Sábado
25 de enero de 2020
A
fuerza de aquello de que toda causa tiene su consecuencia o de que
toda acción su reacción o todo dicho o juicio regresa a uno de
alguna manera, es indisoluble en todo orden social que intente
cualquier comunidad del planeta, la tensión de esas relaciones con
su contrario … ¿Pero podría ser de otras maneras?
Pintura:
Andrew Salgado
El
cerebro humano necesita separar, distinguir, fragmentar, comparar,
como formas para poder esbozar algún relato que surja como
conocimiento, ya de experiencias reales o experimentales en
laboratorios o en los mismos escenarios donde se producen. Esas
necesidades son en función de las capacidades sensoriales por un
lado, que establece procesos de comunicación entre el habitat, el
individuo y la especie como tal, y las capacidades cognitivas y
racionales que, en el uso de la razón consciente, cualifica lo
humano como tal. He aquí una primera concepción diferencial …
son tres y no dos los elementos que se relacionan. Entonces cualquier
polarización reduce, diluye o niega alguno de esos términos. Hay un
afuera no humano, un afuera humano y un interior individual
(indivisible, uno) que interactúa con esos dos elementos externos …
es aquí dónde la ciencia intenta la “objetividad”, es decir
pensar esas relaciones y pensar los resultados de esa comunicación
sensible con el afuera, reduciendo a dos los elementos …
prescindiendo del “yo” para entender de modos menos subjetivos
(Dónde el individuo juega como parte) e interpretar lo que sucede en
el afuera, en esa relación entre otro y ambiente, o entre otro y
otro. Pero
como, lenguaje y percepción son parte del individuo … en realidad
la objetividad es un esfuerzo necesario pero imposible.
Se trata
entonces de alcanzar el mayor grado de objetividad posible y este es
solo posible en la medida que se comparen muchas “objetividades
individuales” que constituyan alguna “objetividad colectiva” …
de esta forma el conocimiento no es un objeto de posesión o al que
el individuo accede … sino resultado colectivo de los intentos de
objetividad individual puesto al servicio de una construcción común
que aporta al orden social … a la generación de conocimientos
sociales como parte de las formas y contenidos que nutren el orden
social y definen el carácter de una época, una asociación o un
colectivo humano en esa época.
La sociedad argentina se
encuentra conceptualmente sometida a una división binaria sustentada
por la lógica de un sector minoritario con gran influencia
mediática, económica y política, que busca afirmar en la
conciencia colectiva la idea que esta fragmentación social no solo
es natural sino también necesaria. Concretamente, han categorizado
como “la grieta” a una fórmula construida bajo los vaivenes de
las tensiones sociales que les ha servido para acentuar sus intereses
de dominación y crear de esta forma una definición antagónica y
claramente conflictiva.
En este sentido, es posible
reconocer el poder simbólico de las palabras en donde “grieta” y
“conflicto” se acercan, se reconocen y se fusionan para trazar
una distancia considerable entre dos grupos de la población que
buscan polarizar constantemente sobre aquellas problemáticas o
cuestiones sociales que suelen desencadenar en discusiones intensas
con pocos puntos en común. Por consiguiente, desde una mirada de las
Ciencias sociales se afirma que el conflicto que se instala en
cualquier sociedad está gestado para ser reconocido y enfrentado
(pero nunca negarlo), asumiendo que en contadas ocasiones de la vida
en comunidad solo algunos de estos conflictos logran aproximarse a
una resolución, pero que de cualquier manera deben ser interpretados
como emergentes de todo lazo social.
Ahora bien, también está claro
que quien nomina, domina. Y allí vemos que la llamada grieta no es
otra cosa que el esquema necesario para buscar legitimar, aceptar y
normalizar una distribución de la riqueza ampliamente inequitativa,
profundizada por las condiciones impuestas mediante las políticas
neoliberales del odio y la exclusión, que han desencadenado en una
lucha social de confrontación y antagonismo constante en donde sus
participantes compiten solo para diferenciarse, pero con el objetivo
real de estar en el lado más beneficioso de la grieta.
De esta forma, el mapa discursivo
sobre el que está diseñado este conflicto deja expuesto que son las
relaciones de poder concentradas entre lo político, económico y
mediático las que se encargan de construir el lenguaje, imponer las
reglas y los objetivos para que el resto de la sociedad se apropie de
ello y genere la autopercepción de que están formando parte de una
unidad que los incluye. En consecuencia, la profundidad de la grieta
va consolidando la noción del “nosotros” y “ellos” que
termina siendo el fundamento mismo de ese conflicto, pues la
distancia que separa a las partes comienza a ampliarse desde el
momento en que uno de los polos no tiene bien en claro que es lo que
identifica a sus miembros y los agrupa, pero reconoce muy bien su
frontera antagónica, lo que no son ni quieren ser.
Por consiguiente, se pone en
funcionamiento un sistema agrietado y pensado para polarizar entre un
sector social minoritario amparado en su poder ideológico y clasista
que les da a sus integrantes el estatus autorreferencial de ser los
verdaderos representantes del país, los que aportan el valor
cultural, social y productivo; frente al otro margen de la población
que es contemplado por los primeros como un “ancla social” que se
aprovechan de la generosidad de sus aportes y simplemente gastan lo
que ellos generan.
