Jueves
9 de enero de 2020
Uno
de los temas de confrontación en estos días en Argentina refiere al
complejo juego de relaciones que se desarrolla en la geopolítica
internacional y en América Latina en particular. Viene como parte
del discurso que permitió en 2015 llegar al gobierno a la Alianza
Cambiemos … aquello de “volver al mundo”, “dejar de
aislarnos”, en clara alusión a los alineamientos internacionales
que, obviamente no significaban que Argentina estaba aislada durante
el período kirchnerista, sino mas bien que no estaba alineada con
las políticas que para la región emanaban de Washington. Macri
recompuso eso y significó, en el plano internacional, desarticular
la organización Latinoamericana y caribeña que se había venido
forjando con los gobiernos progresistas y otros no tanto pero que
veían en la alineación regional ventajas para sus gobiernos.
Hay
tres ejes principales en las cuestiones que tensan las relaciones
internacionales y un cuarto tema particularmente sensible para el
presente Nacional. En Primer lugar, Venezuela como símbolo de
aquellas alianzas tejidas al calor de los gobiernos populares y
liderados por el entonces presidente de Aquel país, Hugo Chavez. Eje
de la “grieta” a nivel continental, que reedita la vieja versión
de la guerra Fria entre alineados con EEUU o con Rusia, en un formato
diferente … alineados con EEUU o con un eje del mal constituido por
China/Rusia/Iran/Corea … Obviamente el trasfondo es
monetario-financiero y de acceso a recursos que permiten manejar los
precios de esos recursos e imponer las condiciones comerciales al
resto. El segundo tema es el Golpe de Estado en Bolivia contra Evo
Morales y el Tercero la posición Argentina respecto al Ataque de
los EEUU que provocó la muerte de Qasem Soleimani, comandante
de la fuerza élite Quds de la Guardia Revolucionaria de Irán, que
vuelve a poner a ambos estados al borde de una guerra de proporciones
impredescibles.
Estas cuestiones agravadas para
Argentina en tanto la relación con EEUU es fundamental respecto a
las negociaciones que se están llevando a cabo por la Deuda Externa
contraída por el gobierno cambiemista con el FMI, dónde EEUU tiene
un rol decisorio.
Argentina ante el mundo:
tensiones, defensas e incertidumbre
Alberto Fernández hereda un país
vulnerable, en un contexto de disputas globales donde ninguna
relación bilateral ofrece certezas.
Diez días después de su
asunción, el gobierno de Alberto Fernández mantiene algunos
interrogantes, mientras empieza a delinear certezas en relación a su
política exterior. El mundo aparece desordenado, poco predecible y
muchas veces hostil, marcado por las desavenencias regionales y el
enfrentamiento entre Estados Unidos, la superpotencia establecida y
China, la emergente. Argentina deberá transitar equilibrios entre
intereses de corto y largo plazo; posibilidades y algunas amenazas
que obligarán a políticas defensivas o de control de daños, en un
contexto de vulnerabilidad creciente.
El desafío será mayúsculo.
Como señaló Juan Gabriel Tokatlian en una entrevista (...), la
concatenación de una alta volatilidad internacional, una fuerte
inestabilidad regional y una gran vulnerabilidad nacional es un
escenario inédito para un gobierno argentino.
La agenda estará marcada por las
urgencias, la primera de ellas vinculada al endeudamiento externo, y
la renegociación de los compromisos con el Fondo Monetario y los
acreedores privados, que deberá ser considerada a la hora de pensar
los términos de la relación con Estados Unidos. El peso que tiene
en el organismo y el haber sido uno de los pocos países que
apostaron al préstamo más grande en la historia de la entidad de
crédito lo convierten en el actor más importante a la hora de
discutir la deuda. Las primeras medidas económicas del gobierno
hacen pensar que, junto con la modificación de las prioridades en la
asignación del gasto público, la búsqueda de un compromiso
aceptable para deudor y acreedores, que pueda ser creíble y
sostenible en el tiempo, está entre las preocupaciones a las que
mayor atención otorgarán el presidente y su gabinete.
En el plano externo, sin embargo,
las necesidades vinculadas con el endeudamiento chocan con algunas
preferencias políticas y con intereses argentinos de vital
importancia. Si las exigencias de Washington, desde el final de la
Guerra Fría, se vinculan a una agenda de reformas pro mercado y a la
cooperación en materia de lucha contra el terrorismo, y antes contra
el narcotráfico, de acuerdo a su propia agenda de seguridad, en la
etapa actual las demandas podrían incrementar su complejidad,
afectando las relaciones con China y con América Latina.
