Lunes 13 de Julio de 2020
Una de las formas por las cuales
puede ser pensada la realidad que nos toca vivir y de la que formamos
parte constitutiva, tiene que ver con el armado de alguna base
filosófica, razonada y que intenta algún tipo de completud, aunque
se sabe incompleta, dónde precisamente se pueda pensar las
diferencias entre los datos que surgen de la información y las
interpretaciones que llenan esos huecos, esas faltas imposibles que,
como elecciones del libre albedrío individual completan los modelos.
Estos modelos son abstractos, generales y sin demasiados elementos
concretos mas que los conceptos en los que esos elementos pueden ser
incorporados.
Un análisis de este tipo puede
ser completado, con contenidos que surgen de la información y la
datos, y que le dan el carácter de teoría o análisis solo creíble
cuándo en la realidad se verifica o al menos no se permiten
contradicciones evidentes.
Una combinación lograda de
ambos, con las que se puede coincidir o pensar alternativas de
análisis o interpretación pero que, no ofrece contradicciones y no
permite a la razón, identificar mas que una articulación racional
de datos, información y hechos, estructurados en ese “algún”
modelo filosófico que le sirve de esqueleto, para sostenerle en pie
frente a la realidad percibida, pensada y experimentalmente vivida.
EL VASO POR LA MITAD
Hay quienes verán el vaso medio
lleno y quienes dirán que está medio vacío. De cada respuesta se
seguirá una descripción de la personalidad del observador. En
realidad, si está por la mitad, ambas respuestas son correctas y esa
es la gracia del test.
El 9 de julio, en Olivos, el
Presidente Alberto Fernández hizo una demostración de fuerza
política, que contrastó con la furibunda pero raleada protesta de
la tarde, combinada con un pronunciamiento del ex Presidente Maurizio
Macrì, en una entrevista con uno de los diarios del duopolio
chileno. Mostró el vaso medio lleno.
Gobernadores y sindicalistas
Sin alharaca previa, Fernández
encargó al secretario general de la presidencia, Julio Vitobello,
asistido por el tucumano Juan Manzur, que convocara a todos los
gobernadores y a los representantes sindicales de patronos y obreros.
El único que faltó a la cita fue el gobernador de San Luis, Alberto
Rodríguez Sáa, quien se hizo representar por uno de sus ministros.
En cambio dieron el presente todos los demás. Esto incluye a los
cuatro jefes de territorios subnacionales que gobierna la oposición:
los radicales Gustavo Valdés, de Corrientes; Gerardo Morales, de
Jujuy, Rodolfo Suárez, de Mendoza, y Horacio Rodríguez Larreta, de
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el PRO. Ya el día anterior,
Fernández había mantenido una videoconferencia con todos los
gobernadores para analizar medidas de estímulo a la producción a la
salida de la cuarentena, pero fue en circuito cerrado y no se
difundió.
Lo más llamativo fue la
presencia de representantes del Grupo de las Seis Cámaras Patronales
y de la CGT. Asistió una persona por cada entidad, con excepción de
la Unión Industrial, que aportó dos, como parte de la autocrítica
presidencial por la ausencia absoluta de mujeres en citas previas.
Además de su titular, el sojero Miguel Acevedo, que aspira a
fagocitar Vicentin, la UIA sentó junto al Presidente a la
autopartista Carolina Castro, reciente incorporación a su directiva.
Al otro lado de Fernández se ubicó el presidente de la Sociedad
Rural, el tambero Daniel Pelegrina. El anacrónico Adelmo Gabbi
representó a la Bolsa de Comercio, hoy desplazada por la pujante
BYMA; Eduardo Eurnekian, a la Cámara Argentina de Comercio y
Servicios; el consultor financiero Javier Bolzico, a la Asociación
de Bancos Argentinos; Néstor Szczech, a la Cámara Argentina de la
Construcción y Héctor Daer a la CGT.
