Miercoles 8 de abril de 2020

La mayoría de nosotros solemos caer en algunas de estas trampas en distintos momentos. Muchas de ellas tienen una base racional lógica, lo que dificulta tanto identificarlas como superarlas. Algunos ejemplos de trampas mentales son:


    • El escepticismo: Principio o justificación errónea  (“Es imposible esperar que no ocurra ningún accidente a lo largo del tiempo, y los datos me dan la razón”). Suele ser una de las más difíciles de superar por la justificación basada en datos. Si el histórico nos dice que todos los años ha habido un accidente, es de esperar que sigan ocurriendo, ¿no?
     
    • La complacencia: (“es que hemos mejorado mucho en los últimos años, seguir avanzando ya va a ser muy difícil”). Suele presentarse cuando se ha vivido periodos de avance significativos, con mejoras de los indicadores y ausencia de sucesos con consecuencias negativas. Suele además aparecer como justificación cuando los indicadores empiezan a llegar a una meseta, para hacernos ver que ya no hay peligro.
     
    • La crítica negativa:  (“Cómo quieres que yo dé ejemplo si el otro no lo hace”) Aparece cuando nos centramos más en lo que nos rodea que en lo que podemos mejorar nosotros mismos. Suele aparecer cuando hay muchas cosas que mejorar, ya que no sabemos ni por dónde empezar, o cuando quienes están al frente o tienen poder de decisión no siempre demuestran coherencia entre lo que hacen y dicen, justificando así la propia ignorancia o displicencia.
     
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La rápida propagación y lentas respuestas en los países europeos, EEUU y algunas de las naciones latinoamericanas han sido estudiadas en un informa del Fondo Monetario Internacional publicado ayer en su sitio oficial.

La pandemia de COVID-19 ha empujado al mundo hacia una recesión, que en 2020 será peor que la crisis financiera mundial. El daño económico va acumulándose en todos los países, en paralelo con el incremento de nuevas infecciones y de las medidas de contención adoptadas por los gobiernos.

China fue el primer país que sintió de lleno el impacto de la enfermedad, con más de 60.000 casos activos confirmados a mediados de febrero. Países europeos como Italia, España y Francia están ahora atravesando las fases agudas de la epidemia, y les sigue Estados Unidos, donde el número de casos activos está en rápido aumento. En muchas economías emergentes y en desarrollo, la epidemia apenas parece estar comenzando.

En Italia, el primer país europeo que se vio gravemente afectado, el gobierno impuso una orden de confinamiento el 9 de marzo para contener la propagación del virus. Como resultado, la presencia de personas en lugares públicos y el consumo de electricidad han disminuido drásticamente, sobre todo en las regiones septentrionales, donde la incidencia de la enfermedad ha sido considerablemente más alta.

Las consecuencias económicas de la pandemia ya están golpeando a Estados Unidos con una velocidad y gravedad sin precedentes. En las últimas dos semanas de marzo, casi 10 millones de personas solicitaron prestaciones por desempleo. Nunca antes se había registrado un aumento tan marcado y descomunal, ni siquiera en el peor momento de la crisis financiera mundial en 2009.

Las perturbaciones causadas por el virus están empezando a repercutir en los mercados emergentes. Tras haber mostrado escaso movimiento a comienzos del año, los índices más recientes derivados de las encuestas de gerentes de compras (PMI, por sus siglas en inglés) apuntan a bruscas desaceleraciones del producto manufacturero en muchos países, debidas a caídas de la demanda externa y a crecientes expectativas de contracción de la demanda interna. Un dato positivo es que el PMI de China ha repuntado moderadamente tras los notables descensos observados a comienzos del año, a pesar de la débil demanda externa.

La moderada reactivación económica en China también se ve reflejada en los datos satelitales diarios sobre concentraciones de dióxido de nitrógeno en la atmósfera local, un indicador indirecto de la actividad industrial y el transporte (pero también de la densidad de contaminación como subproducto del consumo de combustibles fósiles). Tras registrar marcados descensos en enero y febrero durante la fase aguda de la pandemia, las concentraciones han aumentado conforme han disminuido las nuevas infecciones, gracias a lo cual China ha podido relajar gradualmente las estrictas medidas de contención.

La recuperación en China es limitada, pero no deja de ser alentadora porque indica que las medidas de contención permiten controlar la epidemia y despejar el camino para la reanudación de la actividad económica. De todos modos, hay una enorme incertidumbre acerca de la trayectoria futura de la pandemia, y no se puede descartar un resurgimiento de la propagación en China y otros países.

