Las nuevas formas de la guerra.

Las formas de la Guerra en el siglo XXI

En la actual etapa del Capitalismo, el neoliberalismo financiero, las guerras que sostienen los poderes imperiales y hegemónicos adquieren particularidades específicas asociadas a las formas de conocimiento y producción tecno-cientifica. Las élites mundiales, hoy agrupadas en Holdings y consorcios transnacionales, desarrollan sus tácticas y técnicas de dominio por medio del manejo de las subjetividades y mentalidades pensadas como universales, a pesar de los discursos vacíos respecto a la diversidad cultural y el “respeto” por la ideas, en tanto todo ideal, si busca concreción en la historia, queda sometida a la concentración financiera que en definitiva decide que idea se realiza y cual quedará en el universo de las “ideas viento”, que jamás lograrán impacto concreto, real y material en la vida de las personas.

Ignorancia y conocimiento

Yuval Noah Harari, Historiador israelí, escribe “La ignorancia, el mayor descubrimiento humano”

Gracus/Oxford-Universidad Hebrea Jerusalén

(Extractado del capítulo La revolución de la Ignorancia del libro SAPIENS (De animales a dioses) del Dr. Yuval N. Harari (DEBATE) ) Publicado por Gracus y Prensa Ecuménica.

Los humanos han buscado comprender el universo al menos desde la revolución cognitiva. Nuestros antepasados invirtieron una gran cantidad de tiempo y esfuerzo en intentar descubrir las reglas que rigen el mundo natural. Pero la ciencia moderna difiere de todas las tradiciones previas de conocimiento en tres puntos fundamentales:

a. La disposición a admitir ignorancia.

La ciencia moderna se basa en el precepto latino ignoramus: «no lo sabemos». Da por sentado que no lo sabemos todo. E incluso de manera más crítica, acepta que puede demostrarse que las cosas que pensamos que sabemos son erróneas a medida que obtenemos más conocimiento. Ningún concepto, idea o teoría son sagrados ni se hallan libres de ser puestos en entredicho.

b. La centralidad de la observación y de las matemáticas. 

Después de haber admitido ignorancia, la ciencia moderna pretende obtener nuevos conocimientos. Esto lo hace reuniendo observaciones y después empleando herramientas matemáticas para conectar dichas observaciones en teorías generales.

c. La adquisición de nuevos poderes. 

La ciencia moderna no se contenta con crear teorías. Usa dichas teorías con el fin de adquirir nuevos poderes, y en particular para desarrollar nuevas tecnologías.

La revolución científica no ha sido una revolución del conocimiento. Ha sido, sobre todo, una revolución de la ignorancia. El gran descubrimiento que puso en marcha la revolución científica fue el descubrimiento que los humanos no saben todas las respuestas a sus preguntas más importantes.
Las tradiciones premodernas del conocimiento, como el islamismo, el cristianismo, el budismo y el confucianismo, afirmaban que todo lo que era importante saber acerca del mundo ya era conocido. Los grandes dioses, o el único Dios todopoderoso, o los sabios del pasado, poseían la sabiduría que lo abarca todo, que nos revelaban en escrituras y tradiciones orales.

Los mortales comunes y corrientes obtenían el saber al profundizar en estos textos y tradiciones antiguos y comprenderlos adecuadamente. Era inconcebible que la Biblia, el Corán o los Vedas fallaran en un secreto crucial del universo, y que este pudiera ser descubierto por criaturas de carne y hueso.

Las antiguas tradiciones del conocimiento solo admitían dos tipos de ignorancia. Primero, un individuo podía ignorar algo importante. Para obtener el conocimiento necesario, todo lo que tenía que hacer era preguntar a alguien más sabio. No había ninguna necesidad de descubrir algo que nadie sabía todavía. Por ejemplo, si un campesino de alguna aldea de la Castilla del siglo XIII quería saber cómo se originó la raza humana, suponía que la tradición cristiana poseía la respuesta definitiva. Todo lo que tenía que hacer era preguntarle al sacerdote local.

Segundo, toda una tradición podía ser ignorante de cosas sin importancia. Por definición, todo lo que los grandes dioses o los sabios del pasado no se preocuparon de decirnos carecía de importancia. Por ejemplo, si nuestro campesino castellano quería saber de qué manera las arañas tejen sus telarañas, no tenía sentido preguntarlo al sacerdote, porque no había ninguna respuesta a esta pregunta en ninguna de las Escrituras cristianas. Esto no significaba, sin embargo, que el cristianismo fuera deficiente. Significaba más bien que comprender de qué manera las arañas tejen sus telarañas no era importante. Después de todo, Dios sabía perfectamente bien la manera en que las arañas lo hacen. Si esta fuera una información vital, necesaria para la prosperidad y la salvación humanas, Dios hubiera incluido una amplia
explicación en la Biblia.

El cristianismo no prohibía que la gente estudiara las arañas. Pero los estudiosos de las arañas (si acaso había alguno en la Europa medieval) tenían que aceptar su papel periférico en la sociedad y la irrelevancia de sus hallazgos para las verdades eternas del cristianismo. Con independencia de lo que un estudioso pudiera descubrir acerca de las arañas, o las mariposas, o los pinzones de las Galápagos, este conocimiento era trivial, sin relación con las verdades fundamentales de la sociedad, la política y la economía.
En realidad, las cosas no eran nunca tan sencillas.

En cualquier época, incluso las más piadosas y conservadoras, hubo personas que argumentaron que había cosas importantes que toda su tradición ignoraba. Pero estas personas solían ser marginadas o perseguidas, o bien fundaron una nueva tradición y empezaron a afirmar que ellos sabían todo lo que hay que saber. Por ejemplo, el profeta Mahoma inició su carrera religiosa condenando a sus conciudadanos árabes por vivir en la ignorancia de la divina verdad. Pero el propio Mahoma muy pronto empezó a decir que él conocía toda la verdad, y sus seguidores empezaron a llamarle «el sello de los profetas». A partir de ahí, no había necesidad de revelaciones más allá de las que se habían dado a Mahoma.