También intendentes
El día anterior, Fernández
había recibido al presidente y vice del PRO bonaerense, los
intendentes Jorge Macrì (de Vicente López) y Néstor Grindetti (de
Lanús), es decir los principales del Norte y del Sur del Conurbano.
Ambos declararon luego que no coincidían con los términos del
comunicado difundido por la conducción de Juntos por el Cambio,
asignando gravedad institucional al asesinato de Fabián Gutiérrez y
reclamando el apartamiento de la fiscal Natalia Mercado de la
investigación, por su parentesco político con la Vicepresidenta
CFK. Cuando uno de los detenidos planteó lo mismo, la Justicia
provincial lo rechazó. El juez Carlos Navarte dijo que esa relación
familiar no era motivo de recusación, en una causa en la que ningún
elemento sugiere una motivación política.
A ellos se sumó el intendente de
Mar del Plata, Guillermo Montenegro, quien desde su ciudad aseguró
que no suscribía esos conceptos, cuando estaba en pleno desarrollo
la investigación judicial y no había motivos para dudar de su
imparcialidad. Estas ciudades, más La Plata y Bahía Blanca, son los
principales reductos urbanos que aún gobierna PRO. Hasta Micky
Vainilla, cuya inserción territorial es la de un clavel del aire,
tomó distancia del comunicado emitido sin debate suficiente sobre el
asesinato de Fabián Gutiérrez, que calificó de un crimen común
sin aspectos políticos que requieran su investigación por la
Justicia federal.
Horacio Rodríguez Larreta
repudió la agresión a los periodistas de C5N en la movilización en
el Obelisco, y su ladero, Diego Santilli, fue categórico: hay que
dejar tranquila a la familia Gutiérrez y actuar a la Justicia.
Además anunció que quiere saber por qué lo espiaron y que irá a
fondo. El vicejefe porteño encomió las palabras de Fernández,
quien llamó “amigo” a Rodríguez Larreta e instó a “bajar un
cambio”, como dijo que hacen cada día él y su compañero de
fórmula.
Ellos habrán bajado un cambio,
pero a la conducción de Maurizio Macrì y de su entenada Patricia
Bullrich le hicieron bajar dos. En un tenso encuentro telemático, se
dispuso crear un arca de Noé política, que requerirá una mayoría
calificada por los dos tercios para emitir nuevos pronunciamientos.
Esto implica que de ahora en adelante cada quien hablará por sí
mismx, ya que sólo en casos excepcionales se alcanzará semejante
nivel de conformidad. Es casi como la manda constitucional de una
nueva ley de coparticipación, que ya lleva 25 años de retraso y que
nunca se sancionará porque todas y cada una de las provincias tienen
poder de veto, dado que sólo procederá por unanimidad.
Los cambiemitas seguirán
despedazándose entre ellos, pero no romperán. Aprendieron en ese
sentido del peronismo, cuya tolerancia al disenso interno se acerca
al infinito. Aun así, sus perspectivas electorales son magras. Entre
otras cosas porque desde 1983 el único Presidente en ejercicio que
perdió la primera elección legislativa de su mandato fue Fernando
De la Rúa, que empeñó sus mejores esfuerzos y los de su familia
para lograrlo. El resto obtuvo una ratificación en las urnas, porque
los desplazamientos del electorado son más lentos que los de las
élites ilustradas. Una vez que ha elegido un rumbo, tarda en
cambiarlo, salvo alguna hecatombe, que en estos tiempos tampoco puede
descartarse.
Parole, parole
Ante tal audiencia, Alberto
Fernández pronunció un mensaje suave en la forma, pero de preciso
contenido:
- Sin nombrar a Macrì refutó su penoso discurso ante el ex rey Juan Carlos. Encomió el coraje de San Martín, Belgrano y Güemes, que no se angustiaron ni se paralizaron al independizarse de España sino que se jugaron la vida para ser independientes, y los propuso como ejemplo para el presente. El tuitero Gastón Gordon emprendió en esos mismos días un rejuvenecimiento de San Martín, aplicando programas de machine learning e Inteligencia Artificial al único daguerrotipo conocido del Libertador, tomado en su senectud en Boulogne sur Mer.
