Jueves 18 de junio de 2020
Los medios … siempre los medios
…
El tema de la intervención de
Vicentin no podía estar ausente en el reportaje que en la noche del
miércoles el Presidente le dio a Telefé noticias. Pero nadie
sospechaba que el tratamiento de la noticia otorgase un sabroso cruce
entre Pérez y Fernández.
"La polémica y cuestionable
intervención de una empresa privada que estaba en manos de un juez
su concurso.. y con expropiación, una palabra que erizó la piel de
todos los sectores empresarios..." fue el preámbulo que la
conductora Cristina Pérez eligió para su pregunta: "¿hay
una chance de que haya un estadío intermedio para no llegar a esa
situación, que para muchos compromete las garantías al derecho a la
propiedad privada establecida por la constitución?"
Alberto Fernández la escuchaba
serio y al final esbozó una sonrisa. "A mí me parece que la
pregunta funcionaría mucho mejor si Cristina deja de lado los
adjetivos", empezó su respuesta Fernández que se vio
inmediatamente interrumpido. "La periodista soy yo, usted es el
Presidente. Disculpe pero tengo derecho a expresarla como me
parezca", dijo Pérez levantando un poco la voz".
--Usted dígalo como quiera, pero
yo solo quiero marcarle al oyente que el solo hecho de adjetivar como
polémica y cuestionable, bueno... usted diga yo creo que es así,
está bien. Pero eso no es el común, eso es lo que usted cree
--continuó el Presidente--. Ahora le voy a contestar su inquietud...
--Le puedo decir por qué dije
polémica y cuestionable --volvió a interrumpir la periodista.
--Porque usted lo cree --la cortó
Fernández.
--No, no --insistió Pérez--.
Porque la Constitución no le da atribuciones al Poder Ejecutivo para
intervenir en una empresa privada de esaa manera, a través de un
decreto, por ejemplo.
--Está equivocada. Yo lo que
recomiendo entonces es que además lea la Constitución. Allí dice
que por razones de utilidad pública el Ejecutivo puede expropiar
bienes. No lo digo yo, lo dice la Constitución nacional --recuperó
su estilo profesoral el Presidente.
--Me refiero a la intervención,
los constitucionalistas lo afirmaron
--insistió la conductora.
--Entonces lo que yo le
recomiendo es que además de leer la Constitución lea la Ley de
Expropiaciones, porque esa Ley faculta que a la hora de expropiar uno
pueda intervenir. Así que me ahorraría muchas cosas si leyera la
Constitución y la Ley de Expropiaciones --cerró Fernández la
discusión.
Después, finalmente, dio a
conocer su respuesta: "Nosotros no estamos expropiando una
empresa que funciona maravillosamente bien. Se trata de una empresa
que ha caído en concurso preventivo acusada de una serie de
maniobras que han hecho un enorme daño al sector cerealero".
Las dos cuestiones en las que se
cruzan interpretaciones y validaciones de criticas y posiciones
conflictivas frente a hechos y decisiones refieren precisamente a los
adjetivos y adverbios que asumen que los hechos tienen determinada
cualidad o calidad, temporalidad o impacto. Dibujan además, el
universo conceptual desde el cual se emiten opiniones, se formulan
preguntas y se intenta direccionar las respuestas.
Una
abrumadora línea editorial, sostenida por Clarín, La Nación e
Infobae, quiere imponer a Cristina Kirchner como quien decidió la
intervención estatal de la empresa Vicentin, condenada a coro,
mientras el Presidente es ubicado en un lugar secundario y hasta
silencioso. Al menos 30 notas firmadas en seis días siguen esta
fórmula, que se abre a nombres y consignas repetidas como metralla:
La Cámpora, Venezuela, Instituto Patria.
La acción opositora de estos
medios no es novedad, y tampoco lo son las coincidencias frecuentes
entre algunos columnistas, que siguen la rutina de repetir algunas
interpretaciones, versiones y argumentos. Sin embargo, no se había
visto desde diciembre de 2019 un despliegue tan compacto y reiterado.
