Política, conocimiento, comunicación y los intentos por entender la realidad

 

Las relaciones entre la política, el conocimiento, las comunicaciones humanas, la geografía y la geopolítica, las instancias abstractas producidas por las nuevas tecnologías y las instancias concretas de las relaciones que se producen entre personas y organizaciones comunitarias, ciudadanas y colectivas, dibujan la trama de una realidad que se nos ofrece conflictiva y compleja al pensamiento que se intenta racional y a las formas de pensar y pensarnos en esta para tomar decisiones humanas que contribuyan a “algo” mas que la adaptación individual a las cuestiones históricas reales o mentales que limitan toda posibilidad humana individual o colectiva.

Alarma en las potencias occidentales y hasta en el FMI por el poder cada vez más impresionante de las grandes corporaciones.

El capitalismo camina hacia el tecnofeudalismo

Mientras la derecha política y mediática local repite eslóganes y prejuicios contra el Estado, el debate mundial apunta a fortalecerlo, ya no sólo por el papel central ocupado en la pandemia, sino para enfrentar el avance despiadado de los gigantes del mundo digital. Señales para la economía argentina acerca de la necesidad de intervenir sobre empresas que abusan de la posición dominante de mercado.

Alfredo Zaiat, periodista de Página 12

Tres ideas se están debatiendo en los máximos niveles políticos de las potencias, que necesariamente deberían tener influencia en países periféricos como Argentina:

1. Las multinacionales contabilizan ganancias extraordinarias y, para financiar a un Estado que ha destinado muchos recursos para atender la pandemia, deben pagar un impuesto adicional.

2. La posición dominante de grandes empresas monopólicas u oligopólicas deriva en aumentos de precios excesivos y en ausencia de competencia.

3. El cada vez mayor poder de mercado y financiero de las grandes empresas está limitando la efectividad de tradicionales instrumentos de política monetaria, como la suba de la tasa de interés por parte de las bancas centrales para atender tensiones inflacionarias.

No se trata de diagnósticos y propuestas de una plataforma de gobiernos de izquierda, sino que es la reacción de un sistema estatal que, desde su origen, estuvo aliado y, a la vez, condicionado por las corporaciones, pero ahora las firmas dominantes directamente se están independizando de ese circuito político y de control económico tradicional.

Esta emancipación se expresa en la utilización de guaridas fiscales para pagar poco o nada de impuestos en los países de origen; los aumentos de precios por encima del promedio luego de eliminar por absorción a la competencia; y la abundancia de recursos financieros líquidos que hace que no les importe la estrategia monetaria de las bancas centrales.

Son más grandes que el Estado

La pandemia dejó al descubierto la actual fase histórica del capitalismo concentrado cuando, por primera vez, una extraordinaria crisis económica-financiera global no afectó en forma negativa el negocio bursátil.

Por el contrario, el índice promedio de las principales bolsas mundiales está en niveles record, mientras las economías se derrumbaron y están tratando de recuperar lo perdido, la desocupación se ha disparado y el drama sanitario y social ha sido fulminante.


 

Este comportamiento divergente entre la economía real y la evolución de las cotizaciones de grandes firmas es uno –no el único- factor que refleja la nueva etapa del capitalismo. En ésta se está desvinculando la histórica asociación entre los Estados y las corporaciones dominantes del sistema de organización tradicional de las fuerzas de producción.

Las tres menciones arriba indicadas sobre las multinacionales sólo son la reacción del mundo político de las potencias, en especial las de Occidente, para tratar de no ver disminuida la capacidad de intervención e influencia de los Estados o, en los hechos, la pretensión de no perder importancia en las relaciones de poder.

Cuál será el legado de la pandemia

No deja de sorprender el análisis rústico de economistas locales, con sus habituales amplificadores, dedicados a debilitar y desacreditar el rol del Estado en la economía.

Hasta la revista conservadora The Economist se hace eco de la nueva etapa y del papel central que está ocupando el Estado, espacio que aspira a preservar pese a la expansión de las corporaciones globales, en especial las vinculadas al negocio digital.

En el texto "Después de la enfermedad. El largo adiós a la covid-19" se asegura que, con la vacuna, están surgiendo destellos de vida poscovid, pero se advierte que existen dos cuestiones claras. Una, que la última fase de la pandemia será prolongada y dolorosa, y dos, que la covid-19 dejará atrás el mundo conocido.

Ese mundo nuevo que presenta The Economist seguiría el patrón establecido por pandemias pasadas, identificando tres cambios, definidos por el sociólogo y médico greco-estadounidense Nicholas Christakis de la Universidad de Yale:

1. La amenaza colectiva impulsa un crecimiento del poder estatal.

2. El vuelco de la vida cotidiana conduce a la búsqueda de sentido.

3. La cercanía de la muerte que trae precaución mientras la enfermedad se agita estimula la audacia cuando ha pasado.

La gente se atrinchera con el Estado

El artículo describe que cuando la población de los países ricos se refugiaba en sus casas durante los cierres, el Estado se atrincheró con ellos.

Detalla que durante la pandemia, los gobiernos han sido el principal canal de información, los que establecieron las reglas, fueron la fuente principal de dinero en efectivo y, finalmente, se han convertido en los proveedores exclusivos de vacunas.

Calcula que los Estados de los países ricos pagaron 90 centavos por cada dólar de producción perdida. 

Menciona que existe un vigoroso debate académico sobre si los encierros "valieron la pena, pero el legado de la pandemia del gran Estado ya está a la vista".

Apunta en forma crítica –vale recordar que The Economist es una fuente destacada del conservadurismo- que "sólo hay que mirar los planes de gastos de la administración Biden". Para concluir que "cualquiera que sea el problema (desigualdad, crecimiento económico lento, seguridad de las cadenas de suministro), un Estado más grande y más activista parece ser la solución preferida".

Hasta el FMI se sorprende del poder de las corporaciones

Algo está cambiando en el marco analítico, por lo menos en la voluntad de reflexionar sobre la dinámica de la economía en la fase de la globalización pospandemia.

Un reciente documento del Fondo Monetario Internacional "Taming Market Power Could (also) Help Monetary Policy", de los investigadores Romain Duval, Davide Furceri y Marina M. Tavares, explica que, ante la amenaza de la inflación, las bancas centrales de los países desarrollados están estudiando aplicar la receta conocida: subir la tasa de interés.

Esta medida es lo que la ortodoxia local está reclamando que haga el Banco Central, para imitar al resto de las autoridades monetarias de la región que ya subieron las tasas.

Como se sabe, el alza de las tasas incrementa la renta de inversores y encarece el crédito, una forma de restringir así la demanda y, por lo tanto, controlar los precios. Es la receta monetarista clásica.

