ENTRE PODERES Y VERDADES ...

"La verdad es totalmente interior. No hay que buscarla fuera de nosotros ni querer realizarla luchando con violencia con enemigos exteriores."(Mahatma Gandhi)

  ¿Qué es lo que importa cuando hay un escándalo?

Para la mayoría de nosotros, todo empezó cuando Horacio Verbitsky dijera ante El Destape Radio: "(Para saber cómo hacer para vacunarme) Llamé a mi viejo amigo Gines González García, a quien conozco desde mucho antes de que fuera ministro, y me dijo que tenía que ir al Hospital Posadas. Cuando estaba por ir, recibí un mensaje de su secretario, que me dijo que iba a venir un equipo de vacunadores del Posadas al Ministerio y que fuera al Ministerio a darme la vacuna". Digo “para la mayoría”

que la irregularidad en la distribución de vacunas iba a ser denunciada por otro medio al día siguiente. Una bomba con la cuenta regresiva en marcha.

Los análisis no se hicieron esperar y se dividieron básicamente en dos líneas: la política y la moral. Algunos eligieron analizar los hechos pensando qué significa en términos de estrategia y poder; otros, en términos de humanidad. En ambos casos, lo que proliferó fue el repudio.

Casi una semana después, con algo de tiempo para pensar y contando con que ya otros aportaron estas reflexiones, me pregunto qué potencia transformadora tiene la indignación. ¿Qué pasa cuando, ante un acontecimiento que expone tramas de corrupción y desigualdad, los comunicadores privilegiamos la generación de este tipo de reacciones?

A propósito de un escándalo político en Inglaterra, Mark Fisher, escritor, crítico musical, editor y mi novio imaginario, sostuvo: “La indignación depende no del contenido sino de la pura circulación de mensajes. Incluso cuando se vilipendian titulares, ese vilipendio no hace más que transformarse en jugo libidinal, habrá más mensajes, más posteos, más tuits y los leeremos incluso si no ‘queremos’ hacerlo (...). En tercer lugar, la indignación refleja una falta de comprensión política fundamental (...). Ese tipo de indignación, como Wendy Brown señala en su fundamental ensayo Moralism as Anti-Politics, ‘implícitamente actúa como si el Estado (y otras instituciones establecidas) no tuviera una investidura política y económica específica, como si no fuera la codificación de diversos poderes sociales dominantes, sino más bien un padre momentáneamente equivocado que olvidó su promesa de tratar a todos sus hijos del mismo modo’”.

Mi pregunta inicial, entonces, deriva en distinguir si lo importante es quién hizo qué y si está bien o mal, o en si lo importante es que basamos nuestra organización social en estructuras a las que les son intrínsecas cosas que ya definimos que están mal. En este caso, ¿la revelación sería que Ginés actuó de forma deshonesta o que el funcionamiento de las instituciones exige que haya personas con el poder suficiente como para decidir vacunar a sus amigos en una pandemia?

Para el primer caso, la indignación funciona, el ministro cambia y esperamos que la próxima persona que ocupe el cargo ejerza el poder de una forma distinta. Para el segundo, la indignación ya no sirve, ya que nos vemos en la obligación de hacernos preguntas tan complejas como de qué forma centralizaríamos la distribución de bienes sin que eso implique decisiones de último orden tomadas por unas pocas personas. 

La respuesta, como siempre, es que no sé. Pero no es un no sé indignado, un no sé impotente, es un no sé activo, un no sé que no busca saber, sino construir más allá de la resignación. Es un no sé porque no soy capaz de saberlo, porque yo acá sentada no podría elaborar esa respuesta. Un no sé que es una propuesta de explorar más allá de lo que sabemos, porque lo que conocemos no alcanza. Y por ahora, lo que tengo para ofrecer es información, a ver si sabiendo algunas cosas pertinentes se nos ocurre, aunque sea, qué tendríamos que hacer para llegar a saber las necesarias.

Pronta entrega por favor

Mientras algunos gozan de los privilegios de sus contactos y padecen el escarnio del escándalo, la mayoría espera que llegue el turno para vacunarse. Mientras tanto, alguna info:

1- DATOS. El gobierno nacional implementó un Monitor Público de Vacunación donde se puede ver la cantidad de vacunas aplicadas por provincia y las dosis distribuidas.

SINOPHARM. La semana pasada el Gobierno había cerrado un acuerdo con la empresa china Sinopharm por un millón de dosis pero que aún no se había aprobado su uso. Bueno, ya se aprobó. Los resultados de las fases I y II fueron publicados en la revista The Lancet y demostraron seguridad y eficacia. Además, parte de los ensayos de Fase III se realizaron en nuestro país con la participación de 3.000 voluntarios.

ASTRAZENECA. Nuevos ensayos mostraron que la vacuna tiene mayor efectividad si la segunda dosis se aplica tres meses después de la primera (y no seis semanas, como se sugería hacerlo). Si es mejor usar las que se tengan para darle una dosis a cuánta gente sea posible o si había que centrarse en garantizar el esquema completo de vacunación, bueno, al parecer, en el caso de la de AstraZeneca la disyuntiva no es tal: el esquema completo funciona mejor cuando se distancian las dosis.

PFIZER. Según datos presentados a la Administración de Drogas y Alimentos estadounidense, la vacuna puede ser conservada a temperaturas normales de congelación médica (entre -15 y -25°C) durante un máximo de dos semanas. Esto modifica las indicaciones anteriores, que requerían almacenamiento a temperaturas ultrabajas (entre -60 y -80 °C).  Esto, sobre todo, facilita la logística, ya que muchas zonas no cuentan con la infraestructura necesaria para mantener la cadena de ultrafrío.

COVIVAC. Es el nombre de la tercera vacuna contra el coronavirus registrada por la Federación Rusa. El desarrollo, que planea finalizar la segunda fase de ensayos clínicos por estas fechas y luego realizar una prueba en 3.000 voluntarios, se diferencia de las otras dos (Sputnik V y EpiVacCorona) en que la segunda dosis se daría a las dos semanas de la primera en lugar de a las tres.

 
F.D.A. Son las siglas de la Food and Drug Administration (Administración de Drogas y Alimentos), la institución estadounidense equivalente a la ANMAT. ¿Por qué te lo digo? Porque recientemente anunciaron que si los fabricantes de vacunas adaptan los fármacos a las nuevas variantes del virus, estas nuevas adaptaciones no deberán pasar por todo el proceso de ensayos clínicos nuevamente. “Una vacuna Covid-19 actualizada puede omitir el proceso de un ensayo clínico aleatorio de meses de duración que la compararía con un placebo, según la agencia. Sin embargo, la vacuna modificada tendrá que someterse a algunas pruebas. En los ensayos propuestos por la F.D.A., los investigadores extraerán sangre de un grupo relativamente pequeño de voluntarios a los que se les haya administrado la vacuna adaptada. A continuación, los científicos observarán qué porcentaje de las muestras de los voluntarios produce una respuesta inmunitaria a las variantes en el laboratorio y cuál es la magnitud de dicha respuesta. Las vacunas se considerarán aceptables si producen una respuesta inmunitaria relativamente cercana a la provocada por las vacunas originales”.

ISRAEL. Llegan nuevos datos del país con mayor porcentaje de población vacunada. ¿Qué se dice? Que comparando los datos de los tests realizados entre personas vacunadas y personas sin vacunar, las personas vacunadas reportaron un 89% menos de infecciones confirmadas. ¿Qué se critica? Que la gente vacunada se testea menos y entonces puede haber casos no reportados, especialmente si son asintomáticos y que los datos todavía no fueron publicados en una revista con revisión de pares. ¿Y entonces? La discusión no es si los datos son falsos o engañosos en términos morales, ya que la información se elabora con lo que hay disponible en el momento, sino que para poder saber qué porcentaje de la población es necesario vacunar para alcanzar la inmunidad generalizada y planificar estratégicamente la distribución de vacunas es necesario saber cuánto más baja que el estimado del 89% es la reducción en la transmisión.

La distancia va perdiendo su espesor

Mientras la pandemia sigue sucediendo y las vacunas no terminan de suceder, las medidas preventivas suceden aún menos. Sin escándalo de por medio, como quien no quiere la cosa, las escenas de una vida cotidiana anterior al coronavirus se repiten cada vez más. ¿Será porque la vacunación nos hace sentir que ya está por terminar? ¿Será el cansancio? ¿Será que no me amas?

Sea lo que sea, la pandemia no terminó y el virus no se hizo menos contagioso (más bien al revés), así que van algunas novedades sobre cuidados:

1- COMIDA. Para no terminar de aniquilar energías ya bastante gastadas, es central que no ocupemos tiempo en cuidados innecesarios. Y parece que sanitizar los alimentos aplica a esta definición. La F.D.A (sí, otra vez) anunció que, acorde con la información disponible, el contagio de SARS-CoV-2 a través de alimentos o sus envoltorios es muy poco probable. “Considerando los más de 100 millones de casos de COVID-19 acaecidos hasta el momento, no hemos visto pruebas epidemiológicas de que los alimentos o los envases de alimentos sean una fuente de transmisión del SARS-CoV-2 a los seres humanos. Además, la transmisión no se ha atribuido a productos o envases alimentarios a través de los sistemas de vigilancia nacionales e internacionales. Las operaciones de las empresas alimentarias siguen produciendo un suministro constante de alimentos seguros siguiendo las buenas prácticas de fabricación y los controles preventivos actuales, centrándose en las buenas prácticas de higiene y manteniendo la seguridad de los trabajadores”.

