Que se pierde y que se gana en todo orden

 


Espionaje ilegal y Derechos humanos

La Asamblea Permanente de Derechos Humanos (APDH) denunció este jueves que "una vez más, la ilegalidad es la regla en un Gobierno de Juntos por el Cambio, en este caso en el Gobierno de Horacio Rodríguez  Larreta en la CABA", al criticar con dureza el funcionamiento del sistema de reconocimiento facial de prófugos de la administración porteña, que fue suspendido esta semana por la Justicia.

"Una vez más la ilegalidad es la regla en un gobierno de Juntos por el Cambio, en este caso en el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta en la CABA", apuntaron desde la conducción de la APDH en un documento difundido este jueves bajo el título: 
"El espionaje y la represión no paran. La transformación no es para el pueblo de la CABA".

Esta semana, la Justicia porteña suspendió el sistema de reconocimiento facial de prófugos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires tras detectar un uso ilegal que permitió acceder a datos biométricos de millones de personas que no estaban siendo buscadas, entre ellas dirigentes políticos, sociales, sindicales y de derechos humanos, como también jueces, empresarios y periodistas.

La decisión fue adoptada por el juez en lo Contencioso, Administrativo y Tributario de la Ciudad, Roberto Gallardo, quien además ordenó una batería de medidas de prueba que incluyó, entre otras medidas, el secuestro de computadoras y dispositivos por parte de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) en el Centro de Monitoreo Urbano ubicado en Patricios al 1100, del barrio de Barracas.

En un documento firmado por la conducción de la ADPD, encabezada por Mariana Lamorgia, Ramiro Gerber, Enrique Rocatti, se denunció "tres gravísimos hechos presentado en esta semana en distintos ámbitos" porteños.

"El primero de ellos, 
el tatuado de niñxs con logos y propaganda del Gobierno de la Ciudad en una escuela. En segundo lugar, otro ministro de Larreta, el de Seguridad, Marcelo D´Alesandro accedió de manera ilegal a datos que comprometen la seguridad y la intimidad de distintos opositores al signo del PRO, incluyendo funcionarios públicos, entre ellos el señor Presidente (Alberto Fernández) y la señora vicepresidenta de la Nación" Cristina Fernández de Kirchner, dice el documento.

"Entonces, tal parece que la Gestapo no ha quedado desarticulada del todo y que desde lo institucional el PRO sigue ejerciendo la persecución, el hostigamiento y la violación de los derechos de opositores políticos en la Ciudad de Buenos Aires", remarcaron.

"El tercer hecho a mencionarse -agregaron- es la 
represión ejercida días pasados por la policía de la CABA a los manifestantes en el Incaa, que culminara con la detención indebida y arbitraria de un estudiante de cine".

Para los dirigentes de la APDH, "cada uno de estos actos atenta contra los principios de la democracia y la plena vigencia de los Derechos Humanos, y como APDH-CABA queremos hacer propio nuestro más enérgico repudio. Es de esta manera como Juntos por el Cambio (JxC) y Rodríguez Larreta ejecutan y ejercen el control social en la CABA: tatuando y violentando los derechos de los niñxs, reprimiendo a estudiantes, y espiando a referentes políticos y sociales opositores".

Finalmente advirtieron que estas prácticas desde el Gobierno local "forman parte de una real vergüenza, donde se utiliza al Estado para la ilegalidad y que además se trate de justificar prácticas que se ejecutaban en las épocas más oscuras de la historia de la humanidad y de nuestro país. Toda una afrenta a la República, a las instituciones y a la democracia que tanto nos costo reconquistar en la Argentina". (Telam)

El celular como espejo

Diana Sahovaler de Litvinoff, Miembro Titular, analista de formación y Supervisora, Asociación Psicoanalítica Internacional, Asociación Psicoanalítica Argentina Miembro de pleno derecho de la API Miembro de la Federación Psicoanalítica Latinoamericana Ex Director de Seminarios y Supervisiones del Instituto Latinoamericano de Psicoanálisis (ILAP: IPA-FEPAL) (2010-2012) Profesor y Supervisor del Instituto Psicoanalítico Latinoamericano (2007-2012) Profesor invitado a la Escuela de Verano de Odessa (PIEE) (2010) Miembro de la Junta Directiva de la Asociación Psicoanalítica Argentina (2013-2015) Miembro de la Junta Directiva del Instituto de Psicoanálisis, Asociación Psicoanalítica Argentina (2017) Profesor Titular del Instituto de Psicoanálisis, Asociación Psicoanalítica Argentina Analista y Supervisor de Formación en China, de la Asociación Psicoanalítica Internacional. Escribe en página 12

