Las tramas complejas de la paz y de la guerra.

 

Héroes, víctimas y verdugos’ de la guerra informativa en Ucrania

Alberto Orellana Rubio, Responsable de comunicación en el Grupo Educativo CEF.- UDIMA y periodista en el diario TodoStartups. Escribe en su Blog “UDIMA

Según cuentan, Hiram Johnson dijo en 1917 que «la primera víctima de una guerra es la verdad». Y si hay un momento en que esta frase cobra todo su valor es en el actual. No porque fuese menos cierto hace poco más de un siglo, sino por la dimensión en que se maneja la información hoy en día: a escala global. Si añadimos una guerra, en este caso la invasión de Ucrania, las fake news son sólo una arista más del poliédrico asesinato de la verdad.

Citando a este senador norteamericano, el doctor en periodismo Víctor Núñez esbozó este lunes el panorama comunicativo mundial en relación con la guerra iniciada por Rusia, dentro de la semana de ponencias de la UDIMA. El profesor repasó el entramado de medios a nivel global, los atropellos que se están produciendo a la libertad de prensa en el conflicto o las polémicas medidas adoptadas por Europa en contra del Kremlin.

Por un lado, hay que tener en cuenta que la información que nos llega sobre el conflicto está bastante condicionada por el bloque occidental (principalmente Europa y EEUU, y algunos países de la OTAN, como Canadá y Australia). Es decir, realmente hay cuatro grupos de comunicación que dominan la comunicación en occidente (Disney-Abc; Comcast, ViaCom-CBS y News Corporation). Más allá de los GAFA, que van ganando peso, gran parte del mundo se informa a través de estos entramados. Una gran concentración dominada por EE.UU..

En frente está Rusia, un sistema más «desconocido» para occidente, pero que sabe perfectamente el valor «geoestratégico» que tiene la información. Por ello se han dedicado desde el inicio del conflicto a usar la desinformación como un arma más contra occidente. Y en medio está Ucrania, donde el periodismo ha sido algo «frágil» desde que se inició la invasión: censura, persecución de «periodistas díscolos…», decía Núñez. «Si la libertad de expresión ya era precaria, ahora más». Pero, ¿la reacción de Europa ha sido acertada?

Guerra, censura y disidencia

Ante la flagrante desinformación que llega de Rusia, la UE decidió bloquear a los principales medios al servicio del Kremlin: el canal Rusia Today y la agencia Sputnik. Se acusa al entramado ruso de intervenir en conflictos nacionales, y se justifica este bloqueo porque no es una «prohibición general» ni, por tanto, «censura». Se trata, según dice el Servicio Europeo de Acción Exterior, de una medida «proporcionada» ante una clara amenaza para la paz y la seguridad europea, explicaba el profesor del Grado de Periodismo de la UDIMA.

Pero cuando hay federaciones y asociaciones de prensa internacionales que se manifiestan en contra de ese bloqueo, igual no está tan claro. «Hay juristas que lo cuestionan», comentaba el doctor. Y algunos periodistas más acostumbrados a salir del pensamiento mayoritario, como Soto Ivars, ven en este bloqueo un peligroso comienzo para aceptar la censura de «cualquier disidencia».

Lo que está claro es que, al menos en nuestro país (donde se acusa a Rusia incluso de haber intervenido en favor del movimiento independentista en Cataluña), los medios han «cerrado filas» con la visión europea. «No hay ninguna línea editorial claramente contraria a las medidas tomadas por occidente, en general», señalaba Núñez.

Tan sólo hay algunas voces, como las de Rubén Gisbert o Juan Manuel de Prada, que han sido acusados incluso de prorrusos, a pesar de haber condenado la invasión, simplemente por cuestionar determinadas medidas. Algunas de estas «voces transgresoras» optaron por abandonar temporalmente las redes sociales, como el Coronel Baños, que suspendió su actividad en ellas durante unas semanas.

Reporteros «de salón»

Pero, ¿y qué información se da en el frente? ¿Cómo se despliegan los corresponsales, que son «nuestros ojos y oídos» en el enfrentamiento directo? En un contexto en el que Putin ni siquiera habla de guerra, se han promovido leyes con penas de cárcel a periodistas. Muchos han tenido que abandonar el país para no pasar 15 años entre rejas por ser acusados de «prestar ayuda a Ucrania». La prensa se convierte en un objetivo más de la guerra.

En casi todas hay periodistas que fallecen, bien en un tiroteo, bien por daños colaterales del fuego de artillería. A principios de abril se contabilizaban ya siete periodistas muertos y 11 heridos en los dos meses de invasión. El profesor Núñez quiso homenajearlos, y repasó algunos casos como el de Pablo González (español de origen ruso), que fue detenido en la frontera polaca al inicio de la invasión, y del que «no se sabe mucho». Asociaciones y compañeros piden su liberación. Y mientras, Ucrania se convierte en un «parque temático»…

Voces como Antonio Pampliega o Pérez Reverte (corresponsal icónico de los conflictos de finales del siglo pasado en occidente), critican aspectos desiguales. Uno denuncia la precariedad y el falso apoyo del que se vanaglorian algunos medios desde España, que hablan de sus «corresponsales» cuando en realidad son freelances. Es decir, sin cobertura ni apenas remuneración por parte del medio.

Por otro lado, Pérez Reverte criticaba lo que llamó «reporteros de salón», que van al lugar de los hechos cuando ya ha pasado todo. Y donde sacar una foto a un gato en medio de la calle es lo más interesante que queda. «Frivolidad» y «falta de profesionalidad» eran las principales lanzas del prolífico autor.

Surge entonces la pregunta. ¿Es posible la objetividad periodística (entendida como «honestidad intelectual») en tiempos de guerra? Difícil responder de forma rotundamente afirmativa. Lo que está claro es que el decálogo de mandamientos de la propaganda de guerra de Arthur Ponsonby se mantiene «muy vigente». ¿No fue él quien dijo aquello de que «cuando se declara la guerra, la primera víctima es la verdad» hacia 1928? Ay… las fake news

Las dos campanas de la Guerra

El Kremlin intensificó su confrontación con Europa el miércoles al cortar el suministro de gas natural a Polonia y Bulgaria, ya que una serie de explosiones en las regiones fronterizas rusas generó preocupaciones de que el conflicto en Ucrania podría extenderse.