En relación con ello, cualquier
modelo de Estado regulador, intervencionista y con un mayor
compromiso social no forma parte de un diseño estatal aceptado por
el lado más rupturista de la grieta, ya que el carácter progresivo
de las políticas tributarias que surjan de este modelo estarían
pensadas como puentes de recaudación y reparto que se moverían del
lado social que más tiene para aportar al que más necesita.
Frente a esta coyuntura, el
Gobierno del Frente de Todos se muestra como una coalición política
que ha logrado interpretar que en la conflictividad empírica de la
grieta no hay neutralidad, sino más bien una conjunción de
intereses contrapuestos que responden a un puñado de actores
sociales y políticos claramente influyentes en el esquema de
cualquier programa de Estado. A partir de ello se percibe una
relación coherente entre la postura conciliadora de Alberto
Fernández como candidato y la posición actual como presidente de la
Nación que busca fomentar un acuerdo social entre aquellas
agrupaciones necesarias para la construcción de su legitimidad
política; tal es el caso de la Unión Industrial Argentina, la CGT,
los movimientos sociales y trabajadores de la economía popular y el
sector más destacado del campo, agrupado en una Mesa de Enlace que
inicialmente ha mostrado sus reparos para formar parte de este
compromiso solidario que gestiona el oficialismo.
En definitiva, esta nueva etapa
del peronismo en el poder da cuenta de un viraje estratégico sobre
cómo trabajar con la grieta. Pues si en la etapa anterior al
macrismo, el plan era centrifugar hacia uno de los polos sin tomar
los recaudos sobre la calidad del impacto que esta postura podía
generar en el modelo político desarrollado; ahora el Gobierno que
encabeza el binomio Fernández-Fernández asume como propio ese error
y busca alejarse de una confrontación directa con la grieta para dar
lugar a una estrategia que no excluya ni polarice y que reconozca a
este conflicto como inherente a nuestra sociedad, permitiéndole al
Frente de Todos establecer una posición más centrípeta con el
objetivo de encauzar la diversidad de intereses y compensar las
asimetrías de poder.
(
https://www.diariolapatria.com/esteban-pastoriza-la-grieta-como-conflicto-social/
)
El
18 de diciembre de 2019, el doctor Marcelo Saín, ministro de
seguridad de la provincia de Santa Fe, el quinto territorio con más
casos de delitos vinculados al narcotráfico según la última
estadística subida a la página oficial del gobierno nacional,
decidió desplazar a 30 oficiales de La Santafesina SA e intervenir
la Unidad Regional XVII, con asiento en el departamento San Lorenzo,
allí donde alguna vez peleara José de San Martín para iniciar su
sueño de Patria Grande.
Un mes después de aquella purga
policial, 18 asesinatos, uno por día en lo que va del año en la
geografía de la ex ciudad obrera, industrial y ferroviaria, devenida
en mapa de servicios colaterales al mayor flujo de dinero de la
Argentina, consecuencia del ochenta por ciento de las exportaciones
cerealeras que salen, justamente, de los muelles rosarinos y
sanlorencinos, allí donde sangró el hombre que será retirado del
billete de cinco pesos.
14
personas menores de 35 años, es decir el 77,7 por ciento de los
casos. 14 asesinatos con armas de fuego, también el 77,7 por ciento
de los casos. Una persona muerta por día. La mayoría, gente joven.
La mayoría de los asesinatos producida por armas de fuego.
La
sucesión de los hechos en la línea de tiempo no da margen para
muchas interpretaciones: sacar del juego a oficiales con mando de
tropa desbarató un conjunto de cajas negras.
Una persona muerta por día es
resultado del contragolpe político mafioso de las bandas
narcopoliciales que, como sucede en cada una de las cinco grandes
provincias argentinas, son responsables de los negocios ilegales que
se dan en las calles de las ciudades de esos estados.
-Sangre, dinero y pólvora … –
eran las palabras más repetidas por el desesperado general Belgrano
cuando quería enarbolar la bandera de la igualdad en el trono de la
vida cotidiana de estas pampas y ríos sin límites.
Doscientos
años después de su muerte en la pobreza, consecuencia de su
obstinación revolucionaria, “sangre, dinero y pólvora” parecen
ser las palabras que identifican dos de los grandes negocios del
capitalismo argentino y mundial, narcotráfico y contrabando de
armas, máscaras, en definitiva, del movimiento del dinero, verdadero
corazón del perverso sistema.
Las cifras del Ministerio de
Seguridad de la Nación no dejan margen para otras muchas lecturas.
El último año cargado de
información es el de 2018.
61.688 hechos delictivos
vinculados al narcotráfico.
359, solamente, los hechos
delictivos contra el orden económico y financiero.
En la Argentina del presente, los
negocios de la pólvora y la sangre tienen cuentas pendientes, pero
el negocio del dinero es apenas molestado.
No es casual que la ley de
entidades financieras siga siendo la de la dictadura de las
desapariciones, la de 1977.
