Viernes
8 de mayo de 2020
Las
salud y el conocimiento son Derechos Humanos fundamentales. En
tiempos posverdaderos y neoliberales en crisis y de pandemias
mortales que desafían la capacidad humana para generar solidaridad y
restituir a la conciencia adormilada por las ilusiones mágicas de
los operadores de mercado y los sacerdotes del Dios dinero que lucra
y trafica con la vida de muchos, no es poco que una iniciativa
publica, estatal, que no busca rendimientos económicos ni ganancias
materiales, se imponga como ejemplo de lo que podemos llegar a hacer
si unimos esfuerzos y somos conscientes de los derechos que nos cabe
por el único motivo de estar vivos y compartir el aire, el agua y el
suelo que nos permite esta experiencia vital.
Tan propensos a fluctuar entre los extremos ... o somos "los mejores del mundo" o "somos lo peor de la humanidad", estos hechos nos devuelven la conciencia de saber que somo como pueblo lo que con esfuerzo, dedicación, búsqueda de conocimiento, solidaridad y cooperación decidamos y queramos ser.
“Estamos
muy felices. La verdad es que fue un laburo maratónico y ahora se
viene otro desafío porque tenemos que aumentar la producción.
Estamos analizando diferentes estrategias de escalado para potenciar
la fabricación de la tecnología y estar a la altura de las
necesidades del país en un momento como este”, afirma Andrea
Gamarnik, referente del proyecto y figura local y regional en el
campo de la virología molecular. Es la responsable del equipo de
científicos y científicas del Conicet y del Instituto Leloir que
desarrollaron en tiempo record el primer test serológico hecho en el
país que determina si una persona estuvo en contacto con el nuevo
coronavirus SARS-CoV-2. La prueba ya tiene nombre: "CovidAr
IgG". Y, con este bautismo, el país se convierte en la octava
nación en el mundo en tener una tecnología de estas
características: se suma a potencias como China, Francia, Alemania,
Hong Kong, Japón, Reino Unido y Estados Unidos.
Además,
gracias a su bajo costo de producción, CovidAr IgG --que ya fue
registrado por Anmat y puesto a disposición del Ministerio de
Salud-- reemplazará a los kits importados. Su éxito ya fue
comprobado en 5 mil análisis realizados en centros de salud porteños
y, de acuerdo a la expectativa de Gamarnik, “permitirá realizar 10
mil pruebas semanales y escalarlo a medio millón en tan solo un
mes”. Los resultados fueron logrados en el marco de la conformación
de la Unidad Coronavirus Covid-19; un espacio que fue impulsado por
el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCyT), el
Conicet y la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el
Desarrollo Tecnológico y la Innovación, con el objetivo de
desarrollar conocimientos y tecnologías que, a todos los niveles,
contribuyan a combatir la pandemia. A continuación, algunos detalles
en la voz de su principal protagonista.
--¿Qué es un test
serológico?
--Es aquel que mide la
respuesta del organismo ante una infección a partir de la
identificación de los anticuerpos que se generan. Para resumirlo,
hay dos grandes tipos de tests: por un lado, aquellos que detectan
cualquier componente del virus --en este momento, por ejemplo, se
analizan los ácidos nucleicos-- con la tecnología qPCR; por el
otro, están los que se encargan de examinar cómo responde el cuerpo
frente a un patógeno. Sobre esta última posibilidad trabajamos
nosotros. Los serológicos no se emplean para diagnóstico porque los
anticuerpos que nos defienden frente al coronavirus recién aparecen
luego de unos días. De hecho, dependen de cada paciente: siete días
es el promedio, aunque hay personas en los que se presentan antes y
otros en los que lo hacen después. Con esto quiero decir que si un
sujeto está infectado, se halla en su tercer día y no generó
anticuerpos, el test no tendría capacidad de diagnosticarlo.
--Si no se utilizan para
el diagnóstico, ¿para qué sirven?
--Para muchas otras
cosas. Para monitorear a un paciente y ver cómo evoluciona, es
decir, observar si produce anticuerpos, en qué momento y determinar
la cantidad en que lo hace. Luego de que una persona se infecta con
el virus, las defensas circulan por meses en el organismo. De este
modo, si uno tomase un grupo de personas y midiese su presencia en
suero o plasma (porción líquida de la sangre), podría saber quién
está o quién estuvo contagiado la semana pasada, o bien, hace 60
días. El serológico aplicado a gran escala nos habilitaría a tener
una idea de cómo se expandió el coronavirus en nuestra población.
Asimismo se pueden detectar anticuerpos en pacientes que han sido
asintomáticos; por eso, podríamos concretar una visión real de
cómo se desplegó por todo el territorio, chequeando tanto a los que
se sintieron enfermos así como también a los que ni siquiera se
dieron cuenta del virus aunque lo tenían.
--¿Conocer cuántos
anticuerpos hay podría ser útil para la terapia de infusión de
plasma que puso en práctica el Hospital de Clínicas?
