Educación, identidad, Arte: La Vida en sus horrores y bellezas.

 

Regreso a las aulas

Santiago Brunetto, Ciencias sociales UBA, escribe en Página 12.

Son más de 200 mil chicos y chicas que gracias al trabajo docente y a la intervención del Estado volvieron a los colegios. La pandemia había interrumpido sus trayectorias educativas en la provincia de Buenos Aires, pero ahora están de nuevo en las aulas. Lejos de estar "perdidos en los pasillos de una villa", muchos de ellos debieron convertirse en el sostén económico de sus familias. "Tuvimos que salir a trabajar y dejar de lado la escuela", cuentan a Página 12 algunos de los y las alumnas que retomaron sus estudios. Aquí, los relatos de sus experiencias, sus temores y las expectativas renovadas.

La comunidad educativa de la Escuela Secundaria N° 127 de Rafael Castillo, La Matanza, está atravesada por esa experiencia: muchos de sus estudiantes forman parte del universo de esos chicos que retornaron a clases mediante el Programa +ATR, de revinculación e intensificación de la enseñanza del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires (PBA),  que lanzó una sexta etapa con nuevos desafíos. "Hay satisfacción por lo hecho pero todavía hay chicos para revincular y tenemos una responsabilidad con ellos", aseguran desde la Dirección General de Cultura y Educación de PBA.

Volver a la escuela

"Esta escuela es un referente para la comunidad del barrio", comienza a contar a Página 12 Carolina Díaz, coordinadora del equipo de docentes de la Secundaria 127 encargado de llevar a los hechos el +ATR y revincular a alumnos y alumnas del barrio que por la pandemia abandonaron el colegio. "Los chicos tienen historias duras y estos espacios en los que un profesor puede trabajar con más detenimiento sobre sus particularidades son importantes. La pandemia arrasó con muchas cuestiones emocionales, además de económicas, y hay que estabilizar esos dos años en que los chicos perdieron vínculo con la escuela", agrega.

Una semana después del 24 de marzo, en las paredes de la escuela todavía cuelgan cartulinas y afiches hechos por estudiantes para el Día de la Memoria. "Memoria, verdad y justicia", dice uno, metros más adelante del cartel que anuncia el nombre del colegio y que hace honor a la consigna: "Rodolfo Walsh". Algunos de esos estudiantes, Luciano Báez, Walter Villamayor, Nicole Acosta, Mayra Zalazar y Daniel Lucero cuentan sus historias a este diario sentados alrededor de la mesa de la sala de profesores. Todos y todas pasaron por el +ATR y cursan el cuarto y quinto año de la secundaria, excepto Lucero, a quien la pandemia lo agarró en sexto, el último año de su escolaridad.

"Por la pandemia tuve que dejar el colegio. Estaba laburando y la verdad es que no tenía celular o computadora para conectarme a los zooms", recuerda ahora. Durante la pandemia Lucero fue albañil en distintas obras del barrio. Fue en una de ellas donde el director del colegio se lo cruzó un día de 2021 y le contó que existía un programa llamado +ATR, con docentes abocados específicamente a ayudarlo a dar las materias adeudadas de sexto. "Al poder venir acá con el ATR estoy aprobando las materias", afirma Lucero, que cuenta que ahora dejó de trabajar para dedicarse al estudio.

Las historias de Báez y Villamayor son similares, con la diferencia de que a ellos aún les queda un trecho para finalizar la secundaria, por lo que el objetivo es regularizar sus situaciones. "Vivo con mi mamá y ella no podía trabajar, tuve que ayudarla económicamente y laburar. No me pude conectar en las clases virtuales, con los horarios del trabajo llegaba cansado y necesitaba descansar", cuenta Villamayor, que también trabajó en albañilería hasta que su madre pudo volver a trabajar.

"A mí me quedaron 12 materias por no venir. En casa, por el tema de la pandemia mi viejo no estaba trabajando. Yo ya estaba desde hace tres años en un taller de chapa y pintura pero tuve que ponerme a trabajar todo el día y dedicarle mucho menos tiempo al colegio", comenta por su parte Báez, que de las 12 materias ya rindió 10 con el apoyo del equipo +ATR: "Estuve comiendo libros todos los días y ahora por suerte me quedan dos", dice entre risas.

"Con la pandemia llegó a haber casi 280 mil chicos y chicas fuera de la escuela en la Provincia y quedan 62 mil fuera del secundario y alrededor de 9 mil del primario", subraya en diálogo con Página 12 Alberto Sileoni, director General de Cultura y Educación de PBA. El plan de Acompañamiento a las Trayectorias y la Revinculación (ATR) se lanzó originalmente en septiembre de 2020 y tomó la forma de +ATR en septiembre de 2021. Según las estadísticas de la Dirección, en septiembre de 2020 eran 278.500 los estudiantes con "trayectorias educativas discontinuas", lo que representaba un 8,3 por ciento de la matrícula total de la Provincia. A fines de diciembre de 2021 esa cifra ya había bajado a un total de 71.500, el 2,1 por ciento de la matrícula.

No están "perdidos"

"Hemos decidido continuar el Programa en una sexta etapa por un trimestre más, con la certeza de que ha funcionado, pero también sabiendo que todavía tenemos 71 mil chicos para revincular", señala Sileoni, exministrio de Educación nacional, sobre la nueva etapa del Programa que la Dirección lanzó esta semana. Sileoni sostiene, además, que "tenemos una responsabilidad con esos chicos que faltan y con los aprendizajes que por la pandemia no se produjeron".

Lejos de estar "perdidos en los pasillos de una villa" o cayendo en "actividades del narcotráfico", como aseguró hace unas semanas la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, la realidad es que la mayor parte de los chicos y chicas que dejaron el colegio durante la pandemia lo hicieron para afrontar la dura realidad de convertirse en sostenes económicos de sus familias. Tampoco el relato meritocrático alcanza en estos casos para que los estudiantes vuelvan a las escuelas. A las ganas de estudiar y terminar el colegio, es necesario sumarle el trabajo docente articulado en políticas de Estado.

"Sin el ATR esto hubiera sido todo mucho más difícil. Hay chicos con más de diez materias discontinuas que no las hubieran preparado sin este acompañamiento", asevera Díaz y Villamayor coincide: "El ATR nos ayuda a poder aprobar las materias y no perder esos años en que no tuvimos la oportunidad de aprobar. En mayo del año pasado yo había perdido un año y medio y volver a empezar de cero era casi imposible, pero después empezó el ATR y nos dieron horarios a contraturno ajustables y pude volver", dice. Además de buscar revincular a los estudiantes que aún no retornaron al colegio, la nueva etapa del +ATR se abocará a objetivos más específicos, como la recuperación de los aprendizajes discontinuados durante la pandemia y el foco en los años de articulación entre niveles educativos.

Comunidad

"Nosotros empezamos en septiembre de 2021. Armamos listados de los chicos con trayectorias discontinuas, algunos directamente desvinculados por falta de internet o de recursos. Ahí empezamos a tratar de conectarnos, si no teníamos contacto íbamos a las casas para tratar de revincularlos a la escuela", recuerda Mariela Leguizamón, profesora de historia y parte del equipo ATR de la 127, sobre los primeros momentos del Programa. "En mi caso me fueron a llamar al aula, me dijeron las materias que tenía pendientes y me ofrecieron prepararlas a contraturno o los sábados, cuando pudiera", explica Zalazar, que al igual que Acosta no llegó a dejar el colegio pero sí acumuló muchas materias discontinuas por no poder conectarse a los zooms.

"Tenemos una comunidad muy interconectada, la escuela sirve como un centro de conexión para todo el barrio. Capaz los chicos no se conectaban a las clases, pero venían a buscar comida y los profes les daban ahí los trabajos o les preguntaban cómo estaban", destaca Tomás Ayala, otro de los docentes ATR, que sostiene que el colegio pudo mantener, en la mayor parte de los casos, aunque sea un contacto mínimo con los estudiantes que dejaron las clases.

