Sábado
7 de marzo de 2020
La
Historia no puede ser solo un recurso discursivo. Debe necesariamente
ser un saber de cada uno de nosotros, y para eso debe ser investigada
y transformada en contenidos que todos puedan conocer y conservar en
su memoria. Y de ser posible sentirse orgullosos.
La Historia Nacional habla de cada uno de nosotros como parte de una
sociedad que nos necesita. Se debe tener memoria y con ella construir
Historia. Para conocerla, amarla y defenderla. Porque nadie ama lo
que no conoce y nadie defiende lo que no ama.
Son
tiempos en los que se precisa instalar un nueva cultura nacional pero
esta no puede pensarse sin que la historia de la patria, tenga un
lugar destacado, sobre todo para rescatar a los miles de hombres y de
mujeres, que día a día construyen desde sus lugares a esta
Argentina que todos amamos.
¡Precisamos
saber Historia!
Hilda
Noemí Agostino (
Realizó su Doctorado en Educación alcanzando el grado de Ph D
(EE.UU.), Magíster en Gestión de
Proyectos
Educativos (Argentina), obtuvo la Suficiencia Investigadora
(Magíster) en Historia (España), se especializó en Evaluación de
la Educación Superior (Cuba) y sus títulos de grado son Licenciada
en Historia y Licenciada en Ciencias de la Educación. Es autora de
numerosas publicaciones en Historia, en Educación y en Formación
Docente. Ha obtenido becas y premios por investigaciones realizadas
En el Área Metropolitana, dirige proyectos relacionados con la
Historia Regional del Partido de La Matanza.
Universidad
Nacional de La Matanza, Secretaría de Extensión Universitaria,
Junta de Estudios Históricos de La Matanza, San Justo, Argentina.
(
Antigua Matanza. Revista de Historia Regional, 3(2), 1-3.
ISSN
2545-8701
URL:
http://antigua.unlam.edu.ar
)
Desde
su creación y aceptación como categoría analítica en las ciencias
sociales, el concepto de populismo ha sido uno de los centros
neurálgicos de la producción teórica; puede afirmarse que, desde
el siglo xx , gran parte de las discusiones del campo se han
organizado en torno a dicho concepto.
En
América Latina vuelve a reeditarse cada vez que la coyuntura
histórica amerita leerse en esa clave; las experiencias clásicas de
los años 1940-1950 como el cardenismo, varguismo y peronismo
(Knight, 1998; Weffort, 1978; Ansaldi, 2019), los neopopulismos de
los años de las reformas neoliberales estructurales (Alberto
Fujimori en Perú, Fernando Collor de Mello en Brasil, Abdalá
Bucaram en Ecuador y
Carlos Menem en Argentina) (Zermeño, 1989; Roberts, 1995) y las
recientes experiencias de los populismos del siglo xxi dan cuenta de
ello (de la Torre, 2013; Stefanoni, 2012; Svampa, 2016). Es más,
parece no agotarse: en tanto categoría polisémica y siempre en
disputa, las recientes experiencias de las nuevas derechas —desde
Donald Trump a Mauricio Macri— renuevan su valor analítico
(Casullo, 2019).
Como todo concepto que sufre una inflación
explicativa, corre los riesgos de desdibujar su capacidad heurística
y, en consecuencia, la posibilidad de clasificación o recorte
sociohistórico de lo que, en rigor, debería ingresar o no bajo esa
denominación; en el momento en que un concepto puede designar
realidades contextuales tan diferentes e —incluso—
contradictorias y opuestas, estamos frente a un problema
epistemológico. Parte de esa “inflación” recae en que, además
de aludir a realidades diferentes —en tiempo y espacio—, da
cuenta de formaciones políticas diversas. El populismo, al mismo
tiempo, puede ser un régimen político, un modo de dominación, un
tipo de Estado, un atributo de gobernanza y
una propiedad carismática o demagógica de un líder; también, una
calificación despectiva o negativa sobre un Gobierno o un presidente
o, más aún, de una presidenta (Ansaldi y Giordano, 2012, pp. 85-86;
Álvarez Junco, 1994).
Dicho
esto, no renunciamos a su capacidad explicativa, especialmente porque
su significante —siempre abierto— no deja de tener importancia,
tanto en el campo académico como en la disputa política y electoral
del amalgamado siglo xxi . De esta manera creemos que la categoría
populismo, mucho más que otras denominaciones —como “izquierda”
y “progresismo”—, conserva su esencia la cual nos permite
observar las recientes experiencias surgidas tras la crisis del neoliberalismo.
Para sostener dicha premisa, el presente artículo se ciñe a esa
coyuntura histórica y tiene por objetivo argumentar que los
Gobiernos de Venezuela (1999-2013), Argentina (2003-2015), Brasil
(2003-2016), Bolivia (2006-2019) y Ecuador (2007-2017) fueron
experiencias, al tiempo que excepcionales en la historia de cada uno
de los países, democratizadoras en términos políticos, sociales y
económicos, aun cuando la matriz de acumulación no fue modificada.
La hipótesis central es que los Gobiernos pueden ser estudiados bajo
la categoría de populismos en la medida en que llegaron y se
mantuvieron en el poder mediante elecciones democráticas y cambiaron
estatutos legales del Estado, transformaron leyes que organizan el
pacto social y ampliaron derechos, incorporaron a nuevos sectores
políticos a la dinámica económica y estatal, ampliaron la
participación electoral y mostraron altos niveles de movilización
social. Asimismo, mediante políticas de transferencia monetaria o de
ampliación del mercado interno y crecimiento del empleo, modificaron
las condiciones socioeconómicas y acortaron las brechas
de la desigualdad bajo un vocabulario que ponía en el escenario la
idea de pueblo; extendieron el horizonte de expectativas sociales y
crearon amplios sectores medios.
(
Populismo del siglo xxi en América Latina – Lorena Soler
Investigadora
del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y
Técnicas
(Conicet) en la Universidad de Buenos Aires, Argentina –
Estado
& comunes, revista de políticas y problemas públicos. N.° 10,
vol. 1, enero-junio 2020, pp. 17-36.
©
Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN). Quito-Ecuador.
ISSN
impreso: 1390-8081 - ISSN electrónico: 2477-9245 )
El
tiempo … el del reloj, el de la vida, el que se describe desde el
nacimiento hasta la muerte o el que se fragmenta de a pedazos en
sucesos que impactan o producen cambios en las formas, acciones y
decisiones que la definen, el cronos o el kairos … los ciclos de
alguna cosa o proceso, las lineas de la historia, la cronología, las
percepciones respecto del presente, del pasado o del futuro …
refieren todas y en todo caso a un deseo sobre una imposibilidad, la
de controlar lo que no puede ser controlado … el devenir de los
sucesos y procesos que no dependen de acción deseo o voluntad
exclusiva de un individuo y que responde a la complejidad en la que
la vida individual se inserta, emerge o se sitúa a partir de
nacimiento o algún acontecimiento que impacta su consciencia.
Lineal
como las líneas de tiempo, circulares como el reloj, pendulares y
oscilatorias como los viejos relojes de pared o los cucu … sonoras
como las campanadas que indicaban el horario del rezo o de la misa…
en definitiva formas sensibles que dan cuenta en la conciencia
humana del movimiento que caracteriza la vida y de como ese
movimiento impredescible nos produce la angustía de aquello que, por
venir, nos es desconocido y necesitamos conocer para controlarlo y
satisfacer cierta demanda y deseo de seguridad, de asirnos a algo que
nos permite saber, entender, comprender, decir y pre-decir.
Lo
humano solo puede desarrollarse en el lenguaje … lenguaje como
conjunto de posibilidades biológicas, psíquicas, corporales,
mentales, que posibilitan en su estructura, la comunicación y el
conocimiento.
Lo
humano es imposible de ser pensado sin el tiempo. Precisamente porque
se trata de un proceso, de un devenir, de un desarrollo que no surge
con el nacimiento y que no surge con ningún proceso de identidad
individual, sino que, y por el contrario, no hay individualidad
posible sin lenguaje pre-existente, No hay conciencia de “yo” o
“mi”, sin un lenguaje anterior a mi nacimiento que permita la
distinción y separación de eso que creo ser, respecto de otros y
del entorno.
El
espacio es el otro concepto necesario para completar la posibilidad
de humanización … la posibilidad del lenguaje y la comunicación.
Ambos
conceptos, el de tiempo y espacio, refieren a una distinción que en
el lenguaje separa dos dimensiones inseparables, en tanto, procesos
en movimientos, imposibles para el entendimiento, es necesario
limitarlos y
detenerlos para
abarcarlos, controlarlos, someterlos a exploración, conocerlos. La
ciencia es la forma humana mas y mejor desarrollada hasta la
actualidad que nos permiten esto. No la única. Y como creación o
arte humano, La ciencia como método y las ciencias como conjunto
limitados de espacios tiempos sometidos a estudio bajo ese método,
nunca del todo distante de sus formas anteriores y ancestrales, y que
no podría haber sido desarrollada, sin estas anteriores y
ancestrales que, ademas, están imbuidas e inconscientes allí. Las
formas de pensar determinan las condiciones sobre las cuales los
tiempos/espacios son percibidos y producen conocimiento en cada
época.