- Destacó la unanimidad de todos los gobernadores por encima de sus pertenencias partidarias, en las políticas de cuidado contra la enfermedad, porque no hay un dilema entre la salud y la economía, de modo que también los logros serán de todos.
- Postuló que hay que lograr un sistema más justo, más igualitario, porque vivimos en el continente más desigual del mundo.
- Recordó que el sistema de salud estaba muy golpeado y que lo pusieron en pie para que pudiera resistir la pandemia.
- Alardeó de su amistad con Rodríguez Larreta, Axel Kicillof, el cordobesista Juan Schiaretti, el tucumano Juan Manzur, el formoseño Gildo Insfrán, el chaqueño Capitanich. Parecía Roberto Carlos.
- Opuso la solidaridad a la política del odio, que no necesitó identificar.
- Cuando dijo que vino a terminar con los odiadores seriales no hizo excepciones. Hubo quienes se pusieron el sayo que Alberto no les colocó, como el bamboleante Mario Negri, que no logra ponerse de acuerdo consigo mismo y cada día vive una aventura distinta.
- Celebró la diversidad ideológica.
- Agradeció el esfuerzo de los trabajadores para sobrellevar la situación.
Tanto Rodríguez Larreta como
Daniel Pelegrina fueron objeto de escarnio en las redes por parte de
los sectores de sus respectivas organizaciones que no conciben más
que el acoso y derribo del gobierno, desde que comprendieron la
ingenuidad de su táctica de enfrentar a Cristina con Alberto, o
viceversa.
La entropía de dos linajes
Por
la tarde, Maurizio Macrì se sirvió del escritor peruano Álvaro
Vargas Llosa para estar presente en el nuevo banderazo organizado por
sus seguidores en varias docenas de ciudades del país. Ese diálogo
entre los hijos de Franco Macrì y Mario Vargas Llosa refleja la
entropía de dos linajes. Alvarete,
como
lo llaman en Lima quienes no lo quieren, comparte las posiciones
ideológicas de su padre, pero no más que eso. Mario, en cambio, es
un prosista deslumbrante y cuando escribe ficción es capaz de
sobreponerse a sus preconceptos políticos, tal como Engels comprobó
respecto de Balzac, que era legitimista pero describió como nadie el
ascenso de la burguesía.
La
última novela de Vargas Llosa, Tiempos
recios,
es extraordinaria en todos los sentidos. Se lee con deleite pero
también con provecho, porque al describir el derrocamiento del
coronel Jacobo Arbenz en la Guatemala de 1954 ofrece la mejor
descripción imaginable de las fake
news y
el lawfare,
que la Vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner vive
denunciando en la Argentina. Esto incluye una lectura crítica de la
política imperialista y del rol de sus empresas en América Latina,
y una explicación acerca de cómo fue posible que Fidel Castro
llegara al poder en Cuba cinco años después. Ojalá todos los
adversarios políticos tuvieran el talento del padre, que no del
hijo.
Con menos pelo pero con las mañas
de siempre, Macrì habló en los términos abstractos de su discurso
prefabricado sobre un país imaginario, en el que el gobierno utiliza
la pandemia para avanzar sobre las libertades: de expresión, la
separación de poderes, el funcionamiento de la Justicia, la
propiedad privada. Esto habría generado una reacción activa y
fuerte de la sociedad, que se moviliza para expresarse en contra de
esos abusos. En su twitt acompañó las consignas Libres y Feliz Día
de la Independencia, con una imagen de las últimas manifestaciones
de su presidencia, lo cual no pasó de ser una expresión de deseos,
dada su distinta densidad.
