Globalización de la desigualdad

Cambio en la ONU

La Asamblea General de la ONU adoptó por consenso de los 193 miembros una resolución que permite a su presidente convocar a una sesión formal de Asamblea cuando se produzca un veto a las decisiones del Consejo de Seguridad, sea por uno o más miembros permanentes. Es un cambio histórico en la dinámica de la institución.

La propuesta fue presentada y promovida por el principado de Liechtenstein e indica que el máximo responsable de la Asamblea podrá solicitar un debate sobre el veto en los siguientes diez días hábiles al ejercicio del mismo. Los miembros permanentes del Consejo de Seguridad -EEUU, Rusia, Reino Unido, China y Francia- tienen poder de veto, lo que implica que no puede aprobarse ninguna resolución del Consejo sin su aprobación, al menos, tácita.

La resolución aprobada ayer no elimina ni limita dicho poder pero, a partir de ahora, se requerirá que la Asamblea General realice un debate sobre la situación que genere un veto en el Consejo. En la lista de oradores deberá dársele el primer lugar de la lista de oradores al miembro permanente que haya emitido el veto. La iniciativa llevaba años tratándose pero el veto de Rusia a una resolución contra la invasión a Ucrania aceleró el proceso. (Cenital)

Foro en Porto Alegre

Este martes 26 de abril de 2022 comenzó el Foro Social de la Resistencia (FSR). Como ya es tradicional, el foro comenzó con gran despliegue: la Marcha Inaugural, que también marcó la apertura simultánea del Foro Social Mundial para la Justicia y la Democracia. Colectivos de diferentes luchas se reunieron para expresar sus demandas, coreando «Fora Bolsonaro». Marchamos por las calles de Porto Alegre junto a grupos sindicales, movimientos feministas y antirracistas, colectivos de educación popular, organizaciones que defienden los derechos de las comunidades LGBTQI+, etc.

El Foro Social de las Resistencias es anticipo del Foro Social Mundial que comenzará en Méjico el próximo 1º de mayo. Cinco jóvenes canadienses integrantes del colectivo Katalizo, participarán presencialmente del foro y compartirán con Pressenza sus experiencias e impresiones, que publicaremos diariamente. Iniciamos hoy con su primer envío: una breve introducción, la presentación del equipo, y sus primeras imágenes desde Porto Alegre.

El Foro Social Mundial se inauguró en Porto Alegre (Brasil) en el año 2001. Desde entonces, se celebraron varias ediciones en todo el mundo: India, Malí, Venezuela, Túnez, Canadá (Montreal), etc. En el marco de ese proceso, también se crearon decenas de subforos temáticos y regionales. Del 26 al 30 de abril de este año en Porto Alegre, precisamente en el lugar donde nació el Foro Social Mundial, se celebrarán dos de esos foros temáticos: el Foro Social de las Resistencias y el Foro Social de la Justicia y la Democracia. Estos serán nuestros “corresponsales”:

Maria Fustic

María tiene un máster en Gestión Pública Internacional y está especialmente interesada en cómo se gestiona el mundo a través de las estructuras/sistemas económicos, políticos y sociales. Le apasiona apoyar formas alternativas de gobernanza, como la economía social y solidaria y la gobernanza indígena. Está deseando descubrir la ciudad y la gente de Porto Alegre, cuyo lema «otro mundo es posible» fue aclamado por primera vez hace más de 20 años.

Gérémy Côté

Gérémy estudia actualmente la licenciatura en Economía Internacional en la Universidad de Columbia Británica. Originario de Rimouski, está muy implicado en su comunidad y se describe a sí mismo como preocupado por los diversos problemas de desigualdad fiscal. Está deseando unirse a la delegación de Katalizo en Brasil y participar en los intercambios de RSF.

Francois Loza

Estudiante del Máster en Asuntos Públicos e Internacionales de la Universidad de Montreal, Francois se interesa especialmente por la cooperación internacional, la gobernanza y la participación ciudadana. Desde el año pasado, participa en los procesos del FSM y el FRS. Tiene muchas ganas de participar en las actividades de RSF para descubrir los diferentes actores sociales de América Latina y las múltiples cuestiones sociales que afectan a esta región del mundo.

Laetitia Vu

Laëtitia es licenciada en Estudios Internacionales, con especialización en Derecho y Gobernanza, y actualmente cursa un máster en Asuntos Públicos e Internacionales en la Universidad de Montreal. Lleva tres años colaborando con Katalizo, participando en los procesos del FSM y el FSMET (Foro Social Mundial de Economías Transformadoras), y actualmente es asistente de gestión. Lleva mucho tiempo preparando el Foro Social de las Resistencias, y está deseando participar en las actividades y descubrir Porto Alegre a través de su gente y su cultura. Está convencida de que saldrá con la cabeza llena de nuevos pensamientos y encuentros inspiradores.

Stephanie Doucet-Champeau

Licenciada en Estudios Internacionales y actualmente cursando un máster en Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible en la Universidad de Montreal, Stephanie está especialmente interesada en los movimientos socioambientales de resistencia a las empresas mineras en América Latina. Por ello, le entusiasma especialmente participar en el FSR para conocer mejor a los actores directamente implicados en las luchas en Brasil y en América Latina en general.

Movilización de apertura

A poco menos de un año de las próximas elecciones presidenciales brasileras, los participantes de la marcha mostraaron sus colores partidistas, manifestando su apoyo a Lula y su rechazo al actual presidente Bolsonaro. De hecho, se percibe una gran frustración hacia el régimen de Bolsonaro, al que los participantes hacen responsable de la inflación y el hambre.

En nuestras conversaciones supimos que el número de participantes en la marcha suele ser mucho mayor. Sin embargo, debido a la represión del gobierno contra los movimientos democráticos y de derechos humanos, este año se redujo el número de participantes.

https://www.pressenza.com/es/2022/04/marcha-inaugural-del-foro-social-de-las-resistencias-y-del-foro-social-mundial-por-la-justicia-y-la-democracia/ 

Crisis de suministros

La crisis en la cadena de suministros se prolongará durante todo 2022

La paralización del tráfico de contenedores en Shanghái tensionará aún más la cadena global de suministros  https://www.logisticaprofesional.com/texto-diario/mostrar/3577124/paralizacion-trafico-contenedores-shanghai-tensionara-cadena-global-suministros 

El puerto de Shanghái, el mayor puerto de mercancías del mundo, está totalmente colapsado. Los 26 millones de habitantes de la ciudad china viven desde hace semanas bajo estrictas medidas de confinamiento por un brote de Covid-19 lo que ha provocado una situación de gran preocupación para el comercio mundial.