La
historia sabe de esto. Fijar los tiempos pasados y escudriñarlos
ofrece la dificultad de que es sabido que equivocamos el sentido de
lo que se conoce, si intentamos descifrar lo sucedido en otro tiempo
sin adentrarnos en como se pensaba el conocimiento y la vida en ese
otro tiempo.
Pero
del mismo modo, como se trata de un imposible y de un imposible en
movimiento, lo que ocurre en estos consecutivos instantes del
tiempo/espacio en lo que damos llamar vida (Nuestra vida. Tu vida y
mi vida en estos espacios/tiempos que nos toca compartir), debe
pensarse buscando esas diferencias. Revisando conceptos y categorías
que pueden que ya no expresen nada de lo que sucede en tanto
constructos y fijaciones de épocas pretéritas que el tiempo y los
espacios en movimiento, modificaron de algún modo.
En
este marco conceptual entrelazamos los textos citados … la
necesidad de conocer la historia Nacional es la necesidad de conocer
como fuimos pensados los Argentinos,
latinoamericanos-Caribeños-Sudamericanos, desde quienes escribieron
nuestra historia y desde quienes las protagonizaron y nos dejaron sus
percepciones, narraciones y textos que en el lenguaje nos permiten la
comunicación y el conocimiento con aquellos que vivieron para que
nosotros vivamos.
La
necesidad de resignificar conceptos y palabras para entender lo que
nos esta sucediendo y que parte estamos haciendo cada uno de nosotros
como individuos y pueblo…
En
esto de producir conocimiento y de que ese conocimiento solo es
posible en el lenguaje fijando espacios/tiempos para su estudio y
experimentación o análisis lógico, he aquí un intento de
superación de los conceptos que se utilizaban en los años 70
respecto a “Izquierdas”y “derechas””marxismos” y
“liberalismos” o “conservadurismos” y “progresismos” …
la propuesta es entonces distinguir neoliberalismo de populismo en
América Latina como propuesta, para que en el lenguaje, revisemos
las formas de pensar la historia y pensarnos hoy en ella.
Lo
interesante es que parecería obvio plantearlo con un sentido de
continuidad o linealidad … sin embargo, lo verdaderamente
revolucionario de estos tiempos es que las ciencias se logran
cuestiona a si mismas e intentan superar sus miradas polares,
binarias, como de posiciones antagónicas que no son otra cosa que la
deformación de esa necesidad de separar para entender, de detener
para medir y controlar, aquello que es humanamente imposible pero
que, porque se teme se desea para dejar de temer.
He
aquí el elemento disruptivo de estos tiempos … la complejidad, el
renacimiento de la búsqueda de cierta “espiritualidad” o
pensmientos mas trascendente a los conflictos que nos desbordan y
confunden. Deseos de acceder a estados humanos mas plenos y menos
confrontativos o que producen conflictos, tensiones, peleas, guerras,
sufrimiento …
Entender
que, en la posibilidad de distinguir, separar y fragmentar para
conocer, esta la posibilidad de “entrelazar” esos conocimientos
de múltiples maneras y por ende de intentar equilibrar tensiones que
no obedecen a dos fuerzas contrapuestas sino mas bien a múltiples
fuerzas o factores que se equilibran de modos recíprocos …
Un
cambio en las formas de pensar los conceptos con los que construimos
ciencia y conocimiento que permita comprender desde otro espacio los
movimientos (tiempos) que fijamos para experimentar y comprender y
que no necesariamente tienen que ser confrontativos sino que pueden
ser pensados de otras formas … múltiples, diversas, inclusivas …
que no extingan los conflictos sino que los reduzcan a equilibrios
mutuos, que permitan, en el movimiento, reducirlos lo mas posible …
Si
asi entendemos la cita respecto a los populismos como respuestas a la
insatisfacción neoliberal, veremos como en la historia de América
Latina y el Caribe, ambos procesos se desarrollaron atravesando
transversalmente los conceptos anteriores. Izquierda y derecha,
Liberales y marxistas, Conservadores y progresistas, son conceptos
que conviven transversalmente en ambos procesos histórico-sociales,
diversificando los terminos que entran en tensión y que por tanto,
la ampliación de derecho no es la mera inclusión en la misma
binaria distinción sino mas bien la inclusión de múltiples
elementos en un juego de equilibrios múltiples y recíprocos. Y
esta aceptación de la complejidad y la multiplicidad permite ademas,
precisar mejor las tendencias y modificaciones que los actores
sociales en la historia y en las formas de concebir tiempos/espacios
y sus tomas de decisiones y pensamientos en ello, pueden producir
escenarios futuros posibles, predecibles y evitar conflictos antes
que se produzcan.
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«Si
toda violencia es producto del machismo, me pregunto dónde está el
lugar de Juana Azurduy, por ejemplo. Mujeres y Hombres han combatido
a la par, en contra del imperio. Los argumentos que nos tildan de
“machirulos” por el ejercicio de la violencia, degradan las
justas causas de las mujeres por las reivindicaciones de
emancipación, igualdad y la finalización de la violencia machista”,
destacó
Cesar Trejo, ex combatiente de la Guerra de Malvinas, a raíz de un
Tweet publicado por Ernesto Alonso, Secretario de Derechos Humanos
del Centro de Ex Combatientes (CECIM) de La Plata.
En
su crítica a lo publicado por Alonso, Trejo la enmarca en una
cuestión de enjuiciamiento y estigmatización, en términos de lo
incontrolable y lo incómodo. “Cómo
éramos incómodos por lo que pensábamos, decidieron tildarnos
primero de loquitos, después de niños y por último de víctimas,
anulando nuestras palabras en todo sentido”, expresó
Trejo. Las formas de encuadrar a un sujeto son históricas, “pero
Alonso toma la causa de la reivindicación de las mujeres para
denigrar a los compañeros, acusándonos de machirulos por haber
portado un arma”.
Lo
que está en cuestión, en este eje temático, es la concepción del
entendimiento del sujeto en su producción como tal, y en su relación
con otros sujetos. En estos términos, podemos comprender que un
sujeto se constituye como tal no solo en su “yo”, sino en
relación al contexto y en relación a sus pares. Por eso es
fundamental encuadrar las causas y los momentos históricos al
momento de realizar un juicio de valor. En virtud de lo mencionado,
Trejo continuó: “Se
comienza a redefinir una serie de categorías donde los militares han
sido, históricamente, unos machirulos patriarcales, porque
decidieron independizarse y construir una nación independiente”.
Trejo
hizo mención a la importancia de reconocer el bien mayor, y que la
obligación de ir a la guerra toca de lleno en el entramado de
relaciones tejidas a partir de la culminación de la misma: “Hay
una diferencia entre lo ocurrido en nuestra postguerra, donde los ex
soldados combatientes se quitaron la vida, y las postguerras
norteamericanas, donde veteranos de guerra se parapetan como
francotiradores para asesinar a decenas de sus conciudadanos”. Y
continuó: “A
menos que interpretemos los suicidios entre nuestros soldados como
derivaciones de un sistema machista-falocéntrico-patriarcal, y no
como parte del proceso de desmalvinización que debimos sufrir en
esta larga postguerra”.
La
desmalvinización no solo tiene que ver con el proceso bélico, sino
con toda una red de sentidos aglutinados a su alrededor. En un primer
punto, la cuestión geopolítica. En segundo lugar, la aceptación
del neoliberalismo y la preferencia de lo extranjero. En tercer
lugar, la totalización de los argumentos esgrimidos sobre un hecho
particular o sobre el estado de un sujeto, muchas veces oculta los
procesos internos de lucha y pone sobre la mesa el sentido común. Es
allí donde Trejo menciona que “la
desmalvinización fue la herramienta escogida para asumir cada una de
las estigmatizaciones que el sistema político y los jerarcas
militares adoptaron para descalificar nuestra palabra colectiva”
La
estigmatización, en este lugar central del debate, “también
denigra el espacio histórico y de lucha de la mujer”, continuó
Trejo. Y añadió: “Hombres
y mujeres luchas, de igual a igual, y heroicamente, por la justicia
social, por la soberanía política y por la independencia económica.
Allí nos miramos para ser mejores”. Esta
referencia al heroísmo es lo que, para Trejo, es fundamental: “Un
Héroe no es un ser extraordinario, sino una persona ordinaria que,
puesto en una situación extrema, saca lo mejor de sí para defender
un bien superior”.