Y ya que hablamos de envoltorios de comida, un estudio sobre la Ley de Etiquetado de Alimentos chilena que analizó el mercado laboral en el sector luego de implementar el sistema de sellos que advierte sobre la composición de algunos productos ultraprocesados (esos rótulos negros que dicen “alto en sodio” y cosas así). ¿Qué dice? Que quienes afirmaban que esta medida bajaría las ventas de esos productos y consecuentemente afectaría el trabajo del sector estaban equivocados. No se observa disminución en la cantidad de puestos de trabajo ni en los sueldos.

DIÓXIDO DE CARBONO. La Universidad Nacional de Hurlingham desarrolló un medidor de este gas que indica cuándo es necesario ventilar un ambiente. La idea es que se pueda usar en escuelas para ayudar a reducir el riesgo de contagio de COVID-19 en espacios cerrados.

El dispositivo es sencillo de usar y de bajo costo. Va un fragmento de la nota de Nadia Luna: “El funcionamiento y la fabricación del equipo son muy simples. El aparato cuenta con cinco componentes: un controlador, un display, el sensor de CO2, una alarma y una carcasa. Cuando el sensor detecta que se superó el umbral de 800 ppm, emite una alarma para indicar que es necesario mejorar la ventilación, ya sea aumentando la apertura de puertas y ventanas o evacuando el ambiente momentáneamente para renovar el oxígeno.

Una estimación posible es que si no se superan las 800 ppm de CO2 en un ambiente, tenés menos de un 1% de probabilidad de contagiarte. De todos modos, esto también depende de otros factores, como la cantidad de transmisión comunitaria que hay en la zona y que se cumplan las otras medidas, como el uso de tapabocas y el distanciamiento social. Esta es una herramienta que se suma a las otras’, explica Aliaga.

Para dar una idea del bajo costo que implican estos equipos, el investigador lo compara con los filtros de aire adquiridos recientemente por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para colocar en las escuelas. ‘Los medidores de CO2 comerciales cuestan entre 50 y 200 dólares. El filtro que compraron en CABA sale 1500 dólares. Y si se compran las partes y se fabrican los equipos acá, los costos bajan más, ya que el sensor solo, por ejemplo, sale 15 dólares. Además, los filtros suelen usarse cuando no se puede ventilar, como en un quirófano. Pero no es la solución más adecuada para un aula’, apuntó”.

BARBIJOS. Va un popurrí sobre estos nuevos accesorios imprescindibles: 

  • Tips para mejorar el uso de las mascarillas KN95. ¿La clave? Sellarlos bien (ajustar la varilla de la nariz y comprobar que se infle y desinfle al respirar).

  • Esta guía de la OMS con recomendaciones. ¿La más importante? Usar barbijos de tres capas: una interna hidrófila (que no repele el agua) y otras dos hidrófobas (que la repelen). 

  • Esta nota que dice que en un estudio en el que participaron 138 personas, al 13% de los participantes les costó tanto reconocer caras con barbijos que casi que equiparaban los parámetros de la prosopagnosia, un trastorno que afecta a 1 de cada 50 personas, que no distinguen entre distintos rostros. Al hacer la misma prueba con imágenes de gente sin barbijo, el porcentaje se reducía al 3.5%.

Esas noches de calor llenas de ansiedad

Afortunados aquellos que del escándalo ven una oportunidad de mejora en vez de una evidencia de que las cosas siempre son peores de lo que pensamos. Para mis compatriotas de la segunda tendencia, dos cositas:

1- GRIPE AVIAR. Anna Popova, responsable de la agencia sanitaria rusa, declaró: "La información sobre el primer caso registrado en el mundo de transmisión de la gripe aviar (H5N8) al ser humano ya ha sido enviada a la Organización Mundial de la Salud". La funcionaria explicó que aunque el virus ya haya pasado la barrera entre especies (pasando de aves a humanos), actualmente no hay evidencia de transmisión de una persona a otra.

Lo que me shockeó fue la conclusión. Popova dijo que esta detección temprana da tiempo al mundo para prepararse creando tests y vacunas por si se empieza a transmitir entre humanos. Mi pregunta, un poco volviendo al principio es sí, ante el escándalo que supone esta matrioshka de pandemias... ¿Vamos a seguir pensando que necesitamos vacunas para cada virus o en algún momento vamos a discutir seriamente a las zoonosis como un efecto de la matriz productiva?

2- MOSQUITOS. Pero para qué pensar en pandemias futuras cuando tenemos las presentes, ¿no cierto? Bueno, este estudio sobre mosquitos transmisores de dengue, zika, chikungunya y fiebre amarilla muestra que son bastante resistentes a las temperaturas bajas. Los picos de mortalidad se dan después de, por lo menos, tres días de temperaturas por debajo de los 12°C. Esto es porque, si bien el frío no los llega a matar, que las temperaturas se mantengan bajas hace que no puedan reparar el daño que les causa y entonces se mueran. Respecto a larvas y pupas, algunas mueren inmediatamente, otras después de unos días y otras sobreviven. Como bien sabemos, en el invierno porteño cada vez hay menos olas de frío (y ni hablar de campañas preventivas), así que parece que las pandemias que ya nos acompañan aquí se quedarán.

Vuelvo a desear

Los escándalos son de mal gusto, eso seguro, pero también tienen una cosa adrenalínica, ¿no? Empecé a escribirte esta carta bastante desesperanzada al verme rodeada de tanta chabacanería.

(Cenital.com)

Como dice Lacan el deseo es deseo de reconocimiento. Allende las teorías conspirativas, Horacio Verbitsky se subió a su ego y desde allí se tiró y desató una de las crisis políticas más insólitas y previsibles. Creyó que iba a planear en ala delta junto a José Antonio Aranda, el señor 2 del grupo Clarín, en el VIP del club del que son socios. A todos los que se supo después que se saltearon la fila los mató el deseo de reconocimiento. ¿Qué es eso? Hablemos de eso.

En Argentina el concepto de VIP tiene un encantamiento cegador. Por dos cosas: pertenencia y comodidad. Por ejemplo, cuando el bien escaso eran las líneas telefónicas (década del 70 y 80), los documentos de identidad, o los pasaportes que tramitaba la Policía Federal, o inclusive los registros de conducir, había (y seguramente hay) ventanillas especiales para funcionarios – de hecho funcionaba para el personal legislativo en la propia Cámara – y familiares, tanto para acelerar los trámites, como para evitarse la incomodidad de esperar a la par del resto de los ciudadanos comunes. Tan es así que legalmente el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal muestra como una enorme virtud en su gestión evitar que los abogados y sus familias tengan que hacer cola en el Registro de la Propiedad Inmueble. Te enrostran que son VIP porque aprobaron 28 materias con 4.

Obtener ventajas de las relaciones personales y la corrupción viene desde los tiempos de la colonia. Estanislao del Campo escribía hacia 1860, unos breves versos denominados “A otro can con ese hueso”, donde se leía: “Que el Señor NN, actual empleado de puerto, ande en coche a descubierto, cuando solamente tiene un sueldito, que le viene, como una guinda a un cañón y asegure el muy bribón, que es honrado hasta el exceso, ¡A otro can con ese hueso!”.

De la misma forma puede encontrarse en la obra costumbrista de Payró, como “El Casamiento de Don Laucha”, referencias a la existencia de favores, de deferencias hacia quienes gobernaban y sus amigos, de sectores privilegiados. La célebre revista Caras y Caretas durante los primeros años del siglo XX retrató con acidez el uso de ventajas sociales y acomodos de las clases pudientes y usualmente vinculadas al poder.

Numerosos tangos durante las décadas del 30 al 50, como exponentes de la cultura popular, reflejan en muchas de esas letras esas relaciones desiguales, donde la ventaja era propia de sectores pudientes. Posiblemente “Cambalache” sea un sumario de esas cuestiones. Pero también puede verse filmografía de la época, donde la honestidad se asocia a la pobreza, mientras que los ricos y poderosos aprovechaban sus vínculos para obtener todo tipo de ventaja.

