El virus es el sistema

 

Si los virus contaran su historia…

Eugenio Raúl Zaffaroni, nacido en Buenos Aires un 7 de enero de 1940, se desempeño como juez, jurista, jurisconsulto, escribano y criminólogo, graduado de abogado en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires en 1962 y obtuvo el doctorado en Ciencias Jurídicas y Sociales en la Universidad Nacional del Litoral en 1964. En el área doctrinaria se destacó por sus aportes a la teoría del delito desde la concepción finalista.

Fue juez penal, convencional constituyente de la Nación, legislador de la Ciudad de Buenos Aires e interventor del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI). Entre 2003 y 2014 fue miembro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Desde 2016 se desempeña como miembro de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Fue profesor de Derecho Penal e Historia y Filosofía del Derecho Penal, y responsable de las cátedras de Criminología, Derecho Penal y Sociología del Derecho en diversas universidades de distintos países.

Escribió el texto que comparto a continuación en el blog de la periodista Liliana Lopez Foresi.

Si los microorganismos infecciosos pudiesen contar su historia y conceder premios equivalentes al Nobel, seguramente glorificarían a todos los colonizadores de los últimos quinientos veintinueve años e incluso un poco más atrás. Celebrarían el 12 de octubre con campanas al vuelo, actos solemnes, bailes populares, discursos ampulosos y fuegos artificiales, porque a pesar de algunas faltas de cortesía menores, nadie ha hecho más para facilitarles su expansión y permitirles generosamente su multiplicación por toda la superficie del planeta.

La pandemia que ahora sorprende y angustia no es más que otro momento de la expansión de estos diminutos protagonistas de la historia, tan callados, silenciosos, subestimados, olvidados, inadvertidos muchos hasta que el microscopio electrónico permitió detectarlos, pero siempre presentes, de la mano de todos los colonizadores desde que el mundo empezó a ser mundo y a cometer genocidios como crímenes mundiales.

Si tuviesen la posibilidad de narrar su propia historia desde la perspectiva de su diminuta pero importantísima función protagónica, desde su cosmovisión valorarían el recorrido de sus andanzas por el planeta y, seguramente, comenzarían por relatar con legítimo orgullo cómo en tiempos de la revolución mercantil, el comercio europeo con Oriente fomentó la inmigración de sus Yesinia pestis hacia Europa poniendo a su disposición increíbles comodidades, equivalentes a asientos de primera en las divertidas pulgas saltarinas acomodadas en confortables ratas, contrastando con el mezquino muro de Trump con los humanos. Esto les posibilitó alojarse en la población europea, aunque sus alojamientos humanos fuesen algo débiles, al punto que un tercio de ellos no los soportó y colapsaron. Los virus odiarían a los gatos que empezaron a seguir a los humanos, molestándolos al privarlos de algunas de sus confortables ratas calentitas.

Pero igual les agradecerían a los europeos que hubiesen domesticado vacas, cabras, cerdos y demás animales, porque permitieron a otros microrganismos desarrollarse en alegres epizootias. Por supuesto se enfadarían un poco porque les fueron oponiendo los detestables anticuerpos que dificultaron la continuidad de su labor, pero de inmediato les debieran agradecer los inolvidables tiempos heroicos en que gentilmente los invitaron a acompañarlos en sus navíos, poco seguros por cierto, algo endebles en medio de las olas marinas, pero de todos modos les fue muy agradable compartir la experiencia de atravesar el océano e instalarse con singular empeño en unos humanos que, por fortuna carecían de esos antipáticos y molestos anticuerpos.

Por cierto, estos nuevos hoteles humanos americanos les resultaron todavía más débiles que los europeos, pues se les murieron casi todos. No es bueno quedarse sin casas de huéspedes, pero a veces son las consecuencias de la gran demanda de alojamiento, cuyo exceso en demasía es peligroso, pero como nunca se debe intervenir en el mercado, el resultado es inevitable.

De todos modos, no podrían dejar de recordar sus grandes fastos americanos, aquellas concentraciones multitudinarias de sus Variola virus, las comodidades con que se los recibía y albergaba generosamente, lo que también supieron retribuir como correspondía, porque los virus siempre son agradecidos y los colonizadores les debieran reconocer su decisiva ayuda en la toma de Tenochtitlán, firmes aliados junto a Cortés.

Lamentarían que todo eso hubiese acabado cuando siglos después a Jenner se le ocurrió comenzar a desalojarlos con la vacunación. Antes habían empezado a molestarlos con la variolización, que era más peligrosa y cara, pero festejarían que los propios médicos se alzaron contra la vacunación, porque les quitaba ese negocio. Recordarían con nostalgia las famosas ligas anti-vacunación que se alzaron en su defensa en 1866, ciertamente renovadas en estos días. Seguramente los Variola virus celebrarían que todo esto postergó la ejecución de su orden de desalojo, igual que ahora.

Pero los microrganismos no dejarían de rememorar tampoco la generosísima acogida que tuvieron en América las Yesinia pestis de la propia peste bubónica –que no podía faltar-, pero también de otros más que no podrían dejar de registrar en su historia, dado que con toda felicidad produjeron las grandes fiestas del sarampión, la malaria, el cólera, la fiebre tifoidea, la difteria y la escarlatina.

Seguramente nunca olvidarían el enorme campo de albergue que le brindaron a las bacterias Rickettsia prowazeckial del tifus exantemático, que los mexicanos los llamaron cocolitzi. Sería para ellas inolvidable la enorme felicidad que experimentaron al acomodarse en los piojos de patitas tan hábiles y celebrar sus grandes concentraciones y, sobre todo, el imperecedero recuerdo que les habría dejado la llamada gran pestilencia mexicana de 1545, fasto memorable en su historia microscópica.  

Las espiroquetas pálidas, por su parte, nunca podrían olvidar la enorme difusión que le facilitaron los colonizadores. Se reirían de que rechazasen entre ellos haberles dado origen, como si ellas necesitasen una nacionalidad y un pasaporte. Les divertiría mucho relatar esos episodios y, si tuviesen mandíbulas, correrían el riesgo de descoyuntarlas de las risotadas al recordar que los franceses llamaban a sus andanzas mal italiano y los italianos mal francés, los portugueses enfermedad española y los japoneses portuguesa, los polacos alemana, los rusos polaca y los persas turca. Y cuando ya no pudieron seguir con este juego, quisieron hacer creer al mundo que eran americanas. ¿Ellas americanas? ¡Qué disparate divertido! Pero como nunca falta un aguafiestas, repudiarían a ese detestable inventor de la horrible cosa que llaman epidemiología, el veronés Girolamo Fracastoro, que en su Syphilis sive de morbo gallico les descubrió sus juegos en la Europa civilizadora en el propio siglo de la llegada a nuestra América.

Los microrganismos no olvidarían tampoco que los colonialistas no sólo les permitieron acompañarlos en sus viajes norte-sur, sino que también fueron tan generosos y hospitalarios que les facilitaron importantes viajes interoceánicos sur-sur a sus flavivirus, algo menos cómodos que en las pulgas saltarinas, pero siempre divertidos en los volátiles mosquitos Aedes aegypti llegados de África, en esa cosa rara de los humanos que animalizan a otros humanos y llaman esclavitud. Pensarían que es una incoherencia llamar a sus andanzas fiebre amarilla, porque ni el flavivirus ni los mosquitos tienen ese color, puesto que en su vida microscópica nadie habló nunca del peligro amarillo, como hicieron los europeos contra los chinos, ni tampoco conocieron al PRO argentino.


¡Qué fiestas se hicieron en América estos bichitos! Reafirmarían su gratitud hacia los colonizadores, asegurándoles que no tuvieron la menor intención de arruinarles la primera tentativa de construcción del canal de Panamá y menos aún de desbaratarles los ejércitos que hubiesen impedido la independencia de Haití. Asegurarían que nunca quisieron facilitar la primera independencia americana y menos todavía la primera abolición de la esclavitud; se disculparían advirtiendo que nunca faltan algunos indisciplinados sueltos que no respetan acuerdos ni agradecen favores. Por sólida que sea una conducción, a veces no se puede evitar que algunos incontrolables incurran en estas insurrecciones al mando.  

