Viernes
10 de abril de 2020
Mientras
Trump sigue su mandato como si nada ocurriese en EEUU, la pandemia
sigue produciendo miles de muertes diarias, Bolsonaro en Brasil, fiel
seguidor de este, hace lo propio en tierras verde amarelas, en
Uruguay, el presidente Lacalle informó que no es intención de su
gobierno afectar el patrimonio de quienes mas tienen … Y mientras
Ecuador sigue tratando a sus muertos como basura … El
neoliberalismo muestra su cara mas miserable y egoísta en la América
Nuestra
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Desde
fines de diciembre hasta ahora el coronavirus ha golpeado
fundamentalmente el hemisferio norte, arrancando en China, devastando
parte de Europa y ampliándose mortíferamente en los últimos días
en Estados Unidos. Sin embargo, las consecuencias futuras más
nefastas las pagará el hemisferio sur.
Los
costos principales serán asumidos por los sectores más
desfavorecidos de los países más empobrecidos, es decir por las
“naciones en desarrollo”, según la retórica de la ONU. Así lo
anticipa la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y
Desarrollo (UNCTAD), quien la última semana de marzo definió la
necesidad de apoyar a los “países en desarrollo” con un paquete
de 2,5 billones de dólares estadounidenses
(https://news.un.org/es/story/2020/03/1472022)
Dos
tercios de la población mundial viven en países “no
industrializados”, -según siempre la terminología onusiana-,
y afrontarán un daño económico sin precedentes debido a la
pandemia del COVID-19, mayor incluso que el ocasionado por la crisis
financiera global del 2008, subrayó el organismo internacional en un
documento público.
2 mil millones de trabajadores
(de los cuales más de la mitad en el desempleo), según la
Organización Internacional del Trabajo (OIT), pertenecen al sector
informal. Que será el más golpeado por esta crisis y, en el cual,
los que sentirán el mayor impacto, serán fundamentalmente las
mujeres y los migrantes.
El
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo estima que las
pérdidas en ingresos en los países en desarrollo superarán los
220.000 millones de dólares. Considerando que el 55 % de la
población mundial no tiene acceso a una protección social, esas
pérdidas tendrán repercusiones directas en la educación, en los
derechos humanos esenciales, e incluso, en la seguridad alimentaria y
nutricional, según el
PNUD. (https://www.undp.org/content/undp/es/home/news-centre/news/2020/COVID19_Crisis_in_developing_countries_threatens_devastate_economies.html)
Si ya, antes de la pandemia, los
organismos internacionales calculaban que 100 millones de personas
caen anualmente en la pobreza, debido fundamentalmente a gastos de
salud desmesurados, el futuro será todavía más desesperante.
Todo esto en una realidad
planetaria de por sí paradójica, donde solo el 20 % de la población
vive en las naciones denominadas ricas, pero son éstas, sin embargo,
las que controlan el 80 % de la inversión mundial en salud. Así lo
subraya el informe publicado por la Organización Mundial de la Salud
en febrero del 2019.
Audacia
para confrontar la crisis
Para hacer frente a este
“tsunami” socio-económico-sanitario mundial, la UNCTAD propone
cuatro puntos, que de ser asumidos por la comunidad internacional
podrían significar el inicio de un cambio de paradigma en las
relaciones internacionales.
Un billón de dólares destinados
a asegurar la liquidez de los países en desarrollo, a través de la
reasignación de los Derechos Especiales de Giro existentes en el
Fondo Monetario Internacional (FMI). Consistiría en
una partida mayor a la que se implementó en el 2009 para responder a
la crisis financiera mundial.
Otro billón, sería destinado a
parar inmediatamente los pagos de las deudas nacionales actuales de
los países más afectados, permitiendo condonar una “porción
significativa de esos compromisos”.
Argumenta el organismo
internacional que se podría establecer como parámetro la
condonación de la deuda alemana luego de la Segunda Guerra Mundial,
que entonces, significó la mitad del monto total.
Los 500.000 millones dólares
restantes, permitirían diseñar una especie de Plan Marshall para la
recuperación sanitaria, destinados a servicios de salud de
emergencia y programas de asistencia relacionados con la
contingencia.
Y como cuarta propuesta, la
UNCTAD sugiere establecer políticas de control de capital para
restringir el aumento de la salida de flujos del mismo, reducir la
falta de liquidez – dado al cierre de empresas en los mercados en
desarrollo- y frenar la caída de los precios, de las divisas, y
activos.
¿Paquete astronómico y
desmesurado? Para nada, enfatiza el organismo internacional, quien
considera que ese monto proyectado es el equivalente a lo que los
países ricos hubieran debido invertir para la cooperación al
desarrollo, si en los últimos 10 años hubieran destinado a ese
renglón el 0.7% de su Producto Interno Bruto. Coherente con lo
establecido por los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Fin
de sanciones
En
un contexto de pandemia mundial, “las medidas que obstaculizan la
atención médica en cualquier país incrementan el riesgo que todos
afrontamos”, enfatizó el 24 de marzo Michelle Bachelet, Alta
Comisionada de los Derechos
Humanos. (https://news.un.org/es/story/2020/03/1471652)
Las sanciones sectoriales de
amplio espectro que sufren países que enfrentan la pandemia del
coronavirus, como Cuba y Venezuela, deben ser reevaluadas de manera
urgente, argumentó. De igual manera que aquellas contra Irán, Corea
del Norte o Siria.
Según Bachelet, dichas sanciones podrían tener una repercusión negativa sobre el sector de la salud y los derechos humanos. “Es fundamental que se evite el colapso de los sistemas sanitario nacionales, teniendo en cuenta la explosiva repercusión que eso podría tener en término de muerte, sufrimiento y ampliación el contagio”.
Concepto
anti-sanciones ratificado en los últimos días en declaraciones
a swissinfo.ch por
Alfred Maurice de Zayas, escritor, jurista y experto
independiente de las Naciones Unidas analizando la necesidad de la
promoción de un orden internacional democrático y equitativo.
