Escibir y comunicar en tiempos de la peste ...

Luis ToledoOffering Ritual
 
Hola, ¿cómo estás?

Como conozco tu fino ojo lector, estoy seguro que sabés que la única posibilidad de comenzar este -espero- intercambio epistolar era con el profundo deseo que no conozcas a nadie entre los 43163 argentinos y argentinas que murieron a causa del coronavirus.

Hay una historia que contó alguna vez Emmanuel Carrère en la que Mark Twain le brindó un reportaje a un periodista y, durante la entrevista, no hizo otra cosa que burlarse del colega: “Usted no lo sabía, de hecho nadie lo sabe, pero yo tenía un hermano gemelo llamado Bill. Nos parecíamos tanto que cuando éramos bebés, para bañarnos juntos, tenían que atarnos a la muñeca una cinta de color diferente. Un día trágico uno de los dos se ahogó en la bañera. Y lo que agrava aún más la tragedia es que las dos cintas se habían desatado. Entonces -concluía Twain- nunca se supo quién había muerto: si Bill o yo”.

El horror y desconcierto que me produjo la broma del autor norteamericano cuando la leí por primera vez fue bastante similar a la sensación que me acompañó -y, me arriesgo, nos acompañó- durante el 2020. El temor a la pérdida por el virus y la pérdida del temor al virus convivieron progresivamente durante los nueve meses más difíciles que nos tocaron vivir en términos colectivos.

A fines del año pasado, y sólo a modo de reflexión, te dije que iba a ser un año de discusiones interesantes que iba a haber que darlas sin dogmas ni anteojeras. Que los debates sobre la colisión entre desarrollo y cuidado del ambiente en un país con niveles de pobreza récord, el sistema previsional o el mercado de trabajo son temas que en general tienen mejor recorrido en el debate cuando hay una cámara o un micrófono apagado. Siempre el que grita se escucha más fuerte, pero como generación decidimos apostar al que argumenta: esta es una carrera de resistencia, no de velocidad. No le tocaría una coma, sólo saber que los problemas son más y más acuciantes. Y el tiempo y los recursos son menos.

(https://www.cenital.com/ )

Horacio González propone un balance como modo provisorio para juzgar los “claroscuros” de cualquier empresa o gobierno. Facilitan la cuestión las clásicas columnas del debe y el haber, que son modelos de conocimiento pero cuya persistencia está asegurada en las reacciones vitales que desde luego tenemos ante fenómenos políticos o de cualquier otro tipo, en un lapso de tiempo preferentemente anual. Entonces, sostiene González, lo que se impondría escribir son unos Anales -el balance de un año-. Así González pone en la balanza nuestra propia mercadería -digamos, Fernández, digamos año 2020-, según la vieja imagen del panadero que pasaba por las esquinas ofreciendo lo suyo.

Por Horacio González Sociólogo, ensayista y escritor. Ex Director de la Biblioteca Nacional.

¿De qué gramaje prefieren?

La balanza es un invento excepcional, como el sacacorchos o la linterna a pilas. Inventos que son memorables por su valor en la vida cotidiana, y otros por sus resultados en los trazados políticos o históricos -la brújula, por ejemplo, o el clip, ese alfilercito doblado de modo que se pueden juntar dos objetos de similar tamaño, a la manera de un broche. Pero un broche es más complicado que un clip. Se trata de atrapar objetos diarios que tienden a dispersarse caprichosamente, y venimos con un broche, y los juntamos a todos, ni qué decir de colgar la ropa sobre un alambre. El clip es más oficinesco, aunque los videastas lo adaptaron para mencionar una forma de video, algo corto, incisivo y si se puede, bello. Todo listo para abrocharse en esa forma sucinta. El broche mismo, como todo descubrimiento del ingenio milenario vinculado al trabajo, permite innumerables deslizamientos en el lenguaje, desde festejar una intervención artística final entre muchas otras -el broche de oro-, hasta un uso un poco vicario entre personas dispuestas a un acuerdo, sino sigiloso, por lo menos reservado. ¿Abrochamos o no abrochamos?

Balance es el modo elegante, abstracto y provisorio, en que nos empeñamos en juzgar los “claroscuros” de cualquier empresa o gobierno. Facilitan la cuestión las clásicas columnas del debe y el haber, que son modelos de conocimiento -no diré eternos-, pero cuya persistencia está asegurada en nuestras reacciones vitales, desde luego las que tenemos ante fenómenos políticos o de cualquier otro tipo, en un lapso de tiempo preferentemente anual. Digo anual porque es el modo más frecuente de evaluar ciclos de tiempo. Por lo tanto, lo que se impondría escribir en este caso son unos Anales -el balance de un año-, de cualquier cosa que sea. Digamos, Fernández, digamos año 2020. Pongamos entonces en la balanza nuestra propia mercadería, según la vieja imagen del panadero o del vendedor de pescado que pasaba por las esquinas ofreciendo lo suyo, a veces, con la tal balanza colgada al hombro. Precariedad, nostalgia, improvisación, picardía. Algunos de esos elementos podríamos poner en juego ante este balance inspirado en aquella balanza portátil, con nuestro pedido de medio quilo de pan, medido en una escena callejera llena de arcaísmo y añoranza.

También ante esta vocería que nos llama, salimos así a hacer nuestra evaluación, pues todo acto de concurrencia ante una balanza lo es. Evalúa, pondera, se pone en tensión. Empecemos a poner en el plato unos pocos gramos. La pandemia provocó una primera exclamación del Presidente Alberto Fernández respecto a que ella había desnudado una estructura de carencias que antes se hallaban veladas, ocultas. En consecuencia, ayudó a registrar con más precisión la pobreza y otras inclemencias sociales, mejor personalizadas, antes no bien conocidas. Juzgar la pandemia como un efecto revelador de la osamenta desnutrida de la nación, decir que “ayudó a registrar”, se entiende entonces como un refinamiento mayor en los índices más graves, desocupación, desempleo, carencia de posibilidades ocupacionales, es decir, de lo que más o menos se sabía sobre una multitud de ciudadanos sobrellevando indigencias. Por lo tanto, desesperanza. Y como resultado de eso, el mote de vagos como signo despectivo, esencial emisión verbal de un tipo de condición humana que se siente envanecida al aplicar una clave de pertenencia de clase, “estoy yo y están los vagos”, los detritus, los innombrables, el oscuro personaje que nos acecha en su culpable marginación. Ha caído y hay culpa propia, es él y su imperdonable abandono de la ciudadanía. Es decir, le queda muy poco. Merecido se lo tiene. Le queda el “registro”. Pero Fernández lo dijo en el mejor sentido, en el de un gobierno que debe ampliar sus propias esferas de conocimiento.

Esto nos parece que por un lado es una mirada necesaria para el gobierno que tiene que construir no su panóptico, sino su percepción de cómo se fue forjando en el país, en las últimas décadas, algo que fue más allá del desdén por el “cabecita negra” y por el “papolitano”. En el “planero” se agrupan ahora las arcaicas formas del prejuicio racial-clasista, encubierto en la cosmogonía decadente de un sector muy amplio de grandes pero también pequeños propietarios, dispuestos a hacer de su juicio, un quisquilloso arquetipo de combate social. En este sentido, todo gobierno democrático debe ser un gobierno educacional. Y esto, difícil de lograr, en efecto, no fue puesto como objetivo central. Debe hacérselo.

Envuélvame un kilo

Alberto Fernández posee sensibilidad social y política, es hijo de las instituciones, prudente ante el armazón de leyes, que aunque hayan sido fraguadas por poderes que solo juegan a la ley sin serla, no desea proceder del mismo modo. Eliminar leyes arbitrarias debe hacerse con el sustento de otras leyes genuinamente elaboradas. No cree en lo que habitualmente se llama decisionismo. No, porque también se emplearon más frases en los comienzos de la pandemia, las que parecían las adecuadas. Y no eran decisionistas, pero emanaban de un buen corazón, lo que de alguna manera se halla cerca del decisionismo. Se entrevió claramente que la economía sufriría un oscurecimiento, y se dijo que era preferible atender la salud pública -es decir la vida-, que el factor específicamente económico. La frase, un tanto vaga, era muy atrevida, y entusiasmaba. No porque se hiciera verosímil que cualquier gobierno del tipo que fuere, no pensara en términos económicos, sino que al poner entre paréntesis lo económico ante un valor que se prefería con mayor énfasis -la salud pública, es decir lo que está en la esfera de la existencia real, cargada de incógnitas y considerada ajena a la producción-, ponía en primer plano una vida salutífera, en su condición existencial de participe de una trama colectiva que no se reproduce por actos laborales, sino por otro índice, el de comunitariedad, por decirlo así. Difícil, sino imposible cuestión, pensar una sociedad utópica feliz, pero en un clima de asfixia, enfermedad y estadísticas de los desfallecidos.

Algo falló allí, por lo cual los modos de gobierno real, que no ignoraba con quienes se obligaba a tratar, mantenía su diálogo crítico pero con visos de seducción, con los modos de la economía real, dominada por magnates financieros, exportadores primarizados en gran escala, capitales clandestinos en el exterior, grandes escritorios jurídicos, ellos mismos productos oníricos y tramposos de la plusvalía capitalista, funcionarios internacionales representantes abstractos de la gran deuda argentina contraída en el período anterior. No atacó de frente, pero señaló sus preferencias. Era la preferencia que hacía que entre los jubilados y los bancos, la disyuntiva indicara: preferimos a los jubilados. Y entre los cuidados sociales ante la peste y la economía, se prefería a los primeros. Fueron dichos poco a poco vulnerados y se comprende porqué. Expresaban frases proverbiales, de contenido utópico, que siempre yacen en la conciencia del político. Pero si no había una alternativa económica a la altura de esa frase sin sintonía con una realidad económica que reemplazase los vicios de un capitalismo no inocente a la hora en que recrudecen los virus, lo que volvería sería la misma. La de siempre, en sus proporciones harto conocidas, o peor. Capitalismo con nuevos virus combatidos por lo que pasan, al momento de ser las empresas más engalanadas del capitalismo. Los laboratorios. Científicos humanistas pueden dirigirlos. Pero la lógica con la que producen su mercancía antiviral es la misma con la que se producen microchips o jugos de naranja envasados.