De todas formas, los microrganismos no dejarían de observar que los europeos fueron bastante cobardes, porque tardaron mucho en meterse dentro de África, privándolos por largo tiempo de ofrecerles alojamientos para desarrollar la fiebre amarilla y la malaria en hoteles blancos y, sobre todo, la enfermedad del sueño, lo que puso muy incómodos a los tripanosomas africanos, que tenían muchas ganas de alojarse en esos hoteles, porque los negros ya los resistían. No obstante, seguramente les agradecerían que les hubiesen permitido reacomodarse, facilitado sus viajes en las confortables moscas tse-tse por todo el continente, hasta hallar nuevos alojamientos cómodos en treinta y seis países africanos.

Estos miedosos colonizadores apenas se animaron a proveerles de estas facilidades africanas cuando dispusieron de la quinina preventiva contra la malaria, aunque algunos dicen que lo que les dio seguridad para meterse en el centro del continente fue disponer de ametralladoras, lo que no les agradaría demasiado a los virus porque era una forma desleal de destrucción masiva de alojamientos.

Tampoco estarían muy felices los microrganismos por la facilidad con que se conceden a algunos de ellos alojamientos animales. Algunos virus desalmados, siempre glotones desordenados y apresurados -como algunos neoliberales que trepan al poder político- aprovechan lo primero que se les ofrece a la mano, sin consideración a sus congéneres, se instalan en el ganado y celebran festivales de peste bovina, pero eso produce hambre que mata a los hoteles humanos que son los preferidos del resto, aunque también facilitan el alojamiento en las mujeres hambrientas que a falta de bueyes deben arrastrar los arados, pero la ventaja no es mucha, porque duran poco. Siempre hay desconsiderados, incluso en la vida microscópica, tipos que no tienen noción de lo que es la solidaridad.

Tampoco les gustarían para nada la conducta igualmente desconsiderada de los potato leafroll virus de la papa, metiéndose con los vegetales, que a mediados del siglo XIX les privaron de un millón de alojamientos irlandeses que se murieron de hambre y otro millón que los ingleses se sacaron de encima mandándolos al exilio y arrasándoles las casas. Estas supresiones de hoteles humanos serían graves faltas de solidaridad en la vida microscópica, porque la ética infecciosa impone algunos principios elementales de respeto a los otros virus.       ​

Las Yesinia pestis de la peste bubónica no fueron del todo bien tratados por todos los colonizadores y tendrían algunas faltas que reclamarles, aunque no las hubiesen perjudicado demasiado. Recordarían por siempre la felicidad paradisíaca del inmenso festival que hicieron por cuenta propia en China desde mediados del siglo XIX, aunque a medida que avanzaban a su paso fueron eliminando unos doce millones de hospedajes humanos, pérdida de la que se rehicieron al extenderse a la India.

Allí les agradecerían a los colonizadores la ayuda que les brindó la preparación previa del terreno al destruir la economía tradicional y los sistemas hidráulicos porque, aunque el hambre que produjeron y la falta de toda asistencia alimentaria por parte de los colonizadores -que exportaban el cereal que los indios necesitaban para no morirse- si bien los privaron de nueve millones de alojamientos, dejaron a los sobrevivientes más fácilmente accesibles a su instalación, aunque con el inconveniente de que duraban poco, pues se les desbarataron unos doce millones que no aguantaron la ocupación del virus. Una verdadera pena, una pérdida considerable, porque entre el hambre y el virus se perdieron más de vente millones de posibilidades de expansión virósica.

En balance lo lamentarían como un desperdicio, es decir que ni los microrganismos les quedarían del todo agradecidos a esta etapa neocolonial. Para colmo, no fueron lo suficientemente diligentes en controlar a sus empleados díscolos que pretendieron tomar medidas drásticas contra ellos, quebrando la regla de solidaridad con los aliados, lo que demuestra que el colonialismo nunca es agradecido, ni siquiera con los virus, y mucho menos con sus colaboracionistas en los países colonizados, a quienes a la hora en que se deben marchar los dejan colgados del pincel, como cuando les soltaron la mano a los vietnamitas del sur y a los harkis argelinos.   

Aunque haya sido un gesto sin consecuencias graves para ellos, los virus considerarían una descortesía que en 1897, en plena hambruna india -hasta con múltiples casos de antropofagia- los colonizadores permitieron que un funcionario colonial llamado Walter Charles Rand secuestrase e hiciese desaparecer a sus alojamientos humanos, sin que nadie supiera más de ellos, que desalojase y quemase sus viviendas, privando de refugio a las lindas ratitas en que viajaban ellos con comodidad, hasta llegó a demolerles las casas, medidas de extrema agresión injustificada para los microrganismos que tantos servicios les habían prestado. Y lo dejaron actuar a Rand hasta que los hermanos Chopekar lo mataron junto a su diligente asistente. Para colmo, después los colonizadores mataron a los hermanos Chopekar, otra desconsideración incalificable para los microrganismos por parte del virrey Curzon, que no era capaz de reparar en esas descortesías, seguramente distraído en la construcción del suntuoso palacio en Calcuta, en digno homenaje al aniversario de la reina Victoria. 

Podríamos seguir, pero la historia de los virus sería demasiado larga, ocuparía muchos tomos en registrar los relatos de innumerables virus memoriosos, quizá algunos hubiesen dejado escritas sus memorias relatando cosos interesantes. Ocuparía un grueso tomo sólo el enorme aporte a la civilización microscópica del primer round de la guerra de treinta años entre las potencias neocoloniales del norte, que dio lugar al festejo mundial hasta entonces sin precedentes del virus subtipo H1N1, que a partir de 1918 logró desarmar entre unos cuarenta y sesenta millones de albergues humanos con el nombre de gripe española yque, para no perder la costumbre, también intentaron cargárselo a los chinos. No por la magnitud de esa enorme contribución, las bacterias Clostridium tetani dejarían de agradecer los beneficios recibidos en esa guerra y, con mayor razón aún, en su precedente franco-prusiano de 1870.    

Así, pasando por toda la producción de virus de las últimas décadas, que éstos agradecerían a los humanos, desmintiendo que sean aportes de otros animales (aves, cerdos, monos, etc.), su relato llegaría hasta el presente, donde alegremente resaltarían su profundo y sincero agradecimiento a la actual etapa colonial tardía. Se reirían también con ganas de las ideas del llamado neoliberalismo, pero a la delincuencia financiera que ese pobre discurso trata de legitimar con su adoración idolátrica al mercado, le agradecerían la competencia despiadada entre las corporaciones de laboratorios, a los políticos que se lanzaron a la cancha con la camiseta de alguna de esas transnacionales, celebrarían alegremente que algunos países hubiesen acaparado vacunas y que todo eso deje a los más pobres e incluso a algún continente casi sin vacunación o la retarde demasiado, porque les da tiempo de circulación para que puedan obtener nuevas reservas de alojamiento en hoteles humanos llamadas mutaciones.

A los virus no les pasaría por alto la importante contribución benéfica de las nada nuevas campañas anti-vacunas ni las fake news de los partidos políticos únicos de medios del sur que desconcertaron y asustaron a buena parte de los candidatos a inmunizarse. Tampoco dejarían de consignar su profundo reconocimiento a alguna Corte Suprema que ignoró y despreció con gesto de fastidio esa falsa ciencia horrible y bochornosa que los humanos llaman epidemiología. No omitirían tampoco destacar la noble actitud hacia ellos de quienes desde la cúspide del poder invitaron a tomar lavandina o alguna otra bebida parecida y tampoco, aunque en medida mucho más modesta, a alguna no muy buena actriz hiperactiva disfrazada de periodista que la bebió ante las cámaras de televisión.