Los precios de los futuros del gas natural en Europa subieron brevemente tras el anuncio del miércoles de la compañía estatal de gas de Rusia, Gazprom, aunque los analistas dijeron que su efecto en el mercado general del gas en el continente probablemente sea limitado . La máxima funcionaria de la Unión Europea, Ursula von der Leyen, dijo que el bloque se había estado preparando para la medida y acusó a Moscú de usar “gas como instrumento de chantaje”.

También el miércoles, funcionarios de tres distritos rusos fronterizos con Ucrania informaron de explosiones nocturnas, una de las cuales parecía estar en un depósito de municiones. Se desconoce la causa y los funcionarios ucranianos no hicieron comentarios de inmediato, pero las explosiones se produjeron cuando las naciones occidentales aceleraron la entrega de armas más sofisticadas para ayudar a Ucrania a defenderse del ataque de Rusia.

Estados Unidos y al menos 40 naciones se comprometieron en una reunión el martes a armar a Ucrania “a largo plazo”. El cambio más significativo fue de Alemania, que dijo que enviaría docenas de vehículos antiaéreos blindados.

La aceleración de los envíos de armas ha llevado a Rusia a acusar a los países occidentales de participar en una guerra de poder y provocó la ira de Moscú contra Polonia, en particular porque muchas armas suministradas por la OTAN han llegado a Ucrania a través del territorio polaco.

En otros desarrollos:

  • Además de las explosiones dentro de Rusia, las explosiones de esta semana en Transnistria, una república prorrusa en Moldavia que limita con Ucrania, se han sumado a los temores de que la guerra pueda extenderse a otros países. El Instituto para el Estudio de la Guerra, un grupo de expertos que sigue el conflicto, acusó a Rusia de organizar “ ataques de bandera falsa ” como pretexto para una mayor agresión.

  • El Ministerio de Defensa de Gran Bretaña dijo que Ucrania mantuvo en gran medida el control de su espacio aéreo. Rusia ha seguido centrando su poderío aéreo en el norte y el este de Ucrania.

  • El número de refugiados ucranianos podría aumentar a 8,3 millones para fin de año, advirtió el martes Naciones Unidas. Solicitó $ 1.5 mil millones adicionales de donantes para abordar las crecientes necesidades humanitarias del país.

(The New York Times)

La Guerra por el Gas

Rusia suspenderá a partir de este miércoles los suministros de gas a Bulgaria y a Polonia tras su negativa a pagarlo en rublos, informó la compañía Gazprom.

"Gazprom ha suspendido completamente el suministro de gas a Bulgargaz (Bulgaria) y a PGNiG (Polonia) por impago en rublos", señala el comunicado. Desde la empresa aseguran que "los pagos por el gas suministrado a partir del 1 de abril deben realizarse en rublos utilizando la nueva información bancaria, de lo que se ha informado a las contrapartes con la debida antelación".

Asimismo, Gazprom señaló que Polonia y Bulgaria son países de tránsito y advirtió que, "en caso de extracción no autorizada de gas ruso de los volúmenes de tránsito hacia terceros países, los suministros para el tránsito se reducirán en ese volumen".

Poco después, la empresa polaca PGNiG confirmó que Gazprom había suspendido los suministros de gas.

"No más dinero a asesinos. Parad los tratados de petróleo y gas", se lee en la fachada de un edificio, durante una protesta proUcrania en Frankfurt (Alemania), el 4 de abril.
via Associated Press

Por su parte, Piotr Najimski, representante del Gobierno polaco para la infraestructura energética estratégica, declaró que Polonia dejará de comprar gas a Rusia. Asimismo, explicó que su país tiene previsto construir para 2025 un puerto de gas flotante que podría dar a Polonia 6.000 millones de metros cúbicos de gas adicionales.

Paralelamente, el ministro de Relaciones Exteriores de Hungría, Peter Szijjarto, declaró que el gas ruso sigue llegando a Hungría según lo previsto, pese a la interrupción del suministro a Bulgaria. "La retirada del suministro de gas a Bulgaria no significa el cese de tránsito por Bulgaria. El suministro de gas natural a Hungría se realiza sin problemas en conformidad con el contrato y el calendario", detalló.

Mientras, la ministra de Energía de Austria, Leonore Gewessler, también afirmó que su país recibe gas ruso sin interrupciones.

La misma jornada, la demanda de suministro inverso de gas de Alemania a Polonia a través del gasoducto Yamal-Europa se quintuplicó, según datos del operador Gascade. Mientras tanto, los precios del gas en Europa superaron los 1.300 dólares por 1.000 metros cúbicos.

Tras conocerse la suspensión de suministros de gas ruso, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, calificó la medida de "injustificada" e "inaceptable". "El anuncio de Gazprom de cortar el suministro de gas a consumidores en Europa de forma unilateral es otro intento de Rusia de utilizar el gas como herramienta de chantaje", aseveró.

  • El pasado 23 de marzo, el presidente ruso, Vladímir Putin, anunció que su país solo aceptará pagos en rublos rusos por el suministro de gas a los países "no amistosos". "Hemos suministrado nuestros recursos, en este caso el gas, a los consumidores europeos. Lo han recibido, nos pagaron en euros que luego congelaron por su propia cuenta. En este caso, existen todos los motivos para considerar que suministramos prácticamente gratis parte del gas enviado a Europa", resumió el mandatario.

  • Los datos del diario The Financial Times indican que la cuota de Rusia en el gas importado por Polonia fue de un 55 % en 2020. Mientras, el mismo indicador para Bulgaria rondaba el 75 %.

  • Según las estimaciones de Reuters, Rusia suministró a Polonia más de 2.400 millones de metros cúbicos de gas en el primer trimestre de 2021. Las entregas a Bulgaria se situaron en 725 millones de metros cúbicos en dicho período. Mientras, por ejemplo, Alemania y Turquía recibieron más de 15.540 y 7.760 millones de metros cúbicos respectivamente.

¿Quienes se benefician?

