Cuerpos, espacio, tiempo … fragmentar para mercantilizar.

 



 Romance de Verano

Escribe Agostina Mileo, Que la Ciencia te acompañe CENITAL

Yo acá, pensando en el romance de verano. Me encanta ese concepto, fuego y pasión por un par de meses que son el cimiento de una amistad perpetua. Algo que no es vano ni intrascendente, que requiere involucrarse en la intimidad y no hace sufrir cuando se esfuma. Creo que, aunque la idea de romance de verano pueda suceder en cualquier estación, es lo único que podría hacerme soportable el calor al equiparar mi temperatura interna con la externa, una estrategia de supervivencia.

Mientras te escribo esto, me doy cuenta de algo curioso. Hace un año y medio que nos conocemos y nunca hablamos de sexo. ¿De dónde me vendrá este pudor? Creo que ya te conté que soy tutora del Programa Nacional de Educación Sexual Integral y que, como comunicadora científica y epistemóloga feminista, me especializo en temas de salud sexual, así que suelo hablar mucho de sexo. Además, acá entre nosotros, soy lo que mi papá llamaba “una mujer ligera de cascos”, por lo que me parece especialmente llamativa esta omisión en nuestras cartas.

Pero, si lo pienso bien, encuentro dos cosas. Una es obvia y más fácil de explicar así que va primera: Cenital siempre fue para mí un espacio de reconocimiento y valoración en el que el humor o la irreverencia se entienden como una herramienta estratégica y no como falta de rigurosidad. Algo muy lógico, pero muy poco frecuente. Entonces, construí una conducta en la que lo considero un espacio de seriedad sin solemnidad. Y no hay formación o perspectiva que te saque absolutamente todos los prejuicios. Así que, en tránsito sobre esta línea fina entre lo sensato y lo formal, me pareció que hablar de sexo la desdibujaba demasiado. Es fácil derrapar hablando de sexo.

Para explicarte la otra, te voy a pedir un poco más de atención porque me vas a tener que seguir a través de un camino mental sinuoso. En general, introduzco los temas de mis cartas a partir de experiencias personales. Pero la posibilidad de contarle a otros mi experiencia de la sexualidad no es de mi dominio exclusivo. 

Hay una propuesta de subjetividad neoliberal que ha calado muy hondo, y es esta de la sexualidad como construcción individual. La idea de que una va probando tipos de relaciones y prácticas sexuales hasta que encuentra lo que le gusta y, a partir de esas preferencias, busca a otros que llegaron a las mismas conclusiones luego de la misma búsqueda. Una segmentación más de mercado, un aspecto más de uno mismo.

Para mí, en cambio, la sexualidad es un componente identitario. No existe sin la otredad. Y no hablo en este caso de los componentes de socialización que intervienen en la sexualidad y de todos los aspectos que exceden a las prácticas sexuales, que, por supuesto, son parte de esta perspectiva. Hablo de coger. Algo que pasa necesariamente con otros. Más allá del tema de la privacidad ajena, no lo puedo abordar desde la noción de experiencia personal porque, en este caso, mi propia identidad no se puede separar de la otredad.

Cuando fui a la defensa de tesis de mi amiga Danila aprendí que la primera condición para la conciencia de nosotros mismos es saber que no somos el otro. Uno podría pensar que esta definición establece una separación. Pero yo lo interpreto como que para reconocernos como un ser necesitamos, necesariamente, a la otredad. Entonces, ese otro está incluido en mi propia identidad, de la que mi sexualidad forma parte (nota aparte: esto me sirvió mucho también para pensar el tema del aislamiento y la distancia social durante la pandemia).

Por último, hay una diferencia importante entre lo personal y lo íntimo. Una cosa es que te cuente experiencias personales y otra que te comparta mi intimidad. Lo primero puede servir para articular la información, para situarla y referirla. Lo segundo no es pertinente para lo que viniste a buscar, que es un newsletter de ciencia. Y con la sexualidad la línea, de nuevo, se desdibuja.

Así que, en resumen, creo que todavía no hablamos sobre sexo porque es una carta que me resulta difícil de escribir. Pero hechas las consideraciones iniciales pertinentes, acá va, una edición de Que la ciencia te acompañe enteramente dedicada al delicioso.

Ya sabes que he pasado la frontera

Diría que vamos a empezar por el final, pero acabar no es necesariamente terminar y ese juego de palabras no es mi estilo. Y, como los orgasmos no son un lugar al que llegar ni un objetivo que cumplir, vamos a pensarlos desde uno de sus aspectos: un objeto de estudio de las ciencias.

Para empezar, ¿sabías que, además de la brecha salarial, existe la brecha orgasmal? Pues sí. Cuando un equipo entrevistó a 52.000 personas bi, hetero y homosexuales de entre 18 y 65 años y les preguntó si tenían orgasmos durante las relaciones sexuales, el 95% de los hombres hetero contestó que sí, mientras que las mujeres hetero lo afirmaron en el 65% de los casos, las bisexuales en el 66% y las lesbianas en el 86%. Para varones bisexuales, el porcentaje llegó al 88% y para gays, al 89%. A su vez, descubrieron otra brecha sobre la que nos extenderemos en unos párrafos: el 30% de los varones hetero manifestó creer que la penetración es la mejor manera de provocar el orgasmo ajeno, mientras que solo el 35% de las mujeres dijo conseguirlo únicamente mediante esta práctica. Al parecer, las chicas solo queremos divertirnos y entre nosotras nos divertimos más.

Pero no todo son brechas y diferencias en el estudio. También encontraron consenso. El 80% de las mujeres heterosexuales y el 91% de las lesbianas reportó tener orgasmos cuando se dan tres situaciones: besos profundos, estimulación genital y sexo oral.

Ahora bien, ¿qué visiones científicas pueden relacionarse con narrativas sobre el sexo que hagan que las mujeres heterosexuales sean las que menos orgasmos tienen y que los varones que son sus compañeros sexuales ni se enteren? Intentaré resumir los puntos centrales de la investigación sobre el tema que hice para mi libro:

  • El orgasmo femenino se reconoció como un fenómeno medible con características precisas (lo que en el lenguaje de la ciencia quiere decir existente) en 1966, cuando se publicó el libro La respuesta sexual humana de Masters y Johnson. A partir de entonces, varios interrogantes produjeron estudios para profundizar este conocimiento, entre ellos por qué se produce.

  • Muchas veces, cuando se quiere explicar un rasgo o comportamiento, la Teoría de la Evolución de Darwin funciona como un caballito de batalla, un ir a lo seguro. Según nuestro querido Carlitos, algunos de los rasgos se fijan porque confieren ventajas adaptativas, es decir, que quienes los poseen tienen algún tipo de beneficio respecto a los mismos individuos de su especie que no. Esos individuos transmiten la característica a sus crías y, cuando el proceso se extiende en el tiempo, llega un momento en el que todos los miembros de la especie la poseen y se vuelve un rasgo típico.

  • El orgasmo peneano se puede pensar de manera lineal como ventaja adaptativa: si se siente placer al eyacular, es más probable que se quiera tener sexo, que haya reproducción y que la especie sobreviva. 

  • En el caso de los orgasmos clitorianos, ese tipo de “sentido darwinista” no está tan claro. Algunos estudios se inclinan por considerarlo un rasgo vestigial. 

¿Qué es esto? Algo que en algún momento de nuestra historia cumplió una función concreta y ya no. Los casos más populares son el apéndice y las muelas de juicio, pero ¡ojo! que aunque sea tan común afirmar su origen evolutivo con liviandad, en el mundo de la ciencia no hay consenso

¿Por qué lo piensan? Porque al recopilar información sobre el ciclo menstrual de distintos mamíferos se vio que en las especies en las que ciertos factores ambientales controlan la ovulación, o que es inducida cuando los especímenes se aparean con un macho o por su mera presencia, el clítoris (órgano clave en el orgasmo) está dentro de la vagina, algo con bastante sentido cuando la ovulación es estimulada por el apareamiento. En humanos y otros primates, los cambios hormonales que estimulan la ovulación no requieren la intervención de un macho o un factor ambiental particular y el clítoris está fuera de la vagina y no necesariamente puede alcanzarse durante la penetración.