Esta postura, además de unificar
en la misma posición y línea argumental a por lo menos 30
columnistas, es desplegada también por títulos, notas sin firma y
“noticias” que en verdad son más y más editoriales, como
reproducir en los diarios lo que dicen conductores radiales y
televisivos que siguen respetuosamente el mismo guión: Cristina
Kirchner, kirchnerismo, Máximo Kirchner, La Cámpora, Instituto
Patria, Venezuela, chavismo.
El despliegue es tan abrumador y
reiterado que le resta espacio a otras estrategias. Una de ellas, la
que intenta hacer creer que las causas por las denuncias por
espionaje del macrismo, en especial la que lleva el juez Villena, de
Lomas de Zamora, se deben a que la vicepresidenta lanzó un operativo
de “venganza”. Hasta quedó arrinconada la patética maniobra
cometida en un canal de TV israelí para reinstalar el tema Nisman.
También perdieron espacio las notas que defienden los intereses de
los acreedores, aún en medio de la negociación por la deuda
externa.
La condena al anuncio
presidencial de intervención a Vicentin y del envío de un proyecto
de ley de expropiación tiene otro rasgo igualmente copiado por estos
columnistas, con apenas dos excepciones a lo largo de seis días:
minimizar o censurar el formidable caudal crediticio que el macrismo
le obsequió a esta empresa, una forma de intervencionismo estatal
que estos medios no gustan denunciar. Luego, con un poco más de
elaboración, hurgaron en créditos que Vicentin recibió durante el
kirchnerismo, para tratar de igualarlo a lo hecho por Macri.
El miércoles, Van der Kooy
interpretó en Clarín que la declaración del Presidente para
confirmar que la decisión sobre la cerealera en quiebra la adoptó
él, es tomada como confirmación de lo contrario. Mismo día y mismo
argumento: Morales Solá en La Nación pregunta si “vale la pena
seguir diferenciado a Alberto Fernández de Cristina Kirchner”, ya
que el Presidente, dice, “no está dispuesto a ponerle frenos al
cristinismo”.
Al día siguiente retomó Pagni,
en La Nación, para hablar de un “presidente testigo”. Y el
domingo, Tenembaum en Infobae se pregunta si el Presidente se limitó
a leer lo que escribieron otros.
Y así se copian, se alimentan y
retroalimentan unos a otros para deambular en círculo alrededor de
lo mismo. Lo hacen el domingo Van der Kooy y Kirschbaum, en Clarín,
sin agregar una cuota siquiera ínfima de razonamiento propio. Y en
el mismo diario, tal vez se le escapó a un columnista de tercera
línea, Fioriti, la afirmación de que el Presidente quedó
“descolocado” por “la instalación de que La Cámpora y
Cristina se adueñan de la iniciativa”. Es interesante que el
redactor le dé el nombre justo, instalación, a la maniobra del
grupo de medios para el que trabaja.
Instalación es buena definición
para esta secuencia: el viernes Bonelli escribió en Clarín que
Echegaray trabajó en el Patria para el proyecto de expropiación. El
domingo Nicolás Wiñazki publica que Echegaray trabajó en el Patria
para el proyecto de expropiación, “como lo escribió Bonelli”.
¡Por fin una fuente con nombre y apellido!
Y así, meras repeticiones,
copiar y pegar. En esa uniformidad, sobresale la molestia que
expresan Wiñazki y Van der Kooy el domingo, sobre la denuncia de la
Unidad de Investigación Financiera contra los capos de Vicentin, por
lavado de dinero, en apariencia parte de lo que explica la calamitosa
situación de la empresa. Les molesta especialmente este aspecto del
conflicto y, obvio, afirman que la denuncia fue orden de “Ella”.