"Los chicos son todos vecinos de acá y también de boca en boca se fue pasando que estaba el Programa. Aparecieron ellos mismos para preguntar cómo era", agrega Yamila Alvarez, profesora de matemática y otra de las docentes del Programa. "La gran mayoría se pudo revincular, también con mucha ayuda del equipo de orientación. Nos quedó una lista con un porcentaje mínimo de chicos que aún no revinculamos", suma Leguizamón, que añade que "ya somos una figura que está cotidianamente en el colegio. Más allá de un profesor al que los chicos capaz ven una vez por semana, yo estoy todos los días y ya saben que me van a encontrar si me buscan".

"Los chicos necesitan el acompañamiento, con el ATR el trabajo es más individual. En el aula los profes con 30 chicos no pueden atender las particularidades y en el ATR estamos con ellos, nos sentamos al lado, les explicamos, escuchamos si tienen que contarnos algo, a partir de ahí inicia nuestra enseñanza", agrega Yamila Alvarez. Tanto los docentes como los estudiantes consideran que el Programa debería quedarse de forma permanente.

"Los chicos de ATR se convirtieron en referentes. El programa es sumamente necesario para contar con docentes extra que puedan aportar desde sus espacios a este trabajo, no solo para enseñar contenidos, sino también como apoyo moral que suma después del contexto de pandemia", considera Díaz. Al finalizar la charla, los y las cinco estudiantes se preparan para volver a las aulas, pero antes de levantarse Acosta expresa su deseo: "Ojalá nunca se vaya el ATR", dice, y sus compañeros y compañeras la apoyan.

Los desafíos de la nueva etapa

"Tenemos satisfacción por todo lo hecho hasta ahora en el Programa +ATR pero también la responsabilidad de traer a los chicos que faltan y los aprendizajes que por la pandemia no se produjeron", dijo a Página 12 Alberto Sileoni, director general de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires (PBA), sobre la nueva etapa que se abre en el programa provincial de revinculación e intensificación de la enseñanza. El sexto período del +ATR tendrá presencialidad plena y focalizará en aspectos específicos como la enseñanza de lengua y matemática, además de buscar traer de nuevo al colegio a los chicos y chicas que todavía no volvieron desde la pandemia.

Con más de 200 mil estudiantes ya reincorporados a la rutina escolar, el Programa que comenzó en septiembre de 2020 presenta ahora nuevos desafíos, más allá del trabajo con los 71 mil que, entre secundaria y primaria, aún no se revincularon a la escuela. "Además de los chicos que se fueron del colegio, otra huella que deja la pandemia es la de los aprendizajes que no se produjeron. Hay que trabajar no solo con los que estuvieron afuera sino en las cosas que no pudieron aprender", indicó en este sentido Sileoni, quien precisó que "se viene una etapa de mucha intensificación de la enseñanza de la lengua y de la matemática".

En la escuela secundaria N°127 de Rafael Castillo, el equipo docente ATR coincide en que esas dos áreas son las fundamentales a reforzar, principalmente la enseñanza de la lengua. "Ahora vamos a tratar de darle otra dinámica basada en las necesidades de la escuela. Este es un colegio con orientación en comunicación, por lo que los chicos deberían manejar los lenguajes orales y escritos de otra manera. Queremos fortalecer ese aspecto desde las prácticas de lenguaje para tener las herramientas, que puedan también elaborar sus propios proyectos", aseguró Carolina Díaz, coordinadora del Programa en la escuela 127.

Uno de las mayores dificultades con las que se topan los docentes en el aula es el problema de la alfabetización de los estudiantes. "Todavía tenemos un porcentaje de alumnos de hasta 15 años en alfabetización", sostuvo Mariela Leguizamón, docente ATR del colegio. "Con la pandemia fue difícil detectar esos casos porque en la ausencia o detrás de una computadora es imposible ver este tipo de problemáticas. El ATR también permite identificar esas dificultades, porque además los chicos generan un vínculo de confianza con los docentes. Al estar en la adolescencia a veces sienten vergüenza por no saber leer y con los docentes ATR que ya conocen practican la lectura con mayor seguridad", agregó.

Detectado el problema, el equipo ATR ya trabaja en la alfabetización de los chicos y chicas: "Ellos lo agradecen mucho y también hay situaciones muy satisfactorias para nosotros. El otro día estaba alfabetizando con un grupo y cuando terminamos uno de ellos me preguntó si se podía llevar el libro para leerlo en su casa. Esas cosas son muy reconfortantes", afirmó Tomás Ayala, otro de los docentes del equipo. La nueva etapa del +ATR incluirá también talleres de alfabetización inicial con niñas y niños de Sala de 5.

Sileoni, en tanto, contó que también se pondrá el foco en los años clave de conexión entre niveles: "Vamos a trabajar fundamentalmente en lo que es la articulación entre niveles. Los chicos de cinco años, por ejemplo, vienen de dos años de pandemia y el año que viene de repente están en primaria. Tenemos que trabajar mucho en todas esas articulaciones", advirtió. El director de Cultura y Educación añadió que "incorporamos trabajo en talleres en nivel inicial y trabajamos en otras acciones pedagógicas. Hacia abril, con la matrícula ya asentada, tendremos un registro integral y ahí vamos a ver bien cómo vamos, con los resultados y la evaluación del Programa".

Maestras de Malvinas

Redacción Canal Abierto publicó el 2 de abril, la siguiente nota:

Graciela Tricotti es maestra de inglés. Durante 1977 y 1978 enseñó español a jóvenes y adultos en el archipiélago, en un programa de intercambio y apertura de relaciones iniciado en 1971 y que la jugada de Galtieri dinamitó.

El 1º de julio de 1971, durante el gobierno de facto del general Alejandro Lanusse, se firma la Declaración Conjunta referente a la Apertura de las Comunicaciones entre las Islas Malvinas y el territorio continental argentino. Este tratado fue fruto de las negociaciones entre Gran Bretaña y la República Argentina con la participación de los isleños recomendadas por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1969 en búsqueda de una solución definitiva en la disputa sobre el archipiélago.

El pacto estableció, entre otros acuerdos, que los isleños podrían circular por el territorio continental con un documento que no hacía referencia a la nacionalidad; el mismo documento sería el único requisito para los argentinos que quisieran visitar las islas. A su vez el gobierno argentino declaraba exentos del pago de derechos e impuestos a los isleños por sus actividades económicas y el gobierno británico actuaba en reciprocidad con los argentinos que prestaran servicios en las islas. Se favorecía el establecimiento de argentinos en las islas y de isleños en el continente, con exenciones impositivas al traslado de bienes. Se establecía que el gobierno argentino dispondría de un servicio aéreo semanal entre el continente y las Malvinas, a la vez que el británico garantizaría un servicio marítimo regular de pasajeros y carga.

Como resultado de este mismo acuerdo se estableció también que un grupo de docentes argentinas se estableciera en las islas para brindar clases de español a niños y adultos.

Graciela Tricotti es maestra y profesora de inglés. Prestó servicio en las islas entre 1977 y 1978 enseñando castellano a los isleños. Fue una de las once maestras que pasaron por las islas en esos años. “Yo tenía 23 años y vivía en Quilmes. En agosto de 1977, tomé conocimiento del envío de maestras a las Malvinas y me entusiasmó muchísimo. Me entrevisté en el Ministerio de Relaciones Exteriores con el coronel González Balcarce que en ese momento estaba a cargo. Luego tuve que ir al Consejo Nacional de Educación y fui contratada para ir a Puerto Stanley, así se llamaba en ese momento. Viajé el 21 de septiembre de 1977 y estuve en las islas hasta diciembre de 1978. Fue una experiencia inolvidable que cambió el rumbo de mi vida”, cuenta la docente.