Entre Washington y Beijing
Para Esteban Actis, profesor de
Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario, a
diferencia de otras negociaciones de deuda como la del 2005, un
paquete de reformas económicas para garantizar la sustentabilidad de
la deuda no va ser suficiente, ya que pueden aparecer otras
exigencias geopolíticas, principalmente las ligadas a la relación
con China.
Actis distingue dos variables a
tener en cuenta: la externa y la temporal. En relación a la primera,
"la Argentina va a tener mayor margen de maniobra a mayor
distensión del vínculo entre Estados Unidos y China. Si la primera
fase del acuerdo comercial se consolida y vamos hacia un 2020 en el
que tanto Trump -en campaña- como Xi Xinping busquen aligerar
tensiones, eso le puede permitir a Argentina un mayor oxígeno y
evitar que EEUU tenga la necesidad de obtener mayores compromisos
estratégicos. Un clima de distensión implica una ventana de
oportunidad", explica...
Durante el último año la región
ha sido testigo de la búsqueda de compromisos estratégicos por
parte de Washington. En una gira por Chile, el Secretario de Estado
norteamericano, Mike Pompeo advirtió sobre la presencia de Huawei en
el continente, y el riesgo de seguridad que, en su visión,
significaba para la región la presencia china. Hace unas semanas, el
Huffington Post reveló que Estados Unidos amenaza con cancelar el
acuerdo militar con Brasil para la explotación de una base si el
país decide construir la red 5G con la empresa china. La cooperación
con China de diferentes países sudamericanos, en materia tecnológica
y energética, se ha convertido en la obsesión norteamericana a la
hora de dirigirse a una región históricamente bajo su influencia.
En cada visita de algún funcionario, la alarma aparece.
En segundo lugar, la variable
temporal. Para Actis, Argentina tiene que evitar, al menos durante
los meses en los que la negociación de la deuda sea protagonista,
hacer declaraciones o anuncios en relación a sus compromisos con
China. "Sería un error que en estos meses el gobierno salga a
decir que va adherirse a la iniciativa de la Ruta de la Seda o que
hay una decisión en relación a la tecnología china en 5G. Lo que
tiene que hacer es dilatar esos anuncios", dice. El desafío es
alejar cualquier tipo de compromisos que Washington podría vincular
a la agenda de la deuda. "Una vez despejado eso -dice Actis-,
Estados Unidos puede vincular otras agendas pero no una tan costosa
como la de entorpecer la negociación".
Para navegar en un contexto
signado por la tensión entre Estados Unidos y China, que se perfila
como una constante a la hora de plantear las relaciones exteriores en
función de la reconstrucción de una senda de desarrollo para la
Argentina, la administración deberá honrar su compromiso de
"desideologizar" su política exterior y formular un
diagnóstico quirúrgico en cada uno de los escenarios que aparecen
complicados. Para Actis será clave la supervisión de la Cancillería
o la Secretaria de Asuntos Estratégicos en las misiones
diplomáticas, de modo que los embajadores no actúen de manera
aislada o en función de los intereses de la sede en la que se
encuentran, algo que podría ser muy costoso para Argentina.
En un escenario de alta
vulnerabilidad interna, con la necesidad de buscar nuevos mercados y
el objetivo de mejorar el perfil exportador del país, el énfasis
que ponen el canciller Felipe Solá y Alberto Fernández en el
comercio exterior no parece menor. La cancillería será
protagonista.
La importancia de la defensa
Quizás por primera vez desde
1983, otro ministerio debería tener un rol importante en la
formulación de la política exterior en los próximos años. La
tarea de Agustín Rossi será compleja y determinante: Argentina debe
tener una política de Defensa acorde al tiempo y al mundo que corre.
El último año ha sido testigo
de la importancia que han recobrado los ministerios de Defensa, en un
paradigma cada vez más signado por la tecnología. En los países
desarrollados de occidente, la puja intergubernamental, entre las
carteras de Defensa, que alertan sobre los riesgos del poderío
chino, y las económicas, que no quieren desaprovechar la chequera
del país asiático, parecen un síntoma de época. En América
Latina, la ausencia de desarrollos tecnológicos propios ocultan el
problema tras un halo de inevitabilidad que, tarde o temprano,
terminará por alcanzar a nuestros países.
Para Mariana Altieri, directora
de la Fundación Meridiano, Defensa tendrá un mayor protagonismo
durante estos años, en coordinación con Cancillería, con una
mejora en las capacidades de las Fuerzas Armadas. Con respecto al rol
del gigante asiático, Altieri considera que todavía hay incógnitas
por despejar. "Va a ser complejo. China ofrece capacidad
tecnológica, armamento más económico y accesible, pero nuestras
FFAA no han visto con buenos ojos esos desarrollos, no se le tiene
tanta confianza. Ese resquemor es generalizado. La pregunta es si
China pretende ser solo un socio comercial. Su asertividad ha
cambiado desde la llegada de Xi. ¿Hasta qué punto no vamos a tener
que ceder, por ejemplo con tecnología? ".
