Domingo 22 de marzo de 2020

Este artículo es una traducción al español del original de Tomás Pueyo The Hammer and the Dance (El martillo y el baile), y una continuación del artículo Coronavirus: Why You Must Act Now  (Coronavirus: ¿Por qué hay que actuar ahora?), del mismo autor, con más de 40 millones de visitas en todo el mundo (casi un millón de ellas en la versión publicada por Página/12) , traducido a 20 idiomas, describiendo la urgencia del problema del coronavirus



Resumen del artículo: Las drásticas medidas que se han tomado contra el coronavirus en estos momentos solamente deberían durar unas cuantas semanas, y no debería haber otro pico de infecciones después; todo ello debería realizarse con un coste razonable para la sociedad, salvando millones de vidas de ciudadanos por el camino. Si no se toman estas medidas, decenas de millones de personas van a infectarse, muchas de ellas morirán, junto con las que van a necesitar cuidados intensivos, porque el sistema sanitario se habrá colapsado.

En una semana, los líderes de todo el mundo habrán pasado de: “Este coronavirus no es un problema tan grave” a declarar el estado de emergencia. Sin embargo, no todos los países están haciéndolo. ¿Por qué?

Todos los países se hacen la misma pregunta : ¿Cómo debemos responder a esta situación? La respuesta no es obvia.
Algunos países, como Francia, España o Filipinas han decretado drásticos confinamientos de la población. Otros como EE.UU., Reino Unido, Suiza u Holanda han venido arrastrando los pies con tibias medidas, aventurándose con ciertas dudas a tomar medidas de distanciamiento social.

Lo siguiente es lo que vamos a cubrir con este artículo. De nuevo con muchas gráficas, datos y modelos de una variedad de fuentes :
  1. ¿Cuál es la situación actual?
  2. ¿Qué opciones tenemos?
  3. ¿Qué es lo único que importa ahora? El tiempo
  4. ¿Cuál sería una buena estrategia contra el coronavirus?
  5. ¿Cómo debemos reflexionar sobre los impactos económicos y sociales?
Cuando hayas leído este artículo, esto es lo que habrás aprendido:
Nuestro sistema sanitario ya está colapsándose.

Los países tienen dos opciones: o luchar con fuerza contra el virus ahora mismo, o sufrir una epidemia masiva.

Si eligen sufrir la epidemia, centenas de miles de personas morirán. En algunos países millones.Y esto último ni siquiera eliminará futuras oleadas de infecciones.

Si luchamos con fuerza ahora, frenaremos las muertes.
Aliviaremos nuestro sistema sanitario.
Nos prepararemos mejor.
Aprenderemos.

El mundo nunca ha aprendido tan rápido sobre algo como en estos momentos, jamás. Y lo necesitamos, porque conocemos muy poco sobre este virus. Todo lo que vamos a conseguir ahora es algo crítico: conseguir más tiempo.

Si elegimos luchar con fuerza contra el virus, la lucha será abrupta al principio, y luego gradual.

Estaremos confinados durante semanas, no meses.
Posteriormente recuperaremos gradualmente nuestras libertades.
Seguramente no volveremos a una vida normal inmediatamente.
Pero será algo alcanzable, y eventualmente volveremos a una vida completamente normal.
Y podemos hacerlo mientras consideramos el resto de la economía también.
Ok, hagámoslo.

¿Cuál es la situación?
(…) el número de casos ha estallado en una docena de países. Aquí, me he visto obligado a mostrar países con más de 1.000 casos. Unos cuantos detalles que remarcar:
  • España, Alemania, Francia y los Estados Unidos tenían todos más casos que Italia cuando ordenaron el confinamiento.
  • 16 países adicionales tienen ya más casos que Hubei cuando ordenó su confinamiento: Japón, Malasia, Canadá, Portugal, Australia, República Checa, Brasil y Qatar tienen más que Hubei pero por debajo de 1.000 casos. Suiza, Suecia, Noruega, Austria, Bélgica, Países Bajos y Dinamarca tienen más de 1.000 casos cada uno.
¿No notas nada extraño en esta lista de países? Aparte de China e Irán, que han sufrido brotes masivos e innegables, y de Brasil y Malasia, cada uno de estos países está en la lista de los países con economías más desarrolladas del mundo.

