≃≃≃Domingo 8 de marzo de 2020≃≃≃

Entre las luchas de las mujeres por la equidad, la primera víctima fatal en Argentina por haber adquirido el Corona Virus, el campeonato que anoche Boca Junior le arrebato a su eterno rival, River Plate en la última fecha y dándole la posibilidad de la vuelta Olimpica en su Estadio, y los detalles que se ultiman para entregar mañana la propuesta a los bonistas tenedores de bonos de la Deuda Externa Nacional, esté domingo no es un domingo mas, no es un domingo como otros …

I Cuestión de Mujeres, Cuestión de todes …



Las actividades en conmemoración del Día Internacional de la Mujer se extenderán desde temprano por todo el país con intervenciones callejeras y pañuelazos. Por su parte, la Iglesia católica realizará a las 11 una misa frente a la Basílica de Luján en la que ratificará su posición contra el aborto y pedirá "por la protección de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural", con el lema "Sí a las mujeres. Sí a la vida".

Las mujeres se movilizarán en todo el país bajo diferentes consignas, con diversas organizaciones sociales y políticas para expresar el reclamo por los derechos de la mujer, visibilizar la desigualdad de género, frenar la violencia hacia las mujeres, y principalmente pedir por la legalización del aborto que se volverá a tratar este año en el Congreso de la Nación.

Las actividades en la Ciudad de Buenos Aires comenzarán temprano. A a partir de las 9, la Casa Dora Barrancos, convoca a pintar un mural en la intersección de Francisco Bilbao y Varela en el barrio de Flores. Una hora más tarde, comenzará en la actividad en la plaza San Martín de La Plata, con el lema "Mujeres haciendo historia". La joranda se extenderá hasta las 17 y  habrá feria de productoras y artesanas, mesas de debate, un festival musical y acto en homenaje a las mujeres bonaerenses, organizado por el Ministerio de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de Buenos Aires.

A las 11, y frente a la Catedral se desarrolará el primer pañuelazo de la jornada organizado por  Juntas y a la Izquierda-MST. A la misma hora, pero en el Barrio 31, habrá una actividad de mujeres, trans y travestis del Barrio Mugica. Al mediodía comenzará la actividad en Palza Francia. Allí se realizará la feria "Libre de maltrato" para reflexionar sobre igualdad de género con las y los artesanos.

Por la tarde, en el Parque Centenario, se llevará a cabo una jornada que contará con  encuentros de cirqueras, música, murga, batucada, mesa informativa y talleres, organizado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. También por la tarde, entre las 16 y las 17, se realizará la Caravana de la Red Feminista de Villa Soldati que se iniciará en Lacarra y Riestra y concluirá en la plaza Ramon Carrillo.

En Parque Patricios, entre las 16 y las 19, se realizará un encuentro de música, danza y stand up organizado por la Comisión de Género y Diversidad de la Comuna 4 en Caseros y Urquiza. En tanto que a las 17, frente al Congreso nacional se realizará una intervención callejera coreográfica para reflexionar y concientizar sobre políticas de género para lo cual se invitó a participar vistiendo remeras blancas y llevando pañuelos verdes.

Las actividades culminarán el lunes con la marcha que irá desde Plaza de Mayo hasta el Congreso que comenzará desde las 17 y que será el punto más alto de visibilización del paro nacional de mujeres. 

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Una adolescente levanta los hombros y a la vez se señala los pezones para decir que no le gusta usar corpiño y que no lo va a usar aunque su mamá, que está a su lado, la mire mordiéndose el labio. Así que se agacha, toma un papel del suelo con la frase “no te vistas así que te van a mirar todos” y la ubica sobre un afiche color amarillo, en la zona de alerta de la violencia de género. “Y sí, mamá, es un plomo que nosotras nos tengamos que cuidar y que los chabones anden prácticamente en bolas”. La madre también se agacha y toma el mismo papel, levanta el mínimo cascote que lo sujeta y lo coloca en la zona roja, la del peligro, la que indica que hay que buscar ayuda. Porque a ella le da miedo que salga así como está ahora su hija, el aro que tiene en el ombligo expuesto, las piernas desnudas y las tetas puntiagudas sin corpiño. Hacen 33 grados. Estamos en la plaza de la villa 21-24, en el sur de la ciudad de Buenos Aires.



Estoy sentada en el piso viendo la escena, tomando notas, llevo puesta mi remera de Ni Una Menos, soy un afiche ambulante y justo a mi lado está el afiche que se imprimió ahí cerca: “Las villeras paramos”. La actividad la guía una piba del barrio, usa como top un pañuelo violeta que dice “la revolución es feminista”. Se trata de diagnosticar el grado de violencia de las frases escritas en papeles de carpeta escolar, todas escuchadas mil veces. “Sos re puta”, “Andá pero dejá la comida hecha”, “Si te veo con otro te mato”, “soy tu marido y tenés que coger conmigo”, “de qué trabajo hablás si no hacés nada”, “si me dejás me muero”. La piba del pañuelo suma un fragmento de su historia: “Cuando empecé la escuela la directora no me dejaba ir con una remera pupera, llamó a mi mamá y nos sentó a las dos en la dirección, me dijo que vestida así la avergonzaba porque parecía una puta. Después me hice torta y lo de puta lo hubiera preferido”, las carcajadas son el remate de la historia.
En otra rueda en la misma plaza, pibas y doñas se mueren de risa con una ruleta que obliga a elegir tarjetas de un color por tema, las rosadas hablan de salud sexual y las ronderas tienen que responder por verdadero o falso. “¿Los varones que se hicieron vasectomía pueden eyacular?” ¡Sí, que pueden! Se adelanta Nati Molina, autoridad comunal de la villa, trabajadora de la economía popular, “voy a salir por el barrio a promocionar la vasectomía porque sí pueden eyacular”, dice pero las doñas niegan con la cabeza, los hombres no se la quieren hacer, se quejan.

Estamos en la víspera del paro feminista que se cambió para que suceda en día hábil al 9M, para que el paro sea productivo y reproductivo. Para que se detenga la vida cotidiana del trabajo remunerado, cuando hay, y el trabajo de cuidado, que no se detiene nunca. En la villa la luna sale tres cuartos iluminada, el dibujo de su cara fragmentada se ve nítido. Dos niñas que todavía no entraron al secundario hablan de Educación Sexual Integral y otra más, un poco más grande, lee un texto en el micrófono que amplifica la asamblea un texto en el que desea que su hermanita tenga una relación sana, que sus primas vuelvan enteras de bailar, que mamá no esté tan cansada y que a su abuela le alcance la jubilación. Todo un mapeo del paro feminista en los vínculos familiares que acá en la villa se superponen en pocos metros y se entraman sin dificultad: la precariedad de la vida expuesta como los dientes que faltan en algunas sonrisas, como la vergüenza que les da a las mayores decir la palabra “clítoris”, como la facilidad que tienen las pibas para decirle a los prefectos que toman mate en su garita “altos pajeros”.