La idea de la suba de la tasa de interés, además, busca influir sobre las expectativas futuras de consumidores y empresas y, de ese modo, lograr eficacia en la política monetaria contractiva.

Sin embargo, esos economistas del Fondo se sorprendieron con un factor que, aseguran, el análisis convencional pasa por alto: el poder de mercado de las grandes empresas.

La investigación que presentaron revela que empresas cada vez más grandes y poderosas están haciendo de la política monetaria una herramienta menos efectiva para administrar la economía.

Lo dicen para países ricos, pero se puede extender a economías en desarrollo con mercados muy concentrados, en los cuales operan empresas con posición dominante y abundantes recursos financieros (en Argentina, por ejemplo, corporaciones de telecomunicaciones con ramificaciones en medios de comunicación).

Apple y Google tienen tanto dinero en efectivo que son Amo y Señor

El estudio del FMI describe que las empresas con mayor poder de mercado responden menos a las acciones de la política monetaria debido a que contabilizan ganancias abultadas.

Esas utilidades, que se incrementaron pese a la tragedia de la pandemia o, para ser precisos, las aumentaron gracias a la pandemia, hacen que esas empresas sean menos sensibles a los cambios en las condiciones de acceso al financiamiento por decisiones de las bancas centrales.

Esos economistas fondomonetaristas ponen por ejemplo que, en marzo de 2021, Apple tenía más de 200.000 millones de dólares en efectivo y en inversiones en acciones y bonos, mientras que Alphabet (Google) tenía más de 150.000 millones de dólares.

O sea, esas empresas tienen un colchón de efectivo tan grande que pueden decidir inversiones y otros proyectos sin preocuparse por la facilidad con la que podrían acceder a otras fuentes de financiación. Es decir, dejan de depender de cuál es la tasa de interés de referencia que fija la banca central.

En cambio, las empresas que enfrentan mayores restricciones crediticias, como pymes o firmas con un margen de rentabilidad reducido, quedan condicionadas por la política monetaria.

Por lo tanto, la investigación concluye que "el poder de mercado excesivo también puede obstaculizar la capacidad de las bancas centrales para estimular la actividad económica durante las recesiones y enfriarla durante las expansiones". Lo dice el FMI, no un economista de izquierda.

El FMI pide más control a las corporaciones

Luego de ofrecer esta sorprendente definición teniendo en cuenta de donde proviene, esos economistas se destapan con la siguiente recomendación: 

"En un lugar destacado de la agenda se encuentran las mejoras en los marcos de políticas y leyes de competencia. Estos incluyen, dependiendo de las jurisdicciones, un control más estricto de las fusiones, particularmente cuando se trata de empresas dominantes, una aplicación más estricta de sanciones por los abusos, una mayor dependencia de las investigaciones de mercado y medidas más específicas para hacer frente a la economía digital en rápida evolución".

Joe Biden versus las corporaciones

Esta investigación del FMI no es casual. El gobierno demócrata de Joe Biden decidió intervenir en este escenario de expansión económica y de poder de las corporaciones.

El 9 de julio pasado, Biden firmó una orden ejecutiva (decreto) con 72 medidas que busca limitar el poder de las grandes compañías para que bajen los precios de los productos y aumente la competencia.

Los sectores alcanzados van desde tecnología y transporte hasta salud y bancos, pasando por la agricultura y el negocio farmacéutico.

Biden quiere reforzar la aplicación de las leyes antimonopolio para combatir "prácticas anticompetitivas". Apunta, por ejemplo, a las fusiones o adquisiciones, algo común entre gigantes tecnológicos como Facebook, Google, Apple y Amazon.

El objetivo expuesto por Biden es potenciar una mayor competitividad en la economía estadounidense, así como lograr "precios más bajos y aumentos de salarios".

"No más tolerancia a las acciones abusivas de los monopolios. No más fusiones perversas que conducen a despidos masivos, precios más altos y menos opciones para los trabajadores y consumidores", afirmó Biden.

El abrazo de la derecha con EE.UU. debería ser completo: Pfizer + antimonopolio

La derecha local hace lobby para el laboratorio Pfizer, no sólo por privilegiar la elección de esa vacuna, sino por una evidente opción para promover la subordinación del país a los Estados Unidos.

Si esta es la manifiesta preferencia geopolítica de la alianza política y mediática conservadora, también debería tomar nota de que el actual gobierno de Estados Unidos impulsa una política antimonopolio, que si se aplicara en Argentina afectaría la principal base mediática de propaganda y difusión de la derecha.

Si la decisión entonces es subordinarse a Estados Unidos, el abrazo de sometimiento debería incluir a Pfizer y también a su actual política contra las empresas con posición dominante de mercados.

El economista griego y ex ministro de Finanzas de Grecia Yanis Varoufakis publicó "El tecnofeudalismo se está apoderando", en Project Syndicate, texto que permite profundizar el análisis acerca de lo que está pasando en la economía con la expansión de las corporaciones.

Es un interesante aporte para eludir análisis rústicos que circulan y para escapar de las vulgaridades de la secta de economistas ortodoxos. Varoufakis afirma que "así como el capitalismo desplazó al feudalismo de forma gradual, subrepticia, hasta que un día la mayor parte de las relaciones humanas se basaron en el mercado y el feudalismo fue barrido, el capitalismo actual está siendo derrocado por un nuevo modo económico: el tecnofeudalismo".

¿Qué es el tecnofeudalismo?

Varoufakis explica que las transformaciones radicales tuvieron repercusiones trascendentales (la Gran Depresión, la Segunda Guerra Mundial, la Gran Recesión y el Largo Estancamiento posterior a 2009) no alteraron la característica principal del capitalismo: un sistema impulsado por ganancias privadas y rentas extraídas a través de algún mercado.

Ahora, en cambio, la extracción de valor se ha alejado cada vez más de los mercados y se ha trasladado a plataformas digitales, como Facebook y Amazon, que ya no operan sólo como empresas oligopólicas, sino más bien como feudos.

Ofrece una definición provocadora del actual estadio del capitalismo: "Las plataformas digitales han reemplazado a los mercados como el lugar de extracción de riqueza privada. Por primera vez en la historia, casi todo el mundo produce gratuitamente el capital social de las grandes corporaciones. Eso es lo que significa cargar cosas en Facebook o moverse mientras se está vinculado a Google Maps".

Aclara que no es que los sectores capitalistas tradicionales hayan desaparecido puesto que las relaciones capitalistas permanecen intactas, sino que las relaciones tecno-feudalistas han comenzado a superarlas.

