Martes
16 de Junio de 2020
LAS FINANZAS MUEVEN EL MUNDO
En
estos últimos días diversas entidades nacionales y extranjeras han
producido informes que alertan e intentan descifrar las dificultades
y posibilidades que los sistemas globales y Nacionales enfrentarán
en la post pandemia.
Un
Nuevo estudio elaborado por el Fondo Monetario Internacional y el
Banco Mundial como trabajo preparatorio para el próximo G20 (Grupo
de los 20), que se llevará a cabo del 21 al 22 de noviembre de 2020,
en la ciudad de Riad y será la decimoquinta reunión del Grupo, fué
comentado por Kristalina Georgieva, Directora general del Fondo
Monetario Internacional (FMI).
Los
que más están sintiendo los efectos de la crisis de la Covid-19 son
los que ya de por sí son más vulnerables. Esta calamidad podría
provocar un aumento significativo de la desigualdad del ingreso y
poner en peligro los avances alcanzados en materia de desarrollo,
como los logros educativos y la reducción de la pobreza.
Nuevas
estimaciones indican que cerca de 100 millones de personas de todo el
mundo podrían caer en la pobreza extrema, suprimiendo así todos los
avances en la reducción de la pobreza logrados en los últimos tres
años.
Por
esta razón, las autoridades económicas deben hacer todo lo que esté
a su alcance para promover una recuperación más inclusiva, que
beneficie a todos los segmentos de la sociedad.
Nuestro
nuevo estudio, preparado conjuntamente con el Banco Mundial para el
G20 (Grupo de los 20), se centra en cómo ampliar el acceso de los
ciudadanos a las oportunidades, sean quienes sean y vengan de donde
vengan.
Un
acceso más equitativo a las oportunidades está asociado a un
crecimiento más fuerte y sostenible, así como a un mayor aumento
del ingreso de los pobres. No obstante, desarrollar la capacidad
máxima de todas las personas no es tarea fácil.
Lo
cierto es que el virus genera mayores riesgos para la salud de los
hogares de bajo ingreso, los más damnificados por el desempleo
récord y con menos probabilidades de beneficiarse del aprendizaje a
distancia.
La
nutrición infantil también puede verse perjudicada por la
interrupción del servicio de comedor escolar.
Según
estimaciones de las Naciones Unidas, más de 500 millones de niños
de todo el mundo se han quedado sin acceso a la educación debido al
confinamiento por el coronavirus. Muchos de ellos no volverán a las
aulas tras la pandemia, con mayor probabilidad en el caso de las
niñas.
Estas
desigualdades son realmente alarmantes, pero no inesperadas. Sabemos
por experiencia y gracias a análisis recientes del FMI que las
grandes epidemias suelen agravar la desigualdad del ingreso ya
existente.
Una
respuesta de política sin parangón
La
buena noticia es que gobiernos de todo el mundo han adoptado medidas
de política extraordinarias para salvar vidas y proteger medios de
subsistencia. Entre ellas cabe destacar nuevas iniciativas para
proteger a los pobres: muchos países han ampliado la ayuda
alimentaria y las transferencias monetarias focalizadas.
A
escala global, las medidas fiscales adoptadas hasta la fecha
ascienden a unos 10 billones (millones de millones) de dólares.
Sin
embargo, la gravedad de la crisis obliga a realizar importantes
esfuerzos adicionales. Por ejemplo, se requerirán medidas para
evitar que la economía sufra daños prolongados, entre otras cosas
como consecuencia de la pérdida de empleo y el aumento de la
desigualdad.
Está
claro que ampliar el acceso a las oportunidades es más importante
que nunca si queremos evitar un incremento persistente de la
desigualdad.
Teniendo
esto en cuenta, deseo hacer hincapié en tres prioridades:
Usar
el estímulo fiscal de forma apropiada
Durante
la fase de recuperación, deberá aplicarse un estímulo fiscal
considerable para impulsar el crecimiento y el empleo. La crisis
financiera mundial demostró que, en general, en los países donde
las pérdidas de producción fueron más significativas respecto a
las tendencias anteriores a la crisis se registró un mayor
incremento de la desigualdad.
Sin
embargo, no basta con asegurar la recuperación del crecimiento.
Recordemos las reformas que siguieron a la crisis financiera y las
inversiones que incrementaron la capacidad de resistencia de los
sistemas bancarios.
Durante
la fase de recuperación, se requerirá un aluvión similar de
reformas e inversiones para mejorar significativamente las
perspectivas económicas de los más vulnerables.
