, cuya vigencia, es contradictoria con la Res. 2065 (XX) de las Naciones Unidas que promueve el diálogo sobre la soberanía; aunque la interpretación de algunos fuera de que “los británicos aceptaron la fórmula y con ello reconocieron la disputa de soberanía” (Clarín, 22/10/1989:9), esta opinión es sesgada, ya que deberíamos recordar que los británicos no la aceptaron sino que impusieron la referida fórmula inglesa, donde de hecho, negaban toda soberanía y obtenían los resultados que están a la vista: siguieron avanzando en la ocupación de territorios y explotación de los recursos, mientras que la Argentina quedó congelada.

Finalmente, el incumplimiento por parte del Reino Unido de la Res. 2065 (XX) de dialogar con la Argentina el mecanismo de reconocimiento de la soberanía argentina de Malvinas, coloca en una situación de absurdo la “fórmula de paraguas” sin fecha de vencimiento para avanzar sobre las cuestiones de soberanía, mientras el Reino Unido viola la citada Res. 2065 (XX) y, muy especialmente, viola la Res. 31/49 de las Naciones Unidas, al invadir en forma creciente nuestros territorios insulares y marítimos y explotar nuestros recursos naturales pesqueros e hidrocarburíferos, pese a que esa Resolución refiere a no innovar respecto a los espacios ocupados por el Reino Unido. Todos actos violatorios de la “Zona de Cooperación y Paz” establecida por todos los países de América y África vinculados al Atlántico Sur.

Derogar la Ley Nacional N° 25.290 del 13/6/2000 y con ello los Acuerdos de Nueva York evitaría la conformación de las denominadas OROP (Organizaciones Regionales de Ordenamiento Pesquero) que ya están fracasando, que se constituirían en un arma de administración y ocupación del Atlántico Sudoccidental por parte de los países que pescan a distancia subsidiados e ilegalmente (Estados de Bandera) y darían pie la intervención del Reino Unido, quien pretende erigirse como un Estado ribereño a partir de la ocupación de Malvinas en abierta violación a la Disposición Transitaria Primera de la C.N.A.    

Desechar el Pacto de Foradori-Duncan, sería en términos prácticos dejar sin efecto la Comisión de Pesca del Atlántico Sur y las investigaciones conjuntas; la Comisión sobre Hidrocarburos del Atlántico Sudoccidental; los vuelos a Santiago de Chile y San Pablo desde Malvinas y viceversa, además de descartar todas las acciones “que favorezcan al desarrollo actual de Malvinas” como indica este Pacto que favorece la consolidación del Reino Unido en los archipiélagos y la apertura al mundo -con los vuelos- a la logística y comercialización de los productos originados en las Malvinas y los espacios marítimos argentinos. La Argentina tiene que promover el desarrollo de los Archipiélagos, pero a partir de la recuperación de la soberanía territorial insular y marítima.

Los Dólares de la minería.

Históricamente la Argentina no fue un país de tradición minera. Sin embargo, la incorporación a la economía mundial en los años 90, la volatilidad de los capitales internacionales y su búsqueda de condiciones especiales para la implementación de actividades productivas, dieron el marco para la instalación y consolidación de la actividad en el país. En este marco global, las modalidades de la economía internacional y la inserción del Estado condicionan las dinámicas de acumulación nacional y territorial. En consecuencia, estas dinámicas que se desarrollan a nivel internacional atraviesan y afectan con variada magnitud las estructuras económico-sociales de los territorios nacionales y locales. De esta manera, toda estructura territorial local se ve favorecida -o no- por la acción del Estado a través del diseño de políticas estatales. Es decir, que las transformaciones que se producen en el ámbito territorial son mediadas por las políticas públicas nacionales y regionales. Este trabajo describe y analiza las políticas estatales que se implementaron en el sector minero entre 1990 y 2017 y reflexiona sobre las características de dicho proceso. Metodológicamente es exploratorio, de tipo descriptivo, basado en el estudio de caso y en la observación y análisis documental.

En un primer apartado se delinearán los principales aspectos conceptuales que guían la mirada del objeto. En un segundo apartado las políticas que configuran el aparato legal de la minería desde 1990-2002, periodo que denominamos Apertura y entrega de los recursos mineros en los 90.

