Poder, Mediación de conflictos y el arte de lo simbóllico en los relatos políticos y sociales

 


El poder es un concepto fundamental para analizar los procesos sociales y relacionales, especialmente relevante por el papel que juega en los conflictos (Esquivel Guerrero, Jiménez Bautista y Esquivel-Sánchez, 2009), actuando de manera más o menos visible (Foucault, 1992). Cualquier relación se ve atravesada por dinámicas de poder, más o menos explícitas o invisibles, detrás de las cuales se encuentran el rango y los privilegios. Como indica Martín-Baró (1989), sería un error observar el poder sólo en los grandes acontecimientos históricos o políticos puesto que se da en todos los ámbitos de la vida humana configurando la vida cotidiana, operando en las relaciones. La dificultad de observar el poder es su tendencia a ocultarse y presentarse como algo natural y no porque responda a los intereses dominantes o porque sea conveniente a los objetivos de quienes se benefician del sistema social establecido. Podríamos decir que el poder es indisoluble de la interacción, no es una realidad dotada de naturaleza propia. Lo que llamamos poder no es algo que se pueda adquirir o intercambiar al margen de las relaciones sociales. El poder, tal como dijo Max Weber, «es la probabilidad, en el marco de una relación social, de implantar la propia voluntad incluso contra toda resistencia» (Weber, 1964, p.43). 

La persona que tiene poder puede imponer su voluntad, moldeando motivaciones personales y razones sociales, y aunque pueda ejercerse usando diferentes formas violentas y la violencia también suponga un poder, no todo poder es violento (Martín-Baró, 1989). El poder puede definirse como la capacidad o el potencial de influir en los demás (Michener y Suchner, 1972, p.57), suponiendo esta influencia el cambio de la conducta de otra persona. Nos relacionamos e influenciamos, aunque no seamos conscientes de ello, y esta naturaleza relacional del poder nos indica que las relaciones sociales pueden conllevar también conflicto, determinado en parte por la asimetría que emerge del poder. 

Según Esquivel, un conflicto hace referencia a un proceso relacional, de interacción entre las partes, donde cada acción realizada en la consecución del conflicto por una de las partes influye en las acciones de la otra. «Cada parte en conflicto utiliza el poder del que dispone para ir consiguiendo objetivos, parciales o globales, escalando o desescalando el conflicto...» (Esquivel et al., 2009, p.13). Y, por tanto, la relación de las personas involucradas en un conflicto está también atravesada por las dinámicas de poder, rango y privilegio. El poder es una variable en la aparición de los conflictos que influye en su surgimiento y en el desarrollo de los mismos (Esquivel et al., 2009). Si toda relación implica dinámicas de poder, los aspectos de éste, cualitativos y cuantitativos, definen la relación, la expresión del conflicto y su desarrollo. Una de las primeras causas de conflicto es el desequilibrio de poder. El uso del rango y del poder por las partes determina la evolución del conflicto, siendo un aspecto a atender en las diferentes fases del mismo, puesto que influye en las acciones de escalada y desescalada, y en el proceso de mediación o gestión del conflicto. 

Arnold Mindell (2014a) aporta una visión del poder como una experiencia dinámica y cambiante en la que interactúan factores estructurales (como los privilegios de género, etnia, religión, nivel socioeconómico, etc.) que determinan nuestro mayor o menor rango en la sociedad, con aspectos psicológicos y contextuales. Mindell nos introduce el concepto de rango como elemento que permite entender el poder de una forma más amplia, atendiendo a una realidad compleja que va más allá de una visión estática del poder según la cual el poder se tiene o no se tiene, puesto que diversas cualidades de la persona nos colocan en la posición de imponer su voluntad o ejercer influencia en una situación.

Rango, poder y privilegios en las relaciones y el conflicto

Nieto y Boyer (2006) diferencian entre sí los conceptos de estatus, rango y poder en las interacciones sociales. El estatus sería la forma más visible o reconocible que referencia nuestra posición social, el rango sería la forma por la cual se valora a las personas diferencialmente dependiendo de ciertas características sociales o personales, y el poder sería la forma más invisible, que integra todos estos aspectos en nuestro propio ser. 