Estados Unidos ha entregado petróleo crudo a Europa en petroleros del doble del tamaño normal, para ayudar a aliviar cualquier brecha mientras la UE intenta reducir su dependencia del petróleo ruso mientras evalúa una posible prohibición.

A mediados de abril, un superpetrolero de 2 millones de barriles entregó petróleo de EE. UU. a España por primera vez desde 2015, Bloomberg martes Tras su entrega en Bilbao, el Solana descargó petróleo en Alemania y Holanda.

La UE, que obtiene una cuarta parte de su petróleo de Rusia, está tratando de dejar de depender de las importaciones mientras considera prohibirlas. Los compradores en Europa se "autosancionan" y evitan las fuentes rusas.

El bloque obtiene alrededor de 3,5 millones de barriles de petróleo crudo al día de Rusia, y necesita encontrar 2 millones de barriles diarios si elimina esas importaciones, según las estimaciones de los estrategas. 

A medida que la mayoría de los compradores europeos están reduciendo gradualmente las importaciones de crudo ruso, se prevé que más barriles de reemplazo provengan de EE. UU. en el futuro, lo que probablemente apuntale la tendencia a buques más grandes”, dijo Vortex.

La UE puede confiar en los EE. UU. para sus necesidades energéticas si elimina el petróleo ruso, según el experto en energía Dan Yergin de S&P Global.

"El único lugar donde hay crecimiento es Estados Unidos, que verá un crecimiento sustancial en su petróleo, pero no de la noche a la mañana", dijo. "Es factible, pero se necesita mucha coordinación para que suceda".

Algunos estados miembros han instado a la UE a poner fin a las compras de petróleo a Rusia, porque se considera que los pagos ayudan a financiar su invasión de Ucrania . Se estima que las compras de productos energéticos rusos por parte de Alemania agregarán alrededor de 220 millones al balance del Kremlin por día. Estados Unidos y el Reino Unido ya han prohibido el petróleo ruso.

El petróleo crudo Brent ganó un 1,35% a $103,59 por barril, y el petróleo crudo WTI subió un 1,31% a $99,83 por barril el martes.(Insider)

Diario de guerra, día 62.

Horas después de que el Kremlin hablase del “riesgo real” de una Tercera Guerra Mundial a partir del conflicto en Ucrania, más madera en las tensiones diplomáticas. Ahora, con Reino Unido como actor invitado.

El viceministro de Defensa británico, James Heappey, ha apuntado que “es completamente legítimo que Ucrania golpe objetivos militares rusos para interrumpir sus suministros. En caso contrario se contribuiría directamente a la muerte y la carnicería en suelo ucraniano”. Para Rusia se trata de una provocación para la que se reserva el “derecho” de responder, una amenaza que ya verbalizó hace semanas. Entonces, Moscú advirtió de que volvería a bombardear Kiev si Ucrania volvía [sic] a atacar territorio ruso. Horas después la capital ucraniana fue blanco de nuevos ataques aéreos.

Pero la jornada ha dejado muchos más frentes, sobre todo diplomáticos, con el encuentro entre Antonio Guterres y Vladimir Putin en Moscú, los ataques registrados en la región moldava prorrusa de Transnistria y la ‘sanción’ de Rusia a Polonia y Bulgaria, a los que dejará de suministrar gas por negarse ambos a pagar en rublos. (RT)

¿Qué hay sobre esa “Tercera Guerra Mundial” de la que advirtió Moscú?

Aún resuenan los ecos de las declaraciones de Serguéi Lavrov. El titular de Exteriores ruso apuntó el lunes a última hora que el peligro de un conflicto a escala mundial “es real y no se puede subestimar”, planteando incluso un escenario nuclear, cargado de reproches a EEUU y sus aliados occidentales por enviar armas a Ucrania y “azuzar su esencia rusófoba”.

Desde Kiev valoran estas declaraciones como un gesto de debilidad de Putin. Para el ministro de Exteriores ucraniano, Dimitro Kuleba, significan que “Moscú siente la derrota en Ucrania”. “Rusia pierde la última esperanza de asustar al mundo para que no apoye a Ucrania. De ahí que se hable de un peligro ‘real’ de la Tercera Guerra Mundial”, ha escrito en Twitter.

¿Qué ha dicho Reino Unido y qué ha respondido Rusia?

Este martes, quien ha añadido tensión a un escenario cada vez menos abierto a la negociación ha sido el Gobierno de Reino Unido. “Ucrania debe golpear a sus oponentes para atacar sus líneas logísticas, suministros de combustible y depósitos de armas. Esto es parte de la guerra”, ha insistido Heappey.

Para el alto cargo británico—no se conoce la posición de Boris Johnson al respecto—, la ofensiva ucraniana dentro de las fronteras rusas únicamente sería una respuesta a los “incontrolables bombardeos” promovidos por Moscú.

Rusia acepta el órdago y sube, más si cabe, el tono: “La provocación directa de Londres al régimen de Kiev para llevar a cabo tales acciones, en el caso de un intento de implementarlas, conducirían de inmediato a nuestra respuesta proporcional”, ha advertido el Ministerio de Defensa de Rusia.

Las Fuerzas Armadas rusas están preparadas las 24 horas para lanzar ataques guiados con precisión de largo alcance en represalia contra los centros de toma de decisiones en Kiev”, ha remarcado el estamento dirigido por Serguéi Shoigú, dejando claro que ni siquiera con la presencia de asesores internacionales en el terreno les temblaría el pulso para bombardear (lo llaman “tomar decisiones en represalia” los centros militares en Kiev.

¿Qué va a hacer Rusia con su suministro de gas a Polonia y Bulgaria?

Cortarlo por negarse a pagar en rublos, cumpliendo así la amenaza que lanzó el Kremlin a los países “hostiles”, entre ellos todos los de la UE. No aceptaría pago ni en dólares ni en euros, una medida luego matizada internamente.

Ambos gobiernos han querido transmitir calma a sus poblaciones, al asegurar que tienen reservas suficientes para resistir pese al corte ruso.

¿De qué han hablado Guterres y Putin?