Algunas cuestiones conceptuales

Para el presente trabajo, se requiere de enfoques complejos que articulen la relación nacional-local, las particularidades de los modelos de desarrollo y sus efectos en las provincias y su articulación con las políticas estatales. En el caso de estudio, la minería metalífera irrumpe en un territorio a través de empresas trasnacionales, por lo que el punto de partida es el concepto de territorio, como un espacio donde se manifiestan y dirimen los conflictos económicos, sociales, culturales y políticos, en el que se ponen en juego los diferentes intereses y se disputa el poder económico y político. Por lo tanto, el territorio es una trama resultante de comportamientos institucionalizados y localizados en un espacio determinado de actores y organizaciones heterogéneos que se vinculan por actividades productivas y/o consumo, en forma contradictoria, regular y continuada (Manzanal, 2006: 25 y 215). Aspectos tales como los elementos históricos del desarrollo de un territorio, el rol que cumple en el sistema nacional, las características de su sistema productivo, la identificación de recursos, las articulaciones entre actores, la regulación particular, son importantes para su análisis.

Es necesario también integrar este concepto con otros de mayor envergadura como el de Modelo de Desarrollo, que según la Escuela de la Regulación Francesa, es la forma en que se estabiliza a largo plazo un régimen de acumulación1 y un modo de regulación, y de qué manera entran en crisis y se renuevan.

El modelo de desarrollo, es también un modelo territorializado, es decir, que se expande en un espacio determinado, en sectores, en actividades y en compromisos institucionalizados concretos. Las relaciones sociales de un mismo tipo que prevalecen en el espacio social tienden a difundirse de un sector de actividad a otro (Lipietz, A 1989).

El régimen de acumulación modula el sistema productivo regional o local. Significa que se produce y reproduce en base a relaciones concretas dentro y fuera de los marcos regionales. Por lo tanto, el régimen de acumulación nacional va a adquirir formas distintivas en los distintos territorios. Cada uno, va a ocupar un lugar específico en la acumulación nacional y cualquier cambio en los mismos va a producir modificaciones a nivel na-cional (de la Torre, 2017: 20).

Para que un régimen de acumulación se sostenga, requiere de cierta coherencia y estabilidad del sistema de relaciones sociales, y es por ello que el modo de regulación permite su permanencia, en tanto estos “acuerdos” existan y sean sostenidos. La instrumentación de un modo de regulación y su consolidación, depende en gran medida de la esfera política. Nos encontramos entonces, en el terreno de las luchas político-sociales, de los compromisos institucionalizados (de la Torre, 2017:21).

En efecto, los grupos sociales definidos por su lugar en las relaciones económicas, en algún momento y durante largos periodos, se constituyen en un bloque social. Es decir, un sistema estable de relaciones de dominación, de alianzas y de concesiones entre diferentes grupos (dominantes y subordinados) que es hegemónico cuando hace que se reconozca su dispositivo, de manera más o menos coercitiva, como conforme con el interés de la gran mayoría de un territorio (Lipietz, A. 1994). Por lo tanto, debe observarse una coherencia entre un triángulo compuesto por el bloque hegemónico, el régimen de acumulación y el modo de regulación. La forma de reproducción de ese bloque se da en la medida que el régimen de acumulación satisfaga las necesidades sociales en las condiciones admitidas por el bloque social.

Toda sociedad es móvil, heterogénea y contradictoria y soporta una tensión entre las distintas fuerzas sociales, de ahí que el Estado aparece como una instancia relativamente autónoma que cumple la función de árbitro de los conflictos sociales (Girbal Blacha y otros, 2001). Así, el Estado como instancia de articulación y dominación de la sociedad refleja estos conflictos y contradicciones.

En relación a la minería, el Estado tiene un rol estratégico en la producción de territorios que avanzan hacia modelos extractivistas. El término extractivismo se refiere al predominio de actividades económicas basadas en la remoción de grandes volúmenes de bienes naturales, que no son industrializados o se lo hace limitadamente, con el objetivo prioritario de destinarlos a los mercados internacionales (Sabatella).

Es necesario además, abordar la dinámica de la regulación del territorio para apreciar las estrategias de los actores, su capacidad para adaptarse a las lógicas nacionales e internacionales y su influencia en la generación de políticas estatales específicas. Los territorios generan conflictos y oposiciones en el seno de los procesos de producción, de ahí que se genere una forma de regulación, que se podría decir regional o local, que muestra esas diferencias o especificidades.

Las regulaciones locales participan en (o se resisten a) la regulación global de un sistema económico, y esta última tiene influencia (o es influenciada por) las regulaciones locales (de la Torre, 2017:25).