Las características circunscritas al rango serían las más complejas, un sistema construido socioculturalmente en el que ciertas características sociales y personales son valoradas o no, y por tanto unas personas son sobreevaluadas o privilegiadas (hombres, adultos, no discapacitados, heterosexuales, no inmigrantes, personas de piel blanca, etc.) y otras devaluadas o marginadas (mujeres, niños y niñas, ancianos y ancianas, diversidad funcional, migrantes, personas de piel distinta a la blanca o negra, homosexuales y otras identidades de género y orientaciones sexuales, etc.). 

Mindell denomina rango a «la suma de los privilegios de una persona [...]. Una aptitud o poder, consciente o inconsciente, social o personal, surgido de la cultura, apoyo comunitario, psicología personal y/o poder espiritual. Tanto si es heredado u obtenido con trabajo, el rango organiza la mayor parte de nuestro comportamiento comunicacional» (Mindell, 2014a, p. 29).

El conflicto y su dimensión de poder. El rango, una dinámica en las relaciones de conflicto

Mouna Kebir TioUniversidad de Valladolid, Valladolid, ESPAÑA

Revista de Mediación, 2020, 13, 2, e12 (9 páginas)

https://revistademediacion.com/wp-content/uploads/2021/01/Revista26-5.pdf

Es mi propósito plantear algunas preguntas acerca de la socorrida noción de relato político, tal como se la emplea en el análisis periodístico y aún en el de raigambre académica, con cierta candidez cercana a la ignorancia.

El relato, así concebido, me parece que denota una intrusión lingüística, en reemplazo del concepto de “modelo” que, proveniente del pensamiento matemático o econométrico, expresó hasta el hartazgo la necesidad de una aparente precisión en la indagación sociohistórica. A su vez, se iba apagando el dudoso prestigio del vocablo “estructura”, tan caro a muchos intelectuales sesentistas y setentistas.

 

Pero, ¿es la noción de relato político un hallazgo contemporáneo en contradicción eventual con el discurso historiográfico? Me permito afirmar lo contrario y recurro a un testimonio curioso y cristalino. Es conocida la tenacidad con que Peter Johann Eckermann transcribía sus conversaciones con Goethe. El miércoles 15 de octubre de 1825, una década después del Congreso de Viena, Goethe tenía 76 años, en tanto que un joven profesor de apenas 30 llamado Leopold von Ranke se trasladaba de Frankfurt a Berlín, para emprender una meteórica carrera académica. El texto reza así: “Hoy encontré a Goethe de muy buen talante y tuve una vez más la satisfacción de oír de sus labios palabras llenas de interés. Tratamos de la situación de la literatura actual, sobre cuyo tema Goethe se expresó de la manera siguiente: ‘La causa de los males de la nueva literatura es la falta de carácter en la individualidades verdaderamente dedicadas a escribir y a investigar. Y es especialmente en la crítica donde se revelan las desventajas de esta falta de carácter, pues, o difunde lo falso dándolo por verdadero, o nos da alguna obra verdadera pero mezquina, sacrificando a ella algo  mucho más grande y útil. 

Hasta ahora el mundo creía en el sentido heroico de  una Lucrecia, o de un Mucio Scévola y esto nos permitía admirarlos y entusiasmarnos con su heroísmo. Pero ahora viene la crítica histórica y nos dice que aquellos seres no han vivido nunca, y que sólo deben ser considerados como fábulas que inventara el sentimiento heroico de los romanos. ¡Qué quieren que hagamos con una verdad tan pobre! Si los romanos poseyeren almas tan grandes para inventar esas fábulas, nosotros deberíamos también tenerlas lo bastante por lo menos para creer en ellas. 

Yo me había complacido siempre recordando aquel hecho trascendental del siglo XIII, cuando el emperador Federico III se hallaba empeñado en continuas luchas con el Papa y a causa de estas el norte de Alemania tuvo que sufrir el asalto de hordas asiáticas que invadieron estos países y consiguieron avanzar hasta Silesia. Pero el duque Liegnitz los derrotó en Schecken. Los asiáticos se dirigieron luego a Moravia y fueron abatidos también por el conde Sternberg. Estos valientes habían vivido dentro de mí como los grandes salvadores de la nación alemana. Pues bien, ahora viene la crítica histórica y dice que aquellos héroes se habían sacrificado inútilmente, porque las hordas asiáticas habían emprendido por propio impulso un movimiento de retirada. Con ello quedaba desvanecida una gran proeza nacional y nuestro corazón profundamente decepcionado´”.(Jean Peter Eckermann, Conversaciones con Goethe, Barcelona,J.Gil, 1946, tomo 1, pp 139-40.)

