Jueves 3 de setiembre de 2020

(2da entrega)


I

Una metamorfosis necesaria



El jueves pasado, la reforma judicial tuvo media sanción en el Senado y, a pesar de que no propone nada revolucionario, algunos retrógrados reaccionaron como si lo hiciera. Claro, el Poder Real no permite siquiera ser rozado. Los cambiemitas –que no quieren cambiar nada- fieles representantes del establishment, repiten los prejuicios mediáticos y se niegan a dialogar con la excusa del consenso. Si no dialogan, ¿cómo van a construir consenso? Lo que pasa es que esas palabras han sido apropiadas por el discurso dominante y, como siempre, terminan tergiversadas. Cuando los poderosos dialogan sólo dictan órdenes y el consenso que buscan es la obediencia. A eso se han acostumbrado, a mandar y ser obedecidos. Ésta es la principal reforma que debemos afrontar si queremos garantizar un país más equitativo.


El episodio Duhalde puede ser un buen punto de partida para clarificar un poco. La amenaza presentada ahora como advertencia –o viceversa- contiene un dejo de ingenuidad. El temor a un golpe militar ya no tiene sustento en nuestro presente porque los militares no son necesarios para condicionar la democracia. Las corporaciones no “golpean la puerta de los cuarteles”, como hicieron hasta 1976 porque las armas que tienen son mucho más efectivas: los medios de comunicación y el sistema financiero bastan y sobran para desalentar transformaciones profundas del statu quo. Ese poder de fuego lo tienen intacto porque sólo fueron condenados militares y civiles que ejecutaron secuestros, torturas y desapariciones. Los instigadores y beneficiarios del terror siguen impunes. El brote psicótico del ex presidente de prepo Eduardo Duhalde apuntó a los militares, no a los civiles que aún continúan conspirando para que este gobierno termine cuanto antes o no pueda concretar las transformaciones necesarias.


 Al final, Duhalde puso la cabeza en vano. O denunció a los que no debía haber denunciado. Si ya sabemos quiénes son los antidemocráticos, los destituyentes. Detrás de los peleles mediáticos que anticipan un “que se vayan todos” con guerra civil incluida, se esconden los principales empresarios que no pueden contener su angurria y como tienen cola de paja, presienten que algún día deberán pagar por el daño que han hecho durante décadas, evadiendo, especulando, complotando, fugando, explotando, estafando. Y por el que siguen haciendo. Ni sus emisarios mediáticos obtienen un freno –o al menos una reprimenda- a su libertinaje manipulador y dañino. Nadie paga las consecuencias de tanta irresponsabilidad comunicacional. Los titulares ya ni se acercan a los hechos, los editoriales son cuentos fabulosos y la vergüenza ni se asoma cuando una conductora televisiva genera una muerte por tomar dióxido de cloro en cámara.



Esta debería ser la principal reforma que debemos afrontar: la discursiva. Que la mentira, el menosprecio, la blasfemia, el odio, la calumnia no tengan lugar en los mensajes que circulan en los medios porque construyen un sentido común mediocre y destructivo. Castigar a los que alimentan la opinión pública con ingredientes tan indigestos no es antidemocrático, sino todo lo contrario. La libertad de expresión sin responsabilidad significa la opresión del público cautivo. De eso también se han apropiado los poderosos.

( https://apuntesdiscontinuos.blogspot.com/2020/08/una-metamorfosis-necesaria.html )


II


Era hora: removieron a los directivos macristas de la Unidad de Inteligencia Financiera


Servían a los bancos narcolavadores. Como el HSBC. Ojalá esta limpieza se repita en otros lugares del Estado que están infestados de directivos macristas que se aferraron a sus poltronas aun cuando sean claros beneficiarios de nombramientos políticos, ni meritocráticos ni escalafonarios. José Sbatella, economista y militante ejemplar que estuvo al frente de la UIF y todavía está procesado por lo que no fue mas que un servicio a la patria, reflexionó: «Repiten ahora la metodología que utilizaron durante el Gobierno de Nestor y Cristina. Entonces intentaron continuamente impedir que la Argentina llegara al cumplimiento del estándar internacional haciendo denuncias falsas, (fakenews) cada vez que se hicieron plenarios del GAFI. La fábula del pastor mentiroso se les aplica perfectamente. Mintieron tanto que el GAFI no dejó que se presentaran cuando el GAFI no dejó que se presentaran en 2014, cuando Argentina salió de la Lista Gris. Para colmo desconocen que el GAFI no es un organismo que pueda procesar denuncias de terceros, solo puede aceptar recomendaciones de pares, es decir, de otros países miembros. Nunca de particulares y menos de denunciadores seriales de un país miembro. Solo trabajaban para el circo mediático. Sirvieron para que jueces y fiscales cómplices atacaran en causas inventadas que lamentablemente muchas siguen vigentes.»


El articulo fue publicado por la Politica On-line en su edición del día martes 1ero de setiembre ( https://www.lapoliticaonline.com/nota/128962-alberto-echo-a-los-funcionarios-de-la-uif-de-macri-y-carrio-anuncio-una-denuncia-internacional/ )


Alberto Fernández desplazó a los funcionarios de la Unidad de Información Financiera (UIF) heredados de la gestión de Mauricio Macri, cuestionados por el kirchnerismo por frenar el informe sobre la cerealera Vicentin que justificó la fallida intervención del Gobierno.


El principal acusado que dejó su cargo era el director de director de Análisis, Lucas Reboursin, quien cumplía funciones con Mariano Federici, titular del organismo hasta diciembre, y hasta lo felicitó cuando consiguió otro trabajo.


Lo responsabilizan además de esconder información del blanqueo de 2016 e impedir investigar 950 cuentas de argentinos en el exterior que no fueron incluidas en sus declaraciones juradas del impuesto a los Bienes Personales.


Este lunes lo echaron por carta documento pero no se fue solo: también abandonó el cargo el coordinador de colaboraciones Internacionales, Lucas Pandolfo;  el jefe de Prensa y Comunicación, Rafael Manzanares; y otros 15 de trabajadores.


Pandolfo es un ex compañaero de Federici en el FMI y seguía como encargado de  recibir información del exterior para las investigaciones. Federici y Reboursin, además, intervinieron durante el macrismo en investigaciones contra Cristina Kirchner sobre los contratos de vialidad y los hoteles Los Sauces y Hotesur.



Tal es así que la vicepresidenta los acusó de fabricar los elementos en su contra en su alegato del 3 de diciembre y el entonces titular de la UIF le contestó: «No aprovechó la oportunidad para rebatir las pruebas que a nuestro juicio son muy contundentes», le respondió en declaraciones radiales, cuando quizá no imaginaba que seguiría con poder el organismo varios meses más.


