Viernes 23 de Octubre de 2020


La pandemia de covid-19 ha afectado a periodistas y redacciones de una forma u otra. Ya sea por el agotamiento de trabajar horas extra, por despidos o difusión de desinformación en redes y grupos de WhatsApp, la crisis sanitaria ha ejercido una presión adicional sobre una industria que ya enfrentaba un futuro incierto.

Para comprender mejor los efectos de la pandemia en la industria de las noticias en todo el mundo, el Centro Internacional para Periodistas (ICFJ) se asoció con el Centro Tow para el Periodismo Digital de la estadounidense Universidad de Columbia para llevar adelante una encuesta a periodistas en siete idiomas.

El 13 de octubre se publicaron los resultados preliminares en inglés, basados en las respuestas de 1406 periodistas de 125 países.

La Encuesta periodismo y pandemia explora la salud física y mental de los periodistas, la difusión de desinformación, los efectos económicos de la crisis en las salas de redacción, los cambios en la forma de trabajar de los periodistas y los desafíos que enfrenta la libertad de prensa.

«Nuestro informe demuestra que los periodistas están trabajando en un entorno financiero, físico y psicológico severamente presionado durante la pandemia», escribieron los investigadores Emily Bell, Julie Posetti y Pete Brown. «Este será el período profesional más difícil que muchos experimentarán durante sus carreras», añadieron.

Exploramos algunos de los hallazgos clave a continuación. Los lectores pueden encontrar los 30 hallazgos en el informe completo (en inglés) aquí.

La salud física y mental de los periodistas

Los periodistas tienen dificultades para hacer frente al costo psicológico de informar durante la crisis del COVID-19.

El informe deja al descubierto el alcance generalizado del problema: el 70% de los encuestados calificaron el costo psicológico como su mayor desafío durante la pandemia, la respuesta más común. Más del 80% de los encuestados notaron al menos un efecto psicológico negativo, incluyendo ansiedad, agotamiento, dificultad para dormir y sensación de impotencia.

El informe también revela que muchos empleadores fracasan en su nivel de apoyo. Más de 70% de los encuestados dijeron que sus empleadores no les ofrecieron horarios flexibles, tiempo libre, apoyo, o que no les consultaron por su bienestar.

Los datos no indican un apoyo mucho mejor respecto de la salud física de los periodistas, a pesar de la crisis sanitaria mundial.

Uno de cada cuatro encuestados sale al terreno a informar al menos una vez por semana y, sin embargo, muchos encuestados notaron que su empleador no les dio un equipo de protección adecuado.

Quizás lo más impactante es que a 45% ni siquiera se les facilitó una mascarilla cuando realizaban coberturas en persona.

Desinformación generalizada

Ya en febrero, la Organización Mundial de la Salud advirtió que el mundo no solo estaba combatiendo un virus mortal, sino una crisis de información. Esta “desinfodemia” no es ningún secreto para los periodistas encargados de dar información objetiva a su audiencia. Más de 80% de los encuestados dijeron que entraron en contacto con información falsa todas las semanas.

Los encuestados notaron que la desinformación circulaba sobre en Facebook (66%), Twitter (42%) y WhatsApp (35%). Una gran mayoría (82%) informó que estaban insatisfechos o muy insatisfechos con la respuesta de las plataformas a la desinformación.

Si bien los ciudadanos comunes siguen siendo los principales proveedores de desinformación, los líderes políticos y los funcionarios electos ocupan un lugar cercano. Esto es particularmente descorazonador en momentos en que la información puede significar literalmente la diferencia entre la vida y la muerte.

Los periodistas están produciendo verificaciones (29%) y utilizando herramientas de chequeo digital (29%) para contrarrestar activamente la desinformación o el contenido falso durante la pandemia.

Sin embargo, muchos dijeron que necesitan capacitación adicional. Casi el 70% de los encuestados señalaron la capacitación avanzada en verificación de hechos como su necesidad más urgente.

