Domingo 10 de mayo de 2020

Hay frases hechas que, de repetidas, se tornan irracionales ...otras han sido irracionales desde su gestación. Suelo aclarar a aquellos que me dispensan la “razón de los locos” cuando comprueban que mis convicciones y argumentos no pudieron ser “convencidos”, refutados con otros argumentos que demuestren error en el propio, o cuando se llega a esa base argumental donde ya se trata de elecciones y creencias que no serán modificadas por ninguna evidencia, ya porque no existe evidencia alguna al respecto (No todo alcanza a ser explicado, por ende esos “vacíos” o “faltas”, son las que llenamos con elecciones, opciones, valores a los que nos sujetamos para construir la diferencia que nos constituye individual y único, no equivocado), o porque se trata de aquellos contenidos que provienen de lo que el conocimiento y la información ya no pueden proveer, y entonces el debate se convierte en un Ring Side y los contendientes buscan “ganar” la discusión, que “razón tenemos todos”. 


Cuándo ven, perciben o dan cuenta que uno no entra en el juego del boxeo dialéctico y acepta la razón del otro como la que es … del “otro”. Yo soy yo y elijó razonarlo de otra forma. Ni mejor, ni peor ...diferente, que la razón no es una cuestión de posesión sino un ejercicio de la inteligencia, la respuesta Tenes razón “, afirmando que es mas correcto el razonamiento del “otro” que el propio, es el sentido menos encontrado de esta falsa expresión. La más común es “la razón de los locos”, porque si el razonamiento contrario o diferente al propio es correcto, solemos creer que el propio no lo es, nos hemos dejado convencer en lugar de ejercer la razón inteligente que nos permite el ejercicio de razonar. Si usamos la razón, lo que solemos decir es mas acorde al descubrimiento que el “otro” ha sugerido a la propia razón. “Eso no lo había pensado de ese modo”, “Eso no lo sabía”, “me parecia distinto”, “creía que era de otra forma o de otro modo”, la sensación de que la propia razón ha sido iluminada por el ejercicio de la razón inteligente de “otro” que nos ha enseñado, aportado, mostrado, permitirnos pensar o sentir algo que no estaba allí, en nuestro razonamiento o sentimiento.

Los humanes somos una especie que ha desarrollado en el pensamiento y con los lenguajes, la capacidad de razonar con inteligencia. Todos y cada uno de los individuos poseemos esa facultad por tanto “razón tenemos todes”, en la medida que la usemos.

Le atribuimos al otro “la razón de los locos” porque nos aferramos a la falsa cordura del propio razonamiento en tanto justificación de nuestras elecciones y de aquello que hacemos y se manifiesta cotidianamente, que si razonado, aparecería como irracional.

En ese punto, lo que el ego impide distinguir, porque lo enfrenta a su propia disolución en un yo mas humilde pero convencido (Parece contradictorio pero no, Ya volveremos a esto), es la sutil distinción entre las convicciones, creencias y valores que uno elige para llenar esos agujeros o esas faltas imposibles para “lo humano” en tanto imposibilidad de su razón inteligente para abarcar la totalidad de lo que explica aquello que somos y el mundo como tal, del poder que ostenta, sostenido en otras cosas y no en la razón inteligente que ha llegado a ese limite de su posibilidad y entonces lo resuelve con aquello que resulta de responderse ¿Que me pasa? ¿Como lo vivo? ¿Que deseo para mi y como lo deseo? ¿Que hago con mi vida? ¿Como me relaciono con otros? ¿Que valores, momentos, experiencias, cosas, companías uno busca para si? ¿Con que “otros” quiero estar y vivir mi vida? ¿Que posibilidad tengo y que posibilidad doy para que esos “otros”, sean “otros” y no los reduzca en mis acciones, pensamientos, palabras, sentimientos a meros objetos de esas respuestas que me doy.?

Foucault decía que el Sujeto se constituye en el contrato que realiza con su propia palabra. Es lo que digo que soy, cuándo efectivamente ejerzo el poder de hacerlo realidad, lo que define la individualidad de cada quíen. Ese “yo” es a la palabra, la busqueda de la coherencia que une acción, pensamiento, sentimiento, en ese individuo (indivisible) de modo particular y único.

