Lunes 28 de setiembre de 2020 

 

    "Extasis" Roberto Diago

 

I

Otras 206 personas murieron y 8.841 fueron diagnosticados con coronavirus en las últimas 24 horas en la Argentina, con lo que suman 15.749 los fallecidos registrados oficialmente a nivel nacional y 711.325 los contagiados desde el inicio de la pandemia, informó hoy el Ministerio de Salud. La cartera sanitaria indicó que son 3.604 los internados en unidades de terapia intensiva, con un porcentaje de ocupación de camas de adultos de 61,1% en el país y del 65% en la Área Metropolitana Buenos Aires.

Además, recordó que la provincia de Buenos Aires informó el viernes 25 de septiembre que registraba 3.523 casos fallecidos sin informar en el Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud (SNVS) y a la fecha, la diferencia de fallecidos informados por la provincia y los cargados en el SNVS es de 3.309.

Un 40,43% (3.575 personas) de los infectados de hoy (8.841) corresponden a la Ciudad y a la Provincia de Buenos Aires. De los 711.325 contagiados, el 79,56% (565.935) recibió el alta.

El reporte vespertino consignó que murieron 110 hombres, 35 residentes en la provincia de Buenos Aires; 30 en la Ciudad de Buenos Aires; 1 en la provincia de Chaco; 7 en la provincia de Córdoba; 3 en la provincia de Corrientes; 2 en la provincia de Entre Ríos; 11 en Jujuy; 2 en Mendoza; 2 en Neuquén; 6 en Río Negro; 2 en Salta; 1 en Santa Cruz; 6 en Santa Fe y 2 en Santiago del Estero.

También fallecieron 96 mujeres: 33 residentes en la provincia de Buenos Aires; 32 en la Ciudad de Buenos Aires; 10 en la provincia de Córdoba; 7 en Jujuy; 2 en La Pampa; 2 en Río Negro; 1 en Salta; 1 en Santa Cruz; 7 en Santa Fe y 1 en Santiago del Estero.

Hoy se registraron en la provincia de Buenos Aires 2.947 casos; en la Ciudad de Buenos Aires, 628; en Catamarca, 67; en Chaco, 111; en Chubut, 100; en Córdoba, 1.577; en Corrientes, 49; Entre Ríos, 85; en Formosa, 1; en Jujuy, 97; en La Pampa, 10; en La Rioja, 86; en Mendoza, 558; en Misiones, 3; en Neuquén, 181; en Río Negro, 200; en Salta, 244; en San Juan, 65; en San Luis, 5; Santa Cruz, 77; en Santa Fe, 944; en Santiago del Estero, 168; en Tierra del Fuego, 86; y en Tucumán 552.

    Fragmento de la obra "Aquí no gana nadie", de Roberto Diago.

 
En las últimas 24 horas fueron realizados 15.171 testeos y desde el inicio del brote se realizaron 1.905.361 pruebas diagnósticas para esta enfermedad, lo que equivale a 41.989,8 muestras por millón de habitantes.

El total de acumulados por j
urisdicción indica que la provincia de Buenos Aires suma 401.862 casos; la Ciudad de Buenos Aires, 123.288; Catamarca, 272; Chaco, 8.178; Chubut, 3.409; Córdoba, 29.210; Corrientes, 1.063; Entre Ríos, 7.041; Formosa, 105; Jujuy, 15.302; La Pampa, 694; La Rioja, 4.582; Mendoza, 23.041; Misiones, 85; Neuquén, 7.336; Río Negro, 11.918; Salta, 11.497; San Juan, 623; San Luis, 1.101; Santa Cruz, 4.457; Santa Fe, 36.795; Santiago del Estero, 3.057; Tierra del Fuego, 3.728; y Tucumán, 12.681.

( https://www.tiempoar.com.ar/nota/parte-de-domingo-206-personas-murieron-y-8841-fueron-diagnosticadas-con-coronavirus-en-el-pais)

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II

¿Cuáles son los reclamos históricos de enfermeras/os que llevaron a la protesta que fue reprimida?

El pasado 21 de septiembre las trabajadoras y trabajadores de enfermería dentro del ámbito de la Ciudad de Buenos Aires llevaron a cabo una jornada de lucha y reclamos históricos frente a la Legislatura que terminó en represión de parte de la policía. Berta Leyton, presidenta de la Asociación de Licenciados en Enfermería (ALE), pasó por el programa Hasta que vuelvan los abrazos y se refirió a los reclamos urgentes por la pandemia.  También señaló las demandas históricas por los derechos laborales del sector y el reconocimiento como profesionales, dentro de la ley 6035. Por su parte, Andrea Ramírez, licenciada en Enfermería y trabajadora del Hospital Ramos Mejía dialogó en el programa Oíd Mortales. Allí sostuvo las exigencias y detalló cómo se generó la represión por parte de la Policía de la Ciudad.

La presidenta de la Asociación de Licenciados en Enfermería, Berta Leyton, salió al aire de La Retaguardia mientras se desarrollaba la jornada de lucha el último lunes, unos minutos antes de que la Policía de la Ciudad comenzara a reprimir.. En su intervención, explicó los motivos más de fondo de la protesta: los reclamos históricos.

Estamos en la calle como cada vez que necesitamos salir. Porque el Gobierno de la Ciudad nos sigue discriminando desde que se creó la Carrera de Profesionales de la Salud ya hace como 30 años. Ahí, quedamos afuera los enfermeros y ya había licenciados en enfermería. En 2018 se derogó la Ley de Profesionales y se hizo una nueva, la 6035. En ella, nuevamente quedamos afuera. En el siglo XXI, y en un momento en que enfermería cumple con todos los requisitos de la carrera de profesionales, no logramos que el Gobierno de la Ciudad nos integrara en esa carrera. No solamente los licenciados en enfermería, en bioimágenes o los licenciados en instrumentación quirúrgica, que son carreras emergentes y que vienen desde los últimos años. Enfermería de los años previos a la década del 60 ya tiene licenciados. Tenemos una ley en ejercicio para nuestra profesión y esto no se está respetando. Venimos desde el 2009 presentando proyectos de ley, cada dos años se cae uno, y volvemos a presentar. Hemos presentado proyectos con orientación en género, porque el 80% de quien profesa la carrera somos mujeres, entonces se inscribe en un rango de discriminación hacia la mujer”, detalló.

