Decisiones

¿Es hora de volver a la normalidad?

David Leonhardt escribe el The Morning boletín todos los días de la semana y también contribuye a la sección Sunday Review.

Ha trabajado en The Times desde 1999, en una variedad de funciones de redacción y reportaje. En 2011, ganó el premio Pulitzer de comentario por sus columnas.

Se unió a The Times como reportero de negocios y luego se convirtió en columnista de negocios y redactor de la revista The Times. También se ha desempeñado como jefe de la oficina de Washington y editor fundador de la sección The Upshot, que enfatiza la visualización de datos y un enfoque analítico de las noticias.

Si no ahora …

Entre los expertos de Covid con los que hablo habitualmente, el Dr. Robert Wachter es uno de los más cautelosos. Le preocupa el “Covid prolongado” y cree que muchas personas deberían recibir inyecciones de refuerzo. Dice que puede usar una máscara en los supermercados y en los aviones por el resto de su vida.

Sin embargo, Wachter, el presidente del departamento de medicina de la Universidad de California en San Francisco, también se preocupa por las desventajas de organizar nuestras vidas en torno a Covid. En las últimas semanas, ha comenzado a pensar en cuándo la mayoría de los ritmos de la vida deberían comenzar a volver a la normalidad. Cada vez más, cree que la respuesta es: ahora.

Esta creencia se debe al hecho de que es poco probable que el virus desaparezca nunca. Como la mayoría de los virus, probablemente seguirá circulando, y los casos aumentarán algunas veces y disminuirán otras veces. Pero tenemos las herramientas (vacunas, junto con un grupo emergente de tratamientos) para convertirlo en un virus manejable, similar a la gripe estacional. 

Ante esta realidad, Wachter, de 64 años, ha decidido retomar más de sus antiguas actividades y aceptar el riesgo adicional que conlleva, por mucho que aceptemos el riesgo de choques al viajar en vehículos.

Ha vuelto a comer en restaurantes de interior ya jugar al póquer, sin máscara, con amigos vacunados. Ha tomado aviones para visitar a familiares. Organizó una conferencia médica en el centro de San Francisco con unos cientos de asistentes enmascarados y vacunados.

Seguiré siendo reflexivo y cuidadoso", dijo Wachter a The San Francisco Chronicle . Pero "si no lo voy a hacer ahora, probablemente esté diciendo que no lo haré durante los próximos años, y podría estar diciendo que no lo haré para siempre".

Las estadísticas de hospitalización en comunidades altamente vacunadas ayudan a explicar la actitud de Wachter. En Seattle (que publica datos detallados), la tasa diaria de hospitalización por Covid para las personas vacunadas ha estado ligeramente por encima de uno en un millón. En comparación, la tasa de hospitalización por influenza en un año típico en los EE. UU. Es más del doble. Para la mayoría de las personas vacunadas en un lugar como Seattle o San Francisco , Covid ya se parece a un virus más.

Los riesgos también son bajos para los niños no vacunados porque Covid tiende a ser leve para ellos. (Además, ahora se puede vacunar a cualquier niño de 5 años o más). Para los niños pequeños, Covid parece una gripe normal , si no leve:

En cuanto al Covid largo, es real pero raro. Tampoco es único. La gripe y otros virus también causan problemas misteriosos y duraderos para una pequeña parte de las personas, según muestran los estudios .

La conclusión es que Covid ahora presenta el tipo de riesgo para la mayoría de las personas vacunadas que aceptamos sin pensarlo en otras partes de la vida. Y no habrá un día en el que nos despertemos con titulares proclamando que Covid está derrotado. En muchos sentidos, ha llegado el futuro del virus.

Todo lo cual plantea la cuestión de qué precauciones deben terminar, ahora o pronto, y cuáles deben volverse permanentes.

¿Deberían las oficinas permanecer casi vacías? ¿Deben las escuelas exigir que los niños y los maestros usen máscaras? ¿Deberían las aulas volver a ser remotas cuando identifiquen un nuevo caso de Covid? (En Boston, una escuela K-8 cerró durante 10 días a partir del miércoles debido a un brote). ¿Durante cuánto tiempo deberían los individuos organizar sus propias vidas en torno al miedo a Covid?