Eduardo «Wado» De Pedro y Santiago Cafiero le pidieron al titular de la UIF Carlos Cruz desplazar a los amigos de su antecesor y lo consiguieron. La primera reacción fue de Elisa Carrió, a través de la cuenta de twitter.

«Denuncio junto a toda la Coalición Cívica ante el GAFI (Grupo de Acción Financiera Internacional) la destrucción y desmantelamiento de la UIF (Unidad de Investigación Financiera) violando además el tratado anticorrupción», escribió.


Las protestas en el kirchnerismo por funcionarios de Cambiemos que siguen en la administración pública no terminan en este organismo y en las últimas semanas pusieron la lupa en los medios públicos. Cuestionan a Ricardo Rutenberg, gerente comercial de la televisión pública, un cargo que tenía con la gestión de Macri, a quien acompañó en la campaña.


También continúa en la Casa Rosada Julio Postiglioni, ex subsecretario de Asuntos Políticos del Ministerio del Interior cuando estaba al mando de Rogelio Frigerio, Ahora es director de Asuntos Legales de Radio y Televisión Pública (RTA).


Postiglioni tuvo su paso por el gobierno de Cristina Kirchner como subsecretario de control de sustancias psicoactivas de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la lucha contra el Narcotráfico (Sedronar). Pero se fue cuando la ahora vicepresidenta barrió el organismo con denuncias de irregularidades en el manejo de fondos y nombró al frente al sacerdote Juan Carlos Molina. Entonces Postiglioni se hizo macrista. Y ahora es del Frente de Todos.

( https://pajarorojo.com.ar/?p=50135 )


III


DERECHOS HUMANOS Y COSTO EN VIDAS

Es impostergable desmontar un Estado policial para reemplazarlo por un Estado de derecho



En una de las audiencias de la Comisión del Senado por la reforma judicial, se pidió que se incorpore al proyecto específicamente todo lo referido con las causas por los crímenes de la última dictadura cívico-militar. Se dijo que la cuestión de la violación de los derechos humanos durante ese nefasto período no se puede omitir porque se trata de política de Estado.

También se señaló que la finalización de los procesos resulta fundamental para consolidar y de algún modo condicionar a la política con la carga moral del cometido social de memoria, verdad y justicia. Como dice don Atahualpa, “con la esperanza adelante, con  los recuerdos detrás…. y en nosotros nuestros muertos, pa’que nadie quede atrás”.

Lamentablemente, resta mucho por hacer en esas causas por hechos que tienen casi medio siglo, y un número importante de sentencias que no están firmes, por los tiempos judiciales de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.


Una de esas causas es la de Pedro Carlos Blaquier, que lleva muchos años dormida en el palacio. Y esa cronicidad es, desde siempre, una forma indirecta de impunidad.


A su vez, siempre se sostuvo que es urgente incorporar los Derechos Humanos al sistema judicial si se pretende una nueva cultura, es decir la de una Justicia democrática. En consecuencia, deviene impostergable comenzar a desmontar un Estado policial para reemplazarlo por un Estado de derecho. En ese sentido, no olvidemos que el legado más crítico de la magistratura argentina es la que dejó la más sangrienta de las dictaduras, cuando se masacraba a miles de personas para imponer un proyecto de exclusión social y remover las conquistas de derechos de la clase trabajadora. Hubo un estado subterráneo que luego, bajo la institucionalidad democrática, se proyectó en la clandestinidad de sectores de algunas fuerzas de seguridad y de los servicios de espionaje. No se fueron del todo. De eso se trata cuando decimos que hay que consolidar los Derechos Humanos.


Aquel modelo de la dictadura, la “Reorganización Nacional”, no era otra cosa que arrasar con las conquistas sociales sin importar el costo en vidas. En eso consistía la reorganización. No hay lugar para recrear un sistema semejante en una sociedad democrática.


El costo en vidas y los Derechos Humanos tiene que ver con empresarios cuyas maquinarias económicas no se detienen pese a la tragedia que nos atraviesa. La historia se repite, lo importante son los costos.

Toda esta introducción en rigor es necesaria para reflexionar con lo que está ocurriendo en Ledesma-Jujuy, en las empresas precisamente de Blaquier. El sindicato denuncia que hay 65 muertos y alrededor de 1.500 contagiados por coronavirus. Los obreros son llevados a trabajar en plena pandemia en camiones, apiñados, uno al lado del otro. Ese trato es el reflejo de una concepción totalmente despojada de cualquier idea de humanidad. Ese es el punto. Estamos hablando de la misma empresa responsable de la Noche del Apagón que costó la vida de muchos trabajadores secuestrados, asesinados y desaparecidos por la dictadura y sus cómplices civiles.


Tengo la sensación de que el tiempo se detuvo, de que todavía quedan vestigios de la deshumanización a sangre y fuego de esa dictadura. Hegel hablaba del costo de la historia y que las víctimas son las florecillas que se pisan al borde del camino. ¡Qué costo!

No puedo evitar un imperativo moral de la hora: no debemos  olvidar los largos años que lleva detenida Milagro Sala —precisamente en la provincia de Jujuy— y que en consecuencia, apremia una respuesta que ponga fin a semejante oprobio. Una injusticia que nos duele en todos lados. ¡No hay Derecho!


Un filósofo dijo que la humanidad es un punto de llegada, no de partida, pero por lo que se ve, ¿todavía estamos en camino o nos perdimos?

https://www.elcohetealaluna.com/derechos-humanos-y-costo-en-vidas/


IV


Es muy difícil ponderar y medir impactos y profundidades de los procesos que están transformando las formas de hacer, pensar, decir, imaginar de las comunidades humanas en el planeta, más cuándo uno es parte y está inmerso en esos procesos de transformación. Sin embargo, la crisis sanitaria producida por Sarcov-19 ha producido una relentización de toda la actividad humana del planeta que permite una especie de “Tiempo extra” para intentos mas reflexivos y asertivos al respecto.



CARLOS JAVIER BLANCO MARTÍN

Nacido en Gijón, 1966. Doctor en Filosofía (Pura). Licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación (secciones de Psicología y Pedagogía). Premio Extraordinario de Licenciatura y de Doctorado. Autor de más de 50 publicaciones  (http://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=31725), y de varios libros (La Luz del Norte, La Caballería Espiritual, Casería y Socialismo, Oswald Spengler y la Europa Fáustica...). Miembro del Comité Científico de la Revista La Razón Histórica. Revista Hispanoamericana de Historia de las Ideas. Es colaborador de Revista Contratiempo, donde ha publicado varios ensayos.