                                  "El oráculo" Juan Roberto Diago

Además, denunció: “Enfermería no sólo tiene tiene el 50% menos del salario que tiene cualquier otro profesional con los mismos años de carrera que nosotros, sino que además, ambas carreras, la de ramos generales y la nuestra tienen distintos beneficios: las licencias, los días por estrés. Nosotros reclamamos con una marcha anterior que nos dieran un día como les dan a los profesionales por estrés, y no nos lo dieron. Porque estrés significa reconocer que nuestra tarea es insalubre. Tampoco podemos concursar. Los concursos que tenemos son a dedo, no es que el que gana es el más idóneo, sino el que es más amigo. Está todo digitado con arreglos del gremio mayoritario, que es SUTECBA (Sindicato Único de Trabajadores del Estado de la Ciudad de Buenos Aires). Arreglaron que los cargos son de ellos. En un hospital tenés un jefe en enfermería, o en el departamento de enfermería, que no tiene un título de grado. Sin embargo tiene un cargo. Y está violando lo que es nuestra ley de ejercicio”.

La profesional comentó cómo se desarrolló la marcha y expresó la necesidad de una paritaria nacional que tenga en cuenta las diferencias salariales según cada provincia y cada especialidad dentro del ámbito de la salud. “Salimos desde el Congreso. Antes hicimos una conferencia de prensa en el Obelisco. Caminamos por la Avenida Rivadavia  rumbo a la Plaza de Mayo. Esto es una mezcla de reclamos a nivel nacional, porque hay un pedido de que se haga una paritaria nacional para equilibrar y mejorar los sueldos. Alguien que vive y trabaja en el sur tiene un sueldo diferente a alguien de Jujuy. Cada uno de nosotros tiene dos o tres empleos, y es algo que no se puede mantener en el tiempo. Pero es la única forma de sobrevivir y de tener un salario digno. El salario de una fonoaudióloga sostenido en el tiempo, es de unos 90 mil pesos, y el de una enfermera es de 35 mil.. No estar en la carrera significa no avanzar, no escalar. Mi salario se devaluó un 63% en los últimos tres años”, expresó.

Covid-19, estar en la primera línea

Al respecto del contexto de pandemia y las dificultades con las que llevan a cabo su tarea en la primera línea, Leyton reflexionó: “Es lo que no ve la población. Porque cuando estamos en terapia intensiva con los pacientes somos el único nexo. No pueden ingresar familiares. Estamos tratando de armar un protocolo para poder hacer que el familiar se despida de esas personas que se están muriendo en nuestras manos. No sólo eso, sino que en todos los servicios las compañeras están estresadísimas. Con mucha carga, porque no hemos tenido las licencias que se nos tienen que dar durante el año. No pudimos tomarnos vacaciones, francos. Se trabaja el doble y si no te toman la guardia seguís trabajando, estamos disponibles 24/7. En este momento somos los únicos que tenemos una exposición altísima por eso a nivel país tenemos 68 enfermeros fallecidos por Covid. Acá en la Ciudad tenemos en los hospitales siete fallecidos, pero hay un montón de enfermeros jubilados que han fallecido también”.

Un petitorio y la represión

Luego de esta entrevista, se supo que quienes se acercaron a la Legislatura porteña para continuar con la protesta fueron reprimidos. Las imágenes tuvieron un escueto recorrido por los medios tradicionales de comunicación. Se pudo observar como algunas enfermeras y enfermeros recibieron golpes entre empujones con la Policía de la Ciudad que armó un improvisado vallado humano para proteger la puerta de ingreso al edificio legislativo.

En diálogo con el programa Oíd Mortales, la licenciada en Enfermería Andrea Ramírez expuso lo sucedido y remarcó el carácter histórico del reclamo: “Fue un día que estábamos esperando, por ser personal de la salud, y terminamos decidiendo organizar una movilización, nos costó muchísimo animarnos.

Y terminó mal. El reclamo es histórico. Y si no se soluciona no aguantamos más. Avanzamos a la Legislatura con la idea de entregar un petitorio donde se fundamentaba el reclamo de todo lo que nosotros venimos pidiendo. La inclusión a la ley 6035, que es la de la carrera profesional de la salud en la Ciudad de Buenos Aires. Además, pedir mejores condiciones laborales y salariales para todo el equipo de salud. Nos juntamos con compañeros que vinieron de Provincia y con otros que vinieron del sector privado. Nos dijeron que no había nadie para recibirnos. Una clásica ninguneada”, relató. Y señaló: “El colapso no es sólo sanitario porque las camas están ocupadas, también lo es para nosotros porque estamos trabajando por un sueldo marginal con todas las responsabilidades y el riesgo de exponer a nuestras familias. Contagiarse y morir por un salario miserable es inaceptable. Te amarga día a día, sos enfermera y cobrás la mitad que el resto cuando uno estudió y se capacitó de la misma manera que todos los demás. Que terminen llamando a la policía para reprimirnos porque no nos movíamos hasta que nos atiendan, tuvo un final tremendo, brutal. Imperdonable”.

Ramírez contó que después de tanto gritar y de haber recibido golpes, hicieron pasar a dos compañeros, que fueron recibidos por dos legisladores con el compromiso de hacer pasar el petitorio por todos los bloques y darles una respuesta a los enfermeros y enfermeras. “No hay voluntad. Porque tiene que sesionar y nos tienen que aumentar el 50%. El Gobierno no quiere, se frena con los gremios. Pactan”, agregó.

La burocracia sindical se llama Amadeo Genta

Lo llamen como lo llamen seguimos perteneciendo al gremio SUTECBA (dirigido por Genta) y somos escalafón general, que es un salario no profesional. Las horas extras que hacemos, que las llaman módulos, son una limosna. Con esto se puede llegar a 50 mil pesos. Esto para una familia no alcanza, no se puede llegar a fin de mes, y tenés que trabajar en otros lados. El Gobierno no quiere confrontar con las cúpulas de los gremios mayoritarios. Son todos pactos, acuerdos, y nosotros estamos en el medio. Ellos (el sindicato) tienen el poder de masa para hacer sus negociados. Tampoco podemos hacer paro general porque el gremio no lo va a decretar. Somos prisioneros. Para los próximos días, si esto no se arregla, vamos a tener que tomar otra medida. En esta situación de pandemia es complejo, pero también pensamos que es el momento de que nos escuchen”, cerró la enfermera.

http://www.laretaguardia.com.ar/2020/09/cuales-son-los-reclamos-historicos-de.html

tomado del sitio: https://argentina.indymedia.org/2020/09/27/cuales-son-los-reclamos-historicos-de-enfermeras-os-que-llevaron-a-la-protesta-que-fue-reprimida/

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III

DISCRIMINACION SOCIAL

Para el vicepresidente de la UIA, “tener 200 millones de pesos es tener un poco más que el promedio"


Desde los orígenes del tiempo la tensión dramática entre la reflexión y la implosión emotiva provocada por el vendaval del miedo definen a la vida humana. Los seres humanos se adaptaron a un mundo hostil, reflexionando sobre las causas de los males que los aquejaban y articulando las acciones y relaciones sociales indispensables para superarlas. La vida social transcurrió así, inmersa en una progresiva división del trabajo y en el desarrollo de relaciones cada vez más asimétricas en cuanto al control y distribución de los afectos, los símbolos, los bienes materiales y el dinero. La vida en sociedad estuvo pues marcada desde un inicio por una compleja trama de relaciones de cooperación y conflicto, de solidaridad y dominación, de inclusión y exclusión. La visibilidad y la funcionalidad de los estereotipos, de las divisiones y de los mecanismos de contención de los conflictos sociales han variado a lo largo del tiempo y de las culturas. Sin embargo, su rol en la reproducción de una grieta discriminatoria inicial ha permanecido inalterable.