Es
decir, necesitaremos un estímulo fiscal que redunde en beneficios
para las personas. Esto significa aumentar la inversión pública en
los servicios de salud para proteger a los más vulnerables y reducir
a un mínimo los riesgos derivados de epidemias futuras.
Y
también significa reforzar las redes de protección social; ampliar
el acceso a una educación de calidad, agua limpia y saneamiento, e
invertir en infraestructuras climáticamente inteligentes.
Algunos
países podrían ampliar también el acceso a servicios de guardería
de alta calidad, con potencial para aumentar la participación de las
mujeres en la fuerza laboral e impulsar el crecimiento a largo plazo.
Estas
iniciativas son indispensables para alcanzar los Objetivos de
Desarrollo Sostenible. Pero, ¿cómo podemos aumentar
significativamente el gasto si son tantos los países que actualmente
afrontan un incremento de la deuda pública? En los mercados
emergentes, la deuda pública ha aumentado hasta niveles nunca vistos
en 50 años.
El
FMI y el Banco Mundial han promovido la suspensión del servicio de
la deuda como mecanismo de acción rápida a favor de países sin los
recursos financieros necesarios para responder adecuadamente a la
crisis.
El
G20 ha respondido conviniendo en suspender el reembolso de los
créditos bilaterales oficiales de los países más pobres, a partir
del 1 de mayo de 2020 y hasta el final del año.
A
mediano plazo, habrá margen para mejorar la eficiencia del gasto y
movilizar más ingresos públicos.
También
lo habrá para la reforma tributaria: por ejemplo, algunas economías
avanzadas y en desarrollo podrían elevar las tasas impositivas
máximas del impuesto sobre la renta de las personas físicas sin
frenar el crecimiento.
Los
países podrían tomar medidas para que el sistema de tributación de
sociedades capture una parte apropiada de las ganancias
extraordinarias percibidas por los “ganadores” de la crisis,
quizá también las derivadas de actividades digitales.
Además,
deberían aunarse esfuerzos para luchar contra los flujos ilícitos y
eliminar las lagunas tributarias, tanto a nivel nacional como
internacional.
Empoderar
a la nueva generación mediante la educación
Con
la interrupción de los programas educativos como consecuencia del
virus, millones de niños corren el riesgo de caer en la “pobreza
de aprendizaje”, que significa no saber leer ni entender un texto
sencillo a los 10 años.
La
pobreza de aprendizaje, impulsada por las deficiencias de acceso a
una escolarización de calidad, ya es demasiado elevada,
especialmente en los mercados emergentes y los países de bajo
ingreso.
También
nos preocupan los efectos a largo plazo que la crisis pueda tener
sobre las brechas del ingreso y la educación.
En
nuestros estudios, hemos analizado la relación que existe entre
educación y desigualdad.
Un
incremento de 10 puntos del coeficiente de Gini de un país (como los
observados en algunas economías durante la crisis financiera
mundial) se vincula a un grado de instrucción significativamente
menor, de aproximadamente medio año, lo cual podría reducir los
ingresos a lo largo de toda la vida y hacer que las diferencias de
ingresos y oportunidades se transmitan de generación en generación.
Es
por eso que debemos invertir más en educación, no limitarnos a
gastar en escuelas y capacidad de aprendizaje a distancia, sino
mejorar también la calidad de la educación y el acceso al
aprendizaje y la capacitación para adquirir nuevas habilidades a lo
largo de toda la vida.
La
recompensa por estos esfuerzos puede ser enorme en términos de
crecimiento, productividad y nivel de vida.
Las
simulaciones, basadas en un modelo que reproduce una economía como
Brasil, demuestran que una reducción de una cuarta parte de la
brecha del logro educativo, con respecto al promedio de la OCDE,
podría hacer aumentar el producto económico en más de un 14%.
Aprovechar
el poder de la tecnología financiera
La
Covid-19 ha provocado una migración en masa de las tecnologías
analógicas a las digitales. Sin embargo, sus beneficios no han
llegado a todo el mundo, y todo apunta a que uno de los legados de la
crisis será una mayor brecha digital.
¿Qué
pueden hacer los responsables de la política económica?
Es
absolutamente prioritario ampliar el acceso de los hogares de bajo
ingreso y las pequeñas empresas a los productos financieros, que les
permitirán a los hogares mantener su consumo ante los shocks, y a
las empresas, realizar inversiones productivas.
Esta
“revolución de la inclusión” está cobrando impulso, y los
gobiernos están realizando transferencias monetarias de emergencia
en un volumen sin precedentes. Por ejemplo, en Pakistán y Perú, los
nuevos programas de apoyo abarcan a un tercio de la población.
