Jueves 6 de Agosto de 2020


Los ex jefes de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) durante el gobierno de Mauricio Macri, Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, fueron procesados (en el día de ayer) por espionaje ilegal y falsificación de documentos públicos, en el marco de la causa en la que se investigan actividades de vigilancia ilegales realizadas sobre la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y al Instituto Patria, en 2018.


La decisión fue adoptada por el juez federal de Lomas de Zamora Juan Pablo Augé, quien además les trabó embargos sobres sus bienes por 2 millones de pesos a cada uno y les prohibió la salida del país. En la misma resolución, el magistrado además procesó al ex jefe de contrainteligencia del organismo, Martín Coste, a quien también le prohibió la salida del país y le fijó un embargo sobre sus bienes de 700 mil pesos.


El juez sostuvo que en lo que va de la investigación se pudo acreditar que “al menos desde mayo y hasta diciembre de 2018” el entonces director general de la AFI, Arribas, y la subdirectora, Majdalani, “impartieron órdenes” al procesado ex jefe de Operaciones Especiales de la central de espías, Alan Ruiz, para que coordinara “un grupo conformado por agentes orgánicos e inorgánicos del área de Contrainteligencia, quienes se dedicaron a realizar tareas de inteligencia y espionaje ilegal”.


Las maniobras de inteligencia ilegal habrían consistido “en llevar a cabo vigilancias, observaciones, obtener información, producir inteligencia, almacenar datos y generar informes sobre distintas personas, por el solo hecho de su pertenencia político partidario, social, sindical y/o cultural”.


Los procesamientos fueron dispuestos a instancias de los fiscales Cecilia Incardona y Santiago Eyherabide , quienes habían señalado en su dictamen que, de acuerdo con lo investigado, el espionaje ilegal tenía por objetivo detectar la supuesta entrada de bolsos o mochilas con dinero al domicilio de la entonces senadora Fernández de Kirchner o al Instituto Patria, y no el de vigilar los perímetros de ambos domicilios ante supuestas amenazas de atentado, en el marco de las cumbres internacionales que se realizaron en Buenos Aires en 2018.


Esta investigación se inició por una denuncia presentada por la interventora de la AFI, Cristina Caamaño, quien entre otros elementos relató que ese organismo, durante la gestión Cambiemos adquirió el Earthwatch, un software basado en fotografías de alta definición que se toman desde un satélite y que pudo haber sido utilizado para fines ilegales.

( https://www.pagina12.com.ar/283171-procesaron-a-arribas-y-majdalani-por-espionaje-ilegal )


37 años de democracia y una “red oscura” ha sobrevivido a su trama por los sótanos y espacios dónde el poder democrático popular perdía o no alcanzaba los acuerdos o identidades necesarias.


Desde la llegada de la democracia a estos días, la evolución ha sido constante. Aquellos residuales de la “mano de obra desocupada” de los tiempos de Alfonsín que aún en democracia sostenían secuestros extorsivos y acciones desestabilizantes para con el poder político que se oponía al creciente influjo del neoliberalismo financiero en el país, hasta derrocarlo vía “hiperinflación”, se fueron “reconvirtiendo” en esos entramados, en ocasiones “blanqueados” como agentes y en otras, de modos subrepticios y para-estatales.


Cuándo a principios de Agosto de 2016, la Comisión de Acuerdos del Senado dio dictamen a las nominaciones de Gustavo Arribas y Silvia Majdalani como jefes de la AFI, los cuestionamientos que ambos recibieron por parte de diversas organizaciones de la sociedad civil, pusieron de relevancia la importancia estratégica que el organismo de inteligencia tiene en el juego de poder de la política argentina. A la luz de los acontecimientos actuales es importante retroceder en el tiempo y rastrear el sub-mundo que desde la dictadura, dejó una trama residual y renovada según los flujos de dinero provenientes del norte y las diferentes políticas emanadas desde las Embajadas de EEUU, Israel y los socios de la OTAN.



Desarrollo del sistema de información e inteligencia en la Argentina


  • 1946

    El presidente Juan Domingo Perón firma el decreto que crea la Coordinación de Informaciones de la Presidencia de la Nación. Luego llegaría la Coordinación de Informaciones del Ministerio de Guerra y, más tarde, la Coordinación de Informaciones del Estado.


  • 1956

    Con la Revolución Libertadora se pone en marcha la Secretaría de Informaciones de Estado (SIDE).


  • 1966

    La ley de defensa nacional establece que dependerán del presidente el Consejo Nacional de Seguridad y la Central Nacional de Inteligencia.


  • 1976

    Cambia el nombre de Secretaría de Informaciones de Estado, por Secretaría de Inteligencia de Estado.


  • 1976-1983

    La SIDE queda bajo la órbita de los servicios de inteligencia del Ejército y la Marina.


  • 1983

    Alfonsín anula la exigencia de ser militar para ocupar la conducción de la SIDE.


  • 1992

    Se aprueba la ley de seguridad interior.


  • 2001

    La Comisión Bicameral Fiscalización de los Organos de Inteligencia trata los proyetos sobre la ley orgánica de información de inteligencia, sancionada el 27 de Noviembre de 2001 y Promulgada el 3 de Diciembre del mismo año ( http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/70000-74999/70496/norma.htm )


  • 2015

Modificatoria 27.126, que se promulgó en marzo de 2015 (entrando en vigencia 120 días de su promulgación). Entre los cambios que planteó la reforma, se estableció disolver la Secretaría de Inteligencia (ex-SIDE) y crear la AFI. Con la modificación también se transfirió desde el Ministerio de Seguridad la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal a la órbita de la AFI.

También al crearse la norma se traspasó la Dirección de Observaciones Judiciales al Ministerio Público Fiscal,​ mediante la creación del Departamento de Intercepción y Captación de las Comunicaciones (DICOM).


En diciembre de 2015, una de las primeras medidas de gobierno del Presidente Mauricio Macri fué el decreto que dispuso el pasó del DICOM (Escuchas) a depender de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en razón de que "resulta más prudente, teniendo en miras el debido proceso legal, que la ejecución de una orden de intervención de una comunicación sea llevada a cabo por un organismo distinto al que es parte en la investigación", en referencia al Ministerio Público, que si bien "tiene el deber de proceder de acuerdo con criterios objetivos de actuación, resulta ser una parte principal en el proceso que persigue un interés determinado", quitándolo de la esfera de la Fiscalía de Estado que seguí en ese momento bajo la autoridad de la procuradora kirchnerista Gil Garbó.


¿Quiénes fueron los  conductores de la ex Secretaría de Informaciones de Estado (SIDE - AFI)? ¿Qué vinculación tuvieron con los presidentes? Un repaso de los cultores del perfil bajo y la discreción que dirigieron el órgano más oscuro de la democracia.


Con la vuelta de la democracia en 1983, Roberto Peña fue el hombre designado por Raúl Alfonsín para conducir la ex SIDE.


Hombre del partido radical, Peña no provenía del mundo del espionaje. En un contexto de inestabilidad política, revueltas militares e intrigas de todo tipo, el primer funcionario de la democracia a cargo del organismo de inteligencia expresó más una continuidad que una ruptura con el esquema precedente. Diversos secuestros extorsivos fueron endilgados a personal de la SIDE. Un episodio marca la dificultad de Alfonsín para controlar al organismo: en 1984 trascendió que un custodio presidencial, Raúl Guglielminetti, era al mismo tiempo agente de inteligencia.


En 1986, Peña fue apartado del cargo y Facundo Suárez asumió en su lugar. También ajeno al ámbito de la inteligencia, este dirigente radical venía de ser director de Segba y embajador en México.

Suárez intentó hacer público el presupuesto de la ex SIDE, en el marco de una puja de poder con los agentes históricos de “La Casa”. En 1989, se generó un gran revuelo tras revelarse que parte de los spots publicitarios radicales para la campaña presidencial se habían hecho en la sede de la SIDE.


Con el acceso de Carlos Menem a la presidencia de la Nación, Juan Bautista “el Tata” Yofre tomó las riendas del aparato de inteligencia civil. No duraría mucho en el cargo: a comienzos de 1990, a meses de haber asumido, fue expulsado de la ex SIDE en el marco de las fuertes internas políticas que atravesaban al gobierno. Aunque breve, su paso por el mundo de la inteligencia le permitió echar raíces duraderas: en 2008 fue procesado por la justicia acusado de haber espiado a un número indeterminado de figuras políticas. Para llevar adelante esta tarea, Yofre se servía de sus contactos en el órgano que supo presidir.


Con su sucesor, la inteligencia iba a adquirir nuevas y variadas funciones en la dinámica política argentina. En efecto, bajo el mando de Hugo Anzorreguy (que presidió el órgano más de nueve años), la SIDE menemista se convertiría en instrumento de coacción de la justicia federal (los jueces de la servilleta que denunciaría Domingo Cavallo), de cooptación de periodistas y medios (empezaron a proliferar los “sobres” con gratificaciones) y de gestación de operaciones (como aquella filmación extorsiva en la que desfilaban diversas figuras emblemáticas, entre ellas un juez federal, en un boliche gay). Fue el nacimiento del Lawfare, aunque todavía no se había articulado bajo esa concepción que termino de moldearse a principio del siglo XXI.


Personaje estratégico del andamiaje de poder menemista, Anzorreguy estuvo involucrado en la causa por la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia y fue procesado por el pago de sobresueldos a través de fondos reservados de la central de inteligencia. A su vez, durante su gestión, la SIDE intervino directamente en la causa AMIA. No precisamente para esclarecer el caso, sino para ensuciarlo.



El radical Fernando de la Rúa ganó las elecciones de 1999 con la bandera de la transparencia. Pero durante su mandato, el organismo de inteligencia siguió atravesado por la opacidad. Banquero e íntimo amigo del presidente, Fernando de Santibañes fue nombrado jefe de los espías y, en una de sus primeras medidas, echó a alrededor de mil empleados de “La Casa”.


