Martes 16 de Junio de 2020

LAS FINANZAS MUEVEN EL MUNDO

En estos últimos días diversas entidades nacionales y extranjeras han producido informes que alertan e intentan descifrar las dificultades y posibilidades que los sistemas globales y Nacionales enfrentarán en la post pandemia. 

 

Un Nuevo estudio elaborado por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial como trabajo preparatorio para el próximo G20 (Grupo de los 20), que se llevará a cabo del 21 al 22 de noviembre de 2020, en la ciudad de Riad y será la decimoquinta reunión del Grupo, fué comentado por Kristalina Georgieva, Directora general del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Los que más están sintiendo los efectos de la crisis de la Covid-19 son los que ya de por sí son más vulnerables. Esta calamidad podría provocar un aumento significativo de la desigualdad del ingreso y poner en peligro los avances alcanzados en materia de desarrollo, como los logros educativos y la reducción de la pobreza.
Nuevas estimaciones indican que cerca de 100 millones de personas de todo el mundo podrían caer en la pobreza extrema, suprimiendo así todos los avances en la reducción de la pobreza logrados en los últimos tres años.

Por esta razón, las autoridades económicas deben hacer todo lo que esté a su alcance para promover una recuperación más inclusiva, que beneficie a todos los segmentos de la sociedad.
Nuestro nuevo estudio, preparado conjuntamente con el Banco Mundial para el G20 (Grupo de los 20), se centra en cómo ampliar el acceso de los ciudadanos a las oportunidades, sean quienes sean y vengan de donde vengan.

Un acceso más equitativo a las oportunidades está asociado a un crecimiento más fuerte y sostenible, así como a un mayor aumento del ingreso de los pobres. No obstante, desarrollar la capacidad máxima de todas las personas no es tarea fácil.

Lo cierto es que el virus genera mayores riesgos para la salud de los hogares de bajo ingreso, los más damnificados por el desempleo récord y con menos probabilidades de beneficiarse del aprendizaje a distancia.

La nutrición infantil también puede verse perjudicada por la interrupción del servicio de comedor escolar.

Según estimaciones de las Naciones Unidas, más de 500 millones de niños de todo el mundo se han quedado sin acceso a la educación debido al confinamiento por el coronavirus. Muchos de ellos no volverán a las aulas tras la pandemia, con mayor probabilidad en el caso de las niñas.

Estas desigualdades son realmente alarmantes, pero no inesperadas. Sabemos por experiencia y gracias a análisis recientes del FMI que las grandes epidemias suelen agravar la desigualdad del ingreso ya existente.

Una respuesta de política sin parangón

La buena noticia es que gobiernos de todo el mundo han adoptado medidas de política extraordinarias para salvar vidas y proteger medios de subsistencia. Entre ellas cabe destacar nuevas iniciativas para proteger a los pobres: muchos países han ampliado la ayuda alimentaria y las transferencias monetarias focalizadas.

A escala global, las medidas fiscales adoptadas hasta la fecha ascienden a unos 10 billones (millones de millones) de dólares.
Sin embargo, la gravedad de la crisis obliga a realizar importantes esfuerzos adicionales. Por ejemplo, se requerirán medidas para evitar que la economía sufra daños prolongados, entre otras cosas como consecuencia de la pérdida de empleo y el aumento de la desigualdad.


Está claro que ampliar el acceso a las oportunidades es más importante que nunca si queremos evitar un incremento persistente de la desigualdad.

Teniendo esto en cuenta, deseo hacer hincapié en tres prioridades:
Usar el estímulo fiscal de forma apropiada

Durante la fase de recuperación, deberá aplicarse un estímulo fiscal considerable para impulsar el crecimiento y el empleo. La crisis financiera mundial demostró que, en general, en los países donde las pérdidas de producción fueron más significativas respecto a las tendencias anteriores a la crisis se registró un mayor incremento de la desigualdad.

Sin embargo, no basta con asegurar la recuperación del crecimiento. Recordemos las reformas que siguieron a la crisis financiera y las inversiones que incrementaron la capacidad de resistencia de los sistemas bancarios.
Durante la fase de recuperación, se requerirá un aluvión similar de reformas e inversiones para mejorar significativamente las perspectivas económicas de los más vulnerables.
Es decir, necesitaremos un estímulo fiscal que redunde en beneficios para las personas. Esto significa aumentar la inversión pública en los servicios de salud para proteger a los más vulnerables y reducir a un mínimo los riesgos derivados de epidemias futuras.

