Información, redes y economía

 

En los últimos días de la peste, la información y las noticias que definen los territorios de los sentidos y las decisiones humanas.

Coronavirus

En el mundo: 243.260.214 casos confirmados y 4.941.039 muertes. Ayer se confirmaron 253.521 casos nuevos. Ya se administraron 6.697.607.393 vacunas (OMS).

En Argentina: 5.281.585 casos confirmados y 115.851 muertes. Ayer se confirmaron 1.227 casos nuevos y 25 fallecimientos. Ya hay 58.553.162 vacunas aplicadas (Ministerio de Salud de la Nación y Monitor Público de Vacunación).

Argentina superará las 85 millones de vacunas recibidas. Se eliminaron las restricciones de ocupación en el transporte urbano de pasajeros. San Juan registró un freno al leve crecimiento de casos. La Rioja comenzó a vacunar en jardines de infantes. Misiones lleva 28 días sin registrar fallecidos y comienza a vacunar en escuelas.

Menores de 18 años no necesitarán estar vacunados para entrar a EEUU.  Moderna anunció que su vacuna generó “sólida respuesta” inmune en niños y niñas. El pueblo Rapa Nui rechazó la apertura de la Isla de Pascua al turismo. China vuelve a las restricciones por nuevos brotes. Venezuela volvió a las clases presenciales, tras los cierres por el coronavirus. La CIDH pidió facilitar el acceso a las vacunas como bienes públicos. Santiago de Chile retrocede de fase por un rebrote. Bolivia registra la cuarta semana consecutiva de suba de casos. 

Ley de etiquetado frontal

Hoy habrá sesión en Diputados, la primera con presencialidad total desde el comienzo de la pandemia. Será a partir de las 12 del mediodía La sesión es el resultado de semanas de negociaciones entre los jefes de bloques, luego de la sesión fallida del último 5 de octubre.

Ayer la comisión de Presupuesto aprobó el dictamen del proyecto de alivio fiscal para entidades sin fines de lucro. 

En la sesión de hoy se tratarán temas de consenso entre los bloques, entre los cuales se incluye el proyecto de etiquetado frontal de los alimentos que, de aprobarse, se convertirá en ley. 

El proyecto busca advertir a los consumidores sobre los excesos de componentes riesgosos para la salud como azúcares, sodio, grasas saturadas y calorías a partir de información clara y veraz.

El proyecto de etiquetado frontal que debatirá este martes la Cámara de Diputados en la sesión prevista para el mediodía tiene como meta que la población cuente con información precisa sobre los productos que consume y así pueda sostener una alimentación saludable.

Los principales puntos del proyecto del etiquetado frontal de alimentos:

El proyecto advierte a consumidores sobre los excesos de componentes como azúcares, sodio, grasas saturadas, grasas totales y calorías, a partir de información clara, oportuna y veraz.
• Promueve la prevención de la malnutrición en la población y la reducción de enfermedades crónicas no transmisibles.
• Está dirigido a fabricantes, fraccionadores y envasadores que distribuyan, comercialicen o importen, que hayan puesto su marca o integren la cadena de comercialización de alimentos y bebidas analcohólicas de consumo humano, en todo el territorio de la República Argentina.
• Los alimentos y bebidas analcohólicas envasados y comercializados en la Argentina deben colocar leyendas como "Exceso en azúcares", "Exceso en sodio", "Exceso en grasas saturadas", "Exceso en grasas totales", y/o "Exceso en calorías".
• En caso de contener edulcorantes, el envase debe llevar una leyenda precautoria, por debajo de los sellos de advertencia, con la leyenda: "Contiene edulcorantes, no recomendable en niños/as".
• En caso de contener cafeína, de igual manera, el envase debe presentar una leyenda precautoria por debajo de los sellos de advertencia con la leyenda: "Contiene cafeína. Evitar en niños/as".
• El sello adoptará la forma de octógonos de color negro con borde y letras de color blanco en mayúsculas.
• El tamaño de cada sello no será nunca inferior al 5% de la superficie de la cara principal del envase.
• No podrá estar cubierto de forma parcial o total por ningún otro elemento. En caso de que el área de la cara principal del envase sea igual o menor a 10 centímetros cuadrados y contenga más de un sello, la autoridad de aplicación determinará la forma adecuada de colocación de los sellos.
• Los valores máximos de azúcares, grasas saturadas, grasas totales y sodio establecidos deben cumplir los límites del Perfil de Nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud.
• Se exceptúa de la colocación de sello en la cara principal al azúcar común, aceites vegetales y frutos secos.
• Se prohíbe que los alimentos y bebidas analcohólicas que contengan algún sello de advertencia incorporen en sus envases información nutricional complementaria, logos o frases con el patrocinio o avales de sociedades científicas o asociaciones civiles, personajes infantiles, animaciones, dibujos animados, celebridades, deportistas, etcétera.
• Se prohíbe toda forma de publicidad, promoción y patrocinio de los alimentos y bebidas analcohólicas envasados con al menos un sello de advertencia que esté dirigida especialmente a niños, niñas y adolescentes.
• Se prohíbe resaltar declaraciones nutricionales complementarias que destaquen cualidades positivas y/o nutritivas de los productos.
• Se prohíbe incluir personajes infantiles, animaciones, dibujos animados, celebridades, deportistas o mascotas, elementos interactivos, la entrega o promesa de entrega de obsequios, premios, regalos, accesorios, adhesivos, juegos, descargas digitales, o cualquier otro elemento, como así también la participación o promesa de participación en concursos, juegos, eventos deportivos, musicales, teatrales o culturales.
• Se prohíbe la promoción o entrega a título gratuito de productos con octógonos.
• El Consejo Federal de Educación deberá promover la inclusión de actividades didácticas y de políticas que establezcan los contenidos mínimos de educación alimentaria nutricional en los establecimientos educativos de nivel inicial, primario y secundario del país.
• Los alimentos y bebidas analcohólicas que contengan al menos un sello de advertencia no pueden ser ofrecidos, comercializados, publicitados, promocionados o patrocinados en los establecimientos educativos del Sistema Educativo Nacional.
• El Estado nacional priorizará las contrataciones de los alimentos y bebidas analcohólicas que no cuenten con sellos de advertencia.
• Se encomienda al Poder Ejecutivo la reformulación del texto del Código Alimentario Argentino a efectos de adecuar sus disposiciones a la presente ley.(Telam)

EPEC 

El domingo pasado, una nota en La Voz del Interior aseguró que en AMBA se paga un 70% menos por la electricidad que en Córdoba. De acuerdo a la nota, la diferencia se debe a los subsidios del gobierno nacional a Edenor y Edesur. 

 

Sin embargo, desde la Secretaría de Energía de la Nación aseguraron que es la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC) la que fija la tarifa que pagan los cordobeses. De acuerdo al organismo, “el precio al que el Estado nacional, a través de Cammesa, les vende energía a las distribuidoras provinciales es el mismo en todo el territorio nacional ($1.760/MWh)”. La diferencia entre ese precio y el costo que pagan los cordobeses, aseguró Energía, corresponde a una decisión de EPEC. Aquí la respuesta del gobierno provincial. 

Sancor

El gobierno nacional recibió ayer al secretario general de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera (ATILRA) para acercar posiciones sobre el destino de la empresa lechera Sancor, que tiene deudas millonarias, con plantas en Santa Fe y Córdoba y una dotación de personal de 1.700 trabajadores. 

Según el gobierno, se trató de una reunión para escuchar las distintas posturas y encontrar una salida consensuada a la situación de la firma. 

La empresa publicó un comunicado titulado “Todos hablan de SanCor, nadie habla con SanCor” y aseguró que analizará toda iniciativa que le sea presentada. 

CGT

Hoy hay reunión de consejo directivo de la CGT para analizar la situación política nacional y la reforma estatuaria de la central obrera. Será a partir de las 14 en la sede central de Azopardo. 

La reforma del Estatuto de la CGT deberá ser presentada en el Congreso de renovación de autoridades que tendrá lugar el próximo 11 de noviembre. Se estima que, entre otros temas, el nuevo estatuto contemplará la paridad de género en la dirección de la central obrera. Podría imponerse un nuevo triunvirato para garantizar la representación de todos los sectores de la CGT. 

Petrobras

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, volvió a insistir ayer con la idea de privatizar Petrobras y dijo que es una idea que está en el “radar” del Gobierno.

Bolsonaro ya había mencionado la posibilidad la semana pasada, en el marco de los incrementos de combustibles de más del 70%. Sin embargo, consideró también que el proceso de privatización es demasiado complejo para llevarlo a cabo. 

Sobre la crisis por el aumento de los combustibles, Bolsonaro dijo que se trata del reflejo del aumento de los precios internacionales y que no puede intervenir en las decisiones del mercado. 

Hoy, las noticias pasan por Facebook

Facebook eliminó el video de Bolsonaro donde vincula a las vacunas con el SIDA.

Cerca de una docena de medios norteamericanos comenzaron a publicar desde el viernes más de 10.000 páginas de documentos internos de Facebook, dados a conocer por la denunciante Frances Haugen. 

De acuerdo a la información Facebook conocía el daño potencial que provocaba la plataforma en múltiples dimensiones. Entre otras cosas, los documentos demuestran que la empresa negoció con la censura estatal en Vietnam, permitió abiertamente el aumento de los discursos de odio a nivel internacional debido a falta de inversión en traductores y es plenamente consciente que su algoritmo alimenta la polarización sin hacer nada al respecto. 

Elda Cantú, Senior News Editor, Latin America escribe en “El Times”, newsletter de “The New York Times”

Facebook está en problemas.

La plataforma que en los últimos 15 años se convirtió en el sustituto digital de nuestro calendario de cumpleaños, agenda de contactos y álbum de fotos ahora enfrenta una montaña de papeles incriminatorios.


Facebook Papers 

A principios de octubre, Frances Haugen, una exempleada convertida en denunciante, acudió a la televisión para divulgar información acerca de cómo Facebook escondió los resultados de una investigación sobre los efectos nocivos de Instagram en la salud mental de los adolescentes; además la red social ignoró información interna que detallaba el modo en que los mensajes de odio servían para mantener enganchados a sus usuarios.

Haugen, quien filtró documentos internos de la compañía al Wall Street Journal, luego testificó ante el Congreso estadounidense y ha emprendido una gira para declarar ante las autoridades europeas sobre el mismo tema.

Otros de los documentos, obtenidos por el Times, sugieren que Facebook jugó un papel clave en la organización del ataque al Capitolio el 6 de enero y la coordinación de grupos extremistas que buscaban propagar la polarización y el odio. De estas informaciones se desprende que los empleados pensaban que podía —y debía— hacerse más para detener la desinformación.

Los investigadores de Facebook, además, habían determinado en repetidas ocasiones que los usuarios usaban la red para amplificar el contenido tóxico. En un memorándum interno de agosto de 2019, por ejemplo, varios investigadores dijeron que la “mecánica de productos clave” —es decir el funcionamiento básico del producto— permitió que la desinformación y el discurso de odio prosperaran en el sitio.

El mayor desafío hoy para Facebook tal vez no sea legal ni de imagen, sino de relevancia y supervivencia. Después de todo, como dijo un niño de 11 años a los investigadores de la empresa, “Facebook es para los viejos”.

¿Qué futuro le espera entonces a la empresa? Tal vez hoy sea un buen día para leer una columna reciente de Kevin Roose, experto en tecnología, en la que enumera algunas de las acusaciones que enfrenta el gigante tecnológico y explora sus vulnerabilidades.

Kevin Roose es columnista de tecnología de The New York Times, con sede en el Área de la Bahía. Su columna, "The Shift", examina la intersección de la tecnología, los negocios y la cultura.

Una forma posible de leer “The Facebook Files”, la excelente serie de reportajes de The Wall Street Journal basados en investigaciones internas filtradas de Facebook, es como una historia sobre un monstruo imparable que arrasa con la sociedad en su camino hacia el banco.

La serie ha sacado a la luz pruebas condenatorias de que Facebook tiene un sistema de justicia de dos niveles, que sabía que Instagram estaba empeorando los problemas de imagen corporal entre las niñas y que tenía un problema de desinformación sobre las vacunas mayor de lo que dejaba entrever, entre otras cuestiones. Y sería bastante fácil concluir que Facebook es terriblemente poderoso y que solo podremos controlarlo con una intervención agresiva del gobierno.

Sin embargo, hay otra forma de leer esos reportajes, y es la interpretación que ha resonado más fuerte en mi mente con cada nueva entrega.