La mayoría de estas preguntas son complicadas y algunos factores pueden guiar la toma de decisiones, dicen los epidemiólogos.

1. Propagación local

Cuanto menor sea la tasa de propagación de Covid en una comunidad, menor será el riesgo para todos. El CDC define una tasa baja de transmisión como, entre otras cosas, menos de 10 nuevos casos diarios por cada 100.000 personas. La mayor parte del país está muy por encima de ese umbral, pero partes de las áreas de San Francisco, Atlanta, Dallas, Houston, Los Ángeles, Miami, Nueva York y Washington están por debajo de él. ( Puede buscar su condado aquí .

Nevada ha adoptado un enfoque que expertos como Julia Raifman de la Universidad de Boston han elogiado : el estado eliminará los mandatos de máscaras después de que los casos hayan caído por debajo de cierto nivel. Joseph Allen de Harvard, criticando el enfoque diferente en muchos otros lugares, ha dicho: "Estamos caminando sonámbulos hacia las políticas porque no estamos estableciendo metas".

Una complicación: a nivel nacional, los casos nuevos han aumentado modestamente en las últimas semanas, aunque todavía están muy por debajo de los niveles de finales del verano. Si los casos nuevos se aceleran a medida que el clima se vuelve más frío y hay más actividad en el interior, es posible que se requiera precaución.

2. Enfermedad, no casos

Aún así, con las vacunas ampliamente disponibles y los tratamientos cada vez más, el número de casos no es una métrica tan importante como antes. "Se están volviendo cada vez menos útiles", como Sarah Zhang de The Atlantic ha escrito . Las medidas más reveladoras son las hospitalizaciones y las muertes.

Los tratamientos para las personas que contraen Covid son especialmente importantes aquí. El régimen de píldoras de Pfizer, que parece especialmente eficaz, reduce el riesgo de hospitalización en más del 80 por ciento . Estos tratamientos son otro paso para convertir a Covid en un virus normal en lugar de uno que domina la vida.

3. Vulnerabilidad

Diferentes personas enfrentan diferentes niveles de riesgo de Covid. Para la mayoría de las personas y los niños vacunados, los riesgos son extremadamente bajos. Pero para algunas personas inmunodeprimidas, como las que han recibido trasplantes de órganos, los riesgos son mayores. Lo mismo ocurre con las personas de entre 80 y 90 años .

Las mayores precauciones tienen sentido para las personas vulnerables. También se beneficiarán particularmente si alguna pruebas rápidas de Covid están vez las ampliamente disponibles en los EE. UU., Lo que les permitirá socializar con más confianza.

Hay una otra cara en este punto: las estadísticas agregadas sobre muertes y hospitalizaciones por Covid exageran el riesgo para la mayoría de los estadounidenses, porque una parte desproporcionada de enfermedades graves ocurre entre personas con vulnerabilidades médicas específicas.

4. Costo vs. beneficio

Wachter me dijo que siempre podría usar una máscara cuando vaya de compras o vuele en un avión porque los costos de tener una cara cubierta y una voz con bozal en esos entornos son prácticamente cero. Por lo general, no está tratando de tener una conversación con alguien. Y una máscara puede ayudar a protegerlo de todo tipo de virus respiratorios.

Desafortunadamente, los costos de la mayoría de las intervenciones de Covid son más altos. Las máscaras inhiben la comunicación, especialmente para los niños pequeños y las personas con problemas de audición. (Wachter también dice que espera que las conferencias eventualmente sean sin máscara). La escuela remota ha sido un fracaso . El trabajo de oficina remota dificulta la colaboración. El aislamiento social causa problemas de salud mental.

Cuando The Washington Post le preguntó recientemente a Jennifer Nuzzo, epidemióloga de la Universidad Johns Hopkins, cuándo terminaría la pandemia, ella respondió : “No termina. Simplemente dejamos de preocuparnos. O nos importa mucho menos ". Ella agregó: "Creo que para la mayoría de las personas, simplemente se desvanece en el trasfondo de sus vidas".