La ciencia moderna es una tradición única de conocimiento, por cuanto admite abiertamente ignorancia colectiva en relación con las cuestiones más importantes. Darwin no dijo nunca que fuera «El sello de los biólogos», ni que resolviera el enigma de la vida de una vez por todas. Después de siglos de extensa investigación científica, los biólogos admiten que todavía no tienen una buena explicación para la manera en que el cerebro produce la conciencia. Los físicos admiten que no saben qué causó el big bang, o cómo reconciliar la mecánica cuántica con la teoría de la relatividad general. (PE/Gracus)

Universidades

El Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) dio el visto bueno para la creación de seis nuevas universidades públicas en territorio bonaerense y en el distrito porteño.

Las universidades deberán ser ahora aprobadas por el Congreso. Se trata de la Universidad Nacional del Delta, con sede en Tigre, San Fernando y Escobar, la Universidad Nacional de Pilar, la de Cuenca del Salado, Saladillo y Ezeiza. 

Además, la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo pasará a ser reconocida como Universidad Nacional. De esta manera, habrá 63 casas de altos estudios en todo el país. 

Hecho en Casa o Hecho en otras casas

Salimah Mónica G. COSSENS GONZÁLEZ,Maestra en Estudios sobre Estados Unidos (American Studies), UDLA-P (México). Máster en Historia Antigua por la University College London, Reino Unido. Doctoranda en Ciencias Políticas y Sociales, FCPyS, UNAM (México). Intereses principales: ampliación de la perspectiva histórica en RI y el papel del comercio en el desarrollo de los sistemas internacionales pre-Westfalianos.

Publico en la revista cientifica arbitrada Relaciones Internacionales Número 48 • Octubre 2021 - Enero 2022 Grupo de Estudios de Relaciones Internacionales Universidad Autónoma de Madrid “El humanocentrismo ante el etnocentrismo: ubicando la experiencia humana al centro de la disciplina de Relaciones Internacionales”

En el citado texto, la autora analizar los orígenes del eurocentrismo, así como de su consolidación en la forma de un etnocentrismo anglosajón, como las visiones dominantes en el estudio de Relaciones Internacionales. De igual manera, se revisan las razones por las que esta ideología continúa vigente y por qué estos enfoques han influido no solo en la disciplina académica sino también en la misma estructura política de la sociedad internacional pasando por alto las voces de las regiones periféricas de este centro europeo-anglosajón. Al respecto, en él se hace un análisis introductorio sobre el papel que la Historia ha fungido dentro de la disciplina y la forma en que la corriente principal de esta la ha utilizado, muchas veces, como la cantera desde donde extraer los hechos que han apoyado a conformar las teorías y los paradigmas del presente. La Historia ha sido una herramienta exógena, si no superflua, por mucho tiempo, utilizada por la ideología dominante, que ha contribuido al paradigma eurocentrista. Por lo que en este trabajo se aboga por la ampliación de la perspectiva geotemporal en el análisis y la diversificación de las temáticas en Relaciones Internacionales para darle voz a todas las regiones del mundo. 


A partir del análisis documental de diversos textos, con especial atención a aquellos escritos fuera del centro académico tradicional europeo, como los trabajos de Deniz Kuru, de Turquía, Melody Fonseca, de Puerto Rico, y las opiniones de académicos de diversos centros de investigación en América Latina, se propone en este artículo reconstruir la disciplina, como lo sugiere Jacques Derrida, no con el objetivo de disolverla o destruirla, sino el de analizar las estructuras sobre las que se basa el elemento discursivo, la manera en la que pensamos, la perspectiva desde donde analizamos. Un punto de partida para enriquecer esta visión es la de buscar en la historia de cada una de las regiones del mundo los orígenes de las interacciones humanas, qué nos puede decir la historia de cada región sobre su propia experiencia internacional para así darnos cuenta que, como Aristóteles lo dijo, el ser humano es por naturaleza, un ser político y que lo internacional está intrínsecamente ligado a la naturaleza humana. Con esta visión humanocentrista, podemos reconstruir acertadamente una disciplina global e inclusiva, sumándola a la concepción dominante y perfeccionándola en unas Relaciones Internacionales con un conocimiento holístico de la sociedad internacional, dando pauta a elaboraciones teóricas “hechas en casa”.

FMI

El próximo sábado comenzará la 16° reunión del G-20 en Roma. El ministro Guzmán viajó este miércoles a Italia, donde mantendrá una reunión con la jefa del FMI, en el marco de las negociaciones por la reestructuración de la deuda. El presidente Alberto Fernández llegará el sábado y también participará de una reunión con Kristalina Georgieva.

El gobierno busca obtener señales claras del FMI para avanzar en un acuerdo que permita refinanciar la deuda de USD 45.000 millones adquirida durante la gestión del ex presidente Mauricio Macri. Alberto Fernández dijo que si aún no se llegó a un acuerdo fue porque el país “no se va a arrodillar” y pidió que el organismo se haga cargo de haberle prestado a la Argentina un monto que no podía pagar.

El staff del FMI publicó ayer un paper con recomendaciones para los países del G-20: entre ellos, uno de los pedidos de Argentina sobre la redistribución de los DEG a países en desarrollo.

ARA San Juan

La Cámara Federal de Mar del Plata no hizo lugar al planteo de recusación presentado por los abogados de Mauricio Macri contra el juez Martín Bava, por lo que seguirá al frente de la causa.

El ex presidente declaró ayer a las 12 en el juzgado de Dolores. Recibió el apoyo de los principales referentes de Juntos por el Cambio. 

La causa investiga supuestas maniobras de espionaje ilegal que habrían tenido como objetivo monitorear las actividades de las organizaciones de familiares de víctimas del hundimiento del submarino ARA San Juan, que se produjo en noviembre de 2017.

Impuesto a los multimillonarios

Representantes del Partido Demócrata en el Senado norteamericano presentaron ayer un plan para subir los impuestos a los multimillonarios y pagar de esa manera el paquete de ayuda social que propone el presidente Biden. La propuesta afectaría a personas físicas que ganen más de 100 millones de dólares al año o cuyos activos estén valorados en más de 1.000 millones de dólares. Se estima que el aumento del impuesto a las ganancias de capital alcanzaría a unos 700 multimillonarios de Estados Unidos. 

La Casa Blanca apoyó la propuesta a través de declaraciones de la vocera, Jen Psaki. 

El martes, el director ejecutivo de la ONU para el Programa Mundial de Alimentos dijo que con el 0,36% de la riqueza de los principales multimillonarios se podría salvar la vida de 42 millones de personas en riesgo alimentario, con una donación por única vez.  

