Viernes 17 de abril de 2020


Hasta la fecha, alrededor de 3.000 personas han fallecido a causa del virus COVID-19 en América Latina y el Caribe. Mientras la pandemia continúa propagándose por la región, los países enfrentan la peor recesión económica desde que se comenzaron a producir estadísticas de cuentas nacionales en en los años cincuenta. El complejo entorno externo, al que se suman las muy necesarias medidas de contención de la pandemia, ha provocado un desplome de la actividad económica en toda América Latina, cuyo crecimiento se enfila hacia una contracción de 5,2 por ciento en 2020.
Con shocks atípicos de oferta y demanda, una crisis sanitaria y altos costos de financiamiento en toda América Latina, las medidas necesarias para mitigar los costos humanos y económicos de la crisis serán de enormes proporciones y exigirán una estrategia sin precedentes.

 
Los gobiernos responden a la crisis


Aunque a diferente ritmo, hasta ahora la mayoría de los países de la región han adoptado medidas sanitarias importantes para contener la propagación del virus, como las prácticas de distanciamiento social y la restricción de las actividades no esenciales. Asimismo, han incrementado el monto de recursos fiscales destinados a sanidad, lo que incluye pruebas de detección, camas, respiradores y otros equipos, lo cual es la prioridad fundamental en vista de que muchos países aún no están debidamente preparados para hacer frente a la peor etapa de la pandemia.


En el ámbito de la política económica, las medidas han variado. Los países han recurrido a transferencias directas a los hogares vulnerables (incluida la ampliación de programas existentes), flexibilización de los requisitos de acceso y expansión de los sistemas de seguro de desempleo, subsidios al empleo, desgravaciones y prórrogas tributarias temporales y garantías de crédito.


Brasil, Chile y Perú han anunciado programas de gran magnitud, y se espera que otros países adopten programas similares o refuercen las medidas existentes. Los países que gozan de mejor calidad crediticia, según los diferenciales del mercado, en general han respondido de forma más enérgica a la pandemia.


La aparición de este Covid-19, se sostiene históricamente tanto por la Revolución Neolítica, la Conquista de Abya Yala como por la Revolución Industrial, ya que todas ellas comparten un creciente desapego con la Naturaleza, lo que ha generado, entre otras cosas, la liberación de nuevos patógenos y la pérdida de vida de humanos y no humanos. Es por esto, que esta nueva emergencia sociosanitaria (civilizatoria) nos abre la posibilidad de sentar las bases para una nueva transición socioaecológica, que sea una alternativa frente a la aparición de un nuevo Estado Sanitario, centrado en una delirante guerra antropocéntrica contra estos nuevos virus.


Las lecciones de la Historia


La historia de las grandes epidemias causadas por los virus en los últimos 10.000 años, está estrechamente relacionada con los tres procesos políticos más importantes que han ocurrido en estos últimos siglos en la vida del Homo Sapiens, como lo son la Revolución Neolítica, la Conquista de Abya Yala y la Revolución Industrial, los cuales han sido sostenidos desde el Estado por mega sistemas de opresión, como lo son el antropocentrismo, el androcenrismo, el racismo y el clasismo.


Es así como con la aparición de la agricultura y la ganadería con las primeras grandes civilizaciones antiguas (Mesopotamia, Egipto, China, Grecia, Roma), marcará un quiebre profundo en cómo los seres humanos se vincularán con la Tierra en el futuro a nivel global, al pasar de sistemas de vida nómades a sedentarios, en donde se producirán los primeros incrementos demográficos, los cuales generarán las condiciones óptimas para la aparición de nuevas epidemias.


Si bien durante el periodo paleolítico anterior, marcado por sistemas de vida de subsistencia (cazadores-recolectores), existían enfermedades infecciosas también, la aparición de grandes ciudades y la densidad poblacional generó hacinamiento entre las personas propiciando el contagio. Esto a diferencia del periodo paleolítico anterior, en donde los humanos al conformarse por pequeños grupos y estar en constante desplazamiento, las infecciones no se propagaban.