Llegar
a los más vulnerables puede resultar complicado en las economías en
desarrollo, donde casi 70% del empleo es informal, pero es ahí donde
abundan las oportunidades para las tecnofinanzas.
Cabe
recordar que aproximadamente dos tercios de los adultos sin acceso a
cuentas bancarias (1100 millones de personas) sí tienen teléfono
móvil, y una cuarta parte tienen acceso a Internet.
Si
los pagos rutinarios que el gobierno realiza en efectivo se
realizaran mediante cuentas bancarias el número de adultos sin
acceso a una cuenta bancaria podría reducirse en 100 millones a
escala mundial, y las oportunidades que existen en el sector privado
son incluso mayores.
Es
evidente que los gobiernos también deben gestionar los riesgos
derivados de las tecnofinanzas. Se requieren reformas para promover
la competencia, mejorar la protección del consumidor y luchar contra
el lavado de dinero. Encontrar el equilibrio adecuado será
imprescindible para reducir la desigualdad e impulsar el crecimiento.
Según
nuestras investigaciones, cuanto mayor es el acceso al financiamiento
y la tecnología, mayor es la movilidad intergeneracional del
ingreso.
Asimismo,
las estimaciones revelan que a largo plazo el diferencial de
crecimiento del PIB es de 2 a 3 puntos porcentuales entre los países
financieramente inclusivos y aquellos que no lo son tanto.
En
todos estos ámbitos, el FMI trabaja con el Banco Mundial y muchos
otros socios para respaldar a los países en estos tiempos de crisis.
Hemos
asumido el firme compromiso de ayudar a los grupos vulnerables a
través de la asistencia técnica práctica, el asesoramiento de
política y los programas de préstamo, prestando mayor atención a
las cuestiones relacionadas con el gasto social, como las redes de
protección, la salud y la educación.
Conforme
avance el proceso, todos los gobiernos deberán prepararse para una
recuperación más inclusiva.
En
este sentido, deberán adoptar las medidas adecuadas, sobre todo en
materia de estímulo fiscal, educación y tecnofinanzas. Además,
deberán intercambiar ideas, aprender de los demás y fomentar una
mayor solidaridad.
Si
la crisis actual nos ha enseñado algo es que la fortaleza de una
sociedad viene definida por la de su miembro más débil. Esta debe
ser la guía que nos lleve a un mundo más resiliente después de la
pandemia.
La
mayoría de los países han comenzado a reabrir sus economías, tal y
como estaba previsto. Por el momento, no existen indicios fiables que
permitan valorar los resultados de esta medida en las economías
desarrolladas. Las encuestas relámpago de los índices de gestores
de compras (PMI) publicadas la semana pasada respecto al mes de mayo
en EE. UU. y Europa ofrecen unos datos razonablemente
tranquilizadores en el plano de la actividad, si bien en menor medida
en Japón. “No obstante, en paralelo, los datos publicados con una
periodicidad elevada que recopila Google sugieren que, por ejemplo en
el caso de EE. UU., incluso los estados que pusieron fin al
confinamiento de forma temprana, como Texas y Florida, registran un
volumen de reservas en los restaurantes aún muy endeble. Por tanto,
los resultados de esta reapertura siguen sin estar claros, y el
mercado está sencillamente reaccionando favorablemente al comienzo
de esta, pese a que la visibilidad sobre los próximos 6-12 sigue
siendo obviamente muy reducida, tal y como explicamos hace dos
semanas.” comenta Didier Saint-Georges, miembro del Comité
Estratégico de Inversión.
Así,
el mercado considera que lo peor ha quedado atrás. Por ende, gran
parte de nuestro incremento táctico de la exposición a la renta
variable se centró en esta temática mediante, por ejemplo, la
incorporación de valores de elevada calidad de los maltrechos
sectores de los viajes y el ocio. Lógicamente, los sectores cíclicos
en general, como el industrial y el financiero, también se están
beneficiando de esta mejora a corto plazo de la confianza. El
posicionamiento del mercado también ha favorecido estos movimientos
dado que, hasta la fecha, los inversores se han mostrado globalmente
muy prudentes pese al repunte desde los niveles mínimos de marzo:
por ahora, la mayoría de los flujos han tenido como destino los
fondos del mercado monetario y la deuda estadounidense, mientras que
los mercados de renta variable europea y la deuda corporativa de alto
rendimiento del Viejo Continente han seguido experimentado salidas de
capitales.