Su nombre fue eje de la atención pública cuando estalló el caso de las coimas en el Senado: a través de fondos reservados de inteligencia, se habrían pagado sobornos a diversos senadores para conseguir la aprobación de la reforma laboral. La causa generó una fisura extrema en la alianza de gobierno, y provocó, entre otras renuncias, la de de Santibañes, algo reclamado públicamente inclusive por Raúl Alfonsín.


En su lugar asumió Carlos Becerra, político cordobés que hasta entonces ostentaba el cargo de Secretario General de la Presidencia. Ex integrante de la Coordinadora y muy cercano al Coty Nosiglia, Becerra expresó la continuidad de las prácticas de la central de inteligencia.


Tras la crisis del 2001, Eduardo Duhalde nombró a Carlos Soria. Peronista rionegrino, Soria no permaneció más de cinco meses al frente de la SIDE. Ante un clima de altísima conflictividad social, nunca logró hacer pie al frente del espionaje. Los asesinatos de los piqueteros Kosteki y Santillán en Avellaneda lo terminaron eyectando del cargo. En su lugar asumió Miguel Ángel Toma, dirigente peronista que desde joven estuvo vinculado al ámbito de la seguridad e inteligencia.


Con la llegada a la presidencia de Néstor Kirchner, Néstor Acevedo se convirtió en el primer jefe de los espías de su gestión. Proveniente del círculo de confianza del nuevo mandatario, Acevedo estuvo pocos meses al frente de la SIDE. En diciembre de 2003 renunció al cargo para asumir como gobernador de Santa Cruz.


Acevedo sería reemplazo por Héctor Icazuriaga, hombre de extrema confianza del matrimonio presidencial. Permanecería 11 años al frente del aparato de inteligencia civil. Durante su dirección, la SIDE kirchnerista fue señala como un órgano de presión de la justicia federal y de operaciones contra políticos de la oposición. Renunció al cargo en diciembre del 2015, en pleno conflicto con el sector de los espías que encabezaba Jaime Stiusso.



Oscar Parrilli llegó a la ex SIDE apenas unos días antes de la muerte del fiscal Nisman. Desde entonces, emergió en la agenda pública, como nunca antes desde el retorno democrático, el debate sobre el lugar que debería tener el aparato de inteligencia en el sistema político argentino. La presidenta Cristina Fernández de Kichner lanzaría en 2015 una reforma del sistema de inteligencia mediante la creación de la AFI, comandada por Parrilli, y que estaría orientada a darle más transparencia al órgano de espionaje.

Mauricio Macri accedió a la Casa Rosada con el mandato de terminar con los manejos espurios que vinculan al mundo del espionaje con el juego de poder político. La decisión de nombrar a Gustavo Arribas, empresario asociado al negocio del fútbol y a Silvia Majdalani, ahora procesados, parecen demostrar todo lo contrario.


La trama detrás de la trama ...


En todo este desarrollo ¿Cuantos de estos nombres propios tenían real conocimiento de lo que manejaban y de lo que se sostenía por fuera del entramado que se les blanqueaba como oficial?


El Jefe de la dependencia fue Hugo Anzorreguy, desde el 1 de febrero de 1990, quién terminó siendo acusado en el juicio por presunto encubrimiento al atentado a la mutual judía de Buenos Aires.


En diciembre de 1999 fue designado como jefe de la SIDE, Fernando de Santibañes por su amigo íntimo y vecino, el presidente Fernando de la Rúa. Sus primeros días en el cargo se vieron sacudidos por el suicidio de María Teresa Toledo, una empleada de la división de Arquitectura de la SIDE que saltó desde una ventana del décimo piso de la sede del organismo.( https://www.pagina12.com.ar/2000/00-01/00-01-29/pag15a.htm) Los mayores descontentos sucedieron cuando Santibañes despidió a 1.200 empleados, reduciendo drásticamente la capacidad operativa de la secretaría.( «Biggest reform concern: unemployed spies». Buenos Aires Herald. 28 de enero de 2015.) . Del mismo modo que con aquellos que habían formado parte del Aparato represivo del Estado durante la dictadura, la mano de obra desocupada siempre queda libre para actuar bajo las ordenes de quién mejor pague sus servicios … DEA y CIA, agradecidas porque por unos cuántos dólares y la seguridad de impunidad internacional que la embajada ofrece, son personajes de muy fácil reclutamiento.


Como se “hacen” los espías ...


El personal reclutado para formar parte de la Secretaría de Inteligencia usualmente formaba parte del núcleo familiar o de amistades de alguno de los agentes, por cuestiones de contrainteligencia y simple confianza en aquellos con los que se tiene trato. En algunos casos también suele reclutarse personal específico ―traductores de algún idioma particular― o profesionales en algún área determinada, en contadas ocasiones, sobre todo durante la dictadura, también se sumó a estudiantes universitarios.


Los expertos en reclutamiento enfatizaban su atención a cuatro puntos esenciales sobre la personalidad de un candidato:

  • Lenguaje y expresividad.

  • Discreción en la vestimenta.

  • Pulcritud en su forma de vida.

  • Posesión de vivencias individuales capaces de forjar la personalidad del candidato.


Todas estas aptitudes idóneas para formar parte de la secretaría fueron diluyéndose o relativizándose con el paso de los años, tomando mayor peso los contactos políticos o la afinidad al Gobierno de turno del aspirante. Lo que finalmente ocasionó una irrecuperable pérdida de personal calificado en cada una de las áreas.


Cuando el estudiante aceptaba la invitación a unirse a la Secretaría de Inteligencia, era enviado a la Escuela Nacional de Inteligencia. Vale notar que no todos los espías son reclutados de las universidades, es común que agentes experimentados recomienden personas aptas para el mundo de la inteligencia que hayan conocido.


Los espías reclutados eran clasificados como «confidentes», recibían una salario mensual mientras sus habilidades para el espionaje se probaban. Una vez que un confidente mostrara que era de confianza, eran ascendidos a «colaboradores contratados». En esos casos, los agentes eran sujetos a varios controles, como por ejemplo una vigilancia «ambiental» sobre su vida personal y relaciones sociales hecha por la Dirección de Contrainteligencia.

Si el recluta era aprobado por sus superiores, firmaban un contrato de trabajo temporario renovable anualmente, el cual podía durar varios años. En la carrera del «confidente», la tercera etapa era denominada «personal temporal» (PT), cuando llegaban a esa etapa se les permitía asistir a cursos técnicos y específicos en la Escuela Nacional de Inteligencia. Finalmente, después de años de estar asignados como personal temporal, los nuevos agentes eran clasificados como «personal civil de inteligencia» (PCI). Vale aclarar que no hay un periodo específico de tiempo entre los escalones de «confidente» y «personal civil de inteligencia», habiendo casos de gente a la que le llevó 15 años el ser integrados completamente.


Actualmente, la Secretaría de Inteligencia, por varias razones, es una «familia cerrada», a la cual casi ninguno entra sin alguna recomendación de alguien de dentro del organismo. Los agentes de inteligencia utilizan una identidad falsa para llevar su trabajo y así se encuentran identificados a nivel administrativo. Ante un requerimiento por parte de personas ajenas al organismo, los agentes pueden señalar que trabajan en Presidencia de la Nación o alguna otra área gubernamental, pero no pueden admitir ser funcionarios de la SIDE.


Una de las formas más habituales de la obtención de información es mediante el seguimiento de la persona en forma física, la interceptación de sus comunicaciones en sus teléfonos particulares, laborales y celulares, así como el hackeo de sus cuentas de Internet (Facebook, Twitter, correo electrónico, etc.). Esto último ha hecho perder prestigio a la Secretaría de Inteligencia por sus procederes rayanos en la ilegalidad. Además el uso de piratas informáticos ha permitido el trabajo de la contrainteligencia, perdiendo la agencia información vital.


En una entrevista a Gerardo Strada Sáenz, exdirector de la Escuela Nacional de Inteligencia (ENI), este expresó que «no hay ninguna forma de buscar trabajo [como espía], porque esta sería la mejor manera de que se te infiltre alguien de algún servicio de inteligencia externa»


Una vez reclutado se deberá aprobar un curso de ingreso en la Escuela Nacional de Inteligencia, que tiene una duración de tres meses. ( Hadida, Sebastián (2015): «Cómo convertirse en espía, el camino hacia un trabajo oculto. Contactos y un voto de silencio, dos condiciones para trabajar en los servicios de inteligencia; se buscan ingenieros, licenciados en sistemas y abogados, entre otros perfiles», artículo del 15 de febrero de 2015 en el diario La Nación (Buenos Aires).https://www.lanacion.com.ar/economia/como-convertirse-en-espia-el-camino-hacia-un-trabajo-oculto-nid1768522 )


La forma en la cual se recluta a nuevo personal es mediante la recomendación de alguien que ya pertenece a los servicios. ( Veneranda, Marcelo (2015): “Los dueños de todos los secretos: guía para entender los servicios de inteligencia.”)



El diario de la familia Mitre ha sido históricamente el vehículo mediático entre estos sectores y la “prensa independiente”, pero durante mucho tiempo, hasta que se ensucia en la guerra mediática que es llevado a participar por su asociación en Papel Prensa con Clarín, La información que La Nación obtenía y filtraba de los Servicios Estatales y para Estatales, conservaban el valor de las certezas periodísticas en tanto confirmadas por investigaciones que obtenían de otras fuentes, la diversidad de fuentes sin intereses entre si y con el objeto de investigación, necesarias para sostener la publicación … cosa que comenzó a desvirtuarse cuándo el objetivo se volvió espureo: mentir y tergiversar para derrocar al gobierno de los Kirchner.