Para derrotar esta pandemia, necesitamos un esfuerzo sanitario y económico coordinado a escala mundial. El FMI —en colaboración con otros socios— está haciendo todo lo posible para garantizar que los países afectados tengan a su disposición apoyo rápido a través de financiamiento de emergencia, asesoramiento sobre políticas y asistencia técnica.

Presentaremos más información sobre el impacto económico de la pandemia de COVID-19 cuando el FMI publique su informe Perspectivas de la economía mundial el 14 de abril.
( https://blog-dialogoafondo.imf.org/?p=13171&utm_medium=email&utm_source=govdelivery )

El módulo de políticas económicas coordinado por mg. Santiago Fraschina, como parte del observatorio de políticas públicas de la universidad nacional de avellaneda publico un informe que da cuenta de la caída en la recaudación fiscal debido a la pandemia.




A lo largo de la historia las funciones del Estado se han multiplicado y expandido, mientras que en otros momentos se han disminuido.

•Una de las tareas fundamentales del Estado es la recaudación de impuestos para obtener los suficientes recursos que le permita brindar bienes y servicios a la comunidad y distribuir parte de los ingresos recaudados hacia los estratos más vulnerables.

•La administración anterior, con el argumento de aumentar la competitividad e incentivar la inversión,llevó adelante una serie de medidas de índole fiscal que impactó en la estructura impositiva en un sentido regresivo, por ejemplo, baja de retenciones y delas contribuciones patronales, entre otros.

•Este informe se prepone el análisis de la estructura tributaria en general, brindando elementos que permiten mensurar su grado de progresividad y regresividad a la luz de las modificaciones impositivas de losúltimos años.

•Entre IVA y Ganancias, se acapara el 50% de la recaudación total nacional. Al ser el primero regresivo y el segundo, progresivo, la relación entre ambos puede dar cuenta del grado de progresividad/regresividad del sistema tributario actual.

•La incidencia del Impuesto a las Ganancias se redujo a partir del 2016, mientras que el IVA aumentó, a pesar de los años de recesión económica. Mientras el ratio de este dos impuesto daba cuenta del camino hacia mayor progresividad, ese proceso fue abortado en 2016, con un claro cambio en su tendencia.

•El impuesto a los Bienes personales es otro de los impuestos más progresivos que hay, ya que grava el patrimonio, y se va incrementando la alícuota a medida que el mismo crece. Su incidencia bajó en el total de la recaudación a partir del 2016, producto de modificaciones impositivas con objetivos de incentivar el blanqueo de capitales. Así, la administración anterior aplicó un mecanismo de descenso gradual de las alícuotas desde ese mismo año.

 •El gobierno actual decidióvolverampliar el espectro de contribuyentes no actualizando este año las alícuotas, además de que incrementó las alícuotas para bienes en el exterior, siendo de un rango de 0,7% a 2,25%, con reducciones si se repatrían al país. Así, se espera no solo duplicar el peso actual en la recaudación total, sino generar incentivos para disminuir la exteriorización de capitales.

•En este sentido, el resultado del incremento a bienes en el exterior a partir de diciembre 2019 es positivo porque se está desalentando la salida y formación de activos en el extranjero, en combinación con el control cambiario

•El impuesto PAIS, que entró en vigencia a fines de diciembre, va en el mismo sentido: progresividad y desincentivo a salida de divisas. Hasta el momento, con resultados muy positivos en sus efectos y sin que se disparen cotizaciones alternativas del dólar.

•Los recientes datos provenientes de la AFIP sobre la recaudación del mes de marzo muestran que la tendencia a la caída real de la recaudación sigue profundizándose, ahora con un nivel mayor. Todos los impuestos continúan mermando en términos reales, ahora potenciados por el aislamiento obligatorio decretado a partir del 20 de marzo y el parate casi total de la actividad. No obstante, estos indicadores no llevaron a una retracción del gasto, sino todo lo contrario: si hubiere objetivos fiscales, será postergados para atender de manera urgente las cuestiones sanitarias hoy.
(https://mcusercontent.com/219db79b15bd598643ad6537b/files/38bff197-3d10-45f6-98c2-f97c04c23845/Infografi_a_Sistema_Tributario.pdf )

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En tiempos de reciente neoliberalismo Macrista, a estas actitudes las hubieran elogiado como parte de la “autocrítica”  necesaria en el gobierno del país … ¿Porque hoy no es vista así?


El ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, le pidió este martes la renuncia al secretario de Articulación de Políticas Sociales, Gonzalo Calvo, responsable de autorizar la compra de azúcar y aceite a valores por encima de los "precios testigo" fijados por la Sigen, se informó oficialmente.

