Jueves 30 de enero de 2020

En la ciudad autónoma de Buenos Aires, el recorrido por los portales de noticias, en el día de hoy, no arroja mayores novedades de las que vienen ocupando los titulares durante esta última semana del primer mes del 2020.

Aunque todo parecería calmo, la calma es un precario estado de equilibrio que sostiene en relativa quietud el síntoma de los conflictos que tensan la existencia.

“ Cuando hablamos de casos, de los que damos testimonio no lo hacemos en términos de psicopatología, sea de orientación psicoanalítica o no. Hablamos de casos, uno por uno. En las disciplinas clínicas ya no se habla más que a través de categorías. El sistema de la prueba fue conmovido por la introducción de la Evidence Based medicine, que corrigió totalmente los modos de comunicación clínica. El caso singular en ese sistema de pensamiento estático es la última forma de comunicación que no testimonia más que de un delirio propio del médico.



Nos acercamos, no a la psicopatología general sino al esfuerzo de cada sujeto por tratar su síntoma y a su recepción en las instituciones que, sin nosotros, tendrían tendencia a querer tratarlo como categoría.”
“El Delirio de la Normalidad” Erick Laurent

Al igual que en las ciencias de la salud, se ha comenzado a entender hace muchos años que la salud y la enfermedad no son mas que dos caras de una misma moneda que se sostienen en un equilibrio dinámico, que en ocasiones produce síntomas que molestan e imposibilitan el desarrollo del “sano vivir” y en otras, esos mismos síntomas, producen bienestar, pero se trata de equilibrar las tensiones que pugnan entre si para conformar una unidad en su equilibrio que funcione … En las sociedades sucede lo mismo.

Las tensas calmas sociales son los tiempos donde los síntomas discurren en sus precarios equilibrios sin manifestación ostentosa de sus desequilibrios, molestias y dificultades. ¿Como distinguir unos de otros y como detectar los síntomas que producen esos cambios en los equilibrios que se manifiestan en tiempos de crisis y caos?

Como en la salud, el caso clínico ofrece solo la punta de un iceberg que es necesario develar para entender de modos siempre imparciales e incompletos, como se producen esos equilibrios y desequilibrios y como intervenir de los mejores modos para que los síntomas del desequilibrio se conviertan en síntomas de equilibrio. Los errores y peligros allí, son los de creer que cada caso clínico constituyen en sí mismos una categoría, lo particular e individual como expresión de lo general. Por el contrario, creer que la experiencia individual no es suficiente sino se interpreta en un contexto que, ampliado, permite generalizar aspectos y relaciones, para poder determinar en la sumatoria de síntomas de muchos casos similares, de que se trata la enfermedad.

Hay otro asunto allí. Los síntomas no son propiedad de la enfermedad definida, por tanto existe la posibilidad que en un caso clínico individual, ese síntoma no se corresponda con la categoría general que lo definió. Lo que hace que se recurra a un conjunto de síntomas diferentes para mejorar la calidad de la conceptualización general de ese desequilibrio en particular que afecta a ese individuo.

Es que precisamente todo trata de equilibrio … entre la experiencia individual y las formas en que las pensamos y construimos las categorías con las que las pensamos y creemos entenderlas, también.

Por esto el tan vilipendeado “Pensamiento Crítico” es una forma necesaria para quienes intentamos esos equilibrios entre sanidad y enfermedad … ya en la salud del cuerpo  de los individuos como en la salud de las mentes, como en las de sus vidas en relación y las realidad como construcción social.

El pensamiento crítico es un proceso que se propone analizar, entender y evaluar la manera en la que se organizan los conocimientos que se pretenden interpretar y representar en el mundo, en particular las opiniones o afirmaciones que en la vida cotidiana suelen aceptarse como verdaderas.