La cultura VIP tal como la conocemos ahora empezó a desarrollarse en la urbe a mediados de los 80 y tuvo su clímax, cómo no, en los 90, en el show dominical de Tato Bores, ese rara avis que siempre se relató a sí mismo como rebelde pero trabajó sin problemas durante todos los gobiernos militares. En los 90 Tato incorporó el personaje del Ventajero, en el rol que encarnaba Roberto Carnaghi siempre dispuesto a ofrecer favores VIP. El famoso argie muere por ser VIP. Es una marca de distinción. Una soga que se baja, un patovica que franquea la entrada. Pero con todas las taras que tenemos, ser VIP es antonimia de ser exclusivo. Discotecas enormes que hacían derecho de admisión en la puerta después se llenaban con 4 mil almas a las que un sudoroso maestro de ceremonias felicitaba por haber logrado entrar. Para festejar haber sido admitidos en el Olimpo VIP, las barras bravas de Platense y Chacarita descogotoban botellas de cerveza contra la barra y se atacaban buscando la primera sangre. Por eso, claro, hubo que armar VIP dentro de las discotecas VIP. El sistema es el mismo. Un security, una soga, le mostrás la cintita del color adecuado y atrás llegas a una barra y los sillones. El tema es que el llamado primal del VIP es tan fuerte que el recinto VIP empezó a llenarse hasta reventar. Ahí desaparecieron los sillones y, paradójicamente, el VIP se hinchó hasta tener más gente dentro que fuera de él. Así el layout se fue transformando en una serie de VIP unidos por espacio de paso para entrar a otro VIP. El delirium tremens fue cuando apareció el VIP VIP, que vendría a ser el VIP dentro del VIP. Ese fue el comienzo de la debacle porque al final eras muy VIP pero tenías tantos brazaletes de colores en la muñeca que parecías una versión LBGTPQ+ de la cintita recuerdo de Salvador de Bahía.

Claro está que esta preocupación literaria, cultural y urbana, también tuvo su equivalente en figuras vinculadas al Derecho. Es casi cita obligada mencionar que fue Mariano Moreno quién preocupado por las deferencias que se le propiciaron a Cornelio Saavedra y su mujer que reiteraban el trato monárquico, hizo sancionar la primera norma destinada a la igualdad de trato de los funcionarios.

Nótese que en el Decreto de Supresión de Honores del 08 de diciembre de 1810 se establece en su artículo 1° “Perfecta e idéntica igualdad entre el Presidente y demás vocales de la Junta, sin más diferencia que el orden numerado y gradual de los asientos”, el 4° que “Ni el Presidente, ni algún otro individuo de la Junta en particular revestirán carácter público, ni tendrán comitiva, escolta o aparato que los distinga de los demás ciudadanos”; pero novedosamente añade la imposibilidad de transmitir esa situación a familiares en su artículo 13: “Las esposas de los funcionarios públicos, políticos y militares, no disfrutarán los honores de armas ni demás prerrogativas de sus maridos; estas distinciones las concede el estado a los empleos, y no pueden comunicarse sino a los individuos que los ejercen” y respecto de prebendas o favores, el 14: “En las diversiones públicas de toros, ópera, comedia, etc., no tendrá la Junta palco, ni lugar determinado: los individuos de ella que quieran concurrir, comprarán lugar como cualquier ciudadano”.

Por su parte Carlos Nino en el regreso a la democracia y en su carácter de iusfilósofo detrás del Juicio a las Juntas y asesor de Raúl Alfonsín, escribe una obra que le valió reconocimiento internacional, que se titulaba: “Argentina: Un País al Margen de la Ley”. Allí con fino tino sociológico refiere la cultura argentina caracterizada por el desprecio en el cumplimiento de la ley. A punto tal que no duda en calificar a alguna de ella como anomia boba, porque tal como ocurre con las normas de tránsito, el desafío a la ley se produce aún cuando su cumplimiento esté previsto para salvaguardar a la propia persona y el resultado perjudica al propio incumplidor.

Agustín Gordillo por su parte, siendo uno de los profesores más relevantes de Derecho Administrativo desde la década del 60, escribe “La Administración Paralela”. En ella destaca los circuitos administrativos y de jerarquía informal, mucho más importantes para lograr el resultado esperado por el ciudadano, que los propios trámites que marca la ley a ser cumplidos. Nada por cierto que no reflejara para la misma época el popular programa “La Tuerca” y el interminable trámite para plantar un arbolito en la calle; o la expresión del actor Tincho Zabala devenido en funcionario que en el sketch “La mordida” pedía: “No me dejen afuera”.

En la primera década del  2000 aparece también una nueva obra jurídica, escrita por otro ilustre administrativista, Héctor Mairal, quién publica “Las causas legales de la corrupción”. Su análisis adquiere aquí otra profundidad, ya no es una reflexión sobre los circuitos paralelos; sino que identifica en las sucesivas y acumulativas regulaciones, la complejización de todo trámite que trasluce una sospecha del Estado sobre la buena fe del ciudadano y que posibilita a cada pequeño funcionario tener un gran poder. La hipótesis es que el ciudadano se va cagar en la ley y para ello hay que regular y complejizar todo de tal manera que, paradójicamente, sea imposible de cumplir. Ahí aparece la figura del Ventajero, que a fuerza de ser un funcionario gris y burocrático se transforma en Luis XIV y puede decir: “El Estado soy yo”. Venga, pase por caja 6 que le van a sellar el expediente.

Llegados a este punto, podemos pensar que realmente lo que no percibió en este caso la política, es que hasta una sociedad argentina reacciona airada y visiblemente cuando el bien afectado es la salud -en un dilema de vida o muerte- y más aún si ello pone en juego a los adultos mayores, nuestro consejo de sabios, nuestro sanedrin.

Nadie se atreva a tocar a mi vieja. Porque mi vieja es lo más grande que hay.

Tartu & Orlando Pulvirenti LA TARA DE LA ARGENTINA VIP

http://www.panamarevista.com/argentina-vip/

Si los demócratas tienen un problema, es con la clase trabajadora. Su apoyo de los votantes sin título universitario (en particular, los votantes blancos, pero no exclusivamente) ha ido disminuyendo en los últimos años .

El Partido Republicano, mientras tanto, encuentra su propia base más inclinada que nunca hacia la clase trabajadora blanca. Estos votantes siguen siendo devotos del ex presidente Donald Trump, pero no sienten mucha nostalgia por la versión pro-corporativa del Partido Republicano que lo precedió y a la que muchos líderes republicanos ahora desean poder regresar.

Muchos demócratas ahora están ansiosos por aprovechar la oportunidad, demostrando a los votantes que no se han convertido solo en el partido de las élites y los urbanitas.

Entonces, cuando los legisladores del flanco izquierdo del partido presionaron para que el salario mínimo de $ 15 sea una prioridad este año, los líderes demócratas se unieron, pensando que podría indicar el compromiso del partido con los trabajadores. El senador Chuck Schumer, el líder demócrata, le dio su firme apoyo, y el presidente Biden incluyó la propuesta en su propuesta de alivio de Covid-19 de $ 1,9 billones, junto con los controles de estímulo ahora estándar y la extensión del desempleo.

"Debería haber un salario mínimo nacional de $ 15 la hora", dijo Biden el mes pasado mientras se preparaba para ingresar a la Oficina Oval. "Nadie que trabaje 40 horas a la semana debería vivir por debajo del umbral de pobreza".

Las encuestas sugieren que un aumento a $ 15 la hora es popular: el 61% de los estadounidenses, en una encuesta de la Universidad de Quinnipiac publicada este mes, dijeron que lo apoyaban, incluido el 63% de los independientes y la mayoría de los votantes de todos los principales grupos de ingresos.

Pero el Partido Demócrata todavía no está totalmente unificado, y en un Senado dividido equitativamente, los demócratas necesitan una unidad total. Dos legisladores centristas, los senadores Joe Manchin de West Virginia y Kyrsten Sinema de Arizona, han indicado que no están dispuestos a apoyar un aumento a $ 15 la hora, por considerarlo demasiado elevado.

"Al final del día, todavía luchamos con el hecho de que nuestra votación número 50 representa un estado que fue a favor de Trump por algo así como 40 puntos", dijo Sean McElwee, fundador de Data for Progress, una firma de estrategia que asesora a los principales demócratas. en el Congreso, dijo de Manchin. 

Entonces, cuando el parlamentario del Senado dictaminó ayer que un aumento de $ 15 no pertenecía a un proyecto de ley aprobado por el proceso de reconciliación presupuestaria, una decisión que significa que requeriría al menos 60 votos para aprobarse y, por lo tanto, estaría muerta a su llegada al Senado. Se House informó que soltó un silencioso suspiro de alivio. El proyecto de ley de ayuda Covid-19 ahora está listo para avanzar sin un aumento general del salario mínimo. (Los demócratas están explorando otras soluciones parciales, incluidos incentivos fiscales para que las corporaciones aumenten sus propios salarios mínimos a $ 15).

Pero sin un aumento salarial general, dicen los observadores dentro y alrededor del Partido Demócrata, es probable que este problema no desaparezca. Sigue siendo una máxima prioridad tanto para los progresistas como para los líderes demócratas como Schumer y Biden, quienes se opusieron, al menos públicamente, al anuncio del parlamentario.

El salario mínimo es muy popular”, dijo McElwee. "Creo que si yo fuera Joe Biden, me gustaría poder postularme para la reelección por el hecho de que el trabajador promedio gana mucho más porque yo era presidente que antes".

