LA LECHUZA DE MINERVA

La precarización del Yo

Enrique Carpintero, psicoanalista, director de la revista Topía, escribe: “El capitalismo tardío fue constituyendo lo que llamamos una corposubjetividad construida en la precariedad de la relación con uno mismo (intrasubjetividad), con los otros (intersubjetividad) y con la cultura (transubjetividad). La subjetividad da cuenta de un cuerpo construido en el anudamiento de los espacios psíquico, orgánico y cultural que adecuan nuestra forma de vivir.”

Una de las particularidades de la cultura actual es que ha dejado de ser un espacio-soporte afectivo, libidinal, imaginario y simbólico generando el triunfo de la pulsión de muerte sobre la pulsión de vida, el Eros. Su consecuencia es la sensación de incertidumbre y desvalimiento en la que resulta difícil vislumbrar un futuro posible. Hay que vivir un puro presente. Puro presente que se caracteriza por políticas que afianzan la precariedad. Esta situación aparece con claridad en las relaciones laborales y las condiciones de desocupación y pobreza en amplios sectores de la población. También en la ruptura del lazo social que ha acentuado la pandemia a partir de las necesarias medidas que se deben realizar para protegerse del virus.

La precariedad corposubjetiva

Las características de la cultura actual han llevado a una precarización del Yo. Ésta le ofrece al sujeto un consumismo cuya ilusión es comprar la felicidad en cómodas cuotas mensuales; su imposibilidad genera una sensación de fracaso e impotencia cuyo resultado es un Yo debilitado en sus procesos identificatorios. Es decir, un yo-soporte que se constituye como garantía del proceso de estructuración-desestructuración del interjuego entre las pulsiones de vida y de muerte. Por ello, en el caso de una estasis pulsional, el yo desaparece en su función soporte al quedar atravesado por los efectos de la pulsión de muerte.  Esta paradoja entre un capitalismo que propone una valorización del Yo y un Yo que se precariza es resuelto por cada sujeto de diferentes maneras. En su singularidad cada uno trata de vestir su desnudez -la nuta vita, diría Agamben- en la que se encuentra con su desvalimiento donde predominan los síntomas de lo negativo: la desesperanza de que nada puede ser alcanzado. Su coartada es la indiferencia hacia el otro; la alteridad es reemplazada por los disfraces ilusorios donde creemos que nos relacionamos con el otro, pero el otro no existe: lo importante es el discurso “políticamente correcto” de quedar bien para que nada de nuestra desnudez pueda entorpecer la falsa felicidad que creamos.

En este sentido, la precariedad corposubjetiva de los sujetos es uno de los síntomas estructurales del capitalismo tardío. Es la instalación de políticas donde se afianza una cultura en la que predomina la ruptura del lazo social. Donde se impone la cancelación de un futuro que supere sus efectos. Esto se expresa en tratar de imponer una impotencia reflexiva cuyas consecuencias son la depresión, la ansiedad, la fragilidad; en definitiva, los efectos de la pulsión de muerte: la violencia destructiva y autodestructiva, la sensación de vacío, la nada. De allí el resentimiento y la frustración que funciona como base de una corposubjetividad sostenida en el desvalimiento.

Veamos algunas características de estas políticas: 1°) Una tendencia a hacer vulnerables la salud y la educación pública al impulsar la comercialización y el consumo privado; 2°) Como vamos a desarrollar en el próximo apartado, la llamada “flexibilización” de los marcos de estabilidad en el empleo que determina el aumento del subempleo, la subocupación y el desempleo; 3°) La naturalización de la pobreza y el endeudamiento como estrategia para sobrevivir; 4°) La estigmatización y criminalización de ciertas poblaciones como los migrantes, los jóvenes y mujeres pobres y aquellos que pertenecen a identidades sexuales no hegemónicas (LGTB+); 5°) Una producción que lleva al deterioro del tejido social y ecológico que amenaza la habitabilidad del planeta.

Estas políticas que conducen a la precariedad de la corposubjetividad del sujeto se han constituido en sistémicas como los altos niveles de pobreza, los conflictos sociales y ambientales y las crisis migratorias que han determinado profundas transformaciones entre la sociedad, el gobierno y la calidad de vida. Este proceso de precarización define un sujeto caracterizado por el dolor, el padecer y el sufrir. Por ello la precariedad emerge como una política propia del capitalismo tardío para someter al conjunto de la población. Es lo que Robert Castel denomina “desafiliados” donde el sujeto genera ámbitos de integración social frágiles, con espacios en que se inscriben tipos heterogéneos de precariedad laboral y de aflojamiento del lazo social. Sin embargo, ingresos, relaciones laborales y seguridad social no se encuentran articulados de manera mecánica. Pueden darse situaciones de bajos ingresos, incluso de desocupación, con presencia de relaciones sociales relativamente estables, como es el caso de sectores del artesanado. Para Castel la desafiliación del mundo del trabajo fragiliza el contexto de relaciones sociales en que se incluyen individuos y grupos. La privación de redes sociales, de protección estatal y la falta de asistencia de la comunidad provoca la invalidación social del individuo. Por esa razón Castel plantea que la noción de exclusión es estática e invisibiliza las situaciones de tránsito y movilidad de una zona a otra. Desafiliación, por lo contrario, alude a un proceso.

La solución que da la cultura hegemónica a estas situaciones sociales es generar culpa (“no gano suficiente dinero para mantener a mi familia debido a mi falta de capacidad”), impotencia (“no sirvo para nada”) o la medicalización de los problemas (donde, al contrario de la necesaria medicación ante determinados síntomas psíquicos, los psicofármacos son usados para sostener las exigencias alienantes de la cultura dominante).