En declaraciones a Logística Profesional Francisco Aranda Manzano, presidente de UNO, Organización Empresarial de Logística y Transporte de España, ha expresado: “La imposición de nuevas restricciones en China a causa del Covid-19, supone una puntilla más para el sector de la logística y el transporte, especialmente para el transporte marítimo mundial”.

Las medidas estipuladas en la ciudad están provocando problemas en el transporte terrestre, así como embotellamientos y retrasos en el puerto de Shanghái, que opera al 25% de su capacidad. Los contenedores permanecen varados desde hace varias semanas, y ya no es sólo cuestión de realizar la cargar o descargar las mercancías, sino también de que la mercancía llegue a puerto desde las fábricas por las restricciones al transporte que impone el cierre de Shanghái.

La paralización del tráfico de contenedores en Shanghái, ciudad que cuenta con el puerto con mayor actividad del mundo -en 2021 gestionó 47 millones de teus- tensionará aún más la cadena global de suministros y lastrará la competitividad de un sector esencial para las economías en el que cualquier cambio, por pequeño que sea, afecta a todos los eslabones de la cadena; y agudizará la inflación a la que nos venimos enfrentando desde hace ya meses”, apunta Aranda.

No obstante, las empresas de la cadena de suministro llevan meses replanificando operaciones continuamente para evitar el desabastecimiento. Y esta vez no será una excepción. Sin la enorme capacidad de adaptación que ha demostrado el sector y su digitalización no habría sido posible superar con éxito escollos como la pandemia, la crisis de suministros o el desorbitado incremento de precios que tanto nos están asfixiando. Hemos pasado de ser una commodity a ser un valor añadido. Somos un sector clave para mantener los costes y la competitividad de muchos otros sectores como el del automóvil”

Esta situación, unida a la incertidumbre por la guerra en Ucrania, tensa todavía más, las cadenas de suministro globales ya de por sí colapsadas desde el inicio de la pandemia.

Francisco Aranda, termina apuntando: “Desde UNO advertimos de que la crisis en la cadena de suministros se prolongará durante todo 2022, por lo que consideramos urgente y necesario que el Gobierno impulse iniciativas que faciliten a fabricantes e industrias poder reubicarse en España para establecer otros puntos de fabricación en zonas más próximas a la demanda. La guerra entre Rusia y Ucrania y la amenaza de la paralización del tráfico de contenedores por el brote de coronavirus en China, así como el resto de obstáculos que venimos sorteando, ha acelerado la transformación hacia una cadena de suministro más corta, más próxima al cliente final y que no esté basada básicamente en costes, sino en eficiencia y garantía de aprovisionamiento ante situaciones imprevistas. Es aquí donde España juega un papel crucial. Somos un hub logístico importante, pero tenemos que aspirar a convertirnos en un hub logístico mundial de primer nivel”.

Corte Suprema

El Senado comienzó ayer a debatir en comisiones una serie de proyectos sobre la composición y el funcionamiento de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Hay tres proyectos que se ponen en análisis. El presentado por Adolfo Rodríguez Saa, que eleva a nueve el número de miembros (actualmente en cinco) respetando la paridad de género y la integración por regiones. Ese proyecto incorporó la firma de la senadora Juliana Di Tullio, actualmente jefa del bloque de Unidad Ciudadana.

El segundo proyecto, presentado por la senadora riojana Clara Vega se limita a regular el cupo de género, sin modificar el número de miembros.

Finalmente, el senador por Río Negro, Alberto Weretilneck, presentó el lunes pasado un proyecto para elevar a 16 el número de integrantes de la Corte. Además de paridad, la nueva integración sería por regiones: deberá haber tres magistrados por cada una de las cinco regiones del país establecidas (CABA, Buenos Aires, Norte, Centro y Sur). Además, se modificaría el funcionamiento de la Corte: se dividiría en cinco salas, de tres miembros cada una, por sorteo para evitar la concentración de poder.

Las relaciones de poder

Prof. Pablo Mendelevich Director del Depto. de Periodismo en la Universidad de Palermo (UP), Periodista y docente. Es colaborador habitual del diario La Nación y es columnista político del programa radial "El Exprimidor". Desarrolló la mayor parte de su carrera en los diarios La Opinión, La Razón y Clarín. Desde el 2003 dirige la Carrera de Periodismo de la Universidad de Palermo. Es uno de los fundadores del Foro de Periodismo Argentino (FOPEA). Autor de numerosas investigaciones y de los libros “La Etica de los periodistas argentinos” y “Etica periodística en la Argentina y en el mundo”

Si se dice que la Corte Suprema y su presidente Horacio Rosatti pasaron a ser los enemigos públicos de cabecera de Cristina Kirchner, detestación empedernida, metódica, pertinaz que ya conocen -entre otros- el Grupo Clarín, el campo y Macri, alguien puede pensar que irrumpieron nuevos actores en escena. Que de manera inesperada brotaron unos jueces apátridas, que vaya uno a saber de dónde salieron.

Pero resulta que casi todos son viejos conocidos. Por no decir antiguos compinches. Pasó mucha agua bajo el puente y en estos asuntos el kirchnerismo es muy constante: sus enemigos siempre rotan, aunque los primitivos queden girando en segunda fila. No solo eso. . Tal vez valga la pena repasar el presente a la luz del pasado. Aquí, diez recuerdos ilustrados.

1) Si bien fue puesto en la Corte por Macri, Horacio Rosatti es un peronista clásico a quien Néstor Kirchner tuvo de ministro de Justicia. En su Santa Fe natal fue funcionario de Jorge Obeid. En 1995 llegó a intendente. Carlos Reutemann lo llevó al gobierno de la provincia. Precisamente en aquella ciudad, Santa Fe, el actual presidente de la Corte había sido compañero de bancada justicialista de los Kirchner en la Convención Constituyente de 1994. Quiere decir que este político y académico participó codo a codo con el joven matrimonio santacruceño de la reforma constitucional que creó el Consejo de la Magistratura por el que ahora se produce la confrontación neutrónica. En 2003 Kirchner lo nombró procurador del Tesoro de la Nación. Cuando cayó Gustavo Béliz, Rosatti ascendió a ministro de Justicia. El jefe de Gabinete era Alberto Fernández.