Y también significa reforzar las redes de protección social; ampliar el acceso a una educación de calidad, agua limpia y saneamiento, e invertir en infraestructuras climáticamente inteligentes.
Algunos países podrían ampliar también el acceso a servicios de guardería de alta calidad, con potencial para aumentar la participación de las mujeres en la fuerza laboral e impulsar el crecimiento a largo plazo.

Estas iniciativas son indispensables para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Pero, ¿cómo podemos aumentar significativamente el gasto si son tantos los países que actualmente afrontan un incremento de la deuda pública? En los mercados emergentes, la deuda pública ha aumentado hasta niveles nunca vistos en 50 años.

El FMI y el Banco Mundial han promovido la suspensión del servicio de la deuda como mecanismo de acción rápida a favor de países sin los recursos financieros necesarios para responder adecuadamente a la crisis.

El G20 ha respondido conviniendo en suspender el reembolso de los créditos bilaterales oficiales de los países más pobres, a partir del 1 de mayo de 2020 y hasta el final del año.

A mediano plazo, habrá margen para mejorar la eficiencia del gasto y movilizar más ingresos públicos.

También lo habrá para la reforma tributaria: por ejemplo, algunas economías avanzadas y en desarrollo podrían elevar las tasas impositivas máximas del impuesto sobre la renta de las personas físicas sin frenar el crecimiento.

Los países podrían tomar medidas para que el sistema de tributación de sociedades capture una parte apropiada de las ganancias extraordinarias percibidas por los “ganadores” de la crisis, quizá también las derivadas de actividades digitales.
Además, deberían aunarse esfuerzos para luchar contra los flujos ilícitos y eliminar las lagunas tributarias, tanto a nivel nacional como internacional.

Empoderar a la nueva generación mediante la educación
Con la interrupción de los programas educativos como consecuencia del virus, millones de niños corren el riesgo de caer en la “pobreza de aprendizaje”, que significa no saber leer ni entender un texto sencillo a los 10 años.

La pobreza de aprendizaje, impulsada por las deficiencias de acceso a una escolarización de calidad, ya es demasiado elevada, especialmente en los mercados emergentes y los países de bajo ingreso.

También nos preocupan los efectos a largo plazo que la crisis pueda tener sobre las brechas del ingreso y la educación.
En nuestros estudios, hemos analizado la relación que existe entre educación y desigualdad.

Un incremento de 10 puntos del coeficiente de Gini de un país (como los observados en algunas economías durante la crisis financiera mundial) se vincula a un grado de instrucción significativamente menor, de aproximadamente medio año, lo cual podría reducir los ingresos a lo largo de toda la vida y hacer que las diferencias de ingresos y oportunidades se transmitan de generación en generación.

Es por eso que debemos invertir más en educación, no limitarnos a gastar en escuelas y capacidad de aprendizaje a distancia, sino mejorar también la calidad de la educación y el acceso al aprendizaje y la capacitación para adquirir nuevas habilidades a lo largo de toda la vida.

La recompensa por estos esfuerzos puede ser enorme en términos de crecimiento, productividad y nivel de vida.

Las simulaciones, basadas en un modelo que reproduce una economía como Brasil, demuestran que una reducción de una cuarta parte de la brecha del logro educativo, con respecto al promedio de la OCDE, podría hacer aumentar el producto económico en más de un 14%.

Aprovechar el poder de la tecnología financiera

La Covid-19 ha provocado una migración en masa de las tecnologías analógicas a las digitales. Sin embargo, sus beneficios no han llegado a todo el mundo, y todo apunta a que uno de los legados de la crisis será una mayor brecha digital.


¿Qué pueden hacer los responsables de la política económica?


Es absolutamente prioritario ampliar el acceso de los hogares de bajo ingreso y las pequeñas empresas a los productos financieros, que les permitirán a los hogares mantener su consumo ante los shocks, y a las empresas, realizar inversiones productivas.
Esta “revolución de la inclusión” está cobrando impulso, y los gobiernos están realizando transferencias monetarias de emergencia en un volumen sin precedentes. Por ejemplo, en Pakistán y Perú, los nuevos programas de apoyo abarcan a un tercio de la población.