Notable muestra de la pugna entre el deseo del relato y la razón de la crítica histórica que hallaría más tarde en Nietzsche su cultor ultravitalista; la tensión verdad-deseo suele culminar en la amarga constatación colectiva que un novelista siciliano, Leonardo Sciascia, expresó así en su narración histórica El Consejo de Egipto: “…cada sociedad genera el tipo de impostura que, por así decir, se merece”.(Leonardo Sciascia, El Consejo de Egipto, Barcelona, Tusquets, 2004, 2· ed., p.136.)

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Pero quizás ha llegado el momento de exhibir, aunque sea brevemente, el estatuto conceptual de la noción de relato. Oswald Ducrot y Tzvetan Todorov definen al relato como “un texto referencial con temporalidad representada”, que para N. Friedmann se basa en algunas oposiciones binarias o terciarias: 1)  acción-personajes-pensamiento; 2) héroe simpático o antipático al lector; 3) una acción que el sujeto ejecute de manera absolutamente responsable y una acción que el sujeto padece; 4) el mejoramiento y la degradación de una situación ( Osvald Ducrot y Tzvetan Todorov, Diccionario enciclopédico de las ciencias del lenguaje, Buenos Aires, Siglo XXI, 1974, pp. 337-343.) . Estos rasgos esenciales se advierten en los casos históricos de relatos sociopolíticos que examinaremos a continuación.

La profecía joaquinista (1145-1212) ejerció en Europa una notable influencia, como señala Norman Cohn en su obra En pos del milenio(.Norman Cohn, En pos del milenio, Barcelona, Barral, 1972 / Karl Löwith, Historia del mundo y salvación, Buenos Aires, Katz, 2007, cap. VIII.) Joaquín de Fiore configuró un relato teopolítico y triádico de la historia: la edad del Padre o de la Ley, la del Hijo o del Evangelio y, por fin, la del Espíritu, época de amor, alegría y libertad. Entre 1200 y 1260 debería culminar el proceso salvífico, no sin temporarias vicisitudes. Cuando la rama rigorista de la orden franciscana adoptó esta doctrina, se evidenció la potencialidad de su mensaje.

Federico II de Suabia, nieto de Barbarroja, hombre cruel, brillante y premonitorio, fue considerado por muchos como el novus dux de la profecía del monje calabrés, hasta que después de su muerte en 1250, la intriga del relato alcanzó su punto máximo: vivit et non vivit, decía el pueblo palermitano de su errante fantasma normando aunque su cuerpo yaciera en una espléndida tumba de pórfido en la penumbra de la catedral de Palermo.

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Otro caso de relato político de sugestivo diseño ocurrirá en la incipiente Rusia del siglo XV. Nomen et omenel nombre es un presagio– decían los romanos, locución que bien podría aplicarse al mítico prestigio del símbolo imperial de Roma.

Caída Constantinopla en 1453 y liberada Moscú de la presión del kanato de la Horda de Oro, casado el gran duque Iván III con Zoe (Sofía), una princesa bizantina en 1472, aparece el relato teopolítico urdido por el monje Filoteo de Pskov acerca de Moscú como la Tercera Roma. Manuel García-Pelayo ha sintetizado el relato: “Según Filoteo, el Imperio romano es eterno por ser el último de los profetizados por Daniel y es indestructible por haber nacido Cristo bajo él. Por su herejía apolinaria ha caído la Primera Roma; por sus pecados está la Segunda bajo el poder de los agarenos; pero queda la Tercera y última Roma y después de ella no  habrá más. Moscú, como Tercera Roma, construida  sobre siete colinas, es la única capital de la verdadera fe y del verdadero Imperio Cristiano al que han pasado todos los imperios y reinos de la Tierra, de un Imperio que, operando la salvación, se extenderá hasta el fin de los tiempos. Así, pues, con la doctrina de Moscú como Tercera Roma se cambia el centro del oikoumene y se dotan de legitimidad las pretensiones imperialistas de Moscú. También para la Rusia de comienzos del siglo XVI la pretensión imperial había de ir unida al nombre mágico de Roma”(.Manuel García –Pelayo, Mitos y símbolos políticos, Madrid, 1964, p. 77 / Carsten Goehrke y otros, Rusia, Madrid, Siglo XXI, 1975, pp. 115-117.)