La tensión sino norteamericana
se traducirá sin dudas en discusiones y tensiones en el ámbito de
la defensa. La base espacial en Neuquén, el despliegue de poder
naval en el Atlántico Sur, y los convenios de cooperación en
materia energética y tecnológica dan cuenta de la relevancia de
cuestiones potencialmente conflictivas vinculadas al nuevo
protagonismo chino. Del lado norteamericano, la reactivación en la
última década de la Cuarta Flota de la Armada, con presencia en
América Latina, y los escándalos de ciberespionaje contra
dirigentes extranjeros por parte de la Agencia Nacional de Seguridad
suman motivos de preocupación.
El estado de las capacidades
defensivas argentinas cuela en el debate sobre las vulnerabilidades
nacionales a otra potencia extranjera. "Un riesgo que tenemos y
arrastramos es nuestra dependencia del armamento británico, en el
nivel de la cadena de producción.
Tenemos problemas de
interoperabilidad entre nuestras fuerzas, con equipamiento
diferente". La limitación, sin embargo, abre también
oportunidades de desarrollar vínculos regionales. "Sería
importante desarrollar alguna política conjunta, vincular intereses
y tener una apuesta común. Eso incentiva a que si hubiera que
cambiar proveedores, poder hacerlo en conjunto y no en solitario",
sostiene Altieri.
La relación con Brasil también
estará surcada por cuestiones de defensa. La cooperación en ese
ámbito es una de las garantías de la relación bilateral, que tiene
entre los militares a varios de sus mayores abogados. Como señala
Alejandro Frenkel, investigador de la Universidad Nacional de San
Martín, de acuerdo a la visión brasileña "la relación con
Argentina es importante para garantizar estabilidad regional, la
Marina considera como prioritario el Atlántico Sur, donde Argentina
es un actor importante, es parte de una visión estratégica".
Por último, la insistencia de
Alberto Fernández en la soberanía de Malvinas y la campaña
argentina en Antártida, mencionadas en el discurso inaugural, suman
otros flancos desde donde Rossi proyectará protagonismo.
Brasil y la Región
La vecindad no aportará
tranquilidad al marco de complejidades. La región vive una etapa de
movilización social, un ciclo que inició hace algunos años en
Brasil y cuya emergencia sistémica más evidente es el caso chileno,
pero que reverbera en toda la región, como lo demuestran desde el
caso de Colombia o la Bolivia de antes del golpe, los conflictos en
Perú y Ecuador y las insatisfacciones con la representación
política que llegaron a manifestarse incluso en Uruguay, donde el
ex-general Guido Manini Ríos garantizó el triunfo del bloque a la
derecha, y más de cuatro de cada diez votantes se pronunciaron en
favor de devolver a las Fuerzas Armadas un rol en la seguridad
interior.
El apoyo de los uniformados se ha
vuelto un factor de peso para determinar la suerte de líderes y
gobernantes. Si en Venezuela, Chile, Perú y Ecuador, con distintos
grados de apego a la normativa democrática, el apoyo de las fuerzas
terminó por garantizar la continuidad de los gobiernos, el retiro de
ese apoyo en Bolivia selló la suerte de Evo Morales. Las Fuerzas
Armadas se mantienen entre las instituciones de mayor prestigio en la
región. Para Alberto Fernández, y para todo el sistema político
local, donde la prescindencia de las Fuerzas Armadas en cuestiones
políticas internas es un pilar de la democracia, esta coyuntura
presenta desafíos evidentes.
La relación con nuestro
principal socio estratégico será también puesta a prueba en los
próximos años. Las recientes manifestaciones de Bolsonaro en contra
del presidente argentino, en redes sociales y declaraciones a la
prensa, dan cuenta de una beligerancia retórica destinada a la
platea interna que las aperturas del discurso inaugural de Fernández
no lograron conmover, y difícilmente vaya a modificarse.
Tampoco la relación comercial, a
pesar de su importancia, ofrece garantías para la preservación
estratégica de la relación, si bien Brasil es el principal socio
comercial de Argentina, y Argentina el principal mercado para las
exportaciones industriales brasileñas, los críticos señalan que el
volumen del intercambio es decreciente, y que la relación es cada
vez menos importante para un Brasil donde el proteccionismo cotiza en
baja, y acumula críticos en un sistema político volcado mayormente
hacia la liberalización, cuyo representante más cabal es el propio
ministro de economía, Paulo Guedes.