Me doy cuenta de que la respuesta puede sonar discordante, pero la alternativa, una sociedad dominada permanentemente por Covid, también es discordante. Eventualmente, los costos de organizar nuestras vidas en torno al virus superarán los beneficios. En algunos casos, es posible que ya hayamos llegado a ese punto.

The Morning – The New York Times

Inflación y salarios

El índice de inflación alcanzó el 3,5% en octubre, según informó el INDEC . La inflación del mes se explica principalmente por el aumento en alimentos, vestimenta, transporte y restaurantes. 

Los precios acumularon un alza del 41,8% en lo que va de 2021 y registran un aumento interanual de 52,1%. 

Entre las divisiones que más inciden en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), durante el décimo mes del año resaltaron incrementos por encima del promedio en Prendas de vestir y calzado (+5,1%) y Restaurantes y hoteles (+4,1%).

Por su parte, los salarios crecieron un 4% mensual en septiembre y acumulan una suba de 38,3% en los primeros nueve meses del año. Según los datos publicados, el incremento se explica por el crecimiento en los salarios registrados (4,7%) y un aumento en los salarios del sector privado del 0,8%. 

Resolución histórica en China

La sesión plenaria del Partido Comunista de China aprobó ayer una resolución histórica para garantizar la potencial continuidad, el año que viene, del presidente Xi Jinping.

Pese a que el propio Xi eliminó los límites al mandato presidencial, con 68 años supera la edad de jubilación obligatoria para los miembros del Politburó. La eliminación de esa limitación es lo que se aprobó esta semana: la llamada tercera resolución histórica . Hace más de 40 años que no se aprobaba ninguna.  

Trigo

El Gobierno de Brasil aprobó para la venta como harina el trigo transgénico tolerante a sequía, HB4, desarrollado por la empresa argentina Bioceres . Es el primer mercado del mundo en otorgar una aprobación de este tipo.

El gen que le confiere tolerancia a la sequía proviene del girasol y fue un desarrollo de un equipo de investigadores argentinos liderado por Raquel Chan. Según el ministerio de Agricultura argentino, en condiciones de estrés hídrico en zonas afectadas el trigo transgénico podría subir 20 a 25% los rindes.

La empresa comenzó el proceso de aprobación para importación también en otros mercados como EEUU, Uruguay, Paraguay, Chile, Bolivia y Colombia. 

(Cenital)

América Latina y las luchas sociales

Elaine Tavares , Periodista y Director de Comunicación del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Federal de Santa Catarina y Educadora popular. Escribe en “Iberoamerica Social”

En Colombia, el gobierno militarizado de Iván Duque también continúa levantando trabajadores y activistas sociales en reiteradas protestas. 

La lucha de clases es definitivamente el motor de la historia. Y en estos tumultuosos días en nuestra América Latina hemos visto esta batalla muy cerrada. Ya sea en la lucha de los trabajadores contra las viejas y repetidas prácticas neoliberales, o en la movilización contra los retrocesos. En Ecuador, por ejemplo, ahora bajo el mando del empresario Guillermo Lasso, las políticas de ajuste neoliberal pusieron a los trabajadores rurales en una lucha. El día 18 de este mes, una jornada nacional de lucha unió a los campesinos -que lo convocaron a partir de una reunión realizada el 1 de octubre- con estudiantes, docentes y otros activistas del movimiento social para protestar contra las políticas de precios de los productos agrícolas, así como contra los sucesivos incrementos de gasolina que acaban impactando a todos los trabajadores.

También en la agenda estuvieron las luchas por el agua y contra la minería, que está dando grandes pasos en Ecuador, a pesar de las promesas electorales de Lasso. Y ante las movilizaciones obreras, en lugar de hablar, decidió instituir un "estado de excepción" en el país por 60 días, alegando inseguridad y lucha contra el narcotráfico, un discurso antiguo que da a las fuerzas policiales total libertad para actuar con libertad frente a todo lo que consideren ilegal. En otras palabras, las libertades individuales están prácticamente suspendidas. No es casualidad que Lasso reciba esta semana al secretario de Estado de Estados Unidos, Antony J. Blinken. Es decir, ante las luchas sociales, la receta es siempre la represión.