El águila bicéfala bizantina volará ahora alto en plena expansión moscovita e Iván III intentará introducir en su correspondencia con los Habsburgo el título de zar, extranjerismo híbrido del eslavo y el griego que Iván IV portará como oficial cuando sea coronado en 1547.

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Pero el relato político de mayor envergadura fue urdido lejos del mundo medieval. Me refiero al relato mítico de los Sabios de Sión. La construcción de este texto antisemita que transcribe las supuestas actas de una reunión en Basilea en 1897 –fecha del primer congreso sionista– en la que los sabios habrían organizado perversamente la dominación del mundo, tuvo una difusión universal.

¿Cómo se diseñó esta extraordinaria falsificación? Las investigaciones de Norman Cohn y de Pierre-André Taguieff han demostrado  que el texto fue compuesto en París durante 1900-1901 por el agente ocasional de la Okhrana, Matías Golovinski. El autor plagió en buena medida una extraña obra del abogado francés Maurice Joly, Diálogo en el infierno entre Maquiavelo y Montesquieu, publicado en Bruselas en 1864, y que constituye un alegato panfletario contra Napoleón III (.Norman Cohn, El mito de los Sabios de Sión, Buenos Aires, Candelabro,  s. f. / Pierre-André Taguieff, Les Protocoles des Sages de Sion, París, Berg-Fayard, 2004.)

La mordiente influencia de los Protocolos en el ámbito ruso, tan transido de antisemitismo, y su difusión masiva en la Alemania nazi, hicieron del panfleto un Instrumento de la judeofobia mundial. Yo mismo recuerdo que, siendo un adolescente, tuve acceso a una copia mimeografiada que circulaba entre los oficiales del Colegio Militar de la Nación. En la actualidad, existen aún fieles creyentes como el gobierno teocrático de la República Islámica de Irán.

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Permítaseme cerrar este primer capítulo con el recurso a una obra de extrema importancia en la literatura contemporánea: 1984, de George Orwell, publicada en 1949. La célebre distopía, último libro de este heredero de Swift, es una cantera abierta a múltiples interpretaciones; aquí nos ceñiremos a la estrategia del relato político en el seno del llamado colectivismo oligárquico atribuido a un tal Emmanuel Goldstein, teórico del Gran Hermano oceánico. “La mutabilidad del pasado es el eje del Ingsoc. Los acontecimientos pretéritos no tienen existencia objetiva, sostiene el Partido, sino que sobreviven sólo en los documentos y en las memorias de los hombres. El pasado es únicamente lo que digan los testimonios escritos y la memoria humana. Pero como quiera que el Partido controla por completo todos los documentos y también la mente de todos sus miembros, resulta que el pasado será lo que el Partido quiera que sea… En cualquier momento se halla el Partido en posesión de la verdad absoluta y, naturalmente, lo absoluto no puede haber sido diferente de lo que es ahora. Se verá, pues, que el control del pasado depende por completo del entrenamiento de la memoria. La seguridad de que todos los escritos están de acuerdo con el punto de vista ortodoxo que exigen las circunstancias, no es más que una labor mecánica. Pero también es preciso recordar que los acontecimientos ocurrieron de la manera deseada. Y si es necesario adaptar de nuevo nuestros recuerdos o falsificar los documentos, también es necesario olvidar que se ha hecho esto” (George Orwell, 1984, Barcelona, Destino, 1997, pp. 207-208, trad. de Rafael Vázquez Zamora.)

Como se advierte, el relato político se yergue aquí como el modelo y la matriz de todo discurso absoluto, reescrito según los cambiantes intereses actuales, desde “los discursos, estadísticas y datos de toda clase”, según escribe Orwell.

