Miércoles
29 de Julio de 2020
Gabriel
Mariotto,
ex vicegobernador de la Provincia de Buenos Aires y referente del
partido Compromiso Federal dentro Frente de Todxs bonaerense, dialogó
con Gabriel Fernandez en Radio
Gráfica sobre
la actualidad política, el poder mediático y las necesidades de
profundizar la política del movimiento nacional y popular.
“Vivimos
en el imperio del monopolio.
Entonces no hay comunicación política del gobierno que sea buena
porque todo pasa por el tamiz del grupo concentrado”, manifestó el
ex funcionario del AFSCA, actual ENACOM. En esta línea afirmó que
“es imposible transformar sino tenemos democracia comunicacional”
y que “hay
una desatención a toda la comunicación alternativa y comunitaria”.
En relación al actual escenario
de desequilibrio informativo, el entrevistado manifestó que “hay
que construir en la agenda de discusión del frente (de todos) la
condición objetiva para que el gobierno también tenga oportunidad
de activar el eje de democratización de las comunicaciones como un
eje principal”, ya que según sus palabras muchos medios, “no
tienen nada de aproximación a lo que ocurre en cualquiera del resto
de las 22 provincias”.
El representante de la coalición
gobernante afirmó: “El frente tiene sectores conservadores,
sectores moderados y sectores línea dura, nosotros con Compromiso
Federal y Rodríguez Saá nos ponemos en la línea dura. Si todos nos
moderamos deja de ser un frente”.
Y agregó: “Hay que plantear
las alternativas para que el presidente active o no las herramientas
que el frente construye”.
Por
otra parte, Mariotto se refirió al caso de la empresa Vicentin y
sentenció: “Pidió un préstamo espurio al Banco Nación de
González Fraga”. Y admitió que la decisión del Ejecutivo solo es
un primer paso. “Me parece un buen camino, creo
que los instrumentos jurídicos habría que haberlos presentado más
rápido, pero es un paso que tiene que dar el gobierno,
el Estado Nacional, porque el Estado también tiene que tener un rol
importante en el comercio exterior”.
En
relación a este punto, ex vicegobernador de la Provincia de Buenos
Aires manifestó que hay “necesidad de un plan y de profundizar”.
Y demandó: “Hay
que terminar con la concesión de los puertos en las manos de las
cerealeras.
Creo que el rol importante lo tiene que cumplir el partido
justicialista, como el partido madre y ahí como frente tenemos que
discutir, no podemos callarnos”.
El
impulsor del programa “Fútbol para Todos” recordó que esta
política “fue un avance democratizador” y aseguró que “si
salimos de la pandemia y todo sigue igual (en relación a los
monopolios) la inequidad va a ser alarmante”. Como conclusión,
advirtió “que no nos ponga el plan el diario Clarin. El sistema te
va poniendo alternativas que son trampas”. Y afirmó: “Las
soluciones vienen del peronismo. Queremos convivir en la pluralidad
del frente”.
(
http://laseñalmedios.com.ar/2020/06/30/mariotto-el-imperio-del-monopolio/)
“¿Es cierto que se contagia a
través del mate?”, “¿Si tomo algo caliente me salvo?”, “¿Es
verdad que comenzó con un murciélago?”. En los primeros días del
covid–19 a la investigadora del Conicet especializada en
Inmunología, Soledad Gori, le llovían algunas de estas preguntas,
por parte de personas de su entorno, a las que pacientemente les
explicaba que aún faltaba mucho por saber de este nuevo coronavirus,
y que por el confinamiento se veía impedida de ir al laboratorio de
Inmunofarmacología del Instituto de Química Biológica de la
Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (IQUIBICEN, CONICET-UBA),
donde trabaja diariamente investigando la causa de los abortos
espontáneos en mujeres embarazadas.
El problema fue cuando preguntas
similares, sin ninguna evidencia, se transformaban en noticias falsas
que se propagaban por los medios de comunicación, las redes sociales
y las cadenas de WhatsApp a una velocidad aún mayor que el virus.
Así le nació la idea de contrarrestarlas, del modo que ella y sus
colegas conocen: con rigurosidad, chequeando lo que se informaba en
la opinión pública con lo manifestado en los papers científicos
disponibles.
El
proyecto dejó de ser algo individual, para transformarse en algo
colectivo. En pocos días, al inicio de la cuarentena, reunió a
quince colegas y conformaron el equipo Ciencia
Anti Fake News,
a las que se sumaron luego colaboradores y colaboradoras externas,
que hacen aportes complementarios a la tarea de chequear fake news.
“Ahora miro para atrás y ya desmentimos más de cien noticias
falsas –expresa Gori, cuatro meses después–. Hicimos mucho más
de lo que imaginé”.
Todos provienen de las áreas de
Ciencias Biológicas y de la Salud y Ciencias Exactas y Naturales, en
algunos casos además cumplen tareas como voluntarios y voluntarias,
analizando muestras diarias de diagnóstico de coronavirus. La
contribución de la ciencia puede ser enfocada en la investigación y
los descubrimientos empíricos, pero en una pandemia es igual de
importante el chequeo y la confirmación científica de la
información publicada. Cualquier falsedad que se vuelva masiva puede
provocar relajos, amenazas o equivocaciones en el tipo de protección
de la población, lo que en el caso de un virus tan contagioso como
el actual, puede llevar a una multiplicación de casos en escaso
tiempo.