Los muy generosos aportes de
Vicentin a la campaña electoral macrista quedan como dato
prácticamente olvidado. Es que solo había espacio para malicias
como la de Letjman el jueves en Infobae, que no conforme con repetir
la adjudicación política al kirchnerismo, dice que en el proyecto
actuó la “intelligentzia” (sic) de La Cámpora. Y de ahí pasó
a una especie de chiste, al hablar de “manifestaciones espontáneas”
en Avellaneda, Santa Fe, por las protestas convocadas por el
intendente del macrismo, correveidile de Vicentin.
Las denuncias y las primeras
evidencias ya conocidas sobre el espionaje ilegal del macrismo son
harto incómodas para estos medios y columnistas, porque ellos mismos
dispusieron de material de esos servicios para combatir a la
oposición entre 2015 y 2019, fueran o no materiales hallados
milagrosamente detrás de un árbol.
Intentan que las denuncias queden
reducidas a una acción de Cristina Kirchner en pos de una venganza
y, para eso, no pueden siquiera mencionar que Rodríguez Larreta y
otros exponentes del macrismo también víctimas del accionar ilegal.
Sin embargo, los datos y
evidencias se multiplican y necesitan más que el mero ocultamiento.
Tal vez por ello Van der Kooy de Clarín y Morales Solá de La Nación
coinciden el domingo en un mismo enunciado: la Vicepresidenta quiere
aparentar que es víctima de un “presunto espionaje”. Y en todo
caso, teclean, habrá que investigar, pero no vale lo mismo si la
“fogonera” de la denuncia es Cristina Kirchner. Según se mire,
tal vez esté naciendo una genialidad jurídica: desestimar causas y
no investigar delitos por la identidad política de quien denuncia.
El que no tiene descanso es el
pobre Borges. Fernández Díaz le había dado una generosa tregua
pero volvió a apropiarse de él en su artículo en La Nación, con
la finalidad de repetir expresiones de odio al peronismo y reducir
los casos de espionaje ilegal a una “venganza” de Cristina
Kirchner. Y otro que seguro jamás se abocó a fondo a Borges es
Huergo, de Clarín, quien el martes tipeó: “La sombra doliente de
las expropiaciones cayó definitivamente sobre la pampa argentina”.
Parece que la patronal cerealera es capaz de exigir fintas poéticas,
aunque sean cacofónicas.
Infodemia, desinformación
y pandemia
En tiempos de pandemia mundial
Covid-19, la preocupación por la difusión de operaciones de
desinformación (mal llamadas fake news) a través de distintos
dispositivos, tanto tradicionales como plataformas digitales, llama
la atención pública y reactiva el debate sobre su alcance,
incidencia y efectos sociales y políticos. Este video es parte de
las actividades de acompañamiento pedagógico que realiza el
Seminario Taller de Introducción a la Informática, la Telemática y
el Procesamiento de Datos de la Carrera de Ciencias de la
Comunicación de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad
de Buenos Aires en el primer semestre 2020, en el que el titular de
la cátedra, Martín Becerra, introduce brevemente el tema en
cuestión:
La comunicación además de
informar y de culturizar a la sociedad, tiene como tarea inmediata
incrementar la producción, facilitar el intercambio y mejorar la
calidad de los productos, en las sociedades de consumo; una tarea
económica de los medios de comunicación es la de inducir el máximo
consumo de bienes y servicios, su eliminación anticipada, y sobre
todo, la creación de necesidades artificiales para consumos
superfluos y degradantes.
Los medios de comunicación
están determinados por lo económico: aplicados a la perpetuación
de los grupos económicos y de poder.
Históricamente, se percibe una
estrecha relación de expansión entre los medios de comunicación y
el modo de producción mercantilista. Así pues, los procesos
comunicativos se desarrollan en función del crecimiento de capacidad
productiva de la sociedad así como también para generar la
plusvalía, factor esencial para la continuidad del sistema, por lo
cual quedan condicionados a los fines de producción en gran escala.