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He aquí que estas precisiones se vuelven sobre sí mismas, pues se preguntan si el concepto de relato o narración no afecta sustancialmente el carácter autónomo de la disciplina histórica, borrando los límites entre la historia y la literatura ficcional. Tal parece la posición de un historiador y teórico como Hayden White, cuyas obras han tenido difusión en nuestro país. Robert Duran ha sintetizado así la pretensión de White: “White sostiene que cuando un historiador transforma una crónica (una simple lista de acontecimientos del pasado ordenados cronológicamente según el año en que tuvieron lugar) en una historia (una narración que organiza los acontecimientos en una totalidad comprensible con un comienzo, un medio y un final), los materiales se reconfiguran de manera inevitable en un proceso estético que White llama construcción de la trama (emplotment). La construcción de la trama significa no sólo que no existe una historia originaria, sino también que no existe algo así como una historia en general, es decir, historias tan infinitamente diferentes entre sí como las particularidades de los acontecimientos que relatan. Sólo existen historias de clases particulares, esos tipos de historias que constituyen el patrimonio de toda civilización y comunidad. Por lo tanto, construir la trama de los acontecimientos significa organizarlos y disponerlos según un tipo de historia reconocible, lo cual implica limitarse a los posibles tipos de historia de que dispone una cultura determinada. En Metahistoria, White plantea una reducción a cuatro arquetipos históricos (mythoi) derivados de Anatomía de la crítica de Northrop Frye: novela, tragedia, comedia y sátira”(Hayden White, La ficción de la narrativa, Buenos Aires, Eterna Cadencia, 2011, Prólogo de Robert Doran, p.35.9) .

Pero la historia así concebida plantea inmediatamente el problema del relativismo. Aunque White parece no renunciar al concepto de verdad, un gran historiador italiano, Carlo Ginzburg, ha escrito: “Orientado por una lectura de izquierda de la obra de Gentile (o al menos de una parte), el dejo casi gentiliano que se advierte en los escritos de Hayden White a partir de ‘The Burden of History’ –un manifiesto por una nueva historiografía, publicado en 1966– parece menos paradójico. Puede comprenderse fácilmente la resonancia (así como la intrínseca debilidad) de este ataque a las ortodoxias historiográficas liberales y marxistas”.  Entre finales de los años sesenta y comienzo de los setenta, el subjetivismo –incluido el subjetivismo extremo– tenía un tenor netamente radical. En una situación en la que deseo era considerada una palabra de izquierda, realidad (incluida la insistencia en los “hechos reales”) tenía un aire decididamente de derecha. Esa perspectiva y su simplismo, por no hablar de un carácter suicida, se muestra hoy en día superada por completo: en el sentido de que las actitudes que implican una sustancial fuga de la realidad ya no son privilegio exclusivo de exiguas fracciones de la izquierda.

Todo ello debería estar presente en cualquier intento por explicar la fascinación, verdaderamente peculiar, que en nuestros días circunda, aun por fuera de los ámbitos académicos a las ideologías escépticas. Entretanto, Hayden White se ha pronunciado “contra las revoluciones lanzadas desde arriba como desde abajo de la jerarquía social”(Carlo Ginzburg, El hilo y las huellas, Buenos Aires, FCE, 2010, pp.316-7).

Somos un colectivo de docentes, graduadxs, talleristas, activistas, investigadorxs y estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba Argentina, con trayectoria en diversos trabajos teatrales, pedagógicos y de intervención artístico-comunitaria, tanto en contextos formales y no formales de educación, como en proyectos socio ambientales y socio culturales.

Que la representación sociohistórica de la realidad expresada en obras propiamente literarias es una tradición, tal como Erich Auerbach lo ha probado en Mímesis, es indudable desde Homero hasta Flaubert y Borges. Otra cosa es sostener, como hace Alasdair MacIntyre en su libro Tras la virtud, o como escribe Paul Ricoeur en Tiempo y narración: que la narratividad “determina, articula y califica la existencia temporal”( Alasdair MacIntyre, Tras la virtud, Barcelona, Crítica, 1987 / Paul Ricoeur, Tiempo y narración, Madrid, Cristiandad, 1987, tomo I, passim. Del mismo autor v. La memoria, la historia y el olvido, Buenos Aires, FCE, 2004.Marcelo Montserrat, “ La Argentina, ¿relato inenarrable?”, en el libro Usos de la memoria, Buenos Aires, Sudamericana, 1996, pp. 224-237.). Más allá de estas afirmaciones, resulta notable que, a mi criterio, la más profunda descripción de la tarea historiográfica y de su pretensión de verdad, haya sido expresada por una novelista. Así se manifestó Marguerite Yourcenar: “Las reglas del juego: aprenderlo todo, leerlo todo, informarse de todo… Rastrear a través de millares de citas la actualidad de los hechos: tratar de reintegrar a esos rostros de piedra su movilidad, su flexibilidad viviente. 