--Sí, determinar cuántos
anticuerpos hay en el plasma de aquellas personas que se curaron
sería clave para poder emplearlos como terapia para otras que en el
presente están infectadas y en estado grave. Uno podría haber
generado anticuerpos pero tener una cantidad muy baja como para
donarlos y se requiere de mucha cantidad para que la infusión
funcione. Existen diversos protocolos que han surgido por iniciativa
del Ministerio de Salud para aprovechar esa porción líquida de la
sangre de donantes ya recuperados de covid-19. Puede funcionar como
una terapia compasiva para individuos que están muy enfermos, al
tiempo que se están explorando otras estrategias para utilizarlos en
fases más tempranas de la enfermedad. En el Laboratorio de
Hemoderivados de Córdoba están aislando las gammaglobulinas del
plasma para analizar más opciones.
--¿Qué diferencia a
este test serológico de otros como el que ya se aplica en las
estaciones de tren y subte de Buenos Aires?
--Tiene ventajas y
desventajas respecto de otros serológicos como el de esas tiritas
reactivas. Brindan otro tipo de información y en un contexto
diferente. Los que diseñamos nosotros se basan en una tecnología
más específica y más sensible, necesariamente deben procesarse en
un laboratorio y demoran un par de horas para entregar los
resultados. Lo positivo es que demanda baja infraestructura, ya que
con un lector de ELISA alcanza y sobra. Pensamos que cualquier
hospital podría contar con ese equipamiento y estaría en
condiciones de aprovechar las veces en que a los pacientes se les
saca sangre para hacer chequeos de rutina. Si trabajásemos con este
test a escala poblacional se podrían implementar alternativas para
no tener que andar sacándole sangre a la gente. Una de las acciones
que emprendimos durante las últimas semanas fue testear a los
profesionales de la salud de distintos hospitales porteños.
--Ya comprobaron su
eficacia en más de 5 mil análisis.
--Hicimos cientos y
cientos de pruebas con aquellos profesionales que están expuestos a
pacientes con coronavirus. Es muy importante saber que nuestros
médicos y médicas están bien, a partir de la presencia o ausencia
de anticuerpos. En la actualidad, dialogamos con el Ministerio de
Salud con el propósito de establecer una estrategia que sea lo más
útil posible para sacarle el máximo provecho a este desarrollo.
Para una futura etapa de la cuarentena, además, será muy útil
saber cuántos argentinos estuvieron contagiados. Hacer un
seguimiento preciso del modo en que evoluciona la pandemia en el
territorio.
--Una vez que procesan la
muestra y tienen los resultados, ¿dónde se cargan?
--Hasta el momento todos
los tests que nosotros hicimos desde nuestro laboratorio fueron para
validar los kits y asegurarnos de que funcionan bien. Todas las
tareas que emprendimos fueron pensadas con el objetivo de la
optimización de la tecnología. De aquí en adelante los pondremos a
disposición para los distintos hospitales del país. Nuestra idea es
generar una base de datos para ir acumulando información de manera
progresiva y aprender; pensamos en el diseño de una plataforma
específica para reunir información. Resta muchísimo por saber de
este nuevo coronavirus que generó tanto revuelo en tan poco tiempo.
Conocemos poco acerca de nuestra respuesta inmunológica, de la
diversidad de terapias que se deberán poner en práctica con cada
paciente, cuáles son los niveles de anticuerpos, qué tipos aparecen
y en qué momento, cuánto duran.
--Argentina es el octavo
país en el mundo en tener el propio. Se suma a potencias como China
y Estados Unidos. ¿Cómo lo diseñaron tan rápido?
--Se ha desatado una
verdadera carrera. Las grandes empresas desarrollaron ensayos
similares, por eso, hacer un kit serológico no significa ninguna
innovación. Simplemente aplicamos una técnica conocida y que ya se
emplea para otros virus. Lo novedoso, tal vez, esté en obtener los
bioinsumos específicos, como las proteínas de SARS CoV-2. Hay
compañías enormes como Roche que tienen sus tecnologías y ya
compiten en el mercado global. Hay muchísima demanda, desde hace
semanas que estas corporaciones están prometiendo que habrá
disponibilidad y al país, que yo sepa, no ha llegado ninguno. El
valor de nuestro aporte es que lo hicimos en un tiempo récord, hay
naciones europeas muy importantes que aún lo están terminando de
diseñar. Desde Argentina, con una infraestructura mínima y con
todos los problemas que tenemos para importar reactivos, logramos el
objetivo antes que muchísimos equipos en el planeta.
--Lo sorprendente es que
su laboratorio en el Leloir investiga en ciencia básica y sobre
dengue.
--Bueno,
sí, eso es meritorio. Nos transformamos en una fábrica de kits, los
investigadores del Conicet somos obreros. Tenemos que hacer miles y
miles de éstos, la experiencia es realmente increíble. La
solidaridad y el compromiso de la gente, la disponibilidad de los
becarios y becarias para poner el cuerpo, para ofrecerse todos los
días. La reacción de la sociedad para ayudar fue inmediata. El
tema, ahora, es organizarse, orientar los esfuerzos en sentidos
determinados para que las diferentes tecnologías que se aportan
desde el campo científico puedan ser canalizadas de modo
constructivo. Ese representa un gran desafío que el Ministerio de
CyT trató de encargarse desde el primer momento a partir de la
creación de la Unidad Covid-19.
