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Coronavirus

En el mundo: 195.266.156 casos confirmados y 4.180.161 muertes. Ayer se confirmaron 614.012 casos nuevos. Ya se administraron 3.829.935.772 vacunas ( OMS ).

En Argentina: 4.891.810 casos confirmados y 104.822 muertes. Ayer se confirmaron 15.833 casos nuevos y 471 fallecimientos. Ya hay 30.983.103 vacunas aplicadas ( Ministerio de Salud de la Nación y Monitor Público de Vacunación ).

El número de muertes por COVID-19 aumentó en el mundo un 21% la última semana. 

Llegaron de Rusia 500 litros del principio activo de Sputnik V para la producción local de 760.000 segundas dosis. La Pampa habilita reuniones familiares en domicilios particulares de hasta 10 personas todos los días y habilita salones de fiestas y locales gastronómicos con un límite de 100 comensales. Trabajadores del sector público que estén vacunados vuelven a la presencialidad en Río Negro. Volvieron las visitas a los geriátricos de PBA. Hoy abre la inscripción de vacunación para personas entre 12 y 17 años en Capital Federal. 

Uruguay aprueba una tercera dosis para quienes tengan dos dosis de la vacuna Sinovac. San Pablo anuncia la apertura de actividades y el fin del toque de queda. Tokio registra su pico de casos diarios, con 3.177, en medio de los Juegos Olímpicos. Puerto Rico obligará a trabajadores del sector público a vacunarse para prestar servicio. Tanzania comenzó su plan de vacunación contra el coronavirus. Australia extiende cuatro semanas más el confinamiento de Sidney al no poder controlar los contagios. Inglaterra exime de cuarentena a viajeros de la Unión Europea y Estados Unidos. Nueva Zelanda aprueba la vacuna de AstraZeneca a partir de los 18 años. Bolivia consulta con expertos la posibilidad de combinar vacunas ante falta de segunda dosis. Italia aprueba el uso de la vacuna de Moderna para personas entre 12 y 18 años.

CELAC 

Alberto Fernández se encuentra en Perú donde participa de la asunción del flamante presidente, Pedro Castillo. También se festeja en el país el Bicentenario de la Independencia. Además de entrevistarse con Castillo, el presidente argentino tendrá audiencias con el mandatario de Colombia y el canciller de México, en las que buscará el apoyo para presidir a partir de enero de 2022 la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

La semana pasada el canciller Solá se reunió con cancilleres en una cumbre de la CELAC en México (que ejerce la presidencia pro témpore) y agradeció el apoyo a la candidatura argentina. Allí se habría acordado la realización de una cumbre presencial de presidentes en septiembre para decidir sobre la propuesta argentina.

Gabinete

El presidente Alberto Fernández dijo ayer desde Perú -donde asistió a la asunción de Pedro Castillo- que los funcionarios del gobierno que sean candidatos en las próximas elecciones deberán renunciar. En ese sentido, dejarían sus cargos Daniel Arroyo (Desarrollo Social), Agustín Rossi (Defensa) y Victoria Tolosa Paz (titular del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales). Además, se verían obligados a dejar sus cargos Enrique Cresto (titular del Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento) y Martín Gill (Secretario de Obras Públicas). 

El presidente dijo ayer que ya tiene el nombre del reemplazante de Arroyo que revelará a su vuelta de Perú. Diversos medios sostienen que podría ser el actual intendente de Hurlingham, Juan Zabaleta. 

Malvinas

La segunda etapa del Plan para la identificación de caídos en Malvinas comenzará el próximo 9 de agosto en el territorio argentino de las Islas Malvinas. Dicho proceso está a cargo del equipo del Comité Internacional de la Cruz Roja, miembros del Equipo Argentino de Antropología Forense y un especialista británico. 

Dicho equipo viajará en esa fecha a Malvinas para iniciar el trabajo de identificación de los restos de la tumba múltiple C.1.10, cerca de la cruz mayor del cementerio de Darwin. Además, se realizarán trabajos de exploración para verificar la existencia de una tumba en Caleta Trullo.  