¿Crees que el virus afecta solo a los países ricos? ¿O piensas que es más probable que los países desarrollados sean más capaces de detectar el virus?

Es muy poco probable que los países más pobres no estén afectados. El hecho de que tengan climas más cálidos y húmedos probablemente ayuda , pero no previene un brote por sí mismo — Si eso fuese así, países como Singapur, Malasia o Brasil no estarían sufriendo un brote ahora mismo.

La interpretación más plausible es que o bien el coronavirus tardó más en llegar a estos países porque están menos conectados, o que ya esté presente y que no hayan invertido lo suficiente en detectarlo.
En cualquier caso, si esto es cierto, significa que la mayoría de países no van a poder evitar el coronavirus. Es cuestión de tiempo que empiecen a surgir brotes y tengan que tomar medidas.

¿Cuáles son nuestras opciones?
Desde el artículo de la semana pasada, el debate ha cambiado y muchos países han empezado a tomar medidas. Aquí están algunos de los ejemplos más ilustrativos:
Medidas en España y Francia
En un extremo, tenemos España y Francia. Esta es la secuencia temporal de medidas que se han tomado en España:
El Jueves, 12 de Marzo, el Presidente Sánchez rechazaba las afirmaciones de que las autoridades españolas habían estado subestimando la amenaza de salud pública. El Viernes 13 de Marzo se declaraba el estado de alarma.
  • Los ciudadanos no podrán abandonar sus hogares excepto por las siguientes razones: trabajo, compra de alimentos, compra de productos farmacéuticos, desplazamientos médicos, bancos o seguros (con justificación de caso extremo).
  • Específicamente se prohíbe salir a pasear con niños y visitar a amigos o familiares (excepto para asistir a personas dependientes, pero con medidas de distanciamiento e higiene)
  • Todos los bares y restaurantes cerrados. Solamente la comida para llevar con entrega a domicilio es aceptable.
  • Todos los espectáculos y entretenientos cerrados y cancelados: eventos deportivos, salas de cine, museos y celebraciones municipales .
  • Las bodas no pueden tener invitados. A los funerales no pueden asistir más que un reducido grupo de personas.
  • El transporte público y tráfico siguen abiertos, con restricciones.


El lunes, se cerraron las fronteras.
Mucha gente está de acuerdo con este tipo de medidas, otros se llevan las manos a la cabeza con desesperación. Estas diferencias es lo que va a tratar de explicar este artículo.
Las medidas en Francia siguieron una pauta similar, aunque se tomaron más tiempo en aplicarlas y en estos momentos son más agresivas. Por ejempo, los alquileres, impuestos y los cortes de servicios básicos se han suspendido.

Medidas en Estados Unidos y Reino Unido

Los EE.UU y Reino Unido, al igual que países como Suiza o Países Bajos, han tardado más en implementar medidas. Estas son las medidas que ha tomado Estados Unidos:
  • Miércoles 11 de Marzo: prohibición de viajar.
  • Viernes 13 de Marzo: Estado de emergencia nacional declarado. No hay medidas de distanciamiento social.
  • Lunes 16 de Marzo: El gobierno solicita a los ciudadanos que eviten restaurantes y bares, y congregaciones de más de 10 personas. No son obligatorias las medidas de distanciamiento social. Es únicamente una sugerencia.
Muchos estados y ciudades están tomando la iniciativa e instaurando medidas mucho más restrictivas.

El Reino Unido ha tomado una serie de medidas similares: muchas recomendaciones, pero muy pocas obligaciones.

Estos dos grupos de países ilustran los dos enfoques extremos para luchar contra el coronavirus: Mitigación o Supresión. Veamos que significa cada uno.

Opción 1. No hacer nada

Antes de hacer esto, veamos las implicaciones de esta opción para un país como Estados Unidos.

Si no hacemos nada: todo el mundo se infectará, el sistema de salud se verá desbordado, la mortalidad estallará, y unos 10 millones de personas morirán (barras azules). Unos cálculos rápidos : si aproximadamente un 75% de los americanos se infectan y un 4% muere, esto significa unos 10 millones de muertes, o unas 25 veces las muertes de estadounidenses en la Segunda Guerra Mundial.
Te puedes estar preguntando : “Esas cifras son muy altas. ¡He oído números mucho más bajos!”