¿Y entonces? Como las especies con ovulación inducida aparecieron antes que las de ovulación espontánea, se podría suponer que los orgasmos eran un rasgo que estimulaba la ovulación y nosotros lo heredamos.

  • Esto, sin embargo, lejos está de ser la verdad de la milanesa. No están estudiados los paralelismos neurológicos entre especies con ovulación espontánea e inducida ni se sabe bien si otros mamíferos sienten placer durante el sexo. Además, la data no es experimental sino histórica y la hipótesis se basa en conjeturas y correlaciones. Sin embargo, esta idea nos provee una explicación menos estigmatizante para la ausencia de orgasmos durante la penetración, que, aunque no es de ninguna manera ausencia de placer, muchas veces se patologiza.

  • Más allá de los problemas de verificación de esta investigación, también podemos preguntarnos por qué queremos asignarle una “utilidad” al orgasmo clitoriano, proponiéndolo como algo que sirva para sobrevivir. Y no hay que tener mucha imaginación para darse cuenta de que ese “algo” es la reproducción y que -¡oh casualidad!- el comportamiento que garantiza la reproducción es la penetración. De esta manera, el “sexo útil”, “natural” y “con sentido” es el que menos orgasmos produce en las mujeres y más en los varones. 

Ahora ya sale algo mejor

Otro problema de pensar la sexualidad como algo que se tiene y no como parte de lo que se es, es que lo que se tiene se puede intercambiar como mercancía y, por lo tanto, estar sujeto a las leyes de oferta y demanda. Y bien sabemos que, cuando pasa eso, es el mercado el que impone las reglas y no quienes personifican la mercancía.

Si en el siglo XXI la sexualidad es alcanzada por las dinámicas comerciales, esto implica que esté atravesada por el marketing y conlleva que haya tendencias y modas, como el squirt (un chorro de líquido que se expulsa por la uretra en el momento del orgasmo).

Más allá de las imposiciones sobre lo deseable, el caso del squirt presenta algunas preguntas que pueden ser interesantes para abordar algunos tabúes. ¿Es pis? ¿Es eyaculación vaginal?

Un estudio de 2014 reclutó a siete mujeres que decían que en el momento del orgasmo expulsaban bastante líquido (un vaso de agua o más). Primero, las voluntarias proveyeron una muestra de orina y se realizaron una ecografía para comprobar que la vejiga les hubiera quedado vacía. En seguida, se masturbaban o “se estimulaban con un compañero” hasta estar a punto de acabar, lo que demoró entre 25 y 60 minutos. En ese momento (andá a saber cómo avisaban), les hacían una segunda ecografía pélvica y finalmente se producía el orgasmo (rarísimo lo de que entren a hacerte una ecografía y no te distraiga, ¿no?), se recolectaba el fluido en una bolsa y se realizaba una última ecografía.

Cuando analizaron las muestras de orina y el fluido expulsado en el orgasmo, dos mujeres no mostraron diferencias. En las otras cinco, además de pis, había una pequeña cantidad de un líquido blancuzco y más espeso que no se encontraba en la muestra original: PSA, un antígeno prostático. El PSA viene de las glándulas de Skene, pero no se sabe exactamente qué función podría cumplir. Y acá viene lo que más me llamó la atención cuando investigué sobre este tema. Resulta que en 2004, el Comité Federativo de Terminología Anatómica reconoció estas glándulas como “la próstata de las mujeres”, dándoles una entidad equivalente, luego de que durante años se las pensara como un análogo que nadie sabe bien para qué está. Así como lo escuchás. Todos tenemos próstata. 

Después, cuando miraron las ecografías, vieron que, durante la estimulación sexual, la vejiga volvía a llenarse aunque no tenía líquido minutos antes y que se vaciaba otra vez luego del orgasmo.

Dicho esto, se podría hacer una distinción tentativa entre eyaculación femenina y squirt. Algunas personas expulsan pis al momento del orgasmo y otras, además de orina, el fluido blanquecino y viscoso del que acabamos de hablar, que en el esperma ayuda al movimiento de los espermatozoides. También hay quienes reportan solo expulsar PSA, pero no participaron del estudio. Entonces, mientras que el squirt sería el chorro de líquido cualquiera fuera su composición, la eyaculación femenina propiamente dicha sería el PSA.

Que tú ya sabes que me tienes cuando quieras

Si bien podemos explicar anatómicamente algunas de las cosas que pasan cuando llevamos a cabo prácticas sexuales, sabemos bien que eso no es todo lo que sucede durante el sexo y que hay algunas explicaciones que no sabemos ni dónde empezar a buscar. ¿No te pasa que hay gente con la que estuviste que cuando te la cruzás no entendés bien por qué te atrajo?

Como asociamos la ciencia con las explicaciones definitivas, caracterizar algunos hechos en esos términos nos hace pensar que hay una explicación racional que no conocemos.

La psicóloga especialista en sexualidad Sara Nasseradeh habla de la noción de química sexual. Arranca el video diciendo: “Con todo respeto a mis colegas que estudian esto…”, porque obviamente hay varios estudios tratando de encontrar esa química midiendo hormonas, composición de los olores y un largo etcétera, pero, volviendo a Sara, va un resumen de sus argumentos:

  • Decir que se tiene química sexual con alguien se entiende como algo por fuera del desarrollo personal, que viene de disposiciones corporales y cómo se interrelacionan, lo que lo haría permanente. 

  • Si creo que lo que me enganchó con alguien tiene que ver con componentes químicos, si me desengancho no hay nada que hacer.

  • Ella propone la idea de “armonía sexual”, es decir, que hay momentos en los que, por distintos factores, somos más afines con alguien y que, si eso cambia, se puede pensar por qué y, si tenemos ganas de volver a ser afines, modificar lo que se pueda. En este caso, sería un proceso constante y cambiante.

Ahora está dentro de mí

Un artículo de 2012 se llama Sexo anal: el último tabú de la ciencia y, si bien podríamos suponer que en casi 10 años las cosas cambiaron, una googleada rápida de las palabras “anal sex (sexo anal) + science (ciencia)” parecen indicar que no es tan así. Si hacemos la misma prueba con “sexo oral”, los resultados son muchísimos más.

La nota ofrece un argumento asociado a mi pequeña verificación, pero anclado en una publicación. Resulta que el primer estudio sobre anodispareunia en mujeres (dolor durante la penetración anal) medio que pasó sin pena ni gloria a pesar de haber sido publicado en una revista pretigiosa y firmado por un investigador prestigioso. 

La autora, Debby Nerbernick, co-directora del Centro de Promoción de la Salud Sexual de la Universidad de Indiana, acerca algunas cifras: “En la década de 1990, sólo entre una cuarta y una tercera parte de las mujeres y los hombres jóvenes de Estados Unidos habían probado el sexo anal al menos una vez. Menos de 20 años después, la Encuesta Nacional de Salud y Comportamiento Sexual de 2009, realizada por mi equipo de investigación, reveló que hasta el 40-45% de las mujeres y los hombres de algunos grupos etarios habían probado el sexo anal”. Además, dice que, dada la prevalencia creciente de la práctica, quiso dedicarle un capítulo de su primer libro al tema y que una revista se negó a reseñarlo aduciendo que el tópico “no era de interés de sus lectores”. O sea, la tipa te está diciendo que hizo una encuesta nacional sobre el tema y que casi la mitad de las personas de algunos grupos etarios lo hacen o lo hicieron y a vos te parece que no da mencionarlo.

Es difícil encontrar respuestas basadas en evidencia a las preguntas sobre el sexo anal -continúa Debby-. Se podría pensar que sabemos más sobre una conducta que se ha convertido en una parte común de la vida sexual de los estadounidenses y que, a pesar de todos sus potenciales placeres, sigue siendo uno de los actos sexuales más arriesgados en lo que respecta a la propagación de infecciones de transmisión sexual (ITS), incluido el VIH. Sin embargo, la investigación científica sobre el sexo anal es sorprendentemente escasa. La lista de lo que no sabemos sobre el sexo anal es mucho más larga que la lista de lo que sí sabemos. Esto dificulta que los educadores sexuales se sientan realmente seguros a la hora de responder a las preguntas tan reales e importantes de la gente”, dice la especialista que trabaja en la Universidad de Indiana, mostrando que el tabú y la (no) producción de conocimiento se retroalimentan.