El paro feminista discute el modo en que el capital captura nuestra vitalidad y pasa al mismo tiempo por el cuerpo, es una efervescencia en la sangre, te dan ganas de dar besos mojados y de gritar hasta que la garganta raspe como el pavimento por las que ya no tienen voz. No hubo una sola vez en la que la rabia no acuda igual que las lágrimas; es el cuarto que se hace un 8 de marzo, ese día en que no nos festejamos sino que nos rebelamos, o más bien, hacemos de la rebelión cotidiana cita común, disputa política, demanda concreta, ocupación de la calle y reconocimiento, otra vez, de todo lo acumulado. Si hay fiesta es porque nos tenemos entre todas y entre todes, porque vibramos al ritmo de la revuelta en Chile y buscamos estrategias para seguir señalando el golpe de Estado en Bolivia en clave feminista. Esa clave que lo mezcla todo y lo cambia todo porque leemos en nuestros cuerpos la teoría que se produce y se apropia porque cuando faltan las palabras circulan las impresas, las escuchadas, las grabadas, las que se hacen carne porque cuando sintetizan lo que sabíamos y no se podían nombrar es el cuerpo entero el que cambia. 

Eso que llaman amor es trabajo no pago”, dicen en la villa y te explican con la rutina de todos los días lo que quiere decir cuidar y estar hartas de que eso sea invisible. Se dice patriarcado, héteronorma, así como se dice conquista o género. La ilustración es una dinámica que se despega del papel y se hace cuerpo porque circula de boca en boca. Cuando, como esta semana, una mujer es arrojada de un balcón, la clave feminista traduce que algunos cuerpos se leen descartables y contra eso la rebelión y el paro: produzcan sin nosotras. Aunque este paro no mida porcentaje de acatamiento --aunque ya verán-- porque este paro es una toma de conciencia a la vez que una medida de fuerza, una lectura sobre el tiempo en que se trabaja y el poco que queda para vivir; sobre el deseo, la autonomía y el tiempo que nos deben, ese que se va haciendo cuentas, sudando, pidiendo prestado, trabajando extra, haciendo viandas, reciclando la ropa, apagando la luz para que no sea impagable, poniendo monedas en algún lado para pagar los apuntes, soñando con que tal vez alguien de entre todes pueda ayudar a pagar sin pedirle al banco o al Anses, pensando cuándo vamos a gozar sin temor de qué la noche se acabe demasiado rápido o que el amanecer demande otra tarea. Este es un paro efectivo, más allá de las horas y de las que no pueden parar el trabajo rentado porque deja de serlo y entonces activan en las redes o se toman unos minutos y detienen el conteo de las horas que se restan y dicen, vamos compañeras, vamos compañeres.

Hoy domingo en distintas plazas, esquinas, locales, barrios, en la puerta de un supermercado, en la feria de la villa 31 y 31 bis, en Olavarría y en Neuquén, en Entre Ríos pero también en Cochabamba, Bolivia; en El Alto, en Santiago de Chile, en ciudad de México, en Bahía, Brasil; en Uruguay y la lista sigue, las acciones se repiten y el contagio es más persistente que el coronavirus porque no hay vacuna, porque es irreversible, porque las pibas y las viejas descubriendo sus cuerpos, las travas y les trans en la calle codo a codo, el machismo discutido en el campo al mismo tiempo que se discute qué semilla preservar y cuál plantar; eso no se detiene, eso no necesita de nadie al frente. Todo eso que detenemos para poner en marcha nuestro deseo es el producto del paro feminista y es para nosotras y nosotres, como la deuda que enfrentamos, la externa y la doméstica, es con nosotras y con nosotres. Y vamos a reclamar que la paguen, desde la calle y en las camas, en todos lados, a toda hora; lo que transformamos lo transformamos para siempre aunque la amenaza antiderechos crea que puede hacer retroceder la marea. Podrá retirarse de a ratos, pero sólo para tomar nueva fuerza. Y eso lo sabemos, en el cuerpo y en las palabras que lo habitan y lo construyen, las que creamos juntas, las amoldamos a la propia boca, las que dicen nuestros nombres. 

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Prácticamente hasta el final del siglo XIX no hay ningún filósofo de sexo femenino, no existe siquiera la palabra para indicar tal cosa. Y sin embargo no hanfaltado las relaciones entre los filósofos y las mujeres; analizarlas sirve para juzgar el valor de una filosofía. Se pretende en este texto aplicar un principio fundamental de la Ética de la Liberación: para juzgar un sistema, ya sea éste político, social, económico, cultural, religioso o incluso teorétíco, hay que ponerse de parte de la víctima de este sistema: sólo desde la perspectiva de la víctima el sistema ofrecerá su cara más auténtica. Puede parecer extraño que un sistema teoréti­co produzca víctimas y, en efecto, los hechos de muestran que no hay una filosofía expresada por una mujer por lo menos por 2.500 años, y sin embargo en este período la filosofía ha surgido, se ha desarrollado, ha muerto y ha renacido de sus mismas cenizas. Los hechos demuestran que los filósofos han marginado intencionalmente a las mujeres del pensamiento teorético, relegándolas al rol de objeto del pensamiento. La filosofía occidenal tiene una doble tradición; por un lado ha elaborado sistemas teoréticos como sostén de los sistemas dominantes, por el otro ha expresado formas críticas en relación con esos mismos sistemas dominantes.

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Un torbellino de energía femenina (y feminista) se apodera del noveno piso del Centro Cultural Kirchner (CCK), donde sucede esta nota, la primera que ofrece en conjunto el equipo del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, con Elizabeth Gómez Alcorta a la cabeza. Las diez funcionarias de distintas trayectorias, militancias, ideas y proyectos dicen tener algunas cosas en común: el deseo. La prepotencia de trabajo. El compromiso por la lucha desde la militancia. El convencimiento de que la política puede ejercerse desde “la humanidad y la emocionalidad”. Las ganas de poner en el centro de la escena los lazos sociales y afectivos. De construir desde la escucha. Y la “mística” que les otorga la posibilidad de pensar políticas públicas desde un nuevo espacio, que cuenta poco más de 100 días desde su nacimiento.

Saben que las expectativas sobre el Ministerio son altas. No sólo porque sobre él recaen deudas históricas, sino también porque la agenda lo ubica en el centro de la escena política: en la semana el Poder Ejecutivo enviará al Congreso el proyecto para la legalización del aborto; en el mes de la Mujer hubo una nueva ola de femicidios, por mencionar dos temas clave. También porque saben que, si bien la cartera acaba de surgir, recibe la herencia de una agenda que mujeres e identidades diversas han ido enhebrando en las calles, las organizaciones, los sindicatos, los partidos políticos durante décadas. 



