Miedo al otro ...



¿Será por eso que el fantasma del Comunismo agita a los “defensores de la libertad”, tan próximos a quienes en la palabra vida camuflaron su defensa de la hipocresía, la exclusión y la desigualdad en sus resortes clandestinos? La palabra comunismo no tiene, muchas veces, consistencia más que para representarles el peligro de “lo común”, aquel que amenaza al imperio de la desigualdad con todas sus indiscutibles y “naturales” hegemonías.

Sabemos que el conflicto es una dimensión siempre presente en la escena psíquica y la escena colectiva, pero él ha dejado paso a una nueva exigencia de trabajo, diaria, ineludible, ardua: la de absorber y hacer propio un nuevo mundo hecho de incertidumbres, y metabolizar la pérdida drástica y definitiva de muchas de nuestras certezas. Estamos -entonces- enfrentados a asumir una nueva vida.

Causas y azares

Estamos condenados a investir, dice Piera Aulagnier. Establecer y concatenar causas es una exigencia psíquica fundamental e incesante. La pandemia es experiencia arrasadora de desestabilización, en el espacio colectivo pero también en el mundo intrapsíquico. Niños y adolescentes en particular se enfrentan también al trabajo de duelo frente a la pérdida de esas madres y padres que permanecían (permanecíamos) aún como garantes de verdad y soportes primarios de las certidumbres más básicas. Entre los dos órdenes de causalidad que Piera establece: causalidad demostrada y causalidad interpretada, el sujeto libra (el sujeto infantil mucho más) -contra lo incierto- sus batallas. De un tiempo a otro, de un espacio a otro, la búsqueda es que tenga sentido dibujar un modo de vincular dos orillas. O producir dos orillas. Que ello tenga sentido es trabajo común, no solitario.

Siete notas sobre los destinos de lo común (imaginando una pospandemia) Lila María Feldman Revista Topía Noviembre 2020

La llegada de Joe Biden a Washington para su investidura se ha producido el mismo día que Estados Unidos ha superado la barrera de los 400.000 muertos por COVID-19. El demócrata toma el testigo de un país abrumado por la convergencia de las crisis sanitaria y económica, y por la división política. Su último acto antes de llegar a la presidencia ha sido un sobrio homenaje a las víctimas de la pandemia, que se ha convertido en un llamamiento a la nación para que no olvide.

En su primer acto en Washington, Biden se acercó al monumento a Lincoln, uno de los más icónicos de la capital, junto a Harris y los esposos de ambos, Jill Biden y Doug Emhoff, respectivamente.

"Para sanar tenemos que recordar. A veces es difícil, pero es así como uno se cura. Es importante hacerlo como nación. Por eso estamos hoy aquí. Entre el atardecer y el anochecer hagamos que brillen las luces en la oscuridad a lo largo del estanque sagrado de la reflexión y recordemos todo lo que hemos perdido", dijo el presidente electo.


Acto seguido se iluminó el contorno del estanque reflectante situado frente al monumento a Lincoln. Biden, Harris y sus respectivas parejas guardaron silencio ante el estanque, iluminado con 400 luces que representaban las vidas perdidas debido a la enfermedad, mientras sonaba la canción "Hallelujah", de Leonard Cohen.

Adiós entre lágrimas en Delaware

Antes de viajar a Washington, Biden se despidió entre lágrimas de Delaware, su estado, el que ha representado durante más de tres décadas en el senado.

"Hace doce años, esperaba en la estación de tren de Wilmington que un hombre negro me recogiera de camino a Washington, donde juramos como presidente y vicepresidente de Estados Unidos. Y aquí estamos hoy, mi familia y yo, a punto de regresar a Washington y reunirnos con una mujer negra de ascendencia sudasiática, para prestar juramento como presidente y vicepresidenta de Estados Unidos", dijo.