La investigación fue iniciada ayer a pedido del ministro, luego de que fuera difundida la compra de alimentos hecha por la cartera que dirige para repartir en el contexto de la pandemia.

El propio Alberto Fernández anunció anoche en una entrevista televisiva que "si hubo un acto de corrupción" en la compra de alimentos será "el primero que lo va a perseguir" porque su intención "no es apañar a un corrupto" en su gobierno.

Sin embargo, desde la cartera de Desarrollo Social, afirmaron que por el momento no se constató un “acto de corrupción”, sino un proceso por lo menos “desprolijo”.

El Presidente había dicho que "las empresas se plantaron y no quisieron bajar los precios y la cartera de Desarrollo Social tuvo que enfrentar el dilema entre alimentar a la gente y pagar más, o no hacerlo".

"Esto habla de la cartelización de ciertos sectores ", afirmó e informó que instruyó al Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, para que esta compra "sea devuelta, pese a que ya se recibió parte de los alimentos, ya que aún no se pagó".
( https://www.ambito.com/politica/alimentos/arroyo-echo-al-funcionario-que-autorizo-compras-sobreprecios-n5094136)

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Más allá  de cualquier interpretación, la realidad no puede ser disimulada … La declaración de emergencia sanitaria e imposición del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio —con la suspensión de asistencia al lugar de trabajo—, como respuesta a la propagación del coronavirus, impactó en las relaciones laborales y desnudó el síntoma del capitalismo: la apropiación del trabajo humano es la condición de posibilidad del sistema.

El fracaso de los axiomas con los que se estructuran la economía y la crisis inminente, nos arroja a un escenario de puja en la construcción de un nuevo orden. Se abre la posibilidad de que la exclusión no se traduzca en personas sino en justa distribución de riquezas y poderes sociales.




Sin embargo, en esta inminente transición refundacional, la amenaza de la exclusión y precarización de trabajadores y trabajadoras acecha y, para aventarla, la correlación de fuerzas es un elemento inescindible de la coyuntura.

El capitalismo se evidencia insostenible. El sector que va a hegemonizar esa reinvención es lo que está en disputa.
Radicalizar la protección

El derecho del trabajo tuvo su razón de ser ante las desigualdades producidas por el desarrollo de la Revolución Industrial y la aplicación de un derecho de iguales (civil) a quienes efectivamente eran desiguales. No hay ordenamiento laboral si no es un modo de producción capitalista.

Sin embargo, el aparato discursivo identitario y propalado por determinado sector de la patronal —afianzado en un bloque cultural que lo excede— desde el surgimiento y desarrollo de las conquistas sociales, giró en torno a la noción de privilegios inmerecidos de los trabajadores.

La invisibilización del trabajo en tanto fuente de producción de valor y riqueza se acompañó con la sobrevaloración simbólica del capital.

El neoliberalismo, la globalización y la financiarización de la economía mundial y local, recrudecieron las condiciones materiales de esa desigualdad y tornaron fundamental la repotenciación de la protección al trabajador con el fin de cumplir el mandato constitucional del artículo 14 bis de la Ley Fundamental.

En el reconocimiento del antagonismo irreductible capital/trabajo, el derecho es un instrumento que cercena el poder del empleador ante la lógica de maximización de rentabilidad y garantiza la ciudadanía del trabajador dentro del ámbito de la empresa.

En una época en la que la argumentación perdió peso específico y los sectores reaccionarios están desinhibidos, visibilizar el funcionamiento de la estructura resulta casi revolucionario.

El anatema contra el Estado

En condiciones de emergencia y excepción como las actuales, las medidas que deben adoptarse para sostener esa ciudadanía deben ser de idéntica índole.

Esto nos abre la puerta a repensar la noción y rol del Estado y el Derecho. Se impone:
    • Desterrar la rémora del Estado gendarme –reaseguro de la seguridad, propiedad y administración de justicia que los ampara—, y afianzar el rol del Estado benefactor que interviene en la preservación de la salud, la educación y el trabajo.
    • Quebrar la ficción jurídica enquistada en el inconsciente colectivo del ordenamiento legal como un compartimento estanco, entendido como sumatorias de derechos individuales autosuficientes que postulan su preeminencia por sobre los colectivos. El derecho individual no termina donde empieza el del otro, cede ante la jerarquización del colectivo, como la salud ante la emergencia.

La llegada del coronavirus encontró a nuestro país con una emergencia económica, sanitaria y ocupacional (entre otras) ya declarada en diciembre del año pasado por la ley 27.541 y el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 34/19, resultado de una gestión que apostó por un Estado mínimo y al recorte en salud y trabajo.



