Truco y globalización en los tiempos de pandemia

 

 

Compartíamos hace un año, el siguiente relato: “ El truco es un juego de cartas basado en el engaño que se ha popularizado en Sudamérica. A diferencia de otros, aquí no gana el que tiene los mejores naipes sino el que mejor practica la mentira, porque ahí está la papa de ese entretenimiento.

¡Falta envido! Cantaba mi abuelo don Ramón, con 21 de mano. Todos sabíamos que mentía, pero nunca nos animábamos a darle el «quiero» por la mirada, los gestos y la atmósfera que formaba que nos hacía creerle. Efectivamente, nos chamuyaba pero no dañaba a nadie, a diferencia de las grandes corporaciones mediáticas que también nos engañan pero para llenarse de plata convirtiendo en víctima a todo su público.

Así se manejan, haciendo de la mentira su caballito de batalla. Si bien quedamos algunos románticos que intentamos cambiar las reglas a quienes inventaron el juego exigiéndoles que informen a la sociedad atendiendo a las necesidades de los sectores populares, también sabemos que una exigencia de este estilo desconoce la estructura de clases a la que pertenecen los medios hegemónicos, en la que la naturaleza de los códigos mediáticos es de tipo corporativo y que, por lo tanto, su visión del mundo también lo es.

Las cartas con las que se protegen estas corporaciones son con la noción de «objetividad» y de «libertad de prensa». Éstas son el ancho de espada y el de basto que supuestamente dicen tener y con las que se sostiene desde su nacimiento ―en pleno contexto positivista― la prensa liberal burguesa. Sus padres, Heartz y Pulitzer, fueron los primeros en decir "somos objetivos" y desde allí sentaron las bases que intentaron reflejar la realidad, evitando que el sujeto creador interfiera en el encuadre de la noticia borrando las huellas de la producción periodística.

En esta metodología se esconde una invisible pero presente ideología que carga de subjetividad la noticia en el momento mismo en el que se produce su selección, demoliendo el principio de objetividad al que la práctica profesional periodística pretende arribar y que pone fin a la mentira subjetiva disfrazada.

La otra carta con la que se protegen las corporaciones es con el argumento ―también falso― de «libertad de expresión». Ya lo planteó Arturo Jauretche en Los profetas del odio y la yapa (1973) cuando se refiere a la estafa que generan los medios hegemónicos.

"La prensa nos dice todos los días que su libertad es imprescindible para el desarrollo de la sociedad humana, y nos propone sus beneficios por oposición a los sistemas que la restringen por medio del estatismo. Al mismo tiempo nos oculta la naturaleza de esa libertad, tan restrictiva como la del Estado aunque más hipócrita, porque el libre acceso a las fuentes de información no implica la libre discusión, ya que ese libre acceso se condiciona a los intereses de los grupos dominantes que dan la versión y la difunden", dice Don Arturo.


Entonces, con su mentiras, lo que quieren es seguir engañando para favorecer sus propios intereses, poniendo en evidencia ―sin que les importe― que poseen un apetito feroz por el dinero de todos los argentinos. Y aquí está el truco, porque todo lo que obtienen es mintiendo a quienes participan con el solo fin de beneficiar a las corporaciones mediáticas.

Pero no se preocupe que para eso estamos nosotros, ayudando a que se descubra la mentira y se vayan al mazo sin mostrar las cartas. Claro está, perdiendo los puntos."

(https://www.pagina12.com.ar/244239-el-truco-de-las-corporaciones-mediaticas )

Las tecnologías no son neutrales: determinan espacios y conductas de los actores, condicionan estructuras de producción, distribución y acceso a bienes y servicios, facilitan o dificultan formas de organiza-ción y control, generan problemas sociales y ambientales, así como también contribuyen a su resolución. Las tecnologías (muchas veces más allá de la intención de sus diseñadores y productores) ejercen agencia. A favor de algunos grupos sociales, en contra de otros grupos sociales. Nunca son neutrales. Por más inocentes que parezcan, siempre ejercen agencia. Las políticas tampoco son neutrales. También determinan espacios y conductas de los actores. También condicionan estructuras de producción, distribución y acceso a bienes y servicios. Obviamente, generan formas de organización y control.
 