En Colombia, el gobierno militarizado de Iván Duque también continúa levantando a trabajadores y activistas sociales en reiteradas protestas. Esto se debe a que la matanza no se detiene. Son constantes las matanzas quirúrgicas de exguerrilleros, sindicalistas, indígenas y activistas sociales. El pasado 17 se registró otra masacre, con siete personas asesinadas a la vez. El llamado proceso de paz que culminó con el acuerdo de La Habana sólo se ha escrito, porque el terrorismo de Estado está en pleno auge. También pasará el secretario de Estados Unidos.

En Argentina, los peronistas tomaron las calles este 18 de octubre para celebrar el “Día de la Lealtad”, que marca un momento emblemático de victoria para los trabajadores argentinos cuando, liderados por Eva Perón, exigieron y lograron la liberación y regreso de Juan Domingos Perón, quien Se había exiliado en 1945. Ocupó el cargo de vicepresidente y ganó el rechazo de la oligarquía argentina, siendo finalmente proscrito. Pero, debido a la movilización popular, el 17 de octubre de ese año ingresó triunfalmente a Buenos Aires, en brazos de los trabajadores, para ser elegido presidente al año siguiente, iniciando un momento importante en la vida de Argentina. Ahora, en 2021, seguimos esperando que el gobierno de Alberto Fernández demuestre a qué vino. La pandemia atrapó a una Argentina que estaba económicamente debilitada por el gobierno de Maurício Macri y el actual gobierno no está respondiendo a la crisis. Un posible acuerdo con el FMI sirve de combustible para las protestas y la aprehensión, pero los trabajadores que salieron a las calles el día 18 aún prestan solidaridad y confianza a Fernández, aunque esperan respuestas más efectivas a los problemas.

En Bolivia, los avances de la derecha cruceña, con sus movilizaciones y con las acciones de dirigentes que una vez más ofenden la bandera de los pueblos originarios, llevaron también a los trabajadores a grandes movilizaciones en todo el país. Se realizaron marchas, tertulias y actos de lucha que reforzaron la necesidad de respetar la wiphala - la bandera de los pueblos originarios - así como apoyar la labor del presidente Luis Arce. El propio presidente encabezó algunas de las manifestaciones y ha venido denunciando sistemáticamente las acciones de la derecha que buscan desestabilizar al gobierno. También denunció que hubo un intento de asesinato en su contra en octubre del año pasado cuando los mismos miembros del grupo que asesinó al presidente haitiano Jovenel Moïse se encontraban en Bolivia. En otras palabras, las fuerzas del atraso ya han actuado y continúan actuando para sacarlo del poder. Por eso, las organizaciones de lucha en Bolivia se declararon en estado de emergencia, vigilantes y movilizadas.

Todas estas movilizaciones, de izquierda y de derecha, muestran que la situación de crisis impuesta por el capital no parece presentar alternativas que no sean las mismas de siempre: más explotación de los trabajadores, más apretón, menos inversión en la ciudadanía. Por tanto, queda poco para el progresismo, ya que las buenas intenciones no son suficientes. El cambio realmente solo puede llegar con la revolución. Otra vieja verdad siempre actual.

Pensadores que no pierden actualidad

El periodista Martín Piqué escribe para Telam

Un polemista "criollo" que dedicó su obra a analizar las causas de la dependencia económica

Este sábado se cumplen 120 años del nacimiento de Arturo Jauretche, un pensador desafiante que satirizó con desparpajo los valores mayoritarios de las clases medias y un intelectual que hizo política poniendo el cuerpo. 