“Asimismo,
la deuda corporativa también está registrando un sólido desempeño,
pero ya habíamos iniciado una posición de gran envergadura en esta
clase de activos hace aproximadamente un mes que ha firmado una
evolución favorable durante las últimas semanas. Además, cabe
tener en cuenta que la Fed ha empezado al fin a comprar deuda
corporativa, tal y como anunció con antelación en marzo, lo que
apuntala aún más nuestras posiciones.” señala.
La
Comisión Europea básicamente ha refrendado la propuesta
francoalemana de crear un fondo de recuperación con un volumen
objetivo de 500.000 millones de euros en forma de subsidios en su
totalidad y destinados los Estados miembro y regiones más
perjudicados, a lo que se suman 250.000 millones de euros adicionales
en forma de préstamos que, en apariencia, no llevan aparejada una
condicionalidad excesivamente estricta. Evidentemente, ello es una
buena noticia para los países de la periferia europea, especialmente
para España y Portugal. Esta propuesta aún debe contar con el
respaldo de todos los Estados miembro, incluidos los cuatro austeros
países nórdicos de la Unión Europea. “No obstante, podemos
afirmar con relativa seguridad que incluso si todo el proyecto se
retrasara al tener que tramitarse por los canales tecnocráticos de
negociación habituales (recordemos que, en cualquier caso, los
desembolsos no tendrían lugar antes de 2021), el hecho de que Angela
Merkel haya estampado su firma en una propuesta para la creación de
un fondo de recuperación junto con Emmanuel Macron y que esta
propuesta se esté ahora ratificando y ampliando en el marco de una
propuesta de la UE constituye, sin lugar a dudas, una noticia
alentadora.” asegura.
Eso
podría constituir el primer caso de transferencia fiscal y, como
mínimo, indica que Alemania ha alcanzado un punto en el que ha
tomado conciencia de que acudir al rescate de los Estados miembro más
débiles de la UE redunda en beneficio de los intereses comerciales
del país teutón. Así, el riesgo extremo de una desintegración de
Europa se ha reducido. También cabe destacar que la próxima semana
deberíamos conocer más detalles sobre la ampliación del Programa
de Compra de Emergencia Pandémica (PEPP, por sus siglas en inglés)
y sobre el nuevo programa de operaciones de financiación a más
largo plazo con objetivo específico (TLTRO), sumamente subvencionado
y favorable a la banca europea.
En
el plano económico, China ha anunciado un paquete de estímulos y,
si bien es una buena noticia, la envergadura del paquete es
claramente modesta. Ello justifica en parte que mantengamos una
postura prudente y una subexposición en los mercados emergentes y
que solo estemos expuestos a sectores de crecimiento no cíclicos
en China.
“En
el plano político, cabría esperar que en un año electoral tan
tenso en EE. UU. presenciemos una cantidad considerable de
aspavientos y de confrontación entre las altas esferas de China
y EE. UU. Así, cabría preguntarse si tememos que la adopción
de una postura de guerra fría se pueda traducir en un
importante recrudecimiento de las tensiones comerciales o del riesgo
en torno a la situación de Hong Kong este año. Cierto es que
todo es posible, pero no creemos que vaya a ser así, dado que
no redunda en beneficio de ninguna de las partes este año
correr grandes riesgos con los mercados financieros o la
economía. Por tanto, esperamos episodios de volatilidad, pero
confiamos en nuestras posiciones en China.” finaliza.
El
Banco Europeo para la reconstrucción y el Desarrollo (EBRD) presentó
el Informe financiero 2019 que incluye los estados financieros
aprobados y auditados que deben presentarse de conformidad con el
Artículo 27 del Acuerdo por lo que establece la Sección 13 de sus
Estatutos.
El
BERD es un banco multilateral que promueve el desarrollo del sector
privado y la iniciativa empresarial en 38 economías en tres
continentes. El Banco es propiedad de 69 países, así como de la UE
y el BEI. Las inversiones del BERD tienen como objetivo hacer que las
economías de sus regiones sean competitivas, bien gobernadas,
ecológicas, inclusivas, resistentes e integradas.
El
informe permite tomar datos acerca del Estado financiero de las
Entidades Bancarias antes de la pandemia, lo que aporta datos para un
análisis proyectual de sus capacidades para afrontar la crisis
presente por la pandemia global del Covid19.
Por
su parte el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) publico un
oportuno trabajo referido a la seguridad alimentaria justo en tiempos
donde nuestro país puso foco en el tema a raíz de la medida de
intervención y envió al Congreso nacional de un Proyecto para
expropias la firma Vicentín, una de las principales corporaciones
nacionales en el Sector de granos y alimentos.