También generan problemas sociales y a veces contribuyen a su resolución. Nunca son neutrales. Tecnologías y políticas se coconstruyen. De hecho, desde esta perspectiva, las políticas son parte constitutiva de todas las dimensiones tecnológicas y las tecnologías siempre condicionan las políticas: su alcance, escala, contenido y condición de viabilidad. Todas las tecnologías son políticas. Todas las políticas son tecnológicas. Hernán Thomas - Paula Juárez - Patricia Esper - Facundo Picabea - Ariel Gordón - Introducción del libro “ Tecnologías públicas Estrategias políticas para el desarrollo inclusivo sustentable” Publicados por Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Quilmes. http://unidaddepublicaciones.web.unq.edu.ar/wp-content/uploads/sites/46/2020/03/Ebook-Tecnologiaspublicas-Thomas.pdf

La actual pandemia es el primer acontecimiento global en la historia de la especie humana. Cuando digo «global» quiero decir que ha afectado a casi todos, sin importar cuál sea su país de residencia o clase social. Si en un par de años –cuando, esperemos, la pandemia haya concluido y hayamos sobrevivido– nos encontramos con amigos de cualquier rincón de la tierra, todos compartiremos las mismas historias: miedo, tedio, aislamiento, puestos de trabajo y salarios perdidos, cuarentenas, restricciones gubernamentales y máscaras. Ningún otro acontecimiento se le ha acercado.

Las guerras, incluso las mundiales, fueron limitadas: la gente en Suiza, ni hablar en Nueva Zelanda, no tuvo historias significativas sobre la guerra para compartir con los habitantes de Polonia, Yugoslavia, Alemania o Japón. Y en los últimos 75 años las guerras fueron locales. Mucha gente joven puede haberse manifestado contra la Guerra de Vietnam, pero la mayoría no experimentó ninguno de sus efectos. La gente se horrorizó con el sitio a Sarajevo, el bombardeo a Gaza o la estrategia de «conmoción y pavor» en Iraq. Pero para 99,9% de la humanidad ese espanto no cambió en nada su vida diaria: siguió levantándose temprano para ir a estudiar o trabajar, se rio con sus compañeros de trabajo, quizás salió a beber y terminó en un karaoke. No tuvo historias para compartir con los residentes de Sarajevo, Gaza o Bagdad, absolutamente nada en común.

Ni siquiera el fútbol puede competir, aunque sus enfervorizados simpatizantes se digan a sí mismos que los acontecimientos mundiales imitan al fútbol. La última final de la Copa del Mundo fue vista por 1.100 millones de personas, aproximadamente uno de cada seis habitantes del planeta. Hubo todavía muchos que ignoraron su existencia y a quienes no les importó en lo más mínimo qué equipo ganó o perdió.

Entrar en los libros de historia

El covid-19 entrará en los libros de historia como el primer acontecimiento verdaderamente global también en virtud de nuestro desarrollo tecnológico: no solo podemos comunicarnos a través de todo el mundo, sino que también podemos seguir en tiempo real lo que está ocurriendo prácticamente en cualquier lugar. Dado que la infección, la enfermedad y una posible incapacidad y muerte nos amenazan a todos, incluso quienes por otras razones no tienen mucho interés en las noticias chequean sus teléfonos inteligentes para obtener actualizaciones sobre fallecimientos, tasas de infección, vacunas o nuevas terapias.

El propio covid-19 parece haber sido diseñado para esa función. Aunque su nivel de mortalidad se incrementa con la edad, sus efectos son tan inciertos que incluso buena parte de la población más joven y saludable no está totalmente libre de preocupación. Si el covid-19 hubiese sido menos aleatorio, habría causado menos temor. Sin embargo, este acontecimiento global es al mismo tiempo extraño. Requiere que la gente no interactúe físicamente entre sí, y de ese modo trae como consecuencia otra dimensión, una novedosa. Nuestro primer acontecimiento global habrá sido aquel en el que no nos encontramos cara a cara en tiempo real con otra gente que también lo experimentó.

Si reflexionamos sobre esto, tiene sentido. Para ser global, el acontecimiento tiene que ser vivido más o menos de la misma forma y al mismo tiempo por todo el mundo. Si nos limitamos al contacto físico o la presencia, sin embargo, no podemos llegar a muchas personas, simplemente porque no es posible para cada uno de nosotros encontrarse con miles, y menos aún cientos de miles de otras personas. Por lo tanto e irónicamente, el primer acontecimiento humano global estuvo desprovisto de cualquier de humano y físico: tuvo que ser experimentado en forma virtual.