“Cuando empezó la pandemia,
convencidas de que la ciencia tiene que estar al servicio de las
necesidades de la población, rápidamente nos organizamos y llamamos
a nuestros contactos del universo científico. Se nos ocurrió
ofrecer nuestros conocimientos al organismo que nos nuclea a todos,
el Conicet. Podía ser una buena manera de colaborar”, relata Belén
Almejun, la primera en ser convocada por Gori, y también
investigadora en el Laboratorio de Biología Molecular y
Endocrinología del IFIBYNE.
En pocos días, el equipo se
organizó en tres comisiones: una para detectar y jerarquizar fake
news, otra para chequear su veracidad rastreando en papers y páginas
de organismos oficiales, y la tercera para convertir la información
científica en una explicación sintética con el foco puesto en el
público no especializado. Gori apunta: “Una de las cosas que nos
une a todos y todas es que no queremos que la ciencia tenga un lugar
individualista, apartado, encerrado en el laboratorio y que parece
que no le importa nada de lo que pasa alrededor”.
El equipo de Ciencia Anti Fake
News chequea la veracidad de entre cinco y siete noticias por semana.
Una de las primeras fake news que desmintieron, por ejemplo, fue la
que circuló en cadenas de WhatsApp y aseguraba que lavar las fosas
nasales con solución fisiológica disminuía el riesgo de contraer
coronavirus. Otra fake news muy instalada era la que postulaba que el
coronavirus había sido diseñado en un laboratorio. Para
desmentirla, los científicos y científicas pudieron rastrear que
“las evidencias científicas publicadas en la prestigiosa revista
Nature indican que es altamente improbable que el nuevo coronavirus
causante de Covid-19 surgiera de la manipulación humana. La familia
de coronavirus puede rastrearse hasta hace mil años atrás y, si
bien la actual es una cepa nueva, las características de su material
genético respaldan que tiene un origen natural y no artificial (…)
múltiples estudios (se destaca uno de 2007) alertaban sobre los
peligros de un reservorio de coronavirus en murciélagos y el consumo
de animales exóticos como una ´bomba de tiempo´ en China,
reforzando la idea de un origen natural del virus”.
El siguiente paso fue un convenio
entre el CONICET y la Agencia de Noticias Télam, y así surgió la
plataforma Confiar, un sitio que en tres meses ya tiene más de 150
mil visitas, y que se basa en dos secciones principales: Fake News y
Verdadero/ Falso, en la que se detallan (y comprueban) diversos
hábitos y mitos que existen en torno a la pandemia. Por ejemplo que
es verdadero que la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC)
esté asociada a un empeoramiento del cuadro por COVID-19. Una
tercera categoría es Apresurado, que se utiliza para las cuestiones
que aún se están investigando y de las que todavía no se puede
asegurar que sean verdaderas o falsas. Es el caso de la posibilidad
de que las embarazadas tengan más riesgo de presentar cuadros
severos de Covid–19.
La siguiente alianza fue
audiovisual, a través de un trabajo conjunto con la TV Pública:
elaboraron 22 micros televisivos en los que comunican toda la
información veraz y chequeada sobre el virus. Se emiten de lunes a
viernes, durante las tardes, en los cortes del programa Seguimos
Educando. Lo próximo serán "cápsulas animadas", con la
información en formato de Verdadero o Falso, que difundirán a
través de las redes sociales del Conicet los lunes, miércoles y
viernes de julio y agosto.
“Recién ahora pusimos
verdaderamente la lupa en lo peligrosas que pueden ser las fake news,
aunque vienen desde hace varios años”, sostiene Gori, convencida
de que la desinformación es casi tan peligrosa como el nuevo virus.
Y advierte que “en una pandemia, una fake new es grave porque
repercute en la salud y en lo que hay que hacer como sociedad para
prevenir la expansión del virus. Hoy hay una mezcla de información
falsa que no tiene intencionalidad, y otra que es fake que sí tiene
una intención detrás de quien la genera y la comparte”.
Una nota que escribió el
investigador del Instituto de Cultura y Comunicación de la
Universidad Nacional de Lanús, Pablo Méndez, explica que las fake
news tienen un modus operandi bien determinado: consiste en
sensibilizar, viralizar y condicionar. En la parte de condicionar y
sensibilizar, tratan de que la persona empatice o refuerce algo que
ya pensaba de antes, quizás un prejuicio. "Es decir que el
objetivo no es solo desinformar sino exacerbar una sensibilidad
previa”, subraya Gori, que empezó a leer e investigar sobre las
fake news un tiempo antes de la pandemia, de manera autodidacta y
guiada por su curiosidad, a la par del trabajo en el laboratorio y de
dar sus primeros pasos en divulgación científica como columnista de
ciencia y feminismo en la radio de Feminacida. Así se enteró de que
el término fake news había sido elegido como el vocablo del año
por el diccionario de Oxford, en 2017. También supo que se habían
publicado un puñado de libros sobre posverdad y algunos científicos
y científicas comenzaban a analizar las fake news vinculándolas al
mundo de la política.