“Las sanciones y los bloqueos financieros ya han matado a miles de seres humanos, mucho antes de la aparición del COVID-19, debilitando los servicios de salud en Irán, Venezuela, Corea del Norte, Siria, Cuba, etc. cuyos hospitales e infraestructuras carecen de medicinas y equipos adecuados para asegurar el control de enfermedades y pandemias”, explicó el experto independiente.
Con
respecto a Cuba la Asamblea General de Naciones Unidas “ha
adoptado 27 resoluciones condenando el embargo. La
resolución de noviembre 2016 fue casi unánime – 191 votos a
favor y solamente 2 abstenciones (Estados Unidos e Israel), de manera
que es una expresión del opinio
juris universal”. Sin
embargo, los Estados Unidos no solamente no han levantado las
sanciones, sino que las han intensificado con consecuencias
criminales, concluye de Zayas.
En
pocas semanas, al ritmo de la pandemia, aspectos esenciales de las
democracias nacionales; de las fronteras y la libre circulación de
personas; de las sanciones y bloqueos; así como del mismo andamiaje
internacional sufren el impacto del cimbronazo planetario. Y ante la
emergencia, se refuerza una preocupación y el peor de los
escenarios: que las naciones más fragilizadas y amenazadas paguen,
injustamente, el precio más caro de esta nueva crisis global. +(PE)
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Cumplida
la cuarentena luego de su vuelta de Cuba, lo primero que hizo -o, por
lo menos, lo primero que se conoce- la vicepresidenta Cristina
Kirchner fue ir el martes a visitar a Alberto Fernández en la Quinta
de Olivos. Uno de los temas de los que conversaron fue del aumento de
precios que se registraron en los últimos días, en especial desde
que se decretó el aislamiento obligatorio. "Conversamos cómo
hacer para que los vivos no se abusen del pueblo", reveló el
Presidente.
"Ayer
estuve con Cristina por primera vez porque terminó su cuarentena.
Nos saludamos a la distancia porque no podemos tener contacto. Hacía
como un mes que no la veía. Hablamos de todo. De economía, la de la
deuda. De cómo estaban las cosas y su mirada de las cosas por su
gran experiencia", relató Fernández en una entrevista con el
canal C5N. Definió a la ex presidenta como "una mujer de una
gran experiencia, de una gran inteligencia y además una amiga".
Dentro de ese "de todo"
sobre el que estuvieron conversando, rescató la preocupación por
los aumentos de precios que ambos comparten. Los incrementos en
alimentos, en verdad, se vienen dando desde principios de año pese a
la baja que registró la inflación. Sin embargo, en los días de la
pandemia registraron un salto significativo en especial en rubros
como carne y verduras. "Estuvimos como dos horas", agregó
el Presidente, quien expresó que "fue grato" el encuentro
porque "hacía mucho que no la veía". "La mirada de
ella siempre me interesa", completó.
La
vicepresidenta regresó al país el 23 de marzo último desde La
Habana, adonde había viajado para buscar a su hija Florencia, quien
completó en la isla un tratamiento médico de un año. Anunció que
iniciaba sus dos semanas de aislamiento, que pasó en su departamento
de Recoleta. En esos días mantuvo conversaciones con el gobernador
Axel Kicillof y con intendentes del Cornubano, preocupada por conocer
la situación de la Provincia en medio de la emergencia sanitaria.
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En
los últimos días la agenda de discusión pública sobre la pandemia
mundial del Covid-19 registra una novedad. Al encuadre informativo y
opinativo sobre los impactos sociales, productivos, sanitarios y
hasta políticos de la emergencia, le asoma una competencia que va
ganando espacio y que tiene al presidente de EEUU, Donald Trump, como
su vocero más calificado a nivel mundial. El nuevo encuadre propone
una dura dicotomía insalvable entre el cuidado de la salud y la
economía.
Según el monitoreo del
Observatorio de Medios de la Universidad Nacional de Cuyo coordinado
por Esteban Zunino, el tópico económico va ganando espacio en los
principales medios de la Argentina. Si bien es un tópico general que
incluye muchos encuadres posibles (presentes, por ejemplo, en la
cobertura de la asignación del ingreso familiar de emergencia para
los sectores más vulnerables), el presunto sacrificio de la economía
para combatir el coronavirus tiene cada vez más voceros y notas en
los medios más grandes del país.
La instalación de la dicotomía
plantea que las medidas de prevención social adoptadas en todos los
continentes (aislamiento, cuarentena) “cuestan mucho” y que para
salvar la vida de unos, se pone en riesgo la vida de muchos más. La
apuesta por la salud pública podría, se dice, destruir la economía.
Desde esta perspectiva, las
medidas de prevención del coronavirus, en particular el
confinamiento en hogares, al suspender o ralentizar el ciclo
productivo de tantas actividades, resiente el ciclo económico y
ello, a la larga, provocará más estragos que las muertes directas
que causaría la circulación irrestricta y los consecuentes
contagios masivos. Por ello, retoma la fallida estrategia inicial del
primer ministro inglés, Boris Johnson, quien se resistió a declarar
medidas de distanciamiento social en una apuesta que, para sus
críticos, suponía sacrificar a los más viejos y los más débiles
para salvar a la economía.
Johnson, como se sabe, debió
recular por presión del potente sistema de salud británico y de la
opinión pública, incluso de su propio Partido Conservador. Hoy
Johnson observa cuarentena pues se convirtió en el primer mandatario
de Europa en dar positivo como contagiado de Covid-19, al igual que
el responsable de la cartera Salud, Matt Hancock. Para quienes
quisieron desempolvar el darwinismo social en pleno siglo XXI, el
resultado es aleccionador.
El sustrato ideológico de la
dicotomía entre la salud y la economía remite a las viejas teorías
sobre la eugenesia, que incluso antes de que se convirtieran en
emblema de la Alemania nazi, tenían ya una larga tradición (con
presencia marginal en pensadores liberales, socialistas y
conservadores): para mejorar la sociedad es preciso sacrificar a los
más débiles.
