Miercoles 4 de marzo de 2020

La Corporación Judicial y los aprietes mediáticos …


El frente judicial continúa siendo un elemento conflictivo en las ya de por si conflictivas realidad latinoamericanas. El lawfare, como estrategia política alimentada y financiada por Fondos Buitres, Empresas de Asesoría financiera puestas a asesorar legalmente a los que participan en los negocios especulativos que emanan de Wall Street y a los sectores ligados con el dinero fácil e ilegal que sostiene la maquinaria neoliberal en la globalización reinante, tiene en Argentina características propias.

La brillante defensa que hiciera Cristina Fernandez de Kirchner ante el tribunal oral por la causa de la obra pública armada también por Cambiemos, dejo expresada con claridad las susceptibilidades de la corporación judicial. La presión pública y la fuerza que las palabras de denuncia del tribunal que la enjuicia produjeron hizo que la corporación respondiera casi de inmediato, revocando el cierre de una denuncia por ser supuesta propietaria de un yate

En su mensaje inaugural, el presidente Fernández anuncia una reforma a la justicia federal y los servicios de inteligencia. Dos días después el procurador interino avala que la causa que investiga extorsiones, espionaje y apriete mediático pase a Comodoro Py, "sede" de la lawfare

El principal imputado en la causa cuya investigación llega adelante el juez con competencia Federal del tribunal de Dolores Alejo Ramos Padilla, el falso abogado y espía D´Alessio, es aceptado por la fiscalía como arrepentido involucrando a Comodoro Py, la agencia de inteligencia y legisladores macristas, todos alineados en la persecución judicial contra CFK

Es cierto. Por eso me parece que aprovecharon la designación para enviar un mensaje político, dejando constancia institucional de la confrontación político-judicial. O sea, si ellos nos tiran el Estado encima nosotros también podemos tirarselo …

Al poco tiempo es el mismo juez de la Causa el que modifica la resolución de la Fiscalía … El juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, rechazó tener a Marcelo D'Alessio como imputado colaborador por cuanto consideró que el falso abogado sólo se arrepintió en cuatro de los numerosos hechos que se le imputan y que tampoco aportó elementos sustanciales para avanzar en la investigación. El juzgado considera que ya tiene probados gran parte de los delitos y, de hecho, piensa que la justicia no debe pactar con quienes cometen ilícitos, sino que puede lograr las pruebas con una buena investigación. Todo indica que la defensa de D'Alessio, a cargo de Claudio Fogar, apelará la decisión e incluso es posible que recuse al juez. También el fiscal podría apelar.

En el acta que ahora se hizo pública se confirmaron también los cuatro delitos que D'Alessio reconoció.

*La extorsión a Pedro Etchebest, es decir el pedido de 300.000 dólares a cambio de no involucrarlo en la causa de las fotocopias de los cuadernos. En esta maniobra participó otro imputado, Carlos Leñani.
*El espionaje ilegal al piloto Christian Castañón, ex esposo de la actual pareja de Carlos Stornelli. El espionaje se realizó por pedido de Stornelli, pero D'Alessio admite que fue con intervención de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), que a través del comisario retirado Ricardo Bogoliuk consiguió la información que Stornelli requería.

*El apriete a la novia del financista Alejandro Talevi a quien D'Alessio y Stornelli querían ubicar porque, supuestamente, se quedó con dinero de inversiones de dirigentes del radicalismo

*El falso testimonio cometido por el mismo D'Alessio en la causa de la compra del Gas Natural Licuado, instruida también por Stornelli. D'Alessio aportó carpetas que falsamente dijo que recibió de manera anónima, se presentó "espontáneamente" a declarar cuando toda la maniobra fue planificada y convirtió en declaración textos falsos que guardaba de mucho antes en su computadora.

Hay otros datos aportados por D'Alessio que, a primera vista, no constituyen delito, pero exhiben el trasfondo de las maniobras: el falso abogado enumeró las reuniones que mantuvo con un director de la AFI, Pablo Pinamonti, junto con los comisarios Bogoliuk y Degastaldi. Eso permite reafirmar el carácter para--estatal de toda la organización.

Hubo también una referencia a la cámara oculta que se le intentó hacer al abogado José Manuel Ubeira, por pedido de Stornelli. En su declaración, D'Alessio sostiene que la idea era grabar a Ubeira proponiendo llevar al arrepentido Leonardo Fariña a una escribanía y hacerle decir que se arrepintió por presión de Stornelli. La cámara oculta no se concretó, pero el juez sostuvo en su resolución de ayer que todo el episodio lo tiene comprobado sin necesidad del arrepentimiento de D'Alessio y que, en todo caso, lo que prueba son las razones que tuvo Stornelli para impulsar la maniobra ilegal de grabar a un abogado. "Ya Stornelli está procesado por ese hecho", cierra el magistrado.

Ramos Padilla se negó a usar la ley del arrepentido como una especie de comercio en el que un imputado dice un par de cosas que el fiscal o el juez quiere escuchar y a cambio recobra la libertad. "Esto no es una permuta de información por libertad", sostuvo en el fallo. En la resolución Ramos Padilla deja en claro que no acepta que "le cuenten un cuento" livianamente. Sucede que D'Alessio viene de una larga carrera de falsas declaraciones, armado de causas, aprietes a personas para que declaren de tal o cual manera, por lo que la evidencia a aceptar tiene que ser muy rigurosa, muy precisa. El standard de prueba necesariamente tiene que ser exigente, considera el juez, argumento que obviamente no es compartido por sus pares de Comodoro Py.

Obscenos privilegios
Las pirámides tienen bases anchas y populosas. Multitudes anónimas que sostienen a cúspides que aspiran a tocar el cielo. Que lo tocan, lo provocan, negocian con él. Y se le sientan a la par. Dieciséis millones de cuerpos, historias, presentes, vejeces, frustraciones, infancias, rabias, promesas, son pobres en esta tierra. En 850 mil casas, (números del Observatorio de la Deuda Social de la UCA) se pasea el hambre, como la carroza trasnochada de estos carnavales donde el festejo es tan falso como las máscaras que no terminan de caer.


En la cúspide, tocando el cielo y negociando con todos los dioses están ellos. Cobran entre 280 mil y 700 mil pesos de jubilación. Son los jueces del sistema. Los que sentencian y determinan. Los arbitrarios. Los que tienen la última palabra. Los que se sacuden la solapa y tiran las migas hacia abajo. Los que arrojan la colilla en el piso, giran la punta del pie y la apagan sobre las cabezas de la base de la pirámide. La clase intocable. La protegida por sus empleados, legisladores de la república. La clase por la que se rasgan pantalones y faldas los cruzados de esa república, comparsas desacreditadas que pierden las lentejuelas en el callejón infranqueable donde acecha la verdad.

A ellos, un puñado de la clase privilegiada que decide quién es culpable y condena y siempre la culpa es de la base multitudinaria de la pirámide que jamás podrá escalar, a ellos les quieren rebanar la punta del haber jubilatorio que es diez, quince, veinte veces más que el de la mayor parte de los viejos que cobran 15 mil. Y que se mueren de faltas de servicios sanitarios y alimentarios básicos.

Entonces ellos despliegan todo su poder de resistencia. Son un puñado pero tienen armas de destrucción masiva. Tienen la justicia y el ministerio público en sus manos. Timonean un poder crucial del estado. Amenazan renunciar en masa para no perderse vivir veinte años cobrando 300 mil pesos sin trabajar.

En el norte anónimo y profundo la infancia indocumentada se muere de hambre y de sed. Son niños y nacieron acá.