Ha sido profesor asociado en la Universidad de Oviedo y en la Universidad  de Castilla-La Mancha. Es profesor en el Instituto "Maestro Juan de Ávila" de Ciudad Real (España), nos lleva por estos intentos de pensar las transformaciones del presente …


Asistimos a la caída de los valores fundacionales, que es como decir el derrumbe de la civilización. No es un hecho único en la Historia. En realidad es su constante, la ley implacable: las civilizaciones, una vez llegan a su cénit, caen. Y al morder el polvo y deshacerse, pueden hacerlo según varias posibilidades: con millones de muertos y terror, o como las flores que se marchitan y expiran en silencio. Algo se está muriendo ya, y no siempre se siente el hálito final. Algo de hedor a muerte silenciosa e indigna se percibe en las calles. Uno sale y se tapa la boca y las fosas nasales, previendo las vaharadas. Aún no había un maldito virus bajo la máscara de Ángel Exterminador, pero la impresión de fragilidad extrema, de provisionalidad y derrumbe ya se palpaba desde hacía tiempo.

 

Cuando los valores decaen, y se es del todo consciente de ello, hay un vértigo colectivo, una suerte de densificación del cinismo. La religión del libre mercado y del individuo autómata que no posee patria, ni fe, ni familia, ni arraigo, es ya la señal de un cinismo insoportable, una trampa que las élites no podrán sostener salvo por recurso a la violencia, física o psicológica, o por manipulación de la propia sustancia humana.

 

Vencidos los malos del fascismo, en 1945, y los malos del comunismo, en 1989, la religión del individuo sin arraigo, el fanatismo liberal de "derechos humanos, democracia liberal, y fronteras abiertas" se quiso volver inatacable, broncínea, inmarcesible. Toda otra fe y sistema de credos que no se plegara a estos "valores" fue visto como reaccionario y "populista". Desde 1945, las botas de una psicología norteamericana -casi militarizada- pisaron Occidente entero y, casi, el orbe al completo. Las "libertades" siempre fueron libertades condicionadas a las trazas hechas, circulando por determinados cauces. La "visibilidad" y las audiencias de las mentes pensantes se acotaron de manera mucho más sutil que en los regímenes totalitarios, marcados ya como el Mal Absoluto (nazismo, bolchevismo). Todo ello a favor de una superación hegeliana del propio concepto de totalitarismo. El control "total" siempre resulta imperfecto cuando se emplean métodos represivos brutales. Las Gestapo y las KGB del pensar "políticamente correcto" poseen cárceles muy grandes, de muros invisibles, basadas en el ostracismo académico, cibernético, y en el "marcaje" del esclavo fugado. A fuego, quien huye de esta jaula de "libertades occidentales" es marcado en sus carnes por categorías denigrantes: "machista", "xenófobo", "islamófobo", "reaccionario"… Dios sabe cuántas fobias nuevas se inventará el Sistema mientras éste pueda explotarlas hasta agotarse su cinismo estructural.

 

Pero ese "Occidente" que declina, que ya poseía su peste en el aire antes de materializarse en forma de virus, y en cuyas calles hace tiempo que ya no hay salud ni aire limpio para los pulmones de la libertad, no extiende ya su imperio sobre el globo, ni lo hará más. Ese Occidente alicaído, bajo vigilancia estrecha de la CIA, la OTAN, los burócratas de Bruselas, las ONGs todopoderosas, ese Occidente, decimos, ya hace tiempo que es poca cosa, acaso un cadáver con rictus grotesco. El rictus de quien da recomendaciones a otros acerca de cómo envenenarse. Ya toda Iberoamérica se envenenó, todo el pasado siglo, bajo las botas yanquis. Los golpes de estado, las corruptelas, el neoliberalismo saqueador, ahora las sectas evangelistas y la anglosajonización de patrias…esos fueron los métodos, la miseria inducida, del neocolonialismo y la dependencia. De todo ello sabe el continente americano. Ahora, la misma estrategia, acaso perfeccionada con nuevas técnicas de ingeniería social, se aplica sobre Europa. Antes que el "Viejo" (y qué viejo y desdentado) Continente cometa una infidelidad traficando con rusos y chinos, antes que sus populismos triunfen y el europeo se vuelva fascista o, simplemente, imprevisible, es preciso aplicar la estrategia del caos, del shock, del desorden meticulosamente inducido. Desde 1945, ese Occidente anciano y desdentado ha ido de las manos del Plan de Marshall y de todos sus sucesores. De las ruinas que, recordémoslo, también causaron los vencedores, salió un hijo de Occidente hedonista, rijoso, un perfecto burgués que recibía dosis de libertades concupiscentes pero renunciaba más y más a las libertades del pensamiento. Ya los Marcuse y los Habermas, y todo género de policía del pensamiento, estaban ahí, siempre vigilantes, diciéndonos lo que teníamos que pensar. La era del post-trabajo, la era de la post-familia, la era del mundo sin fronteras y "sin papeles". Pues todo eso ¿para qué? Pues para la digitalización del propio ser humano, reducido a bestezuela apta para ser marcada con un código de barras. La ruina de ese Occidente, en un mundo inevitablemente multipolar, es la ruina de un mundo en donde el guardián del liberalismo se retirará de amplias regiones no sin antes dejar a sus "amigos y aliados" sumidos en el caos, y en donde se muestra con rostro cadavérico y olor a sangre.

 


Desde las universidades norteamericanas nos dicen que no hay naturaleza. Que todo es azar y deconstrucción. Que todo es relativo. Que no hay varón ni hembra. Que la infancia es un mito. Que la patria no existe, pues nadie tiene padre ni madre, ni suelo. Que no hay nada por lo que luchar. Morían tus vecinos por disparos y bombazos, y era forzoso cantar "Imagine" de Lennon: ni patrias, ni fronteras, pero sigue habiendo suelos, tierras duras y llenas de polvo donde caer asesinados por fanáticos. Desde los "tanques de pensamiento" nos invitan a no creer en nada salvo en el disfrute flácido, en la caverna virtual, en los apretones del cuerpo. No quieres creer, siendo occidental, que te tratan como a los cerdos, a quienes se les engorda antes de sacrificar. Se les hace "sagrados" –que eso significa sacrificar- sirviendo de alimento a un monstruoso capitalismo que hace años ya debería haber reventado.