El
bien superior, en aquel momento, era la búsqueda de paz. La
obligación al ir al frente de batalla modifica el escenario de
voluntades en donde el sujeto se dispone y se encuentra. Este
encuadre es retomado por Trejo para cuestionar lo escrito por Alonso:
“Ernesto
Alonso acusa implícitamente a quienes nos sentimos orgullosos de
haber peleado con honor contra los ingleses, como exaltadores de la
violencia. Pero nosotros no decidimos ir a la guerra, y catalogarnos
de machirulos por portar un arma contra la OTAN desdibuja el
escenario histórico de luchas de las mujeres, en la búsqueda de
igualdad de derechos y fin de la violencia machista”, argumentó.
Y
finalizó:
“Yo no soy un héroe, soy simplemente un luchador, pero reconozco
que los que dieron su vida si lo son, así como muchos de los que
transitan la cotidianidad”. Trejo
describe el escenario de la guerra para ir contra algunos
estereotipos fundados, en su opinión, erróneamente. Asimismo, llama
la atención a Alonso en su generalización en este tema, y explica
cómo, lo vertido por este Último, es tendencioso. “Hay
una concepción clara: no podemos recuperar las Malvinas sin la
Patria Grande”, señaló
Trejo. La extranjerización de la experiencia bélica forma parte de
la discusión necesaria en virtud de la Resistencia al Imperialismo.
(
http://laseñalmedios.com.ar/2020/03/04/trejo-heroes-luchadores-machismo-y-violencia/
)
Los
populismos en su afán de articular experiencias transformadoras al
neoliberalismo que impone la globalización, debe atravesar estos
debates que, en tanto bien de este tiempo, pero ancestral al mismo
tiempo (La historia en su devenir no borra los pasados sino que los
contiene y torna memoria historica, inconsciente colectivo, saber
simbólico) (El concepto de tiempo no es lineal porque algo que se
describe hoy puede igualmente ser ancestral … las luchas de las
mujeres por su igualdad a la hora de decidir cuestiones sociales y
colectivas es el ejemplo, ya que desde mucho antes han sido relegadas
al rol de lo privado y del ámbito de lo “no político” o
subsidiario del varón.), reproduce elementos que subyacen
transversalmente en los conceptos que creamos para fragmentar y
distinguir lo que sucede hoy, perdiendo la linealidad y adquiriendo
la complejidad en procesos que involucran temporalidades mucho mas
“antiguas”, como la posibilidad de proyectarse hacia el mañana
con muchas posibilidades predictivas y prospectivas.
En
estos sentidos podemos conceptualizar otro eje de esa
transversalisación conceptual que proponemos … el patriarcado,
colonialista, Capitalista, neoliberal, como transversalidad de los
procesos que el poder ha logrado imponer como fuerza, en
desequilibrios sostenidos en represiones, totalitarismos, guerras,
sostenimiento de privilegios y muertes de los oponentes, que por
múltiples y ademas factibles de tensiones entre sí, bien explotados
por aquel poder hegemónico en cada una de las epocas.
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Ya
son ocho los pacientes infectados con el nuevo coronavirus
(Covid-19). Además de los dos casos confirmados esta semana, ayer se
conocieron seis más: cuatro en la ciudad de Buenos Aires, uno en la
provincia y el restante en Córdoba. Todos tenían antecedentes de un
viaje a Europa.
"Al momento, las tres
jurisdicciones [los gobiernos nacional, provincial y porteño] se
encuentran realizando la investigación epidemiológica para detectar
contactos estrechos y cumplir el aislamiento establecido por
protocolo", se explicó en un comunicado del Ministerio de Salud
de la Nación. Sobre los seis nuevos casos, se detalló: "Cuatro
de los pacientes corresponden a la ciudad, entre ellos se encuentran
una mujer de 72 años y tres hombres de 44, 46 y 67 años. Otro de
los casos confirmados corresponde a una mujer de 63 años residente
en la provincia de Buenos Aires, y finalmente un caso en Córdoba, un
hombre de 57".
La
casi-pandemia es un ejemplo de que la globalización no es una mera
categoría para estudiar o de claustros o intelectuales sino un
concepto que define la realidad o parte de ella en los sentidos de
que lo que ocurre en cualquier parte del planeta puede tener
consecuencias y desatar situaciones y problemas o soluciones en otras
… la conectividad y la digitalización amplían a la globalización
a las dimensiones privadas e individuales como nunca en otro tiempo
llegó a la conciencia de tantos.
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El
Gabinete Económico analizó diversas herramientas capaces de detener
la suba de precios, lo que incluirá una revisión “sector por
sector" del rubro alimentario para detener la remarcación de
los productos esenciales, tal como planteó el presidente Alberto
Fernández a los empresarios.
La reunión semanal del Gabinete Económico fue encabezada por el jefe de ministros, Santiago Cafiero, y participaron los ministros de Economía, Martín Guzmán; de Trabajo, Claudio Moroni; de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; la titular de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont; el presidente del Banco Central, Miguel Pesce; y la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca.
El tema precios fue uno de los ejes centrales abordados en el encuentro, informaron fuentes oficiales, durante el cual se analizaron diversas herramientas para poder instrumentar medidas para detener la suba de precios, en un contexto de un primer trimestre con tenues indicadores positivos sobre la actividad industrial y el consumo.
Allí se reafirmó que, cumpliendo la indicación presidencial, se realizará una revisión “sector por sector del rubro alimentario para que se detenga la remarcación de los productos esenciales para la mesa de los argentinos”, confirmó uno de los participantes del encuentro del Gabinete Económico.
La reunión semanal del Gabinete Económico fue encabezada por el jefe de ministros, Santiago Cafiero, y participaron los ministros de Economía, Martín Guzmán; de Trabajo, Claudio Moroni; de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; la titular de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont; el presidente del Banco Central, Miguel Pesce; y la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca.
El tema precios fue uno de los ejes centrales abordados en el encuentro, informaron fuentes oficiales, durante el cual se analizaron diversas herramientas para poder instrumentar medidas para detener la suba de precios, en un contexto de un primer trimestre con tenues indicadores positivos sobre la actividad industrial y el consumo.
Allí se reafirmó que, cumpliendo la indicación presidencial, se realizará una revisión “sector por sector del rubro alimentario para que se detenga la remarcación de los productos esenciales para la mesa de los argentinos”, confirmó uno de los participantes del encuentro del Gabinete Económico.
En
enero, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) aumentó 2,3%
mensual y se transformó en el más bajo de los últimos siete meses,
desde julio del año pasado, de acuerdo a estadísticas del Instituto
Nacional de Estadística y Censos (Indec).
Cafiero reafirmó el pedido presidencial de "trabajar para la desaceleración de la inflación y la recuperación del poder adquisitivo de los salarios".
El miércoles ante empresarios, el presidente afirmó que "no es posible que los precios sigan subiendo; eso debe parar porque no tiene lógica y vamos a ser inflexibles", lo que guió el trabajo de sus funcionarios.
En tanto, el domingo, en ocasión de la apertura de sesiones ordinarias, Fernández afirmó: "Vamos a exigirles total responsabilidad a los formadores de precios", porque el país "no resiste más el abuso de quienes 'preservan' su rentabilidad a costa de consumidores condenados a pagar sus 'excesos preventivos'”.
"Debemos terminar con la Argentina de los 'vivos' que se enriquecen a costa de los pobres 'bobos' que estamos condenados a pagar lo que consumimos", dijo Fernández el 1 de marzo.
En la reunión de hoy, también se evaluó el desempeño que viene desarrollando el Banco Central, ya que desde el 10 de diciembre la tasa de interés retrocedió 25 puntos y está en su nivel más bajo en casi dos años.
El Central dispuso ayer una nueva baja del límite inferior de la tasa de interés de sus Letras de Liquidez (Leliq) de 2 puntos porcentuales, con lo que pasó del 40 al 38 por ciento anual, su nivel más bajo desde el 4 de mayo de 2018.
Cafiero reafirmó el pedido presidencial de "trabajar para la desaceleración de la inflación y la recuperación del poder adquisitivo de los salarios".
El miércoles ante empresarios, el presidente afirmó que "no es posible que los precios sigan subiendo; eso debe parar porque no tiene lógica y vamos a ser inflexibles", lo que guió el trabajo de sus funcionarios.
En tanto, el domingo, en ocasión de la apertura de sesiones ordinarias, Fernández afirmó: "Vamos a exigirles total responsabilidad a los formadores de precios", porque el país "no resiste más el abuso de quienes 'preservan' su rentabilidad a costa de consumidores condenados a pagar sus 'excesos preventivos'”.
"Debemos terminar con la Argentina de los 'vivos' que se enriquecen a costa de los pobres 'bobos' que estamos condenados a pagar lo que consumimos", dijo Fernández el 1 de marzo.
En la reunión de hoy, también se evaluó el desempeño que viene desarrollando el Banco Central, ya que desde el 10 de diciembre la tasa de interés retrocedió 25 puntos y está en su nivel más bajo en casi dos años.
