Una isla en el mundo ...

Aumentó la concentración de la riqueza, la recuperación económica es divergente y el acceso a las vacunas es desigual entre los países. Estas derivaciones de la peor crisis económica y sanitaria de, por lo menos, los últimos cien años no tuvo y, hasta el momento, no tiene una reacción contundente de coordinación y cooperación global.

Recién 18 meses después del estallido del coronavirus, el G20 intenta abordar las consecuencias dramáticas de la pandemia pero, por ahora, con tibias iniciativas que igualmente habrá que esperar si se concretan y cómo.

En este contexto pésimo para la periferia y, más aún, para países muy endeudados en moneda extranjera, la economía argentina arrastra la inmensa mochila de una deuda impagable con el Fondo Monetario Internacional, y suma también el daño de cuatro años de neoliberalismo del gobierno de la alianza macrismo-radicalismo. El entramado productivo y social debilitado recibió además el rigor de la pandemia, que agudizó la distribución regresiva del ingreso.

Como si todo eso fuera poco, la coalición política-mediática de derecha despliega un obsceno lobby a favor de laboratorios estadounidenses, en especial el de Pfizer (es fundamental tener todas las vacunas sin importar el origen y, ante la emergencia, por ahora no es motivo de debate público los tradicionales manejos turbios del negocio de los laboratorios).

Si no fueran por los oportunos acuerdos del gobierno de Alberto Fernández con Rusia (Sputnik V), China (Sinopharm) y con la alianza Oxford-AstraZeneca, casi el 60 por ciento de la población mayor de 18 años hoy no estaría protegida con una efectiva primera dosis. 

El incumplimiento de los contratos de abastecimiento por parte de los laboratorios estadounidenses, especialmente Pfizer en América latina, y las restricciones aplicadas por las potencias a las exportaciones de insumos para la producción de vacunas y de vacunas, con una fuerza política de derecha desatada fomentando los contagios, hubiesen convertido la situación sanitaria local en un drama aún más terrible sin contar con la notable estrategia oficial para conseguir vacunas en cantidad.

El fracaso para mitigar la crisis

En esa debilidad relativa, Argentina participa en el G20, ámbito que empieza a debatir proyectos para salir de la crisis global pero que, por el momento, sólo da respuesta, directa e indirectamente, a los intereses de los países ricos, ya sea la ampliación del capital en DEG del Fondo Monetario Internacional o la definición de un impuesto mínimo a las multinacionales.

Este fin de semana se reunieron los ministros de Economía de los países miembros del G20, y a fines de octubre habrá una cumbre de los respectivos Jefes de Estado, en Italia.

El objetivo argentino junto a otros es ampliar el alcance de esas iniciativas para aliviar la situación financiera y sanitaria de países pobres y también la de ingresos medio. Guzmán consiguió incluir en el comunicado final de ministros del G20 que el FMI revise los "sobrecargos" a la tasa de interés de sus préstamos, que para el caso argentino suman unos 1000 millones de dólares anuales por el crédito inédito y político entregado al gobierno de Mauricio Macri

El G20, club que está bajo el mando de las potencias y que al interior es conducido por el G2 (Estados Unidos y China), fracasó en estos meses trágicos en atenuar los inmensos costos económicos, sociales y humanos causados por la covid-19.

A diferencia de la debacle financiera de 2008 que colocó las economías desarrolladas de Occidente al borde de la cornisa, esta crisis no convocó a los miembros del G20 a buscar una salida conjunta. Por el contrario, las respuestas fueron individuales y esos comportamientos han sido uno de los principales motivos de la prolongación de la pandemia y la actual incertidumbre que existe para la superación plena en el corto plazo.

A nivel discursivo el G20 y el FMI intentan reparar en parte el actual descontrol ante la crisis económica y sanitaria, pero las propuestas que están deliberando son paliativos con escaso impacto para atender los profundos daños de la pandemia.

