Miércoles 26 de Agosto de 2020


Hoy les comparto información y algunas reflexiones respecto al estado del arte en la investigación Nacional respecto del Covid19 en nuestro país y el panorama epidemiológico actual ...



El reporte del Ministerio de Salud confirmó 198 nuevas muertes de pacientes con coronavirus en las últimas 24 horas, lo que eleva la cifra de víctimas mortales en el país a 7.563.


A su vez, la cartera de Salud registró 8.771 nuevos casos en un solo día. Con estos registros, suman 359.638 positivos en el país. Por su parte, del total de contagiados, hay 1990 personas internadas en Unidades de Terapia Intensiva: las camas de UTI están ocupadas en un 58,3 por ciento a nivel nacional y en un  66,5% por ciento en el Área Metropolitana de Buenos Aires.

Por su parte, ya son 16 las provincias que tienen transmisión comunitaria "extendida y sostenida" y hay un "número importante" de departamentos que están teniendo brotes por conglomerado.


El reporte completo

📌Hoy fueron confirmados 8.771 nuevos casos de COVID-19. Con estos registros, suman 359.638 positivos en el país.

📌Del total de esos casos, 1.183 (0,3%) son importados, 87.216 (24,3%) son contactos estrechos de casos confirmados, 219.449 (61%) son casos de circulación comunitaria y el resto se encuentra en investigación epidemiológica.

📌Desde el último reporte emitido, se registraron 162 nuevas muertes. 93 hombres, 55 residentes en la provincia de Buenos Aires; 14 residentes en la Ciudad de Buenos Aires (CABA); 1 residente en la provincia de Chaco; 2 residentes en la provincia de Córdoba; 1 residentes en la provincia de Entre Ríos; 8 residentes en la provincia de Jujuy; 1 residente en la provincia de La Pampa; 3 residentes en la provincia de La Rioja; 2 residentes en la provincia de Río Negro; 2 residentes en la provincia de Salta; 2 residentes en la provincia de Santa Fe; 1 residente en la provincia de Santiago del Estero; 1 residente en la provincia de Tucuman; y 69 mujeres; 41 residentes en la provincia de Buenos Aires; 16 residentes en la Ciudad de Buenos Aires (CABA); 1 residente en la provincia de Córdoba; 1 residente en la provincia de Entre Ríos; 2 residentes en la provincia de Jujuy; 3 residentes en la provincia de La Rioja; 1 residente en la provincia de Río Negro; 3 residentes en la provincia de Santa Fe; y 1 residente en la provincia de Santiago del Estero. Al momento la cantidad de personas fallecidas es 7.563*.*Una persona de sexo masculino de 66 años notificada como fallecida, residente en la provincia de Córdoba, fue reclasificada como no fallecida

📌Detalle por provincia (Nº de confirmados | Nº de acumulados)*:Buenos Aires 5.312 | 223.704

Ciudad de Buenos Aires 1.311 | 87.569

Catamarca 0 | 64

Chaco 53 | 4.967

Chubut 35 | 581

Córdoba 298 | 6.412

Corrientes 1 | 260

Entre Ríos 127 | 2.509

Formosa -1 | 83

Jujuy 215 | 6.838

La Pampa 1 | 194

La Rioja 39 | 1.177

Mendoza 264 | 5.073

Misiones 1 | 59

Neuquén 122 | 2.415

Río Negro 174 | 4.938

Salta 177 | 2.109

San Juan 14 | 110

San Luis -1 | 40

Santa Cruz 38 | 1.416

Santa Fe 356 | 5.382

Santiago del Estero 71 | 654

Tierra del Fuego** 51 | 1.803

Tucumán 113 | 1.281

(Aclaración: aquellas provincias con dígitos en negativo han reclasificado sus casos a otras jurisdicciones según lugar de residencia)*Aquellos casos confirmados que no están notificados por residencia, fueron contabilizados por provincia de carga.**Se incluyen 13 casos existentes en las Islas Malvinas según información de prensa (debido a la ocupación ilegal del Reino Unido, Gran Bretaña e Irlanda del Norte no es posible contar con información propia sobre el impacto del COVID -19 en esa parte del territorio argentino).