En los hospitales del conurbano los viejos se mueren de una tos o de un hueso que se quiebra. No comen porque no tienen qué o porque no tienen dientes. Les prometen turnos a un año. Prótesis a dos. Viven meses. Les robaron los juicios y les mintieron reparaciones adjetivadas históricas.

Pero el poder político cómplice se encolumna detrás del puñado que toca el cielo, en defensa del privilegio que paga. Como no paga la infancia indocumentada que muere de hambre y de sed. Por la que a esos mismos no se les movió un pelo.

El día que la base de la pirámide saque fuerza de la tierra misma y la dé vuelta, el día que al cielo tengan acceso esas mayorías de los confines, habrá que ver quién sostendrá en la cúspide a la base ancha y populosa. Para que la Justicia ponga las cosas en su lugar.

Los silencios también pueden ser estruendosos. Avanza la discusión pública sobre el debido proceso y el Estado de Derecho en casos de resonancia pero la Corte Suprema sigue callada. Calla en sus opiniones colectivas o individuales. En sus fallos. En sus acordadas. En sus resoluciones. Y hasta en los trascendidos que otras veces dejó correr. La extrema falta de definiciones cobra una dimensión institucional todavía mayor después de la revelación de Carlos Pagni en su programa Odisea Argentina. Callar, para la cúpula de uno de los tres poderes del Estado, también es una definición. La Argentina sigue en peligro.


El columnista de La Nación, Carlos Pagni, confesó desde el corazón del propio diario de los Mitre y los Saguier, el apriete y la extorsión destinados a exigirle a los jueces federales que detengan a dirigentes del kirchnerismo. "Los jueces de Comodoro Py --contó Pagni-- empezaron a hacer un uso compulsivo, indiscriminado y violatorio de las prisiones preventivas cuando el diario La Nación, un domingo, estuvo por publicar la foto de todos los jueces federales de Comodoro Py que eran responsables de la impunidad del kirchnerismo. A raíz de ello, varios magistrados pensaron que debían producir una noticia para desplazar esa tapa, y metieron preso a Ricardo Jaime. La opinión pública y la prensa es lo que hizo que contrafóbicamente sobreactuaran los jueces con las prisiones preventivas, que ahora en muchos casos las vemos como aberrantes". De esta forma, Pagni desnudó una parte del mecanismo de la persecución política: la amenaza de escrache y presión a los jueces, todo ejecutado junto a las otras dos patas del lawfare: los grandes medios y los dirigentes políticos de Cambiemos. Y no se trata de un fenómeno aislado, sino de una estrategia continental que se vio en Brasil, Ecuador y ahora en Bolivia.

El relato de Pagni muestra descarnadamente la forma en la que se usó la justicia para enfrentar a las fuerzas opositoras al neoliberalismo:
*Les hicieron saber a los jueces que los iban a escrachar con una foto si no detenían a integrantes del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.

*Supuestamente asustados, los jueces aceptaron detener a Ricardo Jaime. No por las pruebas ni por la situación procesal, sino por la amenaza del escrache. El fiscal de aquella causa, Federico Delgado, se asombró ante los dichos de Pagni: "esto es gravísimo. Pagni debe ser llamado a declarar".

*Una vez abierta la compuerta --redondea el columnista de La Nación--, los jueces supuestamente sobreactuaron, desplegaron toda su fobia, "con prisiones preventivas aberrantes".

La versión de Pagni deja planteado un delito, extorsión, que consiste en "usar una intimidación para que otra persona haga o deje de hacer algo". En este caso sería extorsión agravada, por cuanto los supuestamente extorsionados son jueces. Un argumento usado para alivianar la confesión es que esos mismos jueces jugaron a garantizar la impunidad de los funcionarios kirchneristas, durante el kirchnerismo, pero la realidad es que gran parte de los expedientes se iniciaron durante el gobierno de CFK, sólo que en ese momento los jueces no se despacharon con un festival ilegal de prisiones preventivas.

 (...)
La detención de Ricardo Jaime se produjo en abril de 2016, o sea al principio del gobierno de Mauricio Macri. Eso demuestra que la extorsión y la persecución fue conjunta, medios, justicia y gobierno, porque la Casa Rosada dio el visto bueno e hizo jugar a sus operadores. Entonces se produjo la andanada. Pocos días después de la detención de Jaime, cuando viajaba a Buenos Aires a declarar, con el insólito argumento de que no tenía plan de vuelo, también fue apresado Lázaro Báez, a quien pasearon por toda la ciudad de Buenos Aires para que las imágenes fueran transmitidas por las cámaras de television.

Llegaron a usar causas grotescas, como la acusación por traición a la patria por la firma del Memorándum de Entendimiento con Irán, un tratado que votó el Congreso y que nunca entró en vigencia. La Nación apoyó las acusaciones y las detenciones, que incluyeron al actual procurador del Tesoro, Carlos Zannini, pero también a Luis D'Elía, Jorge Khalil y Fernando Esteche. En ese mismo expediente hubiera sido encarcelada CFK, pero la protegieron los fueros.

Utilizaron causas armadas de manera escandalosa, como la del Gas Natural Licuado, con una pericia falsa y un perito que ahora irá a juicio por falso testimonio agravado. En este caso detuvieron a Julio De Vido y Roberto Baratta, y tuvo la insólita intervención del falso abogado, pagado por la Agencia Federal de Inteligencia, Marcelo D'Alessio. La Nación le hizo coro también a esta causa y a las detenciones.

El apresamiento de Amado Boudou igualmente tuvo el respaldo de La Nación. El Tribunal Oral que lo juzgó y condenó en el caso Ciccone nunca había detenido a nadie después de un juicio sino que se esperaba la apelación a la Casación, la famosa doble instancia. Esta vez, se ve que influyó la amenaza del escrache del que habló Pagni este lunes.

Las detenciones masivas de funcionarios y empresarios también se originaron en las fotocopias de los cuadernos que hizo públicas La Nación. La estrella fue el arrepentido chofer Oscar Centeno, quien dijo que quemó los cuadernos en una parrilla. Después, casi todos los cuadernos --menos los que convenían-- reaparecieron intactos, otra vez de la mano de La Nación.

Y no sólo persiguieron a integrantes del gobierno de CFK sino también a los medios que se oponían al neoliberalismo y a las políticas del gobierno de Cambiemos. La Nación encabezó una ofensiva para detener al titular del Grupo Octubre --que integra Página/12-- Víctor Santa María, con reiteradas notas tratando de forzar su encarcelamiento. Y también La Nación fue el diario que encabezó la campaña para que los jueces manden a la cárcel a Fabián De Sousa y Cristóbal López, causa que arrancó a raíz de una nota del diario de los Saguier, con datos, que ahora se demostraron falsos y armados por el gobierno de Macri.




El festival de detenciones, supuestamente originado en la amenaza de la foto de La Nación, derivó hasta en una doctrina, a la que le pusieron el nombre del camarista Martín Irurzun. A cualquier ex funcionario debía imponérsele la prisión preventiva porque contaba con "relaciones residuales", o sea vínculos que le podrían ayudar a tapar los delitos. Y no era necesario probar nada: ni que había alterado una prueba ni que escondió algo ni que fuera protagonista de algún engaño. Con ser ex funcionario, bastaba.

En sus palabras de este lunes en el canal del diario centenario, Pagni se volcó hacia el final en una interpretación casi psicológica hablando de contrafobia , como si se tratara de una especie de enfermedad o psicosis que le agarró a los magistrados de Comodoro Py, que empezaron a detener como una obsesión después de aquel domingo en el que se iba a publicar la foto. El columnista esconde que el lawfare fue una política, no un problema aislado de unos jueces o camaristas. La prueba es que se aplicó en la Argentina, mucho más todavía en Brasil con Dilma Roussef y Lula, en Ecuador con Rafael Correa y recientemente en Bolivia con Evo Morales. Todo hace pensar que el diseño proviene de los think--tanks de la derecha norteamericana y lo fueron aplicando en los distintos países de diferentes formas, pero siempre con la misma alianza política—mediática--judicial.

