América Latina, los nuevos viejos dilemas.

 Vieja Dictadura, las mismas tensiones sociales.

 

Ford ““Domesticar a los trabajadores para que los ricos puedan aumentar aún más sus riquezas, ese fue el objetivo de la dictadura".

La Cámara de Casación confirmó las condenas contra dos ex directivos de Ford por secuestros y torturas a 24 trabajadores y por haber montado en la planta de General Pacheco un centro clandestino de detención, durante la última dictadura cívico-militar que tuvo lugar en nuestro país. Pedro Müller y Héctor Sibilla fueron condenados a 10 y 12 años de prisión. 

En el año 2018 el TOF de San Martín había dictado las sentencias, pero fueron confirmadas recién el pasado miércoles.

Ayer también fue la tercera audiencia del alegato de la fiscalía en el juicio de Campo de Mayo.

La Cámara Federal de Casación confirmó las condenas de dos exdirectivos de la automotriz multinacional Ford por los secuestros y torturas a 24 trabajadores durante la última dictadura y por haber montado dentro de la planta de General Pacheco un centro clandestino de detención. La decisión del máximo tribunal penal del país representa un nuevo hito en el proceso de justicia en la Argentina y marca un avance en la sanción de la responsabilidad empresarial en crímenes de lesa humanidad con impacto internacional.

En 2018, el Tribunal Oral Federal (TOF) 1 de San Martín condenó a Pedro Müller a diez años de prisión y a Héctor Francisco Jesús Sibilla a doce años. Junto con ellos fue juzgado el poderoso comandante de Institutos Militares Santiago Omar Riveros, que recibió una pena de quince años de reclusión. Casi tres años después, la Cámara Federal de Casación --con los votos de Alejandro Slokar y Carlos Mahiques-- confirmó la sentencia contra los dos ejecutivos de la Ford. Guillermo Yacobucci, por su parte, únicamente convalidó la sentencia contra Sibilla, el jefe de seguridad de la planta de Pacheco, que la semana pasada cumplió 60 años desde su inauguración. Los tres jueces confirmaron la sentencia del multicondenado Riveros.

Veinticuatro trabajadores de la Ford fueron secuestrados después del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976. A 17 de ellos los privaron ilegalmente de la libertad dentro de la propia fábrica y a nueve de ellos los tuvieron cautivos en un quincho que fue usado como centro de detención y tortura. Nada de esto pudo haber sido ignorado por quienes manejaban la planta, pese a sus esfuerzos por mostrarse ajenos.

Müller, de 90 años, integró entre abril de 1974 y abril de 1978 el directorio de la Ford, que era el órgano máximo de administración y decisión de la automotriz. En la práctica, era el número dos de la compañía y se convertía en el número uno cuando el presidente, Juan Courard, estaba de licencia. Eso sucedió en, al menos, tres oportunidades durante 1976, cuando se produjeron los 24 secuestros que investigó la justicia federal de San Martín.

Sibilla, que actualmente tiene 95 años, se presentó en las apelaciones casi como un testigo de la “ocupación militar” de la fábrica. Sin embargo, para entonces él era el jefe de seguridad de la planta y era alguien que conocía por dentro la estructura castrense. Había ingresado en 1946 en el ejército y pasado a retiro en 1962 con el grado de mayor. Al año siguiente, se incorporó a la empresa Organización de Protección Industrial (ORPI SRL), que ofrecía seguridad a la Ford de manera tercerizada. En julio de 1976, mientras estaba en pleno auge la represión a los obreros de la automotriz, Sibilla fue ascendido a teniente coronel. Para 2004, prestaba servicios en la embajada de los Estados Unidos.

Se pudo comprobar la crisis económica que había padecido el sector automotriz desde principios de la década del ’70, de la cual esta empresa no fue ajena, aunada a la activa organización gremial de los trabajadores de planta durante los años 1975 y 1976; así a partir del 24 de marzo de 1976 Ford Argentina actuó mancomunadamente con las fuerzas armadas y de seguridad, con el fin de ejercer el poder represivo contra sus empleados. Para ello fue decisivo el trabajo en conjunto con los directivos, a los fines de individualizar y acallar a sus dirigentes gremiales, proscribir las huelgas y organizaciones sindicales y evitar de ese modo cualquier entorpecimiento que pudiera repercutir negativamente en los niveles de producción”, escribió Slokar en su voto.

"La firma y sus altos directivos no sólo conocían y colaboraban con las fuerzas ejecutoras del terrorismo estatal, sino que realizaron un aporte activo, directo y coordinado con el propósito de lograr una política de disciplinamiento que favoreciera los niveles de producción", añadió Slokar. "En ese orden, indicaron las víctimas que pusieron a disposición un sector donde funcionó el centro clandestino de detención dentro de la propia planta y facilitaron insumos, espacios y camionetas de la misma empresa para el traslado de las víctimas --atadas y encapuchadas-- desde sus domicilios hacia sus instalaciones u otros centros de detención, además de suministrar unidades sin patentamiento y documentación pertinente de los vehículos automotores modelo Falcon de la marca, ícono en el accionar represivo clandestino de la última dictadura cívico-militar”.

Un hito

La confirmación de las condenas contra Müller y Sibilla marca un nuevo hito en el proceso de justicia por crímenes de lesa humanidad, ya que el capítulo sobre los responsables empresariales de estos delitos es el que más resistencias y demoras judiciales acarrea. Los testimonios sobre lo ocurrido en la Ford comenzaron a brindarse desde el regreso de la democracia ante la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CoNaDeP). Las denuncias se reiteraron durante los juicios por la verdad y recién fueron ventilados ante un tribunal oral a partir de diciembre de 2017.

"Es una sentencia clave porque evidencia el entramado represivo dentro de las fábricas y la persecución de trabajadres y agremiados sindicales a partir del aporte del sector empresarial para el plan sistemático. Se lo utilizó, además, con un beneficio económico que se tradujo en la reducción de la gestión de conflictos laborales o gremiales", evaluó la fiscal Ángeles Ramos, que conduce la Procuraduría de Crímenes Contra la Humanidad (PCCH).

Marcos Levín fue el primer empresario en ser condenado por delitos de lesa humanidad en calidad de dueño de La Veloz del Norte, una empresa de transporte de pasajeros ubicada en Salta y con sede en Tucumán. La condena fue en marzo de 2016, pero, al año siguiente, la Cámara Federal de Casación la revirtió. La Corte Suprema todavía no revisó la situación de Levín, aunque en una causa derivada ordenó que se lo siguiera investigando. En el caso de Ford, no sólo los dos ejecutivos están condenados, sino que esa sentencia fue confirmada por el máximo tribunal penal del país.

En los últimos tiempos se registró un avance también después de mucha espera: la Corte Suprema dejó sin efecto la falta de mérito con la que la Cámara Federal de Casación había beneficiado a Carlos Pedro Tadeo Blaquier por los secuestros producidos en 1976 en la zona de influencia del ingenio Ledesma. El mes pasado, fue finalmente elevado a juicio. En Tucumán, hubo procesamientos por los crímenes en el ingenio La Fronterita y en Norwinco. En marzo del año pasado, procesaron a dos ejecutivos de la siderúrgica Acindar, desde cuyo directorio saltó José Martínez de Hoz al ministerio de Economía de la dictadura. A contramano, la Cámara Federal de Casación absolvió a los hermanos Julio y Emilio Méndez que cedieron la chacra donde estuvo secuestrado el abogado laboralista Carlos Alberto Moreno, que defendía a los trabajadores de Loma Negra.