( https://www.pagina12.com.ar/287567-coronavirus-en-argentina-se-registraron-198-muertes-y-8-771- )


En el mundo: 23.518.343 casos confirmados y 810.492 muertes. Ayer se confirmaron 206.382 casos nuevos (OMS).


La OMS dice que la pandemia se ralentiza salvo en el sudeste asiático y el Mediterráneo Oriental. El continente americano sigue siendo la región más afectada. La OPS dijo que los jóvenes son los principales propagadores de contagio en América Latina. Las muertes por COVID se duplicaron en la última semana.



Municipios del Conurbano habilitaron parques y polideportivos para actividad física individual. El gobierno nacional rechazó el protocolo para la reapertura de escuelas en la Ciudad de Buenos Aires y hoy sería comunicado de manera oficial. El Consejo Federal de Educación decidió que este año no habrá alumnos que repitan. 2020 y 2021 se tomarán como una unidad pedagógica para evaluar la promoción.


A partir de septiembre habrá algunos vuelos internacionales desde Argentina. Muchos serán vuelos de pasajeros que reprogramaron sus viajes pero los remanentes estarán disponibles para quien quiera viajar y pueda ingresar al país de destino. Aerolíneas Argentinas volará a Madrid, Miami, Nueva York, Cancún, San Pablo, Santiago de Chile y Asunción. Aquí los requisitos para viajar. Buscarán reanudar cuanto antes los vuelos de cabotaje. Además se aprobó el protocolo de la Conmebol y equipos argentinos podrán jugar la Copa Libertadores.


Bogotá podría terminar su período de cuarentena estricta mañana. El 31 de agosto termina la cuarentena estricta en el resto de Colombia. La jefa de servicio de diagnóstico de Paraguay alerta que tienen tests para tres días más. Chile registró 3000 casos nuevos y mejora la curva en las últimas semanas.


El gobierno de España reconoce una segunda curva de contagios. No descartan medidas drásticas si siguen creciendo los casos en Madrid y retrasan la vuelta a clase. Holanda y Bélgica registran casos de personas que volvieron a infectarse de coronavirus (no es motivo para entrar en pánico, dicen aquí). Pakistán viene bajando los casos desde junio pero no descartan un rebrote tras apertura de ceremonias religiosas y escuelas el mes que viene.


Una buena: África erradicó la polio y acá te cuentan cómo.

Otras posibles buenas. La vacuna de Oxford podría presentarse ante reguladores en 2020 si se consigue información suficiente de las pruebas que se están realizando, entre otros lugares, en Argentina. A la vacuna de Pfizer ya la recibieron casi 3.000 voluntarios en el país con buena tolerancia.

(Fuente: https://www.cenital.com/ )


COVID-19/ Su dimensión histórica


Hace tres meses el mundo que conocíamos se detuvo, se puso en pausa, cambiaron los hábitos y las dinámicas familiares e institucionales. En Argentina, hace casi un mes la cuarentena obligatoria dictada por el gobierno nacional se convirtió en el mejor aliado preventivo que nos ubica con buenas cifras en el control de contagio de esta pandemia por el coronavirus COVID-19.

 

Sin embargo, nuestra historia como humanidad ha visto otras pestes, ha detenido su dinámica y ha pasado por otras cuarentenas. Adriana Álvarez, historiadora e investigadora independiente del CONICET con lugar de trabajo en el Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales (INHUS-CONICET, UNMDP) relata algunas características de esta particular situación que vivimos.


Egresada de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP), formó parte de los inicios del grupo de investigación llamado HISA (Historia Social Argentina) y del cual es actualmente codirectora. Formada principalmente en buscar nuevas dimensiones del estudio del pasado con el objetivo de rescatar el rol de los sectores populares, Adriana centró su mirada en preguntas sobre ¿cómo vivía la gente común?, ¿cómo eran las familias?, ¿cómo fueron las infancias?, ¿cómo eran las viviendas?, ¿cómo se hacían los reclamos laborales? “Pronto se sumaron las cuestiones a las cuales me abocaría el resto de mi carrera: ¿de qué morían esos sectores populares? ¿De qué y cómo enfermaban? ¿Cómo remediaban sus males? ¿Cómo, cuándo, y por qué motivos la salud y la enfermedad pasaron a formar parte de la agenda política? ¿Cuándo la enfermedad dejo de ser un problema individual y paso a ser entendida como parte de la Cuestión Social? Algunas de estas preguntas, encontraron respuesta en mi tesis de Maestría, focalizada en la ciudad de Buenos Aires, entre fines del siglo XIX y los primeros años del XX, realizada bajo la dirección de Mirta Lobato, en la UNMdP”, explica Adriana.