La irrupción de China durante
las últimas dos décadas como comprador de materias primas afectó
enormemente la relación, que sufrió además las crisis económicas
sucesivas de los dos países. "Argentina y Brasil cada vez
comercian menos entre sí y están magnetizados por China, que
reprimariza ambas economías. Eso opera estructuralmente, al margen
de la voluntad de los gobiernos", señala Frenkel. La mayor
preeminencia del agronegocio en la estructura productiva brasileña,
y el fortalecimiento relativo de su peso político por sobre el del
sector industrial es consecuencia de este fenómeno.
El destino del Mercosur estará
en juego, con gobiernos aperturistas también en Uruguay y Paraguay.
El reciente acuerdo celebrado con la Unión Europea, cuya
ratificación en el Viejo Continente aparece en cuestión, genera un
dilema para la Argentina que, de intentar modificarlo, por sus
consecuencias en materia de empleo industrial, patentes y compras
públicas, enfrenta la posibilidad de un intento de acciones
unilaterales de sus socios en materia arancelaria, e incluso la
amenaza de una salida brasileña del bloque, que sería su acta de
defunción. Dado que el acuerdo no será con el Mercosur como único
bloque sino que habrá cuatro acuerdos separados por cada país, los
costos que pagaría Argentina ante una eventual dilatación de la
firma pueden ser importantes tanto en materia política como
comercial.
A pesar de todo, la Argentina
conserva buenas voluntades en varios sectores del país vecino. Entre
la dirigencia política, las recientes visitas del presidente de la
Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, y del vicepresidente de la
nación, Hamilton Mourao, dan cuenta de la importancia, aunque
decreciente, que el vínculo conserva. Preservar y fortalecer los
lazos existentes será una clave hacia el futuro. Frenkel y Altieri
coinciden en que la mirada es, antes que nada, defensiva. Mantener
algunas agendas vigentes, incluso más allá de los estados, dice
Frenkel. Altieri pregona una agenda que apunte en primer lugar a la
reducción de riesgos, apostar a que se deje de deteriorar el
Mercosur, para luego fortalecerlo, "no en términos políticos
sino económicos, de manera que sea costoso retirarse".
Principios y pragmatismo
La aproximación al mundo y a la
región, entre la volatilidad externa y la vulnerabilidad interna,
será forzosamente diferente de la que caracterizó la década
pasada, cuando cobraron protagonismo órganos y foros alternativos de
carácter sudamericano y regional. No aparece aún con claridad cuál
será calibración de principios e intereses del flamante gobierno.
La posición argentina frente a
Venezuela y el otorgamiento de status de refugiado a Evo Morales
abren interrogantes respecto de las consecuencias en relación a
Brasil y Estados Unidos, los principales actores hemisféricos. Para
Frenkel, el enfoque allí es de poco pragmatismo. "Es una
decisión importante, que como toda decisión, traerá
consecuencias". Sobre Venezuela, considera que la postura
argentina obedece a la correlación de fuerzas dentro del espacio
gobernante, con una aproximación algo más leniente de la que
preferiría el presidente. Altieri coincide respecto de este último
punto, aunque señala que los equilibrios también abarcan a quienes
buscan, dentro del gobierno, una relación más cercana con
Washington. La intención de Alberto Fernández, en este marco, sería
presentar estas posturas de acuerdo al interés nacional argentino.
No como adhesión a Morales o al régimen venezolano que como una
defensa del Estado de Derecho y el principio de no intervención. De
acuerdo a Actis, el intento de reconstruir un bloque progresista
regional traería, inevitablemente, un conflicto con Washington.
Los riesgos que enfrentará
argentina son claros y patentes, pero no hay por qué descartar la
idea de oportuncrisis. "En el corto plazo, hay posibilidades de
aprovechar los incentivos de la competencia hegemónica para obtener
beneficios tanto de China como de Estados Unidos", dice Altieri.
Actis identifica signos positivos en ambas potencias, coincidentes
con los intereses argentinos. "Estados Unidos tiene interés en
que la cuestión de la deuda se resuelva bien, el crédito del Fondo,
y el apoyo, han sido muy importantes". Sobre China, destaca la
complementariedad económica y la potencia inversora. En cuanto a
Brasil, recuerda Frenkel, nuestros países intercambian entre sí
algo que casi no intercambian con el resto del mundo: valor agregado.
En la voluntad de nuestros gobiernos, aún no demostrada, de
enfrentar la tendencia a la primarización, la relación bilateral
podría jerarquizarse.