Llegar a los más vulnerables puede resultar complicado en las economías en desarrollo, donde casi 70% del empleo es informal, pero es ahí donde abundan las oportunidades para las tecnofinanzas.

Cabe recordar que aproximadamente dos tercios de los adultos sin acceso a cuentas bancarias (1100 millones de personas) sí tienen teléfono móvil, y una cuarta parte tienen acceso a Internet.
Si los pagos rutinarios que el gobierno realiza en efectivo se realizaran mediante cuentas bancarias el número de adultos sin acceso a una cuenta bancaria podría reducirse en 100 millones a escala mundial, y las oportunidades que existen en el sector privado son incluso mayores.

Es evidente que los gobiernos también deben gestionar los riesgos derivados de las tecnofinanzas. Se requieren reformas para promover la competencia, mejorar la protección del consumidor y luchar contra el lavado de dinero. Encontrar el equilibrio adecuado será imprescindible para reducir la desigualdad e impulsar el crecimiento.

Según nuestras investigaciones, cuanto mayor es el acceso al financiamiento y la tecnología, mayor es la movilidad intergeneracional del ingreso.

Asimismo, las estimaciones revelan que a largo plazo el diferencial de crecimiento del PIB es de 2 a 3 puntos porcentuales entre los países financieramente inclusivos y aquellos que no lo son tanto.
En todos estos ámbitos, el FMI trabaja con el Banco Mundial y muchos otros socios para respaldar a los países en estos tiempos de crisis.

Hemos asumido el firme compromiso de ayudar a los grupos vulnerables a través de la asistencia técnica práctica, el asesoramiento de política y los programas de préstamo, prestando mayor atención a las cuestiones relacionadas con el gasto social, como las redes de protección, la salud y la educación.
Conforme avance el proceso, todos los gobiernos deberán prepararse para una recuperación más inclusiva.

En este sentido, deberán adoptar las medidas adecuadas, sobre todo en materia de estímulo fiscal, educación y tecnofinanzas. Además, deberán intercambiar ideas, aprender de los demás y fomentar una mayor solidaridad.

Si la crisis actual nos ha enseñado algo es que la fortaleza de una sociedad viene definida por la de su miembro más débil. Esta debe ser la guía que nos lleve a un mundo más resiliente después de la pandemia.


La mayoría de los países han comenzado a reabrir sus economías, tal y como estaba previsto. Por el momento, no existen indicios fiables que permitan valorar los resultados de esta medida en las economías desarrolladas. Las encuestas relámpago de los índices de gestores de compras (PMI) publicadas la semana pasada respecto al mes de mayo en EE. UU. y Europa ofrecen unos datos razonablemente tranquilizadores en el plano de la actividad, si bien en menor medida en Japón. “No obstante, en paralelo, los datos publicados con una periodicidad elevada que recopila Google sugieren que, por ejemplo en el caso de EE. UU., incluso los estados que pusieron fin al confinamiento de forma temprana, como Texas y Florida, registran un volumen de reservas en los restaurantes aún muy endeble. Por tanto, los resultados de esta reapertura siguen sin estar claros, y el mercado está sencillamente reaccionando favorablemente al comienzo de esta, pese a que la visibilidad sobre los próximos 6-12 sigue siendo obviamente muy reducida, tal y como explicamos hace dos semanas.” comenta Didier Saint-Georges, miembro del Comité Estratégico de Inversión.


Así, el mercado considera que lo peor ha quedado atrás. Por ende, gran parte de nuestro incremento táctico de la exposición a la renta variable se centró en esta temática mediante, por ejemplo, la incorporación de valores de elevada calidad de los maltrechos sectores de los viajes y el ocio. Lógicamente, los sectores cíclicos en general, como el industrial y el financiero, también se están beneficiando de esta mejora a corto plazo de la confianza. El posicionamiento del mercado también ha favorecido estos movimientos dado que, hasta la fecha, los inversores se han mostrado globalmente muy prudentes pese al repunte desde los niveles mínimos de marzo: por ahora, la mayoría de los flujos han tenido como destino los fondos del mercado monetario y la deuda estadounidense, mientras que los mercados de renta variable europea y la deuda corporativa de alto rendimiento del Viejo Continente han seguido experimentado salidas de capitales.
Asimismo, la deuda corporativa también está registrando un sólido desempeño, pero ya habíamos iniciado una posición de gran envergadura en esta clase de activos hace aproximadamente un mes que ha firmado una evolución favorable durante las últimas semanas. Además, cabe tener en cuenta que la Fed ha empezado al fin a comprar deuda corporativa, tal y como anunció con antelación en marzo, lo que apuntala aún más nuestras posiciones.” señala.