 

Lo intentaron con el terrorismo económico y la planificación social. La sociedad occidental se va haciendo blandita y fofa. Ningún nervio ni tensión muscular en unos sindicatos subvencionados. No hay clase obrera, o la hay muy exigua. España y la "Europa del Sur" ya es un mundo de camareros. En bandeja, si hay turistas, sólo hay que ofrecer sol, playas y precios bajos. El coronavirus barre con esa economía precaria. La poderosa industria y tecnología de Alemania juega con fuego: los "socios" de los alemanes y otros pueblos nórdicos solo son admitidos en calidad de naranjas exprimibles. Hace muchos años que la "construcción europea" consiste en un constante proceso de endeudamiento del sur. El sur de Europa, el dique de contención de la africanización del continente entero, hará crack más pronto que tarde: todo endeudado, Estados fallidos (el Reino de España es el ejemplo más palmario), política envilecida, sociedad civil rota. Una sociedad mediterránea que se emputece pues, a fuer de no poder ser productiva, sólo aspira a una renta básica y a una mayor claudicación de libertades ante un Estado cada día más esperpéntico, inútil, corrupto. Las crisis capitalistas, ya de por sí despilfarros orgánicos y necesarios para que éste modo de producción siga existiendo, a modo de fallas valencianas en las que se quema plusvalía, devienen cada vez más en crisis financieras y ataques especulativos, en donde naciones enteras, antaño orgullosas y hacendosas, se ponen de rodillas cayendo en manos de los "señores del dinero". A estas crisis financieras y ataques dimanados desde las potencias (los yanquis, los alemanes, las redes de especuladores internacionales) se le sumaron los actos terroristas en sentido estricto. Muertas o disueltas las brigadas de rojos y separatistas, esparcidas en muchos países de Occidente, vinieron con sed de sangre los "soldados de Alá", con atentados suicidas perpetrados por esas gentes venidas del desierto y de países sepultados en la superstición más atroz. El objetivo del terrorismo islámico, concertado con la imposición de costumbres extraeuropeas, va logrando sus objetivos, muy queridos por la ingeniería social: hacer que la vida en la calle, la convivencia, el día a día, se vuelvan aspectos "duros". Ya toda Europa, y todo Occidente, se han vuelto jungla. La solidaridad de los barrios y de los pueblos se ve atacada, los lazos de comunión social, el arraigo del individuo a un suelo, a una patria, a una fe y a una familia, los lazos con amigos a quienes poder abrazar y con quienes compadrear. Uno se vuelve extranjero en su propia tierra, extraño en su misma casa, sin poder fiarse de nadie, sin lazos para poder engancharse en caso de caída. Occidente entero es hoy ya una caricatura distópica de los propios Estados Unidos. Gentes venidas de mil sitios, pero no como emigrantes dispuestos a construir una nueva patria, sino como átomos sueltos, que son barridos por los "planificadores" de la ingeniería social globalista y por los petrodólares. Gentes amalgamadas "que van a lo suyo", unidos solamente por el sálvese quien pueda, sustituyen al hombre civilizado que gozaba de derechos y se debía a una patria.

 

Europa se muere, e Iberoamérica, también. Occidente se asoma al abismo. Los valores del mercado han masacrado todos los demás valores. Con razón, las nuevas potencias de Oriente dirán: "nosotros sí portamos valores", "aquí nos queda recuerdo de la Autoridad, la Disciplina, la Eficacia". Occidente no es capaz de fabricar mascarillas y aparatos respiradores para frenar un virus. Occidente no posee capacidad de previsión. Sus leyes y sus uniformados son capaces de meter a la gente en sus casas por decreto, pero no son capaces de proteger a esa gente por medio de una gestión sanitaria profesional y decente. En España transcurrió mes y medio sin que hubiera mascarillas, mientras los precios de tan sencillo artículo se disparaban por los aires. La especulación de los tiempos de guerra, acaparar bienes de primera necesidad para obtener ganancia astronómica mientras la gente se muere, eso fue lo que vimos en Europa. Eso y la rapiña internacional: estados soberanos que se sientan en la ONU y que firmaron tratados internacionales de cooperación y solidaridad, se comportaron como verdaderos contrabandistas, saqueadores y piratas. Retienen y confiscan bienes de urgencia vital (mascarillas, trajes de protección) ya comprados y fletados para otros países. Retienen y guardan para sí, lo que hubiera debido enviarse a zonas virulentas. El verdadero rostro de esa cínica y maloliente Unión Europea se pudo ver durante esta pandemia. Los países nórdicos, mientras estuvieron libres del virus (por una mera cuestión de retraso de calendario y de ciclo de propagación) criminalizaron a los del sur, vertiendo sobre ellos la "Leyenda Negra" generalizada. Esa misma "Leyenda" mentirosa que atribuyó a los españoles, desde el siglo XVI, todo tipo de vicios y maldades, y que hoy se contraen –en tiempos de capitalismo tardío- al peor de los vicios, la "negligencia", se extiende al Mediterráneo entero. Pero el virus circula y acaba entrando incluso en los rincones del Viejo Continente donde la Ética Protestante es soberana.

 

Esa Ética Protestante de gentes austeras, ahorradoras, que religiosamente "profesan" su iniciativa empresarial debe ser, también, por lo visto, la Ética de los genocidas.

 

Hemos penetrado en la zona de máximo riesgo. Las alianzas se han vuelto dudosas, poco de fiar. Sobre todo el papel supuestamente benefactor del amigo yanqui se acaba. Ya no va a haber una “defensa europea” respaldada por el amigo norteamericano. El repliegue de Trump implica también la reconsideración de Europa, nuevamente, como campo de batalla y laboratorio de pruebas. La mascarada militar prosigue, pero Europa va desnuda, como el famoso emperador del cuento. Soldados profesionales españoles o italianos podrán irse al Báltico a hacer juegos de maniobra ante el "oso ruso", pero las fronteras meridionales de esos mismos españoles e italianos están abiertas, casi de par en par, a una masa de personas en cuyas filas se mezcla de todo: desde gentes muertas de hambre y sin futuro hasta terroristas bien entrenados y pertrechados. Todos entran, y al poner suelo en la Vieja Europa consuman la invasión y sustitución poblacional. Los mismos poderes que obligan a que los uniformados miren hacia otro lado y descuiden las fronteras del sur, son los que planifican esa sustitución étnica de Europa que ya ha querido dejar de ser. “Ha querido”, significa, fundamentalmente, que sus gobernantes y líderes desean ese suicidio. La élite globalista es disforme, descastada, se asemeja cada vez más a un programa automático que de manera terca y obsesiva busca alcanzar un objetivo: acumular plusvalías incluso minando las propias bases que hacen posible esa ingente acumulación. Hasta aquí, este capitalismo no es sustancialmente distinto a los modelos observados en la Historia. Pero lo más característico de nuestros días consiste en que el programa automático, genocida y obsesivo, ha incorporado la capacidad de transformar la propia naturaleza humana para conseguir ese único fin.