En la Grecia antigua, cuna de la civilización occidental, se pensaba que la democracia ateniense expresaba la perfección de un régimen de gobierno basado en la deliberación y la participación ciudadana en la cosa pública. Alejandro Magno proclamaba al régimen político griego como “aquel donde los mejores gobiernan, con leyes comunes a todos y sin distinciones raciales… no me interesa el origen o la raza de los ciudadanos. Solo los distingo en base a su virtud” (juramento de fraternidad en Opis, Babilonia, 324 a.c.). Tras la luminosidad de estas palabras yacía la oscuridad de una estructura de poder que impedía a las mujeres, a los esclavos y a los extranjeros todo acceso a la ciudadanía. Tiempo después, Plutarco habría de arrojar mas luz sobre esta estructura de poder, advirtiendo a sus compatriotas griegos que la desigualdad entre ricos y pobres era la enfermedad más antigua y letal que había aquejado a las repúblicas. Apuntaba así a la concentración del poder económico como una fuente básica de discriminación social.

Con el correr del tiempo, las divisiones y la discriminación social fueron naturalizándose y las palabras y los símbolos se transformaron en un instrumento de importancia crucial para anular la reflexión. Desatando subliminalmente a los miedos atávicos, permitieron ocultar la creciente concentración del poder. A mediados del siglo pasado y en el contexto de una brutal crisis económica, el fascismo y el nazismo hicieron estallar a la luz del día la incompatibilidad explosiva entre el poder económico de los monopolios y la legitimidad de las instituciones políticas de los Estados nacionales. Estos movimientos políticos convirtieron al miedo y al odio racial en el eje de un mecanismo infernal de propaganda estatal, que buscaba anular la reflexión y la capacidad de disenso imponiendo la obediencia compulsiva a un régimen político basado en una feroz concentración del poder político y económico.

Tiempo después, la expansión mundial del capitalismo monopólico y la concentración del poder en todos los niveles de la vida social detonaron globalmente una crisis de legitimidad institucional que hoy busca resolverse, utilizando buena parte de los mecanismos de aquella propaganda fascista. A través del miedo y del odio se busca imponer la primacía de una brutal discriminación social. Hoy las palabras y los signos son armas de guerra que buscan falsear la realidad, confundir y detonar subliminalmente miedos atávicos, destinados a precipitar un comportamiento de rebaño que anule la reflexión y vuelva posible la manipulación de vastos estratos de la población. En el centro de esta maraña están las corporaciones que controlan los medios de comunicación y las redes sociales. Ellas se han convertido en el cuarto Poder que garantiza el status quo. Hoy todo vale con tal de inyectar en los ciudadanos de a pie la urgencia del “sálvese quien pueda”, alentada por la desconfianza y el miedo al otro que, por su mera existencia, compite sin piedad por los afectos, los consumos, y el territorio.

La pandemia ha agudizado los conflictos existentes y la discriminación social brota por los poros de las élites, que navegan los conflictos sociales arropadas hasta la medula con distintos colgajos autoritarios. La información, las ideas y las opiniones son controladas y censuradas abierta y subrepticiamente mientras se machacan subliminalmente los detonantes del comportamientos de rebaño. El miedo de los despojados lo transforman en odio superlativo contra aquellos que, teniendo aún menos, exponen la profundidad del abismo de la exclusión social. Este tumulto de negatividad se empieza a superar cuando se iluminan las raíces estructurales de la discriminación social, se desatan los nudos de la concentración económica y se siembran relaciones sociales y formas de organización basadas en la solidaridad y el control colectivo de las decisiones.

Crisis económica, elecciones y racismo

La masiva intervención de la Reserva Federal en los mercados financieros, a fin de enfrentar la crisis desatada por el cierre de la economía mundial en marzo de este año, ha resultado en un desacople creciente entre las finanzas y una economía real que, cada vez mas endeudada, no logra despegar. Entre enero y fines de mayo el endeudamiento privado paso de representar 150% a 160% del PBI. A su vez el endeudamiento publico pasó de representar 106% a 135% del PBI (nakedcapitalism.com 18 9 2020).


A pesar de ello los estímulos destinados a la reactivación económica se agotaron y la negociación entre demócratas y republicanos para renovarlos se encuentra bloqueada en el Congreso.  En este contexto, la presidenta de la Reserva Federal de Cleveland anticipó que “se ha propuesto legislación para que cada norteamericano tenga una cuenta en la Fed en la que esta depositaría dólares digitales, que podrían ser utilizados por los consumidores en caso de una emergencia” (clevelandfed.org 23 9 2020, zerohedge.com 3 8 2020 bloomberg.com. 1 8 2020). Las ventajas y desventajas asociadas a este nuevo mecanismo están siendo estudiadas por las Reservas Federales de las distintas regiones, conjuntamente con el BIS (Bank of International Settlements).

Así, la máxima autoridad financiera está considerando una drástica transformación de las reglas del juego del sistema bancario. Sus transferencias directas de dólares digitales a las cuentas de los consumidores desplazarían a la intermediación de la banca comercial, volviendo obsoleto el sistema bancario tradicional y el rol de la moneda fiduciaria. Si estas medidas se concretan, un puñado de funcionarios de la Reserva, no electos por el pueblo, lograría independizarse completamente del control del Poder Legislativo adoptando por su cuenta estímulos y políticas especificas. Pareciera entonces que la inminencia de un mayor deterioro económico en un contexto político candente ha brindado el espacio necesario para que un reducido grupo de intereses intente profundizar su control sobre los mecanismos de decisión económica.

La muerte de Ruth Bader Ginsburg, jueza de la Corte Suprema de Justicia, ha intensificado el drama político rompiendo el equilibrio entre republicanos y demócratas en este organismo. Trump se apresta a nombrar inmediatamente una reemplazante. Como consecuencia de la decisión demócrata de impulsar el voto por Correo, y de las limitaciones técnicas de este organismo, Trump denuncia un fraude electoral y se niega a una transferencia pacífica del mando si el resultado le es adverso. Así, la Corte Suprema con mayoría republicana tendrá un rol decisivo en la elección del futuro Presidente (bbc.com 24 9 2020, cnn 24 9 2020).