La Comisión Europea básicamente ha refrendado la propuesta francoalemana de crear un fondo de recuperación con un volumen objetivo de 500.000 millones de euros en forma de subsidios en su totalidad y destinados los Estados miembro y regiones más perjudicados, a lo que se suman 250.000 millones de euros adicionales en forma de préstamos que, en apariencia, no llevan aparejada una condicionalidad excesivamente estricta. Evidentemente, ello es una buena noticia para los países de la periferia europea, especialmente para España y Portugal. Esta propuesta aún debe contar con el respaldo de todos los Estados miembro, incluidos los cuatro austeros países nórdicos de la Unión Europea. “No obstante, podemos afirmar con relativa seguridad que incluso si todo el proyecto se retrasara al tener que tramitarse por los canales tecnocráticos de negociación habituales (recordemos que, en cualquier caso, los desembolsos no tendrían lugar antes de 2021), el hecho de que Angela Merkel haya estampado su firma en una propuesta para la creación de un fondo de recuperación junto con Emmanuel Macron y que esta propuesta se esté ahora ratificando y ampliando en el marco de una propuesta de la UE constituye, sin lugar a dudas, una noticia alentadora.” asegura.

Eso podría constituir el primer caso de transferencia fiscal y, como mínimo, indica que Alemania ha alcanzado un punto en el que ha tomado conciencia de que acudir al rescate de los Estados miembro más débiles de la UE redunda en beneficio de los intereses comerciales del país teutón. Así, el riesgo extremo de una desintegración de Europa se ha reducido. También cabe destacar que la próxima semana deberíamos conocer más detalles sobre la ampliación del Programa de Compra de Emergencia Pandémica (PEPP, por sus siglas en inglés) y sobre el nuevo programa de operaciones de financiación a más largo plazo con objetivo específico (TLTRO), sumamente subvencionado y favorable a la banca europea.

En el plano económico, China ha anunciado un paquete de estímulos y, si bien es una buena noticia, la envergadura del paquete es claramente modesta. Ello justifica en parte que mantengamos una postura prudente y una subexposición en los mercados emergentes y que solo estemos expuestos a sectores de crecimiento no cíclicos en China.

En el plano político, cabría esperar que en un año electoral tan tenso en EE. UU. presenciemos una cantidad considerable de aspavientos y de confrontación entre las altas esferas de China y EE. UU. Así, cabría preguntarse si tememos que la adopción de una postura de guerra fría se pueda traducir en un importante recrudecimiento de las tensiones comerciales o del riesgo en torno a la situación de Hong Kong este año. Cierto es que todo es posible, pero no creemos que vaya a ser así, dado que no redunda en beneficio de ninguna de las partes este año correr grandes riesgos con los mercados financieros o la economía. Por tanto, esperamos episodios de volatilidad, pero confiamos en nuestras posiciones en China.” finaliza.


El Banco Europeo para la reconstrucción y el Desarrollo (EBRD) presentó el Informe financiero 2019 que incluye los estados financieros aprobados y auditados que deben presentarse de conformidad con el Artículo 27 del Acuerdo por lo que establece la Sección 13 de sus Estatutos.

El BERD es un banco multilateral que promueve el desarrollo del sector privado y la iniciativa empresarial en 38 economías en tres continentes. El Banco es propiedad de 69 países, así como de la UE y el BEI. Las inversiones del BERD tienen como objetivo hacer que las economías de sus regiones sean competitivas, bien gobernadas, ecológicas, inclusivas, resistentes e integradas.


El informe permite tomar datos acerca del Estado financiero de las Entidades Bancarias antes de la pandemia, lo que aporta datos para un análisis proyectual de sus capacidades para afrontar la crisis presente por la pandemia global del Covid19.