Joe Biden quiere dejar su impronta desde el primer día, dando por muerta la era Trump con toda una serie de medidas que dejen patente el cambio drástico de rumbo. Entre ellas, una vuelta inmediata al Acuerdo de París sobre el clima o un proyecto de ley para propiciar la regularización de once millones de indocumentados. (EuroNews)

Minuto a minuto: la ceremonia de investidura de Joe Biden

El presidente entrante comenzó la jornada participando en una misa con líderes demócratas y republicanos. Donald Trump ya partió de Washington rumbo a Florida

Joe Biden asume este miércoles como presidente de Estados Unidos, lo que abre un nuevo capítulo en un país dividido y en crisis, situación que quedará reflejada en el traspaso del mando, marcado por la seguridad extrema tras el asalto al Capitolio y por la ausencia del predecesor, Donald Trump.

Los horarios están expresados según Washington DC (-5 GMT):

11.40: Kamala Harris jura como vicepresidente de Estados Unidos. Es la primera mujer en ocupar el cargo.

11.45: Jennifer Lopez ingresa para una presentación musical. “¡Una nación, bajo Dios, indivisible, con libertad y justicia para todos!”, exclamó en español durante su interpretación.

11.48: John Roberts, titular de la Corte Suprema de EEUU, es invitado para juramentar a Joe Biden.

11.49: Joe Biden juró como 46° presidente de Estados Unidos. El nuevo mandatario se abraza con su familia y saluda al público, visiblemente emocionado.

11.52: Joe Biden es presentado para dar su discurso inaugural. “¡Este es el día de Estados Unidos, este el día de la democracia!”, comenzó.

 

11.53: “La democracia ha prevalecido”, destacó Biden, recordando que hace solo unos días en ese mismo lugar se produjo el asedio de los seguidores de Trump, sin mencionarlo.

11.57: “Este es nuestro momento histórico de crisis y desafíos. La unión es el camino”, señaló el presidente. “Comencemos a escucharnos, vernos, respetarnos”, pidió. (Infobae)

Alberto Fernández felicitó al nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y a la flamante vicepresidenta, Kamala Harris, por su llegada a la Casa Blanca y expresó su deseo de fortalecer la relaciones entre ambos países, tras la salida de Donald Trump. 

"Felicito a Joe Biden por su investidura como presidente de los Estados Unidos y también a Kala Harris, la primera mujer en ocupar la vicepresidencia" publicó el mandatario en su cuenta de Twitter.

En cuanto al futuro de las relaciones bilaterales entre Argentina y Estados Unidos, Fernández afirmó que está "seguro de que en esta nueva etapa el vínculo entre nuestros países se fortalecerá".

En línea con el mensaje presidencial, la Cancillería argentina manifestó en redes sociales que esperan "fortalecer las relaciones y que se respete a los organismos multilaterales". A su vez, pidió que "no se apueste a la desunión de nuestras naciones como en la etapa anterior".

Biden asumió este miércoles como presidente de Estados Unidos con un discurso de unidad nacional, reconciliación y esperanza; mientras su vicepresidenta Harris se convirtía en la primera mujer negra y de ascendencia asiática en ocupar ese cargo en una ceremonia de investidura marcada por el recuerdo aún vivo del ataque al Capitolio y la ausencia del exmandatario Donald Trump.

"Este es el día de la democracia, un día histórico y de esperanza de renovación y de resolución. Estados Unidos fue puesto a prueba y estuvo a la altura del desafío. Hoy celebramos el triunfo, no de un candidato, sino de una causa, la causa de la democracia", aseguró Biden en el discurso de inauguración de su mandato.

Entre los dirigentes presentes se destacaron los expresidentes Barack Obama, Bill Clinton y George W. Bush con sus respectivas parejas, Michelle Obama, la excandidata presidencial Hillary Clinton y Laura Bush; el vicepresidente saliente, Mike Pence, el líder republicano del Senado, Mitch McConnell y el senador demócrata y exprecandidato presidencial, Bernie Sanders. (Página 12)