 


En el capitalismo clásico, hubo que cambiar al campesino en proletario. Hoy, lo que hay que hacer es transformar al hombre en un trans-humano, en una quimera, un híbrido entre máquina y bestia erguida. La adicción a la televisión, a la música yanqui (jazz, rock, pop… hasta llegar a los subproductos actuales), la hamburguesa y el perrito caliente (hot dogs)… fueron pasos previos, no ya solo de una colonización cultural, sino de una creación del consumidor apátrida, contraimagen del proletario clásico. Pero la gran transformación, el nuevo monstruo de Frankenstein vino con la adicción a Internet. Todavía nadie ha trazado la historia de una sospechosa dejadez universal. El día en que Internet se abrió a los menores, sin restricción de edad.  Durante siglos, la civilización ha cuidado de los niños, ha considerado fundamental que su pureza se conservara, que el “escándalo” no les afectara. Pero, de golpe, con la generalización de Internet y del uso de teléfonos móviles ("celulares", como también se llaman) el acceso a las más sucias y peligrosas páginas no les está vedado a los menores. Toda una generación de padres y educadores ha dimitido de sus obligaciones y se ha cruzado de brazos ante un escándalo mayúsculo. El mayor de la historia.

 

Se han traspasado todos los límites.

 

La naturaleza ya no posee límite alguno. Solamente hay decadencia cuando hay falta de fundamento moral. La decadencia económica, militar, cultural, social, etc. es fruto de una pérdida de suelo bajo los pies, el suelo que proporciona la moral y la espiritualidad. Una moral de acero, una dación de sentido, le vino a Europa en el Medioevo. Pueblos semibárbaros del tronco celtogermánico, y pueblos civilizados pero barbarizados del tronco heleno y latino, todos, hallaron en su fe en Cristo una traza para la ordenación del mundo. Ese suelo y cimentación hizo posible que un mundo en ruinas, allá por el siglo VI, diera paso a una civilización luminosa, allá por el XII y XIII. Si Europa fue una unidad civilizatoria se debió a que antes fue un suelo común de creencias compartidas por encima de la diversidad étnica y el diferente grado de desarrollo cultural de cada tribu, aldea, región. Solamente una religión “densa” esto es, que ofrezca una traza completa para ordenar la vida y el mundo es capaz de emprender esa tarea, valedera para mil años.

 

Ortega y Gasset habló del europeo medieval como un hombre semejante al Jano bifronte: frente a sí se encontraba la carestía, incluso la miseria y la necesidad de salir adelante, de forjar un mundo nuevo entre las ruinas nunca olvidadas de Roma. Tras de sí, el medieval veía con su otro rostro el Pasado nimbado con ideales: la nostalgia del Imperio era la añoranza del Orden, de la legalidad, de un momento áureo perdido pero que era preciso recuperar en todos los aspectos. El medieval no era el bárbaro que mancilló la púrpura de Grecia y Roma, sino el discípulo tenaz y heroico de aquella Antigüedad nunca del todo perdida. La restauración imperial era el símbolo de la fe terrena, de análoga manera a como el Reino de los Cielos ilumina y salvará esta mísera región terrestre. El Pasado grecorromano no era una ucronía, un “ideal” inalcanzable y loco. El Pasado para nuestro hombre medieval era causa ejemplar, verdaderamente actuante.

 

Eso devino en un verdadero Renacimiento, mucho más ordenado y fiel con el legado clásico, cristianizado hasta la médula: el Renacimiento de los siglos XII y XIII. Coincido con Spengler en este punto, como en tantos otros. Las periodizaciones que nos ofrece la Historia escolar no son creíbles, y funcionan como mamparas que impiden una adecuada comprensión de la Totalidad morfológica de culturas y civilizaciones que damos en llamar Historia. El Renacimiento del XV y del XVI, con todo su “paganismo”, con todo su abandono y desprecio de la disciplina metódica “escolástica”, con su caos de sectas, revueltas, ocultismo, nacionalismo… no se puede comparar con el apogeo de la Civilización Cristiana: la Alta Cultura de las universidades, las catedrales, las cruzadas y la reconquista española, los doctos escolásticos y los místicos, de fervor y peregrinaje a Compostela. Toda la Europa que conocemos, en cuanto a solar moral, en cuando a cimientos del Espíritu se refiere, nació aquí. El “segundo” renacimiento, aquel que los historiadores escolares entienden como Renacimiento por antonomasia a finales del siglo XV y en el XVI en cambio fue el periodo de crisis, de enfermedad de esa universalidad cristiana (catolicidad).

 

Hoy conocemos la desunión y el egoísmo. Los “socios” de la Unión Europea que se miran de reojo, se vigilan como vecinos envidiosos, son semejantes entre sí no tanto por los valores compartidos sino por el aire de familia con que exhiben sus vicios. Resulta muy superficial confundir esta mostrenca Unión Europea con la civilización de Europa, nacida de la Cristiandad emergida poco a poco tras el siglo VI. Varios países del Este, y, por supuesto, la Gran Rusia, son parte sustancial e imprescindible de Europa. Por el contrario, esa Turquía, miembro poderoso de la OTAN, otra vez islámica de forma militante y arrogante, aun siendo todavía dueña de Tracia (dueña de una Europa geográfica), no es ni nunca será Europa. Y las creaciones artificiales de mini-estados mahometanos en los Balcanes van pareciéndose cada vez a forúnculos, heridas abiertas, pústulas y cánceres de una unidad perdida. Volvemos a las “guerras de religión” que, como suele acaecer, consisten más bien en grandes choques geopolíticos en los que el suelo de una civilización enrojece con la sangre vertida, manipulando locura y estupidez. Agentes geopolíticos extra-europeos vuelven a tomar Europa como campo de batalla y cementerio gigante. Las guerras comerciales que harán de Europa un caos y un matadero están a punto de llegar. No hemos caído bajo un virus solamente. Deshechos estábamos ya.

( http://www.revistacontratiempo.com.ar/blanco_martin_decadencia.htm )


V


A pesar los pronósticos apocalípticos de siempre, la realidad fue que tanto los plazos como las idas y vueltas de la negociación estuvieron dentro de los parámetros normales de las reestructuraciones previas.