=====================================

Las negociaciones por la Deuda Externa y la aprobación anoche en Diputados que otorga la media sanción a la propuesta de sostenibilidad de deuda que será tratada en la comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara alta. El oficialismo buscará aunar criterios con Juntos por el Cambio el lunes previo. El Martes se tratará en el Senado de la Nación, de aprobarse será confirmada.  ( https://www.ambito.com/politica/deuda/el-senado-comenzara-tratar-el-martes-el-proyecto-sostenibilidad-deuda-n5079735 )

El proyecto del Poder Ejecutivo para renegociar la deuda externa, que la Cámara de Diputados aprobó hoy por una amplia mayoría construida a través del consenso con los bloques opositores, declara “prioritaria para el interés de la República Argentina” la restauración de la sostenibilidad de la deuda pública externa.
( https://www.telam.com.ar/notas/202001/427995-puntos-principales-del-proyecto-de-restauracion-de-la-sostenibilidad-de-la-deuda-publica-externa.html )

“Macri apostó la casa y los mercados de capitales quedaron ciegos. Los prestamistas fueron tontos al prestar esa cantidad de dinero. Apostaron de la misma manera que Macri apostaba a que iba a haber una avalancha de inversión extranjera”, afirmó el Premio Nobel en Economía, Joseph Stiglitz. En una entrevista para BBC Mundo, el economista dedicó una buena parte de la charla a la situación argentina. Aseguró que un default no es deseable ni para el país ni para los acreedores y criticó la imprudencia del mercado, y del Fondo Monetario, en conceder los préstamos que tuvieron lugar en los últimos años. Consideró que, con una negociación que permita flexibilizar plazos y tasas de interés, no sería necesario aplicar una quita nominal de capital, ya que flexibilizar ambas variables generaría una reducción del valor presente. "Es de interés para todos evitar un default", remarcó.

Es conocido su posicionamiento sobre el modelo neoliberal que reimplementó el macrismo. En más de una ocasión anticipó que la economía argentina se encaminaba a la misma suerte que Grecia, tras aplicar las recetas del Fondo, y que el dólar se tornaría inmanejable con una cuenta capital desregulada. También es un crítico del accionar del Fondo Monetario y sus “modelos impregnados de ideología”, a los que culpa de crisis como la que vive Argentina. En la entrevista que ofreció desde en su oficina de la Universidad de Columbia, Nueva York, repasó los factores desencadenantes de esa situación y las posibles estrategias para una reestructuración exitosa con los bonistas privados.

El problema
“Macri apostaba a que iba a haber una avalancha de inversión extranjera en Argentina que de repente conduciría al crecimiento económico, que le permitiría a Argentina pagar la deuda. No había evidencia, todos seguían ciegamente los discursos de Macri”, afirmó el especialista, considerado un economista de la Nueva Economía Keynesiana. Apuntó además la responsabilidad a los mercados de capitales, a los que acusó de no hacer su trabajo. “La función del mercado de deuda es fijar el precio del riesgo y emitir juicios. No deberían haber prestado tanto dinero. Entonces, mi crítica es a los mercados de capitales, no hicieron préstamos prudentes. Y en retrospectiva: ¿fue culpa de Argentina? Yo culpo a los mercados de capitales; no culpo a Argentina”, contestó.

El ex vicepresidente del Banco Mundial afirmó que mantiene conversaciones con su discípulo, el ministro de Economía, Martín Guzmán, mientras el funcionario entabla negociaciones con los tenedores de deuda argentina y con el Fondo. “Creo que la mayoría de las personas que han visto los números dicen que hay que hacer algo. No creo que nadie diga: podemos continuar así. Los números son muy claros en que no tienen los dólares para pagar lo que se debe. Es aritmética”, afirmó el docente de la Universidad de Columbia.
Respecto de la negociación, se mostró confiado en la pericia de Guzmán para llegar a un proceso que sea “mejor de lo que lo hizo casi cualquier otro país”.