Entonces era ese el exceso del gobierno, sus hebras de buena conciencia social, su salida del cuadro tradicional en nombre del acatamiento de un mandato extraordinario, excepcional. El de la vida. ¿Nos entusiasmamos gratuitamente? No es demérito del gobierno que eso se haya perdido, la primacía de la vida, porque si no pudo hallarse un sistema económico que se presentara con verosimilitud para hacer mejor, o a la inversa, los que los dueños del flujo real económico financiero hacían hasta ahora, un gobierno que emitiera dinero basado en su preferencia por los que había que registrar “sin pañuelos ni documentos”, como decía la canción de Caetano Veloso, no podía sino parar en algún momento y comenzar a percibir que subsidiando el consumo con la producción ausente, -es decir subsidiando la sobrevivencia-, iba a ser abandonado por las corporaciones y también por los subsidiados. Y la primacía de la vida quedaba a cargo nuevamente de los personajes adecuados. Los productores de la vacuna, como la mercancía que volvía a reunir en su punto justo capitalismo y vida. Ese rasgo apreciable del gobierno al postular el ejercicio de una nueva radiografía que había sacado para registrar lo que no se sabía -la radiografía de la penuria con la que se expresaban económicamente tantas vidas-, se ponía en lugar de lo que de otro modo hubiera sido una decisión un tanto abismal, que debía ser seguida por mayores dosis de temperamento político, intrépido, arriesgado. Es decir, la inhallable nueva economía, y sus inventados tipos reformulados de producción.

Finalmente, lo que para algunos parecía que esa puesta entre paréntesis de la economía real abriría la posibilidad de cambios excepcionales en el modo privatista de la productividad realmente existente, no ocurrió así. Con el transcurrir de la pandemia se evidenció que todo comenzaba a apuntar a lo que resultaba más obvio, recuperar la economía. Y recuperarla en los modos-reales-en-los-que-existía. ¿Alguien esperaba otra cosa? No nos engañamos al decir que sí. Pero lo que algunos esperábamos era, como siempre, el horizonte más detectable con el que muchos guardamos sigilosa afinidad. Ese ámbito de los insensatos soñadores en lo imposible. No obstante, no pensamos que el compromiso político, cualquiera que fuese, se reduzca a prohibir el “pidamos lo imposible”. La política juega en su extraña dialéctica con lo duramente real y lo absurdamente irreal. Quien no lo sabe -y esta parece una frase de Max Weber-, no puede conocer el verdadero sentido de lo real. Que es lo posible más lo inesperado, lo inesperado más lo trágico, lo trágico más la imaginación creadora.

Si esto no pudo ser, no es culpa de nadie, ni del gobierno real ni del gobierno utópico que es la sombra no manifiesta de todo gobierno real.  El gobierno es un Frente de alguna manera bifronte, tenía una idea humanista inelástica y un deseo de no quebrar el cuadro económico nacional elástico. Ocurrió al revés, había fracasado la posibilidad de que el propósito humanista no variase nunca a pesar de variar las exigencias de lo político y económico corporativo. Y las grandes fuerzas económicas con sus voceros mediáticos lo hicieran vacilar o retroceder en diversas ocasiones. Vicentin es el nombre de un aceite, pero también del modo aceitoso en que al gobierno se le fue diluyendo una voluntad primero enunciada con énfasis, de intervenir una empresa tan fallida como fraudulenta, e incidir en los primeros pasos de un control del comercio exterior. No lo decimos de malditos, el fiel de la balanza nos mira fijo y nos pide rigor en el movimiento de los platillos.

Con dos pancitos

Hay en esta guerra de posiciones, situados belicosamente ante el gobierno, un entero gabinete exclusivo y semi-secreto de empresarios globalizados. Bancos trasnacionales, especialistas en volcar el aparato legal para punir cualquier proyecto social igualitarista y emplear las comunicaciones y plataformas informáticas para vigilar y obstaculizar, para escarmentar y desacreditar a los representantes políticos que no entran en sus radares. Como no desprecian ni las más deliberadas fantasías kitsch, han elaborado un guion general de procedimiento, cuanto más ahistórico mejor, donde el gobierno llenaría “sin querer queriendo” una suerte de casillero “bolchevique”, acusación sumamente movediza que califica desde la actuación nocturnal del gobierno en los baldíos Guernica, hasta la compra de la vacuna rusa. Aquí aparecía todo servido, si hasta hubieran sido capaces de decir que el Instituto Gamaleya lo dirige un tal Gagarin, Vladimir Ilich Gagarin.

En todos estos hechos, los poderes que se imantan a sí mismos con el gobierno invisible pero real del país, que si en la Casa Rosada hay gente que no los escucha bien o por completo, ya ven ahí ilegalidad y corrupción, decidieron percibir en la “vacuna rusa” la sombra de Bakunin o de Stalin, la de Trotsky o la del sargento Antonov que tomó el palacio de invierno en 1917. Uno calcula que la mayoría de la población del país, medianamente informada (aunque siempre aparecen encuestas sobre “porcentajes de desconocimiento” de tal o cual cosa o personaje, y el país parecería un desierto de incomprensión de verosimilitudes históricas), no creería en estas fabulaciones echadas a correr con todo tipo de artimañas periodísticas. ¿Pero es así? A veces nos hacen suponer que los medios más corporativos imaginan que en el subsuelo de toda nación hay un pantano profundo, donde chapoteando en el barro maloliente, se revuelven ciudadanos sin saber dónde aplicar su rabia y barras bravas dispuestos a incendiar una tribuna (o dos) si pierde su equipo.

Material amorfo, inflamable. Tras las hirsutas barbas del marxismo, se mueven esas sombras -dicen, hipotetizan, se ríen-, que quieren mimetizarse con el buen pueblo que rema en el barro cotidiano. Con este primitivismo argumental para cuya elaboración a veces hay que ser sutil, se mueve un esquema general de interpretación premasticada de los grandes medios para producir un encarcelamiento moral y una asfixia simbólica a una población que mayoritariamente los encuestadores más expuestos declaran “desinformada”. Conclusión: está Rusia, “la tenemos adentro”, hay propósito maligno, una vindicta embozada que hay que descubrir, incluso hacen viajar el verdadero virus en una bondadosa vacuna. ¡Saquemos de vuelta a la doctora Carrió, que no olvide sus mejores actuaciones! Adicionalmente, este esquema de la vacuna Sputnik, parece lanzado sobre la Argentina por un fantasma embalsamado, de profesión envenenador, ataviado de Lenin, fantasía que a pesar de su estupidez ramplona, sirve para el test que semanalmente preparan para el Presidente, cuya paciencia es admirable. ¿Qué piensa de la Propiedad Privada? Sí. No. Tache lo que no corresponda. ¿Qué piensa del bolchevique Putin conquistando la Argentina? Malo, Regular, Bueno. Tache lo que no corresponda. ¿Qué piensa de la azafata de Aerolíneas Argentinas que lloró de emoción cuando aterrizó el avión con las vacunas, proveniente ni más ni menos que de Moscú? ¿Es comunista? Si o no. Tache lo que no corresponda. ¿Y a Xi Jin Ping no lo ve como un campesino iletrado disfrazado de empresario comunista? Si-No. Tache lo que no corresponda. Tache. Tache. Táchese.

¿Pan francés o pebete?

Además de herir la inteligencia del Presidente, cuyas posiciones son conocidas, estas acciones infatigables buscan herir algo más sustancial. La relación del Presidente con Cristina, que efectivamente, de cierto, piensan ambos casi de modo parecido sobre todos estos problemas, aunque no hablan de modo parecido sobre ellos ni parecen calcular similares usos del “tempo” expresivo. Pero las agresiones que trabajan por la escisión entre dos personas, provienen del macizo central de operaciones a favor de una Argentina escuálida, que sea convertida en un Sitio Web con 44 millones de visitantes, o en una República de Vaca Muerta, un país que todavía debe pedir perdón a los niños malvineros por haberles impedido gozar el paisaje por aquellas acciones de guerra por las que todavía penamos, y que debe sentir que el coqueteo con el Fondo Monetario es un partido de tenis amistoso, pues en algún momento deberá aceptarse que ese es el poder mundial que nos tocó en suerte, es nuestro supervisor desde hace más de medio siglo, ¿hay algún loco que pretenda cambiarlo con reorientaciones de la aguja geopolítica? Vacunas de las estepas a tantos grados bajo cero, el relojeo incesante de cómo puede resultar un incremento del comercio exterior con China. Por Dios. ¡Doctor Mitre, intervenga con sus tropas! Ya voy, desfiguro rápido esta terza rima del Dante, y doy la orden de desalojo del hangar subversivo de Aerolíneas.

Una concepción que es apoyada por el sector más tozudo e indiferente, realmente entorpecido de la población, muestra una preferencia para creer en generalizaciones fantasmagóricas. A tanto se dirige la prédica de la sospecha comunista. La pelada de Lenin detrás de la pelada del ministro Guzmán. De la mano del mensaje securitista, presentan la descripción de la pobreza como un fenómeno natural o una naturaleza inmutable producto de la vagancia. Le agregan el redireccionamiento de la floración de magos ocultistas y pronosticadores de todo tipo de enseñamientos, hacia y contra el gobierno nacional y hacia y contra un nuevo blanco selecto: el instituto Gamaleya, al que pintan, sin decirlo directamente, como un reducto pavloviano que inyecta un look tardocomunista en los cuerpitos de los ancianos argentinos, entre los que me incluyo. Todo esto contribuye a generar una población de pasiones inestables, sin encaladuras en un proceso popular. En cambio, es notorio que cualquier vida política que se imagine que debe pensar en una población enraizada, en tanto recurso a su propia historicidad, todo lo quebradiza que se quiera, debe ensoñar una democracia que promueva formas comunitarias que a su vez no vulneren el despliegue de autonomías personales, a pesar de la ruina de vínculos espontáneos provocada por el individualismo posesivo.          

Gutiérrez Solana, Cabezas y caretas

¿Recién horneado? ¿Recién salido de la lancha pesquera?

La política es un tono escogido entre un profuso conjunto de notas, donde pueda haber un Ravel o un Stravinski. Y la disputa es sobre los tonos, así como la elección de tonos depende muchas veces de cómo se miden las posibilidades de los enemigos de la reconstitución de un país argentino, igualitario y culturalmente imaginativo. Es sabido que los tonos de (Alberto) Fernández y Cristina (Fernández) son diversos y en todo caso, portadores de soluciones diversas para que el país salga del marasmo en medio de un mundo embravecido, que hace más salvaje al capitalismo e instala guerras comerciales allí donde se tratan los problemas de la salud mundial. Cada cuerpo sano o enfermo es portador de una inaudita especie de plusvalía, sus años de vida en términos de expectativa, su utilidad en la rueda digital de la producción, es juzgada por el Gran Laboratorio de lo Humano. ¿Dónde está? No lo sabemos, pero su alojamiento es el lenguaje, el bla-bla cotidiano que nosotros hablamos y aquel con que nos hablan desde la “gnosis publicitaria” que nos deja un minuto ser felices mirando la adaptabilidad del Nuevo Toyota, aunque mañana queramos llorar y pasado mañana nos neguemos a comer yogurt.