Así Adriana llegó a un subcampo inexplorado en la Argentina como es la Historia de las enfermedades, tanto en su estado epidémico y/o endémico, tomando la capacidad explicativa de la historia, con el propósito que la misma sea relevante en términos contemporáneos. Y agrega: “Desde ese posicionamiento investigué (e investigo), endemias como las del dengue, paludismo o malaria; epidemias como la gripe española, la poliomielitis, la fiebre amarilla, el cólera, la poliomielitis, o enfermedades como la tuberculosis. Desde esta mirada histórica se entiende a las enfermedades desde una dimensión epidemiológica, cultural, económica y política y no cómo meros acontecimientos biológicos.



El disparador de esas preocupaciones surge de la necesidad de mirar el pasado histórico, pero con el objetivo de que el mismo encuentre justificación en los tiempos presentes, es decir encontrar canales problemáticos, en este caso, la salud y la enfermedad, que permitan arribar a explicaciones que sirvan de insumos a otros especialistas encargados de la diagramación de políticas públicas. Adriana manifiesta: “En esta línea, las resistencias a las campañas de vacunación, a las cuarentenas, el rol de entidades como la Cruz Roja, la influencia del discurso médico o el accionar tanto de la corporación médica como de sus organizaciones pueden resultar de interés más allá del tiempo transcurrido. Así como también, mostrar que son muchos los testimonios históricos que muestran que la Salud Publica no siempre pudo articular respuestas eficaces, que le ha sido muy difícil y complejo actuar en momentos de epidemias debido a la alteración del orden que se provoca, y esto se debe a que, en los momentos de crisis sanitarias, las incertidumbres médicas, biomédicas y políticas se exacerban y hasta en cierta medida colisionan. Mostrar esas fragilidades también puede resultar de utilidad para quienes tengan como responsabilidad diferentes áreas de la salud”.


Las epidemias también pueden funcionar como un estímulo, según analiza Adriana, principalmente para la profundización de políticas sociales y nuevas y diversas formas de intervención en lo social, ya sea desde sociedades benéficas, organizaciones internacionales o humanitarias. Desde esta mirada, es interesante el enfoque sobre “el desarrollo histórico de estrategias tanto de “defensa” como de “control social” cuyos alcances trascendieron tanto los objetivos médico sanitarios, como sus destinatarios iniciales, los individuos; para devenir en una intervención sobre los ciudadanos y las patologías sociales”.


Mirar esta pandemia del Corona Virus (COVID-19) desde la historia, la primera pandemia del siglo XXI, nos enfrenta a nuevas incertidumbres. “Hoy estamos transitando una crisis epidémica, donde predomina un enfoque biologicista del problema, tanto a nivel médico, comunicacional, y hasta político. Es el momento, donde las explicaciones son buscadas en epidemiólogos e infectólogos, pues la dinámica del comportamiento del virus genera temor, incertidumbre e impone la búsqueda del remedio a la enfermedad en lo mediato, y en lo inmediato frenar el contagio, como principales materias de atención. Esta visión, ha sido común en otras epidemias, y hasta es lógico pensar que así sea. Sin embargo, es importante remarcar que las epidemias son el resultado de una trama mucho más compleja donde lo político, ideológico, social, biomédico, cultural y en este caso yo agregaría la globalidad, juegan cada uno su juego, y son piezas de un rompecabezas que excede ampliamente al virus en sí mismo. Con lo cual, pasada la emergencia y con algunos de los legados a la vista -seguramente los económicos y sanitarios serán los que gocen de mayor visibilidad- y con otros no tan claros, podremos avanzar en un análisis más integral, holístico, de las consecuencias del Corona Virus en la Argentina y la región”, asevera Adriana.