Cuando dos textos, dos afirmaciones, dos ideas se oponen, esforzarse en conciliarlas más que en anular la una por medio de la otra; ver en ellas dos facetas diferentes, dos estados sucesivos del mismo hecho, una realidad convincente en tanto compleja, humana en tanto múltiple… Deshacerse de las sombras que se llevan con uno mismo, impedir que el vaho de un aliento empañe la superficie de un espejo; atender sólo a lo más duradero, a lo más esencial que hay en nosotros, en las emociones de los sentidos o las operaciones del espíritu como puntos de contacto con esos hombres que, como nosotros comieron aceitunas, bebieron vino, se embadurnaron los dedos con miel, lucharon contra el viento despiadado y la lluvia enceguecedora y buscaron en verano la sombra de un plátano y gozaron, pensaron, envejecieron y murieron”(Marguerite Yourcenar, Memorias de Adriano, Buenos Aires, Sudamericana, 1980, 4· edición, pp. 347-348, traducción de Julio Cortázar y Marcelo Zapata. )  https://www.revistacriterio.com.ar/bloginst_new/2013/06/14/relato-politico-y-discurso-historiografico/

La información del día y los relatos que le dan forma.

Entre tanta alternativa e intencionalidad diversa, los datos se agolpan y las elecciones siempre subjetivas nos introducen en el universo de lo común desde lo particular de cada uno que me dispensa su tiempo para compartir, desde su lectura, estas noticias, ideas, reflexiones y textos.

En el mundo: 103.989.900 casos confirmados y 2.260.259 muertes. Ayer se confirmaron 464.613 casos nuevos (OMS).

En Argentina: 1.961.635 casos confirmados y 48.700 muertes. Ayer se confirmaron 8891 casos nuevos y 162 fallecimientos (Ministerio de Salud de la Nación y Sala de Situación).

El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, declaró en C5N que “la producción de vacunas está en un cuello de botella por la gran demanda mundial’’, pero aseguró que las dosis seguirán llegando para cumplir y ampliar el plan de vacunación.

El gobernador de la PBA, Axel Kicillof, anunció una inversión de 700 millones de pesos por mes en cobertura de suplencias para maestras y maestros que formen parte de grupos de riesgo. El objetivo es “acompañar la vuelta a la presencialidad sin exponer a los trabajadores del sistema educativo que están en la población de riesgo”, explicó Kicillof en un acto en la localidad de Pehuajó.

Johnson & Johnson solicitó la aprobación de su vacuna. Sería la única de una sola dosis en el mundo. La compañía se lo pidió a la Administración de Drogas y Alimentos de los EE.UU. (FDA) y también comunicó que buscará la aprobación de las autoridades europeas en las próximas semanas.

México se está quedando sin vacunas. La Ciudad de México tiene más del 80% de sus hospitales llenos. A mediados de mes espera recibir más dosis de la vacuna de Pfizer (le dieron 760 mil, le quedan 89 mil)  y unas 400 mil de la Sputnik V, pero no son suficientes para vacunar a las y los 750 mil trabajadores de la salud.

Toque de queda nocturno en La Habana. La restricción total será de 21 a 5 a partir de esta noche. Sólo podrán circular personas autorizadas. En febrero las cifras empezaron a dispararse con un promedio diario de 900 casos y 9 fallecidos. Desde el inicio de la pandemia se han reportado más de 225 muertes.

Brasil registró su tercer día consecutivo con más de 1.200 fallecidos y está cerca de llegar a las 229 mil muertes y a los 9.4 millones de casos desde que empezó la pandemia.

Suecia está desarrollando certificados digitales, similar a lo que está haciendo Dinamarca. La idea es demostrar que una persona ya fue vacunada y así poder viajar, ir a eventos culturales o deportivos, entre otras actividades.

Se deterioraron las democracias a nivel mundial

La pandemia y las medidas tomadas por los gobiernos para limitar la propagación del coronavirus hicieron del 2020 el peor puntaje promedio global del Índice de Democracia, un informe que hace la Unidad de Inteligencia de The Economist desde 2006.

"Vimos un enorme retroceso de las libertades individuales, creo que el mayor jamás emprendido por los gobiernos en tiempos de paz, y quizá aún en tiempos de guerra", dijo Joan Hoey, autora del informe, en una entrevista con BBC Mundo.

167 países son clasificados en democracias plenas (entre 8 y 10 puntos), democracias imperfectas (entre 6 y 8), regímenes híbridos (entre 4 y 6 puntos) o regímenes autoritarios (por debajo de 4 puntos). El puntaje depende de distintas variables como proceso electoral, funcionamiento del gobierno, participación política y libertades civiles.