¿Quién pondría en duda que el celular nos ha simplificado la vida? ¿Quién pondría en duda que el celular nos la ha complicado? Así somos los humanos, siempre oscilando entre lo que nos sobra y lo que nos falta, siempre entre el exceso y la carencia. El celular es ahora mucho más que un teléfono, la pantalla y la conexión a Internet lo convierten en una computadora portátil, como una prolongación celular de nuestro cuerpo. La posibilidad de comunicación sigue siendo lo que se destaca, llamar o ser llamado, pero también es un instrumento de desconexión, nos aísla si estamos en una reunión que no nos interesa, nos desconecta si algo nos angustia, o nos distrae si estamos aburridos. No se puede estar siempre conectado, necesitamos estar al tanto de lo que nos rodea, qué sucede en el mundo, qué necesitan nuestros seres queridos, pero también precisamos desconectarnos, es requisito para nuestra salud psíquica. Ya lo decía Freud: es tan importante recibir estímulos como poder defendernos de ellos, por eso dormimos, por eso soñamos.


Actualmente provoca mucho interés detectar si la conexión a través del celular puede ser nociva o adictiva. Por supuesto que eso depende de cómo y quién lo usa. Pero es interesante poner la mirada en cuáles son las características particulares, que nos ofrece la conexión cibernética. En principio se trata de eso, de poner la mirada. El celular nos ofrece la pantalla, y las pantallas fascinan. En ellas todo aparece armado, colorido, interesante. La imagen nos resulta esencial para conocer la realidad y para reconocernos, el espejo le permite al pequeño la sorpresa y el regalo de poder decir “¡soy yo!”. Y la pantalla del celular es apropiada para funcionar como espejo, de lo que somos, de nuestro mundo.

Ahí están nuestras fotos y videos, las de nuestros amores, los grupos de chat a los que pertenecemos, los temas que nos interesan o nos preocupan, la música que nos identifica, los iconos conocidos que nos orientan. Ni que hablar de los sitios que guardan nuestros documentos de identidad, carnet de vacunación, datos para efectuar pagos bancarios, datos de cualquier índole. ¡Todo lo que tenemos! O casi todo.

El celular nos conecta con lo que somos y lo que tenemos. Muchas veces cuando deja de funcionar o no hay conexión a Internet o curiosamente lo olvidamos o lo perdemos, solemos encontrarnos con un vacío. Algo nos falta. Un silencio de imágenes y sonidos que en general se asocia con pérdida. Esos pueden ser los momentos para percatarse de otra cosa, justamente del silencio. El vacío que nos caracteriza podríamos decir, porque como personas siempre estamos en falta, siempre en busca de algo más. Si hoy contamos con ese aparato maravilloso que es el celular es porque nunca nos terminamos de conformar. No nos alcanzó con la comunicación boca a boca, ni con la imprenta, ni con el teléfono de línea. Siempre vamos por más y esta es la capacidad de desarrollo que nos distingue. Pero para buscar es necesario aceptar lo que nos falta, enfrentarnos con la pregunta de qué queremos y hacia dónde vamos.

El celular tiene la particularidad de reforzar nuestra identidad, nos miramos en él para confirmar lo que somos y lo que tenemos, y suele convertirse en un escudo protector contra la angustia. Pero también puede ser un formidable instrumento en este anhelo de ir más allá, un medio que, según como lo usemos, puede cerrarnos o abrirnos caminos creativos. La vida es búsqueda y encuentro... y es también insatisfacción que nos relanza a nuevas búsquedas.

A todo o nada

Elon Musk propuso comprar el 100% de Twitter y retirar a la empresa de Wall Street

La novela Twitter-Elon Musk vuelve a tener un nuevo capítulo. En las últimas horas, el CEO de Tesla lanzó una oferta para hacerse con el resto de su participación en Twitter por u$s41.390 millones según informó Reuters. Elon le ofrece al resto de los accionistas de la red social u$s54,20 por acción. Esto representa una prima del 38% respecto al precio en que cerraron los títulos el pasado 1 de abril.

En este marco, la acción de Twitter caía un 1,3% a u$s45,25.

La intención de Musk es hacerse con el 100% de la compañía y retirarla de cotización. En un documento transmitido a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC), Musk precisó que se trata de "su mejor oferta y última oferta" y amenazó con "reexaminar su posición de accionista en la red social".