Estamos firmemente convencidos de todos estos reconocimientos, porque con toda seguridad los virus historiadores serían más coherentes que muchos humanos, pues con toda lógica la verificación del éxito de sus protagonismos los impulsaría a cultivar y reforzar los sagrados principios de su fuerte ética infecciosa.

La infección del poder

En Página 12 de hoy se publica la siguiente nota.

Mauricio Macri logró unir en un repudio a trabajadores y patrones de empresas periodísticas, funcionarios, organismos de derechos humanos y dirigentes de distintas extracciones, luego de tomar y tirar al piso el micrófono de un cronista de C5N en la puerta del Juzgado de Dolores. “El desprecio por la labor periodística no puede ser naturalizado ni tolerado. Exigimos respeto al ejercicio libre y digno de nuestra tarea”, planteó el Sindicato de Prensa porteño (Sipreba). “Se trata de una agresión contra un medio que intentaba registrar un hecho de interés público”, afirmaron los empresarios de Adepa. “Fue un acto reflejo al ver que se me venían los micrófonos encima”, intentó explicar el ex presidente, que pidió “disculpas” y lamentó “que haya terminado en el agua”.

Cuando Macri bajó del auto una doble fila de policías le abría paso hacia el juzgado. Rodeado de custodios, saludó a la masa ausente, esbozó una mueca de sonrisa y tomó con su mano el micrófono que le extendía Nicolás Munafó, de C5N, uno de los pocos medios que no pudo silenciar durante su gestión pese a que encarceló a sus dueños.



Garantizar la libertad de expresión es parte del Estado de Derecho. Nunca hemos discriminado a un medio ni silenciado a un periodista. Desde esta convicción, repudiamos el ataque”, escribó la portavoz de Casa Rosada, Gabriela Cerruti. “Es inexplicable (o no) cómo Macri viene midiendo el micrófono que sostiene el colega de C5N para arrebatárselo. Así de impune. Y sin dejar de sonreír. Toda una metáfora”, expresó Diego Pietrafesa, secretario de Derechos Humanos del Sipreba.

La agresión fue tan burda que cosechó los repudios más inesperados. “Adepa condena la acción de Macri contra el equipo periodístico de C5N. Macri tiró al piso un micrófono de ese canal”, expresó la asociación que concentra a los dueños de Clarín, La Nación & Cía. “En las filmaciones se puede ver que Macri manotea el micrófono de C5N, lo tira y sigue caminando. Luego esa herramienta de trabajo fue pateada y, según el colega, terminó en el agua”, relató el Foro de Periodismo Argentino (Fopea).

Horror”, apuntó el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández. “Lo practicado por el ex presidente es un delito: robo y daño agravado”, añadió, y citó el Código Penal. Más tarde C5N informió que denunció el hecho en Dolores. “Lo que hizo Macri será denunciado e investigado en sede penal. Posteriormente se interpone Daños y Perjuicios. Pagará con su patrimonio”, informó el abogado Gregorio Dalbón.

Así gobernó nuestro país. A los manotazos y atacando lo que no podía manipular. El gesto muestra su cara verdadera y lo que son capaces de hacer él y sus secuaces de Cambiemos”, afirmó la diputada Blanca Osuna. “Si el líder político de Juntos por el Cambio hace esto ¿qué puede esperarse de sus adherentes y seguidores?”, se preguntó su par Germán Martínez.

Organismos de derechos humanos

Madres de Plaza de Mayo LF, Familiares y compañeros con los 12 de la Santa Cruz, H.I.J.O.S. Capital, APDH, Comisión Memoria Verdad y Justicia Zona Norte, Movimiento Ecuménico por los derechos humanos, Liga Argentina por los Derechos Humanos, entre otros organismos de derechos humanos, expresaron "profundo repudio por la actitud violenta del expresidente Mauricio Macri, al arrebatar y destruir el micrófono del canal C5N, cuyo equipo periodístico se encontraba pacíficamente cubriendo la citación judicial por el espionaje realizado a los familiares de las víctimas del ARA San Juan". Para los organismos, "la conducta de Macri violenta las elementales normas de convivencia democrática, incurre en el delito de agresión a la libertad de expresión y a fundamentales criterios de ética política. Exigimos que sea juzgado por agresión al periodista de C5N y por violación a la libertad de expresión".

Se presentó “La otra mirada”, el nuevo libro de Adolfo Pérez Esquivel

El lunes por la tarde se llevó a cabo, en el auditorio de la CPM y frente a una importante cantidad de público, la presentación de la obra que, en palabras del autor, “es un libro muy especial porque tiene que ver con tiempos de vida, de zozobras, de esperanzas, dolor y lucha de distintos pueblos del mundo. Les pido que este libro les ayuda a mirar la vida de otra forma, pero esa mirada solamente la pueden descubrir cada uno y una de ustedes”. Participaron de la mesa los integrantes de la CPM María Sondéreguer y Víctor De Gennaro, y la ministra de Gobierno bonaerense, Cristina Álvarez Rodríguez. (Fuente: ANDAR en la Cultura (Agencia))

Yo soy un vagabundo del mundo: puedo estar en zona de guerra, en Centro América o en Irak, o en Estados Unidos o en Japón, o en cualquier lugar donde se luche por la memoria que, siempre digo, nos ilumina el presente y es de donde podemos construir y generar la vida”, afirmó Adolfo Pérez Esquivel, presidente de la CPM y autor del libro La otra mirada, su nueva publicación que contiene relatos de su propia trayectoria biográfica como testimonio de las luchas de los pueblos a los que ha acompañado.

Este es un libro muy especial porque tiene que ver con tiempos de vida, de zozobras, de esperanzas, dolor y lucha de distintos pueblos del mundo. Les pido que este libro les ayuda a mirar la vida de otra forma, pero esa mirada solamente la pueden descubrir cada uno y una de ustedes”, agregó el premio Nobel de la Paz, quien llamó a concebir a la educación como un proceso de creación y no solo como la transmisión de un conocimiento: “Es generar conciencia de hombres y mujeres libres, porque si no se formarían esclavos”.

Quiero destacar de este libro el prólogo que lo realizó una gran amiga –que está enferma-: Estela Calloni, una compañera de caminada fundamentalmente en Centro América con quien hemos estado juntos no sé en cuántos lugares. Es maravillosa su mirada, somos grandes amigos, y por eso le agradezco”, enfatizó.

Durante el acto, Pérez Esquivel entregó una réplica del diploma y la medalla del Nobel de la Paz para que se exhiba en la casa de la CPM. También donó una copia de un cuadro que realizó en alusión a los 40 años de la guerra de Malvinas, que se cumplirán el próximo abril.

Adolfo pone el amor en las cosas que hace, un amor que nos hace siempre pensarnos colectivamente, eso también admiro de él. Adolfo es un héroe colectivo, siempre gesta luchas donde representa la voz de muchos y muchas. Y este es un libro imprescindible porque abre caminos para que seamos una mejor sociedad”, destacó Cristina Álvarez Rodríguez.

La mesa estuvo integrada por los integrantes de la CPM María Sondéreguer y Víctor De Gennaro, y también estuvieron presentes en la actividad el secretario y la directora General de la CPM, Roberto Cipriano y Sandra Raggio, y otros miembros del organismo como Susana Méndez, Ana Barletta, Yamila Zavala Rodríguez, Víctor Mendibil y Ernesto Alonso.

Adolfo disfruta de la vida, y como lo hace, nos hace viajar también a nosotros en ese disfrute en cada relato suyo. Nos enseña, porque para mí y para todos, es un gran maestro, nos enseña a vivir una vida más buena y feliz. La promesa de un mundo mejor siempre está ligada a la palabra y al relato de Adolfo”, afirmó María Sondéreguer.