No es casualidad que en la Argentina hayan citado a Cristina a ocho indagatorias en el mismo día y que a Lula le hayan imputado ser dueño de un departamento en el que nunca pasó una noche, nunca estuvo a su nombre y que la constructora usó como garantía demostrando que era propio y no del dirigente del PT. No es casual que aparezcan escuchas entre los fiscales y el juez Sergio Moro tramando la detención de Lula, mientras en la Argentina aparecieron en Dolores las escuchas que muestran como actuaba el fiscal Carlos Stornelli en yunta con D'Alessio y otros operadores de inteligencia.

La política del lawfare logró excluir a Lula de las elecciones en Brasil, ahora veda la participación de Evo Morales en Bolivia y mantiene en el destierro a Correa en Ecuador. En la Argentina, tal vez pensaron en encarcelar a CFK para sacarla de la cancha política.

No pudieron. Por el contrario, buena parte de los juicios y los expedientes de Comodoro Py empiezan a naufragar, porque aparecieron los Leonardo Fariña comprados y guionados, las pericias falsas de David Cohen, las visitas de los jefes de la AFI al juez Luis Carzoglio y todo el conjunto de las operaciones que se utilizaron. No significa que no hayan existido delitos y que deben investigarse como corresponde, pero lo que nuevamente puso sobre la mesa el columnista de La Nación es la forma en la que se usaron las extorsiones y aprietes.

Lo que Pagni confesó es el detrás de la escena: la pata mediática de toda la trama. Las evidencias y las pruebas pasaron a un lejano segundo plano: las órdenes detención se firmaron para no salir en la foto de tapa del domingo, pero siempre con la mirada puesta en destruir a las fuerzas opositoras.

Pagni cuestionó muchas veces en público, por TN o en sus columnas de La Nación, el revoleo de prisiones preventivas por parte de los jueces. También cuestionó la promiscuidad entre Justicia y servicios de inteligencia en tiempos de Carlos Menem, de Néstor y Cristina Kirchner y de Mauricio Macri.

La novedad del lunes último es que Pagni sumó un dato sobre el diario donde escribe. Dijo: “Los jueces de Comodoro Py empezaron a hacer un uso compulsivo, indiscriminado y violatorio de las prisiones preventivas cuando el diario La Nación estuvo por publicar la foto de todos los jueces federales que eran responsables de la impunidad del kirchnerismo”. Entonces, “varios magistrados pensaron que debían producir una noticia para desplazar esa tapa, y metieron preso a Ricardo Jaime”. Según Pagni, “la opinión pública y la prensa es lo que hizo que contrafóbicamente sobreactuaran los jueces con las prisiones preventivas”, como si fuera “una contracara de la impunidad que disfrutó su propio equipo cuando ellos estaban en el poder”.

Un rastreo en el archivo permite dar con la principal noticia de La Nación del domingo 3 de abril de 2016. Título: “Ricardo Jaime se convirtió en el primer detenido del kirchnerismo por corrupción”. Foto: Jaime con chaleco antibalas, escoltado por miembros de la Policía Federal. Comienzo de la nota, fechada en Córdoba: “Al grito de ‘ladrón’, ‘corrupto’ y ‘devolvé la que te robaste’, el ex secretario de Transporte del kirchnerismo Ricardo Jaime salió esposado y con un chaleco antibalas de la delegación de la Policía Federal de esta ciudad. Eran las 13.20 de ayer cuando subió a un móvil de Gendarmería y emprendió el viaje por tierra a la Capital Federal”. Agregaba la nota que el lunes 4 a primera hora Jaime prestaría declaración ante el juez Julián Ercolini en la causa por la compra de trenes usados a España y Portugal. Informaba que el viernes 1° de abril Ercolini había enviado un exhorto a Córdoba para que el juez Ricardo Bustos Fierro detuviera a Jaime y lo enviara a Buenos Aires. La Nación consigna al final declaraciones de Andrés Marutian (de paso, aunque no esté en la nota, defensor de Jaime tras haberlo sido del dictador Roberto Viola) en las que indica que Jaime ya tenía pasaje aéreo para viajar a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y presentarse a indagatoria el martes 5.



La teoría contrafóbica de Pagni es muy discutible. Si fuera cierto que hubo impunidad, lo contrario no es la violación del proceso legal sino, sencillamente, la administración de justicia. Más allá de las tapas. (…) El tema de fondo es ése, el de violación del debido proceso en la Argentina. Incluso cuando afecta los derechos de una persona que, como Jaime, no aparece en los reclamos del propio kirchnerismo.

El actual interventor en Yacimientos Carboníferos Río Turbio, Aníbal Fernández, hizo una aproximación penal en Twitter: “Entendí bien? Pagni acusó a los dueños del diario LN de instigadores a cometer delitos contra la libertad personal en concurso ideal con el prevaricato”. Traducción: presunta complicidad entre los propietarios de La Nación y jueces para que alguno de éstos incurra en el (definición de “prevaricato” en el Diccionario de Ciencias Jurídicas de Víctor di Santo) “incumplimiento malicioso o por ignorancia inexcusable de las funciones públicas que se desempeñan”. Sería una “injusticia dolosa o culposa cometida por un juez o magistrado”.

Alejandro Rúa, el abogado que defendió a Cristina Fernández de Kirchner y a Héctor Timerman y ahora es el letrado de Amado Boudou, dijo en el programa radial “Lo peor ya pasó” que debe prestarse atención a un acuerdo de la Corte Suprema del 26 de diciembre pasado. Trató sobre el caso de Liliana Vázquez y Lucía Cecilia Rojas, condenadas por la Justicia misionera. Una llevaba 14 años de cárcel sin sentencia firme. La otra, 11. La Corte ordenó liberarlas.

Dijo el máximo tribunal: “Esta Corte Suprema considera oportuno recordar (...) que toda persona debe ser considerada y tratada como inocente de los delitos que se le reprochan, hasta que en un juicio respetuoso del debido proceso se demuestre lo contrario mediante una sentencia firme (...).”

El 26 de diciembre ya había terminado la Era Macri, tal vez la etapa no dictatorial más profusa desde 1983 en violaciones de las garantías individuales de los presos que fueron funcionarios y de los que jamás lo fueron pero sufren preventivas que son una condena de hecho.

Queda por ver en el futuro si la decisión del 26 de diciembre es una señal de cambio o un arranque fugaz. Hasta ahora, de señal no hay nada.

Luego de la confesión de Pagni, las repercursiones no se hicieron esperar. Por caso, Gregorio Dalbón, uno de los abogados de la vicepresidenta Cristina Kirchner, escribió en su cuenta de Twitter que "Esto es delito. Entiendo que algún funcionario de nuestro Gobierno debe hacer la denuncia. El periodista Pagni nos cuenta del LawFare de una manera bien simple. Todavía crees que no existió el Law Fare? Ojalá Pagni sirva como lección y logremos erradicar tanta injusticia".

Por su lado, el fiscal federal Federico Delgado también se refirió a las declaraciones de Carlos Pagni a en LN+ sobre la detención de Ricardo Jaime: “La primera detención de Jaime era en una causa nuestra y me enteré por televisión un sábado a la mañana, las declaraciones me dejan helado, lo que dice es gravísimo y deberían llamarlo a declarar” dijo y agregó, “celebro que dijera esto, ojalá no termine en el testimonio de un periodista y que los actores que tienen responsabildades estén a la altura”.