 “Creo que tienen una comprensión probablemente insuperable de la macroeconomía y la deuda. El ministro de Economía es un excelente economista que ha hecho su carrera estudiando deuda, macroeconomía y reestructuraciones de deuda”, destacó Stiglitz, quien alertó sobre los efectos de un default: “Alrededor del 50 por ciento (de los procesos de canje) termina con una crisis en cinco años. No quieren meterse en eso. Entonces quieren resolverlo. No es una solución temporal, sino una solución real. Y eso requerirá alguna forma de reescribir el contrato para hacerlo sostenible".

La solución
El Nobel en Economía coincide con la línea programática que planteó Guzmán y que refiere a la necesidad de hacer una negociación integral. En el caso de la deuda con privados, había asegurado días atrás que habría que prepararse a una quita considerable. En la entrevista explica las maneras de conseguir esa reducción.

“El término quita hay muchas palabras diferentes: reperfilar, reestructurar. Si se trabaja lo suficiente sobre la tasa de interés, que es lo que creo que deberían hacer, entonces no tienes que hacer el capital. Si tienes suficiente flexibilidad en dos de ellos, no tendrás que hacer el tercero”, explicó en referencia a la tríada que suele negociarse en términos técnicos: plazo, tasa de interés y capital (nominal).

De todos modos, aclaró que algunos organismos, como el Club de París, imponen una tasa de interés –en ese caso es del 9 por ciento anual— y sobre ese número aceptan negociar plazos. “Hay toda una teoría que explica que si cobrás altas tasas de interés, terminarás con una alta probabilidad de incumplimiento”, fue su mensaje a los acreedores.
( https://www.pagina12.com.ar/244606-es-de-interes-para-todos-evitar-un-default )

=====================================

En sus apellidos, a Raimondi y Raimundi los separa una sola letra, pero la distancia es inconmensurable en sus posicionamientos. No es un tema menor, porque está en el centro de una discusión de política exterior que viene enfrentando al nuevo gobierno con su antecesor desde antes del traspaso del mando y que llegó a un súbito final con la publicación en el Boletín Oficial de este miércoles.

Daniel Raimondi había asumido la embajada argentina en la OEA el 26 de noviembre pasado y este miércoles se publicó en el Boletín Oficial  que por orden del Poder Ejecutivo volverá enseguida al país. En su reemplazo, el gobierno tiene decidido enviar al ex diputado Carlos Raimundi.

El cambio tiene su historia
La cancillería, entonces liderada por Jorge Faurie, fue uno de los ministerios que dispuso importantes nombramientos entre las elecciones primarias de agosto, que dejaron claro que ya no seguirían en el gobierno, y las generales de octubre. Tantos, que generaron la protesta del futuro ministro del área, Felipe Solá, y del presidente prácticamente electo Alberto Fernández.

“Los nombramientos son escandalosos. Empezó a nombrar gente y sigue nombrando gente, hasta embajador en la OEA ha nombrado”, denunció por entonces Solá. "Faltando diez días para el nuevo gobierno nombran embajador en la OEA, donde tenemos posiciones muy divergentes con el gobierno actual. El actual canciller no tuvo ningún problema en nombrar un embajador que viajó hace cinco días", subrayó el futuro titular de Relaciones Exteriores.
El tema tenía sus implicancias. Tal como señaló entonces este diario, en una nota firmada por Fernando Cibeira, "estas designaciones de último momento podrían ser revertidas por el nuevo gobierno pero con un importante costo en divisas --se calcula que el traslado de un embajador o cónsul a un nuevo destino ronda los 50 mil dólares--, además del papelón diplomático que significa hacer volver a un representante que acaba de presentar sus credenciales".

Un hombre de Macri... y Trump
Daniel Raimondi, que de él se trata la polémica, había sido vice de Faurie hasta que un día se pelearon a los gritos en su despacho. Después del altercado, el gobierno se comprometió a nombrarlo en el organismo regional y cumplió con su palabra en los últimos momentos de la administración PRO. Tal como expresó Cibeira, la embajada en la OEA "es uno de los cargos que se consideran 'políticos' en el ambiente diplomático. Raimondi fue nombrado para reemplazar a la ex diputada Paula Bertol, quien renunció para participar de la campaña de Juntos por el Cambio". Raimondi le presentó sus cartas credenciales nada menos que al secretario general del organismo, Luis Almagro, completamente enfrentado con el actual gobierno argentino por su seguidismo incondicional a las operaciones de Washington. Cuando lo hizo, Raimondi dejó claro su alineamiento con Almagro: "Argentina siempre ha valorado su pertenencia a este foro y el rol que cumple en el hemisferio", aseguró.