El debate se concentra en tres planes:

1. Aplicar un impuesto mínimo global a multinacionales.

2. Ampliar el capital en DEG del FMI.

3. Discutir la forma de distribución de vacunas.

Qué países se beneficiarán con el impuesto a las multinacionales

La idea de un impuesto mínimo global a las multinacionales altera el escenario de privilegio de los más poderosos, que además evaden el pago de ganancias transfiriendo gran parte de sus utilidades a guaridas fiscales.

Es un avance considerable para una estructura de poder económico mundial concentrada y para interpelar el consenso construido por la derecha acerca de que los ricos o grandes firmas no tienen que pagar muchos impuestos.

Este cambio se explica en que los Estados de los países ricos, luego de instrumentar multimillonarios paquetes de salvataje, quieren sumar recursos para la recuperación de sus economías, además de neutralizar la competencia fiscal de las guaridas. En esa lógica irrumpe el impuesto a las multinacionales.

En esta instancia, luego de remarcar la relevancia histórica de ese proyecto, aparece la discusión sobre cómo será y quiénes se beneficiarán de lo recaudado. Aquí la iniciativa empieza a flaquear en términos de los intereses de la periferia.

Por un lado, existen diferencias acerca de cuál debe ser la alícuota impositiva: el 15 por ciento plantea la OCDE, el 21 por ciento propone Estados Unidos (Argentina apoya esta moción) y el 25 por ciento reclaman países en desarrollo y organismos internacionales independientes. La diferencia de recaudación de cada uno de esos porcentajes es inmensa, que Marcelo Justo precisó. Por ahora predomina la idea de una alícuota de 15 por ciento.

Por otro, no hubo avances en definir quiénes van a recibir los fondos que se recauden. Las potencias quieren que sea en los países de origen, mientras el resto sostiene que debe haber un mayor equilibrio en la distribución de esos recursos adicionales con los países en donde las multinacionales desarrollan sus actividades. De este modo, los países más vulnerables captarían parte de esos fondos fiscales, además de que los necesitan más que los países ricos.

Para qué quieren los DEG los países ricos

El FMI ampliará su capital en DEG por el equivalente de 650.000 millones de dólares. Los Derechos Especiales de Giro son la unidad de cuenta del Fondo, cuya cotización surge de una canasta de monedas integrada por el dólar, euro, yen, yuan y libra esterlina. Esos recursos están destinados para la recuperación pospandemia y para fortalecer la red de emergencia covid-19. Ese monto se repartirá entre 190 países y constituye la emisión de capital más elevado de la historia del Fondo.

El detalle no menor es que gran parte de esos recursos se girará a los países ricos. Si bien es mejor recibir esos dólares del FMI sin ningún costo que nada, por caso Argentina sumará unos 4550 millones a las reservas, la distribución es muy desigual.

El reparto se realizará de acuerdo a la cuota (participación) de cada país en el FMI. Estados Unidos posee el 16,52 por ciento, le siguen China con el 6,15, Japón con el 6,09, Alemania con el 5,32, Francia y Gran Bretaña con el 4,03 cada uno, e Italia con el 3,02 por ciento.

Siete países concentran 45,16 por ciento de las cuotas del FMI. O sea, se repartirán cerca de 294.000 millones de dólares del total de esos 650.000 millones, recursos que, en realidad, no necesitan.

La arquitectura financiera internacional se reafirma así desigual y regresiva. La titular del FMI, Kristalina Georgieva, lo reconoce aunque no en toda su magnitud, porque solicita que la reasignación sea en forma voluntaria por unos 100 mil millones de los DEG de los países con solvencia financiera hacia los países vulnerables y de bajo ingreso. De esa forma deja fuera de ese reparto a los países de ingreso medio, como Argentina.

Guzmán llevó a la reunión de ministros de Economía del G20 la propuesta de una redistribución que incluya a economías de ingreso medio. El G20 respaldó la ampliación del capital, a la vez que pidió al FMI una propuesta de reasignación que, en realidad, ya la tiene, como se mencionó arriba. Argentina tendrá que seguir insistiendo para ser incluida en ese reparto adicional.