 

El Plan Proyecto Humanitario (PPH) se inició en 2012 y permitió la identificación de 115 cuerpos de caídos en la guerra de Malvinas de 1982. En 2016 se incorporó la Cruz Roja. 

(Cenital)

Perú

El flamante presidente dijo que no gobernará desde la Casa de Pizarro para "acabar con las ataduras de dominación"

Pedro Castillo anunció este miércoles que, en un gesto simbólico, no gobernará desde la Casa de Pizarro, el edificio neobarroco ubicado en la plaza principal de Lima que desde 1998 es el despacho y eventual vivienda de los presidentes de la república.

"Tenemos que romper con los símbolos coloniales para acabar con las ataduras de dominación que se han mantenido vigentes por tantos años", dijo el mandatario, un maestro campesino de 51 años, durante el discurso de posesión.

Castillo, quien en un hecho inédito para un presidente peruano vivió siempre en una humilde casa rural, en el caserío de Puña, 880 kilómetros al norte de Lima, no dijo cuál será su residencia ni su centro de operaciones, pero anticipó que el actual Palacio de Gobierno será cedido al Ministerio de las Culturas para que levante allí un museo.

En el discurso de 70 minutos, el presidente hizo varias referencias a la necesidad de romper con ciertas tradiciones culturales y prometió una profunda revaloración de los pueblos originarios.

"Durante cuatro milenios y medio, nuestros antepasados encontraron maneras de resolver sus problemas y de convivir en armonía con la riqueza natural que la providencia les ofrecía; fue así hasta que llegaron los hombres de Castilla (los conquistadores españoles)", afirmó Castillo, de origen quechuahablante.

Antes del discurso, entre los periodistas había llamado la atención que se anunciara que la ceremonia de jura de los nuevos ministros, el viernes, se hará en el Centro de Convenciones de Lima y no en la Casa de Pizarro, como siempre había ocurrido.

El flamante presidente de Perú, Pedro Castillo, inauguró este miércoles su mandato de cinco años con un discurso de 70 minutos en el que prometió un "cambio responsable" e insistió en la idea de convocar a una asamblea que redacte una Constitución para reemplazar a la de 1993.

"No queremos hacer cambios por el simple deseo de hacerlos, sino que muchas de las disposiciones hoy vigentes solo benefician a las grandes corporaciones", afirmó Castillo, un maestro de escuela rural de 51 años que milita en el partido de izquierda Perú Libre (PL).

El mandatario enfatizó que
es "absolutamente falso" que su gobierno vaya a recurrir a expropiaciones o estatizaciones, como afirman sus adversarios, y puntualizó que los cambios se harán con respeto a la propiedad privada y a los avances logrados en los últimos años. En ese marco, prometió además "un golpe de inversión pública".

Con respecto a la convocatoria de una constituyente, Castillo advirtió que se hará de acuerdo con la legislación vigente, lo que implicará diálogos con las fuerzas representadas en el Congreso. "No se hará tabla rasa de la legalidad", señaló.

"Todos saben que una de nuestras principales banderas políticas es la convocatoria de una asamblea constituyente; insistiremos en esto pero siempre en el marco de la ley y la actual Constitución", indicó Castillo, con lo que desmintió a adversarios que aseguran que impondrá una nueva carta magna a la fuerza para perpetuarse en el poder.

Las posiciones respecto del cambio de Constitución y de la política económica generaban gran expectación entre los ciudadanos para el discurso inaugural, pues sectores de derecha, específicamente de los partidos Fuerza Popular y Renovación Popular, insisten en que hoy es el inicio de una pretensión de PL de llevar al país al "comunismo".


Castillo, educador de origen humilde y campesino, nacido en una familia quechuahablante del departamento andino Cajamarca,

asumió la Presidencia en una ceremonia que contó con la presencia del rey Felipe de España y los presidentes de la Argentina, Alberto Fernández; Bolivia, Luis Arce; Chile, Sebastián Piñera; Colombia, Iván Duque, y Ecuador, Guillermo Lasso, además de diversos invitados, incluido el expresidente boliviano Evo Morales, y que coincidió con la celebración del bicentenario de la proclamación de Perú como república independiente.