2) El cordobés Juan Carlos Maqueda también tiene una gran trayectoria peronista, pero como está en la Corte desde 2002 no llegó a saberse si bajo el kirchnerismo hubiera aceptado un cargo. Ya en los setenta fue funcionario municipal en Córdoba capital. Delasotista, en la nueva democracia sería diputado provincial, diputado nacional, ministro provincial, senador nacional y hasta presidente provisional del Senado, cima que lo colocó como vicepresidente de hecho del presidente Duhalde (el peronismo seleccionó a Maqueda para suceder en 2002 a Ramón Puerta cuando éste se negó a presidir la asamblea legislativa que ungió presidente a Duhalde). A fin del mismo año Duhalde lo nombró en la Corte cuando renunció el juez Gustavo Bossert.

3) Ricardo Lorenzetti llegó a la Corte con perfil académico, sin adscripción partidaria ni antecedentes en el Poder Judicial, pero se probó políticamente hábil, al punto que se mantuvo once años como presidente del tribunal y lo hizo con un novedoso altísimo perfil. En esa categoría, aunque diferente estilo, le surgió un competidor, Rosatti, quien no sólo es de la misma provincia sino que tiene casi su misma edad y hasta habían compartido la autoría de un libro (hay que recordar que a la jura de Lorenzetti, en 2004, asistió representando a Néstor Kirchner el entonces ministro de Justicia: ¡Rosatti!). Por momentos Lorenzetti pareció cercano al kirchnerismo (por ejemplo, votó a favor de la constitucionalidad de la ley de medios) y por momentos, lejano (en 2013 se pronunció por la inconstitucionalidad de la nueva reforma pretendida por Cristina Kirchner para el Consejo de la Magistratura). Hay observadores tribunalicios que dicen que Lorenzetti, más que partidario de una corriente política tradicional, es “lorenzettista”.

4) Carlos Rosenkrantz, quien al ser elegido por Macri era rector de la Universidad de San Andrés, es el único miembro de la Corte vinculado a un sector político que no es el peronismo, pero no ocupó nunca un cargo ejecutivo ni en la Justicia antes de llegar la Corte. Fue asesor de Alfonsín, llevado al círculo presidencial por Carlos Nino en el marco del Consejo para la Consolidación de la Democracia, laboratorio de la reforma constitucional. El radicalismo, como se sabe, le canjeó a Menem la reelección consecutiva por una serie de reformas institucionales que supuestamente iban a mejorar la república, como el Consejo de la Magistratura. La reelección de Menem anduvo bárbaro (es decir, Menem consiguió quedarse diez años y medio), pero no se puede decir lo mismo del Consejo de la Magistratura, creado para despolitizar la designación de los jueces y administrar con justicia (con perdón de la redundancia) los premios y castigos de la Justicia, por el momento un ostensible fracaso.

5) Primer tiempo que se arrepintió de haberlo nombrado a Rosatti en la Corte porque “terminó fallando sistemáticamente en contra de las reformas y la modernización” que impulsaba el gobierno de Cambiemos, “favoreciendo así el statu quo populista”. Pero el mismo Rosatti es quien ahora aporta el cemento a uno de los diques de contención más contundentes que se le hayan puesto a Cristina Kirchner al impedirle el control del Consejo de la Magistratura, tarea -la de frenar las desmesuras de su antecesora- en la que Macri como presidente no se lució.

6) Después de que el año pasado renunció Elena Highton, la única mujer que quedaba, la Corte de cuatro (que deberían ser cinco) está, si es por simpatías partidarias, tres a uno (tres por el peronismo, uno por el radicalismo); por territorio, dos a dos (la mitad son santafecinos, y de la otra mitad, uno es porteño y otro cordobés) y por antigüedad, también dos a dos (dos nuevos, con poco más de cinco años, y dos viejos, Maqueda desde 2002 y Lorenzetti desde 2004). Uno de los nuevos, el enemigo de la hora, es quien ahora más poder tiene, porque se reparte entre dos presidencias, la del Consejo de la Magistratura y la de una Corte que no es cualquier Corte sino la que viene de destruirle a Cristina Kirchner una de sus preciadas criaturas, la ley que concibió e impuso con su proverbial abnegación en tiempos en que con su esposo estaban en el apogeo del poder concentrado.

7) El Consejo está poniendo en marcha lo que bien podría llamarse el modelo Rosatti, que debe mostrar su eficacia antes de que llegue noviembre, cuando se eligen consejeros. En este semestre alargado se verá si el Congreso consigue o no hacer una nueva ley del Consejo en reemplazo de la ley cristinista anulada.

8) La peor blasfemia fue el crecimiento súbito de este juez, vilipendiado con un argumento de orden ético, debido a que el trío que lo encumbró se constituyó con su propio voto. La ética, como se sabe, es fundamental para los kirchneristas, lo que no significa que detrás esté la preocupación por la solidificación, con sesgo anti K, de aquel trío, el que forman Rosetti, Maqueda y Rosencratz, es decir, todos menos Lorenzetti. Otra parte de la ira se enfocó en el plazo de 120 días que la Corte le dio en diciembre al Congreso para que hiciera una nueva ley. Prisa desoída no porque nuestros legisladores no puedan apurarse cuando quieren (han llegado a hornear leyes en horas, llevadas de una cámara a la otra calientes, a las corridas) sino porque el 14 de noviembre el electorado mandó encoger las bancadas oficialistas: solo con la primera minoría en el Senado ya no alcanza para legislar a gusto.

9) Si es por tiempos, la Corte se probó extremista. Al Congreso le dio cuatro meses para hacer una nueva ley pero para derogar la anterior se tomó ¡dieciseis años! Se ve que querían estar bien seguros de que fuera inconstitucional. Con un patrullaje de la constitucionalidad tan meticuloso se puede dormir tranquilo.

10) Lástima que en 2006, cuando se debatía la ley de Cristina Kirchner, la Corte no advirtió los argumentos parlamentarios contra el desequilibrio que el achicamiento del Consejo, de 20 a 13 miembros, conllevaba, argumentos no muy distintos de los que en diciembre de 2021 haría suyos la sentencia de la Corte. En aquel momento no solo la oposición dijo hasta el cansancio que la ley era inconstitucional, también lo hicieron varias especialistas internacionales y organizaciones judiciales locales a las que el kirchnerismo, por supuesto, acusó de connivencia con la dictadura.