Está suficientemente comprobado que aunque estas diferencias entre Presidente y Vicepresidenta importan y sean la causa de agitación de las respectivas capillas que se organizan en torno a lo que la política siempre tuvo de confidencia, secreto, conspiración, etc., lo que vale como consideración más profunda es que estamos ante una situación nueva. Estadísticas de fallecimientos mundiales y geopolítica se entrelazan en una coreografía sádica, barnizada de términos científicos. Hay diferencias porque nunca una Institución consigue amoldar en sí misma todas las pasiones en juego. Y aquí menos, porque estará siempre en danza lo que le donó cada uno al otro y qué importancia contenía cada segmento de la donación, con su consiguiente eco en el tiempo y las decisiones más reposadas o más osadas. “Tengo opinión formada”. Eso es hablar doctoralmente. Pero yo no la expandiré aquí. Probablemente esta situación de acuerdos sobre un verdadero abismo, seguirá así, no coarta la libertad del Presidente para expresar sus emblemas de prudencia, ni el repentismo englobante de Cristina para superar los demasiados límites y horizontes de angosturas, con la coloratura grisácea y de mediocridad que en general tiene la política.

No solo la que se hace fuera y ajena al gobierno. Lo que llamamos tonos, se refiere al problema de las condiciones de posibilidad que cada político ve como constitutivo de su lenguaje y decisiones. Si el enemigo se planta enérgico sobre sus poderes, una posibilidad posibilista es adecuarse a ese impedimento y declarar a los que “piden más” como irresponsables o genios perversos de la infantilidad a cuadros. Si como dicta la historia del voluntarismo (que es difícil, a veces inadecuado, pero promulga en su momento frases célebres como “el imperialismo es un tigre de papel”), entonces se yergue la posibilidad imposibilista, que comienza desplegando deseos, y porque no utopías, sobre los cuales vendrán o no las planificaciones posibles.

Entonces, en un raro acto público, que se recordará por su escenografía, un estadio de tribunas vacías, ministros con medio rostro a la vista, sillas separadas por reglamentos de época, ausencia de entusiasmo cívico, sin bombos ni canciones, Cristina invita a pensar la raíz profunda de lo que ocurre. Hay una memoria anterior, donde su apellido tiene mucho que ver, que se elige considerar como preponderante respecto a la alianza que se hizo para llegar al gobierno, que no se desprecia, ni se quiere derruir, pues, al contrario, es seguro que va a reiterarse para las próximas elecciones y aún más allá. Cristina tiene un pensamiento diacrónico, le interesan los trayectos anteriores recorridos. Alberto es más sincrónico, las tensiones del presente lo absorben en forma dominante y lo que dijo en el inmediato pasado tiene un peso volátil. Para la filosofía del siglo XX, el presente juzgando el pasado o el pasado juzgando el presente, fue siempre una complementariedad. Para la vida política es un problema, pues quienes se alojaron en esa cruz del tiempo, tienen la fe de que de esta tensión surge un gran debate y las novedades palpables para la vida pública, la cultura nacional y los compromisos profesionales o políticos que fueren. La prueba de que hay mucho escrito sobre este tipo de gobiernos, pero también muchas hojas en blanco, nos la da la virtuosa actuación respecto al asilo de Evo Morales, cuestión fundamental para que Bolivia vuelva a su cauce de profundizar su vida nacional y pluricultural democrática, su Estado de raíz socializante. La otra cara tornasolada de esta situación gubernamental, que es la que tiene la medalla boliviana en una solapa, es la otra, donde hay sombras nada más.

Son las vaguedades en la actuación ante el Grupo de Lima. ¿Es bueno moverse en la ambigüedad? No está demás obligarse a examinar con más atención la situación Latinoamericana, sin temores, sin resguardo de una corrección que festejaría la burocracia de la OEA. Han ocurrido hechos graves en Paraguay con dos niñas argentinas desaparecidas. El gobierno de la misma nacionalidad que esas niñas, no puede quedar al margen de averiguar, divulgar, esclarecer, situarse en el corazón de la defensa de los derechos humanos, expresión cuya fuerza no ha cesado en nuestro país. Es recomendable, en general, que un acto diáfano no sea seguido por un cálculo de gabinete, como diciendo que de las audacias también hay que saber replegarse. ¿No lo dicen todos los manuales de estrategia? Si es que hay que leerlos…  Hay símbolos sueltos en el aire. No hay que dejarlos escapar. Nutren la historia sin desmerecer la idea de que se actúa en los bordes de una situación regional y mundial escabrosa. Sobre todo ahora, donde el gobierno es impulsor nato de la ley tan reclamada de interrupción voluntaria del embarazo. Tiene que estar allí donde está ese reclamo de las nuevas masas juveniles feministas, y en la oscuridad de la selva donde hay crímenes de jóvenes muchachas, con el argumento o el pretexto que sea.

Todo fresquito, de primera

El Estadio Único de La Plata arrojaba sus reflejos. De la unicidad en la pluralidad, se fue a un estado de tensión binaria. El presidente queda sorprendido. Si conocía ese fraseo de Cristina y conocía lo que se iba a decir, igual se sorprende. Los dichos de la Vicepresidenta reencaminaban el régimen de concesiones deseables o indeseables, y aun envueltas en nebulosas diversas, como la cuestión de precios, salarios y tarifas, la oscura maleza que crean los ámbitos de las obras sociales que refuerzan la desigualdad de trato en la cuestión de la salud. No existe gobierno que no tenga tensiones internas ni tensión interna que no pueda ser sometida a gobierno. Esta tuvo su origen en un liderazgo que no “alcanzaba” y en la porción que se exigía para “alcanzar”, se sumaban los políticos necesarios, pero que no gozaban de carisma o no tenían su vida colmada de votos. No es agradable lo que voy a decir, pero hay un lenguaje político que se dedica a aspirar a “llegar”, a “estar”, a “acumular” y frases aún mucho más vulgares que no diremos aquí. O que no creían o no les interesaba verse en el interior de leyendas que solicitan tanto la alegría, la satisfacción, como el enojo. El ascenso y caída, la sal de la historia. El balance del gobierno, el anuario en el que estamos pensando, es en el fondo una reflexión sobre cómo perdurar -porque debe perdurar -, esta coalición de estilos que no está exenta de sigilosas ofensas o de sentir frecuentemente que el estómago croa y croa, por el frío animalito saltarín que fue necesario deglutir. Ahora, que está claro que hablamos sin información especial, sin ninguna pretensión efectista, ni para incidir en ninguna interna, diría que, si verdaderamente hiciésemos el balance con el balancín del farmacéutico en su trastienda, o la ruda balanza de la pescadería, de cualquier modo puede decirse que lo de Vicentin fue un retroceso que bien pudo no haber sucedido. Darle un destino Público y eficiente a una cerealera endeudada y tramposa, no le fue fácil a un gobierno que a simple vista tenía poderes para ejercer un acto de justicia social y económica. No se puede abandonar el análisis de estos eventos, aunque la tendencia natural del ser político, cómodamente estoico, es “dejar pasar”. “Otra vez será”. No soy amigo de consignas al paso, pero en este caso es adecuado decir “no olvidar Vicentin”.

Veamos ahora los tentáculos del Órgano Central de Poder. No tiene sede fija ni horario de reuniones, hay algunas siglas sueltas y palabras que son tachuelas sobre el Telgopor, se saben cuáles. AEA, Techint, Financieras, Mercado Libre, el ex diario de los Mitre, la Corte, los Supremos editorialistas de la prensa en operaciones, los laicos arzobispos in partibus de la fuga de capitales, misas nocturnas y diurnas hechas de contado con liqui, a las que entraban como si fueran bacanales, la Segunda Cepa de los Honorables jueces de cualquier instancia. Me quedo corto. Cuentan con apoyo social en lugares específicos, pero nos engañaríamos si mencionamos solo la Recoleta o Coronel Díaz y Santa Fe. La manifestación en la ciudad de Avellaneda, en Reconquista, Chaco, en apoyo al Aceitopolio a Don Glifosatín, supone un estadio no novedoso, pero siempre sorprendente de la conciencia social. Descendientes de campesinos de la inmigración se visten ahora con ropaje oligárquico, ya que es fácil imitarlos ahora, pues el terrateniente usa alpargatas y bombachas de campo, viendo ante sus propios ojos que así como se presenta, como recomendaba Güiraldes, vestido igual que la peonada, salvo algún destello de platería fina en el rebenque, se fusiona con el pueblo que lo apoya contra los expropiadores comunistas. El cabo Popoff de la quinta sección del Ejército Rojo se acercaba a la Tranquera leyendo unos poemas de Aleksandr Block, pero ante la eficaz defensa de la Policía Provincial, considerados apóstoles criollos del latifundismo, los bolches vuelven a sus madrigueras.

Este equívoco cuesta aclararlo. Lo que llamábamos pueblo argentino -es así, pues se constituye en tanto pueblo cuando hay un llamado-, es hoy un archipiélago de pensamientos mantecosos, a veces indescifrables, donde penetra fácil la endulcina de las derechas, las fábulas coaguladas de la cizaña fascistoide, la necesidad de convencerse en los sueños nocturnos que nada mejor que una policía infalible que invada terrenos yermos en las madrugadas. Defensa de la propiedad privada. Otra cuestión difícil que enfrenta el gobierno, que tiene un signo de desarrollo nacional, de custodia responsable de valores de la propiedad tanto privada como social, y es obligado a declarar ante un juez de primera instancia que no señor, que sí señor, que cómo no vamos a respetar la propiedad, no somos bolcheviques. ¿Y la vacuna soviética? No Su Señoría, es rusa, se llama Sputnik como un homenaje que ese pueblo le otorga a su historia científica reciente. Recuerde que al comenzar nosotros también dijimos que haríamos un gobierno con científicos. Y, así las cosas, las explicaciones obligan al gobierno a rozar una lengua culposa, que a veces le pasa raspando al prejuicio sobre las acciones minoritarias de las izquierdas, y como resultado de eso se mantiene a Berni en su puesto, vivito y coleando, dando órdenes mientras ofrece su mejor perfil para sus imágenes publicitarias.