El nuevo presidente asistió a la ceremonia vestido con una sobria chaqueta azul y camisa blanca, sin la corbata que solía ser infaltable en ese tipo de actos. Además, lució como siempre su enorme sombrero blanco, propio de la tradición cajamarquina.

Mientras eso ocurría en el interior del Congreso, en las calles del centro de Lima personas de origen humilde y procedentes sobre todo de las zonas andinas se concentraban para expresarle su respaldo a un presidente que derrotó por solo 44.000 votos a la candidata de derecha Keiko Fujimori y cuya victoria se quiso desconocer mediante denuncias de "fraude" para las que nunca se presentaron pruebas.

El flamante presidente de Perú, Pedro Castillo, inauguró este miércoles su mandato de cinco años con un discurso de 70 minutos en el que prometió un "cambio responsable" e insistió en la idea de convocar a una asamblea que redacte una Constitución para reemplazar a la de 1993.

"No queremos hacer cambios por el simple deseo de hacerlos, sino que muchas de las disposiciones hoy vigentes solo benefician a las grandes corporaciones", afirmó Castillo, un maestro de escuela rural de 51 años que milita en el partido de izquierda Perú Libre (PL).

El mandatario enfatizó que
es "absolutamente falso" que su gobierno vaya a recurrir a expropiaciones o estatizaciones, como afirman sus adversarios, y puntualizó que los cambios se harán con respeto a la propiedad privada y a los avances logrados en los últimos años. En ese marco, prometió además "un golpe de inversión pública".

Castillo asumió el gobierno de Perú y prometió un "cambio responsable", Constitución incluida

Con respecto a la convocatoria de una constituyente, Castillo advirtió que se hará de acuerdo con la legislación vigente, lo que implicará diálogos con las fuerzas representadas en el Congreso. "No se hará tabla rasa de la legalidad", señaló.

"Un Gobierno del pueblo ha llegado para gobernar con el pueblo y por el pueblo. No los defraudaré"
Pedro Castillo

"Todos saben que una de nuestras principales banderas políticas es la convocatoria de una asamblea constituyente; insistiremos en esto pero siempre en el marco de la ley y la actual Constitución", indicó Castillo, con lo que desmintió a adversarios que aseguran que impondrá una nueva carta magna a la fuerza para perpetuarse en el poder.

Las posiciones respecto del cambio de Constitución y de la política económica generaban gran expectación entre los ciudadanos para el discurso inaugural, pues sectores de derecha, específicamente de los partidos Fuerza Popular y Renovación Popular, insisten en que hoy es el inicio de una pretensión de PL de llevar al país al "comunismo".

Castillo, educador de origen humilde y campesino, nacido en una familia quechuahablante del departamento andino Cajamarca,
asumió la Presidencia en una ceremonia que contó con la presencia del rey Felipe de España y los presidentes de la Argentina, Alberto Fernández; Bolivia, Luis Arce; Chile, Sebastián Piñera; Colombia, Iván Duque, y Ecuador, Guillermo Lasso, además de diversos invitados, incluido el expresidente boliviano Evo Morales, y que coincidió con la celebración del bicentenario de la proclamación de Perú como república independiente.

El nuevo presidente asistió a la ceremonia vestido con una sobria chaqueta azul y camisa blanca, sin la corbata que solía ser infaltable en ese tipo de actos. Además, lució como siempre su enorme sombrero blanco, propio de la tradición cajamarquina.

Mientras eso ocurría en el interior del Congreso, en las calles del centro de Lima personas de origen humilde y procedentes sobre todo de las zonas andinas se concentraban para expresarle su respaldo a un presidente que derrotó por solo 44.000 votos a la candidata de derecha Keiko Fujimori y cuya victoria se quiso desconocer mediante denuncias de "fraude" para las que nunca se presentaron pruebas.

