Desigualdad, poder, feminismos y ecologismos ¿Porque no neoliberalismo y Capitalismo?

Los discursos dominantes no solo producen los contenidos que justifican la lógica de un sistema tremendamente desigual y corrupto, dónde las guerras, el hambre, los negocios ilegales (Droga, Trata de personas, Armas, tráfico de órganos) desarrollan sus espectáculos diarios de muerte inoculando a las sociedades del temor a lo colectivo y a la organización ciudadana, sino que intenta, y lo logra, articular también los discursos supuestamente opositores, en tanto, diluidos en “causas” por los Derechos humanos, dentro de la lógica financiera y de rentas que el sistema capitalista en su etapa neoliberal propone. Las causas ambientales, ecológicas y que suponen un cambio de paradigma productivo fundado en la “sustentabilidad” y “sostenibilidad” respecto al medio ambiente, al cuidado ecológico, o a la utilización indiscriminada de productos tóxicos para aumentar la productividad y ampliar los territorios para sostener las megaproducciones actuales, que paradojicamente alimentan ese sistema financiarizado y de rentas produciendo alimentos mas de 5 veces del necesario para alimentar a todos los habitantes del planeta pero desperdiciando y generando “basura” por casi tres veces esa cantidad y distribuyendo tan mal, que algo mas de la mitad del planeta padece de problemas alimentarios, sino de hambre e indigencia.

Nadie en su sano juicio y que con sinceridad abrace las causas que refieren a Derechos Humanos, puede oponerse a las luchas por la igualdad de Género, en especial la de los colectivos LGTB y al de las mujeres que exigen igualdad de oportunidades en sociedades patriarcales. Del mismo modo, nadie que se considere “humanista” puede estar de acuerdo con el despilfarro al que se somete al planeta y el daño que, poco, mucho o mas o menos, se pudiere estar ocasionando a los equilibrios vitales que sostienen los ecosistemas en el planeta que habitamos. Pero si no entendemos que los problemas de fondo no tienen que ver con el genero o con la ecología sino en como establecemos relaciones los individuos y las comunidades, las personas y sus vecinos, cada humano en su relación diaria con otro humano, toda causa aislada de ese contexto general de interpretación queda a merced de manipulaciones mediáticas y sometidas el ejercicio del mismo poder que sostiene tanto la enfermedad como las “luchas” por su cura. La pandemia ha venido a ser un ejemplo palpable y claro de esto. El aislamiento y el obligado “freno” a tanta locura genera la visibilización de tales cuestiones de modos notables.

Por qué el impuesto universal sobre sociedades es un avance Y las multinacionales pagarán (algo)

¡Demasiado tímido! ¡Demasiado dependiente de la buena voluntad de Washington! ¡Demasiado susceptible de ser desechado por otra Administración! Motivos para escarnecer el impuesto universal sobre sociedades defendido por el presidente estadounidense Joseph Biden no faltan. Pero, pese a sus defectos, la medida abre un nuevo horizonte político: priva a las multinacionales de la ficción que las situaba por encima de las leyes.

Alain Deneault escribe hoy en la edición de “le Monde Diplomatique” de Julio.

En 2017, Google ingresó cerca de 20.000 millones de euros solo en sus cuentas de las Bermudas, tras haberlos paseado por diversos paraísos fiscales. Ese año, la multinacional únicamente pagó 14,1 millones de impuestos sobre beneficios en Francia –lo que supone simple calderilla para esta–. Oficialmente, sus setecientos ejecutivos empleados en Francia no vendían nada en dicho país; simplemente secundaban a la filial irlandesa del grupo: es esta la que llevaba las cuentas, bajo los clementes auspicios de este paraíso fiscal europeo. En cuanto a Amazon, el gigante de la distribución en línea, esquiva, año tras año, el impuesto federal sobre sociedades en Estados Unidos y logra declarar pérdidas en el Viejo Continente, justo cuando una crisis sanitaria dispara sus beneficios. Esta primavera, la organización independiente(…)

Es al menos susceptible que se nombren a los gigantes tecnológicos como “representaciones” de “lo transnacional”, y se obvien otros de mas larga historia como los Bancos y los conglomerados financieros que se agrupan en Wall Street o los enclaves donde operan las bolsas de comercio alrededor del planeta. O menos ambiguo, a esas mismas transnacionales que operan sobre las megaproducciones (mineras, petroleras, agroganaderas), que son responsables de la crisis ambiental si tal crisis fuese del todo cierta.

