Para pensar la Guerra subjetiva en los dias de la peste ...

 

»No son servicios de espionaje, son gobiernos paralelos»

Jorge Majfud. Escritor uruguayo, nacido en Tacuarembó, en 1969. Estudió arquitectura graduándose en la Universidad de la República. En la actualidad se dedica íntegramente a la literatura y a sus artículos en diferentes medios de comunicación. Enseña Literatura Latinoamericana en The University of Georgia, Estados Unidos, es autor del siguiente texto:

"Los documentos clasificados que registran las acciones secretas y los crímenes no tan secretos de cada gobierno suelen ser desclasificados luego de muchos años, cuando la verdad ya no es peligrosa y sólo les importa a los historiadores. .En Estados Unidos los investigadores suelen usar la ley FOIA para exigir la desclasificación de algunos documentos que, se entiende, son relevantes para la verdad histórica.

Fragmento del libro  La frontera salvaje. 200 años de fanatismo anglosajón en América Latina

Sin embargo, es necesaria una fuerte dosis de ingenuidad para creer que toda la verdad de los servicios secretos de las grandes potencias y que todos los registros de sus acciones algún día saldrán a la luz.

Ejemplos para el pesimismo sobran. Bastaría recordar un par de casos mencionados en este libro, como el proyecto Mk-Ultra de la CIA que, con el objetivo de controlar la mente humana de forma más inmediata, se experimentó con potentes drogas sin autorización de las víctimas. Cuando esta operación fue descubierta en los años 70, el presidente Nixon y el director de la CIA, Richard Helms, acordaron destruir todos los archivos que mencionaban al diabólico proyecto. Lo que sabemos del proyecto Mk-Ultra se debe a la milagrosa supervivencia de algunos documentos que desencadenaron un breve escándalo y un largo olvido.

También, entre una lista de cientos de casos, se podría mencionar las manipulaciones financieras del gobierno de Ronald Reagan para financiar a los Contra en Nicaragua con dinero procedente de la venta ilegal de armas al enemigo Irán y contra el propio bloqueo del Congreso en Washington. Por entonces, la secretaria del coronel Oliver North, antes de testificar ante el Congreso, dedicó horas y días a picar documentos secretos que nunca leyó.

Hoy existen escáneres avanzados para reconstruir documentos picados en mil pedazos, por lo cual se prefiere quemar aquellos que dicen demasiado. Así, cada día son eliminados documentos secretos que podrían echar mucha luz sobre la verdad de las operaciones de las potencias mundiales, sobre todo de la potencia hegemónica de turno.

Las bolsas de papel reciclado donde se depositan estos papelitos comprometedores (similares a las que usa la cadena de supermercado Publix o las licorerías, para que sus clientes oculten el comprometedor licor), se llaman “Burn Bags” (Bolsas para quemar) y se identifican con líneas rojas y blancas que solo los entendidos reconocen. Cada tanto se ven estas bolsitas en alguna fotografía que se escapa a la prensa, pero sin ser advertidas por el público. Gracias a esta práctica de casi perfecto hermetismo, los historiadores deben luchar cada día con el ruido de las teorías conspirativas que probablemente las mismas agencias secretas hacen circular (distracciones semejantes a la práctica de Eyewash reconocida por la misma CIA en 2016 contra sus propios empleados) y con las conspiraciones reales.

Las prácticas de Washington a través de sus agencias secretas como la CIA (asesinatos selectivos, manipulación de la opinión pública, inversión en la prensa, desestabilización de países y promoción de golpes de Estado) no se han detenido luego de las investigaciones de estos mismos crímenes en los años 70 por parte del Senado de Estados Unidos. Solo se han vuelto más cuidadosas y más secretas. Bastaría con considerar que el presupuesto anual de todas las agencias secretas financiadas por Washington suman aproximadamente 75 mil millones, lo cual equivale al PIB de decenas de países como Uruguay, Venezuela o Guatemala y cientos de veces más de lo que invirtieron en los últimos setenta años las mismas agencias que derrocaron gobiernos independentistas e instalaron decenas de dictaduras militares sólo en América latina.