Sin embargo, en oposición a la ilusión populista-progresista de organizar un orden keynesiano que, en definitiva, lleva a una actitud de resignación y corrección política aparecen los movimientos sociales de organizaciones de desocupados o con empleos precarios, el movimiento de mujeres, las luchas por la diversidad sexual que tratan de romper el orden neoliberal fascista. Es aquí donde las correlaciones de clase, género y generación no son solo exteriores, sino que se incorporan en forma de deseos ambiguos de integración y ruptura, de compromiso y oposición. Por ello hay que modificar la crítica que se satisface en sí misma del neoliberalismo para dar cuenta del verdadero problema: el capitalismo en sus diferentes variantes.

El trabajo precario

Estamos al inicio de 2001. La situación económica, política y social se ha convertido en una verdadera catástrofe. Con unos amigos vamos en auto por la avenida Corrientes cuando cruzamos la avenida Callao la visión que tenemos es tremenda: los depósitos de basura están todos abiertos y sus restos tirados en la calle; cientos de personas caminan por la calle buscando alimentos, otras hacen fuego en los restos que quedan. Algunos restaurantes deciden ofrecer la comida sobrante que dejan los clientes; esta situación lleva a que se formen largas colas para poder recibir una porción: parece una película apocalíptica. Nunca habíamos visto nada igual; con mis amigos quedamos impactados: la precarización de un sector de la sociedad se ponía en evidencia. Al poco tiempo se comenzaron a organizar las asambleas de vecinos y los obreros desocupados que conformaban los grupos piqueteros que cortaban calles y rutas. Casualmente veo un noticiero de televisión donde un periodista le pregunta a una persona cuáles eran las razones para estar en el piquete cortando la ruta. La respuesta fue contundente: “Cuando me echaron de la empresa me quedé en mi casa deprimido. Al estar en la ruta con otros compañeros sentí que no estaba solo: algo podíamos hacer.” Quizás sin saberlo, rescata la potencia del colectivo social; la potencia de las pasiones alegres. Pasaron 20 años y la precariedad tuvo diferentes variaciones. Aunque debemos reconocer que la calidad de vida se ha precarizado en todos estos años. La pandemia reforzó esta situación.

El término precario proviene del latín “precarius” que es aquello que se obtiene por medio de una petición, súplica o ruego. En el derecho romano definía un tipo de contrato por el cual, el beneficiario que arrendaba, tenía la obligación de entregar el arriendo cuando el dueño lo reclamaba. Es decir, era un alquiler inseguro ya que en cualquier momento el propietario lo podía reclamar. En este sentido la etimología del sustantivo “precariedad” y el adjetivo “precario” están relacionados con la carencia de recursos propios, la falta de autosuficiencia y la necesidad de pedir o suplicar favores; se halla unido a lo inestable e incierto, a aquello que es corto, fugaz, así como a lo que es delicado y frágil. En la actualidad el sociólogo Standing Guy creó el término “precariado” donde relaciona precario con proletario. Este término alude a un sector social que trabaja en regímenes laborales desregulados y flexibilizados donde no tienen derechos sociales y laborales. Esta situación es producto de la competencia que ha traído el desarrollo del tardocapitalismo en el que podemos destacar tres características: 1°) El debilitamiento del poder de los trabajadores efecto de sus direcciones sindicales burocráticas; 2°) La adopción de trabajos “flexibles”. Es decir, de trabajos donde quienes los realizan no tienen derechos y obtienen un sueldo muy bajo para disminuir los costos laborales; 3°) Las políticas de desprotección social y laboral basadas en la desregulación del mundo laboral.

Es necesario destacar que estas políticas no se desarrollan de manera homogénea ya que dependen de las luchas de los diferentes sectores sociales y sindicales. En nuestro país un importante grupo del llamado “precariado” se transformó en el 2001 en piquetero y hoy conforman los movimientos sociales que a partir de sus movilizaciones logran beneficios sociales para paliar su situación. Sin embargo, la flexibilización del trabajo promueve la precariedad de la vida humana perjudicando la experiencia individual y comunitaria al limitar el control de las personas sobre sus propias vidas. De esta manera el trabajo establece los ritmos de la corposubjetividad a tiempos cada vez más acelerados; lo cual lleva a que la actividad no está determinada por una jornada reglada ya que depende -entre otras- de las necesidades de la empresa, del cliente, del equipo y de los incentivos económicos. Las limitaciones de la jornada de trabajo de ocho horas no se cumplen ya que las horas en que se trabaja ha ocupado la intimidad del hogar y el tiempo libre; los límites entre el tiempo de trabajo y el hogar han desaparecido. Como veremos más adelante este hecho se ha acentuado con la pandemia y la imposición del teletrabajo.

Cómo dice Richard Sennett, esta situación ha llevado a la “corrosión del carácter” ya que la flexibilidad “se centra principalmente en las fuerzas que doblegan a la gente.” De allí que “el sistema de poder que acecha en las formas modernas de flexibilidad está compuesto de tres elementos: reinvención discontinua de las instituciones, especialización flexible de la producción y concentración sin centralización del poder. Los hechos que caen dentro de estas categorías no son desconocidos ni misteriosos para la mayoría de nosotros; no obstante, más difícil es evaluar las consecuencias personales de tales hechos.”

Si seguimos con lo que plantea Standing, es interesante destacar cómo a partir de la precarización del trabajo se reconfiguran las estructuras de clase en siete grupos: 1°) La elite económica de individuos ricos y superricos; 2°) El sector de trabajadores privilegiados que mantienen trabajos formales y estables con salarios altos; 3°) Los profesionales y técnicos sin seguridad en el empleo, que los lleva a ser precarizados, pero dada su especialidad obtienen altos ingresos; 4°) El tradicional obrero, que constituye la base de la clase trabajadora, y que tiene beneficios sociales y relativa seguridad laboral; 5°) El precariado que son aquellos trabajadores que tienen trabajos muy inseguros; 6°) Los desocupados que se transforman en “el ejercito de reserva” de mano de obra barata; 7°) El llamado “lumpen proletariado” que son aquellos marginados por la sociedad (adictos, criminales, enfermos mentales, etc.).