 

Yo enseñaba español en la escuela secundaria, el Senior School, con pocos alumnos, junto a un grupo de profesores de otras materias contratados en Inglaterra. Mi compañera daba clases en la escuela primaria. La ventaja que teníamos era que al hablar inglés podíamos comunicarnos con los isleños o con el grupo de argentinos que estaban allí, mucho mejor que otras personas. De esa forma nuestra misión era un tanto diplomática, porque teníamos que mezclarnos con la gente del lugar. Enseñábamos de mañana en la escuela, muy pocas horas, entonces comenzamos a dar clases de español a otras personas de las islas por la tarde, para adultos”.

En Malvinas, en ese momento y hasta 1982, además de las docentes había otros argentinos. LADE sostenía un viaje aéreo semanal de pasajeros entre Puerto Argentino y Comodoro Rivadavia, que además transportaba productos frescos, frutas, verduras, el correo y gente que había estado hospitalizada en el continente. “A pesar de haber un pequeño hospital en las islas, cuando había casos más delicados los isleños iban al continente a tratarse”, comenta Graciela. “Había 25 argentinos en ese momento: gente de la fuerza aérea, incluyendo un vicecomodoro al frente del personal militar y empleados de Gas del Estado que proveían combustible a los habitantes”.

Teníamos muy buena relación con todos los kelpers. Me costaba mucho la relación con mis alumnos adolescentes porque no entendían que aprender español fuera a ser algo provechoso para ellos en el futuro, para entender todo lo que ocurría, lo que se hablaba, las negociaciones. No querían ser argentinos, eso lo demostraban”, sostiene Graciela. “Teníamos muy buena relación con el encargado de la radio Patrick Watts y, en general, teníamos vínculo con todos, íbamos a las fiestas que se hacían en el salón de la municipalidad y bailábamos con todos porque había mucho contacto social ya que no había televisión ni radio ni nada. En la casa del gobernador, si llegaba alguien importante o se organizaba un cóctel, estábamos invitadas junto con el vicecomodoro y la gente de la fuerza aérea”.


Una vez que terminó su contrato, a fines del ‘78, Graciela se casó con un royal marine y se fue a vivir a Inglaterra durante 10 años. Justo cuando comenzó la guerra, ella quedó embarazada y tuvo una hija inglesa que hoy vive con ella en Buenos Aires. “En general la gente que sabía que yo era argentina me preguntaba cómo estaba, se preocupaban por mí. Fue muy triste ver toda la gente que murió cuando es posible que las negociaciones hubieran llevado a una resolución pacífica, no sé hasta que punto pero de haber seguido así se hubiera evitado la guerra”.

Las maestras siguieron turnándose hasta 1982 y la última maestra tuvo que salir corriendo cuando Galtieri y sus generales trasnochados decidieron el desembarco en el archipiélago. La vía diplomática iniciada por Lanusse fue dinamitada por otro gobierno militar de facto que, cercado por la presión social, buscó con la maniobra de Malvinas la posibilidad de obtener una pervivencia.

Los Masuji Ono de la politica

Antonio Arias, periodista neuquino, escribe en VaConFirma

Masuji Ono era un artista famoso, pintor, que fue seducido por el ambiente bélico e imperial del Japón del siglo pasado previo a la Segunda Guerra Mundial. Su obra se reconvirtió entonces en un panfleto guerrero, perdió calidad, pero estuvo en línea con las convicciones profundas del artista. Antes Masuji retrataba el “mundo flotante” de bares y prostitutas que se desvanecía con los primeros rayos del sol. Después, pintó soldados guerreros que ofrendaban su vida para hacer el gran imperio del sol. Entre ellos, su propio hijo que, según Masuji, murió en forma heroica.

Al finalizar la guerra, en reuniones familiares con hijas, yernos y nieto, Masuji advierte con cierta amargura que es cuestionado por la adhesión al viejo régimen imperial. También ve con preocupación la rápida asimilación de la nueva generación a los valores de la cultura vencedora de la guerra; la estadounidense. “¿Por qué?” se pregunta. Alguien del entorno le respondió ; “ellos trajeron la democracia y el respeto al derecho de las personas”. Los japoneses de esa generación de posguerra aspiraban a ser gerente de la Nippon Electric y no héroes muertos en campo de batalla por el sueño de un imperio que jamás iban a ver.



Con sensación de perplejidad que da la anacronía de haber pertenecido a un tiempo que ya no existe, Masuji se da cuenta que su historia ya era parte de un pasado remoto.

Masuji es el personaje principal de “Un artista del mundo flotante”, novela de Kazuo Ishiguro. Si bien es un personaje de ficción, en él podemos apreciar situaciones que se han dado en el mundo real en distintas circunstancias de la historia.

Sin saber la dimensión de los hechos, la generación a la que pertenezco participó en cambios políticos, sociales y culturales como protagonistas de un tiempo único e irrepetible.

Por caso, la generación joven de la Argentina de la década del '80 del siglo pasado, a su modo, sepultó la posibilidad de dictaduras militares. Luchó y defendió la opción democrática de gobierno; el simple hecho de elegir a sus gobernantes. Esto que hoy es una sana costumbre y cultura política, en el siglo XX fue casi una excepción. Y los golpes militares siempre contaban con apoyo de civiles y de algún consenso social. Entonces había sectores sociales que miraban con complacencia a los cuarteles. La última dictadura militar cometió tantas atrocidades que logró unanimidad en el repudio. En la campaña electoral de 1983, excepto un sector acuerdista del PJ, la casi totalidad de la dirigencia coincidió en juzgar a los militares responsables de tantas muertes.

La transición no fue un lecho de rosas durante los primeros años de democracia. Hubo intentos de golpes; levantamientos militares y militares carapintadas que pertenecían a ese pasado reciente que rechazaban la nueva realidad. La democracia como proyecto se impuso y fue el gran logro de esa generación, nuestra generación.

Los deseos de entonces incluían lograr un país más justo desde lo social. Ese proyecto está inconcluso, cuando la actualidad indica que casi la mitad de los compatriotas están por debajo de la línea de pobreza. Sin embargo, lo segundo no desmerece lo primero; la inequidad social no se va a superar por fuera del sistema democrático. Votar, elegir a los gobernantes, respetar y mejorar las instituciones de la República es el único camino posible. En esta parte del mundo, no hay soluciones mágicas ni líderes carismáticos que puedan solucionar los problemas por fuera del voto; y aún llegando al gobierno con el voto, los personalismos autoritarios no solucionaron nada. Los riesgos de esos personalismos autoritarios se vieron a lo largo del siglo XX cuando el respeto por la vida se volvió en moneda de cambio para todos.

Más acá en el tiempo y ya en el terruño, el 9 de abril de 2007 una multitud marchó en silencio por las calles de la ciudad de Neuquén en repudio al asesinato del docente Carlos Fuentealba. El hecho ocurrió el 4 de abril en el paraje Arroyito por el disparo de un policía con una escopeta lanzagases a 2 metros de distancia, mientras el maestro se retiraba en un Fiat 147 de un corte de ruta, como parte de una medida de fuerza del gremio docente por un reclamo salarial. El dolor, la pesadumbre y el luto atravesó a toda la sociedad neuquina y argentina. Fue el límite que terminó entonces con una etapa de crispación social y enfrentamiento del gobierno provincial de entonces con los gremios estatales, que incluía el uso habitual de fuerzas de choque de la policía.

La “paz social” fue la consigna que en ese momento ganó las voluntades de la sociedad neuquina, una paz social que mantiene vigencia a 15 años de aquél luctuoso hecho.

Los dirigentes políticos de ese momento que impulsaron la confrontación, en poco tiempo fueron ingresando por los sótanos de la historia. Como Masuji, vieron que su mundo de valores se desvaneció y quedaron como ánimas presentes de un tiempo pasado.

En Neuquén hubo un antes y un después luego del asesinato del docente Fuentealba.