El análisis del territorio se debe articular con las políticas estatales porque es una forma de dar cuenta del Estado, Bruno Jobert, expresa que se trata de mirar las políticas públicas como un momento de la lucha política global: el estudio del Estado en acción, es también la política buscada por otros medios y en otros escenarios (en Jolly, 2002:54).

Toda estructura territorial local se ve favorecida por la acción del Estado a través del diseño de políticas estatales. Es decir, que las transformaciones que se producen en el ámbito territorial son mediadas por las políticas estatales nacionales y regionales (de la Torre, 2017:30).

Jean-François Jolly (2001), considera a las regiones como espacios territoriales a la vez de identificación, elaboración e implementación de políticas públicas (policies) y de juego político (politics). Por lo tanto, el análisis del territorio se debe articular con las políticas estatales. Para este último concepto, apelaremos a la definición de Oszlak y O’Donnell como al conjunto de acciones u omisiones que manifiestan una determinada modalidad de intervención del Estado en relación a una cuestión que concita interés o movilización de otros actores de la sociedad civil (1984).

El análisis del camino seguido por determinadas políticas estatales no sólo debe observar las coaliciones y/o cooptaciones que surgen en función de las estrategias de distintos actores incentivados por el entramado institucional o para dar cuenta de una determinada puja dentro de un sector de políticas (o en juegos anidados entre diferentes políticas), sino que debe analizarse la acción de determinados actores que forman parte de una voluntad hegemónica y por lo tanto operen en función de la imposición de un determinado proyecto socio-político-cultural antes que de acuerdo a costos o beneficios de una política sectorial, o incluso intentando equilibrios entre ambos (Rey, 2014:132).

Por lo tanto, ámbito nacional-territorio-políticas estatales-hegemonía dan cuenta de la complejidad de abordaje de las relaciones sociales vinculadas a un espacio en un contexto nacional e internacional en un momento histórico determinado.

El Modelo de Desarrollo Argentino

El neoliberalismo de los 90 - Régimen de acumulación

El Plan de Convertibilidad de 1991 consolida un modelo de ajuste neoliberal coherente con los lineamientos del Consenso de Washington y en base a una nueva coalición política formada por los grandes grupos económicos, los sectores peronistas del movimiento obrero organizado (que manejaban la conducción en ese momento de la única central sindical) y viejos políticos conservadores.

Este nuevo régimen de acumulación se caracteriza por:

  • Disminución de la inflación. En 1994 el aumento de los precios al por menor era de 4,2%, en 1995 de 1,6 hasta llegar en 1997 a una pequeña deflación. (Rofman, 1997, pag. 21)5.

  • Un fuerte crecimiento inicial de la economía. El modelo se sustentó en el crecimiento sostenido de la inversión, producto fundamentalmente de la entrada de capitales externos. Además, en la primera etapa del Plan, la expansión del consumo vía incremento del crédito y la confianza de las familias de endeudarse ante el control de la inflación es otra de las causales de este crecimiento. Lo anteriormente señalado, supuso una importante expansión del Producto Bruto Interno. A partir de 1998 las sucesivas crisis internacionales y los propios estrangulamientos del modelo, terminan con el crecimiento y en el desenlace del 2001.

  • Incremento de los precios de los servicios. El proceso de privatizaciones, conjuntamente con las políticas de desregulación, fueron decisivos en la consolidación de un proceso de concentración oligopólica de grupos económicos que obtuvieron libertad para la fijación de precios y grandes tasas de ganancias que le permitieron financiación externa con bajas tasas de interés. (Nochteff, 1996:125).

  • Incremento del endeudamiento externo. A pesar del Plan Brady, de las privatizaciones con capitalización, la deuda externa creció hasta 140 mil millones de dólares.

  • Fragilidad financiera externa de la economía. En este periodo se implementan una serie de políticas de apertura de la economía que producen un profundo déficit de la balanza comercial y de pagos. Por otro lado, la Argentina consolidó un patrón exportador de reprimarización basado en recursos agrarios y energéticos baratos.

  • Reestructuración industrial. Las políticas estatales implementadas por el gobierno justicialista produjeron profundos impactos en el sector que significaron una fuerte reconversión del sistema productivo. Algunas grandes empresas, lograron inserción en el mercado externo, innovación tecnológica, cambios importantes en la gestión pero fundamentalmente todo este proceso se realiza de manera concentrada y acentuando la heterogeneidad estructural de la economía argentina (Neffa, 1996:296). Es importante destacar la disminución de establecimientos industriales y la pérdida de puestos de trabajo

  • Además, la productividad subió y el salario real cayó. Evidentemente, esa ganancia por productividad fue absorbida por los empresarios.