Según estimaciones de la PCCH, son alrededor de 30 las causas de responsabilidad empresarial con crímenes de lesa humanidad. El avance en ellas es desigual: hay algunas en las que los jueces jamás respondieron los pedidos de indagatorias, otras en las que los acusados civiles murieron o fueron separados del proceso y otras que están en pleno trámite. 

(Cenital y Página 12 )

Olaf Scholz: la nueva esperanza socialdemócrata

Svenja Blanke, nacida en Alemania y Actual directora de Nueva Sociedad, es la autora de la siguiente semblanza del flamante nuevo Primer Ministro Alemán

Olaf Scholz ganó las elecciones en Alemania. Representante del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) tiene ahora la tarea de formar una coalición de gobierno que permita avanzar en un sentido progresista.

El 26 de septiembre se votó en Alemania. Los resultados dieron un triunfo al Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), que llevaba a Olaf Scholz como candidato a Canciller. Detrás suyo quedaron Armin Laschet de la Unión (como se conoce a la unidad de la CDU con la Unión Social Cristiana de Baviera, CSU) y la candidata de Los Verdes Annalena Baerbock. Los liberales del Partido Democrático Libre (FDP) obtuvieron el cuarto lugar.  

Los números de las encuestas suben y bajan, pero actualmente Olaf Scholz, del Partido Social Demócrata de Alemania (SPD), lidera la carrera por la Cancillería, seguido de Armin Laschet de la Unión (como se conoce a la unidad de la CDU con la Unión Social Cristiana de Baviera, CSU) y de la candidata de Los Verdes Annalena Baerbock. Los tres partidos están bastante cerca entre sí, pero la remontada de Scholz no deja de ser llamativa. ¿No debería ganar la carrera el partido de la política alemana más popular, Angela Merkel? La democracia de Alemania es parlamentaria, por lo que no hay elección directa para el cargo de canciller. Si hubiese elección directa, según las encuestas, el socialdemócrata Scholz ganaría con 48%, Laschet obtendría 21% y Baerbock, 16%.

Después de haber atravesado muchas crisis en los últimos años, e incluso de haber sido dada por muerta, la socialdemocracia europea parece haber dado una vuelta de página, al menos en Alemania. Hasta hace seis meses, las ambiciones de Scholz únicamente encontraban sonrisas compasivas. De forma inusual, fue elegido candidato a canciller por su partido un año antes de las elecciones parlamentarias, mucho antes que los otros dos candidatos. Para algunos observadores, su candidatura por el SPD solo se debió a la falta de políticos populares y presentables. Demasiados se habían desgastado o se habían dejado desgastar durante los años de Merkel. En las encuestas, el SPD venía demasiado rezagado con respecto a la alianza CDU-CSU y Los Verdes.

Olaf Scholz es un político experimentado, un convencido socialdemócrata y ha ocupado muchos cargos importantes en el partido y el gobierno. Pero se lo considera reservado y un poco aburrido. «Scholz es uno de esos políticos que piensan inteligentemente pero no se comunican inteligentemente», escribió en referencia a él una de las revistas políticas más importantes, Der Spiegel. El pensamiento racional y rápido es parte de su personalidad, pero no la emocionalidad, y mucho menos la pomposidad. De hecho, fue derrotado en las elecciones internas por la presidencia del partido por el dúo hasta entonces desconocido de Saskia Esken y Norbert Walter-Borjans. Pero todo esto no parece impresionar a muchos ciudadanos en estos momentos; al contrario, parecen ser atributos populares. La sensatez parece ser bienvenida en momentos de crisis, el conocimiento y la experiencia sosiegan los espíritus en tiempos agitados e inciertos, y la distancia mantenida con respecto a las bases del SPD, generalmente ubicadas más a la izquierda, es un punto a favor para las personas más conservadoras.

Hasta mayo se consideraba que Laschet, el candidato de la alianza conservadora CDU/CSU y, por lo tanto, sucesor de Merkel (CDU), contaba con las mayores probabilidades de ser canciller. Iba a ser la cara fresca y el caballo de tiro de esta campaña electoral para el Parlamento. Los conservadores contaban, aún en abril de 2021, con 30% de las preferencias. Con Baerbock, una candidata de 40 años, Los Verdes ya eran la segunda fuerza política más grande del país. En las encuestas superaban por mucho al SPD. Parecía que en Alemania, como en otros países de Europa occidental, la era dorada de la socialdemocracia había llegado a su fin. Los medios de comunicación hablaban sobre todo del escenario de coalición más probable: un gobierno conservador-verde. El SPD parecía estar estancado en las encuestas con 14%-15%, y no solo a principios de 2021, sino a lo largo de los últimos años.

Desde finales de julio, sin embargo, el panorama ha cambiado: la CDU ha caído a 20%-22% (según quién haga la encuesta), Los Verdes a 16%-18% y el SPD sube de manera constante desde julio. Primero a 18%, luego a 20% y ahora hasta 24%-25%. Además, para la opinión pública Scholz ganó cada uno de los tres debates entre los candidatos a la Cancillería. En el último –una semana antes de las elecciones– ganó con 15 puntos de ventaja con respecto a Laschet y 17 con respecto a Baerbock. En la CDU-CSU hay clima de nerviosismo. Muchos temen que Laschet dilapide el legado de Merkel. Otros intentan dar esperanzas, basándose en su biografía y diciendo que Laschet a menudo es subestimado, pero luego da la sorpresa.

La carrera política de Scholz comenzó en Hamburgo. Allí creció y estudió derecho. A los 17 años se incorporó al SPD, se convirtió en vicepresidente nacional de la Juventud Socialista y, como muchos en la organización juvenil del SPD, luchó por «superar la economía capitalista». Antes de desempeñar cargos oficiales, trabajó durante mucho tiempo como abogado laboralista; políticamente hablando, «como abogado de trabajadores y trabajadoras».

Subió al escenario político nacional en 2002 como secretario general del SPD y, por lo tanto, tuvo una significativa participación en la Agenda 2010 del gobierno de Gerhard Schröder, que significó para los alemanes duros recortes en el Estado de Bienestar a partir de 2005. Como secretario general, tuvo que defender esa agenda, lo que le granjeó en ese entonces el apodo de «Scholzómata», pues lo hacía repitiendo una y otra vez las mismas palabras y sin un dejo de emoción. Como consecuencia de los arduos debates internos sobre el Hartz IV (políticas de ayuda social), tuvo que dejar el cargo después de tan solo 18 meses. Estaba políticamente agotado. Más tarde siguió defendiendo las reformas sociales de la época, pero también enfatizó que debería haberse introducido un salario mínimo, cosa que Alemania no tenía.

Como ministro de Trabajo (2007-2009) durante el primer gobierno de Merkel, con la alianza de la CDU y el SPD, desempeñó un papel importante como experto durante la crisis financiera, lo que incluyó la introducción del subsidio del trabajo a jornada reducida, con el que el Estado garantiza a los trabajadores en tiempos de grandes crisis (crisis financiera de 2008, pandemia de covid-19 de 2020) 60% de su salario. De esta manera pudo recuperar capital político.

En 2011, Scholz regresó a Hamburgo, donde fue elegido alcalde y gobernó de 2011 a 2018. En las elecciones de 2011, logró algo casi utópico para el SPD en ese momento: una mayoría absoluta. En un segundo mandato gobernó Hamburgo con Los Verdes. Su política de construcción de viviendas fue importante para hacer que grupos de menores ingresos pudiesen acceder a un lugar donde vivir en la gran ciudad. Pero el periodo hamburgués finalizó de manera deslucida. En la cumbre del G-20, durante el verano de 2017, las grescas callejeras llegaron a altos niveles de violencia. Scholz cometió un error de cálculo, ya que les había garantizado a los habitantes de la ciudad que no tendrían que preocuparse por la seguridad.