Uno de los intérpretes más
fieles del pensamiento eugenésico de Trump fue esta semana el
vicegobernador de Texas, Dan Patrick, quien, abogando por el
sacrificio de los viejos para salvar a los jóvenes, respondió por
la afirmativa cuando el conductor del canal amigo del gobierno, Fox
News, le preguntó si él estaba dispuesto a jugarse su propia
supervivencia, como apunta Marcelo Falak.
Las críticas al encuadre de
Trump sobre el Covid-19 arrecian. El profesor Siva Vaidhyanathan,
publicó en The Guardian una luminosa columna en la que disecciona el
abordaje del gobierno estadounidense y la falsa dicotomía entre la
economía y la vida: “es peor que inmoral: es profundamente
estúpido. Pero este modo de pensamiento es demasiado común
entre aquellos que no pueden ver más allá de sus libros de texto
económicos o sus carteras de acciones. Y tiene raíces
intelectuales inquietantes”, pues se inserta en el linaje de las
teorías de Thomas Malthus y Jeremy Bentham.
Por un lado, como indica
Vaidhyanathan, “establecer una falsa elección entre conducir la
economía al suelo mientras se salvan millones de vidas o revivir la
economía mientras se sacrifican millones de vidas ignora un hecho
central: la depresión económica global desatada por la muerte de
millones en los Estados Unidos, millones en Europa millones en Asia,
millones en India, millones en México y millones en Brasil estarían
más allá de nuestra experiencia o imaginación”. La consecuencia
sería que nadie comerciaría con nadie durante años, las fronteras
quedarían clausuradas por miedo a la infección y el trauma y los
conflictos sociales tendrían, también, efectos económicos letales.
Otra paradoja del abordaje
economicista que desempolva en tiempos de digitalización la vieja
escuela de la eugenesia, es que no ofrece indicadores claros acerca
del daño económico indirecto por las bajas en la producción, en el
comercio y en los mercados de trabajo y de consumo que causaría la
combinación del Covid-19, sin medidas de prevención, con otras
enfermedades (por ejemplo, respiratorias) que resultan gravemente
comprometidas por el coronarivurs.
A ello se suma la falta de
comprensión de los distintos contextos: no es lo mismo relajar el
distanciamiento social en Manhattan que en una población rural. No
es lo mismo hacerlo en EEUU que en Perú. Varios trabajadores
sociales, curas parroquiales, militantes políticos e investigadores
científicos en la Argentina ya advirtieron que el aislamiento en
barrios y villas de emergencia no puede hacerse sino grupal o
comunitariamente, porque no hay condiciones reales de reclusión en
el hogar.
En efecto, la importación de
este pensamiento al contexto latinoamericano, cuyo vocero más
desequilibrado y extremo es el presidente brasileño, Jair Bolsonaro,
omite el impacto que tendría (y que empieza a tener en Brasil) una
política de prescindencia o abandono de la prevención por el
coronavirus. En América Latina la fractura socioeconómica mucho más
honda y estructural que en los países centrales y condiciona el
acceso a tratamientos de salud de casi la mitad de la población. En
América Latina la economía ya era expulsiva para buena parte de las
personas incluso antes de la aparición del coronavirus.
El sacrificio de los más
ancianos y de los más débiles, en América Latina, equivale a
abandonar a la mayoría de la población. ¿Qué economía saludable
emergería de un escenario pavoroso como el que se plantea con la
eugenesia promovida por predicadores de soluciones finales alla
Bolsonaro? Si el argumento es tramposo en países centrales con
economías consolidadas, en el sur global se traduce en un reclamo de
muertes a mansalva.
Esta es otra paradoja de la
presencia que tiene el reciclaje de las teorías de la eugenesia
difundida por algunos importantes columnistas y conductores en medios
de comunicación argentinos en los últimos días: las condiciones de
expulsión de vastos sectores sociales de la formalidad económica y
del acceso a la salud fueron celebradas, durante años, por los
mismos difusores de este argumento que intenta separar orgánicamente
la economía de la salud pública, mientras que la evidencia
histórica revela que sólo cuando hubo ampliación del derecho al
acceso al sistema de salud se mejoró la inclusión económica y
social.
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Ataúdes
de cartón
La ciudad de Guayaquil cuenta
este domingo con más de 4.000 ataúdes de cartón para que puedan
sepultarse los cadáveres acumulados a raíz de la emergencia
sanitaria por COVID-19, mientras siguen las tareas de recolección de
fallecidos.
Tres mil de ellos han sido
adquiridos por la fuerza de tarea conjunta del Ejército ecuatoriano,
encargado en los últimos días de levantar los cuerpos de casas,
calles y hospitales, bien sea de fallecidos por coronavirus u otras
circunstancias, en la urbe costera.
Los ataúdes se suman a los más
de 1.500 de cartón prensado que ya ha repartido el Municipio de
Guayaquil entre los dos principales cementerios, Parque de la Paz y
Jardines de la Esperanza, para enterrar a víctimas mortales de la
pandemia.
Venezuela
El presidente de la República
Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, envió este domingo
un mensaje de solidaridad al pueblo de Estados Unidos que en este
momento enfrenta una lucha contra la pandemia del COVID-19, al tiempo
que alerta a esa población sobre las acciones bélicas que el
mandatario de esa nación norteamericana, adelanta contra la patria
bolivariana.
.El Jefe de Estado reitera que
Venezuela no quiere un conflicto armado en la región, sino
relaciones de respeto, fraternales, de cooperación e intercambio.
«No podemos aceptar amenazas bélicas, ni bloqueos, ni tampoco la
intención de instalar un tutelaje internacional que viola nuestra
soberanía», enfatizó.:
Cuba
solidaria
Solidaridad internacional:
enfermeras cubanas llegan a Barbados y ya son 14 brigadas médicas en
el mundo
El destacamentoa Barbados está
integrado por 101 enfermeros, 95 mujeres y seis hombres, que se suman
a los contingentes sanitarios enviados a países de Europa, América
Latina y el Caribe para frenar la propagación de la pandemia,
informó la agencia Prensa Latina.