Nos eneñan en general a partir de lo ya sabido y no permiten el propio proceso de construcción del saber. La base es filosófica, lógica,ética y fundamentalmente sensible y emocional. ¿Que me pasa? Es la pregunta constitutiva por excelencia. Desde que vamos adquiriendo ese ejercicio de razonar con inteligencia, desde que vamos ejercitando la posiblidad de aprehender de “otros” las visiones del mundo, de la vida, de uno mismo y de los “otros” como “otros”, la tensión primera surgirá de una contradicción entre la respuesta a eso que me pasa y la respuesta normalizada de los padres o la sociedad según de aquello que se trata.

En todo aspecto de la constitución del yo, las tensiones entre el ego y la realidad tal y como existe fuera, producen la primera conciencia en pugna entre aquello que quiero ser y que signan mis impulsos, deseos, búsqueda de felicidad y el “orden” que impone el mundo para que mi felicidad no pueda ser tal y como la quiero- Pero como se trata de elecciones, no hay allí conocimiento o razonamiento mas que en la aceptación de eso que deseo y quiero, La razón interviene para ejercer la capacidad de “reprimir” o “liberar” eso que me pasa, deseo o me impulsa a hacerlo realidad. Si deseo a una mujer y libero ese deseo, la tomo, la fuerzo y violo a la mujer porque he liberado mi deseo y no lo he razonado para comprender que se trata de “otro” con las mismas facultades que “yo” para desear a “otro” u “otra cosa” y que no coincida su deseo con el mío. La violación es una forma extrema del poder machista y patriarcal de una sociedad que instalo el deseo del varón (O su miedo a no poder reprimirse) respecto a aquello que le despierta la mujer, en una concepción binaria y polarizada del asunto. El poder nubla la razón de la inteligencia y somete la razón al ego del poder y a la violencia de imposición del propio deseo, por sobre la razón inteligente que advierte que el “otro” es “otro” y puede no desearme.



Lo mismo sucede con la propiedad de las cosas y asi surgen las formas Coloniales de saqueo y dominación de territorios. Con la propiedad privada de los bienes de capital que en esa falsa razón que dibuja el poder para perpetuarse, se presento como “liberación”de la esclavitud para proponer “otras cadenas” que fueran vista como oportunidad del individuo y no poder de algunos individuos para dominar la fuerza de trabajo de “otros” individuos sometiéndolos a la necesidad de morir de hambre o trabajar para el empresario o patrón. Y ahora, en esta etapa neoliberal, con el poder que ejerce el tener dinero o capital financiero con el cual se somete a empresarios y trabajadores por igual, en otro giro del mismo drama. El ego que ejerce el poder e impide al “yo” el ejercicio de humanidad humanizante de reconocer en su razónamiento inteligente ¿Que me pasa? Y resolver con la inteligencia o con la sinrazón de la liberación de los deseos del ego y del ejercicio del poder.

En estos tiempos de pandemias, las paradojas y contradicciones surgen mas evidentes, Si el ego impide represiones, se impone la necesidad de “lo propio” y no importará enfermar a otros o contribuir a la expansión del virus, con la consecuente muerte de muchos. Si por el contrario, el yo inteligente prevalece, nos cuidaremos y cuidaremos a los “otros” intentando que el virus circule lo menos posible, haciendo caso a las recomendaciones de quienes están estudiando el asunto y cuidándonos con lo poco que sabemos y que sabemos que saben los que están estudiando el asunto. La represión es al interior de cada uno de nosotros respecto del ego y a favor del yo con otros.
Inteligencia no es un atributo que se opone a la ignorancia. La ignorancia es la no voluntad de ejercer la inteligencia que cada quién posee ...lo opuesto a la inteligencia es el poder que no necesita razón para imponer su ego al yo de los otros.

Después de intensos estudios de tipo virológico, he logrado aislar una mutación del COVID 19. Esta primicia sólo está destinada a los obstinados y obstinadas lectores de esta Agencia de Noticias. Debo confesar, en un sentido más cristiano del que me gustaría, que cuando confirmé el descubrimiento, realizado con la ayuda de anónimos militantes del gran laboratorio que es la militancia social, manoteé un rivotril que siempre tengo en la cabecera de mi cama. Con fidelidad a mi aforismo “no hay que pensarlo con la almohada, hay que decidirlo con el colchón”, me desvelé completamente. Escribo este texto con barbijo puesto, ya que un informe de una fundación en Kamthacka, señala que nano gotículas se trasladan por los monitores de las computadores y telefonía celular. O sea: el estornudo virtual es una nueva fuente de contagio.