El Central dispuso ayer una nueva baja del límite inferior de la tasa de interés de sus Letras de Liquidez (Leliq) de 2 puntos porcentuales, con lo que pasó del 40 al 38 por ciento anual, su nivel más bajo desde el 4 de mayo de 2018.
En otro tramo, se valoró el crecimiento de la industria por segundo mes consecutivo, el cual según el Indice de Producción Industrial que difunde el INDEC -conocido esta semana-, fue impulsado por alimentos, petróleo y autos.
Pese a la baja interanual, el índice de producción industrial subió 1,5% respecto de diciembre en la serie desestacionalizada y la actividad de la construcción subió 0,4% frente al mes anterior.
Las principales bajas se registraron en la división Productos de metal que cayó 19,7%; el de Prendas de vestir, cuero y calzado que disminuyó 11,4% y Productos minerales no metálicos” que bajó 7,9%.
El grupo de los sectores que cerraron con subas fue encabezado por Maquinaria y equipo que creció 30,7%; Vehículos automotores, carrocerías, remolques y autopartes mejoró 8,3%; Refinación del petróleo, coque y combustible nuclear subió 4,1%; Productos de caucho y plástico avanzó 2,8%.
Por último, el ministro Guzmán informó a sus colegas de gabinete sobre las conversaciones que viene llevando adelante con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y se confirmó que el Gobierno está trabajando para terminar en las próximas horas el decreto con el cual se formalizará la deuda que la Argentina tiene que renegociar que será menor a los 70 mil millones, según los análisis previos.
Las
tensiones económicas y las pujas distributivas de la producción y
generación de riqueza al interior de un Estado-nación o en las
relaciones entre Estados también son atravesadas por estas
dimensiones en los análisis que intentan conocer lo que sucede y
hurgan en la historia para comprender los procesos que los
produjeron.
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La
dictadura inició en los años 70 lo que el gobierno democrático de
Isabel Perón intento una ves muerto el general … imponer las
recetas de la Escuela de Chicago, emanadas como parte de la
estrategia norteamericana para Latinoamerica, y que en los 90
adquirió dimensión globlal con los gobiernos de Margaret Tatcher y
Ronald Reagan, pero sin abandonar la región con Menem en Argentina
y Fujimori en Perú como sus mas altos exponentes. Esas políticas
económicas produjeron formidables concentraciones de riquezas en
pocas manos y redujeron las capacidades de los Estados para
intervenir en la economía.
Las
secuelas de todo aquello aún impactan la realidad de hoy en los
juicios de Lesa Humanidad que siguen su derrotero …
El
22 de abril de 2020 comienza en La Plata el juicio por los crímenes
de lesa humanidad cometidos en el Centro Clandestino de Detención de
la sede central del Cuerpo de Infantería de la Policía de la
Provincia de Buenos aires, ubicado en la calle 1 entre 59 y 60 y en
el predio contiguo del Regimiento de Caballería de calle 60 entre 1
y 115. El debate incluye a 23 genocidas, entre militares del
Regimiento 7 y del Destacamento 101, policías bonaerenses y de la
Federal, por 194 víctimas que estuvieron secuestradas y fueron
torturadas en ese lugar entre marzo y diciembre de 1976.
Aquí
realizamos una reseña de la historia de la causa, de la función del
CCD de 1 y 60 en el esquema represivo del “Circuito Camps” y un
análisis del rol de la Policía Bonaerense, la Federal, el
Destacamento 101 de Ejército y el Regimiento de Infantería 7 en los
crímenes cometidos en este sitio.
Una
instrucción lenta y dispar
La
instrucción de la causa N° 2450 llevó 17 años hasta llegar a
juicio en 2020.
En
marzo de 2003 el fiscal Félix Crous, formuló denuncia y
requerimiento de por la comisión de delitos cometidos en los centros
clandestinos de detención que funcionaron en la jurisdicción de La
Plata. En agosto de 2006 la fiscalía solicitó medidas de prueba e
incorporó un listado del personal policial que cumplió funciones en
la Dependencia Policial 1 y 60 durante los años 1976/1978.
En
abril de 2008 el fiscal Sergio Franco amplió el requerimiento de
instrucción, determinó el paso de 163 personas por el CCD en 1976 y
citó a indagatoria a 7 represores: Héctor Reynaldo Amuchástegui,
Rodolfo Alejandro González Conti, Miguel Osvaldo Etchecolatz, Oscar
Antonio Gómez Migenes, Pedro Alejandro Del Río, Enrique Francisco
Welsh y Alberto José Esteban Pulvermacher.
En
junio de 2012 los Fiscales Rodolfo Marcelo Molina, Hernán Schapiro y
Gerardo Fernández, ampliaron la imputación por otras 51 víctimas,
y la extendieron a quienes pertenecieron al Destacamento de
Inteligencia 101 en el año ‘76: Miguel Ángel Amigo, Ricardo
Armando Fernández, Anselmo Pedro Palavezzati, Emilio Alberto Herrero
Anzorena, Carlos Del Señor Hidalgo Garzón y Ricardo Luis Von Kyaw.
También pidieron las indagatorias del gobernador de facto Ibérico
Manuel Saint Jean y de su ministro de Gobierno Jaime Lamont Smart,
del jefe de Infantería José Clemente Forastiero, de los jerarcas
del Primer Cuerpo de Ejército Héctor Humberto Gamen y Jorge Carlos
Olivera Róvere.
Mientras
tanto varios de esos genocidas murieron impunes. Luego las
acusaciones se extendieron al genocida del 101 Gustavo Adolfo
Cacivio, y a los represores de Infantería Tomás D’ Ottavio, Juan
José Gallardo, Raúl Ricardo Monzón, Ismael Ramón Quiroga,
Adalberto Oscar Rincón y Ramón Erasmo Tula.
En
marzo de 2013 se amplió por cuarta vez el requerimiento fiscal
y se incluyó en la acusación a los represores de la Policía
Federal Carlos Hugo Leguizamón, Roberto Arturo Gigli, Juan Rafael
Pochelú y Alberto Larrocca, por un operativo contra 3 víctimas
realizado en abril del ’76 en 23 n° 221 de La Plata, secuestradas
y trasladadas a 1 y 60. En septiembre de 2013 se incluyó en el
requerimiento por ese hecho al policía Federal José Luis Benítez,
al CNU Carlos Ernesto “Indio” Castillo. A la vez los fiscales
implicaron en los hechos a varios represores del Regimiento de
Infantería 7 de La Plata como Ismael Ramón Verón, Alberto Jorge
Crinigan y Lucas Marcelo Castro, y a los guardias e integrantes del
grupo de tareas de 1 y 60 Claudio Rubén Mejías, Raúl Bernardo
Tijero Arin y Juan Antonio Vidal.
En
diciembre del 2013 el juez Manuel Humberto Blanco ordenó la
detención de 26 de los represores imputados, algunos como los del
101 y Castillo ya se encontraban detenidos en otras causas. El grupo
de genocidas fue procesado con preventiva a fines de diciembre de
2013 por el juez interino Alberto Recondo, quien a su vez dictó la
falta de mérito sobre Jaime Smart. En el camino quedó también
el represor Juan José Gallardo, sobre quien se decretó que sus
facultades mentales no encuadraban dentro de la normalidad
psico-jurídica y se suspendió el proceso en su contra.
En
julio de 2014 la fiscalía vuelve a ampliar la acusación y suma al
Segundo jefe del Regimiento 7, Raúl Guillermo Pascual Muñoz, por
secuestros, torturas y violencia sexual cometidos en 1 y 60.
En
agosto de 2014, tras permanecer varios meses prófugo, la Policía de
Seguridad Aeroportuaria detuvo al genocida Alberto José Esteban
Pulvermacher, procesado con preventiva en septiembre de ese año
junto al represor Juan Rafael Pochelú.
El
otro prófugo en la causa, Enrique Francisco Welsh, fue detenido en
mayo de 2015, un año y medio después de decretada su orden de
captura.
Finalmente
en junio de 2015 el juez interino Laureano Durán ordenó la
detención de Raúl Guillermo Pascual Muñoz, a quien procesó con
preventiva, igual que a Welsh. En octubre de 2015 falleció impune el
represor de la Federal Alberto Larroca, con arresto domiciliario en
Olavarría, y en octubre de 2016 murió su camarada, el represor
Roberto Gigli, condenado a perpetua en La Plata en 2016 en la causa
“Zuñiga”. Así las cosas el debate, elevado a juicio en su tramo
más importante en diciembre de 2015, juzgará a 23 represores por
194 casos de personas secuestradas y torturadas en el CCD de 1
y 60.
El
esquema represivo
Como
hoy sabemos el funcionamiento de las dependencias de la policía de
la provincia de Buenos Aires como lugares de detención clandestinos
se extendió por todo el territorio, lo cual implicó que más de 230
comisarías, subcomisarías, destacamentos, puestos, brigadas y
cuerpos fueran lugares de detención tortura y exterminio, ubicados
en su mayoría en el Gran Buenos Aires y en la ciudad de La Plata.