McElwee señaló el hecho de que en varios estados indecisos, los referendos de las boletas de salario mínimo tienden a ser populares, mucho más, de hecho, que los candidatos demócratas en las mismas boletas. En el estado natal de Sinema, Arizona, en 2016, los votantes aumentaron el salario mínimo estatal a $ 12 la hora por una mayoría del 58 por ciento, incluso cuando el estado apoyó a Trump sobre Hillary Clinton. En 2020, Florida votó aún más rotundamente para aumentar su salario mínimo estatal a $ 15, con un 61 por ciento de apoyo.

Lo que vimos en Florida es que un salario mínimo de $ 15 es 10 puntos más popular que los elegidos demócratas”, dijo McElwee. "Es un caso de abrir y cerrar".

La inversión de los intereses comerciales de la derecha en demonizar el salario mínimo ha sido uno de los proyectos más consistentes de la derecha en la última generación”, dijo Rosenberg, refiriéndose a importantes donantes como Charles Koch. "Es una cuestión de piedra de toque".

La encuesta de Quinnipiac de este mes encontró que a pesar de su amplia popularidad, un salario mínimo de $ 15 seguía siendo profundamente impopular entre los republicanos, que se oponían a él en una proporción de 2 a 1. Los blancos sin títulos universitarios, la base de Trump, estaban divididos de manera más equitativa: 47 por ciento a favor, 51 por ciento en contra.

El estado de Manchin se está alejando políticamente de él; nunca había votado a los republicanos para presidente por un margen tan amplio como en 2016 y 2020. Por lo tanto, no puede permitirse ignorar los efectos que la campaña de mensajes contra el aumento de salarios ha tenido en los votantes republicanos centrales.

Giovanni Russonello “One Politics” The New York Times

Nuestra normalidad ya era una crisis”

Entrevista a Naomi Klein del periodista Justo Barranco (LA VANGUARDIA. Barcelona))  Gracus Edición 400 

Miles de millones en dinero público para investigar y desarrollar vacunas, pero pese a que el público ha pagado por ellas no las posee, están protegidas por propiedad intelectual. No tiene sentido“.

El mundo vive un gran incendio y no lo estamos apagando. En medio del fuego, señala la popular escritora y activista Naomi Klein (Montreal, 1970) en su nuevo libro, En llamas (publicado por Paidós), seguimos colgados frente a todo tipo de pantallas y haciéndonos selfies como si no viviéramos en medio de la sexta gran extinción y la emergencia climática no pudiera llevarse por delante nuestras vidas.

La autora canadiense de No logo y La doctrina del shock propone un Green New Deal, un cambio tan copernicano como el de Roosevelt tras la Gran Depresión pero verde e inclusivo para todos.

¿Quién ha sido el ganador del shock del coronavirus?
Los millonarios de las empresas tecnológicas. Llegaron a esta pandemia obscenamente ricos y se han aprovechado extraordinariamente. Jeff Bezos el que más, y Google ha realizado enormes avances en nuestras escuelas. Es la herencia del neoliberalismo. El Estado estaba tan débil antes de la crisis que la ha hecho peor y mortal, con hospitales y servicios sociales ya colapsados previamente y con la capacidad de producir vacunas dentro de nuestros países erosionada. Y por esa debilidad muchas tecnológicas han podido entrar en escena, una privatización por la puerta de atrás.

¿Silicon Valley es entonces el gran ganador?
Y las farmacéuticas. Han logrado un gran negocio, miles de millones en dinero público para investigar y desarrollar vacunas pero pese a que el público ha pagado por ellas no las posee, están protegidas por propiedad intelectual. No tiene sentido. La razón por la que hay patentes es por la inversión que las compañías hacen, pero no la hicieron ellos, sino nosotros. Es la misma lógica neoliberal que rechaza reclamar derechos públicos sobre lo que es esencial para mantener a la gente viva

¿Esta debilidad del Estado ha hecho que Occidente gestione peor la crisis que otros lugares?
Los peores brotes han tendido a estar en los sectores más desregulados, donde había muchos trabajadores precarios de los que se abusaba, fueran granjas o almacenes de Amazon. A lo que se han sumado hospitales públicos recortados en nombre de la eficiencia porque cada cama vacía era vista como un fracaso. Ha habido excepciones como Nueva Zelanda, que ha decidido desobedecer la lógica neoliberal y cuidar a la gente.
En EE.UU. no, y eso ha alimentado la reacción violenta, que tiene que ver con las compañías tecnológicas y la desinformación viral pero que alcanzó ese volumen porque la gente se sentía desechada y hay una comprensible sospecha sobre las grandes compañías y los billonarios. Todo esto creó esa sopa tóxica en la que en EE.UU. un número increíble de gente no cree que la Covid sea real sino una conspiración de Bill Gates, y cree en la conspiración QAnon y que las elecciones fueron robadas. Una total amputación de la realidad.

¿Qué opina de la idea de nueva normalidad?
Nuestra normalidad era ya una crisis. Por qué querríamos volver a eso. Da ánimos escuchar a Joe Biden hablar de no volver a la normalidad y usar esta crisis como un catalizador para transformar, da ánimos que hable de que no sólo hay una crisis de salud pública, sino también climática, de desigualdad económica y de injusticia racial.

El trabajo que hemos hecho en las pasadas décadas formulando cómo podría ser la economía del futuro era cómo resolver múltiples problemas a la vez. Reconocer que estamos en crisis superpuestas: debemos reducir las emisiones, luchar contra el racismo sistémico y cerrar la brecha de la desigualdad todo a la vez. ¿Por qué volver a la crisis de antes de la crisis?
Dice que el capitalismo no sirve contra la crisis climática, que hay que cambiar el sistema operativo. El cambio no lo van a traer el mercado o los billonarios.

Bill Gates saca un libro esta semana, nos va salvar.

Ni con buenas intenciones funcionará, el cambio de sistema es tan amenazante para los que se han beneficiado del sistema que intentarán cambiar sin cambiar, eso es lo que les lleva a ideas como la geoingeniería o la energía nuclear a gran escala. Con el capitalismo hay un choque entre la necesidad de un crecimiento económico sin fin y la crisis ecológica, de la que el clima es una parte.

 “Necesitamos una economía que empiece preguntando qué es necesario para tener una buena vida”

Nuestro agotamiento del mundo natural es la crisis central y necesitamos una economía mucho más considerada, que empiece preguntando qué es necesario para tener una buena vida, respetando los ciclos de regeneración del planeta. Cómo nos aseguramos de que todos tengan suficiente dentro de los límites del planeta y construimos desde ahí. Es una pregunta diferente a cómo generar crecimiento económico en el siguiente trimestre. No digo que no haya lugar para los mercados en esto, pero no lo pueden guiar.

¿Qué sería el Green New Deal? ¿Implica muchos sacrificios?
Los principios básicos de cualquier Green New Deal suponen seguir a la ciencia climática para que el calentamiento del planeta no supere 1,5 grados. Y que lo guíe la justicia: que la gente que hizo menos para crear esta crisis y están en primera línea de sus efectos sean los primeros en recibir apoyo a la transición, tanto dentro de los países ricos como en lo que los países ricos deben a los del Sur.
Otros principios son que los trabajadores de los sectores altos en carbono no sean dejados atrás. Y ver en qué áreas podemos permitirnos tener abundancia. No en el consumo derrochador pero sí en áreas donde hoy hay escasez: salud, cuidado del hogar, de niños, de mayores, un sector bajo en carbono.
Debemos poner la energía en la recuperación postcovid no en uno sino en miles de Green New Deals en cada sector, que los expertos de cada área diseñen el suyo. Ya hemos logrado una gran victoria: Biden, que no es un radical, suena ahora como un militante del movimiento Sunrise. Es la idea de que necesitamos una respuesta contra el cambio climático que tenga justicia social, cree trabajos, repare injusticias y no le diga a la gente que tiene que elegir entre alimentar a sus familias y preocuparse por el medioambiente.

Es optimista sobre Biden.

No, sobre nosotros. Él ha sido político toda la vida y ha durado porque sabía qué viento soplaba en cada momento, en el neoliberalismo iba con él. Ahora se reformula como el nuevo Roosevelt no por él sino por las fuerzas que le empujan. Si él puede cambiar, cualquiera puede.

Biden es neoliberal, si hoy va de Roosevelt es por las fuerzas que le empujan”

¿Trump sería presidente sin la pandemia?
Es un pensamiento terrible, pero probablemente sí. La suya ha sido una época de incansable vandalismo. La imagen de sus seguidores en el Capitolio saqueando visualizó de qué han ido los años de Trump: saquear a la luz del día el Estado. +(PE/Gracus)

https://ecupres.wordpress.com/2021/02/25/nuestra-normalidad-ya-era-una-crisis/

Stella Calloni. Indicios de una nueva etapa

Lautaro Fernández Elem: El presidente Alberto Fernández visitó México esta semana. ¿Cuál es la situación hoy de México?  ¿Cómo está el país tras dos años de la presidencia de Andrés Manuel López Obrador (AMLO)?

