Viernes 11 de setiembre de 2020

 

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Los límites a nuestro Progresismo.

 

A las verdades relativas siempre acompañan ficciones consientes o inconscientes , símbolos que representan alguna imagen del mundo y de nuestra ubicación en él, alguna postura moral no demasiado explícita, alguna filosofía rudimentaria e incoherente, algún pedacito de mentira que nos ayuda a mantenernos de pie a pesar de nuestras miserias y debilidades, de nuestras contradicciones.-



A la verborragia y los discursos y a todo planteo de interpretación personal y colectiva de hechos y sucesos, de personas y acciones, de personajes y libretos, siempre le acompañan subjetividades y meta mensajes que emergen casi invisibles desde lo que somos o pretendemos ser, de la imagen que queremos que los otros vean y de como nos vemos a nosotros mismos. En ocasiones estos se hacen mas explícitos.


Seguramente estas palabras tampoco escapan a todo esto, pero a riesgo de poner en la luz lo que se encuentra oculto, de hacer visible lo que se insinúa a la sombra, hay otras invisibilidades, otras sombras que se pretenden mantener allí desde alguna pretendida ubicación iluminada. Después de todo humanos somos y nuestros compromisos “progres” tienen sus limites y las defensas de los Derechos humanos son sostenibles mientras los humanos que sufren la violación de sus derechos no traspasen esos limites a nuestros postulados “progres”.

 

Avanzar o detenerse en la construcción de una gestión de estado que recupera su rol protagónico, después de cuatro años de notorios intentos por limitar y reducir su participación en las disputas y conflictos sociales y la consecución en democracia, de políticas de desmantelamiento y destrucción del estado, como articulador político, mediador de clase y organismo institucional que regule las relaciones de poder y mitigue los innobles “daños colaterales” que el Capitalismo real produce, generando pobreza e indigencia, maś aún en estos días de la peste, que produce realidades inéditas y para las cuales nadie estaba preparado, no es algo fácil de definir y por ende de interpretar y analizar desde el pensamiento crítico.

 

               
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El “amotinamiento” protagonizado por efectivos de la Policia Bonaerense en estos días, en sus justos reclamos por la mejora de sus salarios y mejores condiciones para prestar el servicio para el cual han sido formados, es uno de esos temas dónde no es sencillo avanzar o detenerse. No es fácil definir que y como.



Si por un lado es verdad que el Macrismo, en su afán de no retroceder en el poder alcanzado para concentrar oposiciones a todo lo que “huela” a peronismo que siempre significa frenos a la avaricia Capitalista, a todo lo que signifique ampliación de derechos de las franjas mas bajas en la pirámide distributiva de las riquezas que impone el sistema neoliberal en la globalización, que significa mejor distribución de la riqueza y mas justicia social, también es cierto que el sector policial en general y en la provincia de Buenos Aires en particular, ha sido abandonado a su suerte desde la recuperación democrática y que por ende, lo que el Estado no cubría, se cubrían de modos no institucionalizado y muchas veces rozando lo ilegal o directamente de modos delictivos.



Pero al mismo tiempo, sus integrantes son en su gran mayoría parte del pueblo pobre que encuentran en el ingreso a las fuerzas de seguridad, el empleo y cierto bienestar que les es impedido de otros modos.



Hay tres cuestiones que atravesaron transversalmente el conflicto. El justo reclamo de los policías que están poniendo el cuerpo frente a este tiempo excepcional, el recuero y los anticuerpos que las instituciones democráticas desarrollaron para que realmente se fortalezca la democracia como método para, a través de la política, dirimir los conflictos y las miradas diferentes respecto de lo colectivo y defendiendo el derecho individual y el de la comunidad toda, como el de velar por el eficaz cumplimiento de los deberes y obligaciones que se desprenden de formar parte de una comunidad organizada, y en tercer lugar, la grieta que también atraviesa a los efectivos de la policía de Buenos Aires, pero que, además, en las dificultades para ordenar sus demandas y elegir representantes que fuesen realmente la voz de toda la fuerza, en tanto esa cuestión de las “demandas espontáneas, individuales y anárquicas” como producto neoliberal, que, en el reclamo por la sindicalización, produce allí una contradicción irreductible de esa grieta que se vé, entonces, como impuesta o inventada …