Musk midió cada uno de sus movimientos en los últimos días. La decisión de no entrar en el consejo de administración de Twitter el lunes de esta semana dejaba la puerta abierta a una oferta como la que hoy ha puesto sobre la mesa. En concreto, según medios como 'The New York Times', el asiento que se había reservado al dueño de Tesla tenía una contrapartida importante: según un acuerdo previamente firmado, no podía comprar más del 14,9% de las acciones mientras formara parte de este organismo hasta 2024 y renunciaba a tomar las riendas de la compañía.

En el día de ayer, Marc Bain Rasella, otro accionista de la compañía lo demandó por retrasar 11 días el anuncio de la compra de Twitter y así ganar alrededor de u$s156 millones. La normativa estadounidense requiere que los inversores notifiquen a la Comisión de Bolsa de Valores (SEC) cuando la compra de participaciones supere el 5%.

Aparentemente, Elon Musk no informó hasta el 4 de abril de su adquisición. Entre el día en que compró la participación y el día en que lo hizo oficial, continuó comprando acciones a un precio de u$s39 cada una, hasta llegar al 9,2%. Para el día en que salió la noticia, el precio de cada participación oscilaba en los u$s50. Según el denunciante, esta acción implicó que accionistas de la compañía vendieran sus participaciones a un precio "desinflado artificialmente". La demanda alega que Musk hizo "declaraciones y omisiones materialmente falsas y engañosas al no revelar a los inversores que había adquirido una participación del 5% en Twitter como se requiere", explicó Rasella. (Agencia ReutersAmbito Financiero)

La responsabilidad del peso de la evolución para los seres humanos

La pregunta es, entonces, es el ser humano un animal en la cima de la evolución o es más bien el resultado de mutaciones.

Claudia Leclérc Vargas, Máster en comunicación social de la investigación científica, Universidad Internacional de Valencia, Valencia, España. Investigadora independiente, escribe en “Iberoamerica social

La extensión del tiempo geológico (Tarbuck et al., 2005) que toma la evolución de las especies dificulta la contextualización de la situación en la que se encuentran los seres humanos dentro del proceso evolutivo. Mientras existe una autopercepción triunfalista debido al progreso que ha alcanzado la humanidad (Morín, 2011); la opinión de muchos investigadores en la actualidad es que es posible considerar que la especie está en pleno proceso de extinción (Ripple et al., 2017; Ripple et al., 2020; Gee, 2021).

Las especies aparecen, se desarrollan y muchas se extinguen al cabo de un tiempo, se conocen solo unas pocas que se han mantenido a través de la historia evolutiva superando diversos eventos de extinción y que han llegado hasta la actualidad sin muchas variaciones en su constitución genética y fenotípica (Méndez y Navarro, 2014; Maldonado, 2019).

Aquellas que se han extinguido han sido víctimas ya sea de eventos catastróficos como cambios climáticos, erupciones volcánicas, etc., o no han conseguido dar con las mutaciones necesarias para adaptarse a los cambios de su medio. En este segundo caso, probablemente su desaparición no ha sido tan rápida, al menos no tanto como si les cayera un meteorito encima, sino más bien, han sufrido un proceso progresivo de penurias debidas a su falta de adaptación que poco a poco han dejado de ser capaces de superar, hasta que han llegado al punto en el que el último individuo muere sin dejar descendencia (Méndez y Navarro, 2014).

Pues bien, la propuesta que aquí se expone considera que las mutaciones a través de las que el ser humano obtuvo sus habilidades superiores, entre las que se destacan la capacidad de elaborar y manejar herramientas complejas y, especialmente, el desarrollo de la conciencia (Beorlegui, 2011), en principio, lo han situado por encima del resto de los animales, por lo cual son consideradas beneficiosas, pero que estas son, en realidad, mutaciones anómalas dentro de su proceso de evolución.

Esta idea se basa en el hecho de que el ser humano es el único animal que ha desarrollado dichas mutaciones y es, también, el único que ha alcanzado la capacidad de destruir su entorno, al resto de los animales y a sí mismo. Ningún otro animal cuenta con las habilidades tan desarrolladas del ser humano y, sin embargo, todos ellos viven y mueren en armonía con su medio y con el resto de los seres vivos. Y está claro que ello implica estar a merced de enfermedades o ataques letales, pero aun estos sucesos son parte del equilibrio natural del ecosistema.

Por otra parte, llama la atención que las mutaciones que en el ser humano permiten la capacidad de elaborar y usar herramientas y la de tener conciencia implican, en algunos aspectos, complicaciones que atentan contra su natural bienestar o sobrevivencia, como es el caso de la dificultad en los partos debido al tamaño del cráneo del recién nacido, necesario para contener un cerebro inteligente y consciente (Sagan, 2015; Beorlegui, 2011).