Y no es que no se sepa de qué estopa está constituido el Poder Judicial. Alberto Fernández lo dejó muy claro en al acto de La Plata. No obstante, no debe dejar pasar la oportunidad de crear un ámbito de estudio sobre la cuestión de las Obras Sociales, cuya segmentación es hoy una de las graves deficiencias de la atención médica en la Argentina. Reformar el poder judicial implica reformar el sistema de obras sociales, todo lo cual lleva a una reforma del estado. Decir esto no debe asustar y provocar que comencemos a leer noticias sobre satélites habitables a diez mil años luz, pues estamos ante otras disyuntivas. O cambiamos hic et nunc, nuestras condiciones de vida y las instituciones que se cristalizan frente a ellas como insensibles burocracias, o no servirá entusiasmarse porque un laguito descubierto en otra galaxia garantiza que habría vida, aire respirable, futuras playas y fabricantes de refresco. Ese planeta desconocido, con brisas marinas parecidas al nuestro, existe, pero es éste, está acá, el que ya habitamos nosotros. Aquí está Rodas, aquí debemos saltar, no imaginar que actuamos para protegernos y solo para protegernos. Protegerse, verdaderamente, es un acto que nos involucra inevitablemente con el sustento de los otros, los demás, los que no somos nosotros, el que no soy yo. Protegerse es exponerse. 

¡Entonces deme tres kilos!

En mi balance, pongo mercadería en el platillo desfavorable (lo que el gobierno no pudo o no quiso) y del otro lado de la balanza haría falta poner varios kilos de comprensivos pejerreyes para compensar el desequilibrio. La permanencia de Berni no parece endeble y no parece demasiado expuesto a un juicio sobre su funcionamiento ¿Es la interpretación del gobierno que allí hay votos de derecha que no se pueden desdeñar, que sin embargo vota a un gobierno que ha subvencionado a los desamparados, ha hecho esfuerzos notables para que no caigan las pequeñas empresas, ha terminado de construir hospitales, ha respetado instituciones y personas, ha tenido que escuchar y construir en común con los llamados “progresismos”, que proliferan por doquier… y pusieran a hablar al gobierno la lengua despenalizadora del aborto e incluso el lenguaje inclusivo. ¿Y precisa a uno que nos grite subordinación y valor, palabras que no son del acervo que corresponde a la denominada cuestión de la seguridad pública? No lo puedo creer. Hay un nudo a resolver ahí. Las agrupaciones sociales, las pequeñas empresas argentinas, tienen fuertes, encumbrados y prestigiosos movimientos progresistas y reivindicativos. En su mayoría apoyan al gobierno y el gobierno los apoya. Y en la primera fila de la movilización hoy existen feminismos diversos, organismos de derechos humanos, un clima favorable en sectores de la sociedad que advierten con desaprobación el desparpajo golpista del ocultismo y los partidarios de Nostradamus que “niegan la ciencia” y critican el “despotismo médico”. Todo es difícil, el argumento contra los manosantas y trascendentalistas en la soledad de su Ego, no puede ser un berreta cientificismo ni un racionalismo seco, salido recién de Cinc- a-sec. De una probeta o un lavaplatos. Hay que crear un nuevo registro social de ideas colectivas, ni cientificismo ni el misticismo de los-últimos-días.

El gobierno actúa dando pasos de felpa. Un impuesto menor y excepcional a la riqueza es rechazado por los Guardias Blancos como si lo exigieran los marineros del Potemkin. Y a veces parece que los diputados del gobierno, que no tiene mayoría en la cámara, deben explicar laboriosamente que no pertenecen a la URSS, sino al Frente de Todos. Ciertamente, el Frente de Todos existe y es episódico, etéreo, pero necesario, La URSS ya no existe más, pero en la historia contemporánea no es un episodio etéreo y su complejidad, hoy en manos de historiadores y especialistas, y desde luego en memoriosos, no deja entrever innecesariedad, sino un rasgo de dramatismo especial en la historia del siglo XX. ¿Pero se puede hablar así hoy en la Argentina, se pueden escribir estas frases que escribo, no hay algo así como un torniquete algorítmico que ocluye nuestras conciencias y nuestros lenguajes que les impide soltarse a su mejor entender?

Estamos ante una sociedad, que, descontando sus resistentes, sus hombres y mujeres, numerosísimos que portan su lucidez y no la abandonan por los sinuosos caminos del mundo, está demasiado tallada por las callosidades de un miedo de derecha -el miedo en general lo es-, buscando culpables en la pobreza provocada por los verdaderos culpables, que pasan a ser vistos como políticos exentos de las hendiduras que pudre a la historia, a toda historia. Se les admite que digan que hay que presentar certificado de pobre para ir a la escuela pública, demostrando que su clasismo es un hueso duro de roer. Lo presentan como un resguardo de las vacantes de los niños pobres, pero es la mayor compartimentación y segmentación social, basada en prejuicios del racionalismo neoliberal tecnocrático, nunca expuesto con tanta crudeza en toda la historia de la educación argentina. En realidad, no hay balance posible, no somos contadores públicos ni calculistas de estructuras. Pero si algo de eso hubiera, es necesario poner más pejerreyes del lado izquierdo de la historia, y el otro platillo, que quede vibrando en su desconcierto financiero al descubrir que sus pesas eran pelotitas de papel, gruñidos infantiles de hombres grandes, adocenados, que creen que la longevidad y tener “un gran diario a sus espaldas”, les da el derecho entre risitas para acuñar palabras como infectadura, que miente dos veces.  Al juzgar al gobierno y al decir que desea proteger vidas, porque así, ji, ji, ji, las envía con más probabilidades a la muerte.

Y la yapa

El gobierno se dejó ganar posiciones que eran legítimamente suyas; quizás sobrevaloró las fuerzas del bloque orgánico de las logias financieras, jurídicas y sus togados editorialistas. Y aunque sea así, quizás falte explorar la hendidura que les arranque con superior elegancia la máscara pringosa de “modernismo ultramontano”, digamos así, que se exhibe como propio de una vida liberal, de una coalición de especuladores que se presentan como hijos del libre mercado o de Mercado Libre. Son literales. Cuando se llaman a sí mismos, en un descuido sin excedentes, se ponen el nombre que les corresponde. El gobierno mismo debe estudiar más profundamente cómo se configuraron estas ligas de poderes inmutables, que tienen apoyo popular. No puede eximirse fácilmente, ante la crítica de “izquierdistas”, diciendo simplemente que no son de izquierda. Sabemos que no lo son, pero golpearse el pecho compungido para negarlo, puede confundirse con dos cosas. Una, con desmerecer los recovecos más hondos de la historia contemporánea, ver una ajenidad en aquello que no nos es ajeno. Otra, con no asumir la efectiva veta de la que provenimos, que nos equivocaríamos si no la consideramos tema de un debate eminente, antes que una cuestión ya enhebrada tal como se pondría un parche de cuero en los codos del saco, para protegerlo y evitar desgastes. Más bien, la vida en general y la vida política, lo que nos indica es el camino de una desprotección con sentido y de un degaste inevitable, que termina siendo el posterior capítulo de un aprendizaje.

Los cobiles callejeros son excelentes confesionarios

 Estos nuevos focos de poder Finanzo-Jurídicos, no estudian, pero intuyen que deben acusar de ser de izquierda rabiosa todos los intentos por modificar la balanza inclinada graciosamente hacia la vida truncada que ofrecen las corporaciones. Estudiar mejor estos resortes morales y espirituales es indispensable. Las derechas acusan al gobierno de prorrogar abrazos y evitar la concurrencia familiar a los funerales del abuelo. Agamben, ingenuo, tenía razón, con su pensamiento anarco-teológico. Pero sus conclusiones eran aprovechadas por una derecha milenarista y perdida en su nube escatológica. De algún modo consiguieron abrir los cuidados de la pandemia antes de tiempo. La vacuna es neutral científicamente. Pero un resabio geopolítico agita el alma, pues como decía Maradona, vacunar tiene enormes y múltiples significados. En esencia, es dejarse tocar por el otro, tanto por la ciencia como por la historia, tanto por la investigación como por la intuición. Pero sus procedimientos, itinerarios, protocolos de aplicación, todo ello tiene que ser explicado como un nuevo compromiso comunitario y una promesa renovada. Pues cuando hay dudas entre ir para atrás o ir para adelante, es evidente que no hay que dejarse convencer por los grados de astucia o los basamentos de realismo político que cada uno desee exhibir de sus largas carreras políticas. No las hay ante tanta incertidumbre y desafíos. ¿Alguien puede hablar de tener una carrera política en estas circunstancias que atravesamos? Lo que hay son ideas nuevas que debe dejarse que goteen lentamente, pero esa lentitud ocasional debe escucharse a viva voz. Cuidado con las carreras, el abismo está siempre a un paso.

https://lateclaenerevista.com/el-gobierno-en-la-balanza-notas-para-un-balance-segun-kilogramos-por-horacio-gonzalez/

En Argentina

➡️ Total de casos confirmados → 1.563.865
➡️ Total de fallecidos → 42.314
➡️ Nuevos casos en las últimas 24 hs. → 8.586
➡️ Pacientes recuperados → 1.385.322
➡️ Pacientes activos → 137.274

Fuente: Ministerio de Salud. Último informe oficial.

En el mundo

▪️ Total de casos confirmados → 78.623.727
▪️ Total de fallecidos → 1.729.166
▪️ Nuevos casos en las últimas 24 hs. → 623.238
▪️ Pacientes recuperados → 44.245.956

Fuente: Organización Mundial de la salud, vía Johns Hopkins University Última información oficial.

(RedAcción)

A pesar del llamado de las autoridades a mantener los cuidados frente a la pandemia de la covid-19, miles de jóvenes participaron durante la madrugada de fiestas clandestinas para celebrar el Año Nuevo. En casas, quintas, plazas y calles se replicaron encuentros donde el común denominador fue no sólo la juventud sino la falta de cuidado para evitar contagios en medio de una pandemia que, a pesar de la aparición de las vacunas, aún está lejos de terminar. La foto fue la misma en casi todos los lugares donde se desarticularon las reuniones: jóvenes sin distanciamiento social y sin tapabocas, o con los tapabocas en los bolsillos, siendo desalojados. Como una película en loop, la escena se repitió en Mar del Plata, Pinamar, Villa Gesell, La Plata, la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, y en numerosas ciudades del país. Todo en medio del llamado del presidente a extremar los cuidados ante el rebrote de contagios.