Del mismo modo las luchas de género, separadas de las estructuras capitalistas y las formas financiarizadas del neoliberalismo terminan siendo meros reclamos “resarcitorios” para una igualdad que les iguale en el perverso juego global … el del trafico de vida del cual una pequeña elite mundial se apropia para dejar al resto debatirse por las sobras, y que lo llaman “trabajo” y lo revisten de toda una retórica falsa para encubrir lo que realmente es, una sutil forma de esclavitud globalizada.

Claro que un impuesto a las concentraciones financieras y productivas que hoy dominan el mundo es una medida “defendible”. El asunto es que se trata de puro “maquillaje”. No se modifica la estructura de renta con una “renta universal” para todo habitante del planeta, ni se salva la naturaleza con ONG financiada por los mismos dineros producidos y apropiados por los Bancos y el Sistema de poder vigente.

Se trata de relaciones humanas.

Alejandro Mosquera editorializa en “La Barraca·

El desafío de la política es enorme frente a la situación que vive nuestro pueblo. El año electoral puede ser tanto un momento de crecimiento del debate de ideas, de programas, o solo un candado donde toda discusión o propuesta distinta pueda ser entendida como una “ayuda” al polo contrario.

El temor en muchos compañeros no es vano. Las experiencias de quienes renegaron de la pertenencia al Frente de la Victoria, mas allá de sus intenciones jugaron a favor de la estrategia de poder dominante que empujó un nunca más a las experiencias populistas. Un sueño eterno de las oligarquías argentinas que nunca se cumple.

Sin embargo, si el debate se cierra, si no se estimula la participación popular, si el pensamiento nacional y popular se reduce a un simple verticalismo, la derrota será por impotencia del movimiento para pensar el presente y el futuro.  Para dotarse de riqueza propuestas y creatividad.

Las ideas de tantos “consultores” de colores variopintos parecen repetirse y tratan de imponerse como razonamientos científicos. Con semblante serio, con el que ratifican que la realidad se encuentra en sus números, sostienen que la elección es la disputa por el centro. Y convidan a todos a conformar un pensamiento único partiendo de la base que poco se puede hacer y plantear soluciones de fondo solo nos aleja del poder.  

Quizás se pueda sostener con cierto criterio que es un buen consejo para la alianza de la derecha neoliberal y la ultraderecha. Pero para el Frente y el gobierno el desafío es construir futuro. Es proponer y llevar a cabo los cambios necesarios para sacar al país del atolladero en que nos metió el Macrismo y la pandemia, e incluso los propios límites que hemos tenido.

¿Cuáles son esos pilares para reconstruir el país y ponerlo en el camino del desarrollo con justicia social? Seguramente  están en cantidad de los documentos militantes que se fueron debatiendo en estos tiempos.

Entre ellos, destaco como central la necesidad de un shock distributivo para reactivar la economía productiva. Que por supuestos contiene las políticas de ingresos, precios y tarifas como instrumentos de soberanía estatal para el desarrollo.

A la vez, la clave de ese shock es la reconstrucción del trabajo.

El trabajo recuperará las heridas no solo de injusticias, sino en el tipo de relaciones sociales tanto en la producción, en las familias, en la educación.

Cuando las derechas neoliberales hablan de creación de trabajo en realidad proponen desregulación del mercado de trabajo, destrucción de derechos de los trabajadores, contratos basura, baja del salario real y rebaja de impuestos para los grandes empresarios. Formulas viejas probadas infinidades de veces en el país y en el mundo cuyo resultado ha sido catastrófico para las sociedades y beneficio solo para el 1% más poderoso del mundo.

En cambio, nuestra propuesta debe ser exactamente lo contrario. El trabajo como la mejor política social, con recuperación del salario, con trabajadores y trabajadoras en blanco, como uno de los instrumentos esenciales en la redistribución de la riqueza.

Pero el trabajo no es solo eso. La gestación de trabajo cambiará con el tiempo nuestros barrios, será un organizador social, recompondrá las familias, nos ayudará a recuperar a cada chico que por hambre o pandemia se alejó de la escuela. Las trabajadoras y trabajadores organizados tendrán más peso en los rumbos del país. Se ensanchará el mercado interno, crecerá la demanda, la inclusión no será como consumidores sino esencialmente como trabajadores. El crecimiento de la demanda interna dará vida a nuestras pymes. Volverá aquella vieja idea tan extendida en nuestro país, antes de los cataclismos neoliberales, en la que el padre y la madre se rompían el lomo trabajando, pero nuestros hijos e hijas estarán mejor gracias a la educación pública y gratuita.

El plan quinquenal que proponemos y que está en la mejor memoria del pueblo argentino, tendrá su complejidad, su diversidad. Pero la política debe imponerle el alma a ese proyecto: trabajo, trabajo, trabajo.

Nuestro pueblo necesita trabajo. Donde hay una necesidad nace un derecho.