Hay otro aspecto que tiene mas que ver con esos limites a nuestro progresismo. Con posiciones firmes frente a los mínimos poderes antidemocráticos y nada populares que, a la hora de demostrar que se tiene un poder fáctico real, y que es, a su ves, el limite a imponer a los otros poderes, hacen uso de esa diferencia para imponer sus reclamos sectoriales o individuales por mas justos que estos sean. En este caso el poder cedido por el Estado en tanto monopolio de la violencia autorizada o legitima para hacer cumplir la constitución y las leyes que nos dan la identidad Nacional.



Esto pone a la luz una paradójica lección: a quienes dicen o se
cansan de las luchas y reivindicaciones por los derechos humanos conculcados y transgredidos en décadas recientes, pero también a nosotros mismos que las sostenemos y defendemos, nos confrontan a poder distinguir entre el reclamo justo de un sector, que injustamente es colocado por un sistema injusto, en el rol de arriesgar su vida para sostener la seguridad de la vida y la propiedad de otros, en condiciones que no resultan en la eficiencia de dicha labor y que encima, son castigados en sus derechos, con aquellos sectores que quedan o han continuado la resolución de esas falencias por vías “ilegales” o que ejercen su labor, por un lado con una mala preparación psicológica y humana y por el otro sin las debidas contenciones y reglas claras respecto a los excesos o el uso indebido de sus facultades de portar armas y ejercer la autoridad frente a civiles que decidimos cederles el control de nuestras armas, para la convivencia dentro de la ley y no vivir o morir según un orden mas sangriento.


Formas diferentes de entender lo humano y lo humano en relación a su existencia en el mundo y con los otros, a su forma de entender la vida y entenderse como parte de un todo y no poseedor de nada, surge necesaria para pensar la pospandemia de modos mas humanos y humanizados.

Cuestionar la esencia misma de nuestras convicciones mas profundas dado que toda nuestra estructura social se basa en las posesiones. Tener vivienda, salud, trabajo, dinero, riquezas.


Tener conciencia, conocimiento, sabiduría, técnica, tecnología. El tener individual y social es el basamento mismo de nuestras formas de mirar, sentir y pensar. De relacionarnos y sentirnos parte de un grupo, pero, y muy exageradamente estimulado, nuestro sentirnos individuo, especial y único, en medio de relaciones que, justamente por basarse en la tenencia, impide la conciencia del “estando siendo en el mundo”, toda ves que la esencia es colectiva, común a todos, independientemente de todo lo que podamos pensar como mío o nuestro.

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El reclamo policial por salarios derivó en una rebelión política explícita y desaforada, paso que dio una parte de los sublevados lanzándose al vacío de rodear la Quinta Presidencial. Eso dejó este miércoles en un segundo plano las cuestiones salariales y de condiciones de trabajo. El gobernador Axel Kicillof resolvía en La Plata, con los funcionarios bonaerenses de Hacienda, el aumento y las nuevas propuestas de funcionamiento que se darán a conocer en la jornada de este jueves. Pero a lo largo del día se fueron envalentonando los agentes exonerados, los retirados, los abogados que querían protagonismo, los alineados con Cambiemos y una mezcla de radicalizados que llevó al derrape. En ningún momento apareció un liderazgo del conflicto, al punto que unos se negaban a entrar a las reuniones, otros participaban pero luego se iban y la mayoría se limitó a disfrutar de cuatro o cinco minutos de fama utilizando las luces y los micrófonos de los canales, principalmente opositores. Al cierre de esta edición, en Puente 12, que a esa hora se constituía en el centro de la protesta, quedaban unas 400 personas. No está claro si la baja en la participación tiene que ver con que ya se estaba haciendo tarde, la expectativa por los anuncios de aumentos, el cansancio de horas y horas de controversias entre ellos mismos o la desazón por el gravísimo paso en falso que significó haber rodeado la Quinta de Olivos.