Por lo demás, ha quedado claro que los talles de las instituciones son una preocupación permanente de Cristina Kirchner. No sólo ella rebajó los miembros del Consejo de la Magistratura de 20 a 13 y ahora, según la ley trunca aprobada por el Senado trató de que sean 17. En 2006 fulminó la Corte de 9 miembros y la llevó a 5, pero ahora los quiere subir, como había hecho Menem, para licuar a los que están.

No hay verdades. Hay momentos.

Como se piensa

En la atribución de significados a las actuaciones y pensamientos de los individuos y a la necesidad de “enrolarlos” en categorías que sean accesibles al gran público para el gran consumo, olvidan de incluir aquello que determina: las posiciones de privilegio y el dinero o la situación económica y de acceso a productos y servicios y/o a situaciones de exposición mediática y prestigio.

Atender solo a las “supuestas” relaciones inter-personales que en los ejercicios de la función pública y la gobernanza “para todos” debería ser una práctica lógica y normal en las democracias representativas donde lo opuesto es rival de ideologías, ideas, formas, pero no del objeto central de la acción pública que es el bien común para los habitantes del país, y que por ello, no se transforma en “enemigos públicos” y/o “privados” e “individuales”. Aquí la intencionada interpretación del articulista para negar los elementos que tienen que ver con la institucionalidad, la gestión concreta del poder y los resultados que en la realidad producen su ejercicio.

Cuándo Menem asumió el gobierno de la república, se dió casi al mismo tiempo la caída del muro de Berlín. Izquierdas y derechas sucumbían a las tensiones que los habían mantenido vivos desde el comienzo de la Guerra Fria desde antes de la culminación de la segunda guerra mundial o mas aún, desde la consolidación de la revolución bolchevique en Rusia y la gran crisis del 29 que modificó el panorama global y las decisiones que direccionaron los flujos de acumulación de bienes y servicios, en un principio atados a la propiedad de los bienes concretos de producción y a partir de los 70, en un desquició llamado financierismo transnacional que rompió con toda lógica racional capitalista y produjo el comienzo de la decadencia. Lo paradójico es que la caída del sostenimiento material del modelo sustentando en el poder de quienes eran dueños de los medios de producción, al desviarse a los dueños de sus representaciones en dinero o financieras, pero que, se despegan del objeto material de su representación: los medios de producción, adquiriendo independencia y generando ricos frutos de las especulaciones en las bolsas de comercio, la subida y caída de bonos y acciones en las bolsas y el boom tecnologíco y de los intangibles que estos canalizan.

En un mundo único. Sin enemigos visibles. Donde la riqueza perdía materialidad. Dónde las acumulaciones eran números en cuentas bancarias y bonos y títulos de deuda, las ideologías materialistas europeas perdieron el sentido de la realidad. Se fusionaron en sus afánes de supervivencia y sus resistencias a nombrar de otros modos una realidad que había cambiado los cimientos de todo el funcionamiento que, sin embargo, sostenía intactas sus columnas: Propiedad privada (Ahora extendida a los bienes intangibles, subjetivos, inmateriales, incluida la misma moneda o las deudas acumuladas que se compran y venden como si fuesen productos) competencia (Ya no entre empresas de una misma cadena de valor o producto final o servicio, sino entre países, entre monedas, entre posiciones comerciales favorables, entre Estados que pugnan entre si colocar sus productos nacionales como condición para financiar), Materialismo (Aunque el tener se transforma en intangibles en tanto acceso a crédito, traspaso de deudas, inflación) … los que cada vez quedaban mas al margen de las decisiones, aunque las migajas que recibían eran mayores, los sectores populares y trabajadores siguieron acumulando riquezas para los depredadores dueños y ahora los nuevos ricos de bienes no tangibles o tenedores de deuda, financistas, inversores …

El único freno a la avaricia acumuladora del capitalismo financiero eran las herramientas de política económica que aún conservaban los Estados y sus gobiernos. En medio de la confusión, los partidos tradicionales se vieron invadidos de nuevas corrientes de pensamiento que hablaban del fin de la historia y de su futuro venturoso porque la riqueza de los ricos sería desperramada hacia las clases subalternas sin enemigos visibles que desvíen los esfuerzos de la humanidad para el pleno desarrollo de sus capacidades y de una globalización portadora de felicidad universal … duró tanto como durá la felicidad. Un Pequeño momento idealizado que a la luz de los años posteriores no hizo mas que devolvernos la tremenda realidad de un planeta depredado, de Estado pobres que siguen subsidiando la ilusión de bienestar de un mínusculo grupo de personas que, dueños de los capitales transnacionales y de los recursos financieros, someten a los mismos gobiernos a sus mentiras y el ejercicio del poder que les permite la concentración financiera de la cual se beneficiaron durante mas de 40 años.

En los 90, la crisis ideológica atravesó todo el arco político/ideológico del país. No es casual entonces ver a figuras pasar de una agrupación a otra cuyas posiciones parecen no tener muchos puntos en común. El neoliberalismo había ganado su batalla en tanto, sin ser nombrado confundía a todas las ideologías en una sola … la del dinero financiero y la validación de las dependencias mundiales al dólar de Estados Unidos y los discursos respecto a la unidad para pagar la deuda, que limitaba toda otra posición soberana, nacional y económicamente independiente. Hoy seguimos sufriendo aquello solo que algunas experiencias históricas nos hacen mas conscientes. El default no supuso ninguna caída al abismo o males terroríficos con los que nos asustaban antes de la crisis del 2001. Sin embargo hoy, frente al endeudamiento macrista, se siguió privilegiando pagar a devolverle el golpe a los endeudadores, aunque ahora se pretenda mitigar el impacto tratando de gravar las cuentas ilegales de argentinos en el exterior, hecho que no va a ocurrir, por mas intenciones ciertas que haya.

Hoy la realidad ha desmoronado la ilusión de aquellos sueños de “Estados de bienestar” y de un Capitalismo bienechor que “desparramaria” las riquezas, las desigualdades e inequidades aparecen como los grandes males, y las causas en sus concentraciones en pocas manos, tratan de negarse en discursos de liderazgos subjetivos, teorías demateriales, pos verdad y en casos mas explicitos, guerras y operaciones de inteligencia que posicionan a los mercados favorables a los productos que, cada vez mas concentrados en manos de un puñado de corporaciones transnacionales, pugnan con los Estados la adminsitración de los recursos y trabajos.