Nadie está mejor equipado para montar un desafío constitucional a un impuesto propuesto sobre las ganancias de capital no realizadas de los ultrarricos que, bueno, los aproximadamente 700 multimillonarios que pueden enfrentar el impuesto. Y los rumores de que la propuesta demócrata puede no sobrevivir a la revisión de la Corte Suprema, por no hablar de la oposición del senador Joe Manchin, demócrata de Virginia Occidental, cuyo voto es crucial para que se apruebe el impuesto, parecen haber inspirado una nueva idea para recaudar ingresos de los ricos. 

Los "tramos de súper tarifas" pueden ser el próximo intento de gravar a los súper ricos, según Punchbowl News . Esto crearía impuestos más altos para los ingresos superiores a una determinada cantidad: un 5 por ciento adicional en los ingresos superiores a $ 10 millones y otro 3 por ciento en los ingresos superiores a $ 25 millones. Esta idea aún está en negociación y es posible que no se materialice con estos detalles, si es que lo hace.

La solución alternativa abordaría la cuestión constitucional. Gravar la renta es sencillo, mientras que un impuesto sobre la riqueza plantea cuestiones legales sin resolver . Presentar un impuesto sobre el patrimonio ante la Corte Suprema, donde seguramente terminaría, con seis jueces conservadores podría resolver el asunto y sentar un precedente legal, de una manera que sería un revés para los demócratas. La solución de la tarifa superior evita todo eso, pero no llega al meollo del problema del impuesto sobre el patrimonio.

¿Cuáles son las ventajas y desventajas de un impuesto sobre el patrimonio?

(CENITAL – THE NEW YORK TIMES)

David Leonhardt, ESCRIBE EN “THE MORNING”, El newletter de “The New York Times”

La mayoría de los estadounidenses pagan un impuesto sobre el patrimonio anual sobre su activo más importante. Se llama impuesto a la propiedad. Cada año, pagan una cantidad equivalente a un pequeño porcentaje del valor estimado de su casa, y una casa es, con mucho, el artículo más valioso que posee la mayoría de las familias.

Los muy ricos son diferentes. Si bien también pagan impuestos sobre la propiedad, sus hogares tienden a representar una pequeña parte de su patrimonio neto. La mayor parte de sus activos no están gravados.

En las últimas décadas, otros impuestos, como el las impuesto a sociedades (cuya carga recae sobre los accionistas) y el al impuesto patrimonio , sirvieron casi como impuestos sobre el patrimonio de facto. Pero esos otros impuestos han disminuido, lo que ha provocado que la tasa impositiva federal total sobre los ricos caiga en picada.

Hoy en día, los ricos poseen una parte mucho mayor de los activos del país que antes y pagan menos impuestos por cada dólar de activos. Esta combinación crea problemas para todos los demás. Muchos estadounidenses poseen solo activos modestos y el gobierno federal lucha por recaudar suficientes ingresos fiscales para pagar las necesidades de la sociedad, como la educación, la atención médica, el transporte, la investigación científica y el ejército.

Hoy, quiero evaluar las objeciones más comunes a los impuestos sobre el patrimonio. Algunos son más fuertes que otros.

1. Destruirán la economía

Este es probablemente el argumento empírico más débil contra un impuesto sobre el patrimonio. Es una versión del mismo caso que siempre hacen los que se oponen a los aumentos de impuestos a los ricos. Y tiene un historial histórico muy pobre.

Cuando los impuestos a los ricos eran mucho más altos que en la actualidad, en las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, la economía se disparó. Desde la década de 1980, los impuestos de alto nivel se han desplomado y la economía de EE. UU. Ha tenido problemas: el crecimiento económico, los ingresos para la mayoría de las personas y otras medidas de bienestar (como la esperanza de vida) se han estancado desde la década de 1980. Una excepción fue la década de 1990, después de que Bill Clinton aumentara los impuestos sobre la renta de los ricos y el impuesto de sociedades.

Es difícil determinar la causa y el efecto de estos problemas. Pero no hay pruebas convincentes de que los bajos impuestos a los ricos ayuden a la economía en general.

2. Están condenados al fracaso

Una parte de este argumento también tiene poca evidencia que lo respalde, mientras que otra es más discutible.

La parte más débil afirma que los ricos encontrarán una manera de evitar todos los efectos de un aumento de impuestos. Eso también es históricamente inexacto. Cuando el gobierno federal ha elevado las tasas de impuestos a los ricos, los pagos de impuestos de los ricos han aumentado.

Mucha gente opina que no se puede hacer nada”, me dijo Gabriel Zucman, economista de la Universidad de California en Berkeley. "Eso está mal. Mira la historia ".

Aquí hay otra forma de pensarlo: si los muy ricos pudieran realmente evitar los efectos de los aumentos de impuestos, probablemente no gastarían tanto dinero y esfuerzo tratando de derrotar los aumentos de impuestos propuestos.

El argumento más serio es que crear un nuevo impuesto sobre el patrimonio sería más difícil logísticamente que aumentar los impuestos existentes, como el impuesto sobre sucesiones, el impuesto sobre sociedades o el impuesto sobre la renta. (La senadora Kyrsten Sinema de Arizona y casi todos los republicanos evidentemente se oponen a muchos de esos otros aumentos, lo que los hace imposibles de aprobar y hace que algunos demócratas presten atención a los impuestos sobre el patrimonio).

Un nuevo impuesto sobre el patrimonio requeriría que los funcionarios federales hicieran algo nuevo: estimar el valor de los activos cada año. También tendrían que decidir cuáles estaban sujetos a impuestos. Muchos expertos consideran que estos desafíos son superables, pero otros países a veces han tenido problemas con los detalles.

3. Son inconstitucionales

El gobierno federal tiene el poder de gravar los ingresos gracias a la 16ª Enmienda. No está tan claro qué riqueza puede gravar el gobierno federal.

El código tributario ya incluye algunas disposiciones similares a un impuesto sobre el patrimonio, como un impuesto a los fondos mutuos basado en su valor actual. Aún así, el poder de decidir cuáles son las últimas constitucionales recae en la Corte Suprema. Bajo el presidente del Tribunal Supremo John Roberts, la corte ha sido amigable con los intereses de los ricos. La corte de Roberts también ha sido agresiva en ocasiones sobre la revocación del Congreso.

Incluso si el tribunal anulara el impuesto sobre el patrimonio, otras partes del proyecto de ley demócratas (expansiones de la atención médica, la educación y la energía limpia) podrían sobrevivir, , de la revista New York Jonathan Chait señaló .