Después de las elecciones parlamentarias de 2017, en las que el SPD fue derrotado, supuestamente no iba a haber ninguna nueva «gran coalición» entre el SPD y la CDU. Por un lado, era impopular entre la población, pero por otro, el SPD había perdido su perfil socialdemócrata durante los años en que cogobernó con Merkel. Sin embargo, hubo una tercera ronda de negociaciones, pues la llamada alianza «Jamaica» entre la CDU, Los Verdes y el liberal FDP no llegó a materializarse. Entonces, nuevamente el SPD integró el gobierno de Merkel. En el nuevo gobierno rojinegro, Scholz se convirtió en vicecanciller y ministro de Finanzas. Defendió la política de endeudamiento cero de su predecesor, Wolfgang Schäuble (CDU), para disgusto de muchos socialdemócratas que querían más inversión en infraestructura de transporte, educación, salud, etc., pero también de socios europeos que esperaban un cambio de rumbo para estimular el crecimiento y el trabajo. No obstante, con la pandemia, esta actitud cambió. Gracias a sus abundantes recursos financieros, Alemania pudo ofrecer un importante apoyo estatal a empresas, empleados, personal de cuidado, etc. Scholz jugó un papel decisivo en la implementación de estas inyecciones de fondos; para ello, el límite de endeudamiento, vigente desde 2011, tuvo que ser suspendido por el Parlamento. En términos de política fiscal nacional, como anunció durante la campaña electoral, no quiere dar alivio a los grupos de ingresos más elevados. En el plano internacional, Scholz abogó por un impuesto mínimo global a las grandes empresas, que el G-7 aprobó en julio de 2021.

A Scholz lo comparan a menudo con Merkel por sus rasgos de personalidad similares. Además, ambos provienen del norte. Hace unas semanas, de manera algo irónica pero también con miras a las elecciones, se mostró haciendo el «rombo de Merkel», como se conoce la forma en que la canciller coloca sus manos cuando habla en público. Pero sus raíces políticas tienen poco en común. Scholz es considerado un socialdemócrata bastante conservador. Una de sus creencias fundamentales, sin embargo, es que se necesita un Estado capaz de actuar para dar apoyo a los trabajadores y trabajadoras y las personas de bajos ingresos. 

Un punto muy relevante en la campaña electoral y en el actual programa del SPD es la idea de elevar el salario mínimo a 12 euros la hora. Scholz subraya una y otra vez ese punto explicando que todo el mundo debe recibir el pago que realmente merece por su trabajo. Y agrega una perspectiva de género cuando señala que son muchas veces las mujeres las que trabajan en profesiones de menores ingresos. Por esta postura, algunos observadores dicen que Scholz ha entendido el error de la elite política occidental de enfocar su retórica en «competitividad» y «mérito». 

El candidato del SPD ha tratado de revertir el desprecio implícito por los trabajadores y las trabajadoras corrientes y se ha comprometido a restaurar una sociedad que respete su dignidad y los compense por su valor real sobre el que se construye el éxito del resto de la población. También sugirió que debería haber un marco legal común sobre salario mínimo a escala de la Unión Europea.

El programa del SPD está enfocado así en temas de justicia social y laboral, cambio climático, movilidad y transporte y digitalización. Scholz se relaciona más con algunos temas que con otros. En Hamburgo, durante su mandato como alcalde, por ejemplo, se realizaron inversiones en transporte y educación.

Fue simbólicamente importante la composición con paridad de género del primer Senado de Hamburgo bajo su liderazgo. Bajo la égida de Merkel, las mujeres siempre estuvieron en minoría en el gabinete. Scholz ha anunciado que, en caso de triunfar en las elecciones parlamentarias, los cargos del gabinete se distribuirán atendiendo a la igualdad de género. 

La agenda internacional no ha jugado un rol importante en estas elecciones, a pesar de temas coyunturales como la derrota occidental en Afganistán –donde Alemania había mandado 150.000 soldados en los últimos 20 años, como parte de la misión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)–, la migración u otras cuestiones que requieren de una posición común europea. Después del 26 de septiembre, la composición del gobierno no será de un partido sino de varios formando una coalición. Y en las negociaciones de coalición suelen postergarse las prioridades políticas de un partido para encontrar consensos con otros. Cuanto más lejos estén de los valores y prioridades propios, más dolorosas pueden ser estas postergaciones.

Traducción: Carlos Díaz Rocca

Contradicciones y confusiones en América Latina

Claudio Katz es economista, profesor en la Universidad de Buenos aires e investigador en el consejo nacional de investigaciones científicas y técnicas (cOnicet). Es autor de “Dualidades de américa latina contracorrientes políticas y económicas” Publicado en Latin American Perspectives, issue 203, vol. 42, no. 4, July 2015, 10-42.

La evolución de sudamérica brinda muchos argumentos para las
tesis de la autonomía y el curso de centroamérica para el diagnóstico de la dependencia. La misma contraposición se verifica si se generaliza el sendero que transita
Venezuela o México. Los nuevos márgenes de independencia de la región cobran relevancia, cuando se pone el acento en la dimensión geopolítica y la re-inserción periférica salta a la vista, cuando se prioriza la evaluación económica.

 

"Pos-liberalismo” y “consenso de commodities” son dos conceptos que sintetizan ambas miradas. La primera noción remarca la vigencia de una nueva etapa signada por la política exterior independiente, la multiplicación de gobiernos progresistas y el retroceso de la derecha (
Sader, 2013). El segundo término resalta el reforzamiento uniforme de modelos centrados en la exportación de bienes primarios (Svampa, 2013).
¿cuál es la caracterización acertada? La respuesta exige evaluar las grandes transformaciones económicas, sociales y políticas registradas en la región, durante las últimas dos décadas.

Economía y clases. Agroexportación y minería.

La reestructuración neoliberal en américa Latina afianzó desde los años 80 un patrón de especialización exportadora que recrea la inserción internacional de la región como proveedora de productos básicos. Esta renovada gravitación de las commodities ha implicado una profunda transformación en el agro, basada en la promoción de cultivos de exportación en desmedro del abastecimiento local. en todos los países se reforzó un empresariado que maneja los negocios rurales con criterios capitalistas de acumulación intensiva. La vieja oligarquía encabezó esta reconversión, en estrecha asociación con las grandes compañías del “agrobusiness”. 

Los pequeños productores soportan encarecimiento de los insumos, mayor presión competitiva y creciente transferencia de riesgos, a través de contratos amoldados a las reglas de la exportación. Deben adaptar su actividad a nuevas exigencias de refrigeración, transporte e insumos agro-químicos, para generar productos amoldados al marketing global. Frecuentemente se endeudan, venden la tierra y terminan engrosando la masa de excluidos que emigra a las ciudades. Esta presión por elevar los rendimientos socava las reminiscencias de la agricultura no capitalista y diluye las viejas discusiones sobre la articulación de distintos modos de producción en este sector.
Bajo la disciplina que impone la demanda externa se reducen las fronteras entre el sector primario y secundario y se amplía la gravitación del trabajo asalariado con modalidades tayloristas.