Boric visita oficial en Argentina

El presidente de Chile, Gabriel Boric, llegó este domingo a la Argentina en visita oficial para iniciar una nueva etapa en las relaciones bilaterales, con una intensa agenda que comenzará el lunes con una reunión con su par Alberto Fernández en la Casa Rosada, donde firmarán una serie de acuerdos bilaterales.

El arribo de Boric al país, en su primer viaje al exterior tras asumir la Presidencia de Chile a principios de marzo, "
marca el inicio de una nueva etapa en la relación entre ambas naciones y esta es la expectativa transmitida por el canciller Santiago Cafiero a la nueva embajadora chilena, Bárbara Figueroa, con quien se reunió" en las últimas horas, dijeron fuentes oficiales.

"Los gobiernos de Chile y Argentina compartirán una agenda común que incluye la promoción y protección de los derechos humanos, la centralidad de las políticas de género, el cuidado del medio ambiente, y la inversión en ciencia y tecnología e innovación para promover el desarrollo regional", añadieron las fuentes a Télam.

También
destacaron que "la conectividad, como nueva clave de la integración regional, es uno de los aspectos relevantes", al aludir a la construcción del cable submarino puerta digital hacia Sudamérica que lanzaron el expresidente Sebastián Piñera y Fernández en enero de 2021.

Añadieron que
"en términos regionales la Argentina tiene una mirada muy parecida a la agenda que expresa el presidente de Chile en cuanto a, fundamentalmente, resolver las desigualdades que hay en nuestro continente".

Los portavoces ensalzaron "las posibilidades de avanzar con políticas férreas respecto a los derechos humanos y la democracia, pero también sin olvidar la necesidad de un desarrollo económico para que esos derechos y para que esos valores se puedan desarrollar de un modo pleno en nuestra región".

Boric -quien derrotó en las elecciones al derechista José Antonio Kast representando al izquierdista partido Convergencia Social- arribó al aeropuerto de Ezeiza en un avión de la Fuerza Aérea de Chile que aterrizó alrededor de las 16 en el sector FOB (un área diferenciada del aeropuerto) y fue recibido por Cafiero.

Minutos después del aterrizaje, y tras el descenso de la numerosa comitiva que lo acompañaba, Boris, vestido con un ambo color oscuro y camisa blanca sin corbata, bajó de la nave acompañado por Cafiero. Al pie de la escalerilla se estrechó en un fuerte abrazo con la embajadora Figueroa y saludó a otras autoridades de su país y locales.

Luego de la bienvenida de rigor que le brindaron las autoridades civiles y militares y el recibimiento de la fanfarria del Regimiento de Patricios, Boric y Figueroa se retiraron en un auto oficial.

La actividad oficial

Fernández recibirá este lunes a Boric en la Casa Rosada, donde ambos firmarán convenios bilaterales en el inicio de la primera gira internacional del mandatario del país trasandino, quien asumió sus funciones el 11 de marzo.

A su llegada a la explanada de la Casa de Gobierno, prevista para las 10, el presidente chileno será recibido por un cordón de honor, y luego participará junto a Fernández de la tradicional foto oficial en la Escalera Francia.

A continuación,
los jefes de Estado mantendrán un encuentro privado en el despacho presidencial, para luego realizar la presentación de cada comitiva en el Hall de los Vitreaux, informó Presidencia.


Seguidamente, se realizará una reunión ampliada de ambas comitivas en el salón Eva Perón, en la que participarán, por la Argentina, Cafiero y los ministros de Defensa, Jorge Taiana; de Economía, Martín Guzmán; de Cultura, Tristán Bauer, y la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta.

También formarán parte del encuentro los secretarios de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz; de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti; de Energía, Darío Martínez, y el embajador en Chile, Rafael Bielsa.

Por Chile, en tanto, estarán presentes las ministras de Relaciones Exteriores, Antonia Urrejola; de Defensa Nacional, Maya Fernández Allende; de la Mujer y la Equidad de Género, Antonia Orellana; de Culturas, Artes y Patrimonio, Julieta Brodsky; el ministro de Energía, Claudio Huepe; el subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales, José Miguel Ahumada; la jefa de Asesores del Gabinete de la Presidencia, Lucía Dammert, y la embajadora Figueroa.

Finalizada la actividad, ambos presidentes encabezarán la firma de una serie de acuerdos en el Museo del Bicentenario, para luego realizar allí una declaración a la prensa.

Por la tarde Boric y su comitiva se dirigirán alrededor de las 15 al Congreso, donde el mandatario firmará el Libro de Honor, participará de una foto oficial y mantendrá un encuentro con la presidenta provisional del Senado, Claudia Ledesma Abdala de Zamora, el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y otras autoridades parlamentarias.

El mandatario trasandino estará acompañado por una comitiva legislativa conformada, entre otros, por el presidente del Senado chileno,  Álvaro Antonio Elizalde Soto, y de la Cámara de Diputadas y Diputados de su país, Raúl Humberto Soto Mardones.

El itinerario de Boric continuará con una visita al Palacio de Justicia, donde será recibido por el vicepresidente de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz, con quien mantendrá un encuentro posterior que incluirá a los ministros Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti. Por parte de Chile participará el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Juan Fuentes.

Por la noche, Fernández y Boric asistirán a un espectáculo cultural en el Centro Cultural Kirchner (CCK) y más tarde Fernández "ofrecerá una cena en honor" a su par chileno, en la que ambos "dirigirán unas palabras a los presentes", se informó en un comunicado.

El martes, el presidente del país vecino inaugurará el foro empresarial del comité de Comercio Argentina-Chile en el que participarán "cerca de 50 empresarios de ambos países" y que se realizará en la sede de la Cancillería.

Según informó el Palacio San Martín, en el desayuno empresarial que se realizará a las 9.30 estarán el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Cecilia Todesca Bocco, y el embajador Bielsa, mientras que junto a Boric participarán el ministro de Energía Huepe y el subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales Ahumada. También habrá representantes del sector energético de ambos países.

Como parte de las actividades oficiales, este lunes también habrá una reunión Binacional de los Ministros de Relaciones Exteriores y de Defensa, a partir de las 14.30, en el Salón Dorado del Palacio San Martín. Cafiero y Taiana se reunirán con sus homólogas chilenas Antonia Urrejola Noguera y Maya Fernández Allende, respectivamente, tras lo cual se realizará un encuentro entre ambos cancilleres, previsto para las 15.

La Desigualdad

Delfina Torres Cabreros, Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y periodista recibida en TEA. Trabajó en los diarios argentinos La Nación, Página/12 y El Economista y participó en las publicaciones La realidad, esa ficción (Marea, 2017) y Grandes Crónicas (Brando, 2019). Escribe en “DiarioAr”

Entrevista a Leonardo Gasparini: “Hay una visión muy cómoda para las clases medias que resume el problema de la desigualdad a 'los ricos vs. el resto'”

En un libro de reciente publicación, el doctor en Economía y director del Cedlas profundiza sobre la temática de la desigualdad, que marca la organización de las sociedades desde hace al menos 10.000 años e interviene en las discusiones más actuales, como la suba de las tarifas o las retenciones a la exportación.

El número de personas necesario para igualar la riqueza de la mitad más pobre de los habitantes del mundo es de apenas ocho supermillonarios. Es decir, podrían caber en una camioneta. Probablemente manejaría Jeff Bezos, dueño de Amazon, y entre sus acompañantes habría un latinoamericano, el mexicano Carlos Slim.

Este dato, construido por la ONG británica Oxfam y recuperado por Leonardo Gasparini en su libro de reciente publicación Desiguales. Una guía para pensar la desigualdad económica (Edhasa), le da marco a lo que muchas personas sienten sobre las diferencias entre los millonarios y el resto de la sociedad: son chocantes, obscenas, inaceptables. Gasparini, que es doctor en Economía y director del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (Cedlas) de la Universidad Nacional de la Plata, comparte esta visión, pero también cree que es una postura confortable e, incluso, conveniente. En este esquema, las políticas redistributivas deberían concentrarse en la cúpula de la pirámide y eximir a quienes no formen parte de ese universo minúsculo. 