La línea de fondo

Un impuesto sobre el patrimonio es legal y logísticamente más riesgoso que un aumento de los impuestos existentes. Pero también tiene ventajas que esos otros impuestos no tienen. Aborda directamente el enorme aumento de la desigualdad de la riqueza en las últimas décadas.

A menos que el gobierno federal tome medidas para revertir ese aumento, a través de impuestos existentes o nuevos, la desigualdad económica en los EE. UU. Permanecerá casi con certeza cerca de sus niveles actuales similares a los de la Edad Dorada.

Los Impuestos en Argentina

El Senado de la Nación aprobó , en la tarde de ayer, y giró a la Cámara de Diputados, un proyecto que modifica el artículo 24 de la Ley Impuestos a los Bienes Personales y permitirá incrementar el mínimo no imponible para que una menor cantidad de contribuyentes se encuentre comprendido en el pago de este tributo.

La iniciativa, que contó con el apoyo del oficialismo y de la oposición, busca eximir del alcance del gravamen a los contribuyentes cuyos bienes, en su conjunto, resulten en un valor igual o inferior a los seis millones de pesos.

El proyecto inicial contemplaba un monto igual o inferior a ocho millones de pesos, cifra que a partir del consenso alcanzado entre las distintas fuerzas fue reducido a 6 millones de pesos.

En la actualidad el límite es de dos millones de pesos.

En tanto, los inmuebles destinados a casa-habitación no estarán alcanzados por el impuesto cuando su valor determinado resulte igual o inferior a treinta millones de pesos, un monto que en la actualidad es de 18 millones de pesos.

Además, los valores del nuevo límite se actualizarán automáticamente en diciembre de cada año en base a la variación del índice de precios al por mayor nivel general elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

El proyecto, presentado por el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda del Senado, el cordobés Carlos Caserio, fue modificado tras la emisión del dictamen y antes de la votación en el recinto.

Originalmente, la iniciativa fijaba un piso en ocho millones de pesos como mínimo no imponible para conjunto de los bienes declarados por los contribuyentes y de cincuenta millones de pesos en el caso de la casa-habitación destinada a vivienda.

Al defender el proyecto en la sesión de hoy, el legislador cordobés remarcó que la actual Ley tiene un piso “insuficiente”.

“De no actualizar, comenzaríamos a gravar contribuyentes a los que no sería razonable hacerlo.

Cualquier familia que posea un coche chico y un terreno para construir su vivienda estaría tributando este impuesto. Es una cosa injusta. No solo deben ser justos y sensatos los impuestos, sino que deben ser aplicados en situaciones razonables”, explicó Caserio.

El legislador insistió en que “esta es una ley justa, sensata y que ayuda en momentos difíciles de la Argentina”.

“La situación económica está en recuperación, pero las familias aún están sufriendo”, remarcó el senador cordobés.

Además, Caserio puntualizó que con la reforma a la Ley de Bienes Personales “más de 600 mil personas no pagarán el tributo”.

A su turno, la senadora opositora Laura Rodríguez Machado, coterránea de Caserio, dijo que el interbloque de Juntos por el Cambio “siempre estará de acuerdo con proyectos de ley que traen un alivio fiscal al contribuyente”.

No obstante, afirmó que “este aumento del piso es escaso” y que “no alcanza porque, sacando números, cualquier ciudadano con un auto pequeño y sin tener casa propia, pagará Bienes Personales”.

“El número de una casa habitación equivale a los treinta mil dólares actuales. Es muy bajo el piso”, insistió la senadora cordobesa.

Además, Rodríguez Machado enfatizó que la modificación de Bienes Personales “es un reconocimiento expreso del bloque oficialista de que los argentinos somos cada vez más pobres”.

“Con tener un auto, un lavarropa, una heladera y un televisor, sin tener casa, se pasa a pagar Bienes Personales”, aseguró.

A su turno, el peronista disidente Juan Carlos Romero también dijo que “es una ley exigua”, aunque reconoció que “es un alivio” para los contribuyentes.

“Se ve que quienes manejan Hacienda están cuidando la caja, porque esto no es lo que propuso el senador por Córdoba originalmente”, dijo con tono irónico Romero al hacer referencia a los valores que tenía el proyecto que presentó a principios de octubre Caserio.

Para Romero, “es positiva la actualización” y agregó que “habiendo tanta inflación, lo mejor que tenemos que hacer es no tratar esto de manera tan repetida”.

Por último, el jefe del bloque del oficialismo, José Mayans, remarcó que el actual piso de “dos millones de pesos es una base que no corresponde”.

“Este es un aporte para contribuir al problema económico que tienen los trabajadores”, remarcó Mayans, tras lo cual agregó que “Argentina tiene un problema con los precios y, por eso, la pobreza se duplicó desde 2015”.

Impuestos

En la Argentina, la recaudación es llevada a cabo por los gobiernos nacional, provincial y municipal, principalmente, mediante impuestos aplicados a ganancias, activos y consumo.
A nivel nacional, la AFIP, una entidad independiente que informa al Ministro de Economía, es responsable de cobrar los impuestos, recaudar y supervisar.
A nivel nacional, los principales ingresos por recaudación de impuestos incluyen: Impuesto a las Ganancias, Impuesto al Valor Agregado, Impuesto a la Ganancia Mínima Presunta, Impuestos Especiales, Impuesto a los Bienes Personales e Impuesto sobre los Débitos y Créditos Bancarios y Otras Operatorias.

A nivel provincial, los impuestos son recaudados y administrados por los organismos fiscales de las provincias, trabajando bajo la directiva de los ministros de economía de cada provincia. Los principales impuestos provinciales son: Impuesto sobre los Ingresos Brutos, Impuesto al Sello e Impuesto a la Transferencia de Inmuebles.
Las municipalidades recaudan ingresos mediante tasas y contribuciones especiales.

Los residentes en el país deben pagar una cantidad anual calculada sobre la base de un porcentaje de 0,75% (para el 2016), 0,5% (para el 2017) y 0,25% (desde el 2018 en adelante). Los individuos domiciliados en el extranjero pagan solo los impuestos sobre sus activos localizados en la Argentina.