En la misma línea, la capacidad de «adaptación» del ser humano puede ser cuestionada dado que este no posee en realidad una estructura física adaptada para la sobrevivencia en su ambiente. Ni corre rápido, ni tiene oído, vista u olfato agudo, no tiene pelo o grasa para aislarse del clima, ni camuflaje o caparazón. Es más, no se encuentra adaptado a ningún ambiente específico.

El ser humano ha debido hacer lo contrario que hacen los animales al adaptarse a su hábitat, ha debido modificar su entorno para adaptarlo a sus necesidades y con esto ha roto el equilibrio natural entre seres vivos y medioambiente. Ha escapado de la dinámica natural alterándola, ello le ha permitido sobrevivir varios milenios, pero a un costo sumamente alto para el medioambiente que ya no puede sostener la existencia de este animal fuera de lo común (Meadows et al., 2012).

La pregunta es, entonces, es el ser humano un animal en la cima de la evolución o es más bien el resultado de mutaciones que han alterado su conducta animal, provocando que tenga un tremendo poder de destrucción a través de su capacidad de modificar su entorno y de su profunda conciencia de sí mismo, la que lo lleva a buscar el máximo beneficio personal en desmedro del medioambiente.

Desde un punto de vista humano, estas habilidades han sido consideradas positivas porque han facilitado la sobrevivencia de la especie más allá de lo que pudiera haber sobrevivido contando solo con sus características físicas, no obstante, desde un punto de vista más amplio, medioambiental, natural, planetario o, hasta, universal, el ser humano parece una anomalía que atenta contra toda la constitución de la naturaleza de la Tierra.

Incluso desde una perspectiva universal, el hecho de que en la actualidad se esté pensando en construir bases en la Luna y en Marte (Prado, 2020), o se esté mirando con interés la constitución mineral de algunos asteroides para la explotación minera, solo permite prever el mismo nivel de alteración destructiva para cualquier territorio fuera de la Tierra que el ser humano sea capaz de conquistar pensando en su beneficio y supervivencia futura.

Finalmente, lejos de ser una visión pesimista, lo que se pretende transmitir aquí es un análisis realista que sirva para llamar la atención de la población general ante la necesidad de que el ser humano utilice estas habilidades singulares que ha desarrollado para ser capaz de reorientar su rumbo y evaluar nuevas formas de relacionarse con el medioambiente. Y es necesario que esta enmienda en su conducta como especie implique reconocer el derecho de todos los seres vivos a ocupar este planeta sin verse amenazados por ningún desequilibrio provocado de manera artificial.

Ser la única especie (hasta donde sabemos) con un nivel tan profundo de conciencia, le impone a la humanidad la responsabilidad de hacerse cargo de sus acciones y de las consecuencias de estas y si, de alguna manera es superior al resto de los seres vivos, esta superioridad debería implicar el deber de comprender el equilibrio del que depende la naturaleza y protegerlo, tanto por la sostenibilidad ecológica del planeta como por la sobrevivencia del propio ser humano.

Cuándo la plantita y el animalito nos impide ver al humano que tenemos al lado.

No se trata de que el medio ambiente no importa. Mucho menos de que las “causas” y “banderas” que surgen de las luchas y resistencias por sostener los equilibrios humanos necesarios con nuestros ambientes naturales no sea un tema de ocupación y debate entre los humanos y especialmente entre aquellos que son elegidos para actuar con responsabilidad en la gobernanza y administración de esos ambientes en beneficio de los habitantes que residen y ocupan esos espacios territoriales. 

Si se trata, o de lo que debería tratarse, de las formas en las que los humanos resolvemos nuestras diferencias entre nosotros en tanto y en cuanto, ciertas formas de pensar lineales, poco racionales, que operan en las sensibilidades y subjetividades, impiden pensar y actuar de modos racionales. Ciertas formas de reflexionar la ecología y la relación humana con sus entornos vitales también.

Se trata de revisar los conceptos a los que acudimos cada vez que argumentamos respecto a temas ecológicos. Se trata de repensarnos en nuestras necesidades vitales y nuestros deseos e impulsos por saciarnos y satisfacer deseos. Se trata de imaginar lo nuevo a partir de razonar lo que ocurre, lo que hacemos y como tomamos decisiones y resolvemos los asuntos respecto de la “casa común” y de la comunidad a la que pertenecemos.

Si alimentamos formas de producción y consumo que se sustentan en la necesidad de obtener insumos de la naturaleza, difícilmente pueda ser coherente cualquier postura “Ecologista” que desista del debate político y de las discusiones económicas en el amplio sentido de definir como producir-consumir-valorar-sostener en el tiempo y equilibrar con el supuesto “orden de la naturaleza”, para no producir daños que resulten irreparables para la vida en la tierra.