La soja es un típico ejemplo de este nuevo esquema agrícola. se
ha difundido en argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, destruyendo otros cultivos, mediante un modelo transgénico de siembra directa y dependencia de
Monsanto como proveedor de semillas. como requiere poca fuerza laboral para producir aceite o alimentos de animales, genera un sólo empleo cada 100-500 hectáreas (Katz, 2008). Pero la misma mutación se verifica en otras regiones y productos. 

Las frutas y vinos de chile se elaboran con nuevos parámetros de venta externa, que incrementan la concentración rural y multiplican la sub-contratación de trabajadores temporarios. Las flores en Ecuador y Colombia se cultivan con técnicas intensivas de irrigación y elevada explotación de la mano de obra femenina, desplazando la producción alimenticia tradicional. Los nuevos vegetales de invierno en las plantaciones de centroamérica se exportan a costa de la producción tradicional y ya han generando un dramático incremento de la importación de alimentos básicos (robinson, 2008).esta misma especialización en exportaciones primarias se verifica en la minería con la nueva modalidad de explotaciones a cielo abierto. Para extraer mineral se dinamitan montañas y las rocas son disueltas por medio de compuestos químicos (fracking). Como estas técnicas reemplazan al viejo socavón y necesitan mayor inversión se ha potenciado la presencia de compañías extranjeras, que obtienen cuantiosas ganancias tributando bajos gravámenes. 

Las empresas de Canadá -mixturadas con australianos, belgas, suecos y estadounidenses- controlan la mayor parte de esos emprendimientos. Chile es un paraíso de esta actividad. el cobre ya no es extraído sólo por la estatal CODELCO. también participan otras compañías que pagan bajos impuestos (7,8%) y obtienen elevadísimas rentabilidades (50%). Lo mismo ocurre en Perú, que desarrolló un proyecto de alcance extractivo gigantesco en la región de conga (Gudynas, 2012; Hernández navarro, 2013).esta minería utiliza enormes volúmenes de agua que afectan a los emprendimientos agrícolas y amplían la contaminación. se refuerzan así las calamidades ambientales que soporta la región, ante la desaparición de los glaciares andinos, la sabanización de la cuenca amazónica y las inundaciones costeras. El extractivismo exportador acentúa todos los efectos del cambio climático (cePaL, 2010).
retroceso industrial el declive industrial es la otra cara del auge agro-minero. el peso del sector secundario en el Pbi latinoamericano descendió del 12,7% (1970-74) al 6,4% (2002-06) y la brecha con la industria asiática se ha ensanchado en producción, productividad, tecnología, registro de patentes y gastos en inversión y Desarrollo (rodríguez, 2012). 

Este retroceso es frecuentemente identificado con la “re-primarización” de la economía latinoamericana. Pero la industria no desaparece y más acertado es señalar su re-adaptación a un nuevo ciclo reproductivo dependiente. el repliegue es muy evidente en Brasil y argentina, las dos economías más representativas de la industrialización de posguerra. En el primer país la productividad decrece, los costos aumentan y el déficit industrial externo se expande, en un marco de inversiones estancadas e infraestructuras de energía y transporte muy deterioradas. algunos analistas estiman que el aparato industrial brasileño ha quedado reducido a la mitad de la dimensión que alcanzó en los años 80 (Palma, 2012).

La misma regresión se verifica en la industria argentina, a pesar de la recuperación registrada en la última década. este sector ocupa un lugar menor que en los 80 (del 23% al 17% del PBI) y se encuentra altamente concentrado en cinco sectores, con predominio extranjero, importaciones crecientes y baja integración de componentes nacionales (Katz, 2010).

En México, la industria tradicional -erigida durante la sustitución de importaciones para abastecer al mercado local- ha sido reemplazada por el auge de las maquilas, en las zonas francas. este tipo de fábricas jerarquizan la exportación y operan a través de redes adaptadas a las normas de la acumulación flexible. comenzaron con la indumentaria y la electrónica, se expandieron a la rama automotriz y ya representan el 20% del PBI mexicano. en la frontera de Estados Unidos se ubica la localización emblemática de este modelo.

Las 50 plantas iniciales (1965) se multiplicaron a 3000 fábricas mellizas (2004), asentadas a ambos lados de la zona limítrofe (Robinson, 2008: 107-111). al desenvolverse como ensambladoras con reducida calificación laboral, estas fábricas contienen muchos rasgos de la especialización básica que afecta a toda la economía latinoamericana. su principal insumo es la baratura de la fuerza de trabajo.

Las empresas lucran con el reclutamiento de trabajadores provenientes de las zonas rurales y criminalizan la sindicalización. mientras que la productividad se asemeja a los niveles vigentes en las casas matrices, los salarios son varias veces inferiores a la media estadounidense y se ubican por debajo del sector agremiado mexicano. este cimiento del modelo en la explotación laboral es más visible en la nueva generación de empresas localizadas en república Dominicana, Guatemala u Honduras. allí contratan jóvenes sometidos a una disciplina agobiante. La presión por aumentar la productividad es permanentemente recreada por la competencia asiática.(…)

Persistencia del modelo

La mundialización neoliberal ha reconvertido a Latinoamérica en una economía con alta centralidad de la agro-exportación, la minería y los servicios, a costa del desarrollo industrial. Pero lo más llamativo es la continuidad de tendencias en el reciente período de crisis global. Esta persistencia obedece al efecto intermedio del temblor financiero mundial sobre la región. tanto en el período previo a la crisis (2003-2008) como en la fase posterior (2008-2013), la tasa de crecimiento latinoamericana se ha ubicado por encima de la media internacional. ese promedio ha declinado en los últimos años sin tornarse irrisorio. rondaría el 3,2% en el 2013 frente al 3% del año anterior (Ugarteche, 2013; Rubinzal 2013). 

En comparación a los devastadores colapsos sufridos entre 1980 y 2003, la crisis tuvo hasta ahora un efecto limitado sobre América Latina. no se produjeron quiebras de bancos, ni explosiones de la deuda externa. Esta neutralización fue más significativa en el sur que en el centro de la región, pero distingue a la región de la fuerte recesión registrada en los países centrales. 

El contraste con la depresión del 30 es ilustrativo. Durante ese colapso las exportaciones de América Latina declinaron un 65% y las importaciones un 37%, mientras que el grueso de los países sufrió un desmoronamiento financiero, que los obligó a suspender el pago de la deuda externa. esa caída se revirtió con el encarecimiento de las exportaciones y la acumulación de reservas que acompañó a la segunda Guerra mundial (Guerra Vilaboy, 2006: 163-165).

La continuidad del patrón de especialización exportadora ha sido también facilitada por el alto nivel de precios que mantienen las commodities. Estas cotizaciones cayeron en el 2008, pero se recuperaron rápidamente. La mejora de los términos de intercambio ha subsistido, con la triplicación de los precios de las materias primas registrada en la última década. el petróleo duplicó su cotización, el cobre se quintuplicó y la soja subió dos veces y media. esta apreciación incentivó a su vez un incremento del 55% del volumen exportado (Arriazu, 2013).existen interpretaciones divergentes sobre las causas de este repunte de las materias primas. algunas explicaciones remarcan la incidencia de los movimientos especulativo-financieros, otras caracterizaciones destacan la expansión de los agro-combustibles y un tercer enfoque considera que la demanda china ha establecido un nuevo piso de cotizaciones. Pero cualquiera sea la duración de este proceso ha incentivado la profundización de las transformaciones neoliberales precedentes.