Lo expresado no significa que La Nación haya sido modelo de alguna prensa genuinamente independiente ajena a las luchas de poder en el país, sino que aún conservaba rigor periodístico y reserva o limite ético a su clara defensa de intereses oligárquicos y de elites, que obviamente pierden en tiempos recientes …


Fuera de Control


Ya en 2001 los Espías estaban fuera de control … (si es que alguna vez estuvieron “Bajo Control” )


Con tres nuevos libros sobre el tema en la calle y la futura ley de inteligencia apurada por los escándalos políticos de los últimos tiempos, los agentes secretos están más expuestos que nunca, publicaba el diario La Nación en Marzo de 2001 ( https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/espias-fuera-de-control-nid212877/)


- El monstruo está suelto -le dijo a la Revista un asesor parlamentario en materia de inteligencia-. Sin control de ninguna clase, con más de 1200 agentes en la calle muy resentidos y con mucha información después del despido masivo ordenado por De Santibañes, la Argentina está más desprotegida que nunca; estamos peor que antes de lo de la AMIA -agregó en voz baja y extremadamente serio mientras consumía el segundo café, en un bar del microcentro, acorralado por el agobiante calor del último viernes de febrero-. ¿Y sabés qué es lo peor? Lo peor de todo es que si no hubiese existido lo del Senado ni lo de De Santibañes, ni la denuncia de escuchas ilegales de Elisa Carrió, ni el desorden interno de la SIDE, el Congreso hoy no estaría apurando la discusión de la ley de inteligencia. Según parece, en nuestro país tienen que pasar calamidades para que empecemos a preocuparnos por las cosas esenciales. Sin ir más lejos, la ley de defensa nació después de la intentona carapintada, remató.


La Argentina cuenta con 19 organismos de inteligencia, pero sólo 11 de ellos cumplen con la obligación de entregar a la Comisión Bicameral de seguimiento de organismos de seguridad e inteligencia su informe anual. -Algunos informes parecen enciclopedias, de lo abultados que son; otros, puro papelitos, reconoce la senadora Beatriz Raijer (PJ-Córdoba). que preside la comisión desde hace un año y medio.


El debate en torno a la ley de Inteligencia en 2001 fue bastante árido …

De los ocho proyectos presentados, uno correspondía al secretario general de la Presidencia, Horacio Jaunarena; dos provenían de la Cámara de Diputados (Darío Alessandro, Frepaso-Capital, y Ricardo Quintela, PJ-La Rioja), cuatro se hornearon en el Senado (Ricardo Branda, PJ-Formosa; Carlos Corach, PJ-Capital; Néstor Rostán, UCR-La Pampa, y el de Beatriz Raijer). El octavo proyecto -en rigor, uno de los primeros- es el de la propia Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE), llamado Proyecto de Consenso y que fue acercado espontáneamente, y no a pedido de la comisión, por la gestión de Carlos Becerra. Estos ocho proyectos se fundirán por acuerdo en uno para su aprobación. Si bien se admite que las ocho propuestas de la futura ley generan más adhesiones que confrontaciones entre sus autores, asesores del senador Rostán advierten que su proyecto presenta diferencias notorias en lo que se refiere a la capacidad de control y fiscalización que los legisladores pueden tener sobre la SIDE, siendo éste el punto más sensible de la futura ley.


-Mientras que los proyectos de los justicialistas Raijer y Branda prácticamente no proponen ningún cambio a lo que hoy rige en este sentido -explican-, el de Rostán apunta a modificaciones de fondo y muy articuladas, mientras que el de Corach se plantea en el medio de estas posiciones.


El senador radical se inclinaba por la creación de varios organismos de inteligencia dependiendo de los ministerios y no, como ahora, del presidente de la Nación. Propone, también, sustituir la actual Comisión Bicameral por comisiones permanentes sobre Inteligencia constituidas en cada una de las Cámaras, siguiendo el modelo estadounidense.


Su asesor en inteligencia, José Manuel Ugarte , fundamenta de este modo la iniciativa: "Una estructura que acumule en sí virtualmente la totalidad de las funciones de inteligencia -cuando menos, de la inteligencia civil-, que carezca de precisos límites de competencia y que dependa directamente del máximo nivel del Estado aparece, en realidad, como exenta de control. (...) El presidente de la Nación no se encuentra por sí en condiciones de controlar nada, si no es asistido por una adecuada estructura administrativa -como la de un ministerio- que le brinde los medios humanos y materiales para hacerlo".


Heredera de aquella inicial Coordinación de Informaciones de la Presidencia de la Nación, la Inteligencia Argentina fue creciendo pendularmente entre dictaduras y gobiernos democráticos sin alcanzar jamás -según los expertos- un nivel de excelencia acorde con los tiempos y cambios históricos que se iban dando en la Argentina y en todo el mundo. Lejos de lograr un desarrollo técnico y profesional -no ya más o menos comparables a los del Primer Mundo, ni siquiera parecido al Servicio Nacional de Informaciones de Brasil, (SNI)-, una revisión histórica del accionar de la inteligencia argentina demuestra que, en períodos democráticos, la SIDE se destacó más por concentrarse en las necesidades y urgencias políticas de los gobiernos de turno que en atender la seguridad del propio Estado, la que debe ser su principal función.

Los atentados a la embajada de Israel, en marzo de 1992, y a la AMIA, en julio de 1994, terminaron por desnudar su incapacidad. Hoy, el escándalo por los supuestos sobornos en el Senado, en el cual la SIDE está fuertemente sospechada, más la denuncia de la diputada Carrió, agregan a este organismo otra nube, de las varias tormentas que lleva acumuladas.



Los servicios de inteligencia argentinos pasaron, tanto en su estructura como en sus operaciones, por distintas y traumáticas etapas. En sus orígenes, su organización se basó en modelos extranjeros, la mayoría de los cuales no era muy identificada con el sistema democrático. Al instalarse el gobierno de la denominada Revolución Libertadora se pretendió establecer algunos límites en su función, pero la esencia continuó. Todo esto iba a quedar encapsulado en lo que se dio en llamar la doctrina de seguridad continental y fronteras ideológicas, esto es, en el marco del conflicto Este-Oeste.


Finalmente, la actividad de inteligencia civil argentina durante el último régimen militar quedó bajo el control absoluto de los servicios de inteligencia del Ejército y la Marina (al inicio, como parte de un "orden estratégico"; con el tiempo, como escenario de disputas de espacios de poder) conformando, en el diagrama de la represión, el Grupo de Tareas 5.


En Terror y justicia en la Argentina -Ediciones de la Flor-, el filósofo y sociólogo Jaime Malamud Goti, ex asesor de Raúl Alfonsín, se detiene a analizar el sentido de la política de terror implementada por los militares. En uno los párrafos, se lee: "En sus apasionados discursos y arengas, los militares alentaban a sus congéneres a despojar de su máscara al enemigo subversivo: de acuerdo con los discursos pronunciados entre 1976 y 1983, estas fachadas eran los rótulos de contractualistas, utilitaristas, positivistas y freudianos. El enemigo acechaba detrás de estas etiquetas. Cuando el peligro es tan grande, sólo el terror puede desbaratar la conspiración. Por eso es que el terror pasó a ser la principal herramienta política del régimen militar".


De aquellos años de espanto, la historia menciona, entre muchísimos otros, a Eduardo Alfredo Ruffo, ex miembro de la SIDE, uno de los torturadores más sádicos de los aproximadamente 340 centros clandestinos de detención. Y, también, la premonitoria frase del ex gobernador de Buenos Aires Saint-Jean: "Primero mataremos a todos los subversivos; después mataremos a los que colaboran con ellos; luego mataremos a los indiferentes; finalmente, mataremos a los tímidos".


La Secretaría de Inteligencia del Estado se transformó, de ese modo, en un mero apéndice de la inteligencia militar.


Cuando concluyó la dictadura y asumió Raúl Alfonsín, se hicieron algunas modificaciones de trascendencia. Para empezar, estatutariamente, la SIDE debía estar siempre al mando de un militar, un general de División, un oficial general de las Fuerzas Armadas. Alfonsín borró eso de un plumazo, cuando al frente de la SIDE asumió, primero, el doctor Roberto Pena, luego Héctor Rossi, y más tarde Facundo Suárez. Otro aspecto fundamental fue la limitación de la actividad de inteligencia militar, al entrar en vigor la ley de defensa. Después, con la sanción de la ley de seguridad interior (de ahí iba a surgir la Comisión Bicameral, la única comisión parlamentaria creada por ley), la inteligencia militar quedó excluída. De ese modo, se fue extinguiendo el antiguo predominio militar sobre la SIDE.



-La Inteligencia militar -aclara Raijer- es un aspecto de la Inteligencia exterior, que es política, y se hace con las delegaciones de la SIDE dentro de las embajadas y, dentro de esas delegaciones, actúan los representantes militares. Esto no sufrirá modificaciones. La Inteligencia militar la van a seguir haciendo las Fuerzas Armadas. Ahora, el enlace con la SIDE se hará a través del ministerio de Defensa. De ese modo, el presidente va a tener dos vías de control: la Secretaría de Inteligencia, por un lado, y el ministerio de Defensa, por el otro.


Así como en la dictadura el esquema de la SIDE fue absorbido por los militares, desde 1983 hasta el presente su accionar le permite hacer y deshacer a voluntad convirtiéndose en un organismo libre de todo control, fiscalización y seguimiento: el control que hoy ejerce el Congreso a través de la Comisión Bicameral es de una importancia menor que la nada, limitándose a estudiar los informes que la SIDE remite una vez por año. La futura ley intentará poner blanco sobre negro todo lo relacionado con la labor de inteligencia. Por lo pronto, se disolverá la Central Nacional de Inteligencia, organismo creado para coordinar todas las estructuras de inteligencia, pero que nunca funcionó eficazmente, y quedará sin efecto la llamada ley SIDE, que hasta el momento rige la inteligencia civil. El Congreso Nacional será el organismo de control.