De muchas cosas, pero con pocos avances. El mandatario ruso ha llegado a calificar como “trágica” la situación en Mariúpol, asediada y masacrada desde hace dos meses. Sin embargo, no se mueve de sus posiciones y sigue justificando la “operación militar” como necesaria, por ser un “derecho” del territorio del Donbás

Por contra, el secretario general de la ONU ha insistido en hablar de invasión y pedir corredores humanitarios efectivos, algo que Putin ha rechazado porque, en su opinión, estos ya existen.

¿Qué ha pasado en el territorio de Transnistria?

Hace días se supo que Rusia quiere llegar a esta región moldava de influencia rusa por su fuerte ligazon en la época soviética. Este martes, las autoridades locales han denunciado un ataque contra un edificio gubernamental en la capital del territorio, Tiraspol. En concreto, se han sentido varias explosiones en un punto céntrico de la ciudad.

Ucrania asegura haber interceptado un documento que muestra que las explosiones se preparaban al menos tres días antes. Moldavia considera que el fin es “crear pretextos para agravar la situación de seguridad” en la región autónoma prorrusa.

¿Cuántas víctimas reconoce ya la ONU?

Aunque siempre puntualiza que sus cálculos son inferiores a la realidad, Naciones Unidas ha confirmado 2.729 civiles muertos y 3.111 heridos.

Entre las víctimas mortales, la ONU detalla 879 hombres, 595 mujeres, 73 niños y 61 niñas, así como 67 niños y 1.054 adultos pendientes de identificación. En cuanto a los heridos, son 358 hombres, 289 mujeres, 72 niños y 65 niñas, así como 162 menores y 2.165 adultos pendientes de identificación.

La ONU apunta que las cifras reales “son considerablemente más altas, especialmente en el territorio controlado por el Gobierno y especialmente en los últimos días”, debido a que falta información de algunos lugares donde se han producido intensas hostilidades y muchos detalles de las bajas “se están corroborando”. (Huffpost)

Fuego diplomático: Rusia advierte de "represalias" si tocan su territorio tras hablar del riesgo de "Tercera Guerra Mundial" https://www.huffingtonpost.es/entry/diario-de-guerra-dia-62-ucrania-rusia_es_6268100ce4b0d077486602d3?utm_source=Sailthru&utm_medium=email&utm_campaign=Spain2742022&utm_term=es-daily-brief

Ucrania y la Segunda Guerra Mundial como ‎conflicto inconcluso

Thierry Meyssan, Intelectual francés, presidente-fundador de la Red Voltaire y de la conferencia Axis for Peace. Sus análisis sobre política exterior se publican en la prensa árabe, latinoamericana y rusa. Última obra publicada en español: De la impostura del 11 de septiembre a Donald Trump. Ante nuestros ojos la gran farsa de las "primaveras árabes" (2017), escribe en su red Voltaire:

En 1950, cuando ya trabajaba para la CIA, Stepan Bandera, ex colaborador de los nazis y ‎responsable de crímenes contra la humanidad, escribió: “La línea general de nuestra política ‎de liberación se basa en que una lucha por un Estado ucraniano independiente es una lucha ‎contra Rusia, no sólo contra el bolchevismo sino contra el imperialismo ruso expansionista que ‎ha sido típico del pueblo ruso. Si este es reemplazado por otra forma de imperialismo ruso, esta ‎desplegará primeramente toda su energía contra una Ucrania independiente para someterla. ‎El

pueblo ruso está obligado a apoyar ese imperialismo. Hará lo que sea para mantener Ucrania ‎esclavizada. Eso está claramente demostrado en el pensamiento y los sentimientos políticos de ‎la masa rusa, de todos los medios rusos, tanto comunistas como antibolcheviques.”‎

La propaganda de la OTAN trata de restar importancia a los neonazis ucranianos ‎comparándolos con los grupúsculos neonazis existentes en el resto de Occidente. Pero ‎la realidad es que los “banderistas” ucranianos han venido incrustándose en el poder ‎durante los últimos 30 años, imponiendo su versión de la historia, inculcando sus ideas ‎a la juventud y modificando poco a poco

todos los símbolos del Estado. Han ‎adoctrinado a una tercera parte de la población ucraniana y ya son al menos un tercio de los ‎efectivos de las fuerzas armadas. Como objetivo se plantean destruir Rusia y para ello ‎están teniendo la ayuda de los “straussianos” estadounidenses. ‎

El MI6 británico y la CIA estadounidense ‎adoptaron a los banderistas ucranianos como aliados durante la guerra fría [1]. Aquellos hombres y ‎mujeres, que deberían haber sido llevados ante el tribunal de Nuremberg, se convirtieron en ‎soldados de la sombra a las órdenes de los vencedores anglosajones. Al ponerlos a su servicio, Washington y ‎Londres les dieron la oportunidad de seguir adelante con su obsesión antirrusa. ‎

Para responder a numerosas reacciones de nuestros lectores, hoy quiero explicar aquí de qué ‎manera esos elementos se apoderaron de la Ucrania actual y cómo han retomado e incluso ‎proseguido la Segunda Guerra Mundial en varios países. Pero quiero mostrar sobre todo como ‎en el año 2000 esos fanáticos pasaron de ser simples peones a ostentar la categoría de tropa de choque de ‎Estados Unidos. El hecho es que hicieron un pacto con los “straussianos” –los discípulos del ‎filósofo Leo Strauss sólidamente posicionados en las sucesivas administraciones estadounidenses– y ese pacto ha ‎conducido a la guerra actual.

Banderistas de adentro y de afuera

Cuando se tambaleó la Unión Soviética, los cabecillas banderistas salieron de la sombra ‎en Ucrania y pasaron a la legalidad. Algunos eran sobrevivientes de la Segunda Guerra Mundial y ‎del agitado periodo que vino después de aquel conflicto, entre 1945 y 1950. En 1954, Nikita ‎Jrushov –líder soviético nacido en Ucrania– había decidido perdonarlos e integrarlos al sistema. ‎Así se incorporaron a la administración soviética. Pero aquellos individuos habían mantenido ‎vínculos entre sí e incluso tenían contactos con los banderistas que se hallaban en el exterior –‎los que habían conformado el Bloque de Naciones Antibolcheviques (ABN) [2]‎ y la Liga Anticomunista ‎Mundial (WACL, siglas en inglés)[3]. 