Inmediatamente después de la declaración de pandemia por parte de la OMS, se dictó el DNU 260/20 que amplió la emergencia sanitaria por un año y, días después, se dispuso a través del DNU 297/20 el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, que suspendió la obligación de asistir al lugar de trabajo. Sin embargo, la misma norma garantizó el derecho a percibir los ingresos (art. 8) de ese período.

Habiendo pasado unos días de la iniciación de la cuarentena, algunas empresas como Techint (cuya responsabilidad social debiera intensificarse en tiempos de crisis) dispusieron despidos masivos con el propósito de no perder margen de ganancia y socializar los riesgos y pérdidas en las espaldas de trabajadores y trabajadoras. En síntesis, fulminar la estructura protectoria.

Por ese motivo, el 31 de marzo se dictó el DNU 329/20 que prohíbe los despidos sin causa, así como los despidos y suspensiones por causas económicas (fuerza mayor y falta o disminución del trabajo). Ante la violación de esa norma sobreviene la nulidad de las medidas ilegítimas e ilegales.

El Estado ejerce el poder de policía en situaciones de emergencia como la actual y esta normativa tiene por finalidad salvaguardar el derecho colectivo a la salud, del que se derivan los derechos subjetivos a la vida e integridad física.

La pérdida de la fuente de trabajo en medio de una crisis arroja al desempleo, la precarización y a la ausencia inmediata de cobertura médica, es decir, pone en peligro el bien jurídico que la normativa de emergencia pretende proteger.
El retorno de lo suprimido

La gestión de Mauricio Macri tuvo un corte netamente antisindical. Los y las dirigentes gremiales, sindicatos, abogadxs laboralistas y jueces del trabajo fueron tildados de mafiosos y aprovechadores de la industria del juicio. El motivo fue claro: quebrar los dispositivos de protección y erosionar el lazo colectivo y solidario que funciona como contrapoder a los poderes fácticos que sistemáticamente violaron (y aún lo hacen) los derechos laborales.

Pero fue la articulación de esos lazos la que impidió el desembarco de la reforma laboral en 2017.

Y esto porque la ley siempre es un punto de llegada que cristaliza una puja de intereses.

En septiembre de 1974 se promulgó la Ley de Contrato de Trabajo, resultado de luchas de décadas y del protagonismo del colectivo de trabajadores.

Norberto Centeno fue el abogado laboralista creador de esa ley. Detenido por el Plan Conintes y en las dictaduras de 1969 y 1976, fue torturado y desaparecido en esta última en La Noche de las Corbatas. Había incorporado en la Ley de Contrato de Trabajo la figura del despido socialmente injusto, y la nulidad y posterior reinstalación del trabajador.

Este artículo (como otros) fue eliminado por la regla estatal 21.297, en abril de 1976.

El brazo civil de esa dictadura representado por el sector empresarial —los mismos que hoy presionan para no perder una pizca de rentabilidad—, bregaron por la supresión de esos artículos así por la desaparición de sus mentores.

Tal vez llegó el momento del retorno de lo suprimido.
( https://www.elcohetealaluna.com/la-irrupcion-de-lo-real/ )

“Acá no hay ningún levantamiento de la cuarentena, vamos a ver algunas actividades puntuales, pero en Buenos Aires y en el Área Metropolitana la cuarentena va a ser más estricta”, confirmó este miércoles el presidente en una entrevista a Canal 13.




El presidente avanzó el martes por la noche con una propuesta que ya había ido anunciando cada vez que le preguntaban. Por el momento no habrá levantamiento ni flexibilización de la cuarentena en la ciudad de Buenos Aires y el conurbano. Toda la región del AMBA quedará –no se sabe hasta cuándo-bajo el mismo régimen que se impuso hasta el domingo 12. Es que es la región de mayor cantidad de infectados y fallecidos, y también de mayor circulación viral comunitaria. Si bien se esperaba alguna comunicación formal ayer, tras la extensa reunión, fuentes oficiales adelantaron que recién el fin de semana se conocerán los detalles.

El presidente Fernández se comunicó con los mandatarios provinciales mediante videoconferencia desde la residencia de Olivos y les indicó que el período de cuarentena "va a seguir" después de Semana Santa. En consonancia con las declaraciones que hizo el mandatario en todas las últimas entrevistas que brindó, Fernández sostuvo que se saldrá del aislamiento físico y obligatorio "de a poco" y abogó por "no tirar por la borda el esfuerzo" desde que comenzó la cuarentena. También le pidió a los gobernadores que "estudien" el sistema de transporte público en sus distritos para garantizar que "se use al mínimo".
"Hay que evitar el relajamiento con la cuarentena" porque "todavía no se termina de tomar dimensión del estado real de situación", dijo el presidente tras la reunión.