No es casualidad por tanto que las nuevas epidemias masivas hayan coincidido con la aparición de una nueva forma de ser y de vivir de los seres humanos en estas grandes civilizaciones, de corte antropocéntrico y patriarcal, que supondrá una separación cada vez mayor con el resto de los seres vivos pero también entre hombres y mujeres, dejando a la Naturaleza como algo externo a una Cultura masculinizada. Un especismo androcéntrico que sentará las bases de lo que hoy conocemos como Antropoceno y que nos tiene en medio de una emergencia sociosanitaria.



Es así como la llamada domesticación hacia otros animales y otros grupos naturalizados, como las mujeres por ejemplo, no hizo otra cosa que intentar controlar los ciclos de la Naturaleza, lo que trajo consigo una explotación acumulativa de esta, llevando a nuevas fuentes de infección y liberación de patógenos. De ahí que la llamada zoonosis, fue el resultado de una convivencia jerárquica entre humanos y el resto de los animales, cada vez más desconectada de los territorios.


Es por esto que la aparición de las primeras grandes epidemias (peste de Atenas, peste de Agrigento, peste de Siracusa, peste de Egina), tengan relación con un proceso de desapego de las nuevas ciudades a los ciclos vitales, a través de la construcción de grandes Estados los cuales a través de la apropiación de grandes extensiones de territorios profundizaron el hacinamiento y la desigualdad entre las personas, siendo la peste negra (1347-1351) un momento crítico para la sobrevivencia de lo que hoy conocemos como Europa.


Asimismo, la aparición de las grandes pandemias modernas como tal, fueron el resultado de la formación de un nuevo sistema mundo moderno-capitalista y del predomino de una civilización particular (occidental), la cual solo pudo instaurar su hegemonía a nivel mundial luego de la Conquista de Abya Yala y la imposición de un sistema de vida en donde el centro de la vida estuvo puesto en la explotación y acumulación de mercancías, a partir de un uso extractivista de la tierra y del resto de los animales.


Un proceso de colonización en la región, el cual estuvo marcado no solo por el asesinato de personas a través de la esclavitud y las guerras, sino por llevar patógenos y enfermedades a los distintos pueblos, alterando así sus equilibrios ecosistémicos y sanitarios. Es así como desde la llegada de Cristóbal Colón, quien junto al resto de su tripulación cayeran enfermos de gripe, se iniciará un proceso en las denominadas Antillas (1492-1518), que dejará vivos a 15.600 personas de 3.770.000.


Desde ahí en adelante, que las guerras junto a la aparición de virus como la viruela, el sarampión y otros, le quitara la vida a 55 millones de personas en toda Abya Yala, dejando a solo 6 millones de sobrevivientes, lo que puede verse como una verdadera conquista militar y viral de parte de las distintas monarquías e imperios de occidente, quienes se beneficiaron enormemente de este etnocidio producido para la extracción de minerales y fortalecer así sus economías de acumulación mercantil.


No obstante, será con la denominada Revolución Industrial desde el siglo XVIII, heredera de la Revolución Neolítica y de la Conquista de Abya Yala, que la liberación de patógenos y la crisis sanitaria llegará a su punto más alto, como consecuencia de una transformación económica, científica y tecnológica, sostenida filosóficamente por el racionalismo y mecanicismo, que llevará al extremo la separación entre cultura y naturaleza, en donde occidente (Norte de Europa y Estados Unidos) dejarán atrás una economía rural, dando paso a un modo de producción y sistema de vida urbano, generando una verdadera explosión demográfica sin precedentes.


Un proceso que irá acompañado de cada vez mayor sobreexplotación de los bienes comunes de países y regiones más empobrecidos y no industrializados, como lo son África y América Latina, en donde la desforestación, el monocultivo y la ampliación de la frontera agropecuaria para producir carne, serán la forma de sostener en términos alimentarios a las economías centrales, descuidando completamente las consecuencias socioambientales, en donde la liberación de nuevos patógenos serán uno de ellos.