Sin vacunas para todos no hay salida

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que el mundo puede enfrentarse a un "catastrófico fracaso moral" si los países ricos acaparan las vacunas contra el coronavirus en detrimento de los países pobres. 

El precio de este fracaso será pagado con vidas en los países más pobres del mundo, además dejando abierto el peligro de mutaciones del virus que eludan la efectividad de las vacunas y, por lo tanto, afecten la recuperación de la economía global.

No se trata sólo de la inmoralidad de los países ricos de acumular dosis por encima de sus necesidades, sino que exhiben una impactante miopía acerca del horizonte económico si no hay un control global de la pandemia.

Antes del encuentro de ministros del G20, Georgieva escribió en el blog del FMI "Urgent action needed to address a worsening ‘two-track’ recovery" ("Se necesitan medidas urgentes para abordar un empeoramiento de la recuperación de 'dos ​​vías'). En el texto advierte que las diferencias en la salida económica de los países "son dramáticas" por la disponibilidad de vacunas y las tasas de infección. Reclamó que "es un momento crítico que requiere una acción urgente por parte del G20 y los responsables políticos de todo el mundo".

El FMI estima que un acceso más rápido a las vacunas para las poblaciones de alto riesgo podría potencialmente salvar más de medio millón de vidas sólo en los próximos seis meses. Pone como ejemplo el África subsahariana (49 países)donde menos de 1 adulto de cada 100 está completamente vacunado, en comparación con un promedio de más del 30 por ciento en las economías desarrolladas.

"Las poblaciones no vacunadas en cualquier lugar aumentan el riesgo de que surjan variantes aún más mortales, lo que socava el progreso en todas partes e inflige más daño a la economía mundial", dice Georgieva.

Plantea que el G20 debe tomar como objetivo la vacunación de al menos el 40 por ciento de la población en todos los países para fines de 2021, y el 60 por ciento para la primera mitad de 2022.

Mientras los actuales liderazgos de las potencias no tomen conciencia de que no hay salvación individual en la pandemia parece que ese reclamo sólo es una simple expresión de deseos.

(Alfredo Zaiat en Página 12)

Cuba no es un «New Amsterdam»: es todo un sistema de salud.

Sergio Ortiz, Periodista y político argentino, escribió en Gracus Tomado de Prensa Ecuménica

El imperio y mal vecino tuvo su derrota número 29 en la Asamblea General de la ONU que el 23 de junio condenó su bloqueo a Cuba. La pizarra mostró números contundentes: 184 países a favor de la isla, sólo dos votos en contra (el bloqueador y su socio Israel) y tres abstenciones (la lejana Ucrania y las más cercanas Brasil y Colombia).

Digamos dos palabras sobre los aliados del bloqueo, abiertos y encubiertos.  Israel es coherente: genocida contra la población palestina y socio de quienes maltratan a Cuba. Su gobierno lleva la esvástica bajo la kipá y se olvida que el Ejército Rojo soviético terminó con el III Reich y liberó a los presos de campos de concentración nazis.

El gobierno de Kiev es un desagradecido total. Cuando se produjo el desastre nuclear de Chernobyl, en 1986, Cuba acogió a 26.000 niños ucranianos para darles salud y rehabilitación.

Iván Duque y Jair Bolsonaro no precisan presentaciones. Son los mejores servidores de Washington en Latinoamérica. Y eso que varios serviles del Cartel de Lima les disputan el podio. Ese dúo rompió en 2019 y 2021 la unidad latinoamericana y caribeña de acompañar a Cuba en Naciones Unidas. Son traidores a la Patria Grande. Bolsonaro a poco de asumir expulsó a 8.000 médicos cubanos del programa “Más Médicos”, con el que pobladores pobres del interior de Brasil vieron un médico por primera vez en sus vidas. El país está entre los tres del mundo con mayores contagios y muertes por la “gripezinha”.

LOS ARGUMENTOS Y LAS MENTIRAS

Los argumentos contra el bloqueo fueron bien enumerados por el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla, quien viajó a Nueva York. Denunció que el expresidente Donald Trump había agravado el bloqueo con nuevas 243 medidas, incluso en el plano de la salud y la medicina, cuando ya había comenzado la pandemia en marzo de 2020.