Los principales dirigentes demócratas aseguran que si Trump se rehúsa a entregar el mando será sacado por las Fuerzas Armadas como manda la Constitución, y anuncian crecientes disturbios sociales y raciales durante todo el periodo electoral. La cuestión racial ocupa pues, el centro de la escena política. Sin embargo, la protesta contra la discriminación racial y la represión policial desencadenada desde el mes de mayo ha tenido por epicentro a las ciudades y distritos gobernadxs desde hace décadas por una dirigencia demócrata que no cumplió con sus promesas electorales de inclusión racial y social. Esto último explica el rol del ala progresista de los demócratas en los movimientos de protesta y su avance en las elecciones primarias.

Trump también ha acicateado a sus votantes aludiendo constantemente a la violencia racial y asociándola al partido demócrata y su supuesta ineficiencia para reprimir. Esta semana dio un nuevo paso firmando por decreto (executive order) la prohibición dentro de la administración federal, las Fuerzas Armadas y los contratistas del Estado de todo tipo de entrenamiento que promocione “ideologías y estereotipos raciales que presentan a los Estados Unidos como irremediablemente racista y sexista” (zerohedge.com 2 9 2020).

La “patria de los IFEs” y la desestabilización institucional

Datos recientes del INDEC muestran que en el segundo trimestre del año el PBI cayo un 19.1%, al mismo tiempo que la brecha entre los que tienen mayores ingresos y los que tienen menos creció un 19.1%. Esta desigualdad de los ingresos creció tres veces en un año, al mismo tiempo que los salarios corrieron detrás de la inflación, aumentando respectivamente 36.4% y 42.1%

La pandemia configuró así una verdadera emergencia nacional, donde la multiplicación de contagios y muertes fue acompañada por un mayor empobrecimiento de los asalariados en general, y especialmente de los más vulnerables. Las medidas dispuestas por el gobierno nacional para paliar este impacto no alcanzaron a impedir el grave deterioro económico y social. Entre estas medidas se cuenta el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), un beneficio mensual de $10.000 asignado a 8.9 millones de personas en la informalidad y con escaso o ningún recurso. Esta semana la presidenta del PRO volvió a atacar al Presidente Fernandez, acusándolo de cercenar las libertades y convertir al país en una “patria del IFE” (ámbito.com 23 9 2020). Una vez más el macrismo se niega a visibilizar la pobreza y la estigmatiza apelando a calificativos que despiertan el terror de las clases medias. En esta “patria del IFE” las tomas de tierra son comparables a las tomas de rehenes y hay que desactivarlas rápidamente cortando los víveres, la electricidad y el agua. Este es un delito inaceptable cuando «hay mucha gente de clase media, que trabaja se rompe el alma y tampoco tiene casa” (canal 9, Nada personal, 23 9 2020).

Los grandes empresarios también invisibilizan la pobreza y cierran filas contra el “aporte solidario por una única vez”, algo que para el presidente de la Coordinadora de Productos Alimenticios y vicepresidente de la UIA no sirve, porque “tener 200 millones de pesos es tener un poco más que el promedio… Están estigmatizando a ese sector que llaman ricos, pero que no lo son” (bae.com 23 9 2020). Al mismo tiempo que este poderoso empresario se queja por la caída de la producción, su sector desabastece con el objetivo de hacer estallar a los precios. Esta maniobra fue denunciada por entidades representativas de más de 150.000 comercios de consumo masivo en todo el país. Advierten sobre inminentes cierres masivos y “pérdidas de miles de fuentes de trabajo” y reclaman la intervención del gobierno (infobae.com 25 9 2020). A su vez, la organización de Industriales Pymes Argentinos denunció esta semana subas de entre 10 y 50 % en dólares en el precio de sus materias primas y responsabilizan a la situación mundial “y a la especulación” por estos aumentos (ídem).

Por último, un tufillo estigmatizador parece desprenderse de algunas medidas restrictivas del cepo cambiario centradas en los beneficiarios del IFE y otros subsidios. Difícilmente estos puedan mover el amperímetro del mercado cambiario o del chiquitaje que mensualmente ahorra en dólares. En cambio seria importante conocer los movimientos cambiarios de las grandes empresas vinculadas a las importaciones y exportaciones, punto neurálgico de la restricción externa.

(https://www.elcohetealaluna.com/discriminacion-social/ )

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IV

¿Cuánto cuestan las cosas? ¿Cuánto deberían costar? ¿Y por qué cuestan lo que cuestan? Los precios de los bienes de consumo masivo están sujetos a múltiples variables, pero una de las más determinantes y menos exploradas por el periodismo es el formidable nivel de concentración que existe en el país tanto en la producción como en la comercialización de los artículos de mayor demanda. Saber cuáles son las grandes corporaciones que, abusando de su posición dominante en la elaboración de productos esenciales, pueden fijar precios arbitrarios y afectar los bolsillos de los consumidores, es una información no menos esencial, sobre todo en el contexto de la pandemia, cuando millones de argentinos deben asistir a comedores y otros tantos que no lo hacen también vieron mermados sus ingresos.

¿Por qué no aparece esta información en los medios que llamamos tradicionales? El principal sostén de esos medios son los grandes anunciantes del sector privado. La tapa de esta edición de Tiempo, que a primera vista remeda el folleto de ofertas de un hipermercado, repasa apenas un puñado de nombres, algunos harto conocidos por el público, otros no tanto, pues se conocen mucho más las marcas que comercializan que las compañías que están detrás. Esas megaempresas ofrecen sus productos en los principales diarios, en la radio y la televisión, y ese procedimiento constituye la matriz de un pacto tácito: de ellas no se habla, se expresan por sí mismas y estrictamente en las páginas de propaganda, en la tanda publicitaria, eventualmente en un PNT (un “chivo”), pero solo allí.


                     "Cacharros viejos" Juan Roberto Diago

El informe exclusivo que el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) realizó para Tiempo entrega dos certezas. Por un lado, como explica el trabajo, es un hecho que “la alta concentración posibilita la consolidación de grandes grupos económicos con capacidad de presión sobre las condiciones del mercado y las políticas económicas”. Si apenas dos empresas controlan el 98% del mercado de las gaseosas, si tres facturan el 90% del aceite comestible que se comercializa en el país, si una sola concentra, con distintas marcas, el 82% de las ventas de jabón para lavar la ropa, es evidente que tienen poder para incidir en los precios de esos productos, y en definitiva deciden qué parte del salario de cada trabajador se va en ellos.

La otra constatación tiene que ver con el derecho a la información. Solo un medio cuyo único compromiso es con sus lectores, ajeno a los condicionamientos (y, por inevitable añadidura, a las connivencias) que atan a la prensa tradicional a los grandes agentes del patrocinio privado, puede dar cuenta de la sensible encrucijada en la que se encuentra una sociedad cuyo sustento, el poder adquisitivo de cada familia, está licuándose, siempre, a merced de un pequeño grupo de empresas oligopólicas.

