Jueves 27 de Agosto de 2020

I

Peste y Economía ... 


 

Por primera vez desde el inicio de la pandemia, más de 10.000 personas fueron reportadas con coronavirus en el término de 24 horas en el país, donde se registraron otros 276 decesos, informó hoy el Ministerio de Salud. El pico de 10.550 casos positivos diagnosticados en el parte hoy eleva el total desde el inicio de la pandemia a 370.188, mientras la cantidad de fallecimientos subió hasta 7.839.

La cartera sanitaria indicó que son 2.022 los internados en unidades de terapia intensiva, con un porcentaje de ocupación de camas de adultos de 58,1% en el país y del 66,7% en la Área Metropolitana Buenos Aires. Un 77,70% (8.196 personas) de los infectados de hoy (10.550) corresponden a la Ciudad y a la Provincia de Buenos Aires. Del total de contagiados, el 72,61% (268.801) recibió el alta.

El reporte vespertino consignó que murieron 109 hombres, 77 residentes en la provincia de Buenos Aires; 15 en la Ciudad de Buenos Aires; 2 en Chaco; 4 en Córdoba; 1 en Entre Ríos; 1 en Tierra del Fuego; 1 en La Rioja; 2 en Río Negro; 4 en Salta y 2 en Santa Fe. Además 69 mujeres: 42 de la provincia de Buenos Aires; 18 de la Ciudad de Buenos Aires; 1 de Chaco; 1 de Salta; 5 de Río Negro y 2 de Santa Fe.

El parte matutino precisó que fallecieron 59 hombres, 41 residentes en la provincia de Buenos Aires; 1 en la Ciudad de Buenos Aires; 1 en Chaco; 9 en Jujuy; 3 en Río Negro; 3 en Mendoza; 1 en Tierra del Fuego; y 39 mujeres; 27 en la provincia de Buenos Aires; 6 en la Ciudad de Buenos Aires; 1 en Río Negro; 4 en Jujuy y 1 en Mendoza.

Hoy se registraron en la provincia de Buenos Aires 6.628 casos; en la Ciudad de Buenos Aires, 1.568; en Chaco, 74; en Chubut, 69; en Córdoba, 355; en Corrientes, 12; en Entre Ríos, 112; en Jujuy, 236; en La Pampa, 1; en La Rioja, 37; en Mendoza, 276; en Neuquén, 132; en Río Negro, 235; en Salta, 176; en San Juan, 36; en San Luis, 4; en Santa Cruz, 63; en Santa Fe, 381; en Santiago del Estero, 38; Tierra del Fuego, 51; y en Tucumán 68. En tanto, Misiones fue la única provincia que no reportó infectados, mientras que Formosa (-1) y Catamarca (-1) registraron números negativos porque reclasificaron casos a otras jurisdicciones.

El total de acumulados por distrito indica que la provincia de Buenos Aires suma 230.332 casos; la Ciudad de Buenos Aires, 89.137; Catamarca, 63; Chaco, 5.041; Chubut, 650; Córdoba, 6.767; Corrientes, 272; Entre Ríos, 2.621; Formosa, 82; Jujuy, 7.074; La Pampa, 195; La Rioja, 1.214; Mendoza, 5.349; Misiones, 59; Neuquén, 2.547; Río Negro, 5.173; Salta, 2.285; San Juan, 146; San Luis, 44; Santa Cruz, 1.479; Santa Fe, 5.763; Santiago del Estero, 692; Tierra del Fuego, 1.854; y Tucumán, 1.349.

( https://www.tiempoar.com.ar/nota/por-primera-vez-argentina-supero-los-10-mil-contagios-diarios-de-coronavirus )


Hernán Letcher, economista y director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) sostuvo que “el drenaje” de reservas del Banco Central no es “tremendamente significativo” y consideró que no ve “ese escenario catastrófico que pretenden plantear” con respecto al dólar, más bien señaló que “está atado al interés por una devaluación”.


No me parece que el drenaje sea tremendamente significativo en un escenario donde vos tenés controles cambiarios, no te va a pasar lo de Macri”, indicó Letcher y remarcó que “no veo ese escenario catastrófico que pretenden plantear; ese escenario está atado al deseo y al interés por una devaluación, porque su flujo de ingresos está relacionado con eso”.