Los daños económicos directos a la isla en el período de abril de 2019 a marzo de 2020, fueron 5.570 millones de dólares, que se estiran a 9.157 millones si se computa hasta diciembre de 2020. Desde el inicio del bloqueo los daños sufridos por el país son de 147.853 millones de dólares a valores corrientes. Una enormidad de plata para cualquier país, especialmente para uno pequeño y modesto como Cuba.

El canciller cubano reclamó que se deje en paz a su patria y se termine con esta agresión que califica como genocidio según la Convención de 1948. “Como el virus, el bloqueo asfixia y mata, y debe cesar”, pidió.

En cambio, la contraparte norteamericana no tuvo argumentos, sólo mentiras. Rodney Hunter, coordinador político de la Misión de EE UU, mintió con que “las sanciones son un conjunto de herramientas de nuestro esfuerzo más amplio para promover la democracia, promover el respeto por los derechos humanos y ayudar al pueblo cubano a ejercer las libertades fundamentales consagradas en la Declaración Universal de Derechos Humanos”. Hunter dijo que EE UU provee al país caribeño suministros humanitarios, además de ser “uno de los principales socios comerciales de Cuba”. ¡Qué caradura! Y no se le cayó la cara de vergüenza…

EE UU, con la administración demócrata de Joe Biden votó igual que lo hacía la republicana de Trump. Israel, otro tanto, con el flamante neonazi Naftalí Bennet, como si gobernara el ídem Benjamin Netanyahu.

¿QUIÉN DEBE A QUIÉN?

En un conversatorio de solidaridad, organizado el 23 de junio por Argentinos Solidarios con Cuba, los oradores plantearon que Argentina y el mundo le deben mucho a la isla. Elena Rivero, Mario Díaz, Lucía Coronel, Oscar Verón, Gino Strafforini y quien escribe, citaron la ayuda que Cuba brindó al mundo en salud (“Operación Milagro”, “Brigadas Médicas Henry Reeve”, etc) y en educación, con el “Yo Sí Puedo”.

En cambio, el diario proyanqui Infobae, el 11 de junio pasado, publicaba: “El gobierno argentino negocia pagar las vacunas cubanas con un crédito que debe la dictadura comunista desde 1973. El préstamo fue una idea del ministro de Economía José Ber Gelbard. Los economistas calculan que la deuda actualmente superaría los USD 4.800 millones”.

El crédito de 1973 fue por 1.278 millones y esa cloaca anticomunista llevó la deuda a 4.800 millones.

En ese conversatorio hubo unanimidad en que esa deuda, si es que aún existe, debería ser condonada por Argentina, atento a los daños provocados a Cuba por el bloqueo. Sería un gesto de amistad de nuestro país hacia quien nos apoyó políticamente en la causa de Malvinas, sostuvo la Guardería en La Habana durante la dictadura militar-cívica, con su aliado Hugo Chávez impulsó la derrota del ALCA en 2005, becó a 1.500 jóvenes argentinxs para estudiar y recibirse de médicxs en la Escuela Latinoamericana de Medicina abierta por Fidel Castro en 1999, alfabetizó a 35.000 argentinxs con el “Yo Sí Puedo”, operó de la vista gratuitamente a 50.000 compatriotas de bajos recursos con “Operación Milagro”. Y un largo etcétera.

POTENCIA MÉDICA

Pese al bloqueo, la isla se convirtió hace tiempo en una potencia médica y también en ciencia farmacéutica e investigación, al servicio de su gente y dando una mano fraterna a otras latitudes de los que menos tienen.

Por eso su mortalidad infantil es de sólo 4 por mil nacidos vivos, con 9 médicos cada mil habitantes. Y en la pandemia avanzó con cinco candidatos vacunales, dos de las cuales ya se usan contra el COVID, la Abdala y la Soberana 02, la primera con un 92,28 por ciento de eficacia.