Si en las décadas de los noventa
y los dosmil, Argentina decidió abrazar desenfadadamente los caminos
que le marcaban las tendencias globales, y durante la última década
transitó un péndulo que acompañó la pérdida de recetas
económicas evidentes, hoy aparece desafiada por un marco externo de
incertidumbre, en el que cada actor relevante ofrece dosis similares
de incentivos a asociarse, riesgos y capacidad de daño. En la
pericia de Fernández para decidir qué golpes absorber, cuáles
evitar y analizar precios y recompensas de cada decisión, en función
de un rumbo estratégico, se jugará una parte importante del
objetivo declamado de poner a Argentina de pie.
(
https://www.cenital.com/2019/12/22/argentina-ante-el-mundo-tensiones--defensas-e-incertidumbre/64589)
Los medios y los miedos.
En un mundo tensado y dirigido a
la polaridad que fomenta los EEUU con sus políticas de Defensa y de
Seguridad nacional que internacionaliza, se le enfrenta otro que
propicia acuerdos multinacionales y multiregionales, que intenta
equilibrios mas participativos, un mundo pluripolar liderado
actualmente por China y Rusia.
Irán y Corea a diferencia de los
dos primeros, aparecen como enemigos declarados de EEUU, signados mas
por las propias decisiones norteamericanas que por la existencia de
conflictos que los enfrenten realmente.
Los llamados “populismos” se
los asocia a esta última corriente.
En medio de estas
simplificaciones es obvio que hablar de alguna posición Soberana y
apelar al pragmatismo en las relaciones internacionales suene y
resulte ambiguo … ¿Lo es?
En la situación actual colocarse
decididamente a un lado u otro de esta linea de conflicto implica
alimentar hacia dentro la famosa grieta inventada por Clarín y
alimentada por el Lawfare en Argentina.
Y Aunque hagasé lo que se haga
los medios van a actuar de acuerdo a sus intereses alineados con EEUU
y el financierismo transnacional, en la realidad, operar con un
sentido prescindente de conflictos que no son nuestros, nos permiten
un amplio margen de maniobra para dirimir de a uno los problemas en
los que el macrismo nos dejo inmersos.
Venezuela: La teoría pendular
El gobierno argentino camina en
una delgada línea en medio de la crisis venezolana
La administración de Alberto
Fernández describió como “inaceptable” y “un nuevo obstáculo
para el pleno funcionamiento del estado de derecho” a los recientes
hechos en el país que preside Nicolás Maduro, pero no firmó una
declaración condenatoria del Grupo de Lima
El nuevo gobierno izquierdista de
Argentina está realizando un acto de equilibrismo en su política
hacia Venezuela, alejándose del Grupo de Lima que ve al presidente
Nicolás Maduro como dictador, al tiempo que condena su asalto a la
Asamblea Nacional controlada por la oposición. La administración
del presidente Alberto Fernández dijo el domingo que el impulso de
las fuerzas de seguridad de Maduro para impedir al líder de la
oposición, Juan Guaidó, y sus partidarios ingresar a la Asamblea
Nacional fue “inaceptable” y “un nuevo obstáculo para el pleno
funcionamiento del estado de derecho”. Aún así, el gobierno
argentino declinó firmar una declaración
condenatoria del Grupo de Lima,
un equipo ad-hoc creado en 2017 por varios países, incluido
Argentina, que busca elecciones libres en Venezuela.
Este enfoque dual resalta el
delicado acto de equilibrio de Fernández sobre un tema muy debatido
que está dividiendo las lealtades políticas de América Latina.
Como jefe de una coalición de
izquierda, el presidente argentino ha señalado que está realineando
la política exterior del país; en parte otorgando asilo al
expresidente boliviano Evo Morales e interactuando con los
funcionarios de Maduro durante su posesión el mes pasado. Al mismo
tiempo, acercarse demasiado a un régimen que el gobierno de Donald
Trump está tratando de eliminar puede poner en peligro el apoyo de
Estados Unidos en negociaciones económicas clave para Argentina.
Un alto funcionario de la
administración Trump le dijo a Bloomberg News el mes pasado que
refugiar a Morales e involucrarse con el régimen de Venezuela
cruzaba una línea roja y podría costarle a Argentina el respaldo
para un nuevo paquete financiero del Fondo Monetario Internacional y
la inversión estadounidense en los vastos campos de petróleo y gas
de esquisto del país.
Fernández está buscando un
punto medio para Venezuela sin molestar a Trump en el camino, asegura
Andrés Malamud, profesor argentino de ciencia política en la
Universidad de Lisboa.
Acercarse demasiado a un régimen
que el gobierno de Donald Trump está tratando de eliminar puede
poner en peligro el apoyo de Estados Unidos en negociaciones
económicas clave para Argentina
“Al no firmar junto con el
Grupo de Lima, puede apostar a ser moderador”, dijo en un mensaje.