Cristobal López es uno de los afectados por las detenciones arbitrarias. Recurrió a su cuenta de Twitter para dar su versión: "Que determinados grupos empresarios ejercieron presión para encarcelar arbitrariamente es algo que recién ahora muchos empiezan a darse cuenta. Pero 'la presión de la opinión pública' no es más que una excusa de quienes saben que van a tener que explicar lo que hicieron".

Las comisiones de Presupuesto y Hacienda, y la de Asuntos Constitucionales del Senado realizarán el martes próximo una reunión plenaria para tratar el proyecto de “capitales alternas” enviado días atrás por el Gobierno. Tras esa discusión, la segunda comisión analizará de manera individual una urticante iniciativa que encendió las alarmas en la oposición: la “intervención federal a la provincia de Jujuy en su Poder Judicial, a fin de garantizar la forma republicana de gobierno y evitar incurrir en responsabilidad internacional del Estado argentino”.

El proyecto es empujado por el legislador kirchnerista Guillermo Snopek, enemigo personal y político del gobernador jujeño Gerardo Morales, el más peronista de los radicales. Esta cuestión elevó la temperatura en el distrito, con anuncios de marchas y reuniones en la legislatura local (ver Ámbito Nacional). La iniciativa, que plantea una intervención por 365 días, prorrogables por mismo plazo a través de una resolución del Poder Ejecutivo -quien tendrá la facultad de designar al eventual interventor-, podría avanzar sin problemas en la Comisión de Asuntos Constitucionales, presidida por la ultra-K María de los Ángeles Sacnun y con mayoría para dinamitar cualquier crítica de la oposición.

Los artículos 3 y 4 del proyecto son contundentes en cuanto al objetivo del texto, ya que se declara “en comisión a los miembros del Superior Tribunal de Justicia, del Ministerio Público y a los Magistrados de los Tribunales Inferiores, de la provincia de Jujuy”, por un lado, y se deja claro que el interventor federal no podrá “ejercer por sí la función judicial”, pero tendrá “la facultad de suspender en sus funciones o de remover a los magistrados, funcionarios y empleados que integran el Poder Judicial y el Ministerio Público de Jujuy, y la de designar a sus nuevos reemplazantes en comisión hasta la normalización institucional del Poder Judicial”.

A mí no me dio orden ni Alberto -Fernández- ni Cristina -de Kirchner-”, aseguró Snopek tras presentar el proyecto, a fines de febrero pasado, y dijo que no deben tener “ningún temor” los magistrados que cumplieron sus funciones “correctamente” y quienes hayan actuado “de otra manera que no corresponde a la ley”.

Sobre estas cuestiones se explaya Snopek en los argumentos del proyecto. Por caso, señaló: “Hoy, el Poder Judicial de esta provincia demuestra su total dependencia a los intereses del Poder Ejecutivo, que desde el año 2015 conformó los diferentes estratos judiciales a su discrecionalidad y necesidades políticas y personales. Llama la atención que a través del planteo de supuestos escenarios de crisis -como ser la Judicial en su oportunidad, la de caducidad de los mandatos, y ahora la de seguridad-, los Poderes Ejecutivo y Legislativo arremeten contra todas las garantías establecidas en la Constitución provincial y la nacional, siendo convalidadas las nuevas normas, por el Superior Tribunal de Justicia provincial”.

Para el legislador kirchnerista, la intervención federal “resulta ser el único medio útil, necesario y eficaz con el que se cuenta para restablecer el funcionamiento de la Justicia, el cual es uno de los pilares fundamentales de la convivencia en comunidad”, y que el “avasallamiento no puede ser avalado por el Congreso de la Nación y se debe propugnar por el restablecimiento de las instituciones afectadas, a fin de salvaguardar los derechos y garantías constitucionales” del pueblo jujeño.

El Senado comenzará a debatir este miércoles por la tarde el proyecto de ley que limita las jubilaciones de privilegio del Poder Judicial y el Cuerpo Diplomático. El texto que ya cuenta con media sanción de la Cámara de Diputados será discutido en plenario de comisiones. El Frente de Todos buscará emitir dictamen y dejar al proyecto en condiciones de ser tratado en el recinto la semana próxima. El oficialismo confía en tener los votos necesarios para convertirlo en ley.



Por su parte, en Juntos por el Cambio prevalecía la idea de acompañar el proyecto con disidencias y la propuesta de incorporar un artículo que “evite” el promocionado “éxodo” de jueces y fiscales. Sin embargo, los partidos que integran la alianza opositora definirán una postura unificada en un encuentro previo a que comience el trabajo parlamentario.

El plenario de las comisiones de Trabajo y Previsión Social, que preside el pampeano Daniel Lovera, y de Presupuesto, a cargo del cordobés Carlos Caserio, está convocado para las 17 horas en el Salón Illia. En ambas comisiones, el FdT tiene la mayoría necesaria para sacar dictamen al proyecto. También cuenta con las manos para aprobarlo en el recinto.

La bancada del FdT que conduce el formoseño José Mayans no aceptaría modificaciones que hagan que el proyecto vuelva a Diputados. Quieren una sanción rápida que elimine las condiciones de privilegio que gozan jueces, fiscales y diplomáticos y que ayude a descomprimir la compleja situación del sistema previsional. "Los tiempos apremian" para la búsqueda de "soluciones al déficit que provoca el sistema previsional argentino", dijo Mayans y advirtió que durante los gobiernos peronistas "esto no ocurría".
El proyecto enviado por el Gobierno eleva del 11 al 18 por ciento los aportes adicionales al régimen general y, si bien mantiene para los funcionarios judiciales el 82 por ciento móvil, establece que el cálculo se haga sobre un promedio de las últimas 120 remuneraciones y no sobre el último sueldo, como hasta ahora.  Además, aumenta en forma gradual de 60 a 65 años la edad de los hombres  para acceder al beneficio jubilatorio. 

El texto que fue aprobado hace una semana por la Cámara baja también establece que para acceder al régimen especial deberán haber trabajado 10 años seguidos en el Poder Judicial o 15 años en forma interrumpida. 

Desde la oposición, el presidente del interbloque de JpC, Luis Naidenoff, no descartó acompañar la iniciativa al señalar que aprueba el fin de los regímenes de excepción en Argentina pero aclaró que no se sometería "a ningún tipo de extorsión".

Para los opositores sería muy complejo votar en contra de la iniciativa que dicen compartir en los objetivos generales. Ya que el proyecto fue enviado desde el Poder Ejecutivo luego de que la oposición lo reclamara en medios del debate sobre el proyecto de Solidaridad Social y Reactivación Productiva en el marco de la Emergencia Pública. 

 El proyecto de Solidaridad Social estableció la suspensión de la ley de movilidad jubilaría automática por 180 días –hasta aprobar un nuevo sistema de cálculo-- y excluía de esa suspensión a varios regímenes especiales: docentes, científicos, las pensiones graciables para los hijos de víctimas de violencia de Género, y al Poder Judicial y el Cuerpo Diplomático. Estos últimos desataron las críticas opositoras, que derivó en el compromiso de Fernández. Los legisladores del oficialismo admitieron después que excluir a jueces  fue parte de una estrategia para evitar la judicialización de la ley.
De todas maneras, JpC insistirá –como lo hizo durante el debate en las comisiones de Diputados - en incorporar un artículo que mantengan los actuales beneficios para aquellos miembros del Poder Judicial y del Servicio Exterior a los que ya se les otorgó la aceptación de la jubilación. El argumento es evitar un supuesto “éxodo” de jueces y fiscales del sistema judicial. Aunque consideran que difícilmente el oficialismo lo admita.