La sangre de las dieciocho
personas asesinadas en Rosario en los primeros dieciocho días de
2020 es consecuencia de la impunidad del flujo de dinero que siempre
debe circular.
Las bandas narcopoliciales
afectadas por la decisión del doctor Marcelo Saín, las que
multiplican la pólvora y la sangre, pretenden las soluciones
funcionales a su continuidad: mano dura de cualquier fuerza de
seguridad, nacionales o provinciales.
El domingo 12 de enero, gente
vinculada a la banda de Los Monos, pedía el regreso de la policía
que sabía torturar sin dejar marcas ni huellas en los cuerpos
mutilados.
La mano dura es el atajo de la
cultura de derecha que es patrimonio de la mayoría de los partidos
que gestionan las andanzas del sistema del dinero impune.
Ahora La Santafesina SA está más
tranquila, no solamente por la llegada de fuerzas federales, tan o
más corruptas que la policía provincial, sino porque el gobierno
del contador Omar Perotti, dispuso el regreso de las municiones de
guerra para las cartucheras de los uniformados. La purga democrática
y a fondo que inició Saín aquel miércoles 18 de diciembre empieza
a ser cercada por las voces que piden pactar o regresar a la misma
mano dura que pretenden las bandas narcos.
Mientras tanto, más allá de los
asqueantes relatos que se hacen desde algunos grandes medios de
comunicación de Capital Federal, las grandes mayorías rosarinas,
tozudamente, insisten en su vida cotidiana, lejos del miedo que
quieren inocular las berretas usinas de rumores que pululan alrededor
de las bandas narcopoliciales.
El dinero, la pólvora y la
sangre, en definitiva, a dos siglos de la muerte de Belgrano, son
tres ingredientes del impune negocio del sistema en la geografía
rosarina.
Es hora de saber que estas 18
vidas que piantaron muy antes de tiempo a la pampa de arriba forman
parte de un momento en que la antinomia vuelve a ser mafias o
democracia verdadera.
Las mayorías rosarinas, en su
porfiada insistencia, merecen el intento de construir algo diferente
al miedo que intentan imponer las minorías con poder económico y de
fuego.
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Esa lógica binaria que los
medios de comunicación hegemónicos y los poderes sostienen en las
formas neoliberales de “orden social”, diluyen, deforman y
manipulan esa capacidad necesaria de los cerebros humanos
(Distinguir, separar, fragmentar, comparar), para reducirlas a dos
polos irreconciliables que permiten la manipulación de la sociedad
en su conjunto al forzar pertenencias a uno u otro lado.
El conocimiento en el desarrollo
de la capacidad humana de razonar, nos permite plantear una realidad
bien diferente. De Hecho hasta no hace mucho tiempo atrás, la
provincia de Santa Fe estaba gobernada por una Fuerza política que
no pertenecía a esa grieta, el Partido socialista. Hace poco menos
de tres meses fue reemplazado por el Parido Justicialista que integra
el Frente de Todos. El gobierno anterior servil a la grieta
neoliberal creada y alimentada por el grupo hegémonico de medios
masivos de comunicación en Argentina, el Grupo Clarín, hizo de la
lucha contra el Narcotráfico una de sus banderas. Sin embargo, Santa
Fe no fue precisamente el ejemplo de los logros de tales intenciones
discursivas. Tampoco lo fueron Córdoba (Gobernada por el Peronismo
Federal, otra facción del Partido Justicialista por fuera de la
grieta) y en CABA y Provincia de Buenos Aires , (Si gobernadas por
Cambiemos).
En realidad, el discurso que se
alentó durante cuatro años, mas allá de que el narcotráfico
constituye un problema real y de difícil tratamiento y solución, ya
que forma parte de las formas neoliberales de organizar la
globalización y permitir las injerencias de las naciones mas
poderosas del planeta en aquellas de menor fuerza e influencia para
sus propios beneficios imperiales, asunto del que dan cuenta Colombia
y México como los territorios de América Latina que mas sufren las
consecuencias de estas dinámicas de violencia, negocios ilegales y
excusas para dominar e intervenir en teritorios y sus
administraciones para el beneficio de las potencias globales, fueron
precisamente las “excusas” para permitir esas injerencias y
modificar la relación de fuerzas y de alianzas en la región,
poniendo al país en situación de dependencia respecto a las
políticas que los Estados Unidos, Europa e Israel consensúan para
el resto del mundo.
A las tensiones geopolíticas
globales, les surgen como consecuencias y retroalimentación, las
realidades que se tejen bajo sus influencias en los territorios y que
impactan de modo vívido y cotidiano en la vida de las personas.
Mas allá de los delitos reales,
permiten alimentar una cultura de represión y odio, hacia sectores
sociales estigmatizados y empobrecidos.
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En
la segunda ronda de reconocimiento, cinco de los diez detenidos por
el homicidio de Fernando Báez Sosa fueron señalados por los
testigos como participantes en la golpiza. Hasta ahora, los tres que
han sido señalados de manera fehaciente son Máximo Thomsen, a quien
se le adjudicaría el accionar más violento, Enzo Commeli y Ciro
Pertossi, según trascendidos, ya que hasta ahora lo único que se
dijo fue que hubo tres señalados en la primera ronda y cinco en la
segunda.