De acuerdo con el Ministerio de
Salud Pública, hasta el pasado jueves eran 14 países los que
contaban con casi 600 profesionales de la salud de la Isla enviados
especialmente para enfrentar la COVID-19. + (PE/Nodal)
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El
individualismo ha constituido para mí, como para muchos de mi
generación, y ello por razones históricas bien específicas, una
vieja preocupación. Y es una preocupación que podría llamar más
política y psicoanalítica, que filosófica y científica, aún
cuando no es posible soslayar las implicaciones de este tipo que
tiene el concepto de individualismo. Digo esto para comenzar a
definir el contexto desde el cual me referiré a esta noción, que
como es sabido, tiene una larga e intrincada historia en la filosofía
y en la ciencia, a lo cual solo aludiré muy brevemente, más
adelante.
Creo
que hablar de eso que se designa como individualismo en tanto que
elemento que caracteriza en ciertos sujetos su vínculo social, y
hacerlo desde el psicoanálisis, tiene una ventaja que se puede notar
desde ya: permite introducir en forma relativamente simple una tesis,
la tesis de Lacan según la cual "no hay relación sexual",
cuyas consecuencias teóricas, creo
que apenas se comienzan a vislumbrar, inclusive entre los mismos
psicoanalistas, y la cual constituye uno de los axiomas teóricos que
el psicoanálisis puede aportar para el examen de la sociedad y la
cultura, amén de su importancia para la clínica. La tesis de Lacan,
singular y ya relativamente difundida bajo la fórmula indicada,
significa que no hay nada en las relaciones entre los hombres que
permitan pensarlas, ni nada que permita esperarlas, como un encuentro
logrado. Podría entonces afirmarse, a partir de dicha proposición,
que en el sujeto humano así como hay una decidida vocación al
gregarismo, también por estructura, la hay hacia el individualismo;
que lo que caracteriza la relación con el otro es finalmente el
desencuentro, el cual tarde o temprano es reconocible
por los sujetos, por ejemplo bajo la forma del desengaño, de la
amargura o aún del delirio. Ello no significa que los hombres no
hayan conseguido inventar formas a través de las cuales consigan
suplencias a esa imposibilidad; no significa tampoco que no apelen a
la construcción de ideales, o al despliegue de variadas formas de lo
imaginario, para concebir como posible la relación sexual, y aún
episódicamente vivirlas como logradas. Es allí donde radica la
fuerza de la ilusión y de
todas las ideologías que prometen de una u otra manera una
alternativa a la no relación sexual. Esto lo sabía claramente
Freud, y su trabajo teórico y clínico en la parte final de su vida,
es un esfuerzo por conseguir fórmulas y explicaciones a este
hallazgo central e insólito del psicoanálisis. Quizás pueda
esperarse que esta tesis, y aún la fórmula de Lacan, llegarán a
ser alguna vez más o menos evidentes
Ahora bien; si no hay relación
sexual, ¿cuál es el escenario en donde se produce el vínculo
social? El psicoanálisis responde a ello que es el síntoma.
Entonces, nótese, si tenemos en cuenta que una de las connotaciones
más difundidas del concepto de individualismo contiene la idea de
que éste se define por su carácter de síntoma, -a los
"individualistas" se les reprocha por ser presuntamente
"muy neuróticos"- se hace más evidente, para quien se
ubica en esta perspectiva, reconocer a través de lo que se designa
como individualismo, lo que de ello se deriva: tanto el carácter
contingente del vínculo social como la necesidad de una clínica de
lo social. Estos puntos son capitales para nuestros propósitos y
para nuestro empeño en esta
labor. Ello implica, como lo señalaba recientemente algún
psicoanalista, que la única posibilidad para que el vínculo exista,
es que quienes se hallan comprometidos en él hablen la lengua del
síntoma. Y esos que se hallan así comprometidos son lo que el
psicoanálisis designa bajo el nombre de sujetos humanos. Preciso así
mi propósito al referirme al individualismo: pretendo básicamente
considerar algunas dimensiones, no todas, de esta forma del vínculo
social, las que habitualmente han sido descritas y analizadas a
partir de esta categoría, que no es una categoría psicoanalítica;
pero esas dimensiones del individualismo pueden ser analizadas desde
el psicoanálisis. Estimo que esto permite abrir posibilidades a la
investigación de lo social. De esta manera creo que es posible
proponer alternativas a un impase que parece caracterizar el análisis
de diversas realidades sociales, como por ejemplo la realidad
colombiana. Creo, como también lo consideran así algunos analistas
de la realidad colombiana, que a pesar de la multitud de estudios
sobre lo que hoy sucede en Colombia, existe hoy un cierto agotamiento
en la capacidad explicativa de esos análisis. Es un agotamiento que
habla de un límite teórico de las ciencias sociales, límite que es
necesario intentar franquear. El psicoanálisis es una alternativa
frente a ello.
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El
Presidente Alberto Fernández dijo que le parece más razonable el
proyecto del diputado Máximo Kirchner de gravar con un impuesto
excepcional a quienes participaron en el blanqueo de capitales de
2017 que la propuesta del Juntos por el Cambio de reducir un 30% las
remuneraciones de los dirigentes políticos.
En una entrevista realizada en
Olivos en la tarde del sábado, dijo que no tenía vergüenza sino
que estaba orgulloso de hacer política, con un sueldo que es igual o
menor al 25% que donaron los jueces de la Corte Suprema de Justicia,
sin ñoquis, sin fondos reservados, sin sobres, sin cuentas en el
exterior, empresas offshore, sin empresas propias, y puso como
ejemplo a sus ministros que están disponibles las 24 horas del día
para ayudar a quienes más sufren con la cuarentena.