Consecuencias socioambientales que han traído grandes pandemias modernas, como lo fue la primera entre 1816- 1826 en la India, China y el Mar Caspio, la cual marcará una pauta a las siguientes, como lo fueron, entre muchas otras, la denominada gripe española (1918-1919), la gripe asiática (1957), la gripe de Hong Kong (1968), la gripe rusa (1977), la gripe aviar (2003), la gripe porcina (2009-2010) y esta nueva Covid-19, la cual tiene a los gobernantes y a las elites en el mundo sin saber muy bien qué hacer ante su enorme capacidad de contagio.


En definitiva, la aparición de este Covid-19, se sostiene históricamente tanto por la Revolución Neolítica, la Conquista de Abya Yala como por la Revolución Industrial, ya que todas ellas comparten un creciente desapego con la Naturaleza, lo que ha generado, entre otras cosas, la liberación de nuevos patógenos y la pérdida de vida de humanos y no humanos. Es por esto, que esta nueva emergencia sociosanitaria (civilizatoria) nos abre la posibilidad de sentar las bases para una nueva transición socioecológica, que sea una alternativa frente a la aparición de un nuevo Estado Sanitario, centrado en una delirante guerra antropocéntrica contra estos nuevos virus.


El texto fué escrito por Andrés Kogan Valderrama Sociólogo, Diplomado en Educación para el Desarrollo Sustentable, Magister en Comunicación y Cultura Contemporánea y con cursos de Doctorado en Estudios Sociales de América Latina.




Contingencia Nacional y popular

En el ámbito Nacional El Gobierno logró ayer un sólido avance en su intento de mantener normalizada la deuda pública emitida en pesos, al conseguir una adhesión cercana al 90% en la propuesta de canje que hizo a los tenedores del Boncer 2020, un título en pesos indexados emitido en octubre de 2016, que además paga una tasa de interés del 2,25% más inflación y vencía a fin de mes.La operación le permitió prorratear un vencimiento inminente por unos $352.000 millones por una canasta de cuatro títulos que vencerán entre julio de este año y abril de 2021 y que totalizarán mañana, al momento de su emisión, $314.069 millones."Estamos ante otro muy buen resultado de un canje, en buena medida asegurado por la participación de los entes públicos que poseían la mayor parte de la tenencia, pero muy acompañado en este caso por tenedores locales institucionales. De esta manera, el vencimiento quedó reducido a unos $38.000 millones, una cifra mucho más manejable", observó el analista Leonardo Chialva, de la consultora Delphos Investment."A su vez, llamó a subasta de bonos y letras para mañana [por hoy] para seguir sumando pesos que le permitan mantener por este lado la caja equilibrada entre los que pagan y lo que cobran", completó, aunque señalando que lo más importante es que "están logrando mantener la deuda en pesos regularizada, algo vital cuando todos los demás canales están cortados", subrayó.


En la subasta de ayer, el Ministerio de Economía logró canjear $93.328 millones en bonos del Tesoro ajustables por CER 2020 (TC20). Lo hizo tras recibir 164 órdenes que fueron "aceptadas en su totalidad", destacó en el comunicado oficial. Quienes aceptaban canjear quedaban calificados para recibir 10% de su tenencia en una letra del Tesoro colocada a descuento a vencer en apenas 75 días; otro 20% en otra letra similar (también colocada a descuento), pero con ajuste CER a vencer a comienzos de diciembre; otro 40% en un bono ajustable por CER +1,10% a caducar en un año, y el 30% restante en otro bono similar pero a vencer a mediados de marzo de 2022 y con ajuste CER +1,2 por ciento. Dadas las características de la oferta, fueron adjudicadas letras del Tesoro a descuento con vencimiento el 1° de julio de 2020 por $33.002 millones y letras del Tesoro ajustables por CER a descuento con cierre el 4 de diciembre por otros $62.196 millones.A esos se sumaron $125.330 millones en bonos del Tesoro ajustados por CER (Boncer) más 1,10% a vencer el 17 de abril de 2021 y $95.541 millones en Boncer 2022 más 1,20% y fecha de caducación para el 18 de marzo de ese año.En la Secretaría de Finanzas, que conduce Diego Bastourre, destacaron el "alto nivel de participación de los inversores institucionales locales", cuyo rol consideran "clave para reconstruir la capacidad de financiamiento del Tesoro, algo aun más relevante en este contexto de pandemia".