En tanto, el lobby judicial comenzó su presión sobre la futura normativa. Ayer se conocieron las renuncias solicitadas por 4 jueces y 1 fiscal, que el gobierno aceptó y publicó en el Boletín Oficial con la firma del presidente Fernández. Se trata de los camaristas Fernando Larraín y Oscar Lemos (TOC y C 2 y TOPE 2, respectivamente); el juez Ricardo Rojas (TOCyC 18); la jueza federal Rita de la Ascensión Garese (EFT 3); y la fiscal general Irma García Netto (TOCy C CABA).

La Corte Suprema de Justicia declinó contratar a la empresa estadounidense Oracle Sun para la provisión de un sistema de gestión informático por 6,3 millones de dólares. La cuestión se planteó a raíz de la publicación en El Cohete a la Luna de la opinión del presidente de la Corte, Carlos Fernando Rosenkrantz, de que debía contratarse ese sistema, dada la emergencia que paralizó a la Justicia cuando el sistema de gestión LEX100 dejó de funcionar. La dirección de informática de la Corte comunicó que podía realizar el mismo trabajo sin costo. El argumento de Rosenkrantz fue que Oracle lo haría en cuatro semanas. Pero no informó que la Dirección de Informática sólo requería seis semanas. A 3 millones de dólares por semana, hubiera sido la quincena más onerosa de la historia. La publicación del Cohete lo impidió y Rosenkrantz dio marcha atrás. Su problema fue cómo justificarlo.

Sus colegas, Horacio Rosatti, Elena Highton, Ricardo Lorenzetti y Juan Maqueda no estaban dispuestos a acompañarlo y para adoptar una decisión y publicarla en el Centro de Información Judicial  (CIJ) se necesitan tres votos.  El viernes por la noche, Rosenkrantz elaboró un comunicado que firmó en conjunto con el presidente del Consejo de la Magistratura, el juez Alberto Lugones, en el que afirman que entre otras alternativas se “recibió una guía de exposición de la empresa Oracle, sin constituir una oferta formal”. Lo que no explican es cómo sabía Oracle lo que necesitaba el sistema de gestión judicial y cómo pudo prever el inminente colapso informático. El comunicado se publicó el sábado en el CIJ, y fue la alternativa que Rosenkrantz encontró para suplir la negativa de sus pares. La última vez que la Corte trabajó de madrugada fue para decidir sobre el aborto de un feto sin cerebro, que no podía esperar. La única urgencia de este caso es salvar a Rosenkrantz del escándalo de sus actos, en momentos de grave crisis económica y mientras el Congreso discute los privilegios de los jueces.

El comunicado sostiene que es “conjunto de la Corte y del Consejo de la Magistratura”. Pero Rosenkrantz no expresa la opinión de la Corte ni siquiera en materias administrativas, facultad de la que expresamente lo despojaron, y Lugones no puede dar fe de lo que ocurre más allá del Consejo que preside. Hasta la mañana del sábado, Rosenkrantz intentó convencer a los otros magistrados. Como no logró conmoverlos, propuso publicar el comunicado sin firmas. Los demás jueces se negaron. Por eso, para difundir ese curioso texto que confirma lo que pretende desmentir, debió colocar su firma junto a la de Lugones. Es la opinión de ambos. Sostienen que la Corte no ha sugerido ni considerado la contratación de los servicios de Oracle ni tampoco ha tomado la responsabilidad de la administración y el mantenimiento del sistema LEX100. La Corte no, Rosenkrantz lo hizo la semana pasada y se retractó esta, ante la filtración del presupuesto que intentó aprobar. El sistema es operado sólo por el Consejo de la Magistratura, y ayer volvió a fallar, dejando aislados a jueces, fiscales y litigantes. La abogada Graciana Peñafort solicitó el sábado a mediodía que se prorrogaran los plazos.

El sistema de gestión judicial está a cargo de la administración del Consejo de la Magistratura (cuyo titular es el contador Carlos Alberto Bedetta) y de su dirección de tecnología, conducida por Juan Antonio Franchino. Bedetta llegó con Rosenkrantz luego de encargarse de la logística de Patricia Bullrich en el Ministerio de Seguridad. Franchino había trabajado en temas informáticos con Carlos Corach durante el gobierno de Carlos Menem.

El sistema vigente también fue provisto por Oracle, pero el Consejo no le dio el mantenimiento necesario. La Corte, en cambio, desarrolló una plataforma propia. De lo que se trata ahora es de migrar los datos de la base del Consejo de la Magistratura a la de la Corte.

Rosenkrantz coordinó los pasos a seguir con Agustín María Casares, a quien llevó del Consejo de la Magistratura a la Corte, con el cargo de Director y una retribución que el año pasado era de 300.000 pesos mensuales. Puenteó para ello a su entenado Valentín Thury Cornejo, que atiende la Secretaría de Desarrollo Institucional con jerarquía y sueldo de camarista. El sistema ya había fallado en abril de 2016, cuando se sorteó qué juzgado federal debía hacerse cargo de la causa por la muerte del fiscal general Natalio Alberto Nisman. La elección recayó en el juez federal Sebastián Casanello, pero debido a una indicación de error en la pantalla, el camarista Martín Irurzun ordenó realizar una nueva asignación, que esta vez recayó como correspondía en el juez Julián Ercolini. Esta semana, Casares recorrió las vocalías de la Corte en busca de las firmas que respaldaran a Rosenkrantz, pero no las consiguió.

El Cohete también narró que Rosenkrantz ocultó a los demás jueces que el 2 de febrero ingresó a la Corte Suprema un recurso extraordinario del diputado nacional Máximo Kirchner, contra la intención de la AFIP de cobrarle impuestos sobre bienes que están intervenidos por la Justicia. La ley vigente dice que en tal caso el impuesto recae en la intervención judicial de ese patrimonio. En el caso de Florencia Kirchner, el tribunal oral que hizo la solicitud de determinación del impuesto aceptó dirigirse a la intervención judicial, porque ella carece de otros ingresos. En cambio, su hermano tiene la dieta como diputado. La defensa de Kirchner respondió que la suma de sus ingresos de dos años como diputado no llegan ni a la mitad de lo que el órgano recaudador pretende cobrarle. El caso es muy simple porque la ley es inequívoca, pero su importancia es como indicio de cuál será la actitud del tribunal ante las demás causas que afectan a la familia vicepresidencial.

Una de las primeras medidas de Rosenkrantz como presidente de la Corte fue quitar de la Secretaría de Derecho Administrativo de la Corte a Sergio Nápoli, quien llegó por concurso. Rosenkrantz lo reemplazó por Gustavo Naveira. Pero además se colocó en primer lugar para la circulación de expedientes relativos a bancos, impuestos y aduana. Cuando se traten temas que involucren a sus clientes (América TV, Cablevisión, Supercanal, La Nación, Ogden Rural, Carbap, McDonald’s, la cervecera Quilmes; Core Security Technologies, Pan American Energy, los Fondos de Inversiones Aconcagua Ventures y Pegasus, la petroquímica Cuyo; las empresas de medicina prepaga Total, Itoiz, Galileo, Cruz Blanca, IMA y Buen Ayre; la telefónica Claro y las provincias de Corrientes y Santa Fe, entre otros) deberá abstenerse. Pero se entiende la importancia del conocimiento adelantado de las causas y la posibilidad de influir en alguno de sus colegas. Luego de la publicación del Cohete sobre el recurso del diputado Kirchner, Rosenkrantz le indicó a Naveira que abriera el juego a los demás ministros. Lo hizo con la propuesta de rechazarlo, porque no va contra una sentencia definitiva, y también abrió la alternativa de darle vista a la Procuración General. En cualquier caso, se permitiría el avance de una causa ridícula contra el presidente del bloque de diputados del Frente de Tods, lo cual define una nítida posición política.