¿Cuál es la trampa? Con todos estos números, es fácil confundirse. Pero sólo hay dos números que importan: Qué proporción de la población va a contraer la enfermedad, y qué proporción de infectados va a morir. Si únicamente el 25% enferma (porque el resto no tiene síntomas, y no se contabilizan como casos), y el índice de mortalidad es del 0.6% en vez del 4%, acabaríamos con 500.000 muertes en los EE.UU. Todavía masivo, pero 20 veces menos que antes.

El índice de mortalidad es crucial, así que vamos a analizarlo mejor. ¿Qué causa exactamente las muertes por coronavirus?
¿Cómo debemos analizar el índice de mortalidad?

Aparte de las camas de UCI, también vamos a necesitar ventiladores para respiración asistida, pero el resultado es prácticamente el mismo, ya que tenemos menos de 100.000 ventiladores en Estados Unidos. 
 
A día de hoy, al menos un hospital en Seattle ya no puede entubar pacientes de más de 65 años debido a la escasez de equipamiento, lo cual implica unas probabilidades de 90% de que el paciente fallezca.
Esta es la razón por la cual la gente moría en masa en Hubei, y por la cual están muriendo en Italia e Irán. La mortalidad en Hubei acabó mejor porque fueron capaces de construir 2 hospitales casi de forma instantánea. Italia e Irán no pueden hacer lo mismo. Hay pocos países que tienen la capacidad de hacer lo mismo. Vamos a ver que acaba ocurriendo.

¿Asi que, por que la tasa de mortalidad está cercana al 4%?
Si el 5% de los casos requieren cuidados intensivos, y no pueden proporcionarlo, la mayoría de estos enfermos morirán. Tan simple como esto.

Adicionalmente, los datos más recientes indican que los casos en Estados Unidos son más graves que en China. Desearía que esto fuese todo, pero no lo es.

Daños colaterales

Estos números únicamente muestran gente muriendo por el coronavirus. ¿Pero qué ocurre si el sistema sanitario se colapsa por los pacientes del coronavirus? Otros pacientes van a morir por otras dolencias.

Hay unos 4 millones de admisiones a las UCIs en Estados Unidos cada año, y unos 500.000 (~13%) de esos pacientes mueren. Sin camas disponibles en las UCIs, esas muertes irán probablemente al 80%. Incluso si solamente el 50% de ellos murieran, en una epidemia de 1 año de duración, iríamos de 500.000 muertes al año a 2 millones, con lo cual estamos añadiendo 1.5 millones sólamente en daños colaterales.

Si dejamos que el coronavirus se extienda, el sistema sanitario americano va a colapsarse, y las muertes las contaremos por millones, probablemente más de 10 millones.
Las mismas reflexiones son válidas para otros países. Los números de camas UCI, ventiladores y facultativos sanitarios son similares a Estados Unidos o inferiores en la mayoría de países. Un coronavirus descontrolado significa que el sistema sanitario se colapsará, y esto significa muertes masivas.

Opción 2 : Estrategia de Mitigación

En este momento, creo que queda claro que debemos actuar. Las dos opciones que tenemos son mitigación y supresión.

La mitigación funciona así : “Es imposible prevenir el coronavirus ahora, de modo que dejemos que siga su curso, mientras intentamos reducir el pico de infecciones. Intentemos aplanar la curva un poco para hacerla más gestionable para el sistema sanitario.”


Opción 3. La Estrategia de Supresión
La estrategia de Mitigación no intenta contener la epidemia, sólamente intenta suavizar la curva un poco. Mientras que la estrategia de Supresión lo que pretende es aplicar duras medidas de contención para conseguir tener la epidemia bajo control rápidamente. Especificamente:
  • Dureza inmediata. Ordenar distanciamiento social estricto. Tomar el control de la situación rápidamente.
  • Después, relajar las medidas de control, de modo que podamos recuperar nuestras libertades y volver a un estado de vida social y económica normales
Dicho esto, parece que no hay duda. Todo el mundo debería seguir la estrategia de supresión.
Entonces, ¿por qué algunos gobiernos dudan?
Tienen miedo de 3 cosas:
  1. El primer confinamiento puede durar meses, lo cual parece inaceptable para mucha gente.
  2. Un confinamiento que dure meses destruiría la economía.
  3. Ni siquiera resolvería el problema, porque únicamente postpondría la epidemia. Cuando se relajen las medidas de contención, la gente volvería a infectarse y millones de personas morirían.
El Imperial College de Londres ha modelizado la supresión. Las líneas verdes y amarillas son los diferentes escenarios de la estrategia de supresión. Puedes ver que no pinta bien: todavía tenemos picos muy grandes, así que ¿para qué molestarse?