Ninguno de ellos tienen sueldos
exorbitantes. Fernández sostuvo que no tiene ningún inconveniente
en discutir sobre el rol de la política y que ha recibido adhesiones
de intendentes de todas las fuerzas políticas, incluso las que
integran JxC.
Entre quienes blanquearon decenas
de millones de dólares están varios miembros de la familia Rocca,
principal accionista del holding ítalo-luxemburgués Techint, un
buen número de sus principales directivos; además del hermano, la
suegra y las cuñadas del ex Presidente Maurizio Macrì.
Para el Poder Ejecutivo, la
pandemia no cambió las prioridades, que siempre fueron los más
desprotegidos y los adultos mayores, pero sí redujo la importancia
que hasta su aparición tenían la negociación de la deuda externa y
el control del déficit central. Esta «es la hora del Estado, es la
hora de la inversión pública», afirmó.
También anunció que el lunes 6
firmará un DNU designando a los intendentes como autoridad de
aplicación de la ley de defensa de la competencia, para que puedan
controlar el incremento de precios de alimentos en los pequeños
comercios de cercanía.
También habló con el presidente
del Banco Central, Miguel Pesce, para plantearle que no se puede
tener tanta paciencia con los bancos, que no están permitiendo el
acceso de las empresas a las líneas de crédito a tasa negativa que
dispuso el gobierno.
«No es que se le acaba la
paciencia al presidente, se le acaba la paciencia a las empresas que
no pueden pagar los sueldos», dijo. (PE/Facebook Orduña)
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En Paquistán, la Ley de Generosidad combate el coronavirus.
Por
Aysha Imtiaz
Paquistán
A
medida que Paquistán impone mayores medidas de distanciamiento
social para combatir el coronavirus, una ley musulmana de generosidad
está ayudando a salvar a los que no tienen trabajo.
En las afueras de los mercados en
Karachi, se ha desarrollado una escena notable en las últimas dos
semanas. En lugar de apresurarse a la casa después de ir de compras
para evitar exponerse al coronavirus, muchos pakistaníes se detienen
afuera para ofrecer comida, dinero u otra obra de caridad a las
muchas personas de la calle que no tienen donde refugiarse. Estas
generosas ofertas suelen ir acompañadas de una solicitud al
destinatario: “Oren para que [el coronavirus] termine pronto”.
Al igual que muchas naciones,
Paquistán ha impuesto medidas estrictas de contención en respuesta
a la pandemia mundial del coronavirus, incluido el cierre de
escuelas, la prohibición de reuniones públicas y el cierre de todas
las empresas que no venden comestibles o medicamentos. Pero a
diferencia de otros países que han ordenado medidas similares, los
efectos de un bloqueo prolongado aquí podrían tener consecuencias
económicas mucho más graves, y potencialmente fatales.
En un reciente discurso
relacionado con el coronavirus a la nación, el primer ministro de
Paquistán, Imran Khan, declaró que “el 25% de los pakistaníes no
pueden permitirse el lujo de comer dos veces al día”. A medida que
el país emite medidas de cierre más estrictas y obliga a las
personas a quedarse en sus casas, muchos diaristas aquí, desde
vendedores ambulantes de alimentos hasta limpiabotas, ahora no han
ganado una sola rupia en semanas, y están pasando hambre.
En el mismo discurso televisado,
Khan resumió la grave realidad de Paquistán: “Si cerramos las
ciudades… los salvamos de la corona [virus] por un lado, pero
morirán de hambre por el otro lado… Paquistán no tiene las
condiciones que tienen los Estados Unidos o Europa. Nuestro país
tiene una pobreza extrema”.
También
tienen esperanza.
En medio a la pandemia, los
pakistaníes se unen para ayudar a los menos afortunados de una
manera única e inspiradora.
Específicamente, muchos están
ofreciendo el zakat, el impuesto tradicional de la caridad musulmana,
para los asalariados que no tienen licencia pagada, seguro médico o
red de seguridad financiera.
En árabe, “zakat ” se
traduce como “lo que purifica” y, según los Cinco Pilares del
Islam, es uno de los deberes religiosos más importantes para los
musulmanes. Esta limosna obligatoria se calcula sobre el 2.5% del
exceso de riqueza anual de una persona. Existen parámetros estrictos
que describen el nisab, o limite, más allá del cual los activos de
un musulmán se vuelven responsables del zakat, así como quién
tiene el derecho de recibirlo. Partiendo de la creencia de que este
mundo es transitorio y todo está otorgado por la benevolencia del
Creador, el zakat sostiene la idea de que los menos afortunados
tienen una participación en todo lo que la comunidad posee
temporalmente.
Mientras muchos en todo el mundo
se centran en la limpieza física durante el brote de coronavirus, el
Dr. Imtiaz Ahmed Khan, biólogo molecular de la Universidad Hamdard
en Karachi, compara el zakat a una limpieza espiritual, citando la
popular expresión paquistaní, “Paisa haath ki meil hai” ( El
dinero es como la suciedad en las manos).
“El zakat elimina las impurezas
de la riqueza”, agregó el Dr. Khan. “Si alguno de mis vecinos se
acuesta con hambre yo soy responsable por eso. ¿Cómo puedo tener
una despensa sobre abastecida mientras uno de mis vecinos pasa
necesidad?
El espíritu de generosidad está
firmemente integrado en el ADN de Paquistán. De hecho, en las 47
naciones de mayoría musulmana del mundo las contribuciones del zakat
suelen ser voluntarias, pero Paquistán es uno de los únicos seis
países en los que el gobierno lo ordena y recauda. Además, según
Rizwan Hussain, autor de The Oxford Encyclopedia of the Islamic
World, “Paquistán es el único país que se ha establecido en
nombre del Islam”, y esta espiritualidad devota se refleja en sus
leyes.
Según un informe de la Stanford
Social Innovation Review, Paquistán contribuye con más del 1% de su
PIB a la caridad, ubicándolo entre “países mucho más ricos como
el Reino Unido (1.3%) y Canadá (1.2%) y alrededor del doble de lo
que entrega India relativo a su PIB”. Y un estudio a nivel nacional
descubrió que el 98% de los pakistaníes dan a la caridad u ofrecen
su tiempo como voluntarios, una cifra que supera con creces el número
de personas que están legalmente obligadas a ofrecer zakat.