TN, C5N, LN+, la guerra de las pantallas, un show político-televisivo no apto para terceras posiciones por Martín Becerra en Quipú

Curtida por la incertidumbre, la Argentina de 2021 no da tregua a las novedades: a la persistencia de la pandemia y sus múltiples secuelas, a la crisis económica y social precedente y potenciada por el coronavirus, se les suma el capítulo electoral del segundo semestre. Con estos ingredientes, los llamados “canales de noticias” de la Ciudad de Buenos Aires que irradian contenidos en todo el territorio, a contramano de una realidad expresada en títulos catástrofe, gozan de un buen momento. En el podio disputan el liderazgo la señal oficialista C5N y las opositoras TN y LN+, verdaderas maquilas de opinión pública.

Aunque con números más bajos que en marzo y abril de 2020, cuando la conmoción pandémica todavía cohesionaba a dirigentes políticos y a la ciudadanía, las señales —que agrupan noticias opinadas y sentencias retocadas con pigmentos noticiosos— relegan a los canales de tv abierta en la competencia por la atención del público en varios tramos de la programación. El covid es un lastre para los canales de aire: como constatan Ornela Carboni y Ezequiel Rivero en Letra P, las emisoras de Buenos Aires estrenaron apenas cinco títulos de ficción argentina en 2020 y rellenan su pantalla con segmentos informativos, entretenimiento en vivo y reposición de viejas ficciones argentinas, turcas o brasileñas. A su vez, el reciclado constante de contenidos ya emitidos y la repetición del breaking news, que son el ADN de los canales informativos en todo el mundo, conspira contra el aumento indefinido del interés de las audiencias en ellos.

Las principales señales de Buenos Aires son, en simultáneo, un insumo clave y un reflejo de la polarización política y social que caracteriza a la Argentina desde hace al menos una década. Como en los inicios de la prensa en su etapa facciosa, hoy los estudios televisivos son un teatro de opinión donde se amplifican encuadres y argumentos, se testea la eficacia de animadores y opinólogos, se adula a héroes y heroínas y se imputa a villanos y villanas.En la genealogía y en los protagonistas de las señales de tv porteña que conforman el podio del rating informativo se encuentra la llave de su éxito.

TN, creada en 1993 por el Grupo Clarín, es la más antigua. Posicionada editorialmente en lo que el ex editor jefe de Clarín, Julio Blanck, denominó , TN alterna durante el día espacios de breaking news con zonas blandas (deportes, espectáculos, servicios, turismo) y una bajada de línea que se hace más facciosa cuando se pone el sol. Su programación nocturna es poco dada a los matices y el esfuerzo de renovación generacional de animadores de los ciclos de la noche que realizó el grupo en TN no perdió homogeneidad ideológica —lo que puede ser un efecto buscado— ni ganó en diversidad de puntos de vista. Sus estudios del barrio de Constitución, renovados hace un lustro, cuentan con una amplia redacción que nutre de contenidos informativos también al canal de tv abierta del conglomerado conducido por Héctor Magnetto, El Trece.

C5N pertenece al grupo Indalo Media de Cristóbal López y Fabián de Sousa desde 2013, cuando compraron el multimedios que integraba la señal con radios líderes como Radio 10 y FM Pop a Daniel Hadad. Desde el barrio de Palermo, C5N proyecta una pantalla con la zona dura de las breaking news, lo que le imprime mayor intensidad que la de TN en su grilla diurna.  que, a la inversa de la señal del Grupo Clarín, se afloja en varios de los programas posteriores al prime time, donde no faltan voces críticas de conductores, columnistas e invitados al gobierno de Alberto Fernández. López y de Sousa estuvieron detenidos sin condena durante casi dos años durante el gobierno de Mauricio Macri, que azuzó la causa con elementos que hoy el Poder Judicial señala que fueron —como mínimo— distorsionados. Los empresarios acusan a Macri y a su operador judicial, el hoy prófugo Fabián “Pepín” Rodríguez Simón, de persecución.

LN+ es la señal más reciente, fundada a fines de 2016 por los hermanos Saguier que conducen La Nación. El proyecto apostó en sus primeros años a un estilo sobrio aunque acartonado,  identificadas con el diario. Su línea orgánicamente asociada con Macri —quien devolvió los favores obligando a los cableoperadores a incluir a LN+ en sus grillas—, no resignaba la verificación de los hechos, lo que respaldaba con estudios improvisados en la redacción del diario en su moderna sede de Vicente López. Pero, después de varios años de desempeño muy discreto en términos de audiencia, a comienzos de 2021 LN+ anunció un giro ambicioso incorporando a Juan Cruz Ávila como gerente de programación y animadores como Eduardo Feinmann, Alfredo Leuco y Jonatan Viale que, junto a Luis Majul, Willy Kohan, Fernando Carnota, Pablo Rossi, Tato Young o Pablo Sirven (todos hombres) mejoraron el rating de la emisora que 

Por los contenidos que producen y difunden, una clave básica de análisis de estos canales es su posicionamiento editorial. Dos de las tres son opositoras, TN es más cuidadosa con su narración audiovisual y producción periodística, en tanto que LN+ no vacila en mostrar su militancia cual reencarnación vernácula de la trumpista —y eficaz— Fox News. La oficialista C5N combina envíos intensos en su retórica polarizante con breaking news y programas alejados de esa lógica. Curiosamente, el rating acompaña ambas modalidades.