El imperio está muy lejos de todo eso, a pesar de tantos dólares. En Netflix se pasa la serie “New Amsterdam” sobre la vida en un hospital neoyorquino. Es una serie digna de verse, con buenos personajes y médicos sensibles, aunque también hay directivos que ajustan personal y buscan financistas millonarios. Y, sobre todo, queda a la vista que hay millones de norteamericanos pobres, sobre todo afroamericanos, que llegan allí con hambre, sin techo, enfermos y sin cobertura de salud.

En la isla, en cambio, la salud es un derecho de todos y todas, y no una mercancía para los que tengan dinero. Cuba no es un “New Amsterdam” aislado; toda la nación es un gran hospital que brinda salud, luego de haber practicado la medicina preventiva con médicos de familia, en cada barrio. La inspiración fue de un comandante en jefe que además de eso fue un médico del pueblo graduado en revolución.

QUE SEA OBLIGATORIA

La victoria diplomática de Cuba es grandiosa y a la vez limitada porque la potencia bloqueadora no acata las resoluciones de la Asamblea General. El sitio web nos recuerda: “De acuerdo con la Carta, todos los Miembros de la ONU convienen en aceptar y cumplir las decisiones del Consejo de Seguridad. Éste es el único órgano de la ONU cuyas decisiones los Estados Miembros, conforme a la Carta, están obligados a cumplir”.

¿Por qué seguir con esos procedimientos que vienen de 1945, siendo que el mundo cambió bastante en estos 76 años? Es muy injusto que 5 países tengan el poder de veto como miembros permanentes del Consejo de Seguridad y otros 10 sean no permanentes y sin veto, igual que los restantes, de los 193 países con representación en el Edificio de Cristal.

Por eso en el conversatorio hubo una moción, coincidente, de que las cancillerías de países socialistas, tercermundistas y progresistas impulsen una reforma de dicha Carta de la ONU.

Al menos en un punto: que una moción aprobada por dos tercios de votos de la Asamblea General adquiera carácter obligatorio para el Consejo de Seguridad y todos los miembros. Ya hubo varios proyectos de reformas en la ONU, por ejemplo, de Evo Morales en 2012 y 2015. El exmandatario boliviano cuestionaba el poder de veto de ese quinteto e invocaba la injusticia de que Washington no acatara las votaciones en su contra en el tema bloqueo a la isla.

Es hora de retomar esos proyectos de reforma de Naciones Unidas. El bloqueo a la Patria de José Martí lo amerita largamente porque casi siempre ganó por más de dos tercios. Ahora tuvo el 97,35 por ciento de los votos. El bloqueo deberá terminar en 2022, cuando el 3 de febrero se cumplirán 60 años del inicio formal del crimen continuado.

Si la humanidad sigue tolerando ese genocidio no merecerá llamarse tal.

Cuba: inédita protesta contra el gobierno en Cuba y enérgica reacción del presidente

Díaz Canel acusó de “desestabilizadores” a los manifestantes y llamó a “defender la revolución” de lo que, según denunció, es una nueva campaña orquestada desde los Estados Unidos.

Miles de personas marcharon hoy por las calles de San Antonio de los Baños, una ciudad próxima a La Habana, en una inédita protesta contra el gobierno de Cuba, y el presidente Miguel Díaz-Canel reaccionó convocando a los simpatizantes oficialistas a defender su gestión “en todos los lugares”, informó la prensa local e internacional.

Los manifestantes, la mayoría jóvenes, entonaron consignas tales como “Patria y vida”, “Abajo la dictadura” y “No tenemos miedo”, según pudo verse en videos publicados en redes sociales y citados por la agencia de noticias AFP.

Poco más tarde, Díaz-Canel denunció la supuesta participación de Estados Unidos en “acciones de destabilización política históricas que tienen lugar contra Cuba y que se han intensificado particularmente durante la pandemia” de coronavirus.

De manera muy sutil, esos que nunca se han opuesto al bloqueo (el embargo económico decretado por Estados Unidos en 1962), ahora han incentivado campañas que buscan legitimar la idea de que el gobierno cubano no puede controlar la pandemia”, sostuvo.