Esa es una de las tantas mechas que Gasparini enciende contra los lugares comunes en torno al fenómeno de la desigualdad, más complejo, extenso y antiguo de lo que se suele pensar. El economista asegura que la desigualdad no es una rareza de algunas sociedades modernas sino la característica distintiva de las formas de organización humana al menos desde el surgimiento de la agricultura (ese momento en que se empezó a contar con un “excedente” acumulable) y que esto no es enteramente condenable; cierto grado de desigualdad es un combustible indispensable para el progreso. “En una sociedad, en un mismo momento, conviven muchas desigualdades: las buenas y las malas, las funcionales y las disruptivas, las justificadas y las inequitativas, las tolerables y las inaceptables”, señala en diálogo con elDiarioAR.


Señala que, en líneas generales, el grado de desigualdad de cada país tiene relación con su nivel de desarrollo económico. Sin embargo, los países latinoamericanos exhiben una desigualdad mayor que la que sugiere su nivel de desarrollo económico. ¿Cómo se explica ese “exceso de desigualdad”?

Hay factores que hacen que la desigualdad de ingresos sea particularmente alta en América Latina: anchas brechas educativas, debilidad en los mercados de crédito, alta desigualdad en la distribución de la tierra, baja progresividad del sistema tributario, gasto social poco focalizado e ineficiente, corrupción y privilegios extendidos, problemas permanentes de inestabilidad macroeconómica, fragilidad institucional. Pero ese listado retrotrae la pregunta: ¿por qué tenemos en América Latina todas estas características? Y acá la respuesta es enormemente más difícil. Una posibilidad es acudir a la historia. Por ejemplo, algunos argumentan que la raíz está en las sociedades segmentadas que se generaron en la colonia, otros en la estructura agroexportadora que surgió a fines del siglo XIX, otros en la conformación de un Estado de Bienestar fallido en el siglo XX. Ninguna explicación simple es enteramente satisfactoria. Es un debate abierto. 

¿Cómo se ubica la Argentina en el marco general de la región? Da la sensación de que el país suele desacoplarse de la regla en Latinoamérica; hasta los 70 como una excepcionalidad positiva, en las últimas décadas en el sentido contrario.

Es así. Argentina tuvo tradicionalmente indicadores sociales muy superiores al resto de América Latina, con la excepción de Uruguay. Esta situación ha ido cambiando a lo largo de las últimas décadas, en parte por los progresos en otros países, en parte por el retroceso de Argentina. Aún seguimos siendo un país con relativa baja desigualdad y pobreza en comparación con el resto de la región, pero las diferencias se han acortado notablemente. En materia social, ya nos parecemos cada vez más a un país típico de América Latina. El contraste más frustrante se ha dado en la dinámica de la pobreza: mientras que en promedio la pobreza ha caído en América Latina, en Argentina los niveles actuales son superiores a los de hace 40 años atrás.

En el debate argentino aparecen dos posturas que se plantean como opuestas: la que reivindica la “meritocracia” y aquella que enfatiza la injusticia de toda desigualdad y hace foco en las oportunidades de origen. ¿Cómo percibe este debate?

Percibo un debate cada más simplificado y polarizado; en Argentina y también en otros países. De un lado están quienes piensan que toda desigualdad es injustificada y que el Estado tiene que intervenir fuertemente y que esa intervención no afecta los incentivos económicos ni obstruye el crecimiento. Y en el otro extremo están los que sostienen que la gran mayoría de las desigualdades son producto de premios justificados al mérito –la idea de meritocracia– y que en todo caso cualquier intento por reducir las desigualdades coarta las libertades y detiene los estímulos al crecimiento. A mí me sorprende lo popular de estas dos visiones extremas, casi caricaturescas. Me parece que son necesarias visiones más matizadas, que reconozcan la complejidad del fenómeno. En una sociedad, en un mismo momento, conviven muchas desigualdades; las buenas y las malas, las funcionales y las disruptivas, las justificadas y las inequitativas, las tolerables y las inaceptables. Es imposible abarcarlas a todas con una posición extrema.   

En general consideramos a la desigualdad como un problema ético, ¿pero puede pensarse también por su efecto instrumental, como un elemento desestabilizador de las democracias?

Sí, exactamente. Además de un problema moral, la alta desigualdad es disfuncional a muchos otros objetivos que valoramos. Por ejemplo, hay evidencia que sugiere que la alta desigualdad perjudica el crecimiento económico y aumenta la probabilidad de crisis. La alta desigualdad también implica sociedades más conflictivas, más inseguras y con menos confianza en el prójimo y también instituciones políticas más inestables. Estos son todos factores que desestabilizan la democracia. Y esta no es solo una preocupación en nuestros países. Muchos han advertido el peligro de un aumento desmedido de la desigualdad también en los países ricos. La razón es que en un contexto de grandes disparidades el sistema político es más fácilmente capturado o influenciado por los grupos más poderosos y en ese caso los mecanismos básicos de la democracia se debilitan. 

Con la suba de los precios internacionales por la guerra se vuelve a poner en discusión la posibilidad de captar parte de esa renta extraordinaria para buscar una distribución de ingresos más equitativa. ¿Una política de ese tipo entra en conflicto con la oportunidad de aprovechar el incentivo económico para crecer más, algo que también funcionaría como un motor de reducción de la desigualdad?

Primero, no es claro todavía que esta situación de conflicto termine generando rentas sustanciales para Argentina. Si lo hace, me parece razonable que una parte de esas rentas extraordinarias que no fueron previstas y que favorecen a algunos grupos se usen para financiar inversión social. No creo que extraer una parte de esas rentas extraordinarias genere desincentivos a la inversión o al crecimiento. Dicho esto, me parece importante hacerlo respetando algunas condiciones: identificar muy bien a los ganadores para no terminar gravando a quien no se benefició, identificar muy bien las rentas extraordinarias para no transformar a los iniciales ganadores en perdedores, no comprometerse a gastos permanentes que luego son insostenibles cuando los precios internacionales bajan y utilizar parte de los fondos para inversiones que aumenten la productividad y el crecimiento de largo plazo (rutas, infraestructura, educación). 

En su libro dice que pensar la desigualdad en términos de ricos vs. “resto de la sociedad” es cómodo para las clases medias porque se asume que las políticas redistributivas deberían ir contra los más ricos, pero evita una revisión de la desigualdad al interior de ese otro gran grupo. ¿Subyace esto, por ejemplo, en el debate por la suba de tarifas, mucho más árido que el del aporte a las grandes fortunas?

Sí, totalmente. Hay una visión extendida, a mi juicio muy cómoda, que resume todo el problema de la desigualdad a la brecha entre los muy muy ricos y todo el resto de nosotros. Las brechas con los grandes millonarios obviamente son muy relevantes, pero la simplificación de la desigualdad a la dicotomía “ricos vs resto” parece eximirnos al resto de toda responsabilidad. En esta visión entonces, medidas como ampliar la base de ganancias o reducir los subsidios a las tarifas son juzgadas por muchos como regresivas. 

¿La dicotomía capital/trabajo es efectiva, todavía hoy, para explicar la desigualdad?