Aunque todas estas agencias son organismos públicos, sus presupuestos son secretos hasta para los congresistas de Estados Unidos, con la probable excepción de los senadores que integran la Comisión Selecta del Senado sobre Inteligencia, presidida por el senador de Florida Marco Rubio. Este comité, creado por el senador Frank Church en 1976 para controlar el abuso de la CIA y otras agencias secretas, poco después fue colonizado por los conservadores que más que controlar protegían esas mismas prácticas secretas.

No por mera casualidad, en 2013 el senador Marco Rubio votó en contra de la desclasificación de documentos sobre las torturas de detenidos sin juicio en Guantánamo, la abrumadora mayoría inocentes sin derecho a compensaciones, según las mismas autoridades de Washington. En 2015, los senadores Marco Rubio y Ted Cruz (ambos hijos de cubanos inmigrados durante la dictadura de Fulgencio Batista, quienes luego pasaron como víctimas de la Revolución de 1959) apoyaron la práctica de la tortura en territorio cubano como método legítimo “para saber la verdad”. Sí, en Cuba se tortura y se violan los derechos humanos y la cárcel está en Guantánamo.

Las estimaciones realizadas por especialistas externos se basan en datos parciales, como la filtración de datos de la misma NSA ocurrida en 1996. Lo que sí es público es el presupuesto nacional dedicado a “defensa” aprobado cada año. En 2019 alcanzó la cifra récord de 1,25 billones de dólares (1.25 trillones, en inglés, equivalente al PIB de México o Australia) de los cuales el Pentágono se lleva la mitad. El resto es cambio invertido a discreción por un ejército inestimable de agentes secretos, funcionarios públicos, propagandistas y subcontratistas privados—aparte de un ejército más numeroso de colaboradores honorarios que cada día trabajan con fanático fervor sin recibir un solo dólar.

Como en el pasado, la avalancha de dólares es canalizada a través de diferentes fundaciones fachada, algunas culturales, otras con un declarado objetivo humanitario como la NED o la USAID, la cual, en su desesperada decisión de lavar su imagen luego de participar en golpes de Estado como en Venezuela, trabaja con organizaciones sociales con históricas y legítimas reivindicaciones, como pueden ser las organizaciones indígenas, muchas veces organizando protestas contra presidentes desobedientes, como en Bolivia o en Ecuador, hasta que los presidentes desobediente son removidos y los “pobres indios” son abandonados para que se hagan cargo de sus vidas, como debe ser. En los últimos años, el presupuesto anual de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) para América Latina ha ascendido a casi mil millones de dólares con otros dos mil millones canalizados y usados de forma secreta y a discreción por la CIA, seguramente no para apoyar a los artesanos de Cuzco.


 A finales de 1980 la CIA le había encargado al artista Jim Sanborn una escultura emblemática para sus oficinas centrales de Langley, Virginia, a una pedrada de la Casa Blanca. Luego de años de estudio y consultas con el ex jefe de criptografía de la CIA Edward Scheidt, la obra fue inaugurada el 3 de noviembre de 1990. La escultura, una muralla ondulante de cobre, se tituló Kryptos, porque está grabada con casi dos mil letras en un orden casi imposible de descifrar. Con un nombre que suena a tumba egipcia o isla griega, es vista por cientos de expertos en códigos que cada día entran al edificio. Aunque la apuesta era que en poco tiempo el mensaje oculto sería decodificado en poco tiempo, no ocurrió así. Incluso se creó una comisión que en su tiempo libre tuvo como tarea aclarar un acertijo que parece inventado por el Joker.

Luego de años, se pudo descifrar el primer mensaje de los cuatro que forman el enigma:

“Entre la penumbra y la oscuridad, yace la ilusión”

Una línea digna de un poema de Jorge Luis Borges, pero con un significado del todo trágico. No sólo el mensaje literario revela una profunda verdad de la manipulación de los pueblos, sino que la expresión plástica del conjunto recuerda (por lo menos a quien entreteje estos signos más modestos) los memoriales de las víctimas de los desaparecidos bajo las múltiples excusas de la inteligencia del poder y de la ignorancia de sus servidores." + (PE/Gracus)

Esta vez fue GameStop; antes, el vaciamiento del estadio donde hablaría Trump, la primavera árabe y las apariciones de Anonymous. Un “crowd de redditors” con reglas propias, sin líderes a la vista, con gran capacidad de autoorganización, fans de las fintech, de las redes sociales y de la lógica del meme se configura como marca de época. Verónica Robert y Leandro Godón analizan el caso que puso en vilo a Wall Street y argumentan por qué el impacto de este tipo de acciones a futuro serán inevitables y quizás irreversibles.