"Esperamos un cambio de verdad, eso es lo que estamos esperando todos los peruanos y yo sé que lo va a hacer el presidente", dijo a Télam la profesora cajamarquina Lizbeth Timpo, quien, vestida a la usanza de las campesinas de la región y ejecutando danzas típicas, esperaba una oportunidad de acercarse al nuevo gobernante.

A pesar del clima de tensión que dominó las semanas previas, el ambiente en la zona era de tranquilidad y sin presencia de los activistas que dicen desconocer la legitimidad del nuevo Ejecutivo.

"Un gobierno del pueblo ha llegado para gobernar con el pueblo y por el pueblo, no los defraudaré", afirmó Castillo en el discurso inaugural, en medio de los aplausos de los congresistas de PL, que forman la mayor bancada, pero lejos de la mayoría absoluta que tendrán unidos los partidos de oposición de derecha y centroderecha.

"Yo soy el niño que un día estudió en la escuela rural 10.465 de (el caserío de) Puña; la historia del Perú silenciado es también mi historia", indicó el presidente, y resaltó que las elección de una persona con sus características supone un giro en un país con una historia milenaria en la que los pueblos supieron vivir en armonía "hasta que llegaron los de Castilla" (los españoles).

En concordancia con la idea de reivindicar a los pueblos autóctonos, Castillo anunció que el Ministerio de Cultura será rebautizado como Ministerio de las Culturas y que se impondrá que en los órganos estatales que por sus características lo precisen se atenderá en quechua, aymara o las respectivas lenguas selváticas, lo que implicará la capacitación de los funcionarios.

En otros fragmentos del discurso, totalmente leído, Castillo se comprometió a seguir en la lucha contra la epidemia de Covid-19, prometió un sistema que permita "acercar la salud a la población", garantizó "un golpe de inversión pública, y advirtió que internet "será un derecho y no un servicio".

"La población pide cambios y no está dispuesta a renunciar a ellos", dijo el jefe del Estado, para quien la pandemia demostró que las críticas que se hacían al sistema liberal vigente desde hace 30 años "no solo eran justas, sino además legítimas".

"Queremos construir un país más próspero, más justo en el que las riquezas se distribuyan de manera más equitativa entre los ciudadanos", destacó.

Asimismo, Castillo se comprometió a enfrentar la violencia contra las mujeres -un fenómeno muy extendido en la sociedad peruana-, prometió el libre acceso a la educación superior, señaló que extenderá los servicios de agua y desagüe, y dio un plazo de 72 horas, "a partir de este momento", para que abandonen el país los extranjeros que llegaron a delinquir.

Además,
anunció la creación de un nuevo Ministerio de Ciencia y Tecnología e indicó que profundizará la coordinación con las gobernaciones departamentales y las alcaldías provinciales y distritales.

El jueves, Castillo repetirá simbólicamente la ceremonia de asunción en el departamento andino Ayacucho, en la zona rural en que se desarrolló la batalla que significó la salida definitiva de los españoles de lo que fueron sus dominios en Sudamérica.

La carga simbólica es especial por la cercanía entre el nuevo mandatario y los pueblos andinos, en contraste con la hostilidad con que en forma mayoritaria se le percibe en Lima.

En Ayacucho, además, tomará juramento a su presidente del Consejo de Ministros, de quien hasta ahora se desconocía el nombre. El resto de los ministros asumirá el viernes, en una ceremonia en el Centro de Convenciones de Lima.
(Telam)

Ricardo Foster es filósofo y ensayista argentino. Egresado de la Universidad Nacional de Córdoba, actualmente es docente en numerosas universidades argentinas e internacionales. Tiene editados más de veinte libros de carácter ensayístico entre los cuales se destacan los reconocidos y galardonados “Anomalía Argentina” (2010), “La repetición Argentina (del kirchnerismo a la nueva derecha)” (2016) y el exitoso “La sociedad invernadero” (2019). En 2011 fue galardonado con el título “Doctor Honoris Causa” por la Universidad Nacional de Cuyo. Fue funcionario del último gobierno de Cristina Fernández y desde 2016 asesora a Alberto Fernández. En una charla exclusiva con AGENCIA PACO URONDO recordó al intelectual Horacio González, fallecido hace unas semanas: "Su vida fue un ejemplo a seguir para quienes nos consideramos intelectuales del campo nacional y popular". 