Convocamos a todos los revolucionarios a salir a las calles a defender la revolución en todos los lugares”, subrayó el mandatario en un mensaje televisado, según el diario oficial Granma.

San Antonio de los Baños es un pueblo rural de 34.000 habitantes perteneciente a la provincia e Artemisa y ubicada a unos 36 kilómetros al sudoeste de La Habana.

Es conocida sobre todo porque en sus inmediaciones funciona la Escuela Internacional de Cine y Televisión creada en 1986 bajo el estímulo de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, que presidía entonces el escritor colombiano Gabriel García Márquez.

Desde que comenzó la pandemia de coronavirus, en marzo de 2020, los cubanos viven una gran crisis, sobre todo generada por la falta de turismo, que derivó en un creciente malestar social.

La protesta se produjo en una jornada en la que Cuba volvió a batir su récord diario de contagios y muertes por Covid-19, con 6.923 y 47 en las últimas 24 horas, respectivamente, lo que llevó al total acumulado desde el inicio de la pandemia a 238.491 casos y 1.537 defunciones, según el Ministerio de Salud Púbica. “Son cifras alarmantes, que se incrementan por día”, afirmó hoy el jefe de Epidemiología de esa cartera, Francisco Durán, al reportar en conferencia de prensa las últimas estadísticas.

(Tiempo Argentino)

¿Corredor humanitario para Cuba?

Omar García Lazo en Almayaden Net

Cuba lleva más de 15 meses batallando contra el Covid-19. Lo hace, a diferencia de casi todos los países, en un contexto de marcada hostilidad estadounidense y de un recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero que mantiene Washington hace 60 años.

A los efectos económicos asociados a la pandemia se suman los impactos de la guerra económica arreciada por Donald Trump mantenida por el demócrata y pretendido defensor de los derechos humanos, Joe Biden.

La vida diaria en Cuba es difícil. Ni los isleños ni sus amigos en el mundo ocultamos esa realidad. Con una economía abierta y pocos recursos naturales, la Isla precisa del intercambio comercial y financiero con el mundo. Y eso es lo que impide el bloqueo.

En medio de la mitigación sanitaria de la pandemia, Cuba se ha visto imposibilitada de adquirir insumos médicos y materias primas para la elaboración de medicamentos en los que debían ser sus mercados naturales. Esta situación multiplica los costos de lo que necesita por concepto de intermediarios, mercados distantes y elevados fletes.

A pesar de todo, el gobierno y el pueblo cubanos han logrado mitigar el impacto del virus, celaborar protocolos propios para la atención de los enfermos y crear cinco candidatos vacunales contra el virus, una de ellas oficialmente vacuna y otra a punto de culminar el proceso de acreditación. Al mismo tiempo, se adelanta un ensayo clínico de las vacunas en edades pediátricas. Todo una proeza médica y científica sin precedentes para un país pequeño y hostigado por la mayor potencia del mundo. 

Lo anterior no significa que la pandemia en la Isla esté controlada. Lo que significa es que los efectos sanitarios han sido mucho menores que en la región y el mundo, gracias a la política de salud cubana. 

Los números no mienten. Cuba está muy lejos de una situación sanitaria descontrolada o una crisis humanitaria, a pesar de las limitaciones económicas por las que atraviesa.

¿Humanismo o cinismo?

Por estos días, se avivó una solicitud de apoyo para la apertura de un “corredor humanitario” para Cuba. Supuestamente, la idea es de un grupo de emigrados cubanos en Miami y cuenta con el apoyo de la maquinaria mediática anticubana establecida en Estados Unidos y financiada por el gobierno estadounidense. 

Exigen, en esencia, que Cuba permita, sin restricciones de ningún tipo, el vuelo de aviones de emigrados cubanos con ayuda procedentes de la Florida. Lo curioso es que no fue el gobierno cubano el que redujo los vuelos desde Estados Unidos a Cuba.