“Argentina necesita el apoyo de Trump para renegociar su deuda”.
El gobierno de Argentina no
reconoce a Guaidó como presidente de Venezuela y tampoco considera a
Maduro dictador, dijo una persona con conocimiento directo del asunto
a Bloomberg News. El comunicado del Grupo de Lima, firmado por países
como Brasil y Canadá, describe al gobierno de Maduro como una
dictadura, algo que la administración de Fernández no estaba
dispuesta a apoyar, dijo la persona, quien declinó ser identificada.
Argentina no fue el único país
de izquierda que condenó la medida de Maduro que llevó a Luis
Parra, un diputado atrapado en un escándalo de corrupción, a
declararse el nuevo líder de la cámara el domingo.
Uruguay, que tampoco considera a
Maduro un dictador, dijo que la actitud de su gobierno “daña
gravemente” los esfuerzos por encontrar una solución a la crisis
venezolana. Aunque se abstuvo de condenar la situación, México
pidió que se siguiera el proceso democrático en la votación de la
Asamblea Nacional.
Le retiraron el placet a la
embajadora de Guaidó en la Argentina
El gobierno de Macri le había
entregado credenciales diplomáticas
El Gobierno le quitó sus
credenciales a la embajadora Elisa Trotta Gamus, que no había sido
enviada por Venezuela, sino por el autoproclamado presidente
encargado Juan Guaidó y cuyo placet había sido aceptado por el
gobierno de Mauricio Macri. En la Cancillería aclararon que la
diplomática "estaba bajo el formato de misión especial que le
había dado la gestión anterior, no como embajadora formalmente de
Venezuela". No obstante, a través de una carta le indicaron que
se ponía fin a esa "misión especial". El Gobierno
argentino se pronunció contra los últimos hechos en Venezuela y
cuestionó que se haya impedido el funcionamiento de la Asamblea
Legislativa. Desde Juntos por el Cambio, reclamaron que le devuelvan
a Trotta el lugar que le dio Macri.
El gobierno de Macri fue uno de
los que se alineó con la estrategia para terminar con el mandato de
Nicolás Maduro. Reconoció desde un comienzó a Guaidó y denunció
una y otra vez a Venezuela como una dictadura. En esa línea,
reconoció a quien Guaidó envió como embajadora: el canciller Jorge
Faurie le dio cartas credenciales, inmunidades y seguridad como si
fuera la embajadora legítima de Venezuela. Esto le pertimió a
Trotta Gamus montar una suerte de embajada paralela.
La Cancillería puso fin a esto a
partir de una nota forma que le envió la directora nacional de
Ceremonial del Ministerio de Relaciones Exteriores, Mariángeles
Bellusci: "Me dirijo a usted a los efectos de comunicarle que a
partir del día de la fecha se pone fin a su misión especial en la
República Argentina y a sus funciones en el marco de la misma",
dice la misiva. En la Cancillería habían advertido que era un
problema la forma en la que la diplomática se venía presentando en
sus entrevistas públicas. "Ante la persistencia en los medios
de presentarla como embajadora, consideramos oportuno informar que no
lo es", indicaron.
La decisión de terminar con la
embajada paralela ya había sido adelantada antes de asumir por el
canciller Felipe Solá: "Es ilegal. No vamos a buscar excusas.
Pensamos que las relaciones son complejas, pero tampoco se puede
violar la legislación para tener el embajador que uno quiere",
había advertido.
Comunicados Oficiales
En sendos comunicados,
Cancillería fijó posiciones entre el sábado 4 y el Domingo 5 de
enero. Publicado en el sitio Web del ministerio a Cargo de Felipé
Solá ...
“ Información para la Prensa
N°:004/20
La República Argentina ve con
preocupación los recientes acontecimientos ocurridos en Medio
Oriente.
Eventos violentos protagonizados
en un mundo global y consecuentemente hiper-conectado tienen el
potencial de tener consecuencias directas en todo el planeta.
nformación para la Prensa N°:
004/20
La República Argentina ve con
preocupación los recientes acontecimientos ocurridos en Medio
Oriente.
Eventos violentos protagonizados
en un mundo global y consecuentemente hiper-conectado tienen el
potencial de tener consecuencias directas en todo el planeta.
Nosotros, los argentinos, podemos
dar testimonio de lo dicho. En nuestro pasado reciente hemos sido
víctima al menos en dos oportunidades de actos de terrorismo
internacional.
Ante esa realidad y en virtud de
nuestra propia experiencia, el Gobierno Nacional insta a las partes
en conflicto a que dispongan las medidas que permitan contener la
tensión y trabajar en pos de una salida pacífica y negociada que
evite escaladas que pongan en riesgo la seguridad internacional.