3. El valor del tiempo

En nuestro post previo explicamos el valor del tiempo a la hora de salvar vidas. Cada día, cada hora que pasaba sin tomar medidas hacían que la amenaza exponencial continuara expandiéndose. Vimos cómo el tomar medidas un solo día antes podía reducir el número de casos totales en un 40% y todavía más el número de muertes.

Pero tener tiempo nos aporta aún más valor.
Nos enfrentamos a una ola de presión sobre nuestro sistema sanitario nunca vista en la historia. No estamos preparados para esto y nos enfrentamos a un enemigo que no conocemos. Nuestra posición no es la mejor para una guerra.

Imagínate tener que enfrentarte a tu peor enemigo, del cual conoces muy poco, y tener dos opciones: correr hacia él o escapar para ganar un poco de tiempo y poder prepararte. ¿Qué opción elegirías?
Esto es lo que hoy necesitamos. El mundo ha despertado. Cada día que retrasamos el coronavirus nos permite estar mejor preparados. Los puntos siguientes detallan lo que nos permitirá hacer este tiempo ganado.

Bajar el número de casos

Con una supresión efectiva, el número de casos reales se desplomaría, tal y como se vio en Hubei la semana pasada.
A día de hoy, hay 0 nuevos casos diarios de coronavirus en toda la region de Hubei, de 60 millones de personas.
Los diagnósticos se mantendría en aumento durante un par de semanas, pero después empezarían a bajar. Con menos casos, la tasa de mortalidad también empieza a bajar. Y el daño colateral también se reduce: moriría menos gente por causas no relacionadas con coronavirus porque el sistema sanitario está simplemente sobrepasado.

La supresión nos permitiría:
· Menos casos totales de Coronavirus
· Alivio inmediato del sistema sanitario y de las personas que trabajan en él
· Reducción de la tasa de mortalidad
· Reducción de los daños colaterales
· Posibilidad de recuperación y de vuelta al trabajo de los trabajadores sanitarios infectados, aislados y en cuarentena. En Italia, los sanitarios representan un 8% de todos los contagios.
Entender el Verdadero Problema: Tests y seguimiento
Ahora mismo, Reino Unido y EE.UU. desconocen el número de casos reales. No sabemos cuántos hay. Sólo sabemos que la cifra oficial no es correcta, y la verdadera está en el orden de decenas de miles de casos. Esto ocurre porque no se están haciendo pruebas y porque no se está haciendo un seguimiento.

· Con unas cuantas semanas más, podríamos poner nuestra situación de tests bajo control y empezar a hacer tests a todo el mundo. Con esa información, conoceríamos finalmente la extensión real del problema, dónde necesitamos ser más agresivos y qué comunidades se pueden liberar de forma segura del aislamiento.
· Nuevos métodos de pruebas podrían acelerar los tests y reducir los costes de forma sustancial.
· Podríamos establecer una operación de seguimiento similar a la realizada en China o en otros países del este asiático, donde pueden identificar a las personas con las que tuvo contacto un enfermo y ponerlas en cuarentena. Esto nos proporcionaría toneladas de inteligencia para liberar a partir de entonces nuestras medidas de distanciamiento social: si sabemos dónde está el virus, podemos centrarnos únicamente en estos lugares. Esto no es ciencia ficción, son las medidas básicas que han realizado los países del este asiático con las que han sido capaces de controlar este brote sin necesidad de las medidas draconianas de distanciamiento social que se están haciendo esenciales en otros países.
Únicamente con medidas de tests y seguimiento consiguió frenarse el crecimiento del coronavirus en Corea del Sur y controlaron la epidemia, sin una imposición fuerte de medidas de distanciamiento social.


