Del funcionamiento de la democracia...



Personas, grupos, instituciones y organizaciones humanas. La comunidad de individuos que en sus acciones, pensamientos, discursos y palabras configuran parte de la compleja realidad en la que vivimos.

Otra parte es producida por los efectos de todo aquello humano y sus impactos en los ambientes, ecosistemas, “tramas urbanas o rurales” que van dibujando formas y modelos de cada tiempo.

El ordenamiento entre estos elementos: lo humano y los ambientes “naturales” o “creados” por lo humano dependen de como los individuos producimos y aceptamos leyes y formas para crear, producir, repartir riquezas y producciones, en suma para convivir.

Entender y entendernos en estos procesos. Participar y buscar conocimiento respecto a como funcionamos como individuos en sociedad es el humilde aporte que a diario intento compartiendo lecturas y reflexiones propias y de los medios a los que las nuevas tecnologías de la información y comunicación nos permiten acceder de forma gratuita y libre.

Ganancias y Biocombustibles

Ayer se reglamentó , a través del Boletín Oficial, la modificación del Impuesto a las Ganancias y Bienes Personales. El proyecto había sido aprobado en julio en el Senado. El mínimo no imponible se elevó a $150.000 mensuales y las jubilaciones superiores a ocho haberes mínimos garantizados.

Para Ganancias, se dispuso la exención a los intereses de los depósitos en pesos con cláusula de ajuste (como plazos fijos UVAs) o el rendimiento en instrumentos emitidos en moneda nacional. Para Bienes Personales, se exime a las obligaciones negociables emitidas en moneda nacional.

Además, se publicó en el Boletín Oficial la reglamentación de la ley de biocombustibles aprobada a mediados de julio. Establece un nuevo marco regulatorio para los biocombustibles y nuevos porcentajes de cortes obligatorios en los combustibles.

Sullivan

El Consejero de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, Jake Sullivan, se reunirá mañana con el presidente de la Nación, Alberto Fernández. La agenda tendrá como puntos claves la relación económico y comercial así como los temas de política exterior relevantes para Estados Unidos.  Sullivan visitará también Brasil en el marco de esta gira. 

El Consejero de Seguridad Nacional fue una de las figuras claves para el acuerdo nuclear entre EEUU e Irán de 2015 y es uno de los principales asesores de Joe Biden. 

Aguas rojizas

En el Dique II de Santa Fe se tomaron muestras para su análisis por la aparición de aguas rojizas. El líquido desemboca a través de un desagüe pluvial y genera olores nauseabundos. Se espera que los resultados del análisis estén mañana. 

Explican que no se debe a floraciones de microorganismos, sino que sería por causas antrópicas: efluentes volcados a través del desagüe. Podría tratarse de residuos de una empresa avícola. 

El río Paraná volvió a caer por debajo del cero en el hidrómetro del puerto de Santa Fe, el nivel más bajo de los últimos 52 años. Frente al puerto de Entre Ríos, la bajante se ubica en -30 centímetros. 

Las aguas se tiñeron de rojo en el Dique II del Puerto Santa Fe y el olor en el ambiente es nauseabundo. Este llamativo cambió de color no se debe a floraciones de microorganismos que habitan este ecosistema (como por ejemplo cuando las cianobacterias afloran y queda el agua verde), sino que se debe a causas antrópicas por efluentes volcados a través de un desagüe pluvial y que desemboca en una de las cabeceras de la zona portuaria. 

Durante la mañana de este miércoles se tomaron muestras del agua para analizarlas en laboratorio. Y hasta el momento no hay resultados del informe técnico que preparan entre Aguas Santafesinas (Assa), el Ministerio de Ambiente de la Provincia y la Municipalidad de Santa Fe, que determinará el responsable del volcamiento que generaría efectos negativos en el ambiente.

Desde Assa comunicaron a El Litoral que se trata de un desagüe pluvial que no corresponde a la empresa. “Estamos verificando de que no haya inconvenientes dentro de las instalaciones a cargo de Assa, redes de agua potable y cloacas, por fuera de eso no tenemos ninguna injerencia”, remarcaron y agregaron que este líquido no llega hasta la toma de agua Hernández, ya que está ubicada aguas arriba del puerto local.