 La subjetividad oxidada Claudia Villamayor

Una persona de la nación mapuche, de 42 años, en 1993 le preguntaba a un grupo de comunicadores(as) de una organización dedicada a la comunicación educativa, en el marco de un curso de Educación para la Comunicación: “¿Ustedes creen que la comunicación alternativa para al pueblo indígena es la que se construye nivelando desde la visión de ustedes?”Una de las personas formadoras de la organización mencionada y encargadas de contestar la pregunta, desvió la respuesta he hizo una presentación conceptual del enfoque de la comunicación para la transformación social. Luego de su presentación y como se diría en el teatro, entre bambalinas, comentó al equipo de formación de la mencionada organización, lo siguiente:“Necesitamos nivelar al grupo, es demasiado heterogéneo, hay gente que no salió de la mirada setentista de la comunicación alternativa y encima no sabe leer ni escribir”A lo cual replicó otra persona de la misma institución:“¡No, no, no, no, lo que esa persona quiso decir, es si nosotros, como tantos otros y otras, también somos etnocentristas!”Mas adelante, la persona de la nación mapuche, que no prosiguió con el curso, envió la siguiente carta –que dictó a otra persona encargada de escribirla-:“Queridas y queridos compañeras, compañeros,un mundo es un planeta, un universo, un grupo, una aldea. Un mundo es una identidad. Hay muchos mundos. No somos iguales y las maneras de entender se construyen con las historias de quienes somos, qué hacemos y cómo vivimos, no sólo de cómo pensamos. Un mundo, no es todo el mundo. Un mundo, es el tuyo y el mío, el de muchos. Si no se ponen a dialogar, si no pueden escucharse en un mismo pie de igualdad, aunque uno se escriba y el otro viva en la voz hablada, prima uno sobre el otro y lo domina. Construir en la diferencia es saber escuchar todos los mundos para definir muchas formas de ver y de actuar. Naides es másque naides. F.H”,Queda en la memoria de quien suscribe, las contradicciones que dentro de un mismo campo de la comunicación pueden haber, para desentrañar y poner en escena que cuando se habla de la comunicación ligada al cambio social o a cualquier práctica que nace en lo no hegemónico, a lo largo de su historia ha tenido valores sostenidos, pero también contradicciones muy obvias. 

Nomenclaturas que aluden a la comunicación, el desarrollo, lo participativo, popular, entre otros, pueden contener prácticas elitistas y por qué no decirlo, conservadoras, hijas del iluminismo. El nomenclador instala el pre-juicio sobre el otro o la otra cultura, a partir de lo cual diseña procesos de comunicación y/o de formación –en el caso citado- basados en una desigualdad que nace en la subjetividad de la/s persona/s comunicadora/s encargada/s de dicho diseño. Subjetividad oxidada que tarde o temprano se queda sin carnadura y define desde la abstracción genérica el sentido de la transformación social. El siglo XXI encuentra a la comunicación alternativa, popular, comunitaria, para el desarrollo, participativa, liberadora, ciudadana, educativa, alterativa, para el cambio social, para la emancipación, en medio de mucha historia y riqueza vivida en los últimos 60 años, pero también con preguntas que nacen en las contradicciones de su adentro que están directamente ligadas con los contextos y protagonistas socioculturales desde y con los cuales se define para sus existencia. Las voces no sólo dicen, significan.La comunicación, en tanto dimensión de lectura y producción de la sociedad, es ineludible para construir cualquier tipo de modelo socio cultural. Es parte sustancial para la construcción del poder, del estado, del mismo mercado, de cualquier sistema social hegemónico o contra hegemónico. Hablar de comunicación es nombrar modos de relacionamiento del tejido social, personal, interpersonal, institucional, organizacional, partidario, sectorial o movimientista. Implica modos de ser y de interactuar; a modos de narrar y de narrarse, donde no sólo cuenta lo que cada quien quiere decir, sino todo lo que se juega en esa interacción: las identidades, la interculturalidad, las historias, los cuerpos, las visiones del mundo, la proyección que se hace en torno de la sociedad y el estado, los modos de participación para gestar las condiciones sociales, políticas, económicas en las que se quiere vivir.

Para poder comprender esos relacionamientos, desde hace ya veinte años se ha puesto atención en el devenir de los procesos, en las confluencias de las mediaciones, en el registro de las desigualdades, en la definición del conflicto social y en la capacidad que tienen las tecnologías de la comunicación para producir múltiples interactividades en medio de esos escenarios. A estas alturas, ya no es novedad que aludir a la comunicación implica no sólo hablar de una noción singular ligada a la producción social del sentido en tanto trama de la significación y construcción de subjetividades; como tampoco es novedad reconocer que la comunicación implica decir posicionamientos políticos y modos de marcar la existencia, la estética y la circulación del poder.