La Ciudad de Buenos Aires también acusa un fuerte aumento de casos. El último día del año marcó una cifra de 2146 contagios, casi 500 más respecto de los 1688 los registrados el 30 de diciembre. Las autoridades reportaron 1405 casos positivos entre residentes y 741 entre no residentes, lo que totaliza 2146. A estos se suman diez decesos, siete de ellos de residentes.

En Mar del Plata, el 2021 se recibió a puro festejo: se registraron más de 70 denuncias por fiestas clandestinas y a partir de los controles que coordinó durante la madrugada de Año Nuevo el intendente Guillermo Montenegro junto a la Policía de la Provincia de Buenos Aires se pudieron desarticular veinte eventos de estas características.

Según los informes oficiales, más de 1200 personas fueron detectadas participando en estas actividades ilegales. Pero de todas las intervenciones que formaron parte de los operativos, el acontecimiento que despertó mayor atención fue el que se gestó en Daprotis y la Costa, donde fueron retirados más de 600 participantes.

En Constitución, en la zona norte de “La Feliz”, la Secretaría de Seguridad que dirige Horacio García también detectó una fiesta con una masividad significativa: había 300 personas, todas ellas menores de edad. Otros puntos donde se desarticularon reuniones fue en Lijo López al 7800, con 70 personas; Alvear al 3800, con 60 personas; Estrada y Pirán, con 140 personas; Chubut al 2600, con 50 personas; Kraguievich al 5800, con 65 personas y Derqui 651, con 45 personas.

Entendemos muy bien que fue un año difícil y que quieren divertirse, pero en la ilegalidad no se respetan los protocolos y se ponen en riesgo la salud, el trabajo y la seguridad de los marplatenses. Disfrutemos de nuestra ciudad pero sigamos cuidándonos”, pidió a la comunidad el intendente Montenegro, tras conocerse el saldo de los operativos.

García, de todos modos, destaca que en las principales zonas de concentración de la ciudad como playa Varese, playa Grande y el corredor norte --que abarca desde La Perla hasta Constitución-- no se advirtió un “descontrol”. “Fue una noche masiva pero ordenada. La gente primero recibió a regañadientes las indicaciones para usar tapabocas y cumplir con el distanciamiento pero después se fue acomodando. Todos acataron lo que se pidió. Rescato también que no hubo mucho alcohol y que tampoco presenciamos ninguna pelea”, dije a Página/12 el secretario de Seguridad de Mar del Plata.

La intensa actividad nocturna y sin ningún tipo de control que se acusó en las primeras horas del nuevo año no sorprendió a los funcionarios marplatenses. A pesar de los pedidos de concientización y las reiteradas advertencias por el riesgo de contagio de coronavirus, las juntadas proliferaron con la llegada de diciembre: en todo el mes, la Municipalidad recibió unas 600 denuncias y desactivó más de 180 fiestas clandestinas.

La escalada de eventos está en sintonía con el sensible aumento de casos de covid-19 que sostuvo en el cierre del 2020 General Pueyrredon: a la fecha, el distrito acumula más de 2400 personas bajo tratamiento y volvió a convertirse en uno de los principales focos de preocupación para el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires.

El jueves, incluso, el Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentino (Sisa) actualizó el reporte para la ciudad con 285 nuevas infecciones, el registro más alto de los últimos 71 días, que inexorablemente retrotrae la mirada hasta septiembre, el mes donde el virus castigó con mayor vehemencia a la ciudad y donde el sistema sanitario acusó el punto de mayor estrés.

Si bien las autoridades entienden que la causa más evidente de esta tendencia en alza está asociada al auge de la temporada y el mayor flujo de turistas que circula por “La Feliz” --hasta la primera quincena, la estadísticas oficiales daban cuenta de la llegada de más de 290 mil turistas--, también reconocen que las juntadas masivas que organizan los jóvenes son otro factor que incide fuertemente en la curva de infecciones, ante la falta de protocolos y de medidas de cuidado.

En el municipio llegaron a modificar el artículo 3 de la ordenanza 23.353, tras una iniciativa que se impulsó dentro del Concejo Deliberante, para endurecer las multas y aplicar sanciones de hasta un millón de pesos contra quienes organicen fiestas clandestinas, en un intento por desalentar su realización. Y a pesar de que el cambio en la normativa se encuentra vigente desde principios de noviembre, no se advierte un cambio de conducta.

No solo son responsables los que organizan estas fiestas porque si existe un DJ, un barman, un hombre que cobra y una persona que pone la casa pero no viene gente, entonces no hay fiesta. Los que van también tienen que asumir su responsabilidad porque si no parece una travesura. Muchas veces, cuando aparecen los inspectores municipales, los chicos llaman a sus padres para que los vengan a buscar. Es realmente llamativo. Hay que dimensionar que la responsabilidad individual es fundamental. No se puede poner un policía o un inspector al lado de cada persona”, apunta García.

A Montenegro, además, le preocupa el efecto que tiene la decisión de la gestión de Axel Kicillof de suspender la nocturnidad en la temporada. El intendente defiende a los empresarios del sector y considera que cualquier prohibición solo alimenta la ilegalidad, por lo que insiste en las gestiones para que se conceda un permiso de trabajo durante el verano. “Hay que jugar a favor de la noche legal: cuanto más legal y más requisitos le ponemos a los empresarios, más nos aseguramos que nuestros jóvenes van a estar en un ámbito cuidado y donde hay responsabilidades claras”, explicó, al respecto, el secretario de Seguridad.

Ella Juerga

 Yo sé que a algunos jóvenes les puede llamar la atención lo que es ‘clandestino’ pero hay que entender que en estas fiestas ilegales no hay ningún parámetro de seguridad, de cuestiones vinculadas a la emergencia, y tampoco sabemos qué están tomando, por lo que realmente termina siendo muy perjudicial. Muchas veces estas fiestas también desvirtúan lo que puede llegar a ser un simple festejo familiar”, advirtió el funcionario.

En la costa, la postal con jóvenes siendo desalojados de fiestas clandestinas o en festejos sin tapabocas ni distaciamiento social se replicó también en Pinamar y Villa Gesell, aunque en menor escala. El intendente de Pinamar, Martín Yerza, informó a través de su cuenta de Twitter que recibieron "cerca de 30 denuncias por ruidos molestos, 23 fueron resueltas conversando con los vecinos y en 7 domicilios se hicieron multas por persistencia. Se realizó 1 clausura en un balneario y un desalojo policial en un autocine que organizó una fiesta".

No obstante, con un fuerte cordón policial en los accesos a los principales balnearios para evitar el ingreso nocturno a la playa, y con los boliches bailables cerrados, al igual que en muchas otras ciudades del país, se vieron numerosos grupos de jóvenes copando las calles, festejando y compartiendo abrazos y bebidas alcohólicas sin el distanciamiento social que impone la pandemia.

Por su parte, el intendente defendió el fuerte operativo para impedir el amontonamiento en las playas y las clásicas juntadas con festejos bailables a la orilla del mar que los jóvenes organizan año tras año en la arena. Y sostuvo que que la medida, que también se aplicó en Villa Gesell, "se implementa desde hace dos años para evitar las batallas campales, y este año además para evitar grandes aglomeraciones de gente debido a la pandemia". "En Pinamar hay cerca de 300.000 personas. Realmente creemos que la noche en general estuvo ordenada y lamentablemente nunca faltan quienes rompen las normas de respeto y convivencia", acotó el funcionario de Juntos por el Cambio.

Uno de los puntos de concentración más calientes fue la Avenida Bunge, donde a metros de la rotonda de la Avenida del Mar se juntaron más de cien jóvenes, y algunos no tan jóvenes, a tomar y escuchar música hasta que fueron desalojados por agentes de la Bonaerense.

A 25 kilómetros, en Villa Gesell, también se registraron denuncias por fiestas clandestinas. Fuentes cercanas al intendente Gustavo Barrera (FdT) dijeron a Página/12 que "hubo pocas denuncias. Se tuvieron reportes de 3 o 4 fiestas clandestinas en casas, que se desarticularon. Encontramos una fiesta con 120 personas, pero cuando se llegó al lugar los jovenes se desconcentraron sin ningún problema. En los operativos sólo hubo dos aprehendidos".

Según el funcionario, "el lunes comunicamos la medida por la cual se prohibió el acceso a la playa durante la noche con el fin de evitar fiestas y como medida preventiva para evitar contagios. Una medida antipática pero que dio resultados positivos", explicó, y adelantó que, si bien se va a evaluar, posiblemente la medida se extienda durante toda la temporada de vacaciones.

"Se va a hacer un balance, pero la idea es continuar con la medida de no dejar pasar a la playa durante la noche. Somos uno de los distritos de la costa atlántica con el menor índice de contagio. Hasta el 10 de diciembre tuvimos cinco casos activos de covid-19, y se triplicó después del fin de semana largo. Pero aún así, no pasamos de los 30 casos activos", detalló, y remarcó que la semana que viene, para fortalecer el sistema de salud, "se inaugura en el acceso sur un nuevo centro de salud donde va a estar el hospital modular, al que van a ser derivados todos los casos que tengan que ver con el coronavirus".

También en La Plata los operativos de prevención y control de la pandemia desbarataron durante la madrugada varias fiestas clandestinas en viviendas particulares, y en plazas y calles. Las tareas fueron dispuestas por la Secretaría de Convivencia y Control Ciudadano, junto a agentes de la Secretaría de Seguridad, la Guardia Urbana, personal de la Policía de la Provincia y la Policía Federal.

De acuerdo a los datos oficiales, se recibieron 51 denuncias a través del 147 de Atención al Vecino, en las que se reportaron fiestas o ruidos molestos. En 15 casos la intervención de los agentes logró desalojar sin ninguna resistencia los eventos. Sin embargo, en otros 13 encuentros los asistentes debieron ser desalojados en forma conjunta con la Policía bonaerense y fuerzas federales. En los otros 23 llamados registrado las fuerzas de seguridad no lograron verificar la existencia fiestas o de ruidos molestos.

Se detectaron juntadas en calle 19 y 503; 52 y 31; 27 y 511; 19 y 63; Arana y 18 bis; 3 y 83 y en 25 y 58 donde se desarticularon encuentros con presencia de jóvenes que no respetaban las medidas de prevención dispuestas frente al coronavirus.

En la Ciudad de Buenos Aires, los jóvenes eligieron como puntos de encuentro las plazas y parques, de las que fueron desalojados durante la madrugada sin que se registraran incidentes, salvo algún que otro hecho puntual, según informaron desde el gobierno porteño. Las mayores concentraciones tuvieron lugar en Parque Chacabuco, Parque Saavedra, Plaza Arenales, Parque Avellaneda, y Plaza Monte, entre otras.