El laboratorio de Ecotoxicología de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la UNL se acercó hasta el Dique II para tomar imágenes de la situación, pero al descartarse que se tratara de una floración de algas no registraron muestras.

Este medio intentó ponerse en contacto con la administración del Ente Portuario y funcionarios del Ministerio de Ambiente de la Provincia para informar cómo avanza la investigación, pero no tuvo respuestas hasta el momento.

Noticia de: El Litoral (www.ellitoral.com) [Link:https://www.ellitoral.com/index.php/id_um/311774-toman-mas-muestras-en-el-sector-del-puerto-de-santa-fe-donde-aparecieron-aguas-rojizas-impacto-ambiental-en-la-zona-portuaria-area-metropolitana-impacto-ambiental.html]

Asilo político

La Comisión de Refugiados (CORE) rechazó el pedido del ex asesor de Mauricio Macri, Fabián Rodríguez Simón, de ser declarado refugiado político en Uruguay. Ahora la justicia uruguaya debe decidir sobre la solicitud de extradición para comparecer ante la jueza María Servini. 

El CORE envió un informe a la justicia uruguaya en el que asegura que no hay elementos suficientes para recomendar el refugio. El fallo del juez penal de Uruguay, Marcelo Malvar, debe producirse antes del viernes, fecha límite que dispuso el gobierno uruguayo. 

Rodríguez Simón está imputado en la causa por presuntas presiones al Grupo Indalo mediante lo que se conoció como la “mesa judicial” del gobierno de Juntos por el Cambio. 

México demanda a empresas norteamericanas de armas 

El gobierno mexicano demandó ayer a un grupo de empresas de armas de Estados Unidos, en la Corte Federal de Boston. La demanda señala a 11 empresas productoras y distribuidoras de armas por promover prácticas comerciales negligentes e ilícitas que facilitan el tráfico ilegal de armas a México. 

De acuerdo a los datos aportados por México, cada año ingresan 500.000 armas ilegales desde EEUU a su país. Según el canciller mexicano , las empresas demandadas son conscientes de que sus productos ingresan ilegalmente a México para ser utilizados por organizaciones vinculadas al narcotráfico. El gobierno reclama una indemnización por daños que deberá ser definida por el tribunal pero que estima en el 2% del PBI mexicano. Smith & Wesson; Barrett Firearms Manufacturing; Beretta; Century International Arms; Colt’s Manufacturing Company; Glock; Sturm, Ruger & Co y Witmer Public Safety Group, son algunas de las empresas demandadas.

(Cenital.com)

El ministro de Economía, Martín Guzmán, encabezó  este jueves en la provincia de San Juan una mesa de trabajo con cámaras y federaciones del sector empresario. Luego, disertará sobre la marcha de la economía en la Universidad Nacional de San Juan.

En ese marco, aseguró que hay una recuperación económica “a una velocidad mayor que los países de la región”. “Con nosotros la industria crece. Consideramos que hay que apostar a la industria porque sin industria no hay futuro”, determinó el funcionario. En ese contexto, indicó que la construcción y el valor de la exportación se están recuperando.

Por otro lado, evaluó que no hay forma de que la Argentina puede hacer frente a esos compromisos con el FMI en los tiempos establecidos. Esto se debe a la carga que le significa al país esta deuda. “Estamos trabajando para redefinir el relacionamiento con el FMI. Desde 2016 se tomó un volumen de compromisos de deuda en moneda extranjera que se tornaron insostenibles. Hay que tratar de que nunca más nos vuelva a ocurrir”, detalló.

En ese sentido, el titular del Palacio de Hacienda informó que entre el 2015 y el 2019, la deuda en moneda extranjera creció en US$ 100.000 millones. “La reestructuración de deuda el año pasado nos dio un alivio de 37.000 millones de dólares en una década, una reducción sustancial de la tasa de interés de deuda en moneda extranjera, de 7% a 3% en dólares”.

A su vez, subrayó que desde el Gobierno están construyendo condiciones para que “la Argentina se asiente en un sendero más duradero de estabilidad macro”. “No alcanza con redistribuir; hace falta crecer y agregar valor a la producción y hacia allí apuntamos”, puntualizó el ministro. Además, están “reformando en distintas etapas la estructura tributaria siguiendo los principios de progresividad, sostenibilidad fiscal, estabilidad para incentivar la inversión y armonizar la estructura entre los niveles, federal, provincial y municipal”.