La ausencia de un control adecuado beneficia siempre a aquellos miembros de la estructura involucrados en los aspectos ilegales de la actividad de inteligencia; luego, a los sectores que utilizan esas capacidades para obtener beneficios. La falta de control beneficia a no poca gente.


La falta de control abona el terreno de la corrupción. Y la corrupción en inteligencia se manifiesta, principalmente, en el cuentapropismo. Se comienza a utilizar la información para su venta en el mercado empresarial y en otros ámbitos. Se trabaja para empresarios, políticos, periodistas; el cuentapropismo informativo es un arma poderosa. Alguien ha dicho que si uno pone un kilo de cocaína de primera calidad al lado de un kilo de papeles con información precisa, se cotiza más lo segundo que lo primero.

Esa misma persona, advirtió: -Es fácil demonizar la actividad de inteligencia, pero lo cierto es que hay mucha gente capaz, muy profesional y que se siente frustrada al verse metida en la misma bolsa. Esa gente, no lo dude, maneja información precisa. Y otros como ellos, pero que ya no están porque fueron despedidos, se han ido a sus casas con secretos grabados en sus ojos y oídos u ocultos en sus maletines.


En los países desarrollados predomina la actividad de inteligencia civil, que distingue muy claramente lo que es la labor de inteligencia interior y exterior. En esos países, las competencias están estrictamente limitadas. Y se refieren a aquellas actividades que puedan atentar contra el sistema democrático, contra las autoridades, y la contrainteligencia, que se ocupa de neutralizar la inteligencia de otros países. En la inteligencia exterior hay más amplitud, no careciente de control, pero con escasas limitaciones.

En un libro de reciente aparición, Los sospechosos de siempre: historia del espionaje en la Argentina -Planeta-, su autor, el periodista y escritor Jorge Boimvaser, apunta: "¿La SIDE? ¿Existe la SIDE? ¡No!


La respuesta -inserta en un formato de pregunta cargada de ironía- resume quizá la opinión de muchos especialistas en inteligencia (...) Ellos aluden a una inexistencia funcional-operativa, a los músculos entumecidos de una actividad disminuida con el transcurso del tiempo, a la parálisis de un pulmotor necesario para todo Estado moderno. Porque no sólo se entiende por espionaje la intromisión subrepticia en la intimidad ajena (...) La presencia multinacional del narcotráfico es también un enemigo de fuste que no le va en zaga a la criminalidad terrorista. También allí el Estado requiere un organismo apto para enfrentar los tentáculos multimillonarios desplazados por la comercialización de estupefacientes. Ampliar los mercados argentinos en el exterior, resguardar el medio ambiente, controlar el manejo óptimo de la energía nuclear, ejercer el contralor de las cuencas hídricas, priorizar las fronteras más susceptibles de ser invadidas culturalmente o identificar las operatorias ilegales de dinero que puedan causar daños al patrimonio de la Nación son también algunas de las tareas inherentes al espionaje del nuevo siglo. Así lo priorizan los servicios de inteligencia de las grandes potencias del mundo.


"La Argentina -en este terreno- lejos de encauzar la planificación de su inteligencia en un estadio socio-geopolítico de amplio alcance, minimiza la actuación de la Secretaría de Inteligencia de Estado a un espectro reducido, a una política de cabotaje que niega la globalización de su tarea específica."


-Cuando comencé a elaborar este proyecto yo me sentía como el llanero solitario -ejemplifica Beatriz Raijer-. En verdad, hasta antes del escándalo del Senado, todo lo que pasó después con De Santibañes y la denuncia de Carrió, no había ningún interés político por este tema. Al hacerme cargo, lo primero que dije fue: esto así no puede seguir... esta comisión no existe. Si no hay voluntad política, está claro que es porque los beneficiarios del descontrol son más de lo que uno supone. Ahora, todo es alboroto y llueven los proyectos.


Y agrega: -En más de cincuenta años todavía no hemos logrado tener una ley de inteligencia. Se sabe poco acerca de la inteligencia, ni siquiera desde el ámbito catedrático se ha profundizado el tema. Uno de los puntos por los cuales pretendemos una ley de inteligencia tiene que ver con los agentes que integran la secretaría, qué capacitación tienen y cuáles son sus antecedentes. Todavía no sabemos por qué se despidió a más de 1200 personas, ni qué hacen ahora. Y eso es grave porque no se trata de cualquier gente.



-No hay gente para hacer un seguimiento de los que ya no están en la SIDE -explica un avezado explorador de este enmarañado terreno-. El departamento de contrainteligencia, al que llaman Area 85, es el que se encarga de hacer lo que se llama control de fidelidad. Pero si vaciaron también ese departamento, ese trabajo ya no lo hace nadie porque si vos echás a mil tipos, necesitás por lo menos el doble para seguir el comportamiento de todos ellos. Y en la SIDE -remató- quedó afuera mucha gente que no es psicópata, son verdaderos profesionales de la inteligencia. Fernando de Santibañes los echó a todos porque su concepto era: un tercer atentado contra la colectividad judía de ninguna manera iba a desestabilizar a De la Rúa tanto como un golpe de mercado.

¿Para qué sirve la SIDE?, se preguntan unos y otros, interesados y distraídos. Una de las respuestas provino de Jorge Boimvaser.

-Con esta investigación, traté de ser lo más neutral posible porque, como en cualquier actividad, en los servicios de inteligencia hay grandeza y hay miserias, hay héroes y villanos.


Para algunos, su libro es extremadamente exhaustivo; para otros, superficial. Es un libro complicado, sin embargo. Tan complicado, que no sólo le llevó seis años de trabajo, sino, además, una cantidad de testimonios, de confidencias tiradas a la basura porque lo que al principio parecían verdades reveladas se tradujeron en parrafadas sin fundamento. -En un escenario donde hay muchos intereses en juego, me crucé con psicópatas, resentidos, delincuentes, mentirosos y fabuladores.


El encuentro con Boimvaser fue un mediodía en el Petit Colón, entre parroquianos, leguleyos, nubes de humo de habanos y cigarrillos, el apabullante trinar de celulares -uno por mesa, promedio- y personajes extraños, de esos que saben aparecer con la misma rapidez con que se esfuman. Una tos perruna, que lo perseguirá durante gran parte de la charla, enrojece el rostro de este hombre que tiene tantos libros escritos, entre ellos Las manos de Perón, como redacciones caminadas, entre ellas, La Opinión.

¿Para qué sirve la SIDE?, se preguntan unos y otros.

-De Santibañes vació de profesionalismo a la SIDE -resume el escritor-. Por ejemplo, levantó la base de Inteligencia en Ciudad del Este. Si bien los santuarios del Hezbollah se mudaron a la isla Margarita, en Ciudad del Este sigue habiendo un truchaje de computadoras impresionante. El 50 por ciento de las computadoras que ingresa en el país es clonado en Ciudad del Este, y quien maneja todo eso es un personaje salido de la SIDE, que nadie sabe su nombre verdadero, lo llaman el Ingeniero, o Jaime, también; ese tipo es un cerebro de las comunicaciones metido en la delincuencia. A esto sumale la droga, el dinero falsificado... Ciudad del Este sigue siendo un lugar estratégico. Sin embargo, De Santibañes levantó esa base. Extrañamente, durante algún tiempo continuaban llegando a la SIDE facturas de teléfono por 100.000 dólares.

-Lo que buscaba De Santibañes era desprestigiar a Chacho Alvarez, y después sentarse en el sillón de Machinea, pero lo que lo mató fue su enfermante necesidad de protagonismo, resumió un experto en inteligencia.


-Y así está la SIDE hoy -murmuró-. Si vos querés trabajar ahí, lo primero que tenés que hacer es afiliarte al partido radical. Segundo, tenés que hacer un curso en la Escuela de Inteligencia. Si sos muy bueno y te sacás un 10, no te van a tomar porque ha quedado tanta mediocridad que un inteligente molesta. Una vez que sos afiliado radical, o antes peronista, y una vez que en lugar de un 10 te sacás un 6, ponete a buscar un puntero político que te recomiende en la SIDE.


Una de las tareas que desde hace un tiempo lo mantiene ocupado al secretario de la SIDE, Carlos Becerra, el Señor 5, en la respetuosa jerga espía, es la de analizar los legajos de los echados por De Santibañes, "El detective millonario", "Chanel número 5", "Súper agente 86" o "Chantibañes" -en la jerga burlona de esos mismos espías y que Boimvaser lo transcribe en su libro-, para ver si pueden volver, porque, como han dicho algunos, "ha quedado en la calle gente muy herida". Algunos, incluso, arriesgan que el cuarenta por ciento de los despedidos debería seguir cumpliendo funciones en el organismo "porque es material valioso." Parte de esa gente, los más fuertes, los pesos pesados, se llama a sí misma Grupo 7 de febrero (porque fue el 7 de febrero del año último cuando los echaron). Algunos hasta se acercaron a la Comisión Bicameral a explicar su situación. -Lógico, ellos no tienen sindicato que los proteja y por eso vienen a hablar con nosotros -confirma con ironía, pero sin burla, Beatriz Raijer-.


Durante el gobierno de Menem, uno de los trabajos que encaró el Grupo 7 de febrero fue analizar qué posibilidad de atentado podía haber contra el avión presidencial, el Tango 01. Y llegaron a la conclusión de que la única forma segura era colocando una bomba en el camión que abastece de combustible a la máquina y activarla por control remoto. A partir de ahí, empezó a verificarse regularmente los camiones cisterna del Aeroparque y de Ezeiza.