Un problema es la difusión de
noticias con material de resultados "preliminares", como
fue el posible efecto perjudicial que podía tener el uso de
medicamentos antihipertensivos en pacientes con covid–19, que
implicó el riesgo de que los dejaran de tomar, cuando después se
comprobó que no sólo no eran perjudiciales, sino que en algunos
casos hasta fueron beneficiosos.
El plan a futuro es dar con el
origen de las fake news que analizan. Dónde o quién generó cada
pieza falsa. Claro que hay grandes preguntas aún sin explicación
posible. Como los correos que suelen llegarles, inquiriendo si toda
la población se va a contagiar de coronavirus en algún momento.
Almejun, que coordina la comisión que recaba las evidencias
científicas, acota: "Son preguntas del tipo ¿el mundo se va a
acabar? No hay un paper que pueda contestar eso. Le dimos vueltas y
vueltas pero nos excede: no sabemos si eso va a ocurrir. Ahora le
estamos buscando respuesta con asesoramiento de la Sociedad Argentina
de Infectología”.
(
https://www.tiempoar.com.ar/nota/un-equipo-del-conicet-ya-desmintio-mas-de-cien-fake-news-sobre-el-coronavirus
)
No
hay mal que por bien no venga
Pese
a la tristeza que todo mal comporta, el cerebro humano, fuente de
sabiduría y de maldad a un tiempo, se las compone siempre para
hallar un halo de esperanza.
Nos
lo indica el refrán que encabeza este escrito y nos lo muestra ese
virus que no se ensaña tan solo con la gente mayor, a la que en todo
tiempo el menor soplo arrebata la vida, sino también con las capas
más pobres de esta civilización de la opulencia forjada bajo la
égida del pensamiento capitalista.
A
quien esto escribe le gustaría que la gente común se fijase en algo
de lo que seguidamente señala.
En
primer lugar, la inhumanidad de quienes priorizan sus negocios a la
salud de la población. La de quienes se oponen a las restricciones
decretadas por diversos gobiernos con el fin de evitar que se expanda
la pandemia hasta el punto de saturar los servicios médicos.
En
el modo de pensar de esa oposición, gente para trabajar hay mucha,
luego no hay por qué preocuparse por si enferman quienes laburan. Y
tampoco porque pueda contagiarse o incluso morir quien entre en sus
locales, sean comercio, almacén, fábrica, lugar de ocio, o lo que
sea. “No, no hay por qué quedarse en casa. La vida es riesgo”,
dicen. Y sí, lo es. Sobre todo, para la gente pobre, que es quien
trabaja en esos negocios y no quienes los poseen.
Y
la pregunta que nos viene a la cabeza es: ¿Vamos a seguir admirando
a esa gente que vive a expensas del trabajo y riesgo ajenos? ¿Vamos
a querer medrar económica y socialmente para pensar y ser como
quienes constituyen esas capas sociales explotadoras de las pobres?
Otra
cosa que también merece ser reflexionada y nos muestra esa “bendita”
pandemia es la fragilidad de los medios de vida de gran parte de la
población mundial. Y no nos referimos solamente a quienes viven de
trabajo precario, que son una infinidad, sino a todo “esclavo feliz
por servir a un amo rico”.
Sueldos
que daban lo justo para vivir y aun suficiente para presumir en
algunos casos, van a desaparecer con el cierre de pequeñas y
medianas empresas. No es algo que pueda ocurrir, sino que ya se está
produciendo y se va a incrementar por la caída en picado de eso que
eufemísticamente denominamos “economía”, pero que en realidad
designa los negocios de la clase dominante.
Que
la vida de toda una humanidad dependa de que una minoría viva
espléndidamente le parece a quien esto escribe una flagrante
injusticia que merece ser condenada y erradicada.
¿Qué
porcentaje de la población mundial piensa actualmente en buscar
formas de vida libres de esa esclavitud que el COVID19 nos evidencia?
¿Habrá mucha gente que se lo plantee a partir de ahora, o seguirá
el capitalismo seduciendo a las grandes masas con los oropeles que
ofrece el consumismo? No perdamos la esperanza y pensemos que alguien
habrá.
Y
una cosa más. En esta parte del mundo que consideramos desarrollada,
con gentes mayoritariamente instruidas, las recomendaciones de la
clase médica son desoídas por gran parte de la población. La gente
se reúne en cafés y bares, en reuniones familiares y de amigos y en
lugares de ocio como cines, teatros y discotecas y anda por la calle
sin la recomendada mascarilla, con riesgo de contagiarse y de
contagiar.
Cuando
ante una tal conducta nos preguntamos por la causa, la primera
palabra que nos viene a la cabeza es irresponsabilidad. La gente no
parece sentirse responsable de cómo sus acciones repercuten en el
resto de la sociedad. El individualismo ha alcanzado cotas tan
elevadas en el modo de pensar colectivo que los demás importan un
bledo a la mayor parte de la gente.
“Si
se muere la gente vieja, que se muera; total para lo sirve”. “Si
enferman quienes trabajan, da igual; en su lugar, otro u otra”.
“¿Que el personal médico y sanitario se tiene que dejar la piel
para sanar a cuanta gente pueda? Pues bueno, es su trabajo, ¿no?”