--¿Qué significa que
fue realizado en Argentina? ¿Se abaratan mucho los costos de
producción?
--Nosotros fabricamos el
kit sin fines comerciales. El sueldo me lo paga el Conicet, la
infraestructura es del Leloir y los insumos los aportó el MinCyT y
el Consejo. Recibimos una donación de la Fundación Williams que fue
muy oportuna porque cuando iniciamos con todo no teníamos plata. La
Agencia, luego, nos apoyó económicamente y con 70 mil dólares en
total logramos el propósito. Parece mucho pero para los estándares
internacionales que se manejan no es demasiado. Cada kit cuenta con
96 determinaciones (unas 90 muestras porque algunas se emplean para
control) y en Estados Unidos están entre 500 y 700 dólares;
nosotros podríamos producirlo a un precio 10 veces menor. En la
actualidad, para el escalado nos asociamos al Laboratorio Lemos,
institución argentina que habitualmente produce los ELISAS para
Chagas. Contamos con su compromiso en esta etapa de la pandemia a
realizar todo al costo. El kit es el fruto de una sinergia enorme
entre los científicos, el Estado y los privados. Estamos en 10 mil
por semana y de aquí a un mes nos planteamos alcanzar el medio
millón.
--Ya que lo menciona, qué
importante es un Estado que apoye a la ciencia y la tecnología para
robustecer la soberanía.
--Es fundamental.
Trabajamos en ciencia básica pero estamos capacitados para resolver
cualquier problema. Aprendemos a pensar, a elaborar y aportar
soluciones, para eso nos entrenamos. Formar recursos humanos de
calidad te brinda la libertad de encontrarle la vuelta a tus propios
problemas y no a los de alguien más. La ciencia le brinda al país
la posibilidad de trabajar sobre los grandes conflictos mundiales a
partir de respuestas locales. Argentina tiene sus propias
características con un montón de inconvenientes domésticos
estructurales que no están presentes en otras naciones, por eso,
tenemos que aprender a preocuparnos por lo nuestro. Eso es una forma
de independencia también, de soberanía.
En
otra línea de Investigación Científicos cordobeses desarrollaron
un tratamiento a base de ibuprofeno que provocó “mejoras
signficativas” en los cuadros respiratorios de personas con
coronavirus. "Los pacientes no solo han mejorado su cuadro
clínico sino que algunos lograron una negativización temprana”,
aseguró Pablo de Chiara, ministro de Ciencia y Tecnología de
Córdoba, provincia donde se halló el método.
El
procedimiento consistió en una serie de nebulizaciones con una
solución hipertónica (con alta concentración de sal) e
ibuprofenato de sodio (ibuprofeno hecho soluble al agua) que se le
aplicó a nueve pacientes cordobeses, cuatro ambulatorios y cinco
internados.
Según Chiara, los
resultados fueron “positivos" porque provocaron “mejoras
significativas en los cuadros respiratorios” de quienes recibieron
el tratamiento. Algunos lograron una “negativazación” del
covid-19 “antes de los siete días” de iniciadas las
nebulizaciones.
“El
ibuprofeno se intercala en la membrana lipídica del virus, lo
inactiva y evita que se replique. Funciona como un jabón”, comparó
el investigador del Conicet en el Centro de Excelencia en Productos y
Procesos de Córdoba (Ceprocor), Dante Beltramo, en diálogo con el
diario La Voz.
Puntualmente “actúa
sobre la actina, una proteína que les da estructura a las células”,
explicó y sostuvo que el efecto antiinflamatorio del ibuprofeno
reduce la hiperinflamación que el Sars Cov-2 produce en los
pulmones.
Chiara
destacó que uno de los casos relevantes tiene que ver con un
paciente de 67 años que "posiblemente necesitaba respirador y
hoy está en un tratamiento ambulatorio". No obstante pidió
“tomar con cautela” el anuncio.
También
explicó que el desarrollo "no es un ibuprofeno común y hay que
aplicarlo de una forma especial. Se trata de una solución
nebulizable que transfiere sus propiedades con capacidades
mucolíticas. Es muy eficiente en enfermedades pulmonares como EPOC y
fibrosis quística".
Ante los resultados parciales, el funcionario ponderó el tratamiento. "Para nosotros es una noticia importante, pero hay que tomarlo con cautela para poder tener evidencia".
Ante los resultados parciales, el funcionario ponderó el tratamiento. "Para nosotros es una noticia importante, pero hay que tomarlo con cautela para poder tener evidencia".
De la iniciativa
participaron tanto la cartera de Ciencia y Tecnología cordobesa como
investigadores del Ceprocor y del laboratorio Luar.
(
https://www.pagina12.com.ar/264405-el-innovador-tratamiento-con-ibuprofeno-que-dio-buenos-resul)
Las
palabras sobran. Solo el esfuerzo colectivo e individual puesto al
servicio de todos los que habitamos este bendito suelo, nos permitirá
una vida mejor, mas justa, equitativa, sana y solidaria …
Daniel
Roberto Távora Mac Cormack
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