Es por esto también que esta pandemia es diferente de la de un siglo atrás. En ese entonces, la información no se podía transmitir o compartir con facilidad. Para cuando la gente estaba muriendo en la India por la gripe española, Europa se estaba recuperando y desconocía o se mostraba indiferente frente a las muertes en la India. Y la India tampoco había tenido noticia de las muertes en Europa hasta que la pandemia la invadió.

Globalización del trabajo

¿Qué quedará de este acontecimiento global, más allá de las memorias de la gente? Hay solo unas pocas cosas que podemos decir con alguna certeza.

La pandemia habrá acelerado la globalización en el segundo factor de la producción: el trabajo. (El primer factor, el capital, ya está globalizado gracias a la apertura de cuentas nacionales de capital y la capacidad técnica de mover enormes sumas de dinero por todo el mundo y de construir fábricas y oficinas en todas partes). Es probable que el covid-19 nos haga avanzar casi una década en la conciencia de las posibilidades de desacoplar el trabajo de la presencia física en el ámbito laboral. Aunque en muchas actividades podamos, una vez que la pandemia termine, volver a compartir oficinas físicas, a trabajar en fábricas, en muchos otros casos no será así. Esto no solo tendrá efectos en la gente que trabaje desde su casa, el cambió será mucho más profundo. Verá la luz un nuevo mercado laboral global sin necesidad de migración. En algunos segmentos de la economía mundial (como los centros de atención telefónica o el diseño de software), ese mercado ya existe, pero se volverá mucho más habitual. La pandemia implicará un salto gigante hacia la «movilidad» del trabajo, una movilidad peculiar, en la que los trabajadores y las trabajadoras individuales no se moverán de su lugar de residencia, sino que trabajarán en «oficinas» o «fábricas» a kilómetros de distancia.

Quienes se preocupan porque la globalización podría retroceder se van a sorprender. Debido a la guerra comercial entre Estados Unidos y China, las cadenas globales de valor y el comercio podrían sufrir un revés temporario. Pero en términos de movilidad laboral o, más precisamente, de competencia laboral –que es extraordinariamente importante–, la globalización avanzará.

Traducción: María Alejandra Cucchi

Fuente: IPS y Social Europe

Los más ricos del mundo se recuperaron en 9 meses

Los más pobres del planeta, necesitarán 10 años

Por Sergio Ferrari,

desde la ONU, Ginebra, Suiza

Mientras los más pobres del mundo necesitarán al menos una década para recuperarse de la crisis actual, los multimillonarios – las mil mayores fortunas del planeta- recuperaron en solo 9 meses sus pérdidas momentáneas.

Así lo sostiene el Informe El virus de la desigualdad publicado este 25 de enero (https://www.oxfam.org/es/informes/el-virus-de-la-desigualdad) por la ONG internacional Oxfam. Aparece el mismo día en que el Foro de Davos comienza su edición virtual 2021. Denominado la Agenda de Davos, el Foro Económico Mundial se da cita entre el 25 y el 29 de enero conectando a más de mil participantes, representantes del mundo económico y del poder político.

El informe de Oxfam refuerza, acompaña y fundamenta, también, las múltiples reflexiones que a partir el pasado sábado 23 y hasta el 31 de enero promueve el Foro Social Mundial virtual. Según los organizadores, al 24 de enero, se registraban 7660 inscriptos de 134 países y 660 actividades previstas. En muchas de las cuales el tema central gira en torno al impacto de la pandemia y las alternativas sociales y populares para superarlo.

Oxfam hace parte de la Protesta Global para luchar contra la desigualdad(https://www.fightinequality.org/ ), una alianza internacional que convoca a movilizaciones en diversos países de Asia, África y América Latina en esta última semana de enero.

En su informe se pregunta cómo recomponer un mundo devastado por el coronavirus ( https://www.oxfam.org/es/informes/el-virus-de-la-desigualdad) en el cual más de dos millones de personas han perdido la vida, y cientos de millones se están viendo arrastradas a la pobreza. Y anticipa una respuesta global: se ha demostrado que “es posible poner en marcha políticas transformadoras que antes de la crisis eran impensables.