El
Informe “Garantizando la Seguridad alimentaria en ALC”
define:
“La seguridad alimentaria hace referencia a “la
situación que existe cuando todas las personas, en todo momento,
tienen acceso físico y económico a suficientes alimentos
inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades
alimenticias para desarrollar una vida activa y sana” (FAO,
2006).
El
COVID-19 representa una amenaza para la
seguridad alimentaria en América Latina y el Caribe (ALC),
que ya venía desmejorando en años recientes. De hecho,
mientras en el año 2014 el hambre afectaba a 38,5
millones de personas en la región, esta cif ra superó los
42 millones de personas en 2018 (FAO, OPS, WFP y UNICEF,
2019). Esto sugiere que aproximadamente el 10% de la población
en ALC se encuentra en estado de desnutrición, lo cual
conllevó a un salto importante en el índice de
inseguridad alimentaria grave que pasó de 7,6% de la
población en 2016, a 9,8 % de la población en 2017
(FAO, OPS, WFP y UNICEF, 2019).
El
COVID-19 puede afectar la seguridad alimentaria en
todas sus dimensiones: (i) la disponibilidad de
alimentos (oferta de alimentos a nivel nacional o
local, a través de la producción agrícola del país o del
intercambio comercial); (ii) el acceso a los
alimentos (disponibilidad de recursos, financieros y
f ísicos, de los hogares para adquirir una
cantidad apropiada de alimentos); (iii) la
utilización de los alimentos (calidad de la dieta para
alcanzar un estado nutricional adecuado); (iv) la
estabilidad de los alimentos (capacidad de mantener
un acceso constante a los alimentos). Estas dimensiones
representan los pilares que componen el sistema
agroalimentario y que incluye todos los eslabones de la
cadena de suministro (i.e. proveedores de
insumos, productores, transportistas y
comercializadores). -
Una
afectación a la seguridad alimentaria de la región puede
manifestarse
a través de la inestabilidad de los alimentos, principalmente por un
incremento desmedido en los precios de los
alimentos
y/o la ocurrencia de desastres naturales.
Las
acciones para superar esta crisis deberán tener como objetivo
garantizar la seguridad alimentaria de los hogares en ALC,
manteniendo
la disponibilidad, el acceso, la estabilidad y la utilización de los
alimentos a través de acciones que apoyen el
consumo,
la producción, la distribución, y el comercio de alimentos,
sostiene el informe.
La
semana pasada, el Indec dio a conocer el Índice de Precios al
Consumidor (IPC) correspondiente a mayo, el cual se ubicó en 1,5%.
De esta manera, durante el quinto mes del año la variación del
nivel general de los precios fue exactamente la misma que la de
abril. Obviamente, este ritmo “bajo” de los precios se da en un
contexto de parálisis de gran parte de la actividad por las medidas
de aislamiento social.
No
obstante, varios analistas coinciden en advertir que el “veranito”
de los precios no se mantendrá por mucho tiempo y que muy pronto se
empezará a observar una dinámica de aceleración respecto a los
“bajos” niveles verificados desde el inicio de la cuarentena.
De
acuerdo con un reciente informe de Analytica, dos meses
consecutivos con la inflación por debajo del 2%, como ocurrió en
abril y mayo, es un panorama que difícilmente pueda sostenerse
durante el segundo semestre del año, donde la inflación promedio
superaría el 3% mensual hasta fin de año, según sus proyecciones.
“Sin embargo, como dijimos en reiterados informes, no hay espacio
para un desborde en los precios”, agregaron.
“Nuestra
proyección se ubica en el rango de 40-45% anual hacia
diciembre”, ampliaron. En 2019, vale recordar, fue 53,8%: la más
alta desde 1991. La consultora prevé una devaluación del tipo de
cambio oficial y un sinceramiento en los precios regulados. “De
verificarse este escenario, la inflación se ubicaría por encima del
3% mensual, incluso si el ajuste fuese gradual”, afirmó, e indicó
que la opción es subir la tasa de interés, a la vez que señaló
que una devaluación en un contexto como el actual no sería el mejor
camino para buscar recuperar el consumo.
“El
otro camino, más probable y viable políticamente, es seguir con la
regla de ‘devaluación gradual’ (2-3% por mes), sin grandes
shocks y, de ser necesario, ajustar todo lo necesario la tasa de
interés. De esta forma, se evita un impacto adicional sobre los
salarios reales, pero se complica el endeudamiento corporativo luego
del Covid-19”, sugirieron desde la consultora que capitanean
Ricardo Delgado y Rodrigo Alvarez. Incluso, sugieren, relajando
algunas restricciones.