En octubre de 1990, cuando la URSS ya se tambaleaba, un puñado de estudiantes, entre los cuales ‎había algunos banderistas, organizaron en la plaza Maidan –entonces llamada “Plaza de la ‎Revolución de Octubre”– un movimiento contra cualquier forma de asociación con Rusia. Aquel ‎movimiento fue designado como la «revolución de granito» y marcó un periodo de gran ‎confusión intelectual. En aquel momento, numerosos ucranianos pensaban que los rusos ‎no aspiraban, como ellos, a liberarse del régimen soviético. Muchos veían la URSS como una ‎forma de imperialismo ruso y creían que los rusos habían tratado de destruir Ucrania. ‎

Cuando Ucrania proclamó su independencia, el 24 de agosto de 1991, los banderistas en general ‎salieron a la luz. Por supuesto, no se presentaron como ex colaboradores de los nazis y ‎responsables de crímenes contra la humanidad sino como «nacionalistas» y militantes ‎antisoviéticos. Alcanzaron puestos importantes y lograron hacer que los jóvenes ucranianos que llegaban al servicio militar firmaran un documento donde se comprometían a luchar contra Rusia ‎en caso de conflicto. En 1992, esos elementos internos organizaron en Kiev una manifestación ‎pública celebrando el 70º aniversario del ejército banderista, con la participación de los ‎banderistas del extranjero que habían regresado a Ucrania. ‎

La reorganización de los banderistas
(1990-1998)
 

Los banderistas que se habían mantenido en Ucrania –miembros de la Organización de ‎Nacionalistas Ucranianos (OUN-B, la “B” significa precisamente “banderistas”)– se agruparon ‎inicialmente en el Partido Nacionalista Social de Ucrania (SPNU) y más tarde en el seno de la ‎organización Svoboda (Libertad) mientras que los más belicosos formaban la Asamblea Nacional ‎Ucraniana y el grupo armado Autodefensa del Pueblo Ucraniano, clasificados como de extrema ‎derecha. ‎

Los paramilitares encabezados por Andrei Bilestky –quien se hace llamar «el fuhrer blanco»– ‎acabaron por separarse administrativamente de Svoboda para crear su propia organización. Pero ‎eso no modificó la línea de Svoboda, cuya plataforma partidista siguió proclamando que su ‎objetivo era «liquidar físicamente toda la intelectualidad rusoparlante y acabar rápidamente con ‎todos los ucraniófobos sin someterlos a juicio». Como partido, Svoboda comienza a hacer listas ‎de «prorrusos», de «prorrumanos», de «prohúngaros» y de «protártaros» ya que «habría ‎que reducir ese rebaño en alrededor de 5 o 6 millones de individuos». ‎

La milicia llamada Autodefensa del Pueblo Ucraniano estaba bajo las órdenes de un banderista del ‎exterior, Yuriy Shukhevych, hijo de un conocido autor de crímenes contra la humanidad. La ‎Autodefensa del Pueblo Ucraniano se implicó con la CIA en varias guerras contra Rusia, ‎a menudo junto a los islamistas. No se sabe a ciencia cierta si estuvieron junto a los georgianos ‎en Abjasia (en 1998) pero sí está comprobado que estuvieron junto a los agresores rumanos en ‎Transnistria (en 1992), con la Legión Árabe de Osama ben Laden en Yugoslavia (en 1992-1995), ‎con los azeríes en el Alto Karabaj (hasta 1994) y principalmente con los islamistas en la primera ‎guerra de Chechenia. ‎

La fiscalía logró identificar a varios de sus cabecillas –como Igor Mazur, Valeriy Bobrovich, Dimitro ‎Korchynsky, Andriy Tyahnibok (el hermano de Oleh Tyahnibok), Dimitro Yarosh, Vladimir Ma-‎malyga y Olexandr Muzychko. Esos individuos se caracterizaron por su ferocidad y su crueldad. ‎Olexandr Muzychko fue proclamado «Héroe de la Nación» por el Emirato Islámico de Ichkeria ‎‎(Chechenia), como recompensa por «haber roto los dedos a los oficiales [rusos], haberles sacado ‎los ojos, arrancarles las uñas y los dientes y haber abatido a otros». El ucraniano Olexandr Muzychko ‎se convirtió así en jefe de la guardia personal del “emir” Djokhar Dudayev.‎

El Bloque de Naciones Antibolcheviques (ABN), creado en 1943, en Munich, pero que después de ‎la Segunda Guerra Mundial siguió teniendo su sede en esa ciudad alemana –en los locales de ‎la CIA–, abrió oficinas en Kiev. ‎

En 1994, la presidente del ABN –Slava Stetsko, viuda del Yaroslav Stetsko, el primer ministro ‎impuesto en Ucrania por los ocupantes nazis– se presentó a las elecciones legislativas ucranianas ‎y fue electa… aunque ni siquiera tenía la nacionalidad ucraniana. También fue electa en 1998 y ‎en 2002. Como decana del parlamento ucraniano, Slava Stetsko presidió la sesión de apertura de la ‎legislatura en 2 ocasiones –el 19 de marzo de 1998 y el 14 de mayo de 2002. Las dos veces ‎pronunció sus discursos en medio de los aplausos de los demás diputados –los diputados ‎comunistas habían abandonado el hemiciclo en señal de protesta. En ambas ocasiones elogió ‎la lucha de Stepan Bandera y de su marido fallecido –el colaborador nazi Yaroslav Stetsko– para ‎terminar con un «¡Gloria a Ucrania!», el grito de guerra de los banderistas. Slava Stetsko ‎falleció a los 82 años, el 12 de marzo de 2003, en Munich.