En
cuanto a los agravantes por premeditación y alevosía, se estima que
podrían tener relevancia algunas frases que dijeron los amigos de la
víctima al declarar en la causa, tales como “te vamos a matar”,
“te vamos a reventar” o insultos como “negro de mierda”, que
le darían un marco preciso al nivel de las amenazas previas que
después se convirtieron en hechos comprobables.
Las
lógicas represoras operan colocando siempre los efectos como si
fueran causas. Y niega que los efectos en realidad sean causas que
nunca se analizaron en profundidad. Es lo que hemos denominado la
“Lógica Cromañón”. La consigna “ni la bengala, ni el rock
and roll, a nuestros chicos los mató la corrupción” escuchada
nuevamente a los 15 años de la masacre, pone en evidencia esta
situación. Entonces vale la pena y a veces vale la alegría, pero
siempre vale el pensamiento, que es realmente la corrupción.
Asociado
siempre a cuestiones económicas y monetarias, me interesa remarcar
la dimensión cultural y política de la corrupción. Marca indeleble
de la guerra cultural perdida, en múltiples batallas que desde hace
siglos los pobres y empobrecidos de la tierra vienen sosteniendo.
Botón de muestra: el voto secreto, universal y obligatorio legaliza
y por lo tanto, pensamiento de derecha mediante, legitima al saqueo,
la estafa, y varios robos del siglo. Por eso la respuesta fue tan
débil y el arco opositor siempre dispuesto a hablar y con muy poca
disposición a luchar.
La
corrupción es una degradación no reversible que logró el pasaje
del paraíso hippie al infierno rugbier. Y no se trata, obviamente,
del deporte rugby. Pero sí se trata, obviamente, de la lógica en la
cual ese deporte se sostiene. La cultura represora siempre ha
ponderado la condición de amateur. O sea: de no profesional. A pesar
de ser un deporte de alta competencia internacional, con un
seleccionado idealizado como los Pumas, con íconos de valor, coraje,
fuerza comparables al Mío Cid o al invencible Aquiles, la condición
de amateur lo colocaba en el sagrado lugar de los deportistas puros.
Donde el motivador era el puro amor, la pura pasión, la pura
nobleza. Pero el amateurismo no es una causa: es un efecto. Porque la
competencia nacional e internacional está subsidiada desde sectores
de poder económico y político que pueden “bancar” los enormes
gastos. O sea: la élite. Lo que denomino “cotos de privilegio”.
En
un trabajo escrito para esta agencia, hice un detalle de la
declaración universal de los privilegios humanos. Por cada derecho,
se organizan mil privilegios. Por lo tanto la distribución de la
riqueza, o sea, la vulneración de los privilegios, no será posible.
Las “elites” heredan los títulos de nobleza que la asamblea del
año XIII había abolido. Lamentablemente, abolieron la abolición y
hoy tenemos al mundo dividido en castas. Los pocos ricos muy famosos
y los muchos empobrecidos que no tendrán ni fama ni comida, ni
techo, ni salud, ni vivienda. Son amateurs de la vida sin
financiación alguna. Estos “cotos de privilegio” tienen
prebendas de las cuales los mortales carecemos.
El
rugby es una de las marcas registradas en que se organizan esos
privilegios. No es la única. Todas las mal llamadas fuerzas de
seguridad, las jerarquías clericales, lo gran familia mafiosa
judicial, las castas partidocráticas, las burocracias obreras y
empresarias. Lo interesante es que en todos los cotos de privilegio
hay una obsesión: condenar la violencia. Y viene a mi mente el
concepto de Freud: “cuando el estado se opone a la violencia no es
para suprimirla, sino para monopolizarla”. Y no sólo es el Estado.
Todos los cotos de privilegio actúan exactamente igual.
Simultáneamente, condena la violencia pero organiza la crueldad.
Entendida como la planificación sistemática del sufrimiento.
El
asesinato en Gesell podría ser caratulado como actos de tortura
seguida de muerte. Golpear a un indefenso hasta matarlo, no difiere
del proceder de otros cotos de privilegio como eran (¿eran?) los
denominados grupos de tareas. Pero Milani absuelto y entonces pasa la
posta a otros actores sociales. La cultura de castas debe ser
mantenida.
En
estos tiempos, donde no hay captura revolucionaria de la violencia,
opera la captura reaccionaria de la violencia, que es la crueldad. El
fundante del anatema de la violencia es impedir que los atacados se
defiendan. La violencia siempre estuvo al lado de la supervivencia.
Desde conseguir alimentos, defenderse de tribus hostiles, sostener el
territorio vital, cuidar a las crías, enfrentar a predadores de todo
tipo. Las idealizadas guerras de la independencia, las revoluciones,
siempre fueron violentas. En esos tiempos, que no son estos, la
historia tenía su partera. Lo que en el posmodernismo tardío queda
es la crueldad. Real y simbólica. Que no activa la vergüenza de
haber sido, pero sí activa el dolor de ya no ser.
La
lógica fundante de gendarmes persiguiendo y asesinando a Santiago
Maldonado es la misma, la misma, la misma, de una manada de rugbiers
persiguiendo y asesinando a un joven. Querían asesinar a Santiago,
querían asesinar a Fernando.