Nuevo Régimen de Promoción de la Economía del Conocimiento

El 26 de octubre de 2020, el Gobierno introdujo nuevos incentivos fiscales tendientes a promover la economía del conocimiento hasta fines de 2029. Los incentivos del nuevo régimen incluyen una reducción de la tasa del impuesto a las ganancias corporativas (actualmente del 25%, sujeto a potenciales modificaciones), la exención del pago de derechos de exportación para las empresas del sector de servicios, un bono de crédito fiscal no transferible de hasta un 70% de las contribuciones patronales y estabilidad impositiva con relación a los beneficios del nuevo régimen (disponibles hasta el 31 de diciembre de 2029)

Nuevo Régimen de Información de 
Planificaciones Fiscales Tributarias

La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) emitió la Resolución No. 4838/2020 de fecha 19 de octubre de 2020, que está alineada con la Acción 12 (Normas de Declaración Obligatoria) del plan para evitar la erosión de las bases imponibles y el traslado de beneficios (BEPS, por sus siglas en inglés). La resolución, vigente desde el 20 de octubre, crea un régimen informativo con respecto a las estrategias de planificación impositiva nacionales e internacionales (el Régimen). Los nuevos requerimientos de información pueden aplicarse de forma retroactiva.

El Régimen requiere que los contribuyentes informen todo acuerdo, esquema, plan u otra acción de la que resulte una ventaja fiscal o cualquier otro tipo de beneficio con respecto a cualquier impuesto federal argentino (no solamente el impuesto a las ganancias) o cualquier otro régimen informativo vigente en Argentina en el contexto nacional o internacional.

Impuesto a las ganancias corporativas

La alícuota del impuesto a las ganancias aplicable a las ganancias netas imponibles de las empresas es del 25% para los ejercicios fiscales que comienzan el 1 de enero de 2021 o con posterioridad. Hacia fines de abril, se analizaba un proyecto de ley para introducir una escala de tasas impositivas que varían del 25% al 35%. Las personas jurídicas residentes en Argentina están sujetas al impuesto a las ganancias por sus ingresos de fuente argentina y extranjera y pueden solicitar que todos los impuestos similares efectivamente pagados en el extranjero sobre los ingresos de fuente extranjera sean considerados como un crédito fiscal.

Dra. YANINA BEADE, Egresada de la Universidad de Buenos Aires, graduada como Contadora Pública y matriculada en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Como jóven profesional poseo conocimientos, aptitudes y experiencia adquirida en diversas empresas y estudios contables que me permiten asumir nuevos desafíos y el cumplimiento de objetivos y requerimientos según la actividad de cada cliente.

Así mismo los nuevos emprendimientos y la organización de nuevas empresas nos motivan a un especial esfuerzo y dedicación, por ello mi compromiso es la capacitación permanente y el feedback continuo para asistir a los clientes en tiempo y forma con los requerimientos fiscales, laborales y contables.

Escribió hace unos días en Infobae: “Diferencias entre elusión y evasión de impuestos”

Muchas veces esos conceptos suelen utilizarse como sinónimos, pero son muy diferentes

Con motivo del 23 Congreso Nacional de Profesionales de Ciencias Económicas y primer Congreso Nacional Virtual organizado por la Federación Argentina de Consejos de Profesionales de Ciencias Económicas (Facpce) y coordinado por el CPCE Córdoba la directora general de la AFIP, Mercedes Marco del Pont participó de la apertura y sus palabras tuvieron una fuerte repercusión entre los asistentes al evento y la comunidad en general.

Por un lado, destacó el; aun cuando los plazos y las condiciones para desarrollar su tarea no eran los razonables.

Pero también, la funcionaria y también matriculada en el CPCE mencionó que la AFIP logró un “vínculo muy virtuoso” con los afiliados, pero alertó que hay un “sector minoritario” que “desenvuelve un rol activo para garantizar la evasión y la elusión”, sin especificar que se trata de diferentes conceptos.

Es sabido que las principales funciones de AFIP son las de recaudar para hacer frente a los diversos gastos a cargo del Estado y fiscalizar el cumplimiento de las obligaciones tributarias por parte de los contribuyentes. En sentido opuesto, estos últimos solicitan a los matriculados en Ciencias Económicas que los ayuden a obtener una mayor rentabilidad en un país donde la carga tributaria es cada vez mayor, buscando diferentes alternativas al momento de abonar los impuestos.

Operar fuera de la ley

Ahora bien, cuando se habla de evasión se refiere al mecanismo utilizado para no pagar o reducir el pago de impuestos y donde su principal característica es cometer un ilícito. Este procedimiento es sancionado por el Régimen Penal Tributario con elevadas sanciones (todas privativas de la libertad); por ser llevada a cabo con dos actos de características opuestas: la omisión y la acción. Dentro del primer concepto, las omisiones evasivas tienen que ver con la falta de inscripción como contribuyente, falta de presentación de declaraciones juradas, ausencia de categorización dentro de un rango definido legalmente, etc.

En cuanto a las acciones evasivas, se encuentran las relativas al ocultamiento de ingresos o patrimonio, aprovechamientos indebidos de exenciones, exageración o simulación de deducciones, simulaciones de pago, apropiación indebida de tributos, utilización de facturas apócrifas, insolvencia fiscal fraudulenta, entre otros.

Cabe notar que para que el contribuyente sea considerado evasor tiene que superar los $2.000.000 para delitos tributarios y $400.000 para delitos de los recursos de la seguridad social.

Otro aspecto a considerar es que la evasión fiscal va más allá de las fronteras nacionales y es por ello que termina siendo un tema de preocupación para los organismos de recaudación; donde la denominada “cultura tributaria” de la sociedad es cada vez menor. Sin embargo, la permanente sanción de leyes especiales de condonación de sanciones, regularizaciones impositivas con importantes beneficios, “blanqueos”, y extensos planes de pago, llevan a una relajación por parte del contribuyente con esa ansiada “cultura fiscal”.

Beneficios tributarios

Ahora bien, cuando se menciona al concepto de elusión tributaria o economía por opción, se refiere a cualquier acción dentro de las vías legales, que instrumenta el legislador con el objetivo de promocionar e incentivar alguna actividad productiva y comercial o generación de empleos, la cual se estima en el Presupuesto Nacional de cada año.

Es así que se constituye una forma de planificación fiscal agresiva, en la que el interesado aprovecha esas facilidades legales, no exentas de “zonas grises”, y cuyo único fin es optimizar el pago de impuestos para reducir el costo final de un producto o servicio.