Un escándalo repetido
Raimondi no fue un caso aislado dentro de la Cancillería. En sus días finales, Faurie designó embajadores en países como Yemen, Omán, Haití, Rumania y Filipinas. De tan escandaloso, en Filipinas, por ejemplo, respondieron que no le darían el plácet al embajador nombrado hasta que lo ratificara el nuevo gobierno. Y el representante que designaron para los Países Bajos dijo él que esperaría a que asumieran las nuevas autoridades antes de aceptar el cargo. Una excepción.

Pero un caso que molestó especialmente a Alberto Fernández y sus colaboradores fue el de la designación de Carlos Cherniak, un diplomático de origen radical que se desempeñaba en la dirección de Asuntos Parlamentarios, como nuevo representante argentino en la FAO, el organismo de las Naciones Unidas que trata sobre la alimentación, justo el área donde el nuevo gobierno puso la mira con el ambicioso Plan contra el Hambre.

Cónsules también
Faurie también designó al ex director de Ceremonial, Marcelo Suárez Salvia, en el estratégico consulado en Nueva York. Suárez Salvia, Faurie y el principal asesor de Macri en temas internacionales, Fulvio Pompeo, venían trabajando juntos desde la época que Carlos Ruckauf ocupó la Cancillería. El caso del consulado en Nueva York se replica en Milán, donde Faurie nombró al antiguo director de Asuntos Consulares, Luis María Sobrón.



Hay que destacar que para los casos de los cónsules no es necesario que el país al que son trasladados les otorgue el plácet, por lo que el trámite es mucho más sencillo. De ahí que Faurie optó en su momento por nombrar a sus amigos cónsules y no embajadores. De todas formas, los gastos de traslado -que incluye alquiler, mudanza y demás- son los mismos, algo no menor para una gestión que tiene la escasez de divisas como uno de sus más urgentes problemas.
( https://www.pagina12.com.ar/244519-sola-desplazo-al-embajador-ante-la-oea-que-nombro-macri-ante )

=====================================

Después de un período como diputado del Parlasur representando a la Argentina desde el hoy Frente de Todos, el político y diplomático Oscar Laborde fue elegido presidente del Parlamento del bloque regional para 2020, en un momento donde las tensiones políticas deberán hacer equilibrio con los acuerdos comerciales y sectoriales. Asiduo analista internacional en diversos medios, incluido Tiempo, hace mucho que sostiene –el presente lo confirma– que no hubo cambio de época y la región sigue siendo "un territorio en disputa".


–Hubo un vaciamiento del Mercosur en los últimos años, sumado a la suspensión de Venezuela, el retraso en la incorporación plena de Bolivia. Pero con la nueva administración argentina se supone que se volverá a volcar contenido al bloque, en un escenario adverso políticamente. En ese contexto, ¿cuál es la misión del Parlasur?

–Fue una intención y una acción de Mauricio Macri de desmembrar la integración. Lo anunció sutilmente en campaña y luego desde las primeras acciones apuntó a cada uno de los organismos. Se separó a Venezuela y, junto con Brasil, se impidió el ingreso de Bolivia. Fue muy inconveniente para una Argentina necesitada de dólares separar a Venezuela, gran compradora de productos terminados; nosotros somos importadores de energía. Lo mismo con Bolivia, una economía emergente que podía comprar una cantidad de cosas que producíamos. Se habló mal del Mercosur y con el Parlasur no se pagaron dietas y se mandaron a los voceros a menospreciarlo. Nos retiramos de la Unasur y congelamos la Celac. En el Mercosur se destruyeron instituciones que se habían creado, como el instituto de política social o las cumbres sociales. En Cancillería argentina se desarmó el consejo consultivo de la sociedad civil. Creían que la única relación virtuosa válida era con los EE UU: era absolutamente incorrecto ya que hicimos todo lo que dijeron y sin embargo aumentaron el arancel de biodiésel y ahora suben el del aluminio y el acero.