Además
de arreglar la deuda y subir tasas, en Analytica creen que hace falta
delinear un plan, también. “Una vez concluidas las negociaciones
por la deuda, habrá que encarar una seria y consistente programación
macroeconómica, para naturalmente descomprimir las expectativas y
bajar las presiones cambiarias sin devaluar en forma desordenada.
Esta no sólo es la salida virtuosa, sino la más probable”,
concluyeron.
El
Observatorio de Políticas públicas que depende de la Universidad
Nacional de Avellaneda (UNDAV) bajo la coordinación de Santiago
Fraschina, publicó un nuevo informe que da cuenta de el estado
actual de la cuestión de recaudación impositiva en el país y la
necesidad y beneficios que otorgaría al sistema el tan debatido y
controvertido impuesto a las grandes fortunas, en la República
Argentina.
El
Informe consigna que “ Las consecuencias del programa económico
ejecutado en el cuatrienio gobernado por la alianza Cambiemos han
significado para la sociedad argentina un deterioro de todos los
indicadores económicos y sociales. Las empresas vinculadas al
mercado interno fueronafectadas de sobremanera por la política
económica llevada a cabo por la gestión anterior, el aumento
exponencial de las tarifas de los servicios públicos, las altas
tasas de interés y los continuos aumentos del precio del dólar
redundó en un encarecimiento de los costos de producción en
aquellas firmas que se nutren de insumos, bienes intermedios y de
capital externos para producir. A su vez, la apertura indiscriminada
a las importaciones de todo tipo de bienes desplazó la producción
nacional haciendo inviable la existencia de muchas empresas, la
desaparición de más de 20 mil firmas nacionales entre el 2015 y
2019 da cuenta de la destrucción del aparato productivo durante la
administración anterior. Por su parte, el mercado laboral se
deterioró considerablemente, el desempleo, la informalidad y la
precarización sufridas por los trabajadores, más una alta inflación
derivó en una pérdida de la capacidad de compra de los salarios
reales reprimiendo el consumo, al mismo tiempo que aumentaba la
pobreza y la indigencia. Asimismo, las desregulaciones del mercado
cambiario, de la cuenta de capital y del sistema bancario
favorecieron mecanismos de valorización financiera de muy corto
plazo, generando una salida de divisas del país sin parangón. Según
el informe de mediados de mayo del Banco Central de la República
Argentina, durante el período gobernado por la alianza Cambiemos, se
fugaron del país más de 86 mil millones de dólares. Del mismo
modo, la deuda externa creció de manera considerable condicionando
el programa económico de la actual gestión. A la crisis existente
se le añadió la irrupción de la pandemia del coronavirus,
encontrándose los primeros casos en Argentina en el mes de marzo.
Esto ha profundizado la crisis económica en la que se encontraba el
país. El decreto 297/2020 que fuera publicado el 19 de marzo por el
poder ejecutivo nacional dispuso el aislamiento social preventivo y
obligatorio con el fin de evitar la propagación del virus, lo que
significó la paralización de toda actividad económica que no fuera
esencial.Ello conllevó al Estado a realizar diversas erogaciones
extraordinarias pese a que la recaudación se resentía producto del
freno a gran parte de la actividad económica. Para esto se
inyectaron pesos desde el Banco Central como hace mucho no sucedía.”
La
irrupción de la pandemia del coronavirus ha profundizado la crisis
económica en la que se encontraba el país. El decreto 297/2020 que
fuera publicado el 19 de marzo por el ejecutivo nacional dispuso el
aislamiento social preventivo y obligatorio con el fin de evitar la
propagación del virus, lo que significó la paralización de toda
actividad económica que no fuera esencial.
Hasta
el momento se ha conseguido un sistema sanitario que abastece toda
necesidad causada por esta, sin embargo, la parálisis económica es
evidente y uno de los principales impactos se observa en la caída de
la recaudación, que al mes de mayó mostró una variación negativa
de 21% interanual, en términos reales.
Al
mismo tiempo, el Estado Nacional se hizo presente ampliando la
capacidad del sistema de salud y universalizando ingresos, de modo de
paliar las consecuencias negativas. Sin embargo, por restricciones
cambiarias o inflacionarias, la inyección de pesos por parte del
BCRA no puede ser infinita y se abre la pregunta de cuáles serán
los sectores que pagarán la crisis.