La
impunidad se encargará de que el asesinato sea permanente. Todos los
cotos de privilegio garantizan la producción de crueldad. Y el
extremo límite del sufrimiento que la crueldad implica es el
asesinato. Los asesinatos. Que podemos llamar masacres, pero nunca
tragedias y menos accidentes.
La
cultura represora no solamente es incapaz de prevenir la catástrofe.
La cultura represora provoca la catástrofe y de esa manera piensa
mantener los privilegios de casta. El mayor problema, el gravísimo
problema, es no poder actuar nuestra propia violencia para enfrentar
la crueldad del enemigo. Por eso, parafraseando una vez a José
Martí, diré que “para el cruel que me arranca el corazón con que
vivo, cardo y ortiga cultivo, nunca más la rosa blanca”.
Moreno,
uno de los distritos con mayores problemáticas económicas y
sociales de todo el Conurbano bonaerense, asiste a un momento
histórico, con aires nuevos en medio de la crisis. En diciembre
pasado, por primera vez una mujer resultó elegida para estar al
mando del Ejecutivo municipal. Mariel Fernández, de 42 años, asumió
como intendenta, además, como emergente y referente de los
movimientos sociales, concretamente del Movimiento Evita, y también
de la militancia y el trabajo de las mujeres en el territorio.
Casada
con Esteban “El Gringo” Castro, secretario general de la CTEP,
Mariel es madre de dos hijos, Jonathan y León. Para resultar electa
como jefa comunal, en el marco del Frente de Todos, previamente se
impuso en las PASO al exalcalde Walter Festa. En octubre alcanzó una
victoria contundente, con más de 30 puntos de ventaja sobre Juntos
por el Cambio.
–Me
crié y viví siempre en Moreno, en una de las zonas más alejadas
del centro, que es Cuartel V. Un lugar con muchas necesidades. Hay
una historia en esa localidad, que ante la ausencia o la poca
presencia del Estado, la comunidad, para garantizarse derechos, se
fue organizando. Para tener la comisaría, los asfaltos, las
instituciones educativas. Entonces, estoy acostumbrada a participar
de espacios de organización de muy chica. De la iglesia, de lo que
eran los concejos de la comunidad. Como niña, porque era mi mamá la
que participaba en esos espacios, pero yo la acompañaba. Después
fui catequista. Y después, a partir del fallecimiento de mi papá en
un hecho violento, de inseguridad, una vecina me propone si me quiero
sumar al voluntariado de apoyo escolar de la Mutual El Colmenar.
–Durante
el gobierno de Néstor Kirchner, se fundó el Movimiento Evita. ¿Cómo
fue esa etapa en Moreno?
–Las
organizaciones que trabajamos en los barrios queríamos ser parte de
algún tipo de articulación. Nosotros decíamos que en realidad no
éramos desocupados, sino trabajadores que perdieron su trabajo , y
nos reivindicábamos también como trabajadores comunitarios, porque
la construcción de la economía popular no estaba reconocida como
trabajo. Cuando en realidad nosotros cumplíamos un horario,
prestábamos un servicio, cuidábamos a chicos de la comunidad,
brindábamos talleres culturales, servicio alimentario. Y cumplíamos
una función garantizando cosas que el Estado no podía garantizar.
–¿Cómo
se llega a una interna con el exintendente Festa?
– Moreno
entró en una crisis política y social muy grande, a partir por
supuesto del gobierno de Macri, pero también con una gestión
totalmente ausente del último gobierno municipal que tuvimos. Había
un malestar muy grande en Moreno con el jefe comunal. Y entonces nos
propusimos que nosotros estábamos en condiciones de presentarnos.
Había también en esta discusión del movimiento de mujeres, el tema
de que existieran candidatas. Moreno nunca había tenido una
intendenta mujer. En Moreno nos decíamos “Las Cayetanas”, porque
las responsables de los movimientos sociales éramos todas mujeres.
Un poco era eso, y también que entendiera el peronismo que
necesitábamos la unidad, y que en un distrito tan peronista como
Moreno hubiera PASO.
–Durante
la campaña recibieron un gesto de respaldo fuerte de Máximo
Kirchner.
–Me
vino a visitar. En realidad, yo lo había ido a visitar antes,
llevándole esta preocupación de que necesitábamos PASO en Moreno,
pero también que hiciéramos todos los esfuerzos por la unidad del
peronismo, porque hasta ahí todavía no estaba unificado. Y en
sintonía un poco con esa charla, me propuso él ir a Moreno. Fue un
gesto muy grande hacia nosotros, porque sabía que yo tenía
intenciones de presentarme como candidata.
–¿Qué
reflexión le generan los feminismos hoy? ¿Hay resabios de machismo
en la política y en los movimientos sociales?