El desafío para economías periféricas como la argentina, en este mundo en transformación y de pospandemia, es no caer en las trampas de recetas tradicionales de la ortodoxia, y encontrar espacios para el desarrollo nacional entre las fisuras de esta nueva y compleja etapa de la globalización.

Entrevista a Gustavo Girado, estudioso del proceso de desarrollo y expansión de la potencia asiática. 

China: cómo entender la irrupción de una nueva hegemonía 

El dominio global de Estados Unidos, máximo representante del capitalismo en su modo neoliberal, está mostrando signos de agotamiento. China, con su particular modo de organización, exhibe potentes condiciones para el crecimiento económico y para gestionar con eficiencia las crisis económicas y la pandemia. El desplazamiento de la hegemonía hacia Asia se observa desde Occidente con mezcla de preocupación y admiración. El principal limitante es que el capitalismo neoliberal no puede entender el funcionamiento de otro tipo de relaciones sociales de producción, como el que se despliega en China.

En la década del '30 el capitalismo liberal vivía una severa crisis económica al mismo tiempo que la Alemania nazi y la Unión Soviética lograban, por medio de una economía centralizada, crecer a grandes saltos. La discusión de entonces pasaba por comprender si las formas de organización del capitalismo liberal eran materialmente inferiores de otras no basadas en la competencia. Estaba claro que alcanzaba con argumentar una superioridad moral del capitalismo democrático para ganar la guerra económica.

La Segunda Guerra Mundial terminaría con el sueño totalitario de la Alemania nazi pero la competencia con la URSS siguió durante la Guerra Fría. De alguna manera el keynesianismo dio una fórmula para que la intervención estatal permitiera el crecimiento sostenido durante al menos veinte años sin sacrificar el capitalismo. 

En 1925 John Maynard Keynes, luego de una visita a la Unión Soviética, escribió una serie de artículos luego publicados bajo el nombre “Una breve mirada sobre Rusia”, donde aseguraba que el crecimiento soviético no requería al comunismo sino que podía alcanzarse en un sistema capitalista con intervención del Estado que invierta y distribuya.

Algo similar parece estar ocurriendo en la actualidad con la hegemonía estadounidense, máximo representante del capitalismo en su modo neoliberal, que muestra signos de agotamiento. Del otro lado del mundo, China, con su particular modo de organización, se muestra en condiciones de crecer, gestionar con eficiencia las crisis económicas y la pandemia. Desde este lado del mundo se observa con una mezcla de preocupación y admiración lo que ocurre a gran distancia en kilómetros, pero también en imaginarios. ¿Cómo entender a China?

Cash dialogó con el Gustavo Alejandro Girado, Magister en Relaciones Internacionales (Flacso) y Licenciado en Economía (UBA). Actualmente es profesor y director de la carrera de posgrado de “Especialización en Estudios en China Contemporánea” en la Universidad Nacional de Lanús (UNLa) y el año pasado recibió el premio "Special Book Award of China", otorgado por la Administración Estatal de Prensa y Publicaciones de China, por su libro ¿Cómo lo hicieron los chinos?.

El retroceso de Occidente

- ¿Se puede decir que el capitalismo se encuentra tan perplejo como cuando en la década del '30 veía crecer a las economías centralizadas?

- Esto lo analizo por el lado de la crisis de valores y está directamente vinculado al origen de las democracias liberales de Occidente. Por supuesto no es un invento mío, se lee en otros lados donde hacen permanente referencia a la dificultad que tuvo Occidente en las últimas décadas para mostrar resultados que beneficien a los sectores más postergados. Por supuesto: hay pobreza, desigualdad, inequidad y (Thomas) Piketty muestra cómo en las últimas décadas la situación empeoró. O sea, hay más concentración y centralización del capital y la inequidad es mayor a pesar de todos los discursos de la democracia de Occidente.

- Y el crecimiento es muy escaso.

- No solo hay poco crecimiento sino que aparece más concentrado, hay más inequidad, pero además lo que demuestra es que la democracia liberal como sistema no está dando respuesta a las demandas de la gente que más representación necesita porque su voz es menos potente. Entonces aparecen los partidos marginales, minúsculos, fascistas, autoritarios por toda Europa, en lugares impensados, como por ejemplo en Suecia, y terminan teniendo representación parlamentaria.

- Se podría decir entonces que en la democracia capitalista las mayorías no tienen ni el crecimiento económica de China ni una democracia que permita repartir mejor la riqueza que genera.

- Claro. Tal como está formulado, el sistema sirve para tener altas tasas de crecimiento como, por ejemplo, cuando el precio del petróleo es elevado y en la península arábiga se benefician unos pocos.

Pobreza

- Si hace veinte años había que elegir entre ser pobre en Grecia o en China, a la luz del desarrollo en este período ¿lo mejor habría sido elegir China?

- Bueno, ojalá nunca hubiese que elegir alternativas de ese tipo. Habría que tener en cuenta la crisis de 2008 de las subprime, cuando Estados Unidos arrastra a todos sus socios comerciales. Esa crisis, propia del sistema, tuvo y tiene tremendas consecuencias sociales. Pero en China, con todas las restricciones, con otro esquema de valores y con otra profundidad, el Estado se dinamiza de tal manera que la sociedad no se vio afectada como en Occidente. Y no sólo eso sino que actuó con mucha responsabilidad regional, como el actor global en que se ha convertido, y sostuvo la dinámica de todas las economías vecinas, que casi no sintieron el problema que se generó con las subprime desde el tercer trimestre de 2008.

- Insisto: ¿era mejor ser pobre en Asia que en Estados Unidos, contrariamente a lo que habría supuesto uno hace veinte años?

- El pobre chino probablemente hoy no exista más como pobre porque en promedio el bienestar social general ha aumentado en China, alcanzando ya un PIB per cápita de 10.000 dólares en 2019. Es decir, la calidad de vida promedio de la sociedad mejoró claramente. Tiene muchos menos pobres y ya no hay indigencia. En Estados Unidos están peor, si se me permite la analogía, porque no es comparable. Pero si un pobre en Estados Unidos tiene problemas de salud y no tiene asistencia social, su fragilidad es mucho mayor que la que padece alguien en su misma situaciٕón en cualquier lugar de China. 

- ¿Por qué?

- Esa fragilidad es muy alta por la ausencia de Estado. En China se tiene las necesidades básicas satisfechas, condición que no se puede decir de la sociedad estadounidense en forma homogénea. Igual no creo necesario comparar China sólo con Estados Unidos porque en Argentina también está organizada como una democracia liberal y la fragilidad que tiene arrastra un alto índice de pobreza.

Qué hace Biden

-  ¿El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, estaría tomando el camino de una mayor intervención del Estado para que no perder la carrera con China?