El Ministerio tuvo un rol crucial en la organización de la Semana de la Mujer Trabajadora que hasta el sábado ofreció actividades en el CCK, con el lema de “Nosotras movemos el mundo”. En el acto inaugural del ciclo, Gómez Alcorta acompañó al presidente Alberto Fernández, y en su discurso planteó a la cartera como “una conquista del movimiento de mujeres y diversidades”. También dijo que este 8 de marzo es diferente, precisamente porque la Argentina incorporó un área que pretende irradiar una mirada feminista hacia la esfera política en su totalidad. “Transversalidad” es un concepto que secretarias y subsecretarias repiten como mantra.

Se encuentran ante la “posibilidad histórica de construir de cero un ministerio”, que por ahora funciona en parte en el de Economía y en los dos espacios con los que contaba el Instituto Nacional de las Mujeres. “Nos encontramos con muchas compañeras y compañeros que trabajaban en el Instituto y que están muy formados y con ganas de trabajar. Fue un hallazgo importante: son quienes sostuvieron las políticas públicas en estos cuatro años de tanto retroceso. Nos estamos constituyendo como equipa. La recepción de los otros ministerios ha sido muy promisoria”, desliza Gómez Alcorta al comienzo del encuentro con Página/12. A Larisa Roson le compete el trabajo de la Gestión Administrativa. En este sentido comenta que estos primeros tiempos han sido “intensísimos”: “Estas compañeras son una máquina de generar acciones. El Estado tiene tiempos mucho más lentos y más cuando se cambia de ejercicio. Es todo nuevo: las cuentas, los nombramientos… son días intensos pero lindos. Estamos haciendo algo súper importante”.

“Tenemos que recorrer una etapa importante que es el diagnóstico de la situación. Traducir deseos y luchas en políticas partiendo de estas bases y del escenario institucional. Lo que más nos interesa es pensar en clave feminista, transversal y federal”, define Alba Rueda, subsecretaria de Políticas de Diversidad, primera subsecretaria trans del Estado. Dos acciones fueron fundamentales en este primer tramo: la Semana de la Mujer Trabajadora, organizada en conjunto con Cultura, y la realización de foros para la construcción del Plan Nacional Contra la Violencia de Género, que estaría listo a mitad de año.
--¿Cuál va a ser el rol del Ministerio en el debate en el Congreso por la legalización del aborto? ¿Y en caso de que el proyecto se apruebe?
Elizabeth Gómez Alcorta: --Nuestro rol es ahora. Estamos trabajando junto con el Ministerio de Salud y la Secretaría Legal y Técnica en el proyecto. Como la firma y el envío los va a hacer el Presidente sería un acto de irresponsabilidad comentar algo. Me parece apresurado pensar en qué rol tendrá el Ministerio en caso de que se sancione. Entendemos que es un tema de salud pública y, haciendo giros hipotéticos, entendemos que centralmente va a tener un rol el Ministerio de Salud.

--Otro tema clave en la agenda son los femicidios. En el mes de la Mujer hubo otra ola. ¿Hay un contraste entre este escenario  y lo que está sucediendo en la esfera política?Josefina Kelly Neila: --Es un proceso cultural enorme que demanda un montón de tiempo. Tenemos que cambiar un montón de patrones culturales. En el medio, las políticas públicas tienen que ser efectivas y pensadas a corto y mediano plazo. Pensar en alertas tempranas, en trabajar transversalmente, no pensarlo únicamente desde la seguridad sino como un abordaje integral. Trabajar en la prevención y en generar confianza en las personas en situaciones de violencia para que se acerquen al Estado, entre otras cosas. Es una pata a trabajar la famosa Ley Brisa.

E.G.A.: --Para llegar a la violencia extrema hay una escalada de violencia física o de otras modalidades sobre las que en general tenemos una amplia aceptación o naturalización. Una forma de prevención absoluta es empezar a detectar previamente las situaciones de violencia. Las chicas más jóvenes denuncian más no porque aumentan los casos sino porque hay otro nivel de comprensión. Una pata tiene que ver con una cuestión cultural. Estamos haciendo una tarea de articulación con los ministerios de Seguridad y Justicia y otras áreas competentes en cada una de las provincias. Hay que bajar los niveles de impunidad y violencia. Es un mensaje del Estado si alguien denuncia y no pasa nada: le estamos diciendo que no acompaña, no escucha; y al agresor que eso no trae consecuencias. El trabajo no puede esperar. En breve pondremos en marcha la Dirección Nacional de Femicidios con un programa bastante amplio.

--¿Cómo vienen funcionando los foros para la construcción del Plan Nacional Contra la Violencia de Género?

J.K.N.: --En los foros que se hicieron hasta ahora, con participación ciudadana, de organizaciones comunitarias, sindicales y políticas, nos encontramos con una experiencia increíble en cuanto al respeto, la escucha y la capacidad de ofrecer propuestas concretas. 

--¿En qué estadio se encuentra la confección del Mapa Federal del Cuidado?

Pilar Escalante: --Se está empezando a planificar. Hay un montón de cuestiones técnicas que hay que afinar mucho. Las tareas de cuidado están tan invisibilizadas que cuando las nombramos no se entiende de qué estamos hablando. Socialmente es una demanda que estamos construyendo. La importancia del mapeo es visibilizar hacia toda la sociedad y para el mismo Estado la importancia social y vital que tiene el cuidado como ordenador social. Es una base crucial para pensar políticas.

Cecilia Merchán: --Logramos algunas cuestiones como base para iniciar este proceso, como el apoyo de la Comisión Económica para América latina y el Caribe (CEPAL). También una reunión encabezada por Eli en la que logramos que estén sentados todos los ministros y secretarios que van a tomar decisiones respecto de los cuidados. Queremos que haya una perspectiva integral, de todo el período vital: desde que nacemos hasta que termina nuestro ciclo necesitamos cuidados y en algún momento vamos a cuidar. El Estado tiene que dar cuenta en cada una de sus áreas de esa mirada. Y vamos a aportar con mucha intensidad una mirada feminista. 