En
ese contexto diputados del oficialismo dejaron ver la posibilidad de
aplicar un impuesto, por única vez, a las grandes fortunas. Este
gravaría a tan solo el 0,04% de la población adulta y al 0,08% de
la Población económicamente activa.
Pese
a gravar a tan solo 12.000 personas, su recaudación alcanzaría para
la puesta en marcha de 8 hospitales modulares de emergencia (de los
cuales en estos meses ya se inauguraron 12). Al mismo tiempo
funcionaría como una escala adicional para el impuesto a los bienes
personales, cuyo peso en la recaudación total ha caída en los
últimos cuatro años, quedando la estructura tributaría argentina
con una matriz más regresiva.
Un
tributo de estas características no es meramente una idea local: en
diversas latitudes se están barajando impuestos extraordinarios ante
situaciones extraordinarias y siempre con un criterio de justicia
distributiva. Es decir, con altos mínimos no imponibles, de modo que
solo alcance a los sectores sociales más pudientes.El abanico es
amplio y abarca países latinoamericanos como Chile o Perú hasta
Suiza o Italia.
Finalmente,
el informe también aborda comparativas internacionales, que permiten
desandar ciertos sentidos comunes instalados. Por un lado, la presión
tributaria argentina (del total de impuestos) se encuentra por debajo
del promedio de los aíses de la OCDE
¿Será
expresión de deseo aquello de que el arreglo con los acreedores está
al caer? Algo de eso hay, por cierto. El deseo del consenso es salir
del noveno default soberano y poner a la deuda pública en una
trayectoria sustentable, es decir, pagable. Eso permitiría
descomprimir el riesgo país y (re)abrir el financiamiento para
privados (y, eventualmente, para el soberano) y, también, morigerar
la tensión financiera, reduciendo la brecha cambiaria y poniéndole
un piso a las escasas reservas del BCRA. Permitiría, además,
avanzar en otros temas de la agenda pospandémica. Hay demasiados
problemas (varios de ellos aun vinculados con la deuda pública, como
los bonos en dólares Ley Local, el FMI y el Club de París) como
para darse el lujo de seguir en default.
Un
“soft default” que, si no se zanja pronto, puede empezar a
complicarse más. Ya no está el duro Thomas Griesa en Manhattan y
los fondos no están belicosos, pero no queda mucho más carretel en
el ovillo amistoso.
Pero,
además de los deseos, también hay indicios concretos de que el
“deal” está cerca, muy, aunque no cerrado aún.
En
eso está Martín Guzmán. Quizás con un delay indeseable y costoso,
está por poner sobre la mesa una propuesta más atractiva (para los
bonistas). Todo indica que será estos días y, a diferencia de
aquella que fue bochada por goleada, está tiene mejores chances.
Alberto Fernández, quien tiene la palabra final, quiere arreglar.
Por todo eso, hay expectativa con que la tercera sea la vencida. Las
dudas, en rigor, pasan más por algunos acreedores más inflexibles o
menos apurados de lo pensado porque tienen espaldas para esperar y,
eventualmente, litigar. Por eso, la semana pasada el mentor de Guzmán
(el Nobel “Joe” Stiglitz) los tildó de “sinvergüenzas”
mientras que el Presidente fue más prolijo: “Están tirando
demasiado de la cuerda”.
El
interés por cerrar el “deal” se percibe en los trascendidos
sobre esa tercera oferta y la lejanía financiera con la primera. “La
semana pasado trascendió otra oferta por parte del Gobierno, que se
basaría en 4 mejoras”, dice Fernando Marull desde FMYA. “Se
mantendrían los derechos adquiridos de los fondos que tienen títulos
Exchange (canje 2005-10), sin quita de capital, se empezaría a pagar
intereses desde 2021 y habría un‘endulzante’”, resume Marull.
El
“sweetner” estaría atado a las exportaciones, aunque no se
conocen más detalles, como cuándo se gatillará, quien lo auditará
y qué tipo de exportaciones serán incluidas. La clave será que
valor le asigna el mercado a dicho instrumento, y eso no está claro
aún.
“En
base a trascendidos, la nueva oferta alcanzaría los US$ 50 de valor
(exit yield 10%) más US$ 2 que le agregaría el cupón de
exportaciones. Esta tercera oferta se acerca, pero sigue lejos
de los US$ 61 que pedirían los acreedores”, dice Marull.