Un pensador desafiante que satirizó con desparpajo los valores mayoritarios de las clases medias, un intelectual que hizo política y puso el cuerpo para participar en 1933 de la rebelión armada del radicalismo yrigoyenista en Paso de los Libres, o para ser en 1971 uno de los últimos duelistas en un enfrentamiento a pistola con el general Oscar Colombo, ministro del dictador Alejandro Lanusse, son algunas de las facetas de la personalidad y la obra de Arturo Jauretche, de cuyo nacimiento este sábado se cumplen 120 años.
Reconocido como el gran polemista "criollo" del nacionalismo popular, un ideólogo que transitó la Década Infame iniciada en 1930 desde la Fuerza de Orientación Radical para la Joven Argentina (Forja) y que adhirió al peronismo con entusiasmo y capacidad crítica, Jauretche se convirtió tras el golpe de 1955 en uno de los autores más influyentes de la generación que resistió la proscripción política y que se preguntó por las razones profundas de la dependencia.

Desde el formato ensayístico, con guiños al estilo gauchesco y a los modos reos del habla callejera, Jauretche escribió libros que con el paso del tiempo siguen siendo fuente de inspiración o debate, aunque se regrese poco a su contenido, sobre todo los más conocidos "Manual de zonceras argentinas" (1968) o "El medio pelo en la sociedad argentina" (1966).
Su obra como escritor giró siempre en torno a la defensa de la soberanía y los intereses nacionales y también se alimentó de columnas que escribía regularmente en distintos medios, como el artículo que publicó en el diario La Opinión contra el militar Colombo, ministro de Obras y Servicios Públicos de Lanusse, para acusarlo de poner en riesgo el patrimonio de YPF.
Una de sus obras tempranas, "El Plan Prebisch: retorno al coloniaje" (1956), consiste en un análisis crítico del informe que el economista de la Cepal Raúl Prebisch realizó tras el golpe contra Perón por pedido de la Revolución Libertadora: se trata de un libro que, para quienes lo estudiaron en su tiempo y lo releyeron recientemente, como el abogado y exsubsecretario de DDHH Luis Alén, anticipó la dimensión del problema que significa recurrir al FMI.
Jauretche era un hombre de los bares porteños: pasaba horas repasando los diarios en el café Castelar de Córdoba y Esmeralda (conocido también como Castelarito para diferenciarlo del bar del Hotel Castelar, en la avenida de Mayo) y el tiempo acumulado entre mesas, charlas y estaños lo convirtió en protagonista de decenas de anécdotas, entre ellas una que tiempo después pudo ser verificada por el historiador Norberto Galasso, cuya propia obra se enmarca en la tradición de Jauretche y Raúl Scalabrini Ortiz.
Galasso conoció al creador de las "Zonceras" en 1973, cuando ingresó a trabajar como síndico en Eudeba, la editorial de la UBA, donde al intelectual y polemista que había participado de la experiencia de Forja y había dirigido el Banco Provincia en la gobernación peronista de Domingo Mercante (1946-1952) se lo consideraba casi una leyenda: Jauretche, por entonces de 72 años, se había graduado como abogado a principios de los años '20 aunque odiaba que lo llamen, ceremoniosamente, "doctor".
Su orgullo más bien pasaba, como
él mismo se encargó de remarcar, por haber creado o masificado el uso de palabras que adquirieron un nuevo significado a partir de sus libros, como "tilingo", "vendepatria", "oligarca", "cipayo" y "guarango".

Sobre el episodio del café Castelar, al que Jauretche había adoptado casi como lugar de trabajo porque estaba en la esquina de su casa, Galasso contó que consistió en un altercado "con un parroquiano que se había hecho lustrar los zapatos por un chico al que se le escapó el cepillo y le manchó una media de color clarito", tras lo cual el "parroquiano reaccionó tirándole de los pelos al lustrabotas y gritándole 'tenías que ser un negro'".
"Jauretche tenía 72 y había estado internado. Pero se levantó, le pegó un grito al tipo, al que le dijo: 'Yo te voy a enseñar a respetar al pueblo, hijo de puta'. Y le tiró un trompazo. La taza se cayó de la mesa, fue un escándalo en el café, donde los separaron. Después de tranquilizarse, Jauretche llegó a su casa con la camisa manchada y Clara, su mujer, le dijo: 'Pero, Arturo, te volviste a pelear como siempre', a lo que él contestó: "Hay una cosa que no puedo soportar y es la injusticia, y menos contra mis paisanos", recordó Galasso.
Esa escena aporta un dato sobre la actitud vital del escritor y ensayista, quien solía decir que "cuando uno polemizaba, cuando uno discutía temas políticos, había que ir a fondo y ser claro, y en cierta medida impiadoso", según lo describió en diálogo con Télam el abogado Alén, para quien ese espíritu combativo está resumido en la metáfora cuchillera que Jauretche repetía como consejo para polemistas: "Que al salir, salga cortando".