En este sentido el precariado es la clase más característica que produce el capitalismo financiero; no tienen una memoria colectiva en común y producen una identidad que los lleva a una solidaridad frágil. Aunque los espacios de lucha y acción de los piqueteros en su momento y actualmente de los movimientos sociales permiten superar estos obstáculos. Sin embargo, la experiencia de aquellos que padecen un trabajo precario acrecentan diferentes malestares corposubjetivos: 1°) Rabia y resentimiento debido a que sus expectativas se han frustrado; 2°) Desesperanza ya que no encuentran un lugar social; 3°) Ansiedad y depresión por su inseguridad laboral; 4°) Alienación debido a su falta de motivación y reconocimiento social.

La sociedad de la mascarilla

Trabajo precario”, “precariedad” y “precarización” son términos que no se pueden resumir en una sola característica ya que tienen diversos sentidos. Los procesos de precarización que se dan en la sociedad no aparecen solamente en las clases populares ya que también podemos observarlo en otros sectores sociales en el que predomina la subcontratación y la externalización de la mano de obra. De allí que estos términos permiten reflexionar sobre los cambios culturales y los procesos de corposubjetivación en relación al trabajo y otras actividades en cuanto a la forma de subordinación propia de los asalariados y de aquellos que hacen emprendimientos que se caracterizan por una gran inestabilidad.

En la juventud se ha institucionalizado la desocupación y la precariedad en los empleos, así como la falta de salida laboral en aquellos que egresan con diferentes títulos terciarios o universitarios. Las mujeres, pese a todos los logros alcanzados desde la primera ola feminista hasta la actual, siguen invisibles en muchas instancias. No se trata solamente de las tareas de cuidado que la pandemia aumentó con la escolaridad en la casa y otros efectos de las cuarentenas. La mujer es la víctima principal de la violencia intrafamiliar y de la pareja donde en casi todos los casos el agresor es un varón. La mujer es objeto de trata. El sexo de las víctimas es un 2% de hombres y un 98% de mujeres. Esta es una forma de esclavitud que tiene diversos niveles de complicidad. La trata se vincula con la brecha de género que impulsa la pobreza y la pobreza lleva a la sensación de precariedad retroalimentando esta brecha. De esta manera encontramos mujeres “mula”, paridoras, esclavas sexuales y otras formas de explotación.

Si seguimos con el tema de la pobreza podemos decir que en nuestro país durante 1970 había un 4,5% de pobreza, mientras que en la actualidad hemos llegado casi al 50%. Una situación inédita en nuestra historia. A este hecho debemos agregarle los trabajadores sobreocupados que trabajan más de 45 horas semanales con salarios muy bajos. Esto ha llevado a la “uberización” de los salarios. En la Argentina sigue siendo la jornada legal más larga del mundo que son 48 horas de trabajo por semana. Es decir, 6 días de trabajo de 8 horas y uno de descanso. Esta Ley número 11.544 sancionada en 1929 todavía no fue anulada por ningún gobierno.

En esta cultura en la que los procesos de corposubjetivación se construyen en la precariedad individual y colectiva llega la pandemia que pone en evidencia y refuerza estas circunstancias. La mascarilla que nos sirve para evitar el contagio y para no contagiar a otros nos lleva a no reconocernos y a tomar distancia con el otro. La mascarilla se transformó en una metáfora de las relaciones sociales en esta cultura de la precariedad y la incertidumbre. La necesidad de cuidarnos nos ha llevado a perder socialización. Hemos escrito bastante sobre las consecuencias de la pandemia; sin embargo, debemos destacar que la cantidad de muertos e infectados no es natural; si bien es consecuencia de un virus, su circulación es producto de un tardocapitalismo que trata de extraer más valor de la naturaleza, de los intercambios sociales y económicos y del abandono de los sectores públicos de salud, educación y vivienda para dejarlos en manos privadas.

A modo de conclusión: la lechuza de Minerva

La lechuza representa a la sabiduría porque es el símbolo de Minerva, la diosa de la razón que nace de la cabeza de Zeus. Posee unos ojos grandes que le permiten moverse en la oscuridad con destreza. Hegel en la introducción a su libro Filosofía del derecho escribe una frase que va a ser repetida muy seguido: “La lechuza de Minerva inicia su vuelo al caer el crepúsculo.” Esto quiere decir que la filosofía -por extensión, también todo saber- no puede anticipar nuestro mundo; siempre llega tarde al futuro ya que: “Surge en el tiempo después de que la realidad haya cumplido su propósito de formación y se haya realizado.” 

 

Según Hegel la teoría no va por delante de la vida a lo sumo permite reconocerse en sus tonalidades. Por esta razón la lechuza de Minerva levanta vuelo en el crepúsculo. Sin embargo, de algún modo el pensamiento ayuda a formar la vida, al igual que un gallo anuncia un nuevo día. Cómo dice Spinoza: “Somos activos en la medida que comprendemos.” Este es el objetivo de un pensamiento crítico.

El Sur global: entre los impuestos y la crisis climática

Rodrigo Echecopar, magister en Innovación, Políticas Públicas y Valor Público por la University College London. Director ejecutivo de Nuestra América Verde. Pedro Cisterna Gaete, magíster en Derecho Ambiental y Climático. Es candidato a PhD en Derecho por la Universidad de Edimburgo y colaborador de Nuestra América Verde. Escriben en “Nueva Sociedad” (NUSO) Noviembre 2021

Pocas semanas después de que la congresista por Nueva York Alexandria Ocasio-Cortez se convirtiera en noticia por llevar en la gala del Museo Metropolitano un vestido que decía Tax the Rich [impuestos para los ricos], los Pandora Papers volvieron a dejar de manifiesto la impunidad con que los superricos eluden impuestos. Ante el reciente anuncio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) del histórico acuerdo tributario que firmaron 136 países, cabe preguntarse si finalmente podremos terminar con esos abusos. Lamentablemente, en las negociaciones se impuso el lobby de las multinacionales y de los paraísos fiscales, ignorando la urgencia de la emergencia climática y los apremiantes desafíos que enfrenta el Sur global.