Respecto a la investigación que dio origen a la nota, van sus puntos más salientes:

  • Se encuestó a más de 2000 mujeres de entre 18 y 30 años y se compararon sus respuestas con algunas investigaciones pequeñas sobre el dolor durante la penetración anal en varones homosexuales.

  • El 49% de las encuestadas había interrumpido su primera penetración anal por dolor, algo que no es para nada sorprendente si consideramos que el 52% dijo no haber usado lubricante en esa ocasión. Sobre ese 49%, un 17% dijo que también le dolió o incomodó pero que no paró. Solo el 25% dijo que su primera penetración anal fue placentera.

  • Alrededor de dos tercios volvieron a probar. Obviamente, las que la habían pasado bien fueron más propensas a hacerlo de nuevo. 

  • Alrededor del 9% de las que dijeron haber tenido penetración anal al menos dos veces el año del estudio aseguró que les dolió cada vez. Teniendo en cuenta a quienes lo evitan porque siempre les duele, este número sería similar al de mujeres que experimentan dolor cuando tienen sexo vaginal o inclusive durante actividades diarias (10%) o el rango de entre el 10 y el 14% de varones homosexuales que sienten dolor en las penetraciones anales.

Ante estos resultados, Nerbenick agrega: “Aunque en el estudio se preguntó a las mujeres qué sentido le daban a su dolor (la mayoría se culpó a sí misma o a sus prácticas sexuales, sugiriendo que su dolor estaba relacionado con el hecho de no sentirse totalmente relajada, con un juego previo anal inadecuado o con no utilizar suficiente lubricante), el hecho es que todavía no sabemos clínicamente qué es lo que causa su dolor. Puede ser que, al igual que la vagina y la vulva, los anos de algunas mujeres y hombres respondan al tacto o a la penetración de forma dolorosa y por razones desconocidas. Puede ser que algunas de estas mujeres y hombres tengan trastornos de la piel, como el liquen escleroso, que puede afectar a la piel genital (incluida la piel anal), aumentando la probabilidad de molestias, dolor o desgarro. Sin duda, la falta de información y educación es la causa del dolor de algunas personas, pero probablemente no sea la causa principal para todos. Algunos hombres y mujeres lo hacen todo ‘bien’ -utilizan mucho lubricante, empiezan suavemente, se relajan, se comunican bien con su pareja, evitan los geles/cremas desensibilizantes o anestésicos- y aun así les duele. ¿Tienen una condición médica subyacente que contribuye al dolor? ¿Receptores nerviosos que gritan de dolor en lugar de percibir la penetración como algo neutral o placentero? No lo sabemos”.

El tiempo y el espacio de los cuerpos

Alfredo Carlos Moffatt es un psicodramatista y arquitecto argentino. Fundador de la Escuela de Psicología Argentina, es conocido como uno de los discípulos predilectos de Enrique Pichón Rivière. Su carrera se caracteriza por distintos aportes en el ámbito comunitario y por el desarrollo de innovadoras terapias populares.

Su psicoterapia, notoriamente vinculada con la filosofía existencial, presupone que la identidad se ve determinada por los proyectos que dan sentido a nuestra vida. De ese modo, cada uno se define por la relación con aquellos otros con quienes construimos un camino en el tiempo.

La actitud represiva está basada y justificada por otro escalón del sistema ideológico total y es la propuesta adaptativa, es decir, el modelo de pensamiento que dicta las pautas y que determina el pensar y actuar “normal”, y que luego justifica medir y castigar la desviación.

En gran medida las pautas de “normalidad”, a las cuales hay que adaptarse, tienen sólo como explicación su funcionalidad respecto a mantener la estructura socio- económica, es decir, en síntesis, hacer que “los pobres sigan trabajando para los ricos”.

El mecanismo psicológico por el cual un grupo humano somete a otro está basado en la descalificación de los modos de pensar de ese otro grupo, apoyándose en planteos pseudo científicos. En casos extremos, como las teorías racistas o lombrosianas, a través del concepto de “degeneración genética”, del concepto de “inferioridad cerebral” y, en sus formas suaves, como descalificación socio- cultural emitiendo teorías acerca de los grupos “con dificultad de aprendizaje” o planteando que su problema consiste en “falta de educación” que, por supuesto, se refiere a “la educación para el sometimiento” es decir, la conocida receta de la “cultura occidental y cristiana” con que Europa sometió a las colonias. Y que luego es utilizada por las oligarquías nativas para someter al pueblo de abajo que tiene sus raíces culturales en tierra adentro y en sus propias circunstancias de vida.

La evolución de este sometimiento mental- cultural, recorrió desde las formas científico racistas, cuyo ideólogo más importante en sociología fue el médico italiano Cesar Lombroso, hasta las sutiles formas de proposición de “auto control” de los servicios de “relaciones públicas” de las empresas neo- colonialistas. En la psiquiatría manicomial se ha pasado de las brutales y sádicas formas manicomiales, en los casos más modernos a las suaves formas de “consenso” inspiradas en la “Comunidad Terapéutica del médico inglés Maxwell Jones, y que logra que “los pobres se porten bien sin pegarles”.

 

Hace muchos años que sigo su obra. En “psicoterapia del Oprimido” expone una idea que me marcó. Las Sociedades estructuradas injustamente necesitan "chivos expiatorios", por tanto sostienen Cárceles, manicomios y hospicios, como espacios imprescindibles para "distinguir" aquellos “malos” , que deben ser encerrados, aislados y privados de sus relaciones, de aquellos “buenos” , que se comportan como “yo” (que es lo mismo que el que acepta las reglas de juego del sistema de opresión vigente) . Los “malos” representan lo que no se quiere ser, pero, se sabe, el sistema injusto obliga a ser/pertenecer ... ladrones, locos, sin padres, familia, historia, sin pertenencia a una comunidad, en tanto lo comunitario supone un orden diferente al del sistema liberal capitalista.

Sigue diciendo Moffat en su obra “Toda Latinoamérica sufre todavía, a cuatrocientos años del descubrimiento y la conquista, de una situación de oposición y sojuzgamiento entre los europeos “civilizados” y los nativos “bárbaros”. La Argentina sufrió un proceso especial dentro de Latinoamérica, debido a que la población indígena fue en gran parte eliminada y en parte absorbida genéticamente quedando el país (y especialmente Buenos Aires) con una gran proporción de población blanca europea. Esta circunstancia quizás explique, junto con la inicial actitud depredatoria y desarraigada de los conquistadores españoles, la pertinaz adherencia a los modelos culturales europeos. El colonizador español era un aventurero, sin muchos escrúpulos para enriquecerse; su fin no era el afincarse en el Nuevo Mundo, no era una migración de familias, sino alguien que no perdía su marco referencial europeo: venía, robaba, asesinaba, conquistaba y se volvía a España. Santa María de los Buenos Aires era una colonia rodeada de una empalizada que nunca intentó expandirse tierra adentro, asumir la tierra, sino que era fundamentalmente un puerto-colonia para servir como escala de los viajes para llevar el oro y las riquezas del Alto Perú que podían robar a los pueblos americanos; Buenos Aires fue una especie de ”gigantesco barco que encalló en la desembocadura del Río de la Plata”. Una población que miraba a Europa aunque no la veía. Insistimos sobre esta circunstancia inicial, pues consideramos que fue una actitud mental que, aunque vista desde nuestra época parezca ancestral, está de pronto más presente de lo que se puede pensar, pues la inmigración masiva de fines de siglo anterior y comienzos del presente reactivó esta actitud psicológica: fue una inmigración que no perdió en dos generaciones su grupo de referencia europea, que rechazó al interior y creó una ciudad única en el mundo, pues contiene la tercera parte de la población total del país y se encuentra – respecto a su cultura de referencia – en el otro extremo del mundo.