Modo de regulación

Las políticas estatales implementadas en este periodo produjeron un profundo cambio en la lógica de producción y de acumulación y por lo tanto en la posición y función de los agentes económicos y sociales con relación a otros periodos.

Los ejes del nuevo modelo son:

El Plan de Convertibilidad fue el eje de este nuevo régimen de acumulación en la Argentina y de las transformaciones en las formas institucionales: moneda, inserción internacional, las formas de competencia entre las empresas y fundamentalmente de las relaciones salariales (Neffa, 1996:301).

La apertura económica tiene por objetivos por un lado la inserción de la economía argentina en el mundo y, por otro, el disciplinamiento de los precios internos a través de la entrada masiva de bienes importados y además la obtención de insumos y bienes de capital baratos para poner en funcionamiento el sector industrial. (Roffman, 1997:38). Se implementan aceleradamente una serie de rebajas arancelarias, de liberalización del intercambio de bienes y capitales y la concreción del MERCOSUR.

La reforma del Estado, se estructuró en 1989 a través de la ley N° 23.696 de Ley de Emergencia Económica y la Ley de Refor­ma del Estado. La primera estableció una suspensión a las erogaciones extraordinarias del Estado y de casi todos los subsidios al sector privado ya que se declara en situación de emergencia a todo el sector público autorizando al PEN a tomar decisiones amplias y drásticas. La ley de Refor­ma del Estado tiene varios aspectos:

  • Las privatizaciones orientadas al traspaso hacia el sector privado de activos del sector público y de empresas públi­cas productoras de bienes y servicios, del sistema bancario, y del sistema previsional.

    La racionalización del sector público.

    La disminución del gasto público fundamentalmente en gasto social.

    El Pacto Fiscal que afirma la imposición del gobierno nacional a los provincias de controlar sus cuentas de ingreso-gasto, a modificar el sistema impositivo que implicó una poda en la recaudación de impuestos provinciales (eliminación del impuesto a los ingresos brutos) y a aceptar una política de descentralización (educación, salud).

En cuanto a la desregulación, el decreto 2284/91 profundiza la liberalización en el mercado interno de bienes y servicios, el comercio exterior, en los mercado regionales en industrias capital intensivas y el mercado de capitales.

La flexibilización laboral implicó una serie de modificaciones a las legislaciones del trabajo existentes, referidas a la disminución de la estabilidad de la fuerza de trabajo, incorporando el empleo por tiempo parcial (con promociones fiscales), bajando los costos de contratación y disminuyendo el monto de las indemnizaciones por despidos, además de la privatización del sistema de indemnizaciones por accidentes de trabajo. Lo que subyace en todas estas medidas, es la necesidad de bajar los costos laborales para tener competitividad.

( Tres décadas de políticas estatales mineras en Argentina: la continuidad de la omisión. Margarita Moscheni CONICET - IISE - UNSJ, Argentina

Delia de la Torre IISE - UNSJ, Argentina RevIISE - Revista de Ciencias Sociales y Humanas, vol. 10, núm. 10, pp. 243-257, 2017 Universidad Nacional de San Juan) 

Los tratados de Madrid y su convalidación, durante el periodo Macrista (que devela uno de muchos de los hilos que unen ambos periodos de nuestra historia en ello que damos en llamar “neoliberalismo” en Argentina), supuso, a la luz de los tratados de la Organización Mundial de Comercio (1994), el fortalecimiento el predominio de los Estados del llamado Primer Mundo imponiendo condiciones de precio y con escasos controles soberanos de los Estados que no forman parte de esa élite, y definiendo los mecanismos para la determinación de las regalías que los países importadores liquidaban a los países exportadores con meras formas de declaración jurada (Los famosos GATT de 1994).

Argentina se priva así de fuertes ingresos de dolares que dañan la capacidad del Estado de maniobrar en una “forzada” economía bimonetaria, donde, otra vez, los medios de comunicación y los sectores agro-ganaderos y la minería exportadora, extranjerizada o dolarizada imponen sus intereses de grupo en detrimento del interés de las mayorias, favoreciendo a los Bancos y Sectores financieros y minimizando las posibilidades del ejercicio soberano de la economía Nacional.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack






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