 


 

Frente al panorama de tensiones cambiarias, el economista explicó que “el gobierno ha planteado que en la medida que vos reactives la economía y cierres con los acreedores, algo que va a suceder en los próximos días, podrías bajar las tensiones”, y aunque consideró que es “un buen diagnóstico”, la duda es “si es suficiente, sobre todo para los próximos dos meses”.


Hay cierto consumo cautivo que termina yendo al dólar”, explicó Letcher en referencia la retracción de gastos por la pandemia y agregó que ese fenómeno “no se resuelve con la tasa de interés”, por lo que se podría avanzar con “promociones al consumo, como Ahora 12 o 18” para incentivar el consumo.


Y no descartó “una limitación a la venta de dólares para estos sectores”, al menos por un tiempo, porque “está íntimamente ligado con la temática del contexto de pandemia”.


No tenés un problema de duda sobre el precio de tu moneda, que es básicamente lo que expresa la apreciación cambiaria, o dudas respecto del valor actual del dólar en términos de actividad comercial; por lo que devaluar no tiene sentido”, resumió, y aclaró que “podés poner algunas restricciones de tipo cambiarias temporales”.


Letcher indicó que las “restricciones a la compra de dólares son menos traumáticas, más allá de las críticas, que el efecto que te genera este drenaje de dólares que todo el tiempo lo ponen en la tapa del diario, porque evidentemente hay sectores que les interesa desgastar con esa cuestión y a la vez incentivan aún más a la compra de dólares”.


Un diagnóstico de la situación


El economista realizó un análisis de las variables que hay que tener en cuenta para “hacer un buen diagnóstico de lo que está pasando en términos de tensiones cambiarias” y planteó cuatro puntos centrales: la falta de liquidación de la cosecha, el tema de la apreciación cambiaria, el contexto de pandemia y operaciones cambiarias en el mercado dirigidas a presionar.

 

En primer lugar, Letcher señaló a “la no liquidación de cosecha”, y que “los datos muestran que es el peor año de los últimos 10, en términos de liquidación” y con el “agravante de que “una parte de las liquidaciones se realizaron de manera anticipada para evitar el aumento de las retenciones que se produjo a principio de año”.

 

Para el especialista, “en este escenario una alternativa inmediata, aunque poco fructífera puede ser discutir con el sector la necesidad de la liquidación” y otra opción que tiene el gobierno es implementar “algún mecanismo para forzar las liquidaciones, que en general son fijar plazos para” que lo hagan.

 

Sobre el segundo punto, sostuvo que “no hay apreciación cambiaria en la Argentina, y esto lo dice el tipo de cambio real multilateral”, y aclaró que plantear “que tenemos apreciación” de la moneda “es un sin sentido y un diagnóstico falso y mentiroso, que no te va a resolver la problemática”, además de responder “a otros intereses”.


Si miramos la evolución del tipo de cambio real multilateral, que muestra el tipo de cambio en relación a nuestros socios comerciales, el valor que tenemos hoy es aproximadamente 120, cuando la base 100 es post devaluación de Prat Gay”, explicó Letcher y agregó que “estas 20% más devaluado después del 2015, con lo cual no podes hablar de apreciación bajo ninguna circunstancia; e incluso cuando comparás solo con Brasil, ese valor está en 100%”.


Otro punto que expuso el economista es “el contexto de pandemia” que generó un fenómeno “que ha llevado a que parte de lo que” antes se destinaba al “consumo, hoy vaya a compra de dólares, una especie de consumo reprimido”.


Vos podés comprar alrededor de 20 mil pesos y eso significaba para una familia una salida por fin de semana, con lo cual el no gasto, sobretodo en términos de recreación, puede estar yendo a dólar”, explicó.


Y relacionado a este planteo, Letcher mencionó el efecto que puede tener la plata “puso en la calle” el gobierno, como el IFE o el ATP, que “en parte” pudo haber terminado “yéndose a la compra de dólar por distintos motivos”.


En este sentido remarcó que el gobierno “tendría que haber condicionado la posibilidad de acceso a la compra de dólares a quienes cobran esos beneficios; es un sin sentido que el Estado esté haciendo un esfuerzo fenomenal poniendo ingentes recursos en políticas para atender la pandemia y que parte de eso te genere como efecto colateral tensiones cambiarias”.


El último punto que analizó el economista fueron “algunas operaciones de tipo cambiario”, y mencionó como ejemplo al “Grupo Clarín, que tuvo mucho que ver con la compra de dólar contado con liqui y con incrementar las tensiones cambiarias”.