Los festejos porteños se dan en un contexto de suba de contagios de coronavirus en el AMBA, que disparó la alarma y motivó una cumbre esta semana entre el presidente Alberto Fernández, el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, y el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. En este contexto, el presidente Alberto Fernández dijo que que el Gobierno analiza la posibilidad de que las fuerzas de seguridad actúen para “disipar” aglomeraciones de personas con el objetivo de “prevenir los casos de coronavirus”.

En Santa Fe, las fuerzas de seguridad también debieron intervenir para desalojar varias fiestas. La más importante se desarrollaba en el denominado paraje El Chaquito, situado al norte de la capital de la provincia, donde agentes policiales interrumpieron una reunión en la que había más de 500 personas y no menos de 200 vehículos, en una playa.

(https://www.pagina12.com.ar/ )

El Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) informó que, a partir de este viernes, entró en vigencia la Prestación Básica Universal y Obligatoria (PBU) para servicios de telefonía móvil, fija, Internet y TV por cable.

Esta prestación se determinó a través del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 690/20, que fijó un servicio mínimo de 150 pesos para telefonía móvil.

El decreto tuvo como objetivo garantizar el derecho humano de acceso a las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) por cualquiera de sus plataformas, lo cual requirió de la fijación de reglas por parte del Estado para asegurar un uso equitativo, justo y a precios razonables.

Quiénes pueden acceder

Podrán optar por adherirse a la PBU las personas beneficiarias de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la Asignación por Embarazo, así como también sus hijos e hijas de entre 16 y 18 años, y miembros de su grupo familiar; beneficiarios y beneficiarias de Pensiones No Contributivas que perciban ingresos mensuales brutos no superiores a dos (2) salarios mínimos vitales y móviles.

El beneficio se extiende a clubes de barrio, asociaciones de bomberos voluntarios y entidades de bien público.

Los objetivos

La PBU "persigue el horizonte de la expansión de derechos establecidos por el Gobierno nacional como lineamiento general para asegurar que todos los argentinos y argentinas gocen de las mismas oportunidades", indicó el Ente.

"Desde el comienzo de su gestión, Enacom estableció que la comunicación es un derecho humano básico, y el acceso a las TIC, un servicio esencial para la construcción de ciudadanía", concluyó el comunicado.

El gobierno nacional invertirá más de $500 millones en la renovación, actualización y ampliación del equipamiento del Centro de Datos de la empresa estatal Arsat, para priorizar la creación de la Nube Pública Nacional en el marco del Plan Conectar, lanzado en septiembre pasado.

El director de Arsat, Facundo Leal, destacó a Télam que, "para que el Estado pueda ser más ágil, una de las necesidades es que su infraestructura tecnológica esté en constante evolución".

La directora de la empresa estatal Anabel Cisneros indicó a su vez que la nube pública "constituye una herramienta fundamental para llegar a consolidar soberanía sobre los datos de todo el pueblo argentino".

La Secretaría de Innovación, dependiente de Jefatura de Gabinete, autorizó la transferencia a Arsat de $509.422.861, de acuerdo con la Resolución 720/2020.

"Con la inversión anunciada se mantendrán los recursos suficientes en cuanto a cómputo, conectividad y almacenamiento de datos, para disponibilizarlos a través de una nueva nube pública autogestionada y automatizable, basada en tecnología de orquestación y virtualización", explicó Cisneros.

Agregó que la nube está "pensada para dar solución a los requerimientos de diferentes áreas y dependencias de la Administración pública Nacional", a partir del concepto de que "un Estado digitalizado es, sin dudas, más eficiente":

Leal precisó que el Centro Nacional de Datos de Arsat estableció como objetivo estratégico para 2021 el despliegue de la nueva Nube Pública basada en tecnologías de orquestación Opensource o código abierto.

La plataforma, añadió, "desplegará infraestructura y servicio de manera rápida y ágil", al tiempo que permitirá a la empresa "ofrecer y comercializar servicios de IaaS (Infraestructure as a Service) de una forma moderna, abordando el modelo de gestión que utilizan grandes proveedores de nube en el mundo".

"Uno de los pedidos del presidente Alberto Fernández es asegurar la soberanía tecnológica de la Argentina", recordó la secretaria de Innovación Pública, Micaela Sánchez Malcom, al anunciar la transferencia de recursos.

Agregó que "renovar el equipamiento y crear la Nube Pública Nacional es uno de los primeros pasos para lograrlo, a la vez que reforzamos la seguridad de los datos".

Por su parte, Martín Olmos, subsecretario de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, puntualizó que actualmente el 20% de los clientes del centro nacional de datos pertenecen al sector privado, mientras que el 80% corresponden a sector público.

"Entre los principales clientes públicos se encuentran la Anses, la Secretaría de Innovación Pública, el Banco Central y el Indec, entre otros", agregó.

El Plan Conectar 2020-2023

El Plan Conectar 2020-2023 tiene como objetivo potenciar la universalización del acceso a los servicios de tecnologías de la información y las comunicaciones y a las conexiones de banda ancha de última generación, para lo cual prevé mejoras en la red federal de Fibra Óptica (ReFeFO), impulsar la política satelital, poner en valor la Televisión Digital Abierta (TDA) y modernizar el Centro Nacional de Datos de Arsat.

Este último objetivo prevé la adquisición y mejora de equipos de almacenamiento, servidores, redes, backup y software para ampliar la capacidad de brindar servicios 'cloud'.

Se actualizarán además los sistemas, las baterías y los grupos electrógenos, para asegurar el funcionamiento las 24 horas todos los días del año, indicaron desde Innovación Pública.

La Secretaría realizará una inversión total de $37.900 millones en los próximos tres años, precisaron.

El plan será ejecutado por Arsat por medio de financiamiento externo acordado con organismos multilaterales de crédito y a través de recursos propios de la Secretaría de Innovación Pública.

(https://www.telam.com.ar/ )

La política económica de 2021 estará guiada por cuatro objetivos prioritarios, en un contexto todavía muy incierto por la evolución de la pandemia. La generación en el país de una segunda ola de contagios parece un hecho, lo que obliga al Gobierno a empezar a diseñar un nuevo operativo de rescate por si el coronavirus impone otra vez el cierre de actividades.

El avance de la campaña de vacunación será fundamental también en este aspecto, el económico. Mientras antes se logre controlar a la covid-19 más rápida será la recuperación. Los sectores políticos y mediáticos que operan contra la vacuna son los mismos que alentaban la devaluación. En este caso podía primar el interés económico de grupos concentrados, pero elegir la salud pública para fomentar la grieta lleva las estrategias de desestabilización a otro terreno, aún más delicado.

Si comunica solo con la mente...

 El Gobierno tiene como hoja de ruta para este año avanzar en cuatro aspectos, que son también el norte del Frente de Todos en su concepción económica: equidad distributiva, industrialización, desdolarización y autoabastecimiento energético. Son caminos hacia el desarrollo, pero también un desafío de coyuntura para empezar a generar una recuperación económica más sólida, más allá del rebote que se observa desde el profundo subsuelo de abril, cuando la pandemia provocó el “gran apagón global”, como se ha denominado internacionalmente a la crisis del coronavirus.

En la Argentina, el PIB de 2020 anotará una caída del 10,1 por ciento, la segunda más grave desde el 10,9 de 2002, de acuerdo a la última estimación de la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo (FIDE). Mercedes Marcó del Pont, titular de la AFIP, es presidenta del consejo directivo de esa usina del pensamiento heterodoxo.

Según estimaciones de organismos internacionales –dice FIDE en esa presentación- el PIB mundial de 2020 tendrá una contracción de al menos 4,4 por ciento, haciendo que la baja de la producción sea solo comparable con la crisis de 1930. En América latina, el PIB anotaría un desplome del 8,1 por ciento.

Desde la perspectiva de 2021, una caída tan fuerte deja una base de comparación para la actividad muy baja. Producto de ello creemos que, aun en un escenario de mínima, el año se ubicará en terreno positivo”, explica FIDE. “Nuestro escenario base considera una recuperación económica del 5,6 por ciento, con crecimiento a partir del primer trimestre, que se acelerará con fuerza en el segundo”. Si se evitan nuevas medidas restrictivas, porque se domina la pandemia, en la segunda mitad del año el crecimiento podría ser mucho mayor, completa.

Sin embargo, para que eso sea posible no solo es preciso que el coronavirus no vuelva a forzar el cierre de actividades, sino que también es indispensable sortear las presiones que existen dentro del Fondo Monetario Internacional para que la Argentina adopte medidas de ajuste estructural.

Varios países de Europa, con Alemania y Holanda en primer lugar, Japón y técnicos del staff del FMI reclaman a la conducción del organismo, a cargo de Kristalina Georgieva, que imponga al gobierno de Alberto Fernández requerimientos de consolidación fiscal que ahogarían las posibilidades de estímulo para la reactivación.

Según consta en los estatutos del propio FMI, el Acuerdo de Facilidades Extendidas que negocia la Argentina está destinado a ‘corregir las debilidades estructurales’ e ‘implementar reformas que apunten a reducir las vulnerabilidades de mediano y largo plazo’. Es decir, las recetas ortodoxas que el Fondo nos tiene acostumbrados: déficit cero, privatizaciones, reforma jubilatoria y desregulación cambiaria”, advierte FIDE.

El Acuerdo de Facilidades Extendidas es el que tuvo la Argentina durante los años 2000, Grecia a partir de 2012, el que firmó Ecuador recientemente y que tienen otros ocho países bajo programas de asistencia financiera con el FMI”, recuerda, para señalar los riesgos que puede traer la negociación.

Alejandro Vanoli, ex presidente del Banco Central, también alertó sobre el punto. Elaboró un informe donde expone que cada vez que el país siguió el camino del ajuste, el déficit fiscal en lugar de bajar, subió, y la que se achicó fue la economía.

Toma como ejemplo tres ciclos de gestión neoliberal. El primero, entre 1978 y 1981, con Martínez de Hoz, desembocó en un alza del déficit presupuestario de 3,23 puntos del PIB en esos años a 4,10 puntos entre 1981 y 1982, en tanto que la economía pasó de bajar 0,38 por ciento a una dura recesión de 4,30 puntos.

El segundo ciclo, entre 1998 y 2001, llevó el rojo fiscal de 0,35 hasta 0,95 puntos del PIB en 2001 y 2002, mientras la economía agudizó su derrumbe de 1,2 a 7,65 por ciento.