En agosto de 2020 el presidente Trump suspendió todos los vuelos chárter hacia Cuba. Esta decisión se sumó a otras que afectaron los vínculos entre ambos pueblos, y en especial la relación de la emigración con sus familiares en Cuba.

En este sentido, la exigencia de un "corredor" va en una dirección errada, lo que ratifica su motivación política y efectista. Además, es el gobierno cubano el mismo que no descansa para, junto al pueblo, vencer el virus en medio de la hostilidad estadounidense.

La cadena secuencial es evidente. Se impone el bloqueo para generar la crisis, se propaga la matriz de la crisis y la necesidad de un “corredor humanitario” sin mencionar la verdadera causa, y llegan los bloqueadores (o sus peones) vestidos de salvadores por ese corredor, socavando la soberanía y la dignidad del pueblo bloqueado. 

Ese es el plan esta vez contra Cuba. Y aunque no se muestre el rostro del verdadero promotor de tan infame y cínica propuesta, en Cuba sabemos qué mano mueve esa cuna.

Es de un cinismo olímpico apoyar, siquiera ingenuamente, una propuesta de crear un “corredor humanitario” para Cuba, cuando no se exigir el fin del bloqueo genocida y criminal que mantiene Estados Unidos por 6 décadas, verdadera causa de las carencias de los cubanos y principal obstáculo para el despegue económica de un pueblo que tiene todas las potencialidades sociales, humanas y científicas para hacerlo. 

Vale recordar en este momento de exigencias y solicitudes impúdicas, cómo el bloqueo impidió, por solo poner un solo ejemplo, que llegara a puerto cubano una donación de una fundación china por el solo hecho de que la naviera que la transportaba podría ser sancionada por Estados Unidos si tocaba las costas cubanas. 

¿Por qué entonces un corredor y en este momento?

No es casual que esta iniciativa “humanitaria” surja mientras millones de personas en el mundo, incluyendo cubanos emigrados, reclaman a través de diversas campañas y acciones el fin del bloqueo, demanda verdaderamente humanista y sincera.

No es casual que surja esta “propuesta” unos días después de que 184 países del mundo apoyaran la resolución presentada por Cuba que condena el bloqueo, y se conozca el extraordinario impacto científico de Cuba con sus vacunas anti-covid. 

Necesitan los demócratas de Biden equilibrar la balanza. Esto explica el esfuerzo por propagar una inexistente situación de caos, colapso y desidia gubernamental en Cuba, para lo cual harán lo que sea necesario, incluso mentir. Es lo que hizo Biden y su séquito al acusar a Cuba, como hizo Trump, por supuesta trata de personas, en un claro intento de desacreditar también la cooperación internacional cubana en la esfera de la salud.

Cuba saldrá adelante. Es imposible opacar su obra social ni su solidaridad para con el mundo. No podrá el bloqueo ni sus serviles defensores por acción u omisión variar el curso determinado por la voluntad de un pueblo que lo ha vencido todo, y que vencerá también la pandemia con verdadero humanismo y sin cínicos corredores.

 El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, compareció hoy ante la televisión cubana sobre la situación que vive el país en medio de la crisis económica, las afectaciones del bloqueo de Estados Unidos y la Covid-19.         

Miguel Díaz-Canel afirmó hoy que las calles del país son de los revolucionarios y aseguró que el gobierno tiene toda la voluntad de dialogar sobre las verdaderas causas de la situación nacional.

En la comparecencia se refirió a un incidente ocurrido este domingo en San Antonio de los Baños, en la occidental provincia de Artemisa, hasta donde fue con otras autoridades a intercambiar con la población sobre sus insatisfacciones.

Comentó que en ese territorio un grupo de personas salieron al parque de la ciudad movidos o confundidos por las campañas que se generan en las redes sociales para provocar desestabilización.

Añadió que junto a otros dirigentes fue hasta allí a conocer la situación y las preocupaciones de los pobladores, y a marchar por las calles para demostrar que éstas son de los revolucionarios.