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Patriarcado colonial capitalista neoliberal

Nuestra era occidental considera el comienzo en la fecha en la que El papa Hormisdas (514 a 523) encargó a Dionisio el Pequeño (astrónomo de origen escita y abad de un monasterio romano) reformar el vigente calendario Dioclesiano, tarea que resolvió estableciendo como año primero de la era cristiana el del nacimiento de Jesús. Sus cálculos resultaron equivocados en unos cinco años, al datar de forma errónea el reinado de Herodes I el Grande (vivo cuando los tres reyes magos llegaron a Belén, provenientes de Irán o sitios cercanos al mar Caspio, a unos 1,300-500 km de distancia). Dedujo que aquel nacimiento tuvo lugar en el año 753 de la fundación de Roma, cuando debió suceder hacia el 748.

La Iglesia definió que al 31 de diciembre del año 752 de la era romana le sucediera el 1° de enero del año 1 de la era cristiana. En el tercer siglo de nuestra era estableció el 25 de diciembre como fecha del nacimiento de Jesús, haciéndola coincidir con las antiguas fiestas Saturnales (dios de la Agricultura) y el nacimiento anual del dios-Sol en el solsticio de invierno, facilitando la conversión de los paganos.


El papa Hormisdas (514 a 523) encargó a Dionisio el Pequeño (astrónomo de origen escita y abad de un monasterio romano) reformar el vigente calendario Dioclesiano, tarea que resolvió estableciendo como año primero de la era cristiana el del nacimiento de Jesús. Sus cálculos resultaron equivocados en unos cinco años, al datar de forma errónea el reinado de Herodes I el Grande (vivo cuando los tres reyes magos llegaron a Belén, provenientes de Irán o sitios cercanos al mar Caspio, a unos 1,300-500 km de distancia). Dedujo que aquel nacimiento tuvo lugar en el año 753 de la fundación de Roma, cuando debió suceder hacia el 748.
La Iglesia definió que al 31 de diciembre del año 752 de la era romana le sucediera el 1° de enero del año 1 de la era cristiana. En el tercer siglo de nuestra era estableció el 25 de diciembre como fecha del nacimiento de Jesús, haciéndola coincidir con las antiguas fiestas Saturnales (dios de la Agricultura) y el nacimiento anual del dios-Sol en el solsticio de invierno, facilitando la conversión de los paganos.
Es difícil creer que los portadores de una extraña fe, el cristianismo, pasaron de ser una secta insignificante, procedente de Judea, a ocupar el centro del poder en el Imperio Romano de Occidente. Más complicado resulta entender que la doctrina cristiana fuera una de las causas que influyeron en la caída del Imperio más poderoso de la Edad Antigua, acaecida en el 476 d.C.

El Imperio Romano – que no la República Romana – duró con bastantes cambios, cerca de 500 años, cuya religión – si es que así puede llamarse a la multiplicidad de dioses y creencias que tenían – se basaba básicamente en el paganismo y en dioses fabricados en piedra.

Las deidades veneradas en el imperio eran tan diversas como los idiomas y culturas que este abarcaba. Aunque a los romanos les resultaba raro el judaísmo, le otorgaron la designación de “religión lícita”, que le garantizaba la protección oficial. En el templo de Jerusalén se ofrecían a Dios dos sacrificios diarios (dos corderos y un toro) a favor del césar y su nación. A los romanos les tenía sin cuidado si esos sacrificios eran para aplacar a una o varias divinidades. Lo que les importaba era que daban prueba suficiente de la lealtad de los judíos al imperio.

El paganismo dominaba en todo el imperio y adoptaba múltiples formas en cada localidad. La mitología griega era ampliamente aceptada, lo mismo que la adivinación. Y de Oriente habían llegado las llamadas religiones mistéricas, o de los misterios, las cuales prometían inmortalidad, revelaciones directas y unión con las divinidades mediante ritos místicos. Estos cultos se habían esparcido por todo el imperio. Para los primeros siglos de nuestra era se había vuelto también muy popular la veneración al dios Serapis y la diosa Isis (de Egipto), a la diosa pez Atargatis (de Siria) y al dios solar Mitra (de Persia).

Al ir creciendo el imperio, los conquistadores adoptaron nuevas deidades, a las que tomaron como variantes de los dioses tradicionales. En vez de eliminar los cultos extranjeros, los asimilaron. La mezcla resultante reflejaba la diversidad cultural que existía. Para los romanos, la adoración era algo que, en vez de tributarse a un solo dios, podía dirigirse a varias divinidades al mismo tiempo.

La deidad suprema de la nación era Júpiter, quien recibía por ello el sobrenombre de “Óptimo Máximo” (“el mejor y mayor de todos”). Se manifestaba, según se creía, a través del viento, la lluvia, los relámpagos y los truenos. Tenía por esposa a su hermana Juno, la cual estaba ligada a la Luna y era considerada protectora de las mujeres en todo aspecto de la vida. Su hija Minerva era diosa de las artes, la artesanía, los oficios y la guerra.



La lista de divinidades del panteón romano era interminable. Por ejemplo, estaban los lares y penates, que protegían a las familias, y la diosa Vesta, quien se ocupaba del fuego del hogar. Jano, con sus dos caras, era el dios de los comienzos. Y cada oficio tenía por patrón una deidad. Hasta se divinizaron conceptos abstractos. Tomemos como ejemplo a las diosas Paz, Salud, Pudicia (castidad), Fe, Virtud (valor) y Voluptuosidad (placer), cuyos nombres aludían a las cualidades por las que velaban. Como se creía que todos los actos de la vida pública y privada estaban sujetos a la voluntad de los dioses, se ofrecían rezos, sacrificios y fiestas a aquellos que pudieran conceder el éxito en una determinada empresa.

Para los romanos, era inconcebible que una religión exigiera devoción exclusiva. Si los dioses romanos no lo pedían, ¿por qué había de hacerlo el Dios de los cristianos? Además, el culto a las divinidades imperiales se consideraba un simple reconocimiento del orden político. Por consiguiente, se tomaba como traición la negativa a realizar dichas ceremonias. Pero, como bien pudo ver Plinio, no había manera de obligar a la mayoría de los cristianos a efectuarlas. Ellos las veían como una infidelidad a Jehová, por lo que muchos preferían morir antes que idolatrar al emperador.

Sin embargo, los emperadores tenían sus deidades y según la época, consultaban a sus sacerdotizas, sacerdotes o quienes los dioses les proveían dones de adivinación o salud …

Al hablar de la mitología romana debemos tener en cuenta que fue muy diferente en sus inicios que en sus etapas posteriores, ya que al principio fueron una serie de creencias relacionadas con los rituales realizados por los etruscos y no fue hasta tiempos posteriores que aparecieron los dioses más reconocidos, siendo consecuencia de la influencia de la mitología griega y la necesidad de explicar el origen del territorio.

La tardía llegada de muchas de las creencias romanas se pueden observar en los más antiguos textos romanos, ya que muchos de lo historiadores de las primeras épocas no hablaban sobre la creación ni sobre muchos de los dioses más importantes, demostrándose con ello que fue de forma posterior y debido a la influencia de otras culturas que la mitología romana logró prosperar.