Por su parte el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) publico un oportuno trabajo referido a la seguridad alimentaria justo en tiempos donde nuestro país puso foco en el tema a raíz de la medida de intervención y envió al Congreso nacional de un Proyecto para expropias la firma Vicentín, una de las principales corporaciones nacionales en el Sector de granos y alimentos.

El Informe “Garantizando la Seguridad alimentaria en ALC”
define: “La seguridad alimentaria hace referencia a “la situación que existe cuando todas las personas, en todo momento, tienen acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias para desarrollar una vida activa y sana” (FAO, 2006).

El COVID-19 representa una amenaza para la seguridad alimentaria en América Latina y el Caribe (ALC), que ya venía desmejorando en años recientes. De hecho, mientras en el año 2014 el hambre afectaba a 38,5 millones de personas en la región, esta cif ra superó los 42 millones de personas en 2018 (FAO, OPS, WFP y UNICEF, 2019). Esto sugiere que aproximadamente el 10% de la población en ALC se encuentra en estado de desnutrición, lo cual conllevó a un salto importante en el índice de inseguridad alimentaria grave que pasó de 7,6% de la población en 2016, a 9,8 % de la población en 2017 (FAO, OPS, WFP y UNICEF, 2019). 
 

El COVID-19 puede afectar la seguridad alimentaria en todas sus dimensiones: (i) la disponibilidad de alimentos (oferta de alimentos a nivel nacional o local, a través de la producción agrícola del país o del intercambio comercial); (ii) el acceso a los alimentos (disponibilidad de recursos, financieros y f ísicos, de los hogares para adquirir una cantidad apropiada de alimentos); (iii) la utilización de los alimentos (calidad de la dieta para alcanzar un estado nutricional adecuado); (iv) la estabilidad de los alimentos (capacidad de mantener un acceso constante a los alimentos). Estas dimensiones representan los pilares que componen el sistema agroalimentario y que incluye todos los eslabones de la cadena de suministro (i.e. proveedores de insumos, productores, transportistas y comercializadores). -

Una afectación a la seguridad alimentaria de la región puede
manifestarse a través de la inestabilidad de los alimentos, principalmente por un incremento desmedido en los precios de los
alimentos y/o la ocurrencia de desastres naturales.
Las acciones para superar esta crisis deberán tener como objetivo garantizar la seguridad alimentaria de los hogares en ALC,
manteniendo la disponibilidad, el acceso, la estabilidad y la utilización de los alimentos a través de acciones que apoyen el
consumo, la producción, la distribución, y el comercio de alimentos, sostiene el informe.

La semana pasada, el Indec dio a conocer el Índice de Precios al Consumidor (IPC) correspondiente a mayo, el cual se ubicó en 1,5%. De esta manera, durante el quinto mes del año la variación del nivel general de los precios fue exactamente la misma que la de abril. Obviamente, este ritmo “bajo” de los precios se da en un contexto de parálisis de gran parte de la actividad por las medidas de aislamiento social.

No obstante, varios analistas coinciden en advertir que el “veranito” de los precios no se mantendrá por mucho tiempo y que muy pronto se empezará a observar una dinámica de aceleración respecto a los “bajos” niveles verificados desde el inicio de la cuarentena.


De acuerdo con un reciente  informe de Analytica, dos meses consecutivos con la inflación por debajo del 2%, como ocurrió en abril y mayo, es un panorama que difícilmente pueda sostenerse durante el segundo semestre del año, donde la inflación promedio superaría el 3% mensual hasta fin de año, según sus proyecciones. “Sin embargo, como dijimos en reiterados informes, no hay espacio para un desborde en los precios”, agregaron.

Nuestra proyección se ubica en el rango de 40-45% anual hacia  diciembre”, ampliaron. En 2019, vale recordar, fue 53,8%: la más alta desde 1991. La consultora prevé una devaluación del tipo de cambio oficial y un sinceramiento en los precios regulados. “De verificarse este escenario, la inflación se ubicaría por encima del 3% mensual, incluso si el ajuste fuese gradual”, afirmó, e indicó que la opción es subir la tasa de interés, a la vez que señaló que una devaluación en un contexto como el actual no sería el mejor camino para buscar recuperar el consumo.