De hecho llama mucho la atención que las redes sociales se vean invadidas de videos producidos por fundaciones que alientan la disminución del consumo y acciones mas ecológicas en defensa de los equilibrios con el medio ambiente, sin admitir la contradicción de utilizar tecnología y medios creados por los humanos precisamente como resultado de su actividad productiva depredadora de los recursos naturales que supone defender.

He aquí el primer asunto medular. En tanto toda fundación o actividad en favor de la ecología necesita recursos financieros para hacer su tarea de “concientización”. Recursos financieros que provienen de los mismos sectores que concentraron y obtuvieron esos recursos con las actividades extractivas que denuncian como culpables de todos los males, y no de actividades no extractivas, alternativas que prueben su eficacia y sustenten las posiciones de que se puede vivir de otras maneras.

Derivado de esto, queda claro que los discursos van por un lado y las prácticas cotidianas por otro. Entonces hablamos de ecología pero nadie esta dispuesto a dejar de utilizar luz eléctrica, por tanto ¿como hacemos que las represas, las plantas nucleares, los parque eólicos y todo el daño que producen en el medio ambiente sea mitigados o dejen de dañar, sin privarnos de sus beneficios?

Esta argumentación no torna inútil las demandas de mayor equilibrio con la naturaleza, por el contrario intento se enfoque desde otro lugar de análisis que trascienda el financierismo que alimenta la aparición de “opuestos” para que nada pueda resolverse en la realidad, en tanto y en cuanto las oposiciones extremas impiden acuerdos efectivos y cambiar concretamente las formas de pensar, hacer, decir que transformen efectivamente la realidad en otra mas equilibrada con el medio ambiente, sin perder los beneficios de la tecnología y los desarrollos consensuados en las decisiones, con quienes efectivamente padecen y sufren los efectos de las formas globalizadas de producir.

Ecología y diseño urbano


La principal misión del hombre no es conquistar la naturaleza por la violencia, sino cooperar con ella en forma inteligente y amarla para conseguir los fines humanos”

L. Mumford


Los límites de la ciudad burguesa se resumen en el hecho de que cuanto más urbanismo hay, menos urbanidad se encuentra”.

M. Bookchin


... la humanidad negándose como especie para afirmarse como sociedad”.

V.M. Toledo


Creciendo más allá del Leviatán, pasada una masa crítica, el conjunto asciende del monstruo al mar, pero desciende de lo viviente a lo inerte, natural o construido. Sí, las megalópolis devienen variables físicas: no piensan ni pasan, pesan”.

M. Serres


(…) Retomaré, resumidamente, unos temas que me parecen claves para juzgar desde el presente. El objeto es ubicarnos definitivamente en el contexto de la ciudad latinoamericana actual y situar claramente mi propia perspectiva, que si bien cercana a la práctica del urbanismo, precisamente por no estar del todo inserta en ella, ve el derrotero de la ciudad más desde el sentido común de un ciudadano informado –concientizado podría decirse– que desde el ejercicio técnico o el urbanismo teórico. La ecología política aporta herramientas analíticas adicionales y en mi opinión indispensable para cualquier ensayo crítico que se proponga, como éste, juzgar la realidad urbana desde una pedagogía del conflicto (Canciani, Sessano y Telias, 2017). Buenos Aires será mi objeto de referencia, pues es la ciudad que habito y sobre la que pienso e intento educar a diario.

Cuatro escenas sobrevolaré, a modo de ensayo, yendo de una a otra para enfatizar sus inherentes vinculaciones:

- La idoneidad del planeamiento urbano que se practica, especialmente en América para conducir las ciudades hacia escenarios de sustentabilidad, dada su naturaleza como área de conocimiento.

- Las condiciones de posibilidad de la ciudad capitalista, especialmente la metrópoli o mega ciudad, para alcanzar la sustentabilidad.

- La re-inclusión de espacio no urbano, “el campo”, a la discusión y la acción sobre la sustentabilidad en general y de la ciudad en particular.

- La condición socio-diversa o culturo-diversa propia de la ciudad como su única posible salvación. ( Pensar la ciudad hacia la sustentabilidad es desandar el camino de la planificación colonial - Pablo Sessano Profesor, ambientalista e investigador, Argentina. Revista Nodo, 13(25), pp. 78-97 )

De aquí tomamos algunos conceptos para comenzar a redefinirlos y entender de otros modos de lo que se trata.