La foto de Keith Gill es extraña para un perfil del Wall Street Journal: un joven de pelo largo, sostenido por una gruesa vincha roja, con muñequeras en combinación. A pesar de estar en un escritorio con dos monitores, su mirada apunta hacia algún lugar más allá. Parece un personaje de Wes Anderson interpretado por Luke Wilson. Está sentado en un sillón gamer, rodeado de las herramientas del youtuber: micrófono, cámara y aro de iluminación. Al lado del teclado, una calculadora y un mazo de cartas Uno, juego famoso por su carta “Cambio de sentido”, a menudo usada en los memes para indicar un acto de justicia kármica. Gill, conocido como Roaring Kitty en YouTube y como DeepFuckingValue en el subforo de Reddit r/wallstreetbets, convirtió una inversión inicial de 50.000 dólares en acciones de GameStop en una pequeña fortuna que hoy ronda los 46 millones dólares.

Desde hace unos días estamos presenciando el último acto, todavía de final incierto, de un juego de la soga en torno a la acción de GameStop (GME). Por un lado, una multitud de inversores amateur que impulsan la suba; del otro, los hegde funds (fondos de inversión) que apostaron contra la compañía y ahora deben cubrir esas apuestas. Los primeros van ganando: el precio de la acción subió 1.900% en lo que va del año, y produjo pérdidas de unos 20.000 millones de dólares (y contando) a los fondos.

Un breve resumen, que inevitablemente deja de lado algunos detalles interesantes, sería:

1. GameStop es una cadena de tiendas de videojuegos con más de 5000 locales. Su modelo de negocios es anticuado ante el avance de la distribución digital y fue duramente golpeado por la pandemia.

2. Una maniobra habitual frente a empresas que cotizan en bolsa y se perciben camino a la quiebra es apostar a que el precio de la acción continuará cayendo. Esto es lo que se conoce como short positions. Consiste básicamente en “alquilar” acciones de la compañía y venderlas inmediatamente, para recomprarlas y devolverlas después de cierto plazo. Si en ese plazo el precio bajó, el fondo embolsa la diferencia; si subió, debe asumir la pérdida. Al contrario de las más tradicionales apuestas al alza, en las apuestas a la baja esta pérdida puede ser muy superior a la inversión. En el caso particular de GameStop, las apuestas a la baja eran muy fuertes, la short positions alcanzaban al 140% de las acciones en el mercado, es decir, cada acción estaba alquilada más de una vez con el objetivo de multiplicar las ganancias.

3. Un short squeeze es un evento donde el precio de la acción sube, los fondos con posiciones cortas deben recomprarlas, pero no hay suficientes acciones para comprar en el mercado. Entonces un círculo vicioso dispara el precio de la acción a niveles estratosféricos para cubrirse paradójicamente de las apuestas a la baja. Esto pasó, por ejemplo, con las acciones de Volkswagen en 2008.

4. La situación particular de GameStop comenzó a viralizarse en r/wallstreetbets y miles de pequeños inversores apostaron a GME para tratar de desencadenar el short squeeze. La mayoría de estas inversiones fueron realizadas a través de nuevas plataformas fintech (tecnología financiera) para el comercio minorista de títulos, acciones y criptomonedas, como Robinhood o Webull.

5. La subida de GME entró en una espiral que llegó a 440 dólares, un precio que (y en esto están de acuerdo todos los actores) ya no tiene ninguna relación con la empresa en sí sino con el combate entre estos enemigos asimétricos.

6. En medio del rally alcista aparecieron maniobras de diferente tipo para evitarlo como las restricciones de traders minoristas a la compra de acciones de GameStop y de otras empresas sobre las que habría dinámica similares (como AMC) justificadas en los crecientes costos de transacción en un contexto de elevada incertidumbre, pero consistentes con contener la suba de precio motorizada por el segmento minorista. Esto ha dado lugar a pedidos de investigación contra manipulación de mercado encabezada por la legisladora demócrata Alexandria Ocasio-Cortez y una acción colectiva contra las plataformas.