( http://vaconfirma.com.ar/?articulos_seccion_716/id_11911/con-el-dolar-no-va-a-pasar-lo-de-macri- )


El Gobierno reabrió las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por un nuevo programa de asistencia financiera, luego del arreglo con de deuda con los acreedores privados. "Esta mañana junto al Presidente dialogamos con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional Kristalina Georgieva para dar inicio formal a las conversaciones en pos de un nuevo programa”, dijo Martín Guzmán en Twitter.

 



"Le hemos enviado al FMI esta carta que describe la compleja situación que enfrenta Argentina y la necesidad de mantenernos bajo criterios de sostenibilidad en este proceso", afirmó el titular del Palacio de Hacienda.


Guzmán aseguró que "durante los meses en los que trabajamos en la reestructuración de la deuda con nuestros acreedores externos privados, logramos construir un vínculo de entendimiento y cooperación mutua con el FMI, con su directora gerente y el staff que la acompaña".


El presidente Alberto Fernández, con la presencia del ministro Guzmán, y del representante del Cono Sur ante el FMI, Sergio Chodos, se comunicó esta miércoles por la mañana desde la quinta de Olivos con Kristalina Georgieva para comenzar las negociaciones destinadas a arribar a un nuevo entendimiento con el organismo.


Durante la conversación con Georgieva, el Presidente remarcó la necesidad de que el futuro Programa entre Argentina y el FMI, respete los objetivos de la recuperación económica y resolver los problemas sociales más acuciantes.


Tras el encuentro en Olivos, Guzmán y Chodos se trasladaron al Palacio de Hacienda para firmar, junto al titular del Banco Central, Miguel Pesce, una carta dirigida a la directora gerente del FMI que da inicio formal al diálogo. Tras el envío de la misiva, Guzmán enfatizó: “No es posible la estabilización sin recuperación económica”.


Por su parte, Pesce sostuvo que “es necesario que el próximo programa tenga presente la estabilidad como el crecimiento de la economía, del crédito y del mercado de capitales local”.

( https://www.ambito.com/economia/fmi/el-gobierno-reabrio-las-negociaciones-el-un-nuevo-programa-asistencia-financiera-n5128019 )


Luego de que Kristalina Georgieva, Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), conversara con el Presidente Alberto Fernández, la funcionaria aseguró que el diálogo fue “muy constructivo y positivo” y confirmó la solicitud de Argentina para un nuevo acuerdo con el organismo.


Hoy mantuve una conversación muy constructiva y positiva con el Presidente Fernández y el ministro Guzmán. Hablamos de los importantes desafíos que enfrenta Argentina, incluso debido a la pandemia mundial, y las prioridades del Gobierno argentino de cara al futuro, en particular la necesidad de revitalizar la economía y seguir protegiendo a los más vulnerables. En este contexto, el Presidente Fernández me notificó la solicitud de su Gobierno de iniciar negociaciones sobre un nuevo programa respaldado por el FMI”, remarcó Georgieva.


En ese sentido, Georgieva agregó: “Esperamos profundizar nuestro diálogo sobre cómo podemos apoyar los esfuerzos del Gobierno para enfrentar el impacto de la pandemia, impulsar el crecimiento y la creación de empleo, y reducir la pobreza y el desempleo al mismo tiempo que fortalecemos la estabilidad macroeconómica en beneficio de todos los argentinos”.


Como dije antes, estamos preparados para desempeñar nuestro papel, y trabajar de cerca con el ministro Guzmán, el presidente del BCRA, Miguel Pesce, y sus equipos para apoyar a Argentina en estos tiempos desafiantes”, concluyó.

( https://eleconomista.com.ar/2020-08-georgieva-estamos-preparados-para-ayudar-a-la-argentina/ )


Analicemos el tema de la compra de los USD 200 para ahorro y cómo eso se vinculaba con el gran problema que enfrenta en este momento el BCRA: una caída sostenida en el nivel de sus reservas internacionales.



¿cómo puede ser que estemos discutiendo por 200 dólares? Es que, precisamente, la pequeñez de esta medida es inversamente proporcional a la magnitud de nuestros problemas.