No hay vuelta atrás. No podemos volver a donde estábamos. En lugar de ello, la ciudadanía y los gobiernos deben responder a la urgente necesidad de construir un mundo más justo y sostenible”, enfatiza. Con el convencimiento que la acción de los gobiernos es esencial para proteger la salud y los medios de vida, acota.

El diagnóstico pre-crisis, según la ONG, evidencia “la fragilidad colectiva, así como la incapacidad de nuestra economía, profundamente desigual, de beneficiar al conjunto de la sociedad”. Y recuerda, por ejemplo, que según Forbe, entre marzo y diciembre del 2020, la fortuna de las 10 personas más ricas del mundo (milmillonarias) creció en 540.000 millones de dólares. Se refiera a: Jeff Bezos, Elon Musk, Bernard Arnault (y familia), Bill Gates, Mark Zuckerberg, Larry Ellison, Warren Buffett, Zhong Shanshan, Larry Page y Mukesh Ambani.

Para la elaboración de El virus de la desigualdad se entrevistaron a 295 economistas de 79 países. El 87 % de ellos comparte esta caracterización de la crisis y de las opciones futuras. Y concuerda con el pronóstico que la desigualdad de ingresos va a seguir creciendo en sus respectivos países a consecuencia de la crisis sanitaria.

La ONG cita a Antonio Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, con quien comparte el diagnóstico actual de la civilización humana. “Se ha comparado al COVID-19 con una radiografía que ha revelado fracturas en el frágil esqueleto de las sociedades que hemos construido y que por doquier está sacando a la luz falacias y falsedades: la mentira de que los mercados libres pueden proporcionar asistencia sanitaria para todos; la ficción de que el trabajo de cuidados no remunerado no es trabajo; el engaño de que vivimos en un mundo post-racista; el mito de que todos estamos en el mismo barco. Pues si bien todos flotamos en el mismo mar, está claro que algunos navegan en súper-yates mientras otros se aferran a desechos flotantes”.

Datos desgarradores

Y la ONG hace su propia descripción del planeta Tierra. Un mundo en el que casi la mitad de la humanidad tiene que sobrevivir con menos de 5,50 dólares al día, en el que, durante 40 años, el 1 % más rico de la población ha duplicado los ingresos de la mitad más pobre de la población mundial y, en el cual el último cuarto de siglo, el 1 % más rico de la población ha generado el doble de emisiones de carbono que el 50 % más pobre, agravando la destrucción provocada por el cambio climático.


 Analizando datos esenciales, Oxfam afirma que la pandemia de COVID-19 tiene el potencial de aumentar la desigualdad económica en prácticamente todos los países del mundo al mismo tiempo, realidad hasta ahora desconocida – en cuanto a ese nivel de impacto global- desde hace más de un siglo, cuando se comenzaron a registrar datos esenciales.
El aumento de la desigualdad podría obligar a que se tarde, como mínimo, 14 veces más en reducir la pobreza -hasta el nivel previo a la pandemia- que el tiempo que han tardado las mil personas más ricas del planeta -en su mayoría hombres blancos- en recuperar su riqueza. 

La recesión ya ha acabado para los más ricos”, afirma Oxfam. Desde el inicio de la pandemia, incluso, la fortuna de las 10 personas más ricas del mundo ha aumentado en medio billón de dólares, cifra que permitiría financiar sin problema alguna la vacuna universal contra el COVID 19. En paralelo, esta situación sanitaria desencadenó “la peor crisis laboral en más de 90 años, y cientos de millones de personas se encuentran subempleadas o sin trabajo”.

Una vez más las mujeres y los sectores marginalizados pagan los precios más altos de la crisis, afirma la ONG coincidiendo con diversos informes que en los últimos meses han publicado organismos de las Naciones Unidas, como la OIT, FAO, PNUD etc. A nivel mundial, las mujeres están sobrerrepresentadas en trabajos mal remunerados y precarios, que han sido los que más se han visto afectados por la crisis del COVID-19, enfatiza. Las mujeres constituyen aproximadamente el 70 % de la fuerza laboral a nivel mundial en el ámbito de la salud y la atención social, empleos esenciales, pero a menudo mal remunerados que además las exponen a un mayor riesgo de contraer el virus.