Del Mercedes Benz, el Audi y
el BMW al lumpen
La coordinación con la
convocatoria al banderazo fue exacta. Pero la movilización fue
dispersa física y políticamente. Ocurrió al mismo tiempo en
decenas de ciudades, como permite la comunicación por las redes
sociales. Sus consignas fueron desde fusilar a políticos y
sindicalistas, a los insultos a Cristina y los periodistas, la lucha
contra el comunismo (sic) y la resistencia a la cuarentena, porque
“el virus existe, pero la pandemia no”, como proclamaba una
pancarta. Este componente psicótico en las propuestas encarnó en
una polarización social que incluyó desde señoras en autos
Mercedes Benz, BMW y Audi, hasta lúmpenes astrosos. El portal
Infobae fue el primero en incorporar drones a su cobertura, pero el
jueves les dieron asueto, supongo que por la fecha patria. De modo
que tanto en ese medio insidioso creado por Daniel Hadad como en
Clarín las fotos estaban tomadas con cámaras a ras del piso o a lo
sumo a la altura de la cabeza de los manifestantes. Las únicas tomas
generales, desde edificios elevados, mostraron una concurrencia muy
raleada.
El ataque a periodistas de la
señal de cable C5N completó el cuadro: escaso número,
descripciones fantásticas de la realidad y descontrol violento. Ese
es el camino de la marginalidad y la irrelevancia. Mucho ruido y
pocas nueces.
Pocos días antes murió en
Buenos Aires infectado por coronavirus uno de los organizadores de
las marchas anteriores, el jubilado septuagenario Angel José
Spotorno. Militante del PRO, fue filmado en una convocatoria anterior
en la Plaza de Mayo insultando a voz en cuello a un animador de la
misma señal: “La tenés adentro”, repetía, mientras alzaba el
dedo medio de una mano.
Spotorno administraba dos grupos
de Facebook cuyos nombres lo dicen todo: Argentina No Se Rinde y La
República Nunca será Roja. Su trágica parábola personal tiene
también una dimensión social: las movilizaciones del 25 de mayo y
del 20 de junio, en las que no se guardó la distancia recomendada
entre personas precedieron al gran salto en los contagios:
- El 25 de mayo el total de infectados era de 12.628 y de el de fallecidos, 467.
- El 10 de junio el total infectados se había duplicado, a 25.987, con 735 fallecidos.
- El 20 de junio, los contagiados ya eran 41.204 y habían fallecido 992.
- El 5 de julio, el total de contagiados llegaba a 77.815 y el de fallecidos a 1507.
Si el cotejo se realiza con los
nuevos casos por día,
- el 25 de mayo fueron 550 contagiados,
- el 10 de junio 1.226 y
- el 6 de julio 3.663.
Habrá que esperar dos semanas
contadas a partir del 9 de julio, para conocer los efectos de esta
tercera patriada. La progresión es inquietante y la Ciudad de Buenos
Aires está ocultando datos, porque la capacidad de atención de
urgencia estará colmada en pocos días más, dando lugar a los
dilemas éticos. Frente a
esto, Rodríguez Larreta se maneja como un equilibrista: deja
trascender su voluntad de reabrir la Ciudad, para complacer al núcleo
duro del electorado de PRO, pero no lo hace porque es consciente del
tsunami que se avecina.
Medio vacío
Pero también es posible ver el
vaso medio vacío. Por ejemplo, entre los invitados a compartir el
escenario en el acto presidencial por el 9 de julio no hubo un solo
representante de las organizaciones políticas, gremiales y sociales
que resistieron durante cuatro años las políticas del
neoliberalismo, e hicieron posible así que Fernández accediera a la
presidencia. En especial se notó la ausencia del secretario general
de la CTA, diputado del Frente de Todxs y copatrocinante del proyecto
de contribución extraordinaria a las grandes fortunas, Hugo Yasky.