Alén compartió largos años de estudio, trabajo y militancia con el fallecido primer secretario de Derechos Humanos del kirchnerismo, Eduardo Luis Duhalde, quien a su vez escribió varios libros de historia argentina junto al diputado Rodolfo Ortega Peña (asesinado por la Triple A), obras firmadas a dos manos que en algún caso -"Felipe Varela contra el imperio británico", de 1966- incluyeron cartas de Jauretche y del también revisionista José María Rosa.

Jauretche fue el principal difusor de la tesis de la "colonización pedagógica", concepto con el que insistía desde la crítica cultural en el intento por encontrar las causas de la dependencia, y en su tarea de provocación incorporó desde cruces de cartas y notas en los diarios con personalidades representativas de lo que él llamaba la 'inteligentzia', hasta situaciones más divertidas, lejos de cualquier formalidad.

Otra anécdota muestra ese aspecto transgresor y en cierto modo creativo de su forma de asumir el debate como actividad permanente: ocurrió hacia el año '54 o '55 en el edificio Alfar de Punta Mogotes, donde varias familias tradicionales que veraneaban en la zona sur de Mar del Plata se habían reunido para celebrar con una fiesta de disfraces.
El propio Jauretche, que estaba entre los invitados, apareció vestido sólo con una sábana sujetada con un alfiler de gancho ya que personificaba al personaje Upa, el hermano menor de Patoruzú que con una enorme barriga y vestido con un pañal aparecía desde 1928 en la revista creada por el dibujante Dante Quinterno.

La actual rectora de la Universidad Nacional de Lanús (Unla), Ana Jaramillo, por entonces de cinco años, estaba en esa fiesta, de la que recordó que "corría como loca detrás de Upa, que me encantaba" sin saber que el bebé tehuelche que veía en las historietas era en realidad el exreferente de Forja, exfuncionario del Banco Provincia e intelectual al que años después consideraría pieza fundamental "del pensamiento nacional y latinoamericano".

El dolor de los otros

Hemos nacido -los mestizos de las urbes- con un sello en la mirada.

Carolina Vásquez Araya, Periodista, editora y columnista, Chilena en Guatemala, escribe en “Iberoamerica social”

Cuando nací
me pusieron dos lágrimas
en los ojos
para que pudiera ver
el tamaño del dolor de mi gente.”

(Humberto Ak’abal)

La vida del indígena latinoamericano trae, desde el nacimiento, el sino de la resistencia. Siglos han transcurrido y los habitantes originarios de este exuberante continente han perdido poco a poco sus territorios y, durante ese proceso cruel e injusto, les han arrancado las raíces para empobrecerlos, amansarlos y convertirlos en esclavos. Sin tierras ni poder, sus luchas acaban sobre el terreno de sus cuerpos. Así es como la colonización se hizo eterna e inevitable, apoyada sobre las columnas del racismo, la discriminación, el despojo y la garantía de impunidad para quienes perpetran su exterminio.

El proceso de “pacificación” de los territorios habitados por los pueblos originarios no ha sido más que una política genocida concebida en los núcleos de poder económico y político. Las comunidades, sin embargo, se mantienen firmes en la defensa de sus derechos y una generación tras otra logran sobrevivir a pesar de la constante amenaza del desalojo y la muerte. No hay país en el continente en donde los pueblos originarios posean el estatus de ciudadanos con plenos derechos y oportunidades. En todas nuestras naciones latinoamericanas han sido perseguidos como si fueran ellos los invasores. Y, en todas ellas se habla, sin vergüenza ni recato, del “problema indígena”.