Cuanto
acabamos de ver y muchas observaciones más que no caben en este
escrito nos mueven a pensar que esta humanidad, atacada hoy día por
el COVID19 padece, además, un mal mucho peor, que es el desamor.
Con
una cortedad de pensamiento que denota una clara estulticia, la mayor
parte de la gente se ama a sí misma y desprecia a la demás. Como si
fuésemos autosuficientes, como si la subsistencia de todo individuo
no dependiese de la del resto de la sociedad.
¿Qué
esperamos de un tal modo de vivir? Prescindimos y aun despreciamos
valores humanos como la solidaridad y la empatía. Adoramos el
materialismo, la codicia, la violencia. Despreciamos la sabiduría.
Hasta las bestias más bestias pronto nos superarán.
¿Será
verdad que ese COVID19 ha venido para ayudarnos a reflexionar?
Ojalá
que así sea. + (PE)
El
Gobierno
tiene previsto enviar el proyecto
de reforma
judicial
esta semana al Senado
que contempla, entre otras cosas, una reestructuración profunda del
fuero federal. Según una encuesta
realizada por Analogías el 77% de los consultados estuvo de acuerdo
con mejorar el servicio de Justicia
por medio de una modificación de raíz.
Ante la pregunta de "¿Cree
usted que es necesaria una reforma del Poder judicial para mejorar el
servicio de Justicia?" el 60,8% indicó que "mucho"
mientras que el 16,4% "bastante". En tanto que el 7,4%
creyó que "poco", mientras que el 8,6% "nada", y
NS/NC 6,7%.
Analogías obtuvo estos
resultados al tomar 2.902 casos con entrevistas telefónicas, entre
los días 24 y 25 de julio de 2020 distribuida entre las 24
provincias y analizó diversas categorías como sexo, edad, nivel
educativo y distribución por localidad. Posee un nivel de confianza
del 95%.
El proyecto oficial
La propuesta llegaría a la
Cámara de Senadores este miércoles. Se conformaría una nómina de
juristas de diversas tendencias políticas que estudiarán las
modificaciones estructurales y normativas para los tribunales.
Entre otros cambios se
duplicarían los juzgados federales a raíz de la nueva composición
de lo que se llamaría fuero Federal Penal por el plan de fusión de
los tribunales criminales con los penales económicos.
El Uróboro, ese símbolo antiguo
representado por la figura de una serpiente o un dragón enroscado
capaz de engullir su propia cola, remite
a la idea de la naturaleza
cíclica de las cosas
y a la idea del eterno retorno. En este sentido, ambas
interpretaciones se refieren a la concepción de la existencia como
un ciclo que siempre recomienza, y cuya continuidad consiste en un
constante renacer como, por ejemplo, lo que se observa en el ciclo de
las estaciones del año.
De allí que el ouróboros
también se asocie a la naturaleza cíclica del tiempo, donde el
instante presente es eternamente devorado por el instante futuro,
constituyendo una secuencia infinita de instantes que mueren y
renacen a cada momento.
Ouróboros e historia
La antigüedad del símbolo del
ouróboros se rastrea tres mil años atrás en la historia humana.
En el Antiguo Egipto, por
ejemplo, se guarda testimonio del ouróboros en un jeroglífico de la
cámara mortuoria de la pirámide de Unis. Asimismo, expresiones
semejantes del ouróboros se encuentran en la Antigua Grecia o en las
mitologías nórdicas.
En este sentido, un mito conexo
al del ouróboros es el de Sísifo, personaje de la mitología griega
condenado al inframundo, cuyo castigo consistía en la penosa tarea
de empujar cuesta arriba, hasta la cima de una montaña, una roca
que, cuando estaba a punto de llegar al tope, rodaba nuevamente hasta
el pie de la montaña, obligando a Sísifo a recomenzar su labor
nuevamente, así durante toda la eternidad.
El ouróburos también se usó
por los antiguos alquimistas para representar sus búsquedas por la
eternidad como, por ejemplo, en el deseo de encontrar la panacea
universal o la piedra filosofal.
La simbología iconográfica del
oróboros como tal, está presente en todas las culturas antiguas. En
el caso del ouróboros en mesoamérica prehispánica, el animal
serpiente/dragón es reemplazado por Quetzalcóatl, la serpiente
emplumada que adoraban las civilizaciones maya, azteca, olmeca y
tolteca.
Ouróboros en nuestro tiempo
La iconografía nos trae siempre,
como recordatorio la temporalidad fugaz de la presencia humana que ha
trascendido generaciones en sus experiencias similares y análogas,
imágenes de riquezas simbólicas que remiten a significados comunes
a otros tiempos, pero también la posibilidad que los imaginarios de
épocas permiten atribuir como marca propia. ¿O no es eso lo que se
representa de alguna forma en una criatura que no se distingue “a
si mismo” siendo capaz de “engullirse”?
En estos tiempos de tanta
subjetividad manipulada e intentos de “controlar” la mente y las
emociones humanas además de sus acciones, es interesante notar y
hacer notar que ciertas imágenes y símbolos nos devuelven esa
tensión entre lo particular y lo universal, lo propio y lo ajeno, lo
mortal y lo inmortal … un ciclo que se repite distinto … un nuevo
período que no es exactamente la copia fiel del anterior y que
determina de complejas formas los cíclos que se sucederán a este.