"Fue nuestro mayor canje en volumen, mayor al efectuado el 19 de marzo, por $304.869 millones", recordaron. Ya no con el ánimo de postergar pagos, sino de conseguir pesos nuevos, Economía licitará hoy la emisión de letras del Tesoro a descuento y bonos ajustados por CER, ambos en pesos. La recepción de ofertas por títulos cuya compra se hará efectiva el viernes comenzará a las 10 y finalizará a las 15. El precio mínimo de colocación de las letras a descuento con vencimiento 16 de junio de 2020 será de $953,03 por cada $1000 de valor nominal.En tanto, el precio mínimo de colocación de los Boncer 2021 (el mismo del canje de ayer) será de $991,13 por cada $1000, según se estableció.
( V lex - GDA – Diario La Nación) (http://gda.com/ ) ( https://www.lanacion.com.ar/ )


Alberto Fernández no se cree especialmente bueno en ajedrez, ese juego que el narrador de Abelardo Castillo en su cuento La cuestión de la dama en el Max Lange define como "bastante más hermoso que la vida". Sin embargo, el Presidente se comporta en política como si supiera de estrategia ajedrecística. Es cierto que la propuesta de la reestructuración de deuda de 66.238 millones de dólares con acreedores extranjeros se hizo en tiempo y forma y sin especular con que la Argentina está, como todo el mundo, atravesando una pandemia de coronavirus. Pero no es menos cierto que la astucia es necesaria en política y el Presidente evaluó que presentar ahora la oferta y no más adelante, cuando pretendían los bonistas, iba a ser más beneficioso para el país.


Los bonistas hubiesen preferido que esa oferta se hiciera cuando el mercado "se estabilice", es decir,  postergarla en el tiempo para cuando amaine la pandemia. Para poder, sencillamente, ganar más plata. Y el Presidente no cedió a esa presión. "A río revuelto, ganancia de pescadores y yo quiero ser el que tenga la caña", comentan que lo escucharon decir.


Lo cierto es que la jornada del jueves dio formal comienzo a la función: la oferta a los bonistas está hecha y para explicarlo de manera sencilla, entrecruzando las variables de quita de capital e interés, representa una quita del 65 por ciento y un período de gracia de tres años para empezar a pagarla. En el Gobierno hay satisfacción por el resultado de la jornada, con asistencia casi perfecta de gobernadores, de manera presencial o virtual. El Presidente estuvo flanqueado por la la Vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y por el opositor jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, muestra de consenso si las hay.


Alea iacta est



Dicho en castellano, la suerte está echada. En el Gobierno saben que la negociación no va a ser fácil, que va a haber pataleos, tires y aflojes, pero son optimistas respecto del resultado final de la batalla. Sobre todo por dos antecedentes favorables: el Fondo Monetario Internacional (FMI) ya había sostenido, antes de la pandemia, que la deuda argentina era insostenible y los líderes del G-20 también entendieron que la deuda,que no contrajo este gobierno, no puede ser pagada sin hambrear al pueblo. En el equipo económico, por su parte, esperan un fuerte lobby de los fondos de inversión en los medios hegemónicos de comunicación, que no suelen representar los intereses de la mayoría del pueblo argentino.