La distribución del ingreso se ha mantenido constante entre principios de 2020 y la situación de hoy. El coeficiente de Gini mostró el mismo valor que tenía en el primer trimestre de 2020. Esto no es coincidencia: es el ATP, el IFE, la Tarjeta Alimentar”, agregó.

Estamos gobernando en los tiempos de la escasez, que es lo que nos dejaron. Más escasez de dólares significan más inflación y menos actividad. Cuando faltan los dólares es más difícil poder financiar los insumos importados que la actividad económica requiere”, aseveró Guzmán.

Respecto a la inflación, determinó que hay “una reducción intermensual”. “La política macroeconómica tiene en uno de sus principales objetivos la reducción de la inflación porque la consideramos un mal en el normal funcionamiento del sistema económico”, dijo.

Por último, el funcionario añadió que en Argentina “está creciendo la inversión”. “Queremos una recuperación balanceada en la que el consumo tenga un rol importante, pero también crezca la inversión porque sienta condiciones para mayor capacidad productiva en el futuro y la recuperación se sostenga en el tiempo”, remarcó.

Hay un claro camino marcado dentro de un proyecto político que busca construir una Argentina con equidad federal, con un modelo con lo productivo en el centro, que incluya generando trabajo y pueda crecer de forma sostenida en el tiempo, y ese es el proyecto del FdT que lidera el presidente Alberto Fernández, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, el presidente de la Cámara de Diputados Sergio Massa y el presidente del bloque del Frente de Todos, Máximo Kirchner y con quienes están en todo el territorio generando trabajo que son ustedes”, afirmó.

Tranquilizar la economía es una tarea colectiva en la que todos tenemos que formar parte construyendo acuerdos y encontrando formas respetuosas y sanas de lidiar con los conflictos”, concluyó Martín Guzmán.

(El Economista)

La Asociación Latinoamericana de Internet, anuncia su adhesión al “Compromiso Ético Digital” que la Cámara Nacional Electoral de Argentina ha renovado para las próximas elecciones legislativas. El mismo busca promover la honestidad del debate democrático con el objetivo de mejorar la calidad de la información que circula en el ecosistema digital en tiempos electorales. 

Es importante entender la complejidad y la tensión que puede existir durante el proceso electoral con la difusión o proliferación de información inexacta y, por lo tanto, desde ALAI entendemos el valor de que las plataformas de Internet, dentro del marco de sus  posibilidades, colaboren con las autoridades competentes en este proceso, basados en el respeto de los valores democráticos y la libertad de expresión.


Se destaca la necesidad de que la ciudadanía pueda decidir su voto sobre la base de un debate público auténtico, para que el derecho a votar no se vea menoscabado por la confusión o una influencia indebida en la voluntad de los electores.

Estamos muy contentos de participar de este compromiso ético y de colaborar con que el pueblo argentino pueda utilizar de manera confiable las plataformas digitales para el ejercicio de sus derechos ciudadanos”, expresó nuestro Director Ejecutivo Raúl Echeberría.

(ALAI)

Julio Burdman, Licenciado en Ciencia Política (Universidad de Buenos Aires) y Doctor en Ciencia Política (Instituto de Estudios Políticos de París). Es docente e investigador en la Universidad de Buenos Aires y la Universidad de la Defensa Nacional. Es director de Observatorio Electoral, una consultora de estudios políticos y sociales y escribe en “El Estadista”

La reactividad, o capacidad de respuesta, es un problema teórico y práctico de las democracias. Se refiere a cómo, cuánto y qué tan bien responden los gobiernos, y la política en general, a los desafíos de la realidad social. Esto tiene varias dimensiones, pero en general preocupan dos: la reactividad representativa, y la de gestión.  

La primera tiene que ver con el grado de sensibilidad y reacción de la política a lo que pasa en “la calle”: las demandas, las preferencias de la opinión pública, el malestar social. Una de las ventajas de la democracia es que la reactividad representativa existe. En las dictaduras, los que mandan pueden ser totalmente prescindentes de los problemas sociales, ya que la gente no vota o sus opiniones no son atendidas. Defendiendo la tesis de la ventaja, el economista Amartya Sen explicó por qué en las democracias no hay hambrunas: los políticos podrán tener muchos defectos, pero no permiten que sus propios votantes se mueran de hambre. 