El Mundo de los ricos

Ejemplo de lo que estamos hablando es el posicionamiento de un trillonario como Elon Musk adquiriendo Tweeter.

En muchos sentidos, Elon Musk usa Twitter como el resto de nosotros. Le gusta bromear, pero no es tan divertido como cree que es; comparte en exceso y ama los memes; de vez en cuando va demasiado lejos, y se mete en problemas; parece pensar que la plataforma está suprimiendo injustamente las opiniones de las personas con las que se identifica. Gracias a los efectos de aplanamiento de Twitter, la única diferencia real entre el usuario medio del sitio y Musk es de aproximadamente $ 257 mil millones y 85.4 millones de seguidores. Tiene más seguidores que Narendra Modi, el primer ministro de la democracia más grande de la Tierra, y menos que Taylor Swift. Nadie en la historia del mundo moderno ha sido tan rico como él. También cree que el número 420 es tan divertido que parece haber determinado el valor final de su oferta ($ 54.20 por acción) para acomodar su inclusión.

 

Es sorprendente que Musk apueste tanto de su riqueza en un sitio que tantos de sus usuarios profesan odiar. Según los documentos presentados ante la Comisión de Bolsa y Valores, Musk suministrará personalmente hasta 21.000 millones de dólares en efectivo para cerrar el acuerdo, lo que representa alrededor del 8 por ciento de su patrimonio neto. Si tomara ese dinero y lo prendiera fuego, seguiría siendo la persona más rica del planeta. Y, sin embargo, si retrocediera el reloj a solo 2018, $ 21 mil millones representarían el 100 por ciento del patrimonio neto de Musk. El rápido crecimiento de su riqueza ha coincidido con su adopción de la plataforma como una herramienta de comunicación caótica, lo que hace que la adquisición sea casi dolorosamente recursiva: sus miles de millones están atados a su personalidad excéntrica, y ahora está usando los miles de millones para poseer por completo la arena que le permite llevar su yo sin adornos a las masas.

Es, en cierto sentido, simplemente otro ejemplo de una historia familiar: el multimillonario compra un vector importante para el discurso público. Tal vez hayas notado que ha estado sucediendo mucho últimamente. En 2013, Jeff Bezos compró The Washington Post por la suma comparativamente minúscula de 250 millones de dólares. Cinco años después, la firma de inversión controlada por Patrick Soon-Shiong, al igual que Musk, un empresario multimillonario de Sudáfrica, compró Los Angeles Times y The San Diego Union-Tribune por alrededor de 500 millones de dólares. Mientras tanto, Laurene Powell Jobs, la viuda multimillonaria de Steve Jobs, ha estado haciendo sus propias inversiones en los medios, sobre todo en The Atlantic.

Independientemente de lo que hagas de todo esto, cada una de estas publicaciones tiene un equipo editorial con un gran grado de independencia, limitado por las normas periodísticas creadas durante décadas, y a menudo aplicadas en Twitter. Twitter, por el contrario, es un sitio donde puedes iniciar sesión y decir más o menos lo que quieras, y Musk ha dicho que le gustaría hacerlo aún más de esa manera. Ha declarado que no está de acuerdo con las políticas actuales de moderación de contenido, lo que ha llevado a otra ronda del tipo de discurso de guerra cultural que adormece la mente que el sitio fomenta tan efectivamente: ¿Permitirá Musk algún tipo de discurso, incluso los nazis? ¿Por qué los liberales tienen tanto miedo de la libertad de expresión? De ida y vuelta todo el día así. Pero de cualquier manera, el mismo hecho deleita a un lado y aterroriza al otro: un tipo podrá remodelar radicalmente esta plataforma a su propia imagen, y parece que lo está haciendo principalmente por diversión y posiblemente con fines de lucro. El caricaturista conservador Ben Garrison describió la adquisición de esta manera: Musk como mitad hombre, mitad gato, irrumpiendo en la jaula de pájaros de Twitter, acariciando la cabeza del pájaro amenazadoramente y ronroneando: "¡Bonito pájaro! Te voy a enseñar a decir '¡libertad de expresión!'". Esto pretende ser una visión positiva de la historia.

La adquisición de Musk ha sido más que un poco loca en una plataforma donde la principal obsesión de muchos usuarios es el sitio en sí. El cuadro de texto de Twitter todavía solicita a cada usuario "¿Qué está pasando?" Lo que está sucediendo, invariablemente, es que están mirando a Twitter. Este simple hecho representa quizás el 99 por ciento de la acritud allí, que rara vez se trata de eventos en el mundo exterior y, con frecuencia, sobre el contenido de otros tweets. Casi todos los que usan Twitter sienten que de alguna manera lo están perjudicando, pero no puede dejar de mirar. Y uno de los hechos perversos al respecto es que cuanto más poder y seguidores se acumulan, más se corre el riesgo de ser presentado como un ejemplo de todo lo que está mal en el mundo, ninguno más que el ganador de todo el juego del capitalismo global. No es de extrañar que Musk piense que todavía hay valor por desbloquear: le encanta el sitio, a pesar de que su experiencia con él es probablemente horrible.

Y debido a que Musk es la persona más rica del planeta, es fácil para muchos creer que el acuerdo no se trata de un deseo de renovar "la plaza digital de la ciudad", sino de algo más nefasto o estúpido. Algunos, incluido el segundo hombre más rico del planeta, Jeff Bezos, han especulado que la exposición de Tesla al mercado chino de hecho lo hará más susceptible a la censura bajo la propiedad de Musk. Otros se han preocupado por su D.M de periodistas; algunos piensan que eso es hilarante. Hay algunos que temen que vaya a traer de vuelta al ex presidente Donald Trump, otro multimillonario usuario de la plataforma; muchos otros encuentran esa idea estimulante. Ha declarado su deseo de controlar las cuentas de bots, que probablemente le parezcan un problema mayor cuando tiene 85.4 millones de seguidores y tuitea sobre los precios de las criptomonedas y las acciones y los números 420 y 69. El lunes, la gente siguió publicando fotos poco halagadoras de él, desde sus días de PayPal, o de pie junto a Ghislaine Maxwell, bromeando que será el último día que puedan salirse con la suya.