El asesinato de Georgiy Gongadze

Como presidente de Ucrania, Leonid Kuchma privatizó todo lo que pudo. Las riquezas de Ucrania ‎se concentraron en manos de 13 individuos, los llamados oligarcas, agrupados en 3 clanes, en ‎las regiones de Donetsk, Dnipropetrovsk y Kiev. Estos individuos rápidamente se hicieron más ‎poderosos que los políticos. Ese sistema perverso es el que actualmente rige en Ucrania, privando a ‎los ucranianos de su soberanía y sembrando una constante confusión en el plano político. ‎

En el 2000, desaparece el periodista Georgiy Gongadze, quien después de haber luchado junto a ‎los banderistas en Georgia había comenzado a investigar la corrupción del presidente Kuchma y ‎de los personajes a él vinculados. Cuando fue hallado el cadáver de Gongadze, decapitado para ‎dificultar su identificación, el presidente del parlamento divulgó una serie de grabaciones en las ‎que el presidente Kuchma, su jefe de gabinete y su ministro del Interior se concertaban sobre ‎cómo “hacer callar” a Georgiy Gongadze. Aquello marcó el fin del mandato presidencial de Leonid ‎Kuchma. ‎

A finales del mismo año, en el 2000, el embajador estadounidense Lev E. Dobriansky –de origen ‎ucraniano y líder de los banderistas en Estados Unidos– organizó en Washington una conferencia ‎bipartidista sobre las relaciones entre Estados Unidos y Ucrania.

En aquella conferencia conjunta ‎de miembros del Partido Demócrata y del Partido Republicano se pronunciaron 70 discursos y ‎se reunieron 12 grupos de trabajo. La delegación del Partido Republicano estaba encabezada ‎por el “straussiano” –discípulo del filósofo Leo Strauss– Paul Wolfowitz mientras que Zbignew ‎Brzezinki presidía la delegación del Partido Demócrata.

Wolfowitz fue el primero en hablar. Después de saludar la liquidación del armamento nuclear ‎en Ucrania, el cierre de Chernobil y la incorporación de Ucrania a la Asociación para la Paz de ‎la OTAN, anunció la asignación de un préstamo de 2,6 millones de dólares y las presiones de ‎Washington para que la Unión Europea aceptara a Ucrania como miembro. Lo más importante ‎fue Wolfowitz subrayó que Rusia seguía siendo una potencia imperialista y que eso quedaba ‎demostrado por la guerra en Chechenia, en la que los banderistas ya estaban participando.‎

Brzezinski, por su parte, comparó Ucrania con Rusia diciendo que Ucrania era más democrática ‎y menos corrupta. Luego agregó que Ucrania no debía ser considerada un Estado “postsoviético” ‎sino un Estado europeo y que debía ser miembro del selecto club de la Unión Europea.‎

Así que quedaba dicho lo que podía parecer inconcebible: los banderistas, que habían ‎colaborado con los nazis en la Segunda Guerra Mundial, que habían sido aliados de Occidente ‎durante la guerra fría, quedaban en lo adelante reconocidos como aliados de Estados Unidos en ‎el mundo unipolar en ciernes. ‎

La «revolución naranja» de 2004

El fin de la presidencia de Kuchma no modificó el equilibrio entre los clanes. El propio Kuchma, ‎vinculado al clan de Dnipropetrovsk, apoyó la candidatura de su primer ministro, Viktor ‎Yanukovich, del clan de Donestk. Yanukovich ganó la elección presidencial pero tuvo enfrentar ‎duras protestas orquestadas por el clan de Kiev –respaldado por la National Endowment for ‎Democracy (la NED estadounidense)[4]. Se anuló la elección y se organizó otra, donde el ganador ‎fue Viktor Yuchenko. Esoes lo que se conoce en Occidente como la «revolución naranja». ‎

Pero el nuevo equipo de gobierno se dividió rápidamente entre partidarios Viktor Yuchenko y ‎partidarios de Yulia Timochenko. Los banderistas aprovecharon esa división entre oligarcas para ‎adelantar sus peones en ambos bandos. ‎

El 8 de mayo de 2007, por iniciativa de la CIA, los banderistas de la Autodefensa del Pueblo ‎Ucraniano y los islamistas fundaron en la ciudad ucraniana de Ternopol un «Frente ‎Antimperialista», bajo la presidencia conjunta del ucraniano Dimitro Yarosh y del islamista “emir” ‎de Ichkeria Dokku Umarov y con la participación de organizaciones de Lituania, de Polonia, ‎de Ucrania y de Rusia, como los separatistas islamistas de Crimea, de Adiguea, de Daguestán, de ‎Inguchetia, de Kabardino-Balkaria, de Karatchevo-Cherkesia, de Osetia y de Chechenia. Así ‎renacían, bajo una forma diferente y bajo la protección del Estado ucraniano, el ministerio del ‎Oriente del nazi Alfred Rosenberg y el Bloque de Naciones Antibolcheviques (ABN) de Stepan ‎Bandera. ‎

En 2010, la división del clan de Kiev favoreció la elección de Viktor Yanukovich, quien reemplazó el ‎sistema de clanes poniendo a los miembros de su propia familia en los puestos claves del Estado. ‎Así se hizo más importante mantener buenas relaciones con algún miembro de la familia de ‎Yanukovich que representar a algún oligarca. Poco a poco, el presidente Yanukovich fue ‎adquiriendo el control de toda la vida política y económica a través de su formación política, el ‎Partido de las Regiones. Al verse excluidos del sistema, 5 oligarcas se convierten en aliados de ‎los straussianos estadounidenses y de los banderistas para recuperar el poder.‎

Sin embargo, la propaganda se mantiene durante ese periodo y los ucranianos se acostumbran a ‎la presencia de los banderistas, ya para entonces financiados por el oligarca judío ucraniano Ihor ‎Kolomoiski. En 2011, esos elementos lograron imponer la adopción de una ley que prohíbe ‎conmemorar el fin de la Segunda Guerra Mundial porque en ese conflicto los sovieticos ‎derrotaron a los banderistas. Pero el presidente Yanukovich se niega a promulgar esa ley. ‎Furiosos, los banderistas atacan el desfile anual de los veteranos del Ejército Rojo y propinan ‎golpizas a aquellos ancianos que habían luchado contra la ocupación nazi. Dos años después, las ‎autoridades de las ciudades de Lviv (Leópolis) y de Ivano-Frankivsk prohíben las ceremonias por el Día de ‎la Victoria y cualquier otra celebración por la derrota del nazismo. Anteriormente, en enero de 2010, justo ‎antes de terminar su mandato presidencial, Yuchenko había otorgado a Stepan Bandera el título ‎de Héroe de la Nación. ‎

Cuando el Partido Comunista expresó su sorpresa al ver que el oligarca judío ucraniano ‎Kolomoiski se dedicaba a financiar a los neonazis ucranianos, el Comité Judío de Ucrania ‎se limitó a responder que los comunistas estaban haciéndose eco de una nueva versión de la ‎afirmación antisemita según la cual los judíos habían puesto a los bolcheviques en el poder y ‎desatado la Segunda Guerra Mundial.