No son problemas financieros ni legales, ni siquiera problemas porque hay senadores que le gritan a Mark Zuckerberg. Me refiero a un tipo de declive lento y constante que cualquiera que haya visto una empresa moribunda de cerca puede reconocer. Es una nube de temor existencial que se cierne sobre una organización cuyos mejores días han quedado atrás, lo que influye en todas las prioridades de gestión y en las decisiones de producto y lleva a intentos cada vez más desesperados de encontrar una salida. Ese tipo de declive no es necesariamente visible desde el exterior, pero los que están dentro ven cada día un centenar de pequeñas e inquietantes señales de ello: trucos para crecer poco amigables con los usuarios, giros frenéticos, la paranoia de los ejecutivos, el desgaste gradual de colegas con talento.

 

Entre los críticos de Facebook se ha puesto de moda resaltar el tamaño y el dominio de la empresa y criticar sus errores. El jueves, en una audiencia ante el Senado de Estados Unidos, los legisladores interrogaron a Antigone Davis, directora global de seguridad de Facebook, con preguntas sobre el adictivo diseño de los productos de la empresa y la influencia que ejerce sobre sus miles de millones de usuarios. Muchas de las preguntas que le hicieron a Davis fueron hostiles pero, como en la mayoría de las audiencias de las grandes empresas tecnológicas, había una extraña especie de deferencia en el aire, como si los legisladores preguntaran: “Oye, Godzilla, ¿podrías dejar de pisotear Tokio?”.
 

No obstante, si esos documentos filtrados demuestran algo, es lo poco parecido a Godzilla que se siente Facebook. Los documentos, compartidos con The Wall Street Journal por Frances Haugen, exdirectora de producto de Facebook, revelan una empresa preocupada por la pérdida de poder e influencia, no por ganarlos, y sus propias investigaciones muestran que muchos de sus productos no prosperan de manera orgánica. En lugar de ello, la compañía llegando a extremos cada vez mayores para mejorar su imagen tóxica y evitar que los usuarios abandonen sus aplicaciones en favor de alternativas más atractivas.

Puedes ver esta vulnerabilidad en una entrega de la serie del Journal que salió la semana anterior. El artículo, que citaba una investigación interna de Facebook, revelaba que la empresa ha estado elaborando estrategias para dirigirse a los niños, refiriéndose a los pre adolescentes como una “audiencia valiosa pero sin explotar”. El artículo contenía mucho material para la indignación, incluida una presentación en la que los investigadores de Facebook se preguntaban si había “una forma de aprovechar las citas para jugar como un modo de para impulsar el boca a boca/crecimiento entre los niños”.

Es una pregunta que suena a locura, pero también es reveladora. ¿Una aplicación de redes sociales próspera y segura de sí misma necesitaría “aprovechar las citas para jugar” o elaborar estrategias de crecimiento dirigidas a niños de 10 años? Si Facebook es tan imparable, ¿realmente se promocionaría ante los pre adolescentes como —y por favor, lean esto con la voz del meme de Steve Buscemi “¿Cómo están, coleguitas?”— un “Entrenador para comportarse en la vida como un adulto”?.

La verdad es que la sed de Facebook por los usuarios jóvenes tiene menos que ver con dominar un nuevo mercado y más con evitar la irrelevancia. El uso de Facebook entre los adolescentes en Estados Unidos ha estado disminuyendo durante años, y se espera que pronto caiga aún más dramáticamente: los investigadores internos predijeron que el uso diario disminuiría un 45 por ciento para 2023. Los investigadores también revelaron que Instagram, cuyo crecimiento compensó la disminución del interés en la aplicación principal de Facebook durante años, está perdiendo cuota de mercado frente a rivales de más rápido crecimiento como TikTok, y los usuarios más jóvenes no publican tanto contenido como antes.

Facebook es para los viejos”, fue el brutal veredicto que dio un niño de 11 años a los investigadores de la empresa, según los documentos internos.

Una buena manera de pensar en los problemas de Facebook es que estos son de dos tipos. Están los problemas causados por tener demasiados usuarios y los problemas causados por tener muy pocos de los usuarios que quiere: jóvenes estadounidenses creadores de cultura, que marcan tendencias y los anunciantes persiguen.

The Facebook Files contiene ejemplos de ambos tipos de problemas. Una de las entregas, por ejemplo, se centra en los intentos fallidos de la empresa por detener la actividad delictiva y los abusos a los derechos humanos en el mundo en desarrollo, un problema exacerbado por la costumbre de Facebook de expandirse a países en los que tiene pocos empleados y poca experiencia local.

Pero ese tipo de problema puede solucionarse, o al menos mejorarse, con suficientes recursos y atención. El segundo tipo de problema —cuando los formadores de opinión abandonan sus plataformas de manera masiva— es el que te mata. Y parece ser el que más preocupa a los ejecutivos de Facebook.

Tomemos como ejemplo el tercer artículo de la serie de The Wall Street Journal, que reveló cómo la decisión de Facebook de 2018 de cambiar su algoritmo de la Sección de noticias para enfatizar las “interacciones sociales significativas” generó, más bien, un aumento de indignación y enojo.

 

El cambio de algoritmo se retrató en su momento como un noble impulso a favor de conversaciones más saludables. Sin embargo, los informes internos revelaron que se trataba de un intento por revertir el declive de la participación de los usuarios durante años. Los me gusta, el contenido compartido y los comentarios en la plataforma estaban cayendo, al igual que una métrica llamada “transmisiones originales”. Los ejecutivos trataron de revertir el declive reajustando el algoritmo de la Sección de noticias para promover el contenido que cosechaba muchos comentarios y reacciones, lo que al final quería decir, a grandes rasgos, “contenido que hace que la gente se enfade mucho”.

Proteger a nuestra comunidad es más importante que maximizar nuestros beneficios”, dijo Joe Osborne, un portavoz de Facebook. “Decir que hacemos la vista gorda a la retroalimentación es ignorar estas inversiones, incluyendo las 40.000 personas que trabajan en la seguridad en Facebook y nuestra inversión de 13.000 millones de dólares desde 2016”.

Es demasiado pronto para declarar muerto a Facebook. El precio de las acciones de la empresa ha subido casi un 30 por ciento en el último año, impulsado por los fuertes ingresos publicitarios y el aumento en el uso de algunos productos durante la pandemia. Facebook sigue creciendo en países fuera de Estados Unidos y podría tener éxito allí aunque tropiece a nivel nacional. Y la empresa ha invertido mucho en iniciativas más recientes, como productos de realidad aumentada y virtual, que podrían cambiar el rumbo si tienen éxito.

La paja y el trigo en el imperio Zuckerberg

por Martín Becerra

A la caída de las redes del lunes 4 de octubre se suman acusaciones sobre desinformación, propagación de contenidos extremistas y daño a la salud mental adolescente. Notas para un análisis en profundidad que separe la paja del trigo en los problemas de la compañía de Zuckerberg.

La caída de las plataformas propiedad de Facebook (Instagram, WhatsApp y Facebook), que para muchos de sus 2800 millones de usuarios mundiales equivalen a conectarse a Internet, el pasado lunes agudizó los problemas de una semana crítica para el conglomerado de Mark Zuckerberg. Sobre la caída, que según la empresa obedeció a problemas técnicos, se ha escrito bastante, así como los efectos del nivel de concentración alcanzado a fuerza de compras como las de Instagram en 2012 y WhatsApp en 2014. Pero la caída no es el único tropezón que magulla la reputación de la dominante entre las redes sociales digitales.

El domingo, la ex empleada de Facebook Frances Haugen se presentó en las pantallas del programa televisivo “60 minutos” (CBS) como la fuente de una serie de artículos que viene publicando The Wall Street Journal (del grupo News Corp) y que acusan a Facebook de promover desinformación y contenido extremista en lo político y dañino para adolescentes en lo social, priorizando las ganancias por sobre la seguridad de los usuarios.

Haugen denunció el martes 5 ante el Senado de EEUU las malas prácticas de “engaño repetido” sobre los efectos nocivos de sus plataformas y acusó a Facebook de aumentar la polarización en línea y el odio, socavando la convivencia democrática e incentivando asesinatos masivos en Myanmar o la toma del Capitolio en Washington.

Facebook contraatacó señalando que se tergiversa la información sobre sus empresas y que es un chivo expiatorio muy conveniente para que instituciones como la política y los medios tradicionales descarguen sus propias responsabilidades en la diseminación de desinformación. Con la información que la compañía y sus acusadores han publicado, el laborioso ejercicio de despejar las consignas de los hechos permite avanzar en algunas conclusiones preliminares.

Facebook sí tenía información acerca de la escalada radicalizada del activismo ultraderechista que instaba a tomar el Capitolio el 6 de enero de este año: había advertencias internas documentadas por personal de la compañía que fueron ignoradas por la conducción. En particular, el crecimiento de la comunidad conspirativa QAnon y grupos afines fue consentido por decisión de Facebook a pesar de las propuestas de moderación elevadas en sucesivos informes internos que hubiesen atenuado la influencia extremista (como por ejemplo, limitar la cantidad de invitaciones a estos grupos del mismo modo que Facebook, tras la manipulación de WhatsApp en las elecciones brasileñas de 2018, limitó reenvíos y reprogramó el funcionamiento de los grupos en el servicio de mensajería).

Facebook también tuvo conocimiento directo de cuentas antivacunas que pusieron y ponen en riesgo la salud pública y la vida de millones de personas en plena pandemia Covid_19: esa documentación le fue provista a la compañía de Zuckerberg por parte del gobierno estadounidense, pese a lo cual su respuesta fue indolente. En palabras del presidente Joe Biden, “las plataformas como Facebook están matando a la gente” por diseminar campañas de desinformación sobre la efectividad de las vacunas como prevención del coronavirus.

Aunque en el último año y medio Facebook fue reforzando la moderación de contenidos para atenuar la diseminación de operaciones de desinformación sobre la pandemia al tiempo que promovió su herramienta de búsqueda de vacunas y mejoró la visualización de fuentes auténticas y oficiales sobre COVID_19, para el gobierno estadounidense esos esfuerzos son insuficientes.

En cambio, las acusaciones acerca de la pasividad de Facebook respecto de contenido dañino para adolescentes en su plataforma Instagram merecen discutirse largamente. Emanadas desde el interior del conglomerado de Zuckerberg, las acusaciones son graves porque aluden a la salud mental de menores de edad, relacionando la exposición a Instagram con problemas de ansiedad, depresión y hasta pensamientos suicidas.

Las imputaciones se basan en una investigación que la compañía realizó con 40 (cuarenta) adolescentes entrevistados en grupos focales y con 2600 adolescentes de EEUU y el Reino Unido que quisieron responder una encuesta.Los resultados del estudio fueron difundidos por The Wall Street Journal. Pero las acusaciones sobre los efectos tóxicos de Instagram en un grupo etario vulnerable se apoyan en una evidencia dudosa, metodológicamente discutible y conceptualmente problemática.

  • La evidencia es dudosa porque toma como referencia preguntas a adolescentes acerca de cómo perciben que Instagram afecta su bienestar, y además porque la mayoría de las respuestas arroja resultados positivos o neutros, es decir que si hubiese que presentar de manera simplificada y maniquea la tendencia mayoritaria, habría que decir que según el estudio Instagram no afecta mayormente a las/os adolescentes. Claro que eso sería falso por razones metodológicas y conceptuales;

  • es metodológicamente discutible porque no es representativa del universo en cuestión (la adolescencia), sino que sólo recoge opiniones y percepciones en profundidad de 40 adolescentes y una encuesta online con 2600 personas de sólo dos países. Instagram supera los 1000 millones de usuarios activos mensuales en el mundo, de los cuales más del 37% tiene entre 13 y 24 años;

  • es conceptualmente problemática porque el relevamiento no aborda el conjunto de influencias negativas (en términos de percepción o de daño real) para la adolescencia, lo que sería preciso para ponderar en qué medida Instagram u otras plataformas inciden dentro de un conjunto mayor que incluya influencias familiares, de los mmedios tradicionales en formato clásico o a través de sus cuentas en redes sociales digitales, de la escuela y un largo etcétera.

Como dice el comunicado que difundió Facebook en modo control de daños, “estudiar estos grandes problemas sociales y sus impactos es complejo y matizado”. Lo anterior no significa que Facebook tenga respuestas adecuadas a las problemáticas adolescentes en el uso de Instagram, sino que la evaluación sobre la política corporativa precisa de mayores elementos de juicio que la mencionada –y limitada- investigación interna.

Será interesante conocer si la Junta de Supervisión creada por Facebook el año pasado para colaborar con algunos casos clave de su política corporativa de contenidos interviene en esta controversia que trepó ya a lo más alto de la agenda política de EEUU.