Es probable que este descubrimiento sea rápidamente neutralizado desacreditando a mi persona. Lo que debo reconocer que no es difícil. Por eso espero ansioso que este texto se publique y se difunda, a los efectos de intentar evadir el trágico destino de Assange. El antes del covid 19, o sea la llamada “vieja normalidad” tenía varias catástrofes: ambientales, alimentarias, de vivienda, de salud pública, educativas, refugiados, masacres cotidianas, exterminio de miles de especies, arrasamiento de la tierra, el aire y el agua. La vieja normalidad era un planeta en default. Obviamente, con respeto absoluto a la aberración clasista de los privilegios humanos.

Como la lucha de clases ha sido desacreditada, especialmente por lo que denomino “retroprogresistas”, lo que queda del reparto es la hegemonía de una casta. Diría: de varias castas, todas privilegiadas. Entendamos que el privilegio es el revés de los derechos. Me parece que no lo entendemos y por eso vivimos y dormimos con los privilegiados. La vieja normalidad estallaba por varios lados. La constante de ajuste es siempre las diferentes variantes de exterminio. Masacres como constantes de la contradicción no dialectizable entre el lucro de las mega empresas y las necesidades elementales de las masas trabajadoras. Dicho en otro términos: exceso de lo suntuario y escasez de lo necesario.

En un planeta donde las hambrunas son cotidianas, se destruyen alimentos. Repartirlos sería disminuir el precio y la rentabilidad no puede bajar aunque suba la mortalidad. La vieja normalidad es tan normal como una licuadora para hacer funcionar un barco. El pánico de los privilegiados por un estado insurrecional que pasara el nivel de las fuerzas de seguridad para controlarlo, fue expresado por la esposa de Piñera, el votado dictador de Chile y por Manu Ginobili, para no ir más cerca. La cuestión era simple: si las masas hambrientas y desesperadas llenan las calles nuevamente, el costo político de la masacre no lo puede asumir ni el cinismo ni la crueldad de la derecha.


Para sacar patente de fascista, o patente de corso que no es lo mismo, pero es igual, hay que tener espaldas y una banca muy poderosa. O sea: nuestra derecha, desde el fascismo de consorcio hasta la que sufre de reminiscencias del nazismo, no se asume, por cobardía total, como fascista. Su identidad autopercibida es “liberal”. Incluso el significante neoliberalismo le hace un gran favor a esa operación camouflaje. Decir neofascismo sería muy apropiado y por eso no se utiliza. Entonces: la vieja normalidad no podía sostener a los palacios de invierno y de verano. Algunos llaman a esos palacios Paraísos Fiscales. Entonces había que inventar alguna forma de solución final. Al menos por algunas décadas para ir ganando tiempo y preparar nuevas formas de esclavitud, eso que algunos llaman flexibilización.


No sé si el origen fue la sopa de murciélago o un puchero de lombrices. Lo importante es que ha sido la operación más exitosa de aislamiento, reclusión, encierro, destierro o como se llame, para que las vacas entren solas al corral. El peligro actual es que entre el interferón cubano, que clona gente normal en comunistas, la plasmaféresis, y la temible vacuna que será descubierta y patentada , el covid 19 puede quedar obsoleto. Pero ya hay una variante que no podrá ser anulada. El covid 1984. Control individual, vincular, familiar y social. Trabajo en casa con lo cual ir del trabajo a casa será sencillo. Lo real será lo virtual. La diferencia entre percepción y alucinación (auditiva, visual) será abolida. La realidad virtual será sin casco.

Entendamos antes que sea tarde. Bueno, ya lo es. Lo virtual existió siempre. Desde los sueños de los profetas. Pero era virtual justamente porque había realidad material. Lo virtual es pura abstracción. Una desmaterialización del humano en su mamífera realidad. Seguramente habrá placentas virtuales y reproducción robótica de nuevos humanoides. Nadie se acordará de los respiradores vinculares que una remota cooperativa en salud intentó desarrollar. Un control absoluto, un panóptico infinito, un Gran Hermano infinito. Eso he descubierto. El covid 1984. Voy a ser sincero, al menos una vez. Comparto este descubrimiento con George Orwell. Ahora trabajemos en neutralizarlo. En destruir los laboratorios donde se genera. Mi laboratorio acabo de destruirlo al escribir este texto. La resistencia al represor continúa.