La propuesta de un marco tributario internacional y un impuesto mínimo global responde al fenómeno de competencia tributaria entre países. Este proceso tiene lugar cuando los países reducen sus tasas impositivas para atraer a individuos o empresas, lo que gatilla una espiral de reducción tributaria internacional. Cuando esto llega hasta un extremo, el país en cuestión se convierte en un paraíso fiscal. Desde 1985 a la fecha, la tasa tributaria corporativa promedio en el mundo se ha reducido de 49% a 23%. En la actualidad, alrededor de 427.000 millones de dólares se pierden anualmente por el abuso de paraísos fiscales, lo que ni siquiera incluye el efecto de reducción de tasas corporativas en países que no lo son.


La declaración conjunta impulsada por la OCDE y suscrita por 136 países crea un marco basado en dos pilares que buscan reducir la competencia tributaria y aumentar la recaudación fiscal. El primer pilar busca asignar de manera más justa la recaudación tributaria, estableciendo que ciertas empresas multinacionales estarán obligadas a tributar en los países donde venden sus productos o servicios (y no solo dónde están situadas sus operaciones). Lamentablemente, este primer pilar incluye empresas a partir de un umbral muy alto (sobre 20.000 millones de euros en ventas) y excluye a sectores como el financiero y el extractivo, por lo que solo aplicaría a alrededor de 100 empresas multinacionales. Esta nueva tasa impositiva (de 25%) solo se impondría a aquellas utilidades que superen 10% de margen, lo que reduce el efecto recaudatorio y permite que ciertas ramas de empresas como Amazon puedan quedar exentas. Por último, el acuerdo prohíbe a los países firmantes establecer impuestos propios a servicios digitales (razón por la que países como Kenia y Nigeria decidieron no suscribirlo).

El segundo pilar establece una tasa mínima de impuesto corporativo global, que lo deja en 15% (seis puntos más bajo que la propuesta inicial de Estados Unidos de 21%). En este caso, la crítica es más simple: la tasa mínima es simplemente muy baja. Diversas organizaciones, entre las que se destaca la Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional, han llamado a establecer una tasa de 25%. Tax Justice Network indica que con esa tasa se podrían recaudar alrededor de 780.000 millones de dólares adicionales al año, de los cuales 355.000 irían a países que no pertenecen al G-7. En cambio, bajo el esquema propuesto, el aumento en recaudación sería solo del orden de 150.000 millones de dólares adicionales anuales, con menos de la mitad llegando a los países que no pertenecen al G-7. Es más, el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz ha advertido que una tasa tan baja puede tener el efecto contrario y acelerar la carrera de reducción tributaria.

Finalmente, el proyecto carece de una perspectiva climática. Esto se podría corregir incluyendo gravámenes a actividades contaminantes que contribuyen al cambio climático. Adicionalmente, los montos recaudados deberían invertirse en la implementación de medidas de adaptación y mitigación para combatir el cambio climáticomedidas de adaptación y mitigación para combatir el cambio climático en países del Sur global con altos niveles de vulnerabilidad frente a sus efectos. Orientar el impuesto mínimo global de esta manera sería coherente con los principios de equidad y de responsabilidades comunes pero diferenciadas, establecidos en laConvención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático. Estos principios reconocen la responsabilidad histórica de los países desarrollados en la generación de la actual crisis climática y exigen una respuesta de cooperación efectiva con los países menos desarrollados y más vulnerables.

En conclusión, el acuerdo se queda corto en alcance, ambición recaudatoria y justicia con el Sur global. No obstante, el intento de abordar desafíos de la política tributaria desde una perspectiva internacional abre la puerta hacia un nuevo campo de políticas globales para enfrentar la emergencia climática y responder a las demandas históricas del Sur global hacia los países desarrollados.

El desafío de América Latina: un Nuevo Orden Ecológico y Económico desde el Sur global

En 1974, la Asamblea General de la ONU adoptó una resolución para el establecimiento de un Nuevo Orden Económico Internacional (NOEI), que enfatiza la importancia de la cooperación internacional y la absoluta soberanía de cada Estado sobre sus recursos naturales. Aunque la visión marcadamente desarrollista de esa época es incompatible con la emergencia climática que atravesamos, su ambición global y su foco en reducir la brecha entre los países desarrollados y aquellos en desarrollo son elementos a rescatar para el debate actual.

Actualmente, los países del Sur global y, en particular, los de América Latina, deben reconocer que muchos de los desafíos climáticos y sociales de nuestros pueblos están indisolublemente vinculados al entramado económico mundial. Los países emergentes deben ser protagonistas de la fundación de un nuevo orden económico que priorice el bienestar, la sostenibilidad y la justicia climática global. Conceptos establecidos en el Acuerdo de París como el fortalecimiento de capacidades, la transferencia tecnológica y la cooperación financiera son esenciales para construir un Nuevo Orden Ecológico y Económico desde el Sur global. 