De hecho, la repercusión de este caso pone en evidencia uno de los problemas centrales del desempeño de Facebook en sus distintas redes: su opacidad, su insuficiente respeto por los datos personales de los usuarios (lo que ya había sido criticado en escándalos anteriores protagonizados por la compañía, como el de Cambridge Analytica), la falta de auditorías externas y la deficiente rendición de cuentas sobre sus algoritmos. Si esta compañía dominante en el sector de las plataformas de redes sociales implementara mecanismos de transparencia activa, de apelación por parte de sus usuarios y de investigación independiente sobre sus efectos sociales, las acusaciones infundadas carecerían de la fuerza que hoy tienen.

Sin embargo, Facebook no es responsable de la creación de contenidos sediciosos y antidemocráticos que, como es público, tuvieron como usina central al expresidente Donald Trump (cuya cuenta fue censurada por Facebook –y por otras plataformas digitales de Google y Twitter- después de la toma del Capitolio). Zuckerberg & co. tampoco son autores de las campañas de desinformación que juegan con la vida de millones al difundir contenidos antivacunas: tanto en EEUU como en la Argentina parte de esas campañas son diseminadas por conocidas/os animadoras/es de televisión y radio que usan medios tradicionales y masivos para cuestionar las campañas de prevención ante la pandemia.

Separar la paja del trigo en materia de desinformación es una tarea delicada que demanda amplitud de miras y capacidad para reconocer que, aunque masiva y dominante en los sectores donde opera, Facebook no actúa por afuera del resto de las instituciones que regulan de facto el comportamiento social. Tal vez esta semana negra pueda servir para identificar mejor dónde tiene responsabilidad y dónde no la tiene.

Los documentos de Facebook ofrecen un tesoro para la guerra antimonopolio de Washington

Leah Nylen cubre antimonopolio e investigaciones para POLITICO Pro. Antes de unirse a POLITICO, Leah pasó ocho años cubriendo antimonopolio en MLex. También ha trabajado para Bloomberg y Congressional Quarterly y fue seleccionada como Abe Journalist Fellow en 2014 para un proyecto de reportaje en Japón sobre cárteles de fijación de precios y políticas de disuasión de cárteles.

Los documentos recopilados por la denunciante Frances Haugen podrían dar a la empresa "mucho que lamentar" en sus luchas para demostrar que no es un monopolio.

A Facebook le gusta presentarse como un gigante de las redes sociales bajo asedio, encerrado en una feroz competencia con rivales como YouTube, TikTok y Snapchat, y lejos del todopoderoso goliat que retratan los agentes antimonopolio del gobierno.

Pero los documentos internos muestran que la empresa sabe que domina los campos que considera fundamentales para su fortuna.

Frances Haugen muestran con gran detalle cómo la red social más grande del mundo ve su poder en el mercado, en un momento en el que se enfrenta a una creciente presión de los gobiernos de EE. UU., Europa y otros lugares. Los documentos retratan a los empleados de Facebook promocionando su dominio en sus presentaciones internas, contradiciendo las propias afirmaciones públicas de la empresa y proporcionando combustible potencial para que las autoridades antimonopolio y los legisladores analicen la influencia de la red social sobre el mercado. 

Las métricas internas muestran que el 78 por ciento de los adultos estadounidenses y casi todos los adolescentes estadounidenses usan los servicios de la compañía, y que si bien competidores como TikTok y Snap han logrado avances con jóvenes de 13 a 17 años, están a la zaga de Facebook y su aplicación de fotos Instagram. en valores fundamentales como compartir y comunidad.

"No tenemos el producto número uno para todos los casos de uso en todos los mercados", escribieron los empleados en una presentación recién obtenida de 2018 , que decía que "Facebook-the-company" estaba "bien" pero aún no era "genial" con adolescentes de todo el mundo. "Pero tenemos uno de los principales productos sociales, con una participación de mercado creciente, en casi todas partes".

El objetivo de Facebook, dijeron los empleados en una presentación de 2021 , es ser una "súper aplicación" que los consumidores usen para todo, desde compartir momentos de la vida con amigos y construir una comunidad hasta leer las noticias y ver videos entretenidos.

Los registros se encuentran entre una pila de divulgaciones que el asesor legal de Haugen ha hecho a la Comisión de Bolsa y Valores y proporcionado en forma redactada al Congreso. Un consorcio de organizaciones de noticias, incluido POLITICO, ha obtenido las versiones redactadas de miles de documentos.

Acerca de los artículos de Facebook

POLITICO y otras 16 organizaciones de noticias estadounidenses están publicando historias basadas en los documentos de Facebook, documentos internos tomados por la denunciante Frances Haugen antes de dejar la empresa.

Los documentos de Facebook incluyen investigaciones de la compañía, hilos de mensajes internos, correos electrónicos, memorandos de proyectos, planes estratégicos y presentaciones que Haugen capturó tomando fotos de la pantalla de su computadora.

Las divulgaciones fueron enviadas a la Comisión de Bolsa y Valores y proporcionadas al Congreso en forma redactada por el asesor legal de Haugen. El consorcio de medios de comunicación ha revisado las versiones redactadas recibidas por el Congreso, documentos que ocultan los nombres de muchos empleados de nivel inferior. Los documentos fueron obtenidos previamente por The Wall Street Journal, pero nuestra cobertura proporciona nuevas revelaciones de los archivos.

El grupo de medios de comunicación se coordinó en una fecha de embargo del lunes para garantizar que los reporteros tengan tiempo suficiente para revisar miles de documentos. Esta colección no incluye todos los archivos que Haugen capturó, y POLITICO espera publicar más historias a medida que haya más documentos disponibles.

Las revelaciones de Haugen, junto con su papel en una serie de artículos de investigación del Wall Street Journal y sus apariciones en una reciente de entrevista "60 Minutes" y una audiencia en el Senado , han desencadenado la crisis política más grave de Facebook en años, al tiempo que potencialmente dan impulso a los esfuerzos en el Congreso. para endurecer la aplicación de las leyes antimonopolio contra los gigantes tecnológicos con sede en Estados Unidos.

Las revelaciones relacionadas con el panorama competitivo de Facebook también podrían ayudar a la demanda antimonopolio que la Comisión Federal de Comercio lanzó contra la compañía el año pasado , que busca obligarla a separarse de Instagram y la aplicación de mensajería WhatsApp. La FTC ha luchado en los tribunales para definir los elementos clave del caso, incluido qué es una red social y cómo Facebook domina ese mercado. Los nuevos documentos podrían ayudar a la agencia a llenar esos espacios en blanco.

Las presentaciones públicas de Facebook a la SEC ofrecen menos detalles sobre sus usuarios que los que brindan sus documentos internos, incluidos los datos desglosados ​​por grupos de edad. Facebook tampoco proporciona públicamente datos desglosados ​​para WhatsApp e Instagram, pero estos documentos sí.

Este es un apoyo muy, muy fuerte para la historia central” del caso de la FTC, dijo un ex miembro del personal de la agencia que revisó los documentos de POLITICO y habló bajo condición de anonimato para evitar influir en el litigio de la agencia. "Hay mucho que lamentar en estos documentos si eres Facebook".

Pero en los documentos judiciales presentados este mes, la compañía acusó a la FTC de seleccionar datos para retratar a Facebook como un monopolio que abusa de su poder. Las afirmaciones del gobierno, escribieron los abogados de Facebook, son "una ficción impulsada por litigios en desacuerdo con la realidad comercial de una intensa competencia con rivales emergentes como TikTok".

Y los documentos que Haugen proporcionó solo respaldan el argumento de Facebook, dijo el portavoz de la compañía, Christopher Sgro, en una entrevista el viernes.

"Lejos de respaldar el caso del gobierno, los documentos presentados a Facebook refuerzan firmemente lo que Facebook siempre ha dicho: competimos con una amplia gama de servicios por el tiempo y la atención de las personas, incluidas aplicaciones que ofrecen funciones sociales, comunitarias, de video, noticias y mensajería, "Sgro dijo a POLITICO." Los consumidores cambian libremente entre estas características, tanto dentro como fuera de Facebook, y la definición de mercado artificialmente estrecha de la FTC ignora esta realidad obvia ".

Los usuarios de Facebook son 'difíciles de perder'

Se estima que 162 millones de adultos estadounidenses mayores de 30 años usan la red social cada mes, o el 78 por ciento de esa población, según una presentación de marzo de 2021 creada para el director de productos de Facebook, Chris Cox. Casi todos los jóvenes de 18 a 29 años en los EE. UU. También usan Facebook, dijeron.

En total, Facebook tiene 174 millones de usuarios activos diarios en los EE. UU., Según los datos internos. En comparación, propiedad de Google, YouTube, tiene 122 millones , mientras que Snapchat tiene 87,3 millones y TikTok tiene 50 millones , según estimaciones disponibles públicamente. En todo el mundo, Facebook tiene más de 2.700 millones de usuarios.

Mientras que menos adolescentes estadounidenses usan la principal red social de Facebook, casi todos usan Instagram; la compañía estimó que 22 millones de adolescentes estadounidenses utilizan el servicio. Instagram también ha alcanzado la misma alta tasa de uso entre los menores de 35 años en Francia, Gran Bretaña y Australia.

Una vez que los usuarios se registran, rara vez se van, se encontró otra presentación.

"Las aplicaciones sociales a menudo dejan de crecer, pero rara vez se reducen", concluyó la investigación basada en datos de casi una docena de aplicaciones, incluidas Facebook, Twitter, Snap, Kakao de Corea del Sur y la aplicación de mensajería LINE de Japón. "Una vez que obtienes un usuario en tu aplicación, es difícil perderlo". 

El enorme alcance de Facebook es fundamental para la demanda de la FTC, que alega que Facebook tiene el monopolio de los "servicios de redes sociales personales": servicios en línea con un espacio social conjunto para mantener relaciones y compartir experiencias con amigos, familiares y conocidos.

Facebook e Instagram son "el equivalente digital de una plaza de la ciudad", citó la FTC al director ejecutivo Mark Zuckerberg en una publicación pública de Facebook , mientras que un servicio de mensajería como WhatsApp es "el equivalente digital de [una] sala de estar". La demanda acusó a Facebook de participar en una estrategia de "comprar o enterrar" para aplastar a la competencia, citando entre los acuerdos su compra de Instagram por mil millones de dólares en 2012.

Pero el caso sufrió un revés sorpresivo en junio, cuando un juez federal desestimó la demanda alegando que la FTC no había hecho lo suficiente para explicar cómo llegó a la conclusión de que Facebook tiene un monopolio.

Los servicios de redes sociales son de uso gratuito, y los límites exactos de lo que constituyen [redes sociales], es decir, qué características de la aplicación móvil o el sitio web de una empresa están incluidas en esa definición y cuáles están excluidas, no son muy claras. ”, Dijo el juez de distrito estadounidense James Boasberg en su opinión de junio .

Por ejemplo, preguntó, cuando un usuario de Instagram ve un video, ¿es ese tiempo dedicado a las redes sociales?

En agosto, la agencia presentó una nueva versión de la demanda, estimando que Facebook controla el 80 por ciento del mercado cuando se mide por el tiempo que los usuarios pasan en sus diversas aplicaciones, junto con los datos sobre cuántas personas usan Facebook o sus servicios diariamente y mensualmente. El juez aún no se ha pronunciado sobre si la nueva denuncia se aprueba.

Este tipo de minucias sobre los mercados es importante en las demandas por monopolización porque el gobierno debe definir explícitamente qué servicios o productos cree que domina una empresa, dijo Rebecca Allensworth, profesora de la Facultad de Derecho de Vanderbilt, que se especializa en la intersección de tecnología y antimonopolio.

Las grandes empresas a menudo operan en decenas de mercados, algunos de forma más dominante que otros. Pero un movimiento de libro de texto de un monopolio es aprovechar el poder que tiene en un mercado para avanzar en otro, dijo Allensworth. Eso es parte de lo que la FTC alega que Facebook ha hecho: utilizó su dominio en el ámbito de las redes sociales para avanzar hacia los videos y la mensajería.

Facebook, que le ha pedido a Boasberg que descarte el caso más reciente de la FTC, dice que la agencia aún no ha proporcionado los datos que exigió el juez.

Por ejemplo, escribieron los abogados de la compañía en un expediente judicial, la FTC no ofreció información sobre cuánto tiempo que la gente pasa en Facebook se dedica a las redes sociales en comparación con otras actividades. Y aunque los números que ofrece la agencia pueden parecer altos, las personas usan más de un servicio, dijeron, y mencionaron a YouTube, TikTok, LinkedIn y Twitter como rivales.

¿Dónde está la competencia?

Facebook a menudo cita públicamente la existencia de otras aplicaciones populares como prueba de que no es un monopolio. Zuckerberg dijo al Congreso el año pasado que la empresa enfrenta una "competencia significativa".