Entretanto, los núcleos urbanos poblados por una sociedad mestiza e indiferente a la realidad de otras regiones y otras comunidades, perpetúa el estatus avalando, con su voto y su pasividad, los abusos de clases políticas vendidas a los grandes empresarios y sumisa ante los dictados de una comunidad internacional aliada con las multinacionales. La pérdida de territorios ancestrales se suma, entonces, a la irremediable destrucción del hábitat de valiosas especies y de abundantes recursos naturales, propiedad de las naciones arrasadas por la codicia.

La resistencia indígena ante la invasión de sus territorios, sus pueblos y aldeas, sus campos de cultivo y su entorno -sumido en el subdesarrollo por fuerza y voluntad de quienes intentan desalojarlos- pende de un delgado hilo: la conciencia de sus derechos. En su contra, se ha instrumentalizado desde los centros de poder todo el aparato jurídico, con el objetivo de justificar la aplicación de la represión cuando estas comunidades ejercen su derecho a protestar y exigen ser escuchadas. Mientras tanto, los sicarios a las órdenes del gran capital se dedican a identificar, y asesinar a sus líderes, y acosar a sus legítimas autoridades.

Desde donde nos encontramos, en la comodidad de la burbuja, observamos la tragedia de nuestros compatriotas como si ellos existieran en otra galaxia, alejada de nuestra pequeña cotidianidad. No hemos entendido que el dolor de los otros es nuestro dolor. Que sus tragedias nos van a golpear en el centro mismo de nuestra indiferencia. Que también en nuestro código genético están los colores de sus textiles y la aspereza de sus destinos. Mientras negamos la realidad, esta nos coloca frente a nuestra incapacidad de aceptar una identidad rechazada por pura costumbre de repetir estigmas.

Este prurito de sentirnos ajenos es lo que condena a nuestros países a ser proveedores baratos para el primer mundo; una realidad que se asemeja a la rueda de molino en su eterno girar, sumiéndonos en la miseria. La resistencia de los pueblos originarios ante la depredación y la corrupción de las autoridades debería ser la lucha general, el campo de batalla deberían ser también las grandes avenidas, esas en donde nos sentimos ajenos al devenir de la Historia. De no hacerlo, será más temprano que tarde cuando nos veamos sumidos en la catástrofe.

La Historia se repite una y otra vez, pero las víctimas siempre son los “otros”.

Otra vez el engaño de la “mano dura”

Alejandro Mosquera, director de revista “LA BARRACA” escribe:

Como tantas veces en nuestra historia reciente ante los problemas estructurales de seguridad que vive el país, y los horrores que viven familias afectadas por el delito violento reaparecen las voces de políticos irresponsables llamando a la pena de muerte, la baja de edad de imputabilidad, el endurecimiento de las excarcelaciones y penas mas extensas, al uso más violento y arbitrario de las armas por parte de las fuerzas de seguridad.

Que aparezcan personajes de ultraderecha promoviendo estas ideas que ya fracasaron una y otra vez y que nos vuelven un país mas violento, con policías ineficaces y una investigación penal centrada en la flagrancia y con características clasistas y racistas, no debería ser una sorpresa. Sin embargo, también surgen voces desde el campo nacional y popular que aceptan y promueven el discurso de la derecha irresponsable. También quienes los aceptan y aplauden creyendo que es una jugada inteligente para contener votos por derecha, sin percatarse que cuando ellos es sostenido por dirigentes estatales funciona también modelando hacia la ultra-derecha el pensamiento popular y que el personal policial lo siente como una orden o permiso para librarse de los protocolos de utilización proporcional de la fuerza.

A la vez una parte del pensamiento progresista no termina de dar cuenta del problema y no desarrolla políticas de transformación en el tiempo y cede a la tentación de ceder el problema de la seguridad en las agencias policiales, renovando así los viejos pactos con las viejas policiales que les ofrecen cierta administración del delito en los territorios en tanto y en cuanto se mantengan las zonas grises de convivencia de un lado y otro de la legalidad.