Un
artículo de Bloomberg señaló ayer que los acreedores presentaron
una contraoferta el fin de semana que no se difundió porque está
operativas, hasta hoy, las cláusulas de confidencialidad (NDA, en
ingles). Allí, según Bloomberg, habrían bajado sus pretensiones a
la zona de US$ 54- 56 de Valor Presente Neto (VPN) e, incluso,
algunos tolerarían hasta US$ 52, es decir, casi en contacto con la
oferta de la República. También hay diferencias entre los bonistas
y por eso hay varios comités. Ayer, Guzmán se mostró optimista en
un reportaje ante Folha de San Pablo y sugirió que el acuerdo podría
cerrarse esta semana.
“Según
los trascendidos, habría mejoras no sólo económicas sino también
legales para los bonos con Indenture 2005, que mantendrían su status
legal. Lo legal es importantísimo porque creemos que sin eso
por más buena que fuera la oferta económica los tenedores de los
bonos Par y Discount no canjearían. Ahora bien, más allá de eso,
tenemos que ver cómo es la oferta económica. Lo último que se supo
que ofreció Guzmán fue un canje con un VPN promedio de U$S 47
mientras que los acreedores bajaron un poco sus pretensiones a US$
60. Si la oferta se acerca al US$ 55 creemos que hay chances
importantes de cerrar acuerdo con los grandes fondos”, dice Axel
Cardin desde Bull Martket Brokers ante El Economista, pero agrega que
esos US$ 55 no deben incluir el “sweetener” porque no sería
atractivo hoy.
“Primero
porque no sabemos si ese endulzante aplicará para todos los bonos o
sólo algunos; segundo porque es probable que ese ‘sweetener’ sea
difícil de valuar y tercero, porque sería difícil que lo mida el
Indec. Sobre el segundo punto pensemos en el cupón atado a
exportaciones agrícolas que se menciona. Si tomamos los últimos 10
años, sólo en 2 crecieron ese tipo de exportaciones, sumado a que
depende mucho de la variable precio, eso lo hace muy difícil de
valuar, aumentando las posibilidades de que los acreedores le
otorguen un valor nulo.
Un
cupón atado a exportaciones agrícolas sólo sería atractivo con un
nuevo boom en el precio de commodities. Sobre el tercer punto
nos referimos a la experiencia pasada del cupón PBI que, por
manipulación estadística, no se realizaron los pagos que
correspondían. De hecho, los acreedores dijeron que aceptarían un
cupón PBI pero sólo usando las mediciones del FMI en dólares
corrientes como base”, concluye Cardin.
Según
Bloomberg, el cupón exportador también suscita algunas dudas entre
los acreedores, que se pusieron a estudiar en los últimos días los
ciclos agrícolas.
Se
vienen días de definiciones y todo indica que la adhesión al nuevo
canje será mucho más alta que el del primero. ¿Alcanzará para
activar las Cláusulas de Acción Colectiva en los bonos 2005-2010 y
los 2016 y ponerle punto final? Esa es hoy la gran pregunta y el
mercado estima que no será nada fácil, sobre todos en los “bonos
K”.
Precisamente,
una idea que circuló ayer en las redes, y que seguramente tenga en
mente Guzmán, es la “desagregation”. ¿Qué significa? Así lo
explicó el abogado Horacio Liendo: “Es la posibilidad de excluir
aquellas series de bonos con baja aceptación para mejorar el
promedio general y poder eventualmente llegar al umbral del 75 u 85%
según los bonos”. Según Liendo, el Gobierno, si decidiera hacer
eso, debería avisar antes, so pena de que los acreedores vayan a los
tribunales. “Esa facultad del deudor debería ejercerse antes de
lanzar la propuesta definitiva y no después de vencido el plazo de
aceptación, cuando ya se conoce la respuesta de los bonistas, pero
el Gobierno quiere jugar con las cartas marcadas”, dijo Liendo.
En
definitiva, está todo bastante caminado hacia un canje respetable
e, incluso, exitoso.
(
https://eleconomista.com.ar/2020-06-guzman-alista-oferta-endulzada-y-las-puntas-ya-estan-muy-cerca/
)
Pese
a la traumática experiencia global en torno a la pandemia, y los
relatos que disputan el horizonte de sentido próximo, al parecer,
ninguna transformación verdaderamente profunda en torno a como las
sociedades y Estados nacionales del planeta sostienen la economía
Capitalista y neoliberal que signa los destinos de los pueblos en el
presente, parecen tener eco en las instancias concretas de actuación
y decisiones
de los actores influyentes … sin embargo, los de abajo “se
mueven” …
Daniel
Roberto Távora Mac Cormack
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