Sustentabilidad, sostenibilidad, diversidad, perdurabilidad

Al mismo tiempo pensar las relaciones de la producción directa en los territorios de producción respecto de los territorios de consumo, y de como, la lógica centro periferia propia de la mentalidad colonial, subyace en los modelos que efectivamente se aplican a la hora, tanto de pensar “lo ecológico” como el universo mas amplio del desarrollo capitalista en esta su etapa neoliberal (financiarizada, subjetivizada, concentrada y automatizada).

Sustentabilidad comprendida en términos de procesos en el tiempo y de innovaciones pertinentes a los equilibrios necesarios buscados y pretendidos como objetivos de equilibrio ambiental.

Sostenibilidad en términos de los posible en tanto las propuestas de transformación no produzcan resultados negativos no deseados en las comunidades humanas.

Diversidad en tanto consensuar formas institucionalizadas de tomar decisiones que respondan a la mayor participación posible y al mayor número de propuestas existentes que converjan en decisiones fruto de acuerdos amplios, posibles y que reduzcan niveles de conflicto y violencia y transformen no solo las condiciones materiales sino las formas de pensamiento y subjetividad donde el bien común prevalezca sobre el individual para evitar victimas humanas y privilegios exagerados, en el disfrute y la toma de decisiones.

Perdurabilidad en tanto duración en el tiempo y generación de cambios que creen estabilidad en las relaciones humanas y “ordenes” dónde los desarrollos individuales no ocurran a expensas del deterioro de la calidad de vida de otros o de otras comunidades y produzcan concentraciones de riqueza y poder que atentan con el orden humano de mediana justicia para todos.

Los modelos de “ciudades del futuro”

Liberar el pensamiento de la ciudad del futuro presupone un método que ayude a explorar lo inexplorable y que dé lugar al imaginario. Un análisis más profundo de las consecuencias de las innovaciones, la potenciación de la serendipia, el desarrollo de técnicas que generen espacios de libertad en el razonamiento, el uso de paradojas, oxímoron, contradicciones para el desarrollo de nuevos conceptos constituyen tantas pistas a seguir. Pero esto también implica que existen redes de actores dedicados a esta reflexión, un poco como el IPCC.(Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático).


La primera etapa del método consiste en liberar el pensamiento urbano, para empezar el pensamiento de los que hacen la ciudad y de los que la analizan, de un proceso de normalización peligroso que, incluso cuando es virtuoso, impide pensar el futuro, ¿por qué? Y, en primer lugar, ¿qué es la normalización? Se trata de un proceso que afecta los saberes y las practicas que intervienen en la producción y la gestión de las ciudades. Este reposa en la afirmación de la primacía de las normas – a veces hasta el fetichismo-. Este existe igualmente en otros dominios y se inscribe en el movimiento del conjunto de la globalización. En lo que se refiere a lo urbano resulta de la financiación inmobiliaria y en especial del papel creciente de los análisis financieros y gestión de los activos que, más allá de la imposición de criterios de análisis financieros, diseminan una visión estereotipada de la ciudad: “[la] comunidad profesional [de administradores de activos1]... está localizada en el barrio de negocios de una de las metrópolis europeas de rango mundial. Esta inscripción territorial contribuye por hipótesis a naturalizar la prioridad acordada a ciertas actividades y localizaciones consideradas como “metropolitanas”: grandes empresas comerciales o industriales; barrios de negocios y parques de oficinas peri céntricos o también corredores y polos logísticos de envergadura nacional y europea” escriben Antoine Guironnet y Ludovic Albert2

Este proceso opera por medio de tres herramientas principales:

1 Las clasificaciones, o rankings, con todos los dispositivos que permiten producirlos, los indicadores, etc. Las clasificaciones, los sellos de calidad, las calificaciones y los indicadores pueden reunirse en un mismo conjunto.

2 Un aspecto importante es que las clasificaciones funcionan con dimensiones que dan lugar a la producción de criterios a los que se atribuyen indicadores. Sin embargo, eso corresponde a una lectura de la ciudad que acaba siendo normalizadora por necesidad, ya que se busca aplicar los mismos esquemas en todas partes.

3 Por otra parte, además de los problemas relacionados con la ausencia de homogeneidad de las fuentes3 aclaradas por algunos rankings serios como el GPCI4 por más que eso no resuelva los problemas, la mayoría de los criterios son sectoriales (así como una gran parte de las clasificaciones), lo que no facilita las visiones transversales. He visitado (en un paraíso fiscal) un inmueble con la certificación Leed Platinum5 (diseñado de forma ingeniosa para conseguir las notas más altas jugando con las características y el peso de los criterios, lo que presenta algunos límites) que por otra parte podría tener las más duras criticas a nivel urbanístico, social e incluso económico. Este ejemplo ilustra uno de los problemas muy actuales de las grandes consultoras internacionales. Controlan los análisis sectoriales a la perfección, pero sus equipos trabajan en sus sectores respectivos de manera hermética y les cuesta mucho producir análisis transversales y estratégicos.