–Macri tenía una aversión a todo lo que tenía que ver con la integración.

–Por supuesto. Lo contradictorio es que cuando quiso hacer un acuerdo con Europa pretendió utilizar el Mercosur. Es impensable, más allá del color político, que la región no tenga una personalidad, que Argentina o Brasil se asocien individualmente con los grandes polos. En un mundo que tiende a agruparse, lo lógico es que un polo como el sudamericano, interactúe con el resto de los polos.

–¿Qué cambios se esperan?

–Desde que se creó el Mercosur con Alfonsín y Sarney, en un sentido o en otro, Argentina y Brasil tenían el mismo color político. El desafío ahora es hacerlo crecer, desarrollarse, habiendo casi antagónicas posiciones políticas. Pero lo importante es demostrar que la integración es válida más allá del color político. Cuando fue virtuosa la integración, había un Piñera en Chile, un Santos en Colombia, y sin embargo era una región que pudo superar la crisis de esos años por la unidad. Se entendía que la integración no es atributo de una identidad política. Alberto Fernández está convencido y decidido a colaborar a que sea en un clima democrático.

–No será sencillo en una región con otro color político.

–Es relativo: hemos dicho –no en solitario pero sí en minoría–, que no hubo "cambio de época". Nos quisieron convencer de que cuando perdimos con Macri lo había. Dijimos que no porque el neoliberalismo tiene grandes dificultades para instalarse en la región: no son los '90. Debieron proscribir a Lugo, a Zelaya, meter preso a Lula, dar un golpe en Bolivia… Al neoliberalismo no le da resultado su proyecto en lo electoral. El FdT es una fuerza que es popular y pretende serlo: debemos mirar qué hacen los sectores populares en otros países. ¿Es coincidente con lo que pensamos con lo que hacen en las calles de Chile? Sí. ¿En Ecuador? Sí. ¿Los que piden la libertad de Lula? Sí. Entonces es coincidente nuestra propuesta política con lo que está sucediendo en América Latina: no siempre en los gobiernos pero siempre en las calles. No es casual que después de que AF gana las elecciones se produzcan manifestaciones en Ecuador, Perú, Colombia… No estamos aislados. Sí en coincidencia con los pueblos que luchan contra las políticas que nosotros derrotamos en lo electoral. Estamos en sintonía con el clima de época: resistir fuertemente las políticas neoliberales. Tanto que se logra en Chile algo extraordinario: reformar una Constitución que no se tocaba, en esencia, desde el '80.

–¿Chile finalmente podrá cambiar su Constitución?

–Sí, en abril se votará la forma y en noviembre la constituyente. Es una puja, nada está garantizado, pero se logró por primera vez que se llame a una constituyente.

–En nuestros sistemas presidencialistas, el pueblo manifestándose en la calle es a veces como la oposición parlamentaria: opina y condiciona pero no decide. Un escenario que, de algún modo, es sólo discursivo.

–¿Qué hubiera pasado si no se aceptaba modificar la Constitución? En Ecuador debieron retrotraer las medidas: no lo votó el Congreso, lo votó la gente en la calle. En Colombia también. Hoy la gente está consiguiendo más en la calle que la oposición parlamentaria. En Chile, ni el gobierno de Bachelet ni el de Lagos no pudieron modificar la Constitución. Hay que apreciar esa novedad. México y Argentina son factótum, porque las críticas a las medidas neoliberales, hicieron que llegaran al gobierno. No es una tendencia irreversible, del mismo modo que no era un cambio de época con Macri, pero está claro que está todo en disputa.