Se debe tener en cuenta que, aunque la llegada de los dioses romanos sucedió con la civilización ya avanzada, todos ellos fueron incluidos en historia de los orígenes de la ciudad, por lo que es normal ver su aparición en mitos basados en situaciones en las que los romanos aun no creían en estas deidades.

La gran influencia griega hizo que la gran mayoría de dioses romanos fueran tomados de la mitología griega, aunque en la mayoría de casos con un cambio de nombre y en ocasiones con determinadas diferencias sobre sus atributos. Aun así se debe tener en cuenta que la importancia de los dioses no era igual en ambas culturas, existiendo diosas mucho más importantes en Grecia que en Roma y viceversa.

las principales deidades femeninas romanas, haciendo especial referencia a aquellas cuyos atributos eran esenciales para la vida romana, y explicando a aquellas que eran más relevantes que sus análogas griegas, eran devocionadas tanto por varones como por mujeres aunque sus templos y tradiciones eran custodiadas especialmente por mujeres. Estas Deidades adquirieron preponderancia y eran de las mas populares en tiempo donde la caída del Imperio forzo a Roma a adoptar la fe Cristiana como propia. 
 
Es por esto que el Cristianismo adoptado por Roma debió enfrentar a adversarias femeninas … el Patriarcado como tal tiene su construcción en tanto hegemonía, allí donde las deidades masculinas debieron desplazar a la mayoritarias religiones que eran sostenidas por deidades femeninas.

Diana

La diosa romana equivalente a Artemisa, era la diosa de la caza, la Luna y de la virginidad. Era especialmente respetada por las mujeres romanas, siendo bastante común muchos tributos hacia su persona, especialmente aquellos relacionados con la protección a los niños, debido a la relación entre lo infantes y los jóvenes romanos.

Minerva

La diosa romana equivalente a Atenea, era diosa de la sabiduría y protectora de Roma. Aun siendo una diosa muy importante para los romanos su culto no era tan grande como el que se rendía en Grecia, donde era común que fuera la diosa principal de algunas de las principales ciudades helenas. Un claro ejemplo es que su papel de diosa de la guerra era menor en Grecia, debido en parte a la gran influencia de Marte en la cultura romana.

Vesta

Una de las diosas romanas más importantes, siendo la representante del fuego y estando relacionada con las vestales, las cuales eran unas mujeres reclutadas cuando eran niñas para mantener la llama del templo de Vesta. Gran parte de su importancia en la historia de la mitología romana es debida a su relación con la fundación de Roma, ya que se dice que protegió a la madre de Romulo y Remo.

Venus

La diosa del amor, la fertilidad, el sexo y la prostitución, siendo la contraparte de la diosa griega Afrodita. Fue una diosa muy importante para los romanos, como demuestra por ejemplo que Julio César la tomó como su protectora. Se debe tener en cuenta que el amor en aquella época no era como lo conocemos en la actualidad, ya que estaba más relacionado con el erotismo que con el amor romántico.

Juno

La diosas femenina más importante para los romanos, siendo la protectora de la familia, de la maternidad y de las mujeres. Aun con todo sus representaciones hacen parecer que también debía ser considerada como un diosa guerrera, existiendo varias imágenes de ella armada. La gran importancia de la familia romana hace que Juno fuera mucho más importante y respetada en Roma de lo que nunca fue en la Antigua Grecia.

En latín, las brujas eran denominadas maleficae (singular malefica), término que se utilizó para designarlas en Europa durante toda la Edad Media y gran parte de la Edad Moderna. Términos aproximadamente equivalentes en otras lenguas, aunque con diferentes connotaciones, son el inglés witch, el italiano strega, el alemán Hexe y el francés sorcière. Esta última palabra, femenino de sorcier, deriva del latín vulgar sortiarius (que literalmente significa « hablador de suertes o parlachín de suertes») y del latín clásico sors, sortis (que primero señalaba un procedimiento de clarividencia, y luego significaba destino o suerte). 

 

La palabra española «bruja» es de etimología dudosa, posiblemente prerromana, del mismo origen que el portugués y gallego bruxa y el catalán bruixa. La primera aparición documentada de la palabra, en su forma bruxa, data de finales del siglo XIII.2​ En 1396 se encuentra la palabra broxa, en aragonés, en las Ordinaciones y paramientos de Barbastro. Carmelo Lisón Tolosana considera que el origen de la palabra puede encontrarse en el área pirenaica. En Gascuña y Béarn era también corriente el uso de una palabra etimológicamente relacionada, brouche. Debe tenerse en cuenta que en esta época el Languedoc y la Corona de Aragón eran áreas culturalmente muy relacionadas. El término inglés witch tiene un origen más controvertido, aunque posiblemente deriva del radical wik de origen tanto celta como germánico.

En el País Vasco y en Navarra se utilizó también el término sorgin (/sorguín/ en su pronunciación en español), y en Galicia, la voz meiga.

Las guerras éticas y La Diosa Ausente.-

En tiempos de
luchas feministas, derechos de genero y transformaciones varias, parecería ser que nuevamente la brujería, como ruptura de las formas de conocimiento y racionalidad, irrumpe como fuerzas del pasado, pero eternas que trascienden nuestras humanas concepciones y generalmente asociadas a figuras femeninas.

La magia (femenina ella), irrumpe como racionalidad a partir del hecho de que son ellas, las mujeres, que contienen en su vientre la vida de hombres y mujeres por igual, antes de la vida. La diabolización de la magia no es mas que otro intento del hombre por apropiarse de imágenes esencialmente femeninas. Las brujas no son el diablo, ni sus sirvientas, ni esas atribuciones que la dominación del hombre no puede permitir independiente. Y aunque se niegue, esta cargado de ritos que contienen un profunda ética, y un orden de valores diferentes que se imponen desde la lógica matriarcal de la femeneidad y del equilibrio de los elementos.

Cambiar la idea que tenemos del mundo, de la vida y de la muerte es el fundamento mas importante de la brujería.-

En los imaginarios colectivos, las claridades y prístinas valoraciones como bondades de un Cristianismo que se asentó en sus comienzos imperiales cuándo Roma le acepta como religión oficial e impone sus éticas fundamentadas en el temor y la culpa que imponen la cruz y el castigo que supone el fuego divino y la espada para limpiar cuanta iniquidad y diabólica maldad exista para desviar al hombre de su verdadero camino. En esas Verdades es la mujer el principal obstáculo al poder del hombre y se alzó entonces contra hechiceras y brujas que con sus encantos y pociones , son capaces de hacer perder al hombre sus cabezas.-

"Es cierto, que, sin embargo el elemento masculino mucho se había proclamado a sí mismo... por los días de la civilización de Minoa (3000–1100 A.C.), la religión todavía continuaba manifestando el período matriarcal de progreso social. Claramente, la Diosa era suprema..."
--Sir Arthur Evans.