Como
desde la instrucción de la causa 44 en los años ’80, el esquema
operacional represivo dividió al país en cinco zonas, a su vez
compuesta por subzonas y áreas.
La
ciudad de La Plata quedó abarcada dentro de la Zona I organizada en
el mando del Comando del Primer Cuerpo de Ejército, que comprendía
la mayor parte de la provincia de Buenos Aires, a La Pampa y
Capital Federal.
La
Zona I, a su vez, se hallaba dividida en siete subzonas, siendo la
subzona 11 la que abarcaba, entre otros, el partido de La Plata.
La
subzona 11 tenía como responsable a la Brigada de Infantería
Mecanizada X, ubicada en diagonal 80 entre 41 y 42 de nuestra ciudad,
y como órgano de inteligencia responsable al Destacamento de
Inteligencia 101, con sede en el edificio de 55 entre 6 y 7 de La
Plata.
A
su vez, cada subzona se encontraba dividida en áreas operacionales,
siendo el Área 113 tenía jurisdicción sobre La Plata, Brandsen,
General Paz y Monte.
La
represión en el Área 113 era coordinada desde el Regimiento de
Infantería n° 7- Coronel Conde, ubicado por entonces en el predio
de 19 y 50, la actual Plaza Malvinas de La Plata.
El
CCD que funcionó en Cuerpo de Infantería Motorizado de La Plata se
encontraba entonces bajo la órbita general del Comando de Zona I,
Subzona 11, Área operacional 113 a cargo del Primer Cuerpo del
Ejército y del Regimiento 7.
Lo
que hoy conocemos como Dirección de Infantería fue creado en la
Policía bonaerense en el año 1917 como “Guardia Especial de
Departamentos”, que pasó luego a ser la “Sección de Patrulleros
y Lanza Gases” y en 1935 se completa con el “Cuerpo de
Motociclistas”. Su función derivó en secciones como el “Cuerpo
de Camineros” y la sección Canes”, pero fue recién en 1953
cuando se refundó en La Plata la “Guardia de Seguridad de
Infantería”. En 1968 se cambió el nombre a “Cuerpo de
Infantería Motorizado”, que derivó en la actual Dirección de
Infantería con sede central en la calle 1 entre 59 y 60 de La Plata
y 20 sub dependencias.
Para
la década del ’70 la Policía Bonaerense se organizaba en 3
grandes “Direcciones Operativas”: Dirección General de
Seguridad, Dirección de Investigaciones y Dirección de
Informaciones.
El
Cuerpo de Infantería ubicado en “1 y 60” se ubicó bajo el mando
de la Dirección de Seguridad, que también incluía a las comisarías
y subcomisarías conforme la organización establecida por la Ley n°
8268, del 24 de octubre de 1974.
La
Dirección General de Seguridad, se modificó de hecho con la llegada
del coronel Ramón Camps a la provincia de Buenos Aires, el 27 de
abril de 1976. A partir de allí, el Estado Mayor Policial se integró
con personal militar, la Dirección General de Seguridad perdió su
carácter centralizador y empezaron a desempeñar un rol
preponderante la Dirección de Investigaciones, de Inteligencia y la
de Asuntos Judiciales.
Así
la Ley Orgánica policial n° 8686, del 28 de diciembre de 1976,
firmada por el Gobernador de facto Saint Jean y el ministro de
Gobierno Smart, jerarquizó las direcciones pasando a ser Direcciones
Generales y se montó una nueva regionalización a través de la
creación de las Direcciones de zona (Interior y Metropolitana y
luego se crearon la Norte y la Sur), que funcionaron como elementos
intermedios de y realizaban la coordinación operativa entre las tres
grandes Direcciones Generales.
En
el nuevo esquema la Dirección General de Seguridad tenía bajo su
cargo a las Unidades Regionales cuyas fuerzas operacionales estaban
conformadas por los Comandos Radioeléctricos, las Comisarías, las
Sub-comisarías, los Destacamentos y los puestos de vigilancia. A su
vez las Unidades Regionales eran organismos superiores de ejecución
y ejercían control sobre las Comisarías, Sub-comisarías,
Destacamentos y Cuerpos (infantería, caballería, motorizado y
bomberos).
Así
fue como se acomodó la estructura orgánica para desarrollar la
represión del Terrorismo de Estado de la que participó plenamente
el Cuerpo de Infantería.
El
Cuerpo de Infantería
En
la causa se encuentra probada la existencia de personal de la
Policía de la Provincia de Buenos Aires desarrollando diferentes
funciones, en particular, fue señalada su participación tanto
cumpliendo roles de guardia como integrando los operativos de
secuestro.
Al
momento del golpe de estado del 24 de marzo de 1976, la jefatura del
cuerpo estaba a cargo del Comisario Mayor Mario Pacheco (entre marzo
de 1973 y mayo de 1976), y por el Comisario José Alberto Caputo,
Segundo jefe. Ambos están fallecidos y figuran en los legajos del
personal que prestó funciones en la dependencia, calificando a los
subordinados en los Legajos del personal que prestó funciones en el
Cuerpo de Infantería.
Pacheco
declaró en la causa n° 5.251 caratulada “Mariani, María Isabel
sobre denuncia”, de abril de 1984 que el Coronel Roque Carlos
Presti, jefe del Regimiento 7, se presentó en el Cuerpo de
Infantería diciendo que como jefe del Área 113 necesitaba una
compañía de infantería para poder alojar detenidos conforme a lo
ordenado por el Comando en Jefe. Según Pacheco le entregó la
Compañía requerida, tras lo cual se presentaron tres militares de
menor jerarquía acompañados de soldados que se hicieron cargo de la
compañía, y la disposición de la misma para alojar detenidos.
Pacheco declaró que después del 24 de marzo de 1976 se comenzó a
alojar detenidos, llegando estos a ser entre 70 o 100, y que por lo
que él pudo apreciar eran hombres y mujeres.
Por
su parte Caputo declaró en la causa 139 y dijo que el Cuerpo de
Infantería -luego de la dictadura- estaba a cargo del Área
Operacional y que inclusive ocupaba parte de esas dependencias.
Intentó explicar que para él no era un centro de detención sino un
lugar de alojamiento y que supone que los jefes del Cuerpo,
Comisarios Pacheco y Forastiero tenían libre acceso a los lugares de
alojamiento, pero dijo que no podía asegurarlo. Además, señaló
que en esa época se desempeñaban bajo sus órdenes los oficiales:
Tula, Octavio, Gómez y Pulvermacher.
En
mayo de 1976, hubo un cambio de autoridades en Infantería. Asumió
como nuevo jefe del Cuerpo José Clemente Forastiero, activo como tal
hasta noviembre del ’77 con Caputo como subjefe. Según el relato
de las víctimas, unas 115 personas entre marzo y abril del ‘76, a
partir del 15 de mayo de ese año hubo una reestructuración en el
centro, coincidiendo con el cese en sus funciones de Pacheco y la
asunción Forastiero.
Para
ese entonces en Infantería funcionaban 4 grupos de tareas: “Puma”,
“Tigre”, “Cóndor” y “Escorpión”. Sobre cada grupo se
han referido los sobrevivientes en diversa manera. El “Puma” fue
mencionado por los ex detenidos Luis Bloga, trabajador del Astillero
Río Santiago, Roberto Páez y Ricardo Reynoso, ambos trabajadores
del frigorífico Swift. Este último dijo que en la cuadra había un
grupo que se llamaba Puma y que los mismos represores decían que
eran antiterroristas. Eduardo Schaposnik identificó al oficial Tula
como el Jefe del “Puma” y Luis Manuel Guimarey manifestó que “La
custodia era la gente de la Policía, estaba el Grupo Halcón o el
Grupo Puma, había dos cuadras una abajo y otra arriba, yo escuchaba
como arriba nuestro estaban estos grupos y que salían a la madrugada
para hacer operativos”. El “Tigre” fue mencionado por Roberto
Páez y el “Cóndor” por Ricardo Reynoso, ambos confinados en 1 y
60 entre abril y julio del ’76.
En
cuanto al grupo “Escorpión” fue mencionado por un integrante de
Infantería, Miguel Ángel Bellomo, que también estuvo en el ’77
en la Comisaría 8va. Bellomo dijo en el Juicio por la Verdad en
agosto de 2003 que los grupos se formaron por orden del Comisario
Mayor, y que cada grupo estaba a cargo de un oficial. Según él uno
estaba a cargo del Oficial Monzón, otro, el “Puma” que él
integraba”, a cargo de Pulvermacher y un tercero a cargo de
Osterrier. Este personaje agregó en esa oportunidad que a los
detenidos “los tenían las veinticuatro horas despiertos y los
hacían caminar en círculos en el patio donde se guardan los
vehículos, que da a la parte de automotores”.