Finalmente, la afluencia de inversiones extranjeras ha operado
como determinante de la continuidad de tendencias. esos ingresos totalizaron 173.000 millones de dólares en el 2012, superando en un 6% los porcentuales del año anterior y duplicando los montos de principio de la década. Los capitales ingresados y la valorización de las exportaciones facilitaron el incremento de las reservas y una reducción del ratio del endeudamiento (
Naim, 2013).el retrato de las últimas décadas y de la crisis reciente corrobora el diagnóstico que resalta la centralidad de las commodities en las economías latinoamericanas. Por esta gravitación la región luce menos
vulnerable en la coyuntura (balance de pagos, reservas, deuda), pero ha incrementado su fragilidad estructural.(…)

clasificaciones erróneas

Las burguesías locales y asociadas que encabezan la especialización exportadora compartiendo beneficios con las empresas foráneas, no conforman una “nueva oligarquía”. Los rasgos pre-capitalistas que caracterizaban a ese sector se extinguen, junto al avance de los procesos de capitalización. Las viejas élites latinoamericanas -que recurrían a modalidades arcaicas de explotación y dominación para usufructuar de sus propiedades agro-mineras- pierden peso.

Algunos enfoques subrayan el carácter transnacionalizado de los grupos dominantes que optaron por globalizar sus negocios. Pero aquí se confunde la asociación con la fusión, olvidando que la internacionalización en curso se desenvuelve a partir de clases y estados existentes. 

La mundialización neoliberal no anula esas estructuras, ni tampoco elimina el entrelazamiento prioritario entre los capitalistas del mismo origen nacional. 

La transnacionalización plena se encuentra por el momento limitada a sectores cosmopolitas gerenciales o fracciones de la alta burocracia de los organismos mundializados. La propiedad de las empresas se mantiene, en cambio, enraizada en zonas geográficas diferenciadas y los estados nacionales persisten como el único instrumento con cierta legitimidad para disciplinar a los trabajadores.

Las burguesías locales latinoamericanas no son satélites manipuladas por las metrópolis. actúan como clases capitalistas, que combinan el usufructo de la renta agro-minera con la plusvalía extraída a los trabajadores. se comportan como clases dominantes y no como capas parasitarias, compradoras o tributarias del capital foráneo. Su incapacidad para desarrollar la región no implica desinterés por ese objetivo.

La economía latinoamericana está regida por patrones de competencia, inversión y explotación. como esas normas difieren significativamente del pillaje es una simplificación utilizar el mote de “lumpen-burguesía” para retratar a la burguesía.

Esa denominación sólo corresponde a sectores que acumulan capital en los márgenes del circuito legal. el narcotráfico, por ejemplo, obtiene fortunas en la criminalidad y blanquea parcialmente esos ingresos en actividades financieras o productivas. Pero conforma un segmento marginal y no integrado al club estable de los dominadores. también es erróneo generalizar situaciones propias de los pequeños enclaves.  

América Latina constituye una unidad analítica, pero las caracterizaciones referidas a Honduras o Panamá no valen para Brasil. sólo en los primeros casos prevalecen “burguesías neo-coloniales” teledirigidas por Washington. el giro hacia las commodities torna más nítido el perfil de los opresores latinoamericanos. son capitalistas que explotan económicamente a los asalariados, burgueses que someten políticamente a los trabajadores y dominadores que subordinan ideológicamente a los dominados. Desenvuelven las mismas funciones que sus pares de otros puntos del planeta. Pero cargan también con la débil autoridad de un sector que no lideró luchas nacionales, no cooptó personal significativo a su dominación y no facilitó la movilidad de las clases medias. también estas flaquezas se han potenciado bajo el nuevo patrón de acumulación de especialización exportadora.

Los cambios por abajo

Las transformaciones de la estructura social latinoamericana han alterado también la configuración de las clases dominadas. como un eje de este cambio se localiza en el agro se verifica una pérdida de cohesión del viejo campesinado, afectado por el creciente éxodo hacia los centros urbanos. Por esta razón las tensiones en el agro presentan otro cariz. el viejo latifundio que recreaba la miseria campesina obstruyendo la gestación de una burguesía agraria, decae frente a las empresas capitalistas que despojan al agricultor de sus tierras, contratan asalariados precarios y fuerzan el tránsito hacia las ciudades.

Este desplazamiento engrosa la masa de excluidos urbanos con poco trabajo e ínfimos ingresos, en un marco de pocas salidas laborales para la población excedente de américa Latina. Por eso la informalidad se afirma como norma, tanto en la recesión como en la prosperidad de las economías extractivistas.
La emigración –que fue la válvula de escape para los desequili-
brios de la acumulación europea en varios momentos del siglo XiX y XX– solo aporta pequeños desahogos en la actualidad. Los jóvenes de la región no encuentran empleo en sus países, ni el exterior. tienen simultáneamente vedado el arraigo y la emigración. 

Una consecuencia directa de esta exclusión es el incremento exponencial de la criminalidad. La narco-economía se ha convertido en un refugio de supervivencia para los sectores empujados a la marginalidad. en la región se registra la tasa de homicidios más alta del mundo. La delincuencia crece junto a la fractura social y la obscena promoción de los consumos y placeres que disfrutan los enriquecidos. Como el modelo extractivo crea empleos de baja calidad, la precarización laboral supera en américa Latina los promedios de los países centrales. esa informalidad ya no se recrea en los circuitos agrarios pre-capitalistas, ni en la reproducción familiar de la fuerza de trabajo. se extiende junto a la penetración del capitalismo en todas las esferas de la vida social. algunas investigaciones estiman que el sector precarizado reúne al 46% de los trabajadores latinoamericanos (Portes, 2004: 113-149).
Otro dato clave es la extensión de la pobreza, que en américa Latina desborda al sector informal. afecta también a un amplio segmento de los trabajadores estables. a diferencia del grueso de las economías desarrolladas, el universo de los individuos con ingresos inferiores a la satisfacción de las necesidades básicas no se limita aquí a los excluidos. se extiende a los trabajadores explotados de las empresas modernas. El porcentual de niños pobres (45% del total) es ilustrativo de la magnitud de este flagelo (cePaL-UniceF, 2010).

La extensión de la informalidad es también consecuencia de las
maquilas y la regresión industrial. en el escenario manufacturero regional, la aceleración del cambio tecnológico incrementa la segmentación entre trabajadores especializados y descalificados. Los cargos estables con protección social decrecen, en comparación a los puestos de contratados sin ningún resguardo.

La magnitud de esta fractura es el rasgo descollante del merca-
do laboral. el típico operario masculino y sindicalizado de posguerra tiende a ser sustituido por trabajadoras femeninas más flexibilizadas. este declive de los sectores formales es mayúsculo en las maquilas. La propia ampliación de la clase obrera industrial ha perdido el ímpetu precedente. el proletariado fabril no se extingue, pero su incidencia ha disminuido. En el modelo actual de exportaciones primarias persiste la tradicional estrechez de la clase media latinoamericana en comparación a los países avanzados. este segmento continúa aportando un colchón muy exiguo, al abismo que separa a los acaudalados de los empobrecidos.
además, perdura la vieja clase media frente a los nuevos segmentos de esa categoría. subsisten muchas franjas de pequeños comerciantes y cuentapropistas y crecen poco los profesionales o técnicos altamente calificados. 

Este infradesarrollo es acorde a la estrechez de la industria. Ciertamente los sectores medios amplían su consumo con la ampliación del crédito, la publicidad y el arribo de las grandes cadenas comerciales. Pero en economías tan atadas la exportación de productos básicos, los cimientos productivos del poder adquisitivo son muy frágiles. 

Muchos analistas igualmente destacan la reducción de la pobreza, el desempleo y la desigualdad durante la última década, sin registrar el estrecho alcance de una mejoría derivada del repunte cíclico del nivel de actividad.