En este sentido, es hora de repensar los TRIP (Acuerdos sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio) y TRIM (Acuerdos sobre Medidas de Inversión relacionados con el Comercio) para los desafíos climáticos y sociales de nuestros tiempos. Resulta necesario expandir la cooperación tributaria y avanzar en un marco para establecer impuestos patrimoniales (a la riqueza) mínimos y también abrir el necesario debate sobre mecanismos de transferencia tecnológica y apoyo financiero que permitan acelerar una transición justa en el Sur global. La petición de la India y Sudáfrica de liberar temporalmente las patentes de las vacunas contra el covid-19 apunta en la dirección correcta. Es clave profundizar este debate y añadirle una necesaria y urgente perspectiva climática. En lugar de defender el insostenible entramado económico actual, el foco debe estar en promover la transición hacia un sistema económico sustentable e inclusivo.

Coordinación y cooperación en América Latina

El último informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático confirma que la cooperación internacional será esencial en América Latina. Se requerirán inversiones ambiciosas y acceso a tecnologías sustentables, además de políticas que garanticen una transición justa para las comunidades y trabajadores de sectores contaminantes, que podrían ser, en parte, financiadas con medidas de cooperación tributaria. Además, expandiendo el horizonte de destinos, la actual pandemia ha evidenciado las limitaciones de respuestas sanitarias de parte de la mayoría de los países latinoamericanos. Hace falta generar capacidades sanitarias y soluciones farmacéuticas a escala regional, disminuyendo la dependencia del continente en estos campos. 

La coordinación regional puede constituir el camino que combine la lucha contra el cambio climático con la justicia social. Los países de América Latina deben adoptar una posición común respecto a las falencias del impuesto mínimo global y establecer vínculos directos con el resto del Sur global para dar pie a una gran coalición internacional. Muchos de los efectos de la emergencia climática ya son irreversibles. Cada día que pasa la situación empeora, pero todavía es posible enfrentarla. Solo se conseguirá una transformación si se repiensan las reglas tributarias y económicas globales de manera ambiciosa y con un enfoque eminentemente ecológico. El reloj corre y no hay tiempo que perder.

Ganar perdiendo: el triunfo como relato

Juan L. Iramain Partner y Director de INFOMEDIA, egresado de la Universidad Austral en Argentina, escribe en el medio digital “RedAcción”

Los gestos, las palabras, la música –en otros tiempos, los globos–, el público… La puesta en escena en el búnker de cada partido político es un clásico de la noche de cualquier elección. Todo comunica. Los números inobjetables del triunfo de Juntos por el Cambio el 14 de noviembre contrastan con la gestualidad y los ánimos de unos y otros. “A nosotros nos tocó perder ganando, ellos pueden haber ganado perdiendo”, sentenció Victoria Tolosa Paz, con la sonrisa instalada en la cara. Poco antes, el presidente Fernández había invitado a la Plaza de Mayo a la militancia peronista “a celebrar este gran triunfo”.

El relato da sentido. Según se mire, una caminata por el desierto durante 40 años es una travesía errática o un designio divino de purificación. El mismo 38.5% a 41.9% es una derrota histórica del peronismo unificado en la provincia de Buenos Aires o una remontada espectacular, enfrentando la maldita herencia de Macri, la pandemia y el complot de los medios hegemónicos. El mismo tercer puesto de Milei, a 30 puntos de Vidal y a 10 de Santoro, es un debut auspicioso en la política capitalina o la antesala de una casi segura presidencia de la Nación, porque la ola libertaria es imparable. Todo depende del entusiasmo de la arenga. Y de las ganas de creer del público.

El escenario actual admite una mirada comunicacional porque la política se construye con hechos pero también con percepciones:

  • Contexto. Los indicadores resultaban desfavorables para el gobierno: la recuperación económica es todavía imperceptible y la mejora de la situación sanitaria es ya un given en la mente de muchos. No suman. Persisten, en cambio, los dos mayores desafíos: la inflación y la inseguridad. Con ese panorama de sombras, cualquier luz genera esperanza.

  • Expectativas. Las PASO y las encuestas que se hicieron públicas en las semanas posteriores eran el punto de referencia para el gobierno. A partir de ahí, una mínima recuperación es un triunfo. La esperanza de descontar, en la cabeza de parte del electorado, pronto se confunde con remontar, con dar vuelta y finalmente con ganar. Misterios del cerebro humano.

  • El propio relato. Creerse la propia historia es el primer paso para hacerla verosímil para los demás. Probablemente Alberto Fernández haya convocado a celebrar el triunfo sintiendo de alguna manera que de verdad ganó. Así se hacen cosas con palabras. Es, también, el virus del divorcio de la realidad que vive en el cerebro de todo político.

  • El relato del otro. La propia versión de los hechos importa, pero no siempre basta. Juntos por el Cambio no acaba de sentirse ganador en parte porque el Frente de Todos no se declara vencido. Por eso reclama que el gobierno “reconozca la derrota” y “cambie el rumbo”, y justamente por eso el gobierno no lo hace.

El Frente de Todos no supo ganar la elección pero está poniéndole mística a la derrota. Juntos por el Cambio, en cambio, con su victoria en las urnas, no logra todavía una narrativa que entusiasme. Honduras de la psicología que la política no debe ignorar, sobre todo con 2023 en el horizonte.

Tres preguntas a John Wooden.

Fue un entrenador estadounidense de básquet, considerado el mejor entrenador de la historia de la NCAA, gracias a los 10 campeonatos conseguidos con su equipo de toda la vida, los UCLA Bruins, entre 1964 y 1975. Murió en 2010 a los 99 años.

  • ¿Qué es el éxito?
    Acuñé mi propia definición de éxito en 1934 cuando estaba enseñando en un colegio de Southbend, Indiana. Estaba desilusionado por la manera en que los padres de mis alumnos de las clases de inglés esperaban que ellos tuvieran las mejores notas, porque las notas medias eran para los demás, que están en el promedio. Estaba instalada la idea de que si ganabas en los estudios y los deportes, serías considerado exitoso, y eso no me gustaba: la acumulación de logros no es necesariamente sinónimo de éxito. Crecí en una granja, y recordé que mi padre nos decía a mí y a mis hermanos que no había que tratar de ser mejor que otros, sino aprender de los demás y nunca dejar de intentar ser lo mejor que puedas ser, eso está bajo tu control. Si te enfocas en las cosas que no están bajo tu control, las adversidades terminarán afectando a lo que sí está bajo tu control.