–Hace
mucho tiempo que milito. Y el machismo está en todos los ámbitos:
en lo político, y en los movimientos sociales. Porque también los
movimientos sociales, en un 80% son mujeres, y vos ves las
conducciones, y son hombres. Y en la política también. Soy la única
intendenta de la Primera Seccion Electoral. He participado en miles
de reuniones donde prácticamente soy la única mujer. O si hay una
mujer, está acompañando a un hombre. Siempre me pareció una
injusticia que todo el trabajo lo hicieran las compañeras pero
después la expresión política de ese trabajo fuera un hombre que
no lo hacía. Nosotras empezamos a romper un poco eso en Moreno.
–Se
cumplieron cuatro años de la prisión de Milagro Sala.
–A
mí lo que me queda claro es que con Milagro Sala hubo persecución
política. Me parece que fue un poco el estilo de Cambiemos, de
castigar y perseguir judicialmente a militantes sociales. Y no es
casualidad que Milagro sea mujer. Otra vez, la que es judicializada
es una mujer. Para mí claramente es una persecución política y
espero que en este tiempo, donde ya no va a haber influencia de
Cambiemos desde el poder (nacional), se pueda hacer un acto de
justicia con Milagro Sala y dejar de condenarla injustamente.
–¿Cómo
está Brian Gallo hoy, el joven presidente de mesa estigmatizado en
redes sociales, después de toda la exposición mediática que tuvo y
la entrevista con Alberto Fernández?
–Si
me preguntás, hubiera preferido que él no tuviera tanta exposición
mediática, porque era un joven que también nosotros estábamos
cuidando, participaba del espacio de las Casas Pueblo, donde
trabajamos el tema de prevención y tratamiento de adicciones. Él
dejó de participar después de eso. Si bien consiguió trabajo, yo
consideraba que también necesitaba estar en un espacio de contención
y cuidado, que todavía le faltaba esa parte. Pero fue muchísima
exposición, y para un pibe que es de un barrio, que recién está
empezando a participar de una organización, te vuela la cabeza. Me
sigo comunicando con él, pero no participa más del espacio nuestro,
eso me da un poco de pena. Me da mucha alegría que haya conseguido
trabajo. Está trabajando en una empresa de gas, es algo que le
consiguió Alberto, y está contento ahí.
–¿Cómo
articula Moreno con la Provincia en este contexto de crisis y deuda
que tiene que afrontar el gobernador Kicillof?
–Primero,
soy intendenta, pero me siento compañera de mis compañeros. Para
mí, tanto Axel como Alberto son compañeros de militancia también.
Compartimos un proyecto político, los objetivos de que queremos una
Argentina de la producción y del trabajo, con justicia social,
porque somos peronistas. Eso es lo que busca el peronismo. Entonces
nos vamos acompañando. Nos iremos recuperando económicamente como
otras veces, y podremos retomar las obras inconclusas y poner en
movimiento la gestión de gobierno.
–¿Y
con el Gobierno nacional?
-Encuentro
la misma predisposición en el Gobierno nacional, me mandaron un
primer auxilio a Moreno porque no podíamos pagar el aguinaldo. Tuve
ayuda de Nación, y yo también ofrezco, desde mi lugar como
intendenta, que sepan que yo también quiero ayudar y colaborar con
todo lo que se necesite en Nación y Provincia. Es una relación de
compañeros. «
( https://www.tiempoar.com.ar/nota/mariel-fernandez-las-organizaciones-en-los-barrios-garantizaron-los-derechos-que-nego-el-estado )
Denunciaron
al titular saliente de la Unidad de Información Financiera (UIF),
Mariano Federici, por encubrir supuestas maniobras de lavado de
dinero del narcotráfico.
La presentación judicial fue realizada por el diputado nacional
Rodolfo
Tailhade
y cayó por sorteo ante el tribunal del juez federal Luis Rodríguez.
El
escrito
de diez páginas
se mencionan dos
casos en que la UIF omitió aplicar sanciones a Gabriel Martino, un
banquero amigo de Mauricio Macri.
Martino fue
hasta hace poco presidente del HSBC y evitó informar maniobras
sospechosas de lavado de activos.
En
declaraciones
a El Destape Radio,
el diputado explicó la hipótesis que motivó la denuncia:
“Federici y Talerico tenían fuertes lazos con el HSBC y por eso se hicieron los tontos frente al delito de lavado del que era partícipe el banco (…) tienen que ver con el narcotráfico: había uno de Mi Sangre y otro de una banda colombiana, que fue el hecho donde estuvo involucrado Chicho Serna y allanaron el Café de los Angelitos. Federici advertía a Martino sobre las causas para que Martino pueda emprolijar las cosas”.
En
el primer
caso
que detalla Tailhade, Federici
y su segunda, María Eugenia Talerico, hicieron un dictamen favorable
para el HSBC en el caso de “Mi Sangre”.
Allí
se
acusaba al banco de avalar operaciones financieras llevadas a cabo
por Marcelo Oscar Chirizola, supuesto testaferro del narco
colombiano, Henry de Jesús López Londoño, mejor conocido como Mi
Sangre. Londoño
fue detenido en Argentina y luego extraditado a Estados Unidos, donde
fue condenado.
El
Consejo Asesor de la UIF rechazó unanimente la decisión pero
Frederici
avanzó pese a que Chirizola en ese entonces enfrentaba un proceso
por lavado de dinero en el juzgado en lo Criminal y Correccional
Federal Nº2.