- No. No creo que Biden esté pensando en eso. Biden es un instrumento más de aquellos que lo ponen en ese lugar para que gestione la administración del Estado. Parece haber un fuerte choque de intereses corporativos pues no estoy tan seguro de que el Congreso norteamericano tenga la misma idea respecto del futuro que tienen en el Silicon Valley. La dependencia entre China y los capitales de Estados Unidos es mutua, y hay mucha interacción productiva en los segmentos de alta tecnología chinos y estadounidenses. La dependencia es cruzada: Huawei necesita a Qualcomm y Qualcomm necesita a Nvidia y estos a ZTE, por ejemplo.

- Pero Huawei necesita cada vez menos a Qualcomm

- Puede ser, pero eso es producto de que Estados Unidos presiona para que Huawei no pueda desarrollarse, progresar. Eso lo provoca la política estadounidense que deja de lado al mercado por razones que llama de seguridad nacional. Lisa y llanamente se decide impedir el escalamiento tecnológico chino. Las consecuencias están a la vista porque la economía estadounidense está perdiendo esos espacios de hegemonía en alguno segmentos de alta tecnología. Entonces pareciera que la vía del desacople no es la más correcta para evitar que China progrese. 

- ¿Existe, de todos modos, cooperación?

- Están pensando en diversos mecanismos de cooperación en aquellos planos en los cuales hay un solapamiento de intereses chinos y estadounidenses. Por ejemplo, el medioambiente. Donde hay intereses concretos en los cuales los dos pueden eventualmente querer lo mismo es donde se debería trabajar bajo esquemas cooperativos. Y Estados Unidos debería competir legítimamente, dicen sus intelectuales ahora y no hacer lo que estuvo haciendo Trump.

- ¿Estados Unidos va rumbo hacia una derrota en esa competencia?

- En la competencia legítima parece que sí y por eso dice que es el Estado y el partido comunista chino los que están compitiendo, y no las empresas como Huawei . Por eso es necesario políticamente considerar a Huawei como brazo militar del partido comunista chino, como un competidor no capitalista, para poder justificar el uso de cualquier instrumento. Dicen: “Si es necesario apresar a la hija del dueño lo hacemos”, y giran la orden al gobierno canadiense para que obre en ese sentido, o a Australia para que vete o prohíba en el marco de los Cinco Ojos todo el despliegue de China sobre Oceanía.

- ¿Biden está proponiendo ese camino?

- Biden está proponiendo un camino que, en términos de maquillaje, es distinto al de Donald Trump, pero en el fondo, hasta acá, lo ratificó y fue incluso más crudo y burdo en la relación bilateral.

Competencia y control

- ¿De esa manera Estados Unidos puede dificultar el desarrollo de China?

- No. No solo no lo puede impedir, sino que lo esta acelerando. Esta obligando a que todos recursos públicos se vuelque al desarrollo de semiconductores y de sus propias plataformas tecnológicas, como puede ser su propio sistema operativo. Es un problema serio que enfrentaron todos los hegemones cuando vieron amenazado su lugar de privilegio.

- Esa cuestión se da en relación al frente económico, pero además Estados Unidos se considera a sí mismo como el defensor de la democracia. 

- Eso argumentan pero es la democracia entendida de acuerdo a criterios de Occidente. La cerrazón del capitalismo tiene que ver con que no puede entender el funcionamiento de otro tipo de relaciones sociales de producción.    

- ¿Existe espacio para la disidencia en China?

- Parece haberlo, pero también hay clara conciencia que ello implica tomar riesgos. Disentir hacia adentro del sistema con tu opinión individual puede tener consecuencias para el colectivo, y en la escala de valores en Oriente ese es un riesgo que no están dispuestos a correr. La línea es muy delgada pues no hay que olvidar la historia y la relación de China con Occidente, tan traumática en los últimos dos siglos. Desaprobar la conducción política puede debilitar el frente interno de quien creó la República Popular, y eso podría ser aprovechado por aquellos que quieren, precisamente, que China no progrese y compita.

- Son muy fuertes los sistemas de vigilancia

- Los sistemas de vigilancia constituyen un mecanismo de defensa justificado frente a la agresión externa. Si se pretende ser el hegemón pretendido y si se quiere que la población alcance una situación armónica en una sociedad modestamente acomodada, no puede dejar que los aviones de Estados Unidos ingresen al espacio aéreo chino todos los días como si fuera su propia casa. 

- ¿Resulta muy difícil entender la cosmología china?

 - Sí. El ying y el yang son el lo blanco y lo negro conviviendo. Y por eso el Partido Comunista chino puede girar 180 grados de un día para el otro y, sin embargo, interpretar o reinterpretar el interés colectivo. 

(Página12) 

Cerraron las listas para las PASO

Después de 16 años, el peronismo bonaerense se encamina a una elección legislativa unificado. El repaso por la historia reciente tiene el doloroso efecto de recordar lo rápido que pasa el tiempo.

En el 2009, cuando Cristina llevaba dos años de su primer mandato y luego del conflicto con el sector rural por la 125, el peronismo se fracturó. La lista del Frente para la Victoria la encabezó Néstor Kirchner y la de Unión-PRO, Francisco De Narváez, con su eslogan “alica alicate”. En esa nómina iba tercero el actual canciller Felipe Solá, que tenía la medalla de ser uno de los exgobernadores mejor valorado por los bonaerenses.

Los intendentes jugaron a dos puntas en esa contienda. Movieron la boleta de alica alicate y, a cambio, De Narváez les permitió poner candidatos a concejales en su nómina. De esa manera, ubicaban a su gente en la lista del FpV y en la rival. Al final, como dijo Roberto De Niro en la película Casino, la casa se quedaba con todo. El olfato político de Kirchner le indicó que los jefes comunales apostaban a ese doblete y les impulsó las candidaturas testimoniales para obligarlos a comprometerse con la lista del FpV. De todos modos, la elección se perdió, por poco.

Cuatro años después, pasada la histórica reelección de CFK por el 54%, la fractura fue más profunda. Sergio Massa armó su Frente Renovador con un grupo de intendentes entre los que estaba, por ejemplo, el actual ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis.

Massa apostaba a posicionarse para la presidencial de 2015, cuando Cristina ya no tenía reelección. Desplegó un discurso en el que se diferenciaba de algunos aspectos del ciclo que se había iniciado en 2003, pero también prometía continuidad. Toda la política argentina sabía que el modelo de políticas sociales y de estímulo a la industria nacional del kirchnerismo tenía una aceptación masiva. Macri sólo pudo ganar cuando se vendió como un moderado que cambiaría algunas cosas.

El resultado del 2013 es conocido. Massa se impuso en territorio bonaerense. La interna peronista por la sucesión de CFK terminaría dos años después con el triunfo de Macri.