Las narrativas sobre los hechos pueden ordenarse en un eje con dos polos: por un lado, la épica de Main Street, de los ciudadanos que por primera vez les ganan en su propio juego a los financistas profesionales. En el otro extremo, el establishment de Wall Street que describe con terror al “aluvión zoológico” de trolls con capacidad de desestabilizar el mercado financiero.

El punto en común de ambas visiones es la novedad potente en el modo de accionar de los redditors: la idea de una masa autoorganizada que, sin líderes evidentes, es capaz de coordinar una acción colectiva. Una novedad hoy en el mercado financiero, pero una realidad diaria desde hace años, desde pequeñas acciones como arruinar la asistencia a un acto de Trump hasta organizar movimientos tan diferentes como la Primavera Árabe, Anonymous o QAnon. 

La lógica del meme es fundamental para entender cómo se coordinó un ejército de miles de pequeños inversores. El caso GameStop se dio a partir de una rarísima alineación de planetas, que probablemente no se vuelva a repetir: la posición extremadamente expuesta de los fondos de inversión, la viralización de la obstinada confianza de un redditor, que la acción en cuestión sea la de una empresa cercana a los redditors. Estos elementos contribuyeron a dar forma a la noción del short squeeze, la promesa de un evento en que los autodenominados “autistas” de r/wallstreetbets pueden ganar dinero, salvar a GameStop y fundir un hedge fund, todo a la vez. 

En estos días de locura en r/wallstreetbets conviven una repetición incesante de la directiva de no vender las acciones de GME (en la jerga memificada del subreddit, tener “manos de diamante” para que el precio de la acción “llegue a la luna” y poder así obtener ganancias o “patitas de pollo”) con sesudos análisis de la situación, teorías conspirativas y posteos emocionales sobre las experiencias dolorosas del 2008 y acciones caritativas hechas con las ganancias.

Esta gesta épica no está, sin embargo, exenta de racionalidad. Por el contrario, las decisiones están fundadas en argumentaciones y valoraciones sobre los modelos de negocios reales de las empresas. Por ejemplo, en un video de julio del 2020, Gill argumentaba que las acciones de GME estaban excesivamente baratas, dado que la empresa tenía una buena situación financiera, un sector grande del mercado de retail de videojuegos y la potencialidad de pivotar hacia el e-commerce. También notaba que la abundancia de posiciones cortas hacía parecer posible un teórico short squeeze, pero que, más allá que esto sucediera, había buenas probabilidades de que la acción de GameStop subiera en los próximos meses por una mejora en el rendimiento de la empresa. Esta misma perspectiva parece haber sido la que impulsó a Ryan Cohen, que había hecho una fortuna al vender su start-up Chewy, a comprar el 12% de las acciones de Gamestop y a ocupar tres asientos en el board de la empresa. Es probable que el desembarco de Cohen, que corroboraba en los hechos el análisis optimista de Gill, haya sido el detonante del rally alcista.

En las condiciones correctas, la masa de pequeños inversores puede comportarse con la fuerza y fineza de los fondos más sofisticados de Wall Street.

Detrás de las interpretaciones sobre los hechos de la semana pasada se encolumnan nuevas demandas regulatorias. Resulta curioso ver a periodistas financieros del establishment y a directivos de fondos de inversión clamar por mayor regulación en el mercado minorista, cuando la cantinela habitual es que el Estado dé más lugar a las fuerzas del mercado. El relato de Wall Street es de pequeños inversores irracionales que deben ser protegidos de su propia estupidez. “Dumb money” les dicen, y reclaman medidas, para que como monos con navajas no se hagan daño a sí mismos. Burry, el financista que ganó millones apostando a corto en la crisis de 2008 (famoso por la película The Big Short), en un tweet señala la necesidad de implicancias regulatorias del caso, del que dice que “no es natural, que es una locura y que es peligroso” y le reclama a la SEC (Secuirities and Exchange Comision) regulaciones frente al nuevo fenómeno. Webull planeta la necesidad de controlar las conductas en manada, caracterizadas como gestos irracionales que conducen a la inestabilidad financiera. Por ejemplo, si en una corrida bancaria todos retiran sus depósitos en un mismo momento, el banco no podrá dar respuesta, pero las regulaciones atienden no solo a las conductas en manada sino especialmente a las condiciones que las generan.