¿Por qué el gobierno está analizando tomar esa medida? Es que durante julio y lo que va de agosto el Banco Central (BCRA) tuvo que salir a vender en el mercado cambiario casi USD 1.100 millones para mantener controlado el tipo de cambio. Como mostramos en un newsletter anterior, esto significa que en el mercado hay más demandantes de dólares que oferentes, por eso el BCRA tuvo que vender parte de sus reservas internacionales para evitar que el tipo de cambio aumente más de la cuenta.


Al observar la evolución de la cantidad de personas y del monto total que implica la compra de los USD 200 para atesoramiento queda claro por qué el gobierno está analizando restringir esta operatoria. El incremento sostenido de la cantidad de personas llevó a que en junio (último dato disponible) la compra total de dólares alcanzara un monto de USD 620 millones. Para julio, se estima que seguirá aumentando.



De todas maneras, hay que tener cuidado porque el hecho de que ambos montos sean similares –las compras para atesoramiento y las ventas del BCRA– no significa que el problema esté allí. Al analizar los volúmenes totales que se manejan mensualmente en el mercado cambiario, se hace evidente que las compras para atesoramiento siguen siendo una parte muy menor del problema.


En el cuadro a continuación se muestran las principales fuentes de ingreso de divisas del mercado cambiario (“la oferta”) y los principales usos de esas divisas (“la demanda”) para el primer semestre de 2020. Como la demanda fue superior, la diferencia fue saldada por el BCRA, que tuvo que vender parte de sus reservas internacionales.


resulta incorrecto concluir que la caída de reservas por parte del BCRA estuvo principalmente explicada por el incremento de las ventas para atesoramiento (ubicadas dentro de la FAE), ya que es un componente mínimo en la actualidad (representa menos del 2% del total de fuentes de divisas). Esto en buena medida se explica, precisamente, por la restricción a la compra de dólares.


¿Dónde está el problema, entonces? Para responder eso, hay que comparar con 2019. Como se puede ver del cuadro a continuación, la caída de reservas es prácticamente idéntica, pero hay diferencias importantes en los volúmenes del mercado, tanto en los usos como en las fuentes.


Por el lado de las exportaciones no hay nada muy llamativo, la reducción se debe más que nada a la pandemia, que afectó el comercio global. Algunos analistas sostienen que esto se explica fundamentalmente por la apreciación del tipo de cambio real con Brasil, pero si miramos las exportaciones en lo que va de 2020 se observa una caída casi idéntica en los destinos a Brasil (-28%) y Estados Unidos (-32%), a pesar de que el tipo de cambio real se apreció 14% contra el primero y se depreció 7% contra el segundo.

Donde se percibe un cambio importante es en las emisiones y pagos de deuda. Respecto de las emisiones, se redujeron a menos de la mitad en 2020, algo bastante lógico debido a que se frenó el financiamiento tras el anuncio de la reestructuración. Por el lado de los pagos de deuda, si bien también se redujeron, se ubicaron por encima de las emisiones (la gran mayoría es deuda pública con organismos multilaterales y deuda privada), por lo que a diferencia de 2019 ahora allí se observa un faltante de divisas.

Precisamente ahí es donde cobra relevancia el “cepo”, ya que la drástica reducción de la FAE –más de USD 10.000 millones– fue lo que permitió financiar dicho faltante y evitar una nueva devaluación del tipo de cambio (o una pérdida mucho mayor de las escasas reservas que tiene el BCRA).


La contrapartida de esa medida fue el surgimiento de una brecha cambiaria en relación a las distintas cotizaciones de los dólares paralelos (MEP, CCL, Informal) que hoy se encuentra en niveles muy elevados, por encima del 70%.


Esto se vincula con el dato más llamativo del cuadro. Las importaciones se incrementaron respecto de 2019, algo que a priori resulta difícil de explicar ya que la actividad económica tuvo su mayor contracción de la década debido a la pandemia. O sea, si se contraen drásticamente los ingresos de la población y la producción de las empresas, las importaciones (que son en su mayoría insumos o bienes de consumo) deberían mostrar un comportamiento similar, pero sin embargo se incrementaron. Esto lleva a sospechar que la elevada brecha cambiaria esté detrás de este comportamiento, ya que incentiva a las empresas a “adelantar” el pago de las importaciones o bien directamente a sobrefacturarlas.