Cuando a la comunicación se le ponen adjetivos, como insurgente, popular, alternativa, ciudadana, alterativa, participativa, educativa, liberadora, o se le destinan fines como comunicación para el desarrollo, comunicación para el cambio social, ahí comenzamos a hablar de prácticas y de historias que tienen protagonistas y narraciones propias. Allí se da cuenta no sólo de una noción significativa elaborada por un grupo de “expertos”, se habla de perspectivas construidas en el terreno y en la situación histórica cuyos narradores son sus protagonistas. Las narraciones son diversas. Relatos que adquieren lenguajes y oralidades, modos escriturales que adquieren creatividad y formas/contenidos, que no necesariamente se nivelan desde un grupo de “conocedores del tema” sino que es una construcción dialéctica y compleja de relatar, porque cuando es nombrada, dice desde la pluralidad de los universos y sus modos del relato. Nivelar desde un solo lugar, habla de otra comunicación tan autoritaria como la que busca contrarrestar.

http://amarcargentina.org/wp-content/uploads/2011/11/La-subjetividad-oxidada_Villamayor.pdf

Parte de las confusiones del presente se establecen por imperio de la transversalidad propia de disrupciones de pensamientos y formas de constituirnos sujetos en el mundo. Una crisis civilizatoria produce precisamente un rompimiento transversal de las “causas consecuencias” con las que se han venido modelando las miradas del mundo y las miradas de los “Sujetos” respecto de sus “otros” y del mundo en el que esas relaciones se producen y producen malestares y satisfacciones. Rompimientos trasnversales que surcan el tiempo y el espacio de las fragmentaciones que hemos producido como conocimiento, pero de las que hemos perdido ese conocimiento original de que fragmentamos para entender la realidad y no para imponer relatos sobre esos fragmentos como si fueran si o si, piezas que tienen que encajar en la realidad como puzzle.

Ambos relatos nos sitúan en una de las tantas transversalidades que. Si calmamos la mente y puestos a reflexionar de modos racionales e inteligentes, surgen por la propia oposición que los relatos denuncian.

¿Se trata acaso de romper una “normalidad” para instaurar otra diferente pero igualmente forzosa respecto de la realidad en la que vivimos? ¿Como consitutir sujetos e identidades de sujetos en realidades que admite multiversos de posibilidades? ¿Como entramar en una relato la idea de individuo comunitario, si al mismo tiempo somos interpelados por la identidad del “otro” en esas diferencias?

La respuesta se puede pensar tal y como produce modelos nuestro humano cerebro, multidimensionalmente. Esto es, si a una normalidad pensada de modos lineales, binarios, polares, de causa consecuencia o enfrentamientos de opuestos, le surge una crisis que le atravieza transversalmente, el modelo resultante no puede ser una nueva linealidad … una nueva “normalidad” .

La transformación radical implica modificar radicalmente las formas y estructuras con las que conocemos el mundo y nos situamos “sujetos” en él. Sabiendo que toda novedad producira nuevos márgenes y nuevos expulsados y excluídos. Debemos estar atentos … la historia siempre puede repetirse.

Comenzar a distinguir entre inequidad y desigualdad sería un buen comienzo, en tanto lo inequitativo refiere al reparto, lo desigual refiere a lo diverso. Lo inequitativo remite a la idea de justicia. Lo desigual a la idea de libertad. Lo inequitativo sugiere relaciones mas parejas entre diferentes, equilibrando libertades bajo el imperio de la justicia. Lo desigual sugiere emparejar, normalizar, formatear sin importar la equidad en los repartos, sino mas bien aceptar lo que es dado por el poder de unos cuantos que además son herederos de los violentos que los instalaron, y que proponen una justicia inequitativa, una justicia del poder.

Pensar de modo complejo estas relaciones invita a perder el miedo a diluirse en la diferencia que el “otro” propone en su distingo, a “soltar” al “sujeto” y transformarlo en persona libre dentro de relaciones justas. Nadie se salva solo.


Daniel Roberto Távora Mac Cormack



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