Pero más allá de estos casos extremos, también es perfectamente posible que en una buena democracia la reactividad representativa sea lenta. Sucede cuando políticos anquilosados en sus despachos se vuelven demasiado confiados en su conocimiento de lo que supuestamente ocurre “afuera”, y comienzan a prestar poca atención a los cambios sociales. O negarlos. De hecho, esto sucede muy seguido. Los políticos que llegan alto suelen ser personas talentosas e inteligentes, pero con un ego elevado, y uno de sus errores más frecuentes es creer que los votos que recibieron fueron dirigidos a él, o ella. Como si el contexto no contase. 

Por otra parte, la reactividad de gestión se refiere a cómo se resuelven las exigencias del gobierno administrativo del Estado, y está en tensión con la anterior. Es el plano de las decisiones difíciles. Muchas veces, quienes miran la política desde afuera creen que los gobernantes “no entienden” de cuestiones económicas, jurídicas o internacionales, y rifan la suerte colectiva por ineptitud o ignorancia. Esto puede ocurrir, y algo de eso vimos -aquí y en otros países- en el combate de algo tan imprevisto y desconocido como el coronavirus. Pero en la mayoría de los casos, el problema no es la incompetencia técnica, sino el dilema político. Quienes gobiernan suelen conocer los problemas económicos, o tienen asesores que los ayudan a entender las diferentes opciones, pero a veces tienen las manos atadas para resolverlos. Algunos macroeconomistas llaman “populismo” a la reticencia del gobernante a tomar una decisión socialmente costosa, pero en realidad se trata de casos de lenta reactividad de gestión por razones políticas. 

A diferencia de otros países suramericanos, que están atravesando tiempos explosivos, la política argentina de 2021 se está caracterizando por la moderación y la prudencia de su dirigencia en la gestión de la crisis, y por la fortaleza y estabilidad de las coaliciones políticas mayoritarias. Y al mismo tiempo, por una baja reactividad política a la cuestión social. 

Comencemos por las buenas noticias. Mientras que en la mayoría de los países de la región el sistema partidario se fragmenta en docenas de pedazos, y aparecen nuevas izquierdas y nuevas derechas que capturan muchos votos, en Argentina todo indica que las dos grandes coaliciones, Todos y Juntos, van a quedarse con 4 de cada 5 votos en las elecciones legislativas. Esto se debe, en buena medida, a que las coaliciones tienen liderazgos habilidosos, que se mueven en dirección de mantenerlas unidas e incluso hacerlas crecer. Cristina Kirchner y Mauricio Macri, que contribuyeron a polarizar la política argentina en el pasado, hoy están ayudando a la consolidación de sus respectivos espacios. El Frente de Todos, a pesar de las condiciones adversas, logró que nadie se vaya; inclusive muchos gobernadores, que tienen incentivos para tomar distancia de la Rosada, siguen adentro gracias al apagado temprano de algunos focos de incendio.  Y los cambiemitas no solo se mantuvieron Juntos, sino que lograron sumar a quienes estaban afuera, como Manes, López Murphy, Stolbizer, “peronistas republicanos” varios y “outsiders” mediáticos. Utilizando a fondo el recurso que proveen las primarias abiertas. 

Finalmente, otro dato saliente de la política argentina de estos días es que en estas dos grandes coaliciones se imponen las tendencias centristas. Cristina Kirchner confirmó, días atrás, que es ella la garante de última instancia de la moderación fiscal de Guzmán, y del cumplimiento puntual de los pagos al FMI. Y moderados y palomas se impusieron a la hora de los armados de las listas. Macri se fue a España para confirmar que la ruta electoral de Juntos en CABA y PBA está en manos de Rodríguez Larreta, y lo mismo cabe a los “cabezas de lista albertistas” en los principales distritos.

Ahora bien, ¿acaso todo este enorme esfuerzo político de Todos y Juntos por estabilizarse, consolidarse y ocupar el centro, no es en alguna medida responsable de la baja reactividad política al clima que se vive afuera del palacio? Los niveles de malestar social y pesimismo que muestran las encuestas, que son totalmente comprensibles al observar la pauperización, la devaluación y la parálisis económicas, no se ven atendidos por ahora en la campaña electoral, donde hay baja renovación y cuyos principales protagonistas se ven obligados a justificarse todo el tiempo. 