La principal estrategia de prevención en este contexto ha sido el aislamiento obligatorio o "cuarentena". Concepto lejano para muchos, cercano para los que transitaron la Gripe A en 2009-2010 pero que también tiene una larga historia como estrategia médica y social.

Las cuarentenas como instancia de aislamiento, se remontan a la antigüedad y dieron inicio para frenar la peste bubónica durante la pandemia de peste negra en Venecia en el siglo XIV. En su comienzo fueron precarias y a medida que avanzó la centuria, el método se fue sistematizando y fueron adquiriendo un cariz más preventivo y hasta fue utilizado en astronautas y muestras provenientes excursiones de la NASA.

En Argentina, la aplicación de este sistema de aislamiento se remonta a la llegada de Europa del cólera, lo cual era paralelo al arribo de gran cantidad de inmigrantes al puerto de Buenos Aires. Luego, como medida, llegaron los espacios llamados lazaretos, donde se incomunicaba a los enfermos para evitar la propagación del contagio, pero no salvarlos o asistirlos. "Como parte del perfeccionamiento del sistema cuarentenario en 1884, se aprobó la construcción e instalación de un lazareto en la Isla Martín García. Contaba con galpones de madera, seis aparatos de desinfección, un generador de vapor, dos cámaras centrífugas, dos de desecación y un horno de cremación, para los enfermos que sucumbieran por enfermedades infecciosas. Tenía personal médico, farmacéutico, y hasta un hospital. Estaba destinado a cuarentenas de observación, es decir viajeros que venían del extranjero que no presentaban síntomas infecciosos, pero que, para descartar la incubación de los virus, se los hacia cumplir con esta cuarentena antes de arribar al puerto de Buenos Aires", narra Alvarez. Luego se sumó el Hospital Flotante Rodolfo del Viso, un lazareto buque fondeado distante de la costa del Puerto de Buenos Aires.


En la historia nacional, vinieron luego cuarentenas más "suaves", flexibles y sectorizadas tanto con la gripe española de 1918 como con la poliemielitis. Es decir, que una cuarentena nacional, articulada y centralizada desde el gobierno central, y en los marcos de una cuarentena global, la del COVID-19 es la primera, no existen precedentes.

Tampoco existen antecedentes de una pandemia en la era digital, donde el uso de redes sociales pone en primer plano la "sociabilidad" comunitaria. Sin embargo, "desde el plano histórico, tanto en la epidemia de Gripe (1918), como en las epidemias de poliomielitis, la prensa gráfica, y la radial cumplieron roles muy activos. El siglo XXI es muy diferente en ese plano, las redes e internet merecen un capítulo aparte en esta esta historia. Donde seguramente habrá claros y oscuros, pero que aún no estamos en condiciones de realizar un análisis histórico que evalué el impacto que tuvo y está teniendo en la comunidad receptora", concluye Adriana.

Adriana Álvarez es nacida en la provincia de Mendoza, donde cursó sus estudios primarios y secundarios y es marplatense desde 1982.  Hija única y primera generación de universitarios, su vida académica está fuertemente enlazada a la familiar, ya que su pareja también es historiador y docente de la UNMdP y con quien tienen un hijo y dos hijas, quienes también transitan por dicha universidad.

Fuente Departamento de Comunicación CONICET Mar del Plata

Cualquier persona, incluyendo a los astrónomos, podría caer en la trampa de pensar que la Astronomía es una ciencia ajena a los problemas del mundo. ¿Tiene sentido pensar,entonces, si las ciencias astronómicas han hecho una contribución a la sociedad para ayudar en la contingencia actual? ¿Cómo podría entonces una ciencia básica como ésa hacer un aporte en la actual pandemia de coronavirus? En palabras de Albert Einstein, uno de los padres de las teorías que hoy nos permiten entender el universo, “en el medio de toda crisis, hay una gran oportunidad”. Tenemos, al menos, la oportunidad de pensarnos


como civilización cuando una crisis golpea a todos por igual, sin distinguir fronteras.