El otro camino, más probable y viable políticamente, es seguir con la regla de ‘devaluación gradual’ (2-3% por mes), sin grandes shocks y, de ser necesario, ajustar todo lo necesario la tasa de interés. De esta forma, se evita un impacto adicional sobre los salarios reales, pero se complica el endeudamiento corporativo luego del Covid-19”, sugirieron desde la consultora que capitanean Ricardo Delgado y Rodrigo Alvarez. Incluso, sugieren, relajando algunas restricciones.

Además de arreglar la deuda y subir tasas, en Analytica creen que hace falta delinear un plan, también. “Una vez concluidas las negociaciones por la deuda, habrá que encarar una seria y consistente programación macroeconómica, para naturalmente descomprimir las expectativas y bajar las presiones cambiarias sin devaluar en forma desordenada. Esta no sólo es la salida virtuosa, sino la más probable”, concluyeron.

El Observatorio de Políticas públicas que depende de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) bajo la coordinación de Santiago Fraschina, publicó un nuevo informe que da cuenta de el estado actual de la cuestión de recaudación impositiva en el país y la necesidad y beneficios que otorgaría al sistema el tan debatido y controvertido impuesto a las grandes fortunas, en la República Argentina.

El Informe consigna que “ Las consecuencias del programa económico ejecutado en el cuatrienio gobernado por la alianza Cambiemos han significado para la sociedad argentina un deterioro de todos los indicadores económicos y sociales. Las empresas vinculadas al mercado interno fueronafectadas de sobremanera por la política económica llevada a cabo por la gestión anterior, el aumento exponencial de las tarifas de los servicios públicos, las altas tasas de interés y los continuos aumentos del precio del dólar redundó en un encarecimiento de los costos de producción en aquellas firmas que se nutren de insumos, bienes intermedios y de capital externos para producir. A su vez, la apertura indiscriminada a las importaciones de todo tipo de bienes desplazó la producción nacional haciendo inviable la existencia de muchas empresas, la desaparición de más de 20 mil firmas nacionales entre el 2015 y 2019 da cuenta de la destrucción del aparato productivo durante la administración anterior. Por su parte, el mercado laboral se deterioró considerablemente, el desempleo, la informalidad y la precarización sufridas por los trabajadores, más una alta inflación derivó en una pérdida de la capacidad de compra de los salarios reales reprimiendo el consumo, al mismo tiempo que aumentaba la pobreza y la indigencia. Asimismo, las desregulaciones del mercado cambiario, de la cuenta de capital y del sistema bancario favorecieron mecanismos de valorización financiera de muy corto plazo, generando una salida de divisas del país sin parangón. Según el informe de mediados de mayo del Banco Central de la República Argentina, durante el período gobernado por la alianza Cambiemos, se fugaron del país más de 86 mil millones de dólares. Del mismo modo, la deuda externa creció de manera considerable condicionando el programa económico de la actual gestión. A la crisis existente se le añadió la irrupción de la pandemia del coronavirus, encontrándose los primeros casos en Argentina en el mes de marzo. Esto ha profundizado la crisis económica en la que se encontraba el país. El decreto 297/2020 que fuera publicado el 19 de marzo por el poder ejecutivo nacional dispuso el aislamiento social preventivo y obligatorio con el fin de evitar la propagación del virus, lo que significó la paralización de toda actividad económica que no fuera esencial.Ello conllevó al Estado a realizar diversas erogaciones extraordinarias pese a que la recaudación se resentía producto del freno a gran parte de la actividad económica. Para esto se inyectaron pesos desde el Banco Central como hace mucho no sucedía.”


La irrupción de la pandemia del coronavirus ha profundizado la crisis económica en la que se encontraba el país. El decreto 297/2020 que fuera publicado el 19 de marzo por el ejecutivo nacional dispuso el aislamiento social preventivo y obligatorio con el fin de evitar la propagación del virus, lo que significó la paralización de toda actividad económica que no fuera esencial.

Hasta el momento se ha conseguido un sistema sanitario que abastece toda necesidad causada por esta, sin embargo, la parálisis económica es evidente y uno de los principales impactos se observa en la caída de la recaudación, que al mes de mayó mostró una variación negativa de 21% interanual, en términos reales.

Al mismo tiempo, el Estado Nacional se hizo presente ampliando la capacidad del sistema de salud y universalizando ingresos, de modo de paliar las consecuencias negativas. Sin embargo, por restricciones cambiarias o inflacionarias, la inyección de pesos por parte del BCRA no puede ser infinita y se abre la pregunta de cuáles serán los sectores que pagarán la crisis.