Por su parte, De Gennaro coincidió en la calificación de maestro respecto a Adolfo, y aseguró que caminar a su lado es “una caricia al alma militar con él, que camina suave y aprieta con lo justo. Lo he visto en situaciones duras, y me sorprendió la fortaleza que tiene. Una de sus virtudes es que es muy exigente y muy claro frente al poderoso pero todo lo contrario frente a sus pares y a la gente”.

La biopic de Dios, ese Sueño Bendito e imposible

Juan José Becerra, nació en Junín (Buenos Aires), en 1965. Tiene publicados catorce libros. El último es la novela ¡Felicidades! (2019), editada por Seix Barral. 

Escribe en “ElDiarioAr”

Las biopics despiertan el costado policial de la contemplación. Son ruedas de reconocimiento basadas en la aceptación o el rechazo del parecido, por lo que poco a poco empuja al género hacia los abismos de la imitación y la parodia que se filtre entre sus fallas. 

Un caso aterrorizante de cómo se le rinde culto a la calcografía es la escena de Bhoemian rhapsody (2018), de Brian Singer, en la que se restaura plano por plano los festejados “¡eo!” de Freddy Mercury en el Live Aid de Wembley de 1985. ¿Para qué? Tal vez para evitar, mediante el hábito antiartístico del copismo, el vértigo de la composición libre.

Ya veníamos controlando desde el principio de la película, con la ficha odontológica en la mano, si Rami Malek (ganador del Oscar al Mejor Actor por “parecerse” a su personaje) tiene más o menos dientes que Mercury. Porque si miramos una biopic no es para ver en qué se parece el personaje histórico a su delegado dramático sino en qué se diferencia.

Se busca con denuedo el error. El garrafal y el que solo puede detectar la erudición. Pero como ese punto de vista judicial hace fuerte al Espectador Maestro tirado en su chaise longue, lo dejaremos de lado. ¿Dónde no hay errores? ¿Y quién podría achacarlos si no en nombre del conmovedor perfeccionismo de quienes no lo toleran? 

Maradona – Sueño bendito, la serie de Alejandro Aimetta, Roger Gual y Edoardo de Angelis, tiene tantos errores que contarlos implicaría una tarea de hostigamiento sobre lo que por definición nace imperfecto, para caer en el cansancio propio del policía que corre al ladrón. 

Es cierto que del catálogo de desaciertos históricos de la serie se desprende que la fecha de muerte de Perón ocurre cuatro o cinco años más tarde de lo que dice el cementerio de la Chacarita en el que yace su cuerpo sin manos. ¿Y? Tranquilos, cronógrafos del pelo en el huevo. Rélax: ¿qué son cuatro o cinco años en un planeta que tiene 4500 millones? ¿Y qué tiene de irreparable que en el encuentro entre Diego y Claudia del club Villa Parque chapen con “Abrázame” de Julio Iglesias de fondo en vez de hacerlo, como ocurrió en la “vida “real”, con “Te propongo”, de Roberto Carlos?  

Más razonable sería cuestionarle las escenas de fútbol protagonizadas por actores sin dones para simularlas. Pero ¿acaso hubo un golpe ortodoxo, uno solo, aunque fuese malo, en el Jake Lamota compuesto por Martin Scorsese y Robert De Niro para Toro salvaje?

En los primero cinco capítulos de Sueño bendito orquestados, como buena oferta industrial, por una máquina que arroja a los espectadores como hombres bala a las redes de la adicción, se mueven las fichas de la sobreoferta: pobreza, dictadura, amor, racismo, drogas, sexo y canciones. Se apunta a la totalidad, y no a la totalidad posible (la totalidad de algo) sino a la totalidad del todo. Con el espíritu expansivo de El secreto de sus ojos, de Campanella, catálogo de Avón del cine que tiene un producto para cada espectador, la serie sobre Diego trabaja con ansiedad la conquista de todos sus nichos.  


Pero hay bondades, y no nos importan que crezcan en la irregularidad. Cada tanto, un gran momento. A lo que hay que agregarle una generalidad notable, esa especie de cubismo en el que entran los regímenes narrativos extensos cuando un personaje es varios. La rotura de la unidad es unan bendición de cualquier biografía. Lo prueban los cuatro Maradona, los dos Don Diego, las Dos Tota, los dos Coppola, etc. En estas delegaciones de un cuerpo en otro se ve, como en ningún otro proceso, el río de la vida.

La apertura del primer capítulo, con el Maradona de Juan Palomino cayendo a la postración de la sobredosis en Punta del Este, es la elección de un drama de fondo que el tiempo biográfico de Diego va a refrendar varias veces: velan, velamos por él. Es un cuerpo del que se espera alguna reacción. Allí están todas las geografías de su mapa. 

La serie ocurre en la intimidad de esa pausa: una cantidad de sueños en el interior de una realidad, si se entiende por realidad la vida mortal, aún la de los reyes o los dioses como Maradona. Quizás esa sea la respuesta de la serie a la pregunta sobre qué contar de la persona que más vivió y más murió de todas las que hemos conocido como espectadores de este mundo.

Por lo tanto, no es el rendimiento desparejo de los actores, ni sus grandes momentos dramáticos, ni los subrayados innecesarios de la realidad histórica sobre la ficción, ni los inserts documentales, ni las tediosas lecciones de las placas finales contándoles (suponemos que no a los argentinos) los cuentos de la memoria social lo que nos envuelve y no nos deja escapar. Es, más bien, el halo de Maradona, su fuerza mítica intacta y la esperanza de ver en él, por fin, un hombre, lo que nos ateneza. Es, en dos palabras, su nombre.

Ese efecto es lo que acumulan estos cinco capítulos. Un efecto de vida. Hubo una persona llamada Diego Maradona que vivió entre nosotros. Y de esta serie no nos importa el principio de selección de sus aventuras, ni que sean las conocidas o la ignoradas, las inventadas o las descubiertas, si lo que nos llega es la fuerza que estaba en él.

En el “segundo” Maradona, encarnado en Nicolás Goldschmidt, vemos al principio las diferencias de aspecto entre el actor y Diego. Hay en la transferencia de uno a otro una especie de imperfección, si es que juzgamos los hechos de las biopics por los parecidos, como si la composición de un personaje pudiera hacerse mediante un retrato robot. Pero que la fuerza del Maradona “vivo” irrumpa en su compositor, para que sepamos que él está ahí.

Es imposible encontrar un staff de actores argentinos tan matizado y frondoso como este. No lo encontraríamos ni en la cena de los Martín Fierro. Es el aspecto “profesional” de la serie. En otro, es una manifestación de la cultura del amor (el amor a él) que Maradona formó como una segunda argentinidad. ¿Qué actor argentino, por no decir que argentino no actor, no alucinó con representar “algo” del teatro que nos dio Maradona durante 45 años? Esa compañía sentimental abre un pozo de Alicia, y allí caemos todos: los actores y nosotros.  

"El debate de fondo es qué tipo de relación tenemos que tener con el mundo financiero"

Martin Massad, Productor de Radio y periodista de la Paco Urondo, entrevisto a La periodista especializada en economía, Estefanía Pozzo, en “La Palabra Justa, domingos de 10 a 12, FM La Patriada” sobre la posibilidad de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y el crecimiento económico postpandemia. "Argentina está entrando en fase definitoria con el Fondo Monetario Internacional", destacó. "Empieza a apremiar el tiempo por los vencimientos que tiene el país con el Fondo". Publicado en Agencia Paco Urondo (APU)

Agencia Paco Urondo: Alberto Fernández y Martín Guzmán están tratando de cerrar el acuerdo con el Fondo Monetario, y parece que la cosa está bastante empiojada, porque hay una parte importante de los que componen el Fondo, que no quieren bajar la tasa de interés ¿Qué sabe de esto y cómo lo ve?