El rol de las ciencias, a veces cuestionado, asume tal vez ahora un rasgo esperanzador, en una carrera por la tan ansiada vacuna que nos saque de este problema. Los datos fehacientes y verificados valen más que los discursos encendidos o las ideas contrapuestas. Pero hacer ciencia no es sobre qué hacer, sino sobre cómo hacerlo.


Muchos avances tecnológicos que usamos a diario tuvieron una importante contribución de las ciencias astronómicas, que surgió como un subproducto inesperado de una pregunta académica. Podemos mencionar los CCD de las cámaras digitales, que se derivan de los detectores de los telescopios que digitalizan las imágenes; o el WiFi, que se deriva de una tecnología desarrollada para estudiar agujeros negros con radiotelescopios.


Además, la astronomía forma parte de nuestra cultura. Medimos el tiempo según el ritmo que marcan los astros, construimos nuestros edificios según la ubicación del Sol y dibujamos antiguas leyendas en las estrellas. Miramos al cielo por las noches, como especie, con la angustia de no saber si todo el universo fue hecho para nosotros solos, o si encontraremos otro mundo para vivir por si acaso el nuestro no resiste nuestras ansias de progreso. Hemos hecho grandes avances de la mano de la ciencia y la tecnología, gracias al virus de la curiosidad.


La astronomía como servicio


El trabajo remoto no es nuevo para los científicos, por lo que la cuarentena no impide seguir con la tareas de investigación. Pero también hay en la comunidad astronómica un profundo sentimiento de deuda con la sociedad por ser privilegiados exploradores de lo desconocido y remoto en un país con muchos problemas. Esta inquietud llevó a la formación, en el seno del Instituto de Investigación en Astronomía Teórica y Experimental
(IATE), de un equipo de trabajo multidisciplinario que comenzó a explorar herramientas para entender la evolución de la pandemia de manera local, comparada con lo sucedido en otros países, con fuerte énfasis en la elaboración de herramientas de software para organizar los datos disponibles y ayudar a los que saben a tomar las mejores decisiones. 

El proyecto se denominó ARCOVID19. Una de las primera motivaciones fue entender la magnitud del problema. Luego encontramos una oportunidad de ayudar.


La ciencia como método


Los modelos, proponen el comportamiento de determinados sistemas mediante un planteo matemático que permite estudiar las relaciones entre las diferentes variables intervinientes, tener una representación gráfica de los procesos en juego y contar con un lenguaje que sirva como marco para entender los fenómenos. Por ejemplo, un modelo que explica la formación de las galaxias propone relaciones entre la gravedad, la expansión del universo, la formación de estrellas y el tiempo, y la manera en la que se combinan para dar lugar a galaxias como las que observamos. 

 



Análogamente, un modelo epidemiológico plantea relaciones entre la cantidad de nuevos contagios y la cantidad de enfermos, el tiempo de incubación o la fracción de casos que se vuelven graves, entre otros. Muchos modelos de diferentes áreas de las ciencias tienen características comunes, y los métodos que se utilizan para formularlos, validarlos y utilizarlos son también similares. La tensión entre los modelos y los datos es lo que permite avanzar, entender. Por eso contribuir con herramientas para extraer información útil de los datos crudos y ponerlas a disposición de todos es un pequeño aporte hacia la democratización de la información, la comprensión de la gravedad de lo que pasa, y la promoción de la capacidad de entender situaciones que nos afectan. Es necesario entender cuando algo es un verdadero problema de salud pública y qué parte nos toca para cuidarnos entre todos y asumir nuestras responsabilidades como ciudadanos. El conocimiento nos hace libres e iguales, es algo que se sabe en una comunidad astronómica en la cual lo que se aprende, como un virus, se esparce sin reconocer fronteras.

Atendiendo a la necesidad de recabar y analizar datos relacionados con la pandemia del virus COVID19, se conformó un equipo multidisciplinario que comenzó a explorar herramientas para  entender la evolución de la pandemia de manera local, comparada con lo sucedido en otros países, con fuerte énfasis en la elaboración de herramientas de software para organizar los datos disponibles y ayudar a los que saben a tomar las mejores decisiones.