"El servicio de mensajería más popular en Estados Unidos es iMessage", dijo Zuckerberg, refiriéndose al servicio de mensajería de Apple. "La aplicación de más rápido crecimiento es TikTok. La aplicación de video más popular es YouTube".

Todas esas declaraciones son verdaderas. Pero cuando Facebook encuestó a los usuarios el año pasado sobre qué aplicación clasificaban como la mejor para diversas actividades, obtuvo una imagen más precisa de los nichos que gobierna.

En todos los grupos de edad, los usuarios clasificaron a Facebook o Instagram como los mejores para cosas como compartir fotos o videos, descubrir a otras personas con intereses comunes y conectarse con familiares, empresas o celebridades. "Instagram sobresale entre los adolescentes y los adultos jóvenes, liderando la competencia en varias áreas", dijo la presentación.

Las únicas áreas donde otras aplicaciones superan a Instagram y Facebook fueron la mensajería y el entretenimiento, encontró la encuesta. Los adolescentes y los adultos jóvenes eran más propensos a usar mensajes de texto regulares (30 por ciento) o Snapchat (24 por ciento) para los mensajes que Instagram o Facebook Messenger (14 por ciento cada uno), encontró otra encuesta . Todas las edades dijeron que era más probable que vieran videos en YouTube o TikTok que en Facebook e Instagram. 

Esas encuestas son importantes para el caso de la FTC, dijo el exfuncionario, porque demuestra que Facebook sabe que ofrece varios servicios y domina solo algunos de ellos.

"Consumir contenido creado por otros, el tipo de cosas para las que vas a YouTube y Spotify , es muy diferente del intercambio social personal que haces con amigos y familiares", dijo la persona. “Cuando Facebook dice, 'Pero competimos con YouTube', no se equivocan, pero en realidad no responde. Por supuesto, Facebook no es un monopolista en todo lo que ofrece.

"El tema central de los materiales es que Facebook entiende que los paisajes competitivos son diferentes de un mercado a otro", agregó la persona, "y la clave de su poder es el conjunto de servicios de redes sociales personales donde su poder de monopolio es claro".

Sin embargo, personas familiarizadas con los argumentos legales de Facebook argumentaron que los documentos sobre el uso cada vez menor de la plataforma principal de Facebook por parte de los adolescentes podrían pesar a favor de la compañía. Debido a que es más probable que los adolescentes utilicen múltiples servicios, Facebook necesita competir con empresas como YouTube, Snapchat y TikTok por su tiempo y atención, dijo la persona.

Por otro lado, los documentos también muestran que no todos los servicios que ofrece Facebook son necesariamente fundamentales para su misión.

Eso es cierto en el mercado del entretenimiento , dijo la presentación de marzo de 2021, que señaló que YouTube es particularmente popular entre los adolescentes y adultos que buscan ese tipo de contenido.

"Si pensamos en nosotros mismos como en el mismo mercado de consumo que YT [YouTube], entonces sin duda están ganando ese mercado en casi todos los países", dijo la presentación de 2018. no pensar en nosotros mismos como si estuviéramos en el mismo mercado) ".

Aún así, algunas señales de advertencia para Facebook

Varios de los informes de Facebook se centran en el mercado de adolescentes y adultos jóvenes porque los anunciantes a menudo se dirigen a esos grupos de edad para las campañas. Los empleados también dijeron en los documentos que esperan que muchos adolescentes que usan Instagram "envejezcan hasta Facebook" y ayuden a mantener esa plataforma, un área de enfoque para Cox, director de productos de Facebook.

Los adultos jóvenes que han crecido usando las redes sociales no se sienten atraídos por la "estrategia de súper aplicaciones" de Facebook y tienden a "usar aplicaciones individuales para propósitos estratégicos específicos", dijeron los investigadores en una presentación de mayo de 2021 que explora por qué los de 18 a 29 años Las personas mayores en los EE. UU. usan Facebook menos que otros estadounidenses mayores.

Algunos documentos incluyen algunas señales de alerta de la tendencia de Facebook a copiar los éxitos de sus rivales.

Muchas de las presentaciones internas de Instagram se han centrado en los peligros que plantea TikTok, particularmente con la demografía adolescente. En agosto de 2020, la compañía presentó Instagram Reels para permitir a los usuarios crear videoclips de 15 segundos similares a los videos de TikTok. El producto ha tenido una recuperación lenta. Un estudio interno de abril encontró que uno de cada cinco creadores de Reels también tenía una cuenta de TikTok y estaba reciclando esos videos.

En otro estudio , Facebook pidió a los adolescentes y adultos jóvenes que vieran TikTok o Reels durante 10 a 15 minutos por día y llevaran un diario de sus reacciones. Después de cinco días, los usuarios cambiaron a la otra plataforma.

Los usuarios de Reels dijeron que a veces paraban las sesiones antes de tiempo, les resultaba difícil alcanzar los 10 minutos requeridos porque los videos eran "obsoletos, aburridos o repetitivos", mientras que los usuarios de TikTok informaron que usaban la aplicación durante horas al día más allá del estudio. Los usuarios de Reels también descubrieron que el algoritmo de Facebook no dejaba de mostrarles contenido que no les interesaba y rara vez mostraba videos hechos por personas de color a espectadores blancos.

Al final del estudio, la mayoría de los participantes prefirieron TikTok, incluso los que habían comenzado como usuarios de Reels.

Una de las cosas más condenatorias reveladas por la demanda de la FTC, dijo Allensworth, fue la poca fe que tiene Facebook en que su propio producto sea capaz de resistir los desafíos de sus rivales.

"Zuckerberg no cree que pueda competir por sus méritos", dijo. "Ese es el miedo que transmite en sus correos electrónicos sobre la competencia: la necesidad de asegurarse de que no suceda".

Agricultura Familiar

Valentina Castro, estudió Sociología en FaHCE-UNLP. Integrante del Centro Integrante de El Centro de Economía Política Argentina (CEPA), integrado por profesionales que provienen de distintas disciplinas y casas de estudio.  Escribe hoy en Página 12

La ley de agricultura familiar fue aprobada por unanimidad en Diputados y Senadores en diciembre de 2014. Sin embargo, la reglamentación y aplicación efectiva sigue esperando. Diferentes organizaciones de la agricultura popular se reunieron con el ministro de Agricultura y Ganadería, Julian Dominguez, para discutir la implementación de la ley. También estuvo el titular de la Secretaría de Agricultura Familiar, Miguel Gómez.

Uno de los objetivos principales de la norma es multiplicar el número de productores de alimentos en todas las provincias, reducir la intermediación y concentración del canal comercial y llegar con precios accesibles a los consumidores. Frente a la suba de precios de los alimentos y las medidas de urgencia para frenarla, la necesidad de empezar a transformar el esquema de producción y comercialización se torna urgente. Dos aspectos centrales de la ley son la creación de un banco de tierras para la agricultura familiar, mediante el cual el Estado organice y ponga a disposición de productores tierras fiscales, y la generación de un centro de producción y distribución de semillas.

Hipolito Madariaga es militante del frente agrario Evita, la UTEP y el consejo nacional de agricultura familiar. En relación al banco de tierras, cuenta que "es fundamental para que el agricultor y la agricultura sea soberano también en su tierra. Tenemos la posibilidad, con este ley, de ir pagando esas tierras en algún programa de 20 o 30 años y poder planificar ahí una vida digna y, lógicamente, generar trabajo para más familias".

Gómez explicó que "la reglamentación permitirá iniciar un camino para democratizar la economía, para desconcentrar y potenciar la agricultura familiar, campesina e indigena y la pesca artesanal, como proveedores de alimentos básicos en la producción y comercialización. Debemos desconcentrar la producción y trabajar fuertemente para que ningún productor deje la tierra. Debemos pensar una producción de alimentos sanos y accesible y que además cuide el ambiente".

Mercedes Taboada es militante del movimiento nacional campesino indígena-vía campesina. Señaló a este medio que durante la reunión con el ministro se analizaron los puntos de la ley que contemplan reclamos históricos de las organizaciones campesinas. "El paro a los desalojos; los fondos rotatorios, que son créditos blandos manejados por las organizaciones en forma rotatoria que tienen como objetivo desarrollar un incentivo que permita sostener la producción, garantizando las necesidades básicas de las familias productoras de alimentos; la comercialización de la producción; el arraigo, que tiene que ver con mantener a los productores en sus territorios pero brindarles acceso a las necesidades básicas como la salud, la educación, la conectividad y que nuestros hijos puedan quedarse en los campos a seguir produciendo pero con oportunidades como todos. Además, de esa manera, se daría una vuelta al campo de los que fueron desalojados y no se engrosarían más las periferias. Si tenemos las mismas oportunidades eso es posible. Estamos convencidos de que somos la verdadera alternativa para alcanzar la soberanía y la seguridad alimentaría”, mencionó.

 “El ministro -continuó- dijo que trabajará para que sea reglamentada lo antes posible y conseguir el presupuesto para hacerla viable. Es importante trabajar en conjunto para que los ejes más urgentes se conviertan en una política pública para el sector”, agregó Taboada.

Madariaga remarcó que la reunión fue importante, no solo porque se están definiendo detalles finales de reglamentación, sino porque "el hecho de que el gobierno se siente a dialogar muestra la importancia del rol productivo que tenemos en todo el país y que también tuvimos durante la pandemia. Ahora queremos duplicar la producción en la medida que tengamos políticas públicas que nos respalden".

Según afirma el dirigente, las organizaciones de la agricultura familiar tienen la capacidad para que el Estado les compre de manera directa. "Eso nos puede dar una salida al problema de que la producción se paga muy poco y llega a las góndolas a precios muy altos. Articular políticas de comercialización es urgente y achicar la cadena y generar circuitos cortos: mercados de cercanía y abastecimiento local es una opción. Para que los alimentos sean más accesibles y el pueblo tenga seguridad alimentaria", reclamó.

Roberto Solano, de la Federación Nacional Campesina, comentó sobre la reunión: "Vemos como algo positivo que el ministro a tan poco tiempo de asumir nos haya recibido. Necesitamos que la ley tenga sus propios fondos y reglamentarla es importante porque tiene cosas fundamentales como el acceso a la tierra y la comercialización. Nos sirve que la red esté reglamentada y tenga presupuesto para que todo lo que tenga se ejecute en tiempo y forma".

También se pidió por la prórroga de la ley 26.160. Esta ley declara la emergencia territorial de las comunidades indígenas originarias del país y suspende la ejecución de sentencias, actos procesales o administrativos cuyo objetivo sea el desalojo o desocupación de las tierras que ocupan. La finalización de esta ley dejaría a las comunidades sin resguardo ante la posibilidad de ser desalojadas. Taboada mencionó que “se ha prorrogado anteriormente y volvemos a pedirlo".

Las organizaciones acordaron tener otra reunión a fin de año con Dominguez para seguir avanzando con la instrumentación de la ley.

Renegociación

Leandro Renau, subeditor de la sección Economía del Diario Tiempo Argentino. Y ha escrito para los diarios El Cronista, Página 12 y Buenos Aires Económico (BAE). Varias de sus notas se publicaron en medios de Perú y México. Trabajó en las radios América y Splendid y actualmente conduce el programa "Levantate" que se emite por FM Palermo, escribe hoy en página 12

El ministro de Economía, Martín Guzmán, volvió a poner sobre la mesa el carácter geopolítico del préstamo del Fondo Monetario (FMI) a Mauricio Macri, en una apelación que es una especie de ayuda memoria en el tramo final de la negociación, a horas de posibles reuniones en el marco del viaje al G-20 en Roma. La manifestación del ministro, que cambió el tono a un perfil más político y menos técnico, se emparenta además con otros dos hechos: la inminencia de las elecciones legislativas y la embestida fallida pero con daño de sectores conservadores a Kristalina Georgieva, titular del organismo. 

La apelación del funcionario tiene correlación con hechos de relativa cercanía: en las últimas tres visitas de la misión del Fondo a la Argentina, los enviados del organismo mantuvieron encuentros con empresarios y dirigentes sindicales. El primero, incluso, ocurrió en 2019, cuando todavía gobernaba Macri. En esas charlas, admitieron que el programa excepcional otorgado a la Argentina tenía que ver con una decisión política. Si bien no interpretaron en detalle la idea que luego se confirmó por otras vías, sí concedieron que las condiciones del préstamo fueron irregulares. 