En 2017, la fractura continuó. Massa se alió con Margarita Stolbizer, y Florencio Randazzo armó su espacio. Allí estaba como jefe de campaña el actual presidente de la Nación, Alberto Fernández. Conclusión: perdieron las tres propuestas peronistas. La encabezada por CFK sacó el 37%, pero no alcanzó para derrotar a Cambiemos.

Aun antes de la pandemia, el peronismo llegó a la conclusión de que “nadie se salva solo”. El dato político central de esta legislativa en territorio bonaerense es que la unidad peronista lograda en 2019 continúa. Es cierto que Randazzo se lanza, pero sólo en los sueños afiebrados de Clarín y las rigurosísimas encuestas de Giacobbe el flaco mide como para producir un daño real. En 2019, estaba Roberto Lavagna, y el peronismo unido sacó más de 50 puntos en Provincia. No es que ahora vaya a ocurrir lo mismo. La pandemia tiene impacto y es muy difícil predecir su traducción electoral.

El otro dato del cierre de listas es la rebelión del radicalismo dentro de Cambiemos. Hasta ahora-y era extraño-, la UCR seguía actuando como si el gobierno de Macri hubiera sido un éxito y logrado la reelección. Era un dato singular que en una coalición que fracasó en la gestión no hubiera ningún tipo de fractura. Ahora, al menos, los boinas blancas se plantean una primaria. El mensaje es claro: para los radicales, Rodríguez Larreta no es un candidato natural para el 2023. Quieren invertir la ecuación de 2015, que un radical encabece y el PRO acompañe.

Larreta creía que tenía una alfombra roja extendida sin una sola piedra en el camino para liderar la coalición antiperonista. Parece que sus aliados apuestan, directamente, a quitarle la alfombra, derrotando a Diego Santilli en la madre de todas las batallas. «  

(Tiempo Argentino) 

Puja distributiva y elecciones

El resultado de septiembre, clave para poder gravar las ganancias extraordinarias

El acuerdo se va a cerrar. Ustedes (los argentinos y argentinas) tienen 350.000 millones depositados en Estados Unidos. Pero el tema de los 20 años de plazo es más complejo por las señales que hay que dar a otros países”. Esto se lo dijo Mitsuhiro Furusawa Hawái, número dos del Fondo Monetario Internacional, a uno de los negociadores de la Argentina.

¿Qué quiso decirle? Lo obvio es que el acuerdo con el organismo está casi cerrado. De hecho, la semana que viene viajaría el secretario de Política Económica, Fernando Morra, a reunirse con los técnicos del organismo para revisar los números de sectores claves que podrían incrementar exportaciones y por ende mejorar la ecuación de las reservas para el repago de la deuda.

Lo no tan obvio sería el dato sobre la cantidad de dólares fuera del país. El FMI da por sentada la existencia de una fenomenal fuga de capitales, que no es más que una tasa de ahorro que no aparece contemplada en las cuentas nacionales. El dato, narrado a El Cohete a la Luna por un funcionario nacional, permite inferir el siguiente derrotero: hay que gravar esas ganancias en el exterior.

Otros funcionarios locales sacan un cálculo similar. Entre blanqueos, repatriaciones, compra y venta de dólares, declaradas y no declaradas, habría dentro del país 320.000 millones en moneda dura. Los dólares, dicen, están.

Hoy los patrimonios en activos están más altos que en el mejor momento de Macri. La economía real, con sectores como la minería, la energía, el agro y la carne ganaron mucho a pesar de la caída de 10 puntos del PBI”, sostiene la fuente consultada.

¿A cuento de qué vienen ambas reflexiones? Se necesita una fuerte reforma tributaria que permita captar esos excedentes. Los altos niveles de desigualdad social no resisten más dilaciones. Pero para que eso ocurra primero habría que construir mayor poder político (de mínima). El horizonte electoral es clave.

El poder económico lo sabe. ¿Cómo se explica una inflación anualizada del 50% cuando el dólar, los salarios y las tarifas estuvieron planchados? Es pura puja distributiva donde algunos actores de la economía la levantaron con pala: Molinos Río de la Plata (Grupo Pérez Companc) obtuvo el año pasado una rentabilidad neta de 1.746 millones de pesos, mientras que Arcor (presidida por Luis Pagani) se quedó con otros 1.200 millones. Sólo en el primer trimestre de 2021, Pagani embolsó un incremento de sus ganancias del 468%. Resultados que no son para nada ficticios, mal que le pese a Daniel Funes de Rioja (ver Techint va por todo).

Hay que disciplinar

Esa puja distributiva pretende ser disciplinadora de la sociedad. El último informe del Departamento de Estado de los Estados Unidos sobre el “clima global de inversiones” sostuvo que, si bien existen grandes oportunidades de negocios en energía, minería, salud e infraestructura, también persisten las quejas por los costos laborales. Y eso que el tipo de cambio creció más que la inflación en los últimos años. Ergo, medidos en dólares, las multinaciones obtuvieron una reducción de sus costos. Pero quieren más.

A este contexto preelectoral hay que sumarle las tapas de los diarios de las últimas semanas, estimulando una disparada del dólar blue (un mercado muy chico) pero también del contado con liquidación. No hay explicación técnica para un dólar financiero a 170 pesos, sobre todo cuando el Banco Central reforzó sus reservas en los últimos meses.

Existe una manera de crecer donde se reduzca el déficit y no se produzca un ajuste económico, adelanta Alejandro Vanoli, ex titular del Banco Central: “Hay que gravar a los sectores que más están ganando en esta etapa. Hay que combatir las prácticas monopólicas”.

Devaluacionistas

Durante la última semana, en la tapa de los diarios predominó un título que se sostuvo en todas las jornadas: se dispara el blue. Lo cierto es que ningún agente económico de peso mira este indicador, que sólo sirve para generar zozobra entre la población a través de los medios de comunicación.

Son las famosas expectativas de devaluación que sí pretenden los grandes exportadores y actores financieros, entre otros. Por ejemplo, quien tiene que comprar 100.000 dólares de una sola vez difícilmente lo haga a través de una cueva, porque tendría que ingresar con 18 millones de pesos en la mano. No dan los volúmenes, reflexionan desde la city. Entonces sí recurren a dolarizarse vía MEP. Lo mismo que estarían haciendo ahora algunos grandes fondos de inversión locales luego de las últimas regulaciones del Banco Central y la Comisión Nacional de Valores.

Si uno mira la inflación de los últimos cuatro años –reflexiona un funcionario que suele trabajar con los activos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad–, no existiría ningún atraso cambiario. Es decir, la tasa de devaluación fue mayor a la inflación.