Stella Calloni: Hubo cambios muy fuertes con respecto a las administraciones anteriores. López Obrador llega a un país en el cual, en 2006, el entonces presidente Felipe Calderón firmó  un acuerdo para que Estados Unidos manejara prácticamente la llamada guerra contra el narcotráfico, que tuvo la decisión de mandar a las Fuerzas Armadas a esa guerra. Entre el 2006 y 2012, hubo de 130.000 asesinatos y unos 40.000 desaparecidos. La situación continuó con la presidencia de Enrique Peña Nieto. Allí, por ejemplo, se hablaba de “Los Zetas” como organización paramilitar asociada a los narcos, cuando en realidad era parte del paramilitarismo que acompaña a toda estas llamadas guerras contra el narcotráfico, como sucede en Colombia. Inclusive fueron adiestrados por el General Naranjo, que era el principal adiestrador paramilitar de Colombia. Esta situación que hereda, además, de un neoliberalismo rampante, hizo que México sufriera muchísimo, porque en el acuerdo que tiene con Estados Unidos y Canadá- que no se puede romper de un día para el otro- han perdido muchísimo, sobre todo el maíz, que para la cultura de México es algo muy profundo, mucho más allá de todo lo que significa de que empiecen a desarrollar maíz transgénico.

AMLO encontró un país muy vaciado, con muchísimos casos de gran corrupción que vienen desde hace mucho tiempo, situación que se acentuó en las últimas décadas. En los círculos económicos, López Obrador tiene enemigos por todas partes, lo que no pueden hasta ahora es sacarle el apoyo popular porque es el presidente que con más apoyo subió y con más apoyo popular sigue. Con la pandemia se encontró con otro problema. En México el trabajo informal alcanza a casi el 70% de la población, a lo que se suma otra situación que es que buena parte de las familias de los pueblos originarios mexicanos, familias enteras, viven de la venta de artesanias al inmenso turismo que tiene el país.  Por eso, no se pudo ni siquiera intentar una cuarentena, era casi imposible porque el 70% de trabajo es informal y además de esa informalidad, hay una cosa que tiene un sentido cultural muy profundo que es que las familias viven muy bien de sus artesanías y tenían sus grandes ferias. Así es que tuvo una cantidad de problemas muy distintos.

Y creo que, además, el cambio que ha habido en la política exterior también es muy importante. Esta formación del Grupo de Puebla, que de alguna manera, está enfrentando al llamado Grupo de Lima, que era el grupo creado por los Estados Unidos para acompañarlo en toda su forma de injerencia en nuestra región.

LFE: Algo que une y que hace empatizar a Alberto con López Obrador, ambos presidentes tomaron países que venían de un proceso neoliberal muy fuerte. Y cuando tenían que empezar a ponerlo de nuevo en marcha con producción y trabajo cae la pandemia y arrasa.

SC: Estamos en acuerdo en que el presidente de México hoy termine el acuerdo con los Estados Unidos que hizo sufrir mucho a los mexicanos, pero romperlo genera una situación muy difícil. Una cosa es tener una frontera común con un imperio que está en decadencia, pero que sigue con un proyecto de injerencia y recolonización de nuestra región que es lo último que tiene más a mano para apropiarse de grandes recursos. Lo vimos abiertamente en el golpe en Bolivia con la participación directa de la OEA. Ahora está pasando lo mismo en Ecuador. Es muy difícil para un país fronterizo con Estados Unidos, donde todavía las fuerzas militares (Ejército, Marina y Aeronáutica), no han podido volver a su cuarteles definitivamente porque en eso los metió Estados Unidos. El Pentágono empezó a vender armas a México y a manejar directamente a las Fuerzas Armadas y a algunos sectores de la Justicia. Son muchos los elementos, sumando ahora a la pandemia.  Ir dando algunas respuestas en nuestros países es un logro sobrenatural, todo lo que se logre en estas circunstancias es sobrenatural. Ahora estamos viendo que pese a que le han hecho todo lo posible, la popularidad de López Obrador no baja. El pueblo entiende donde está y que se han hecho muchas cosas favorables a la población.

Creo que el encuentro se da un momento bueno porque hay muchos acuerdos entre ambos países; segundo, porque están con el tema de la propia vacuna que los dos países están trabajando juntos y que en corto plazo ya va estar. Aquí se produce la vacuna, allá se envasa, distintos procesos, cada país tomó su lugar. Es un momento necesario para fortalecer los lazos y una política común en  una América Latina muy castigada.

MS: Mencionaste a Estados Unidos que atraviesa un cambio de gestión, con peso desde lo material y lo simbólico. Trump representaba un muro entre México y el Imperio. En el caso de Biden, él hablo de la legalización de una cantidad interesante de migrantes, osea que las señales con lo que tiene que ver la política internacional, sobre todo con México, estarían generando una apertura. Ahora, ¿es esperable un cambio estructural más serio? Hay una relación imperial que tiene Estados Unidos en el continente. Tenemos una nave de guerra navegando en la región sur.

SC: Lo que pasa es que tenemos ante un proyecto que busca recolonizar, es un proyecto que venía de los dos partidos de Estados Unidos. Y con este proyecto para México y Argentina, es indispensable que se detenga el proceso, no solo de injerencia, sino los bloqueos criminales, crímenes de lesa humanidad, que se están cometiendo a países como Cuba, Venezuela y Nicaragua. Nosotros tenemos aquí una situación creada de la que no se está hablando. Lamentablemente, se habían firmado una cantidad de acuerdos de seguridad y de relaciones con el Pentágono de Estados Unidos. Estas maniobras en el sur deberían haberse suspendido porque está absolutamente prohibido el tránsito de un submarino nuclear, esa maniobra conjunta con las fuerzas británicas que ocupan ilegalmente las Malvinas.

Vemos varias señales y algunas de esas señales parecen promisorias, pero nosotros tenemos que ir a una solución de fondo. Y la solución de fondo es el derecho a manejar nuestros países soberanamente, a tener soberanía y a recuperar la independencia, porque la dependencia a Estados Unidos es lo que nos impide dar cualquier paso adelante en esta circunstancia. Ningún país puede manejarse si no es independiente, ningún país puede pensar en un desarrollo propio. Fíjate que este hecho de la vacuna, que se hace aquí y que se envasa en México, tenía mucho que ver con todos los acuerdos que estaban surgiendo dentro del proyecto de integración que se había concretado con la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), que era la unidad de todos los países latinoamericanos y caribeños, que era el punto más alto que se había llegado y que se habían tomado entre otras cosas decisiones tales como que América Latina y el Caribe eran zonas de paz. Hoy eso no se está cumpliendo. Había relaciones de integración, por ejemplo, Venezuela en su momento mandaba petróleo por insumos rurales, esos intercambios nos daba mucha posibilidad de independencia y de unidad regional. Un país te daba algo que tenía, vos le dabas algo que tenías, ese intercambio nos fortalecía muchísimo. Esta lucha está por darse y por eso creo que son muy importante estas reuniones en estos momento. Aquí, también, se han dado pasos, se pudo negociar en momentos muy críticos. El tema de la deuda externa es un tema que fue clarísimo en los tiempos de la integración, saber que si todos nuestros países no trabajan en conjunto con la deuda externa, ninguno puede salvarse diciendo “yo no te pago”. Todos los que dicen lo contrario, son posiciones absolutamente irreales. Por eso la integración iba hacia eso, hacia la conformación de un Consejo Económico, de un Banco del Sur. Estos eran los temas con los que se podían terminar con esta relación, en los que se podía decidir cómo nosotros en conjunto  íbamos a responder a la deuda externa sin que vos decidieras no pagar y te bloquearan.

LFE: Hace poco tiempo, me tocó trabajar con gusto, en el libro que escribiste sobre el golpe en Bolivia, sobre el golpe a Evo, “Washington ordenó, OEA (Organización de Estados Americanos) ejecutó”, y hablando de la OEA, hay una noticia reciente y llamativa, también.

MS: Sí, y dice que María Eugenia Vidal fue elegida por Luis Almagro, uno de los protagonistas del golpe en Bolivia, en la OEA, para controlar las elecciones en el Salvador. Sabiendo la experiencia de Vidal con los aportantes truchos, si algo sabe, es fraude.

SC: Exactamente, una persona que está bajo la mirada de la Justicia local por haber tomado nombres de personas, hasta de indigentes, los llamados aportantes truchos. Bueno, eso demuestra quien es Almagro, un hombre que responde ciegamente a las disposiciones imperiales. Por ejemplo, la relación de Almagro en Bolivia es con los paramilitares históricos como son la familia Camacho y demás, ahí te das cuenta que también hay que empezar a tomar medidas contra la OEA. México ya ha hecho algunos planteos en este sentido.

LFE: De esta visita podría surgir algo, ¿no?