La primera reunión que mantuvieron en Argentina fue con los empresarios de la Sociedad Rural, antes de las elecciones que llevaron a Alberto Fernández a la Presidencia. El encuentro fue el Four Seasons y los enviados de la misión advirtieron que la cosa con Argentina no estaba bien. Se sorprendieron, incluso, cuando el entonces titular de la SRA, Daniel Pelegrina, vendió un panorama positivo sobre lo que vendría.

Tan mal cayó en la misión ese encuentro, que el segundo mitin no tuvo a los ruralistas entre los invitados. A fines del 2019, Julie Kozak y el venezolano Luis Cubeddu, enviados de Georgieva, pidieron reuniones con dirigentes de peso de la Unión Industrial (UIA) y la CGT. Las reuniones se hicieron en un salón alquilado en el hotel Hilton de Puerto Madero. Por los industriales, participaron el entonces presidente de UIA, Miguel Acevedo y el actual, Daniel Funes de Rioja. Con la CGT, hubo una mesa de cuatro dirigentes. Allí, los enviados del FMI admitieron la decisión política detrás del crédito de 45 mil millones. Fueron, más que nada, los dirigentes sindicales los que los inquirieron en ese sentido. En ambas reuniones, la misión se llevó un panorama bastante más real de la Argentina, que arrancaba a gobernar Fernández.

La teoría del carácter político viene dada por el rol de Estados Unidos, entonces conducido por Donald Trump, y un Fondo encabezado por la francesa Christine Lagarde. La idea del socio mayoritario del organismo era inyectarle dólares frescos al Gobierno de Cambiemos, ya en medio de una crisis sin retorno, sin acceso a los mercados y un colapso interno en todos los frentes. Un traspaso de fondos de carácter estratégico para sostener en la región una alianza sustentable de gobiernos de derecha y centro derecha. Tan grande fue el respaldo que el préstamo del FMI, inicialmente de 57 mil millones que fueron 45 por decisión del Gobierno de Fernández, fue el desembolso más importante no sólo en la historia de Argentina, sino también del propio organismo.

En la charla organizada por Revista Crisis en el CCK, Guzmán deslizó incluso otros detalles de esta historia. “El préstamo del FMI fue un préstamo político. El FMI no lo va a reconocer, pero fue el Director Ejecutivo en el FMI que se sentaba en la silla de Estados Unidos al momento del préstamo quien dijo públicamente que había sido un préstamo de apoyo al gobierno anterior”, expresó el funcionario. La referencia fue para Mauricio Claver Carone, actual titular del Banco Interamericano de Desarrollo y que entonces estaba como Director Ejecutivo de Estados Unidos en el FMI. Permaneció allí hasta el fin del Gobierno de Trump.

Ese cambio de mando y la llegada de Biden transicionó también con una modificación en el Fondo. La búlgara Georgieva reemplazó a Lagarde y abrió otro tono en la negociación con Argentina. Si bien el mundo entró en pandemia, la dirigente reformuló el nexo con Argentina y movió varios paradigmas. Por todo esto, en el Gobierno entienden que es momento de recordar los antecedentes del crédito, para ponerlos sobre la mesa a la hora de negociar y llevar al llano cuestiones técnicas en plena campaña.

Argentina: las aporías del neodesarrollismo

Francisco Cantamutto, Economista y doctor en Investigación en Ciencias Sociales por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), sede México. Se desempeña como docente de la Universidad Nacional del Sur y es investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) de Argentina, con base en el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales del Sur (UNS). Es integrante de la Sociedad de Economía Crítica.

Martín Schorr, argentino Doctor en Ciencias Sociales por Flacso (Argentina), docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) e investigador del Conicet (Argentina).

Son autores del artículo publicado en “Nueva Sociedad”

El peronismo asumió la Presidencia de Argentina en medio de una crisis heredada, a la cual se sumó una crisis mundial. Ante ello, el gobierno neodesarrollista ha tomado como mandato ordenar la macroeconomía y destinar sus esfuerzos a maximizar la orientación exportadora de manera urgente. Al hacer esto, acepta la especialización productiva existente, basada en ventajas comparativas estáticas, y omite las consideraciones respecto de los actores concretos que la personifican, el rol del mercado interno, los impactos locales y las vías no comerciales por las cuales se fugan los recursos

El candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, asumió la Presidencia de Argentina a fines de 2019. Para entonces, la actividad económica se contraía desde hacía dos años, mientras que las corridas cambiarias y financieras se sucedían desde abril de 2018, elevando la inflación a niveles de tres décadas antes, lo que produjo una severa caída del salario real y el consecuente aumento de la pobreza. El gobierno de Mauricio Macri había colapsado con su propio programa económico. Dejó una economía en crisis, endeudada de forma irresponsable e insostenible, a punto tal de tener que modificar el perfil de vencimientos de forma coercitiva (sin anuencia de los acreedores) y reinstalar los controles cambiarios que el mismo gobierno había repudiado al asumir cuatro años antes. La debacle socioeconómica en la que asumió el gobierno el Frente de Todos era palmaria.

Ante ello, la primera acción del presidente peronista, que ganó en dupla con Cristina Fernández de Kirchner, fue convocar a la Mesa contra el Hambre, una instancia multisectorial de diálogo para atender lo que de modo atinado se identificó como la necesidad más urgente. Consistente con sus propuestas programáticas previas, este mecanismo sería activado en distintas oportunidades para fortalecer las acciones gubernamentales más allá del poder presidencial (F. Cantamutto y M. Schorr: «El gobierno de Alberto Fernández: balance del primer año de gestión. Una mirada desde la economía política» en e-l@tina, en prensa.). Sin embargo, esta lógica incluye un elemento clave, que sostiene los argumentos que siguen en este trabajo. Incluir a los actores ganadores de las políticas del gobierno anterior dificultaría tanto el cambio de rumbo como la reparación del daño causado por aquellas. La imposible promesa de que el cambio sea «con todos» supone que nadie pierda, ni siquiera quienes ocasionaron el daño. 


En los primeros meses de gobierno se desplegaron políticas de apoyo a pymes, se fortalecieron los controles cambiarios, se elevaron los costos de operar en moneda extranjera y se mejoraron las políticas de precios. Muchas de estas iniciativas se vieron afectadas por la irrupción de la pandemia de covid-19, que obligó a tomar medidas de confinamiento y aislamiento que paralizaron la actividad económica e intensificaron la crisis. Si bien el gobierno puso en marcha un plan de estímulo de la economía, así como diversas medidas de contención social, al promediar 2021 aún no se había logrado revertir los indicadores sociales más urgentes, lo cual exacerbó el mal humor de la sociedad. 

No evaluamos aquí la acción del gobierno en materia sanitaria, ni tampoco minimizamos el impacto de esta doble crisis (la heredada y la global). Nuestro foco de análisis está en ciertas continuidades que exceden a esta doble crisis y que por su carácter programático se proyectan al futuro. Se trata de la presión por generar excedentes por la vía de la exportación, de forma urgente y necesaria. El gobierno de Macri lo tomaba como un rol «natural» asociado a las ventajas comparativas estáticas del país, que el Estado debería impulsar o con las que, al menos, no debería interferir. El nuevo gobierno peronista lo tomó en cambio como una necesidad estructural, basada en la escasez de divisas (la «restricción externa al crecimiento»). De este modo, lo que para la ortodoxia es un mandato lógico, para la heterodoxia neodesarrollista aparece como una necesidad resignada. Cualquier cambio estructural debe apoyarse en lo existente, en especial si se trata de avanzar mediante consensos.

El proceso de reestructuración de la deuda pública ilustra este punto. Ya en febrero de 2020, el presidente Fernández inició una gira en busca de apoyos internacionales, al mismo tiempo que lograba casi unanimidad en el Congreso con la Ley de Restauración de la Sostenibilidad de la Deuda Pública. La reestructuración demandó tiempo y esfuerzos diplomáticos, y para septiembre de ese año se alcanzó un acuerdo con los acreedores privados. El resultado fue el reconocimiento de bonos de cuestionada legalidad, con una quita mínima de capital, pero también un descenso relevante de las tasas de interés y extensión de los plazos de maduración. Esto sería similar a lo que se propone alcanzar con el acreedor oficial más relevante, el Fondo Monetario Internacional (fmi), cuya negociación lleva un año desde aquel hito. Hay que recordar que el organismo, bajo la presidencia de Christine Lagarde, otorgó en 2018 un préstamo récord por 57.100 millones de dólares para apuntalar al gobierno de Cambiemos. Pese a su retórica renovada, el fmi, al igual que los acreedores privados, no reconoce corresponsabilidad en los préstamos, aunque sí su insostenibilidad. 

A diferencia de los privados, e incluso de otros acreedores oficiales, el fmi puede «inducir» de forma explícita a la aplicación de ciertas políticas, tendientes a maximizar el pago de la deuda en el corto plazo. Por supuesto, esto hace descontar que la deuda será pagada mientras se «hacen los deberes». La reestructuración lograda y la que está en curso mientras se escribe este artículo tienen por objetivo ganar tiempo, desplazar el momento de pago, y para ello es necesario ir avanzando con las tareas, a saber: ordenar la macroeconomía del país (la inflación minorista a mediados de 2021 rondó el 50% anual), proponer un cronograma creíble de liberalización y apertura, reducir el déficit fiscal (sin tocar los servicios de la deuda), lograr divisas para «honrar» los pagos. Si las primeras tareas se conducen, no sin fricciones, entre el Ministerio de Economía y el Banco Central, al último mandato se suma el Ministerio de Desarrollo Productivo. Exportar todo lo posible, cuanto antes, bajo la promesa de que esta vez vendrá con cambio estructural más tarde y, finalmente, con redistribución del ingreso («Palabras del Presidente Alberto Fernández en la Apertura del 139 periodo de sesiones ordinarias, del Honorable Congreso de la Nación Argentina, CABA», 1/3/2020, disponible en www.casarosada.gob.ar; Daniel Schteingart e Igal Kejesfman: «¿Alcanza con distribuir?» en Anfibia, 2021.).

¿Es este el camino? El mandato de exportar a como dé lugar, de inmediato, obstruye diversos problemas que resultan críticos a la hora de pensar el desarrollo argentino en una clave más igualitaria, justa y sostenible.

Las exportaciones argentinas: ¿qué y quiénes?

Las exportaciones de productos primarios y su procesamiento básico se consolidaron como ejes de la participación argentina en la división mundial del trabajo e incrementaron su peso desde los gobiernos de Fernández de Kirchner hasta la actualidad, pasando por la presidencia de Macri. estos dos rubros explican en conjunto cerca de 70% de las exportaciones totales.

En este perfil de especialización, muy pocos sectores tienen superávits abultados y estables: la producción primaria de los sectores agropecuario y minero, la industria alimenticia y especialmente el complejo oleaginoso-cerealero son las principales fuentes de divisas y explican más de 90% del saldo agregado del balance cambiario desde 2003. Las cuatro primeras secciones de exportación del país en la primera mitad de 2021 fueron productos del agro, productos de las industrias alimentarias, bebidas y tabaco, grasas y aceites animales o vegetales y animales vivos y productos de la ganadería. 

En un sentido opuesto, un conjunto de sectores resulta sistemáticamente deficitario, incluidos los que se abocan a la industrialización de bienes de alto o medio-alto contenido tecnológico, además de numerosos servicios. Este patrón de intercambio se magnifica en el comercio con la mayoría de las economías desarrolladas, incluida la china. Solo el Mercado Común del Sur (Mercosur) escapa a esta caracterización, ya que el intercambio involucra comercio intraindustrial, centrado sobre todo en la cadena automotriz. Es decir, a través de gobiernos de diverso signo político, la última década y media vio consolidarse la especialización basada en ventajas comparativas estáticas. 

Exportación o Mercado interno

Se trata de una inserción exportadora concentrada en pocos rubros de la actividad económica, pero también en un número reducido de grandes corporaciones: alrededor de 70% de las ventas externas totales es controlado por las 200 empresas más grandes del país. Además, dentro de ese panel se corrobora una alta concentración en las «primeras 50» compañías. Ello invita a posar la mirada sobre una característica estructural de la economía argentina que por lo general no aparece en los debates públicos: el abultado y sistemático superávit comercial agregado de los oligopolios líderes contrasta con los déficits pronunciados y recurrentes del «resto de la economía». Esto les otorga a las empresas de la cúpula un enorme poder estructural basado en el control de las divisas.

Solo por tomar un año a título ilustrativo, en 2019 la cúpula empresarial en su conjunto operó con un excedente comercial que superó los 25.000 millones de dólares, frente a un saldo negativo próximo a los 7.000 millones para el resto de las compañías que operan en el ámbito nacional. La dependencia de la economía argentina respecto de los grandes proveedores de divisas por la vía exportadora se vuelve más evidente cuando se considera que, por ejemplo, en el periodo 2015-2019 las «primeras 50» firmas del panel dieron cuenta de aproximadamente 90% del superávit general (y de casi 100% en 2019).