¿Argentina? Puesto número 48, dentro del rango de democracias imperfectas. Uruguay es el mejor de la región en el 15º puesto y está en democracias plenas. El primer puesto, para Noruega.

El Senado aprobó el pliego de Ramos Padilla

En la primera sesión del año, Alejo Ramos Padilla fue designado como titular del Juzgado Federal 1 de La Plata. Tendrá a su cargo la competencia electoral de la PBA, el distrito que más votos aporta a las elecciones. 

Este año la Cámara de Diputados renueva la mitad de sus bancas y Ramos Padilla será el responsable del operativo electoral. Su designación fue aprobada sólo con votos del bloque del FdT.

Suspenden sesión de megaminería en Chubut

Ayer al mediodía, la Legislatura de Rawson dio de baja la sesión extraordinaria para tratar el proyecto de Zonificación Minera en la provincia de Chubut. La sesión estaba pautada para hoy a las 8, pero la comisión de Recesión decidió posponer porque ‘‘no se dispuso del tiempo suficiente para llegar al día y horario de la sesión con el trabajo realizado y consensuado entre los mismos’’. 


 Investigadores de universidades y dependencias del CONICET de todo el país hicieron un documento para refutar los argumentos que avalan la megaminería en la Argentina (te dejo un resumen porque es un poco extenso).

Cumbre del FdT

Ayer al mediodía se juntaron, en Casa Rosada, los principales dirigentes del Frente de Todos: el presidente Alberto Fernández almorzó con su jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y el titular del bloque de diputados y diputadas, Máximo Kirchner.

Los temas centrales fueron tres: plan de vacunación, control de precios y suspensión de las PASO. También debatieron sobre cómo encarar la agenda de la oposición, que tiene marcadas la inflación, inmunidad, inseguridad e impunidad.

Aborto legal en el hospital y misoprostol en laboratorio público

La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) autorizó ayer a un laboratorio público de Rosario a producir y comercializar misoprostol. Esto significa que podría abaratar su precio en el mercado y garantizar el abastecimiento en todo el país.

Desde los últimos decenios del siglo xx presenciamos una creciente diversidad de propuestas para pensar y conocer de manera más interrelacionada los fenómenos y procesos de nuestra realidad. Así, escuchamos hablar con mayor o menor frecuencia de multi, pluri, poli, ínter, trans, post, exo, co y circundisciplinariedad; también, de conocimiento sistémico, integral, holista, complejo; o de diversas experiencias de retroalimentación entre tipos de conocimientos tales como diálogo de saberes, multi e intercultural, ciencias de frontera, hibridación, interciencias, entre otras cosas (Lenoir, 2013: 61 y 62; Pombo, 2013: 36 y 37).

Este fuerte impulso hacia la confluencia de diversas fuentes de conocimientos no es trivial, más bien tiene un profundo significado, pues implica nuevos conceptos y metodologías, búsquedas y respuestas; así también, como consecuencia, una invitación a la reorganización de la manera como se produce y transmite el conocimiento en las instituciones académicas y centros de investigación. (…) existe una marcada tendencia en el desarrollo científico contemporáneo que va mudando de énfasis, pasando del análisis a la síntesis. Es decir, estamos transitando del estudio de los objetos relativamente aislados y delimitados, por la manera como se ha desarrollado e institucionalizado la ciencia, al abordaje de problemas y búsqueda de alternativas de solución, que exigen integración o complementariedad entre distintos campos del saber científico.Esta tendencia, como veremos, ha ido promoviendo una mayor ínter y transdisciplinariedad, lo cual no significa el abandono de los avances de los conocimientos disciplinares especializados. De hecho, gran parte de la especialización y subespecialización al interior de las disciplinas es también producto de intercambios e hibridaciones, del trabajo entre fronteras de las disciplinas y del surgimiento de nuevas preguntas generadas a partir de diálogos entre visiones disciplinares diversas. Dicho en pocas palabras, existe una dialéctica entre el análisis y la síntesis, entre el desarrollo de las disciplinas y sus confluencias.

Bien sabemos que el conocimiento de antaño, el de la Grecia clásica y del humanismo del Renacimiento, no estaba dividido. El conocimiento se pretendía alcanzar en su unidad y, por tanto, se estudiaba en su armoniosa articulación. Las filosofías en búsqueda de explicaciones unificadas de la realidad y la cosmovisión teológica del orden divino cristiano eran los fundamentos que sostenían esta pretensión.