AGENCIA PACO URONDO: ¿Cómo está viendo en términos políticos a la región de Latinoamérica?

RICARDO FOSTER: En primer lugar, para pensar América Latina debemos tener un panorama más amplio. Es preciso recordar los gobiernos populares de la primera década y media del milenio. En esas experiencias se puso en disputa la hegemonía neoliberal. Posteriormente, debemos leer un intento de derechización en la región que lo vimos con el macrismo en la Argentina, el desplazamiento de Dilma en Brasil y la llegada a la presidencia de Bolsonaro; también con Lenin Moreno en Ecuador y el exilio de Correa. En ese entonces se veía un giro hacia la derecha. Sin embargo, si miramos el presente, un año y medio aproximadamente, vemos un cambio inesperado. Se recupera Argentina, Bolivia y se recuperan ciertos aspectos de aquella coyuntura anterior. También el proceso en Chile que terminó en la conformación de la asamblea constituyente y una fórmula de izquierda para las próximas elecciones. También está triunfo de Castillo en Perú, un país muy castigado históricamente por las políticas neoliberales. El año próximo está la posibilidad de que Lula pueda participar en las elecciones presidenciales en Brasil y un posible triunfo. En América del Sur se está dando un proceso valioso.

APU: ¿Se lo puede comparar con lo que pasó en la primera parte del 2000?

RF: Es diferente a lo que fueron los procesos protagonizados por Lula, Chávez, Néstor Y Cristina pero expresan una reconstrucción de los proyectos democráticos y populares en la región. Es interesante teniendo en cuenta la situación difícil que se está viviendo a nivel global debido a la pandemia y sus consecuencias en los países más pobres como los de Latinoamérica. También se está expresando una crisis simbólica de la hegemonía neoliberal que se profundizó en la pandemia.

Hay una disputa contra ese orden que durante treinta años no estuvo en cuestión en sus aspectos políticos ni económicos. Expresa una crisis de orden simbólico también que puede expresarse en salidas de izquierda y progresistas, así como también en propuestas reaccionarias de derecha. Eso lo podemos ver en algunas propuestas en Europa de corte racistas, xenófobas. Se expresaron con Trump en Estados Unidos, Bolsonaro en Brasil. También se expresan en países de Europa en medio de sus crisis planteando salidas violentas y agresivas pero tomando banderas de corte estatista y bienestarista.Todos estos elementos variados son necesarios para tener un diagnóstico más acabado de la situación. Por otra parte, también la disputa de China contra Estados Unidos por la hegemonía mundial es otro elemento importante para el análisis.

APU: ¿Qué mirada tiene en referencia a la coyuntura nacional?

RF: Seguramente si la pandemia no hubiera llegado estaríamos discutiendo otros temas. Pero hablar de eso es contrafáctico. Las decisiones que se tomaron en el 2020 fueron decisivas y acertadas en muchos aspectos. La situación de crisis llevó al gobierno a tomar conciencia de la centralidad de las políticas de Estado, es decir, cuidar al conjunto de las argentinas y argentinos. Para eso había que movilizar recursos que eran escasos. Atender a los sectores más castigados de la población, ayudar a las trabajadoras y trabajadores, reconstruir un sistema de salud que estaba devastado por el macrismo y las políticas neoliberales de los últimos cuatro años. Era necesario implementar políticas que priorizaran el mapa social y económico de nuestro país.