Lo más novedoso ha sido la generalización de la asistencia social para atemperar la pobreza. Pero los auxilios oficiales sólo han protegido transitoriamente a los desamparados, sin alterar las causas del problema. Estos planes coexisten con la precarización y convalidan la segmentación laboral.

Por otra parte, la leve disminución de la desigualdad no modifica el lugar que ocupa la región al tope de los indicadores globales de inequidad. el coeficiente de Gini que mide esta polarización supera en la zona (51,6) a la media mundial (39,5), duplica los promedios de las economías avanzadas e incluye a los cuatro países que encabezan el barómetro mundial (colombia, Bolivia, Honduras, Brasil). el ingreso del 20% más rico de la población latinoamericana supera en casi 20 veces al 20% más pobre (Guillemi, 2012). el escenario económico actual de américa Latina -dominado por un esquema de especialización productiva exportadora- no corrobora el diagnóstico pos-liberal. Pero la tesis opuesta debe ser evaluada incorporando la dimensión política.

Bloques y Gobiernos

Los alineamientos geopolíticos en américa Latina están condicionados por la acción de estados Unidos, que reforzó su presencia en centroamérica y mantuvo gravitación en sudamérica. (…)

Continuidades y cambios

El período abierto con las rebeliones del nuevo siglo persiste hasta la actualidad, sin haber registrado avances, ni retrocesos cualitativos. 

La etapa de gran convulsión (2000-05) que condujo a la caída de seis gobiernos fue sucedida por una fase de mayor estabilidad (2005-08) y luego por un período de gestación de nuevas movilizaciones (2009-13). La generalizada reacción contra los colapsos creados por el endeudamiento y las privatizaciones ha sido reemplazada por demandas más variadas y diferenciadas. En algunas zonas, la batalla contra el saqueo de los recursos naturales (Perú, ecuador) ocupa el lugar que en la década pasada tenía el rechazo al FMI

En otros países las movilizaciones cobran fuerza, a partir de reclamos específicos contra la carestía del transporte (Brasil), el costo de la educación (chile) o la invasión de importaciones agrícolas (Colombia).el signo general de la situación sudamericana está determinado por las conquistas obtenidas en los cuatro países que protagonizaron las grandes rebeliones. en venezuela la derecha ha recurrido a todos caminos posibles para reconquistar el gobierno y fracasó una y otra vez. intentó golpes, conspiraciones, sabotajes y perdió 18 de las 19 elecciones realizadas en los últimos 14 años. mientras las mejoras sociales continúan, en cada uno de los comicios se ha librado una gran batalla contra la derecha. 

Esta misma continuidad de avances democrático-sociales se verifica en Bolivia, en el marco de la nueva constitución del estado plurinacional. el nivel de combatividad, radicalidad y protagonismo de los sectores populares es muy elevado e incluye conflictos con el único presidente surgido de los movimientos sociales. este tipo de choques ha derivado en un repliegue de los movimientos indígenas que encabezaron las revueltas de ecuador. Pero la derecha ha quedado más aislada y tiene menos expectativas de recuperar el gobierno, en un contexto de estabilización política y ciertas mejoras sociales.

Finalmente en argentina el protagonismo que tuvieron los desocupados y la clase media ha sido reemplazado por los trabajadores organizados, en un marco de continuada vitalidad de la protesta callejera y capacidad popular para imponer conquistas.

Los límites que enfrenta el atropello neoliberal en estos cuatro países facilita la resistencia en otras naciones. La batalla de los estudiantes chilenos perdura como un acontecimiento central, al cabo de varios ciclos de multitudinarias manifestaciones. La demanda de educación gratuita y de calidad ha calado hondo en la población y golpea un pilar del continuismo forjado por los gobiernos de la concentración. 

La misma gravitación antiliberal tienen los paros agrarios en Colombia contra las importaciones de alimentos que arruinan al pequeño productor. esta protesta confronta con el TLC en uno de los países más comprometidos con la apertura comercial. La masividad del reclamo inaugura una fuerte pulseada, en un terreno sensible para las clases dominantes.

Lo mismo que ocurre en Perú con la defensa del medio ambiente contra la destrucción que genera la mega-minera. La centralidad que tiene esta actividad para el capitalismo peruano explica la brutalidad de la reacción oficial.
Pero la principal novedad del 2013 ha sido el despertar de un
gigante en Brasil, con movilizaciones que reunieron un millón de personas. La respuesta inmediata contra la criminalización de la protesta ilustra la nueva conciencia democrática que existe frente a la represión. se logró frenar el aumento de las tarifas e imponer una nueva agenda para el transporte y la salud pública. 

Una juventud más escolarizada ha cuestionado el derroche del mundial de Futbol, ocupando el vacío que han dejado los viejos militantes. estas marchas pusieron fin al reflujo de la lucha en Brasil y colocan al país en sintonía con la región (Antunes, 2013).el estado de las luchas sociales en Centroamérica difiere sustancialmente del sur del continente. allí no se han conseguido logros significativos. al contrario, predomina la ofensiva del capital sobre el trabajo. México es el caso más evidente de esta situación. el país ha quedado golpeado por la despoblación agraria, la emigración masiva, las derrotas de los mineros y las dificultades de la lucha docente.
Prevalece la impotencia frente a la flexibilidad laboral, en un contexto de terrorismo de estado y salvajismo del narcotráfico. La bandera plantada en
Chiapas hace veinte años perdura como un símbolo de resistencia, que no ha podido proyectarse al resto de la nación (Almeyra, 2013). Pero las explosivas condiciones sociales de esta zona pueden generar un abrupto viraje hacia el ascenso popular, especialmente en los países que se recomponen del terrible legado de masacres de los 80. Desde la firma de los acuerdos de paz (2006) existe en Guatemala un gran movimiento por la justicia y el castigo a los represores de las matanzas cometidas en el pasado.
Otro tipo de resistencia irrumpe en las localidades más afecta-
das por la agresión de los presidentes ultra-liberales. Por ejemplo en Panamá se registró el año pasado un masivo levantamiento contra la privatización de las tierras en colón.
Pero la batalla clave de centroamérica se libra en Honduras, donde se forjó un vasto movimiento de resistencia que erosionó el poder de los golpistas. con un despliegue de gran heroísmo, la población enfrentó asesinatos, persecuciones e intimidaciones de un régimen criminal apañado por la embajada yanqui. no pudieron derrotar el continu
ísmo que impuso la derecha a través de comicios fraudulentos, pero han gestado un polo opositor de enorme envergadura. 

El contagio de Venezuela ha sido determinante en Honduras e influye sobre el conjunto de centroamérica y el caribe. es el país que actúa como nexo, entre las acciones populares más avanzadas del sur y más retraídas del norte. La transmisión de experiencias de una región a otra tiende a multiplicarse, junto a la creciente percepción popular de una identidad latinoamericana común. Este avance en la conciencia regional es un resultado directo de las rebeliones, que impusieron ciertas conquistas sin haberse extendido, ni profundizado. ninguna revuelta devino en revolución triunfante, pero las clases dominantes tampoco pudieron retomar la ofensiva o disipar la relación social de fuerzas creada por la acción popular. 

Persistió el divorcio de muchos países con las resistencias, pero nuevos segmentos de trabajadores se han incorporado a las protestas. Esta relación de fuerzas es tomada en cuenta por la tesis pos-liberal para caracterizar la etapa actual, pero sin discriminar su impacto diferenciado en cada país. el registro de las victorias populares es en cambio mucho más borroso en la teoría del “consenso de commodities”, que sugiere la existencia de un escenario regional uniforme y poco afectado por las acciones populares.