Por otro lado, los redditors, parafraseando a Keynes, dicen “we can remain retarded longer than you can stay solvent” (podemos ser estúpidos más tiempo del que ustedes pueden ser solventes), que es una forma de decir: sabemos lo que hacemos. Como hemos tratado de mostrar en esta nota, la conducta de los Redditors no carece de racionalidad. Por el contrario, como dice J. Kregel, es una jugada sofisticada dentro de las reglas del mercado: aplicaron una toma de Jiu Jitsu a los fondos de inversión sacando provecho de la fuerza del oponente. Al mismo tiempo, asumir un acuerdo para manipular el mercado a través de una serie de memes es al menos heroico. Y por otro lado, no están basadas en un miedo irracional, como ahorristas que sacan sus depósitos, sino en una acción consciente de las que conocen tanto sus potenciales beneficios como sus riesgos inmanentes, que están dispuestos a asumir y cuya realización sólo los afecta individualmente.

Más allá de las narrativas subsiste la pregunta sobre qué regulaciones son necesarias para evitar fuentes de inestabilidad financiera de este tipo. Pedir regular al mercado minorista es como atacar las llamas en vez de la fuente del incendio. Aquí es donde se vuelve evidente que las condiciones para el short squeeze sufrido por los hedge funds fue generada por ellos mismos. La magnitud de las posiciones en corto es lo que marca la inconsistencia de precios bajos con una situación económico-financiera no tan mala. Esta señal es tomada por algunos (Gil y Cohen) y apropiada y amplificada por la comunidad. La amplificación puede parecer caótica o descontrolada, pero sin acciones desmedidas de actores institucionales no habría lugar para estas respuestas. Por lo tanto, las regulaciones deberían apuntar a transparentar las acciones de los hedge funds y evitar posiciones con potencia de generar fuertes inestabilidades, más que limitar a nuevos actores que entran al mercado.

En síntesis, toda esta saga documenta la llegada del crowd a Wall Street. Un crowd, una multitud que trae sus propias reglas, capacidades y escalas de valores y que viene de la mano de las fintech y de las redes sociales. Que trae consigo implicancias a futuro inevitables y que vuelve imprescindible una mayor regulación y transparencia de las instituciones financieras.

 http://revistaanfibia.com/ensayo/la-multitud-llega-wall-street/

A medida que pasan los días son mas y mas los datos que ponen en evidencia los poderes subterraneos que alimentan al neoliberalismo financiero como fuerza global y Guerra subjetiva para sostener las falacias e ilusiones de las elites del privilegio transnacional. Cada disputa de sentido político es para ellos una guerra en sentido semántico, ideológico, dialéctico, aunque en sus relatos intenten sus contrapuestos en posverdades, el fin de las ideologías y la anti-política que encubre una biopolítica violenta de un relato que se pretende único “sin dinero no hay nada”.

Revelaciones y declaraciones surgidas en los últimos días sacuden Brasil. La revelación más contundente, que apareció el miércoles, está a la venta en Amazon por poco más de tres dólares: el libro General Villas Boas: conversaciones con el comandante.

Ya la declaración que sorprendió vino un día antes, a través de Gilmar Mendes, uno de los veteranos integrantes del Supremo Tribunal Federal. Frente a las revelaciones sobre la manera con que el ex juez Sergio Moro actuó en el juicio que condenó el expresidente Lula da Silva a la cárcel, Mendes admitió sentirse “perturbado”. 

Dijo además que se pregunta cómo permitieron (en referencia a sus colegas de la corte suprema de justicia) que ocurriesen las manipulaciones y los absurdos ahora comprobados a través de grabaciones de intercambio de mensajes entre juez y fiscales. Mucho más que juez, Moro – quien luego sería ministro de Justicia del ultraderechista Jair Bolsonaro – actuó todo el tiempo como verdadero jefe de la acusación.

El objetivo único de las maniobras absolutamente ilegales era precisamente impedir que Lula fuese candidato en las elecciones de 2018.

A la omisión de la corte suprema frente a las manipulaciones ya bastante visibles en el juicio a Lula, se suma ahora otra revelación explosiva: Villas Boas, entonces comandante general del Ejército (bajo Dilma Rousseff), admite con una serenidad impactante que conspiró todo el tiempo, primero para alejar a su entonces jefa, y luego para impedir que un pedido de hábeas-corpus elevado por la defensa de Lula fuese aprobado por la corte suprema.