En
la causa se ha probado que personal de Infantería participaba
activamente en la privación ilegal de la libertad y los tormentos
producidos a las víctimas en la sede de 1 y 59 y que, en algunos
casos también, eran parte de los secuestros y tormentos infligidos a
las víctimas. Además del jefe del Cuerpo, José Forastiero, hay
otros seis integrantes de Infantería imputados en esta causa:
Claudio Rubén Mejías, Tomás D´Ottavio, Raúl Ricardo Monzón,
Adalberto Oscar Rincón, Juan Antonio Vidal, quien fue integrante del
grupo “Cóndor” y Alberto José Esteban Pulvermacher, quien
figura en legajo como “Jefe de Batallón”.
Rol
del Regimiento 7
Como
asiento formal del Área represiva 113 la vinculación del Regimiento
7 con la dependencia de Infantería es clara. Además se ha probado
la presencia del personal del Regimiento 7 en el CCD y la actuación
conjunta para realizar operativos de secuestro de víctimas luego
alojados en 1 y 60.
Como
se ha reseñado el jefe de Infantería entre 1973 y mayo del ’76,
Mario Pacheco, testimonió en 1984 que el Coronel Presti le solicitó
su colaboración con personal a su cargo y que tras poner el personal
a disposición elementos militares del regimiento 7 se hicieron cargo
de la dependencia de Infantería.
Pero
fueron los propios sobrevivientes quienes reconocieron a personal
militar dentro del lugar de detención. Rubén Víctor Saposnik dijo
que fue detenido en junio del 076 por un Cabo del Regimiento 7,
llevado a esa sede militar ante el jefe de la Compañía B, Pedro
Alejandro Del Río, quien le informó que estaba siendo buscado por
esa fuerza y lo confinó en los calabozos del lugar. Saposnik conocía
el Regimiento por haber cumplido allí el servicio militar y haberse
ido de baja anticipadamente. Días antes los padres de Saposnik, Sara
Peisner y Sneer Saposnik habían sido detenidos y torturados en
Infantería.
Eduardo
Oscar Schaposnik contó que el teniente Welsh y el sargento
Avellaneda habían participado del operativo de su secuestro en junio
del ’76, dijo que luego los vio dentro del centro clandestino y que
Welsh una de las personas que los sacaba y los golpeaba. Welsh era
oficial de Personal y Carlos Alberto Avellaneda (fallecido impune)
prestó funciones en el Regimiento 7 desde 1970 y para el año ’76
era sargento de la Compañía Comando y Servicio. Avellaneda fue
mencionado por muchas de las víctimas que estuvieron detenidas 1 y
60, ya que era la persona que custodiaba a los detenidos, los
interrogaba y los trasladaba fuera del centro para realizar torturas
o hacia unidades penales.
Además
obran en la causa los legajos penitenciarios de la Unidad 8 de Olmos
de algunas de las víctimas secuestradas clandestinamente en el CCD 1
y 60 y luego fueron trasladadas a esta unidad, donde figuran las
fechas de detención de las víctimas, que sus detenciones fueron
ordenadas por el Regimiento de Infantería 7, que su lugar de
alojamiento era el Cuerpo de Infantería de la policía bonaerense y
los responsables militares de los traslados a unidades penales, entre
ellos el teniente Oscar Antonio Gómes Mígenes, quien estuvo en
comisión desde la Brigada de Infantería Xma hacia el Regimiento 7
entre marzo y diciembre del ‘76. Esa documentación está además
firmada por el Jefe del Regimiento de Infantería, el Coronel Carlos
Roque Alberto Presti.
Un
elemento prodigioso es la existencia de certificados firmados por
personal del Regimiento 7 entregados a varias de las víctimas cuando
fueron liberadas desde el Cuerpo de Infantería, en los cuales
constaba que habían estado detenidos a disposición del área
operacional 113 y con sello oficial del Regimiento 7. Allí, pese a
tratarse de detenciones completamente irregulares, se dejaba
constancia de la fecha de detención y de liberación, las cuales no
siempre coincidían con lo realmente acontecido.
Además
del jefe y subjefe, los coroneles Roque Presti y Raúl Muñoz
respectivamente al momento de los hechos, el Regimiento contaba con
una Plana Mayor formada por oficiales de Personal (G1/S1), de
Inteligencia (G2/S2), de Operaciones (G3/S3) y un Oficial de
Logística (G4/S4). La G distinguía a los oficiales en el Estado
Mayor, y la S hacia las unidades más pequeñas. Había además
Auxiliares, un Servicio Religioso, y las Compañías A, B, C y de
Comando y Servicio, cada una con un oficial jefe a cargo de
suboficiales y soldados.
De
esa vasta estructura, en la que todos colaboraban en la represión,
en la causa se encuentran procesados, además de Welsh y Gomez
Mígenes, el teniente Lucas Marcelo Castro, jefe de la Compañía A,
Héctor Reynaldo Amuchástegui, oficial de logística (S4) entre
diciembre del ’75 y octubre del ’76, Alberto Jorge Crinigan,
oficial de Inteligencia (S2) entre diciembre del ’75 y fines del
’76, Ramón Ismael Verón, Oficial de Inteligencia (S3) entre los
años ’74 y ’76, y el teniente coronel Raúl Guillermo Pascual
Muñoz, segundo jefe del Regimiento hasta abril del ’76, cuando fue
designado como intendente de facto de Florencio Varela.
De
esta manera 7 integrantes del Regimiento 7 serán por primera vez
llevados a juicio en La Plata en este debate, acusados por centenares
de secuestros y tormentos sufridos por las víctimas en 1 y 60.
El
Destacamento de Inteligencia 101 del Ejército
En
este debate también serán juzgados cinco integrantes de
inteligencia militar. Como se ha probado en los juicios por los CCD
“La Cacha” y “Brigada de San Justo” el Destacamento 101 de
Inteligencia del Ejército, con sede en 55 entre 7 y 8 de La Plata,
constituyó la apoyatura de todas las fuerzas intervinientes en la
represión ilegal y centralizó y distribuyó la información a
partir de la cual los grupos de tareas realizaban los secuestros y
trasladaban a sus víctimas a centros clandestinos de detención o
bien no las ejecutaban.
Si
bien formalmente actuaba como unidad de apoyo de la Brigada de
Infanteria Mecanizada Xma en toda la Subzona 11 (26 partidos del
conurbano sur y del centro-este bonaerense), como unidad de
Inteligencia del Ejercito dependía organicamente del comando del 1er
cuerpo del Ejercito a través de la Jefatura 2 de Inteligencia de la
plana mayor de esta fuerza.
De
este modo, la responsabilidad de los miembros de este Destacamento
radica en su función de reunir la información necesaria e
imprescindible para practicar los secuestros de las víctimas que
fueron conducidos al CCD que funcionó en el Cuerpo de Infantería de
La Plata. Por ello los integrantes del Destacamento 101 imputados en
esta causa son los capitanes del grupo de Contrainteligencia y la
Sección Central de Reunión de Información Gustavo Adolfo Cacicvio,
Miguel Ángel Amigo y Emilio Alberto Herrero Anzorena, el jefe de la
sección Ejecución y Reunión Interior, Anselmo Pedro Palavezzati,
todos ellos condenados a perpetua en el juicio por el CCD La Cacha en
2014, así como el jefe del Grupo de Actividades Especiales Ricardo
Armando Fernández, en juicio junto a los demás en el debate por el
CCD Brigada de San Justo y con probable sentencia en 2020.
Actuación
de la Policía Federal y la CNU
También
forman parte de la acusación cinco integrantes de la Delegación La
Plata de la Policía Federal Argentina y un civil del grupo de
ultraderecha peronista Concentración Nacional Universitaria, todos
ellos acusados por un operativo realizado el 3 de abril de 1976 en
calle 23 n°221 de La Plata el que se secuestró a los militantes
Nélida Leonor Balbi, Luis Julián Farina y Roberto Mario Carattoli,
quienes fueron llevados a 1 y 60.
En
el operativo, realizado desde las 2 de la mañana, participaron los
cabos José Luis Benítez, Carlos Hugo Leguizamón, Roberto Arturo
Gigli, Oscar Nicolás Traubenik y el principal Jorge Luis Fontana,
todos numerarios de la delegación local de la Federal.
Ante
su jefe, el Comisario Juan Rafael Pochelú, Fontana hizo
constar que en el operativo perdió todos sus documentos personales.
Pochelú ordenó una investigación administrativa y se la encargó
al Subcomisario Alberto Larroca, segundo Jefe de la delegación.
Fontana dijo que tomó conocimiento de que en ese domicilio se
practicaban reuniones de carácter subversivo, y que se constituyó
en el lugar con los otros cuatro efectivos. Tras allanar la vivienda,
detuvieron a su ocupante y lo identificaron como Luis Julián Farina
militante de la Juventud Peronista en la Unidad Básica del barrio La
Loma en La Plata. Al rato llegó a la casa su pareja, Nélida Leonor
Balbi, a quien también detuvieron, acompañada por una persona que
identificaron como Roberto Mario Carattoli. Según consta en la
investigación interna de la Federal, Carattoli habría
intentado escaparse corriendo por calle 23 en dirección al norte.