El debate sobre la posibilidad de presos políticos en el marco de una democracia ha puesto en evidencia ante el gran público, la existencia de un discurso jurídico fuertemente normativista que aborda la realidad recurriendo sistemáticamente a las tradicionales, y por ello consolidadas, categorías y definiciones académicas.
Un elemento cuestionable de dicho razonamiento es su dificultad para gestionar la complejidad, pues para esta escuela la realidad es representada por un molde jurídico prestablecido y cada fenómeno social o de poder que pretende examinarse, es rápidamente convertido en una figura geométrica que encaje en alguno de los espacios disponibles en dicho molde; ahora ¿que sucede si de repente tienen delante una figura no prevista y que no encastra en ninguno de los espacios disponibles?

Dos cosas: esa figura no existe (negacionismo) o la liman hasta que de una forma u otra encaje en alguno de los espacios prestablecidos (reduccionismo).

Por ello, por ejemplo, ciertos juristas sostienen que como en Bolivia no se clausuró el Congreso y en realidad el presidente Morales presentó su renuncia, lo sucedido allí (conforme las categorías y definiciones clásicas) no fue un golpe de Estado, sino una crisis institucional generada por malas decisiones que en su momento tomó el presidente Evo Morales y que finalmente condujo a que las fuerzas armadas -por televisión- le pidieran la renuncia a un presidente constitucional en ejercicio.

Este sistema de argumentación negacionista aplica también respecto del concepto de “preso político” que, por ser en términos teóricos sustancialmente incompatible con la democracia, no podría suceder bajo dicho sistema político.

Algo así como decir que por el solo hecho de vivir en una democracia constitucional estamos todos automáticamente a salvo de injusticias y desigualdades, pues según dicho razonamiento es imposible que la democracia y sus instituciones permitan que sucedan determinadas cosas, de lo contrario habría una contradicción en los propios términos.

Ahora bien, si esto fuese exactamente así, la población carcelaria no provendría de un mismo sector socioeconómico, o frente a ciertas enfermedades no habría quienes puedan pagar remedios y tratamientos médicos mientras otros ni el colectivo al hospital, o todos disfrutaríamos de nuestra vivienda digna y entonces no veríamos -en democracia- familias viviendo en la calle, o todos tendríamos acceso a una alimentación suficiente y como sociedad democrática no padeceríamos el flagelo de la desnutrición en ningún rincón del país.

Sin embargo, a nadie se le ocurriría concluir que como el sistema penal es selectivo, la salud no está garantizada plenamente para todos por igual, vemos familias con nenes viviendo en la calle o existe la desnutrición, entonces no vivimos en democracia.  ¿O será que incluso en democracia y en el marco de un Estado de Derecho, pueden suceder cosas “imposibles” sin negar por ello la existencia de la democracia misma y el Estado de Derecho?

Afirmar lo contrario, es decir, negar la posibilidad de ciertos fenómenos basados solo en que en democracia no serían teóricamente posibles por la denominada contradicción interna terminológica, nos hace correr el riesgo de naturalizar injusticias y desigualdades, como pasa cuando -luego de casi cuatro décadas de democracia- vemos niños revolviendo la basura en pleno Estado constitucional y convencional de derecho.   

Es notorio que el Poder Ejecutivo se propone, con razón, cambiar la organización judicial y, sobre todo, modificar el llamado fuero federal. Dicho de manera general, sin individualizar a juez o funcionario alguno, parece obvio que el “rendimiento” de tal fuero no resulta compatible con máximas jurídicas; antes bien, varias de sus decisiones semejan haber sido dictadas por la conveniencia política o, si se quiere, sin independencia judicial alguna como principio básico o, conforme a mí me parece más correcto titular, sin libertad de decisión (externa e interna) de los integrantes de esos tribunales. Al parecer, se entiende que una extensión de los jueces profesionales integrantes de los tribunales federales –sobre todo en materia penal— por reunión en un único fuero de los jueces llamados federales –intitulados jocosamente Comodoro Py, Pro o Por, por el lugar de la residencia de sus oficinas— y de aquellos denominados ordinarios (de la ciudad de Buenos Aires), traería aparejada la tan ansiosa libertad de decisión

 

No lo creo y he leído varias veces a Alberdi en sus Bases para corroborarlo. Dicho en verdad, él fue demasiado parco en la organización judicial, pero alcanzó a trasparentar nuestra diferencia con los Estados Unidos: conformábamos una única Nación –y no una asociación de ellas—, llámese al sistema “federación unitaria” o “unidad federativa”; nuestras leyes principales eran, en principio, únicas y procedían del Congreso de la Nación (CN, 75, inc. 12 y 116).

Hoy en día, desaparecidos los territorios nacionales, todo el territorio de la Nación pertenece a las provincias y a la CABA. Mantener 27 sistemas judiciales distintos y completos es algo increíble en el resto del planeta para la organización judicial de una Nación. Más aún, conceder a cada juez, de los miles existentes en el país, el poder de no aplicar una ley –en la práctica, declararla no vigente y casi derogarla— por la opinión suya propia al resolver un caso, sistema que llamamos difuso y que sostenemos proviene de los Estados Unidos y su Constitución, resulta no sólo oneroso sino, antes bien, más que ridículo. Por lo demás, esto colide contra la definición universal de aquello que la mayoría llama independencia judicial que, según yo recuerdo, se define no sólo por la prohibición –externa— del Ejecutivo de inmiscuirse en funciones judiciales (cf. CN, art. 109), sino que, además, supone la libertad interna de los integrantes de un tribunal en su decisión judicial (horizontalidad de las decisiones y los tribunales en el ejercicio de su poder). Esto se corresponde con la institucionalidad democrática que impide al PEN ejercer funciones legislativas (cf. CN, art. 99. Inc. 3, II, con sus desgraciadas modificaciones actuales). Todo ello erige al Poder Legislativo en el árbitro de las políticas internas y externas del Estado, que los demás llamados “poderes” deben seguir obligatoriamente.

Precisamente, creemos que el llamado “Poder Judicial” debe concebirse como un todo en la República, esto es, como un único sistema que respete las pautas judiciales comunes. Para ello, la federación se mantiene concediendo a las provincias y a la CABA, básicamente –según la organización judicial de hoy en día— la creación, organización, integración y procedimiento judicial de mérito, esto es, todo lo relativo al juzgamiento originario de los casos judiciales que se presenten y confiriendo a la Nación el único tribunal federal por excelencia, su Corte Suprema de Justicia, cuya competencia e integración, naturalmente ampliadas, suponga la interpretación y el custodio de las leyes de la Nación, sancionadas por el Poder Legislativo, tribunal creado, integrado y procedente de nuestra Constitución Nacional. Ello significa una Corte Suprema dividida en Salas, cada una de las cuales responde a la interpretación de las diferentes materias jurídicas que la Constitución le encomienda al Parlamento nacional, función clásica que responde a la inseguridad jurídica de que hoy la última palabra sobre la interpretación de esas leyes nacionales corresponda a los tribunales de casación de las provincias (cf. CN, art. 75, inc. 2). Y una Corte Suprema que, en sesiones conjuntas de todos sus miembros, sea la única que puede invalidar, por contraria a la Constitución, una ley sancionada por el Parlamento nacional, que no representa otra cosa que una elección política, propia de la Asamblea (piénsese en la interrupción del embarazo).