 Tampoco quedan proyectos mediáticos que definan una estrategia generalista con trato profesional a los distintos actores de la agenda pública. Todos han tomado partido, aunque la forma en que establecen sus compromisos editoriales es diversa.

En TN y C5N hay, con todo, lugar para la sorpresa porque aún desde posiciones muy definidas, invitan a dirigentes políticos y sociales de su otra vereda. No es inusual que algún funcionario del gobierno de Fernández acuda a los estudios de TN (el propio presidente dio entrevistas a la señal del Grupo Clarín) ni que dirigentes opositores tengan micrófono en C5N. LN+ es más impermeable al cruce de perspectivas y es, por tanto, infrecuente hallar voces que no remachen la rigidez editorial.

La intensidad que regula las emisiones es un obstáculo para que las señales ofrezcan secciones más relajadas a la audiencia. No obstante, TN logra descansar con la zona blanda de contenidos de entretenimiento, deportes —donde con gusto dispar los conductores se permiten hacer bromas entre sí— o servicios. En C5N estos espacios son menores, pero la programación incluye ciclos livianos como “Sobredosis de tv”, conducido por Elizabeth Vernaci y Juan Di Natale, y “Sobredosis de sobredosis”, con Diego Iglesias y Luli Trujillo, organizados en base a informes con la edición de programas de radio y tv de medios opositores al gobierno nacional. El ritmo de estos envíos y el talento de sus conductores son una licencia paródica que afloja la tensión de la agenda más dura.

TN y C5N tienen más móviles en las calles de Buenos Aires, con un flujo de contenidos en que dialogan los conductores del piso —generalmente parejas y equipos masculinos y femeninos— con cronistas en distintos lugares de la ciudad, mientras que los exteriores de LN+ son más institucionales y fijos (Casa Rosada, Congreso) —aunque también hacen móviles, pero en menor cantidad— y su transmisión está más anclada en los estudios de la emisora. En los tres casos hay bastante material con entrevistados por videollamada.

El abuso de las alertas/urgentes y la musicalización que añade dramatismo, incluso en notas y contenidos ordinarios, son recursos comunes a las tres señales. Su público no castiga los altos decibeles y el hiato entre la alarma anunciada y la información contigua.

En términos formales (en tv la forma es también fondo), las tres señales ornamentan sus pantallas con varios elementos visuales que se suman a la imagen principal, que es acompañada por dos niveles de zócalos (a veces, más), además del logo de la emisora y de la hora y temperatura de la Ciudad de Buenos Aires. En algunas notas se añaden stickers fijos por lo que las imágenes en video son parcialmente tapadas por estos recursos. Esto puede favorecer la comprensión de contenidos en lugares públicos y semipúblicos como comercios, paradas de transporte, hospitales y centros de salud o administración pública, donde el encendido de la tv está anclado en una emisora sin volumen durante muchas horas.

En C5N los conductores están de pie con columnistas o colaboradores que alternan entre mesas altas con taburetes y situarse de pie igual que la conducción, con pantallas gigantes como telón de fondo que muestran entrevistas, infografías y material que ilustra las notas. LN+ es su antítesis: sus conductores y columnistas están sentados en mesas largas desde donde presentan contenidos y opinan. TN mezcla programas con protagonistas sentados con mesa de apoyo y segmentos con conductores y columnistas de a pie y pantalla gigante al fondo.

Las audiencias televisivas en la Argentina tienen una dieta audiovisual producida en Buenos Aires que resignó la aspiración generalista y el modelo profesional sin compromiso político explícito. En una sociedad polarizada, la tv porteña ofrece un menú de señales de noticias opinadas que pivotea sobre las dos veredas de la agenda pública en sus emisoras protagonistas: C5N, TN y LN+. Polarizasplaning al palo. Menú no apto para terceras posiciones.

Los discursos se repiten o aportan algo de originalidad a las reflexiones. La realidad esta allí, incierta y cambiante esperando que cada uno de nosotros haga su parte. Nadie se salva solo.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack

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