  • ¿Cómo es su propia definición de éxito?
    Mi propia definición de éxito es “paz interior basada en la auto satisfacción sabiendo que hiciste tu mejor esfuerzo”. Creo que eso es verdad: si uno hace todo lo que está a su alcance para mejorar su propia situación, eso es éxito y los demás no tienen derecho a juzgarte. Es como el carácter y la reputación. La reputación es como te perciben y tu carácter es lo que realmente sos, y es lo que de verdad importa. Ojalá los dos sean buenos, aunque no siempre son igual de favorables. Esa fue la idea que quería inculcar a mis alumnos. A mí me gustaba enseñar, y recordé un verso: “Ninguna palabra impresa ni una súplica hablada pueden enseñar a las mentes jóvenes lo que deberían ser. Ni todos los libros de todas las estanterías, sino lo que son los propios profesores”. Eso me impresionó y traté de usarlo siempre.

  • ¿Cómo se alcanza ese éxito?
    Alguien le preguntó una vez a una maestra por qué ensañaba y ella respondió que quería pensar la respuesta, y un tiempo después contestó: “Me preguntan por qué enseño y yo respondo: ¿dónde podría encontrar tan buena compañía?” Se refería a los médicos, abogados, plomeros, electricistas, granjeros y cientos de otras profesiones y oficios que estaban de alguna manera ya presentes en esos alumnos que tenía delante. Ella veía su potencial. Eso da un placer particular, verlos avanzar. Siempre quiero que mis alumnos sientan que están ahí para recibir una educación, para hacer deportes, y también para socializar con otros… Tengo algunas reglas a las que me apego, y que en realidad me las enseñó mi padre: nunca llegues tarde, hay que empezar puntual y terminar puntual; siempre estar limpio y presentable; nunca critiques a un compañero. Todo eso ayuda a ser la mejor versión que puedas de vos mismo.

Las Tres preguntas a John Wooden se tomaron de la presentación “The difference between winning and succeeding” dada originalmente en el contexto de una TED talk hace 12 años. Para acceder a la presentación completa, podés hacer clic acá .

Prepararse para las crisis.

Después de haber navegado lo peor de la pandemia de covid, las organizaciones pueden caer en la falsa percepción de que están preparadas para todo. Error. Los peores tropezones son con las manos en los bolsillos, mirando el cielo.

Academia.

Cada vez con más frecuencia y decisión, las compañías toman una posición sobre cuestiones sociales o políticas. Bajo el concepto Corporate Social Advocacy (CSA), promueven actitudes comunitarias o políticas públicas en relación con problemas migratorios, ambientales, laborales, de género, etc. Porque así se lo pide su propio propósito o porque sus principales stakeholders lo reclaman. O por las dos razones.

La Lechuza de Minerva

Palas Atenea, dicha más tarde Minerva, la Virgen, la Diosa de los brillantes y resplandecientes ojos, Glaucopis, de mirada viva y penetrante, como la mirada de las pequeñas lechuzas, con las que custodia durante la noche la Acrópolis, en cuyo Partenón se atrevió Fidias a esculpirla; la que había nacido de la propia cabeza de Zeus, con el hacha de bronce de Vulcano por partera; la que dio a la ciudad de Atenas el olivo como símbolo de la paz, frente al corcel guerrero de Neptuno; y ante cuya belleza el veloz Helios detuvo los ligeros corceles de su carro de fuego; la que inventó la flauta y la danza; la Diosa de la Guerra, a quien dedican el gallo, ave animosa y peleadora; y, por tanto, protectora de la Paz, de la Filosofía y de las Artes; dicha también Atrine, la indomable, Escenias, la vigorosa, Hippia, pues enseñó a domesticar los caballos, Areya, la compañera de Ares, Promacos, la que pelea en primera fila, Nike, pues da la victoria, Eirenóforos, pues porta la paz; que guió a los argonautas en la búsqueda del vellocino de oro, &c., apartó un día a la sofista corneja de su compañía, para evitar que los hombres pudieran confundir la parlería con la sabiduría, y decidió adoptar a la callada y observadora lechuza como numen  suyo.

  

Sapere aude! ¡Ten valor de servirte de tu propio entendimiento! He aquí el lema de la Ilustración (Kant)

En el bullicio no hay conocimiento. El ruido es enemigo del saber. En la batalla y en la guerra no hay entendimiento, allí primó el espíritu de las bestias como lo viejo que anida en “lo humano” e impide evolucionar.

LA CURIOSIDAD NATURAL DEL SER HUMANO

Los animales solucionan los problemas fundamentalmente mediante instintos, comportamientos innatos heredados, manteniendo una relación de inmediatez con el entorno. Por ello, su forma de vida no evoluciona. El ser humano, por el contrario, tiene muy pocas conductas innatas y se relaciona con el mundo utilizando las respuestas culturales desarrolladas a lo largo de la historia. La cultura es el conjunto de información trasmitida por el aprendizaje social que incluye la lengua, creencias, formas de vida, desarrollo científico y técnico, etc. La evolución humana ya no es biológica sino cultural. 

En su enfrentamiento con la realidad, el ser humano no solamente ha mantenido una actitud pragmática, cuando el interés por el saber se limita a resolver problemas de utilidad práctica, sino también una actitud especulativa, que se da cuando se desea el saber por saber, respondiendo a la curiosidad natural del ser humano. Surge así la pregunta por el sentido por la que no solo se desea saber qué es algo, sino saber por qué algo es y por qué es cómo es.
La humanidad ha empleado distintos modelos de explicativos de lo real, los más importantes han sido la explicación mítica y la explicación racional.