Se lo acusaba junto a otras personas de integrar un equipo de lavado
de dinero originado en el narcotráfico.
El
segundo
eposodio
que denuncia Tailhade es que funcionarios
de la UIF le hicieron saber en noviembre de 2016 a Martino que el
narcotraficante colombiano José Bayrn Piedrahita Ceballos estaba
siendo investigado
por el poder judicial argentino, así
como su testaferro local, Mateo Corvo Dolcet.
Éste
último realizó varias operaciones financieras con el HSBC
y los funcionarios de la oficina antilavado le notificaron a Martino
que si no informaba las operaciones vinculadas al narcotráfico
significaba un riesgo para él. De este modo, según
Tailhade, lo pusieron sobre aviso para que pudiera “limpiar” las
pruebas que lo incriminaran. (
https://elagora.digital/uif-federici-lavado-narcotrafico/#.XiwZMuGvG0k)
Uno
lee gente en las redes -suele ocultarse tras un seudónimo- que
considera tibio reformismo socialdemócrata a un gobierno de un mes,
que aún no ha llenado la grilla de funcionarios, tiene que pagar una
deuda monstruosa, con provincias en quiebra y rodeado de gobiernos
hostiles.
De
alguna manera, la discusión está planteada en esos términos: ¿para
qué votamos a este gobierno? Y la respuesta no es, ni puede ser, una
respuesta científica como quien responde a la pregunta «cuánto es
7 por 9», donde solo cabe una respuesta correcta.
La
respuesta es política y se base únicamente en apreciaciones. En mi
opinión, el triunfo electoral por un 48 % de los votos a la fórmula
F y F se debió, en gran parte al terrible fracaso de la política
económica de MM, a la descontrolada inflación, al deterioro del
nivel de vida popular, al cierre de miles de pequeñas y medianas
empresas y a la consecuente desocupación. Es decir, se votó
mayoritariamente contra una posible reelección de MM y sus
políticas. Esto implica que no se votó por un programa económico
determinado, que ni siquiera fue explicitado puntualmente en la
campaña, sino para sacar de la Casa Rosada a un gobierno que la
mayoría del electorado consideraba insoportable.
Esa
decisión no fue simplemente táctica, fue una decisión estratégica.
Implicó un cambio de concepto general que significaba el desarrollo
de una política que lograse implicar un amplio conjunto de sectorUno
lee gente en las redes -suele ocultarse tras un seudónimo- que
considera tibio reformismo socialdemócrata a un gobierno de un mes,
que aún no ha llenado la grilla de funcionarios, tiene que pagar una
deuda monstruosa, con provincias en quiebra y rodeado de gobiernos
hostiles.
De
alguna manera, la discusión está planteada en esos términos: ¿para
qué votamos a este gobierno? Y la respuesta no es, ni puede ser, una
respuesta científica como quien responde a la pregunta «cuánto es
7 por 9», donde solo cabe una respuesta correcta.
La
respuesta es política y se base únicamente en apreciaciones. En mi
opinión, el triunfo electoral por un 48 % de los votos a la fórmula
F y F se debió, en gran parte al terrible fracaso de la política
económica de MM, a la descontrolada inflación, al deterioro del
nivel de vida popular, al cierre de miles de pequeñas y medianas
empresas y a la consecuente desocupación. Es decir, se votó
mayoritariamente contra una posible reelección de MM y sus
políticas. Esto implica que no se votó por un programa económico
determinado, que ni siquiera fue explicitado puntualmente en la
campaña, sino para sacar de la Casa Rosada a un gobierno que la
mayoría del electorado consideraba insoportable.
Sólo
un relativamente pequeño número de electores votaron por propuestas
del tipo aumento de las retenciones, nacionalización del comercio
exterior, nacionalización de los depósitos bancarios o medidas
semejantes. No discutimos acá la validez o necesidad de ese tipo de
medidas, sino lo que se votó. A punto tal no se votó ese rango de
medidas que el candidato presidencial fue Alberto Fernández y no
CFK, quien de una u otra manera podría ser relacionada con un
programa de esas características. Y fue Alberto Fernández porque,
justamente, CFK consideró que su propia candidatura no lograría el
número suficiente para ganar en primera vuelta, descontando que en
un balotaje sería perdedora.
Esa
decisión no fue simplemente táctica, fue una decisión estratégica.
Implicó un cambio de concepto general que significaba el desarrollo
de una política que lograse implicar un amplio conjunto de sectores
políticos con distintos grados de enfrentamiento al bloque del
macrismo.
El
gobierno esta llevando a cabo, con enormes dificultades, su
compromiso electoral. Soluciones urgentes a los sectores socialmente
más castigados y vulnerables, evitar la declaración de un default
de la piratesca deuda externa -el default en lo inmediato no haría
sino multiplicar el número de vulnerables, sin traerle una
solución-, negociar en esas condiciones con los acreedores, intentar
con los mecanismos a su alcance, es decir por métodos consensuados,
detener la inflación y generar nuevamente las condiciones para un
crecimiento del mercado interno, como dinamizador de la economía
real.