Yo estimo que una organización de este modo corregiría los defectos temporales tan elevados de nuestros tribunales. Nos quedan, sin embargo varios problema por resolver, pero siempre limitados. La competencia por razón de la materia, a la que no quisiera abarcar aquí en beneficio de la arquitectura jurídica. Se trata de los tribunales de mérito federales (cf. CN, arts. 116 y s.), en los que la CSJN interviene por apelación. Quitados los poderes territoriales de la Nación (competencia federal por razón del lugar), hoy prácticamente inexistente, lo que queda, al menos en materia penal, no es demasiado y tiene solución (cf. CN, art. 75, inc. 12), especialmente leyes generales para toda la Nación sobre naturalización y nacionalidad, con sujeción al principio de nacionalidad natural y por opción en beneficio de la Argentina: así como sobre bancarrotas, falsificación de la moneda corriente y documentos públicos del Estado federal y establecer el juicio por jurados. La competencia federal o de la CSJN por persona no presenta mayores problemas. Resta, además, un enorme problema político: la subsistencia o aniquilación del Consejo de la Magistratura. Y constituye un gran problema, por fuera de su función administrativa; se trata de saber si debe subsistir como instrumento político. Aquí sólo deseo declarar hoy que no soy partidario de su subsistencia.
No se achique Don Alberto, no vuelva a pensar tan sólo en un problema de la ciudad de Buenos Aires. La transformación no es sencilla, pero tampoco resulta imposible y menos ahora. Usted, para colmo de bienes, la conoce perfectamente.

Por empezar desde algún lugar, voy a contarles que el jueves 22 de marzo de 2018, el entonces Presidente Mauricio Macri le dio una entrevista a Mariana Fabbiani en la que declaró: “Necesitamos una justicia ágil, que nos defienda, que nos cuide, que haga sentir al ciudadano de a pie que el poderoso es el primero que tiene que cumplir con la ley, es el que menos impunidad tiene, sobre todo en la Argentina con lo que pasó hace unos días que todos sentimos, de vuelta, un revulsivo de decir: ‘No, esto no es lo que habíamos acordado’”.

¿A qué se refería el Presidente con: “No, esto no es lo que habíamos acordado”? A la liberación de Cristóbal López y Fabian de Sousa, ocurrida en marzo de 2018. Estaban presos en prisión preventiva dictada por el juez Julián Ercolini. Con quien o en qué términos había acordado el Presidente la continuidad de la prisión preventiva de López y de Sousa es un misterio. El cómo lo había acordado, no. Es un delito. Porque el Poder Ejecutivo no puede inmiscuirse en competencias especificas del Poder Judicial. Y disponer de la libertad de las personas es, sin lugar a dudas, una competencia especifica del Poder Judicial. Lo era cuando Macri acordaba con Comodoro Py para que López y de Sousa siguieran presos y lo es hoy cuando muchos le reclaman a Alberto Fernández que intervenga para liberar a los presos políticos. Y a mi me dan muchísimas ganas de decirles: “Señores, dejen de pedir que Alberto haga macrismo”

Pero volvamos al pasado hostil. Unos meses antes de la liberación de Cristóbal López, el macrismo había dado el puntapié inicial para colonizar al Poder Judicial, luego de nombrar dos jueces de la Corte por Decreto.

Ese puntapié fue comenzar con la colonización de la Cámara Criminal y Correccional Federal, que es la que revisa las decisiones de los 12 jueces de Py. Porque el sistema de Comodoro Py incluye jueces que a veces toman decisiones de mierda y tomadas en contra de la ley y un sistema de control de esas decisiones en manos de la Cámara. Los pocos limites que se le pusieron a Bonadío, se los puso la Cámara. Yo aun tengo el modelo de recurso ante la Cámara, para cada vez que Bonadío no me dejaba acceder a los expedientes en los que mis defendidos estaban siendo investigados.



La segunda víctima —la primera fue el Estado de Derecho— del plan sistemático del macrismo para apropiarse del Poder Judicial, fue fabricar una vacante en esa Cámara. Lo hicieron a través de un operativo de pinzas que merece algún reconocimiento por lo bien pensado que fue. Comenzó a finales del 2015, cuando en lugar de hacer lugar al pedido de reemplazo del consejero de la magistratura que le correspondía al Frente para la Victoria, bloque mayoritario de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó decidió hacer lugar al pedido conjunto del interbloque del PRO junto con el Bloque del Peronismo Federal de Massa y designar a un consejero del macrismo, Pablo Tonelli. Literalmente se robaron una banca que correspondía a otro espacio político. Curiosa UTE (unión transitoria de empresas), que se reedito este jueves con el tema de las jubilaciones de los jueces
Cuatro años después el Frente para la Victoria le devolvería la cortesía en algo que celebré porque era justo, pero que me dejó un gusto amargo. Porque el precedente lo había creado el macrismo, es cierto, y había sido considerado legal por la propia cámara de Diputados, pero es horrible en términos éticos.

Mientras en la Cámara de Diputados ese diciembre de 2015 se robaban la banca del Frente para la Victoria, en la Cámara de Senadores sucedían otras cosas. Entre ellas que el abogado Alejandro Fargosi se había presentado para reclamar la inconstitucionalidad de la designación del senador Ruperto Godoy, del Frente para la Victoria en el Consejo de la Magistratura, por no ser abogado. El requisito de ser abogado para ser consejero se había derogado por ley, pero a quién le importa la ley cuando es amigo del juez. A Alejandro Fargosi y su indignación antiperonista sempiterna, claramente no.

Como sea, el Frente para la Victoria, frente a la sentencia que ordenaba que Ruperto Godoy cesara como miembro del Consejo de la Magistratura, se apresuró a designar al senador Mario País en su reemplazo. El día que Mario País debía jurar como miembro del Consejo de la Magistratura, también se discutía en el consejo si se le iniciaba juicio político a Eduardo Freiler, argumentando que el entonces juez no podía justificar su incremento patrimonial. Freiler había sido ya sobreseído en una causa por enriquecimiento ilícito el 11 de marzo de 2016… Pero, ¿a quién le importa un sobreseimiento firme, cuando querés quedarte con un lugar en la Cámara de Apelaciones de Py? Al macrismo sin duda que no.

Todo lo que sucedió debería contarse con la música de la escena final de El padrino. El 16 de agosto salió la sentencia que ordenaba la remoción de Ruperto Godoy. El 17 de agosto de 2017 Mario País se presentó a jurar como miembro del Consejo de la Magistratura en la mañana. El entonces presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, le dijo a País que fuese a tomarse un cafecito por ahí y volviese en un rato. Porque justo estaba resolviendo la Claringrilla. Mientras País se tomaba el cafecito, el Consejo de la Magistratura comenzó a sesionar aprovechado la mayoría circunstancial de 1 miembro que tenía, porque Mario País no había asumido aún. Y dispuso la suspensión de Freiler como juez y el inicio del Jury de enjuiciamiento para removerlo de su cargo. Para cuando Mario País pagó el café que se había tomado, la historia ya se había escrito. Ya en aquellos días de agosto, todos sabíamos que a Miguel Angel Pichetto, entonces jefe de bancada del Frente para la Victoria en la cámara de Senadores, también disfrutaba de colaborar con la resolución de las Claringrillas del día.

Unos meses después de haber sido suspendido se presentó un nunca identificado abogado llamado Maximiliano Goetzner y como cuenta Raúl Kollman  “dijo que conocía que la causa estaba radicada allí, [en el juzgado donde había tramitado la causa por enriquecimiento ilícito  y se había dictado el sobreseimiento de Freiler], pese a que estaba cerrada. El individuo aseguró ser asesor del senado de la Provincia de Buenos Aires, pero resultó imposible ubicarlo allí. Dijo entonces que vio un programa de televisión en el que aparecía una hostería, supuestamente de Freiler, en Quequén, y que eso nunca había sido investigado. En verdad la hostería Costa Bonita era de los padres del camarista y sí había sido investigada. Aun así, la maniobra consistió en reabrir la causa para evitar que Freiler alegara en el Consejo que ya estaba absuelto. El aparato de Comodoro Py fue parte de la maniobra».