LA EXPLICACIÓN MÍTICA


El mito responde a una exigencia racional, la necesidad de comprender la realidad, pero ofrece una explicación no racional. El mito es un relato fantástico y simbólico que pretende explicar el universo, la totalidad y cada una de sus partes, utilizando para ello seres trascendentes. En el mito se da la personificación de los elementos naturales, que se convierten en divinidades, y la realidad es considerada como producto de la voluntad de los dioses, y por ello hay que respetarla. Así, la naturaleza, en la explicación mítica, no responde a la necesidad sino a la contingencia porque es resultado de la voluntad arbitraria de los dioses. Además, los mitos explican que algo es como es porque en un tiempo primordial, originario, un personaje sobrenatural lo hizo así y desde entonces así acontece. 

La magia a través de los ritos, actos ceremoniales de carácter simbólico, busca solucionar problemas bajo el supuesto de que podemos influir en la voluntad de los seres trascendentes para que se cumplan nuestros deseos.

LA EXPLICACIÓN RACIONAL

Al igual que el mito, la explicación racional pretende conocer el universo en su totalidad y cada una de sus partes, pero de forma racional. La explicación racional busca las razones inmanentes y leyes que rigen lo real. Esta explicación debe ser argumentada y justificada, buscando siempre la objetividad, explicar la realidad tal y como es, independiente del individuo que la ofrece (frente a la subjetividad) y la universalidad, que sus afirmaciones sean válidas en cualquier lugar y para todos los casos. Por último, la explicación racional es progresiva, sus investigaciones avanzan a lo largo de la historia. Dentro de las explicaciones racionales deben incluirse la Filosofía y, históricamente posterior, la Ciencia.

CARACTERÍSTICAS Y NECESIDAD DE LA FILOSOFÍA

"Filosofía" etimológicamente significa "amor a la sabiduría”. Surge en Grecia, en el siglo VI a.C., con los presocráticos (Tales de Mileto, Parménides, Heráclito, Pitágoras, etc.) y supone el paso del mito al logos (razón). Los presocráticos pretendieron explicar el arché: el origen, causa y sustrato último del universo. Buscaban conocer qué es lo que había al principio de todo y qué era lo que todos los seres del universo tenían en común. 

La Filosofía surge de la admiración y el reconocimiento de la propia ignorancia unida al deseo de saber y considera como guía del conocimiento la reflexión racional sobre la realidad. Se caracteriza por ser una explicación racional (argumentada), sistemática (ordenada, jerarquizada y coherente), universal (sobre la totalidad y de validez general), radical (explica el porqué último), integradora de los saberes, que implica un espíritu crítico (no dogmático) rechazando el principio de autoridad, teniendo como lema Sapere Aude. La filosofía, además, tiene una dimensión práctica cuando sirve de guía para la vida.

La necesidad y vigencia de la filosofía está en su actitud crítica. El pensamiento crítico posibilita el desarrollo de la cultura, al considerar la respuesta encontrada en un momento dado no como una solución definitiva. La filosofía se enfrenta a los prejuicios, creencias que no han sido reflexionadas racionalmente (críticamente) por el individuo y por ello es siempre incómoda.(www.lalechuzademinerva.es )

"Somos el Frente de Todos y todos hacemos falta"

Melisa Molina, Licenciada en Ciencias de la Comunicación (UBA) y periodista de la sección El País en Página 12, escribe:

"Hoy es un día oportuno para que demos inicio a esta segunda etapa de Gobierno y empecemos con toda nuestra fuerza a levantar lo que haya que levantar en Argentina", expresó el presidente Alberto Fernández sobre el escenario montado frente a Casa Rosada en el que habló ante cientos de miles de personas, militantes y funcionarios que se acercaron para conmemorar el día de la militancia. 

El mandatario aprovechó para enviar mensajes políticos, tanto a la oposición como al interior de la coalición y a sus votantes. Habló de los principales objetivos para los próximos dos años como resolver el problema de la deuda y fortalecer el crecimiento económico; cuestionó a los personajes más radicalizados de la oposición como el expresidente Mauricio Macri y el libertario Javier Milei, que se niegan a dialogar, y por último deslizó que dentro del FdT debe haber una mayor institucionalización del debate para que "en 2023 tengamos un triunfo rotundo y aseguremos la victoria que merecen los argentinos". 

Salvo la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, que se encuentra en recuperación, estuvieron presentes los principales líderes de la coalición, los sindicatos, movimientos sociales y los intendentes. Con algunos de ellos el Presidente se reunió luego del acto en Olivos, para compartir una cena. "El triunfo no es vencer, sino nunca darse por vencidos", puntualizó.

Los dirigentes mezclados con la militancia

En el escenario había un atril desde el que habló el Presidente y debajo habían ubicado varias filas de sillas para que se puedan sentar los ministros, gobernadores, intendentes, dirigentes sociales y sindicales y otros funcionarios. Sin embargo, poco antes del comienzo del acto, el Presidente ordenó que las levanten: "Quiere hablarle directo al pueblo, a los militantes", detallaron desde su entorno acerca de la decisión.

Mientras terminaron de sacar las últimas sillas que quedaban, ingresaron al espacio que estaba reservado para los funcionarios militantes de Movimiento Evita. Más tarde se sumaron los de Camioneros con sus bombos y banderas. La Cámpora, en cambio, ingresó por Diagonal Norte con el presidente del bloque del FdT en Diputados, Máximo Kirchner, a la cabeza, acompañado por el exdiputado, Héctor Recalde; el presidente del PJ porteño, el senador Mariano Recalde; la titular del Pami, Luana Volnovich; la del ANSES, Fernanda Raverta; el ministro de Desarrollo Social de PBA, Andrés Larroque; la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza y la senadora, Anabel Fernández Sagasti. Ellos no estuvieron al pie del escenario como el resto de los funcionarios, sino con la columna de militantes.