En el libro escrito por Celso de Castro, profesor de la prestigiosa Fundación Getulio Vargas, Villas-Boas revela algo aún más grave: el texto disparado vía Twitter que amenazó a los ministros de la corte suprema fue elaborado por todo el Alto Comando del Ejército, sin consultar a las demás fuerzas armadas – Marina y Aeronáutica –, y divulgado a tiempo de aparecer en el “Jornal Nacional”, noticiero de mayor audiencia en Brasil.

En otra de las entrevistas reunidas en el libro, Villas Boas admite haberse reunido muchas veces con el entonces vicepresidente Michel Temer, cuando la conspiración para desfechar el golpe institucional contra Dilma Rousseff estaba en plena marcha.

El argumento para justificar su omisión frente al golpe que se armaba gira alrededor de dos puntos: lo que él clasifica como “desastre económico” del gobierno, y la instauración de la Comisión de la Verdad que investigó crímenes cometidos por militares y agentes públicos a lo largo de la dictadura que duró 21 años, de 1964 a 1985.

Con relación a la política económica de Dilma, bastante criticable por cierto, no hay nada que justifique la participación de un general en la preparación de un golpe institucional.

Ya la referencia a la Comisión de la Verdad muestra la ambigüedad moral con que se mueven los militares brasileños.

En el twitter lanzado en vísperas de que la corte suprema analizase el pedido de hábeas corpus solicitado por la defensa de Lula, está dicho con todas las letras que el Ejército brasileño “juzga compartir la ansia de todos los ciudadanos de bien de repudio a la impunidad”.

Ironías de la vida: hace años la misma corte suprema, con otros integrantes, aseguró a todos los militares y agentes públicos de seguridad que cometieron crímenes de lesa humanidad exactamente la impunidad, con base a una ley de amnistía negociada al cerrarse las luces de la dictadura.

Hay muchas otras revelaciones lanzadas por el general retirado Villas Boas en el libro, relacionadas inclusive sobre cómo el Ejército en particular, pero con respaldo de la Fuerza Aérea y la Marina, optó por tragarse la candidatura de Jair Bolsonaro y luego integrar su gobierno.

Por más que las revelaciones y declaraciones no tengan mayor repercusión frente a la tragedia sanitaria padecida por los brasileños, quedan claras dos cosas.

La primera: la corte suprema actúa de manera omisa y luego el más contundente de sus integrantes se pregunta cómo permitieron que ocurriese lo que efectivamente permitieron.

La segunda: considerar que luego de la redemocratización los militares volvieron a los cuarteles determinados a cumplir su función constitucional ha sido, en el mejor de los casos, pura ingenuidad.

Siguen igualitos a lo que siempre han sido.

https://www.pagina12.com.ar/323197-el-exjefe-del-ejercito-brasileno-revelo-que-la-cupula-castre

En Ecuador, rumores de Fraude …

Pasados cinco días desde la elección presidencial y legislativa en Ecuador, el Consejo Nacional Electoral (CNE) aún no ha finalizado el conteo del 100% de las actas. Sin embargo, con 99.88% de las actas escrutadas y 98.81% computadas, se ha confirmado que Guillermo Lasso ingresará a segunda vuelta con 19.79% de los votos, y Yaku Pérez, con 19.46%, quedará en el tercer puesto.

Pérez, en el marco de la demora en el anuncio oficial del CNE, ha denunciado la existencia de un fraude y comenzado una serie de acciones. “El día de ayer se consumó el fraude que vino preparándose desde hacía algunas semanas antes (…) tal vez ya tenemos el Nostradamus contemporáneo, el expresidente Correa, él anticipó hasta con cifras casi precisas cuánto va a llegar a tener Lasso, cuánto nosotros y cuánto el señor Arauz”, afirmó el candidato de Pachakutik en las afueras del CNE, en Quito.

Según Pérez, existiría una alianza entre Correa, Lasso y Jaime Nebot, dirigente del Partido Social Cristiano (PSC) aliado a CREO en la candidatura de Lasso. “El señor Lasso solamente por un ego que quiere pasar a la segunda vuelta, sabe que no va a ganar al señor Arauz, le está haciendo el juego al correismo, Correa astutamente le hace caer en la trampa a Lasso y a Nebot”, señaló ante un grupo de seguidores que instaló una vigilia frente al poder electoral.