Como siempre lo ha hecho, también
esta vez privilegiamos la vía de la negociación y la diplomacia
para la solución de los conflictos.
En ese sentido, hace un llamado a
la comunidad internacional para que todos asumamos posiciones
constructivas y reclama a las organizaciones multilaterales que
asuman las responsabilidades que se les han confiado, en particular
en materia de paz y seguridad internacional.
Domingo 5 de Enero de 2020
Información para la Prensa N°:
005/20
El Gobierno argentino lamenta
profundamente los episodios registrados en el día de la fecha en la
República Bolivariana de Venezuela.
Resultan inadmisibles para la
convivencia democrática los actos de hostigamiento padecidos por
diputados, periodistas y miembros del cuerpo diplomático al momento
de procurar ingresar al recinto de la Asamblea Nacional, para
elegir a las nuevas autoridades de su junta directiva.
Al frustrarse el funcionamiento
de un cuerpo democrático colegiado, lo ocurrido resulta un nuevo
obstáculo para el pleno funcionamiento del Estado de Derecho,
condición esencial para permitir encaminar una salida
transparente a la situación que hoy vive el pueblo venezolano.
Recuperar el diálogo entre las
fuerzas políticas de Venezuela en un marco de pleno respeto de las
libertades y los mecanismos institucionales, es el objetivo al que
busca propender el Gobierno argentino, para aliviar el
padecimiento de millones de venezolanos dentro y fuera del país.
En esa búsqueda, y sin pretender
involucrarnos en la situación interna de otros países, instamos
a todos los partidos representados en la Asamblea a reencauzar el
proceso de elección de sus autoridades en el pleno respeto de
las reglas constitucionalmente establecidas.
El Gobierno argentino también
hace un llamado a las democracias del mundo a que ayuden a facilitar
ese proceso de diálogo para que Venezuela pueda recuperar a la
brevedad la normalidad democrática que históricamente ha
caracterizado a ese país.
El resguardo de la independencia
de los poderes y de las inmunidades de los parlamentarios son
condiciones indispensables para el normal funcionamiento del sistema
democrático.
Argentina: Tras la presión de
Israel y EEUU, Alberto Fernández confirma al partido legal libanés
Hezbollah como «terrorista»
Resumen
Medio Oriente, 14 de diciembre de 2019—
Alineamientos
y desalineamientos Internacionales
Semanas
atrás se le hizo un guiño a las políticas internacionales de
Trump, al sostener al Hezbollah en la lista de “Grupos
Terroristas”, debido a presiones manifiestas, luego desmentidas
desde la embajada de los EEUU, por este Estado e Israel, en relación
directa al tema AMIA.
No
vamos a hacer cosas que nos traigan problemas», aclaró el canciller
Solá
Pero
si no las hacen, los medios de comunicación se encargan de
inventarlas.
«No vamos a hacer ningún
cambio, no vamos a hacer cosas que nos traigan problemas», dijo el
canciller Felipe Solá a un medio radial nacional.
El tema le había ocasionado a
Alberto Fernández uno de sus primeros conflictos diplomáticos.
Pocos días antes de la asunción, la actual ministra de Seguridad,
Sabina Frederic, dijo que calificar al Hezbollah como una
organización terrorista, como había hecho Maurcio Macri por
decreto, es «comprar un problema que no tenemos».
Como represalia, el gobierno de
Israel no envió a ningún representante a la asunción presidencial
de Alberto, pese a que había anunciado que enviaría un ministro.
El día después de asumir, el
presidente y Solá se reunieron con enviados del gobierno de Donald
Trump. Y menos de 24 horas después el canciller hizo el anuncio de
que mantendrán a Hezbollah en la lista de grupos terroristas.
Nuevos
espacios, Nuevas Agendas ...
Antes de asumir, Alberto
Fernandez había participado en Buenos Aires, de la segunda reunión
del Grupo de Puebla, un nuevo intento de producir un eje político
alternativo a aquel que proponen las políticas norteamericanas en la
región.
Hoy la apuesta es decida por la
CELAC …
El canciller Felipe Solá, en su
primer viaje al exterior desde que asumió el cargo, advirtió en su
discurso en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños
(CELAC), que la región requiere que los países “apostemos a la
innovación: no seamos conservadores”.
El ministro de Relaciones
Exteriores argentino llegó el martes al DF junto a su jefe de
gabinete Guillermo Justo Chaves y enfatizó que “la unidad es la
clave para que nuestra región se inserte con éxito y dignidad en el
mundo”. Ahondó luego en que existen coincidencias sobre las
“grandes amenazas de la región” y que “existe un diagnóstico
sobre el malestar de nuestros pueblos como consecuencia de la
desigualdad”. Abogó, por otra parte, que “quienes no
estuvieron hoy aquí se arrepientan de no haber participado”.