Nuestra hipótesis es que la tercera generación de esa oleada masiva de inmigrantes debe elegir entre seguir viviendo el sueño de sus padres y abuelos de formar ilusoriamente parte del mundo europeo (a veinte mil kilómetros de distancia) o, haciendo un giro de 180°, mirar hacia el interior y asumir el país. La adherencia y dependencia a los esquemas europeos y esa servil atención a cuanto acontecimiento europeo se produce, llega, en el caso de Buenos Aires y su burguesía, a constituir un ”delirio geográfico”: las noticias de los países cercanos o del propio interior del país quedan relegadas frente a las noticias, modas intelectuales, etc. de Europa (o, actualmente, Estados Unidos), como si se formara parte de esas tierras lejanas. Evidentemente que esa actitud psicológica está determinada fundamentalmente por la colonización cultural que permite la otra dominación, la económica (que a su vez está sostenida por la superioridad militar del imperialismo).

Existe la complicidad interna con los colonizadores de un gran sector argentino, especialmente de su grupo intelectual, aunque el cipayismo ideológico del intelectual argentino está actualmente en una crisis y las generaciones nuevas en vías de un giro total.

Como decíamos antes, el abuelo emigró y negó el duelo de su patria perdida, el padre fantaseó un regreso intelectual y el nieto (que somos nosotros) debe optar por el antiguo mundo perdido del abuelo del que sólo le llegaron ”trapos viejos” a través del ”regreso” nostálgico y psicológico del padre o, por el contrario, asumir su geografía, su pueblo, su país y la historia de su país y vivir de primera mano un mundo real al que puede fecundar y cambiar. La otra solución es, además, de defender estúpidamente al antiguo patrón-explotador (Europa) vivir del pasado y de las migajas del pobre abuelo, que vivió con la esperanza de ”hacer la América” y, en general, terminó su vida en hacinados conventillos.

El desarraigo del intelectual argentino, mezcla de un sentimiento de frivolidad, frustración e impotencia, está en proceso de dar paso a otra actitud vital, nacida de la posibilidad de que, junto con la clase obrera, con ese pueblo que sus padres desde la ”Unión Democrática” no quisieron, no pudieron ver, crear un nuevo mundo más justo y más creador. Nuestro pueblo, que ha comenzado la marcha para fabricar ese otro mundo, le da al intelectual el remedio para su desarraigo y su coqueteo cipayo y estéril, pues lo necesita, necesita que se pase de filas, que pase de ser un ”sirviente fino” de una oligarquía explotadora a ser un ”compañero de lucha” aportando sus conocimientos al pueblo y al país en que ha nacido.

Intentando rastrear esta patología histórico-social argentina (y, repetimos, especialmente porteña) del país partido en dos, pero no solamente en pobres y ricos, sino también en interior y Buenos Aires, buscamos también lo que puede haber influido: la configuración geográfica, el lugar geopolítico que ocupa Buenos Aires es único, existe como un fatal embudo geográfico que hace de Buenos Aires el único enlace topográfico e hidrográfico entre el cono sur y la conexión marítima con el mundo occidental. Incluso no existe la posibilidad de una ruta terrestre (debido a los Andes por un lado y a la selva tropical por el otro) ni siquiera con nuestro ”amo blanco” del norte, tradicionalmente ”modelo intelectual” desde la Constitución Nacional hasta los programas escolares sarmientinos. Es decir, este es un ”país-isla” pues no nos integramos a Latinoamérica, (pues nos consideramos un país europeo) y estamos casi tan lejos de Europa como lo está Japón (son más de 20.000 kilómetros a una y otra parte, desde Europa). Cuando se percibe a la Argentina desde Europa o Estados Unidos, recién nos damos cuenta los argentinos que estamos viviendo una especie de delirio colectivo; asumirnos como país de ”cultura europea” cuando estamos prácticamente unos kilómetros antes de que el mundo se acabe. Cuando, tomando como referencia el hemisferio continental (el norte) buscamos en el globo terráqueo a la Argentina tenemos la sensación de ”caernos” del mapa. 

Desde el punto de vista de la antropología estamos en situación de una cultura de ”Finis Terrae”, es decir, de una cultura de fin de mundo. Especialmente si consideramos que nuestro hemisferio (el sur) es casi totalmente oceánico, que no tenemos – salvo Chile (separado por los Andes) y la lejana Australia – vecinos lateralmente. La actitud de dependencia nos coloca a todos y, especialmente al grupo intelectual y profesional, en una identidad cultural de impostura, de medio camino: asumimos, aprendemos y defendemos la cultura de un mundo en el que nunca podemos estar incluidos” PSICOTERAPIA DEL OPRIMIDO Alfredo Moffatt

Migrando hacia una sociedad atemorizada y hostil

Rafael Cuevas Molina, destacado historiador, escritor y artista plástico. Licenciado en filosofía y magíster en historia cuyos estudios ha llevado a cabo en Rumanía y Costa Rica. Doctor en Historia por la Universidad de La Habana, Cuba. Es catedrático, investigador y profesor en el Instituto de Estudios Latinoamericanos (IDELA), adscrito a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional (UNA), Costa Rica. Dirige el Suplemento Cultural, publicación conjunta del IDELA y del Programa Identidad, Cultura, Arte y Tecnología (ICAT) del Centro de Investigación, Docencia y Extensión Artística (CIDEA) de la UNA, así como Con Nuestra América, órgano difusor de la Asociación por la Unidad de Nuestra América (AUNA-Costa Rica), escribe:

En Estados Unidos está en curso una serie de cambios que están transformando radicalmente la sociedad. Su clase media ha venido disminuyendo, los mega-ricos concentran cada vez más riqueza, y crecen los bolsones de miseria en regiones en las que grandes corporaciones se han traslado a otros lugares del mundo que les ofrecen ventajas comparativas que abaratan su producción.

Adicionalmente, viejos temores que originalmente solo se entendían como producto de la imaginación literaria, han pasado a corporizarse y a formar parte del mundo distópico que continuamente alimenta el universo de grupos de derecha y extrema derecha con teorías conspiracionistas que difunden a través de las redes sociales.

Ese mundo distópico se basa en tendencias reales que, leídas desde las aspiraciones y temores del pensamiento neoconservador, se ven como terribles amenazas que deben ser enfrentadas radical y enérgicamente desde ahora, antes que sigan su curso y se concreten.

Uno de los agentes de cambio que llevaría a ese horizonte distópico serían los migrantes, que alimentarían a la tendencia que estaría llevando a un cambio en el perfil demográfico de la población estadounidense.

En efecto, los migrantes “de color”, que tratan de llegar a los Estados Unidos haciendo un largo peregrinaje a través de selvas inhóspitas; enfrentando al crimen organizado que planea sobre ellos como zopilotes al acecho; a los corruptos órganos represivos de los estados por donde tienen que atravesar y que, al final, tienen que enfrentarse a los desiertos de Arizona, Texas o Nuevo México, alimentarían ese “oscurecimiento” de la sociedad estadounidense que llevaría a lo que la novela de Jean Raspall llamó, en 1973, “el gran reemplazo”, que llevaría al colapso de la cultura occidental.

El supremacismo blanco, que tuvo un protagonismo de primer orden en la pasada administración de Donald Trump, cuyos integrantes llegaron a tomar el edificio del congreso en Washington, clama por que no se haga realidad las proyecciones de la Oficina del Censo de EEUU, que proyecta que hacia el 2043 los blancos dejarán de ser la mayoría de la población estadounidense y serán desplazados por la suma de la población hispana que aumentaría de 53,3 millones en la actualidad a 128,8 millones en 2060 y la afroamericana, que pasaría de los 41,2 millones actuales a los 61,8 millones.

Partiendo del supuesto según el cual los blancos son la “raza” que porta la vocación de progreso, tal cambio demográfico llevaría a la transformación de los Estados Unidos en un país del Tercer Mundo, algo que ya estaría sucediendo en la actualidad por el desplazamiento del poderío económico mundial hacia China.

Quiere decir todo lo anterior que los migrantes no son vistos solamente como amenaza por la eventual sustitución de fuerza de trabajo local, sino, más profundamente, como agentes portadores del declive de los Estados Unidos. Serían el equivalente a los bárbaros que asediaron al imperio romano en los albores de nuestra era y que a la postre le hicieron morder el polvo de la derrota, llevando a una era de oscurantismo que duró siglos.