( https://www.tiempoar.com.ar/nota/de-eso-no-se-habla )

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V

Una persona que haya leído los diarios y haya mirado la tele en el último mes habrá seguramente llegado a la conclusión de que la Argentina está a punto de la guerra civil. De que la sociedad está estructuralmente dividida en dos bandos, cada uno con su propio modelo mental del país que quiere, entre los cuales no hay diálogo posible. Si consumió una cantidad excesiva de medios seguramente pensará que uno de esos bandos es irremediablemente inmoral e irracional y que el país no podrá avanzar mientras pueda ganar elecciones. (En realidad, estará convencido de que el país fracasó justamente en el momento en que ese bando ganó la primera elección.)

Cuando las encuestas preguntan sobre los temas fundamentales de la democracia, los disensos son mucho menores. Dos tercios de los argentinos opinan que no hay mejor sistema de gobierno que el democrático. Según este relevamiento de Zubán-Córdoba alrededor del 80% piensa que los problemas de desempleo, pobreza y violencia son muy graves, mientras que sólo el 47% piensa que es muy grave la cuarentena y el 59% opina que lo es la grieta. Los principales problemas de la vida cotidiana son el desempleo, la inflación, la inseguridad y la salud. Cuestiones concretas, tangibles, que tienen que ver con la mejora o empeoramiento de la vida de la población.


No pretendo negar por supuesto que existan diferentes proyectos de país y divisiones de identificación política. Hay diferencias fuertes en relación al manejo de la pandemia, y han aparecido en la Argentina sectores que reflejan las nuevas modas de la ultraderecha mundial, como los que argumentan que la Tierra es plana o que el virus es una conspiración internacional. Pero el gobierno mantiene un porcentaje de apoyo importante (varía según los relevamientos), lo cual es lógico para un gobierno que asumió hace diez meses, aunque ha sufrido una pérdida en la valoración social recientemente, lo cual también es lógico en el contexto de pandemia y crisis económica. No aparece sin embargo la percepción de una crisis de legitimidad, y tampoco aparece una nostalgia por el macrismo: más bien, el juicio colectivo sobre su gobierno sigue siendo negativo. El oficialista con mejor imagen es el presidente (lo lógico) y el opositor con mejor imagen es Horacio Rodríguez Larreta (también lo lógico). Es todo muy lógico dado el contexto.

La pregunta entonces que aparece es por qué todos tenemos la sensación de que vivir en este país es irrespirable. No tengo la respuesta, pero hay que decir que vivimos en este momento un proceso de desafección democrática de las élites en todos los países de las Américas. Mientras que la tesis de los autores clásicos de la sociología política que analizaba Latinoamérica en las décadas del cuarenta y el cincuenta (Lipset, por ejemplo) asumía que el problema era la falta de compromiso democrático de la clases populares (siempre disponibles para ser movilizados por los cantos de sirena de los demagogos populistas) hoy debemos admitir que la insatisfacción y sensación de victimización son más altos en los sectores con más recursos y más poder. Lawrence Glickman, historiador de Cornell, llama a este fenómeno “victimización de las elites”. Paradójicamente, en un momento en el que el capitalismo ha triunfado, cuando está ascendente la derecha en todo el mundo, en el que no existe una visión alternativa y desafiante como lo fue la URSS, en el cual las clases propietarias se apropian de un porcentaje casi récord de las riquezas, y en la cual la cultura popular ha adoptado la admiración hacia los ricos y famosos como default, esas mismas clases se sienten infinitamente amenazadas.

                            "Mujer" Juan Roberto Diago

En estos días hemos tenido un ejemplo de esto: la discusión en el Congreso por el aporte extraordinario sobre los patrimonios mayores del país. Sobre esto, la sociedad no tiene grieta: entre el 64% (Analogías) y 73% (consultora Clivajes) declara estar de acuerdo, incluyendo un 30% de quienes votaron por Mauricio Macri. La medida en sí puede estar más o menos diseñada, pero no parece extraordinario pedirle un aporte a quienes más tienen y más si tenemos en cuenta que todos los demás sectores sociales han resignado recursos en la pandemia. Si Juntos por el Cambio se guiara por los focus groups, como se decía, no cabe duda de que debería apoyar la medida; sin embargo, su bloque de diputados votó en contra. Además, hemos escuchado en los últimos días reacciones que llamaban a “no estigmatizar a los ricos”, decían “defender a los argentinos de bien”, y sostenían que “decir que quien tiene 200 millones de pesos puede sobrevivir con 197 es falaz” (¿Really?). No se trata de que el enojo sea por la plata: el enojo es sobre todo por una sensación de pérdida de aprobación, por algo que se vive como una crítica social y una pérdida de autoridad inaceptable.

La desafección democrática de las elites es un fenómeno grave para la democracia, ya que las mismas tienen una influencia política mayor a su tamaño poblacional. Por supuesto, no son todopoderosas, pero tienen mucha capacidad de presión y de definir la agenda.

Por ahora, lo más importante es mantener la vista en la pelota: no, no es cierto que vivamos en un país inevitablemente fragmentado, y no, no es cierto que nos rodee el odio. Lo segundo más importante es apartar la vista de las redes sociales y de la televisión, respirar, y mirar a nuestro alrededor. Caminar un par de cuadras. Tal vez llamar a un familiar, un amigo o un vecino y preguntarle cómo está. Y recordar que la mayoría sigue pensando que la democracia es la mejor forma de vivir.

(Cenital. Com)


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VI

La agresividad de la ultraderecha política, cultural y económica sobre el gobierno democrático sigue desarrollándose. Siguen las movilizaciones convocadas desde las redes y los medios hegemónicos. Los medios no adictos, los periodistas y los sociólogos describen y analizan los hechos tratando de ver los hilos visibles e invisibles de la provocación en marcha.

Por supuesto que los hechos sociales se pueden analizar desde distintas ópticas, sin embargo, dada la situación de América latina y la del país, y la de los intereses de EEUU en su lucha contra los otros bloques de países, que también se expresa en la región, lo esencial es valorar y analizar cuál es la etapa de la estrategia política que se está desarrollando.

Vivimos la etapa de la negación. El hilo conductor es el estímulo y la visibilización de todo lo que sirva para desgastar al gobierno.

No importa si son consignas programáticas o no, importa que sean opuestas. Conviven el medioevo, con los anti-cuarentena, con los gorilas, con los fascistas, con los reivindicadores del genocidio. Todos juntos con los que quieren ir a tomar café y se sienten progres liberales.

El objetivo no está en unificar los reclamos, sino en diversificarlos. A la vez lograr que el gobierno y la mayoría se sienta en una fortaleza sitiada donde solo queda estar a la defensiva. Buscan así descomponer el respaldo popular, deslegitimar la voluntad expresada en las urnas.

Tratan de demostrar que no hay gobierno, y que el ejecutivo responde al día a día. Buscan generar distancia y desconfianza mutua entre lo más activo y transformador de la militancia del Frente de todos y el ejecutivo. Y siembran la idea de dictadura, de caos, de incertidumbre para que pierda espacio la credibilidad de la democracia, para aprovecharla en próximas etapas.