SC: Podrían surgir cosas relevantes, son países importantísimos, claves en América Latina, uno en el norte y otro en el sur. Incluso para la defensa nuestra en la zona Antártida, que están decididos a quitarnos esa región, como la violación que han hecho en estos últimos tiempos en el sur. Ya en este momento, debería haber una presentación urgente ante Naciones Unidas porque es ilegal, también todo el hecho de que estén las compañías británicas tratando de meterse en el sur, que eso haga ilegal el paso del submarino absolutamente y peligroso para nuestro país. Entonces, nosotros ahora también podemos averiguar el tema, empezar a exigir que nos informen cuáles son las maniobras que estuvieron pactadas en el tiempo de Macri, cuáles son los acuerdos de seguridad para defender a la Patagonia de los intereses tanto de Estados Unidos, como de Gran Bretaña, como de Israel, eso es importantísimo. Hay muchas deudas con el pueblo, pero una de las deudas es plantear la situación de intento de despojo que se está planteando ante nuestros ojos, como pueblo queremos saber de qué se trata. Creo que va ser muy sabio este encuentro.

 

LFE: Finalmente, sabemos que estás trabajando, también, con lo que sucede en Haití, que es muy importante.

SC: Quiero hacer una denuncia rápida. Están ocupando Panamá, se pone un centro regional naval en Panamá, más una cantidad de bases y ya se han instalado nuevas. De manera que, Panamá no va a tener una zona del canal, sino que todo el país va a quedar encerrada entre bases militares de Estados Unidos, está sucediendo en silencio.

Redacción Lucia Izaguirre

http://laseñalmedios.com.ar/2021/02/26/stella-calloni-indicios-de-una-nueva-etapa/

MIGUEL ANGEL BARRIOS en Educación / Dr. en Ciencia Política / La Señal Medios

Balance Estratégico. Lo interesante de lo ocurrido en la Conferencia es la quiebra que se está produciendo en el consenso estratégico occidental que estuvo vigente en la guerra fría y post guerra fría.

El Presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, enfatizó el viernes 19 de febrero en su primer gran discurso internacional desde que llegó a la Casa Blanca el retorno a la cooperación con Europa tras el giro aislacionista de la Administración de Donald Trump.

Estados Unidos ha vuelto”, proclamó en la Conferencia de Seguridad de Munich virtual que lo reunió con líderes europeos. Llamó también a enfrentarse a los riesgos que se ciernen sobre las democracias y a combatir los “abusos económicos y la coerción” de China.

El cambio de rumbo de la era de Biden respecto a la de Trump en política exterior puede resumirse en algunas frases; el paso del “América primero”, al “América ha vuelto”. “La alianza trasatlántica ha vuelto y no vamos a volver la pista atrás”, resaltó Biden ante el Presidente francés Macrón y la Canciller alemana Ángela Merkel. “Estados Unidos, insistió Biden está “totalmente comprometido con la OTAN”. De esta crisis estructural, que tiene como retos a la pandemia y la cuarta revolución industrial, los países se hallan en un “punto de inflexión”, entre quienes creen “que la autocracia es el mejor camino” para seguir adelante y quienes creen por el contrario piensan que “la democracia es la mejor manera de afrontar los desafíos”.(https://elpais.com/internacional/2021-02-19/joe-biden-en-su-primera-cumbre-internacional-estados-unidos-ha-vuelto.html).

China se encuentra en una posición central en los desafíos que Estados Unidos identifica y también apuntó hacia Moscú “Putin busca erosionar nuestra alianza trasatlántica porque para el Kremlim es mucho más fácil atacar y amenazar a los países de forma individual, que negociar con una alianza unida”.

Anunció una política de multilateralismo pero los enemigos de Estados Unidos siguen siendo China, Rusia e Irán.

Sobre Irán dijo que su país está dispuesto a “negociar el acuerdo nuclear de 2015, pero también significa responsabilidades”. El Presidente Biden habló también de la crisis climática y del regreso de su país al Acuerdo de Paris e hizo un llamamiento para que haya energía limpia.

La Conferencia de Seguridad de Munich (MSC) es una Conferencia anual sobre políticas de seguridad internacional que ha tenido lugar en la ciudad alemana de Munich desde 1963. Cada año reúne a unas 350 figuras de alto nivel de más de 70 países para participar en un intenso debate sobre los desafíos de la seguridad actual y futuro.

En este año por primera vez se desarrolló en una sola jornada y de forma virtual teniendo que sortear el reto de la pandemia. El objetivo de este año es unificar esfuerzos y compromisos en asuntos globales como el clima, la pandemia, y el terrorismo. Por supuesto que es una Conferencia que tiene una marcada tendencia occidental. “Este es un evento estadounidense y europeo” expresó Wolfgang Ischinger, directo de la MSC. (https://www.dw.com/es/as%C3%AD-se-celebra-la-conferencia-de-seguridad-de-m%C3%BAnich-en-plena-pandemia/a-56630121).

Lo interesante de lo ocurrido en la Conferencia es la quiebra que se está produciendo en el consenso estratégico occidental que estuvo vigente en la guerra fría y post guerra fría.

A diferencia de los propuesto por Biden, el Presidente francés Emmanuel Macrón, señaló que si bien apreciaba la lista de “desafíos comunes” Europa tiene “una agenda que es única”. En su discurso en la Conferencia el Presidente francés hizo hincapié en la “autonomía estratégica” de Europa y sugirió que el nuevo plan de la OTAN debería incluir “un diálogo con Rusia”. En una referencia a su concepto del ejército de la Unión Europea, Macrón comento que “Es hora de que Europa asuma mucho más la carga de nuestra protección”. (https://sputniknews.com/military/202011221081243098-historic-allies-not-vassals-debate-continues-on-contentious-issue-of-european-army-us-reliance/ ).

La canciller alemana, Ángela Merkel, sin hablar con el estilo directo del francés dejó en claro que “los intereses europeos y estadounidenses no siempre convergerán”. Alemania sigue siendo uno de los pocos Estados europeos que resiste la presión de Washington con respecto a sus programas que involucran tecnología 5G y el proyecto Nord Strem 2, (nombre con que se conoce un gasoducto que conectará Rusia con Alemania y Europa Central y del Este a través de 1.200 kilómetros por el mar Báltico).

(https://sputniknews.com/us/202102211082143247-msc-2021-us-of-today-no-longer-the-one-of-the-cavalry-is-coming-in-europes-eyes-analysts-say/).

El geopolítico Italiano Tiberio Graziani, director de Visión and Global (https://www.vision-gt.eu/tag/tiberio-graziani/), plantea que los líderes europeos comprendieron “la importancia de la especificidad de su propia identidad y función en la nueva construcción del nuevo sistema mundial”.

La Conferencia de Seguridad de Munich ha dejado una serie de interrogantes que como podemos ver pasa por la crisis de las relaciones trasatlánticas y la evolución que pueda tener en el sistema mundial, lo que nos obliga a los sudamericanos a estar atentos ante semejante tensión estratégica.

http://laseñalmedios.com.ar/2021/02/24/conferencia-de-seguridad-de-munich-estados-unidos-y-europa-con-agendas-diferentes/

La retórica reaccionaria

Por José Natanson

En su breve, totalmente actual y muy luminoso libro La retórica reaccionaria, que Capital Intelectual reeditará en marzo con nueva traducción de Teresita de Vedia y prólogo de Santiago Gerchunoff, Albert O. Hirschman identifica los tres argumentos típicos que las fuerzas reaccionarias vienen utilizando desde hace siglos para desacreditar, ridiculizar o atacar los impulsos de cambio progresista. En este libro que había permanecido injustamente olvidado, Hirschman no se enfoca en el fondo del pensamiento de derecha sino en la retórica de sus contragolpes, y llega a la conclusión de que recurren indefectiblemente a una de tres formas básicas. Lo deslumbrante del planteo es que denunciando el contorno –la tersa superficie discursiva– revela el carácter falaz de los argumentos.

Hirschman recurre a la célebre periodización de la ampliación de ciudadanía elaborada por Thomas Marshall. De acuerdo al sociólogo inglés, los derechos civiles fueron conquistados durante el siglo XVIII, los derechos políticos durante el siglo XIX y los derechos sociales durante el siglo XX, en un proceso de acumulación progresivo. Bajo la muy newtoniana idea de que a toda acción social le sigue una reacción equivalente pero en sentido contrario, Hirschman demuestra cómo las tres formas principales de retórica reaccionaria se verifican en cada uno de estos tres momentos.

La primera tesis reaccionaria es la de la perversidad: por más que los fines buscados con tal o cual reforma o nuevo derecho sean nobles, el resultado será exactamente el opuesto, de modo que una política bienintencionada genera a la larga un resultado perverso. El origen de este argumento y la eficacia que conserva hasta hoy se remontan a la Revolución Francesa, de los sueños de libertad, igualdad y fraternidad al terror del Comité de Salvación Pública y la posterior deriva bonapartista, y adquiere fuerza a partir del tratado germinal de Edmund Burke Reflexiones sobre la Revolución Francesa.

Corazón argumental del discurso contrarrevolucionario hasta nuestros días, la tesis de la perversidad se aplica a todas las revoluciones más o menos fallidas (la rusa, la cubana, la bolivariana), pero también a movimientos más graduales y reformistas: la ampliación del derecho al voto (segunda etapa de la ciudadanía de Marshall) fue resistida en su tiempo con la excusa de que llevaría a una tiranía de las masas que pondría en jaque las libertades civiles (como la conquista del sufragio universal masculino en Europa coincidió con los hallazgos de la medicina y la psicología acerca de las motivaciones no racionales del comportamiento humano y el inconsciente de Freud, los partidarios del voto censitario se preguntaban qué sentido tenía confiar el gobierno a la voluntad de individuos irracionales). La misma justificación utilizó Marco Avellaneda en los debates previos a la sanción de la Ley Sáenz Peña en Argentina, y los conservadores para defender el fraude patriótico durante la Década Infame.