Sobre todo porque algunos medios habían anunciado que estaría entre
los invitados. La explicación oficiosa del Poder Ejecutivo es que
por razones vinculadas con la pandemia sólo había espacio para un
representante por sector. La excepción señalada con la UIA debilita
el argumento. Si se escarba más a fondo, aparece otro argumento: en
caso de invitar a Yasky también hubiera sido preciso incluir al
camionero Hugo Moyano, y tal vez al bancario Sergio Palazzo.
—¿Y por qué no, acaso alguno
de los empresarios se hubiera ido por esas presencias?
—No.
Es verdad. Fue un error —es
la respuesta.
El Presidente le hizo llegar un
mensaje de disculpa a Yasky.
Por su parte, el secretario
general de la CTA, luego de mucho meditar, resolvió no formular
ninguna aclaración pública al respecto. No quiere contribuir al
objetivo adversario de dividir el Frente de Todxs.
La agenda de la CTA
Ese día, Yasky participó en un
encuentro de 100 delegados de la Juventud de la CTA, que al término
de las deliberaciones firmaron una declaración significativa.
Sostienen que forman parte de las organizaciones del campo popular
que defienden la democracia y que siempre han luchado contra los
sectores reaccionarios que apuestan sistemáticamente a la
desestabilización. Al mismo tiempo, como trabajadorxs deben impulsar
una agenda propia «para ampliar la base de sustentación de nuestro
gobierno y fortalecer la capacidad de sanción y aplicación de leyes
y políticas públicas que mejoren la calidad de vida de nuestro
pueblo». Como temas centrales, identifican:
- una reforma tributaria que modifique el signo regresivo del actual sistema;
- el tributo a las grandes fortunas;
- la implementación de un ingreso ciudadano universal;
- la intervención del Estado en la política económica como agente regulador, en defensa del interés colectivo, nacional;
- el debate sobre cómo, quiénes y para qué se trabaja la tierra y cómo se distribuye la riqueza que produce;
- la regulación del trabajo en las llamadas empresas de plataforma y la organización gremial de sus trabajadorxs;
- el acceso a Internet como derecho humano y servicio universal;
- la regulación del teletrabajo para evitar la flexibilización y la sobrecarga;
- la violencia contra las mujeres y los jóvenes de los sectores más vulnerables;
- la efectiva aplicación de la nueva Ley de Alquileres, resistida por el sector inmobiliario;
- la creación de Comisiones Mixtas de seguridad e higiene;
- la reducción de la jornada laboral.
Dar
por sentada la adhesión muda de ese sector con independencia de
cuáles sean las políticas y las alianzas seguidas no es la mejor
alternativa. El contraste de la mise-en-scène
presidencial
con la exasperación y la marginalidad que expresa el ex Presidente
Macrì es un activo político, con probable expresión electoral.
Alguien que durante décadas fue tan próximo a Macrì como Néstor
Grindetti, le contó a Fernández que en su municipio, Lanús, el
intendente tiene 70% de adhesiones, y el Presidente más de 80%.
Las
propuestas de la Unión Industrial, que la semana pasada desmenuzó
en el Cohete
Guillermo
Wierzba; la moratoria y los ATP extendidos a grandes empresas, a las
que se refiere en esta edición Juan Valerdi; el nuevo blanqueo que
promueve el ex ministro de devaluación y pesificación asimétrica
José Ignacio de Mendiguren, y la oposición patronal a las cláusulas
protectorias en la media sanción de Diputados a la ley de
teletrabajo, muestran que el gran capital sigue a la ofensiva y que
ve la pandemia como una oportunidad para reforzar la normalidad
conservadora.