Solá aseguró que “no es
casual que sea México -un país hermano con el que tenemos una
historia de solidaridad- y la cumbre de la CELAC, un foro que posee
enorme significado para nuestro país”, que representen su primer
viaje como Canciller de la Argentina. En el mismo sentido
afirmó el ministro argentino: “Vine a renovar el compromiso
argentino por una América Latina y Caribe que trabajen en unidad”.
Luego reafirmó que “la unidad es la clave para que nuestra región
se inserte con éxito y dignidad en el mundo y por eso resulta
imprescindible fortalecer la integración regional con instrumentos
como la CELAC.
El canciller también felicitó,
en nombre del Gobierno argentino, al presidente Andrés Manuel López
Obrador y al canciller Marcelo Ebrard “por la Presidencia pro
tempore de México en la CELAC. No tengo dudas de que esta será una
gestión histórica para la integración regional en pos de la
igualdad entre las naciones”.
Solá afirmó que “América
latina atraviesa circunstancias como las que todos conocemos, con
datos acompañados de dolor y de un estado de cierto resentimiento y
de malestar en buena parte de nuestros pueblos”, que “se va
expresando de distintas maneras y puede sorprender a cualquiera, por
lo cual nadie puede arrogarse el acusar a otro de cómo gobierna”.
La delegación argentina
participa de una nutrida agenda apretada, que por supuesto está
impregnada por la crisis en Venezuela, la situación institucional en
Bolivia y por el proceso electoral en la Organización de Estados
Americanos (OEA), con reuniones bilaterales con representantes
locales y de Cuba, Ecuador, Perú, Panamá Surinam y Guyanas, entre
otros países, como así también con la Secretaria Gral.
Iberoamericana, Rebeca Grynspan. Y aunque excede de los límites
regionales, por supuesto que uno de los temas tratados fue las
implicancias de la crisis en Medio Oriente por la escalada del
conflicto entre Estados Unidos y el régimen de Irán.
La CELAC agrupa a los 33 países
de América Latina y el Caribe. Las decisiones se toman por consenso.
La creación de la CELAC en 2010, producto de la fusión entre el
Grupo Río y la Cumbre de América Latina y el Caribe (CALC),
obedeció a la voluntad política de la región de conformar un
espacio de coordinación y concertación política sobre la base de
valores, intereses y objetivos compartidos, y como la voz concertada
de América Latina y el Caribe en foros regionales y multilaterales.
Argentina no concurrió a la
anterior cumbre CELAC 2019, por divergencias en el posicionamiento
regional. Por lo que este retorno significa la recuperación del rol
activo que supo tener el país en la Comunidad.
Entre los ejes temáticos
previstos para la CELAC 2020 figuran: Cooperación aeroespacial y
aeronáutica; Gestión integral de riesgos de desastres naturales;
Foros de Ciencia y Tecnología para la sociedad; Encuentro de
rectores; Compras consolidadas en común; Monitoreo de virus y
bacterias por resistencia a antibióticos; Transparencia y lucha
contra la corrupción; Foro Economía azul/Gestión sustentable de
los recursos oceánicos.
(
https://www.tiempoar.com.ar/nota/sola-en-la-celac-apostemos-a-la-innovacion-no-seamos-conservadores
)
La
situación en Bolivia también fue parte de esta trama. Ampliamente
tratada a ambos lados de la grieta, en los días anteriores, se
evidencio la carga mediática contra el gobierno de Alberto
Fernandez, aunque mas específicamente en los intentos por enfrentar
a diferentes sectores que conformaron el movimiento de unidad que
alcanzo la holgada victoria en las urnas el pasado Octubre. Con las
situaciones en Venezuela y Oriente Medio no se privaron de lo mismo,
tanto que llevaron a muchos a criticar a un lado y otro la posición
internacional Argentina y hasta algún enfervorizado propuso la
renuncia del canciller Felipé Solá.
Obviamente no serán tiempos
calmos. El gobierno lo sabe. Los medios de comunicación en pie de
guerra también lo saben. Y en esta puja por relatos y posiciones que
definen acciones y capacidades de definir rumbos y agendas políticas
y de gestión de la administración pública, deberemos, mas atentos
que siempre, no caer en el juego tan milenario como efectivo que
propone el neoliberalismo en Argentina, “Divide y reinarás”,
Solo un campo popular dividido permitirá re-editar la tragedia
neoliberal en Argentina.
Daniel
Roberto Távora Mac Cormack
Comentarios
Publicar un comentario