En este contexto, la oposición a la llegada de migrantes “oscuros” se entiende como una verdadera cruzada, y sus impulsores son vistos como héroes salvadores. El principal héroe de estas huestes “salvadoras” es Donald Trump quien, ahora en cuarteles de invierno, se apresta a volver a la presidencia en 2024 para seguir construyendo el muro “de la vergüenza” en la frontera con México, y hacer todo lo posible por detener a quienes provienen de esos “agujeros de mierda” a los que tanto aborrece.

(Tomado de Prensa Ecuménica (PE))

Noticias desde el Norte

Elda Cantú, Senior News Editor, Latin America, escribe el Newletter “El Times” para “The New York Times”

Los demócratas enfrentan un dilema: ¿distanciarse del presidente Joe Biden o unirse para apoyar su agenda?

Esta semana hubo elecciones en algunos lugares de Estados Unidos y los resultados han inquietado a muchos en el Partido Demócrata: los republicanos ganaron la gubernatura en el estado de Virginia, donde Biden se impuso el año pasado en la elección presidencial con 10 por ciento de ventaja. En Nueva Jersey, un estado que Biden ganó con una diferencia de 16 por ciento, la contienda también estuvo muy ajustada.

¿A qué se debe el descontento con el Partido Demócrata?

La congresista demócrata por Virginia, Abigail Spanberger, dijo que en la elección de 2020 los votantes dieron un mandato limitado a Biden: detener a Donald Trump y lograr que la vida estadounidense retornara a la normalidad. “Nadie lo eligió para ser Franklin Delano Roosevelt, lo eligieron para que fuera normal y pusiera fin al caos”, indicó.

Pero el mandatario ha impulsado una ambiciosa agenda en materia de infraestructura, impuestos, política social y medioambiente que no ha logrado sumar el respaldo del Congreso. La ciudadanía también está muy descontenta con su desempeño. Solo un presidente estadounidense en la historia de los sondeos modernos ha tenido tasas de aprobación más bajas que las que Joe Biden tiene ahora: Donald Trump.

Los votantes se sienten frustrados por la escasez de mercancías, el manejo de la pandemia y algunos temas que los estadounidenses más conservadores perciben como un ataque a sus libertades: los derechos trans, los mandatos de vacunación y uso de mascarillas y la enseñanza de temas raciales en las escuelas.

Ahora la tarea para los demócratas será definir su estrategia de cara a las elecciones de medio término en 2022, pues si no logran fortalecer sus números en el Congreso quedarían imposibilitados para aprobar los proyectos legislativos más significativos del resto del mandato de Biden.

La agenda Nacional

Algunas noticias en el sur del continente. Específicamente en nuestro país, completan el marco de información y reflexión que comparto agradecido de quienes dispensen su tiempo en esta lectura

Alimentos

El costo de la comida en el mundo se disparó en el mes de octubre y alcanzó su nivel más alto desde julio de 2011 en todo el mundo. Así lo revela el índice de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación.

La medición registró una media de 133,2 puntos, lo que significa un 3% más que en el mes de septiembre, alcanzando los tres meses consecutivos en alza.

El precio mundial del trigo aumentó un 5%, en un contexto de escasez de reservas por la disminución de cosecha en Canadá, Rusia y EEUU. El resto de los cereales también aumentaron de precio. Los aceites vegetales aumentaron un 9,6% en un mes, contribuyendo a elevar los datos de octubre. 

FMI

El organismo ratificó que analizará la política de sobrecargos antes de fin de año, posiblemente durante diciembre. El pedido de revisar las sobretasas de interés que pesan sobre países que recibieron créditos del organismo es impulsado, entre otros países, por Argentina. La demanda obtuvo el respaldo del G-20 en la pasada cumbre del fin de semana. 

El vocero del FMI dijo ayer en conferencia de prensa que el directorio del FMI tendrá una reunión formal al respecto en algún momento “hacia fin de año”, aunque no precisó una fecha exacta.

Precio de los medicamentos

Tras la reunión con los laboratorios, el gobierno anunció un principio de acuerdo para retrotraer el precio de los medicamentos a valores vigentes al 1 de noviembre y mantenerlos sin cambios hasta el 7 de enero.

Los representantes de las cámaras que nuclean a los laboratorios manifestaron su voluntad de llegar a un acuerdo.  

Para la población con cobertura de seguridad social, se informó la decisión de avanzar en la reimplantación de precios de referencia para un conjunto de principios activos de uso ambulatorio. Además se llegó a un acuerdo para retomar la carga de precios por parte de los laboratorios en el Vademecum Nacional de Medicamentos que publica la ANMAT. 

Costa Salguero

El Frente de Todos de la Ciudad de Buenos Aires, junto a organizaciones sociales y ambientales, presentaron en la Legislatura porteña más de 50 mil firmas para promover la creación de un Parque Público en Costa Salguero y evitar la venta del predio. 

La constitución de la Ciudad de Buenos Aires prevé la figura de iniciativa popular. Si se recolectan el 1,5% de las firmas del electorado, el proyecto toma estado parlamentario y debe ser debatido por las fuerzas políticas integrantes de la Legislatura. 

Elecciones 2021

El gobierno nacional confirmó ayer cambios en el protocolo para las elecciones del próximo 14 de noviembre. A diferencia de las PASO, en esta oportunidad no habrá dos filas para votar (una fuera y otra dentro) sino que se volverá al esquema tradicional de filas por mesa.

Al igual que en las PASO, el domingo 14 todo el transporte de jurisdicción nacional será de uso libre y gratuito para poder acceder a los centros de votación.  

Derechos Humanos y perspectiva de Genero

Cosecha Roja es un medio de comunicación que propone pensar la violencia y la seguridad desde una perspectiva amplia, con una visión donde prevalecen los derechos humanos y la igualdad de género. Cosecha Roja es, además, una red de intercambio y formación de periodistas judiciales de América Latina. Desde su inicio el sitio planteó el acompañamiento en el trabajo cotidiano y la formación de periodistas, además de proponer la ampliación de la agenda del periodismo judicial a temas que exceden la nota roja tradicional.

Cosecha Roja nació en 2010 en los primeros encuentros de periodistas, académicos, escritores y guionistas organizados por la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) y Open Society Institute (OSI) como parte del Programa Narcotráfico, Ciudad y Violencia en América Latina. En 2013, se firmó el primer convenio de colaboración con la Asociación Miguel Bru para difundir y garantizar el fortalecimiento de los Derechos Humanos.

Traemos textos de otras latitudes para aportar a los debates locales, buscando nuevas preguntas que nos permitan seguir pensando críticamente la agenda de “justicia” de los feminismos. Dicen que quien traduce traiciona. Nos animamos a hacerlo sabiendo que, aunque son ideas pensadas para otros contextos, nos permiten aprender de sus estrategias, experiencias y reflexiones.

Desconfiamos de las respuestas rápidas o naturalizadas y estamos convencidxs de que necesitamos salirnos del dilema falaz entre punición y garantías neoliberales, entre impunidad selectiva o demagogia punitiva. Proponemos, entonces, otras lecturas que recuperan la historia de los feminismos anticarcelarios, negros, travestis, pro sexo, interseccionales, que se animan a nuevas respuestas y a marcar distancia -cuando no ruptura- con la senda del castigo estatal y sus despliegues tal como los conocemos.

Sin emitir acusaciones cruzadas, sino simplemente desde la urgencia de estas preguntas, la serie busca recuperar nuevos y viejos debates, leernos, pensarnos, dudar, cuestionar, traducir, traicionar y volver a leer.

Grupo de Trabajo de Feminismos y Justicia Penal de INECIP

 La injusticia en la prisión

Maisha Z. Johnson es Asociada de contenido digital y escritora de “Everyday Feminism”. Puedes encontrarla escribiendo en las intersecciones y sin vergüenza caer en su obsesión con la cultura pop en la web. Trabajó anteriormente en CUAV, la organización LGBTQ contra la violencia más antigua del país, y ¡Encendides! (Fired Up!), un programa de la CUAV. A través de su propio proyecto, Arte de Manchas (Inkblot Arts), Maisha aprovecha las artes creativas y los medios digitales para amplificar las voces de aquelles a menudo silenciades. Dale Me gusta en Facebook o seguila en Twitter @mzjwords. Escribe este texto en Cosecha Roja

Este artículo fue originalmente titulado “3 reasons prison injustice is a feminist issue that needs our attention now” y publicado en Everyday Feminism. Traducido por Lucía Sbriller.