Construir capacidad

Estados Unidos (y probablemente Reino Unido) están a punto de entrar en una guerra sin armadura.
Tenemos mascarillas solo para dos semanas, pocos equipos de protección personal (PPE), insuficientes respiradores, insuficientes camas de UCI, insuficientes ECMOs (maquinas de oxigenación de sangre)… Esta es la razón por la que la tasa de mortalidad sería tan alta en una estrategia de mitigación.

Pero si conseguimos ganar tiempo, podemos solucionarlo:
· Tenemos más tiempo para comprar todo el equipo necesario
· Podemos mejorar rápidamente nuestra producción de mascarillas, PPEs, respiradores, ECMOs, y otros dispositivos críticos necesarios para reducir la tasa de mortalidad.

Visto de otra manera: no necesitamos años para construirnos nuestra armadura, necesitamos semanas. Hagamos lo que sea necesario para aumentar nuestra producción ahora. Los países se han movilizado. La gente está siendo creativa, como al utilizar impresoras 3D para crear partes de los respiradores. Podemos hacerlo. Sólo necesitamos más tiempo. ¿Esperarías varias semanas para conseguirte una armadura antes de enfrentarte a un enemigo mortal?

Esta no es la única capacidad que necesitamos. Necesitaremos más trabajadores sanitarios lo antes posible. ¿Dónde los vamos a encontrar? Necesitamos entrenar a la gente como asistentes de enfermería y necesitamos reclutar médicos ya jubilados. Muchos países ya han empezado pero esto lleva tiempo. Podemos hacerlo en pocas semanas, pero no si todo colapsa.

Bajar el contagio en la población

La población está asustada. El coronavirus es nuevo. ¡Hay tantas cosas que todavía no sabemos hacer! La gente todavía no ha aprendido a evitar darse la mano. Todavía se abraza. No abren las puertas con el codo. No se lavan las manos después de haber tocado un picaporte. No desinfectan las mesas después de haber estado sentados.

Una vez tengamos suficientes mascarillas, también podemos utilizarlas fuera del sistema sanitario. Ahora mismo, es mejor reservar las mascarillas para los sanitarios. Pero si no tuviéramos escasez, la gente podría llevarlas en su vida diaria, evitando que infecten a los demás cuando enferman y, con un entrenamiento adecuado, podríamos reducir la probabilidad de que los que llevan las mascarillas se infecten. (Mientras tanto, llevar algo es mejor que nada).

Todo esto son formas bastante baratas de reducir la tasa de contagio. Cuanto menos se propague el virus, menos medidas necesitaremos en el futuro para contenerlo. Pero necesitamos tiempo para educar a la gente en todas estas medidas y para equiparlos.

La nota completa incluye gráficos y estadísticas interpretadas que amplían el desarrollo planteado en este “recorte” del texto completo que figura en el link.

En plena expansión de la pandemia de coronavirus en Europa y con una rápida propagación en casi todos los continentes, los casos de infectados superaron hoy los 300.000 y los muertos los 13.000, y los gobiernos de los países más afectados advierten que la situación empeorará.

El seguimiento actualizado de la Universidad de Johns Hopkins, en Estados Unidos, también informó que la pandemia se expandió a 171 países y territorios en los cinco continentes con un balance exacto de 307.341 infectados y 13.049 fallecidos, según su página web.

El dato positivo es que 92.393 infectados ya lograron recuperarse, casi 60.000 solo en la provincia china de Hubei, donde la pandemia comenzó a finales del año pasado.



China sigue siendo el país más golpeado en términos de cantidad de infectados, pero Italia lo ha superado ampliamente en número de muertos, pese a que la población de ese país europeo es mucho más pequeña y que la curva de contagio sigue creciendo con fuerza, mientras que en la potencia asiática ya se está desacelerando con ninguno o un caso nuevo local por día.

Después de Italia y China, los países más afectados por ahora son Irán, España, Estados Unidos, Francia, Alemania y Reino Unido, entre otros.