Siempre según los federales, “luego de unos 250 metros de ardua y
peligrosa persecución” lo hirieron de bala en el tobillo izquierdo
y lo detuvieron, secuestrándole “una pistola calibre 22”.
Fontana dijo que los detenidos fueron trasladados a la delegación de
la Federal, en 15 y 49, y posteriormente “entregados a las
autoridades militares de la jefatura del Área 113”.
De
los testimonios brindados por las víctimas en el Juicio por la
Verdad en julio de 2002 se desprende que la comitiva llegó de
madrugada mientras Farina estaba estudiando, luego llegó su mujer
con Carattoli, quien vio que lo iban a encapuchar, intentó escaparse
y salió corriendo por la cocina, momento en el cual alguien le
disparó y lo hirieron en una rodilla.
Luego
los levantaron en un coche, los encapucharon, los pusieron en el baúl
de varios autos y los trasladaron a una dependencia policial que si
bien no pudieron identificar con mucha precisión se trataría de la
Comisaría 9na, muy cercana a Infantería, y al día siguiente fueron
llevados al Cuartel de Infantería en 1 y 60. Allí sufrieron
torturas y confinamiento y también fueron sacados para ser
torturados dentro de un camión frigorífico en la zona de Arana. En
una segunda declaración en la instrucción de esta causa Balbi
agregó que cuando llegó desprevenida a su casa con Carattoli pudo
ver una persona de baja estatura, con una ametralladora, a quien
reconoció como el “Indio” Castillo, integrante de la CNU que
después del golpe de Estado, y pese a haber estado procesado por
delitos gravísimos, colaboró con los grupos de tareas de la zona.
Por estos hechos serán juzgados en el debate Pochelú, Leguizamón,
Benítez y Castillo, acusados por los secuestros y tromentos a
Farías, Balbi y Carattoli, y por las lesiones causadas a este
último.
En
el camino de la instrucción de la causa murieron impunes el cabo
Gigli, que sin embargo recibió una condena a perpetua en la causa
“Zúñiga” en 2016, y el subcomisario Larroca, quien se
encontraba gozando de la domiciliaria en Olavarría.
El
CCD de 1 y 60
La
operatividad de la acción represiva del Centro Clandestino de
Detención se desplegaba en las instalaciones ubicadas en las calles
1 entre 59 y 60, Dirección de Infantería, y en el Regimiento
de Caballería de la Policía de la Provincia de Buenos Aires ubicado
a la vuelta del anterior, en calle 60 entre 1 y 115 de La Plata. Por
relatos d elos sobrevivientes se ha podido reconstruir que ambos
cuerpos de la Policía bonaerense fueron utilizados como lugar de
confinación de personas secuestradas inmediatamente después del 24
de marzo de 1976 y hasta principios del mes de diciembre de ese año.
Desde
la década del ’80 se identifica el lugar en el “Nunca más”
como “Guardia de Seguridad de Infantería (LRD), Lugar de Reunión
de Detenidos”, que significa que son mantenidos en general por
períodos considerables de tiempo hasta que se decida su destino.
Sin
embargo el reconocimiento de ambos predios como CCD no fue sencillo.
Un informe de la Dirección Organización y Doctrina del Ministerio
de Seguridad bonaerense dice que “no obran antecedentes en la base
de datos y archivo del funcionamiento de la dependencia policial sita
en calle 1 esquina 60” y solo aportan que del libro “Síntesis
Histórica de la Policía de la Provincia de Buenos Aires 1580-1980”
surge que en el año ’76 en la zona funcionaron el “Cuerpo de
Caballería, la División Abastecimiento y la División Talleres” y
que sobre el resto de las dependencias “no se puede indicar que no
se ha podido determinar fechas ciertas y/o formas legales de
ocupación”.
Debido
a esta indefinición oficial por mucho tiempo se mencionó
indistintamente a estos lugares como “Cuerpo de Infantería”,
“Dependencia policial 1 y 59″, “CCD 1 y 60″ o “Guardia
de Infantería”. Sin embargo para quien conoce la zona surge
claramente la ubicación de Infantería en 1 entre 59 y 60, y de
Caballería en 60 entre 1 y 115, de hecho allí siguen operando hoy
en día tales divisiones policiales. Y, como en muchas otras causas,
fueron las testimoniales de los sobrevivientes las que permitieron
reconstruir la dinámica del lugar como CCD para entender que el
secuestro de militantes sociales, políticos, trabajadores y
delegados gremiales de las fábricas de la zona de La Plata, Berisso
y Ensenada (el Astillero Río Santiago, la Propulsora Siderúrgica,
la Sociedad Industrial de Aparatos de Precisión –SIAP-, el
Frigorífico Swift, la empresa R.A.B. SRL de laminados, la destilería
YPF y otras) fue una práctica sistemática y planificada como parte
del Terrorismo de Estado para disciplinar y hacer desaparecer la
organización independiente y de clase de los trabajadores.
En
su testimonio en esta causa Beatriz Zulema Grasso, delegada de UOM en
la fábrica SIAP que fue secuestrada embarazada el 29/3/76 y
sobreviviente de 1 y 60, relató los operativos del mismo día del
golpe y dijo que “la primer fábrica a la que ellos entraron fue
Propulsora a las 4 de la mañana, fue cuando paró la fábrica por
primera vez, ya que propulsora trabajaba las 24 horas. Después creo
que entraron en Astilleros a las 7 hs de la mañana, así fueron
entrando en las distintas fábricas, así que el día 26 estuvieron
en SIAP y se les entregaron todas las listas y los nombres. El día
29 llegaron a SIAP a la mañana, fue el ejército, rodearon toda la
fábrica con tanques, soldados”. Grasso agregó en su testimonio de
Juicio Por la Verdad de año ´99 que dentro del campo y durante un
interrogatorio reconoció la voz de “Fregote, que era el Jefe de
Relaciones Exteriores de la fábrica”.
Los
operativos se hacían casi siempre de madrugada, con camionetas tipo
rastrojero o camiones del Ejército. Los ingresaban por el portón
ubicado sobre la calle 60 entre 1 y 115 y luego eran depositados,
vendados y esposados, en un lugar llamado “la cuadra” o en un
lugar de dimensiones mucho más pequeño denominado “los
calabozos”. A veces eran fichados con huellas digitales y hasta
fotografiados en el patio de la dependencia.
Raúl
Horacio Napp, fotógrafo policial de Infantería en el ’76, dijo en
el juicio por la Verdad en 2000 que “Las fotos eran tomadas en el
patio, de frente y de perfil, y luego se conformaba una ficha por
cada detenido, que era pasada a un archivo que obraría en esta
dependencia policial o bien en la Jefatura de Policía”.
Luis
Manuel Guimarey, sobreviviente que estuvo recluido en el lugar entre
junio y agosto del ’76, recordó que el piso del lugar donde lo
ingresaron al llegar tenía las baldosas de color blanco y negro y
que “un día a la mañana nos sacaron fotos, de frente y de perfil,
recuerdo como estabamos con vendas, nos hicieron poner un tabique”.
Así
en los legajos de la ex Dirección de Inteligencia de la Policía de
la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA) hay registros de seguimientos
personales previos a la detención de las personas, así como también
fichas labradas al momento de su secuestro y lo que figura como
“declaraciones espontáneas”, en realidad tomadas a los cautivos
bajo tortura. A su vez los archivos de DIPPBA muestran que el mismo
día del golpe de Estado se produjeron en la región una serie de
detenciones de personas que ya habían sido identificadas previamente
como “peligrosas” y fueron blancos de la actuación de las
llamadas “Fuerzas Conjuntas”.
Los
testimonios de los sobrevivientes permiten establecer la disposición
del CCD. Un portón de ingreso por calle 60 entre 1 y 115, un patio
grande desde donde se observaban las dependencias del Registro de las
Personas (contiguas hacia la esquina de 1 y 60), una cuadra próxima
al sector de caballerizas de la montada (sobre calle 60 hacia 116) y
el sector de calabozos.
El
primer lugar de confinamiento solía ser la cuadra, que era un
espacio grande y largo, dividido en cuatro sectores por medio de
roperos, cada uno con líneas de camas cuchetas metálicas ubicadas
enfrentadas a ambos lados del espacio. En los tres primeros
permanecían los detenidos varones y el cuarto, más pequeño y al
final de la cuadra, era para las mujeres.
Al
respecto Gabriel Oscar Marotta, delegado del Astillero Río Santiago
que estuvo detenido en el lugar entre mediados de mayo y principios
de junio del ’76, dijo que “había una barraca llena de gente
donde yo reconocí a otra gente que también trabajaba Astilleros
cuyos nombres ya ni siquiera recuerdo, vi gente que trabajaba en
otras fábricas de la zona y que conocía de reuniones gremiales”.