El mensaje es que el poder real y la ultraderecha no aceptarán ni la menor de reformas, que no permitirán que el estado se ocupe del interés comunitario. Que el gobierno debe aceptar su programa o le espera mayor desgaste y alguna forma de golpe blando.

                                  "Danza"

Si estas grandes coordenadas son reales, la salida es política. El país necesita más liderazgo. Las mayorías necesitan un rumbo, una ética de los desafíos, necesitan una organización que rompa cualquier letargo.

Sí, el gobierno debe dar signos de mayor capacidad de fijar la agenda pública y salir de la defensiva. El Frente de todos, sus partidos y movimientos tienen la obligación de superar el mero frente electoral y transformarse en un frente organizado, institucionalizado, con participación y organización desde cada barrio hasta nacionalmente.

La gravedad sanitaria, económica y política del país y la región necesita de nuevas y mejores actitudes de las dirigencias populares

La solución política al dilema que vivimos no necesita ni la delegación absoluta en la conducción del proceso, ni la contracara de los fiscales de la patria que siembre señalan los yerros pero no construyen ni las soluciones ni la organización popular para superarlas.

¿Macri al ataque?

De la carta de Macri publicada en el diario La Nación y las reuniones donde participó, muchos leen que  está queriendo dirigir a la oposición de derecha y ultraderecha. ¿Es así? A contramano de lo opinado por muchos analistas prestigiosos, creo que el expresidente esta peleando una interna dentro del PRO y tratando solo de no quedar al margen. Obligar a sus correligionarios a tomarlo en cuenta en las futuras variantes. El ex líder del PRO sabe que se queda al margen de la política real y será visualizado como el peor presidente de la democracia, rivalizando con De La Rúa, y corriendo el riesgo adicional de que la impunidad de la que gozó y disfruta se rompa.

Se ofrece entonces al poder real como vocero de las peores posiciones para ser parte de la urdiembre viscosa que es Cambiemos.

Desde el punto de vista económico Macri es impresentable incluso para su propio electorado. Si las causas de espionaje se profundizan se mostrará cada vez más claramente el estado paralelo y oscuro que creó al servicio, tanto de la persecución de opositores, como de sus negocios.

Una parte del Frente de Todos entiende que esa actividad del exmandatario ayuda a mostrar qué es Cambiemos y entonces focaliza allí su debate con él. Pero esa posición le permite a Rodríguez Larreta seguir construyendo la imagen de que es diferente. Le dice al poder real que él puede contener no sólo a la ultraderecha y derecha, sino al variopinto conservadurismo y liberalismo e incluso cosechar en los descontentos que votaron al Frente de todos para derrotar a Macri.

No había Macri sin Larreta. Y lo peor: no era posible la destrucción macrista, el mega endeudamiento, la destrucción del aparato productivo, la existencia de la mesa judicial y del aparato de espionaje sin la cofradía de Macri, Larreta, Vidal, Santilli, Bullrich.

Es un error creer que la represión a las y los enfermeros fueron de la policía de la ciudad, como si ella tuviera autonomía de la decisión del jefe de gobierno y su vice que está a cargo del ministerio de seguridad de la ciudad de Buenos Aires.

Rodríguez Larreta sabe que para ser competitivo necesita contar con Patricia Bullrich y Mauricio Macri para contener al segmento más inescrupuloso del PRO y sus alineamientos con la “embajada”. Pero a la vez sabe que son un lastre para una parte de la opinión pública que no comulga con su salvajismo. Son sus propios dilemas. Lo inentendible es que se le ayude desde algunos del Frente de todos a esa estrategia. + (PE/La Barraca)

Publicado en La Barraca, Santa Fe, cuyo director es Alejandro Mosquera.

(Prensa Ecuménica)

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VII

Los mercaderes de la angustia y la política de las tensiones cambiarias

La obscena protesta de los privilegiados cuando crece la desigualdad por la pandemia

El grupo social que más se queja de la peor crisis global de la era moderna es el más acomodado en la pirámide de ingresos. En este mundo al revés, el manejo del mercado cambiario, con medidas de control como también la forma de instrumentarlas y comunicarlas, es clave para orientar las expectativas económicas y eludir la profundización de la crisis que busca el poder devaluador.

Existen varios aspectos sorprendentes del impacto económico de la pandemia pero uno, a esta altura, es desconcertante: el grupo social que más se queja de la peor crisis global de la era moderna es el más acomodado en la pirámide de ingresos y en el acceso a los cuidados de la salud y a la atención sanitaria del coronavirus.Convoca a movilizaciones con autos de alta gama, circula por los noticieros cuestionando las políticas sanitarias de la protección de vidas, protesta porque los muy ricos tendrán que hacer un pequeño aporte según el patrimonio declarado, cuestiona la desesperación de familias que no tienen viviendas o fueron expulsados de alquileres de piezas miserables, y se queja por las restricciones cambiarias. La alteración de las prioridades personales y colectivas es tan obscena que alegan que tienen su libertad limitada porque no pueden ir a comer a un restaurante mientras por día se informan cientos de muertes a causa de la covid-19, con el personal médico mal pago y al borde del colapso físico y emocional.

Clases medias acomodadas y altas con todas las necesidades básicas satisfechas se quejan de una crisis global que se montó sobre la debacle económica que dejó el macrismo, como si fueran los únicos afectados, cuando en términos relativos no integran los grupos más castigados por la pandemia.

Concentración

Este escenario de lamentos de privilegiados, que gran parte de los medios de comunicación convalidan sin pudor, se despliega cuando se conocen los últimos datos de la distribución del ingreso: aumentó la concentración de la riqueza en estos meses.

En el segundo trimestre, en los peores meses de la pandemia y cuando hubo más expresiones de descontento de mimados por un sistema desigual, el 10 por ciento de la población ubicado arriba de la pirámide de riquezas pasó a percibir 19 veces más ingresos que el 10 por ciento de la base. La brecha se amplió en ese período y es tres veces más que hace un año, cuando la diferencia era de 16

Otro indicador de aumento de la desigualdad del ingreso per cápita lo ofreció la evolución del coeficiente Gini, que se mide entre 0 y 1, en donde 0 se corresponde con la igualdad perfecta y 1, con la desigualdad extrema. Ese índice aumentó de 0,434 a 0,451 en el segundo trimestre de 2020 en relación al mismo período del año anterior.

Estas cifras hubiesen sido peores sin la oportuna y efectiva intervención del gobierno de Alberto Fernández con la instrumentación del IFE, ATP, subsidios, congelamiento de tarifas, la tarjeta alimentaria y otros programas sociales.