El proceso de masificación
implica la incorporación total de productores y consumidores en una
sola red de relaciones, articulada por los mass media. En el mercado
competitivo, la oferta y la demanda determinan los precios; en el
mercado monopólico, son los los grandes consorcios los que rigen.
Este es el llamado liderato de precios, consiste cuando una empresa
ofrece sus productos a un precio determinado, el cual es adoptado por
las demás. El líder por lo general, es la empresa más grande y
poderosa del ramo, y las demás aceptan su posición predominante, no
sólo porque les beneficia el hacerlo así, sino también porque
saben que si llegan a una batalla de precios, el líder podría
aguantar dicha competencia mejor que ellas.
La competencia monopolista puede
ser considerada como la lucha de las grandes empresas por el control
absoluto del mercado, tanto interno como externo del país de que se
trate. Este control las hace tan poderosas que pueden influir de
forma determinante en las decisiones de los gobiernos de los países
dependientes, para que dichas decisiones siempre sean favorables a
sus intereses. Un claro ejemplo en México, son las empresas
telefónicas Telmex y Telcel, las cuales imponen tarifas y
condiciones a todo ese sector en el país.
La diferenciación artificial de
productos, de la competencia monopólica, ha desplazado a último
término el valor de uso de la mercancía, basando las ventas en mera
apariencia, deformando en muchos de los casos, la utilización
racional de bienes y servicios. Para este fin, el uso de la
mercadotecnia y sus distintos componentes como comportamiento del
consumidor, el CRM, teoría del color, psicología y los medios
masivos cada día mas específicos y algunos diversificados, como los
electrónicos, llámense internet, twiter, facebook, venden productos
innecesarios; o bien, crean nuevas culturas y formas de
comportamiento con el fin de inducirnos a la compra de productos o
servicios.
Los medios de comunicación
funcionan como propagadores de ideologías dominantes. La generación
de la plusvalía en ocasiones requiere de convencimiento y es ahí
donde los medios masivos contribuyen en gran medida al
convencimiento, creando patrones y necesidades inexistentes que
persuaden a comprar el producto o servicio en cuestión.
La necesidad de consumir, cuando
no existe, debe de ser creada para satisfacer el ciclo de producción
y de reposición. Los esfuerzos que deben hacerse en escala masiva,
implican fuertes inversiones, que son estrictamente necesarias para
montar complejos sistemas y lograr una difusión y mayor penetración
del mercado. El pasado Super Bowl XLIX 2015, marcó récord de
transmisión con 112.2 millones de espectadores de 45 países y 34
idiomas distintos, con costos de inversión como la producción de un
spot de 30 segundos de un millón de dólares y la transmisión por
una única vez de 4.5 millones de dólares. El sitio oficial en
internet superó los 600 millones de visitas, lo cual proporciona una
clara idea de quienes son los que pueden realizar esas inversiones
millonarias: los grandes productores que apuestan a los medios, su
difusión para potencializar las ventas de sus servicios o productos.
La empresa líder en computación Microsoft, la cervecera Budweiser,
y la Automotriz Hyundai, fueron las que mayor impacto y las que más
se recordaron ya que tuvieron en público telespectador, lo cual les
aseguró una demanda considerable en sus productos o servicios.
La comunicación dinamiza la
producción en dos niveles distintos e independientes: en la fase
productiva se condiciona un mercado y una masa; en el otro nivel, se
da impulso especial a la circulación de los productos, incluso a
algunos que por motivos ajenos a su voluntad se encuentran
almacenados. Por otra parte, toda forma de comunicación se define
concretamente en la sociedad, el intercambio de ideas y de bienes se
estructura a partir de relaciones sociales determinadas. La
especificidad de esas relaciones delimitan la estructura social. Los
medios masivos de comunicación, como son la prensa, radio, cine,
televisión e internet, se dirigen al público sobre todo en su
calidad de consumidor; y junto a la propagación de imágenes, textos
y audios se induce desde temprana edad al consumismo. Otra situación
es que al consumidor se le condiciona, de tal manera que considera su
conducta como natural, incluso racional.