La injusticia en las prisiones exige nuestra atención, y como feministas interseccionales, tomar medidas contra ella debe provenir de lo más profundo de nuestros valores.

Si bien algunes de ustedes pueden pensar que estamos alejando nuestra atención de las cuestiones feministas más apremiantes para centrarnos en la injusticia en las cárceles, este no es un asunto separado.
Los problemas con la policía y las cárceles ya son una gran parte de los problemas que comúnmente abordamos como feministas.

Y no podemos ignorar eso.

Si lo hacemos, entonces las personas más vulnerables entre nosotres -aquellas que a menudo se ven más afectadas por los sistemas de opresión y quienes tienen la menor cantidad de recursos de apoyo-, continuarán siendo silenciadas y olvidadas.

Y perderemos la oportunidad de abordar varios aspectos significativos de nuestro trabajo feminista interseccional, como si intentáramos poner curitas en las partes más visibles de las cuestiones (mientras permitimos que las raíces de la injusticia permanezcan sin ser abordadas).

Entonces, hablemos sobre por qué la injusticia en las prisiones es un asunto feminista y cómo podemos ayudar a detener el camino destructivo de este sistema brutalmente opresivo.

¿Qué es la injusticia en la prisión?

Combatir la injusticia en las cárceles significa enfrentarse al complejo industrial de la prisión: una industria multi-billonaria que genera ganancias masivas para las corporaciones mientras encarcela a personas privadas de sus derechos en cárceles, prisiones, centros de detención de menores y centros de detención de inmigrantes.

En los Estados Unidos, el sistema penitenciario tiene una historia problemática, que se desarrolla desde las raíces de la esclavitud, se expande a través de la retórica como las leyes “duras contra el crimen” y la “Guerra contra las drogas”, y se gana el inquietante título de encarcelar a la mayor población de personas en el mundo.

Hoy, el impacto generalizado de un sistema carcelario tan monstruoso es claro: el encarcelamiento masivo, las comunidades temerosas y los ciclos de violencia aparentemente interminables tienen un costo devastador para las personas racializadas, las personas pobres y otros grupos ya privados de sus derechos.

La injusticia de la policía y el sistema penitenciario incluye la criminalización selectiva de grupos marginados de personas, el abuso de prisioneros y otras violaciones de los derechos humanos, y las sorprendentes ganancias que las corporaciones obtienen al deshumanizar y explotar a las personas encarceladas.

¿Qué tiene esto que ver con el feminismo? ¡Aquí hay 3 conexiones!

Aquí hay algunos conceptos básicos para fundamentarnos cómo todo esto se relaciona con el feminismo.

1. La interseccionalidad importa

La primera es que, en palabras de la guerrera feminista lesbiana negra Audre Lorde, “no existe una lucha de un solo tema, porque no vivimos vidas de un solo tema”.

En otras palabras, ¡interseccionalidad para la victoria!

Si tu concepto de feminismo se limita a la definición básica de “igualdad de derechos para las mujeres”, entonces te estas perdiendo algo.

Después de años de tareas de estudio y activismo, hemos aprendido que no podemos separar múltiples opresiones, al igual que no podemos separar múltiples partes de la identidad de una sola persona.

Si vamos a luchar contra el patriarcado, tenemos que llegar a sus raíces, lo que significa que también debemos abordar las otras formas de opresión que se intersectan con el sexismo para crear una jerarquía del valor de la vida humana.

Entonces, las fuerzas impulsoras del clasismo y el racismo que alimentan el sistema penitenciario hacen de este un tema feminista.

Ahora también tenemos el concepto de kiriarquía para describir el complejo sistema social que mantiene las opresiones interseccionales en su lugar.

La kiriarquía nos ayuda a comprender que estamos luchando no solo contra la opresión de género, sino también todos los sistemas opresivos que nos impactan de manera combinada.

Combatir la injusticia en la prisión no es una cuestión de alejarse del feminismo para abordar otra cosa.
Es entrar en toda la verdad de lo que significa ser una feminista trabajando para cambiar los cimientos de las normas culturales dañinas que tienen tantas personas luchando por sobrevivir en condiciones opresivas.

2. Justicia para todes

Lo que me lleva a mi segunda observación que nos da fundamento en este tema: el hecho de que, al comprometernos con el feminismo interseccional, mostramos cuán geniales somos al pensar compasiva y críticamente sobre lo que está sucediendo en nuestro mundo.

Naturalmente viene con el territorio de buscar crear un mundo justo.

Independientemente de si los términos “interseccionalidad” y “kiriarquía” son palabras regulares en tu vocabulario o completamente nuevas para ti, tu compromiso con el feminismo te da la capacidad de preocuparte por el sufrimiento de otras personas, de establecer conexiones entre sus luchas y las tuyas, y empatizar con las experiencias de opresión, incluso si no son las tuyas propias.

Incluso si la injusticia en la prisión no afecta directamente tu vida, ya has demostrado que te importan los problemas relacionados con ella.

Deberíamos tener mucho cuidado al hacer la pregunta: “¿Qué tiene esto que ver con el feminismo?” En mi experiencia, a las personas que hacen esta pregunta con frecuencia les falta una pieza fundamental de la foto más grande.
A menudo no se dan cuenta de que lo que quieren decir es “¿Qué tiene esto que ver con las mujeres blancas cis-género de clase media?”

Y el feminismo excluyente obstaculiza nuestro movimiento hacia un mundo de verdadera justicia para todes.

3. Es una cuestión de género

El feminismo comenzó enfocándose en la justicia de género, y la tercera verdad en la que nos basamos, es el hecho de que luchar contra la injusticia en las prisiones es, en gran medida, una cuestión de lucha por la justicia de género.

Desde 1985, el número de mujeres encarceladas ha aumentado casi al doble de la tasa de hombres.

A través de una lente interseccional, vemos que las tasas aumentan aún más en las intersecciones de identidades.

Las mujeres negras, como la población carcelaria de más rápido crecimiento, tienen tres veces más probabilidades de ser encarceladas que las mujeres blancas, y las mujeres latinas tienen un 69% más de probabilidades.

Una de cada cinco mujeres transgénero ha sido encarcelada en algún momento de su vida, con una tasa aún mayor, del 47%, para las personas transgénero negras.

Las mujeres pobres son criminalizadas simplemente por el hecho de ser pobres, y por muchas de las tácticas de supervivencia que las personas de bajos ingresos usan para sobrevivir.

En la era de Ferguson, es posible que haya escuchado muchas conversaciones sobre la violencia estatal en relación a los hombres negros y marrones.

Pero la verdad es que el encarcelamiento masivo y la brutalidad policial tienen un impacto devastador en las personas de todos los géneros y en las personas agénero.

Expandiendo nuestro trabajo feminista

Tenemos que llevar esta lucha a los círculos feministas. Examinemos tres formas en que podemos expandir las conversaciones que ya estamos teniendo para hacerlo.

1. Violencia de pareja

La violencia en las parejas ha sido una preocupación en el movimiento feminista desde hace un tiempo.

En la década de 1970, se conocía como el Movimiento de Mujeres Maltratadas (Battered Women’s Movement), centrado en la violencia doméstica conyugal.

Ahora entendemos que la violencia en la pareja íntima incluye más que el abuso físico, y sabemos que les sobrevivientes pueden ser personas de cualquier género, orientación, raza u origen económico.

Es tiempo de que también reconozcamos que poner fin a la violencia en la pareja debe incluir abordar los problemas con el sistema de justicia penal.

Esto puede ser difícil de realizar, especialmente porque incluso las campañas feministas contra la violencia doméstica a menudo presionan por más policías, sentencias más severas y otros enfoques basados ​​en la aplicación de la ley y los tribunales.

Si bien la respuesta común a la violencia en la pareja es la intervención policial y el encarcelamiento, estas “soluciones” simplemente no son soluciones en absoluto para muches sobrevivientes.