En
cada contacto con el gobierno, empresarios y cámaras patronales
plantean la necesidad de acordar con los acreedores externos para
salir del default
que dejó Macrì. En qué condiciones, no les preocupa. Es el vaso
medio vacío. El gobierno, en cambio, ha insistido en la necesaria
sustentabilidad de lo que se firme. La oferta presentada a la SEC
implica un valor neto actualizado de la deuda bajo ley de Nueva York
de 53,5 dólares por cada 100 nominales. Ese cálculo le interesa a
los inversores, pero no al deudor. Lo importante para la Argentina es
que en diez años pagaría 38.000 millones de dólares menos de su
valor nominal, por una deuda en dólares que ronda los 100.000
millones, con acreedores privados.
Cuando ingrese al Congreso el
proyecto de ley que equipara la oferta a quienes tienen bonos
emitidos bajo ley de Nueva York (que es lo que se discute en este
momento) con la que se hará a quienes los adquirieron con
legislación argentina, quedará claro que esta es la última oferta,
que la Argentina no puede pagar un dólar más que eso y que cada
acreedor deberá decidir si lo toma o lo deja. Tanto el FMI como el
G20 apoyaron la oferta (Estados Unidos en forma tibia), porque el
mundo no está para intransigencias financieras. El Presidente de
México, Andrés Manuel López Obrador, planteó el tema a su colega
norteamericano Donald Trump durante su reciente visita a Washington,
a pedido de Alberto Fernández.
El Presidente ha contado varias
veces su diálogo inicial con Kristalina Georgieva, en el que pidió
que el Fondo permita a la Argentina formular su propio programa. El
compromiso fue reiterado en el último contacto, hace pocos días.
La incógnita reside en cuál
será la actitud de la economista búlgara y del directorio al que
debe rendir cuentas, cuando lo que se negocie sean los 44.000
millones de dólares que el Fondo le prestó al gobierno de Macrì.
La última carga de profundidad que aquella administración dejó en
su retirada acaba de salir a luz, cuando Fernández le escribió a su
par chino pidiéndole que renovara el swap de monedas entre ambos
países sin que se cumpla la cláusula que exige una auditoría del
FMI a las cuentas argentinas. La respuesta de Xi Jinping lo
desconcertó: Beijing accedía sin problemas y hacía saber que
aquella cláusula fue incluida a solicitud del ex presidente del
Banco Central, Federico Sturzenegger.
Yo sé que tú sabes que yo sé
Mañana
y pasado deberán prestar declaración indagatoria Silvia Majdalani y
Gustavo Arribas, en la causa por el espionaje a CFK y el Instituto
Patria que instruye el juez federal de Lomas de Zamora, Juan Pablo
Augé, y los fiscales Cecilia Incardona y Santiago Eyherabide.
Alejado junto con el vidrioso juez Federico Villena el riesgo de
nulidades, la causa avanza hacia los niveles superiores del espionaje
macrista. Si llegará al ex Presidente es algo que está por verse.
También prosiguen las audiencias de la Comisión Bicameral de
Fiscalización de los organismos de Inteligencia, que preside el
diputado alfonsi-kirchnerista Leopoldo Moreau, el único político
que fue colaborador muy próximo de dos Presidentes de distintos
partidos, con décadas de distancia. Moreau recibió el mes pasado
una carta significativa
de Carlos Pagni. El columnista del diario La Nación pegó por debajo
de la línea de flotación de Arribas:
Otra situación que se complica
es la del miembro del PRO en la Comisión Bicameral, Cristian
Ritondo. El ex director de Asuntos Internos de la Policía
Bonaerense, Guillermo Berra, fue acusado por el comisario Néstor
Omar Martín, ex jefe de la Superintendencia de Coordinación
Operativa de la Policía Bonaerense, al que investigó por
enriquecimiento ilícito.