A partir del siglo xvi se empieza a incrementar la atención al estudio de las partes del conjunto de la realidad, es decir, aparece la especialización del conocimiento y, con ello, el surgimiento del saber científico especializado. Tendencia que fue convirtiéndose en la forma dominante de conocer con el correr del tiempo (Thompson, 1990: 19 y 20). El multicitado precepto establecido por René Descartes (1596-1650), en su Discurso del método (1637), resume el énfasis científico encaminado al análisis: “dividir cada una de las dificultades” en el proceso de conocer, a fin de examinar cada dificultad, “en tanto parcelas como sea posible y que se requiera para resolverlas mejor” (citado por Vilar, 1997: 48 y 49). La ciencia, por tanto, fue avanzando en la separación de lo que viene junto, la reducción del conjunto, la simplificación de lo complejo.

La especialización de las ciencias se acentuó durante el siglo xix. Esta fragmentación del saber científico tuvo diversos significados y consecuencias en la manera de comprender y actuar sobre el mundo, pues bien sabemos que la manera como se produce, organiza y consume el conocimiento responde a los intereses y las diferentes estrategias de poder dirigidas a la apropiación del mundo y de la naturaleza. Así, por ejemplo, el modelo de racionalidad dominante de la lógica del capitalismo impulsó una manera reductiva, descontextualizada, cuantitivista y simplista de hacer ciencia y de privilegiar ciertas aplicaciones tecno-científicas.

 


Sin embargo, a pesar del énfasis en el estudio del análisisde las partes de la realidad, entre el siglo xvi y el xix hubo quienes insistieron y se preocuparon por las consecuencias derivadas del conocimiento parcial de la ciencia o de la pérdida de las comprensiones del conjunto de la realidad a las que conducía la fragmentación del conocimiento. Tales son los casos de la oposición temprana de Blas Pascal (1623-1662),1 Giambaptista Vico (1668-1744)2 o de los enciclope-distas franceses (encabezados por Jean le Rond d’Alembert, André le Breton y Denis Diderot en el siglo xviii) y, en el siglo xx, por señalar algunos ejemplos: Paul Valery (1871-1945),3Gastón Bachelard (1884-1962), Jean Piaget (1889-1980) y Gregory Bateson (1904-1980) (Le Moigne, 2005, 2007). En esta historia no habría que olvidar a Emmanuel Kant (1701-1804), quien estableció la distinción entre los juicios analíticos y sintéticos. En pocas palabras, la resistencia al análisis —el separar, reducir y simplificar como única actividad cognitiva que omite el volver al conjunto— y la búsqueda de un conocimiento más y mejor articulado siempre ha estado presente en el devenir de la ciencia.

Hacia la síntesis de conocimientos. Interdisciplina, transdisciplina y complejidad

Enrique Luengo González - Profesor numerario del iteso, Universidad Jesuita de Guadalajara, México. Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México. Forma parte del Equipo Coordinador de la Red InComplex. Red Internacional sobre Problemas, Pensamiento y Sistemas Complejos. Ha sido director del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas (1985-1989) y coordinador de Investigación en la Universidad Iberoamericana (1989-1991); rector de la Universidad Latina de América en Morelia por tres periodos (1991-2003); jefe del Centro de Investigación y Formación Social (2003-2005), y director de Integración Comunitaria (2005-2011) en el iteso. Actualmente colabora como director y lector de tesis en el Doctorado Interinstitucional de Educación en el Sistema de Universidades Jesuitas.

Ante tanta valiosa aportación, sabiendo de antemano que el conocimiento humano se debate entre la conciencia de las certezas de sus posibilidades y la imposibilidad de sus limitaciones, (El poder es un ejercicio mas que un concepto o un “algo” que se tiene), el mayor poder radica en el ejercicio de las oportunidades posibles que en la consciencia, cada quién puede definir para su vida de relación y la “autoimposición” respecto de que no se trata de “tener razón” (Razón tenemos todes en tanto ejercicio de la capacidad humana de razonar), ni de imponer mis relatos como ciertos y verdad, respecto de otros equivocados y mentirosos, sino mas bien de “denunciar” los abusos del poder que imponen relatos que sostienen el privilegio de unos pocos en detrimento del bien común. Nadie conoce solo y nadie se salva solo.


Daniel Roberto Távora Mac Cormack

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