Los que piden un sacudón sobre el dólar son los actores que siempre ganan con las devaluaciones, los agroexportadores”, sostiene. Es decir, uno de los sectores que más ganancias obtuvieron durante la pandemia.

 

También presionan sobre el tipo de cambio financiero los Fondos locales. El valor del Contado con Liquidación, cerca de los 170 pesos, tampoco resistiría ningún análisis técnico. Detrás de las presiones del CCL están quienes quieren que el gobierno nacional levante las regulaciones sobre la cuenta capital. Es el establishment económico que le reclamó al ministro Martín Guzmán un acuerdo con el Fondo a cualquier costo.

El informe del Departamento de Estado norteamericano también puso el acento en las “excesivas” regulaciones. “Los controles de capital, las restricciones comerciales y los controles de precios aumentan la distorsión económica que obstaculiza el clima de inversión en el país”, puede leerse en el informe global publicado el miércoles pasado.

El pedido de normalización de la Cuenta Capital del Balance de Pagos encubre una presión para ofertar reservas internacionales atesoradas en el Banco Central en los mercados cambiarios alternativos como el dólar contado con liquidación y viabilizar la salida de capitales. De hecho, se pronunciaron reclamos explícitos en ese sentido, advirtiendo que una ampliación de la brecha entre la cotización del dólar mayorista oficial y la del dólar contado con liquidación podría producir desequilibrios graves en la economía”, indicó el último informe de Coyuntura Económica, el equipo de investigación que coordina Roberto Feletti, ex viceministro de Economía.

Poder de fuego

El Banco Central compró 7.300 millones de dólares hasta el 16 de julio. Contra todo pronóstico, todavía sigue la liquidación de divisas del sector agroexportador. Casi la mitad de esas adquisiciones pasaron a engrosar las reservas internacionales.

Según el análisis que realizó Vanoli en el último informe de su consultora Synthesis, la autoridad monetaria recompró de manera neta deuda en moneda extranjera en torno a los 400 millones de dólares durante el primer semestre, pero fue vendedor neto en mayo y junio.

Esta operatoria (ventas netas) reduce el precio de los tipos de cambio paralelos, reduce la base monetaria y el stock de bonos en el balance del Banco Central. También vendió bonos absorbiendo pesos y recompró esos bonos a cambio de divisas”, sostuvo.

La primera operación mencionada por Vanoli está limitada por la cantidad de títulos en el balance del Banco Central, que rondan entre los 3.000 y los 5500 millones, según se incluyan Cupones PBI y otros bonos y a qué tipo de cambio se los valúen. Este monto, si se le suman los bonos en manos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES y del Banco Nación, rondan entre los 7.000 y los 11.000 millones.

Si el volumen promedio operado en bonos para acceder al MEP o al CCL varía entre los 20 y 100 millones diarios, el Banco Central tiene poder de fuego de sobra para contener las presiones devaluatorias.

Me da la impresión que se están guardando balas para cuando se acerquen las elecciones. Creo que estarán fijando los valores para intervenir, que suba ahora para después bajarlo. Pero donde hay que encarar cuestiones de fondo es con la inflación. En Estados Unidos están hablado de regular a los monopolios, hay mucho para hacer en materia de defensa de la competencia”, reflexiona el ex titular del Banco Central y la CNV.

Reforma tributaria de fondo

El diagnóstico es que hay sectores mucho más ricos que al inicio de la pandemia. Al mismo tiempo, la brecha de la desigualdad se amplió. La Argentina es una sociedad más desigual que hace dos años.

En este contexto, no sólo habría que hablar de inflación sino de cómo poner en caja a los formadores de precios. A pesar de que durante el primer semestre no hubo emisión y se controló el déficit, incrementaron sus rentabilidades a costa del salario de les trabajadores, vía suba de precios.

Si en el mundo se impone la idea de cobrarles –de manera permanente– más impuestos a quienes más tienen, ¿por qué no dar la misma discusión fronteras adentro? Es decir, se impone una reforma tributaria integral (y no parches). Pero también se disparan otros debates de larga data, como mejorar la infraestructura para que la renta agropecuaria no se la terminen llevando los diez jugadores que concentran el 80% de las exportaciones.

La discusión alrededor del fin de la concesión de Hidrovía SA podría ser el momento oportuno. ¿Por qué los únicos puertos para exportar los productos agropecuarios tienen que depender de las grandes cerealeras? Algunas ideas esbozadas en estas discusiones apuntan a la posibilidad de crear dársenas públicas “para que no todo termine en Cargill y aparezcan otros competidores o brokers”, narra un funcionario del gobierno que suele analizar los movimientos del mercado financiero.

No es solo con las retenciones a la soja. También Bienes Personales o Ganancias. La Argentina está por debajo de otros países de la región en cuanto a los impuestos que se cobran a las grandes fortunas. Pero para esto se necesita construir cierto poder porque se sabe que esos capitales concentrados gozan de la pata judicial. Algunas enseñanzas de la 125 deben haber quedado como para tener una mejor muñeca a la hora de pensar una reforma tributaria de este calibre”, propone Vanoli.

El contexto electoral presente (y con miras al 2023) parece ser clave. Sobre todo, en un momento donde el Poder Económico juega a la antipolítica con candidatos outsiders que darían cuenta de un mayor corrimiento hacia la derecha.

Sebastian Premicci en “El cohete a la Luna”

América Latina en el nuevo contexto internacional del siglo XXI se enfrenta a una serie de cambios económicos, políticos, culturales y sociales. Desde el punto de vista político, América Latina en las primeras décadas del siglo XXI experimentó un giro político hacia la izquierda, pues muchos gobiernos se inclinaron hacia ideologías social-demócratas o el socialismo del siglo XXI.

Esto ha provocado una mayor fragmentación y polarización en la región de América Latina y el Caribe, procesos que han debilitado su integración efectiva. Desde el punto de vista económico, América Latina y el Caribe siguen siendo altamente dependientes de las exportaciones de materias primas y de recursos naturales, pero han buscado diversificar sus relaciones económicas con otras regiones del mundo.

Desde el punto de vista cultural, grupos tradicionalmente excluidos han presionado por lograr mayor peso político y han buscado el reconocimiento institucional de la condición multicultural de sus países. En algunos países, estos grupos han logrado ascender a puestos importantes de dirección política.

Desde el punto de vista social, hubo algunos avances en la disminución de la pobreza y la desigualdad durante los años de crecimiento económico anteriores a la crisis económica, pero estos avances se detuvieron por la misma. Además, América Latina sigue siendo la región más desigual del mundo. Todos los anteriores procesos vinieron a ser profundizados por la crisis económica internacional de 2008/2009.