Corazones
grandes
“Como nación, puede que no
tengamos mucho, pero tenemos corazones grandes”, dijo M. Sohail
Khan, un pakistaní que vive en Loughborough, Reino Unido.
“Simplemente si tu visitas cualquier pueblo te abrirán sus
hogares; poner a los demás primero es nuestra cultura. Hemos visto
sufrimiento. Tenemos empatía y compasión. Incluso podemos tener
demasiado de esto, ya que se requerirá una educación general para
convencer a las masas de que el distanciamiento social no es lo mismo
que abandonar a tu vecino”.
A medida que se propaga el
coronavirus, muchos pakistaníes han estado dando mucho más allá
del 2.5% requerido de zakat, mientras que otros que no ganan lo
suficiente para calificarse como donantes de ello están ofreciendo
tanta caridad como pueden – y hasta ahora, estas donaciones se
están movilizando rápidamente.
Muchas donaciones se destinan a
la creación de paquetes mensuales de raashan (ración) que proveen a
los diaristas y a los menos afortunados de los artículos básicos
menos afortunados, como lentejas, manteca, harina, aceite, azúcar y
té. Si bien generalmente se distribuyen durante el Ramadán, ahora
se distribuyen entre los trabajadores diaristas afectados por las
repercusiones económicas de la pandemia. En estos días, también
incluyen jabón antibacteriano.
Faisal Bukhari ha estado
entregando paquetes raashan en áreas empobrecidas donde los
diaristas necesitan ayuda inmediata. “Ha habido una gran cantidad
de donaciones esta semana”, dijo. “Recibo entre 20 y 25 consultas
o pedidos por día. A veces, recibo todavía más”.
Otros están organizando
esfuerzos similares. “Solo en los últimos días, hemos visto el
crecimiento rápido de grupos de apoyo especialmente para los
diaristas para preparación de los paquetes raashan”, dijo Ahmad
Sajjad, profesor del Instituto de Administración de Empresas de
Karachi. “Me recuerda el terremoto de 2005 cuando los pakistaníes
se unieron para ofrecer caridad. Esta vez, durante el cierre, en
lugar de campamentos de ayuda en las carreteras, la población está
aprovechando las plataformas de redes sociales para recaudar fondos y
proporcionar ayuda”.
Sabiha Akhlaq, que dirige la
Fundación SSARA, una organización internacional de caridad, subrayó
la gravedad de la situación actual de Paquistán: “Está feo
afuera. Un hombre comenzó a llorar [cuando fuimos a entregar el
raashan] porque su familia de cuatro personas había estado sin
comida durante 29 horas”.
Haciéndose eco de otros, Akhlaq
dijo que el SSARA ha estado recibiendo una afluencia de donaciones
debido al bloqueo de Covid-19.
“Entregamos 200 comidas recién
cocinadas al día, y también paquetes de comestibles raashan. El 25
de marzo, entregamos 125 paquetes de raashan a miembros de la
comunidad transgénero”, dijo Akhlaq. “Son el segmento más
vulnerable y en riesgo de la sociedad. Fue tan desgarrador ver su
profunda gratitud y pura sorpresa que alguien hubiera pensado en
ellos. Ellos también han perdido sus medios de sostén”.
Las
Redes Sociales y teléfono
En todo Paquistán, las
solicitudes de donaciones circulan ampliamente en WhatsApp y las
redes sociales. Las mujeres están desempeñando un papel importante
al ofrecer sus casas como puntos de recolección de ingredientes
básicos, como harina, aceite y lentejas. Muchos han comenzado a
circular sus números de teléfono personales para movilizar más
donaciones, una práctica poco común en Paquistán antes de la
pandemia.
Organizaciones voluntarias como
el Ejército Robin Hood han estado ocupadas distribuyendo alimentos
excedentes de restaurantes y paquetes de raashan a los necesitados. Y
grupos como la Edhi Foundation y Saylani Welfare Trust tienen líneas
de ayuda y números de WhatsApp que las personas pueden usar para
informarles sobre familias que necesitan alimentos.
Un hecho curioso es que estos
primeros esfuerzos parecen estar funcionando. Saubia Shahid, maestra
en Karachi, dijo que recientemente trató de donar alimentos y que el
Ejército Robin Hood le dijo que lo intentara nuevamente en varias
semanas. “Dada la abrumadora generosidad de los karachitas, me
pidieron que me comunicara con ellos nuevamente en abril o mayo.
Hasta entonces, dijeron que estaban abastecidos”.
Según una encuesta reciente del
gobierno, los bancos pakistaníes recaudaron Rs 7.377.678.000 (US$
45.15 millones) en zakat de la población en 2018-2019. Pero debido a
que los pakistaníes dan mucho zakat directamente a los necesitados y
esto no está documentado, la cifra real es probablemente mucho
mayor.
Este es el caso actualmente, ya
que muchos hogares todavía pagan los salarios de los empleados
domésticos sin llamarlos a trabajar para reducir el potencial de
propagación del virus. Algunas instituciones que han tenido ahorros
imprevistos en sus costos indirectos durante el cierre han pasado el
dinero a las personas necesitadas de su región. Estas podrían ser
el vendedor de cereales que anteriormente estaba sentado cerca de las
escuelas tratando de alimentar a sus hijos, el vendedor de vegetales
que visitaba complejos de apartamentos con un megáfono o el vendedor
de hielo que de repente se encontró en aprieto.
“Paquistán, siendo una de las
naciones más filantrópicas, tiene un concepto algo diluido de
individualismo y capitalismo”, explicó Imran Baloch, un banquero
corporativo de Paquistán. “Las personas que tienen la suerte de
pertenecer a los ‘que tienen’ conscientemente hacen el esfuerzo
de aliviar la carga de los ‘que no tienen’ porque consideran que
es su deber, un concepto que suena especialmente cierto en
condiciones de crisis, como Covid-19.”