En Brasil, por otra parte, las personas afrodescendientes tienen un 40 % más de probabilidades de morir a causa del coronavirus que las personas blancas. En Estados Unidos, si la tasa de mortalidad de las personas de origen latino y afroamericano hubiese sido la misma que la de las personas blancas, se hubieran podido evitar 22.000 decesos de esos grupos.

Las zonas más pobres de países como España, Francia e India presentan tasas de infección y mortalidad más elevadas. En el caso de Inglaterra, las tasas de mortalidad de las regiones más pobres duplican a las de las zonas más ricas.

Un reciente estudio científico muestra que el impacto del COVID 19 en los barrios más populares de la ciudad suiza de Ginebra -sede principal europea de las Naciones Unidas- es significativamente mayor que en las zonas de población rica de la misma ciudad. El estudio fue dirigido por el doctor Idris Guessous, responsable de uno de los servicios del Hospital ginebrino HUG. https://lecourrier.ch/2021/01/19/plus-dimpact-dans-les-quartiers-pauvres/ ).

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas estima que, a causa de la pandemia, el número de personas en situación de hambre extrema alcanzaría los 270 millones de personas a finales de 2020, lo que supone un incremento del 82 % con respecto a 2019. Con estas cifras, Oxfam calculó que la crisis provocada por la pandemia sería la causa de que murieran de hambre entre 6000 y 12 000 personas al día a finales de 2020.

Perspectivas

En cuanto al futuro, OXFAM no duda en desarrollar su hipótesis rectora. La clave para lograr una rápida recuperación económica frente a la pandemia es la adopción de modelos económicos más justos.

Y tomar medidas que están a la mano y que solo exigen una clara voluntad política de los Gobiernos. Por ejemplo, la imposición de un impuesto temporal sobre los beneficios excesivos obtenidos por las 32 multinacionales que mayor riqueza han acumulado desde que comenzara la crisis, hubiera permitido en 2020 una recaudación de 104.000 millones de dólares. Cantidad suficiente para financiar prestaciones por desempleo para trabajadores y trabajadoras, así como para proporcionar apoyo económico al conjunto de niños, niñas y personas mayores de los países de renta media y baja.



Oxfam finaliza su informe proponiendo Cinco pasos para conseguir un mundo mejor. Mas igualdad; economías más humanas; libre de explotación y con seguridad de ingresos; donde los más ricos paguen los impuestos que les correspondan de manera justa; y se priorice la seguridad climática.
Y sostiene que la construcción de “nuestro nuevo mundo debe basarse, en primer lugar, en una reducción radical y sostenida de la desigualdad”. Los gobiernos deben establecer metas concretas de reducción de la desigualdad, y sujetas a plazos precisos. El objetivo no debe limitarse a volver a los niveles de desigualdad previos a la crisis, sino que debe ir más allá para construir, con carácter de urgencia, un mundo más justo.
La lucha contra la desigualdad, incluyendo la desigualdad racial y de género, debe ser un elemento central del rescate económico y de las iniciativas de recuperación. Para las personas en situación de pobreza, las mujeres, las personas negras y personas afrodescendientes, los Pueblos Indígenas y demás comunidades históricamente excluidas y oprimidas de todo el mundo, esto significaría que por fin sus gobiernos darían prioridad a sus necesidades, concluye. + (PE)

https://ecupres.wordpress.com/2021/01/26/la-brecha-economica-y-social-mas-profunda-que-nunca/

En 2020 se perdieron cuatro veces más empleos en el mundo que durante la crisis financiera global de 2008. Lacónico, el informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre el impacto de la pandemia en el mercado laboral pronostica “una recuperación lenta, desigual e incierta, a menos que los progresos iniciales se respalden con políticas de recuperación centradas en las personas”. Esos progresos iniciales, los previstos tímidamente para mediados de 2021, se ven agravados por una baja generalizada de las horas de trabajo y de los ingresos. En un solo año se esfumaron 255 millones de puestos de trabajo.