Lo que nos trae, de nuevo, al principio. Ya que la brecha también está incentivando la compra de dólares, pero no para ahorrar sino para arbitrar, dado que es muy sencillo comprar los USD 200 al tipo de cambio oficial (que hoy serían aproximadamente unos $20.000 con el impuesto PAÍS) y luego venderlos en alguna de las cotizaciones paralelas (obteniendo una ganancia mínima de $4.000).


Resulta difícil saber si esto es una práctica generalizada de la mayoría de los compradores o no, pero de lo que no hay dudas es que el incremento en la cantidad de personas que están comprando el dólar “ahorro” comenzó en abril, precisamente cuando la brecha pasó de 30% a ubicarse por encima del 50%. De ser así, cobra sentido el hecho de restringir la compra, dado que no está siendo utilizado como instrumento de ahorro sino como una especie de subsidio a quienes tengan la posibilidad de explotar la ganancia que permite la brecha cambiaria. Por otro lado, el riesgo de hacer esto es que se incremente aún más la brecha, ya que muchos de esos compradores se volcarían al mercado paralelo.

Como siempre pasa en nuestra economía, no hay respuestas concretas. Toda medida que busca solucionar un problema, repercute en otro. Nunca es triste la Argentina, ¿lo que no tiene es remedio?


Indicadores económicos


Capacidad utilizada en la industria: El INDEC publicó el dato de junio, que refleja lo que venimos diciendo últimamente. La actividad industrial se va recuperando, aunque todavía no logra alcanzar los niveles pre-pandemia. En efecto, la industria trabajó al 53,3%, lo que representa una significativa recuperación respecto de mayo (46,4%) pero sin alcanzar los niveles de febrero (59,4%).


 

Índice de Precios: El INDEC publicó el IPC de junio, que mostró una desaceleración respecto del mes anterior y se ubicó en 1,9%. En términos anuales, la inflación se encuentra en torno al 42%, el valor más bajo en casi 2 años. A nivel regional, se observó un aumento de precios más elevado en las provincias con mayor movilidad (2,2% promedio), mientras que el Gran Buenos Aires, el área más afectada por el COVID-19, fue del 1,6%.


Desempleo (CABA): Si bien todavía no está disponible el dato nacional, el desempleo en la Ciudad de Buenos Aires es importante porque es uno de los centros urbanos más relevantes y en este contexto es un buen dato para dimensionar el impacto que tuvo la pandemia en el mercado laboral y para adelantar algunas explicaciones que seguro se repliquen cuando salga el dato a nivel nacional.


El desempleo en el segundo trimestre de 2020 fue de 14,6%, lo que implica un incremento importante respecto del mismo período del año anterior (10,9%). Sin embargo, el dato más significativo es el de la caída en la tasa de empleo, que pasó del 50,6% al 40,1%, combinado con la caída en la tasa de actividad, que pasó de 56,8% a 46,9%.


Esto es así ya que, si se mira solo el desempleo, se subestima el problema. Una buena cantidad de personas que antes estaban empleadas pasaron a ser inactivas (no buscan trabajo) producto de la pandemia. En efecto, al analizarlo en términos absolutos se observa que para el segundo trimestre hay 320.000 menos empleados (una caída del 20,6%), donde la gran mayoría pasaron a inactivos (+307.000) y una minoría fueron categorizados como desempleados (+20.300).


Suspensiones (EIL): Vinculado con lo anterior, un dato que suele ser poco relevante en tiempos normales pero que ahora cobró suma importancia es el de las suspensiones. De acuerdo a la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) de junio, tanto la cantidad de trabajadores suspendidos como de empresas que están utilizando este tipo de práctica creció drásticamente desde la pandemia y se mantiene en esos niveles muy elevados.


El gran problema que enfrenta en este momento el BCRA: una caída sostenida en el nivel de sus reservas internacionales. Así que hoy vamos a retomar ese tema porque hay preguntas que nos quedaron sin responder.


Primero que nada, expliquemos lo que está sucediendo. En la actualidad, lo que se observa es que en el mercado cambiario hay más demandantes que oferentes de divisas. Frente a eso, el BCRA tiene dos opciones: i) dejar que el tipo de cambio suba, y que eso corrija el desequilibrio –ya que el precio más alto reduciría parte de la demanda-; o equiparar el faltante de divisas para que se equilibre con la demanda, lo que implica tener que vender dólares propios (que salen de sus reservas internacionales). El BCRA está haciendo esto último porque no quiere que el tipo de cambio suba más de la cuenta, ya que eso se trasladaría a los precios, aumentando la inflación.