El
zakat y la caridad
Es costumbre que los musulmanes
ofrezcan el zakat especialmente durante el Ramadán (que comienza
este año el 23 de abril), ya que se dice que las bendiciones
espirituales se multiplican en este mes sagrado. Durante una reciente
transmisión nacional en Paquistán sobre la pandemia de Covid-19, el
Dr. Qibla Ayaz, presidente del Consejo de Ideología Islámica,
respaldó la oferta “temprana” de zakat para aliviar la difícil
situación del coronavirus como una iniciativa noble.
En cierto sentido, el momento
para que la pandemia se infiltre en Paquistán no podría haber sido
mejor. En los dos meses anteriores al Ramadán, en condiciones que no
son de Covid, es habitual que los pobres batan en las puertas y pidan
el zakat. Muchas familias desfavorecidas programan bodas o eventos
importantes para esta época, con la esperanza de recibir asistencia
financiera. Ahora también tienen esta esperanza, y los pakistaníes
no dejan de donarlo.
Sundus Rasheed, un presentador de
una estación de radio de Karachi, dijo sobre la respuesta de la
ciudad a la pandemia: “Los karachi walas (karachitas) hacen muchas
donaciones personales, mucho más allá del zakat. Personalmente yo
no tengo ahorros, según el límite del zakat, pero antes de que la
corona empeorara un poco, distribuíamos paquetes de higiene. Vivo
cerca del puerto donde hay muchos diaristas. Distribuíamos 400
paquetes, solo a personas que conocíamos. Ahora, está llegando a un
punto en el que no es solo una medida preventiva de higiene, sino una
cuestión de sostenimiento”.
En cierto sentido, los
pakistaníes ven el poder del zakat y la caridad religiosa como
fuerzas cósmicas. Y ante una pandemia, estos poderes se están
incrementando con la esperanza de que la crisis termine.
Los pakistaníes creemos que una
buena acción engendra otra, y tal vez nuestra generosidad se
propague más rápido que el virus. Armados con la creencia
inquebrantable de que la humanidad en general se beneficiará,
estamos haciendo todo lo posible para proporcionar un colchón a
quienes necesitan ayuda – y esperanza a quienes necesitan
esperanza.
En este tiempo, estos somos todos
nosotros, +(PE)
Traducción
Sergio Marcus Pinto Lopes smplopesbr@gmail.com
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El
coronavirus COVID-19 se detectó por primera vez en la ciudad china
de Wuhan en diciembre de 2019, desde ese entonces un equipo de la
UNGS ya lleva registradas alrededor de treinta nuevas palabras en
medios de comunicación de la Argentina y en redes sociales.
“Ante una situación
extraordinaria, de fuerte cambio y de shock social se requiere no
solo de nuevas denominaciones para los fenómenos nuevos, como
distanciamiento social, infodemia o el propio nombre del virus
COVID-19, sino también de neologismos emotivos, de autor o lúdicos
que permitan expresar las sensaciones de los hablantes ante lo
extraordinario, entre ellos, coronacrisis, macrivirus y aplausazo”,
explica la lingüista Andreína Adelstein, investigadora del Conicet,
investigadora docente del Instituto del Desarrollo Humano de la
Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS), donde coordina el
Programa de Estudios del Léxico, y coordinadora del nodo argentino
de la Red Antenas Neológicas.
En busca de las nuevas palabras
Adelstein junto con Virginia Carrasco y Bibiana Castillo Benítez,
becarias de docencia e investigación de la UNGS e integrantes del
nodo argentino de Antenas Neológicas, utilizan principalmente como
fuentes los diarios La Nación, Clarín y Página/12 y también
diarios digitales de diferentes provincias argentinas y países y
redes sociales, entre ellas Twitter. Del proyecto también participa
como adscripta María Celeste Florez, estudiante del Profesorado en
Lengua y Literatura de la UNGS.
Un neologismo es una palabra
nueva que puede serlo por distintos motivos, en primer lugar porque
no existía previamente, como es el caso de biodiésel, creada para
nombrar un nuevo combustible de origen vegetal, y más recientemente
COVID-19, para nombrar al nuevo coronavirus.
Otro recurso habitual de la
lengua es reutilizar palabras ya existentes para referirse a otros
conceptos, ya sea en la vida cotidiana como en el lenguaje de las
ciencias, tal es el caso virus, corralito y cuarentenal, con nuevo
significado relacionado a la cuarentena en tanto aislamiento social o
sanitario. Virus, por ejemplo, fue exportado del lenguaje médico al
mundo de la informática por la semejanza que existe entre los
procesos virales biológicos y los procesos virales informáticos y
los procesos de difusión virales de contenidos en las redes
sociales.
Y las palabras también pueden
crearse a partir de préstamos de otras lenguas, tal es el caso de
coronacrisis y coronabebé, dos calcos tomados del inglés.
Las
nuevas palabras
“A cuarentenear en familia”,
escribió una joven del barrio de Santos Lugares, en su cuenta de
Instagram. Cuarentenear, que significa cumplir, transitar o
experimentar una cuarentena, es uno de los neologismos registrados
por Virginia Carrasco y Bibiana Castillo Benítez. Explican que, en
este caso, la palabra se creó por “el proceso de sufijación, pues
se agrega el sufijo -ear al sustantivo cuarentena formando un verbo.
Este sufijo verbal tiene el sentido de repetición”.
“Las primeras apariciones del
neologismo parecen provenir de la red social Twitter, donde es
utilizado por usuarios de diversos países de habla hispana: España,
Colombia, México, Argentina, Uruguay. También es utilizada por
usuarios de Instagram de los mismos lugares y aparece en títulos de
videos de Youtube”, cuenta Carrasco, estudiante avanzada del
Profesorado en Lengua y Literatura que dicta la UNGS. Esta palabra
también fue utilizada por el diario Clarín y en el portal web de
Telefe.