¿Cuál fue el resultado del canje? El gobierno anunció que tuvo un 93,5% de adhesión -esto es, bonistas que accedieron a ingresar al canje- que se tradujo en una reestructuración del 99% de la deuda privada en moneda extranjera. ¿Por qué la diferencia? Esto se debe a las Cláusulas de Acción Colectiva (CAC), un instrumento legal diseñado para evitar la práctica de los fondos “buitres”, es decir, comprar deuda de países en default (a un precio sumamente bajo) para luego litigar y cobrar el 100% de la deuda.


 

Lo que hacen las CACs es definir umbrales de adhesión para cada bono a ser canjeado, de modo que, si se logra ese grado de aceptación, automáticamente obliga a los que rechazaron el canje a tener que ingresar. Esto explica, entonces, la diferencia. En algunos bonos las CACs se activaron y por ende eso incrementó la participación de la deuda a ser reestructurada.

¿Y por qué no 100%? Por el mismo motivo, pero en este caso lo que sucedió fue que hubo dos series de bonos (por un monto total muy pequeño, USD 650 millones) en las cuáles no se llegó al mínimo umbral de adhesión y, por ende, en esos únicos casos quedaron bonistas sin ingresar al canje (que representan el 1% del total). Desde el Ministerio de Economía aseguraron que esto no implica riesgos de litigios ya que los fondos que no ingresaron son minoristas y que ahora buscarán una estrategia específica para poder captarlos.

De este modo, la reestructuración permitió reducir significativamente esta parte de la deuda pública: mientras que al final de la gestión de Cambiemos los desembolsos totales que el país debía afrontar ascendían a USD 66.000 millones, tras el acuerdo se lograron reducir prácticamente a la mitad (USD 36.000 millones). La gran mayoría de esas reducciones se concentran en los próximos años, con lo cual se despeja el panorama y las necesidades de divisas.

Por ende, y como ya venimos diciendo, la reestructuración de la deuda es un logro, que sin embargo hay que pensarlo como un paso necesario –pero no suficiente- para lograr la estabilización de la economía, algo que las gestiones anteriores no pudieron lograr.

¿Cuáles son los pasos siguientes? La “hoja de ruta” del gobierno, algo tan reclamado durante este tiempo, ahora parece ser clara. En primer lugar, va a presentar el proyecto de ley del Presupuesto en el Congreso, donde se plasmarán los lineamientos macroeconómicos para lo que resta de 2020 y para 2021. El proyecto será enviado el 15 de septiembre, para luego ser analizado y discutido en las dos cámaras.

Uno de los aspectos fundamentales del Presupuesto es el tema del déficit fiscal, que se disparó a máximos históricos debido al estallido del COVID-19 y que el gobierno estima que se ubicará en torno al -8% del PBI-. En su exposición del lunes, el ministro Guzmán adelantó que el Presupuesto para 2021 proyecta un déficit fiscal en torno al 4,5%, dando señales de que la sostenibilidad fiscal es parte de la estrategia económica.

Además, esto es algo necesario para el siguiente paso, que es la negociación con el FMI. El gobierno ya adelantó que no buscará obtener nuevos fondos, pero sí extender los plazos del pago de la deuda con este organismo (ver más abajo en los temas de la semana). A cambio, seguramente deba consensuar con el FMI un programa de estabilización cuyo argumento fundamental sea la reducción sostenida del déficit fiscal hasta lograr el equilibrio en las cuentas públicas. Del lado del gobierno, la disputa estará en los tiempos y en la magnitud del ajuste, ya que una de las premisas de Guzmán es que hay que “crecer para poder pagar”, es decir, que el objetivo principal del programa tiene que ser la recuperación de la economía, mientras que la reducción del déficit fiscal tiene que estar supeditado a eso.

En el cortísimo plazo, el problema sigue siendo la inestabilidad del mercado cambiario, que obliga al BCRA a tener que vender parte de sus reservas, algo que se profundizó durante agosto y que superó los USD 1.000 millones. Por detrás, la causa se encuentra en la elevada brecha cambiaria, que como vimos incentiva tanto una mayor demanda como una menor liquidación de divisas.

Hay una relación negativa entre la brecha cambiaria y las ventas de dólares que realiza el BCRA en el mercado cambiario. A medida que sube la brecha se incrementan las ventas de divisas por parte del BCRA, y viceversa.

La discusión sobre la causalidad es una constante en esta disciplina (¿la brecha provoca la pérdida de reservas? ¿O es que la pérdida de reservas lleva a que suba la brecha?), aunque en este caso lo más probable es que no sea unívoca sino bidireccional y que ambos componentes se retroalimenten entre sí. Me adelanto a otra posible pregunta: la misma relación se observa si uno extiende la ventana temporal de análisis al 2012-2015, el otro período de elevada brecha cambiaria.

A partir de lo anterior también queda claro que la idea de eliminar la venta de los USD 200 para atesoramiento sería contraproducente. Si bien reduce en el corto plazo dicha demanda, eso provocaría que se vuelque al dólar paralelo, aumentando la brecha cambiaria y presionando nuevamente a que el BCRA tenga que desprenderse de sus reservas para mantener estable la cotización del dólar oficial.

Los indicadores económicos, saliendo de la cuarentena.

Mercado cambiario: EL BCRA publicó los resultados del mercado cambiario de julio, que reflejan lo que analizamos recién. El saldo fue negativo, lo que llevó al BCRA a tener que desprenderse de USD 580 millones. La mayor provisión de divisas vino del resultado positivo de la balanza comercial de bienes (USD 1.060 millones), que no alcanzó a compensar la demanda, donde se destacó el pago de deuda (USD 1.100 millones) y la compra para atesoramiento, que totalizó USD 753 millones y que fue realizada por casi 4 millones de personas, récord de los últimos años. Este nivel representó un incremento de 20% con respecto a la cantidad de personas que compraron en el mes previo, que ya venía creciendo sostenidamente.


 

Intercambio Comercial Argentino (ICA): El INDEC publicó los datos del ICA para julio, donde se mantiene la dinámica de los últimos meses: se contraen las exportaciones (-16% respecto de julio del año pasado), pero como las importaciones se reducen aún más (-30%), eso se traduce en un superávit comercial más elevado. Así, el aspecto negativo es que el intercambio comercial se está viendo severamente afectado por el COVID-19, pero por lo menos eso significa una mejora en términos de necesidades de divisas, un factor crítico en la actualidad.

Las exportaciones fueron de USD 4.900 millones, mientras que las importaciones alcanzaron los USD 3.400 millones, con lo cual la balanza comercial registró un superávit comercial de USD 1.500 millones, unos USD 500 millones por encima que en el mismo mes de 2019. Al comparar con el resultado comercial del balance cambiario (ver más arriba), se observa la divergencia que analizamos la semana pasada.