Y esto es lo que es tan inquietante de su adquisición: la fuerte sensación de que, incluso en su forma más anodina, es un acto de vanidad, un medio para mejorar la experiencia personal de un usuario del ágora. Y hay algo en ello. Musk rezuma desesperación por ser considerado gracioso, una dolencia que ninguna cantidad de dinero puede arreglar y quizás su cualidad más identificable. Su salida en "Saturday Night Live" fue casi dolorosa de ver, incluso para los estándares contemporáneos de "S.N.L.", en particular su monólogo, que estaba lleno de fascinantes mecanismos de defensa: un anuncio de que fue el primer anfitrión con síndrome de Asperger; una aparición de su madre, quien lo abrazó y le dijo que lo amaba; y una declaración de su visión para el futuro: "Creo en un futuro de energía renovable; Creo que la humanidad debe convertirse en una civilización multiplanetaria y espacial".

Hizo una pausa después de esa parte: "Esos parecen objetivos emocionantes, ¿no? Ahora creo que si solo publicara eso en Twitter, estaría bien. Pero también escribo cosas como '69 días después del 4/20 de nuevo jaja'", una publicación real del 28 de junio de 2020, que de hecho fue 69 días después del 20 de abril: "No sé, pensé que era divertido. Por eso escribí 'jaja' al final. Mira, sé que a veces digo o publico cosas extrañas, pero así es como funciona mi cerebro. A cualquiera que haya ofendido, solo quiero decirle: reinventé los autos eléctricos y estoy enviando gente a Marte en un cohete. ¿Pensaste que yo también iba a ser un tipo frío y normal?"

Nunca antes la mentalidad de usuario de Twitter se había resumido tan claramente: sé que puede que no te gusten mis chistes, pero lo que tienes que entender es que en realidad soy genial. Los mercados de capitales han recompensado ricamente a Musk por todo eso; Twitter, hogar del meme de la guillotina, no lo ha hecho, o al menos no de manera uniforme. Pero debido a lo primero, cualquier frustración que Musk pueda tener con el segundo puede potencialmente remodelar lo más cercano que tenemos a una plaza digital de la ciudad. No está claro que haya algo que lamentar en este cambio de guardia, excepto quizás por el hecho de que puede suceder en absoluto.

Esto es lo que es tan vertiginoso de vivir en una sociedad con individuos que controlan tanta riqueza: sus caprichos se pueden hacer realidad con una facilidad sorprendente, y sus caprichos pueden ser moldeados por los mismos sitios web tontos que todos usamos para perder el tiempo de la empresa. No es como si Twitter se funcionara como un kibutz de antemano, sino que respondía a una red diversa de partes interesadas: Wall Street, clientes, usuarios, prensa, gobiernos, etc. Y ahora, una alondra de $ 44 mil millones más tarde, responderá a un hombre cuya relación francamente compleja con los servicios del sitio es evidente para cualquiera que se preocupe por mirar.

Si sus experiencias como usuario deberían presumiblemente dar forma a su enfoque para gobernar la plataforma, su experiencia como visionario detrás de enormes proyectos del mundo real puede no prepararlo para las complejidades de administrar algo tan amorfo como Twitter: una conversación palpitante y con frecuencia desagradable entre cientos de millones de personas que no tienen una razón real para estar hablando entre sí; un lugar para que también ha ayudado a remodelar varias industrias e instituciones; una plataforma con fines de lucro que gana su dinero vendiendo anuncios, pero que se experimenta principalmente como una forma de contar chistes y compartir enlaces; y sobre todo, un servicio que un pequeño pero influyente subconjunto de la humanidad ha permitido colonizar su tiempo libre y sus mentes en gran medida durante la última década, con resultados profundos e impredecibles. Es posible que pronto descubra que Twitter no es ciencia espacial, es más difícil.

Willy Staley es editor de historias para The New York Times Magazine. Recientemente editó un número especial sobre multimillonarios.

En 1981, Malcolm Forbes, el excéntrico y fabulosamente rico editor de revistas, se acercó a sus editores con una pregunta: ¿Podrían reunir un número especial sobre los 400 estadounidenses más ricos? La idea fue inspirada por Caroline Schermerhorn Astor, la doyenne de Gilded Age New York, quien regularmente recibía a la alta sociedad de la ciudad en su salón de baile de la Quinta Avenida, que se decía que tenía capacidad para unas 400 personas. Es muy posible que Forbes haya visto algo de sí mismo en Astor. Esta fue una era diferente de publicación de revistas; Forbes, que terminó haciendo el corte en su propia lista, vivió como un sultán. Entretuvo a celebridades y políticos en un yate de 126 pies llamado Highlander. Al final de su carrera poseía un castillo en Normandía, 12 huevos fabergé y una colección de globos aerostáticos en diseños fantásticos: uno con forma de la Esfinge, uno como un busto de Beethoven, uno como un huevo de Fabergé, uno como el castillo en Normandía y, por supuesto, uno en la imagen de un sultán, casi tan alto como su yate era largo.


Según una breve historia de la revista escrita por Malcolm Forbes Jr., más conocido como Steve, el equipo editorial no estaba satisfecho con la idea de su padre. Realizaron un estudio de viabilidad y le dijeron que no sería posible averiguar quiénes eran estas 400 personas. El anciano Forbes respondió que si no lo hacían, encontraría a otros periodistas que pudieran hacerlo. "Edit capituló", escribe su hijo. El proyecto de reportaje resultante duró un año, decenas de vuelos y miles de entrevistas. En la parte superior de la primera lista Forbes 400 estaba Daniel K. Ludwig, un magnate naviero, estimado por la revista con un valor de más de $ 2 mil millones.

Si simplemente se ajusta por inflación, ahora es de al menos $ 5.8 mil millones, una fortuna que llevaría a Ludwig a un empate a siete por el puesto 182 en la última lista Forbes 400, junto con Fred Smith, el fundador de FedEx; Gary Rollins, director ejecutivo de Rollins, Inc., propietaria de varias compañías de control de plagas; y quién podría olvidar a Peter Gassner, el jefe de una compañía de software en la nube llamada Veeva. Las fortunas en este nivel ya casi no parecen merecer cobertura mediática. Uno de los perfiles más profundos de Gassner fue publicado en el blog del Hacienda Business Park en Pleasanton, California, donde Veeva mantiene sus oficinas. No posee globos aerostáticos.