Estefanía Pozzo: Lo que está pasando es que Argentina está entrando en fase definitoria con el Fondo Monetario Internacional. Digo definitoria, porque empieza a apremiar el tiempo, por los vencimientos que tiene el país con el Fondo Monetario. Hasta fin de año Argentina tiene que volver a pagarle al Fondo una cuota de capital de alrededor de 1900 millones de dólares, tiene también un vencimiento de intereses. Eso sólo este año. Y el primer cuatrimestre del año que viene, si no recuerdo mal, son alrededor de 5 mil millones de dólares y a lo largo del año 19 mil millones. Es decir, que para que Argentina no incurra en un incumplimiento con el Fondo Monetario Internacional tiene que lograr cerrar un acuerdo.


 

Con lo cual, lo que estamos viendo es que el tiempo apremia y apremia también al Fondo Monetario. Entonces empiezan a mostrarse un poco los dientes de ambos lados para ganar territorio en el proceso de negociación. Es como un tango, se baila de a dos, y el que empieza avanzando termina retrocediendo. Hay que entenderlo en esa situación. Y una cosa son las declaraciones públicas y otra cosa lo que termina sucediendo dentro del cuarto de las negociaciones. Sí, la política de sobrecargo que le cobra el Fondo Monetario a quienes tienen un acceso excepcional a algunos créditos, es lo que está cuestionando Argentina. Se trata de unos puntos extras de tasa de interés que cobra el Fondo, justamente, por haber accedido a un crédito de manera excepcional. Una de las excepcionalidades es por ejemplo el monto del crédito: Argentina supera ampliamente el 18,7% de la cuota que le corresponde con el Fondo Monetario. Así que hay unos tres puntos extras de tasa de interés, a lo que Argentina debería pagar, por haber accedido a un monto excepcional. El gobierno calcula que son alrededor de 900 millones de dólares al año y un total de 9.900 millones de dólares al final del acuerdo.

APU: Y la idea del gobierno es llevar esos tres puntos extras a uno extra ¿Esa es la idea?

EP: Claro, que el Fondo cobre la política de tasa sin sobrecargo. Pero el gobierno argentino lo que pide es que el directorio ejecutivo del Fondo Monetario revise su política de sobrecargo. Eso no quiere decir que la elimine. Por lo menos en lo que trascendió de manera extraoficial, a través de una publicación de una agencia financiera que es Bloomberg, supuestamente el Fondo lo iba a rechazar. El gobierno se apuró a decir en todos lados que eso no era cierto, que había cierta intencionalidad de una fuente en filtrar esa información. Yo cuando ví esa filtración dije se está poniendo espesa esta discusión en particular, porque mi intuición era que Estados Unidos estaba más reactivo a que efectivamente se revise la política de sobrecargo del Fondo Monetario. Creo que esa discusión está siendo bastante intensa. La otra es ¿de qué manera Argentina puede obtener una mejora respecto de los dos tipos de acuerdo actuales? El Fondo Monetario tiene sólo dos planillas, y si no entrás en ninguna de las dos planillas, no tiene ninguna otra opción. Una es una acuerdo stand by que tiene entre tres a cinco años, y la otra es un acuerdo de facilidades extendidas, que es la que está negociando Argentina, que tiene entre ocho y diez años para pagar. El tema es que son ocho años a diez años de tutelaje del Fondo Monetario Internacional. Y Argentina lo que dice es: “en ocho años o diez años tampoco voy a poder pagar” ese monto récord que se le prestó al gobierno de Mauricio Macri. Son 45 mil millones de dólares que Argentina tiene que pagar. Ese es el otro punto: los plazos en los que Argentina va a cancelar ese monto. Que eso es bastante más improbable, pero parece que podría haber coincidencia en que, si el Fondo Monetario llega a ser alguna eventual mejora, que de manera automática se le haga extensivo eso a Argentina a través de una clausura que le incorporarían al acuerdo. Pero todo esto son conversaciones en borrador, que insisto, no hay nada definido.

APU: Se conoció ayer un tweet de Kristalina Georgieva que dijo que había sido positiva la reunión con Argentina. Después de muchos problemas, ella fue ratificada en su cargo. ¿Eso empeora la situación de Argentina?

EP: La verdad es que todo es relativo. Sí hubo una Kristalina Georgieva débil después de haber sido cuestionada sobre todo por Estados Unidos. El tesoro norteamericano dijo que iba a seguir de cerca toda la situación. Fue muy cuestionada a nivel global, le llegaron a pedir la renuncia en una de las revistas más importantes de economía. Obviamente, la situación de Georgieva está más debilitada. Pero tampoco teníamos que creernos antes el cuento de que, una directora gerente del Fondo Monetario, más heterodoxa, iba a cambiar la política del Fondo. Porque hay que entender que el Fondo Monetario es el espacio de lobby del poder financiero internacional. Y no lo digo metafóricamente, lo digo porque la silla de Estados Unidos representa los intereses de los bancos norteamericanos y tienen poder de veto total. Si Estados Unidos no está de acuerdo con algo que se esté hablando en el Fondo Monetario, tiene alrededor del 16,8% del poder de voto, entonces bloquea por completo la posibilidad de llegar a un acuerdo. Además de lo obvio, de lo que significa que si Estados Unidos está en contra mueve todo el tablero geopolítico. Ahí lo que hay que ver es que el Fondo es el Fondo por más que lo dirija el Che Guevara...

APU: Usted recién decía que el stand by es imposible de pagar pero un préstamo con financiación extendida también lo es. Entonces, estamos en una encrucijada...

EP: Es muy complejo. Ahí entran cuáles son los cálculos de qué es lo que va a pasar en la economía Argentina pero ya sabemos que son todas proyecciones. Hay algunos sectores del gobierno que dicen que el crédito se paga por un crecimiento fuerte de las exportaciones. Todo haría indicar, según algunas lecturas, que el plan de todos los sectores es aumentar las exportaciones. Si las exportaciones crecen hay más generación de divisas y eso se transmite en tener los dólares requeridos para poder pagarle al Fondo Monetario. Y la otra opción, es que se empieza a tener vencimiento con los acreedores internacionales, a quienes se reestructuraron y eso un poco depende de poder, como se dice en la jerga técnica, de rollear. Es decir, renovar esos vencimiento. En general, lo que sucede es que la deuda vieja se va renovando con deuda nueva.

APU: Emitir bonos para obtener dólares y endeudarse de vuelta para adelante.

EP: No, es como renovar. Es un poco la estrategia que siguen todos los Estados del mundo. Yo no tengo una visión moralista de las finanzas. A menos que nos pongamos de acuerdo y hagamos la revolución, vivimos en un mundo donde esa es la lógica y uno no puede pensar que las finanzas son malditas y no tener algún tipo de programa financiero. Así estamos estructurados y la verdad es que políticamente el pueblo argentino no está votando una revolución socialista, entonces tenemos que tener algún tipo de relación con el mundo financiero. Eso es una estrategia, el problema es ¿qué tipo de relación se establece con ese sector? ¿cuál es la estrategia de deuda? ¿en qué nivel de dólar? ¿ese mayor endeudamiento implica una desregulación total del sector financiero? ¿eso implica que se va a ir la guita del país? ¿qué pasa con la fuga? ¿dónde está la inversión en el sector productivo? Me parece que tenemos que empezar a dejar de pensar que la deuda en sí misma es mala para empezar a pensar que es una estrategia de financiamiento y que tenemos que ponerla al servicio de la mayoría, no de la minoría.

APU: Hoy en Página 12, Alfredo Zaiat sacó una nota en la cual explica que se va a empezar a investigar la deuda ¿Qué pasó con esos 45 mil millones que llegaron a nuestro país que se fugaron en su mayoría? ¿Quién los fugó? Porque una cosa es tomar deuda y producir para el país e invertir en lo que sea. Y otra cosa es tomar deuda y que la deuda se fugue y quedarse sin la plata de un día para el otro. 