Quienes alientan esas manifestaciones no quieren el bienestar de la gente, sino la privatización de la salud y la educación, el neoliberalismo, sentenció Díaz-Canel, y acotó que incitar a ese tipo de desorden en las circunstancias excepcionales de la pandemia es una crueldad.

No vamos a permitir que ningún contrarrevolucionario vendido, que recibe dinero de las agencias estadounidenses provoque una desestabilización en el país, enfatizó el presidente.

Al mismo tiempo, convocó a salir a las calles en defensa de la Revolución donde quiera que intenten este tipo de acciones y a enfrentarlas con decisión, firmeza y valentía.

El mandatario hizo un repaso de las dificultades que atraviesa la nación caribeña desde el año 2019, cuando se explicó a la población todo lo que estaba sucediendo a partir de la persecución de Washington a los envíos del combustible.

Señaló que las medidas contra la Isla reflejan una política de saña contra Cuba y aprovechan ahora las situaciones adversas generadas por la pandemia para promover campañas contra el Gobierno, para crear desestabilización.

Díaz-Canel exhortó a quienes incitan al desorden y tratan de desalentar a la población a levantar el cerco estadounidense para que el país pueda desarrollarse.

Acompañado por dirigentes del Partido, el gobierno y pueblo revolucionario, Miguel Díaz-Canel, recorrió la localidad de San Antonio de los Baños, escenario hoy de incidentes atizados desde plataformas digitales de Estados Unidos.

Según informaciones en redes sociales, el mandatario llegó al parque principal de esa localidad en la occidental provincia de Artemisa, vecina y al oeste de La Habana.

El gobierno cubano ha denunciado llamados desde el exterior para provocar el caos y la desobediencia civil, y aprovechar la difícil situación en la isla a raíz de la pandemia por la Covid-19 y el recrudecimiento del bloqueo estadounidense.

Hoy se reportaron incidentes en varias localidades del interior del país con tales fines.

Las tensiones responden a las mismas disputas en todo el planeta. Una élite minoritaria imponiendo sus mentiras bajo el concepto de democracia que no es otra que la máscara con la que se viste el imperialismo norteamericano como brazo armado de un puñado de individuos agrupados en el “Foro Económico Mundial” y en “clubes” como “bilderberg” “bloomberg” y otros, que sostienen el negocio globalizado de las guerras, las armas, las drogas y el tráfico de personas, para sostener sus privilegios e impedir que los pueblos desarrollen plenamente sus soberanías y la administración solidaria y cooperativa de sus recursos. 

Dueños de Grandes consorcios y conglomerados de medios masivos de comunicación, secuestran con sus negocios financieros parte de los sectores de la justicia y de la política de los Estados por medio de ONGs de dudosa dedicación a las cuestiones de los Derechos Humanos (Tergiversando sus orígenes cuándo esos mismos sectores propiciaban, alimentaban y sostenían alianzas con dictaduras en todo el planeta).

Mientras realizan operaciones como el magnicidio en Haití de Jovenel Moïse y Operaciones militares en Afganistan, Irán, Libia y otros, y despliegan sus “boicots” económicos y financieros contra todo gobierno que intente formas alternativas y propias que les impida sostener el poder de las élites financieras para quienes ejercen el poder, culpan a las mismas víctimas de sus “operaciones”. Atacan a los Estados y signan a los gobiernos de esos “Estados soberanos” la “culpa” de los resultados de sus operaciones e intervenciones militares, de inteligencia y de “operaciones mediáticas y judiciales” con las que desgastan al credibilidad en esos gobiernos que les resultan evidencia de sus intenciones imperiales y de sostenimiento de privilegios minoritarios.

Son pocos pero tienen mucho poder y ese poder, ejercicio de esa posibilidad, solo es posible porque los pueblos aceptan los discursos mentirosos de esos grupos, en la ilusión de “libertades” que, en tanto individuos incapaces de procurarnos todo el bienestar que nos venden, renegamos de la condición social y de la organización popular que podría emanciparnos.

Nadie se salva solo. Que cada quién haga su parte.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack






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