Ventas minoristas: El INDEC publicó los datos correspondientes a junio para la actividad en Supermercados y Autoservicios mayoristas y para los Centros de compra (shoppings), con un comportamiento dispar atravesado por la pandemia. En efecto, las ventas medidas a precios constantes de los Autoservicios mayoristas se incrementaron casi 6% respecto al mismo mes del año anterior, mientras que los Supermercados mostraron una leve contracción (-1,5%) y en los Centros de compras se hundieron casi 90%, dado que se mantienen en cierre preventivo. El dato de los supermercados pone un llamado de alerta, ya que marca un indicio de estabilización del consumo en un nivel inferior al de pre-pandemia, algo que también se corrobora en agosto al analizar otros indicadores de seguimiento del consumo en tiempo real.

Los temas de la semana

Una noticia relevante del exterior. El presidente de la FED (el Banco Central de Estados Unidos), Jerome Powell, brindó un discurso en el simposio anual de Jackson Hole -uno de los eventos económicos más importantes a nivel mundial- donde anunció un cambio en los objetivos de la política monetaria (algo que no sucedía en 8 años), para lograr la recuperación de la actividad y el empleo. El anuncio fue tomado por los mercados como una confirmación de que se va a mantener por bastante tiempo la política actual de tasas bajas de interés, una buena noticia para nuestra economía (cuando la FED sube las tasas eso funciona como una aspiradora de divisas a nivel global, provocando presiones adicionales sobre el valor del dólar local).

La República Argentina presentó una carta de intención al FMI y de esta manera dio inicio formal a las discusiones para elaborar un nuevo programa, donde busca renegociar los vencimientos con este organismo (el país enfrenta vencimientos por más de USD 45.000 en los próximos 4 años luego del acuerdo pactado entre el FMI y la gestión de Cambiemos). Para lograr eso, en la carta el gobierno se compromete a “recomenzar el proceso de implementación de un sendero fiscal consistente una vez que los efectos de la pandemia desaparezcan, reduciendo el déficit fiscal primario de un modo que sea compatible tanto con la sustentabilidad de la deuda pública, como con la recuperación económica”. Sergio Chodos, el representante argentino ante el organismo, confirmó que el objetivo es extender los plazos y que no se va a tomar un nuevo crédito ni a hacer uso del remanente del anterior.

Finalmente se presentó el proyecto de ley sobre el “aporte solidario y extraordinario” a las grandes fortunas y se conocieron los detalles. El gravamen -se trata de un aporte por única vez y no de un impuesto- alcanzará a las personas físicas (se excluye a las empresas) que hayan declarado al 31 de diciembre del año pasado un patrimonio superior a los $200 millones. Tendrá una alícuota progresiva que arranca en el 2% y llegaría al 3,5% para los patrimonios de más de $3000 millones. El gobierno estima que alcanzará a unas 12.000 personas.

(https://www.cenital.com/ )


Vi


Se dio la coincidencia de que me llegara este análisis de Daniel Rosso minutos después del video en el que un patético Alfredo Casero arenga en las cercanías del Congreso a un grupo de negacionistas de la pandemia. Casero, que perdió la chaveta definitivamente cuando el tándem Capusotto-Saborido le  copó la parada, y que hasta ahora sigue estando bancado por el Grupo Clarín en procura de psicotizar a sus audiencias, expresa las «propuestas» del ala más descerebrada de la oposición (que ni siquiera, como se verá, puede contar hasta cinco): «Respeto a la puta Constitución» (sic) y un contundente, meduloso mensaje al Presidente Fernández: «¡Andá a la puta que te parió!».

Daniel Rosso:

En los medios hegemónicos, en lugar de haber un debate argumental sobre las políticas públicas se establece un proceso de estigmatización”

Los argentinos nos encontramos una y otra vez ante operaciones, realizadas por los medios hegemónicos junto a los sectores más recalcitrantes de oposición, para descalificar todas y cada una las políticas que impulsa el presidente Alberto Fernández, más allá de su contenido. Esto pone en evidencia que lo que objetan no es lo que proponen estas medidas, sino que se trata de una campaña que tiene como objetivo central desacreditar al gobierno, sin vacilar a la hora de mentir o distorsionar la realidad. Para conversar acerca de este tema nos comunicamos con Daniel Rosso, sociólogo y periodista que fue Subsecretario de Medios de la Nación durante el gobierno de Cristina Kirchner.


 

Rosso pone en evidencia algunos de los mecanismos que utilizan los medios hegemónicos: “La metonimia es una figura de la teoría literaria que lo que hace es nombrar una cosa con el nombre de otra. Los medios hegemónicos en lugar de desarrollar argumentos para contraponerlos a los de otros, recurren a las cadenas metonímicas. Por ejemplo, nombran a Alberto Fernández y el Frente de Todos como kirchnerismo, al kirchnerismo como cristinismo, al cristinismo como La Cámpora y a ésta como el chavismo. Es un proceso de degradación de identidades. Toman una identidad como la del Frente de Todos y, al desplazarla a través de la cadena metonímica, terminan transformando ese término en otro, degradado. Es como una gran maquinaria de degradación y negativación de identidades. En lugar de haber un debate argumental sobre las políticas públicas se establece un proceso de estigmatización, y eso, en términos de la calidad democrática es muy complicado.

Lo que termina habiendo es la sustitución de un nombre por otro, o la sustitución de un contenido por otro. Hay un proceso de deslocalización en el que la voz del gobierno termina invadida por sentidos externos, La política pública nunca se termina de discutir.

Por el otro lado, hay grandes armados transversales”, continúa. “Se relata a la vicepresidenta a través de la estructura narrativa del virus: aparece como alguien invisible, en continuo avance, con mucha capacidad de contagio, y ese virus gana posiciones en el organismo, en este caso, el cuerpo del Gobierno y termina contagiando al cuerpo presidencial, diluyendo la figura del presidente”, detalla.

Rosso considera que ante estas maniobras para deslocalizar los contenidos se deben realizar tareas muy fuertes de localización. “Por ejemplo, ahora se está discutiendo el aporte extraordinario a las grandes fortunas. Lo primero que hacen es un coro común para nombrarlo como impuesto, algo que no es, porque no tiene periodicidad. La estrategia que se estableció ante esto (desde el Gobierno) es hablar sólo de los contenidos de la medida.”