Eso llevo a que el presidente otorgara al Estado esa centralidad para resolver esos problemas. Los sectores que representan a los poderes reales se vieron amenazados con estas políticas que tenían una perspectiva hacia adelante y comenzaron a combatirlo de forma escandalosa. La oposición política y mediática buscaron debilitar y horadar esas políticas desde el inicio mismo de la cuarentena. Hay que leer el último año y medio en la Argentina para ver una actitud brutal, reaccionaria, tanatopolítica de una oposición que buscó hacer estallar en mil pedazos las políticas de cuidado del gobierno nacional. Eso se expresó en las marchas anti cuarentena y otras políticas que dispararon la curva de contagios. Asimismo la retórica de que la vacuna envenena o la supuesta “sovietización” de las políticas nacionales llevadas a cabo por algunos medios de comunicación por el simple hecho de cerrar un convenio con un laboratorio ruso. En síntesis, es necesario leer esta intencionalidad descarnada de hacer volar en mil pedazos a un gobierno que solo buscó el cuidado de la población. La pandemia puso en evidencia que es necesario reconstruir un estado que las políticas neoliberales deterioraron. Para eso hay que priorizar el rol del estado y sus políticas y no los intereses de los capitales privados.

APU: ¿Cómo ve la política internacional llevada a cabo por Alberto Fernández?

RF: Es de destacar también el manejo de la geopolítica que llevó a cabo Alberto Fernández con el salvataje de Evo Morales durante la crisis desestabilizadora en Bolivia. Asimismo las políticas de no alineación con el Grupo de Lima. Una alineación con el gobierno de López Obrador en México y una visión multipolar de la política que lo lleva a tener un buen vínculo con China y Rusia. Además, tener una relación que no es de vasallaje con el gobierno actual de Joe Biden en Estados Unidos.

Es necesario leer la realidad en términos de una disputa política e ideológica mundial. Esto lleva a entender los procesos económicos e inflacionarios. Un tema de acumulación y no de distribución. La inflación tiene que ver con una disputa muy profunda que arrastra a la Argentina desde hace décadas y no termina de resolverse. Para entender eso es necesario comprender los años catastróficos del macrismo que generaron endeudamiento exponencial, deudas que no terminan de cerrar con el Fondo Monetario Internacional, fuga de capitales. Todo eso es necesario colocarlo en la balanza para comprender lo que está sucediendo y entender hasta dónde se ha llegado. A pesar de todos estos elementos adversos Argentina estuvo entre los primeros puestos en el cuidado de su población en este último año y medio. La oposición macrista en nuestro país representa a los intereses neoliberales que expresan a las corporaciones mediaticas, judiciales y económicas.

APU: ¿Qué reflexión puede realizar sobre el rol de los intelectuales en la disputa ideológica antes mencionada?

RF: Si tuviera que sintetizar la postura y la ética que deben caracterizar a un intelectual lo debo hacer recurriendo a la figura de Horacio Gonzalez. Indudablemente en su figura se resumen todo lo que debe ser un intelectual ligado a los intereses nacionales y populares. Un hombre íntegro y comprometido con su tiempo y con su pueblo. Esforzado por encontrar una síntesis con las problemáticas sociales y dando la batalla ideológica permanentemente desde el lugar que debiera ocupar. Horacio entregaba todo en su rol de intelectual. Ya sea dando una charla en el último rincón de algún pueblo del interior del país o dirigiendo la Biblioteca Nacional. Su vida fue un compromiso siempre. Desde su militancia en la década del setenta hasta su último tiempo, escribiendo, dando clases o en sus reflexiones cotidianas. Su vida fue un ejemplo a seguir para quienes nos consideramos intelectuales del campo nacional y popular.

Reportaje de Juan Borges en https://www.agenciapacourondo.com.ar/cultura/ricardo-forster-la-crisis-simbolica-de-la-hegemonia-neoliberal-se-profundizo-en-la-pandemia

El valor de la información en lo cotidiano radica en la posibilidad de entender mas y mejor en torno a como funciona la realidad y cual es nuestro rol, lugar, espacio en esa realidad y poder actuar en ella con la mayor y mejor racionalidad posible, ya para nuestro propio beneficio individual, ya para el bien común y en especial para quienes nos importan afectivamente. El asunto clave de todo esto radica en la importancia de que estos intereses no se excluyan mutuamente. El bien individual no debería suponer “privilegio” alguno respecto a “otros” y el bien común no debería suponer daño individual. Nadie se salva solo, Que cada quién haga su parte.

Daniel Roberto Tavora Mac Cormack

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