El proyecto ARCOVID19


Como primer paso el  equipo  realizó  una herramienta de software libre destinada a la carga rápida de datos epidemiológicos desde planillas de cálculo. Este recurso cuenta con una interfase web que permite cargar y acceder a las bases de datos, validar la información ingresada y generar rápidamente informes de situación. La misma está diseñada para tolerar errores y datos duplicados con relativa facilidad (como se puede verse en este video instructivo), y para integrar las funcionalidades de los otros productos.  Además se comenzó  a compilar diariamente información a partir de bases de datos oficiales y medios de información oficiales.  Esos datos se curan y concilian de manera automatizada, ya que adicionalmente se creó una herramienta para el análisis y el cálculo de errores de esta base. 


 Se puede acceder públicamente a la base de datos, junto a la herramienta de análisis y a un video demostrativo.

Se está trabajando también, en colaboración con profesionales de epidemiología, en la generación de modelos para estudiar diferentes escenarios sobre la posible evolución de los contagios en Argentina, y en las provincias en particular.


En este sentido, se utilizó un un programa para la generación de escenarios epidemiológicos y para la búsqueda del «aplanamiento de la curva», la que registra la cantidad de contagios acumulada en función del tiempo. Si la curva se “aplana”, es decir, deja de crecer, significa que no hay nuevos contagios (o muy pocos) y por lo tanto está controlada la circulación del virus en determinada región.  El programa se modificó y se adaptó para las condiciones dadas en el país, y se incorporaron las mediciones publicadas y almacenadas en la base de datos.  Esta herramienta utiliza esos datos para ajustar los resultados del modelo al estado actual de la situación del país.


Está disponible de manera abierta y se puede acceder a los datos actualizados y a una estimación de la progresión de los contagios mediante una herramienta visual interactiva.  Su uso es muy simple. Hay que tener en cuenta que esto no supone una predicción del número de casos, sino un análisis del comportamiento de la curva del número de infecciones para un determinado modelo, y sus resultados dependen de la implementación de políticas públicas de distanciamiento o del grado de cumplimiento del “aislamiento social obligatorio”. Las opciones interactivas de la aplicación ayudan a entender la importancia de estas medidas, o el impacto de su adopción temprana y su duración, entre otros.

( https://oac.unc.edu.ar/2020/04/04/proyecto-arcovid19-herramientas-para-ayudar-a-entender-y-combatir-el-coronavirus/ )


Un nuevo test serológico que detecta un anticuerpo diferente del ya existente (el Covidar IgG), fue aprobado por Anmat y se utilizará como complemento para mejorar la vigilancia epidemiológica por el coronavirus. Fue desarrollado por científicas y científicos de la Fundación Instituto Leloir (FIL) y del Conicet. Los especialistas también crearon un protocolo para medir anticuerpos en el plasma de convalecientes.


El test fue desarrollado juntamente con el Laboratorio Lemos y se denomina Covidar IgM. Mide los anticuerpos que son los que en una infección aparecen normalmente primero, llegan a un pico y luego decaen. La inmunoglobulina IgG aparece después de la IgM, aumenta y se mantiene durante mucho tiempo.




Según explicó Andrea Gamarnik, jefa del Laboratorio de Virología Molecular de la FIL e investigadora del Conicet y referencia de la "Unidad Coronavirus Covid-19 creada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCyT), por el Conicet y por la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i), señaló que "en general, la IgM un mes después que comenzó la infección empieza a decaer".


"Con este coronavirus una de las sorpresas que nos llevamos al analizar la IgG y la IgM en muestras de casi 3.000 pacientes es que estas inmunoglobulinas aparecieron casi simultáneamente; hubo menos de 10% de los casos donde apareció la IgM antes", aclaró.

En la primera semana del comienzo de síntomas, el 30% de los pacientes tiene anticuerpos, con el correr de dos semanas el porcentaje sube a 75, a las tres semanas 90% y después de las cuatro semanas alcanza a 95% de los pacientes con anticuerpos.