Así, de manera sistemática, un puñado de sectores y grandes agentes económicos actúa como fuente de divisas, con cierta independencia de si este excedente es captado por el propio empresariado o redirigido en parte por el Estado para fomentar alguna otra producción. Si la ortodoxia neoliberal lo acepta como mandato natural, la heterodoxia neodesarrollista lo toma con resignación ante la imposibilidad del cambio. Por si esto no fuera suficiente, alrededor de las dos terceras partes de las exportaciones, las importaciones y los superávits agregados de la cúpula son explicados por empresas transnacionales. Son corporaciones que además suelen remitir sus ganancias al exterior, pero también utilizar precios de transferencia para reducir el pago de impuestos, e incluso realizarse autopréstamos para luego girar pagos al exterior. Se trata de algo esperable, dado que este tipo de firmas suele presentar los mayores niveles de internacionalización productiva y comercial. Sin embargo, reviste un misterio cómo se pretende que estos actores transnacionales con poder estructural determinante puedan devenir en agentes del desarrollo nacional, en especial cuando se les propone trabajar sobre la base de urgencias de divisas y «consensos productivos». Aunque enfocamos en esta aporía, está claro que los integrantes de origen nacional de la cúpula empresarial no necesariamente escapan a esta caracterización (M. Schorr (org.): El viejo y el nuevo poder económico en la Argentina. Del siglo XIX a nuestros días, Siglo Veintiuno, Buenos Aires, 2021.).

Kirchnerismo reeditado

El Frente de Todos busca reeditar parte de la experiencia del kirchnerismo, lustrando de la pátina original las manchas de desorden y enfrentamiento que esta habría tenido. Esto coincide con la mirada de renombrados heterodoxos neodesarrollistas que no ven un problema en esta orientación exportadora por sí misma, sino en la falta de un entramado industrial que se integre a la cadena de valor, sea en el procesamiento o el abastecimiento de insumos, infraestructura, maquinaria o servicios. El problema sería la falta de un Estado inteligente que, mediante políticas de fomento y mecanismos de coordinación, apuntale esta integración productiva traccionada centralmente por sectores con ventajas comparativas estáticas. Para ello, es necesario contar con una macroeconomía ordenada (lo que involucra bajos niveles de déficit), un tipo de cambio competitivo, apertura comercial pero con mayor selectividad de incentivos y fortalecimiento de los mercados regionales, políticas sectoriales diseñadas a medida e integración del sistema científico-tecnológico a la producción. 

Estos son los lineamientos expresados en un documento oficial del Ministerio de Desarrollo Productivo titulado «El desarrollo productivo en la Argentina pospandemia»( Ministerio de Desarrollo Productivo: «El desarrollo productivo en la Argentina pospandemia. Hacia una visión compartida sobre el desarrollo económico de largo plazo y el cambio estructural», 10/2020.). Este documento fue presentado en la primera reunión del Acuerdo Económico y Social, realizada en octubre de 2020 y expresa con bastante precisión el programa económico que se propone llevar adelante el gobierno del Frente de Todos.

Se acepta de hecho la necesidad de una sociedad con aquellos sectores del poder económico que antes mostraron los dientes y las garras. Los diez «consensos» inician con la necesidad perentoria de «exportar más» y añaden, para ser explícitos, que «ningún sector sobra». Que ninguno sobre al momento de exportar más quiere decir que no se tocará a ninguno de los que hoy están, en contraste con la idea del gobierno anterior de que algunos sectores no competitivos debían reconvertirse o desaparecer.

Vale señalar que la heterodoxia neodesarrollista no parte de una ilusoria armonía natural, sino del diagnóstico del lugar periférico que ocupa la economía argentina. De ahí deriva la necesidad de una moneda fuerte (extranjera) para sostener una acumulación crecientemente internacionalizada. Faltan divisas para intercambiar con el mundo y, por lo tanto, es necesario obtenerlas para financiar el desarrollo ( .Eduardo Crespo: «Las contradicciones del progresismo naif» en Anfibia, 2021; Juan Hallak: «Sin exportar, no se puede importar, y así no se puede crecer» en La Nación, 18/7/2021.) Se trata de la restricción externa al crecimiento, originalmente pensada para entender los ciclos de la etapa difícil de la industrialización, cuando la expansión de la actividad venía acompañada por una demanda creciente de divisas para importar. Y aunque esto es aún válido, es solo una parte del problema. En la actualidad, la formación externa de activos (que es la forma contabilizada de la fuga de capitales, es decir, su valor mínimo) es la principal fuente estructural de pérdida de divisas, acompañada por los pagos de deuda y la remisión de utilidades al exterior, por nombrar las tres más relevantes. Sin embargo, el neodesarrollismo omite estas tres vías de salida al momento de estimar las urgencias y necesidades del desarrollo y espera, en una suerte de «keynesianismo ingenuo», que un proceso de acumulación dinámico se encargue por sí mismo de estimular la permanencia en el país de estos excedentes. Pero esta creencia no resiste evidencia en la fase actual del capitalismo, que se enmarca en el despliegue de procesos intensos y de largo alcance de transnacionalización y financiarización (Enrique Arceo: El largo camino a la crisis. Centro, periferia y transformaciones en la economía mundial, Cara o Ceca, Buenos Aires, 2011.).

Del anterior examen surge que es necesario impulsar las exportaciones ahora mismo. Para pagar deuda, para financiar el cambio estructural y para que la salida exportadora sea, en definitiva, la fuente de crecimiento que, en su momento, hará viable la redistribución del ingreso. Pero claro, entonces, no se puede confrontar con el capital exportador. Quizá por eso no se pudo avanzar con el caso de flagrante estafa de la empresa Vicentín (Vicentín es una de las grandes empresas agroexportadoras de Argentina, que cayó en cesación de pagos en 2019. Los peritajes indicaron que el problema se originó en el sobreendeudamiento, que fue utilizado para desviar fondos hacia otras colocaciones del grupo. La evidencia disponible permitía al Estado, principal acreedor mediante la banca pública, argumentar a favor de tomar control de una empresa relevante en un rubro clave, entre otras cosas, en el acceso a divisas. Sin embargo, el gobierno cedió a las presiones corporativas y eludió una intervención más directa.), o se volvió atrás a fines de 2020 con las retenciones a las exportaciones agrarias incluso antes de aplicarse la modificación ( Alejandro Gaggero y Gustavo García Zanotti: «La crisis de Vicentín y los grupos empresariales que se expandieron a partir de su caída (2019-2020). Informe exclusivo para el Directorio y la Presidencia del Banco Nación», 2020, disponible en www.elcohetealaluna.com/wp-content/uploads/2020/12/Informe-final.-Vicentin-para-Prensa.pdf.); por eso, las reticencias a una nacionalización definitiva de la gestión de la estratégica hidrovía Paraná-Paraguay-Uruguay. Esta perspectiva explica a su vez por qué el gobierno se esforzó por alentar una representación del agronegocio menos ensañada por ideología y más centrada en negocios, al ayudar a encumbrar al Consejo Agroalimentario y desestructurar a la opositora Mesa de Enlace, una organización que impulsó medidas de acción directa contra los gobiernos kirchneristas en el pasado. Y quizás también por esto mismo, diversos referentes intelectuales neodesarrollistas, con cargo público o sin él, se encarnizan con las organizaciones sociales que reclaman por justicia ambiental (sobre todo en producciones primarias) como si se tratara de enemigos del desarrollo ( (Enrique de la Calle: «Claudio Scaletta: El falso ecologismo es un pensamiento reaccionario funcional al imperialismo» en Agencia Paco Urondo, 14/5/2021.).

¿Es posible pensar el cambio sin cuestionar el statu quo?

La heterodoxia neodesarrollista sostiene así la necesidad de financiar el cambio con lo que existe (Martín Schapiro: «Hay que regular, no prohibir» en Le Monde diplomatique edición digital, 7/2021.) . Y lo que existe son las producciones primarias poderosas que ya señalamos: agroindustria, minería e hidrocarburos. Al hacerlo, aceptan tácitamente la idea de ventajas comparativas estáticas como guía de su accionar. A diferencia de los neoliberales, que abrazan esta idea con gusto, lo hacen con un sabor amargo (José Natanson: «Salmones plebeyos (respuesta a Ernesto Semán)» en Le Monde diplomatique edición digital, 7/2021.). El gobierno del Frente de Todos adopta esta orientación estratégica en el plano discursivo y en políticas concretas y debilita así los objetivos de un desarrollo más justo y equitativo que –vale reconocer– promueve en paralelo otra parte de la alianza gobernante. 

Entendemos que al tomar este camino se omiten al menos cinco puntos relevantes en la lógica de buscar un futuro mejor. Estas omisiones parten de una lectura peculiar de las estructuras sobre las que se opera. Primero, se sostiene la idea de que existe una restricción externa que es operativa en virtud de las divisas comerciales; esto es, la vieja restricción externa basada en el intercambio desigual. Aunque válida, esta lectura omite que las principales vías de salidas de divisas no son hoy comerciales, sino, centralmente, la fuga de capitales. En lo sustantivo, este drenaje de recursos se financia con deuda durante los gobiernos neoliberales y con dólares comerciales bajo los ensayos «no neoliberales», pero los recursos siempre se van. Vale señalar que el Frente de Todos sostuvo la arquitectura de controles de capitales y cambiarios legada del gobierno anterior, lo que ha contenido en parte la fuga. Es imposible olvidar que gran parte de ella se origina en el desigual reparto del ingreso, que hace que quienes disponen de excedentes invertibles prefieran atesorar en moneda extranjera. Asimismo, cabe destacar que una legislación deficiente e ínfimos niveles de control han permitido a las grandes empresas desplegar diferentes formas de fuga por mecanismos comerciales (subdeclaración de exportaciones y sobrefacturación de importaciones) y financieros (autopréstamos).

El crédito y las inversiones externas, por su parte, hacen un exiguo aporte neto de divisas: en dos décadas han aportado menos que un año de saldo comercial. En cambio, sí aportan sus problemas: crean flujos sistemáticos de salida de divisas, al tiempo que añaden un factor de inestabilidad originado en sus propias dinámicas. Cualquier heterodoxo formado reconocerá estos problemas, pero no parece haber el mismo ímpetu en reconocer la necesidad urgente de modificar el entramado de legalidad vigente que les da sostén. Allí sobresalen, por caso, las leyes de Entidades Financieras y de Inversiones Extranjeras, o los más de 50 tratados bilaterales de inversión en vigor. La discusión de estos engranajes institucionales no aparece en la retórica gubernamental. 

La Deuda

Algo similar ocurre en torno de la discusión sobre la legalidad de la deuda, que a pesar de haber sido cuestionada en diversos tribunales sigue considerándose válida para su pago (Andrés Bernal, Augusto Martinelli y Francisco Verbic: «La nulidad del crédito de Argentina con el Fondo Monetario Internacional» en Revista Derechos en Acción No 19, otoño de 2021.). Incluso más, se omite el conflicto que supone su pago con uso de recursos para garantizar el respeto de los derechos humanos consagrados en la Constitución, así como en pactos y convenios internacionales. A pesar de la evidencia en cuanto a estos dos puntos (ilegalidad y conflicto con otros derechos), la heterodoxia se limita a aceptar las reestructuraciones de deuda bajo el precepto de que «era lo mejor que se podía lograr». Las negociaciones de 2020 y 2021 avanzaron durante la crisis más grave del último siglo, siempre en aras de cerrar un acuerdo y pagar. ¿Cuándo se considerará oportuno discutir la continuidad de esa salida de divisas, si no es en una catástrofe de esta magnitud? Pagar deuda o habilitar inversiones extranjeras que se dirigen a sostener el tipo de inserción internacional ya existente no parecen ser vías de salida de este berenjenal. 

Segundo, los actores efectivamente existentes son eludidos en el razonamiento. Al apostar a la inserción internacional actual como plataforma de crecimiento, se refuerza la posición estructural de la elite empresarial actual, la misma que concentra cada vez más producción; la cúpula que financia con sus excedentes el déficit de toda la economía, pero que al mismo tiempo controla las exportaciones y remite divisas al exterior en forma de fuga y de utilidades, al tiempo que genera poco empleo. Este núcleo del poder económico controla una proporción importante de la producción generada en el país (alrededor de la tercera parte). ¿Cómo se compatibiliza el claro sesgo transnacional de esta cúpula empresarial con los objetivos del desarrollo nacional? No se trata de algo dado de antemano.Este asunto es clave porque remite además a una segunda pregunta: ¿por qué un actor que se encuentra en una situación de privilegio acataría políticas económicas que le hagan perder su centralidad? No hay una razón alegada que permita entender cómo un actor con poder de veto contribuiría por la vía del consenso a perder ese poder. El empresariado agroexportador no lo aceptó durante los años del kirchnerismo, al punto de fungir como polo antagónico en el campo político. 