Argentina vive hoy problemas tan graves como en 1989 o 2001. Y ambas crisis se caracterizaron por una fuerte renovación de las dirigencias y los discursos. En esta oportunidad, lo nuevo es que no es el recambio, sino una milagrosa estabilidad política la que se enfrenta con una sociedad que necesita respuestas contundentes, propuestas y liderazgos audaces para sacarla del laberinto socioeconómico en que se encuentra. No es la grieta, ni la pandemia, ni la sociedad del conocimiento, ni las pistolas taser, ni mucho menos el lawfare: más que nunca, la economía de la vida cotidiana es la demanda excluyente. Y los precandidatos de las dos coaliciones arrancan con pocos recursos e ideas al respecto. 

Frente a este dilema, los líderes de Todos y Juntos pueden verse tentados a ensayar una especie de retorno a las fuentes: repetir las campañas respectivamente triunfantes -las de 2019 y 2015. Eso tal vez sirva para salir del paso esta vez, pero es una estrategia que no está llamada a durar hasta 2023. El problema presente de la baja reactividad política al malestar social, puede convertirse en poco tiempo en un divorcio entre política y sociedad. Y entonces sí, toda la estabilidad que hoy observamos en el proceso electoral de 2021 no habrá sido otra cosa que un castillo de naipes. 

Facundo Cruz, Politólogo,se desempeña como profesor e investigador universitario en la UBA y en la UADE. Escribe su newsletter semanal en CENITAL

Mi intención era dedicar la entrega de hoy a un análisis sobre el cierre de listas, qué tanto se usarán las PASO como herramienta para dirimir las candidaturas y cómo eso va a mostrar que son buenas y lindas, no feas e inútiles. Pero los tiempos de la justicia electoral van en contra del periodismo de investigación. Como todavía no están confirmadas todas las listas presentadas, después de impugnaciones presentadas y dubitativos que se terminaron bajando, quedará para más adelante. Sí te puedo anticipar que la proporción de uso de las PASO va a ser alta y, tal vez, la más alta a 10 años de su nacimiento. Buen cumple.

Igual, si ya llegaste hasta acá y no lo borraste, no te deprimas. Porque el tema de hoy igual está re piola: voy a hablarte de la participación electoral. No es un tema random, sino que es central para nuestro sistema político. A mí me preocupa el caldo de cultivo que se empezó a generar con mucho aroma a 2001, como si la clase política estuviera desconectada totalmente de la realidad, y eso, eventualmente, se pudiera manifestar dentro de unos meses en niveles bajos de participación electoral y altos de voto bronca (voto nulo, voto blanco, voto Clemente, voto salame y derivados). No estoy del todo de acuerdo con esa visión y creo que las elecciones legislativas del 2021 servirán para mostrar la vitalidad del sistema político argentino. Porque si la región se prende fuego cada tanto, nosotros aprendimos a reconstruir un sistema después de un fuerte terremoto. La política también aprendió.

Ir a votar es bueno y los datos así lo muestran.

¿Por qué ir a votar es bueno y los datos así lo muestran?

Parte del tema de hoy me lo despertó la querida colega María Esperanza Casullo con su carta de amor a las elecciones argentinas, publicada hace algunas semanas y que recién llegué a leer hace dos días. La otra parte me la despertó otro gran amigo, Eduardo Minutella, quién escribió un bello texto sobre los 20 años de las fatídicas elecciones del 2001 que presagiaron todo el terremoto que vino después. Ambos escribieron de manera complementaria sin darse cuenta, y en cierta medida acá intentaré sintetizarlo en un punto central de nuestro sistema político: ir a votar. Mientras que Edu resalta con estilo y prosa el sentimiento antipolítico que corrió por aquellos años en los medios, los dirigentes políticos y el voto, MEC resalta las virtudes de un sistema político que se apoya, fundamentalmente, sobre un bien diseñado y organizado sistema electoral. Ahí es donde creo que ambos se tocan: al sistema político argentino lo salvamos todos y todas yendo a votar, después de haber faltado una vez porque dudamos de él.