Esa dicotomía continúa siendo relevante, pero menos que en tiempos pasados cuando la división de la población en dos grupos –trabajadores pobres y capitalistas ricos– era una simplificación suficiente. Por supuesto que hoy en día sigue siendo cierto que el capital y la tierra están más concentrados en los estratos altos de ingresos y que un determinante importante de la desigualdad global es la propiedad del capital, pero en las economías modernas hay otros factores que hacen al fenómeno de la desigualdad más complejo. El principal es la creciente relevancia del capital humano como factor de producción. Hoy en día buena parte de las personas en la cima de la escalera de ingresos son trabajadores asalariados: gerentes de empresas, profesionales en cargos altos, artistas y deportistas exitosos. El trabajo les permite ingresos altísimos que los ubica en los percentiles superiores de la distribución. Hay evidencia de que los salarios ya se han convertido en la principal fuente de ingresos para el 1% más rico de la población. Dicho esto, la propiedad del capital y la tasa de ganancia siguen naturalmente siendo determinantes muy importantes de la desigualdad.   


¿Cuánto se puede hacer para reducir la desigualdad si no acompaña un contexto de crecimiento de la economía? Puntualmente, ¿la Argentina puede reducirla si sostiene la tendencia de estancamiento de la última década?

Reducir la desigualdad en un contexto de estancamiento es muy difícil, porque muchos de los instrumentos para impulsar esa reducción requieren estímulos que hay que financiar: más y mejor educación y salud, programas sociales más ambiciosos, programas de entrenamiento laboral, expansión del crédito, reformas tributarias. Impulsar estos cambios en un contexto de estancamiento es complicado. Con la economía estancada es todavía más complicado bajar la pobreza que la desigualdad. No hay experiencias de países en los que la pobreza haya caído sistemáticamente en contextos de estancamiento o recesión.  

Las políticas de asistencia social, sobre todo las que implican transferencias de dinero directas, están siempre en el centro del debate. ¿Han mostrado ser efectivas en la reducción de la pobreza y la desigualdad en la Argentina? ¿Podrían ser mejores?

Sorprendentemente no hay tantos estudios, pero los existentes concuerdan en que los programas de transferencias monetarias, como la AUH en Argentina, contribuyen a la reducción de la pobreza y la desigualdad de ingresos. Al menos lo hacen en el corto plazo. En el largo plazo, no sabemos, pero es posible que también tengan algún efecto ya que a través del sistema de condicionalidades estos programas por ejemplo han aumentado la asistencia al secundario. Que estos programas reduzcan la desigualdad de ingresos no es un resultado sorpresivo porque son programas altamente focalizados en la población vulnerable. Ahora bien, muchos ponen en duda estos programas porque no cambian las razones estructurales de la pobreza. Yo creo que en parte es una crítica injusta, porque son programas pensados para dar alivio inmediato a situaciones de padecimientos y no más que eso, que no es poco. Pero sí comparto la crítica de que hay mucho margen para mejorar la política social y los programas de transferencias, cuyo diseño parece estar estancado desde hace tiempo. Me parece que hay margen para hacerlos más efectivos, más focalizados y con más incentivos a la transición con el empleo.  

¿La corrupción incide en algo en el escenario de la desigualdad? 

La corrupción es un tema central que cruza todos los aspectos de la vida económica y tiene consecuencias múltiples, entre ellas sobre la desigualdad. Hay al menos dos problemas. Uno es el delito puntual. La corrupción suele favorecer a los que están en situaciones de poder y eso agranda las brechas. Pero hay una segunda consecuencia que es también muy importante. Si el ciudadano cumplidor percibe que su esfuerzo no es acompañado por un gobierno, aunque sea medianamente honesto y eficiente, su moral ciudadana y tributaria decaerá y no tardará en buscar esquivar él también sus compromisos. Y este es un fenómeno tremendamente perjudicial para el financiamiento y para la progresividad de las políticas públicas. 

Energía y globalización

Jorge Lapeña, Ex secretario de  Energía de la Nación, escribe en Perfil

esde un punto de vista global, 2021 para la energía fue un año auspicioso. El año había empezado en abril con una “cumbre climática virtual” convocada por el presidente Biden en la cual cuarenta países –incluido el nuestro– comprometieron esfuerzos comunes y coordinados para mitigar el cambio climático. Ese año la Agencia Internacional de Energía (EIA) publicó su ya célebre trabajo “Cero misiones netas 2050” que definió por primera vez lo que podría ser una Transición Energética Sistémica y exigente para el mundo con vistas a la COP 26 que se reunió en octubre en Glasgow. El denominador común parecía ser el consenso.

Lo importante era que un grupo de naciones relevantes se ponían de acuerdo en un objetivo común: controlar el incremento de la temperatura planetaria por debajo de 1,5 °C respecto de la temperatura de la era preindustrial. El motor de esos convenios venía impulsado por un acuerdo que incluía a los dos más grandes emisores/contaminadores: Estados Unidos y China, que representan un tercio de las emisiones globales de CO2 y que a su vez son las principales economías mundiales Por supuesto en esos acuerdos no podía estar ausente la Unión Europea, el verdadero adalid de la lucha contra el cambio climático. El acuerdo de esos tres bloques parecía ser suficiente para impulsar al mundo hacia un objetivo ambiental- energético concurrente y cooperativo. Era el momento del optimismo.

La realidad un año después nos muestra un mundo desunido; envuelto en una guerra europea que conmueve al planeta. Cada vez que sucede una guerra en Europa los muertos se cuentan por millones y las tragedias humanitarias son enormes. Esa guerra se desarrolla en estas circunstancias en un “teatro de operaciones” con un altísimo flujo energético entre países. Y ese alto flujo energético, cuando es –como ocurre en este caso– perturbado y/o interrumpido, genera impactos globales de gran magnitud.

Los precios de las materias primas energéticas volaron, el crudo casi se duplicó respecto a un año atrás; el gas natural licuado creció un 400%; el gas natural en EE.UU. es hoy 70% más caro que hace un año. Y peor aún: las cantidades físicas compradas que cada país recibirá son inciertas en el marco de una guerra. Los mercados de futuros cubren riesgos de precios futuros, pero ¿cómo cubrir los riesgos de no recibir las cantidades físicas compradas?

Es muy importante tener en cuenta que Europa es un conglomerado de casi 45 países, la mayoría altamente dependiente de suministro de gas ruso. El petróleo ruso con unos 4 millones de barriles por día representa más de un tercio de las importaciones de crudo de Europa. Hay que tener presente que Rusia con 1200 TCF es el mayor poseedor de reservas comprobadas de gas en el mundo y suministra el 40% del gas que consume Europa. Un dato más: el 85% de las exportaciones rusas de gas están dedicadas a Europa, la mayoría de las cuales se venden por una densa red de gasoductos que pasan por Ucrania. Un aspecto adicional es que la guerra en este caso se lucha con tanques y bombardeos, pero también, fuera del teatro de operaciones, con sanciones económicas que generan simétricas represalias por parte del sancionado.

Todo esto nos lleva a formular una afirmación: esta guerra provocará hacia delante efectos duraderos de diversa índole. En el sector energético la Planificación Energética Estratégica tomará en cuenta de ahora en más con mucho mayor rigor aspectos como la seguridad estratégica de los suministros para los países; y los análisis de vulnerabilidades serán más profundos. Es probable también que esta guerra genere cambios en los suministros: una Europa menos dependiente del gas ruso y más dependiente del “shale gas” americano; y al mismo tiempo, y como contrapartida, una Eurasia más abastecida desde Rusia.


Mientras tanto; ¿qué le espera a la energía en Argentina? Un país endeudado; con fama de mal pagador; sin moneda; sin acuerdos políticos de fondo; con una población que araña el 50% de pobreza cabeza a cabeza con una inflación de jerarquía planetaria por lo alta.

Mi respuesta es que Argentina, que es un país energéticamente decadente en el último cuarto de siglo, acentuará sus males actuales; esto incluye los de característica estructural: subsidios indiscriminados a los ricos y a los pobres para ganar votos; precios de los energéticos que no cubren sus costos de producción; influencias corporativas en las decisiones estratégicas que coexisten con un Estado débil y prebendarío; disminución de las reservas de hidrocarburos; decadencia productiva crónica en algunos rubros relevantes.