El colapso de la diosa de fertilidad concluyó aproximadamente después de la caída del Imperio romano vía la sucesión de la Judeo-Cristiandad en el siglo IV DC, cuya reforma entonces incluyó la sistematización por el saqueo y cierre de todos los templos a lo largo de Europa y el Medio Oriente en una escala sin precedentes.

Para muchas culturas tempranas antes de este punto culminante, sin embargo, su reverencia fuera del dominio sobrenatural, inicialmente provenía de muy atrás en la prehistoria, a través de astronómicas y cíclicas acciones de gracias, de todas las formas de vida orgánicas en la Tierra, y así se consideró en la agronomía, como la figura más alta en la antigüedad.

En las palabras de Elaine Pagels:
"Otras religiones celebraron los ciclos de nacimiento y muerte; la Cristiandad insiste en un único momento histórico donde este ciclo se invierte, y que un hombre muerto literalmente regresó a la vida".
Y no es casual que en el relato Cristiano, son tres mujeres las que encuentran la tumba vacía y tienen un primer contacto con el resucitado.

A pesar de este acto de transformación de vampiro, su eminencia dentro del creacionismo era, a menudo, delantero con su figura que solemnemente es acreditada como suministradora de nuevo nacimiento a objetos que habían parecido sin vida. A las palabras análogas como 'útero', 'tumba', 'resurrección', 'regeneración', 'renovación, 'procreación', 'origen', 'génesis', 'nacimiento', 'renacimiento', 'concepción' y así, todo tiene todavía sus sus orígenes más profundos con sus cultos de fertilidad.

“El mundo es así porque hablamos acerca de que es así como es...” “Hubo un tiempo en que un viajante , si conocía algunos secretos, podía penetrar en el mar del verano y llegar a la isla sagrada, eso ocurría cuándo los portales de los mundos cambiaban con la bruma y estaban abiertos al deseo del viajante” “...Los padres cristianos cerraron los portones que nunca fueron portones sino solo en las mentes de los hombres.” “ La fantasía no oscurece, mas bien ilumina la naturaleza mas profunda de nuestra realidad.” (Marión Zimmer Bradley)

En aquellos primeros tiempos, quienes osaban, brujas o amazonas, oponerse al poder patriarcal de la cruz y la espada, sufrirían la inquisición de las hogueras y el castigo de los ejércitos de Cristo, varones ellos, con sus éticas cristianas y pietistas.

Las brujas y sacerdotizas de las diosas peleaban por sostener su poder en el mundo resistiendo a las cruces y las espadas.

Impedidas de imponerse por la fuerza, optaron por formas mas sutiles, ocultas, mágicas. Sus sacerdotizas , no sin sacrificios, entrenaban sus dones de videncia y el dominio alquímico de los elementos, adquieriendo estos dones en rituales e ingestión de hongos luminosos que les conferían atributos de “ver” diferente. En esas visiones desterraban las éticas que imponían los hombres en las relaciones del dominio temporal y del juego de las relaciones.
Antes, en el Olimpo, las despiadadas disputas entre dioses y diosas, iban dibujando las diferentes magias y sus cultos.

Dioses hombres, pero débiles, se perdían por la belleza de las mujeres mortales, engendrando semidioses o cediendo atributos de la magía, intentando con ello poseer a la mortal cuya belleza le había secuestrado la voluntad y sometidos la fuerza irrefrenable de las pasiones mortales.

Las mujeres no pueden tener el favor de los dioses. Y el don de la magia y las visiones debían ser castigado por la ética de las inquisiciones que imponían las verdades de los hombres. Es así como se condenaban a las Rosas acusándolas por sus espinas, esas que hieren el cuerpo y el alma en el rechazó, en lugar de aceptar la hermosura de sus flores, la belleza de sus formas y colores, la exquisita fragancia de sus perfumes y la tersura de sus pétalos, y sostener lo mágico de los encuentros que surgen de las pasiones y deseos compartidos, de las atracciones mutuas y las elecciones comunes de compartir la vida tanto en sus horrores, como en la inmensidad del goce y de alguna felicidad posible, alcanzada en esa humanidad que nos incluye.-

El colonialismo Hizo lo suyo

Las mujeres siguieron siendo víctimas de su propia capacidad de sostener en sus vientres el futuro y la sobrevivencia de la especie.
En tiempos de invasiones y conquistas coloniales, los varones menos adaptados a la cultura de sus culturas coloniales fueron enviados a estas tierras a saquear, pero también a violar a las mujeres originarias.
Somos América Latina continente saqueado hijo de madres violadas y padres saqueadores y violadores … es la herencia cultural que hoy el movimiento de mujeres en América Latina, nos propone y exige cambiar.
Con la Espada y la Biblia, el mismo proceso se traslado a América, y la inquisición bajo otras formas también subyugo religiones mixtas de esta parte del mundo. El Patriarcado fue y es parte del poder Colonial que produjo el genocidio en cuanto a numero de personas y efectos en destrucción de diversidades culturales, de lenguajes, de historias de que la memoria humana pueda dar cuenta. No hay consciencia ponderada debidamente de esto en estas dimensiones.
Las mujeres también fueron las mayores víctimas en estos procesos.


¿Porque el 8 de Marzo?

El 8 de marzo fue declarado por las Naciones Unidas en 1975. Dos años más tarde se convirtió en el Día Internacional de la Mujer y la Paz Internacional. En Estados Unidos se celebra oficialmente tan solo desde 1994, a pesar de que es en aquel país donde se encuentran los orígenes de la conmemoración. ¿Por qué se eligió ese día?
a mediados del siglo XIX, en plena revolución industrial. El 8 de marzo de 1857, miles de trabajadoras textiles decidieron salir a las calles de Nueva York con el lema 'Pan y rosas' para protestar por las míseras condiciones laborales y reivindicar un recorte del horario y el fin del trabajo infantil.

Fue una de las primeras manifestaciones para luchar por sus derechos, y distintos movimientos, sucesos y movilizaciones (como la huelga de las camiseras de 1909) se sucedieron a partir de entonces. 
 
El capítulo más cruento de la lucha por los derechos de la mujer se produjo, sin embargo, el 25 de marzo de 1911, cuando se incendió la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist de Nueva York. Un total de 123 mujeres y 23 hombres murieron. La mayoría eran jóvenes inmigrantes de entre 14 y 23 años.