En ese contexto diputados del oficialismo dejaron ver la posibilidad de aplicar un impuesto, por única vez, a las grandes fortunas. Este gravaría a tan solo el 0,04% de la población adulta y al 0,08% de la Población económicamente activa.

Pese a gravar a tan solo 12.000 personas, su recaudación alcanzaría para la puesta en marcha de 8 hospitales modulares de emergencia (de los cuales en estos meses ya se inauguraron 12). Al mismo tiempo funcionaría como una escala adicional para el impuesto a los bienes personales, cuyo peso en la recaudación total ha caída en los últimos cuatro años, quedando la estructura tributaría argentina con una matriz más regresiva.

Un tributo de estas características no es meramente una idea local: en diversas latitudes se están barajando impuestos extraordinarios ante situaciones extraordinarias y siempre con un criterio de justicia distributiva. Es decir, con altos mínimos no imponibles, de modo que solo alcance a los sectores sociales más pudientes.El abanico es amplio y abarca países latinoamericanos como Chile o Perú hasta Suiza o Italia.

Finalmente, el informe también aborda comparativas internacionales, que permiten desandar ciertos sentidos comunes instalados. Por un lado, la presión tributaria argentina (del total de impuestos) se encuentra por debajo del promedio de los aíses de la OCDE

¿Será expresión de deseo aquello de que el arreglo con los acreedores está al caer? Algo de eso hay, por cierto. El deseo del consenso es salir del noveno default soberano y poner a la deuda pública en una trayectoria sustentable, es decir, pagable. Eso permitiría descomprimir el riesgo país y (re)abrir el financiamiento para privados (y, eventualmente, para el soberano) y, también, morigerar la tensión financiera, reduciendo la brecha cambiaria y poniéndole un piso a las escasas reservas del BCRA. Permitiría, además, avanzar en otros temas de la agenda pospandémica. Hay demasiados problemas (varios de ellos aun vinculados con la deuda pública, como los bonos en dólares Ley Local, el FMI y el Club de París) como para darse el lujo de seguir en default.


Un “soft default” que, si no se zanja pronto, puede empezar a complicarse más. Ya no está el duro Thomas Griesa en Manhattan y los fondos no están belicosos, pero no queda mucho más carretel en el ovillo amistoso.

Pero, además de los deseos, también hay indicios concretos de que el “deal” está cerca, muy, aunque no cerrado aún.

En eso está Martín Guzmán. Quizás con un delay indeseable y costoso, está por poner sobre la mesa una propuesta más atractiva (para los bonistas). Todo indica que será estos días y, a diferencia de aquella que fue bochada por goleada, está tiene mejores chances. Alberto Fernández, quien tiene la palabra final, quiere arreglar. Por todo eso, hay expectativa con que la tercera sea la vencida. Las dudas, en rigor, pasan más por algunos acreedores más inflexibles o menos apurados de lo pensado porque tienen espaldas para esperar y, eventualmente, litigar. Por eso, la semana pasada el mentor de Guzmán (el Nobel “Joe” Stiglitz) los tildó de “sinvergüenzas” mientras que el Presidente fue más prolijo: “Están tirando demasiado de la cuerda”.

El interés por cerrar el “deal” se percibe en los trascendidos sobre esa tercera oferta y la lejanía financiera con la primera. “La semana pasado trascendió otra oferta por parte del Gobierno, que se basaría en 4 mejoras”, dice Fernando Marull desde FMYA. “Se mantendrían los derechos adquiridos de los fondos que tienen títulos Exchange (canje 2005-10), sin quita de capital, se empezaría a pagar intereses desde 2021 y habría un‘endulzante’”, resume Marull.

El “sweetner” estaría atado a las exportaciones, aunque no se conocen más detalles, como cuándo se gatillará, quien lo auditará y qué tipo de exportaciones serán incluidas. La clave será que valor le asigna el mercado a dicho instrumento, y eso no está claro aún.
En base a trascendidos, la nueva oferta alcanzaría los US$ 50 de valor (exit yield 10%) más US$ 2 que le agregaría el cupón de exportaciones. Esta  tercera oferta se acerca, pero sigue lejos de los US$ 61 que pedirían los  acreedores”, dice Marull.