EP:  Hay que entender la complejidad de lo que hizo Macri. Pidió dinero al Fondo Monetario Internacional que utilizó para pagar vencimientos que tenía con el sector privado, sobre todo con quienes entraron a "invertir", fondos de inversión internacionales, que vinieron porque Argentina tuvo una tasa de interés del 80%, con una inflación del 50%. El gobierno de Mauricio Macri les pagó 30% de tasa real: es una locura. Eso es lo que hay que cuestionar. Porque la fuga en general es abstracta ¿Y es un delito en términos concretos, en términos penales, pagarles 30% de tasa? No, no lo vamos a tener a Sturzenegger sentado en la justicia. Yo no estaría de acuerdo con eso. Pero sí, es muy importante que todas las personas entiendan la brutalidad que significa en términos económicos la decisión que tomó su gobierno durante toda la gestión. No podés darle 30 puntos reales al sector financiero de rendimiento por sus inversiones y al mismo tiempo darte vuelta y recortar jubilaciones o decir que el mercado autoregule el salario de los trabajadores. Eso es porque la guita del Estado la están poniendo en algún lado. Después, los delitos… hay que investigar si eso implicó negociaciones incompatibles, pero en sí misma, la decisión de política económica no es judicializable.

APU: Claro, como judicializaron en su momento la causa dólar futuro. La saco del dólar y la llevo a otro tema difícil, como es la inflación. ¿Cómo analiza el acuerdo de precios?

EP: El control de precios me parece que no es una solución al verdadero problema que es la inflación. Pero había que parar la pelota de alguna manera, no puede ser que en el Conurbano hay una de cada dos personas pobres, y los alimentos subiendo de la manera brutal como estaban subiendo. Yo venía hablando de esto desde enero, estaba realmente muy preocupada por los índices de inflación de alimentos. Me parece que se rompe el contrato social cuando se sube la comida, no se puede subir el valor de la comida de esa forma. Me parece que las empresas están recomponiendo márgenes, están queriendo recomponer todos los márgenes que perdieron y la cosa no es así: no se puede ir recomponiendo márgenes en una Ferrari si todo el mundo va caminando. Creo que ese es el sentido. Me parece que no resuelve el problema de fondo que hay que resolver, que es la inflación.

APU: Es un parate, un paliativo.

EP: No, no se para la inflación. Por lo menos, se le da una cimbronazo a un sector para decirle “che pará la mano un toque”. 

APU: Antes de despedirnos, cuéntenos sobre su libro de música.

EP: Es un libro testimonial, una biografía de Mario Breuer, uno de los ingenieros en sonido más importantes del rock argentino, sobre todo en los 80’, que grabó todo: grabó a Charly, masterizó y grabó discos de los Redondos, Los abuelos de la nada, Calamaro, Sumo. Básicamente, todo el rock argentino de los 80’ en adelante porque sigue muy activo. Y ahí cuenta él, no solamente, sus anécdotas sobre las grabaciones dentro del estudio sino cómo fue evolucionando la industria musical. Sobre todo, tecnológicamente: ¿cómo se grababa? ¿cómo surgen determinadas tecnologías de grabación?

APU: ¿Cómo se llama el libro?

EP: Se llama Rec & Roll.  

El Clima Caliente

ROLLOVER - Juan Manuel Telechea - Cenital

Aprovechando el tema de la semana, me gustaría analizar uno de los tantos frentes económicos que tiene, el de los desastres naturales. Como ya es sabido, el aumento de la temperatura del aire y del agua provocan el aumento del nivel del mar, potentes tormentas, fuertes vientos, sequías e incendios más intensos y prolongados, e intensas precipitaciones que dan lugar a inundaciones; es decir, incrementan la cantidad de desastres naturales. Ahora bien, ¿qué tan grande es su impacto económico? ¿Afecta a todos los países por igual? Estas son las preguntas que precisamente buscan responder Laura Acevedo, Oscar Becerra y Eduardo Cavallo en su trabajo El impacto de los desastres naturales en el Crecimiento económico”, que acaba de ser publicado, bajo el patrocinio del Banco interamericano de Desarrollo (BID)

Tipología de los desastres naturales

Lo primero que hacen los autores es definir qué se considera un desastre natural y, a partir de eso, cómo clasificarlos. Se considera un desastre natural si i) provoca 10 o más muertes; ii) si afecta a 100 o más personas o si iii) las autoridades declaran la situación de emergencia o piden asistencia internacional. Los 4 tipos más frecuentes son los geofísicos (erupción de volcanes, terremotos y tsunamis), los meteorológicos (tormentas, huracanes, temperaturas extremas), los hidrológicos (inundaciones y desprendimientos de tierra) y los climáticos (sequías e incendios).

En función de eso, los autores identifican 12.377 desastres registrados entre 1970 y 2019, clasificados según estos 4 tipos. Alrededor del 45% son hidrológicos, 35% son meteorológicos y 11% son geofísicos. Estos eventos provocan grandes daños en muy poco tiempo (en promedio duran unos 10 días) y son difíciles de predecir, tanto para el momento como la ubicación, con lo cual pueden ser considerados como típicos shocks negativos a la economía. En cambio, las sequías (que representan 5,3% del total) duran mucho más, unos 232 días en promedio.

Como se puede ver en el gráfico a continuación, los desastres naturales han aumentado en el tiempo, sobre todo debido al crecimiento de los eventos hidrológicos y los climáticos (que se multiplicaron por 6 desde 1970), los cuales probablemente hayan estado provocados por el cambio climático. No obstante, los fenómenos geofísicos también se incrementaron (por tres), y como no están asociados al cambio climático, esto sugiere que parte del aumento se debe a la mejora en la calidad de los registros estadísticos.

Cantidad de desastres naturales por tipo

¿A cuánta gente afecta y qué tan letales son? El cuadro siguiente muestra la distribución geográfica de las personas afectadas y la cantidad de muertes (columnas 1 y 2), y luego cómo éstas se reparten entre los distintos tipos (columnas 3 a 6). Combinando la información del gráfico anterior y del cuadro podemos identificar ciertos rasgos distintivos para cada caso. Los eventos hidrológicos son los más frecuentes, afectando a la mayoría de la población, pero son también los menos letales. En cambio, los geofísicos son los menos frecuentes y los que afectan a una menor cantidad de población, pero son los más letales. Los eventos meteorológicos se encuentran justo en el medio, tanto en términos de frecuencia, como de población afectada y de muertes. Los climatológicos son pocos frecuentes y letales, salvo en la región de Medio Oriente y África, donde afectan a buena parte de la población).

El impacto económico

¿Cómo se puede determinar si un desastre natural afecta el crecimiento económico? Este tipo de cuestiones siempre son difíciles de medir, dado que lo ideal sería comparar contra el escenario donde ese fenómeno no sucede para poder determinar la diferencia entre un caso y el otro (lo que se conoce cómo el “contrafáctico”), algo imposible de lograr. Lo que los autores hacen es comparar la tasa de crecimiento promedio y el nivel del PBI per cápita para los 6 años anteriores y para los 6 años posteriores al desastre natural, de modo de ver si existe algún cambio permanente. A partir de eso, encuentran que el desastre natural provoca una caída de entre 1,6 y 3,7 puntos del PBI, dependiendo de la severidad del evento (dado por la cantidad de muertes). Por otro lado, no observan diferencias significativas en las tasas de crecimiento, con lo cual ésta no se vería afectada. Para una dimensión de esto, en 2019 hubo 400 desastres naturales en 200 países, con lo cual estamos hablando de un promedio de 2 desastres naturales por país por año.