¿O sea que en realidad el dólar está barato y el BCRA está tratando de evitar que suba? Este argumento es uno de los más escuchados en los últimos años, pero no, no es así; más bien todo lo contrario. Como muestra el gráfico a continuación, el valor del dólar (en términos reales) está en los niveles más caros de los últimos 10 años.


Entonces, la pregunta que deberíamos hacernos es otra: ¿Cómo puede ser que con un dólar tan caro haya mayor demanda que oferta de divisas, cuando se supone que debería suceder exactamente lo contrario?


La respuesta ya la anticipamos la semana pasada. La explicación de esta aparente paradoja se encuentra en la brecha cambiaria, es decir, la diferencia que existe entre el valor del dólar “oficial” y sus respectivas cotizaciones paralelas (MEP, CCL, informal), que actualmente se ubican por encima del 70%.


En primer lugar, eso lleva a tratar de explotar la brecha en la búsqueda de un beneficio, ya que quien tenga acceso a esos dólares a tipo de cambio oficial podría “comprar barato y vender caro” en el mercado paralelo. A medida que la brecha se incrementa y se mantiene en el tiempo, van surgiendo nuevas y más sofisticadas operatorias de arbitraje.


Pero la brecha cambiaria no solo genera ese tipo de comportamiento, sino que además induce a pensar que el dólar oficial está barato. ¿Cómo puede ser, si me acabás de decir que estaba caro?


Es cierto, pero eso aplica si comparamos contra el valor del dólar en el pasado. Ahora, si creemos que en el futuro va a estar todavía más caro, entonces deja de resultarnos caro y pasa a estar barato.

¿Y por qué si está caro, creeríamos que va a seguir aumentando? Precisamente por la elevada brecha cambiaria. Eso lleva a pensar que, tarde o temprano, el valor del dólar oficial va a terminar aumentando hasta equipararse con el del mercado paralelo (que es lo que sucedió a fines de 2015).


Esta creencia, independientemente de que sea correcta o no, representa un segundo motivo por medio del cual aumenta la demanda de dólares. Pero, además, también lleva a la reducción de la oferta, ya que quienes tienen dólares en su poder optarán por retenerlos y venderlos en el futuro, dado que obtendrían más pesos a cambio.


Todo esto se combina con un problema adicional, que es la posibilidad que tienen las empresas de tomar créditos en dólares en el extranjero (sobre todo las multinacionales, que pueden hacerlo directamente con su casa matriz). De esta manera, dichas empresas pueden acomodar con cierta facilidad sus declaraciones contables para inflar sus necesidades de divisas o para abstenerse de ingresar dólares al mercado cambiario.


Todo lo anterior sirve para entender la divergencia actual que se observa tanto en las exportaciones como en las importaciones, al comparar el registro que se obtiene del Balance Cambiario (que registra las adquisiciones de divisas efectivamente realizadas) del que presenta el Balance de Pagos y las estadísticas del Intercambio Comercial Argentino (ICA), que utilizan el criterio devengado.



El gráfico a continuación muestra el caso de las importaciones, donde es evidente el quiebre en el comportamiento a partir de mediados de 2019. Desde principios de 2016 las empresas podían “adelantar” importaciones (que se registraban en el devengado pero que no se pagaban con dólares adquiridos en el mercado cambiario) gracias al financiamiento en moneda extranjera. Pero a partir del freno en el financiamiento y de las regulaciones cambiarias, las empresas pasaron a pagar las importaciones “al contado”, motivo por el cual se aceleró la compra de dólares en el mercado cambiario.


Un comportamiento análogo presentan las exportaciones, aunque en este caso lo que reflejaría es que las empresas utilizaron los ingresos obtenidos de las exportaciones para saldar sus deudas en dólares, ante el freno en el financiamiento que se observó a partir de principios de 2018. Eso hizo que se observara una marcada divergencia entre las exportaciones declaradas y los dólares que efectivamente ingresaban al mercado cambiario, algo que se mantiene hasta la actualidad.


En definitiva, lo que se desprende del análisis anterior es que si bien las restricciones impuestas a la compra de dólares sirvieron para evitar una nueva devaluación del tipo de cambio oficial (con todos los problemas que eso acarrea), también llevaron al surgimiento de una brecha cambiaria que, paradójicamente, en la actualidad es el principal factor detrás de la sostenida reducción de reservas que sufre el BCRA y que, nuevamente, genera presiones al alza en el mercado cambiario.