Esto no es menor por la sencilla razón de que la participación electoral es un elemento clave de toda democracia contemporánea. Hace al motor y energía de un régimen democrático que permite garantizar la efectiva representación de los intereses ciudadanos en la toma de decisiones públicas. Los gobernados eligen y los gobernantes deciden. Así funciona la maquinaria, y está bien.

Esta máquina puede organizarse de distintas maneras. Argentina se encuentra en el reducido grupo olímpico de los países que tienen voto obligatorio, razón por la cual la Constitución Nacional otorga el derecho a sus ciudadanos (nativos y naturalizados), pero se los demanda como una obligación ciudadana. Es una transacción democrática con compromiso republicano, que implica intervenir y participar, pero con la garantía de que vas a hacerlo. Es, en cierta medida, la otra cara de una moneda que tiene al compromiso liberal, el cual, por el contrario, implica intervenir y participar con la libertad de hacerlo. En el gráfico de más abajo podés ver la distribución de países de acuerdo a si contemplan el voto obligatorio (compulsory voting) o bien el voto voluntario (no compulsory voting). Como verás, son menos los países que tienen voto obligatorio, pero son aquellos donde mayor proporción de los electores participa en promedio. En esta nota corta de IDEA International encontrás la info completa.

 


Argentina no solo es del equipo de los países con voto obligatorio sino también de los del voto joven. Desde el año 2012 la reforma implementada en Ley N° 26.774, conocida como la Ley de Ciudadanía, extendió el derecho a votar en elecciones nacionales a los jóvenes entre 16 y 18 años. El voto también es obligatorio para este segmento etario, pero aquellos que no concurren a cumplir con el compromiso republicano no son considerados infractores (igual que los mayores de 70 años). O sea que sos joven, debés ir a votar, podés hacerlo, pero si no vas no te penalizan. Gol.

Y este cocktail legal, ¿qué efectos produjo en la participación electoral en Argentina? ¿Cambió algo con las PASO? Acá los datos alentadores.

A grandes rasgos, la línea de tendencia desde la primera elección celebrada en el retorno a la democracia en 1983 muestra que los más escépticos sobre el funcionamiento del sistema político argentino tienen razón. Desde valores superiores a 85% pasamos a guarismos que varían entre el 70% y el 80%. La tendencia es decreciente y eso les da de comer. En particular, por la fuerte caída que se produjo en las elecciones de 2001 y 2003, justamente las del terremoto, las que resalta Edu. Pero hay dos puntos que contradicen esa negativa opinión sobre el devenir político argentino. El primero, es que la tendencia a nivel mundial también es decreciente. Si volvés a ver el mapa de más arriba verás que el promedio agregado de países que tienen voto obligatorio también cae en el mismo período, aunque en menor medida que los países que tienen voto voluntario. Eso no es una buena noticia, para nada. Pero si Argentina está en las puertas de una crisis de representación muy grave, todos lo están también.

El segundo punto para marcar necesita un párrafo aparte. La otra línea de tendencia es la que más me gusta: la que indica el promedio entre dos elecciones. Claro que es la que refuerza mi argumento defensivo, pero así funciona la ciencia política. Esa línea permite dividir el nivel de participación electoral en distintos períodos o etapas de amor y odio ciudadano a la política. El alfonsinismo y la primavera democrática muestra un promedio de casi 85% en todas las elecciones celebradas, mientras que el menemismo lo hace caer hasta el 80% entre 1991 y 1999; la crisis del 2001 hasta las elecciones del 2009 (las últimas antes de la implementación de las PASO) lo llevan más bajo aún, rondando el 75%; y a partir del 2011 el promedio sube hasta el 77%, con altas y bajas algo cambiantes, como por ejemplo las primarias de 2015 (71,70%) y las de 2017 (72,37%). Volvé al gráfico y partí las etapas tal como las separé yo, a ver si te parece lo mismo.