El asombro, la perplejidad, la desorientación, la incredulidad se hicieron presentes. Suspendemos las actividades presenciales en el Colegio de Psicoanalistas, nace una suerte de sede virtual: no podemos inaugurar nuestra nueva sede. El 20-03 se decreta la cuarentena, aislamiento obligatorio, confinamiento domiciliario.



Todo esto, que pasó hace poco menos de un mes (escribo estas líneas el 18-04) parece haber tenido lugar casi en otra vida, meses, años atrás. El tiempo adquirió una dimensión absolutamente altera-da. Ya no se trató de un tiempo cronológico, sino de un tiempo escandido por el avance de la pandemia y, al mismo tiempo, se transformó en circular por el encierro que nos arrojó a una privacidad permanente. Privacidad y privación. Las calles desiertas, mi casa desierta de otros. La luz de la computadora portátil como mi conexión con el mundo. Perplejidad, asombro, desorientación.


Aun hoy me descubro esperando que mis pacientes toquen ala puerta, o que mis hijas vengan-mi hija mayor, que es médica y trabaja en un hospital,me comunica a principios de abril que no la veré hasta septiembre-, o me confundo pensando que saldré a caminar despreocupadamente como todas las noches, o tengo el impulso de ir a tomar un café, o de arreglar algún encuentro con mis amigos, mientras la aplicación que utilizamos los que jugamos al fútbol los sábados me pregunta los jueves si estoy disponible para el próximo partido... Trato de pensar, de estar alertamente activo (¿existe la palabra alertamente o la acabo de inventar?). 
 

No me he dejado llevar por ninguna teoría conspirativa. Pero soy de los que piensan que el futuro contiene un riesgo potencial: incorporar medidas de control social que nos acerquen a un estado totalitario. Es en realidad una pregunta (hoy todo es una pregunta) ¿Le habrá llegado su hora al capitalismo? El freno a la producción y el con-sumo ha sido brutal y global. ¿O reiniciará su maquinaria de un modo más mortífero aún? Y si llegó su hora, ¿qué? ¿Puede morir hundido por un bicho insignificante que se replica a sí mismo?(“Ni siquiera folla, tan estúpido que es” escuché en mi consultorio virtual).No sabemos. Poco entendemos.


¿Será este virus un arma mortal para el tipo antropológico capitalista? ¿Y si lo es, pero junto con el apocalipsis del capitalismo arrastra al anthropos consigo? ¿O arrastra definitivamente hacia el abismo a los que sobran, hacinados en barrios precarios o llegados a las playas de Europa o viviendo en campos de refugiados o sobreviviendo precariamente en las tierras africanas o formando parte de los pueblos originarios americanos o de tanta “minoría” indeseable?
( Esto no es un prólogo. Yago Franco ¡STOP! COVID-19:¿Volver a la normalidad?Editado por El PsicoanalíticoBuenos Aires. 2020.Varios Autores

Lo que tanta duda, tanta incertidumbre, tanta mentira, que no es resultado de la pandemia ni culpa de ningún virus, provoca en estos días es fruto de aquello que venimos advirtiendo … hemos sometido el uso de la razón inteligente que todos y cada uno de los humanes poseemos como capacidad, no como algo que ya usamos en el mero hecho de hablar (o escribir), de pensar o afirmar argumentos creyéndolos inteligentes cuándo en realidad son meras replicas de ese otro virus que nos ha inoculado el poder de quienes pueden convencerte que el yo es mas que el todos y que el ego reina en una suerte de ilusión en dónde provistos de una burbuja autoconstruida, hallamos la felicidad perfecta despojándonos de toda relación tóxica e inventándonos la realidad que queramos y en la que somos felices … Pues al parecer, esa burbuja estallo y nos enfrentamos a nosotros mismos y nos debemos preguntar ¿Que me pasa? Y elegir en dar rienda suelta a mi locura, o reprimir mis deseos y someterme pasivamente a los designios de los que pueden o intentar el camino mas difícil que es el de definirme sin esperar que los “otros” se vuelvan objetos que “encajen” como piezas de puzzle en esa propia definición de mi y del mundo que elijo para constituirme yo, distinto y único.



Un yo que detenga y expulse el ego. un yo mas humilde pero convencido, de que solo puedo lograrlo si cada quien responde y se convence a si mismo que solo en el juntos razonando con inteligencia, podremos lograr mejorar la realidad en la que vivimos y legarla mejorada a nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack

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