En este contexto debemos prestar atención a los males energéticos coyunturales que padecemos y que son la inevitable consecuencia de los problemas estructurales mencionados. Prestemos mucha atención a lo que significa para un país agrícola como Argentina la falta de gasoil para el campo o para el transporte; la falta previsible de gas el invierno; y los cortes de luz que tuvimos en enero de este año en los días de calor extremo con millones de usuarios sin servicio y con el sistema eléctrico operando al límite.

¿Es ese futuro descripto una condena firme; y por lo tanto inexorable?; ¿o tenemos todavía la posibilidad de un futuro mejor?

Me inclino por la salida de un mejor futuro posible. Para eso tenemos que operar un cambio de enfoque sobre cómo pensamos la Argentina. Hay que desterrar el falso optimismo que además de ser un infantilismo político nos lleva al fracaso creyendo que vamos hacia el éxito.

La política argentina tiene la obligación de hacer acuerdos realistas para fijar objetivos alcanzables en el corto plazo. El primer objetivo debe ser dar realismo a lo que hoy es una utopía sin fundamento temporal: Vaca Muerta. La política debe lograr poner plazo a los objetivos y fijar a estos en el tiempo. No es realista suponer como se lo hace a diario una Argentina exportando gas de Vaca Muerta en un tiempo corto. Y no es realista que el capitalismo argentino vaya a invertir US$ 10 mil millones para construir infraestructura de exportación necesaria en estas circunstancias. Y tampoco es realista que este Estado lo haga en su reemplazo.

No es realista regalar el gas y la electricidad y creer que va a haber inversiones para ampliar la capacidad instalada, la actual política lleva al incremento de la demanda y al corte del suministro si no hay inversiones genuinas.

El Estado debe ser realista respecto a su mediocridad y su vaciamiento en los últimos treinta años y mejorarse. Y el Gobierno, por su parte, debería ser consciente de esta falencia estructural para corregirla, entendiendo que nunca debe reemplazar lo que debe hacer un Estado eficaz y eficiente por el “consenso corporativo”, práctica habitual en la Argentina que ha ocasionado grandes pérdidas a la comunidad.

Tensión de precios

Florencia Barragán, Periodista formada en TEA y con maestría en la Universidad Di Tella, actualmente cursando la licenciatura en Economía de la UBA., se desempeña como periodista económica en Ámbito Financiero, la TV Pública, Radio Milenium y la revista Anfibia.

La Secretaría de Comercio Interior pondrá en marcha a partir de esta semana dos nuevos acuerdos de precios. La cartera que encabeza Roberto Feletti buscará que Precios Cuidados llegue a comercios de proximidad, luego de acordar con mayoristas “márgenes de ganancia”. Además, habrá una canasta de 5 frutas y verduras a precios regulados en supermercados. En tanto, no descartan multar alimenticias y supermercados por no retrotraer el precio de 600 productos, que tuvieron aumentos de 14% en tres días.

Así, la Secretaría de Comercio Interior buscará que haya 4 canastas de precios regulados: un listado de 1300 productos de consumo masivo de Precios Cuidados en los supermercados; un listado de 60 productos de Precios Cuidados en comercios de cercanía, donde no llegaban los acuerdos y se realiza más de la mitad del consumo de los hogares; una canasta de 7 cortes de carne en supermercados y, una de 5 frutas y verduras.

Los nuevos programas de la gestión de Feletti en el Ministerio de Desarrollo Productivo buscarán que estén vigentes desde este jueves. En cuanto a llevar Precios Cuidados a comercios de cercanía, el viernes pasado hubo una reunión entre Feletti y los mayoristas, dado que es el lugar de donde se abastecen los comercios de proximidad, al no tener contacto directo con las alimenticias. “Hubo acuerdo y salieron conformes”, contó Feletti en declaraciones a radio Futurock.

Este lunes habrá reunión con almacenes y supermercados chinos para cerrar el listado de precios al que le van a comprar a los mayoristas y luego vender al público. “Tuve contactos directos con el Presidente, Alberto Fernández está muy interesado en que esto se ponga en funcionamiento este programa, pide información y también resultados. También le plantee el tema de las retenciones”, contó Feletti.

El secretario de Comercio Interior está convencido de que la única manera de evitar el traslado a precios internos de la inédita suba en los commodities es vía un aumento en las retenciones de trigo, maíz y girasol, que tuvieron fuertes subas por ser Ucrania uno de los principales proveedores de estos alimentos. “Kulfas respaldó mi propuesta de retenciones”, contó Feletti. De todos modos, dentro del equipo económico no avanzarán por no poder pasar el proyecto por el Congreso.

El otro programa que buscarán que se ponga en funcionamiento desde esta semana es una canasta de precios regulados para frescos: serán 4 verduras y 1 fruta. En principio, estarán en los supermercados y mayoristas, y buscarán cómo hacer para llegar a ferias y comercios de proximidad del conurbano bonaerense, en un diálogo que lleva Feletti con los intendentes. En enero y febrero, la suba de estacionales tuvo fuerte impacto en el número de inflación. El miércoles 13 de abril, una semana después de que se pongan en funcionamiento estos programas, se publicará el dato de inflación de marzo del Indec, que las consultoras estiman cercano al 6%.

Multas y ¿nuevas leyes?

Tras el anuncio presidencial de la “guerra contra la inflación”, los precios en góndola subieron 14% en promedio, detectó la Secretaría de Comercio Interior en base a un relevamiento propio. Hace una semana se cumplió el plazo que tenían 1700 productos para retrotraer los precios a los valores de principios de marzo. Hasta el momento, las alimenticias lo hicieron en 1100 productos, y todavía restan otros 600.

En algunos casos convalidarán esas subas, debido al alza de los costos, como es el caso de la mayonesa, donde el aceite de girasol, producto de exportación de Ucrania, tuvo una suba exponencial. “Les pedimos que ralenticen esa suba, pero para el girasol tenemos una retención del 7%, cuando en 2015 era del 28%, son cosas a revisar”, contó Feletti. Pero para los demás productos, la Secretaría les pidió ver los costos.

Ante la consulta de si podría haber sanciones, tales como multas o imputaciones, Feletti contestó: “Yo no anticipo medidas, las tomo, pero si, puede haberlas. Estamos en un día a día permanente de tensión”. Para esta negociación puntual de precios, Feletti afirmó que las herramientas con las que cuenta el Estado “sirven”, tales como la ley de abastecimiento o defensa de la competencia. “Si me preguntás si presentaría un proyecto de ley antimonopólico te diría que probablemente habría que discutirlo. Pero hoy las leyes que tenemos para este tipo de problemas son suficientes”, agregó.

Como ejemplo de la llamada “inflación monopólica” se refirió a los insumos difundidos de la industria. Tal fue el caso con las cadenas de pastas, a las que les aseguraron la compra de la harina subsidiada con el fondo del trigo, y la respuesta de los comerciantes fue que tenían fuertes subas en insumos como el cartón.

Dante y Alonso

Gabriela Canteros escribe para la Agencia Paco Urondo (APU)

Un equipo del Museo de Bellas Artes termina el desmontaje de la serie "Dante x Alonso", mientras que el siguiente museo se prepara para recibir la exposición. La muestra inaugurada en diciembre por los 700 años del fallecimiento del poeta italiano Dante Alighieri ha terminado su exhibición durante el mes de marzo. La novedad reside en que la misma inicia una itinerancia por varios museos del país. Tan aclamada y masiva exposición podrá visitarse desde 22 de marzo al 8 de mayo en el Museo de Bellas Artes y MAC, de Bahía Blanca. Posteriormente viajará al Museo Nacional de Bellas Artes de Neuquén, al Museo de la Patagonia, de Bariloche, y al Museo Carlos Alonso-Mansión Stoppel, de Mendoza, y concluirá su recorrido en el Museo Contemporáneo de Unquillo (Fundación MACU), Córdoba.