Otro trabajo consistió en determinar desde dónde se podía atentar contra el jefe de la SIDE, en épocas de Anzorreguy. Y descubrieron que "hay un edificio en Puerto Madero, que no tenés que ser Lee Harvy Oswald para tirarle al despacho del jefe de la SIDE. Pero esta información no se la dejaron a De Santibañes. Nadie se atrevió a hacer nada, pero el gobierno se quedó con la espalda descubierta y el c... al aire echando a esa gente. Con lo cual, de proponérselo, podría hacer un desastre", se nos dijo.


-Otra de las cosas que hizo De Santibañes -cuenta Boimvaser-, fue ponerse a seguir a los agentes de la CIA destacados en la Argentina. Los agentes de la CIA salen a la calle con dos o tres cámaras multidireccionales ocultas entre sus ropas. Todo eso queda registrado en un diskette. Cuando vuelven a su base, que es la embajada de Estados Unidos, si es legal, o bien a una empresa si están en otra cosa, ponen ese diskette en una computadora que tiene un software especial, creado únicamente para la CIA, y si aparece tu cara cinco veces, te ponen en un costado y ahi empiezan a investigarte. ¿Nadie le dijo a De Santibañes que la CIA tiene esa tecnología? El grado de desprotección es pavoroso.


-Está todo muy desprotegido. Hay cosas elementales que no tienen ningún tipo de protección. Tampoco se protegen documentaciones ni informaciones ni los derechos de las personas. Es inexplicable que todavía no se hayan resuelto los dos atentados más serios que sufrió nuestro país -admite la senadora Raijer.


La SIDE no sólo no tiene control alguno ni del Congreso ni del Ejecutivo; tampoco el mayor organismo de inteligencia del país sabe, hoy, qué es de la vida de sus ex agentes. Si algo ejemplifica el caos de inteligencia, es la remoción de dos secretarios en menos de un año. -Yo propuse que el secretario de la SIDE -explica Raijer- sea elegido por el Presidente, con acuerdo del Senado y con una consulta no vinculante a la Bicameral. Debe ser así porque, de lo contrario, se lo pone al Presidente ante una situación crítica si pasa algo, porque el Presidente es totalmente responsable del secretario. En cambio, si fuera puesto con acuerdo del Senado, no se lo podría remover tan fácilmente. No se puede estar removiendo en forma permanente un secretario de inteligencia. Y acá, en menos de diez meses, se fueron dos. En ningún país serio pasan estas cosas.


-¡Ah!, te cuento una que me pasó a la semana de salir el libro -recuerda Boimvaser, repentinamente, antes de levantarse de su silla, cuando el sol ya había cambiado de ventana-. Los otros días estaba comiendo en Chiquín con unos periodistas amigos, y se me acerca un tipo y me dice: "che, mirá que aparte de lo que escribiste, yo sé cosas más importantes". El tipo era un agente de la SIDE, procesado por tráfico de droga, y que yo lo menciono. No estaba enojado, para nada; simplemente, tiró una carcajada, me palmeó el hombro tres veces y desapareció.


"Problema de control, ejecución y objetivos"


El abogado José María Ugarte, profesor de Derecho Administrativo (UBA) y de Seguridad interior y de la asignatura especial Problemas de Estrategia, es asesor parlamentario desde 1984. Es especialista en temas de defensa nacional y seguridad pública, participó en la redacción de las actuales leyes de defensa nacional, de seguridad interior, de servicio militar voluntario y la ley de reestructuración de las Fuerzas Armadas, así como de proyectos sobre leyes orgánicas sobre información e inteligencia. Es autor del libro Legislación de inteligencia: Especialización y control, legitimidad y eficacia, Editorial Dunken, y asesoró al senador Rostán en su proyecto de la ley orgánica de inteligencia.


-¿Cómo definiría a la estructura de inteligencia de nuestro país?
-Es una estructura que se caracteriza por una concentración de funciones, por las leyes secretas, por la carencia de límites en inteligencia interior, por la poca capacidad de conducción, por la dedicación a temas que no tienen ninguna relación con inteligencia, por un profesionalismo parcial, por la desorientación, por la falta de objetivos y por la falta de controles adecuados. La Comisión de Fiscalización de los Organos de la Actividad de Seguridad Interior e Inteligencia, que fue creada por la ley de seguridad interior, lamentablemente ha tenido un funcionamiento bastante limitado. Por ejemplo, nunca se dotó de los medios necesarios en cuanto a personal para poder cumplir con su función. Hay una falta de voluntad política de ejercicio de control.

-Usted sostiene que la SIDE no debe depender directamente del presidente. ¿Por qué?


-Nuestro país no hace diferencia en cuanto a las competencias, es todo lo mismo. Lo primero que yo haría es crear organismos de inteligencia diferentes dependiendo de los ministerios, y no del presidente, con competencia específica en la materia que se trata. Por ejemplo, un organismo de inteligencia exterior y política económica dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores. Otro, dependiente del Ministerio del Interior. Y desde la órbita del Ministerio de Defensa, un organismo de inteligencia militar conjunto, tal como se ha pretendido establecer con la reciente creación de la Agencia de Inteligencia de Defensa, pero que no depende, como lo establece la ley de defensa, del ministro de Defensa, sino del jefe de Estado Mayor Conjunto, que no es lo mismo. O sea, acá no se ha cumplido con la ley. Finalmente, un órgano de coordinación dependiente del presidente que cumpla las funciones de analizar y elaborar una inteligencia estratégica nacional.


-¿Cómo debe ser controlada la SIDE?


-Primero, desde el Ejecutivo; y el Parlamento no debería efectuar un control burocrático, sino un control de actos y realizaciones: se gasta tanto, qué se obtiene a cambio.


-Imagine a la SIDE en lo más alto de una escalera. Si el Congreso se pone a investigarla, ¿hasta qué escalón llega?
-Mire, hoy sólo tiene acceso a los elementos de estructuras del organismo; recibe un informe anual sobre la actividad que realiza; los legisladores van a exposiciones invitados por los organismos de inteligencia…


-Entonces, con suerte, llega al primer escalón...


-Y, son meras exposiciones... Yo no llamaría control lo que hace el Congreso.


-¿Es condición excluyente ser amigo del presidente para manejar la SIDE?


-En los países desarrollados esos cargos los ocupan personas con conocimiento importante del tema. En la Argentina, eso nunca ocurrió. Poner a un político de cierto nivel, o alguien de buena relación con el presidente, ése es el manejo de la inteligencia en la Argentina. Lo que ocurre en nuestro país es que se ha buscado poner una suerte de ministro de inteligencia. Y eso es un error grande. Lo ideal es un director general, como tiene el MI5, en Inglaterra. De la otra forma, el funcionario pasa a ser un simple mandatario de la estructura.


-¿A cuánto asciende el gasto total de inteligencia en nuestro país?
-No se sabe exactamente, pero podríamos hablar de algo más de 200 millones de pesos, sumando la inteligencia militar, y que no se justifica de ninguna manera. En cuanto al personal, hoy suman alrededor de 1500 personas, cuando el histórico fue de aproximadamente 2700.



-¿La Argentina está desprotegida en cuanto a inteligencia?


-Es difícil decirlo... Los casos AMIA y embajada de Israel son emblemáticos. La SIDE no tomó nota del cambio de política exterior que se produjo en la Argentina en 1990, cuando ese cambio representaba un compromiso de seguridad. Hoy, le diría que la situación no es comparable con la de aquellos años, pero no hay controles adecuados. Es fundamental que se tenga conciencia de esto. Nuestro problema es de control, de ejecución y de objetivos.


-¿Cree que la Secretaría de Inteligencia está involucrada en el caso de supuestos sobornos en el Senado?


-No se sabrá nunca. Con los mecanismos actuales de control, es imposible afirmar ni que sí ni que no.


-¿A qué distancia de los países desarrollados está la Argentina en cuanto a la excelencia de los organismos de inteligencia?
-No somos los peores, como Perú, Venezuela o Ecuador. Tenemos, con todas sus fallas, una actividad de inteligencia civil de cierta significación. Acá por lo menos se discute el tema. En Brasil esto se discute más o menos y en Chile se está discutiendo muchísimo. Claro, nos falta prestigio. Mire, en la CIA ingresan los mejores graduados universitarios, gente de alto nivel intelectual, igual que en Gran Bretaña. Es una actividad de prestigio, incluso de prestigio social, más allá de los escándalos que a veces salen a la luz.


-¿Cómo son nuestros espías? ¿De qué manera se prestigia la inteligencia?


-Tenemos de todo. Hay gente que ha hecho maestrías, doctorados, y otros que, por el contrario, son de un nivel bajísimo. En este sentido, ha tenido mucho que ver la historia de reclutamiento de agentes. En ciertos niveles se exige título universitario, aunque, por supuesto, eso bien podría no significar nada. El reclutamiento de inteligencia es otro tema interesante. Tradicionalmente, había que ser pariente o amigo de un militar para ingresar en un servicio; toda la base de la estructura está formada así. En determinado momento, durante el gobierno de Alfonsín, se reclutó gente poniendo avisos en los diarios. En otros, por vinculaciones políticas. Entró una camada diferente. Muchos sobrevivieron a la época yofresiana y ahora ocupan puestos interesantes. Con Menem predominó la vinculación política y militar, fundamentalmente naval. Hoy, el criterio sigue siendo la vinculación. Pasa más por las relaciones personales que por las capacidades.


-¿Qué porcentaje de universitarios hay en la SIDE?


-Sólo en el personal superior, que es muy importante. Allí, el que no es militar de alto grado, es universitario. En los escalones inferiores, como el personal de apoyo, esta característica no se da.

-¿Subyace en los servicios la doctrina de seguridad continental?
-La verdad es que va a llevar muchos años modificar esto, porque subyace bastante. Yo estimo que la Argentina va a ser un país con relaciones cívico-militares evolucionadas en unos quince o veinte años, no antes, y si todo marcha bien. Pero estamos avanzando. Creo que tenemos la relación cívico-militar más evolucionada en América latina. Ahora, de ahí a decir que estamos bien, falta mucho.