El tercer ciclo, con el gobierno de Cambiemos, sí logró disminuir el déficit fiscal, de 2,68 por ciento entre 2016 y 2017 a 1,38 por ciento en 2018 y 2019, pero la economía igualmente se fue a pique, al pasar de una contracción del 0,97 por ciento en el primer bienio macrista a 2,33 por ciento en el segundo.

Los desequilibrios fiscales solo se resuelven de forma sostenida y virtuosa con políticas de crecimiento, no con ajuste. Nuestra historia es rica en refrendar esta hipótesis. Los caballos tienen que ir antes del carro. Forzar un ajuste siempre generó recesión y agravó las crisis”, concluyó Vanoli.

El informe de FIDE asegura que el Gobierno se anticipó a las presiones dentro del Fondo Monetario y le planteó a Georgieva que las prioridades para la negociación con el organismo serán los cuatro puntos mencionados anteriormente: avanzar en los próximos años con políticas de equidad distributiva, industrialización, desdolarización y autoabastecimiento energético.

Respecto de la equidad distributiva, el Gobierno tiene como gran desafío que salarios, jubilaciones y demás ingresos fijos suban por arriba de la inflación, para lo cual se requerirá sintonía fina en materia de tarifas, acuerdos de precios y regulaciones. La marcha y contramarcha con el incremento de las prepagas muestra que la tarea no es sencilla.

Para administrar las tensiones que generará la puja distributiva, la apuesta del oficialismo es el acuerdo económico y social.

La generación de consensos amplios entre los distintos actores económico-sociales y la unidad hacia el interior de la coalición gobernante aparecen como condiciones de borde para encarar la enorme tarea de la reconstrucción”, plantea FIDE, sumando el condimento político de la unidad del Frente de Todos para conseguir que 2021 sea un año de despegue.

Una reforma tributaria progresiva, a fin de que los sectores con mayor capacidad contributiva sean los que más paguen, también forma parte del plan en cuando a la distribución del ingreso.

Finalmente, respecto del objetivo de empezar a desarmar el andamiaje bimonetario sobre el que funciona la economía argentina, destaca el documento de FIDE, “si bien hay un largo camino por recorrer, aparecen algunas tendencias positivas, como la relativa remonetización o bien la reaparición de instrumentos de ahorro en pesos dirigidos a financiar la producción e inversión”.

La pandemia, los antivacuna y los ajustadores dentro del FMI asoman como obstáculos a superar por el Gobierno en un año clave, por la necesidad de empezar a reparar los daños que sumó el coronavirus a la crisis del macrismo, y también para afianzar su proyecto político en el año electoral. 

Los que le contaban las carteras, los que le criticaban el maquillaje, los que la diagnosticaban por tevé, los que repetían “dos PBI”. Los que hace ya muchos años empezaron a hablar de doble comando con Néstor, porque a una mujer alguien tenía que estar diciéndole qué hacer. Los que la acusaron de chorra, de hybris, de bipolaridad, de traición a la patria.


Esos la acusaron a ella y al ex canciller Héctor Timerman, cuya muerte quedó a cuenta del lawfare, que es una palabra difícil pero una práctica frenética con la que hoy baten parches los jueces y fiscales que ha cometido tantos delitos que da vergüenza que sigan en sus cargos. Y los tiempos se aceleran.

Los que idearon y materializaron ese circo que fue precedido y seguido por más circos delirantes. Los que marcharon el 18F acusándola de haber matado a Nisman. Los que escribieron y leyeron y creyeron esa narrativa barata que incluyó comandos multiculturales. Los que acompañaron en el sentimiento a la ex jueza Sandra Arroyo Salgado. Los fiscales y jueces de Comodoro Py que delante de nuestras narices trabajan en equipo con los grandes diarios, cumpliéndoles todas las primicias vinculadas a la persecución de peronistas.

Los que en sus casas vieron durante meses cómo el Poder Judicial gastaba enormes recursos en hacer perforaciones en la Patagonia con retroexcavadoras, no para buscar petróleo sino cajas de metal conteniendo dólar billete: los que les ofrecían el espectáculo saben cómo fugar divisas y tener cuentas secretas, pero a la chusma le hicieron creer que los ladrones peronistas levantan el parquet siempre, esta vez para dejar plata enterrada. Lo hicieron mientras desaparecían 44.000 millones de dólares que obtuvieron del FMI.

Los que afirmaban que como se había robado todo, tenía plata enterrada pero también hacía escalas secretas en Seychelles para depositar lo que decían que equivalía a sacarle la comida de la boca a los niños argentinos. Esos mismos asistían con total indiferencia al desmantelamiento educativo, científico, sanitario. Miraron con indiferencia cómo los acusadores golpeaban con una maza, hasta casi deshacerlo, todo lo construido hasta entonces, que era mucho más que lo construido en décadas.

Los que creyeron que Milagro Sala también se robaba todo, con la razón nublada por el odio que no les permitía ver cómo, con la misma lógica con la que se podía mirar el país, lo que se hacía con los recursos estaba delante de sus ojos, era material y concreto. La odiaban porque hacía rendir esos recursos y porque era mal ejemplo porque demostraba que los pobres podían tener su casa si tenían organización. Los que además de meterla presa con causas inventadas, después o bien destruyeron el esfuerzo de miles de humildes durante veinte años, o bien usufructuaron para su propio beneficio político parte de su obra. El mismo hombre que la detuvo en 2016, ilegalmente, siendo funcionario del Ejecutivo provincial, hoy integra el Superior Tribunal de la provincia.

Los que empezaron a decir que Alberto era un títere de Cristina, y cuando vieron que tanto él como ella están preparados para que incluso desde adentro se petardee la unidad, buscan otras estrategias. Los que repiten como loros todas las mentiras que sistemáticamente les proveen los medios que ellos saben que mienten pero les dicen lo que necesitan escuchar.

Los que a lo largo del tiempo anidaron un odio profundo, visceral, salvaje. Los que no saben lo que quieren pero saben a quiénes quieren sacarse de encima, arrancarlos de la argentinidad, manchar irrevocablemente una manera de pensar este país. Los que se convierten en idiotas haciéndole de claque a un puñado de vivos.

Los que durante el tremendo año que recién terminó obstruyeron los cuidados colectivos, los que instigan desde los medios a que se rompan las reglan, los que las rompen. Los que han revivido algo emparentado con la viveza criolla pero esta vez pone en riesgo la vida de los demás.

Los que intoxican y los intoxicados. Los que dicen que la vacuna Sputnik alterará nuestro ADN, que la pandemia es una forma de control de la natalidad, y que por eso Soros invirtió mucho dinero en crear los feminismos argentinos. Los negadores y los negacionistas.

Los que se sintieron agredidos por una ley que no obliga a nada. Los que luchan por obligarnos a todos a vivir de acuerdo a lo que piensan ellos. Los que siguen inventando noticias y los que las escriben y las editan. Los que atentan contra la salud colectiva porque lo único que quieren es desgastar a un gobierno al que le temen porque no fueron ellos los que lo diseñaron. Los que operan para provocar la rispidez necesaria para partir el FdT y rediseñarlo ellos.

Los que sabotean el ánimo general escondiendo lo alentador. Los que si Cristina no estuviera pero sí sus políticas, intentarían destruir al que las quisiera llevar adelante. Los que privan de la libertad a ex funcionarios que ayudaron a dar pasos de equidad como pocos. Los que creen que el amor a la patria, que la lealtad y el compañerismo son excusas para robar. Lo hacen para tapar la estatura ética que han tenido tantos hombres y mujeres estos años, soportado la cárcel pero negándose a declarar mentiras.

Los que se opusieron y se oponen a la felicidad del pueblo combaten a quienes pueden hacerlo feliz o lo han hecho. Siempre y en todas partes la felicidad popular es reprimida y abortada con violencia. El establishment no la tolera porque siempre ha creído que todo lo que va para el pobre es algo que les sacan a ellos.

Los que respiran desprecio y subestimación. Los que quieren judicializar la política porque la Justicia todavía está bajo su mando. Los que insisten en que dos niños vuelvan a separarse de su padre, encarcelado por una causa inventada y llena de testimonios falsos. Los que se alegran de eso. Los que en el camino perdieron uno por uno cada escrúpulo y hoy desesperan porque dejaron marcas de dedos en todas partes.

Todos esos, los que concentran el odio para seguir concentrando el dinero, son irreductibles. No salen de la nada sino de una línea histórica que produjo las desgracias más hondas. Nadie los convencerá de nada. Todos esos son los mismos y como siempre están dispuestos a todo. Si no se comprende lo inevitable de algunas peleas, se puede perder esta enorme oportunidad popular para restaurar el amor y la igualdad.

Amado Boudou analiza el reciente fallo del juez Daniel Obligado, que revoca su prisión domiciliaria, como "un ejemplo más del modo en que funciona en la Argentina el Lawfare a cielo abierto que creó el macrismo". Relaciona las tapas de los grandes diarios con una sentencia en la que el juez cambia su posición anterior, "sin siquiera esperar los informes que había solicitado". "Lo otro insólito es que lo sacaron el 30 de diciembre a las 9 de la noche, es un ejemplo de trabajadores del sector público", ironiza. Y concluye que si no cambiaron las condiciones de su domiciliaria (ni los hijos a cargo, ni el peligro del covid), "lo que cambió es que la Corte Suprema decidió que no se iba a tomar el trabajo ni siquiera de analizar mi caso". Una decisión que el Presidente Alberto Fernández también criticó recientemente, comparándola con el per saltum con el que se expidieron sobre el traslado de jueces, o el tratamiento que se le da a causas que involucran a exfuncionarios del gobierno de Mauricio Macri.

--¿Qué cree que medió en este apuro para el fallo, al filo de la feria judicial?

--Era un momento en que la sociedad argentina tenía que celebrar la ampliación de derechos por la interrupción voluntaria del embarazo, el regreso de la movilidad que diseñamos en 2008 y que Macri había sacado, el esfuerzo que hace el gobierno para que la vacuna ya se esté dando en la Argentina. Creo que buscan ir tapando todos esos temas. El Lawfare fue institucionalizado por Mauricio Macri, y hoy sigue funcionando a pleno. Esto es una muestra de cómo funciona. Lo que están haciendo con Cristina Fernández de Kirchner también, pero en ese caso es especialmente peligroso. 

--¿Cómo lo analiza?

--Yo vengo diciendo que están preparando la campaña electoral de 2021 alrededor de las causas judiciales, personalizándolas en Cristina. Un país donde la primera perseguida política es la vicepresidenta de la Nación, es un país que no tiene destino.

--¿Qué posibilidades de cambio ve?