Los indicadores económicos, saliendo de cuarentena


Actividad económica: El INDEC publicó el EMAE de junio, donde se consolidó la recuperación de la actividad económica (+7,4% respecto del mes anterior), aunque todavía sigue por debajo de los niveles pre-pandemia (-13%). 

Al analizar por sectores se hace evidente cuáles fueron los más perjudicados por la pandemia –hoteles, gastronomía, pesca y construcción- pero, más importante aún, cuál fue el único sector que presentó un aumento respecto del año pasado: la actividad financiera (los servicios públicos, justamente por esa característica, no se vieron afectados por la pandemia).


Resultado fiscal: La Secretaría de Hacienda publicó los datos fiscales correspondientes a julio. El Sector Público Nacional (SPN) registró un resultado primario deficitario de $155.524 millones mientras que el resultado financiero (que incorpora el pago de los intereses de la deuda pública) fue deficitario en $189.089 millones.


El dato positivo es que el déficit actual ($155 mil millones) se redujo 35% respecto del que promedió el segundo trimestre del año ($240 mil millones), en línea con el repunte de la actividad y la mayor movilidad, que llevaron a una reducción del gasto y a una recuperación de la recaudación.


Según el IARAF, el déficit primario de julio fue de 0,7% del PBI y acumula en los 7 meses que van del año un 3,6%, mientras que el déficit financiero se ubica en 4,7% del PBI. De acuerdo con la estimación que publicó el BCRA en su último informe de política monetaria, más del 80% de ese déficit se explica por el COVID-19 (aumento del gasto para sostener ingresos y empresas sumado a la pérdida de ingresos que provocó la pandemia).


Canasta básica alimentaria: En julio tanto la canasta básica alimentaria (CBA) como la canasta básica total (CBT) aumentaron 1,6% en relación al mes anterior. Así, una familia tipo conformada por dos adultos y dos hijos, necesitó $18.332 para no encontrarse por debajo de la línea de indigencia y $44.521 para no caer por debajo de la línea de la pobreza.

(https://www.cenital.com/ )


El economista Ricardo Aronskind analizó la actualidad económica y sostuvo que, despejada la incertidumbre de caer en default tras el acuerdo con los acreedores privados, “tendrían que estar abundando los dólares y no tendría que haber ninguna situación de tensión cambiaria”.



Sin embargo, ante el aumento en el valor de la divisa extranjera -el blue llegó a los $138-, el analista denunció maniobras especulativas de ciertos sectores económicos y citó la información publicada por el periodista Ari Lijalad, de El Destape, que reveló que el Grupo Clarín-Telecom estuvo detrás de más del 48% de las operaciones vinculadas a la suba del dólar Contado con Liqui (CCL) y dólar bolsa de esta semana, en una maniobra que supuso el desembolso de más de 2.000 millones de pesos.

Hay un interés de dos tipos: no económico, porque los exportadores quieren un tipo de cambio más alto, y un interés político de índole más desestabilizador, que tiene que ver con que, si logras que se produzca una devaluación en este contexto tan complicado, con tanta gente que está viviendo ajustadísimamente, y le pegas un golpe al tipo de cambio, y eso arrastra a los precios, tenés una situación de inflación en un contexto de alta desocupación e ingresos muy menguados, lo que agravaría más el escenario económico y social”, aseguró.


En diálogo con Radio Nacional, Aronskind reiteró que la situación de tensión cambiaria “es artificialmente creada por circunstancias especulativas” y señaló que el Gobierno debería tomar las medidas necesarias para frenar este tipo de maniobras que “van en contra del 80% de la población que va a sufrir las consecuencias” de una eventual devaluación.

El Gobierno debería contar con un amplio respaldo de la opinión pública para tomar las medidas necesarias para que este tipo de especulaciones cambiarias se corten”, subrayó.

( http://www.radionacional.com.ar/denuncian-fuertes-compras-del-grupo-clarin-para-impulsar-la-suba-del-dolar/ )


La pandemia no hace mas que sacar a la superficie el deterioro y la vertiginosa caída de un sistema civilizatorio que ha “deificado” y convertido en Dios al dólar, a cuyo altar sacrifican esfuerzos y vidas de personas y pueblos …


Daniel Roberto Távora Mac Cormack


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