Es que, si bien la curva de contagios extendió hacia adelante el tan temido pico de contagios, que a su vez se acható y horizontalizó –según explicaron fuentes oficiales- los meses de abril y mayo serán los de mayor circulación viral del coronavirus. Por eso Alberto Fernández en coordinación con Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta, tomaron esa decisión, dura de escuchar para algunos sectores. La ciudad suma unos 480 casos y la provincia 443, entre los dos se llega casi al 70% de los casos en todo el país.

Si bien se esperaba una flexibilización por rubro, el presidente optó por delimitar regiones. Es que cualquier reactivación de la actividad comercial o productiva, implicaría la vuelta al transporte público, en donde el aislamiento es imposible.

La reunión con los gobernadores duró alrededor de cuatro horas. Se llevó a cabo en Olivos, y el mandatario estuvo acompañado por los ministros del Interior, Eduardo de Pedro, y de Salud, Ginés González García; por el secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello, y por el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.

En tanto, desde sus provincias, las y los gobernadores expusieron por videollamada sus necesidades financieras en plena caída de la recaudación por la parálisis productiva producto de la pandemia.
Asimismo quedó acordado un programa de asistencia por 120 millones de pesos, 60 de los cuales serán repartidos a través de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN), y de los cuales 6 ya fueron entregados.

Por la mañana del martes, el encargado de comunicar esa inclinación a los representantes de los empresarios y de los trabajadores no fue el presidente sino el jefe de Gabinete Santiago Cafiero. En esa mesa tuvo voz y voto el comité de expertos que asesora al gobierno sobre el comportamiento de la pandemia. La autoridad sanitaria, el ministro Ginés González García, ponderó las observaciones de las curvas que muestran la circulación del virus en el país. Pero también estuvieron presentes los ministros de Transporte, Mario Meoni; y de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; el ministro de Trabajo, Claudio Moroni y la viceministra de Salud, Carla Vizzoti, entre otros. Es que la noticia a dar iba en contra de lo que la cúpula de la CGT y de las cámaras empresarias habían planteado casi al unísono: la necesidad de volver a producir y evitar despidos. Pero el presidente, que ya los había recibido por separado la semana pasada, ya no tenía nada nuevo para decirles. Entonces dejó que hablaran los científicos. Ni Héctor Daer (CGT) ni Miguel Acevedo (UIA) se fueron muy contentos.

Por la noche, ya con el aval de Kicillof y Larreta, los dos mandatarios más preocupados por la situación, -y con las cifras espeluznantes que muestran países como Estados Unidos o Italia- decidió seguir adelante con la incómoda pero necesaria cuarentena.

La palabra presidencial


Este miércoles por la mañana, el presidente fue contundente: “Acá no hay ningún levantamiento de la cuarentena, vamos a ver algunas actividades puntuales, pero en Buenos Aires y en el Área Metropolitana la cuarentena va a ser más estricta”.

“Me pareció que podría haber cierto relajamiento y yo lo que necesito es que la gente no circule. Por ejemplo, en los colectivos no debería haber más de 6 personas”, ejemplificó. En ese sentido, el jefe de Estado descartó un aumento de las frecuencias de transporte público porque es uno de los focos de infección más importantes.

A la vez detalló, en los últimos días notó que había más gente en calles y accesos. Por eso, les solicitó a los ministros del Interior -Eduardo De Pedro- y de Seguridad -Sabina Frederic- que sean más estrictos y realicen controles auto por auto.

 “Lo que más me preocupa es la salud de los argentinos. Eso no quiere decir que no me preocupe la economía. Ahora necesito que se cuiden y les garantizo que voy a hacer todo lo necesario para que las empresas no cierren ni dejen sin trabajo a los argentinos”, aseguró en una entrevista concedida a Canal 13.

El Presidente también se comprometió a mantener vigente la asistencia alimentaria a los barrios más humildes. “Va a haber asistencia para todos. Este problema que hubo con el precio de los alimentos es el resultado de comprar un 50% más de alimentos para que a nadie le falten alimentos”, informó.
( https://www.tiempoar.com.ar/nota/coronavirus-alberto-fernandez-mantiene-una-videoconferencia-clave-con-los-gobernadores )
Esto va para largo … Todavía no llegó el invierno y los riesgos para la salud de todes se intensifican … son tiempos donde hay lugar para los tibios … o trabajamos, pensando y actuando en el bien común, o el neoliberalismo mas que la pandemia nos pondrá a todos en riesgo de muerte.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack



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