Al pie del escenario estuvieron el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa; el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, todos los ministros del gabinete nacional y el nuevo triunvirato de la CGT. También estuvo el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, y el de Tucumán, Osvaldo Jaldo, el de La Pampa, Sergio Ziliotto y el de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, que en la previa del evento se reunieron con el jefe de Gabinete, Juan Manzur, en su despacho. El ministro del Interior, Eduardo de Pedro, estuvo al pie del escenario, pero llegó una vez que ya había comenzado el discurso del Presidente.

De la terraza al presunto periodista

Antes de salir ante la multitud, Fernández subió a la terraza de la Casa Rosada con el canciller, Santiago Cafiero y el secretario general de Presidencia, Julio Vitobello, y hasta el último momento repasó el discurso con Cafiero. Subió al estrado a las 17, tal como estaba planificado. Al finalizar, el mandatario volvió a su despacho con Cafiero, Vitobello y otros ministros y antes de subir las escaleras aseguró a un grupo de periodistas acreditados en Casa Rosada que en la próxima etapa de su gobierno "se viene mucho frentetodismo". También estuvo en la plaza el exsecretario de Prensa y Comunicación, Juan Pablo Biondi, que explicó que estaba allí "como un militante más".

"Nadie nos ha vencido, solo es vencido el que pierde sus ganas de luchar", dijo Fernández ante la multitud, luego de las críticas de la oposición a la convocatoria y agregó que "con mucho dolor he visto cómo se prepararon para que esta semana sea un estallido en Argentina. Todos vimos cómo especularon con el dólar, cómo avisaron que iban a terminar con las indemnizaciones por despidos y hasta soñaron con manotear la presidencia de la Cámara de Diputados", dijo. Además, agregó que "hasta hubo un presunto periodista que se animó a decir que esta semana iba a haber una asamblea legislativa para instituir un nuevo presidente. El Presidente que está acá es el que eligió el pueblo argentino en el 2019", bramó.

Institucionalizar el FdT

En otro fragmento de su discurso el Presidente hizo mención a la necesidad de "institucionalizar" los debates dentro de la alianza gobernante. Eso es algo que venían deslizando distintos funcionarios durante los últimos días: la necesidad de construir una especie de "frente amplio", para ordenar la toma de decisiones. "Además de Presidente de la república soy presidente del PJ, una parte importante del FdT que es el lugar que nos contiene. Si algo hicimos bien es construir ese frente que nos unió y nos dio la capacidad de convocar a nuestro pueblo para que en los momentos difíciles alcen la voz", dijo el Presidente.

Además, agregó que "quiero que el tiempo que se inicia no sea de silencio entre nosotros sino de profundo debate, que discutamos de cara a la gente", puntualizó Fernández. Luego, aclaró que "tienen un Presidente y una Vicepresidenta que quieren trabajar en el mismo sentido. Tenemos que animarnos a llevar adelante ese debate porque sabemos que somos una fuerza diversa, que aunque tenemos comunes denominadores los matices y las diferencias existen. Respetándonos entre nosotros empecemos a ponerlas sobre la mesa para que podamos llegar al 2023 con toda la fuerza que necesitamos".

Un 2023 con primarias

De ese modo hizo referencia a algo que opinan desde algunos sectores del oficialismo, que es que el resultado hubiese sido mejor para el FdT si se dirimían los candidatos en internas. "Mi mayor aspiración es que en 2023 desde el último concejal hasta el Presidente de la República lo elijan primero los compañeros del FdT", lanzó el Presidente. 

Sobre este tema, el gobernador Kicillof expresó a Página12 al finalizar el acto que "de camino a lo que será el 23, en lo que yo estoy pensando es en el 22 y en la recuperación económica. Este fue un acto multitudinario en una coyuntura que es difícil porque hace falta una recuperación muy fuerte después de seis años de crisis y Alberto habló de las políticas que el Frente de Todos quiere aplicar, del lugar de la oposición y habló de los desafíos que vienen. Esa es la tarea", dijo antes de ir a Olivos donde junto a intendentes de la primera y tercera sección electoral cenó con el Presidente.

Reescribiendo la historia

¿Porque el 17 de Noviembre?

El Día de la Militancia se celebra en Argentina para conmemorar la fecha en la que el general Juan Domingo Perón volvió al país tras 18 años de exilio, luego del golpe de Estado conocido como "Revolución Libertadora" que tuvo lugar en septiembre de 1955.

El conocimiento, mas allá de las especulaciones, las actuaciones oportunistas, las mentiras.

Mas allá de las elecciones tan particulares celebradas el pasado fin de semana donde la derrota no se siente tan “derrota” y el triunfador tuvo que bajarse de la arenga desestabilizadora. Ninguna transición … hay dos años por delante con la pandemia mas o menos controlada y la salud priorizada podrá desplegar su potencial en lo que viene …

Las expectativas son muchas y los debates hay que darlos dentro y fuera del frente. Debemos dejar las comodidades de las “entrelenguas” y de mordernos frente a “lo políticamente correcto”, para que sin violencias, ni odios (Eso se lo dejamos a ellos) decir lo nuestro sin temores, con argumentos y convicciones. Con sentimientos. Con emociones. Lo “humano” en la conciencia de su saber, como el búho de Minerva, ha de mirar por doquier, para marcar presencia. La historia no se escribe sola y si no disputamos el sentido del relato, se impondrán los relatos mentirosos de los que dominan y ejercen el poder a favor de minorías, mas allá de que ganen elecciones.

Nadie se salva solo. Que cada quién haga su parte.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack






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