La pandemia nos pone frente a la
conciencia esa posibilidad de percibir las tensiones que en el
presente van dibujando las transformaciones que producirán las
realidades de época por venir.
Como serpientes que comen su
propia cola sin distinguir el limite y las fronteras entre su propio
cuerpo y el del alimento que sacia su hambre, la oposición en
Argentina, encabezada fundamentalmente por los medios de comunicación
de mayor impacto, parecen caer en el sentido de esta representación,
en tanto y en cuánto la imposibilidad de desandar un entramado
retorcido sobre mismo del que no pueden despegar y que les encuentra
en claros intentos por desestabilizar al gobierno que inició su
mandato por voluntad popular el 9 de diciembre pasado y que se ve
forzado a gobernar en medio de una situación de pandemia inédita y
tremendamente compleja, que sin embargo, no les impide sostener sus
falsos argumentos frente a un publico confinado o que realiza tareas
esenciales, confundido y temeroso frente a un virus mortal y
contagioso que pone en la superficie todos los males que veníamos
arrastrando como planeta y como sociedad latinoamericana y país.
Denuncian presiones,
hostigamientos y ataques a la prensa desde los mismos medios que se
autovictimizan, informan selectivamente sobre los acontecimientos y
amplifican aquellos que cuestionan las medidas de gobierno o que
remiten al pasado “K” en tiempos dónde la injusticia que no
entiende de grietas o banderías o mejor dicho, que entiende tanto
que cree que puede someter a la política a costa de “Ponerse del
lado del que gobierna” olvidando la constitución y los derechos,
aún y cuándo, para quienes sostenemos en mucho las iniciativas e
ideas de este gobierno, nos resulte “bueno” que los Dujovne,
Bulrich, Dietrich y Macri, deban rendir cuentas en tribunales sobre
los hechos anti-nacionales y anti-democráticos de su gestión, pero
también, debemos advertir que una justicia antojadiza, que hoy se
pone de un lado y mañana del otro como ayer estuvo allí, no es una
Justicia sino parte de la confrontación en torno a los poderes e
instrumentos que, mas allá de las apetencias o interpretaciones que
cada quién pudiere tener, impide el ejercicio genuino del principal
objeto de ser del servicio de justicia en una democracia … el de
igualdad ante la ley. Y pone nuevamente en el debate, la gravedad
institucional que representa la judicialización de la política en
tanto y en cuánto no existen consensos básicos respecto a que
aspectos constituyen la identidad nacional y deberían ser excluidos
del juego de las diferencias entorno a la administración de la cosa
pública y al uso de las herramientas que, constitucionalmente, se le
atribuyen al Estado Nacional en sus formas democráticas,
republicanas y Federal de gobierno. Siendo así, igualmente
instrumento de “lawfare” aún y cuándo ahora se persiga a los
“otros” de los nuestros y eso nos dé algo de fugaz alegría,
que, sin embargo, en el fondo, es otro giro del Uróboro comiendo su
propia cola.
El Lastre en la Justicia
“Un poder dañino, concentrado,
como el de Comodoro Py, el de los jueces federales, se va a ver
subsanado radicalmente con la licuación de ese poder y con la
democratización y la desconcentración del sistema”, dice con
entusiasmo León Arslanian, uno de los juristas que integrarán el
equipo de 11 asesores y asesoras “notables” que eligió Alberto
Fernández para complementar el proyecto de reforma estructural del
sistema judicial federal que enviará al Congreso. Al consejo de
especialistas, que será presentado este miércoles oficialmente, le
tocará elaborar propuestas sobre la Corte Suprema, el Consejo de la
Magistratura, el sistema procesal acusatorio y el juicio por jurados.
Arslanian dice que le parece “correcta” la integración de la
comisión, que recibió críticas por tener “mayoría oficialista”
y que, además, sólo hará propuestas que se podrán transformar en
proyectos de ley a debatir con la oposición en el Congreso. “Ampliar
o no la Corte será fruto de una discusión y del intercambio de
opiniones”, dijo.
En el Consejo de la Magistratura,
advirtió, “se ven cosas escandalosas” y “hay que revisar su
funcionamiento” y tal vez su integración.
El ex ministro de Justicia, ex
ministro de Seguridad bonaerense, ex camarista federal, habló con
esta cronista en el programa Gente de a Pie, en Radio Nacional, y
alertó sobre la continuidad del “lawfare”. Dice que los jueces
federales tienen más poder que los supremos y que “han estado 20
años bajo influencias de operaciones, prebendas y remuneraciones”.
-- ¿Qué lo lleva a sumarse a
esta comisión que tendrá que opinar sobre temas tan calientes en
materia judicial? Ya es común que se armen comisiones y las
propuestas queden en el camino.
-- Llevo una vida dedicada al
quehacer judicial, ya sea desde la magistratura, desde la cátedra, y
hacía mucho que no se planteaba una oportunidad como ésta, un
intento de trazar una política pública en materia de sistema
judicial, con los temas más importantes. Por mi simpatía política
y mi aprecio por el Presidente, para mí es una distinción
importante hacerlo.