–¿Y el ejemplo uruguayo?

–Liberan a Lula, le dan el golpe a Evo, ganamos en Argentina y perdemos en Uruguay. Parece una de cal, una de arena. Pero fijate qué interesante: en Bolivia hubo un golpe pero no lo pudieron consumar; debían apoderarse de todos los atributos y los poderes del Estado, pero no pudieron disolver la Asamblea nacional ni intervenir las gobernaciones. Rápido, en 27 días, el MAS logró reagruparse, decidió ir a elecciones, que Evo no sea el candidato y sí el jefe de campaña. No sé si va a ganar: seguro que va a competir. Querían que el MAS vaya dividido, o que Áñez se quedara ocupando todos los poderes del Estado.

–¿Es posible que haya elecciones limpias?

–Todo en América Latina va a ser una disputa. Quisieron que no se vote rápido y la Asamblea logró constituir un Tribunal Electoral razonable, no proclive a los golpistas. Es una puja. Trataron de quitarle el nombre al MAS y fracasaron. Impugnaron a Evo, sí, pero ese también es un debate: ¿deben presentarse a elecciones con un líder impugnado? El frente popular decidió presentarse y es interesante la apuesta, porque el lawfare no funciona más. Su éxito tuvo un límite. Ahora lo que preocupa es el factor militar, que significa las fuerzas armadas y las de seguridad. El golpe en Bolivia, la amenaza de Bolsonaro por aplicar el AI5 (el protocolo de las FF AA para intervenir en política), el rol de las policías que en su momento intentaron voltear a Correa. Las FF AA tienen ciertas restricciones constitucionales en los países: no tanto las de seguridad, que actúan más libremente.

–Por eso durante el macrismo se las fomentó tanto.

–¿Por qué Santiago Maldonado desapareció?, ¿lo hizo el ejército? Por eso hubo tanta seducción con la policía, Prefectura y Gendarmería. Hay que tener cuidado con el factor militar: puede haber una tentación de la derecha que ante el fracaso del lawfare y que, ante un crecimiento de los sectores populares puedan poner en práctica el factor militar. Donald Trump cuando festeja el golpe, dice felicito a las FF AA de Bolivia.

-Alcanza con que México sea el socio ideológico?

–En ambos países hay una preocupación por que el Estado tenga un rol en la economía, con una mirada hacia los más humildes, vinculación con un rumbo histórico nacional y popular. Pero ambos van a estar muy metidos en sus cuestiones. Aunque sea una exageración dicen que AMLO no tiene pasaporte: tan metido está en sus cosas que está dispuesto a no viajar a ningún lado. Y nosotros podemos hacer muchos discursos, pero si aumenta la pobreza… En su momento, Néstor (Kirchner) pudo hacer la integración latinoamericana porque había un escenario que te permitía. Ahora debemos demostrar primero que se puede revertir la situación. El aporte es que eso funcione.

–¿Para eso es clave la renegociación de la deuda?

–Sí, el gobierno debe proponerse que el modelo funcione, organizar la macroeconomía, lograr cierta normalidad que aún no hay, después de cifras y tasas desaforadas, escandalosas. Que funcionen mecanismos de asistencia a los más vulnerables. Y arreglar la deuda, lograr un lento y paulatino proceso de crecimiento. Debemos ser ejemplo ante las políticas neoliberales. El aporte del Parlasur pasa por garantizar que en la región haya una situación de paz, sin intervención militar, que no se achique la democracia, ni que haya golpes.
La CELAC y la relación con Brasil

-¿Que perspectivas le ves a la CELAC?