Las clasificaciones y aún más las calificaciones realizadas por agencias especializadas, sea cual sea su calidad (las más famosas no son necesariamente las más serias), tienen una influencia considerable sobre los flujos de inversión y, desde este punto de vista, la normalización resulta muy restrictiva. El interés de los sellos (incluso de la clasificación del patrimonio de la humanidad) es que no sólo reflejan las actuaciones como lo hacen las clasificaciones, sino que reflejan también un compromiso con unos valores y/o un método de gestión. A lo largo de los años, hemos podido observar como el plan de gestión iba cobrando cada vez más importancia en los expedientes de candidatura para el patrimonio mundial, lo que requiere un compromiso con la conservación y la valorización del patrimonio por parte de los actores, pero los planes de gestión se parecen y normalizan.

Además, los grandes conceptos internacionales, cuando pasan por la UNESCO o el programa ONU Hábitat, entre otros, conllevan esa dimensión normalizadora: la ciudad creativa o la “ciudad abierta” de Sennett,6 concepto con el que estoy plenamente de acuerdo, no deja de ser una posible herramienta de normalización (por más que no sea la intención de Sennett en absoluto) a partir del momento en el que lo usan y lo difunden las instituciones de la ONU o las grandes ONG. ( Liberarse de la normalización para pensar la ciudad del mañana•Alain BourdinEscuela de Urbanismo de Paris, Paris, France)

La urbanización de las sociedades capitalistas y la posterior neoliberalización financiera, digitalización y automatización de las subjetividades que las constituyen en el sostenimiento del carácter colonial y neocolonial con que se impregna toda teoría de “desarrollo” y todo énfasis ecologista que se supone contrario, surge de los mismos centros de poder concentrado. Por tanto no puede imaginarse otra ecología que no sea aquella que perpetué las dependencias coloniales de los centros financieros y económicos de poder … aunque llamen diferente a los procesos de megaurbanización y minimización de los Estados democráticos Nacionales.

Se apuesta al modelo de Megaciudades dominadas por corporaciones transnacionales privadas y Estados mínimos con injerencias territoriales mas “cercanas a la gente”, pero dependientes y alejadas de los centros de poder de la globalización que reservan para si los privilegios y las decisiones del diseño del mundo.

Orden Social y orden “natural”


Soñé que la vida era felicidad.
Desperté, y vi que la vida era servicio.
Serví, y encontré la felicidad"
(Rabindranath Tagore)

El problema humano radica en las formas de pensar la realidad y pensarnos cada quien en esa realidad y como construimos consensos y pensamientos comunes que ordenan la vida individual en el sentido de lo común, de un orden social que nos permita sobrevivir como especie y desarrollarnos individualmente en ese servicio mutuo, evitando caer en relaciones desiguales donde el servicio es apropiado por dueños, empresarios y humanos que ejercen poder de formas violentas o coercitivas. La felicidad entonces, resulta de las acciones de servicio que nos dispensamos. Esto solo es posible en el equilibrio entre la “libertad” individual y los derechos y obligaciones que nos demos para construir un orden común que nos satisfaga y produzca felicidad a todos.

De estos conceptos ideales o utópicos, los modelos que intentan las aplicaciones que lo acerquen a la realidad vivida, producen los conflictos. Si pensamos que los humanos somos “naturalmente competitivos entre nosotros” generaremos algo diferente a si creemos que nuestra “naturaleza” es cooperativa, gregaria, comunitaria. Pensar que una cosa expulsa la otra es la forma lineal, de causa consecuencia y binaria a la que nos hemos acostumbrado a pensar en estas sociedades patriarcales, coloniales, capitalistas y neoliberales, que atienden a una globalización en el sostenimiento de esa “naturaleza” competitiva que depreda la naturaleza y produce los conflictos tal y como los padecemos en estos tiempos, respecto de las ideologías o formas de pensamiento que pugnan por solidaridades y ordenes comunes mas equitativos, que sean institucionalizados y provean mayores posibilidades y justicia social a los miembros de las comunidades humanas en relación son sus ambientes naturales, de forma de lograr equilibrios sustentables y duraderos.