Es evidente, que los medios
masivos de comunicación, en esta etapa de libre competencia y
monopolios absolutos tienen como objetivo principal tener un papel de
reproductores de la cúpula en el poder político, económico y
cultural.
Recapitulando, se pueden
establecer claramente los dos grande campos de actividad de los mass
media: la publicidad y la mercadotecnia, utilizadas como instrumentos
psicológicos para manejar las «decisiones» de compra y consumo de
las masas, mientras que la propaganda se convierte en instrumento de
invaluable eficacia.
Es indiscutible el poder que los
medios de comunicación sobre la sociedad, la cual es manipulada a
fin de que, inconscientemente, sus miembros se conviertan en
individuos orientados hacia un solo objetivo: consumir, consumir y
consumir cada vez más y más, todos los artículos cualesquiera que
sean, a través de los medios más atractivos. Los medios de
comunicación masiva en el sistema de competencias y monopolio han
dejado de ser instrumentos de información para convertirse en los
grandes orientadores del gasto: por ejemplo, el buen fin.
Por otro lado, los medios masivos
se vuelven parte medular de la cultura contemporánea y convertir la
cultura popular en cultura de masas, dañando la verdadera esencia de
la cultura. Por cultura popular se entiende la producción
intelectual o material creada por las capas populares de la sociedad.
Comprendiendo el folclore, el mito, la leyenda, la fábula, las
canciones, la música popular, la artesanía y la indumentaria, es la
creación propia de un pueblo siendo esta la expresión más genuina
de su cultura sin sufrir deformaciones o mutilaciones en su forma o
contenido.
Los medios masivos de
comunicación, al retransmitir estas culturas le dan su propia
visión, deformando y mutilando en la mayoría de las veces para
convertirla en cultura de masas, adecuada a sus propios intereses. La
cultura de masas, es el conjunto de valores, dominantes en las
sociedades desarrolladas, que se basan en la transmisión de los
conocimientos y las creencias a partir de los medios de comunicación
masiva.
La cultura de masas consigue
fabricar en gran escala con técnicas y procedimientos industriales,
ideas, sueños e ilusiones, estilos personales, y hasta un estilo de
vida aptos para poder ser asimilados por las clases sociales
expuestas a los medios de comunicación.
Para concluir, los medios masivos
de comunicación se han convertido en recreadores de la ideología
dominante, de los hábitos y comportamiento del consumidor, con la
finalidad de estimular los mercados y lograr la atención de todos
aquellos que estén expuestos a sus impactos publicitarios,
propagandísticos, políticos y mercadológicos, con el único fin de
ganar, ganar y ganar.
Romper con los pre-juicios y las
ideas funcionales al mantenimiento de las estructuras de ejercicio de
poder y concentración económicas en favor de determinados sectores
minoritarios que sostienen privilegios contrarios al bien común, no
depende exclusivamente de la transformación del mapa de medios sino
de la toma de conciencia de toda la sociedad respecto del rol que la
información y los medios de comunicación que se encargan de
administrar, producir e instalar en las sociedades, responda a un
sentido verdaderamente democrático y no a la alimentación de las
propias ignorancias que soberbiamente se sostienen en la subjetividad
y objetividad del propio interés o ilusión respecto de aquello que
se cree saber.
En
el marco de una nueva conmemoración por el Día del y la Periodista,
el
pasado 7 de junio,
medios cooperativos, comunitarios y alternativos expresaron por medio
de un documento su preocupación por la emergencia del sector y
exigieron la distribución democrática, equitativa y federal de la
pauta publicitaria. La Federación
Asociativa de Diarios y Comunicadores Cooperativos de la República
Argentina (FADICCRA),
junto a la Coordinadora
de Televisoras Alternativas (CONTA)
y el Foro
Argentino de Radios Comunitarias (FARCO)
plantearon en el comunicado que «la distribución equitativa y
federal, garantiza el pluralismo informativo».