El EuroMaidan, bautizado a posteriori como «revolución de la dignidad»

En 2014, la hoy llamada «revolución de la dignidad» –designada entonces como EuroMaidan– ‎fue orquestada, desde el Departamento de Estado de Estados Unidos, por la también straussiana ‎Victoria Nuland, con ayuda de los banderistas más violentos en el terreno. No analizaré aquí ‎aquellos acontecimientos, que todos conocen. Después del EuroMaidan, fue un oligarca, Petro ‎Porochenko, quien se convirtió en presidente de Ucrania, mientras que los banderistas ‎se apoderaban de importantes cargos oficiales. Un tercio de los ministros ucranianos provenían ‎de Svoboda o de la Autodefensa del Pueblo Ucraniano. Andriy Parubiy fue nombrado secretario del ‎Consejo Nacional de Seguridad y Defensa, con Dimitro Yarosh como segundo. El nuevo régimen ‎no tardó en prohibir la lengua rusa, idioma que el 40% de los ucranianos utiliza normalmente en ‎su vida cotidiana. ‎

Rechazando ese retroceso de la historia, la población de Crimea optó por la independencia –‎mediante un referendo popular– y por reintegrarse a la Federación Rusa, mientras que los ‎rusoparlantes del Donbass se declararon autónomos y proclamaron las Repúblicas Populares de ‎Donetsk y Lugansk. ‎

En marzo de 2014, las organizaciones Asamblea Nacional Ucraniana y Autodefensa del Pueblo ‎Ucraniano cambiaron de nombre para convertirse en Pravy Sektor (Sector Derecho), formación ‎neonazi encabezada por Dimitro Yarosh y Andriy Biletsky. ‎

En abril de 2015, la Rada Suprema (el parlamento ucraniano) proclamó a los banderistas de la ‎Organización de los Nacionalistas Ucranianos (OUN-B) «combatientes por la independencia». ‎La ley en ese sentido fue promulgada en diciembre de 2018 por el presidente Petro Porochenko ‎y los ex miembros de las Waffen-SS –que lucharon del lado de los nazis en la Segunda Guerra ‎Mundial– obtuvieron retrospectivamente derecho a pensiones y a todo tipo de ventajas. ‎

Hoy en día, los programas escolares, ya modificados, enseñan a los niños y adolescentes ‎ucranianos la nueva versión de la historia: la Segunda Guerra Mundial no ha terminado y ‎concluirá pronto con la derrota de Rusia y el triunfo del nacionalismo ucraniano. ‎

Como las secciones de asalto de Adolf Hitler en los años 1930, los banderistas imponen su ley ‎en Ucrania. Irrumpen en los tribunales‎, dándose el lujo de amenazar a los jueces,‎ e imponen su voluntad a los ‎alcaldes y gobernadores. El más conocido de sus crímenes es la masacre que perpetraron en la Casa de los ‎Sindicatos de Odesa[5].‎

Tampoco hubo ninguna reacción cuando Irina Farion, diputada de Svoboda desde 2012 hasta ‎‎2014, declaró:
«Tenemos un solo camino: destruir Moscú. Vivimos para eso. Para eso vinimos ‎al mundo. Para destruir Moscú, no sólo para destruir a los moscovitas en nuestras tierras ‎sino para acabar con ese hueco negro de la seguridad europea que debe ser borrado ‎del mapa.»‎

La elección de Volodimir Zelenski

Es Ihor Kolomoiski, el oligarca judío ucraniano y mecenas de los banderistas, quien trae al ‎humorista Volodimir Zelenski al escenario político. Kolomoiski comienza financiando la serie de ‎televisión Defensor del pueblo, con Zelenski en el papel central, posteriormente crea alrededor ‎de Zelenski un partido político para finalmente financiar su candidatura a la elección presidencial. ‎

El programa de Zelinski se resume en 6 puntos:

  • Descentralizar el poder, conforme a las normas de la Unión Europea.

  • Transformar las administraciones públicas en prefecturas de corte europeo.‎

  • Elevar el nivel de vida de los ucranianos a un nivel superior al de la media europea.

  • Instaurar las leyes necesarias para la aplicación de un acuerdo de asociación entre Ucrania y la ‎Unión Europea.

  • Desarrollar la cooperación con la Unión Europea y la OTAN.

  • Reformar las fuerzas armadas siguiendo las normas de la OTAN. ‎

Los ucranianos aprueban la cruzada que el joven humorista anuncia contra la corrupción así como su sueño ‎europeo, sin entender el significado de su veneración por la OTAN, y le otorgan el 73% de los ‎votos en la elección presidencial, el 21 de abril de 2019. ‎

En marzo de 2021, la ciudad de Ternopol y posteriormente el oblast de Lviv rebautizan ‎sus estadios en honor al general Roman Shukhevych –padre del fundador de la Autodefensa del ‎Pueblo Ucraniano– y de Stepan Bandera. ‎

El 2 de noviembre de 2021, el banderista Dimitro Yarosh es nombrado consejero del jefe de las ‎Fuerzas Armadas Ucranianas, el general Valerii Zaluzhnyi. Todas las organizaciones paramilitares ‎de los banderistas –en total 120 000 hombres– son incorporadas a las Fuerzas Armadas ‎Ucranianas. Se elabora un plan de ataque contra Crimea y contra las Repúblicas Populares del ‎Donbass. La OTAN, que ya tiene instructores militares en Ucrania, comienza a enviar armamento. ‎

El 24 de febrero de 2022, el presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, anuncia el inicio de ‎una «operación militar especial» para «desnazificar» Ucrania. ‎

Thierry Meyssan

[1] «La alianza entre el MI6, la CIA y los banderistas», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 12 de abril de 2022.