Así, según afirmó Pérez, no solamente debería ingresar a primera vuelta, sino que habría ganado en lugar de Andrés Arauz, ya que le habrían robado “diez puntos” en “un fraude descarado”. Pérez ya había realizado esa misma afirmación el día lunes, cuando instaló la denuncia acerca del robo de las elecciones, algo que, hasta el momento, no fue acompañado por pruebas.

El partido Pachakutik, ante esta situación, anunció que pedirá al CNE el recuento “voto a voto” en las provincias de Pichinchas, Guayas, Manabí, Los Ríos, Esmeraldas, El Oro y Bolívar, “donde se metió la mano”, llevará una denuncia penal en Guayas por delito de fraude electoral, acudirá a la Contraloría General de la Nación para pedir que se haga una auditoría, y presentará la denuncia ante el secretario de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, en la Corte Interamericana de Derechos Humanos y en Naciones Unidas.

Sin embargo, al tiempo que Pérez acusó a Lasso de complicidad con Correa, retomó la propuesta hecha el miércoles por Xavier Hervas, de Izquierda Democrática (ID) -quien llegó en cuarto lugar con 15.74% de los votos- de conformar un frente entre las cuatro fuerzas políticas, Pachakutik, ID, CREO-PSC, para enfrentar a la revolución ciudadana. Así, Pérez afirmó que, una vez realizado el recuento, “quien resulta ganador, dialogamos y hacemos un frente contra la corrupción”, es decir contra el correísmo.

Si bien aún resulta incierto cómo evolucionará el pedido de recuento de voto ante el CNE, las demás acciones legales y, tal vez, un proceso de protestas, a medida que avanzan los días ha tomado cada vez más forma la posibilidad de que se conforme una alianza de cara al ballottage. Una posibilidad no solamente presente en los discursos, como la tensión de Pérez entre acusar a Lasso de fraude e invitarlo a realizar un frente común, sino también en el intento de conformación de una alianza entre Pachakutik y CREO-PSC en la Asamblea Nacional para lograr la presidencia del legislativo.

El desarrollo del escenario ha dejado en evidencia el punto central que comparten la mayor parte de las fuerzas políticas del Ecuador: impedir el regreso de la revolución ciudadana al gobierno. Se trata de un objetivo compartido, a su vez, por el gobierno estadounidense, involucrado en los entretelones, como quedó evidenciado con la visita del presidente Lenín Moreno a Washington días antes de las elecciones, donde llevó adelante reuniones con funcionarios centrales de la administración y de ambos partidos de cara a América Latina.

Esta confluencia de factores de poder nacionales e internacionales en torno al momento electoral no sería nueva, sino la continuidad de una serie de acciones emprendidas durante los últimos cuatro años contra el correismo desde el gobierno, el poder judicial, electoral, mediático, que se tradujeron en persecuciones, encarcelamientos, inhabilitaciones y exilios. Pérez, quien ahora denuncia un fraude, podría, dentro de algunos días o semanas, ser parte de la alianza electoral anti-correísta con proyección gubernamental. ¿La base social que votó por él apoyará a Lasso? Es una de las varias preguntas que se encuentran sobre la mesa.

https://www.pagina12.com.ar/323269-ecuador-entre-la-disputa-por-el-ballottage-y-el-pacto-politi

En la América Nuestra se sigue luchando y resistiendo. El poder neoliberal lejos de amainar sus ferocidades y atrocidades, arrecía con toda la fuerza y el poder de sus temores, sabiendo que la conciencia está próxima y sus perversiones caerán por el propio peso de una realidad que duele, excluye y cada ves les cuesta mas esconder y relatar con engaños.

Lo que antes hacían con guerras mas o menos directas, hoy lo hacen con el poder del dinero y de las operaciones de inteligencia que coptan actores de la justicia, los medios y la política para instalar relatos que destruyan la esperanza en las transformaciones posibles y engañen a las ciudadanías para que voten a sus lacayos en lugar de quienes, con mayores o menores capacidades intentan gobiernos mas justos y mas “nacionales y populares”.

En estos día de la peste, nadie se salva solo y la política es precisamente el asunto que nos convoca a todes …


Daniel Roberto Távora Mac Cormack

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