-El 8 de enero, México asumió la presidencia El gobierno de Alberto dio un fuerte respaldo a la iniciativa con la presencia del Canciller Felipe Solá, que dio un discurso muy comprometido con el plan que para este año presentó su par mexicano Marcelo Ebdard. Respaldó fuertemente la necesidad de profundizar la integración regional. Cada momento histórico debe encontrar las herramientas adecuadas. ¿Cuál será, ahora, para los gobiernos de Argentina, México y de los países que quieran transitar un camino de soberanía sin aceptar mansamente los mandatos del norte, necesitando de la articulación en su voluntad de recuperar terreno en la disputa y ganar soberanía? ¿Cuál será, cuando tenemos un presidente en Brasil que boicotea lo que tenga que ver con articular para pensar y actuar colectivamente? Bolsonaro, cuando se produjo el relanzamiento de la Celac, salió a decir que se distanciaba de ese espacio, profundizando un aislamiento inexplicable con la sola intención de complacer a EEUU.

-Rafael Correa asegura que la Celac debe ser la OEA latinoamericana.

-No podrá ser la Unasur por ahora, por obvias razones. Y la OEA con Luis Almagro, demostró que sólo defiende los intereses de EE UU en desmedro de los latinoamericanos y caribeños. La Celac tiene la oportunidad histórica de potenciar los proyectos populares de una región que, en el mundo actual, requiere más que nunca moverse conjuntamente.

-¿Cómo se convive con Bolsonaro?

-Aplicando el pragmatismo conveniente, como dijo Felipe Solá. Tenemos que hacer un acuerdo que nos convenga a los dos… ¿Si es posible con Bolsonaro? Absolutamente. Se firma un acuerdo de la industria automotriz Macri-Bolsonaro, que iba en desmedro de lo que ellos querían que era la baja de aranceles, producto de la presión de las automotrices. En algún momento exageramos el rol no comercial del Mercosur. El acuerdo con la UE en entredicho

-¿El Parlasur se orientará más hacia lo político o a los acuerdos comerciales?

-Las dos cosas. Que se haya decidido que la Argentina presida el Parlasur y que me hayan elegido a mí, a un político, tiene que ver con la comprensión del momento que se vive. La primera gran tarea del Parlasur es colaborar y garantizar una elección en Bolivia: el parlamento tiene un observatorio de la democracia muy prestigioso que debe actuar en Bolivia en las elecciones. Segundo: se debe promocionar el diálogo en Venezuela, ya que están los dos sectores, el chavismo y el antichavismo. Es el único lugar del Mercosur donde está Venezuela y es un ámbito de diálogo aceptado por las partes. Debemos reconocer que en Venezuela hay un problema, que tienen que resolver los venezolanos con diálogo y sin injerencia externa. Por otro lado, hay que revisar el acuerdo comercial que se hizo con Europa y colaborar técnicamente para que sea más un tratado de cooperación que uno de libre comercio.

-¿Es prioritario revisarlo?

-Sí, el acuerdo con la UE ha quedado en una situación de sí o no. Porque hay secretismo, porque no se conoce. Se supone que es negativo para las industrias nacionales de argentina y brasileña pero no se conoce… Ahora: ¿que el Congreso vote que no, significa que nunca más va a haber un acuerdo entre la UE y el Mercosur? No. El Parlasur puede aportar ensayos de cómo sería un acuerdo mejor, no de libre comercio, sino de cooperación. El libre comercio es comprar y vender lo que quieras. En la cooperación evaluamos qué rubros son buenos para comprar y vender, de conveniencia mutua.
( https://www.tiempoar.com.ar/nota/estamos-en-sintonia-con-el-clima-de-epoca-resistir-fuertemente-las-politicas-neoliberales )

=====================================

Desde Río de Janeiro. America Latina no seria víctima de la fuerte ofensiva de la derecha, si ésta no contara con las debilidades de la izquierda latinoamericana. El elemento común en la recuperación de fuerza de la derecha ha sido el rescate por parte de la derecha de bases sociales de apoyo que los gobiernos progresistas habían logrado. Gobiernos que habían sido electos o reelectos con altos niveles de apoyo electoral, fueron derrotados o han sido arrinconados porque su apoyo cayó a niveles apenas mayoritarios.