Respuestas al debate

La caracterización de un tercer bloque de gobiernos revolucionarios y radicales permite esclarecer la contraposición planteada entre la mirada pos-liberal y la visión del “consenso de commodities”.sin duda este eje antiimperialista aglutinado en torno al aLBa promueve una ruptura frontal con el neoliberalismo. es un corte que se procesa no sólo en contraposición al bloque librecambista y reaccionario del Pacífico, sino también mediante políticas diferenciadas del regionalismo capitalista que lidera Brasil. el status pos-liberal sólo correspondería a ese segmento radical y no al conjunto del sudamérica.

La tesis pos-liberal equipara erróneamente al aLBa con el mercOsUr y desconoce la diferencia cualitativa que separa a los presidentes radicales (maduro, morales) de los centroizquierdistas (roussef, Kirchner).estas inconsistencias derivan de una confusa utilización del propio concepto de pos-liberalismo. se lo aplica en tantos sentidos, para aludir a tal diversidad de situaciones, que termina navegando en la indeterminación. no se sabe si define gobiernos, etapas o patrones de acumulación. La noción tampoco esclarece las políticas económicas en boga. estas orientaciones suelen cambiar con la coyuntura y adoptan modalidades de mayor ortodoxia o heterodoxia en función de la crisis global. en la acepción más corriente, el pos-liberalismo define un período superador del consenso de Washington. Pero enfatiza el giro político hacia la autonomía, omitiendo la persistencia del patrón económico gestado durante la fase precedente.

La caracterización opuesta resalta un predominio extractivista en toda la región, avalado por gobiernos de distinto signo, que reemplazaron la valorización financiera por la sumisión a la minería, el petróleo y la soja. en contraposición a la óptica pos-liberal relativiza los cambios políticos y remarca las convergencias económicas conservadoras.esta teoría del “consenso de commodities” comete un error simétrico al sobredimensionamiento de los virajes políticos progresistas.
Desconoce las fuertes divergencias que separan a los gobiernos derechistas, centroizquierdistas y radicales, en todos los terrenos ajenos a la especialización en exportaciones básicas.
La principal dificultad aparece al momento de explicar las pos-
turas soberanas o las reformas sociales que adopta un eje político radical, asentado en la mono-exportación primaria. venezuela no logró erradicar la preeminencia del petróleo, Bolivia no se liberó de la centralidad de la minería o el gas y cuba incrementado su atadura al níquel o el turismo. ¿Pero esa dependencia convirtió a chávez, evo o Fidel en presidentes afines a Fox, Uribe o
Alan García? 

Las confusiones en este terreno conducen a caracterizaciones que identifican mecánicamente la gravitación de la agro-minería con el aumento de la dependencia política o la reversión neocolonial. en los casos más extremos, evo morales es presentado como un “extractivista neoliberal” y correa como un “agente del capital trasnacional”.el extractivismo es un concepto adecuado para ilustrar ciertos rasgos de la economía latinoamericana. estas características condicionan el patrón de reproducción, pero no definen el carácter de un régimen político o la naturaleza de un gobierno.

Dimensiones en conflicto

Para evaluar lo ocurrido en la última década hay que integrar las dos dimensiones de los procesos en curso. Las transformaciones políticas en la región aparecieron en un marco de continuada especialización primario-exportadora. Hay mayor diversidad de gobiernos y mayor predominio del mismo de patrón de reproducción. con el dictamen de pos-liberalismo o de consenso de commodities se elude el análisis de esta contradicción. ambas categorías contienen una parte de la verdad, pero no explican el escenario regional. Para entender porque Venezuela y México transitan por rumbos tan distintos en contextos semejantes, hay que distinguir los condicionantes económicos de los determinantes político-sociales. el patrón de reproducción da cuenta de la estructura productiva y la inserción internacional de cada economía. Pero los gobiernos deben ser caracterizados con otro instrumental. emergen de la historia y tradición política de cada país, en correspondencia con las necesidades de las clases dominantes y los desenlaces de la lucha social. 

Las dos dimensiones están muy relacionadas y las mutaciones
de un plano inciden directamente sobre el otro. Pero esos cambios no se procesan al mismo ritmo, ni en la misma dirección. en la última década las grandes transformaciones políticas de América Latina incidieron en forma muy limitada sobre la esfera económica. trastocaron el contexto ciudadano de algunos países sin alterar su esquema de reproducción. Este resultado confirma que la acción de un gobierno tiene efectos acotados sobre la acumulación capitalista. Una administración derechista se amolda por completo al pilar neoliberal, otra centroizquierdista afronta conflictos y un proceso radical choca con esos fundamentos. en un caso prevalece la sintonía, en otro la convivencia y en un tercero la contraposición. Pero la modificación de un patrón económico y un tipo de inserción internacional van mucho más allá de los presidentes y sus políticas económicas. es importante diferenciar estos niveles de análisis para integrarlos en una caracterización
totalizadora. Los triunfos populares contra el neoliberalismo no determinan un paisaje posliberal y la continuada especialización primario-exportadora no diluye en un status común a todos los gobiernos. esta desincronización entre política y economía que se verifica en América Latina deriva en última instancia de la existencia de rebeliones populares victoriosas, que limitaron el alcance regresivo del neoliberalismo sin sepultarlo. 

Las dualidades de la región se explican por la dinámica de levantamientos, que no fueron derrotados pero tampoco devinieron en revoluciones anticapitalistas triunfantes. Este resultado intermedio se refleja en la variedad de gobiernos.
Pero dualidad no es sinónimo de indefinición y las tendencias
en pugna deberán dirimirse. Los gobiernos del
ALBA sólo pueden alcanzar metas progresistas si se radicalizan, confrontan con las clases dominantes y comienzan a erradicar el patrón primario-exportador. 

La llave maestra de este viraje se ubica en la transformación revolucionaria del estado. si este giro se demora, los dominadores tendrán tiempo para inducir el declive de las experiencias radicales y forzar su derrocamiento o neutralización.

La respuesta a la pregunta inicial sobre el carácter más autónomo o dependiente de Latinoamérica quedará zanjada en esos desenlaces. Las dualidades de la región han perdurado pero no pueden eternizarse. en última instancia la balanza se inclinará por una tormentosa adaptación a la opresión capitalista o una novedosa gestación del socialismo.

(https://latinamericanperspectives.com/)

Pobreza

El índice de pobreza se ubicó en 40,6% en el primer semestre de 2021, de acuerdo al último relevamiento del INDEC. Según la estimación, cerca de 18,6 millones de personas fueron pobres en la Argentina durante el primer semestre del año. La cifra bajó respecto al segundo semestre de 2020 (42%) y al primer semestre del año pasado (40,9%).  

Por su parte, la indigencia se ubicó en un 10,7%, manteniéndose en ambos períodos en el mismo porcentaje.

Legislatura Porteña

La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires aprobó un proyecto que permite apelar fallos de la justicia nacional ante el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Ciudad. El proyecto fue impulsado y aprobado por el oficialismo de la CABA que encabeza Horacio Rodríguez Larreta: obtuvo 38 votos a favor (Vamos Juntos, UCR-Evolución, Partido Socialista y GEN) y 20 en contra (Frente de Todos y el Frente de Izquierda). 

La Asociación de Magistrados, que nuclea a los jueces nacionales, se opone a la modificación y señaló que se trata de “un conflicto institucional sin precedentes”.