Todo
esto, rodeado de gobiernos hostiles, con un frente político
variopinto y disímil, con una debilidad enorme del estado nacional,
sin FF.AA. y con una clase dominante miserable y cortoplacista que
solo quiere que no le toquen la parte del león que se ha venido
llevando todos estos cuatro años.
Quien
no comprenda la dificultad profunda e insalvable del momento y lance
consignas tremendistas y abstractas, sin los mecanismos políticos
para llevarlas a cabo, solamente contribuye -por decirlo
livianamente- a hacer aún más difícil el fortalecimiento político
de un gobierno, al que un pequeño sector financiero y agrario se lo
quieren llevar puesto.
*
https://fernandezbaraibar.blogspot.com/ La Señal Medios
(
http://laseñalmedios.com.ar/2020/01/23/polemica-para-que-votamos-a-este-gobierno/)
El
Foro Económico Mundial que se celebra en Suiza, conocido
popularmente como el Foro de Davos, es una reunión donde empresarios
y líderes políticos de todos el mundo se reúnen para tratar
diferentes y variados temas de la agenda financiera -a modo general y
de cada país en particular-.
Ejemplo
de lo segundo es lo que ocurrió en la edición pasada: en aquella
ciudad suiza se reunieron la entonces titular del FMI,
Christine Lagarde,
con quien era el ministro de Hacienda, Nicolás
Dujovne,
y el ahora expresidente del Banco Central, Guido
Sandleris.
Allí se analizó y se puso en marcha uno de los suculentos
desembolsos que el organismo acordó con el país.
Por
ese y otros motivos, teniendo en cuenta las ideologías y manejos
económicos llevados adelante por el Gobierno de Cambiemos de
Mauricio
Macri,
el Foro de Davos era una cita importantísima e impostergable para la
gestión anterior, de corte neoliberal.
Allá
por 2016, recién asumido, Macri encaró el viaje a suelo europeo
como uno de sus primero desafíos. Para esa tarea, quiso mostrarse
dialoguista y conciliador a nivel local. ¿Cómo lo consiguió? Llevó
a Davos como compañero a Sergio
Massa,
por ese entonces mediador en la disputa kirchnerismo-macrismo: había
sido tercero en las elecciones del 2015.
Hoy
el líder del Frente Renovador pertenece a las filas del
Frente de Todos y
preside la Cámara de Diputados de la Nación tras el acuerdo con los
Fernández que le permitió al peronismo recuperar el poder en 2019.
“No
voy ir representando a mi partido, voy a acompañar al presidente
para que los dos, con la camiseta de la Argentina, podamos conseguir
trabajo para el país”, había detallado Massa en esa ocasión,
para despegarse del empesario y ahora expresidente.
Ahora
la situación es diferente. Del 21 al 24 de enero se celebrará la
50° edición del Foro Económico y no contará con la participación
del presidente argentino Alberto
Fernández,
quien decidió cerrar su agenda al exterior para concentrarse en
monitorear la economía local.
En
el juego de las diferencias no resulta nada complicado encontrar los
puntos en los que el Gobierno de Fernández y el de Macri tienen
enfoques diferentes. No se descubre nada. Pero no deja de ser
oportuno remarcar la ironía: el triste panorama económico que el
Gobierno de Cambiemos dejó, en parte craneado y/o fogoneado en citas
como la de Davos, es lo que desde el Frente de Todos entienden como
el motivo que no le permite al presidente acudir a esos compromisos.
Y
ni siquiera es seguro que el ministro de Economía, Martín
Guzmán,
sea el representante nacional en el Foro. Allí los trascendidos se
cruzan y se desmienten en todo momento. Mientras los inversores
instalan que en representación argentina viajará el N°1 del
Palacio de Hacienda, desde la Casa Rosada no confirman que Alberto
Fernández le haya pedido a su funcionario que lo represente en
Suiza. Y la fecha se acerca.
Es
que con la mira puesta en el relanzamiento
de los Precios Cuidados, la negociación por los aumentos
salariales y el ordenamiento de las finanzas en muchas de las
provincias, entre otros temas, está claro que lo que era crucial
para Macri, es secundario para Alberto.
Y
se descuenta que así será por los cuatro años que vienen, para que
evitar que la economía caiga tan bajo como los cuatro años que
pasaron.
Así
expuestas las relaciones y sus reducciones, el asunto comprensible
pero complejo, es el resultado de la trama de relaciones que
identifican actores, ideologías, intereses y acciones que van
dibujando la trama neoliberal y sus reacciones antagónicas, no como
resultado de una “grieta” sino como consecuencia de la acción de
grupos de poder que no escatiman el uso de la violencia para sostener
sus privilegios.
Una
organización humana, Nacional, democrática, popular, que sostenga
los principios de independencia económica, soberanía política y
Justicia social, deberá fortalecer sus instituciones para resistir y
confrontar con esas “violencias” desde posturas consensuadas y el
ejercicio de las herramientas del Estado en favor de la inclusión y
las razones y los conocimientos que se impongan sin necesidad de la
violencia como recurso, en tanto resultado de las relaciones que,
mayoritariamente, constituyen las intenciones y deseos de las
mayorías de quienes habitamos este suelo.
Daniel
Roberto Távora Mac Cormack
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