Pero el resultado más interesante que encuentran los autores es que los impactos son desiguales entre los países desarrollados y aquellos en vías de desarrollo. Esto lo verifican al separar los desastres naturales en función del PBI per cápita del país, encontrando que en los países desarrollados no se observa una caída significativa del PBI y además también son menores las fatalidades (comparando desastres de magnitud similar). El resultado es bastante lógico, dado que estos países cuentan con niveles de infraestructura más elevados que los hacen más preparados para enfrentar estos eventos catastróficos, como así también mayores recursos para que, una vez que suceden, puedan asistir de manera mucho más efectiva a las personas damnificadas. Por otro lado, los países en vías de desarrollo no solo cuentan con menos herramientas para neutralizar estos efectos, sino que en muchos casos los amplifican (por ejemplo, permitiendo la construcción de casas y edificios en zonas potencialmente riesgosas sin tomar los recaudos y las prevenciones necesarias).


 

Si a esto le sumamos el hecho de que los principales causantes del calentamiento global son, precisamente, los países más desarrollados, entonces vemos cómo hasta en los temas ambientales se generan inequidades entre nas naciones ricas y las más pobres.

¿Cuál es la solución?

Por empezar, estos países son los que primero deberían reducir sus emisiones de dióxido de carbono y además compensar los daños en los países menos desarrollados (por ejemplo, destinando fondos a la creación de un fondo global para el desarrollo de la infraestructura). Sí ya lo sé, pero déjenme soñar un poco.

¿Qué hace falta para que la economía social y solidaria aumente su impacto?

Vic van Vuuren, Presidente del Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre Economía Social y Solidaria (UNTFSSE) y Director del Departamento de Empresas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), escribe en Social Economy News Boletín de Información Europea de la Economía Social.

Uno de los mayores retos a los que se enfrenta la Economía Social y Solidaria (ESS) es el de pasar de ser un actor «nicho» a la hora de afrontar los retos globales a ser un verdadero motor clave y «transversal» frente a los grandes desafíos sociales, medioambientales y económicos actuales. Aunque no se menciona en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la ESS desempeña un papel importante en su consecución.

En el balance global no cabe duda de que la ESS ha desempeñado en el pasado, y sigue desempeñando, un papel cada vez más importante para abordar los retos mundiales, que se están viendo agravados por la pandemia de COVID-19.

No es necesario hacer más análisis: el mundo tiene un enorme déficit social, unos retos medioambientales igualmente enormes y una falta de crecimiento económico adecuado, cuya combinación está impidiendo la consecución de los ODS y, sobre todo, está causando continuos sufrimientos y penurias humanas.

Para avanzar mejor y abordar estas tres áreas, el mundo pide a gritos un enfoque centrado en el ser humano y en el planeta. Así que empecemos a nivel global. Tenemos un gran plan global en forma de ODS. Podemos marcar esta casilla. Es en el siguiente nivel de implementación donde encontramos una actuación inconsistente e inadecuada. Está claro que no hay una varita mágica que pueda utilizarse para resolver todos estos retos mundiales, pero reconocer dónde están las soluciones y basarse en ellas sería una buena fórmula para avanzar. Los líderes mundiales mantienen un debate continuo y muchos planes de acción se están aprobando y están en proceso de aplicación, pero desgraciadamente no es suficiente. Por ejemplo, la COP26 sobre el cambio climático que se está celebrando estos días en Glasgow.

Se preguntarán qué tiene que ver esto con la ESS. Bueno, la ESS, con sus objetivos, sus miembros y sus valores, es uno de los vehículos que está bien situado para abordar los desafíos globales de una manera eficaz y centrada en el ser humano y el planeta. Sin embargo, me aventuro a decir que la ESS es uno de los secretos mejor guardados del mundo. Como se ha dicho inicialmente, la ESS está desempeñando un papel vital en muchas economías, pero al mismo tiempo tenemos que reconocer que la ESS está impactando muy por debajo de sus posibilidades. En muchos países tenemos que pasar de una plataforma de ESS impulsada por la necesidad y la supervivencia, a otra impulsada por la oportunidad.

Hay una serie de componentes clave que deben abordarse para que la ESS aumente su presencia y su impacto positivo. En este sentido, tenemos que dar un paso atrás y adoptar una visión a largo plazo, con el fin de garantizar una base sólida desde la que avanzar. Esto puede llevar algún tiempo, pero tenemos que reconocer que faltan algunos de los componentes clave. En primer lugar, personalmente apoyo a los gobiernos que están promoviendo una resolución de la ONU sobre la ESS. Este reconocimiento y entendimiento común del papel de la ESS es una parte importante de un plan estratégico global y el reconocimiento del papel que la ESS desempeña en la consecución de los ODS.

A continuación, tenemos que acordar una definición común de la ESS para que todos toquemos la misma partitura. Esto es algo que debería haberse hecho hace mucho tiempo, y ahora ha surgido una nueva oportunidad, en la próxima Conferencia Internacional del Trabajo de la OIT, en junio de 2022, donde habrá un debate general sobre la «ESS para un futuro del trabajo centrado en el ser humano».

Con una resolución de la ONU sobre la ESS y una definición acordada, el siguiente paso será incorporar la ESS en las estrategias nacionales, donde puede desempeñar un papel clave en la consecución de los objetivos nacionales en consonancia con los ODS y un desarrollo inclusivo y sostenible. Hay países que ya han integrado la ESS en las estrategias nacionales, pero son pocos y suelen estar en un solo continente.

Durante los últimos dos años, el Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre Economía Social y Solidaria (UNTFSSE) ha centrado sus tareas en algunas áreas clave. Estas áreas incluyen la creación de un Centro de Conocimiento (Knowledge Hub) de la ESS para los ODS, el desarrollo del programa de la ESS por los ODS (SSE for SDGs), la realización de un análisis de las deficiencias en la educación sobre la ESS a nivel mundial y el apoyo a los esfuerzos de los gobiernos hacia una resolución de la ONU sobre la ESS. En particular, hemos estado trabajando en tres aspectos principales: dar más visibilidad a la ESS, promover la concienciación y el conocimiento sobre la ESS y coordinar las acciones que los más de 30 miembros y observadores de la UNTFSSE llevan a cabo.

El programa ‘SSE for SDGs’, mencionado anteriormente, ayudará a los países, especialmente a los países en desarrollo, a integrar la SSE en las políticas y estrategias nacionales. Actualmente estamos buscando socios que se unan a nosotros para ofrecer esta valiosa herramienta. Parte de este despliegue incluye la creación de un entorno propicio muy necesario. La falta de éste ha sido puesta de manifiesto por numerosas empresas y ecosistemas de la ESS, que no se han beneficiado de los paquetes nacionales de rescate durante la pandemia de COVID-19 por no cumplir con la definición o los criterios de calificación.

Por otra parte, el ‘Knowledge Hub’ es una plataforma en línea gratuita y de libre acceso que funciona como repositorio de los resultados de investigación y del conjunto de conocimientos sobre la ESS como medio de aplicación de los ODS. La producción de conocimiento y la creación de conciencia son cruciales para la integración de la ESS, así como el intercambio de experiencias y el aprendizaje mutuo sobre la ESS a nivel internacional y entre los distintos países. Muchos miembros y observadores de la UNTFSSE dedican esfuerzos en esta dirección. El CIRIEC ha liderado el camino, produciendo investigaciones y difundiendo los resultados a través de eventos y conferencias.

Sin embargo, la sensibilización no es suficiente. Desde 2010, la OIT ha invertido, en estrecha colaboración con el Centro Internacional de Formación de la OIT en Turín, en la organización de once Academias de Economía Social y Solidaria, que han reunido a más de 1.000 académicos, profesionales, responsables políticos y representantes de los interlocutores sociales de todos los continentes. La próxima Academia de ESS «Reconstruir mejor: el papel de la Economía Social y Solidaria en una recuperación centrada en las personas y sensible al planeta», será coorganizada con la Cooperativa António Sérgio para la Economía Social (CASES) y el gobierno de Portugal. El CIRIEC también contribuye a hacerla posible, a través de su red de expertos que participarán en el evento.