Desde 1987, Forbes ha publicado otra lista, que comenzó más pequeña pero ha crecido hasta ser mucho más grande: la Lista de Multimillonarios del Mundo. La revista acaba de publicar la edición de este año, con la asombrosa cifra de 2.668 nombres. La tarea de recopilar información para ambas listas es supervisada por Kerry Dolan, editor de Forbes, en un esfuerzo altamente colaborativo que involucra al menos a 92 reporteros diferentes de toda la organización, incluidas las muchas ediciones con licencia internacional de la compañía: Rusia, Polonia, México y más, cada una un testimonio del triunfo del capitalismo globalizado. Dolan ha trabajado en Forbes durante casi tres décadas, comenzando en 1994 cubriendo América Latina, lo que implicó ayudar en la lista de multimillonarios también. Compilarlo era mucho más laborioso en ese entonces: "No podía simplemente conectarme en línea y mirar la bolsa de valores de São Paulo y averiguar quién era el dueño de qué", dice Dolan. Pero una revista financiera en Brasil solía publicar un libro sobre todas las compañías más grandes del país, y ella tendría un contacto en Brasil enviárselo a los Estados Unidos. Eso revelaría información financiera sobre estas compañías, y ella podría ir desde allí.

El proceso se ha vuelto más fácil en un sentido, porque nuestro acceso a la información es mucho mejor; y más difícil, porque hay muchos más multimillonarios La lista de multimillonarios del mundo de 2022, por ejemplo, creció en 573 nombres en comparación con la última lista prepandémica, en 2020. Ese año, el mundo estaba acuñando nuevos multimillonarios a una tasa, señaló Forbes, de aproximadamente uno cada 17 horas. En la parte superior de la nueva lista está Elon Musk, con un patrimonio neto estimado de $ 219 mil millones; Detrás de él está Jeff Bezos, con 171.000 millones de dólares. A partir de ahí, va así: Bernard Arnault y su familia ($ 158 mil millones), Bill Gates ($ 129 mil millones), Warren Buffett ($ 118 mil millones), Larry Page ($ 111 mil millones), Sergey Brin ($ 107 mil millones), Larry Ellison ($ 106 mil millones), Steve Ballmer ($ 91.4 mil millones) y Mukesh Ambani ($ 90.7 mil millones), el hombre más rico de Asia y, confieso, la persona mejor clasificada en la lista de la que nunca había oído hablar.

Si continúas hacia abajo, manteniendo tus ojos en los estadounidenses, la mayoría son familiares, nombres que conoces de las vastas fortunas desechadas por Silicon Valley, o Walmart (los herederos más ricos de Walton tienen alrededor de $ 65 mil millones cada uno), o Nike ($ 47.3 mil millones), o divorciarse de Jeff Bezos ($ 43.6 mil millones), o vivir más que Sheldon Adelson ($ 27.5 mil millones). Pero eventualmente, comienzas a encontrar nombres menos familiares: Thomas Peterffy, quien emigró de la Hungría comunista y fue pionero en el comercio computarizado de acciones (No. 80, $ 20.1 mil millones); Robert Pera, quien fundó algo llamado Ubiquiti Networks y, esto fue divertido de aprender, fue a la misma universidad estatal que yo (No. 127, $ 14.6 mil millones); Hablando de la universidad, está Dustin Moskovitz, que era compañero de cuarto en Harvard con otro tipo que tuvo una idea genial para una red social (No. 167, $ 11.5 mil millones). En poco tiempo, estás abajo con los Peter Gassners del mundo, y hay muchos de ellos: Estados Unidos tiene unos 735 multimillonarios ahora según Forbes, con un valor colectivo de más de $ 4.7 billones. Hace una década, Forbes contaba solo ("sólo") 424. Una década antes, 243. Siguen multiplicándose, y su riqueza colectiva crece, incluso, o especialmente, a medida que el resto de nosotros nos quedamos atrás.  https://www.nytimes.com/2022/04/07/magazine/billionaires.html

Concentración y monopollización de la globalización

La compra por parte de Elon Musk -dueño de Tesla, SpaceX, Neuralink y The Boring Company- de la plataforma social twitter debe leerse en diversos planos.

En primer lugar, es un paso más en la dirección de la
consolidación de la monopolización de la comunicación en unas pocas corporaciones que se expanden hacia toda la cadena de valor de las tecnologías, y a su vez profundiza la concentración de los datos personales en manos privadas en el mundo occidental.

Estas corporaciones tienen la capacidad de
apropiarse de los datos de millones de personas, de procesarlos en tiempo real e instalar mercancías e ideas en función de sus intereses. Para los Estados, incluso para el propio Estados Unidos, lugar de donde provienen, su regulación es un problema mayúsculo.

Esta es la situación en el mundo occidental, ya que China tiene otras propuestas tecnológicas y otra relación público-privado: el Estado interviene incisivamente desde la concepción y planificación del desarrollo tecnológico, a través del financiamiento, la propiedad de acciones y las regulaciones.

Es
preocupante para comunicación y para la libertad de expresión, incluso para la democracia, esta concentración tecnológica y comunicacional, y sin duda interpela a los Estados y gobiernos.

Twitter, pero también Facebook -Meta (WhatsApp e Instagram)- y Google -Alphabet (You Tube)- son las compañías más cuestionadas en relación a las diferentes varas con las que moderan el contenido. Los
trols y bots se adueñan de sus plataformas saturándolas de noticias falsas y de grandes campañas de desinformación social. En nuestra región padecemos esta situación en cada campaña electoral.

Quizás
la pregunta más acuciante para las sociedades abiertas es si podemos garantizar una información de calidad y veraz sin asumir socialmente el debate acerca de la concentración mediática. Este análisis es central para América Latina, ya que estas mismas redes sociales censuraron varias cuentas de referentes políticos e intervinieron en hechos políticos claves como las elecciones y el Golpe de Estado de la republica Plurinacional de Bolivia; en donde permitieron la circulación de los discursos de odio y no censuraron ninguna de las cuentas de los implicados en el golpe.