La conformación de la Corte
-- ¿Qué es lo que habló hasta
ahora con Alberto Fernández sobre la reforma? Un punto que llama la
atención es que cuando asumió, dijo que no tenía intención de
modificar el número de jueces de la Corte y ahora eso aparece como
posible.
-- El número de ministros de la
Corte es apenas un capítulo en un listado de temas. No creo que se
trate de una cuestión esencial. De lo que venimos hablando es de la
necesidad de hacer una puesta a punto y un aggiornamiento de
instituciones que ya tienen muchísimos años. Por ejemplo, el código
que rige actualmente y a través del cual se están haciendo los
juicios orales y públicos fue el fruto de procedimientos que yo
impulsé cuando fui ministro de Justicia en el gobierno de Carlos
Menem, y ya ha pasado mucha agua bajo el puente. Ha cambiado el
sistema penal por un sistema donde se le dan totales prerrogativas al
ministerio público para la investigación, para la persecución.
Todo eso demanda cambios y miradas cuidadosas sobre lo que merece ser
mejorado. La Corte tiene dificultades serias, demoras en la
resolución de los asuntos, está atiborrada de expedientes.
-- Igual no se va a salvar de mi
pregunta sobre si hay que ampliar el número de jueces de la Corte.
-- Eso va a ser fruto de una
discusión y del intercambio de opiniones que tengamos (en la
comisión). El único sentido que puede tener aumentar el número de
ministros de la Corte es si va a ser dividida en salas (por
especialidad). Una Corte de nueve jueces, para que tarde más la
circulación, no me parece más funcional. Hemos vistos de siete y de
nueve, y la verdad es que la diferencia no hace a la esencia del
trabajo. Si hablásemos de salas, se necesita un mayor número de
personas. En derecho comparado, puede haber argumentos para aumentar
el número, no es que yo lo propicio. Colombia tiene 23 miembros,
Chile tiene 21, Italia tiene 27, Francia 27, el Tribunal Supremo de
España, donde está Enrique Bacigalupo que integrará esta comisión,
aunque ahora se jubiló, tiene 79 miembros.
-- ¿Y cómo funcionan? ¿Son
buenas cortes?
-- Sí, sin duda, claro que lo
son.
-- ¿Cómo definiría a la Corte
actual en una palabra o una frase?
-- Es una buena Corte. Son
personas que están fogueadas, que tienen trayectoria y han ido
produciendo buenas decisiones. No tengo ninguna objeción.
El consejo de asesores
-- ¿Cómo evalúa las críticas
a la integración de la comisión asesora por tener “mayoría
oficialista”, como la definieron algunos medios? Se puso el foco,
además, en la designación de Alberto Beraldi, por ser el abogado de
Cristina Fernández de Kirchner.
-- Me parece correcta la
integración. No hay que perder de vista la naturaleza de la
comisión, para qué sirve, qué objetivo tiene. El informe que
podamos producir es un informe para el Presidente a los fines de que
tome decisiones en materia de política judicial, que después verá
él y su equipo de trabajo si les gusta o no, tomar lo que les
parezca aprovechable. Eso se podrá traducir probablemente en
proyectos de ley. Y en todo caso ahí la ley irá al Congreso y
habrá, con la oposición, la discusión que se debe tener para hacer
una reforma de estas características. Me parece que hay una
confusión sobre la función de la comisión. Se le adjudican roles
más sustanciales de los que va a tener.
-- Pareciera que se insiste en
instalar la idea de que Cristina está detrás. ¿Usted habla con
ella?
-- Se quiere instalar esa idea.
En esta oportunidad aún no hablamos. Alguna vez sí hablamos de la
Corte, pero no ahora.
El lawfare en Argentina
-- ¿Sigue vigente el “lawfare”
en Argentina?
-- Sí, y es uno de los graves
problemas que hay. La reforma sobre la Corte y las otras
instituciones, como el Ministerio Público Fiscal, va a tener la
virtud de ir corrigiendo cualquier desviación que exista. Forma
parte también de la reforma que se presentará para el fuero
federal. Por ejemplo, un poder dañino, concentrado, como pudo haber
sido el de Comodoro Py, el de los jueces federales, se va a ver
subsanado radicalmente con la licuación de ese poder y con la
democratización y la desconcentración de ese sistema. Todo poder
concentrado es dañino, tiende a producir resultados indeseados.
-- Con ese criterio uno también
puede pensar que sólo cinco jueces en la Corte (donde define una
mayoría de tres) es un poder concentrado.
-- Sí, pero el tema es distinto.
La competencia en materia penal es una de las tantas de la Corte y,
además, un juez de instrucción tiene mucho más poder que un
ministro de la Corte. Puede meter preso a cualquiera, privarlo de
bienes, incautar, allanarle la casa, puede producir acciones lesivas
de bienes jurídicos de alta importancia. No es lo que hace una
Corte. Cuando la opinión pública empiece a conocer sobre qué temas
va a versar la reforma y cuando vea el capítulo Corte, advertirá
que es extraordinaria la cantidad de temas. Uno será establecer la
obligatoriedad de la doctrina legal emanada de la Corte. Hoy la Corte
dicta un fallo, y resulta que ese fallo resuelve un caso, no los diez
mil que están atrás. Luego la reforma del recurso extraordinario,
la denegación in limine que permite desechar tratamiento de casos
sin entrar en consideraciones, lo cual está bien, porque debe ser un
tribunal de garantía constitucional. Por eso la Corte de Estados
Unidos elige sólo algunos casos al año. Hay que regular el amicus
curiae.