En la misma sesión, también se aprobó el proyecto para habilitar los juicios por jurados en casos de homicidios y violaciones.

Senado 

La presidenta de la Cámara de Senadores, Cristina Kirchner, firmó ayer el decreto para que vuelva la presencialidad en la Cámara alta.

Los legisladores y legisladoras deberán tener el esquema completo de vacunas y realizarse un test rápido antes de ingresar al recinto

Ayer, el gobierno presentó el proyecto de “Fomento al Desarrollo Agroindustrial”, con una serie de beneficios fiscales para impulsar la producción y las exportaciones del campo. 

(CENITAL)

Proyecto y campaña

 

Melisa Molina, Licenciada en Ciencias de la Comunicación (UBA) y periodista de la sección El País en Página 12, cubre el evento de ayer: Se relanza el Frente de Todos con un proyecto de ley para la agroindustria.

El de hoy es un doble reencuentro: el de Cristina y Alberto, y el del Gobierno con el campo", decían en los pasillos de Casa Rosada minutos antes de que empiece el acto en el que se volvió a ver juntos al presidente Alberto Fernández, y a la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, luego de semanas intensas para la alianza gobernante tras la derrota en las PASO. Juntos anunciaron la presentación del proyecto de ley de "Fomento al desarrollo Agroindustrial", y dieron inicio a la campaña electoral con una foto de unidad después de las discusiones y cambios en el gabinete nacional. En el acto, que se llevó a cabo en el Museo del Bicentenario, además de CFK y Fernández, estuvieron en el escenario el jefe de Gabinete, Juan Manzur y el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, que ofició de orador antes que el Presdiente. "La ley reivindica la cultura del encuentro, una mesa común donde sentarnos a construir las políticas que hacen falta para que la Argentina sea el país que merecemos vivir", aseguró Fernández para cerrar la presentación. La vicepresidenta se mantuvo en silencio.

El mandatario explicó que el proyecto de ley pretende agregar valor a los productos del agro para crear empleos y promover inversiones, y que fue consensuado con 60 entidades agropecuarias en el seno del Consejo Agroindustrial. Además, reivindicó que para elaborar el proyecto hubo una "cultura del diálogo". Por último, señaló que la ley respeta una triple ecología: la ambiental, la económica y la social. "Es una ley que lo que más le interesa es que la Argentina produzca alimentos de calidad porque no es lo mismo comer que alimentarse", subrayó.

El acto fue corto y estuvo signado por las presencias y ausencias. Entre los presentes figuró el ministro de Justicia, Martín Soria --que fue uno de los que puso a disposición su renuncia, junto al ministro del Interior, Eduardo Wado De Pedro, hace un par de semanas-- y se ausentó el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, que estuvo trabajando sobre el proyecto de ley días antes en Casa Rosada, junto al jefe de Ministros, Juan Manzur. Según explicaron a este diario desde su entorno, Massa "se quedó en el Congreso porque estaba trabajando en el tema presupuesto". El presidente de la Cámara Baja, mientras transcurría el acto en el museo del Bicentenario, publicó un tweet en el que explicó y detalló los beneficios que traerá la Ley. "Este proyecto de ley crea una nueva herramienta para impulsar inversiones de todo tipo, para un sector estratégico de nuestra nación", aseguró a través de sus redes sociales, y destacó que el proyecto "tiene una profunda mirada federal".

Entre el público estuvo sentado gran parte del gabinete como el ministro de Economía, Martín Guzmán; el de Defensa, Jorge Taiana; el de Trabajo, Claudio Moroni; el de Educación, Jaime Perczyk; el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra y el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, entre otros. Por videollamada participaron los gobernadores de Buenos Aires, Axel Kicillof; de Entre Ríos, Gustavo Bordet; de San Juan, Sergio Uñac; de La Pampa, Sergio Ziliotto; de Catamarca, Raúl Jalil; de Formosa, Gildo Insfrán; de Salta, Gustavo Sáenz; y el vicegobernador de Tucumán, Osvaldo Jaldo, entre otros.

También hubo representantes del campo, y sindicalistas como Héctor Daer y Antonio Caló, secretarios generales de la CGT; Hugo Moyano, secretario general de Camioneros y Hugo Yasky, secretario general de la CTA. La presencia de ellos estuvo vinculada a que el nuevo proyecto generará más de 700 mil puestos de trabajo de aquí a 2030, tal como explicó Domínguez en su discurso. Al finalizar el acto, Moyano puntualizó que "el campo es una de las cosas grandes que tiene el país y es sumamente importante lo que se anunció hoy". Sobre las discusiones que hubo dentro del FdT agregó que "lo veo desde afuera, pero no me causó impresión que haya división".

Domínguez, que tiene una buena relación con la vicepresidenta, ofició de "puente" entre ambos sectores de la alianza en todo lo vinculado a este proyecto. Desde que asumió el cargo, el ministro viene trabajando con los distintos sectores del campo. Este miércoles había estado junto a Beliz, titular del Consejo Económico y Social, ultimando los detalles.

Por la mañana, el mandatario estuvo en una de sus recorridas sin prensa por el conurbano, esta vez en la localidad bonaerense de Ensenada. Antes del acto, repasó su discurso en el despacho de Casa Rosada. La vicepresidenta llegó a la Casa de Gobierno minutos antes de las 18 y se dirigió a las oficinas del Ministro del Interior. Luego, se encontró con Fernández en el primer piso y descendieron en el mismo ascensor hasta el subsuelo --donde se encuentra la entrada al museo--. 

Al finalizar el acto, el Presidente fue a su despacho y la vicepresidenta al del ministro De Pedro. Allí, estuvieron los dos solos hasta que más tarde ingresó la hija pequeña del titular de la cartera. Esta fue la tercera vez que CFK visitó la casa de gobierno desde que ocupa el rol de vicepresidenta. Antes lo había hecho cuando el gobierno cerró el acuerdo para el pago de deuda a los bonistas privados y durante el velatorio de Diego Armando Maradona. La vicepresidenta también se sacó fotos con empleados y empleadas de la casa y firmó libros. La última vez que los Fernández estuvieron juntos fue el 14 de septiembre, cuando se reunieron en Olivos, tras la derrota electoral en las PASO. Minutos antes de las 20 la vicepresidenta se fue por el Salón de los Bustos, mientras Fernández seguía trabajando en su despacho.

Durante su discurso, Domínguez comparó la Ley de "Fomento al Desarrollo Agroindustrial" con el Primer Plan Quinquenal del presidente Juan Domingo Perón y pidió renombrar el proyecto como "Agrobioindustrial". Más tarde, celebró que "se hayan juntado todas las cadenas agroindustriales", y tanto él como el Presidente recordaron y agradecieron su trabajo al ex ministro de Agricultura, Luis Basterra, que fue impulsor de la biotecnología en la cadena comercial agroindustrial. El proyecto que ingresará al Congreso otorgará beneficios fiscales e impositivos para los productores con el objetivo de incentivar la inversión en las distintas cadenas agropecuarias. 

(Página 12)

Las disputas en el capitalismo neoliberal modifican sus formas pero siguen alrededor de las mismas cuestiones: el poder ejercido por quienes concentran para si el mayor volumen del capital financiero que hoy domina los escenarios y las decisiones de los actores en la globalización. A esta dinámica geopolítica solo se la puede equilibrar con el ejercicio del poder que aún sostienen los Estados Nacionales en el ejercicio de sus soberanías y en el sostenimiento de sus defectuosas pero imprescindibles democracias. Nadie se salva solo. Que cada quién haga su parte.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack



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