Por ejemplo, algunes sobrevivientes son revictimizades cuando llaman a la policía y se enfrentan a agentes de la ley que no les creen ni los toman en serio.

Y debido a que las personas que viven en las intersecciones de la opresión son, de manera desproporcionada, el blanco de la policía y los sistemas penitenciarios, también corren el mayor riesgo al solicitar la intervención estatal.

Muches sobrevivientes LGBTQIA + son descritos como agresores, acosades ​​y arrestades por la policía a la que piden ayuda. Las mujeres negras están encerradas, en tasas horrorosas por defenderse.

Un asombroso 75% de las mujeres encarceladas son sobrevivientes de violencia doméstica.

Para mucha gente, la policía y las cárceles hacen pero el problema de la violencia de pareja, no mejor.

Entonces, en lugar de presionar por un enfoque de la violencia en la pareja que dependa de otro sistema violento, tenemos que reconocer que el sistema de justicia penal no es útil para todes les sobrevivientes, y que es totalmente abusivo para aquelles que son de las comunidades a las que este sistema señala y criminaliza.

2. Violencia sexual

La violencia sexual también suele estar al frente del activismo feminista.

Y de manera similar a las campañas para terminar con la violencia en las parejas, muchas personas abordan el trabajo contra las violaciones en el entendimiento de que denunciar la violación es una de las mejores formas de prevenir violaciones.

Esta idea está mal. Existen muchas barreras para denunciar la agresión sexual, incluidas la culpabilización de las víctimas, la falta de apoyo y la hostilidad de quienes aplican la ley.

En las detenciones, la agresión sexual también es un gran problema. Une de cada diez reporta haber sido agredide sexualmente mientras estaba encarcelade, con frecuencia por el personal de la prisión, y las personas queer y trans tienen muchas más posibilidades de sufrir agresión sexual bajo custodia.

Con demasiada frecuencia, la violación en prisión es el objeto de una broma, pero tenemos que tomarlo en serio, si seriamente queremos terminar con la cultura de la violación.

De manera alarmante, la conexión entre la injusticia de la prisión y la violencia sexual comienza incluso antes del encarcelamiento. Las niñas bajo custodia tienen cuatro veces más probabilidades que los niños de decir que han sido abusadas sexualmente.

Y el camino de la escuela a la prisión castiga a les niñes con discapacidades y a les niñes racializades con más dureza que otros, aumentando sus posibilidades de ingresar al violento sistema de justicia penal incluso desde una edad temprana.

La violencia sexual afecta a les sobrevivientes de todos los orígenes, incluidos los hombres, las personas encarceladas y les jóvenes, y el sistema penitenciario les falla a todes.

En lugar de estructurar a la policía y las cárceles como nuestra solución final a la violencia sexual, necesitamos apoyar a les sobrevivientes en la toma sus propias decisiones e incluir en nuestras campañas contra la violación un entendimiento de cómo la injusticia en la prisión perpetua la cultura de la violación.

3. Asistencia médica.

Al igual que la violencia sexual y en las parejas, el foco feminista en la atención médica ha cambiado a medida que crece nuestra comprensión del panorama general a su alrededor.

Solíamos enmarcar las campañas en torno a temas como el derecho al aborto, el control de la natalidad, el embarazo y la maternidad como “asuntos de mujeres”, y muchas personas todavía lo hacen.

Una comprensión más profunda de la atención médica revela que las mujeres no son las únicas personas para las que estos temas son relevantes.

Para abogar por un sistema de atención médica justo, hemos descubierto que debemos abordar las disparidades en el acceso y la calidad de la atención médica para las personas racializadas y las personas LGBTQIA +.

Y con lo que sabemos sobre la injusticia en la prisión, también podemos entender ahora cómo nuestros valores feministas nos llaman a abordar los problemas con la atención médica en el sistema penitenciario.

La atención médica en las cárceles es deplorablemente inadecuada, mientras que las compañías contratadas para brindar atención médica a les prisioneres ganan miles de billones de dólares.

La realidad de los problemas de salud que a las feministas siempre les han importado es horrible cuando se trata de prisión.

Informes recientes han encontrado, “sorprendentemente” que la atención reproductiva tiene estándares deficientes en la prisión, incluyendo demoras en el acceso a la atención ginecológica y la denegación de acceso a artículos como anticonceptivos y suministros sanitarios.

Las personas son esposadas rutinariamente durante el embarazo y el parto, a pesar de las leyes que prohíben esta práctica.

A las personas transgénero detenidas a menudo se les niega la atención médica necesaria.

La legislación para presentar cargos contra las personas que luchan contra la adicción a las drogas durante el embarazo es un ejemplo de cómo las madres pobres y las madres racializadas son especialmente criminalizadas.

Todo esto y más ha llevado a una comprensión más profunda de cómo las feministas pueden y deben abordar la atención médica.

Por ejemplo, las mujeres negras están liderando un cambio desde el uso de un marco pro-opción para enfocarse en el derecho al aborto para abordar la justicia reproductiva.

La justicia reproductiva incluye un análisis más amplio de las restricciones raciales, económicas, culturales y estructurales que nos impiden a muches de nosotres tener un entorno seguro y saludable para vivir y criar familias.

También hay personas haciendo esfuerzos para elevar la conciencia y abordar el impacto del encarcelamiento masivo en la salud de la comunidad, revelando verdades sorprendentes sobre las tasas de ansiedad, depresión y otros resultados de trauma en comunidades con altas tasas de encarcelamiento.

También puedes ayudar cambiando la conversación.

No permita que las conversaciones sobre las preocupaciones feministas que se refieran la atención médica omitan la angustiosa realidad del sistema penitenciario.

Avanzando – Cómo luchar por la verdadera justicia

Así que ya has entrado en esta conversación con las poderosas herramientas de tu compasión, habilidades de pensamiento crítico y pasión por el avance de la verdadera justicia.

Ahora también puedes considerar cómo podrías aplicar este marco expandido contra la opresión para ayudar a combatir la injusticia en las cárceles como parte integral de tu trabajo feminista.


 

No te detengas en los límites de cómo los problemas como la violencia de pareja, la violencia sexual y la atención médica se relacionan con mujeres sanas, cisgénero, de clase media y / o blancas.

Habla, cuando puedas, para corregir los conceptos erróneos que muchas personas sostienen sobre el sistema de justicia penal como una institución justa que castiga a las personas “malas” y protege a les sobrevivientes. Haz saber a las personas a tu alrededor que el sistema de “justicia” criminal no es justo.

En lugar de respaldar las políticas y campañas que construyen el poder del sistema penitenciario dañino, busca oportunidades para abogar y donar a organizaciones y agencias que apoyan la autodeterminación de les sobrevivientes y un enfoque transformador de la justicia.

Recomiendo INCITE!, Resistencia Crítica, y CUAV (Community United Against Violence o Comunidad Unida contra la Violencia), para empezar.

Terminaré con las palabras de una mujer con la que trabajo y admiro inmensamente, Samantha Rogers. Ella es una de las cofundadoras anteriormente encarceladas de ¡Encendides! (Fired Up!), un programa de empoderamiento de la CCWP (California Coalition for Women Prisoners o Coalición de California para Mujeres Prisioneras).

Cuando le pregunté a Samantha por qué luchar contra la injusticia en las cárceles es un asunto feminista, ella me dijo que las experiencias deshumanizantes que vienen con el encarcelamiento a menudo siguen una vida de silenciamiento y abuso, lo que lleva a les recluses a tener una perspectiva aún más desesperanzada sobre las posibilidades de sobrevivir a esta difícil vida.

Pero, dijo, luchar contra el sistema penitenciario, “nos devuelve nuestra dignidad, autoestima y autoestima. Nos permite volver a ser madres, hermanas, abuelas, tías, volver a la hermandad. Cuando todo eso sucede, nos permite confiar en nosotres mismes de nuevo”.

Biopolítica y Biopoder

¿autoritarismo u orden de los cuerpos?