Según el informe de los bomberos, una colilla mal apagada tirada en un cubo de restos de tela que no se había vaciado en dos meses fue el origen del incendio. Las trabajadoras y sus compañeros no pudieron escapar porque los responsables de la fábrica habían cerrado todas las puertas de escaleras y de las salidas, una práctica habitual entonces para evitar robos. 

Al no poder huir, muchas de las trabajadores saltaron a la calle desde los pisos octavo, noveno y décimo del edificio. La mayoría de las víctimas murieron por quemadurasasfixia, lesiones por impacto contundente o una combinación de estas causas.

El desastre industrial, el más mortífero de la historia de la ciudad, supuso la introducción de nuevas normas de seguridad y salud laboral en el país.

Historia del Día Internacional de la Mujer

Antes de esta fecha, en EEUU, Nueva York y Chicago ya habían acogido el 28 de febrero de 1909 un acto que bautizaron con el nombre de 'Día de la Mujer', organizado por destacadas mujeres socialistas como Corinne Brown y Gertrude Breslau-Hunt.

En Europa, fue en 1910 cuando durante la 2ª Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, celebrada en Copenhague (Dinamarca) con la asistencia de más de 100 mujeres procedentes de 17 países, se decidió proclamar el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. 

Las feministas lo ponen sobre la mesa, existen muchísimas investigaciones al respecto, las estadísticas lo ratifican y hasta Alberto Fernández lo trajo a colación en su primer discurso como Presidente: la desproporcionada distribución de las tareas de cuidado constituye hoy el nudo gordiano de la desigualdad de género.

Lo que todavía está por verse es cómo esa inequidad se resuelve y -más allá de los nuevos arreglos que puedan darse al interior de los hogares- qué efectos económicos podría traer aparejados un “nuevo orden” del cuidado.
¿De qué se habla cuando se habla de cuidado? Del trabajo que lleva adelante toda persona que se encarga de organizar y/o ejecutar la maquinaria cotidiana del hogar, que implica tanto quehaceres domésticos (limpiar la casa, lavar la ropa, hacer compras, cocinar, arreglar lo que se rompe) como velar por el bienestar de los chiques, las personas mayores y otros adultos dependientes: todos aquellos que por alguna razón necesitan que otros les “regalen su tiempo”.
El punto central es que en todo el mundo y sin excepción las mujeres cargan con tres cuartas partes del trabajo de cuidados no remunerados. No hay un solo país que registre una distribución igualitaria entre las horas que hombres y mujeres destinan al cuidado: 4 horas y 25 minutos al día es el promedio de ellas, frente a la hora 23 minutos de los varones.

Brecha

Los datos provienen de un estudio que hizo la Organización Internacional del Trabajo (“El trabajo de cuidados y los trabajadores del cuidado para un futuro con trabajo decente”). Aclara que si bien en ciertos países la contribución de los hombres al trabajo de cuidado no remunerado fue creciendo en los últimos 20 años, la brecha de género ha disminuido apenas en siete minutos entre 1997 y 2012. “A ese ritmo -calcula - cerrar la desigualdad en este campo nos estaría llevando 210 años."

Los resultados de la encuesta sobre trabajo no remunerado y uso del tiempo que el Indec encaró en 2013 van en la misma línea: advierten que la mayor carga de trabajo doméstico no pago recae sobre las mujeres (76 versus 24 por ciento de los hombres). Señala que para las mujeres ocupadas el trabajo doméstico es prácticamente similar al de las mujeres desocupadas o inactivas (alrededor de 6,8 horas diarias de las últimas y solo una hora menos de las primeras). Es más: hasta las mujeres con un trabajo full time dedican más tiempo a las actividades de cuidado que los hombres desocupados.

Un estudio realizado en 2015 por la consultora Voices! y la Fundación UADE preguntó a más de mil personas de todo el país qué actividades domésticas habían hecho el día anterior. Y las diferencias resultaron elocuentes: “tender la cama” fue en un 92 por ciento tarea de las mujeres contra 38 de los hombres; “limpiar los baños”, 75 contra 20; “lavar los platos”, 92 contra 38; “hacer las compras”, 85 contra 62;  y “cuidar a los chicos” 63 contra 32 por ciento.

Empoderamiento

Con ese panorama empieza a resultar menos extraño que las mujeres sufran mayores tasas de desempleo y reciban menores ingresos. La ministra de Mujeres, Géneros e Igualdad, Elizabeth Gómez Alcorta, suele explicar que la forma en la que sigue organizándose el cuidado no es solo “la base más dura de roer” de las brechas entre varones y mujeres, sino que además profundiza las desigualdades entre las propias mujeres, ya que aquellas que cuentan con los recursos pueden contratar en el mercado a quien realice estas actividades. Pero así y todo la responsabilidad por estas tareas suele seguir a su mando, conformando lo que se conoce como “carga mental”. 
 
El caso es que esta carga de trabajo extra que asumen las mujeres -y que se materializa en el cumplimiento de una doble y hasta triple jornada laboral- no suele ser tomada demasiado en serio, ni siquiera cuando se habla de promover la paridad de género en el acceso a las oportunidades de trabajo y puestos de liderazgo. Es el eslabón que falta cuando se habla de empoderamiento. Y el principal obstáculo para la participación de las mujeres en los mercados de empleo, una diferencia que además las limita en otros ámbitos al disminuir sus tiempos para estudiar, ir al médico o practicar deportes. 
 
A mediados del siglo XX las mujeres lograron incorporarse masivamente al mundo laboral, y si bien ese empoderamiento marcó una transformación hasta hoy celebrada, lo cierto es que solo pudo conseguirse a expensas de una sobrecarga de tareas muy grande. 
La participación de las mujeres en el empleo creció todavía más, y a la vez tuvieron lugar más cambios, en la demografía algunos y en la estructura y composición de las familias otros. Frente a quienes necesitan que les regalen tiempo, el Estado no ha sido capaz de brindar respuestas satisfactorias. Y ahora sí los cuidados han entrado en crisis. 
 
Autocastigo

El modelo que coloca al hombre como proveedor y a la mujer como cuidadora sigue enraizado en lo profundo. 
Los estudios muestran que el éxito laboral en las mujeres parecería tener en el seno de la familia algunas consecuencias. Hicimos una encuesta en la que cuatro de cada diez entrevistados señaló que cuando la mujer triunfa, los hijos sufren. Y las que más lo sostienen son las mujeres. Cuando les pedimos a las argentinas que se autoevalúen en cuanto a su performance como madres, vimos que las mujeres que trabajan se castigan más con relación a su maternidad que las que no trabajan. Pero entre varones ocurre a la inversa: el hombre que trabaja se autoevalúa mejor como padre que el que no trabaja”, reveló en el marco del encuentro “Mujeres líderes” la directora ejecutiva de Voices!, Constanza Cilley. 