Impactos económicos

La pandemia ha causado importantes daños económicos en las redacciones. Investigadores y reporteros de todo el mundo han documentado el impacto en recursos como «The Tow Center COVID-19 Newsroom Cutback Tracker» y la lista actualizada de Poynter sobre despidos, licencias y cierres en Estados Unidos, además de historias hacen un seguimiento de los recortes, por ejemplo, en medios africanos.

Aun así, todavía queda mucho por ver.

Los hallazgos del informe indican que esta crisis económica es una prioridad para la mayoría de los empleados de la industria. Tres de cada cuatro encuestados dijeron que su primera prioridad durante la pandemia era la supervivencia de su publicación.

Subrayando el impacto económico, casi cuatro de cada cinco encuestados con acceso a información sobre las finanzas de su redacción informaron de al menos una disminución de 50% en los ingresos.

Los medios están reduciendo contenidos, salarios y despidiendo empleados. El 65% de los encuestados dijeron que ahora sienten menos seguridad laboral que antes de covid.

Amenazas a la libertad de prensa

Cubrir la pandemia ha demostrado ser difícil en todo el mundo, e incluso peligroso, según el informe. Muchos periodistas denuncian amenazas y restricciones que afectan la libertad de prensa.

Por ejemplo, uno de cada cinco encuestados informó que el acoso en línea era «mucho peor» que antes de la covid.

La pandemia también ha tenido un efecto en las relaciones con las fuentes, ya que casi la mitad (48%) de los encuestados dijeron que las fuentes estaban preocupadas de que hablar con periodistas pudiese tener repercusiones negativas como la pérdida del empleo, consecuencias legales o violencia física.

Algunas buenas noticias

A pesar de los muchos desafíos, más del 40% de los encuestados percibieron un aumento en la confianza de la audiencia durante la pandemia. Solo el 4% sintió que la confianza ha disminuido.

Uno de cada cuatro encuestados recibió más comentarios positivos y más participación de sus lectores.

Esto puede haber sido el resultado de un trabajo de engagement más dedicado por parte de muchos periodistas ya que 24% de los encuestados informó que pasó más tiempo identificando las necesidades de la audiencia.

Haciendo uso de los hallazgos

Estos hallazgos ofrecen una pequeña ventana a esta era de retos únicos para el periodismo. Pueden ayudar a académicos, investigadores, líderes de la industria y comentaristas de medios de comunicación a comenzar a planificar el futuro tras la pandemia.

Desde apoyo en temas de salud mental hasta oportunidades de capacitación, los resultados también pueden ofrecer orientación a directores, editores y otros líderes de los medios que buscan ofrecer ayuda inmediata a sus empleados mientras continúan lidiando con la crisis actual.

Este artículo fue publicado originalmente por IJNET,red internacional de periodistas. Tomado de: https://www.ipsnoticias.net/


Un amigo comparte en su blog algunos argumentos que son base de su trabajo de tesis doctoral.



#9
Observamos una tensión no resuelta entre lo público y lo privado, y los nuevos imaginarios que nos traen los ámbitos de los “comunes”, parece que ya no son suficientes. Necesitamos que entre el “yo” reconocido como “privado”, y el “todo” reconocible con lo “público”, exista un paso intermedio, el “nosotros” donde el “yo” puede reconocerse sin diluirse en el todo, y al mismo tiempo se le facilita la salida del aislamiento individual. 

#10
También es evidente que existe una tensión entre los ámbitos cerrados que son el “institucional” y el “doméstico” versus los ámbitos con carácter más abiertos como son el “mercado” y lo “social”. 

#11
Observamos un fenómeno emergente donde aparece, entre lo abierto y lo cerrado, otro ámbito intermedio e híbrido donde la seguridad y estabilidad asegurada por lo cerrado sirve como base para que la capacidad de innovación y transformación asegurada por lo abierto ocurra y se asiente en el territorio . Esto pasa por crear un nuevo marco relacional donde en lugar de relacionarnos desde un “ámbito” cerrado y definido (Jurídico) y otro más de-reglamentado, pasamos a hacerlo desde ámbitos situados donde queda muy claro el punto de partida y los actores implicados, pero con mayor libertad para establecer otro tipo de relaciones. 