Un artículo de Bloomberg señaló ayer que los acreedores presentaron una contraoferta el fin de semana que no se difundió porque está operativas, hasta hoy, las cláusulas de confidencialidad (NDA, en ingles). Allí, según Bloomberg, habrían bajado sus pretensiones a la zona de US$ 54- 56 de Valor Presente Neto (VPN) e, incluso, algunos tolerarían hasta US$ 52, es decir, casi en contacto con la oferta de la República. También hay diferencias entre los bonistas y por eso hay varios comités. Ayer, Guzmán se mostró optimista en un reportaje ante Folha de San Pablo y sugirió que el acuerdo podría cerrarse esta semana.

Según los trascendidos, habría mejoras no sólo económicas sino también legales para los bonos con Indenture 2005, que mantendrían su status legal.  Lo legal es importantísimo porque creemos que sin eso por más buena que fuera la oferta económica los tenedores de los bonos Par y Discount no canjearían. Ahora bien, más allá de eso, tenemos que ver cómo es la oferta económica. Lo último que se supo que ofreció Guzmán fue un canje con un VPN promedio de U$S 47 mientras que los acreedores bajaron un poco sus pretensiones a US$ 60. Si la oferta se acerca al US$ 55 creemos que hay chances importantes de cerrar acuerdo con los grandes fondos”, dice Axel Cardin desde Bull Martket Brokers ante El Economista, pero agrega que esos US$ 55 no deben incluir el “sweetener” porque no sería atractivo hoy.

Primero porque no sabemos si ese endulzante aplicará para todos los bonos o sólo algunos; segundo porque es probable que ese ‘sweetener’ sea difícil de valuar y tercero, porque sería difícil que lo mida el Indec. Sobre el segundo punto pensemos en el cupón atado a exportaciones agrícolas que se menciona. Si tomamos los últimos 10 años, sólo en 2 crecieron ese tipo de exportaciones, sumado a que depende mucho de la variable precio, eso lo hace muy difícil de valuar, aumentando las posibilidades de que los  acreedores le otorguen un valor nulo.

Un cupón atado a exportaciones agrícolas sólo sería atractivo con un nuevo boom en el precio de  commodities. Sobre el tercer punto nos referimos a la experiencia pasada del cupón PBI que, por manipulación estadística, no se realizaron los pagos que correspondían. De hecho, los acreedores dijeron que aceptarían un cupón PBI pero sólo usando las mediciones del FMI en dólares corrientes como base”, concluye Cardin.

Según Bloomberg, el cupón exportador también suscita algunas dudas entre los acreedores, que se pusieron a estudiar en los últimos días los ciclos agrícolas.


Se vienen días de definiciones y todo indica que la adhesión al nuevo canje será mucho más alta que el del primero. ¿Alcanzará para activar las Cláusulas de Acción Colectiva en los bonos 2005-2010 y los 2016 y ponerle punto final? Esa es hoy la gran pregunta y el mercado estima que no será nada fácil, sobre todos en los “bonos K”.

Precisamente, una idea que circuló ayer en las redes, y que seguramente tenga en mente Guzmán, es la “desagregation”. ¿Qué significa? Así lo explicó el abogado Horacio Liendo: “Es la posibilidad de excluir aquellas series de bonos con baja aceptación para mejorar el promedio general y poder eventualmente llegar al umbral del 75 u 85% según los bonos”. Según Liendo, el Gobierno, si decidiera hacer eso, debería avisar antes, so pena de que los acreedores vayan a los tribunales. “Esa facultad del deudor debería ejercerse antes de lanzar la propuesta definitiva y no después de vencido el plazo de aceptación, cuando ya se conoce la respuesta de los bonistas, pero el Gobierno quiere jugar con las cartas marcadas”, dijo Liendo.

En definitiva, está todo bastante caminado hacia un canje respetable e,  incluso, exitoso.

Pese a la traumática experiencia global en torno a la pandemia, y los relatos que disputan el horizonte de sentido próximo, al parecer, ninguna transformación verdaderamente profunda en torno a como las sociedades y Estados nacionales del planeta sostienen la economía Capitalista y neoliberal que signa los destinos de los pueblos en el presente, parecen tener eco en las instancias concretas de actuación y decisiones de los actores influyentes … sin embargo, los de abajo “se mueven” …

Daniel Roberto Távora Mac Cormack



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