[2] Para conocer de primera mano la ideología y los objetivos de estos individuos, es particularmente útil consultar la ‎colección casi completa de la publicación del Bloque de Naciones Antibolcheviques –ABN ‎Correspondence, en inglés, y ABN ‎Korrespondenz, en alemán. Si algún lector dispone de las ediciones que faltan, agradeceremos que ‎nos las facilite.

[3] «La Liga Anticomunista Mundial, internacional del crimen», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 20 de enero de 2005.

[4] «La NED, vitrina legal de la CIA», por Thierry Meyssan, Odnako Rusia, Red Voltaire, 11 de octubre de 2010.

[5] «La masacre de Odesa fue organizada en la cúpula del régimen ucraniano», антифашист, Red Voltaire, 17 de mayo de 2014.

La guerra de monedas por la energía

Europa "no logró formular una postura más o menos solidaria" en relación con los pagos por la energía rusa, estiman los expertos.

Rusia suspendió esta semana los suministros de gas a Bulgaria y a Polonia, después de que ambos países se negaran a pagarlo en rublos. Mientras, la empresa energética alemana Uniper anunció que no descarta modificar el proceso de pagos, al tiempo que informaciones no confirmadas sugieren que el operador austriaco OMV y la empresa italiana Eni también evalúan la posibilidad de recurrir al rublo para pagar los suministros rusos, según Financial Times.


A este respecto, expertos señalan que estas últimas informaciones solo confirman la ausencia de unidad entre los países europeos en cuanto al pago de los suministros del gas natural ruso.

Alexéi Grivach, subdirector ejecutivo de la Fundación de la Seguridad Energética Nacional de Rusia para los asuntos de gas, explica a BMF.ru que Europa "no logró formular una postura más o menos solidaria" en relación con los pagos.

Según explica, hoy en día en Europa se han manifestado dos posturas diferenciadas: los países que, como Polonia y Bulgaria, se negaron a pagar por el gas y dejaron de recibirlo y los países que abrieron dos cuentas en el banco ruso Gazprombank, pagaron en euros y solicitaron una conversión a rublos.

Diferencias en los niveles de preparación

Una de las cuestiones más apremiantes que divide a los países europeos es la cantidad de gas que tienen almacenado en sus reservas. En marzo, la Comisión Europea introdujo nuevas reglas de reservas mínimas que obligan a los países de la UE a llenar sus reservas hasta al menos el 80 % para el próximo noviembre —cifra que aumentará al 90 % en los próximos años— con objetivos intermedios para agosto, septiembre y octubre. Sin embargo, los niveles restantes en las reservas siguen siendo dispares entre los países del bloque.

Los niveles de gas almacenado por Polonia en sus reservas llegan al 76 %, según los datos de Gas Infrastructure Europe para este mes de abril. En opinión de Alexéi Kokin, experto de mercados de petróleo y gas natural del banco Uralsib, que habló con la agencia Prime, el caso de Polonia, que ya en 2019 había manifestado su intención de no prorrogar el contrato con Gazprom, es resultado de una estrategia a largo plazo. En particular, el país espera reemplazar los suministros rusos con el gas que recibirá del gasoducto Baltic Pipe cuya construcción podrá completarse a finales de este año.

Por su parte, Bulgaria se encuentra en una situación más complicada, con sus reservas a solo el 17 % del nivel máximo. No obstante, según Konstantín Símonov, director ejecutivo de la Fundación de la Seguridad Energética Nacional de Rusia, es posible que el país intente usar el gas que pasa a través de su territorio por el gasoducto Balkan Stream a Serbia y a Hungría. 

Mientras, Alemania y Austria, unos de los países que más dependen del gas ruso, lograron acumular tan solo el 33 % y el 17 % en sus reservas, respectivamente, hecho que podría generar dificultades a la hora de rechazar los suministros rusos. Italia, por su parte, también tiene cerca del 35 % de sus reservas de gas llenas.

"Decisión política"

Según Símonov, la división de Europa sobre esta cuestión también se debe a razones políticas. El experto señala que el esquema presentado por Rusia es "muy cómodo para los compradores" que, técnicamente, pagan en euros por el gas, mientras que Gazprombank se encarga de la conversión a rublos. "Técnicamente, si la empresa desea decir que paga en euros, puede declararlo en Europa. Así que se trata únicamente de una cuestión de elección política, y por eso ahora está claro quién toma una decisión económica y quién, una decisión política", explica.

"En general, está claro que habrá negativas orgullosas donde las posturas antirrusas son más fuertes", opina. En este contexto, Símonov predice que los principales países de Europa occidental aceptarán el esquema, mientras que gran parte de Europa del Este rechazarán el rublo como moneda de pago.

Al mismo tiempo, María Belova, de la agencia consultora Vygon Consulting, sostiene en declaraciones a Kommersant que Occidente parece haberse dividido entre los países de "la Vieja Europa" y "la Nueva Europa". Esta última, según Belova, podrá rechazar los suministros del gas ruso con más facilidad. Al mismo tiempo, la experta considera que estos "nuevos países de la UE" esperan una recompensa por las eventuales pérdidas económicas o podrán exigir que otros Estados cubran sus necesidades energéticas. (RT)

La crisis civilizatoria, de valores, de eticidad, de identidades afirmadas en las constituciones de lo propio y no el temor que deriva en la imposición a otros de aquello que necesita la aceptación del otro para constituirse y subsistir, supone el entramado subjetivo de pensamientos, relatos, acciones que van tejiendo los sentidos de la historia y de cada historia mínima que la produce en su complejidad. Así, tanto la paz como la guerra dependen de las voluntades que acuerden formas de convivencia o pretendan imponerse a fuerza de las armas y la violencia. Una paz duradera es imposible en mentes y pensamientos que sitúan como enemigo al diferentes y nadie compra armas o se prepara para la guerra si lo que pretende es alcanzar la paz.


Daniel Roberto Távora Mac Cormack

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