No tanto por una pérdida de bases de apoyo de sectores medios de la población – aunque también la hubo - sino sobre todo por una pérdida en sectores populares, o sea entre los beneficiarios directos de las políticas sociales de los gobiernos progresistas. Estos sectores han sido captados por fuerzas de derecha, en base a fuertes campañas mediáticas y a mecanismos de persecución y criminalización política de líderes de la izquierda.

Como resultado, a pesar de poseer un programa de gobierno con un potencial de amplio arraigo popular, los gobiernos de izquierda han sido derrotados o han triunfado por márgenes exiguos de votos, frente a una derecha que no puede enfrentarse a ese programa, porque no posee propuestas de políticas sociales. Que tiene que desplazar la agenda central de los países hacia temas como corrupción, seguridad publica o temas conservadores de carácter moral.

La izquierda latinoamericana había sido hegemónica en los países donde había logrado hacer elegir y reelegir a sus gobiernos, todos antineoliberales en su esencia. Aquí me voy a detener en un aspecto de las debilidades que han llevado a los retrocesos de esos gobiernos: la incapacidad del pensamiento crítico latinoamericano de acompañar esos avances, de comprender su naturaleza, sus fortalezas y  debilidades, y  su nula contribución al análisis de esos procesos, su falta de apoyo y promoción de políticas para la superar esos problemas.



Al principio sí hubo involucramiento de sectores del pensamiento crítico, incluido de sus principales entidades, en los gobiernos que recién surgían. No participaron todos los sectores del pensamiento social, en parte porque algunos pensadores eran críticos de algunos aspectos de esos gobiernos, en parte porque otros se desconectaron absolutamente del carácter progresista de esos gobiernos, muchas veces sumándose a la derecha en la oposición.

Por eso cuando los gobiernos progresistas empezaron a enfrentar más dificultades por la recuperación de iniciativa de la derecha, la incapacidad de formulación teórica de la crisis dificultó todavía más una reacción del campo progresista. Al no contar con amplios debates que apuntaran hacia las debilidades que facilitaban la retomada de iniciativa de la derecha, se perdió la disputa sobre temas teóricos y políticos centrales  como la democracia y el rol del Estado, entre otros. Entonces se produjo un repliegue de gran parte de la intelectualidad hacia las universidades, ámbitos cerrados sobre sí mismos en sus temas prioritarios de análisis, afectados por procesos de burocratización que han afectado a estas entidades que deberían representar y movilizar al pensamiento crítico.

Hoy la capacidad de comprensión de los problemas actuales de América Latina se concentra alrededor de los principales líderes de la izquierda en el continente  porque no se puede separar a los enfoques teóricos de las salidas políticas concretas. Pero estas políticas requieren una comprensión de mayor profundidad y alcance de la crisis que vive el continente y de sus perspectivas de superación positiva.

Sin la participación activa y creativa del pensamiento critico latinoamericano no podremos salir de esta crisis con fuerza suficiente como para impulsar un nuevo ciclo progresista en nuestros países. Del mismo modo, sin una salida política concreta, el pensamiento crítico se agotará al no poder rearticularse con la práctica política real existente.
( https://www.pagina12.com.ar/244559-sin-pensamiento-critico-no-hay-practica-emancipatoria )

En estos tiempos neoliberales, pensar críticamente importa a la construcción de un pensamiento de izquierda, democrática, Nacional y popular que construya hegemonía en un contexto patriarcal, colonial, Capitalista y neoliberal, que dá muestra de la decadencia de formas y contenidos de orden social que solo beneficia a pequeños grupos de poder y a una elite globalizada, que se percibe en su propia destrucción mientras insiste en sostener tal orden de cosas … y en individuos que deben definir sus “identidades” uno e indivisible, en un sistema de relaciones que potencia la cooperación por sobre la competencia, el bien común por sobre el bien individual y la justicia por sobre la libertad individual de ejercer poder sobre quienes son impedidos de ejercerla ...

Daniel Roberto Távora Mac Cormack

Comentarios

Entradas populares de este blog