De ahí que el contribuyente suele consultar a su asesor impositivo sobre las diferentes alternativas fiscales vigentes, de modo de tomar al Estado como su aliado.

Por mencionar algunos ejemplos de “Economía de Opción en Argentina”, se puede encontrar:

1. Criterios de imputación de ingresos y gastos para el tratamiento fiscal de las operaciones, como el devengado, percibido, devengado exigible, etc.;

2. Alternativas de amortización de los bienes afectados a la actividad;

3. Políticas de retribuciones a los socios o titulares de las empresas;

4. Posibilidad de traslación de quebrantos;

5. Existencia de regímenes de promoción industrial;

6. Posibilidad de la creación de previsiones y provisiones;

7. Formalizar distintos procesos de reorganización empresaria.

8. Inscripción de empresas unipersonales como responsables inscriptos ante el IVA o bien como monotributista.

Es clave consolidar la cultura tributaria, para eso se debería hacer hincapié dentro de la sociedad que para tener una óptima recaudación impositiva solo es posible si se comienza a generar desde la infancia la importancia de cumplir con las normas legales; y por supuesto que las leyes estén redactadas de forma clara y se actualicen con el paso del tiempo.

Inflación y Alimentos

Leandro Renou, periodista especializado en economía, escribe en página 12

El serio problema inflacionario en la Argentina y la decisión oficial de congelar una canasta de 1400 alimentos básicos puso en debate un abanico de razones del alza en los precios. Una de ellas, los manejos monopólicos en la provisión de algunos bienes y sus consecuencias, un inconveniente que hasta ahora ningún Gobierno logró poner en orden. Página I12 obtuvo datos del sector privado y de los balances de las empresas que reflejan un puñado muy pequeño de firmas que son dueñas de casi todo lo que los argentinos ponen sobre su mesa.

Los detalles que se presentan a continuación muestran, además, la relevancia de las empresas que discutieron el congelamiento, por volúmenes de facturación. Cifras que no son ganancia (no descuentan gastos y otros costos) pero plasman la envergadura de los jugadores y el poder de negociación en las mesas oficiales. El dato más saliente en cuanto a la influencia en el mercado es que hay sectores que mayoritariamente son duopolios. Y en algunos casos, como la leche, una sola empresa tiene casi todo el mercado.

Concentradores

Según cifras del mercado privado, nueve de cada diez litros de leche fluida que se venden en Argentina son de una sola empresa, Mastellone. El 10 por ciento restante está en manos de Addeco Agro, Tregar y, en menor medido, la cooperativa Sancor, que en el marco de sus consecuentes crisis fue cediendo participación.

En el caso de las gaseosas y aguas, alrededor del 82 por ciento es producido por dos empresas. Coca Cola Company y Pepsico. Esta última hace, además, snacks y otros alimentos. Asimismo, el caso de los panificados es sorprendente: una sola empresa, la mexicana Bimbo, tiene el 80 por ciento del mercado. Algo similar ocurre con el azúcar: Ledesma y Chango, del Grupo Tabacal, tienen el 75 por ciento del mercado. En este rubro, sólo 10 ingenios son responsables casi ocho de cada diez paquetes del producto. Estas marcas, además, tienen mucha preponderancia en la venta en zonas urbanas muy pobladas, como el AMBA. En el interior hay más oferta de pymes.

La yerba, producto estrella del consumo argentino, tiene a cinco empresas produciendo el 75 por ciento del total ofertado. A la cabeza aparecen Establecimiento Las Marías (Unión, Taragui, Las Marías, Mañanita, La Merced) y Hreñuk (Rosamonte, Campeche). En el caso de los lácteos, aparecen las mismas lácteas que en la leche fluida, pero se agrega una fuerte, la francesa Danone. El 45 por ciento de la producción de lácteos lo hacen sólo 10 empresas.

En el caso de las bebidas alcohólicas está más repartido, pero allí Quilmes es una de las que tiene un rol protagónico fuerte en lo que tiene que ver con cervezas. En los vinos, la dispersión es mayor, aunque son pocas las empresas que fabrican vino no varietal (que representa el 65 por ciento del consumo). Otro caso de mucha concentración es el arroz. Allí manda uno de los rebeldes del congelamiento de precios del Gobierno: Molinos Río de la Plata, la firma de los Pérez Companc, es una de las tres principales comercializadoras con producción propia. Se suma también Addeco Agro. 

Estos datos surgen en el marco de una discusión que, incluso, apareció en sectores opositores luego de ver focus groups que muestran que la gente identifica a las empresas con los problemas de los precios. El alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta, generó ruido en la interna PRO al culpar a los monopolios por la inflación y hasta recibió chicanas del secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti. Mucho se discutió, además, sobre los niveles de ganancia y facturación. Todos hoy son elevados contra los años de Mauricio Macri pero no llegan a alcanzar los números del último kirchnerismo de Cristina Fernández.

Así y todo, el ranking de facturación que se ve en los últimos dos años tiene el siguiente orden y muestra el volumen de los jugadores. Al tope de las firmas de mayor facturación (no ganancia) aparece Aceitera General Deheza (Natura, Mazola, Cada Día), seguida de Bunge y Molino Cañuelas. Este último es un gigante de los farináceos, las galletas y las pastas, y monopoliza mercado con Molinos Río. Luego vienen Quilmes, Unilever y Mastellone, tres de las que estuvieron esta semana con reuniones en la secretaría de Comercio. Más atrás, Arcor, Coca Cola, CCU (cervezas), Ledesma, Molinos Río de la Plata, Procter and Gamble (limpieza), Mondelez (dulces), Nestlé y Danone. Sumadas otras diez firmas, la facturación global de este pelotón representa casi un 6 por ciento de la facturación total de toda la economía argentina; y un 13,2 por ciento de la facturación de la totalidad de empresas industriales. 