Al respecto, vale recordar que en junio de 2021 se originó una disputa en torno de la dinámica acelerada de la inflación, que persiste en niveles cercanos a los del muy regresivo bienio 2018-2019. En el caso reciente, el precio de los alimentos jugó un rol relevante, lo que afecta las necesidades más básicas de la población. La discusión se planteó a raíz del cierre temporal de las exportaciones de carnes para auditar la cadena de valor. Aunque esta medida no tuvo demasiado consenso, ni siquiera entre los economistas heterodoxos, para controlar la inflación, se trató de un gesto político para frenar las pretensiones del capital agroexportador. Aunque la producción ganadera se ha expandido en los últimos años, una parte de las mayores exportaciones se explica porque en el transcurso de la última década el consumo interno de carne cayó alrededor de 20%. Sin profundizar en las particularidades del tema, sirve para remarcar de forma explícita la tensión entre las políticas macroeconómicas necesarias para exportar y las necesidades de la población local. 

Cuestión de Ingresos

Este es nuestro tercer punto, pues no se trata de una cuestión aislada, sino de una muestra de un proceso más general. Entre 2015 y 2020 la participación asalariada en el ingreso nacional (representada mediante las barras) cayó más de cinco puntos porcentuales. El salario real de los trabajadores registrados del sector privado (representado en la línea del mismo gráfico) perdió aproximadamente 15% desde 2015, mientras que el declive fue del orden de 25% en los empleos estatales(De un trabajo reciente surge que en el transcurso de 2021 se ha profundizado el deterioro del poder adquisitivo de los salarios. Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (cifra): «Informe de coyuntura No 36», Central de Trabajadores de la Argentina, Buenos Aires, 8/2021.). Sumado a la mayor desocupación, la inactividad y la pérdida de calidad del empleo (incremento del cuentapropismo), se explica el aumento de la pobreza como fenómeno estructural, más allá de las variaciones coyunturales. Para fines de 2020, la pobreza alcanzaba a 42% de la población según datos oficiales. Aunque los neodesarrollistas propongan un círculo virtuoso de crecimiento, en los hechos el mercado interno no está jugando un rol dinámico para la cúpula empresarial, más interesada en el comercio exterior y en las prebendas del Estado.

Lo anterior no contradice que, en algunos casos, en su propia producción, las actividades exportadoras paguen salarios relativamente altos, como ocurre en la minería metalífera, los hidrocarburos y el complejo oleaginoso. Esto se hace a costa de segmentar el mercado de trabajo, estableciendo una creciente heterogeneidad entre sectores económicos, que terminan por obstruir cualquier otra actividad productiva: ¿con qué otras producciones es compatible esta especialización basada en ventajas comparativas estáticas? Sin un complejo de incentivos claro, muy pocas actividades sobreviven a la competitividad basada en la apropiación de renta. A esto se suman además el grado de precarización y la menor remuneración de las actividades conexas en la cadena de valor, mayormente subcontratadas en condiciones más pauperizadas, situación que ha sido detallada en el caso de la agricultura de exportación (Juan Villulla: Las cosechas son ajenas. Historia de los trabajadores rurales detrás del agronegocio, Cienflores, Buenos Aires, 2015.). De modo que sus salarios son relativamente altos en relación con una media social que está desvalorizada precisamente para garantizar cierto nivel de competitividad externa. Más cerca de la tradición neodesarrollista, Fernando Henrique Cardoso y Enzo Faletto lo describieron en su trabajo clásico como economía de enclave ( F.H. Cardoso y E. Faletto: Dependencia y desarrollo en América Latina, Siglo Veintiuno, Ciudad de México, 1969.) y cuestionaron su capacidad de llevar a un proceso de desarrollo más generalizado. De allí evolucionaría el programa político del desarrollo dependiente asociado, que bien podría decirse trataba de aceptar el estado de cosas y captar una parte de la renta para distribuir a través de políticas sociales. Al menos en esa línea argumental quedaba claro: no se podía esperar «ideología nacional» de estas elites empresariales. El cuarto punto que enfatizamos tiene que ver, justamente, con esta lógica de enclave de una importante parte de los proyectos productivos de exportación. Se pueden considerar los efectos locales de estas producciones en al menos cuatro sentidos: 

(a) Por un lado, muchas de las economías regionales devastadas por el huracán neoliberal han quedado con escasas alternativas productivas, y la falta de políticas territoriales consistentes en la heterodoxia neodesarrollista las relega a «zonas de sacrificio». Así ocurre con la cuenca de Vaca Muerta, la megaminería en San Juan y Catamarca, la explotación del litio en Jujuy, los pueblos rurales del interior pampeano, etc. Se presenta como dicotomía la producción existente o la condena a la pobreza. No en vano estos emprendimientos logran conquistar algunos adherentes locales ante la ausencia de alternativas.
(b) Se omite que mayormente los capitales que conducen la acumulación en estos núcleos dinámicos no son locales, de modo que la renta generada no se reproduce en esa escala, sino que se fuga a otros territorios o al exterior, y retroalimenta la inviabilidad de alternativas
(Silvia Gorenstein (org.): ¿Crecimiento o desarrollo? El ciclo reciente en el norte argentino, Miño y Dávila, Buenos Aires, 2012.).
(c) Derivado de lo anterior, se debe poner el acento en los efectos corrosivos sobre la democracia, que se ve seriamente afectada por la existencia de actores poderosos cuyos recursos, influencia y capacidad de presión se maximizan en esferas locales. Cuando los actores locales toman determinaciones contrarias a sus intereses, suelen ser demonizados o tomados por ingenuos o ignorantes, en la prensa o en el discurso gubernamental, por ortodoxos y neodesarrollistas
( E. Crespo: ob. cit.; E. de la Calle: ob. Cit.). Debe enfatizarse el carácter violento de muchos de los proyectos llevados a cabo en aras de las exportaciones, que desconocen los derechos de las comunidades a decidir sobre su espacio vital. Parece que las decisiones democráticas locales solo valen cuando acatan el interés corporativo o cuando aceptan su sacrificio en aras de una prometida mejoría para el país.
(d) Al hablar de «sacrificio», nos referimos, por caso, a los efectos sobre la salud en la población habitante de los territorios donde se realizan estas producciones
(Sociedad Argentina de Pediatría: Efecto de los agrotóxicos en la salud infantil, 2021, disponible en https://agenciatierraviva.com.ar/wp-content/uploads/2021/07/files_efectos-agrotoxicos.pdf.). Que aumente de modo ostensible la cantidad de personas con cáncer y enfermedades respiratorias o que la tierra tiemble no parece ser un problema… mientras se esté en un escritorio lejos de ese lugar. 

Recientemente, con este tono se ha debatido en torno de la prohibición de cría de salmones en aguas jurisdiccionales de la provincia de Tierra del Fuego. Se ha tomado a las fuerzas sociales y políticas locales como desconocedoras de las urgencias de divisas, o de sus propias prioridades( M. Schapiro: ob. cit.). Para ello, no se ha cejado en desorientar a lectores desprevenidos con la supuesta prohibición total que nunca existió (Maristella Svampa y Enrique Viale: «El disparate de vincular subdesarrollo con protección ambiental» en El Diarioar, 14/7/2021), o con el carácter desarrollista de este negocio, desconociendo las formas concretas de producción y trabajo(Ernesto Semán: «Matar al salmón» en Panamá, 18/7/2021.). Incluso se ha ido más lejos, señalando que hay problemas ambientales más urgentes para debatir en otras geografías (Roy Hora: «Salmones en el Riachuelo» en El Diarioar, 10/7/2021.) , que requieren de divisas para invertir y resolver tanto la contaminación como la pobreza que la alimenta. ¿Alternativas? Parece que ninguna. Este debate ha crecido en el espacio público argentino, postulado como una tensión entre neodesarrollismo y ambientalismo. Pero se trata de mucho más que «medio ambiente» lo que está atacando, por acción u omisión, el neodesarrollismo. 

Finalmente, no puede omitirse el carácter finito de los recursos sobre los cuales se basan las exportaciones argentinas. No se trata solo de los minerales o hidrocarburos, sino también de la explotación insostenible del suelo en la agricultura a gran escala. Siempre se presenta la idea de que no solo la urgencia propia amerita el negocio, sino que la existencia de una demanda mundial constituye una «ventana de oportunidad» para que esta vez sí sea posible desarrollarse. Sin embargo, es una inconsistencia que presume posible la explotación acelerada de Vaca Muerta y el litio como alternativas para agregar valor, pero sin cuestionar el lugar de la inversión extranjera, el privilegio de lógicas cortoplacistas y financiarizadas, y una fuerte subvención estatal al sector privado. Y sin poner sobre la mesa su coherencia con las promesas de una «transición verde».

Palabras finales

El gobierno del Frente de Todos asumió en medio de una crisis heredada, a la cual se sumó una crisis mundial. Es imposible soslayarlo: es digno de ponderar que, ante la magnitud del cataclismo, la situación económica de la mayoría de la sociedad no haya empeorado de forma acelerada; no obstante, tampoco mejoró. Y esto contradice la idea de «comenzar por los últimos para poder llegar después a todos», manteniéndose más bien la fuerza del consenso con los poderosos ganadores de años previos. Lejos de tratarse de una crítica externa, las tensiones han atravesado la coalición de gobierno, por ejemplo, de la mano de las demandas por mayor inclusión para la economía popular por parte de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (ctep), o de una discusión más frontal con el fmi por parte de un sector del kirchnerismo. Sin embargo, el gobierno neodesarrollista ha tomado como mandato ordenar la macroeconomía y destinar sus esfuerzos a maximizar la orientación exportadora.

Para ello, se acepta la actual especialización productiva como dictatum de la realidad. Vale señalar que desde el propio Ministerio de Desarrollo Productivo se realizan esfuerzos para impulsar a sectores más intensivos en conocimiento, por ejemplo con el Plan de Desarrollo Productivo Argentina 4.0(V. «Kulfas lanzó el ‘Plan de Desarrollo Productivo Argentina 4.0’», 14/4/2021, www.argentina.gob.ar/noticias/kulfas-lanzo-el-plan-de-desarrollo-productivo-argentina-40-0.), o más sensibles a una transición ecológica, como mediante el Plan de Desarrollo Productivo Verde( V. «Kulfas lanzó el Plan de Desarrollo Productivo Verde», 13/7/2021, www.argentina.gob.ar/noticias/kulfas-lanzo-el-plan-de-desarrollo-productivo-verde.)

Sin embargo, ante la falta de cuestionamiento al orden de lo existente, en una dinámica consensual, esto equivale a utilizar aspirinas para contener una enfermedad severa. Cómo espera el neodesarrollismo convencer por la vía del consenso a los poderes fácticos legados por el neoliberalismo de que lo mejor es que moderen sus pretensiones y se permitan perder poder estructural es un misterio. Y mientras no lo hagan, las posibilidades de desarrollo del país quedarán atrapadas en vetos constantes. 

Quizá sea hora de invertir el orden de las causalidades que propone un sector importante de la heterodoxia y del sistema político, y de que la redistribución del ingreso no sea variable dependiente del crecimiento (exportador) y se convierta en la variable independiente, en condición de posibilidad de un crecimiento sostenido, más equilibrado en materia productiva, territorial, ambiental, etc., y más inclusivo en términos económicos y sociales. Sin duda, ello requiere avanzar en la construcción de una amplia base de apoyo, ya que difícilmente el poder económico local se alinee con un planteo de esas características, máxime cuando su despliegue implicaría atacar por diferentes vías su poderío económico y su centralidad estructural.

La «nueva» orientación exportadora se forjó no para sostener los niveles internos de consumo, ni para resolver un supuesto desmanejo fiscal, sino para pagar deuda (en especial, en los años de hegemonía neoliberal). Con matices, Argentina se consolidó así como exportadora de materias primas, incluyendo aquí productos agropecuarios, piscícolas, forestales, mineros e hidrocarburíferos, así como su procesamiento básico. Para ello ha sido clave la falta de estándares ambientales, ya sea su directa ausencia o un reducido nivel de fiscalización. 