Los coronavirus conviven con la especie humana desde hace más de 5000 años; identificamos casi 40 especies de ellos y 7 eran las cepas que nos enfermaban de una manera bastante banal (resfrío común y algo de laringo-bronquitis) aunque también explican un 6% de los hospitalizados de cada invierno en EEUU y han llegado a tener una tasa de letalidad de 8% cuando irrumpen en algún hogar de ancianos. Por su amplia difusión mundial consideramos que todos hemos tenido varias infecciones por coronavirus en nuestras vidas, pero ahora nos encontramos con una especie aparentemente nueva, para la cual no tenemos protección (inmunidad). 
 
Muchas dudas surgen sobre su súbita aparición. Es probable que los profundos cambios ecológicos que viene generando nuestro modelo civilizatorio haya puesto al Covid 19 en nuestro camino en este momento. El desmonte masivo, el cambio climático y la industria agropecuaria intensiva de base química parece que pudieron condicionar su mutación y diseminación. Esta irrupción también puede ser consecuencia de una acción deliberada en el marco de la guerra comercial que Trump lleva en contra de China (altos funcionarios chinos dicen que el ejército norteamericano la propagó en Wuhan durante las 7° Olimpíadas Mundiales de Ejércitos que se realizó en esa ciudad en octubre del año pasado). Tal vez nunca sepamos cómo llegó, pero lo cierto es que este virus ya está aquí.

La preocupación y el nerviosismo generalizado se sustenta en que el impacto sanitario de la epidemia china fue muy fuerte y sobre todo muy rápida, en pocas semanas miles de personas se contagiaron y 20% de ellas requirieron cuidados médicos, el 5% cuidados intensivos y el Índice de Letalidad parece alcanzar el 3.8% de los infectados según la OMS. La población más afectada es la de personas mayores donde manifiesta cuadros de neumonía y distress respiratorio que requiere sostén intensivo lo que demanda muchos esfuerzos al sistema de salud (China construyó dos hospitales de alta complejidad para 1000 internados en 10 días). Aun así la mortalidad en el grupo de mayores de 65 años alcanzó al 15%. 

Personas con factores de riesgo como cardiopatía, neumopatías, convalecientes de otras enfermedades como cánceres, renales, diabetes, inmunodeprimidos, tabaquistas y obesos están en riesgo de hacer formas graves y morir. La experiencia de China muestra que en poco más de mes y medio fallecieron personas de frágil salud que probablemente hubieran muerto en los próximos dos años, seguramente también por la intercurrencia de alguna infección viral menor como influenza, VRS u otro coronavirus. Por suerte los niños y las embarazadas parecen no desarrollar las formas graves, pero sí diseminar la infección.

La capacidad de contagio, de diseminación, en una comunidad es muy alta y el invierno boreal parece que la aceleró muchísimo en el hemisferio norte. La gripe común tiene un Indice de Contagio de 1.3 y la gripe A (de 2009) de 1.6, es decir que de cada 100 infectados se contagian 130 y 160 respectivamente. Este coronavirus mostró un Índice de Contagio de 3, de cada 100 infectados se contagiaban 300 personas por contacto directo, persona a persona, por cercanía. Además las personas infectadas contagian a otras antes de presentar los síntomas mínimos de resfrío.

Estrategias en esta etapa

Tenemos la amenaza de epidemia con un virus de elevado contagio y alta letalidad. Sin vacunas y sin medicamentos para proteger a las comunidades las estrategias actuales tienen dos componentes (a veces superpuestos) la contención y La mitigación.

La contención consiste en tratar de evitar la diseminación del virus en la comunidad o al menos tratar de que su ingreso sea paulatino para que la cantidad de enfermos no aumente en pocos días saturando la capacidad de atención del sistema de salud. Las acciones tienen dos sentidos: 1º: Identificar los infectados para aislarlos y cuidarlos y 2º: disminuir la actividad social, aumentar el distanciamiento para enlentecer el proceso de diseminación del virus.

La experiencia mundial muestra dos grupos de países con resultados muy diferentes, una bastante buena con muchos casos pero baja mortalidad, como pasa en Taiwán, Corea del Sur y Japón y otros con mala experiencia, muchísimos casos y alta mortalidad como en Irán, Italia, España y EEUU.