Las estadísticas lapidan la realidad. Murieron en Estados Unidos más personas por el coronavirus que por la Primera Guerra Mundial, la de Vietnam y la Corea juntas. Puros números: 400.000 fallecidos y 25 millones de contagiados. Un cuarto de los contagiados en el mundo: 100 millones, según la Universidad Johns Hopkins. Nada que, en números, conmueva a quienes se burlaban del uso de las mascarillas y del respeto de la distancia social, pero terminaron en cuarentena, como los presidentes Andrés Manuel López Obrador, Donald Trump, Jair Bolsonaro y Aleksandr Lukashenko y el primer ministro Boris Johnson. O a otros más cautos, como Emmanuel Macron, que corrieron la misma suerte.

La pandemia demostró que el ejemplo no proviene de los líderes, sino de aquellos que ponen el cuerpo y el alma para hacer más llevadera la nueva normalidad. No están exentos se los malos augurios de la OIT: se perderán entre el 1,3 y el 4,6 por ciento de los empleos. Más aún entre las mujeres y los jóvenes de 15 a 24 años. ¿Menos horas de trabajo y más empleos precarios? Una generación perdida, con 258 millones de niños sin escolarizar y 10.000 personas por día sin atención médica por falta de recursos. Es la peor crisis desde la Gran Depresión de 1929, con un nuevo récord de refugiados y desplazados a pesar del cierre de fronteras en 2020.

Jorge Elías

https://elinterin.com/2021/01/26/la-burbuja-de-la-desigualdad/

SÍNTESIS DEL INFORME CRÉDITOS ANSES Y FGS La inversión productiva se incrementará un 128% gracias a la reciente Ley de Defensa de los Activos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad Observatorio De Políticas Públicas Módulo De Políticas Económicas Santiago Fraschina Coordinador Universidad Nacional De Avellaneda (Undav)

En julio de 2007se crea el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) al cual se le traspasaron los fondos que gestionaban las AFJP por un monto de $ 98.083 millones.Hacia finales de 2015, el valor del FGS medido en moneda constante se había incrementado un 12,5%.En elmismo período, el valor del FGS medido en dólares se incrementó un 37,2%.

Entreel 31 de diciembrede 2015 y el 31 diciembre de 2019, el valor del FGS se redujo, en términos reales, un 7,3%.En el mismo período, el valor del FGS medido en dólares se cayó 21,7%.

Sin embargo, si se considera el período en que gobernó Mauricio Mdacri, que se inició el 10 de diciembre de 2015 y finalizó el 9 de diciembre de 2019, el valor del FGS medido en dólares pasó de 66 mil millones de dólares a 38 mil millones de dólares, disminuyendo un 42,2% su valor, producto de la devaluación del dólar oficial a los pocos días de asumir. Macri dejó su gobierno con un FGS que valía, en dólares, la mitad de lo que valía cuando asumió.

Entre enero y septiembre del 2020, el FGS se revalorizó en dólares un 9,5% recuperando parte de la pérdida sufrida.

Uno de los componentes más interesantes de la cartera del FGS son las inversiones productivas, dado su rol estratégico para dinamizar la economía real. La Ley estipula que entre el 5% y el 50%del valor total del FGS debe estar invertido en activos que financien proyectos productivos o de infraestructura a largo y mediano plazo.

Entre 2009 y 2015, cada año se destinó, en promedio, un 12% del valor del FGS para financiar proyectos productivos y de infraestructura. El pico máximo fue en el año 2011, cuando alcanzó el 13,9% del valor del total del FGS. Hacia fines de 2015, el porcentaje del FGS aplicado a inversiones productivas ascendía al 13,3%.

A finales de 2019, sólo el 3,7% del valor del FGS -fuertemente deteriorado-se destinaba a financiar inversiones productivas estratégicas, incumpliendo lo estipulado por la Ley.

Para recomponer esas inversiones, en 2020, a través de la Ley de Defensa de Activos del FGS se dispuso la creación de un Programa de Inversiones Estratégicas que destinará $100.000 millones a este tipo de proyectos. De esta forma, el monto destinado a inversiones productivas se incrementará un 127,7%, respecto a su valor a septiembre de 2020.

Este fondo ya puso en marcha su primerainversión estratégica, destinando más de $ 17 mil millones en la construcción del Espigón N°9 del puerto de Mar del Plata, que se estima, generará más de 9.800 puestos de trabajo directos y 34 mil empleos indirectos. Parte de la inversión volverá a las arcas públicas vía aportes, contribuciones y otros impuestos.