Las especializaciones productivas de exportación no se fundamentan en programas de desarrollo nacional, en superar las barreras impuestas por la escala de mercado, ni en prioridades internas de consumo o inversión, ni siquiera en recaudación; no se sostienen sobre mecanismos de integración de segmentos claves de las cadenas de valor, ni en la aplicación de conocimientos generados en el ámbito nacional. Se basan en la urgencia de obtener divisas, como mandato ante la escasez que limita el crecimiento. Sin embargo, la tracción importadora asociada al crecimiento está basada en la propia apertura temprana de la economía nacional, que desmanteló actividades que bien podrían realizarse localmente. (  Lorenzo Cassini, Gustavo García Zanotti y M. Schorr: «Globalización y senderos nacionales de desarrollo: algunos hechos estilizados para reflexionar sobre el caso argentino» en Revista de la Cepal No 133, 2021.)

Justamente, en la procura de dólares «genuinos» para sostener el crecimiento y la posterior redistribución, no se hace demasiado para sustituir importaciones. En los hechos, la salida exportadora «necesaria y urgente» deja a la economía atrapada en la explotación de los recursos en un estado casi «natural», sin generar mayores capacidades para avanzar en la industrialización. Esto ocurre incluso en sectores con ventajas comparativas, en los que Argentina tiene un potencial interesante para encarar planteos sustitutivos (minería, yacimientos no convencionales de hidrocarburos, etc.). A diferencia de muchos países de la región (Chile, Colombia, Perú, Ecuador, Venezuela, etc.), Argentina dispone de una base industrial como para avanzar en ese camino. Pero hacerlo requiere tiempo y coherencia, además de otra correlación de fuerzas. Actualmente, esa masa crítica existente no parece estar aprovechándose, máxime si se considera la plétora de subvenciones que el Estado otorga al sector privado para explotar los recursos tal como existen en la actualidad. El fetiche de las exportaciones como fuente de desarrollo se basa en la omisión de esta clase de consideraciones. Por supuesto, para la ortodoxia económica y los defensores de las grandes corporaciones, esto no constituye un problema. Para una gran parte de la heterodoxia, que no ignora el problema, se trata de un mandato de Realpolitik, incluso cuando no ocupa cargos de gobierno. Esta inesperada confluencia en las ideas ya ha permitido el llamado a la creación de una «coalición popular exportadora» que permite reunir ambos mundos en un final de péndulo inclinado hacia un lado (.Jorge Fontevecchia: «Pablo Gerchunoff: En Argentina hay dos partidos políticos, la Unión Cívica Radical y La Cámpora» en Perfil, 16/7/2021.)

Esto es extraño, porque al mismo tiempo que la heterodoxia neodesarrollista reconoce la necesidad de incrementar exportaciones para viabilizar múltiples salidas de divisas, elude cualquier consideración respecto de la capacidad de lobby y el peso estructural que adquieren los actores asociados. Su promoción no parece compatible con posteriores controles o regulaciones, a menos que se tenga una idea precaria de las dinámicas de poder o ilusiones respecto de la capacidad de los Estados (en especial, los subnacionales) de eludir la captura por parte de estos actores poderosos. No parece esperable que los actores económicos más poderosos vayan a ceder recursos económicos y políticos para su propio debilitamiento. 

Ante la insuficiencia de argumentos para responder estas dudas, no pocas veces hemos visto una reacción conservadora, incluso agresiva, por parte de ortodoxos y heterodoxos que demandan exportar más, ahora mismo, y relegar la distribución del ingreso a un «futuro promisorio», si se logra primero consolidar un modelo de crecimiento traccionado por exportaciones. La urgencia está basada en la imposibilidad de cambiar las relaciones externas o de discutir procesos de largo alcance. Y al hacerlo suelen ridiculizar las objeciones de ambientalistas, comunidades locales o incluso sindicatos y diversos espacios académicos. Está claro: nadie a esta altura supone que una economía puede sobrevivir aislada del intercambio con el mundo. La propuesta no es aislacionismo y primitivismo, sino desarrollo basado en las necesidades locales, en garantizar niveles de vida decentes para toda la población. Y en esto, la orientación exportadora de las últimas décadas, incluso bajo gobiernos de diferentes ideologías, tiene un número elevado de pendientes.

Las vueltas de la política argentina

Antón Pirulero

Argentina en general y el gobierno en particular enfrentan una situación con demasiados problemas y muy pocas herramientas. Si bien el escenario sobre el que se recorta la situación actual parece no poder resolverse sin acuerdos, los incentivos de cada uno de los espacios van en la orientación contraria. Y no solo por lo que ocurre hacia el interior de cada espacio sino también por lo que ofrece el futuro inmediato y mediato donde la perspectiva está intervenida por una cortina de niebla. La situación económica, donde el gobierno sabe que tiene dólares para evitar una devaluación, pero no para hacer una política similar a la de 2011-2015, es un aspecto que genera debate intra fuerza política. “¿Vamos a arreglar los problemas macroeconómicos para dejarle el camino asfaltado a Larreta?”, es una reflexión que se escucha cada vez más en el oficialismo. La alternativa a eso tampoco es buena para el peronismo y es lo que ocurre hoy: una gestión a mitad del río que no resuelve la macro ni le da respuestas a su electorado en la micro. 

Si nos guiáramos por las declaraciones de la última semana, los funcionarios de todos los sectores del gobierno aparecen aunados por una misma sensación: fastidio. De Victoria Tolosa Paz a Guzmán, el tono sobre la oposición tras el unánime y ruidoso rechazo al proceso de diálogo propuesto por Sergio Massa es el más duro que se recuerde. El fastidio, sin embargo, es aún mayor cuando se menciona a otro sector que deberá protagonizar el diálogo por venir. En una economía que en agosto alcanzó otra vez los niveles de actividad anteriores a la pandemia -y a pocas semanas de las elecciones-, la sensación de que a muchos argentinos no les llegó la recuperación aparece en los números correspondientes a poco antes de las PASO que se conocieron esta semana. Mientras el sector empresario recompuso márgenes y rentabilidad, los salarios se mantienen aún muy por debajo de los niveles pre pandemia, ya relativamente bajos tras la crisis durante el gobierno de Macri. Un funcionario de unos de los ministerios "albertistas" resumía: "Cristina tiene razón, el crecimiento se lo quedaron cuatro vivos". Los datos del segundo trimestre del año marcan una caída de la participación de la remuneración asalariada desde un 49,8% antes de la pandemia hasta un 40%. Estos casi diez puntos, que se explicarían por una importante recuperación de márgenes de ganancia, explican también el consenso que ha tenido en todos los sectores del oficialismo la resolución que, aún sin acuerdo, fija precios máximos para algunos cientos de los productos de la canasta de alimentos y bebidas más consumidos por argentinos y argentinas.

Desde el sector empresario podrían responder, con algo de razón, que los números del segundo trimestre serán de corto alcance, que el efecto defensivo de las paritarias frente a los niveles inesperadamente altos de inflación debería impactar en la medición de distribución funcional del tercer trimestre, que la también inesperada suba de las commodities impactó en las mediciones de rentabilidad y que los sectores más desprotegidos -y que explican una gran parte de la caída relativa de la participación del salario en la cuenta nacional de generación del ingreso- son los asalariados informales, empleados mayormente por PyMEs y no por las empresas concentradas que son habitualmente objeto de las críticas de los funcionarios. 

Las respuestas, desde ya, no borran los datos.

Y la actitud de un sector del empresariado ante las recurrentes crisis y los correspondientes ciclos de recuperación argentinos dejan mucho que desear. Hace algunas ediciones, en este mismo espacio, se señalaba que en los Pandora Papers, a pesar de que Argentina ocupa el puesto 32 en el ránking del PIB a nivel global, el país era el tercero con mayor cantidad de beneficiarios de sociedades offshore reveladas por la millonaria filtración global de archivos. Una investigación de la periodista Emilia Delfino, publicada en elDiarioAr, mostró que nueve de las diez familias más ricas de la Argentina figuran en los Pandora Papers con sociedades y fideicomisos offshore. Una conducta que, sin que necesariamente implique delito, da cuenta de la disposición de la élite empresarial a realizar la clase de sacrificios que se espera habitualmente de los asalariados e informales.

El camino de la recuperación y la normalización es complejo. En una charla realizada en el Centro Cultural Kirchner, Martín Guzmán discurrió sobre el acuerdo basal que el gobierno deberá encarar tras las elecciones, que es la renegociación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional. El ministro volvió a reprochar al organismo haber financiado "la campaña de Macri", fórmula repetida por el oficialismo para describir el sostén sin fundamentos técnicos y basado en meras consideraciones geopolíticas otorgado a la anterior administración. Reflexionó sobre las necesidades y condiciones para un acuerdo. A su lado, en forma virtual, el siempre interesante ex ministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis, prescribió al gobierno que planifique una guerra contra las finanzas internacionales. No se puede acusar a Varoufakis de no ser coherente. Lo que prescribe a la Argentina es similar a lo que intentó cuando ocupó el cargo durante el pico de la crisis de deuda griega y que motivó su salida ante un acuerdo que resultó en un ajuste doloroso y, a la luz del consenso de todos los analistas, innecesario, impuesto por el Fondo y las instituciones europeas y que fue aceptado, no sin fuertes resquemores, por el gobierno izquierdista de Alexis Tsipras. 

La alternativa de guerra contra las finanzas impulsada por el entonces ministro hubiera significado un default con salida del euro y, muy posiblemente, sanciones económicas o comerciales para un país que, aún tras casi una década de crisis, conserva un mayor producto por habitante que cualquiera de sus vecinos de la región. Si en materia económica el purismo de Varoufakis podría conducir a una devaluación sin pisos, es en materia política donde su prédica ha fracasado más rotundamente. Su repercusión frente a audiencias internacionales, que reconocen su mirada ingeniosa y su diagnóstico certero, contrasta con la indiferencia que obtiene del pueblo griego, donde los remedios que propone a través de su partido, MeRa25, lo han mantenido invariablemente por debajo de los resultados electorales del Frente de Izquierda en las elecciones argentinas. 

Los movimientos imperceptibles

Es en este marco donde se pueden advertir movimientos casi imperceptibles, pero que permiten inferir algunas cuestiones. En las últimas semanas, La Cámpora volvió a tomar protagonismo por una canción de su militancia que dice “esa deuda que dejaron / no la vamos a pagar / con el hambre de la gente no se jode nunca más”. Esto fue leído como un mensaje de Máximo Kirchner -que aparece en el video entonando las nuevas estrofas militantes- hacia Martín Guzmán o Alberto Fernández. Es posible. Sin embargo, hay un segundo factor más interesante aún para analizar el simbolismo de la organización que comanda el jefe de bloque del oficialismo en Diputados. El endurecimiento del discurso -pero no necesariamente de la acción- y la apuesta por contener o ampliar a su base de sustentación, responde a fortalecer su identidad política en una situación de desánimo general para el peronismo kirchnerista. 

Por capilaridad territorial y volumen político, el de La Cámpora es el más visible, pero no es el único espacio que encaró esa estrategia luego de la derrota de las PASO. La ausencia casi total de Sergio Massa en la escena local más los plenarios cada vez más frecuentes del Frente Renovador o las declaraciones explosivas de Sergio Berni para intentar separarse de un resultado que pocos en el oficialismo anticipaban responde a un regreso a la infancia más inocente: el Antón Pirulero. De no mediar una intervención política virtuosa, no sería exagerado pensar en una jibarización del Frente de Todos luego de las elecciones -donde el oficialismo de máxima puede aspirar a mejorar marginalmente el resultado de septiembre- tanto de organizaciones que quieran dejar testimonio de rechazo ante el acuerdo con el Fondo como de un peronismo tradicional que se mueve más a la luz de los resultados de las elecciones que los de la gestión. Así y todo, la crisis política que enfrenta el oficialismo no se corresponde con los números de la economía. “Si sigue mejorando va a haber espacio para hacer política”, analiza ante #OffTheRecord uno de los jefes del Frente de Todos. 

Mientras tanto, en la oposición se dio una discusión interna en la que se impuso la lógica de Mauricio Macri y Patricia Bullrich que es, bajo sus propios términos, no tener que desactivar otra bomba económica en 2023 en caso de llegar a la Casa Rosada. Es por eso que la inestabilidad, que no viene por la economía, está siendo empujada por la política. “Alberto tiene que ser nuestro Remes”, repiten en JxC. Solo así se explica el rechazo taxativo de, incluso, el ala más dialoguista al acuerdo propuesto por el oficialismo: la apuesta a un estallido cambiario que genere una win-win situation para el candidato opositor. 

(OFF THE RECORD Iván Schargrodsky Cenital)

En estos tiempos tan confusos, es necesario el esfuerzo inteligente para separar lo relevante de todo aquello que intenta alimentar la confusión y la apatía. Nadie se salva solo. Que cada quién haga su parte.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack


Comentarios

Entradas populares de este blog