En el caso de la crisis económica, México, Centroamérica y el Caribe fueron los más afectados porque mantienen vínculos más estrechos con Estados Unidos. El peso de EE. UU como socio comercial es considerable y estos países tienden a expulsar más migrantes hacia ese país. Los países sudamericanos tuvieron que enfrentar obstáculos diferentes. Pese a que estos son también independientes de Estados Unidos y tienen una mayor diversidad de vínculos económicos y comerciales, estos se vieron afectados por la disminución en el volumen y los precios de sus principales productos de exportación y por la desaceleración de la actividad económica global.

En general en todos los países los principales impactos económicos fueron la caída en los precios de las exportaciones, la caída del producto interno bruto, caída en los términos de intercambio, caída de las remesas, dificultad en el acceso al crédito, menor inversión y menor ayuda al desarrollo dirigida a la región, más proteccionismo económico en los países receptores de nuestras exportaciones y mayores asimetrías entre los países de América Latina y el Caribe.

Entre sus principales efectos sociales estuvieron una mayor dificultad de reducción de la pobreza, dificultades para alcanzar los objetivos de desarrollo del milenio en el tiempo acordado, profundización de la desigualdad y aumento del desempleo. Asimismo, el proceso de recuperación social tardará más tiempo que la recuperación económica, esta última no posibilitará recuperar los índices que se tenían antes de la crisis.

Finalmente, entre los impactos políticos se pueden citar la existencia de mayores demandas sobre los Estados (en un contexto de menor posibilidad de respuesta de estos), tensionamiento a los sistemas políticos, dificultades en el Estado de Derecho y problemas con la gobernabilidad democrática.

La crisis además no fue un hecho aislado. Este fue otro desequilibrio en un contexto de varias crisis y problemas de carácter global; entre estos se pueden citar la crisis alimentaria, la crisis energética y el cambio climático, todos estrechamente ligados entre sí.

América Latina y el Caribe: Globalización y conocimiento. Repensar las Ciencias Sociales

FRANCISCO ROJAS ARAVENA Secretario General de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).

ANDREA ÁLVAREZ -MARÍN Asistente de investigación, FLACSO-Secretaría General.

"Geopolítica y orden hegemónico en América Latina y el Caribe" es el tema del dossier de nuestro tercer número del Boletín “Geocrítica Latinoamericana” que realizamos como Grupo de Trabajo “Pensamiento Geográfico Crítico Latinoamericano”, inscrito en el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).

En plena escritura de la nota editorial, los acontecimientos que suceden nos mueven de eje, nos movilizan, nos sacuden y corren de aquello que veníamos redactando. Las calles de Ecuador, Haití, Chile, Colombia se pueblan de lucha y rebeldía ante la profundización de políticas neoliberales que atacan, saquean y destruyen los territorios y la vida. Estudiantes, docentes, profesionales de las Universidades en Costa Rica se alzan, toman los edificios de la universidad contra el recorte multimillonario de presupuesto para la educación pública, ciencia y técnica. La ciudad de La Plata, tierra Querandí, se tiñe de pañuelos verdes y morados, la marea feminista inunda las calles, las veredas, edificios de múltiples colores en el 34 Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans y No Binaries; el pueblo kurdo se organiza para combatir y resistir los ataques turcos mientras se suceden bombardeos y muertes. Miles de personas se manifiestan por la independencia de Cataluña (Catalunya). Bolivia se moviliza ante la vulneración de derechos e irrespeto a los principios democráticos y contra el odio clasista y racial. En múltiples lugares y territorios, la gente se rebela ante opresiones del sistema económico y de las políticas neoliberales.

Los entramados políticos y las relaciones de poder se tensionan, los gobiernos al poder dictan estados de emergencia, toques de queda, militarización y criminalización de la protesta, se retuercen ante la organización de los pueblos, ante lo reticular de las rebeliones, de las luchas que emergen desde abajo como un fuego potente que despierta ante los malos gobiernos que se imponen desde arriba y que no tienen la capacidad de escuchar lo que la gente necesita y les pide.

Ante estas realidades, requerimos de abordajes que posibiliten una geopolítica crítica que permita comprender las lógicas de la construcción y deconstrucción espacial a escala mundial y en articulación con múltiples escalas. Aproximaciones teóricas, diversas, inter y transdisciplinarias que dialoguen con las prácticas, con las praxis de lucha y defensa de los territorios.

(…) Miles de voces, de cuerpos se están proclamando contra los órdenes hegemónicos de la geopolítica actual, contra los megaproyectos de devastación, contra el cambio climático producto de las formas de producción económica y de consumo, contra el ataque de los gobiernos a migrantes, contra feminicidios como lucha local y global, contra el libre accionar del mercado y los procesos de acumulación de capitales por desposesión en diversos lugares del planeta. Así, los ascensos de la “nuevas derechas” latinoamericanas y caribeñas y, sus políticas destructivas de lo social, económico y de la vida, pueden reconocerse como (neo)colonizadores, proyectos políticos de saqueo y despojo constante que hacen necesario (re)pensar la actualidad del Plan Cóndor en los territorios latinoamericanos y de los nuevos órdenes hegemónicos que se avecinan.

Las reconfiguraciones del poder mundial, genera diversos ajustes y desajustes en la estructuración productiva del capitalismo global que repercute en los contextos locales de diversas formas y en múltiples territorios. Necesitamos del pensamiento crítico para comprender las lógicas y estrategias del potente engranaje de la geopolítica actual. Cada aporte de este dossier es un grano de arena que nos permite entender la trama de espacialidades que se generan por las relaciones de poder y accionar político, económico y cultural a nivel mundial.

(…) Las formas de producir conocimiento requieren de diversos posicionamientos epistemológicos, metodológicos y sobre todo políticos. Los saberes no son neutrales, responden a las formas de situarnos en nuestros mundos. Por eso queremos recordar que en este momento que estamos publicando el dossier hay cada vez más muertes por la represión y violencia policial en las marchas y movilizaciones alrededor del mundo, hay censura de los medios de comunicación que quieren mostrar lo que está sucediendo, hay gobiernos diciendo que el pueblo es su poderoso enemigo, hay miles de muertes por políticas que criminalizan la migración, entre múltiples formas de violencia y opresión, pero sobre todo hay memoria, memoria presente y viva de lo que no se quiere repetir y por lo cual se va a pedir justicia.

Carla Eleonora Pedrazzani - Geopolítica y Orden Hegemónico en América Latina y el Caribe - Boletín Geocrítica Latinoamericana N° 03, octubre, 2019

El análisis del populismo desde nuevas perspectivas de las ciencias sociales, ayuda a despojar su estigma conceptual y a superar la confusión terminológica que su uso ha provocado. Esas perspectivas centran en los sectores populares y en sus culturas, la activación, producción y circulación del populismo. Al tratar de comprenderlo como un fenómeno comunicacional de tipo simbólico que da cuenta de la realidad de la exclusión social, van más allá de los límites alcanzados por el análisis político y económico convencional de dicho fenómeno.