La ciudadanía social –la construcción del Estado de Bienestar, la ampliación de los derechos sociales y cualquier intento de regulación de los mercados– también suele ser rechazada con arreglo a la tesis de la perversidad. Los precios máximos (o cuidados) no logran contener la inflación, sino que producen desinversión empresaria, lo que afecta la producción y redundan por lo tanto en… más inflación. En la Inglaterra victoriana, el rechazo de pensadores como Thomas Malthus a las Leyes de Pobres, primer intento sistemático por construir una red estatal de contención social, descansaba en la idea de que estimulaban la vagancia y por lo tanto generaban más pobreza, prehistórico antecedente de las canaletas del juego y la droga por las que se escurriría la Asignación Universal por Hijo, o de los embarazos de las jóvenes indolentes del Conurbano fomentados por la Asignación por Embarazo.

La segunda tesis reaccionaria es la de la futilidad, de acuerdo a la cual el intento de cambio progresista es fallido o ilusorio, cosmético en la medida en que no altera el fondo de la cuestión. El espíritu gatopardista (cambiar para que todo siga igual) de este postulado se resume en un chiste que Hirschman rescata del abundante repertorio comunista: ¿Cuál es la diferencia entre capitalismo y socialismo? Que en el capitalismo el hombre explota al hombre, mientras que en el socialismo ocurre al revés.

Pero, ¿alguien puede pensar realmente que capitalismo y socialismo son –incluso en última instancia– lo mismo? Al igual que la tesis de la perversidad, el origen de la tesis de la futilidad se remonta a la Revolución Francesa. Es, de hecho, la conclusión principal del enorme libro de Alexis de Tocqueville El Antiguo Régimen y la Revolución, en el que, después de una investigación de archivo y una reconstrucción estadística descomunal para las condiciones de la época, concluye que la Revolución Francesa… no fue para tanto (que los cambios que introdujo en verdad venían gestándose durante el Ancien Régime).

La tesis de la futilidad también fue utilizada en la discusión por los derechos políticos, bajo el supuesto de que el sufragio universal no alteraría realmente las estructuras de poder, y sociales, con la excusa de que no modifican la distribución del ingreso. La escuchamos en Argentina durante el kirchnerismo, al que sus críticos querían ver como una continuidad apenas maquillada del menemismo, y retumba en una frase sutil que circula en estos días: “Si la miramos cada diez días, Argentina es totalmente distinta; si la miramos cada diez años, es igual”. Pero ocurre como con el capitalismo y el comunismo: ¿alguien piensa realmente que Argentina es la misma cada diez años? Aunque la tesis de la futilidad parece más moderada que la de la perversidad, en verdad, dice Hirschman, es más insultante, dado que sostiene que todo esfuerzo transformador es inútil, y esconde, detrás de una ridiculización más o menos sofisticada del impulso de cambio, una celebración silenciosa del statu quo.

La tercera tesis reaccionaria es la del riesgo: la reforma progresista no es mala en sí misma (puede incluso ser excelente), pero desatará una serie de acontecimientos que la harán peligrosa, inútil o simplemente indeseable. Hirschman toma del filólogo Francis. M. Cornford tres variantes de este argumento: el “principio de cuña”, que postula que no hay que actuar de manera justa ahora para no generar expectativas futuras de que se seguirá actuando de la misma manera, expectativas que no se podrán satisfacer; el “principio del precedente peligroso”, que sostiene que no hay que hacer algo bueno ahora para evitar que en el futuro, en una situación diferente a la actual, haya que hacer lo mismo, y el “principio del momento inoportuno”, que reconoce que la idea es buena, pero que todavía no llegó su tiempo.

Es fácil encontrar ejemplos en la discusión política actual. La legalización del aborto, por citar un caso reciente, se demoró durante años bajo la sospecha de que, aunque sería muy positiva, la sociedad no estaba preparada para asumirla. Lo mismo puede decirse de la reforma impositiva, que no es que sea mala en sí misma, sino que pone en peligro la inversión. A veces, la tesis del riesgo apela al sofisma de que la transformación progresista que se discute pondrá en jaque una reforma anterior, así que mejor dejarla: el sufragio universal, se argumentó en su momento, podría amenazar las libertades civiles instaurando una tiranía de mayorías. Es, en cierto modo, el eje de la crítica a la intervención del Estado de Friedrich Hayek, que en Camino de servidumbre sostiene que la planificación económica estatal implica necesariamente la creación de un bien público que, al transformarse en un objetivo general de la sociedad, ahoga la libertad individual, es decir que el Estado de Bienestar amenaza los derechos civiles y la democracia. Más sofisticadamente, el informe de Samuel Huntington y la Comisión Trilateral de 1975 apuntaba al “exceso de demanda” tras décadas de ampliación de derechos como la causa de la creciente inestabilidad política. En un giro notable y muy sincero a su investigación original Hirschman reconoce que la retórica simplista, perentoria e intransigente no es patrimonio de la derecha, y que la izquierda recurre a menudo a las mismas tesis. Por ejemplo, quienes defienden el comunismo pueden rechazar una apertura política argumentando el riesgo de que ponga en jaque los avances igualitaristas, en impecable espejo con los conservadores que alertan sobre el peligro de que el Estado de Bienestar ahogue la democracia. El supuesto común a ambas posiciones es la incompatibilidad entre libertad y democracia, por un lado, y los derechos sociales, por otro..

Resulta interesante comprobar que la idea de las reformas contradictorias se aplica a otros ámbitos de la vida (el cine matará al libro, la tele al cine, el video a la tele, y así), y está ampliamente difundida en la cultura popular: el 1 de agosto de 1981, un videoclip de The Buggles, Video kill the radio star (“El video mató a la estrella de la radio”) fue, no casualmente, elegido para inaugurar la transmisión de una señal televisiva que haría historia: MTV. El hecho de que los directivos de MTV hayan optado por este video para lanzar su programación demuestra que la amenaza de que una creación nueva arruinará otra anterior no es una ley histórica inexorable sino muchas veces una intención: así como algunos sostienen que los derechos sociales ponen en riesgo las libertades, otros pueden argumentar que, al extender el bienestar a toda la población, ayudan a garantizar la paz social y por lo tanto fortalecen la democracia.

Economista nacido en Alemania, ex combatiente del fascismo en tres países, gran conocedor de América Latina y enorme teórico del desarrollo, Hirschman fue un heterodoxo inclasificable que no se privaba de poner en cuestión el trabajo de sus colegas. En La retórica reaccionaria llama la atención sobre la arrogancia de los cientistas sociales en la difusión de las tres tesis. En efecto, al advertir que el efecto de lo que pretenden los ingenuos progresistas es el opuesto al buscado (perversidad), que no va a producir resultado alguno (futilidad) o que involucra un peligro (riesgo), son ellos, dueños de las claves secretas para interpretar las consecuencias involuntarias de la acción social, los que saben de verdad lo que va a pasar. Como sostiene Hirschman, detrás de estos planteos se esconde una fe injustificada en la capacidad de previsión de las ciencias sociales. Yo creo que esto es particularmente cierto en los economistas.

Concluyamos con una mirada a la actualidad

Como en el pasado, las fuerzas reaccionarias recurren hoy a las tesis de Hirschman para intentar frenar los avances en materia de tolerancia, pluralidad, diversidad y multiculturalismo. Y en este sentido resulta interesante el modo en que las extremas derechas en ascenso tuercen la realidad hasta confundir las palabras con las cosas: el feminismo no busca la igualdad de las mujeres sino someter a los hombres, las minorías sexuales no pretenden libertad para vivir en paz sino que buscan imponer una “ideología de género” al resto de la sociedad, y los grupos étnicos relegados intentan consagrar un nuevo tipo de racismo invertido. En términos generales, la idea es que estas tendencias conducen a una homogenización tiránica y que la sacralización de la corrección política constituye una forma de autoritarismo que pone en peligro… la libertad y la democracia. El argumento repite la primera tesis de Hirschman: en la medida en que genera un nuevo tipo de dictadura cultural, el efecto de las reformas progresistas es el opuesto al buscado.

En realidad, y aun considerando los excesos de las políticas de la cancelación y las injusticias que van sembrando en el camino, el mundo está lejos de haber invertido los privilegios: ni las mujeres tienen más poder que los hombres, ni los negros que los blancos, ni los homosexuales que los heterosexuales. Faltan años de luchas igualitaristas para lograr sociedades más justas, y eso en el supuesto de que algún día se consiga. Por lo tanto, tres décadas después de su publicación original, la lectura de Hirschman es una forma de desmontar los argumentos de una derecha en ascenso, que ha aprendido a explotar las armas de las nuevas tecnologías y adopta un espíritu de rebeldía –un novedoso discurso anti-establishment– hasta hace poco reservado a la izquierda

José Natansón en Le Monde Diplomatique en español.