En
este Día del y la Periodista, desde estas redes representantes de
medios cooperativos, comunitarios y alternativos, queremos expresar
nuestra preocupación por la emergencia del sector. Mientras los
medios de los grupos económicos cobran los ATP y
acumulan la pauta publicitaria, para nuestros medios apenas llegan
las migajas o, en muchos casos, ni siquiera eso.
El
10 de diciembre en el mensaje de asunción presidencial de Alberto
Fernández aplaudimos
la disposición de que la publicidad del Estado sea para
instituciones periodísticas, y ya no para periodistas individuales.
Constituye un primer paso en poder regular otro sótano de la
democracia, con una caja millonaria y manejos discrecionales.
Porque muchas veces los gobiernos
han usado la pauta para pagar favores, operaciones y disciplinar
líneas editoriales, y muchos empresarios han utilizado esos recursos
públicos para hacer negociados y luego dejar a sus trabajadores y
trabajadoras en la calle.
Por eso es necesario regular la
pauta publicitaria con un criterio democrático y federal, que se
constituya como política pública perdurable y estructural de
nuestro país. Se trata de cómo los Estados comunican su gestión, a
la vez que es un recurso fundamental tanto para el sostenimiento como
para la equidad y la pluralidad informativa: si se distribuye en
pocas manos concentradas porteñas, se perpetúa y aumenta la
concentración; si se distribuye democrática y federalmente, se
garantiza el pluralismo informativo. No es difícil de entender, pero
para garantizarlo debe haber un lineamiento y política de Estado
claros, que no quede a merced de los criterios de uno u otro
funcionario.
Las redes abajo firmantes
representamos a más de 150 medios de todas las provincias
argentinas, donde trabajamos miles de comunicadoras y comunicadores.
Periódicos, portales, radios y televisoras nacidas en democracia,
que con lucha y construcción en logramos -y en muchos casos seguimos
reclamando, a más de diez años de sancionada la Ley de Servicios de
Comunicación Audiovisual-, el marco legal para funcionar.
El
presidente de la Nación afirmó: “Empezar
por los últimos para después llegar a todos”.
En el caso de los medios esa regla no se está cumpliendo. De allí
nuestra preocupación ¿Cómo puede ser que hasta los CEOs de grandes
conglomerados mediáticos como Clarín y Perfil cobren
ATPs y contratos millonarios de publicidad y para un medio
comunitario no haya pauta ni otros programas de asistencia en medio
de la pandemia?
En
este Día del y la Periodista queremos reivindicar a Mariano
Moreno,
la gesta de 1810 que inauguró un periodismo comprometido con el
desarrollo nacional y de unidad latinoamericana. Somos parte de esa
misma tradición.
Por eso afirmamos que no somos neutrales. Ante la pobreza nos indignamos y denunciamos sus causas. Ante la deuda externa reclamamos investigación. Ante la dependencia argentina proponemos debates permanentes.
Por eso afirmamos que no somos neutrales. Ante la pobreza nos indignamos y denunciamos sus causas. Ante la deuda externa reclamamos investigación. Ante la dependencia argentina proponemos debates permanentes.
En nuestros medios hablan los
movimientos sociales, sindicales, culturales y políticos, se
expresan “los últimos” de los que habla el Presidente. Mientras
los sectores de poder estigmatizan, hacen operaciones permanentes y
hasta juegan a favor de los acreedores de la deuda externa…
nuestros medios informan y disputan agenda desde el Pueblo y desde el
Sur.
Queremos profundizar nuestra
democracia, queremos una Argentina federal, por eso construimos en
red, porque “nadie se salva sólo”. Creemos en la solidaridad y
la practicamos.
Por eso en este 7 de junio nos
comprometemos a seguir adelante, a la vez exigiendo al Estado
garantías para seguir funcionando. Porque sin medios comunitarios no
hay democracia.
Daniel Roberto Távora Mac
Cormack
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