--Soy un optimista permanente. No hay que callarse, no hay que asustarse, hay que apostar a la organización popular. También son necesarios, claro, el conocimiento técnico y la voluntad política de transformar. El Presidente lo viene dejando muy en claro desde la campaña, que el sistema de Justicia no funciona en la República Argentina. Fue uno de los temas centrales en su primera presentación como presidente, en la apertura de sesiones ordinarias. Ya hay un proyecto circulando, con algunos ordenamientos, conformó la comisión de expertos. Entonces, nadie podría sorprenderse de que él avance en estos temas, sería forzarlo a romper su contrato electoral con sus votantes. Porque a veces intentan decir algo que no es, como si fuera sorpresivo o si fueran ataques. 

--¿Se refiere a sus declaraciones recientes sobre su causa?

--Lo que me da tranquilidad es que el Presidente viene hablando de esto desde muchísimo antes. El hizo el contrapunto entre lo que hizo la Corte con Bruglia y Bertuzzi, que fue un escándalo, y lo que hizo con mi caso, que ni siquiera se dignó a escribir una carilla. Bertuzzi fue el presidente del tribunal que me condenó, en esa parodia de sentencia judicial para convalidar una sentencia mediática previa. El le cobró a Macri con el ascenso a la Cámara Federal. Y cuando después se pretende aplicar la Constitución, Bertuzzi dice no, a mí no me la apliquen. Así funciona el Poder Judicial en la Argentina.

--¿Se siente apoyado por el espacio político del que forma parte, el que hoy conforma el Frente de Todos?

--Yo siempre me sentí muy apoyado, y siempre entendí los momentos y entendí que no soy el centro del mundo. En las cuestiones políticas uno no puede pensar que las cosas tienen que girar alrededor de uno y sus necesidades. El apoyo o no apoyo pasa por posicionamientos públicos como los que siempre ha tenido Cristina Fernández de Kirchner. Siempre ha defendido lo mismo, nunca ha cambiado, y poco importan los nombres, importan los valores que se defienden. Yo tengo una tranquilidad de espíritu total. No me arrepiento de nada: ni de lo que hice ni de lo que dejé de hacer como vicepresidente. Y esa es una de las fuentes más grandes de tranquilidad, fortaleza, e inclusive alegría, para ir superando esta situación.

--Se lo dijo a Hebe de Bonafini cuando le entregó el pañuelo de las Madres...

--Ese momento fue muy especial. Hebe sigue siendo la figura que más ilumina en la Argentina, ella nunca buscó un lugar cómodo, siempre va diciendo lo que piensa y siempre está varios pasos adelante. En Argentina las mujeres siempre son las que marcan: iluminando la historia está Eva Perón, están Hebe, Cristina y tantas otras mujeres nuestras. 

--¿Sigue sosteniendo que rechaza el indulto como una posibilidad?

--A mí me parece que lo más sanador sería que hubiera justicia. Porque esto no es un caso particular. De poco serviría que se solucione mi situación, acá lo que importa es lo que está sucediendo estructuralmente. Que causas como Dólar Futuro, o el Entendimiento con Irán (¡que era una ley votada por ambas cámaras!) estén en etapa de juicio oral, marcan claramente que la calidad democrática y republicana en Argentina está hecha bolsa. El poder ejecutivo, el legislativo y el propio poder judicial debieran ser quienes le den un corte a esta situación. Es difícil esperarlo del poder judicial porque fue el que convalidó el Lawfare. No nos olvidemos que en el gobierno de Macri había una mesa judicial que funcionaba en el mismo ministerio de Garavano. Eso era Lawfare a cielo abierto. Por eso digo que no sólo está rota la dialéctica democrática, también la republicana.

Los fallos durante el macrismo

Al repasar los fallos que se sucedieron durante los años de macrismo, Boudou analiza cómo las sentencias iban saliendo en base a coyunturas electorales. "El juicio Ciccone, por ejemplo, empezó sin el expediente en el tribunal oral", se permite reírse. También de la emblemática foto que le sacaron al ponerlo bajo arresto, "que el propio sistema le dio a los diarios". "Cuando yo les pregunté por qué estaban bajando las persianas en mi casa, me dijeron: porque no queremos que haya fotos. ¡Claro, la única que tenía que haber es la que me sacaron ellos! Yo les dije: ¿hace falta que ustedes me saquen una foto? Sí, es una instrucción, me dijeron. Y después, se desató el circo que todos recordamos". 

--¿Qué siente hoy cuando ve esa foto?

-Siento tristeza por lo que se hizo en Argentina. Lo que destruyó Macri en cuatro años, en parte fue posible por esa forma en que la Justicia lo acompañó. ¿Dónde estaba la Corte cuando subían las tarifas sin ton ni son? ¿Cuando Argentina se convirtió en el peor país del mundo deudor del FMI? ¿Cuando hicieron el estropicio con el sistema jubilatorio? ¿Y cómo es posible que hoy lo cubran de semejante manera en las causas por espionaje? ¿Cómo no es un escándalo que hoy se sepa que las cárceles estaban cableadas, microfoneadas, que no podíamos hablar en privado con nuestras abogadas? Garavano conoce esto porque estuvo en los pabellones en que estábamos. Los diseñaron para tenernos a todos juntitos y grabarnos. 

--¿Tenían alguna sospecha mientras estaban allí?

--Siempre pensamos que algo así podía estar ocurriendo, pero no imaginábamos ese armado. Sospechábamos que alguien entre los detenidos podía ser el buchón del pabellón, es feo porque es gente con la cual convivís. Pero esto estaba totalmente organizado. Mi socio y yo inauguramos dos pabellones. Claro, eran los que habían estado cableando. Y hoy lo pretenden desligar a Macri. ¿Alguien puede pensar que esto se corta en Arribas y Majdalani?

--¿Cómo pasa estos días en que se define su situación?

--Muy en paz. Lo único que me duele es pensar en estar menos tiempo con mis hijos, que están por cumplir tres años, y mi compañera. Después, yo estoy preparado para cualquier cosa. Si buscan que me doble, me quiebre, me calle, eso no va a suceder. Ni siquiera me van a sacar la alegría de seguir peleando. 

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La comunicación es un complejo proceso producido por “lo humano”, en tanto actividad y posibilidad. En un sentido amplio involucra toda cuestión que tenga relación con el hecho de compartir algo en una transmisión entre al menos dos partes. En ese sentido se pueden describir algunos elementos del proceso … Un emisor, un receptor (Personas o grupos humanos) un medio (biológico o no), que puede ser mecanismo de transmisión y un soporte estructural biológico … el lenguaje. Los cuatro elementos mencionados en un proceso complejo que puede ser de una sola vía (uno comunica y el otro solo recepciona) y de doble vía (donde ambos alternativamente se convierten en comunicadores y receptores, estableciendo un diálogo). Abarca formas tan diversas, como rituales, bailes y danzas, producciones artísticas, transmisiones gestuales, oratoria o escritura, hoy la mas en boga involucra una serie de actividades que utilizan medios que posibilitan transmisiónes “audiovisuales”. En la actualidad hay ademas otra sub-comunicación, entre “lo humano” y “la máquina” que adquiere caracteristicas transferidas por “lo humano” … su inteligencia. Diálogamos con máquinas … una inteligencia artificial, no humana, producida por “lo humano”, pero a la cual se le otorga independencia y libertad. Pero esto que pudiere parecer nuevo, solo adquiere novedad respecto a lo tangible de “aquello” de lo que nos separamos, para otorgarle posibilidad de inteligencia y capacidad para comunicarse con uno de modo independiente, como “otro”. Ya ocurrió antes y seguirá ocurriendo, depositado ya en sectores sociales o en grupos humanos, ya en instrumentos, que defenirán por si, acciones, comportamientos, decisiones y ejecuciones impuestas a otras en procesos de comunicación unilateral donde unos dicen y los otros escuchan y obedecen. Ya ocurrió antes, que esos “otros” destinados y sometidos a escuchar y obedecer, se revelan e intentan decir diferente. La alusión no es solo a una posible “revolución de la inteligencia artificial o de las máquinas” que intenten imponerse a “lo humano”, sino a lo que historicamente ha acontecido … que “algunos humanos” se impongan a “otros humanos”. Que los sometidos a los mensajes de “otros” comiencen a comunicar los propios y se revelen contra los mensajes unilaterales y el ejercicio del poder que produce que unos digan y manden y otros simplemente obedezcan.

Ahora bien, la complejidad se nutre de tantos elementos que lo hacen complejo … he aquí un ingrediente principal … el mensaje.

Entre la vida y la muerte

Describimos y desarrollamo muy rudimentariamente conceptos en torno a la comunicación humana y con las máquinas y reflexionamos en torno a la unilateralidad o la democratización de las comunicaciones … sistemas ideales donde unos pocos poseen el poder para comunicar y muchos solo la capacidad para escuchar y obedecer o sistemas donde todos y cada uno de las personas, individuos o sujetos, tienen la capacidad y posibilidad de decir lo suyo y escuchar a otros con las mismas cargas, intensidades, derechos y obligaciones respecto a las construcciones comunes.

¿Por que digo que ambos sistemas son ideales? Porque en la realidad, ambos conviven con relativos periodos de éxitos o exitos parciales respecto de algunos mensajes y derrotados en otro. La realidad es una compleja trama de procesos diferentes de comunicación que, en la diversidad de los lenguajes posibles, produce no solamente el mundo material y concreto sino el cumulo de subjetividades, mitos, creencias, y con ellas … paradojas, falsedades, mentiras intencionadas o ideas equivocadas aunque creídas correctas. Si lo humano es esa capacidad de “hacer consciente algunas cosas” y nombrarlas como verdad (coinciden con la experiencia en la realidad), el asunto en lo complejo, entre otras varias modelizaciones posibles, establece un doble vinculo que se atravieza mutuamente entre el mensaje y su forma y entre la realidad y la ilusión. Este blog no es mas que otro intento que se intenta humano, para que quién del otro lado del texto me regale parte de su tiempo en la lectura, no sea un mero receptor de mi decir … sino que pueda acompañarme en este hermoso viaje que nos humaniza, reflexionando, usando la humana inteligencia y la posibilidad de la comunicación para comprender una realidad que nos es tan ajena como común, ya que con-vivimos en ella. Poder entender y entender-nos en la realidad es el principal intento de estas palabras y de las que comparto de otros, citando fuentes y pensando criticamente como producir mensajes que nos ayuden a crear lo común: La Patria, lo social, la vida de todes en esta Argentina que comienza a transitar su 2021.


Daniel Roberto Távora Mac Cormack






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