Relaciones en el mundo

Rubén Darío GARCÍA ESCOBAR ,Magíster en Relaciones Internacionales y estudios políticos del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario; candidato para Magister en Filosofía de la Pontificia Universidad Javeriana. Se ha desempeñado como consultor y educador para el sector privado en temas de cuidado, autocuidado, filosofía del cuidado, política y filosofía política. Es miembro activo del grupo de investigación “Subjetividad y pensamiento crítico” del Departamento de Filosofía de la Pontificia Universidad Javeriana y miembro del comité directivo de ReDecolat, plataforma independiente de difusión de conocimientos alternativos. institucional. Publica en la revista científica arbitrada Relaciones Internacionales Número 48 • Octubre 2021 - Enero 2022Grupo de Estudios de Relaciones Internacionales Universidad Autónoma de Madrid, su artículo “El mundo no es dueño en su propia casa: hacia una teoría-narrativa y alternativa de la globalización”

Dos hechos caracterizan la globalización: de un lado, el incremento de interacciones sociales ha dado lugar a un nuevo ámbito social que se caracteriza por tener sus propias instituciones e imaginarios sociales, los cuales se superponen o entran en conflicto con aquellos que son propios de sociedades particulares; de otro lado, este nuevo ámbito social cuenta con sus propias clausuras, tendencia de lo social a explicarse a partir de sí misma. Juntos hacen parte de un mismo fenómeno por el cual el planeta entero ha participado de lo que en este trabajo se denomina clausura mundánica, proceso mediante el cual el mundo deviene sujeto-objeto-contenedor, llevándolo a ser un imaginario incuestionable. Precisamente porque nadie duda del mundo es necesario hacerlo y analizar cómo se manifiesta, qué efecto tiene en la experiencia de vivir en un ámbito social global, unitario e interdependiente.

A lo largo de la últimas décadas se han develado sucesos constitutivos de la historia de la globalización que habrían sido ignorados o pasados por alto (Bonialian, 2018; Dussel, 1992; Hausberger, 2018; Román, 2018; Santos-Herceg, 2010). Por cuenta de la revisión de los acontecimientos históricos y de los patrones estructurales que le subyacen, han comenzado a emerger nuevas narrativas que han (re)pensado los límites del proceso de globalización. 

Dos de los casos más significativos son la reconstrucción histórica llevada a cabo por la Escuela Inglesa y que ha indagado en los antecedentes sociales de globalización, haciendo énfasis en la constitución de un ámbito institucional y social global (Buzan, 2014; Reus-Smit y Dunne, 2017); y, de otro lado, aquella emprendida por los enfoques decoloniales, los cuales han cuestionado la espontaneidad y los presupuestos esencialistas del proceso de globalización (Grosfoguel, 2016; Mignolo, 2011; Shahar, 2019). En ambos casos se plantea una transformación de la comprensión temporal del fenómeno de la globalización.

No es la intención de este espacio establecer una historia de la globalización, pero para dar inicio a la indagación pretendida es necesario aclarar algunos elementos del escenario histórico en el que se comprenderá el fenómeno del mundo: lo que se conoce como “mundo” se entiende como el resultado de una serie de trasformaciones del marco existencial europeo que inició aproximadamente a partir del siglo XV y el cual se constituirá en uno de los momentos centrales de la experiencia de la globalización (Pineda, 2013); desde este momento, en que comienza la expansión de occidente, la idea de mundo se inserta en el imaginario colectivo de distintas sociedades, dando lugar a una valoración fáctica y normativa de la plausibilidad y necesidad de emprender un proyecto que solo sería pleno en tanto se expandiera a lo largo de la tierra o al menos contara con ella (Bonialian, 2018; Miró-Quesada, 2018); de estas transformaciones iniciaría un proceso que aún no se ha detenido y el cual resultaría en la asimilación por buena parte de los habitantes de la tierra de la unidad-mundo (Reder, 2012, p. 40) o lo que Sloterdijk (2010, p. 22) ha denominado como “monogeísmo”, la creencia en la unicidad del mundo y la cual va más allá de la simple idea de contigüidad de lo espacio-temporal. En este análisis nos adherimos a aquella interpretación histórica que identifica la globalización como un proceso de larga duración (Hausberger, 2018), el cual ha logrado prolongarse hasta el presente debido a que ha establecido un ámbito social que se sostiene gracias a un complejo institucional, que va más allá de las organizaciones económicas que han dirigido la etapa más reciente del proceso, lectura de la cual Stiglitz (2002) es una de la figuras más representativas. Este desarrollo sociohistórico informa y es informado por lo que se denomina como clausura mundánica, proceso que se puede dividir, con fines analíticos, como teniendo dos momentos constitutivos: de una lado la mundialización y de otro lado la globalización.

(…) La hipótesis de este artículo postula que estas dos formas de comprender el mundo remiten al fenómeno de la clausura mundánica del cual son, a un mismo tiempo, partes constitutivas. A lo largo de la expansión de la idea de mundo, de su inserción en el imaginario colectivo, se ha desarrollado una totalidad heterogénea, llena de conflictos, contradicciones e irregularidades, en la que se enfrentan las nociones del mundo como sujeto y como objeto, parte de las personas o separadas de ellas, como esclavo/herramienta o amo. A pesar de que los análisis tienden a favorecer alguna de estas posturas, lo cierto es que la una no puede ser comprendida sin la otra y en el conflicto al que dan lugar se constituye un sentido que clausura el ámbito histórico social del mundo globalizado actual. La clausura es una “tendencia” de lo social que se da en el proceso de donación de sentido, la cual consiste en que la sociedad comienza a explicarse únicamente a partir de significaciones cerradas que le son propias, dando lugar a una situación heterónoma en la que la sociedad se entiende a sí misma como el resultado de una fuerza extra social (Castoriadis, 1988, 2007)(…)

Globalización: la coincidencia del mundo consigo mismo

La mundialización, el devenir del mundo en sujeto, no puede ser entendida sin el correlato de su expansión: el mundo es mundo porque tiene la pretensión de estar en todo tiempo y lugar. Lo que permite entender la globalización como una transformación espaciotemporal es el impacto que resulta de ciertas transformaciones sociohistóricas que alimentaron y se vieron alimentadas por un proceso que afectó la forma de percibir y vivenciar el mundo. En primera instancia, desde el Renacimiento comenzó a gestarse la posibilidad, viabilidad y necesidad de llevar a cabo exploraciones (Dussel, 1992; Santos-Herceg, 2010; Taussig, 2002), en un pequeño grupo de personas que luego terminarían por dar lugar a la subjetividad dominante del aventurero-emprendedor y serían quienes llevarían a cabo la “revolución del espacio” que caracterizó la globalización terrestre, la cual empezó en el periodo de transición entre el Renacimiento y la Ilustración (Sloterdijk, 2010, pp. 65–67).En la medida en que los proyectos exploratorios se desarrollaban, en medio de éxitos y fracasos, el mundo fue expandiéndose a lo largo de la tierra y se constituyó como el espacio vital de las sociedades del momento. 