Para Musk, la compra de Twitter, más allá de ser un negocio económico, es la posibilidad de avanzar en un campo en el cual no es fuerte: la concentración de datos de los usuarios y en el poder de incidir en el humor social a través de controlar lo que estas corporaciones intentan instalar como “la nueva plaza pública”. Estas corporaciones pretenden que el debate político solo se produzca dentro de sus plataformas para así poder regular el flujo de la información. Por suerte para las democracias, los debates se producen en una multiplicidad de espacios: en los comedores barriales, en los sindicatos, en las movilizaciones, en los centros culturales, etc.

Pero la
jugada de Musk también se encuentra en relación a la política interna, en particular de cara a las próximas elecciones de la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Las redes sociales ya fueron escenario de fuertes disputas políticas, como en la toma del Capitolio, del 6 de enero del 2021, cuando éstas decidieron bloquear las cuentas de Donald Trump siendo presidente en funciones, generando grandes debates respecto de la autoridad de las corporaciones tecnológicas en la regulación de la circulación de información.

Este año hay elecciones legislativas y ya son varias las jugadas para reacomodar la
arena de la disputa digital.

Por un lado, Peter Thiel, un gran financista del Silicón Valley, fundador de Paypal e integrante del consejo asesor de Facebook desde el 2005, declina presentarse a la reelección en la empresa para que no afecte a la compañía la decisión de apoyar a dos candidatos republicanos al senado (Vance por Arizona y Masters por Ohio). Thiel es amigo y asesor de Donald Trump y apoyó fuertemente su campaña. Musk y Thiel están juntos en Open AI, una empresa desarrolladora de Inteligencia Artificial que pudiera desarrollar conversaciones con humanos de manera fluida.

Mientras, la agresiva compra de Twitter por parte del dueño de Tesla agitó aún más las aguas políticas en el ya quebrado estado profundo norteamericano.
Los demócratas lo ven como una ofensiva de los sectores más conservadores y cercanos a Trump; los republicanos celebraron la noticia. Mark Levin, un conservador con mucha influencia en medios se pronunció anunciando su retorno a la red social: “¡Gracias al nuevo dueño, he decidido volver!”.

Según sus propias declaraciones Musk, ahora dueño absoluto de la red social, aspira a convertirla en un terreno en donde reine la libertad de expresión: “Espero que incluso mis peores críticos sigan en Twitter, porque eso es lo que significa la libertad de expresión”, ratificando la idea en varios tweets: “libertad de expresión, me refiero simplemente a lo que se ajusta a la ley. Estoy en contra de la censura que va mucho más allá de la ley”; “Si la gente quiere menos libertad de expresión, le pedirá al gobierno que apruebe leyes a tal efecto. Por lo tanto, ir más allá de la ley es contrario a la voluntad del pueblo”. En este sentido hay que destacar que
es un discurso disruptivo para la lógica de las grandes de las tecnologías, ya que reivindica a la ley como ordenadora del mundo digital privado. Esto legitima el rol del Estado en la potestad de fomentar leyes y regulaciones del espectro digital.

Por último, pero un aspecto no menor, la disputa geopolítica actual entre la unipolaridad de Estados Unidos y un mundo multipolar conducido por China y la propuesta de la Ruta de la Seda, atraviesa hasta el último rincón de la tierra y en especial la interna estadounidense.

Jeff Bezos, presidente de Amazon, fue uno de los voceros de la
preocupación que vienen planteando varias corporaciones y políticos acerca de los negocios y el buen trato de Elon Musk con China, llegando a preguntarse si el Gobierno chino no acaba de ganar un poco de influencia sobre la plaza pública, a partir de la compra de Twitter por parte del magnate.

Esta pregunta se encuentra abierta y estará atravesada de negociaciones. Lo que sí es una realidad es que China es el segundo mercado de Tesla desde 2021.

https://www.telam.com.ar/notas/202204/590759-twitter-elon-musk-concentracion-mediatica-internas-geopolitica.html

Las mismas relaciones al modo argentino

En la Argentina, que no es una sociedad que piensa uniformemente en el capitalismo y la riqueza como condición de prestigio positivo y buenas referencias, los que las ostentan prefieren menos exposición pública y mediática. Los medios de comunicación cumplen un rol inverso al de los grandes medios del Norte, el de esconder personalidades y formas en que los ricos se hacen ricos y despilfarran sus riquezas o las obtienen generalmente impidiendo desarrollos nacionales y favoreciendo las mismas concentraciones que el sistema propicia pero cuyos beneficios aquí no llegan. Las fusiones y adquisiciones entre empresas no parecen ser noticias de relevancia que impacten y capten el interés del argentino medio. Esto hace mucho mas fácil a los poderes concentrados valerse de cuanto tratamiento mediático signe “culpas” y “chivos expiatorios” en otros sectores para que sus avaricias y manejos nefastos para el bien común no surjan a la luz de la conciencia.

Las mismas corporaciones mediáticas son parte de esa elite.

El Estado es el único espacio aún vigente con alguna capacidad para limitarles. Un ejemplo se produjo en estos días respecto de Facebook.

Facebook

La justicia confirmó la medida cautelar que pidió la Secretaría de Comercio contra Facebook en nuestro país para impedirle utilizar datos de WhatsApp para dirigir contenidos en la otra plataforma. 


 

La Sala II de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal rechazó el recurso que interpuso WhatsApp contra la resolución de la Secretaría de Comercio que le ordenaba a Facebook suspender la actualización de su política de privacidad. Además, le prohibía intercambiar datos, metadatos y todo tipo de información proporcionados por los usuarios de WhatsApp Messenger con otras empresas y/o plataformas controladas por Meta Platforms Inc. (ex Facebook), incluso cuando los usuarios hubieran aceptado la actualización.

La Comisión Nacional de Defensa de la Competencia sostuvo que las nuevas condiciones impuestas por WhatsApp podían lesionar la competencia y el interés económico general y violaciones a la ley de Defensa de la Competencia. La empresa Meta había judicializado la medida y ayer la Sala II de la Cámara integrada por los jueces Gottardi, Gusman y Nalla, rechazaron la solicitud. Valoraron que la medida no es una carga que implique un sacrificio excesivo para Meta sino que se limita a lo necesario para proteger al mercado y sus consumidores. Aquí la sentencia.

Sin Estado, el ciudadano de a pie queda expuesto a las decisiones imperiales de los que cuentan en su haber con cifras imposibles de dimensionar para quién esta pendiente a diario de obtener lo necesario para pagar sus cuentas, comer y darse algún gusto de vez en cuándo …


Daniel Roberto Távora Mac Cormack


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