El 17 de noviembre de 2017 se removió a Eduardo Freiler como juez de cámara. Votaron afirmativamente para removerlo la camarista Inés Cantisani; los senadores Walter Barrionuevo (PJ de Jujuy), Silvia Giacoppo (Cambiemos); el diputado Hugo Marcucci (UCR) y el juez Mario Márquez. El representante de los abogados en esos días, Raúl Piaggio, votó en disidencia parcial su destitución. La diputada Diana Conti (FpV-PJ) fue la única que votó en contra. Cuando Mauricio Macri se enteró de la destitución, cuenta Kollman, “estaba cenando con un funcionario internacional en la Quinta de Olivos e hizo saber su satisfacción por lo que decidió el Consejo. Su frase debería quedar en la memoria: «Gracias a esto, van a venir inversiones al país».

Las inversiones no llegaron y el Poder Judicial no mejoró. Pero entre el cafecito de Mario País y la destitución de Freiler pasó algo más. El 17 de octubre de 2017 se dicto el fallo que consagró lo que llamamos la doctrina Irurzun y que, como relatara Capiello sin demasiados pudores en una nota celebratoria de la detención de Amado Boudou publicada en La Nación, el 4 de noviembre de 2017, “Irurzun estableció en ese fallo nuevas pautas para meter presos a los funcionarios acusados de corrupción e inauguró una jurisprudencia más amplia, que debería preocupar a otros ex funcionarios que enfrentan causas y gozan de la libertad”.

Ese mismo día, Héctor Timerman había sido sometido a una verdadera sesión de tortura por Claudio Bonadío y Eduardo Taiano, al hacerlo declarar en una indagatoria que terminó con Héctor internado por una crisis cardíaca provocada por el dolor físico de tener que afrontar esa indagatoria sin la medicación para el dolor que le provocaba un cáncer feroz que se extendía implacable por su cuerpo, mientras brindaban los verdugos.



Después de la detención de Amado Boudou, ese diciembre de 2017 fue prodigo en detenciones. Entre ellas la de Fabian de Sousa y Cristóbal López. Cuando en marzo de 2018, la Cámara de Comodoro Py dispuso su libertad, el infierno que se había desatado en  2017 arreció con mas fuerza.

Mauricio Macri clamó enardecido contra esa liberación. Los jueces que la habían dispuesto se fueron. Jorge Ballestero terminó jubilado. Eduardo Farah pidió su traslado al fuero penal económico. Y no había terminado 2018 cuando la cámara de Py quedó conformada con dos jueces trasladados por el Consejo de la Magistratura y un juez designado por concurso. Eso sí, Martin Irurzun siguió en soledad en la Sala II de esa Cámara. Disponiendo prisiones preventivas arbitrarias y tomando cafecitos con Pepín Rodríguez Simón.

Tan circular es a veces la historia que, en el juicio de Oil Combustible por el que estuvieron presos Cristóbal López y Fabian de Sousa, esta semana declaró un testigo llamado Jorge Schiaffini, jefe del departamento de investigaciones de grandes contribuyentes de AFIP. Este hombre reconoció que el macrismo creó un «Grupo de Tareas» para voltear las empresas de Cristóbal López y Fabián de Sousa, integrado por Rodríguez Simón, Daniel Angelici y José Torello.

¿Habrán sido ellos con quienes “acordó algo distinto” el macrismo, como le señalaba Macri a Mariana Fabbiani? Aunque no sé la respuesta, escribiendo esta nota se me ocurrió la hipótesis.

Pero sí quiero señalar algo: la causa que reabrieron fraudulentamente contra Eduardo Freiler, con el denunciante nunca identificado y que tenia por objeto impedir que Freiler pudiese decir que, de los cargos que lo acusaban para removerlo, había sido absuelto, ayer comenzó a morir. Porque la Cámara de Casación, en una de sus salas menos horribles, ordenó dejar sin efecto la reapertura fraudulenta de la causa por enriquecimiento ilícito de Freiler. Porque esa reapertura vulneraba garantías constitucionales. Y le ordenó a la cámara de Py, Sala I, hoy compuesta exclusivamente por jueces puestos ahí por el macrismo, que dicte un nuevo fallo. Resulta difícil que la Sala I pueda fundar la cuadratura del círculo en esta ocasión y sostener esa reapertura. Lo tremendamente circular de la historia es que en esa Sala, los jueces que allí se desempeñan como camaristas, son precisamente los que ocupan las vacantes que dejaron Freiler, Ballestero y Farah.

Repaso estas historias  horribles  y comprendo por qué jueces y fiscales renuncian antes de aceptar jubilarse de modo no privilegiado. Porque muchos de ellos hace rato se olvidaron del valor justicia. Integran el Poder Judicial por motivos que nada tienen que ver con cumplir las leyes y la Constitución.

El Poder Judicial no imparte justicia. Claro que hay quienes dan la pelea para que se imparta. Pero es muy difícil impartir justicia cuando aceptás como legal y justo que un jubilado de la mínima cobre, con el último aumento $15.891 por mes. Y la jubilación promedio del Poder Judicial sea $ 293.107 mensuales. Es decir que un juez que se jubile cobre por mes casi el doble de lo que va a cobrar en todo un año un jubilado de la mínima.

Eso no es justo. Y no puedo creer que defiendan esa injusticia. Voy a resguardar la conducta correcta de Alberto Lugones, representante de los jueces en el Consejo de la Magistratura, que sostiene posiciones que no comparto pero que son racionales y comprensibles desde una representación corporativa. Pero no lo son desde el valor justicia. Disculpe, doctor, se lo digo con muchísimo respeto que no siento por muchos de sus colegas pero sí por usted, atendiendo al modo en que ha dado la discusión.

De la oposición sólo puedo decir culebras y demonios. El 20 de diciembre de 2019 votaron en contra del proyecto que suspendió por inaplicable la movilidad jubilatoria que había implementado el macrismo. Dice el comunicado que Juntos por el Cambio rechazaba la suspensión entre otras cosas porque el congelamiento no se aplicaría a los regímenes especiales “como diplomáticos y jueces”.

(…) Nosotros queremos reformar al Poder Judicial para que los dignos sean reconocidos como dignos. Pero por eso vamos a enviar un proyecto de Reforma Judicial. No vamos a apretar a nadie. Vamos buscar aprobar una ley. Que honre al Poder Judicial que ustedes, señores de Juntos por el Cambio, degradaron. Para que los buenos jueces y los buenos fiscales no tengan que obedecer nunca más a ninguna mesa judicial de impresentables como los que tenían ustedes. Nosotros no apretamos jueces, les damos la presidencia del Consejo de la Magistratura, aun teniendo diferencias. Nosotros no creemos en las prisiones preventivas ni el lawfare. Nosotros no acordamos con nadie. Quienes conformamos el Frente de Todos, creemos en la Democracia y en la República y en la separación de poderes. Y leímos la Constitución, para recordarla y respetarla y no para olvidarnos. Nosotros creemos en el Valor Justicia.

Y ustedes, señores de Juntos por el Cambio, no solo no creen en nada de eso, sino que además exhiben su indecencia y su cinismo político. Lean sus comunicados y háganse cargo por una vez en la vida de su hipocresía.

Porque por milésima vez voy a decirlo: la grieta, la verdadera grieta no es política, es moral. Y yo agradezco y estoy orgullosa de estar de este lado.

¿y vos, de que lado estas …?

Daniel Roberto Távora Mac Cormack

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