No obstante, al igual que en otras infecciones a las cuatro semanas, la IgM empieza a bajar. Entonces, tener un kit de IgM sirve como complemento del kit que mide IgG para, además de tener más información sobre el comportamiento del organismo frente al virus, determinar que si una persona tiene IgG y además tiene IgM es porque la infección es reciente, mientras que si no se detecta IgM sabés que por lo menos pasó un mes", detalló Gamarnik.


Este es el segundo test serológico que desarrolló el grupo de Gamarnik, tras el Covidar IgG, altamente específico y sensible que está teniendo múltiples usos como estudios epidemiológicos. "Otro de los usos importantes de los test serológicos son las vigilancias en los trabajadores de salud y personas que trabajan en instituciones cerradas, como las residencias de larga estadía de las personas mayores”, dijo la especilista

Lo ideal sería hacer cada dos semanas este tipo de test serológicos a todo el personal lo que permitiría detectar personas asintomáticas, a quienes se les debería realizar hisopados para confirmar el diagnóstico y aislarlas", agregó Gamarnik.


Otro de los usos clave del Covidar IgG es su capacidad de medir cuántos anticuerpos tiene el plasma de una persona que tuvo la infección para ser utilizado como terapia de pacientes con infección en curso. Los jits ya comenzaron a ser distribuidos en provincias como Buenos Aires, Chaco, Formosa, Córdoba, Corrientes, Santa Fe, Neuquén, Santa Cruz, Rio Negro, Chubut, Tucumán, Entre Ríos, La Rioja y Tierra del Fuego.


"Si bien los kits ya se estaban utilizando, la elaboración de un protocolo permite que 'todos hablemos un mismo idioma' porque si no cada uno podía medir algo diferente, ya que, como dijimos antes, el Covidar IgG es muy robusto y tiene capacidad para hacer diferentes mediciones", especificó Gamarnik.


"Esto es sumamente importante porque permite intercambiar información y experiencias; por ejemplo, cuando estén los resultados de los ensayos clínicos que se están realizando con plasma, vamos a poder definir a partir de qué cantidad de anticuerpos el plasma es eficaz o no; y eso se podría extrapolar a todo el país porque todos utilizamos la misma regla".


Consultada sobre el tiempo que dura la inmunoglobulina IgG en el cuerpo, la investigadora recordó que "es una de las preguntas fundamentales que la ciencia está tratando de responder en relación al coronavirus; hasta ahora lo que se ha visto es que por cuatro o cinco meses se sigue detectando, pero la pandemia lleva sólo seis meses, así que nos falta tiempo para poder dar una respuesta definitiva a esto".



Se están produciendo por mes aproximadamente 200.000 test serológicos: 160.000 de IgG y 40.000 de IgM que están disponibles para las autoridades de saludes nacionales y provinciales, y se distribuyen a más de 70 hospitales y clínicas del país.

El proyecto fue realizado en el marco de la "Unidad Coronavirus Covid-19" y recibió el apoyo del Fondo para la Convergencia del Mercosur (Focem), la Fundación Williams y la Asociación Civil Siempre Ayuda Nunca Dañes (SAND).

( https://www.todojujuy.com/pais/coronavirus-argentina-aprueban-nuevo-test-serologico-n138262 )


La pandemia por COVID-19 ha reconfigurado el trabajo, los hábitos y la vida en general de todas las personas y, dentro de esas transformaciones, la ciencia también viene mostrando los esfuerzos de quienes la llevan adelante por encontrar soluciones a la emergencia sanitaria, ya sea a través de una vacuna, tratamientos terapéuticos o herramientas para sobrellevar el confinamiento de la mejor manera posible.


En el caso del Laboratorio de Biología de Sistemas del Centro Regional de Estudios Genómicos (CREG, UNLP), el aporte fundamental que acaba de hacer consiste en la descripción de un nuevo mecanismo de interacción entre SARS-Cov-2, el virus responsable de la infección, y su huésped, es decir, las células que ataca. El hallazgo se publica hoy mismo en la revista Frontiers in Cell and Developmental Biology, y es uno de los primeros trabajos argentinos sobre el tema en ser reportado internacionalmente.