Parafraseando a un célebre filósofo, parece que estamos mal, pero no tan mal. Yo diría que estamos bien y podemos estar mejor, no se va a romper todo como hace veinte años. Una crisis de representación acompañada de crisis económica, con crisis política e institucional de postre, está muy lejos de esta mesa. La democracia argentina sigue vigorosa, sigue activa, sigue vigente y viva. Esto no ocurre ni transcurre por simple inercia, ocurre y transcurre porque la ciudadanía argentina vota. Para que siga este curso positivo y vigoroso es necesario promover la participación electoral, garantizar la seguridad el día del acto electoral en medio de una pandemia y tranquilizar a cada ciudadano convencido de su compromiso republicano. El mundo aprendió a votar en pandemia y hay mecanismos que buscarán garantizarlo, como bien contó la Directora Nacional Electoral (DINE), Diana Quiodo, en esta entrevista con Gabriela Pepe.

La titular de la Dirección Nacional Electoral habla sobre las elecciones en pandemia, el trabajo con los partidos políticos y la democracia en América Latina.

Como en todo el mundo, la pandemia planteó en Argentina debates sobre la organización del proceso electoral, que culminaron en un acuerdo de todas las fuerzas políticas para postergar la fecha prevista inicialmente para los comicios, además de la elaboración de protocolos sanitarios que se aplicarán en cada establecimiento al que concurrirá la ciudadanía.

En el Ministerio del Interior, que conduce Eduardo “Wado” de Pedro, la tarea de llevar adelante la organización de las elecciones recayó sobre dos mujeres, la secretaria de Asuntos Políticos, Patricia García Blanco, que viene de ser apoderada del PJ, y la titular de la Dirección Nacional Electoral (DiNE), Diana Quiodo, un cuadro técnico de La Cámpora.

Quiodo tiene 39 años, es politóloga egresada de la Universidad de Buenos Aires, magíster en Políticas Públicas, graduada como diplomática de carrera del Instituto del Servicio Exterior de la Nación (ISEN), subsecretaria de Asuntos Electorales durante el último tramo del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y es la primera mujer en conducir la DiNE.

-¿Cuál cree que es el mayor desafío que plantean estas elecciones?

 -El principal desafío es compatibilizar derechos fundamentales, el derecho a la vida y a la salud de las personas, con el derecho a emitir el voto, y a elegir y ser elegido. Por eso trabajamos mucho este tiempo con todos los partidos políticos y con la Justicia electoral. En Argentina tenemos un sistema mixto, hay algunas facultades que están en manos de la Justicia y otras que le corresponden al Ministerio del Interior, que es el gran articulador. Hay un protocolo que se va a aplicar el día de la elección con una mirada sanitaria, que tiene la validación del Ministerio de Salud, y también política porque el protocolo no puede ser óbice para el derecho de los ciudadanos de participar en la elección ni del derecho a fiscalizar que tienen las fuerzas políticas. Es un equilibrio que hay que ir navegando.

-¿Cómo fue el trabajo con los partidos políticos?

 -El año pasado empezamos una ronda de consultas con todos los partidos políticos y fuimos relevando las dificultades que tuvieron para mantener la personería jurídica por el tema de la falta de afiliaciones, complicada por el aislamiento y el distanciamiento. A raíz de eso propusimos un proyecto de ley que envió el Ejecutivo para suspender las causales de caducidad de los partidos, con la idea de poder mantener la oferta electoral y que no hubiera fuerzas que se vieran perjudicadas. Otro trabajo que hicimos, además, fue interactuar con apoderados y apoderadas de distrito, que en definitiva son los protagonistas de esta elección. Esta es la primera vez que se hace, antes se hacía solo con los partidos de orden nacional. Ahora lo hicimos por Zoom y hubo más de 120 asistentes.

-Ese clima de trabajo que menciona contrasta un poco con las tensiones que se ven públicamente.

-Siempre la mirada es colaborativa y para facilitar la competencia. Y siempre hemos tenido la mayor predisposición. Se dan dinámicas que a veces pareciera ser que van a contramano de las manifestaciones grandilocuentes que se ven en los medios. El proyecto de caducidad de partidos salió por unanimidad. Fue una decisión de madurez política de proteger el sistema. En el Congreso hubo consenso para aprobar la postergación de las elecciones. Lo preocupante, desde mi punto de vista, es que hay cuestiones que exceden las manifestaciones electoralistas, que cuestionan el sistema. Y hay que ser muy cuidadosos con el sistema. Si se pone un manto de desconfianza sobre el sistema electoral perdemos todos, la ciudadanía y las fuerzas políticas.