La coincidencia del mundo con la tierra era necesaria para alimentar los imperativos imperiales, para dar vitalidad al comercio, tener acceso a fuentes de materias primas y a nuevos mercados para alimentar las industrias nacionales (Hausberger, 2018; Lascurain, 2017, p. 25; Mignolo, 2011); es decir, la coincidencia del mundo con la tierra era la condición de posibilidad del proyecto moderno, de poder alcanzar al orden político y social al que aspiraba. Tal coincidencia no solo garantizó la inserción del imaginario social del mundo como sujeto-objeto-contenedor en diferentes sociedades, sino que instituyó un nuevo espacio social, necesario para que emergiera la experiencia y, posteriormente, el lenguaje de lo global. Tal comprensión se encontraba, por ejemplo, en las obras de Kant o Hegel: para el primero, por lo menos en La paz perpetua, el mercado haría las veces de garante del orden social y este mercado era siempre entendido en clave de mundialidad; para el segundo, en la Fenomenología del espíritu, el devenir de la historia no era más que la “evolución” o proceso dialectico tras el cual el mundo coincidiría consigo mismo, sería espíritu.Más allá de la pretensión de universalismo que caracterizó la filosofía y la ciencia durante la Ilustración (Bauman, 1998; Taylor, 2004), que no fue la única tendencia del momento (Hardt y Negri, 2002), lo que marcó este periodo fue el hecho de que el ideal de orden y progreso contaba e involucraba la coincidencia del mundo con la tierra, la unidad de las totalidades sociales. Por ejemplo, durante la colonización las potencias necesitaban de un mundo entero para conquistar nuevas tierras, productos y personas, para poder suplir sus proyectos internos de construcción estatal (Grosfoguel, 2016; Nancy, 2002). 

En la actualidad esta perspectiva se ha generalizado, cada proyecto estatal cuenta con que el mundo esté repleto de estados capaces de garantizar la seguridad mundial para permitir el adecuado desarrollo de la economía global (García, 2017). 

Los lenguajes de las ciencias y de la ontología moral universalista serían los ejes de la constitución de este ámbito social global.

La globalización suele ser entendida como un proceso económico y cultural que se desarrolló al margen de las regulaciones existentes y que llevó a que se desregularizaran las relaciones interculturales. Pero lo cierto es que el estado tuvo, y tiene, un papel fundamental en este proceso y, en particular, en su relación con el capitalismo. 

En primera instancia el estado es el “hacedor de guerra” que garantiza el control territorial y la extracción de recursos (Cohen, 1984; Tilly, 2007), pero también es la forma social común a distintas sociedades que es capaz de garantizar la coincidencia del mundo con la tierra: desde el siglo XX el mundo está atestado de estados que ejercen o buscan ejercer un dominio sobre una población y un territorio (Ayoob, 1995). La prevalencia de dicha forma sociopolítica es lo que daría lugar a la Sociedad de Estados (Buzan, 2014; Reus-Smit y Dunne, 2017). 

Si bien, el progreso económico era la significación que alimentaba las expectativas por lograr el bienestar y el orden, el estado era el garante de dicho progreso, de la posibilidad de disfrutar el fruto del trabajo, de no ser destruido por otras sociedades y, por el contrario, ser reconocido por ellas.

Al comprender la guerra como “el gran negocio”, Fanon (1975) logró dar con el punto en que se entrecruzan estado y mercado, como dos dimensiones fundamentales, complementarias, heterogéneas y contradictorias de la mundialización y la globalización: “frente a una nueva unión impuesta, no propuesta sino afirmada, pesan con todo su peso los cañones y los sables” (p. 41). Aunque no se les puede adjudicar la dirección del devenir del mundo, proceso demasiado amplio para ser reducido a dos instancias institucionales, estado y mercado tendrían un papel privilegiado en el marco de la clausura mundánica: 1) permitirían la participación autónoma de sociedades particulares en las dinámicas globales, con la garantía de mantener la seguridad gracias a un aparato militar masivo (Cohen, 1984), es decir, la supervivencia y el progreso en medio de la anarquía; 2) una vez establecida la paridad por medio de la violencia, se asegura la participación en el ámbito global para acceder a los dividendos de la historia y el progreso; 3) estado y mercado, al ejercer la violencia sobre poblaciones y territorios, aseguraban la asimilación de imaginarios sociales que hacían a las personas proclives a la reproducción de estas instituciones.

Las borrosas miradas de la realidad

Los triunfos por medios de la violencia, de múltiples maneras se “institucionalizan” en un orden moral y legal que determina roles, funciones y formas que legitiman el ejercicio de ese poder vencedor. Sin embargo, las tensiones que la violencia y la guerra no han logrado diluir o superar siguen allí, esperando nuevas oportunidades para emerger como “nuevos-viejos” conflictos que adoptarán sus particulares formas de momento pero sostendrán esas viejas tensiones irresueltas que, creciendo, vuelven a adquirir la fuerza necesaria para antagonizar.

La distribución de la riqueza y los accesos a bienes y servicios distribuidos de maneras desiguales e injustas constituyen uno de otras tantas tensiones que son propias de la vida humana en comunidad. Hoy, en argentina y en el mundo, la globalización se expresa como tensión entre las corporaciones transnacionales que permite a un selecto grupo de familias y personas, liderar corporaciones económicas con presencia en la mayoría de los Estados del planeta y que adquieren capacidades y facultades por encima de la posibilidad de los Estados para regularlos y ejercer poder soberano. 

 

Es en este sentido que los tiempos actuales encuentran en la política y las conformaciones de los gobiernos de los Estados Nacionales los espacios de “guerras” no militares sino especialmente subjetivas (como se piensan), éticas (como se construyen valores) y económicas (como se administran y distribuyen bienes y servicios), dónde el poder de las corporaciones transnacionales se asienta en la concentración de móneda y recursos financieros que tornan dependiente toda posibilidad de realización concreta en las realidades territoriales, dependientes de ese poder concentrador. Es por esto que las cuestiones impositivas adquieren relevancia. Es también por estos argumentos que la Deuda Externa se consitituye en un elemento distorsivo e impedimento para políticas genuinamente nacionales y soberanas de los Estados y es por esto mismo que buena parte de los conflictos actuales se sintetizan en los fenómenos monetarios que alienta la globallización neoliberal actual.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack



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