La pandemia dejó al descubierto la desigualdad estructural de un sistema que concentra riquezas, con acceso desigual o directamente sin acceso a servicios básicos, como el agua potable para el cuidado sanitario o a la conectividad para alumnos y familias de barrios marginados. El coronavirus no sólo dejó en evidencia esas inequidades sino que acentuó el reparto desigual del ingreso.

Desempleo

En estos meses de protestas y movilizaciones de grupos sociales acomodados, no sólo hubo aumento de la desigualdad, sino que además hubo un impacto sociolaboral fulminante debido a la pandemia: el desempleo subió a 13,1 por ciento en el segundo trimestre, 2,5 puntos por encima de igual período del año pasado.

Ese incremento se produjo pese al esfuerzo oficial de proteger el empleo con el decreto de prohibición de despidos, el acuerdo sobre suspensión de trabajadores y el decreto que fijó la doble indemnización. El saldo de pérdidas de empleos hubiese sido aún peor sin esas medidas de emergencia y el marco normativo laboral que, pese a las olas neoliberales que buscaron desarmarlo durante las últimas décadas, continúa siendo un potente dique defensivo frente a las presiones de precarización del empleo.

En ese aumento del desempleo, los trabajadores informales y por cuenta propia fueron los más castigados, lo que expone en forma más dramática el impacto desigual del coronavirus.

Hubo también un alza en el indicador que mide la cantidad de trabajadores que dejaron de buscar empleo. El porcentaje de inactivos fue record al anotar el 61,6 por ciento de la población urbana, universo que está conformado por quienes no están en edad de desempeñarse en el mercado laboral o, bien teniendo edad para hacerlo, optan por no trabajar ni buscar trabajo porque las condiciones son desfavorables para conseguirlo.

En ese contexto general de un mercado laboral negativo hubo una impresionante y exitosa campaña del mundo empresarial de privilegiar el funcionamiento de las fábricas sobre el cuidado sanitario de trabajadores.

La mayoría de las corporaciones aplicó estrictos protocolos de seguridad sanitaria. Otras ocultaron casos de contagios y muertes para evitar frenar la producción. El caso extremo es el del Ingenio Ledesma de la familia Blaquier, con cientos de trabajadores contagiados y decenas de fallecidos por la covid-19.

La presión sobre los trabajadores se da en condiciones de vulnerabilidad extrema ante el miedo que tiene la mayoría de perder el empleo en medio de la peor crisis económica de la era moderna.

Miedo

El premio Nobel Joseph Stiglitz escribió en El precio de la desigualdad (2012) una descripción que, si bien es en referencia a Estados Unidos, vale para estos tiempos de pandemia.

El mentor del ministro Martín Guzmán señaló: "El gran enigma es cómo en una democracia supuestamente basada en el principio de 'una persona, un voto', el 1 por ciento había podido tener tanto éxito a la hora de condicionar las políticas en su propio beneficio. Hay otro método por el que los grupos económicos consiguen lo que quieren del gobierno: convencer al 99 por ciento de que tienen intereses compartidos. Esta estrategia exige un impresionante despliegue de prestidigitación. El hecho de que el 1 por ciento haya condicionado con tanto éxito la percepción del público atestigua la maleabilidad de las convicciones".

Stiglitz advierte sobre la trampa en que puede caer una mayoría asustada. En pandemia, la queja de los grupos privilegiados ocupa un lugar predominante y, si no se la atiende, aparece que toda la sociedad se perjudicaría.

En cambio, cuando aparecen situaciones críticas que viven grupos vulnerados, como la falta de servicios básicos en las villas o la desesperación por no tener una vivienda digna, el mensaje dominante en el espacio público es estigmatizador de esa población.

Disciplinar

Para lograr ese comportamiento social, la amenaza de perder el empleo o, en esta última semana, la posibilidad de afectarse los depósitos en dólares forman parte de la estrategia de disciplinar a una mayoría vulnerable para que acepte situaciones que serían rechazadas si fueran ofrecidas en una situación normal, para terminar defendiendo intereses que no son propios. Por ejemplo, convalidar una brusca devaluación.

El miedo es el vehículo para condicionar el comportamiento colectivo. En una era de incertidumbre global y más aún hoy con la pandemia, el propósito es imponer de ese modo políticas impopulares. Estas consisten en ajustar el gasto público o recortar la red de protección a grupos sociales vulnerados.

Las dudas sobre lo que está sucediendo y el temor sobre lo que vendrá en la economía provocan intranquilidad. Gran parte de la sociedad se encuentra así indefensa para absorber teorías conspirativas, escenarios apocalípticos y análisis de caos inminentes.

Los mercaderes de la angustia ocupan el centro de la escena, circulando por medios de comunicación con pronósticos de catástrofes económicas. Se requiere de una firme voluntad política y convicciones para desenmascarar sus intenciones y neutralizarlos.

Expectativas

El manejo de las expectativas juega un rol fundamental en este contexto de incertidumbre, puesto que permite definir consensos sobre cómo se desarrolla la economía local en una crisis global.

Las fuerzas en pugna sobre la orientación de las expectativas determinan si la economía ingresa en un círculo vicioso de las exageraciones o en uno virtuoso de recuperación colectiva.

Anunciar que existen riesgos sobre los depósitos en dólares refuerza los miedos preexistentes por traumas pasados (el corralito de Cavallo) o incluso puede desencadenar el pánico de una corrida. No existe ningún elemento objetivo, en términos de solvencia y liquidez de los bancos y de disponibilidad de dólares en el Banco Central para atender retiros, para convalidar ese peligro.

                                 "mirando"

La generación de expectativas y la profecía autocumplida están íntimamente conectadas. Como la economía es un espacio de disputa de poder, la construcción de expectativas es uno de los terrenos de la batalla política más importante donde participan diferentes actores económicos y políticos.

Si se propaga que va a escasear determinado alimento o el combustible, muchos probablemente corran a comprarlo. El previsible comportamiento de acopio contribuirá a que aquella sentencia inicial se convierta en realidad. Es, en sus comienzos, un anuncio falso de una situación que conduce a una nueva conducta que convierte en “verdadera” la mención inicialmente falsa.

La construcción de esas profecías está muy ligada al manejo de las expectativas sociales sobre acontecimientos económicos. Por eso en esa puja intervienen en forma activa diferentes actores políticos y económicos, con los medios de comunicación actuando como los principales canales de propagación.

Crisis

La economía mundial está transitando la crisis más extraordinaria de la era moderna. El derrumbe de la actividad en Occidente es impactante. China es la única gran potencia que terminará el año del coronavirus con crecimiento económico.

A comienzos de este año, el FMI esperaba un crecimiento del ingreso per cápita en más de 160 países, mientras que ahora más de 170, equivalente a casi el 90 por ciento de la economía mundial, registrarán una caída en ese indicador.

El saldo monetario de esta crisis calculado por el Fondo es impactante: una pérdida acumulada para la economía mundial durante dos años (2020-2021) de más de 12 billones de dólares.