 

Las desigualdades en este terreno no tienen nada que ver con motivos biológicos: nacen de muchísimos prejuicios sociales que fueron entretejiéndose en la construcción del género. 

Son consecuencia de aprendizajes sociales, con lo cual existe la posibilidad de transformarlos”, escribe la economista Candelaria Botto en uno de los artículos que integran el volumen No es amor. Aportes al debate sobre la economía de cuidado. “Es esperable que el presidente de una compañía gane más que su secretaria. La pregunta es por qué sistemáticamente los presidentes de empresas son varones y las secretarias, mujeres”, advierte Botto para introducir el concepto de “techo de cristal”, esa superficie invisible pero resistente que dificulta a las mujeres ascender en sus carreras laborales.

Las mujeres faltan en la cima como sobran en las bases. Para explicar ese fenómeno se utiliza el concepto de ‘pisos pegajosos’ en referencia a las fuerzas que mantienen a gran parte de las trabajadoras atrapadas en los escalones más bajos de la pirámide económica”, agrega Botto. Concluye que esta situación se debe principalmente a la sobrecarga de trabajo doméstico, pero también a lo que se llaman las paredes de cristal, que relegan a las mujeres a ciertos sectores económicos tradicionalmente feminizados como la enfermería, la docencia y el trabajo doméstico. 
 
Aporte a la economía

La economía feminista viene clamando por la necesidad de reconocer, valorizar y redistribuir las tareas de cuidado, una misión que además exige romper con siglos de estereotipos. 

Por lo pronto, Argentina empezará a medir a partir de este año y cada dos la magnitud, distribución y aporte económico del trabajo doméstico y de cuidado, diagnóstico al que se sumará el “mapa federal de cuidados” que el ministerio que comanda Gómez Alcorta ya está creando con apoyo de la Cepal.

La OIT indica que los únicos trabajos que a nivel global estarán creciendo son los de cuidado, tendencia que va de la mano del aumento de la población, el envejecimiento de las sociedades y las familias “cambiantes”. 

Otro dato para remarcar es la contribución que el cuidado hace a la economía: una estimación en base a encuestas de uso del tiempo de 64 países reveló que cada día se dedican 16.400 millones de horas al trabajo no pago, y que si estos servicios se valoraran sobre la base de un salario mínimo representarían el 9 por ciento del PIB mundial. Algo de eso recoge el lema “nosotras movemos el mundo”.

Políticas públicas

Las siguientes acciones pueden formar parte de un programa de política pública que aborde la temática en forma integral y desde el Estado. Proporcionar servicios de cuidado infantil, y también una mayor cobertura de cuidados para adultos mayores y discapacitados. Promover la flexibilidad horaria para conciliar la vida laboral y familiar a la vez que jornadas de trabajo más breves tanto para mujeres como para varones, de modo que no acaben por crearse empleos de primera y segunda categoría. Ofrecer guarderías en los establecimientos productivos. Redefinir los esquemas de licencias por maternidad y paternidad. Pensar incentivos para que los hombres tomen en las tareas de cuidado un rol más activo.

Carolina Brandariz, directora de Cuidados Integrales del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, afirma a Cash que “nuestra dirección se enmarca en una Secretaría de Economía Popular, y estamos pensando en todas las personas que puedan profesionalizarse en cuestiones de cuidado, campo en el cual existen ya experiencias previas”.



Enfatiza que el cuidado debe plantearse como un derecho. “Todas las personas necesitan ser cuidadas en algún momento de su vida. Tenemos que resolver eso en comunidad y pensando en garantizar el acceso a ese derecho. Es ahí donde me parece importante apuntar a la profesionalización, porque es una forma de reconocer social y económicamente esas tareas. Luego estará la transformación cultural para que la de los cuidados no se convierta en una carrera de mujeres”.

Para Brandariz el costo de estas prestaciones debería estar articulado con las obras sociales, de modo que “aunando esfuerzos podamos solventar el salario de un cuidador o cuidadora”. Advierte que de manera desregulada el mercado ya ha hecho su ingreso en el tema a través de aplicaciones que al estilo “Uber de los cuidados” ofrecen estos servicios. “El Estado tiene que regular y elevar la vara del debate, porque no estamos hablando de cualquier prestación. Necesitamos un buen cuidado”, explica.

En un artículo publicado en este suplemento, Virginia Franganillo y Lucía Cirmi (actual directora nacional de Políticas de Cuidados del Ministerio de la Mujer) plantearon una serie de políticas que no solo sirven para paliar las brechas de género, sino también por su potencial para activar la economía, generar empleo y reducir la pobreza.

Si no se modifica esta relación de explotación en torno al trabajo doméstico y de cuidados tampoco habrá igualdad entre los géneros”, indicó en diálogo con Cash Franganillo, quien recientemente coordinó un documento programático sobre el tema creado desde el Partido Justicialista. Y concluye: “Hay una deuda de la democracia con las tareas de cuidado. Y está todo por hacer”.
 
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El neoliberalismo intenta escindir la causa feminista de las cuestiones históricas y sociales que involucran tanto a los varones como a las mujeres en cuestiones que tienen que ver con victimas y victimarios de sistemas que legitimaron formas sociales y estructuras de violencia que, mayoritariamente patriarcales, fueron articulándose en la historia de occidente como tal y de la cual la globalización y la neoliberalización son sus productos actuales.

Divide y Reinarás … y si es sin historia mejor.

Tan viejo como la humanidad misma es la estrategia de dividir y enfrentar al enemigo para parecer neutrales o ajenos al conflicto del que somos generadores y victimarios. El neoliberalimos articula en sus mecanismos de creación de subjetividad y filosofías, mayoritariamente de varones, el agregado conceptual de que solo importa el hoy. De que la historia no tiene relevancia y el verdadero camino hacia la felicidad y la paz no solo es individual sino de individuos que viven el momento y ya.

La historia demuestra todo lo contrario y desde las Brujas perseguidas por el Romanismo Cristiano y la posterior inquisición, pasando por el genocidio violador de las culturas originarias en América Latina y las represiones y asesinatos de mujeres trabajadoras y niñas en los albores del capitalismo hasta la compleja maquinaria neoliberal que replica a escala global y subjetiva, filosofías ajenas a la vida que la mujer saber cuidar y preservar mejor que nosotros por su sencilla condición de mujer, expresan en sus luchas feministas que esta idea posverdadera de “vive el hoy”, es un artilugio mas del poder de unos pocos mayoritariamente varones, que en sus temores e impotencias subvierten todo intento genuino de humanizar las relaciones y generar sistemas sociales equitativos y justos que distribuyan de acuerdo a los esfuerzos y brinde oportunidades para todes.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack
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