La competencia originaria.
-- Volviendo al lawfare, ¿cómo
se lo describe a alguien que no conoce el tema?
-- Diría que los jueces
federales han estado 20 años bajo influencias de operaciones,
prebendas y remuneraciones. Se ha establecido una verdadera cultura
de esto, que impregna a los decisores. Lo que no quita que hay buenos
jueces. Se advierte que esto sigue vigente en las vinculaciones, los
contactos, hay sedimentos. Por eso tiene que haber un corte radical.
Es muy buena la reforma del fuero federal, desconcentrar, es la
manera de limpiar. Después, no habrá mucho lugar a operaciones.
-- ¿Hay causas armadas bajo esa
modalidad?
-- Por ejemplo, yo no sé si (el
ex ministro de Transporte) Guillermo Dietrich es responsable o no,
pero un procesamiento dos días antes de la jubilación del juez me
genera dudas. Debería estar de licencia dos meses antes. Cambió el
gobierno pero el sistema tiene efectos ultractivos en razón de
relaciones consolidadas en el tiempo.
La figura del arrepentido
-- ¿En qué medida el uso de
“arrepentidos”, figura que se arraigó por ley durante el
gobierno de Mauricio Macri, colaboró con el armado de causas?
-- El arrepentido es una
institución nefasta porque es un personaje que hace todo con tal de
obtener una ventaja procesal. Se lo deja preso un tiempo,
“mardurando”, se lo llama de nuevo a declarar, y así hasta que
le dicen que para obtener lo que quiere, falta que mencione alguna
pieza. Sobre la base del arrepentido se construye una responsabilidad
penal que no se puede sostener. El arrepentido una vez que obtuvo la
libertad, va y se desdice.
-- Con este criteiro, ¿se
podrían caer algunos casos elevados a juicio, como el de los
cuadernos?
-- Es posible. Seguramente en el
juicio habrá impugnaciones. A los tribunales de juicio les tengo más
confianza que a los jueces de instrucción. No fueron víctimas de
transas y arreglos. Y los juicios son públicos, hay control.
El espionaje ilegal
-- ¿El espionaje que se está
conociendo es parte de esa trama de relaciones entre servicios de
inteligencia-Poder Judicial que antes mencionaba?
-- No conozco en detalle la
investigación por espionaje. Pero es cierto que esa relación
existe. Hay dos alternativas: una sería echar a todos y empezar de
nuevo. No se va a hacer eso. Entonces el tema es desconcentrar y que
haya gente nueva a la que el sistema no se haya comido. La reforma
apunta a eso. En la provincia me pasó este fenómeno (con la reforma
policial): el problema tenía una dimensión tan importante que la
única manera era limpiar los cuadros de mando, llegando a niveles
más o menos bajos para reconstruir a partir de eso. Generando en la
segunda gestión una nueva policía, tiene semejanzas.
Juicio por jurados
-- ¿Se va a poder instalar el
juicio por jurados en la Nación?
-- Creo que sí, es perfectamente
posible. No con la pretensión de que reemplace a los jueces
técnicos, sino que sea una herramienta de decisión de casos que va
a satisfascer una demanda constitucional que no se tuvo en
consideración.
El Consejo de la Magistratura
-- ¿Por dónde debe pasar la
reforma del Consejo de la Magistratura?
-- Es un despropósito el
Consejo, el Poder Judicial está plagado de vacantes que obedecen a
la tardanza en resolver la selección de los jueces y esto es
disfuncional. Se trata de ver dónde están los problemas, el cuello
de botella.
-- ¿Cuánto pesa la política en
eso?
-- Pareciera haber una
sobre-representación política. Porque el Senado opina cuando da el
acuerdo a los jueces, tiene su espacio definido. Tiene su
participación. Hay que revisar el funcionamiento porque no pueden
tardar dos años en discernir un concurso. Si esto es así,
deberíamos decir que no se mejoró nada respecto del sistema de
designación de jueces anterior. Hay cosas escandalosas. La manera en
que se pondera… conozco mujeres que han sacado 99 puntos sobre 100
y por supuesta falta de antecedentes las dejan afuera. Se deberían
ponderar otros rubros. Hay varios casos. Hay vacantes en el fuero
federal hace tres años. Debería ser un reloj el Consejo y estar
insospechado.
--¿Hay que ampliar o reducir los
13 miembros actuales del Consejo?
--La constitución dice quiénes
deben estar representados, no la cantidad. Quizá haya que cambiarla,
hay que evaluar, respetando el equilibrio para que no pierda su razón
de ser. Se trata de que garantice ecuanimidad de juicio y elecciones
con criterios objetivos.