Pone algunos ejemplos. Ante los intentos de asociar esta medida con una supuesta reforma impositiva o contraponerla con la supuesta creación de miles de puestos en la justicia, los voceros responden hablando sólo de lo referente al aporte extraordinario, no aceptan vincularlo con otros temas. “La primera operación es de localización, la segunda es de jugar todo el poder comunicacional detrás de esa política pública. En los próximos días va a salir una solicitada firmada por más de 1000 personalidades de la cultura apoyando ese aporte extraordinario. Luego otra de las Pymes en el mismo sentido. En síntesis, hay que contar esa política desde el Estado y el Gobierno en resistencia contra una fuerza que quiere impedir que se cuente.”

El sociólogo se refiere a las expresiones de odio que se estimulan desde los medios hegemónicos. Destaca que hace poco estuvo Steve Bannon en Argentina. Un hombre que fue el primer jefe de comunicación de Donald Trump y que en la actualidad hace las veces de asesor global de los partidos del odio. “Se supone que está construyendo algo con el ala más dura del macrismo. A mí me parece que no hay que discutir con ese polo, porque su diseño es antidemocrático. Como dice Jorge Alemán, tiene un discurso organizado alrededor del delirio. Dentro de la modernidad, el proceso de construcción de una verdad tenía dos elementos. Uno es adecuación externa, o sea, lo que vos decís tiene que tener alguna relación con lo que estás nombrando. Los discursos del odio pierden la relación con el objeto. Cuando alguien dice ‘El 5G es una operación para dominar mediante la implantación de un chip en las mentes de los argentinos, y en eso está el kirchnerismo junto a un grupo mapuche’, la adecuación externa se pierde totalmente. Es un discurso sin anclas”, analiza.


Rosso explica que el otro elemento de la modernidad es que un discurso tiene que tener coherencia interna. “En lugar de ir desde la verdad a la creencia, van desde la creencia a la verdad. Todos nosotros creemos en algo, a lo que previamente le adjudicamos un grado de verdad. A partir de ahí creemos. En estos procedimientos, eso está invertido: ‘Yo creo algo y entonces es verdad’. Con el campo del delirio mucho no se puede hacer. Lo que no tiene que pasar es que eso adquiera capacidad de hegemonía.”

El sociólogo describe el mecanismo comunicacional relacionado con el discurso del delirio, y lo ejemplifica en la movilización al obelisco. “El problema es que todas esas expresiones son tomadas por los medios concentrados y transformadas en un discurso que tiene pretensión de hegemonía. Esos medios dijeron que todos los que fueron a la movilización estaban en contra de la reforma judicial. De esta manera transformaron esos delirios en discurso político. Toman un conjunto de expresiones con componentes emocionales, belicosos, delirantes y los agrupan en un macrodiscurso que tiene pretensión de hegemonía”.


La disputa por el sentido no se da sólo en el especio mediático” reflexiona Rosso. “Un gran teórico de la comunicación, Jesús Martín Barbero, explica que hay medios pero también mediaciones. Esto tiene que ver con los modos en que los sujetos sociales, políticos y culturales pueden leer lo que circula en los aparatos comunicacionales, decodificarlo y transformarlo en discursos alternativos. Yo creo que hay que pensar la comunicación dentro de la política.


«Eliseo Verón hablaba de semiosis social. Se trata de un desequilibrio estructural, que no se puede resolver, entre emisión y recepción. Lo que se dice en emisión es siempre distinto en recepción. Eso te asegura la democracia y hace fracasar a Bannon. El único modo de que Bannon puede vencer es cuando la emisión es igual a la recepción. Esa es la gran fantasía de los gobiernos autoritarios: hacer que en la lectura esté exactamente la voz del que habla. Por suerte, en la lectura siempre hay una voz diferente a cómo fue dicha. Y de eso hablan teóricos como Boaventura De Sousa Santos, que plantean cómo volver a poner la política en un lugar central”, concluye. 

( https://pajarorojo.com.ar/?p=50157 )


Un país sin industria es un país dependiente, sin trabajo y sin futuro en los tiempos que vivimos”, afirmó este mediodía el Presidente Alberto Fernández, al encabezar el acto por el Día de la Industria en el centro de operaciones de la empresa Sinteplast, en el partido bonaerense de Ezeiza, donde anunció una serie de medidas económicas destinadas a impulsar el desarrollo del sector. 

Promover la producción, el trabajo y las exportaciones para que entren divisas a la Argentina, ayudar a los que invierten y trabajan, y nunca olvidar a los que peor están son las formas para que la sociedad progrese”, destacó el mandatario, que estuvo acompañado por el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Miguel Acevedo. 

Respecto de la situación de la industria nacional, Fernández explicó que “en la Argentina que soñamos queremos que las empresas se construyan con dedicación, con esfuerzo, reinvirtiendo, dando trabajo y exportando”.

Al tiempo en que reflexionó: “La economía fundada en la especulación financiera no sirve. En el capitalismo que tenemos que construir la industria es central, con capital, trabajo, producción y consumo”. 



En diciembre, cuando nos tocó asumir el Gobierno veníamos de cuatro años donde casi 25.000 pymes habían cerrado sus puertas y cientos de miles de trabajadores habían perdido su lugar de trabajo, donde se promocionaba la importación que la producción, donde era mucho más fácil hacer plata especulando financieramente que invirtiendo y produciendo, y donde la deuda se había multiplicado exponencialmente”, aseveró.

Además, el jefe de Estado se refirió al acuerdo con los tenedores de bonos, del cual se logró reestructurar el 99% de la deuda bajo legislación extranjera, y señaló que “entre el 2020 y el 2025 la Argentina estaba comprometida a pagar US$ 48.000 millones y en ese escenario piensen si podríamos estar soñando con poner de vuelta en marcha los motores de la producción”. 


Gracias a Dios, con el esfuerzo de todos, hemos logrado un acuerdo con los acreedores, y ese dinero vamos a poder destinarlo a la producción y al trabajo que son los dos objetivos centrales de este Gobierno”, concluyó Fernández.

También participaron del acto el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof; el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; y el intendente de Ezeiza, Alejandro Granados.

( https://eleconomista.com.ar/2020-09-fernandez-la-economia-fundada-en-la-especulacion-financiera-no-sirve/ )


De esta crisis global saldrán mejor aquellos países, Estados y comunidades que hayan priorizado la vida y la salud de sus integrantes por encima de cualquier otra cuestión. Si nos ayuda a tomar conciencia de que somos seres gregarios, comunitarios, débiles individualmente pero muy fuertes cuando tomamos nuestras capacidades individuales y las ponemos al servicio de objetivos que sean comunes a todes, tal vez y solo tal vez, todo este sufrimiento pasará a ser solo un mal recuerdo …


Daniel Roberto Távora Mac Cormack


Imágenes:  Carlos Alonso (Pintor Argentino)



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