El hilo conductor de lo que vengo compartiendo y expresando en este día, tiene que ver con “lo humano” en tanto concepción occidental que desde el iluminismo y las revoluciones industriales, Fragmenta para comprender relaciones entre partes de una totalidad que, en la realidad compleja, no aparece fragmentada. Por tanto la partición arbitraria muchas veces se pierde en la bruma de la historia que olvida su origen y su intención. Su sentido. El porque y el para que de esa fragmentación. Las preguntas que se intentaban responder con esa fragmentación.

Que el sexo sea entendido, nombrado y pensado, como actividad “individual” o como parte de un “sistema de relaciones” o como el mero acto de procrear o saciar deseos y ansiedades, en mucho depende del modelo de fragmentación en el que hemos sido educado y hemos experimentado nuestras propias experiencias o referido las experiencias que han llegado a nuestra comprensión.

Que “lo sexual” “lo biológico” “lo psíquico” “lo conductual” , las relaciones humanas elementales como el comer, dormir, asearse, esforzarse para alcanzar algo material o espiritual que nos contente y haga que sintamos que hemos vivido un “buen día”, forman parte de diversos sistemas y modelos que fragmentan la vida para poder generar los pensamientos y las imágenes mentales con las que sugerimos respuestas a las preguntas que motivan a nuestra inteligencia racional a producir “Lo humano” en medio de relaciones entre humanos y con los objetos y entornos en los que nos movemos y producimos lo común: La sociedad, el barrio, el pueblo, el mundo …

Como sabemos, los trabajos de Michel Foucault de los años 1974-1979 han dado origen a una corriente de pensamiento en la filosofía política contemporánea en torno a la cuestión de la biopolítica. Dentro de esta
corriente de pensamiento se destacan los italianos Giorgio Agamben, Roberto Esposito y Toni Negri, pero también se cuentan franceses, alemanes y estadounidenses. Para mencionar solo algunos nombres: Jacques Rancière, Peter Sloterdijk y Timothy Campbell.
Ahora bien, una de las conclusiones obtenidas a partir de nuestro tra-
bajo es que la pluralidad del concepto de biopolítica en Foucault puede ser tomada, sobre todo si se tienen en cuenta sus supuestos metodológicos, como una matriz conceptual de la corriente biopolítica. Los diferentes autores se orientan, en efecto, en relación con alguna de las diferentes formulaciones de la biopolítica en Foucault: el eje biopolítica-soberanía es retomado por Agamben en Homo sacer I, el eje biopolítica-gobierno-economía, también por Agamben en Il Regno e la Gloria –modificando así algunas de sus posiciones anteriores–, el eje biopolítica-medicina, por Roberto Esposito y, finalmente, el eje biopolítica-guerra por Toni Negri y Roberto Esposito. Esta cuádruple matriz conceptual de la biopolítica muestra no pocas analogías con lo que Georges Dumézil denominó la trifuncionalidad de la ideología indoeuropea (soberanía-gobierno –puesto que la primera función es doble–, guerra y economía).
Al respecto, dos observaciones. En primer lugar, la relación entre Fou-
cault y Dumézil todavía no ha sido suficientemente analizada y, en todo caso, cuando se ha hecho, la problemática de la biopolítica se ha dejado de lado. En segundo lugar, el propio Dumézil abre la posibilidad de esta comparación cuando, a propósito de la trifuncionalidad y el pensamiento griego, afirma que sus funciones son denominadas por Plutarco, precisamente, bíoi, formas de vida (Dumézil, 1992: 92).
Ahora bien, el mapa de esta corriente biopolítica se dibuja en torno a
cuatro categorías que estructuran, a nuestro juicio, todo su campo conceptual: vida, política, posthistoria y uso. Ninguna de ellas es, obviamente, una categoría originariamente biopolítica. Tres de ellas, además, hunden sus raíces en la filosofía clásica griega.
Otro aspecto que me parece fundamental en este mapa conceptual, es
que cada una de estas categorías, a partir de su reformulación biopolítica,
está atravesada por una tensión interna constitutiva: vida y forma-de-vida, la política como soberanía y la política como gobierno; la posthistoria como suspensión del derecho, excepción, y la posthistoria como realización del derecho y, finalmente, la oposición entre uso y propiedad.

UNA CARTOGRAFÍA CONCEPTUAL DE LA BIOPOLÍTICA - Edgardo Castro en Cuadernos de pensamiento biopolítico latinoamericano / 1 UNIPE 2013

Sin alguna fragmentación, la posibilidad de la razón lógica se desvanece pues “lo humano” tiene como imposibilidad acceder al conocimiento puro en tanto totalidad, absoluto. Esa imposibilidad fáctica, esa falta, ese agujero negro, que nos poseé y que poseemos, es decir , donde ninguna separación es posible por tanto no hay separación entre el yo y cualquier otra cosa a mi alrededor y soy uno con todo lo que existe, es aún y así posible, solo porque tácitamente produje la separación de mi yo con ese todo al que pertenezco y que entonce me devuelvo a ese todo en esa idea. La biopolítica no se constituye sino a partir de un modelo de fragmentación que define la vida y la política como fragmentos y comienza a pensar sus relaciones.

La vida ofrece sus fragmentos. En occidente, la fragmentación común y protohistórica es la de “yo” /Dios-Naturaleza, A partir de esta, el “yo” se fragmenta en “cuerpo”, “alma” “espiritu”. La ciencia produce nuevos fragmentos … Lo bio – lógico , pensar la vida como “objeto” y especialmente como “objeto material” pasible de manipulación. La manipulación de la vida como objeto es parte de lo Humano desde que se descubrió como producir fuego y es una característica humana. Crear, producir, generar cosas a partir de lo que ya esta alrededor nuestro. El conocimiento es precisamente esto.


 

El asunto es el para que del conocimiento. Allí entran a tallar esas diferencias que en occidente se han definido y determinado siempre por medios violentos, opresivos, de dominación de unos sobre otros, de torturas de los cuerpos y de las mentes para forzar a aceptar las fragmentaciones que legitiman el poder del poderoso y el dominio de sus estructuras sobre el cuerpo, el alma y el espíritu de los otros.

El Patriarcado, colonialista, Capitalista, neoliberal no es sino su consecución histórica. El poder del varón sobre la mujer, del Imperio sobre las colonias, el poder del dueño de las tierras sobre los trabajadores condenados a vender sus fuerzas de trabajo o antes, sobre los esclavos comprados y vendidos para ello, El poder de posesión de las herramientas o insumos para generar productos (Bienes) o Servicios asociados al uso o mantenimiento de esos bienes generaron las revoluciones industriales y las formas de los Estados que la legitimaron como forma de producción globalizada. Hoy en su etapa neoliberal, la dependencia en torno a un fetiche: el dinero, representación acumulable y de reserva del valor de la vida. Cuantos mas recursos financieros se hayan acumulado (Ya por herencia, ya por poder violento, ya por algo de esfuerzo o imaginación), mayor el poder (La posibilidad de acumular vida de otros, esfuerzo de otros, ideas e imaginación de otros). Del mismo modo que los cuerpos de las prostitutas son mercancía para satisfacer el deseo de placer de los varones y que hoy “mentirosamente” se supone igualado cuando las mujeres acceden a la misma posibilidad enajenante de lo humano respecto del hombre y de fragmenta el deseo con la capacidad de reproducción, la supervivencia de la especie y el acto mas humano de todos … el de amar. La entrega total de lo “propio” y el regalo de la maravilla que resulta de la entrega “total” del otro que completa el acto humano mas sublime y digno de la vida humana.

La monogamia en el amor no es una mas de las opciones que la voluntad y el libre albedrío puede producir, sino la mas bella y perfecta combinación, escasa por cierto, de dos vidas que se eligen mutuamente y deciden compartir su experiencia vital.

Del mismo modo la coherencia en la política no es una opción. Es la humana diferencia entre buscar conocimiento y decir verdad. A buscar poder y elegir mentira.

La biopolitica plantea la búsqueda de perfección en lo común en un orden fragmentado que intente encajar las piezas provocando el menor sufrimiento posible y alterando toda estructura de poder que no provenga de la cesión consciente que, en esa fragmentación, divide tareas para el bien común. Un orden en el amor. Nadie se salva solo. Que cada quién haga su parte.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack




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