Algo que se conoce que desde hace tiempo es que, para multiplicarse, los virus utilizan la maquinaria de la célula que invaden. Dentro de esos recursos que aprovechan hay unos llamados ARN de transferencia o tRNAs, por sus siglas en inglés, unas pequeñas moléculas que sirven para fabricar las proteínas necesarias tanto para el invasor como para el huésped.


Ese uso que hace el virus provoca una deficiencia de ciertas proteínas en la célula, y lo que nosotros hicimos fue buscar específicamente cuáles son los más utilizados por el coronavirus y de qué manera repercuten los déficits que traen aparejados”, explica Luis Diambra, investigador del CONICET y uno de los autores del estudio junto con Andrés Alonso, becario del organismo, ambos con lugar de trabajo en el CREG.


A través del análisis del genoma del coronavirus, los científicos observaron que este utiliza principalmente algunos tRNAs que se corresponden con ciertos aminoácidos específicos. Luego buscaron en las células –trabajaron con tejido pulmonar– aquellos genes que también emplean esos mismos tRNAs. Así, encontraron cuatro grupos de genes que se ven especialmente afectados por la interacción virus-huésped, de los cuales tres resultaron muy interesantes porque se vinculan con características concretas observadas en pacientes de la enfermedad.


El primer grupo reúne a ciertos genes vinculados al sistema inmunitario. Concretamente, vemos que el virus les roba dos proteínas llamadas HSP90 y beta2-microglobulina, provocando que las células se queden con cantidades menores de ambas, y por ende vean su función afectada. Esta acción le permitiría al coronavirus evadir las defensas naturales del cuerpo”, describe Diambra.


El segundo de los grupos de genes reúne a aquellos que expresan una proteína  llamada Alfa-2 macroglobulina, que cumple tres funciones, cada una de las cuales muestra relación con síntomas observados en pacientes con COVID-19. Por un lado, se encarga de disminuir los procesos inflamatorios del organismo; por otro, es inhibidora de proteasas, que son unas enzimas que el virus necesita para funcionar. Por último, también captura proteínas mal plegadas –es decir, que se “aglutinan” y dan lugar a enfermedades–, las cuales suelen ser más abundantes en situaciones de estrés.



La disminución de Alfa-2-macroglobulina es muy importante en el contexto del COVID-19, no solo como inhibidora de las proteasas del virus, sino porque en ese rol también inhibe proteasas internas, que regulan la coagulación de la sangre. Es probable que la presencia de ese proceso en los alvéolos de pacientes con coronavirus se deba precisamente a la carencia de esta proteína. Además, por ser una de las encargada de absorber los factores inflamatorios, su pérdida puede estar vinculada a la aparición de la tormenta de citocinas”, dice en referencia a una reacción inmunológica potencialmente mortal también observada entre la sintomatología de la enfermedad.


El último grupo de genes afectados por este virus es el de que aquellos que codifican para una proteína llamada MGP, expresado en grandes cantidades en los pulmones, arterias y venas. Sus mutaciones se asocian con el síndrome Keutel, un trastorno que provoca calcificación de cartílagos y tejidos blandos y erupciones permanentes en la piel. Este último síntoma también aparece transitoriamente en los pacientes con COVID-19.


Actualmente, los autores del trabajo continúan profundizando esta línea de investigación con la hipótesis de que un mayor conocimiento sobre los mecanismos de interacción entre el virus y su huésped podría eventualmente servir no solo para inhibir su replicación, sino también para el tratamiento de los síntomas y secuelas asociados.


Sobre la investigación:

Luis A. Diambra. Investigador independiente. CREG, UNLP.

Andrés M. Alonso. Becario posdoctoral. CREG, UNLP.

Andrés Mariano Alonso and Luis Diambra. SARS-CoV-2 Codon Usage Bias Downregulates Host Expressed Genes With Similar Codon Usage. Front. Cell Dev. Biol., 20 August 2020. DOI: https://doi.org/10.3389/fcell.2020.00831

( https://www.conicet.gov.ar/cientificos-del-conicet-contribuyen-a-develar-el-origen-de-las-patologias-asociadas-al-coronavirus/ )


Daniel Roberto Távora Mac Cormack



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