Con algunas diferencias, el
Batallón 601 del Ejército -poderoso en las dictaduras y disuelto
por el gobierno de Alfonsín- tuvo muchas semejanzas con la mesa
judicial presidida por Macri. Esta última atacó política y
moralmente a Cristina Kirchner, y aquel batallón buscaba destruir la
resistencia peronista.
l espionaje criollo, como
producto local, no deja de ser dependiente, como lo somos en muchas
de las demás áreas del conocimiento o de los insumos que requerimos
para el desarrollo. Hay que salir a comprarlo o aprenderlo afuera.
Eso sí, la CIA siempre ofrece ayuda.
Encontré ciertas semejanzas y
diferencias, entre estas organizaciones dedicadas al espionaje, entre
el batallón 601, disuelto durante el gobierno de Alfonsín y la mesa
judicial presidida por Macri.
La primera diferencia surge
claramente; Alfonsín, un demócrata, vino a restablecer el estado de
derecho luego de la vigencia ilegítima de la dictadura 76-83; Macri
vino a reinstalar la discrecionalidad por encima del Derecho.
Pero, la misión de ambas
organizaciones espías se parecen en demasía y la idea con que
fueron concebidas también. El batallón 601, en época de la
dictadura militar fue su “sistema nervioso”, como se animó a
denominarlo un oficial de la fuerza. La mesa judicial la
planificación en equipo, casi como un grupo de tareas.
Las deliberaciones y decisiones
del batallón 601 no eran necesariamente de conocimiento público,
las de la mesa judicial tampoco, pero las filtraciones objetivables
desde los hechos, mantienen al día de hoy algunos parecidos
La mesa judicial tenía el
objetivo de destruir política y moralmente a Cristina de Kirchner.
El batallón 601 a la resistencia
peronista.
Pero tanto uno como otro para
retacear derechos a las mayorías.
El paralelismo de lo que se
quería destruir marca la gran similitud de la que hablamos.
Para ello la mesa judicial
dibujaba listas negras que según su vinculación con la realidad,
las víctimas aparecían con gran sentido de la oportunidad, eran
perseguidas y difamadas, además de servir como columnas de humo para
ocultar las transgresiones y tráfico de influencias del gobierno de
derecha de Macri.
El batallón era en todo caso más
drástico, aunque también con listas negras enriquecidas por lo que
aportaba la tortura, cuyo objetivo se proponía hacer desaparecer y
asesinar.
El propósito de la mesa apuntaba
a lo político hasta aplastar a los dirigentes populares sobre todo
los de origen kirchnerista, buscando mediante la denuncia, cercar a
Cristina Kirchner hasta condenarla, simulando las formas procesales
señaladas por los periódicos de máxima circulación, tal como
caricaturas de un país normal.
Eso sí, arrastraban una
discrecionalidad que hacía añicos a cuanto código o práctica
jurídica vinculada con la ley, se opusiera a sus oscuros designios.
Uno terminaría pensando que no
es que la historia se repite, son los modos autoritarios los que
saben que con la fuerza bruta de su lado no es necesario innovar el
statu quo de la política nacional.
La maldita seguridad …
Durante cuatro años pareció que
la inseguridad urbana había sido solucionada en el contexto del
gobierno neoliberal de Mauricio Macri, pese a que la violencia
institucional y los casos de violencia de genero, violencia y muertes
en ocasión de robo y asesinatos de otra índole, aumentaron respecto
a los registrados durante el tiempo mas álgido de la “propaganda”
anti “k”, que utilizó el tema como parte de la “agenda de
guerra” con la cual los monopolios propiciaron el desgaste del
gobierno popular de Cristina de Kirchner que generó las condiciones
necesarias para el arribo de Macri a la Casa Rosada.
En medio de los escándalos por
el espionaje del Estado, los casos de “violencia institucional”
recrudecen y la violencia contra Jubilados que salen a matar para
defenderse ocupan espacios centrales en tiempos de “encierros
pandémicos” y desplome de la economía globalizada … son los
mismos intereses financieros que descreen de los Estados Nacionales y
pretenden someter toda administración de Justicia a los estándares
que impone una geopolítica colonial e Imperial que no alcanza a
comprender las demandas de época de las sociedades del planeta.
Que la violencia urbana devela
una cara de las falta de transparencia y buenas prácticas del
ejercicio del Servicio de Justicio que recae en uno de los poderes
del Estado: El poder Judicial, es por demás evidente. Sin embargo,
el discurso de los medios llama a que se crea que la responsabilidad
es de la política y del gobierno que administra el Ejecutivo. Este
se hace cargo y pone en agenda la reforma judicial, a la que esos
mismos sectores que atizan el fantasma de la violencia urbana, las
puertas giratorias de la justicia y las banderas de que los
“derechos” de los delincuentes valen mas que el de los “honestos”
y “trabajadores” de la patria, se oponen con el “argumento”
de “coptar” la justicia o inmiscuirse en los atributos y
funciones de un poder independiente …
Otra vez la imagen del ouróburo.
Otra vez el ciclo sempiterno de los poderes anti-populares manejados
de modos masivos en la falsa idea de libertad individual … Un nuevo
ciclo de un sector minoritario de argentinos, asociados con los
intereses transnacionales del financierismo y de la embajada de los
EEUU imponiendo su mirada. Otra vez la invitación a que la sociedad
argentina se devore a si misma.
Daniel Roberto Távora Mac
Cormack
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