El apoyo de los gobernadores



Todos estuvieron presentes, de manera virtual o presencial y eso se lee en el Gobierno como un respaldo a la propuesta de reestrucuración.  Claro que siempre hay matices: algunos mandatarios se fueron de Olivos sin decir palabra y otros hicieron claras declaraciones de apoyo, como el gobernador de Santa Fe, Omar Perotti. Dato de color: este diario pudo saber que el gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, hubiese preferido declarar el default. Parece que es una costumbre familiar si nos retrotraemos a la decisión de su hermano Adolfo durante la funesta crisis del 2001.


Pasada la medianoche del jueves, después de un día agitado, el Presidente publicó en su cuenta de Twitter el balance de la jornada. "Cumplir con nuestras deudas no puede condicionar ni el presente ni la prosperidad del futuro. Por eso debemos estar unidos ante nuestros acreedores", dice el texto, acompañado por un video en el que se lo ve  caminando con Cristina Fernández de Kirchner y en distintas postales de la extensa jornada del jueves.


Cuarentena y futuro



A pesar de las críticas que sostienen que en estos días hubo más gente en la calle que la semana pasada, antes del anuncio presidencial de la extensión del aislamiento, en el Gobierno no están preocupados por el dato porque creen sobre todo que se trata, por lo menos en la Ciudad de Buenos Aires, del movimiento habitual de la gente habilitada para ir a trabajar porque forma parte de la lista de servicios esenciales que están exentos de cumplir con la cuarentena.
Creen que, a grandes rasgos el acatamiento es alto, pero saben que el aislamiento va para largo aunque todavía prefieran no anunciarlo. Es por eso que todo los días se trabaja sobre medidas económicas que pretenden que la mano del Estado ayude a los que o bien están fuera del sistema formal de la Economía o tuvieron que parar de trabajar por la pandemia. "No lo decimos muy alto, pero los resultados del cumplimiento son mucho mejores de los que esperábamos cuando la anunciamos", dijo a PáginaI12  un miembro de la mesa  chica del Presidente.



En adelante, el desafío el triple: que la gente "parada" reciba la ayuda necesaria para poder subsistir hasta el levantamiento de la cuarentena sin que haya un desborde social, que los bonistas acepten la reestructuración planteada por el Gobierno y, last but not least  (último, pero no menos importante) que los argentinos no se cansen de cumplir la cuarentena y entiendan la importancia de mantenerse en sus casas. 


Partidas simultáneas de ajedrez, el juego que se parece tanto a la política. “Roderer no parecía dispuesto a ningún contraataque, ninguna amenaza visible pesaba sobre mis piezas y sin embargo yo no dejaba de sentir ante cada una de esas jugadas incongruentes una sensación de peligro, el presentimiento de que iban configurando algo cuyo sentido se me escapaba, algo sutil e inexorable.”, dice el narrador de Acerca de Roderer, el fantástico libro de Guillermo Martínez. Ambos universos, política y ajedrez, son siempre apasionantes. Tal vez porque están vinculados a la inteligencia necesaria para llegar al jaque mate.


En tiempos dónde la contingencia y el día a día marca el pulso de las decisiones y las reflexiones, el futuro, que todos coinciden en señalar como un impredescible cambio de época, va ocupando al ritmo de la desaceleración de la pandemia, las preocupaciones de los actores de la globalización. Entre las múltiples complejidades y revelaciones que se han puesto de manifiesto frente a la crisis hay algo que irrumpió en las consciencias y que difícilmente sea olvidado en el corto plazo … la necesidad de Estados lo suficientemente fuerte para tiempos de crisis sociales y sanitarias y las reformas estructurales que sufrirá la economía globalizada no solo por los resultados fácticos de una contracción sin precedentes, sino por la evidencia de que los mercados no son capaces de sostenerse y regularse frente a situaciones como estas lo que advierte si, en otras, no ha ocurrido lo mismo y solo la capacidad de negación que en el dinero volcado a propaganda y manipulación mediática han permitido a bancos y operadores financieros hacer creer lo contrario para sostener sus privilegios.-


Daniel Roberto Távora Mac Cormack




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