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El protagonismo lo ocupó por la mañana un efectivo que se subió a la antena ubicada en Puente 12. El teniente Aldo Oscar Pagano fue cesanteado en 2006 por resolución 3446 en el expediente 570118/06. El apartamiento, por razones psiquiátricas duró once años, hasta 2017. El dirigente social Luis D'Elía publicó una foto con Pagano ya que se trató de un militante de su corriente, pero D'Elía contó que se convirtió en hombre del PRO en algún momento de su carrera policial. En las redes sociales combina los horrores de ortografía, con loas a Sergio Berni e insultos al gobierno.


Un rato antes y un rato después tomó la posta un supuesto oficial que aparecía con un uniforme militar de camuflage. Se trató del capitán Mariano Díaz, que según el Ministerio de Seguridad también está apartado de la Bonaerense por haber intervenido en un motín del Grupo Halcón en el año 2014. Díaz parece que siempre buscó ponerse al frente de un sindicato policial, pese a que ya no está en la fuerza.


Como una forma de fortalecer la escenografía, cerca de Díaz se exhibieron decenas de camionetas y patrulleros totalmente deteriorados. Los policías pretendían argumentar que tienen que trabajar con esos vehículos. Fue una maniobra plena de falsedad. Las camionetas y patrulleros fueron sacados por efectivos del Comando de Patrullas de varios talleres donde estaban en reparación. Es mentira que se trate de rodados en uso.

Por la tarde, en Olivos, agarró los micrófonos otro exonerado, el capitán Sandro Adrián Amaya, que igualmente fue apartado de la Bonaerense por estar imputado en una causa de drogas que en su momento instruyó el juez federal Alberto Suárez Araujo.


La rápida galería de personajes exhibe la amalgama tumultuosa de los que aparecían en escena. Una mezcla de muchos que no tienen nada para perder, con otros muchos que reclaman que les aumenten los sueldos como corresponde.


El periodista Alejandro Bercovich demostró que, bajo la administración de María Eugenia Vidal y con el discurso del ajuste, los policías perdieron el 15 puntos de su salario en 2018 (inflación 47,6 por ciento, aumento de sueldos 31 por ciento) y perdieron todavía más en 2019: 25 puntos (inflación 53,7 por ciento, aumento 28 por ciento). Los policías bonaerenses ya venían ganando menos que los de la Ciudad o los policías federales, pero Cambiemos profundizó la diferencia.

Como adelantó PáginaI12 en su edición de ayer, a todo esto se sumó que los ingresos de muchos policías están afectados porque, a raíz de la pandemia, se cayeron "los negocios" de todo tipo de los que suelen sacar tajada: en las canchas, con las barras bravas, en los recitales, con el juego ilegal, la prostitución, las marcas truchas y tantos otros ilícitos a los que se les cobra peaje. También hay que considerar que buena parte de las familias de los uniformados son del Gran Buenos Aires, donde la situación económica se volvió más angustiante.

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La mezcla insólita de protagonistas llevó a que fuera imposible entablar un diálogo en las últimas 48 horas. En Puente 12, a las 4 de la mañana del miércoles, unos 20 manifestantes entraron al Comando de la Bonaerense a reunirse con autoridades de Seguridad, pero no había representatividad alguna. Lo mismo ocurrió en La Plata o en Olivos. Cada grupo desautorizaba al otro. Ni siquiera aceptaron las dos propuestas de diálogo que les hizo el presidente Alberto Fernández


La propuesta y la conducción


Con ese panorama a la vista, el gobernador Kicillof trabajó todo el día con el equipo de Hacienda y con el gobierno nacional para definir la propuesta que será presentada este jueves. Según trascendió, se recopilaron los distintos reclamos que aparecieron de manera inorgánica en diferentes lugares y con diferentes voceros. En principio, Hacienda presentó tres ideas y, al regreso de la reunión realizada en Olivos, Kicillof se disponía a decidir la letra chica de lo que se dará a conocer.