Al
final de la cuadra había un baño en condiciones inhumanas. En este
lugar los detenidos permanecían durante todo el día vendados y
esposados a las camas cuchetas. Así lo recordó el sobreviviente
Eduardo Torres, empleado administrativo de la Policía bonaerense en
la División Automotores, ubicada en los fondos de Infantería, fue
secuestrado por estar vinculado a la Unidad Básica de La Lomay
estuvo confinado más de un mes en el lugar desde abril del ’76.
Torres dijo que “bastante tiempo después nos destabicaron,
entonces se confirmó el lugar ese que era como una sala general
digamos, una especie de cuadra con camas metálicas para dos personas
y de los dos lados enfrentadas, ahí estábamos esposados”.
Arriba
de la cuadra, en un primer piso, funcionaba el lugar de reunión de
los grupos de tareas denominados “Halcón” y “Puma”. Varias
víctimas indicaron recordar la existencia de estos grupos y cómo se
movían. El ex detenido Roberto Adonibal Páez, trabajador del
frigorífico Swift secuestrado en el lugar entre abril y julio del
‘76, dijo que “el grupo Puma, tenía su, su asiento en un
entrepiso que estaba arriba, de dónde estábamos nosotros, y que
ellos cada vez que venían de un operativo, escuchábamos contar las
hazañas que hacían, de cómo le dieron a fulano, de que habían
robado en la casa de mengano, uno tenía un grabador, el otro traía
la máquina de sacar fotos, era un grupo aparte de choque de
operativo, un grupo de saqueos prácticamente”. Fermín Azcárate,
estudiante de derecho secuestrado de un asado de recibida junto a sus
hermanos y otras 40 personas en abril del ’76, rememoró que todo
el grupo fue trasladado en carros de asalto policiales, ingresado por
calle 60, ubicado en una sala, luego interrogado y pasado a la cuadra
con sus hermanos, donde había otras 200 personas, entre ellas 15 o
20 mujeres en un espacio apartado. Agregó que “al quinto o sexto
día, era como las nueve y media de la noche e irrumpe una persona
que después me doy cuenta y después comentamos, yo lo conocí que
era el General Camps que entra en forma violenta caminando por el
centro de esa cuadra, le pega una trompada a un detenido para abrirse
paso y va hasta el fondo y en el fondo que estaban las mujeres
detenidas, ahí se queda un rato, (…) y cuando se va es ahí
empiezan las medidas y ahí empieza el calvario, porque se resuelve
que nos tiene que esposar los brazos y los pies a la cama”. Por el
relato del sobreviviente Eduardo Caldarola, miembro del Servicio
Penitenciario confinado en 1 y 60 entre abril y junio del ‘76, se
pudo determinar que en la cuadra había una taquilla donde el
personal policial dejaba las armas y uniformes.
Respecto
a la zona de calabozos, varios sobrevivientes coinciden en
describirla como el peor lugar, donde se llevaba a los detenidos que
habían sido retirados de la cuadra y sometidos a sesiones de
tortura, para luego regresarlos a la cuadra. Era un lugar pequeño,
húmedo y frío, donde cabían cinco o seis personas, esposados,
vendados y acostados en el suelo.
Eduardo
Schaposnik, estudiante y militante que estuvo recluído en 1 y 60
entre junio y septiembre del ’76, afirmó que en la cuadra por lo
menos había colchones y los alimentaban un poco, cosa que no sucedía
en los calabozos. Luis Eduardo Bloga, trabajador de Astirllero,
recordó los calabozos del lugar donde estuvo entre mayo y agosto del
’76, al decir que se encontraban con otras personas “esposados
con las manos en la espalda y encapuchados, no podíamos ver a nadie,
en ese lugar debo haber estado 20 días, nos daban un pedazo de pan
al mediodía, casi sin comer, y de vez en cuando nos traían agua,
nos sacaban para ir al baño, pero recién creo que al octavo o
noveno día me sacaron para ir al baño; yo no estaba en la cuadra.
En ese cuartito estaba con Eduardo Schaposnik, quien llego después
que yo, venía de la tortura, lo recuerdo en muy malas condiciones”.
Concepciones
No
habiendo registros de personas desaparecidas entre las 194 víctimas
de esta causa, en su requerimiento la Fiscalía ha denominado al CCD
como “lugar de tránsito”. Ello porque en muchos de los casos las
víctimas recuperaban su libertad directamente del mismo centro o
eran trasladadas a sus domicilios. Otras víctimas eran derivadas a
otros lugares de detención, ya sea bajo la órbita del Poder
Ejecutivo o no. De esta manera se legalizaba su detención o bien
continuaban en la clandestinidad. La mayoría de los hombres eran
derivados a la Unidad 9 de Villa Elvira y las mujeres a la Unidad 8
de Olmos. Hubo un solo caso en el que la detenida fue trasladada de 1
y 60 a la Comisaría 8va de La Plata, previo paso por el Hospital de
la Unidad 8 de Olmos, en donde le practicaron una cesárea para dar a
luz a su bebé.
En
el debate también se pondrá de manifiesto la violencia sexual
ejercida en el CCD como parte del accionar terrorista de Estado.
Aunque en la instrucción la fiscalía acusó solamente a uno de los
imputados, Raúl Muñoz, por delitos sexuales en 2 casos. Tras
ello, en agosto de 2016, los jueces Carlos Nogueira, Antonio Pacilio
y Carlos Vallefín confirmaron el procesamiento de Monzón por 104
casos de secuestros y tormentos, pero rechazaron el requerimiento
fiscal de que se lo acuse por abuso deshonesto en 2 oportunidades.
Los jueces de la Sala 3 de la Cámara de Apelaciones platense
trataron de fundar su decisión diciendo que “esta Sala, sin
embargo, entiende que tales eventos, en realidad, confluyen con la
imposición de tormentos que padecieron las nombradas al tratarse el
accionar denunciado de sufrimientos causados con un propósito
determinado (…) Al igual que la tortura, la violación o el abuso
deshonesto se utiliza para propósitos, como la amenaza, la
degradación, la humillación, la discriminación, el castigo, el
control o la destrucción de la persona.
Como
la tortura, la violación o abuso deshonesto es una agresión de la
dignidad personal y constituye una tortura cuando la comete un
funcionario estatal o paraestatal o usa a alguien para que la cometa
o da su consentimiento, o actúa como autor mediato por estructura
organizada de poder”. Enfocando la cuestión más en el victimario
que en la víctima, los jueces sostienen que si viola o abusa un
represor de Estado es tortura y no violación o abuso. Esto demuestra
que falta mucho terreno por recorrer para imponer una visión de
género amplia y coherente en estas causas y que se reconozcan de una
vez los delitos sexuales como delitos autónomos, independientes de
la tortura. El tema merecerá un riguroso debate en el juicio oral.
Seguí
todos los detalles en el blog: https://juicio1y60.blogspot.com/
(
https://argentina.indymedia.org/2020/03/06/juicio-por-el-ccd-cuerpo-de-infanteria-1-y-60-en-la-plata/
)
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La
caída del muro y los nuevos acuerdos que bajo la nueva realidad (Ya
no había guerra ni fria ni caliente …) se impusieron en 1994 con
la actualización de la Organización Mundial del Comercio (OMC)
produjo los basamentos y las columnas de la globalización neoliberal
que signo todo el proceso de hegemonía mundial hasta la irrupción
de la economía China arrastrando una nueva realidad global consigo a
fines de los 90.
Las
economías emergentes propician la aparición del populismo en esas
circunstancias como respuesta a las tensiones del neoliberalismo …
esas tensiones no alcanzaron a reproducir las de la guerra fria, por
tanto izquierdas y derechas se diluían y mezclaban a un lado de la
nueva realidad que tensionaba desde otros lugares … obviamente el
tiempo no era el mismo … los movimientos en los espacios habían
modificado la realidad.
EEUU
consolido su Hegemonía y preponderancia en la globalización, pero
en lo interno necesitaba cohesionar tensiones que prometían serios
conflictos. La unidad nacional se logra en buena medida construyendo
un enemigo externo … surgen así los terrorismos fundamentalistas
islámicos como excusa para sus “guerras” con las que diluyen
conflictos sociales y pujas distributivas al interior de su sociedad,
y el narcotráfico que no pueden resolver al interior de sus
fronteras, lo asociación con dinámicas de financiamiento de las que
se vale ese terrorismo, y para América Latina es el “narcotráfico”
la excusa para sus injerencias …
En
el siglo XXI la historia es mas conocida … de la crisis neoliberal
y el surgimiento del populismo en América Latina, estamos
definiendo los conceptos con los cuales interpretarnos a nosotros
mismos en la historia que estamos haciendo y escribiendo …
Daniel
Roberto Távora Mac Cormack
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