La llamada mano dura es un gran engaño. La vivimos recurrentemente para nombrar solo algunas: en la dictadura, en los tiempos de la “maldita policía, en el metan bala de Ruckauf, con la doctrina Chocobar de Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal. El resultado fue que el delito no bajo, la violencia se elevó, las policías se desprofesionalizaron aún mas,

La seguridad comunitaria y democrática es parte de un proyecto de país, no en el sentido de que hay que esperar a un paraíso para poder concretarla, sino que implica al estado y la sociedad actuando en diversos ámbitos y diversas políticas publicas en bloque. Tanto en las de contexto como son las de promoción del trabajo, recuperando los miles de pibes que se salieron de las escuelas, la de acompañamiento y ensamble familiar, construyendo mas igualdad. Como en las especificas de la cuestión de la política criminal y de la seguridad ciudadana.

El país esta viviendo un retroceso en cuanta a los diversos intentos de democratizar, transformar y hacer mas eficiente la seguridad pública. Algunos aspectos de ese retroceso se muestran en el debilitamiento o derrumbe del modelo de conducción civil de la seguridad, que deriva nuevamente en la concentración del poder en las jefaturas policiales, dándole así la posibilidad por un lado de imponer la agenda criminal, y por otro obligar a los pactos oscuros del poder político con las policías.

La capacitación en la prevención e investigación son reemplazadas por la saturación del territorio que en el marco de la autonomización de las fuerzas policiales es la administración de los territorios con su arbitrariedad, violencia, clasismo y racismo.

En un mundo con intoxicación de la novedad y la información, cambiar el trabajo serio, con fases de transformación que necesitan tiempo y persistencia para cambiar no solo leyes, sino normas no escritas, por el facilismo de la mano dura solo agrava los problemas estructurales que tenemos.

Sin mirar a fondo y haciéndose cargo de la problemática en su dimensión global podrá mejorarse la situación y una y otra vez se repetirán las mismas demandas de la sociedad y reaparecerán los oportunistas de turno.

Es necesario avanzar en una transformación de la justicia, no solo para terminar con los núcleos activos de una justicia del lawfare y a favor de las grandes corporaciones, sino para construir una justicia cercana a la sociedad, mas ágil, no patriarcal. Una justicia que no delegue la investigación en policías desprofesionalizadas.

El camino de las políticas de estado en la seguridad pública no es aceptar el discurso de la ultraderecha ni sobre la pena de muerte, ni la baja de imputabilidad a 12 años como si no existiera la ley penal juvenil, o apoyando el uso de las pistolas Taser y muchos menos plegándose a las teorías norteamericanas de las nuevas amenazas que para justificar el control social construye enemigos internos llamándolo terroristas.

Uno de los grandes desafíos de las democracias de la región y en su proporción de nuestro país es enfrentar mercados ilegales integrados por organizaciones criminales algunas de ellas trasnacionales tales como la trata de personas, el trafico de inmigrantes, el narcotráfico, la desforestación ilegal, los delitos informáticos y financieros entre otros. El reto es diseñar un camino para lo que queda de la década y sostenerlo en el tiempo mientras atendemos la urgencia que nos exige más trabajo y menos pantalla.

Decisiones

En vísperas de las elecciones generales, la diversidad de pensamientos y posturas respecto de lo común, del país, de las formas y modos en que nos repartimos obligaciones, esfuerzos y el resultado y riqueza que con ello alcanzamos y de las formas institucionales que históricamente definen el presente y nuestras decisiones en esta realidad, vuelven a sus síntesis de representación que es en esencia, el alma de la democracia. Aunque no se parezca ni un poco a este ideal, en mucho por la apatía y la aceptación sin reflexión de los que no quieren esas participaciones porque viven sus privilegios gracias a la manipulación de las consciencias y alejar a los sujetos de su “ser social”, esta síntesis se vuelve a plantear en términos muy claros … o un país para pocos pensado desde fuera o desde quienes tienen negocios fuera del país y piensan primero en “si mismos” y luego en la patria o los argentinos, y quienes por contrario, sostenemos la idea de que nadie se salva solo. Solo el pueblo salva al pueblo por medio de la participación y la organización popular. Y cada individuo es parte responsable de ello. Sepa el pueblo Argentino, votar.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack


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