Los países con malos resultados no consideraron el peligro de la epidemia y sus autoridades minimizaban la amenaza (también aquí el ministro Ginés manifestaba los primeros días de marzo que la epidemia no llegaría). Las medidas de distanciamiento en esos países fueron tardías y la población las acató cuando los muertos se contaban por cientos. Una fortaleza de nuestra estrategia es que aquí las medidas se comenzaron a tomar con pocos casos y se están acentuando en la etapa precoz de la epidemia.

Estudios de detección masivos o restringidos

Pero los países con mejores resultados tuvieron otra acción decisiva, no sólo rastreaban y buscaban a los sospechosos de infección sino que les hacían las pruebas de infección en forma masiva, algo que los países con malos resultados no hicieron. 
 
Por ejemplo, Corea del Sur en la segunda quincena de febrero tenía una red de 96 laboratorios que procesaban los hisopados nasales y orofaríngeos con PCR para identificar el virus. De esta manera identificaron no sólo a casos “sospechosos” y los mandaron a cuarentena, sino que identificaron “infectados” a quienes guardaron en cuarentena y vigilaron su evolución, logrando enlentecer la diseminación y atender mejor a los enfermos.

Estos países hoy exitosos (digamos) en la epidemia tuvieron en 2015 una epidemia de MERS con coronavirus y aprendieron de la necesidad de desarrollar estas estrategias. Ese aprendizaje no se socializó.

EEUU minimizó la amenaza, inicialmente (febrero 2020) sólo un laboratorio de CDC de Atlanta podía realizar los estudios de identificación y además usaban un kit de reactivos desarrollados por norteamericanos. El kit no funcionó, tenía exceso de falsos negativos y el procedimiento desalentaba realizar pruebas masivas, resultado: Trump creía que no había infección pero la presión de los médicos y los ciudadanos generó que el 26 de febrero se liberara la realización de detecciones a todos los laboratorios estatales y privados con capacidad técnica del país, y posteriormente se decidió que los estudios fueran gratuitos. La mala situación en EEUU hace presumir a algunos epidemiólogos que ese país podría tener hasta un millón de muertos.


Una debilidad de nuestra estrategia es que no se testea con amplitud en la población y estamos a ciegas, solo se testea a “sospechosos” que son personas con síntomas y que hayan viajado a países epidémicos. Y lo hace solo un laboratorio (el Malbrán). El pasado lunes 16 la Federación de Profesionales de la Salud (FESPROSA) le exigió al Ministerio de Salud que multiplicaran los estudios por todo el país a través de una red preexistente de 36 laboratorios con capacidad técnica de procesar los kits, pero esto aun no se realiza. Y el personal del Ministerio nos informó confidencialmente que no se iniciaron procedimientos administrativos para importar los reactivos necesarios para realizar los cientos de miles de detecciones de coronavirus que vamos a necesitar. Hay distintas propuestas técnicas, científicos argentinos proponen su desarrollo, japoneses desarrollaron un kit con resultados en 30 minutos, todo es caro, pero más caros son los muertos.

Existe una inclinación de los funcionarios políticos de manejar con reservas la información en epidemias, algo que yo presencié durante las epidemias de dengue y Gripe H1N1 de 2009 cuando era Subsecretario de Salud de la Ciudad de Córdoba. Incluso muchos plantean estas situaciones como de “guerra”, guerras en las que todos sabemos que la primera víctima es la “verdad” y la segunda la “transparencia”. Esto no es una guerra, las epidemias son situaciones críticas y catastróficas que viven las sociedades generadas en su interrelación con la naturaleza de la cual la humanidad forma parte. No es una agresión externa. Y no es aceptable no preservar la verdad y la transparencia.

Todavía estamos a tiempo de testear, porque otra de las fortalezas argentinas es que estamos en el hemisferio Sur y que aun no llegan los días fríos que favorecen notablemente el ingreso del coronavirus al organismo, porque el frío disminuye la reacción de las células de la mucosa de las vías aéreas ante la presencia del virus y estos vencen esa barrera ingresándonos masivamente. Las expectativas es que en nuestro país los casos se multipliquen desde la segunda quincena de abril.

Tomemos conciencia y hagamos la parte que nos toca …

Daniel Roberto Távora Mac Cormack



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