#12
Se trata de permitir que además de “las normas” seamos capaces de dar fuerza a las “relaciones”, que es esencialmente lo que define a “lo situado” Donna Haraway.

#13
Queremos describir y visibilizar un tipo de práctica que sin necesariamente tener conciencia de ello, está activando un nuevo ámbito de encuentro y acción con capacidad de generar procesos de Inteligencia Colectiva Situada.

#14
La capacidad de pensarnos en red abre abreabree un nuevo ámbito para la construcción colectiva que no podemos adscribir a ninguno de los conocidos hasta la fecha. 

#15
La colaboración y los procesos de inteligencia colectiva representan una práctica emergente donde se registra una renovada capacidad de los habitantes de un territorio, para alcanzar procesos de transformación y mejora de su entorno independientemente de la acción del sector público, el sector privado o el tercer sector, sino desde un nuevo ámbito de hibridación que incluye todos ellos. Estas prácticas están fortaleciendo la dimensión espacial del habitar, afianzando las comunidades de proximidad. 

#16
Para activar este tipo de procesos necesitamos un nuevo marco de acción y nuevas formas de articulación que activen la colaboración entre actores que no tienen la costumbre de colaborar. Muchos podrían pensar que la activación de este tipo de procesos es prácticamente imposible, o solo pueden darse de forma espontánea y que en todo caso siempre serían procesos de muy difícil gestión y con poca capacidad de generar resultados realmente importantes y útiles.

#46
En los últimos años cada vez más pensadores, teóricos e investigadores evidencian que existe otro ámbito de acción que llaman “commons” o en castellano procomún o comunes . El concepto es en realidad muy antiguo, sin embargo desde la formación de los estados modernos y de los modelos de mercado, habíamos prácticamente olvidado este ámbito de lo común. 

#47
El concepto del procomún es esencial para recuperar la importancia de la capacidad de las personas, y por ende de los habitantes de un territorio, para auto-organizarse y conseguir mejorar la calidad de su entorno, más allá de las prácticas típicas de lo público y de lo privado.

#48
Los elementos que nos permiten describir y diferenciar un ámbito de acción en el territorio. En esta investigación tomamos siempre como punto de referencia a la persona que protagoniza o habita cada ámbito. 

#73
Una de las situaciones más clásicas cuando tenemos en cuenta la posibilidad y la capacidad de actuar de forma colectiva en un territorio está en la sobrevaloración del sentimiento de solidaridad por encima de todo, llegando a obviar la dimensión personal y doméstica, entendida como el ámbito del egoísmo. De manera que lo colectivo se entiende como una forma de equilibrio y de balance de la acción individualista  que hacemos desde lo doméstico o desde el mercado, es decir lo privado. 

#74
Necesitamos incorporar en un mismo ámbito los aspectos personal y doméstico junto con lo social relacional, porque si perdemos de vista el yo, perdemos de vista también el porqué y el propósito de nuestras acciones y nuestra propia vida.

#75
Otro problema clásico tiene que ver con la identificación de las dinámicas económicas con los intereses particulares que por ende se tienen que mantener fuera de las prácticas solidarias, relacionales y colectivas, para evitar la posible perversión del proceso. Este imaginario ha provocado al final la proliferación de los profesionales de lo colectivo y de la participación, es decir una “elite” que se puede permitir estas prácticas porque otros le están preparando la comida en casa, o porque han decidido aceptar una explotación laboral que ocurre en el espacio del mercado que mantenemos separado y alejado de nuestro espacio cotidiano relacional. 

#76
A menudo acabamos construyendo espacios de mayor pureza relacional social protegido de los impuros como son el mercado y lo doméstico, donde de todas formas tengo que acudir.

(http://urbanohumano.org/blog/2020/10/21/lo-publico-lo-privado-lo-ciudadano-y-lo-comun/ )

En estos días de la peste, mas que nunca se hace ostensible la tensión entre “individual” y “comunitario” en tanto, nadie se salva solo y la organización es indispensable para la existencia de individuos y el reparto de derechos y obligaciones para los desarrollos y la realización tanto individual como colectiva. Cuánto mas pronto se entienda esto, mejores individuos y sociedades produciremos mejores realidades.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack

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