El autor de esta nota sostiene que la teoría de la hegemonía desarrollada por el posmarxismo tiene una enorme importancia para comprender las lógicas políticas de las sociedades contemporáneas, pero una lectura demasiado apresurada de los textos en los que fue desarrollada podría derivar en una cancelación de la categoría de lucha de clases, absolutamente necesaria para objetivar buena parte de las relaciones sociales que estructuran el tejido social del sistema capitalista.

Mariano Carreras Profesor de Literatura y actualmente cursa la licenciatura en letras en la Universidad de Buenos Aires.

Es sabido que el capitalismo posindustrial se caracteriza por una creciente heterogeneidad de identidades colectivas y demandas políticas. Frente a la tesis marxiana según la cual el sistema capitalista supone una contradicción principal entre dos clases sociales, una integrada por quienes tienen la propiedad privada de los medios de producción (la burguesía), y otra por quienes, desposeídos de esos medios de producción, se ven obligados a vender en el mercado laboral su fuerza de trabajo (el proletariado), se ha llegado a postular que, no solo la idea de lucha de clases, sino incluso la propia categoría de clase social, se ha convertido en una abstracción teórica poco útil para describir las formaciones sociales contemporáneas, cada vez más complejas y diferenciadas. El problema con este tipo de argumento es que, más allá de la importancia insoslayable de la proliferación de identidades colectivas y de sus lógicas de articulación, la apropiación en manos privadas de los medios de producción y del capital que se produce de manera colectiva constituye todavía hoy un fenómeno particularmente importante a la hora de pensar los modos en que las sociedades actuales se organizan y se estratifican.

La noción de heterogeneidad, tal como fue utilizada por Ernesto Laclau y Chantal Mouffe en Hegemonía y estrategia socialista, implica una indeterminación constitutiva del tejido social y la imposibilidad de fijar teóricamente sus puntos de ruptura política. En ese texto, los autores discuten desde la izquierda y a su vez con parte de una tradición de la izquierda que sostiene que, por el contrario, la lucha de clases funciona como un a priori de toda ruptura posible. Los fenómenos políticos de la modernidad, según Laclau-Mouffe, por lo menos desde las revoluciones burguesas en adelante, no se pueden entender si no a partir de esta premisa básica: las identidades sociales, sustancialmente heterogéneas, se pueden articular, a través de lógicas equivalenciales, en torno a cualquier tipo de demanda política. En otras palabras, las articulaciones hegemónicas se despliegan sobre superficies de inmanencia en las que la frontera del antagonismo político no está nunca preestablecida de antemano. Por supuesto, esto no cancela de ninguna manera que, en determinadas circunstancias, la frontera no se pueda establecer entre quienes detentan los medios de producción y quienes no pueden más que venderles a estos últimos su fuerza de trabajo.

Otro factor importante a tener en cuenta desde esta concepción de lo político entendido como articulación hegemónica es que el sentido de los fenómenos sociales se define siempre de manera discursiva. Mientras que la tesis de la lucha de clases se funda en una contradicción entre las fuerzas productivas y los modos de producción, y por tanto se le concede allí a lo económico el lugar de una determinación en última instancia del orden social, la concepción posmarxista de hegemonía supone en cambio que los antagonismos políticos dependen siempre de cómo los acontecimientos coyunturales sean objetivados por el discurso. En este punto, es necesario retener que se trata de dos concepciones políticas que hacen foco en cosas distintas: una en el plano económico, otra en el plano del discurso. Al respecto, se pueden decir por lo menos tres cosas. Por un lado, que ninguna reflexión sobre los modos en que un acontecimiento social pueda ser determinado por el discurso desmiente el hecho de que la contradicción entre las fuerzas productivas y los modos de producción genere acontecimientos sociales importantes dentro del sistema capitalista. Por otro lado, que la categoría de lucha clases es también una construcción discursiva, y que, en tanto que tal, puede en todo momento ser determinante sobre el sentido político que se le asigne a un acontecimiento social. Por último, que estas dos concepciones de lo político no son antagónicas: que hagan foco en cosas distintas no impide que eventualmente puedan usarse juntas.

Así, por ejemplo, el movimiento de mujeres, organizado simbólicamente como lucha contra todas las formas de opresión patriarcal, no ha dejado de insistir en el hecho de que esa opresión consiste muchas veces en distintas formas de sometimiento económico. No solo porque históricamente en el ámbito de la familia el hombre haya relegado a la mujer a desempeñarse en tareas domésticas, sino también porque en muchos sectores productivos las mujeres obtienen remuneraciones sustancialmente menores que los hombres. El feminismo es entonces una forma de agrupación colectiva fundada en un rasgo subjetivo que atraviesa todas las clases sociales: el género. En este sentido, constituye una articulación hegemónica que trasciende la categoría de clase. Y, aun así, es una agrupación colectiva que formula algunas de sus demandas en construcciones discursivas que objetivan la dimensión económica de la dominación que busca subvertir. Cabe preguntarse hasta qué punto no es esta una de las razones por las que el movimiento de mujeres se ha convertido en uno de los fenómenos políticos más relevantes (si no el más relevante) de los últimos años.

Claro que pensar la dominación económica en términos de diferencia de género tal como frecuentemente lo ha hecho el feminismo es algo muy distinto a pensarla en términos de antagonismo entre clases sociales. Pero esto no quiere decir que en las construcciones discursivas del movimiento de mujeres nunca se haya hablado de lucha de clases. Por el contrario, un caso interesante para pensar este punto es la pelea por la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo, cuyo correlato en el parlamento argentino ha significado recientemente, después de muchos años de militancia, una importantísima victoria política del movimiento feminista. Como es sabido, uno de los argumentos centrales para defender la legalización del aborto fue que las mujeres que pierden la vida por suspender un embarazo en condiciones sanitarias precarias, son aquellas que pertenecen a los estratos sociales más bajos y no cuentan con los recursos económicos suficientes para acceder a clínicas suficientemente equipadas. Sobre todo, la legalización del aborto es una demanda histórica por el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos, pero también por el derecho de las mujeres pobres a no morir en el intento.

Entender la categoría de lucha de clases como construcción discursiva es útil por varias razones. En primer lugar, permite quitarle de encima el lastre de a priori teórico, que arrastra de los usos que muchas veces se ha hecho de ella para dar cuenta de todo antagonismo posible. En segundo lugar, deja ver el hecho de que se trata precisamente de una categoría que compite con otras en la pelea por la asignación de sentido en cada una de las contingencias coyunturales en las que puede resultar pertinente; pero que también, tal como se vio en el caso de la lucha por la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo, puede entrar en relaciones de solidaridad con otras categorías en ciertas reivindicaciones políticas. En tercer lugar, y aunque parezca una obviedad, el hecho de que ciertas relaciones sociales del sistema capitalista hayan podido ser objetivadas en términos de lucha de clases, es la causa por la cual hoy existen trabajadores que se reconocen, se organizan y luchan por sus derechos, en función de su pertenencia a la clase obrera y en contradicción con los intereses de la burguesía. Es decir, no solo es una categoría descriptiva, es también el significante constitutivo de un antagonismo social. 

La teoría de la hegemonía desarrollada por el posmarxismo tiene una enorme importancia para comprender las lógicas políticas de las sociedades contemporáneas. Pero una lectura demasiado apresurada de los textos en los que fue desarrollada podría derivar en una cancelación o en una desvalorización de la categoría de lucha de clases, absolutamente necesaria para objetivar buena parte de las relaciones sociales que estructuran el tejido social del sistema capitalista. Por lo demás, el uso de esta o de cualquier otra categoría para pensar los procesos políticos no responde nunca solo a decisiones teóricas basadas en razones cognoscitivas. Responde además, y sobre todo, a decisiones políticas basadas en razones de estrategia en el terreno de la batalla cultural. En cada una de las coyunturas determinadas por la contradicción entre las fuerzas productivas y los modos de producción, y en cada una de las situaciones en que las diferencias de clase constituyen parte del problema, es preciso no solo explicar de qué manera se expresa allí la lucha de clases, sino también explicitar con toda claridad desde qué posición de ese antagonismo se toma la palabra.  

https://www.lilianalopezforesi.com.ar/es/noticia/hegemonia-y-lucha-de-clases     Fuente: La Tecl@ Eñe

En el variopinto universo del conocimiento y las reflexiones inteligentes, navegando las certezas en una realidad que no siempre se interpreta en estos términos, y el poder de unos pocos se impone como “racionalidad mentida” que dibuja en las estas, las relaciones que garantizan el ejercicio del poder de parte de los poderosos de la globalización, las disputas de sentido de parte de gobiernos y movimientos populares se ve extremadamente en desventaja respecto a las fuerzas que sostienen la hegemonía planetaria. Como sea, esto seguirá así en la medida que se imponga lo individual a las cuestiones comunes … Nadie se salva solo.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack

Comentarios

Entradas populares de este blog