Utilizada por funcionarios, en
medios de comunicación, redes sociales y en conversaciones
familiares, aislamiento social es una de las palabras del momento y
también es un neologismo. “Se forma por el proceso de composición
sintagmática, que implica una secuencia de dos o más palabras que
se comportan como forma fija con un concepto unitario. En este caso,
el neologismo está formado por el sustantivo aislamiento y el
adjetivo social. Además suele estar acompañado por adjetivos como
preventivo y obligatorio”, afirma Castillo Benítez, graduada
reciente del Profesorado en Lengua y Literatura de la UNGS.
Todos los días a las 21, los
argentinos salen al balcón, la terraza o se acercan a la ventana
para aplaudir a los y las trabajadoras de la salud que trabajan para
intentan controlar la propagación del conoravirus. Así, el
aplausazo es uno de los neologismos emotivos que surgió durante la
pandemia. En este caso, y según explican las especialistas, se
adjunta el sufijo -azo al nombre aplauso: “El sufijo ya no presenta
el significado usual de ‘gran magnitud’, sino que refiere a un
evento masivo”.
“Nacieron los primeros
coronials”, títuló el martes 28 de marzo el diario La Nación.
Coronial y cuarentenial hacen referencia a la generación que está
naciendo en el período de cuarentena establecida por la propagación
del COVID-19. “Ambos neologismos son calcos del inglés y se
formaron por acronimia, es decir, al unir coronavirus y millennial,
en el primer caso, y por quarantine y millenial, en el segundo”,
explica Carrasco. Estos términos son muy utilizados en redes
sociales, sobre todo en Twitter, cuenta.
En un sentido similar se utiliza
coronabebé, para nombrar a los bebés concebidos o nacidos durante
el periodo de la pandemia de COVID-19. Este término fue registrado
en medios argentinos y españoles y es muy utilizado en Twitter,
tanto en inglés como en español.
Otro tipo de palabras nacen con
el propósito de crear impacto, tal es el caso de Bolsovirus y
macrivirus, registrado en el diario Página/12 y en redes sociales,
en ambos casos. Bolsovirus compara en términos negativos al actual
presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, con el daño provocado por el
COVID-19. Mientras que macrivirus, realiza una comparación, también
en términos negativos, del mandato de expresidente argentino con la
pandemia del coronavirus.
Información
falsa y epidemia
Infodemia y desinfodemia fueron
dos de los neologismos registrados en el último mes por el equipo de
la UNGS.
En el marco de la Red de Antenas
Neológicas, los distintos nodos van cargando las nuevas palabras que
aparecen en los medios de comunicación de los distintos países que
integran la red. Para el caso de infodemia, fue registrada por
primera vez en 2006 en España, en el diario El País.
Utilizada para referirse a la
difusión de información falsa o incorrecta a través de los medios
de comunicación y que mayormente genera pánico social, en la
Argentina esta palabra fue recientemente registrada en los diarios La
Nación, Clarín, Página/12, según comentan las integrantes del
equipo de la UNGS. También es utilizada por funcionarios del
Ministerio de Salud de la Nación. “Consiste en unir dos palabras a
partir de su acortamiento: se toma info de información y se le
adjunta demia de epidemia. Es probable que, de todos modos, la
acronimia se haya dado a partir de un proceso de calco del inglés,
que emplea infodemic”, explica Castillo Benítez.
Según la Fundeu BBVA, la
Organización Mundial de la Salud (OMS) emplea desde hace tiempo el
anglicismo infodemic para referirse a un exceso de información sobre
un tema, mucha de la cual son rumores que dificultan que las personas
encuentren fuentes y orientación fiables cuando lo necesiten.
Desinfodemia significa “pánico
social generado por la propagación de noticias falsas que circulan
rápida y masivamente”. “En este caso el proceso de formación
fue prefijación y luego acronimia. A la palabra información se le
agrega el prefijo des- formando desinformación que luego se acorta
en desinfo- y se une a -demia de epidemia”, explica Carrasco. Las
especialistas hasta ahora solo registraron su uso en el portal El
gato y la caja.
Palabras
testigo
Los especialistas tienen en
cuenta ciertos parámetros previamente consensuados para determinar
que una palabra deja de ser neológica, es decir, que deja de ser una
nueva palabra. Los criterios más usados son que hayan pasado diez
años desde su primera utilización o que la palabra haya sido
incorporada en un diccionario.
¿Cuál será el futuro de estas
palabras? ¿Serán incorporadas al lenguaje cotidiano o dejarán de
usarse una vez pasada la pandemia? “Habría que ver cuán
productivas son estas palabras ahora y dentro de un tiempo”, dice
con cautela Castillo Benítez y agrega: “En este contexto, podemos
notar una frecuencia de uso importante sobre todo de infodemia,
aislamiento sanitario/social, distanciamiento social, cuarentenoso,
cuarentenal que podrían llegar a ser palabras testigo de esta época.
Creo que el efecto lúdico también podría llegar a perdurar algunos
de estos neologismos en épocas postcoronavirus. Es decir, quizás
algunas queden olvidadas, pero creo que también hay otras que se
incorporarán a nuestro léxico, si es que algunas ya no se
incorporaron”.
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De
como se piense lo individual y lo social y las relaciones que,
humanos, nos demos en la realidad, será el futuro.
Esta
claro que nada podrá ser igual después de la pandemia. El asunto
aún sin resolver es si el individualismo o lo social no encontrarán
en las relaciones políticas, las formas de humanizar los debates y
producir una nueva realidad capaz de incluir y permitir el desarrollo
individual y colectivo con el respeto a la tierra y los delicados
equilibrios que minimicen conflictos y prioricen la vida de todos,
mas allá de cualquier parcialidad que parezca imponerse por sobre
otras … Y en que las relaciones económicas coloquen a las personas
(Su vida y su calidad de vida) por encima de cualquier indicador
económico o balance de los propios beneficios …
Daniel
Roberto Távora Mac Cormack
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