La Ley de Defensa del FGS también modifica la política crediticia que venía teniendo ANSES durante la gestión anterior.Entre 2015 y 2019 el porcentaje del valor del FGS destinado a otorgar Créditos pasó de 2,5% a 8,4%. En los primeros 9 meses del 2020 éste se redujo a 6,3%.

Entre 2015 y 2019 se instó a jubilados, pensionados y titulares de asignaciones a endeudarse con ANSES a tasas usureras que alcanzaron un pico del 42%.

Generalmente, estos préstamos eran utilizados para hacer frente al pago de servicios públicos, medicamentos u otros consumos esenciales, ante la ausencia de políticas públicas del gobierno anterior que protegieran a los sectores vulnerables y/o regularan ciertos precios y mercados.

A la delicada situación económica, financiera y social que dejó el macrismohacia fines de 2019, se le sumó el impacto de la pandemia del coronavirus. Ante esta situación, se decidió suspender el pago de las cuotas de los Créditos ANSES entre diciembre de 2019 y noviembre de 2020.

Asimismo, se condonaron los intereses devengados acumulados en ese período, llevando gran alivio a lxs beneficiarixs endeudadxs con ANSES.

Esta política, llevó alivio financiero a 2,5 millones de jubiladxs y pensionadxs que vieron incrementar en esos 12 meses su ingreso disponible, en promedio $17.600.

Toda esta medida significó un esfuerzo del Estado Nacional de aproximadamente 44 mil millones de pesos

El congelamiento de la cuota, la condonación de intereses y los aumentos de los haberes permitieron reducir el peso de las cuotas sobre el haber neto de cada jubiladx endeudadx, mejorando su ingreso disponible.

Un jubiladx que percibe la mínima y sacó un crédito de $90.000 vio incrementar su ingreso disponible en $42.000 entre diciembre de 2019 y noviembre de 2020.

Asimismo, 4 de enero de 2021 se anunció el lanzamiento de una nueva línea de créditos ANSES con una inversión cercana alos 250.000 millones de pesos.

Estos nuevos préstamos a Jubilados y Pensionados (SIPA) que se entregarán, alcanzarán un valor entre $5.000 y $200.000, con plazos que pueden serentre 24, 36, 48 o 60 cuotas y se requiere tener menos de 90 años al momento de finalizarlo. También se abren líneas de Créditos a titulares de PNC por invalidez, Madres de 7 Hijos, PUAM y PNC por vejez, con montos de entre 5.000 y 70.000 pesos, con los mismos plazos que los anteriores y el requerimiento de poseer menos de 75 años al momento de finalizarlo.

Un punto a destacar de esta nueva política es la notable disminución de las tasas de interés respecto a los créditos vigentes hasta entonces. En 2019, cuando se lanzaron las últimas líneas de créditos, se alcanzaron tasas de interés entre 42% y 36,25%. Los nuevos Créditos ANSES tendrán una tasa cercana al 29%, logrando reducir hasta 13 puntos porcentuales respecto a los créditos anteriores.


 

Los datos y la información nos advierten sobre el intrincado y complejo escenario globalizado actual y de como los actores humanos se empeñan en distorsionar esos datos con lecturas que “inventan” representaciones e idearios falsos respecto a lo que efectivamente sucede en el mundo, en tanto el insoportable equilibrio que somete a muchos a debatirse por las “sobras” que unos pocos desechan conservando privilegios inadmisibles y decidiendo en secreto la defensa de sus mezquinos y egoístas intereses de elite. Uno de los aspectos claves de tales asuntos radica en la falacia de que el dinero produce dinero por el mero hecho de su posesión (Los intereses), y que su valor no depende de la relación que permite establecer entre la creación de riqueza (bienes y servicios como productos y mercancías) un orden que distribuya los esfuerzos de todos de modos justos y equilibrados, hecho que impediría semejante concentración en pocos en detrimentos de muchos despojados del fruto de sus esfuerzos o directamente expulsados y márginados del sistema, como si fuesen imposibilitados o condenados a quedar fuera tanto del consumo como de la posibilidad de producir ya creando, ya trabajando.


Daniel Roberto Távora Mac Cormack



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