Esta referencia parece innecesaria porque no es un dato desconocido, pero resulta esencial reiterarlo puesto que el análisis vulgar acerca de las fuentes de la crisis local ignora uno de sus principales componentes: la debacle de la economía global.

Al sumar en esa evaluación sesgada el ocultamiento del desastre económico que dejó el macrismo, queda así conformado el combo de la confusión deliberada.


En ese terreno hostil para manejar las expectativas económicas, el frente cambiario es hoy el de mayor tensión que debe enfrentar el Gobierno. En esa tarea lo primero es entender el problema, cuestión en la que no hay dudas de que ha sabido identificarlo: cuidar las reservas del Banco Central, privilegiar las divisas para la producción y evitar una brusca devaluación.

En la siguiente instancia, que consiste en la instrumentación de las medidas defensivas frente al poder devaluador y, en especial, en la forma de comunicarlas, ha mostrado debilidades que están agudizando las tensiones.

Para evitar interpretaciones extraviadas, las deficiencias estructurales de la economía por la escasez relativa de divisas no se salvarán con una mejor comunicación, pero sin ésta se complica el manejo de la coyuntura relacionada con la construcción de las expectativas económicas.

Pocos dudan de que la economía local deberá convivir con brecha cambiaria durante un tiempo. Por lo tanto, el objetivo es administrarla y estabilizarla en un nivel que disminuya las expectativas de devaluación. Ampliarla en las actuales circunstancias, como ha sucedido con las últimas medidas cambiarias, sólo alimenta a los promotores de rumores y generadores de miedo en la economía.

( https://www.pagina12.com.ar/294934-la-obscena-protesta-de-los-privilegiados-cuando-crece-la-des )

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VIII

Estos días de la peste nos vienen ofreciendo postales inéditas que muy probablemente no se vuelvan a suscitar en mucho tiempo. Desde que en marzo se comenzó con la cuarentena oblligatoria, hasta estos días con pocas restricciones y mucho temor e incertidumbre. De aquellas calles vacías a estas que parecen ocupadas por movimientos viscerales, espasmódicos, irracionales. En muchas provincias sucedió a la inversa … en otras siempre quedaron a medio camino entre el encierro preventivo y el “Acá no pasa nada” …

                             "Historia permanente" instalación

Lo que esta claro es que la calle ha sido usurpuda por transeúntes que antes hacían otras cosas diferentes de las que hacen. Actores sociales cuyas formas mutaron … no solo con la cuarentena, sino a partir de la percepción bien anterior de un “desgaste” colectivo respecto de formas e ideas que, aunque no se entienda bien porque y como se llegó a que se hagan y sean así, ya no se quieren o al menos producen incomodidad y molestia … claro que en esto de lo subjetivo y las percepciones, la razón y la inteligencia no tiene mucho que aportar, ya que cada quién vivió lo que vivió y acumulo experiencias y tiene las sensaciones y percepciones que tiene y nadie puede decirle como sentirse y percibir su propia vida y como cree que es el mundo en el que vive aunque sea muy parecido a alguna serie de netflix que le gusto o que no le gusto o sea una mera ilusión digna de cualquier diagnostico que incluya las alucinaciones como parte de sus síntomas …

Todo es política, pero no todo es acción racional y consciente en política … muchos hacen política contra sí mismos … y defienden a los mismos que con sus acciones, producen los males y molestias que denuncian … pero que se le va a hacer si las percepciones irracionales mandan y lo que creo es la verdad, aunque sea alucinación.

Así de enloquecidos, la tierra puede ser plana y la pandemia un complot global. Macri puede ser un santo que intento sanear la política y no alimentar los ya de por si nutridos negocios familiares y el de los amigos que le facilitaron la llegada a la Rosada … en especial la familia de Clarín, Techint, Blaquier , Caputo, Peña Brown, Bulrich, Carrió y por supuesto la inefable colaboración de los Servicios de inteligencia del Estado que anida en la embajada de EEUU … y en los generosos aportes de fondos de inversión y fundaciones como USAID y las que patrocina Singer y que dirigen Laura Alonso y las amigas de Carrió (Oliveto, Ocaña …). Dá lo mismo informarse que delirar e inventar conspiraciones que sustentar con datos las conspiraciones reales que bajo la forma de Lawfare persiguen a dirigentes populares en todo el continente.

A cualquiera que utilice 1 mínuto su capacidad de razonar, le resultaría al menos sospechoso que precisamente las acusaciones de corrupción recaigan siempre sobre liderazgos no obsecuentes con las políticas norteamericanas en la región y que, con la experiencia de las dictaduras y el plan Cóndor en al historia, no se puede ser tan ingenuos y creer que los fenómenos similares que ocurren en toda la región, no tenga relación con esto.

Y sin embargo, los cuadernos que se quemaron y resurgieron de sus cenizas son mas creibles que D’Alessio y las causas de espionaje ilegal y del entramado mafioso que extorsionaba empresarios y políticos con la intención de perseguir a los funcionarios del gobierno kirchnerista y meter presa a Cristina Fernandez de Kirchner … Hay una grieta pero desigual, como desigual la sociedad que la cree y la alimenta aunque sea un invento de los mismos para sostener sus negocios multimillonarios y sus privilegios y poner al pueblo en contra de si mismo y de los gobiernos que intentan sostener derechos, redistribuir riquezas y democratizar las decisiones para que esos pocos no sean siempre los mismos, los que siempre ganan suceda lo que suceda y gobierne quién gobierne.

Tal vez y sólo tal vez, algunas postales inéditas estén por venir y sean distintas a estas … y tengan mas que ver con el mundo real que deseamos y con las decisiones que tomemos para que la realidad este un poquito mas cerca de esos deseos de bienestar colectivo y patria que incluya y distribuya de acuerdo a los esfuerzos.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack

 

Imagenes:

JUAN ROBERTO DIAGO DURRUTHY
La Habana, Cuba. 1971. Pintor, Escultor, Instalacionista.

Vive y trabaja en La Habana. Estudió en la Academia de Artes Plásticas San Alejandro, La Habana.

Profesor Consultante del Instituto Superior de Arte, La Habana. Miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).

Expresa a través de su arte como temática permanente la esencia del esclavo en el hombre negro contemporáneo, utilizando materiales encontrados.

En su obra se denota el conflicto de la diáspora africana en el devenir de los años. Su creación refleja la resistencia y la lucha por el día a día.

Entrelazando pieza por pieza es vista la herida de los esclavos como huellas del pasado impregnando en su obra la fuerza para continuar la vida.

Sus piezas han sido expuestas en centenas de espacios entre muestras personales y colectivas extendidas en alrededor de 25 países. Su trabajo se reviste en aproximadamente 20 Colecciones de gran relevancia a nivel nacional e internacional.

 



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