Todo “orden natural” es un sistema axiomático de creencias y presupuestos que se utilizan como patrón para definir el “orden social”, por tanto es igualmente creación social. Todo discurso y toda narrativa a favor o contraria del neoliberalismo financiero, del capitalismo, del neocolonialismo y del patriarcado es igualmente, creación humana asertiva, si alcanza a comprender y formular esos nuevos axiomás en términos de consensos amplios y contratos sutentables y sostenibles por los individuos y las comunidades que integran y en la que se dan ese orden, igualmente coercitiva, impositiva y totalitaria si no trasciende el pensamiento binario, lineal y de causa/consecuencia que limita las posibilidades de transformaciones reales y obvia uno de los problemas medulares que se asienta en el ejercicio desigual de las posibilidades de interferir en las relaciones humanas y obligar o coercionar a los individuos a aceptar una “naturaleza” determinada en detrimento de otras posibles sin que el “orden” emergente sea un asunto consensuado o acordado de maneras equilibradas y equitativas entre las partes humanas que participan y resuelven los asuntos.

Lo humano es parte de la naturaleza, pero tiene la cualidad mas desarrollada que otras especies, de que sus facultades de adaptación modifican de modos mas determinantes, no solo sus relaciones con su medio ambiente, sino y también entre los individuos que componen su comunidad. La conciencia humana dota a los individuos y sus comunidades de una responsabilidad mayor en el equilibrio con sus entornos.

Uno de los mayores problemas actuales surgen de ideas que sostienen quienes ocultan las verdaderas formas que les permiten disfrutar de “privilegios” respecto de otros humanos, del “orden” que defienden y que “naturaliza” precisamente esa inequitativa distribución del poder y del disfrute de los bienes y productos que producimos como comunidades y de los esfuerzos individuales que las posibilitan y de como valoramos las relaciones que la concretan en la realidad.

He aquí donde los “ordenes urbanos” entreveran comprensiones y niegan responsabilidades de aquellos que resuelven de forma individual afectando a la comunidad toda y se torna posible por un “orden”social que convalida la competencia y el derecho de los “ganadores” a resolver sobre la voluntad y el esfuerzo de los perdedores las cantidades de esfuerzo y disfrute a repartir. Un orden legal que convalida la injusta distribución del trabajo y el esfuerzo respecto al disfrute y la ganancia. En tanto los ganadores no son necesariamente los que mas se esfuerzan por mas que el “orden vigente” intente “normalizar” las formas actuales injustas e inequitativas y relate la veracidad de tal falacia.

En el sostenimiento de estas “desigualdades injustas”, el control y el sostenimiento del orden por medio de ese control, se tornan ilegales en tanto no habrá consenso social que lo legitime o normalice aún y cuándo, facilmente , se apela a la subjetividad para lograrlo. Las cuestiones de “seguridad urbana” habilitan la instalación de cámaras y equipos biométricos de identificación para “evitar” y “perseguir” a ladrones y asesinos, mientras en realidad se utiliza para perseguir y controlar a quienes promueven otras ideas, otros ordenes y otros axiomas que fundamenten el ejercicio del poder en el conocimiento y los acuerdos y consensos de los que seamos capaces para promover ordenes menos desiguales y mas justos.

No hay Derechos humanos, sin obligaciones igualmente humanas respecto de lo individual en función de un orden común que establezcamos democráticamente y por medio de consensos, debate y participación.

No hay cuidado del medio ambiente sino conocemos los impactos de nuestras decisiones individuales y colectivas en la vida de otros individuos y de la comunidad de la que formamos parte.

No hay “orden natural” y “Orden social” en ningún “orden” que invade la privacidad de los individuos y somete sus voluntades a un sistema injusto de sacrificios, esfuerzos y reparto de beneficios que favorece a unos pocos que deciden sobre el resto.

No hay paz sin justicia, ni futuro sin historia y sin conocimiento de la realidad presente. Nadie se salva a si mismo. Que cada quién haga su parte.


Daniel Roberto Távora Mac Cormack

1 Operando en Francia

2 Antoine Guironnet, Ludovic Albert (2018) «Produire la ville pour les marchés financier» in Espaces et sociétés N°174 Financer la ville, les mutations des circuits de production du logement , p.22

3 Por una parte, los sistemas estadísticos oficiales usados son diferentes, ya sea por sus características o su nivel de calidad, y por otra, se emplean otros datos que a veces resultan impreciso o muy subjetivos.

4 Global Power City Index, realizado por el Instituto de Estrategias Urbanas (Institute for Urban Strategies) de la fundación Mori Memorial (Japón).

5 Leadership in Energy and Environmental Design. Cette certification écologique pour les bâtiments à été créée aux USA en 2000. Platinium est le plus haut niveau possible.

6 Sennett, Richard. The open city. Routledge, 2017.

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