A pedido de la fiscal Cecilia
Corfield, esposa del comisario inspector Alejandro Ojeda, el juez
Guillermo Federico Atencio allanó Asuntos Internos y secuestró
documentación. Lo mismo había hecho en 2007, cuando concluía la
gestión de Carlos Arslanian, por denuncia del comisario también
investigado Walter Parnisari. Berra recusó a Corfield por su
relación con Ojeda, a quien su subordinado Claudio Ariel Coronel
denunció en septiembre de 2016, por haberle pedido mil pesos
semanales para no trasladarlo a otro destino. La fiscal rechazó la
recusación alegando que tenía un certificado del Ministerio de
Seguridad, según el cual su esposo no estaba bajo investigación de
Asuntos Internos. Pero sí estaba, en un expediente que lleva el
número 21.100.
Atencio procesó a Berra por
«abuso de autoridad, incumplimiento de los deberes de funcionario
público y peculado». La acusación incluye la presunta utilización
de fondos públicos para obtener «información y almacenar datos»
de personas que no tenían que ver con su actuación en la fuerza
policial. Algunxs legisladorxs y periodistas muy entusiastas dijeron
que Asuntos Internos acumuló 45.000 fichas con datos del servicio
Nosis sobre jueces y políticos. Entre ellos, Daniel Scioli, quien
anunció que se presentaría como querellante. El caso se equiparó
al del espionaje ilegal de la AFI.
En
diversas notas se
informó que Vicente Ventura Barreiro, virtual viceministro de
Ritondo, y a cargo de Inteligencia Criminal, utilizaba para el
espionaje político el software de IBM «i 2». Ventura Barreiro sí
formaba parte de la mesa chica de Gustavo Arribas. Según una de esas
notas, ese software cruza una veintena de bases de datos de
antecedentes penales, impositivos, bancarios, políticos,
telefónicos, familiares, socios, bienes y deudas, buscando patrones
o asociaciones que no surgen de manera manual o llevaría semanas
hacerlo. «Lentamente, Inteligencia ha vuelto a parecerse lo que era
hasta la década del ’90: no un servicio de inteligencia orientado
a combatir el crimen organizado, sino un magma de tecnología y
buchones al servicio de intereses políticos», decía.
Berra entregó al juzgado un
documento en el que consta que el servicio de Nosis no fue contratado
por él sino por el Ministerio de Seguridad a cargo de Ritondo, para
tres áreas, aparte de Asuntos Internos: Inteligencia Criminal (es
decir Ventura Barreiro), Narcotráfico y Activos Ilegales.
Scioli se presentó a la fiscalía
y pidió ser tenido como particular damnificado. Pero lo rechazaron,
porque no hay nada en Asuntos Internos que lo mencione.
Si en el uso del Nosis se violó
alguna normativa, serán Ritondo y Ventura Barreiro quienes deban
explicarlo. Lo mismo con el presunto certificado según el cual el
subcomisario Ojeda de Corfield no estaba bajo investigación de
Asuntos Internos. Por algo, para aceptar la Auditoría de Asuntos
Internos, Berra reclamó reportar en forma directa al Hada Buena (a
quien no conoció por la política sino en el grupo de padres del
colegio de sus hijos), sin pasar por Ritondo.
La trama fatal
En el caso del allanamiento a
Asuntos Internos durante la gestión de Arslanian, el comisario
denunciante, Walter Parnisari, terminó condenado a seis años por
extorsión. Con él cayeron el destituido fiscal Carlos Gómez y el
renunciado juez de Garantías, César Melazo, quien está detenido
desde 2018.
En este caso, el similar
entrecruzamiento de policías, jueces y fiscales, sin cuya protección
ningún policía podría apartarse del recto camino, aconsejaría
mayor prudencia en las opiniones y mayor apego por los datos que por
los adjetivos. Separar la paja del trigo es más necesario que nunca.
La realidad siempre es mas que
cualquier desarrollo de interpretación racional, pero una
interpretación que se sostenga en los datos y la información que
aporta una interpretación no contradicha por la realidad, es la
mejor manera de aproximarse a la comprensión humana posible de lo
que ocurre y nos aporta elementos claves para tomar decisiones y
actuar de modos mas humanos y parecernos menos a las bestias.
Daniel Roberto Távora Mac
Cormack
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