El nuevo espionaje


El negocio del espionaje ya no es lo que era. Con la caida del muro de Berlín, el espionaje ideológico dio paso al espionaje industrial entre naciones con tecnologías de avanzada. Rusia acusa a Estados Unidos de robarle sus secretos. Estados Unidos hace lo mismo con Japón, China acusa a Europa y Europa se desquita con Estados Unidos.


La Argentina no produce ninguna tecnología secreta que pueda interesarles a los países poderosos, pero como entró en la globalización, en los últimos años se ha poblado de espías internacionales o, para ser más precisos, de los Estados Unidos de América.



No los manda el gobierno de su país ni los llamaron desde la Argentina, pero son serviciales a los gobiernos de ambos países. Vienen a hacer negocios.


Sucede que en el nuevo orden mundial posterior a la Guerra Fría, los Estados Unidos se ocuparon el lugar de policía del mundo. A caballo de la doctrina de justicia universal, y tomando nota de la extranjerización de la economía argentina, los espías se dedican, en esencia, a vender software informático de seguridad, preparar informes sobre competidores, vigilar la conducta de la tropa propia y, sobre todo, emitir certificados de buena conducta y prevenir o frenar investigaciones de organismos de seguridad del país del norte, como la DEA, el FBI o el Servicio Aduanero (Costums Service). El mecanismo funciona así: una agencia norteamericana, a través de contactos reservados y por vía diplomática, hace saber que le preocupa la seguridad de cierto sector de la economía argentina, llámese correos o aeropuertos. Las empresas de ese sector contratan a espías norteamericanos con buenos contactos con las agencias del norte que expresaron su preocupación. Las agencias dicen que les preocupa tal o cual problema, y los espías proveen soluciones a esos problemas, que entonces desaparecen, como por ensalmo. No por casualidad, los espías norteamericanos que trabajan en aquí son todos, ex miembros de agencias estadounidenses y todos, sin excepción, tienen llegada directa a la embajada norteamericana en este país. Todos viven en su país y viajan a la Argentina sólo para abrochar un negocio.


Acá tienen colaboradores permanentes, contratados de los servicios de inteligencia, comúnmente conocidos como mano de obra desocupada, como el ex montonero Rodolfo Galimberti, de Universal Control o el ex Guardia de Hierro Alejandro Ruiz Laprida, de Smith and Brandon.


En este momento, los enemigos del gobierno norteamericano en esta región son los carteles del narcotráfico, los lavadores de dinero, la mafia rusa y los contrabandistas que abastecen a la economía informal. Por eso, los espías se especializan en servicios para combatir estos males. El primer adelantado se llama Frank Holder, un ex empleado de la embajada norteamericana en Buenos Aires, entrenado por el servicio de inteligencia de la fuerza aérea norteamericana, ex socio del abogado Luis Moreno Ocampo. Holder representa en este país a Kroll Associates.


Kroll es una de las más importantes agencias de detectives de los Estados Unidos, que cimentó su fama en los años 80 haciendo espionaje industrial y financiero para las principales firmas de Wall Street.


Kroll llegó a la Argentina de la mano de Holder en 1995 para hacerse cargo de la seguridad de las empresas que Alfredo Yabrán le acababa de vender al Exxel Group, un fondo de inversión con sede en la islas Caimán.


El negocio lo armó el ex embajador norteamericano Terence Todman. Para aprobar la operación, el Departamento de Estado norteamericano puso como condición que la seguridad de las empresas que creó Yabrán estuviera en manos de gente confiable. Kroll le extendió a Exxel ese certificado de buena conducta.


Después llegaron los demás. El grupo Eurnekian, de la mano de otro ex embajador, James Cheek, contrató a otra agencia de detectives, Smith & Brandon, para reforzarse en su guerra comercial con el Exxel Group. "Vengo a recuperar la bandera norteamericana que nos arrebató el Exxel", dijo Cheek en una reunión privada donde explicó su rol de lobbista de Ogden, la empresa norteamericana que se asoció con Eurnekian para manejar los aeropuertos.


Además de Ruiz Laprida, Smith and Brandon cuenta con los servicios del periodista norteamericano Joe Goldman, que escribió, junto con Jorge Lanata un libro sobre la voladura de la AMIA.

El desembarco de espías también incluye a IFPC, del ex FBI Stephen Walker, que en la Argentina tiene clientes privados y estatales.


Este año llegó Universal Control, de los ex CIA Ronald Luzania, Frank Anderson y David Manners. Ya reemplazaron a Kroll en la vigilancia del Exxel.



Parece que Holder se dio cuenta de que ciertos elementos indeseables se habían enquistado en el aparato de seguridad del Exxel y no los podía desplazar.


A Holder no le gustaba que Héctor Colella, el sucesor designado por Yabrán, mantuviera un papel protagónico en el correo privado Oca, la criatura más querida del difunto Yabrán. Holder se quejaba ante los directores del Exxel y seguramente les contaba algunas cosas a sus contactos en la embajada.


Entonces el Exxel se deshizo de Holder y contrató a Universal Control, que tiene una gran ventaja: ninguno de sus espías norteamericanos vive en la Argentina. Aquí, el representante es Galimberti, un agente que se ha destacado por su flexibilidad y capacidad de adaptación, dos virtudes que sus nuevos empleadores aprecian mucho.


Algunos ejemplos:


Los puentes entre Menem, De la Rúa y Macri tienen nombres y apellidos … En medio del escándalo que protagoniza Fernando Niembro por las contrataciones de su empresa, La Usina Producciones, por más  de 20 millones de pesos al gobierno macrista y al Banco Ciudad, las novedades siguen apareciendo. Ahora el diario Tiempo Argentino publica que su ex socio en la productora, Atilio Alberto Meza, formó parte de la Secretaría de Inteligencia durante los años 90.

El legislador porteño del Frente Para la Victoria, José Campagnoli, afirmó en la Agencia Paco Urondo que "según fuentes judiciales que estamos investigando hay relaciones de Meza con la ex SIDE. Las conexiones de Niembro no se agotan en Macri, llegan hasta Menem y la SIDE. Estamos trabajando en eso. Hay mucha información en este caso que todavía no se conoce." Tiempo Argentino lo confirma. En agosto de 1994, semanas después del atentado a la AMIA que terminó con la vida de 85 personas, Meza ingresaba a la Secretaría de Inteligencia.

El formulario de Meza en la SIDE tiene la firma de Hugo Anzorreguy, titular de la central de inteligencia desde el 1 de febrero de 1990. El mismo que hoy está sentado en el banquillo de los acusados en el juicio por presunto encubrimiento al atentado a la mutual judía de Buenos Aires.

Jorge Anzorreguy, hermano de Hugo, es el abogado de Niembro. A Jorge se lo ha señalado como uno de los principales operadores judiciales durante los '90. Hoy, además, es el defensor de Hugo Jinkis en Argentina del FifaGate. También patrocinó a Ernestina Herrera de Noble en la causa que investigó la presunta apropiación ilegal durante la dictadura cívico-militar de los hijos de la titular del Grupo Clarín. Y fue asesor del Banco Ciudad en 2010. "Durante los años '90, la aceitada maquinaria en el inframundo de la impunidad funcionaba a la perfección. A ella se sumaba Meza", consigna Tiempo Argentino.

Luego del cambio de gobierno con Fernando de la Rúa en el año 2000, Meza renunció a la SIDE y redactó su alejamiento. Se lo envió a Fernando de Santibañez, flamante titular de la SIDE aliancista. La carta decía:
"Es menester en este momento expresarle a Ud. Y a las personas que conforman este organismo, del cual formo parte desde agosto de 1994, todo mi agradecimiento por el respaldo que me han brindado, la opacidad otorgada y las gratificaciones personales que pude obtener como consecuencias de mi pertenencia al organismo.".

Ahora la Procelac investiga a la administración PRO, a Niembro y a su amigo, el ex espía menemista Meza, por supuestas (millonarias) contrataciones irregulares, que incluirían "incumplimiento de los deberes de funcionario público" y "lavado de activos provenientes de actividades delictivas". Un rosario de delitos que se desprendería del centenar y medio de contratos" entre tándem Niembro-Meza y el macrismo.

( https://www.politicargentina.com/notas/201509/8240-el-vinculo-entre-fernando-niembro-y-la-ex-side-menemista.html )


El otro

Menos conocida es la historia de Egea pese a que su nombre fue denunciado de modo constante en investigaciones periodistas ligadas al robo de bienes de la Escuela de Mecánica de la Armada. Uno de los hombres que comenzó a denunciarlo es el fallecido Luis Eduardo Duhalde, primer secretario de derechos humanos del gobierno de Néstor Kirchner. Alrededor de Duhalde dicen que a partir de esa época Egea decidió mudarse a Estados Unidos, convencido de que en cualquier momento podía quedar detenido.




“El que tal vez comparta con él una copa en el Alvear Palace Hotel, por ejemplo, le resultará difícil imaginar, que este corparchón simpático y entrador, que se presenta como lobbista influyente en las más altas esferas y experto en licitaciones, es un tenebroso personaje”, dice sobre Egea un pequeño apunte de Eduardo Luis Duhalde. Una cita que adjudica, a su vez, a un “ex amigo de Egea”. “Sin embargo, si el ocasional interlocutor más adelante debiera discutir las condiciones de un eventual negocio con este cincuentón, que apenas deja entrever entre sus canas su antiguo cabello pelirrojo, descubrirá que es ‘un duro’ cuya afabilidad ha desaparecido. Si avanzando en la relación, aquel interlocutor creyera que puede confiar en él, es probable que terminara estafado, y si a su vez, intentara defraudar a Egea, no sería extraño que conociera a algunos ‘amigos’ del Colorado.”