Queda por resolver lo que ocurrirá con la conducción de la Bonaerense. Daniel "El Fino" García, el jefe de la fuerza, heredado de Cambiemos, quedó claramente golpeado porque fue su tropa la que rompió la disciplina. Quienes lo defienden argumentan que, pese a todo, el servicio policial no se cortó: el 911 siguió funcionando y los patrullajes se hicieron mayormente. Del otro lado están los que sostienen que es imposible sostenerlo y que es necesario un cambio total de aires, posibilitando también ascensos que transformen el perfil de la conducción. Esta última parece la alternativa más probable.


Por supuesto que en la mira queda también Sergio Berni, el ministro del área. Varios intendentes piensan que se dedica demasiado al show y a hacer su propia carrera política, en lugar de administrar la seguridad. También están los que consideran que balancea a la administración Kicillof y que contiene a las corrientes (y el voto) de quienes tienen un discurso diferente al del gobernador. Será una decisión que tendrá que adoptar Kicillof una vez que termine el conflicto, que todavía no está cerrado. 


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El policía y vocero del reclamo de la Bonaerense Mariano Alderete celebró el anuncio del Plan Integral de Seguridad para la provincia de Buenos Aires que hizo hoy Axel Kicillof.  “Cuando escuché la palabra del gobernador, me puse a llorar porque creo que se hizo eco de nuestro reclamo. Es la primera vez que un gobierno nos escucha”, dijo Alderete. “Es hora de volver a nuestras actividades laborales y cumplir con nuestra función”, agregó.

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Además, el policía de Merlo pidió perdón a la sociedad por los reclamos. “Nuestra protesta no fue con intenciones de generar descontento ni ningún tipo de golpe. Solamente quisimos hacernos escuchar y lo logramos. Es momento de pedirle perdón a la sociedad si se han sentido desprotegidos porque esa no fue la verdadera intención”, expresó.


Al ser consultado por aquellos sectores de la Bonaerense que quedaron disconformes con el anuncio, Alderete sostuvo que “no entendieron nada”. “Logramos lo que quisimos. El gobierno de la provincia nos ha escuchado. Hicimos lo que tuvimos que hacer. Es hora de que retomemos nuestras actividades”, completó.


En los últimos días, algunos mensajes en las redes salieron a cuestionar a Alderete, que se denominaba apolítico, mostrando mensajes de apoyo a Mauricio Macri y Juntos por el Cambio. En una declaración, Alderete mencionó al traslado de Lázaro Báez como uno de los motivos que impulsaban la protesta, pero después se retractó.

( https://www.pagina12.com.ar/ )

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El problema de los sueldos policiales, no son mayores a los del personal de salud, estatales en generales, docentes e investigadores de distintos organismos de Ciencia y Tecnología …

Esto ya ha puesto de relieve la necesidad de revisar las coparticipaciones para las provincias y del modelo Tributario Nacional … cuestiones de debate imprescindible que deberán ser abordados ni bien finalice la crisis sanitaria.


Daniel Roberto Távora Mac Cormack


Imágenes:

(1) Raquel Partnoy "Vanished" (Pintora Argentina)

(2) Raquel Partnoy “hoy la luz”

(·3) Raquel Partnoy “último” De la serie “sobreviviendo al genocidio”

(4) Antonio Berni “Nueva Cortada”

(5) Antonio Berni de la Serie “Guerras, manifestaciones y dictaduras”;

(6) Antonio Berni de la Serie “Guerras, manifestaciones y dictaduras”;



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