 -¿Percibe que en Argentina, como en la región, hay voluntad de algunos dirigentes de erosionar la confianza en el sistema electoral?

 -Creo que el sistema democrático está en tensión en la región, hay cuestionamientos sobre resultados, el recuento y el proceso electoral. Lo vimos en Bolivia, donde meses después la ciudadanía ratificó en las urnas lo que había dicho antes y que había sido cuestionado por una misión de la OEA. Es algo para atender, alertar y cuidar. La Argentina tiene un sistema electoral muy robusto, llevamos 38 años de ejercicio ininterrumpido de la democracia, 36 elecciones nacionales, entre PASO y generales, con alternancia, sucesión de un signo político a otro. Y nunca hubo cuestionamientos de fondo y con sustento en la Justicia. Este sistema es el que garantizó a todos los partidos ganar y perder. La ciudadanía confía en que su opción en el cuarto oscuro va a ser tenida en cuenta. Hay una cultura política democrática muy arraigada en nuestra sociedad, un folklore el día de la elección. Esto no se construye en dos días ni lo construye un funcionario en un ministerio. Los partidos políticos tienen que entender que también depende de cada uno sostener el sistema, porque somos jugadores dentro del sistema y queremos que siga existiendo.

-¿Estima que este año, por la pandemia, puede haber algún retraso en conocer los resultados de las elecciones?

 -No sería extraño que los resultados se demoren un poco. El escrutinio en las mesas debiera ser sencillo por los cargos que se están disputando, que no son ejecutivos. Lo que se está previendo es que las filas se hagan fuera del establecimiento para evitar aglomeraciones adentro. En una situación normal se cerrarían las puertas. En este caso, habrá una marca de cuál fue el último elector que llegó, a las 18. Ahí va a ser importante el rol del facilitador sanitario. La dinámica de la jornada puede cambiar un poco, porque hay una franja de 8.30 a 10.30 prioritaria para mayores de 65 y personas con factores de riesgo. Otros electores podrán votar, pero esos grupos van a tener prioridad.

 -La oposición hizo este año algunos planteos, como la necesidad de discutir la implementación de la boleta única. ¿Se debatirá el año que viene?

 -Lo ideal es dar estas discusiones en años pares. La modificación de un sistema de votación lleva un trabajo muy fuerte. Personalmente creo que la boleta papel que tenemos funciona muy bien. Muchas veces se critica la mal llamada lista sábana, que es la lista cerrada y bloqueada, porque se dice que uno a veces solo conoce el primer nombre. Eso es relativo. En la provincia de Buenos Aires, donde se eligen 35 diputados, puede ser. Pero la mayoría de los distritos son chicos, hay provincias que votan dos o tres diputados. Además, en la boleta única de papel no hay espacio para desplegar los nombres de toda la lista. Es decir, oculta aún más quiénes son las personas que integran la lista. Se verá. Insisto, es de buena práctica modificar las reglas electorales en año par. No es lo que sucedió siempre. En 2019 hubo una modificación neurálgica al sistema de financiamiento de los partidos políticos, habilitando los aportes privados para campaña.

 (La letra P)

Al respecto, la Cámara Nacional Electoral aprobó el martes pasado el protocolo para garantizar el derecho y la obligación al voto con los cuidados pertinentes, elaborado de manera conjunta con la DINE y el Ministerio de Salud de la Nación.

Por eso La Gente Vota está contenta, porque hay medidas, herramientas y recursos para que nadie tenga temor de ir a votar. Mantengamos vivo nuestro sistema político, participemos, involucrémonos, intervengamos y votemos. Rompamos la tendencia de este 2021, que viene con dos elecciones provinciales a la baja. Quedémonos en la creciente curva que se viene dando desde 2011. Porque sí, ir a votar es bueno y los datos así lo muestran.

(Cenital)


 
Hubo otros tiempos. Las urnas estaban bien guardadas. Las representaciones políticas y los intereses de las mayorías silenciadas. Y una sangrienta dictadura asesino a decenas de miles de argentinos por pensar un país diferente. Hoy las urnas están disponibles como oferta pacífica y racional para elegir representaciones y pensar y hacer de formas no violentas, ese país que soñamos.

Nadie se salva solo. Que cada quién haga su parte.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack

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