Es importante que recordemos continuamente también que el proceso es tan importante como el contenido y, en este sentido, tenemos que asumir la responsabilidad a nivel mundial de lograr una imagen de marca mucho mejor para la ESS. El conocimiento de la ESS a nivel mundial es escaso y con los increíbles medios de comunicación social a nuestro alcance, no debería ser difícil aumentar este conocimiento. Sin embargo, el mayor reto sigue siendo la educación sobre la ESS. Muy pocos jóvenes salen de los sistemas educativos con algún conocimiento de la ESS. Este componente tendrá que ser captado en los debates nacionales y corregido en los sistemas educativos. Sólo cuando esto esté en marcha, veremos que la ESS podrá ampliarse hasta el nivel en el que pueda decirse que ocupa su legítimo y merecido espacio en la plataforma global.

Ciudadano desconocido

La Agencia “Pelota de trapo” instala su palabra en una sociedad asimétrica, inequitativa, que dejó atrás a la mayoría de nuestros niños y donde los derechos inalienables de la persona humana solo se cumplen para unos pocos elegidos por la suerte.

Como herramienta comunicacional, se propone impactar en la opinión pública y en los mismos comunicadores sociales, promoviendo una revisión sistemática del paradigma cultural dominante. Se trata de mover -y de conmover- a esa sociedad que ha marcado con un estigma descalificante al excluido, y que levanta barreras infranqueables para los niños y jóvenes nacidos en la pobreza, lo mismo que para las familias de donde ellos provienen.

Toda acción que contribuya a hacer visible y conciente el hecho -lacerante- de que hemos desterrado a millones de niños y aceptamos, cotidianamente, el inaceptable crimen del hambre; toda acción que lleve a los colectivos humanos a indignarse y a impulsar un cambio, es para nosotros palabra de cristal.

La Agencia Pelota de Trapo llega a 60 mil lectores utilizando básicamente tres herramientas: esta página web que se actualiza a diario, un boletín electrónico semanal enviado a los suscriptores y una revista impresa en papel, sin contar las ediciones especiales y la reproducción sistemática de sus contenidos a través de otras agencias o medios de la red.

Alfredo Grande, Director y actor teatral. Periodista y escritor. Miembro Fundador y. Presidente Honorario de ATICO (Cooperativa de Trabajo en Salud Mental).escribe para la mencionada Agencia.

Hay una tumba. Hay un ciudadano. Pero nadie sabe el nombre de ese ciudadano que en la tumba espera que no haya muerte después de la vida. Ese ciudadano desconocido en vida, seguirá desconocido en su eterna muerte. Si alguien pudiera llorarlo, no sabrá por quién esas lágrimas son vertidas. Si doblan las campanas, como proponía Ernest Hemingway, nadie sabrá si doblan por él. La tumba al soldado desconocido es el nombre que reciben los monumentos erigidos por las naciones para honrar a los soldados que murieron en tiempo de guerra sin poder ser identificados. Los ciudadanos que mueren en tiempos de paz, tienen forma de ser identificados ya que su identidad percibida por el estado, tiene la forma de un documento. Pero identificado no implica conocido.

No es lo mismo ser recuerdo que ser estadística. El desconocido ciudadano lo fue en vida. Y no hay gloria en apenas sostener la epopeya de la supervivencia marginal. No hay un Homero que cuente la gloria de las batallas para conquistar a la orgullosa Troya, cuando la única conquista es el encuentro con alimentos desechados en los basurales donde el festín burgués se derrama en los desperdicios de las últimas cenas y los últimos almuerzos. Ese desconocido ciudadano es un niño, una niña, un jubilado, un discapacitado, un retirado voluntariamente por la voracidad del privatizador serial, un empobrecido de varias generaciones por la voracidad del pagador serial.

A la estafa externa e interna la llaman deuda y además proponen que la paguen aquellos que nunca pidieron, tramitaron, recibieron, préstamo alguno. Los países empobrecidos subsidian a los países enriquecidos. Los ciudadanos empobrecidos tributan a los ciudadanos enriquecidos. Los que “on shore” nada tienen son el vellocino de oro para los que “off shore” todo les sobra. Generaciones y generaciones de desconocidos ciudadanos, que sordos a los acordes de la Marsellesa, de la Internacional, de la Marcha Peronista, siguen rellenando las tumbas que ni un requiescat in pace, ni un RIP, pueden mostrar. Hay millones de ciudadanos desconocidos sin siquiera un monolito que recuerde la crueldad de su existencia. Porque si hay veteranos de guerra, también hay veteranos de paz. Esa paz encubridora que la cultura represora utiliza para ocultar que su esencia es la paz romana: la paz del conquistador.

Hubo batallas, hubo guerra

En estas tierras y en otras para que no hubiera más ciudadanos desconocidos ni en sus derechos, ni en sus deseos, ni en sus necesidades, ni en sus anhelos. Con esos ciudadanos desconocidos, no hubo lealtad. Pero si hubo masacres, desde Trelew a Ezeiza, desde la semana trágica a los pueblos originarios. La masacre es la constante de ajuste para que los ciudadanos no tengan otro destino que la crueldad de ser desconocidos. Y como nada sé de filosofía, no diré desconocidos en su “otredad”. Diré más plebeyamente que son desconocidos en su humanidad.

Lo que digo me suena a obvio. Es obvio. Los desconocidos ciudadanos son humanos. Aunque no disfrutan de los derechos que toda la calaña democrática enuncia como triunfo absoluto del constitucionalismo de cuarta generación. Pero si aceptamos que las villas miseria también son América como nos enseñara Bernardo Verbistky, no podemos ni debemos aceptar que se nos imponga la identidad bizarra de “barrios populares”. La operación maquillaje, que Gregorio Baremblitt señalaba como “mistificación”, ya tiene alcance planetario.

El capitalismo con rostro humano,

El capitalismo que no solo apuesta al valor sin también empieza a ocuparse de los mecanismos de distribución, será, mas tarde más temprano, la forma más refinada de sostener la producción de ciudadanos desconocidos, mientras en forma simultánea se vocifera su irrestricta.

Nunca más la deuda” carcajea el gobernante de turno. No aclara porque seguro que oscurece que habrá más pagos y más olvido. Prefieren honrar la deuda y deshonrar al pueblo. Porque solamente son leales al capital, incluso financiero. Hace décadas que dejaron de combatirlo. E incluyo a todos los gobiernos que por cobardía, complicidad o/y cinismo, no derogaron la ley de entidades financieras de Martínez de Hoz. Numen económico de la dictadura. Defenestrada de la boca para fuera, pero legitimada del bolsillo para adentro.

Viejas, viejos, niñas, niños,

Disidencias de género, pueblos originarios, arco iris de la dignidad y arco gris del hambre y la tristeza, dan cuenta que morir desconocido es casi lo mismo que nunca haber vivido. En pleno auge de las identidades de género y de la justa lucha por su reconocimiento, no podemos tolerar que la identidad “desconocido” sea tolerada. 

Recuperar nombres, historias, dolores, amores, deseos, esperanzas será una forma, necesaria y bella, de que nunca más una tumba albergue a lo desconocido.

Todo tiene que ver con todo

Y todos tenemos que ver con todos. Precisamente porque la palabra, la información, la reflexión, la posibilidad de percibir de formas y maneras diferentes la realidad, de convertirlas en textos y relatos que podemos compartir y comunicar es lo que en definitiva constituye a las sociedades y agrupaciones humanas y a como estas definen sus objetivos y acciones y como los individuos tomamos decisiones, creamos cultura, participamos en la vida de los otros y los otros intervienen en la de uno. De esto se trata en estos espacios. De compartir las complejas diversidades que constituyen el presente y podamos elegir con mas conocimiento e información para que la vida que queremos no quede reducida al deseo, por cada uno de nosotros, de nuestros hijos, de los hijos de nuestros hijos …

Daniel Roberto Távora Mac Cormack



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