Este artículo entonces pretende comprender el populismo como fenómeno comunicacional de carácter ascendente, que se articula y exhibe desde múltiples formas expresivas. Las manifestaciones contemporáneas del populismo no pueden despojarse del mensaje como unidad persuasiva que busca cohesionar o identificar al adversario político-cultural, situando la lucha política en una tensión bipolar extrema, mítica y reduccionista. En medio del desarrollo de una cultura digital, que espectaculariza el poder y amplifica las formas tradicionales de los discursos, el populismo ingresa al espacio público de la virtualidad y traspasa sus inquietudes al territorio de las redes sociales, con una nueva expresión que se denominará Meme-populismo.

Sintetiza imágenes y textos que buscan una viralización desde la lógica comunicacional y las características propias del neopopulismo.

Distorsión conceptual: una barrera de entrada

Aunque el populismo resurge con fuerza como materia de análisis en diversas disciplinas, su conceptualización no ha estado exenta de dificultades y confusiones. Cuando se pensaba que sería un elemento político marginado por el autoritarismo, el populismo apareció en todo su esplendor en las nuevas condiciones democráticas y digitales, movilizando adhesiones, articulando campañas electorales y formando, una vez más, parte activa en la historia política contemporánea de Latinoamérica, pero también del mundo.

El populismo ha caído en una distorsión conceptual de tal magnitud que se le asocia directamente con manifestaciones negativas, “malignas” de hacer política, lo que podría considerarse como injusto o erróneo para el caso de los populismos clásicos y extremadamente reduccionista para los nuevos.

Lo cierto es que ni siquiera suele hacerse una distinción temporal o de momentos de desarrollo y se ha transformado en un “signo de infamia” que, desprovisto de contenido, no es más que una “palabra-ruido” al estilo de la Neolengua de Orwell.

No es extraño, entonces, ver asociado al populismo con casi cualquier anormalidad que se escape de los parámetros de la política tradicional. Han sido tachados de populistas los socialrevolucionarios, Gandhi, el Sinn Fein, la Guardia de Hierro, el movimiento canadiense del Crédito Social, el PRI mexicano, el APRA peruano, el poujadismo en Francia como resistencia sindical ante las grandes superficies comerciales de la posguerra el socialismo africano de Nyerere, el régimen budista-marxista birmano, el nacionalismo indonesio, el Partido Trabalhista brasileño, entre muchas otras largas listas de referencias.

Líneas de la teoría política consideran hasta hoy que el populismo podría adquirir un cuerpo más definido recurriendo a las más variopintas tipologías. Sin embargo, el desconocimiento de las culturas políticas particulares, de las historias regionales, de análisis rigurosos y en terreno, han ampliado a tal punto la concepción original, que cualquier apelación hacia la figura del pueblo por parte de un político, partido o sistema de gobierno se considera también como populismo, independiente de los momentos, las circunstancias y las naciones en la que se desarrolle.

La diversidad de áreas y disciplinas que han intentado escrutarlo hablan por sí solas de la apertura del campo y del interés que siempre ha despertado, fundamentalmente, en Latinoamérica. Esto se debe a que la historia política del último siglo ha estado marcada por los populismos y los consecuentes golpes militares que acaban con ellos temporalmente, aunque retornan en lo que parece un proceso cíclico muy característico de la zona.

Analizando los estudios paradigmáticos que articulan la contradictoria teoría de los populismos, se aprecia que el fenómeno no disfruta de una clara delimitación conceptual. Torres

Ballesteros advierte que “la diversidad de manifestaciones así como la compatibilidad del populismo con distintas ideologías, bases sociales diferentes e intereses económicos opuestos, supone una enorme dificultad a la hora de definir el término”.

La inexactitud terminológica acarrea consigo una variedad de aspectos tan amplios y opuestos que explican la distorsión del concepto: movilizaciones de masa (urbanas o rurales, elitistas o anti-elitistas), partidos políticos de todos los sectores, movimientos de todas las ideologías, actitudes discursivas, comportamientos públicos, formas de gobierno (regímenes autoritarios, dictatoriales, etc.), mecanismos de democracia directa (plebiscitos, participación ampliada), políticas y programas de gobierno.

Populismo y Comunicación Crisóstomo Pizarro (Editor) Claudio Elórtegui y Esteban Vergara (Coordinadores) - Foro de altos Estudios Sociales – Valparaiso -Chile

Términos como "neoliberalismo", "populismo", "tecnofeudalismo", etc.etc.etc. son parte de los relatos que disputan sentido a las interpretaciones que se sugieren, respecto de la compleja realidad que nos toca atravesar. Los cambios que se suscitan en la globalización producen, en su dinamismo social, situaciones y posiciones ideológicas e interpretativas que cuesta “definir” dentro de conceptos que ya no alcanzan o no tienen las mismas precisiones de antaño dado que esos cambios no siguen lo que las “ideologías” que generaron esos conceptos suponían, como devenir de los presentes que las generaron. El problema con el conocimiento de lo social es precisamente su movilidad, su constante movimiento, eso que impide generar modelos “ideológicos” que encierren el devenir e interpreten la realidad durante mucho tiempo, en esos modelos o encuadres de pensamiento. Esa dificultad, expuesta en la vertiginosa necesidad de los medios de comunicación de apresar un presente para transformarlo en mercadería comprensible y que pueda ser “vendida” como explicación de lo cotidiano, coadyuva a sostener categorías que ya no expresan la realidad, en la intencionada forma de sostener el negocio de la noticia y la información. Los medios digitales no se muestran capaces de impedir que esto sea así y de que se pueda imponer alguna forma menos vertiginosa que invite al pensamiento apacible, racional, que intente interpretar lo que sucede, no a la luz de mentalidades y esquemas ideológicos pasados, sino en expresiones que permitan racionalizar las evoluciones de esas categorías y expresarlas en las novedades que hoy surgen como realidad contingente o como aquello que aún perdura efectivamente en la realidad del “hoy”.

Este blog lo intenta, pese a que a diario, las noticias y la información insisten con su velocidad y voracidad.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack

Imágenes: 
Vito Campanella fue un pintor italiano, residente en Argentina. Su obra es predominantemente de estilo surrealista, siendo uno de los artistas más destacado de ese movimiento. Nacido un 17 de octubre de 1932, Monopoli, Italia, fallecido en Buenos Aires un 26 de diciembre de 2014.

 

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