Miguel Angel Egea está imputado en la causa de Robo de Bienes de la ESMA a cargo del juzgado de Sergio Torres. Su nombre aparece como parte de una estructura de empresas montadas por marinos del Grupo de Tareas 3.3.2, entre cuyos orígenes están las oficinas del ex almirante Emilio Massera. Esa causa tiene dos partes. Por un lado, investiga la relación entre el robo de bienes de los desaparecidos y una serie de empresas locales que están o estuvieron a nombre de los integrantes del GT. Entre ellos figuran Jorge Radice, Ricardo Cavallo, familiares de ellos y de un grupo de civiles como el de Egea que suele ser siempre el mismo. Por otro lado, investiga la relación entre esas sociedades locales y otras radicadas en paraísos fiscales como Panamá, Islas Vírgenes y Uruguay. Bajo la hipótesis de lavado de dinero, la Unidad de Investigación Financiera (UIF) en 2014 presentó al juzgado un informe en el que entendía que una serie de empresas locales con balances negativos habían recibido entre 2001 y 2013, 19.008.513 pesos. “Esto último constituye una clara maniobra tendiente a lavar activos dijo la UIF en ese momento, ya que mediante los aportes de una sociedad extranjera se ingresan al país sumas que se encontrarían en el exterior y que tendrían origen en la liquidación de todos los bienes que fueron apropiados por el Grupo de Tareas 3.3.2”. La UIF para entonces a cargo de José Sbatella, estaba convencida que detrás de las empresas radicadas en el exterior estaban los mismos nombres de los dueños de esas sociedades en argentina.

En ese momento, pidió al Juzgado de Torres que investigara esa línea y pidió constituirse en querellante. El juzgado pidió información a Panamá. Y recibió información oficial de una de esas compañías: Adela Compañía de Inversiones (Panamá). De acuerdo al Informe de la UIF, esa compañía inyectaba dinero en otras tres radicadas en Argentina: Long Regent SA, Martiel SA y Sately SA. El Juzgado constató en la documentación de Panamá —confirmando la hipótesis— que los integrantes del directorio son los mismos nombres de los que están radicados aquí, tal como este diario señalo en su edición del domingo pasado.

En esas sociedades está Egea como director o presidente. Y también está Norma Radice, hermana de Jorge Radice, hombre clave del robo de bienes de la ESMA. Radice fue Jefe de Operaciones del Grupos de Tareas, con una oficina propia en el pasillo de los Jefes del Centro Clandestino. Radice participaba de los operativos y tenía reputación de ser un francotirador de elite. Fue condenado a prisión perpetua en 2011, en el juicio ESMA II, por su participación en el secuestro, los tormentos y el homicidio de los doce integrantes del grupo de la iglesia Santa Cruz, así como por su colaboración en el asesinato de Rodolfo Walsh y el robo de sus bienes. En este momento se lo juzga en el Juicio ESMA Unificado que se realiza por los crímenes a 789 personas. Es uno de los imputados en Robo de Bienes. Y quien pasó a “trabajar” de la ESMA a las oficinas de Massera en la calle Cerrito 1136, cuando el jefe de la Armada se retiró para amar su proyecto político entorno al Partido para la Democracia Social con aliados de la derecha peronista. De esas oficinas surge uno de los nombres emblemáticos del “robo de bienes” como el caso Chacras de Coria, uno de los puntos de origen de la trama de empresas en investigación. Allí quedó radicado el domicilio legal de WillRi, la sociedad a través de la cual se fraguó la venta de las propiedades de una de las víctimas de la ESMA. WillRi era un juego de palabras que remitía a Francis William Whamond, el alias de Jorge Radice.

Jorge Radice, su hermana Norma y Egea aparecen juntos en una enorme trama de relaciones societarias siempre denunciadas como parte del blanqueo de dinero de la ESMA. También está la esposa de Egea, Bárbara Franz. Entre las sociedades más conocidas, están aquellas que detectó la UIF recibiendo dinero de Panamá como Martiel S.A. También Seal Lock S.A. y Talsud S.A que combinaron en distintas épocas a otros nombres emblemáticos de la ESMA como Ricardo Cavallo y Jorge Acosta. Del universo de sociedades creadas, una de las más llamativas es Adela Compañía de Inversiones, la compañía que es investigada en Panamá. Su origen es 1966 y fue creada por un consorcio de capitales norteamericanos para inyectar dinero en las dictaduras de Cono Sur. En 1988, y en paralelo al crecimiento de las sociedades en Buenos Aires, a esa sociedad ingresaron Norma Radice y Miguel Angel Egea. Él como “presidente” de la compañía, de acuerdo a ese registro y como su “representante”. Norma Radice como parte del directorio.


La reforma judicial


El anuncio de la conformación de una comisión asesora sobre la reforma judicial y el posterior envío del proyecto al Congreso generó un nuevo frenesí entre nuestros medios serios. Nadie se anima a defender abiertamente el statu quo, ni siquiera aquellos que se beneficiaron con las operaciones de Comodoro Py, pero el impulso reaccionario nos explica que es urgente esperar y retrasar al máximo cualquier reforma.


El 10 de diciembre de 2019, luego de jurar como presidente, Alberto Fernández declaró frente a los diputados: “Hemos visto el deterioro judicial en los últimos años. Hemos visto persecuciones indebidas y detenciones arbitrarias inducidas por los gobernantes y silenciadas por cierta complacencia mediática. Por eso hoy vengo a manifestar frente a esta Asamblea y frente a todo el Pueblo Argentino, un contundente Nunca Más (…) Nunca más a una justicia que es utilizada para saldar discusiones políticas, ni a una política que judicializa los disensos para eliminar al adversario de turno (…) Nunca más a los sótanos de la democracia”.


El 1 de marzo del 2020, en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso, el presidente retomó el tema (“Como lo anuncié el día de mi asunción, tenemos la decisión irreversible de terminar para siempre, para siempre, con los sótanos de la democracia”) y anunció el envío al Congreso del proyecto de reforma de la Justicia Federal: “Con tal propósito, propiciamos la creación de un nuevo Fuero Federal Penal, que unificará a fueros penales que hoy tienen jurisdicción en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”.

Pese a esos anuncios explícitos y a las críticas al funcionamiento de la Justicia Federal que Alberto Fernández manifestó durante la campaña presidencial, el anuncio de la conformación de una comisión asesora sobre la reforma judicial y del posterior envío del proyecto correspondiente al Congreso generó un nuevo frenesí entre nuestros medios serios que impulsó otro maravilloso Nado Sincronizado Independiente (NSI).


En una larga afirmación disfrazada de duda, Ernesto Tenembaum le preguntó a Oscar Parrilli si la reforma judicial era otro de los proyectos polémicos que suele enviar el Instituto Patria. Cuando el senador le recordó las promesas presidenciales referidas a los sótanos de la democracia, Tenembaum pareció sinceramente sorprendido.


Alfredo Leuco, un hombre algo obnubilado por la vicepresidenta, explicó que la comisión asesora buscaba establecer una “Corte Suprema de Cristina”. Que entre los miembros de dicha comisión figure Inés Weinberg de Roca, candidata a procuradora de Mauricio Macri, o el constitucionalista Andrés Gil Domínguez, amicus curiae de Clarín en la audiencia ante la Corte Suprema sobre la Ley de Medios, no parece atenuar la indignación de Leuco, un periodista serio que nunca dejaría que la realidad lo distraiga de sus obligaciones contractuales.


Por su lado, en una entrevista asombrosa aún para el generoso estándar al que nos tiene acostumbrados, el abogado Roberto Gargarella opinó con ahínco sobre una reforma que ni él ni los entrevistadores conocen. Si bien reconoció el mal funcionamiento de la Justicia y la necesidad de una reforma, cuestionó el momento por causa de la pandemia y, en un plano más metafísico, puso en duda las intenciones del gobierno: “No hay que jugar con la búsqueda de impunidad”. También afirmó leer los diarios, no ser ingenuo y no comer vidrio, afirmaciones que parecen algo contradictorias entre sí aunque dan a entender que detrás del proyecto de reforma hay algo turbio y eso en los medios serios es siempre bienvenido. Por último se preguntó cómo obtendría el oficialismo el apoyo político necesario para una reforma de esta envergadura. Al anunciar que enviará el proyecto al Congreso, el presidente parece darnos una pista al respecto.


En los últimos cuatro años, la Santísima Trinidad conformada por los medios, los servicios y la Justicia Federal, bajo la amable mirada de la embajada de EEUU, ha causado estragos en materia de garantías constitucionales. La ciudadanía ha aprendido así que el debido proceso, la inocencia presunta o la defensa en juicio son cuestiones opinables y que, en realidad, lo que se presume es la culpabilidad, al menos en el caso de los kirchneristas.


En realidad, nadie se anima a defender abiertamente el statu quo, ni siquiera quienes se han beneficiado con las extravagancias y operaciones de Comodoro Py. El objetivo es retrasar al máximo cualquier reforma. Del mismo modo que ocurrió con el voto femenino, el divorcio vincular, el matrimonio igualitario y tantas otras iniciativas defendidas por la ciudadanía, el impulso reaccionario nos explica que es urgente esperar.


Como Victoria Ocampo, feminista apasionada que no apoyó el proyecto de sufragio femenino por ser una iniciativa del gobierno de J.D. Perón, asistimos a la paradoja de juristas y periodistas serios que critican el funcionamiento de la Justicia Federal pero se oponen a una reforma que ni siquiera conocen.

Al parecer, los sótanos de la democracia no son tan incómodos.

( http://www.nuestrasvoces.com.ar/a-vos-te-creo/el-confort-de-los-sotanos-de-la-democracia/)


"Se necesita una reforma judicial que termine con los sótanos de la democracia", dijo Parrilli

"Los sótanos de la democracia son esta connivencia que existía entre los organismos de inteligencia, medios de comunicación, algunos jueces y fiscales, funcionarios del Poder Ejecutivo, que habían establecido todo un sistema de espionaje político", explicó el senador nacional en una entrevista con Télam Radio.