Cuarenta obras del maestro argentino correspondientes a un largo periodo de producción que va desde 1968 hasta el 2006. Como señala el Director del Museo, Andrés Duprat: “Estas obras conectan dos épocas lejanas y nos demuestran que los horrores siguen replicándose y alimentando las imaginaciones actuales”. La serie, inspirada en la Divina Comedia de Dante Alighieri, encarna la mirada crítica de su autor a la historia del siglo XX. Alonso, de 93 años, Premio Nacional Trayectoria, sigue produciendo material inédito, creativo y polémico en su casa-taller ubicada en Unquillo, Córdoba.

Durante el año 2019 se exhibió en el Museo Nacional de Bellas Artes una muestra retrospectiva del artista, curada por la Lic. Florencia Galesito y el artista Pablo de Monte. La exposición titulada “Pintura y Memoria” planteaba el recorrido de la pintura de Alonso desde los comienzo del paisaje, el romance plástico con Vincent Van Gogh, los homenajes a su fallecido maestro Spilimbergo, dos obras vinculadas a la gran pintura de Ernesto de la Cárcova, una reinvención de “Sin pan y sin trabajo”, la serie vinculada a la muerte de Ernesto Che Guevara y los profundos horrores de la última dictadura cívico militar Argentina.

La extensa trayectoria de Carlos Alonso, su compromiso social y político con obras de denuncia y polémica le han valido la censura en el año 1976. El exilio, la desaparición forzada de su hija Paloma, han marcado su obra de manera contundente. El horror, como lo llama el mismo, está presente en su serie “Manos Anónimas” que hoy forma parte de la colección del Museo Nacional de Bellas Artes en Buenos Aires.

Carlos Alonso es uno de los artistas argentinos más reconocidos del siglo XX a la actualidad. Su historia está signada por tragedias personales, con la muerte de su padre, de su primera esposa, y la desaparición de su hija Paloma, víctima de la última dictadura militar. El artista es testigo y víctima directa de la violencia y terrorismo de Estado en la historia argentina reciente, y producto de esos hechos sufrió una parálisis en su pintura, como el mismo lo cuenta en varias entrevistas realizadas por la Televisión Pública, en años posteriores del regreso a la democracia.

De ese camino tortuoso surgen sus obras que, desde sus inicios, están comprometidas con la crítica social, política y cultural. Pincel en la mano, con herramientas de destreza e importante dramatismo, trazan vínculos en la historia con el artista norteamericano Francis Bacon, nexo que se ve claramente en sus retratos homenaje a Lino Enea Spilimbergo.

El archivo de imágenes de Alonso nos habla de un experto, de un artista que ha visto mucho, no sólo de la historia del arte, sino también de la historia de la pintura occidental de caballete. El artista parte de la tradición, de una selecta tradición donde incluye a Rembrandt, Van Gogh, Courbet y Renoir.

Una parte fundamental de lo que fue exhibición “Alonso. Pintura y memoria” que plantean Florencia Galesio y Pablo De Monte en el Museo Nacional de Bellas Artes, corresponde a la obra que Alonso realiza en homenaje a Van Gogh, su santo, como a él le gusta definir ese vínculo de atracción que mantiene con el pintor neerlandés. Bajo esta diversidad y tradición plantea la tradición y ruptura, la crítica social y política, su relación con la literatura y los personajes que de ella emergen, la desnudez, la pobreza, la rebelión y la muerte, la vida en su etapa más decrépita y putrefacta.

Dante x Alonso” supone no sólo el homenaje al poeta italiano, en ella el pintor redobla la critica a nuestro peor momento de la historia reciente, instalando a los represores y militares en el mismísimo infierno. Licencia poética le llaman en letras, para Alonso justicia plástica.

Arte, creación, belleza y horror

Educar, según los diccionarios de la lengua castellana, significa Desarrollar las facultades intelectuales, morales y afectivas de una persona de acuerdo con la cultura y las normas de convivencia de la sociedad a la que pertenece. Proporcionar conocimientos o habilidades a una persona para darle una determinada formación.

La etimología de la palabra <Educar: Del latín educare, proviene de educere, que se divide en: ex: (fuera de) y ducere (guiar, conducir)> nos devuelve el concepto genuino de la palabra que no es otra cosa que la de conducir a las nuevas generaciones en las prácticas y conocimientos útiles para vivir en la sociedad en la que esa educación se imparte y ese niño o jóven comienza a participar.



Como se trata de una tarea de asistencia social, de ayuda, de acompañar a las nuevas generaciones en los caminos ya transitados por quienes tenemos algo mas de años y de historia y que, igual que ellos ahora, hemos recibido educación de nuestros maestros, padres, abuelos, de generaciones anteriores, porque precisamente y a pesar de los discursos actuales que el neoliberalismo intenta imponer en sentidos contrarios, la historia importa y mucho en el presente, en tanto permite identificarnos a cada uno como individuos en una historia que no empieza y termina en uno mismo.

Enseñar no es solo transmitir técnicas o lo conocido, sino interpretar el mundo desde un lugar, transmitir identidad común, solidaridad y defensa de valores humanos que nos permiten vivir con otros, comunicarnos y construir sociedades que nos aseguran un orden vital mas armónico y una vida mejor vivida.

Educar también tiene que ver con guiar a las nuevas generaciones en sus experiencias no solo cognitivas y racionales sino tambien en el mundo de lo sensible, de las percepciones y de las creaciones del arte, que también tienen que ver con la historia y con las formas de pensar la vida. Y de pensar la vida en común con quienes comparten esa “generacionalidad” que les convierte en parte de la realidad actual y en quienes definirán las realidades futuras.

Las capacidades creativas y artísticas, la distinción entre belleza y horror, las percepciones que van moldeando conductas y habilidades, pensamientos y personalidades, son parte del trabajo de los Guías y facilitadores que realizan alguna taréa de educación mas allá del sistema de escolaridad formal, aunque lo incluye.

La complejidad apela precisamente a lo diverso como constantes. Son las diferencias las que nutren las distinciones y elecciones posibles pero nadie nace en el vacío y por tanto todo ejercicio de libertad y de enseñanza/aprendizaje, se da en un contexto cultural, social, lingüístico determinado. Dentro de una cosmovisión particular y de una mirada del mundo propia, diferente. Pese a que hoy por hoy es precisamente la cultura norteamericana heredada de la Europea la que se impone en el planeta. ¿Los cambios son irreversibles? ¡No! Lo que es irreversible es el equilibrio al que, como sea que se de <Y en parte la educación guía a las nuevas generaciones en esas percepciones y racionalidades que les permitan distinguir cambios y continuidades hacia delante>, pugnarán siemrpe las tensiones de imposible resolución a las que los humanos nos enfrentamos en cualquier época en tanto existencias en falta, carentes siempre de algo …

Entre la vida y la muerte, la búsqueda y en esas búsquedas, las seguridades que nos dan los ordenes sociales, familiares, afectivos. Y a pesar de los pesares, somos lo que cada uno es, porque elige pero al mismo tiempo es parte de una comunidad en la que se inserta. Sin el equilibrio entre ambos toda búsqueda será infructuosa, angustiante, violenta, dolorosa, toda vida sufrida y solitaria. El arte refleja ambos estados en tensión cuándo la razón se transforma en poder del ego y pierde el rumbo. El problema es que afecta y afectará a varias generaciones por venir.

La educación hoy mas que nunca debe regresar a sus fundamentos … Guiar a los niños y jóvenes en sus búsquedas pero también en el conocimiento de sus orígenes e identidades comunes, de sus valores en tanto comunidad, de sus capacidades que no son nada sino son puestas al servicio de quienes conviven con cada uno de ellos … Claro, que para ello, debemos estar convencidos nosotros, los adultos mayores, maestros o no, en tanto hacemos la sociedad en la que vivimos.


Daniel Roberto Távora Mac Cormack


Imágenes: Carlos Alonso



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