El senador nacional Oscar Parrilli sostuvo hoy que existe la "necesidad" de concretar una reforma judicial integral para terminar con lo que el presidente Alberto Fernández denominó "los sótanos de la democracia".

"Los sótanos de la democracia son esta connivencia que existía entre los organismos de inteligencia, medios de comunicación, algunos jueces y fiscales, funcionarios del Poder Ejecutivo, que habían establecido todo un sistema de espionaje político", remarcó Parrilli.

Además, el exdirector general de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) entre agosto y diciembre de 2015, en el final de la segunda presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, remarcó que esa persecución no estuvo dirigida sólo a políticos.

"Un sistema de espionaje y persecución a políticos opositores, pero no solo dirigentes políticos, sino a dirigentes empresariales, sindicales, y jueces. Entonces, creo que sinceramente es necesario llevar a cabo una reforma de la justicia", argumentó el senador, miembro de la comisión bicameral que investiga el supuesto espionaje ilegal practicado durante el gobierno de Mauricio Macri.

Según Parrilli, se necesita una reforma judicial que garantice que "los fallos de los jueces estén inspirados en la Constitución, en la ley y en las pruebas que tengan".

Durante la entrevista con Télam Radio, Parrilli insistió con que "en los últimos cuatro años, durante el macrismo, la justicia fue un instrumento de la persecución política que se hizo en la Argentina" y que se conoció "como lawfare o guerra jurídica", dijo.

En ese contexto, Parrilli graficó: "No te hacen desaparecer pero te intentan eliminar de la escena política mediante este mecanismo de utilización de sistemas de la justicia, el espionaje y los medios de comunicación".

Sobre su participación en la comisión bicameral que investiga el presunto espionaje ilegal, el senador manifestó: "Ojalá que lo que nos contaron sea mentira, que no sea así porque, de ser cierto lo de Macri y su equipo en inteligencia y espionaje, tenemos que preocuparnos todos los argentinos".

Parrilli se mostró crítico del rol de los "medios masivos de comunicación" de los que, dijo, no hay que esperar que "tengan una actitud periodística de búsqueda de la verdad, del bien común" porque sería como "pedirle peras al tomate".

En ese contexto, sostuvo que la vicepresidenta "Cristina y toda su familia, sus hijos Florencia y Máximo, fueron el centro fundamental de la persecución política" durante los últimos cuatro años.

Eso sucedió "por lo que Cristina representa, que son los intereses de las mayorías populares", opinó.

"Trataron de destruirla y eliminarla de la escena política, pero no lo lograron, todo lo contrario, hoy ella es la vicepresidenta de la Nación", subrayó Parrilli y destacó el "estoicismo" y "la dignidad" con la que la ex jefa de Estado sobrellevó esos embates.

( https://www.telam.com.ar/notas/202007/495057-parrilli-sobre-reforma-judicial.html)


ESPIAS Y CONTRAESPIAS BAJO LA SOMBRA DE LA CIA


La continuidad del Condor. Las operaciones de golpe blando y como Macri accede al gobierno en Argentina.

Para imponer un nuevo relato hay que deslegitimar y borrar el anterior. Que mejor forma que involucrar a dicha gestión, desde su cúpula, en un delito de homicidio que ademas se presta para una trilogia de misterio de las mejores…

Esto lo tienen claro los operadores de la Cia y de la embajada de EEUU que colaboraron con la campaña de Mauricio Macri por medio de sus personajes favoritos: Laura Alonso, presidente de una fundación que recibe dineros precisamente de los fondos Buitres (singer) y de las partidas liberadas por el parlamento conservador norteamericano para sostener las campañas de golpe blando en la región, y la agente de la CIA, Patricia Bulrich, que no por casualidad fueron las dos personas en hablar por ultima vez vía celular con el fiscal muerto en varias oportunidades. EEUU protegio la clandestinidad de Stiusso, lo que motivo que Cristina interpelara directamente al presidente Obama, en su última intervención en la Asamblea de Naciones Unidas.


En un caso supuestamente menor, Un tribunal de Miami desestimo dos veces sendos pedidos de informes para un empresa de seguridad con sede legal en aquel territorio que vincula al actual presidente Macri, con los insumos adquiridos en Argentina por el Fino Palacio y su grupo, procesados por el tema de las escuchas ilegales bajo el grave cargo de constituir una Asociación ilicita creada para espionaje ilegal, y del cual Macri también estaba procesado como participe y que el Juez Casanello, desproceso convenientemente después de la segunda negativa de la justicia de Miami, sin cuyo informe, la conexión no podía legalmente ser sostenida. Este hecho ocurrió a las pocas semanas de la Asunción de Macri como presidente de la Nación.


El diario La Nación publicaba por entonces: Los abogados de las hijas de Nisman: "Stiuso dijo que los interesados en la muerte fueron Cristina, Aníbal y Zannini"

El extitular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) Gustavo Parrilli, afirmó que el exespía que declaró que el extitular de la UFI-AMIA fue asesinado "le miente descaradamente" a la Justicia y criticó a la ahora exjueza del caso, Fabiana Palmaghini, por "no dedicarse a comprobar si eso era cierto". Además, dijo estar "convencido de que Stiuso le preparó a Nisman la causa contra Cristina Kirchner”, por el supuesto encubrimiento a Irán

El defensor de la querella Federico Casal contó cómo fue la declaración de ayer del ex espía, a pesar de que palmaghini había declarado el "secreto de sumario" antes de declararse incompetente y ceder la causa al fuero federal.

Santiago Blanco Bernúdez, abogado del exjefe de Operaciones de la SIDE, dijo que la aseveración de su cliente ante la Justicia sobre el supuesto asesinato del exfiscal de la UFI-AMIA, para el cual él trabajaba, fue solo "una interpretación de los precedentes y motivos" que habrían conducido al presunto crimen. "O sea, un testimonio que diga 'a Nisman lo mataron' de alguien que participó, no, no lo tiene", agregó Blanco Bermúdez.

Hay que recordar que el 16 de diciembre, casi un mes antes de la denuncia de Nisman en contra de Cristina por la firma del tratado con Iran que permitiría destrabar jurídicamente la investigación del atentado mas sangriento de nuestra historia en nuestras tierras: El de la mutual Israelí AMIA, Cristina había resuelto profundas modificaciones a la estructura de inteligencia del Estado, separando a Stiuso de la misma.


Publicaba la Nación por entonces ..." Cristina Kirchner echó a la cúpula de la Secretaría de Inteligencia y nombró como nuevo titular a Oscar Parrilli, dando así un paso más en la feroz guerra que mantiene con los jueces federales por las innumerables causas que acechan a ella misma y varios funcionarios.
El vocero presidencial, Alfredo Scoccimarro, anunció este mediodía la “renuncia” de Héctor Icazuriaga y Francisco Larcher a la conducción de la ex Side. En su lugar, Cristina designó como nuevo titular a Parrilli y como su segundo a Juan Martín Mena, actual subsecretario de Política Criminal del Ministerio de Justicia.

La decisión de Cristina está íntimamente ligada a la pelea con los jueces del fuero federal, un ámbito históricamente ligado a la ex Side. La Presidenta siente que dejó de tener el escudo de protección que significaba esa relación del organismo de inteligencia con Comodoro Py y, fiel a su estilo, decidió barrer con todo y poner a sus hombres de mayor confianza.

Parrilli es un incondicional de Cristina de todos los tiempos y Mena es un joven funcionario que llegó de la mano de Julio Alak y se alineó en el Ministerio de Justicia con la línea de Wado de Pedro y Julián Álvarez. Mena es uno de los nombres que el kirchnerismo eligió como sus nuevos operadores en Comodoro Py.


La movida tuvo como resultado un estrepitoso fracaso, con jueces que dejaron de cajonear causas y empezaron a avanzar con furia contra el Gobierno.

Sin embargo tambien hay que recordar que hubo otra causa que la justicia federal dejo proscribir y caer.


Desde 2006, la Justicia llevaba adelante una investigación - que tomó un impulso mayor en 2008 - para determinar una posible asociación ilícita que se ocupaba de espiar a figuras del ámbito nacional como políticos, jueces, periodistas y personajes de la farándula para vender información y utilizarla para fines propios.

Desde 2012, se encontraban procesados nueve personas por encubrimiento y por formar parte de dicha asociación ilícita. Entre ellos, figuraban los periodistas Carlos Pagni, Roberto García, Edgard Mainhard y Héctor Alderete. También, se encontraba en la misma situación el empresario santiagueño Néstor Ick, el ex jefe de la SIDE, Juan Bautista Yofre (situación agravada por ser cabeza de la banda) y el ex militar Daniel Manuel Raimundes junto a dos ex agentes de inteligencia como Iván Velázquez y Pablo Carpintero.

A pocos días de que fuera encontrado el cuerpo sin vida del fiscal Alberto Nisman, Yofre había solicitado a la jueza Sandra Arroyo Salgado (ex pareja de Nisman) que se declarara nula la investigación a causa de un "incidente de nulidad" al que magistrada accedió en marzo.

La medida de los abogados defensores de Yofre cuestionó la actuación de dos individuos infiltrados para realizar acciones de inteligencia a los procesados, lo cual figuraba en los primeros párrafos del expediente.

Finalmente, la jueza dio la razón al planteo de Yofre. En un fallo fechado el 30 de diciembre pasado (¡!), finalmente sobreseyó a todos los procesados.


Sobre la contrainteligencia realizada a los acusados nada se investigo (¿Situso?)

Fin del relato.
Esta historia continuará ..........


Daniel Roberto Távora Mac Cormack

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